Roza Barroca
Roza Barroca
Roza Barroca
Roza b a rro c a .
b a rr o c a
Constelaciones para ayvu rapyta I Josely Vianna Baptista
Roça barroca (2011). Josely Vianna Baptista. São Paulo: Cosac Naify.
Josely Vianna Baptista
Imagen de portada: Francisco Faria, Mare magnum: America verbera
e renova sua margem grotesca, 2013. (Grafito sobre papel, 100 x 70 cm.)
Guardas: Francisco Faria. Guapuruvus (serie completa)
Roza
(Grafito sobre papel, 30 x 30 cm.)
Este trabajo se realizó en el marco del proyecto IN401514 “Adugo biri: etnopoéticas. b a rro c a
Proyecto para una colección de libros virtuales”, con el apoyo del Programa de Apoyo
a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT). DGAPA-UNAM.
Hecho en México
Para Milton, mi padre, para quien las palabras
(milagro de mil lágrimas al sol)
siempre fueron azules, como sus ojos.
In memoriam
Roza b a rro c a . Constelaciones para ayvu rapyta I Josely Vianna Baptista
CATECISMO DE
LA BELLEZA
(Acerca de la traducción a la lengua portuguesa
de los cantos mitológicos de los Mbyá-Guaraní
del Guairá)
C
elebro con unción, como no podría dejar de ser, la
traducción a la bella lengua portuguesa de estos “cantos”
de los primitivos guaraníes del Guairá: un pueblo que
celebraba la palabra como el vínculo fundamental entre el
hombre y el universo.
Los cantos que integran el Ayvu rapyta o textos míticos de los
Mbyá-Guaraní del Guairá pertenecen, como la Ilíada, a la más pura
tradición oral del hombre. El poeta-profeta ciego Homero compiló esa
monumental obra de versos que se transmitían de boca en boca desde los
tiempos más primitivos del amanecer de la civilización.
No sabemos durante cuánto tiempo anduvieron vagando por
la lengua los cantos del Ayvu rapyta antes de que León Cadogan los
recibiese como testimonio de la gratitud de los Mbyá del Guairá.
Salvando al indígena Mario Higinio de una condena injusta en la prisión
de Villarrica, Cadogan se ganó la confianza del cacique Pablo Vera,
de Yro’ysã, que decidió revelarle los textos sagrados que se mantenían
cuidadosamente guardados de toda intrusión extranjera.
En una serena luz crepuscular, reunidos en torno a una hoguera,
León Cadogan tal vez haya sido el primer hombre blanco en conocer las
profundidades de las “primeras bellas palabras” o ñe’e ayvu porã tenonde.
Curiosamente, éstas fueron publicadas por primera vez en el Boletim
227, Antropologia nº 5, de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de
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la Universidad de São Paulo, en 1959. Por obra del curso y recurso de Karaí Chy Ete, Jakaira Chy Ete y Tupã Chy Ete. Estas emanaciones de la
esta enigmática América Latina, hoy los cantos se trasvasan a la dulzura divinidad primordial se transformaron en los “verdaderos progenitores de
cadenciosa de la lengua portuguesa por obra y prodigio de la poeta Josely las palabras-almas”. Y estas palabras, en boca del mburivicha, jefe temporal,
Vianna Baptista. se transformaban en canto poético, fundamento ontológico, precepto ético.
Tuve oportunidad de oír parte de esta traducción en una magnífica Alma y palabra son inseparables para los guaraníes: el universo
lectura realizada por una joven actriz durante una visita mía a São Paulo,1 mítico está íntimamente ligado al universo poético.
y puedo testimoniar la cadenciosa eufonía de los cantos en el idioma No soy etnólogo. Mis amigos Miguel Chase-Sardi (desgraciada-
de Camões. Ayvu es, entre los guaraníes, el lenguaje humano, tanto el mente ya fallecido) y Bartomeu Melià tienen mucha más autoridad que
sonido como la evocación mental. Y en el canto Ayvu rapyta el poeta, yo en la exégesis de los textos sagrados de los guaraníes. Mi visión está
mago, mistagogo, profeta y celebrante revela que el primero entre todos, estrictamente circunscrita a lo literario, y allí es exuberante la belleza que
el Padre Ñamandú, “con el saber contenido en su ser-de-cielo, / y bajo nunca está separada del pensamiento. De la reflexión, que es una vuelta
el sol de su lumbre creadora, / iluminó la fuente del habla / e hizo que del discurso sobre sí para sumergirse en otros niveles de significación.
fluyese por su ser, divinizándola”. Veamos, por ejemplo, el Canto II, “La fuente del habla”, la fuente de
Desde entonces, la palabra será sagrada para los mbyá-guaraní por la palabra. Allí el profeta-poeta-mistagogo nos revela que antes de que
ser parte de Dios. Ultrajarla por medio de la mentira es una blasfemia. existiera la Tierra, “El Primer Padre Ñamandú / de sí fue aflorando la
Entre los indígenas, dar la palabra es dar el alma. Ellos no entendían fuente del amor”.
cómo un simple papel trazado con signos y tinta podía tener más valor ¿Qué parece decirnos, como en sueños, el profeta-chamán? ¿No
que la palabra dada. Todavía hoy, la gente del campo considera que la está dando un testimonio de la prevalencia de los sentimientos sobre la
palabra empeñada en una promesa es más fuerte que mil documentos. solidez contundente de lo que es material? Primero crea el amor y después
En la cosmogonía de estos cantos el lenguaje es una manifestación la tierra donde cultivarlo. En estos tiempos duros, de relativización de los
del amor divino, surgido de su reflexión y como forma de compartir con valores, hace bien echar un vistazo a estas culturas antiquísimas que la
todas las criaturas una porción de la divinidad. Antes de existir la Tierra, civilización silenció, tal vez sin querer, como parte de la estridencia de
entre las turbaciones de las tinieblas primitivas el verdadero Padre de nuestros avances.
los Karaí, de los Jakaira, de los Tupã, les dio consciencia de su divinidad Más adelante, el chamán-mistagogo dice: “Habiendo aflorado,
como dioses-patriarcas de sus descendencias. E instantáneamente, como a solas, la fuente del habla futura, / y desdoblado, a solas, un poco de
un reflejo de su corazón, compartió la divinidad con las Madres de la raza: amor; / habiendo creado, a solas, un breve sonido sagrado, / reflexionó
largamente / sobre con quién compartir la fuente del habla”.
1
Augusto Roa Bastos estuvo en São Paulo el 24 de junio de 2003 para el ¿No nos está diciendo, de algún modo, que el lenguaje y la reflex-
lanzamiento de su libro Vigília do Almirante (Primeiro de Maio, Edições ión nacen en la soledad, pero están destinados a ser compartidos? Y bas-
Mirabilia, 2003; traducción de Josely Vianna Baptista). En la ocasión, tan estos dos pequeños apuntamientos para señalar la importancia del
escuchó trechos de la primera versión que Josely hizo de A primera Terra,
leídos por la actriz Bete Coelho. Roa Bastos falleció el 26 de abril de 2005,
legado de estos antiguos Mbyá-Guaraní del Guairá para comprender la
en Asunción, a los 88 años. valiosa tarea que Josely Vianna Baptista asumió al traducir a la dulce len-
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gua portuguesa estos cantos. Sé que la tarea está inconclusa y hago voto
para que los organismos interesados en la búsqueda de los verdaderos
sedimentos de las antiguas sabidurías no los dejen sepultados en el osario
NOTAS SOBRE
del olvido. Compartimos con Brasil y Argentina este maravilloso legado
de la cultura guaraní. Los mitos fundadores, con sus héroes selváticos, los
UN ITINERARIO
animales heráldicos de la raza, la transmisión de los misterios, los con-
ceptos instrumentales para la comprensión del mundo misterioso de ríos
COMPARTIDO
C
y selvas: todo está contenido en esta revelación que es al mismo tiempo
Génesis, Levítico, Salmos y Proverbios. onocí la poesía de Josely Vianna Baptista inmediatamente
La base del verdadero diálogo entre los pueblos está, sin duda, en el antes de la publicación de su primer libro, Ar [Aire],
pasado que comparten tanto como en el futuro que sueñan. Y este pasado por la editorial Iluminuras, de Samuel León, en 1991.
incluye a los antiguos relatos de la tierra, los mitos y misterios. Por eso Había vuelto a Brasil después de años de trabajo en el
concelebro que Brasil, donde nació este rescate, a través del Boletim de exterior y había reencontrado a Josely, por casualidad, en la coordinación
Antropologia de la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidad de São de editorialización de la Secretaría de Estado de Cultura de Paraná.
Paulo con las primeras publicaciones de León Cadogan, ahora se devuel-
Hacía muchos años, todavía en los tiempos de la universidad, la había
va a sí mismo este precioso tesoro a través de la traducción de Josely Vi-
conocido y descubierto, medio atónito, como la traductora al portugués
anna Baptista. Estas palabras pronunciadas por un desconocido cacique
de Paradiso de Lezama Lima, novela de una belleza irradiante y de un
a León Cadogan son nuestro patrimonio común. Espero que ayuden a
fortalecer el diálogo largamente preterido entre nuestros países. lenguaje gongorino, siendo el trabajo de traerlo a nuestra lengua un
hecho de dimensiones casi épicas. Me sorprendió, en aquella época,
Augusto Roa Bastos que tal empresa hubiese sido realizada por una persona tan joven,
lo que ya evidenciaba una capacidad incomún, una visión de riesgo
de corte enteramente artístico, una comprensión casi innata de los
recursos poéticos de la lengua portuguesa, un sentido de la medida
para dar a las imágenes una concisión y una acuidad que reverberaban
en la escritura y en el sonido de las palabras. En los años subsiguientes
se afirmó como una de las más talentosas traductoras de literatura y
poesía hispánica e hispanoamericana (en opinión de algunos escritores
como Wilson Bueno, la más brillante traductora de textos literarios del
español que conseguimos tener). Hoy, después de casi un centenar de
títulos traducidos para las mayores editoriales brasileras y de un premio
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Jabuti por la traducción de poemarios de Borges, Josely es reconocida imágenes creadas. Finalmente, las propias imágenes eran de una belleza
como aquella traductora que logra verter en nuestra lengua textos de una extraordinaria, especie de alucinación de los sentidos que transportaba
dificultad impar con una corrección casi microscópica, y que, además, la imaginación hacia una frontera en que la contemplación no perdía el
encuentra en ellos la sonoridad y la personalidad adecuadas para hacerlos foco, sino que reverberaba en una esfera casi metafísica —dos ejemplos
revivir en portugués. que se me ocurren, inmediatamente, son estos poemas suyos:
Sin embargo, cuando la reencontré, en aquella oportunidad en
que me mostró los manuscritos de Ar, mi sorpresa, ante una carga de amoram a sombrana
morada do ipê pét
invención de un calibre diverso, fue de una cualidad mucho más sustan- alas temporãs, e eu
tiva. Primero, saltaba a la vista la manera en que presentaba los textos de te beijo enquanto
la mayoría de los poemas: las letras espaciadas unas de otras como dueñas figos caem do céu
c o m o c o m e t a s
de un significado propio, como individuos de una constelación de otras
letras en la página impresa, que sólo después de los instantes iniciales
n a m a d r
se develan, lentamente, en vocablos y luego en frases y finalmente en
u g a d a a
poemas. Supe por ella que la intención no era solamente plástica, sino g u d o q u
también funcional, la de quebrar el ritmo de la lectura y forzar una a l a d a g
nueva “respiración” del habla que la acompaña, aun mentalmente. Ar, a a á g u a
a p i n g a
el nombre del libro, era en este sentido un título perfecto, porque no
solamente remitía a esos aspectos del texto sino que se impregnaba, ya
amoran la sombra
desde el inicio, con la noción de aliento vital, en la dedicatoria al mismo
en la morada del i
tiempo trascendente y martirizada de la poeta “a la liga de la palabra-alma pé pétalos tempran
de los guaraníes —ñe’eng— y sus suicidas”. Naturalmente, para un artista os, y yo t e beso
mientras higos d
plástico, este “descubrimiento” de una nueva organización espacial de la
el cielo ca e n c o
escritura ya sería significativa (recuerdo la misma reacción de sorpresa de m o c o m e t a s
Antonio Dias, en la Bienal de São Paulo de 1994, cuando le presenté el a l a m a
libro de Josely con esos poemas que ella llama “aireados”). Pero más allá dru g a d
a a g u d
de eso, había allí, sumergido en la enrarecida atmósfera gráfica con que
a c u a l
esos poemas eran presentados, un trabajo con la lengua y con el lenguaje d a g a
capaz de crear inmediatamente relaciones sinestésicas entre el texto y las e l a g u
a p i n g a
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La aparición de aquellos textos ante mí, en los manuscritos que ella ninguna propuesta, pero me era evidente que se abría un extenso campo
me entregara medio tímidamente para leer, me dejó aturdido. No lograba de diálogo entre ambas creaciones artísticas.
abarcar el tamaño del panorama que se alargaba en aquellos papeles Fue así que, ni bien Ar fue lanzado, el futuro Corpografia ya había
impresos. No eran solamente las evidentes cualidades del texto, de su nacido, fruto de la vecindad de los trabajos creados. En efecto, Corpogra-
creación y de su poesía y de su estructura sino, de un modo totalmente fia (autópsia poética das paisagens) [Corpografía (autopsia poética de
inusitado, había también allí una temática que —yendo desde una visión los paisajes)], el segundo libro de Josely, vio la luz poco más de un año
amorosa de momentos diversos de un cotidiano transfigurado por los después, luego de un periodo de intensa actividad en que ambos creamos
sentidos hacia reflexiones que referían al universo de las culturas amerin- un método de trabajo que vino a consolidarse durante los años siguien-
dias— tendía un puente evidente para dialogar con mi propio trabajo tes. El “método” era, en verdad, la interpenetración de texto e imagen,
artístico, ya inmerso en un imaginario que pulsaba entre visiones de elaborados de manera independiente uno de otro, y organizados en
paisajes de la naturaleza brasilera y las imágenes surgidas de los relatos grandes conjuntos, o series, de imágenes y poemas. En Corpografia, Josely
de los tiempos del descubrimiento, de una cualidad casi onírica, para continuó su experiencia con la “aireación” de los textos, radicalizándola en
traer al paisaje natural una belleza propia de las visiones de un paraíso en grandes rectángulos de letras que ocuparon todo el espacio de las páginas.
la Tierra, de un paraíso perdido. Pero de un paraíso salvaje, apartado e El trabajo, reinterpretado para el contexto de las artes visuales, mereció
inconmensurable, sin mucha descripción o narrativa posible. Un paraíso varias instalaciones en Brasil y en el exterior, una de ellas en la Bienal de
sin historia excepto aquella de los sentidos, de la memoria de los sentidos, La Habana de 1994, con los textos ocupando, en aquella forma “aireada”,
y ello expresado mediante una factura gráfica de intensidad y resolución toda la extensión de las paredes, transformadas en símiles de las páginas
muy personales y personalizadas, que lo aproximaban, en cierto modo, a del propio libro. El arte visual, constituido por grandes dibujos y montajes
la temperatura más íntima de aquel trabajo poético. Si me permito esta basados en fotos trabajadas, dibujos y paneles de laca brillante, puntuaba el
digresión sobre mi propio trabajo artístico es para mostrar las conexiones interior del espacio de ese gran “libro” creado en el espacio expositivo.
con los poemas de Josely que me eran evidentes. Entre la temática del Corpografia fue el inicio de un work in progress que perduró por
imaginario amerindio que ella señalizaba y la visión del paisaje de una más de una década y media, y resultó en un segundo trabajo, Os poros
naturaleza arquetípica que se situaba entre lo onírico y lo real, había, flóridos, que mereció varias versiones en libro en Brasil y en el exterior,
entonces, un puente. Había el espacio y había el “aire”. Y había un calor habiendo sido primero publicado en México, por Aldus (la edición traía
amoroso en su construcción del texto, tal como en mi construcción de el texto integral, inédito, en portugués, y la traducción al español realiza-
la imagen. Y había, entonces, este acontecimiento totalmente inusitado. da por Reynaldo Jiménez y Roberto Echavarren), y después en los Estados
Invitarla a desarrollar un trabajo conjunto fue una consecuencia casi Unidos por 1913 Press (en traducción de Chris Daniels). Poros, como
inevitable. Ni siquiera sabíamos cómo desarrollar el trabajo, no teníamos sucintamente lo llamábamos, recién obtuvo su publicación integral en
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Brasil años más tarde, en 2007, al integrar la edición de Sol sobre nuvens, lo que sería el futuro Roça barroca, con series enteramente dedicadas a
libro que Haroldo de Campos convidó a Josely a publicar en la colección “Moradas nômades” (que dio título al proyecto) y a “Do zero ao zênite”.
Signos, de Editora Perspectiva. Haroldo no llegó a ver el libro concluido Algunos de estos poemas de Josely también fueron incluidos en The
y la edición vio la luz bajo la coordinación de Augusto de campos, que Oxford Book of Latin American Poetry (Oxford University Press, 2009. Org.
lo coronó con una bella e importante presentación del trabajo de Josely. Cecilia Vicuña y E. Livon-Grosman), antología que cubre 500 años de la
Poros fue una experiencia diferente: ya no estaban los poemas poesía del continente, desde escritos mayas anónimos del siglo xvii a los días
aireados de Ar y Corpografia, pero los textos, en bloques aislados, flotaban actuales, en la cual es la única representante brasilera de su generación.
en la página. Varias voces se interpenetraban, y Josely usó las páginas del Roça barroca, el presente libro, nace como consecuencia poética de ese
libro abierto como una especie de proyección en planta de un escenar- trabajo que Josely, de manera paciente y rigurosa, desarrolló durante
io donde las voces, allí representadas por los bloques aislados de texto, más de 15 años. Fiel al itinerario ya iniciado en Ar, y desarrollado en los
estarían situadas. Proseguía trabajando, así, un método de organización trabajos subsiguientes, Roça barroca fue inicialmente pensado como un
plástica del texto y la continuidad de la presencia estructural de este arco narrativo cuyo itinerario unía aquella transfiguración de momentos
elemento plástico, ahora en otra clave, presente en los dos libros anteri- del cotidiano (que, justamente, se iniciaba en la “roza” que mantuvimos
ores. Os poros flóridos mereció varias instalaciones en galerías y museos en los fondos del patio de la casa en que habitábamos en el interior de
e hizo su itinerario dentro del circuito de las artes plásticas, habiendo Paraná, y que por años fue objeto de su cuidado y de nuestro hijo Pe-
llegado a la exposición Naturalezas conjuradas en el Instituto Wifredo dro Jerônimo, que creció eligiendo lo que allí quería cultivar y lo que de
Lam, en La Habana, bajo la curaduría de Magda Gonzáles-Mora y allí cosechaba para preparar su almuerzo) y se extendía uniendo pasado
Eugenio Valdez Figueroa. y presente, naturaleza y cultura, en una síntesis poética de un trabajo que
A partir de mediados de los años 2000 con Josely comenzamos siempre reflejó el impacto de la perspectiva amerindia sobre el imaginar-
a reunir en forma de libro y exposiciones el conjunto de este trabajo io de la creación de los mitos fundadores de las Américas. Y, claro, del
verbo-visual desarrollado durante más de una década. En efecto, Sol sobre impacto que ese trágico encuentro de civilizaciones acaba asestando a la
nuvens, publicado por Signos, reúne sus primeros libros e incluso poemas supervivencia de los pueblos amerindios y de la cultura amerindia, lato
inéditos. A su vez, el proyecto Moradas nômades / Fimbrias, que desarrol- sensu. Imagéticamente, Roça fue concebido por Josely, entonces, como
lé junto a Josely y con el poeta Luis Dolhnikoff, fue concebido para dos una lenta profundización en la naturaleza, en la historia y en la cultura,
grandes exposiciones en el Instituto Tomie Ohtake, en São Paulo, y en el creado in media res, que se iniciaba en escenas del cotidiano que lenta-
Museo Oscar Niemeyer, en Curitiba, y en él presentamos una síntesis de mente, como en una inmersión de memoria e imágenes transfiguradas,
los varios proyectos poético-visuales que habíamos desarrollado durante transportarían la voz poética de la autora a los aspectos cada vez más
los años anteriores, y, por primera vez, intentamos una aproximación a sombríos de la naturaleza en lenta disgregación (como en “Ostro” y “Dois
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Rios”) y al cotidiano amerindio (como en el tableau de un tríptico for- Cadogan. Como gran traductora que siempre fue, Josely produjo la
mado por “Cortejo noturno”, “29 dias” y “Coix lacryma”), ahí ya situado primera versión enteramente poética de estos cánticos sagrados en nuestra
en una esfera casi atemporal, para finalmente zambullirlo en cuadros que lengua natal. Este inusitado y osado trabajo de tesitura de la filigrana de
simbolizan el drama del encuentro disruptivo de civilizaciones en escenas sonoridades de los cantos indígenas en su recreación en portugués ganó,
situadas en el decurso de los siglos de la Conquista (como en “Antônio de entre otras, una elogiosa apreciación de Bartomeu Melià, conocido no
Gouveia, clérigo en Pernambuco”). solamente por su erudición en lo que atañe a esta temática, sino por su
Una sección final, profética y transfigurada, también fue imagina- intransigente rigor.
da como metáfora de una resistencia de la memoria y persistencia de los Roça barroca, proyecto premiado con un subsidio a la creación del
afectos (por lo menos un poema fue así concebido, “salso argento”). Fiel Programa Petrobras Cultural y que ahora es dado a la estampa por Cosac
a ése su imaginario poético, Josely elaboró un proyecto alentado para dar Naify, acaba configurándose como el primer gran paso de esta síntesis que
voz al momento de la “contraconquista”, ya preconizado por el programa la autora imaginó al inicio de su proyecto poético/político, que combina
cultural que muchos de los creadores brasileros e hispanoamericanos, de invención artística, intervención cultural, diálogo multidisciplinario y
maneras diversas pero congruentes, buscan crear en las Américas (y en revisión (sino reevaluación) de nuestra herencia cultural. Apenas una
este arco podemos incluir al mencionado Lezama Lima, como a nuestro instalación verbo-visual de este nuevo e importante trabajo vio la luz,
Oswald, con su ideario antropofágico). en la exposición que realicé en el Largo das Artes, en Río de Janeiro, en
En el decurso de la resolución del libro, Josely resuelve apropiada- 2009. Fruto seminal, Roça barroca ahí está y ahí permanecerá, como en la
mente incorporar la traducción de los 3 primeros cantos del Ayvu rapyta, imagen de la roza amerindia transfigurada en uno de los poemas del libro:
los cantos sagrados de los pueblos guaraníes que narran la creación del
tudo abandono, e, no entanto,
mundo, que ella ya iniciara bajo los auspicios de la Bolsa Vitae de Artes, lá fora o pomar semeado
y que adquirió su forma final, después de minuciosa elaboración, para para os que agora cruzam
la presente edición. Este trabajo surgió a lo largo del final de los años (trouxas vazias), um
por um, os onze mil
1990, cuando por meses desarrollamos un trabajo junto a los guaraníes guapuruvus
de la Reserva de Ocoí, en las inmediaciones de la Triple Frontera. Por
todo abandono y, sin embargo,
largo tiempo, la presente forma con que los cánticos del Ayvu hoy son allá fuera el pomar sembrado
cantados por los indígenas (la base oral de transmisión del mito supone para los que ahora cruzan
estas modificaciones e incorporaciones, en una construcción dinámica (sacas vacías), uno
a uno, los once mil
del relato) fue comentada por el entonces cacique mbyá Teodoro Alves guapuruvús
a Josely, quien la confrontó con la versión ya clásica recolectada por Francisco Faria
Río de Janeiro, octubre de 2011
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Roza b a rro c a . Constelaciones para ayvu rapyta I Josely Vianna Baptista
NOTA DE LA AUTORA
SOBRE LAS PALABRAS
AZUL CELESTES
La palabra es efectivamente para el Mbyá el objeto y el sujeto de
su arte, su contenido, su forma. Lo definitivo de su esencia, de su
modo de ser, es la palabra, y toda su vida se estructura para ser
fundamento y soporte de palabras verdaderas. Desde la creación
del mundo y del hombre, que es vista como creación de la palabra,
hasta la muerte de cada persona, que es valorizada como grado
mayor o menor de palabra realizada, el Mbyá sólo se entiende a sí
mismo en función de la palabra.
Bartomeu Melià
U
na de las manifestaciones más importantes de la
mitopoética amerindia, los cantos del Ayvu rapyta
fueron compilados por el investigador León Cadogan
(Asunción, 1899-1973) entre los Mbyá-Guaraní del
Guairá, Paraguay, en los años 1940, y posteriormente publicados en
Ayvu rapyta. Textos míticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá.1 Este libro
registra cantos míticos de esa etnia relatados en el lenguaje auténtico de
sus ayvu porã tenonde —“primeras palabras inspiradas”— que los indios
habían mantenido, hasta entonces, en secreto. Además de muchas notas
1
La primera edición es de 1959 (el material fue entonces publicado en
el Boletim de Antropologia 227 de la fflch-usp, gracias al entusiasmo de
Egon Schaden). La edición consultada para mi traducción es la de 1992,
preparada por Bartomeu Melià (Asunción, ceaduc-cepag, 1992).
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esclarecedoras, trajo la pionera traducción de los cantos al español hecha 2. Ayvu rapyta: “La fuente del habla”. En este caso el dios supremo
por Cadogan, al lado de los originales en mbyá —un dialecto del guaraní.2 va desdoblando de sí el fulgor del fuego y la neblina que da vida,
Se divide en diversos capítulos, de los cuales traduje los tres primeros, que la fuente del amor y del sonido sagrado. Hace a la fuente del habla
contienen algunos de los principales conceptos de la cosmología guaraní. aflorar de sí y fluir por su cuerpo, tornándola sagrada, palabra-alma
Son los siguientes: de origen divino. Desdobla de sí a los hombres y mujeres que irán
a reflejar su divinidad. Ñamandú de Gran Corazón, Karaí, Jakaira
1. Maino i reko ypykue: “Los primitivos ritos del Colibrí”. Describe y Tupã, padres y madres verdaderos de la palabra inspirada que
la escena de creación, en los últimos confines del caos oscuro en insuflará alma a sus numerosos hijos futuros.
que Ñande Ru Papa Tenonde —el dios supremo— se fue desdob-
lando a sí mismo y abriéndose vuelto flor. En medio de los vientos 3. Yvy tenonde: “La primera Tierra”. Con el saber contenido en
gélidos del tiempo-espacio primigenio, cuando el Sol todavía no su ser-de-cielo y bajo el sol de su lumbre creadora, o sea con su
existía y las piadas de la Lechuza moteada Urukure’a eran prenun- sabiduría y su poder, el dios supremo hace surgir de la punta de su
cios del lecho tenebroso, en su brotar el dios se entrevé en lo oscuro, bastón la Tierra, creando en seguida los siete cielos o firmamentos y
iluminado por el “sol” de su propio corazón. El Colibrí, con aleteos sus escoras, las pindovy, palmeras azules —indestructibles, eternas,
sobre la frente del dios, harta de flores, salpica agua en su boca y lo milagrosas. Surgen los primeros animales. Antes de recogerse en su
alimenta con frutos del paraíso. profundo paraíso, el dios supremo les pide a los “padres y madres
verdaderos” que nombren a sus hijos como númenes protectores
de las hileras de llamaradas, de la neblina que engendra las palabras
inspiradas, de la lluvia y del granizo, fuentes de frescor, para que
2
Uno de los más antiguos idiomas preservados, el guaraní es una lengua
aglutinante, no flexionada, caracterizada por la unión de los elementos su suerte prospere favorablemente, para que entre ellos impere
constitutivos, de los vocablos. Su estructuración formal en constelaciones la temperancia y orienten su existencia con normas propias de
rítmicas y semánticas lleva cada partícula a “asumir, por su valor posicio-
nal y modulatorio, la función de un sema o mitema” —como recuerda conducta. Por fin —estableciendo la comunicación entre lo divino
Roa Bastos en “En la carne viva del mito” (Rubén Bareiro Saguier. A la y lo humano— susurra en secreto el “canto sagrado” a los “primeros
víbora de la mar. Asunción: Alcándara, 1987). Esa configuración conste- padres verdaderos” de sus hijos y a las “primeras madres verdaderas”
lada, en que la lengua opera por un sistema de yuxtaposición y síntesis, y
su arquitectura imagética y rítmico-sonora confieren al guaraní una alta de sus hijas.
potencialidad poética, realizada en los mitos cosmogónicos mbyá, repletos
de “palabras-montaje”, asonancias, paronomasias, ritmos icónicos, metáfo-
ras y onomatopeyas —mimetizando el mito mbyá de que hubo, al inicio de
los tiempos, un ruido portador de la sabiduría de la naturaleza, un sonido del
cosmos engendrándose a través del “lenguaje fundador”.
26 27
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A partir de una lectura atenta de la traducción al español3 y de un estudio texto establecido por Cadogan y revisado y anotado por Bartomeu Melià,
de la estructura de las palabras en mbyá, para el cual me valí de diversas pues el análisis de las pequeñas pero significativas variaciones que las
obras de referencia, primero hice una traducción ultraliteral de los versiones presentan escaparía del objetivo de este trabajo.
cantos. En seguida, atenta a los elementos formales del original, el texto Cotejada con la versión al español, mi traducción presenta
fue retraducido en busca de “compensaciones” posibles para su eficacia principalmente variaciones oriundas de un partido traductorio que
poética en nuestra lengua.4 Aparte del texto-base original, Teodoro apreció la materialidad casi ideogramática de la lengua indígena (como
Tupã Alves (importante líder indígena, ex-cacique, maestro en la aldea cuando, por ejemplo, redes de imágenes nombran abstracciones) en vez
de Ocoy, en São Miguel do Iguaçu, Paraná) entonó para mí los cantos en de acatar la opción a veces parafrástica del castellano. El cuidado hacia
mbyá y los grabé para percibir mejor sus modulaciones y tesituras sonoras. la forma se transformó entonces en un ejercicio escritural en que intenté
En ese viaje a Ocoy, le mostré a Teodoro la traducción que había hecho, infundir al portugués un poco del “susurro ancestral” de la lengua guaraní.
registrando sus reparos y sugerencias en notas que integran el “Breve Los poemas de la serie “Moradas nómades”, que complemen-
elucidario” que la complementa, pero prefiriendo casi siempre seguir el tan este Roza barroca, buscan dialogar con la sofisticada trama sonora
de los cantos, en el umbral en que arcaico y moderno se encuentran en
3
Además de la traducción de Cadogan y de la de Pierre Clastres en Le cruzamientos híbridos. Hay en ellos indicios de algunas de las inquietudes
Grand Parler (versión brasileña: A fala sagrada [El habla sagrada]), consul- que me mueven, como los ritos —en su vértigo de talles y detalles— de
té la traducción de Kaka Werá Jecupé (Tupã Tenonde, A criação do Universo,
da Terra y do Homem segundo a tradição oral Guarani. São Paulo, Peirópolis, pasaje, de la reproducción y de la muerte5 (ésta que, históricamente, el arte
2001) y la de Douglas Diegues (hecha a partir de la misma edición en que y la poesía intentan “exorcizar”).
me basara y publicada en el sitio Centopeia, dirigido por Sérgio Medeiros Antes de comenzar a escribirlos hice algunos viajes, reales e
y Dirce Waltrick do Amarante [http://centopeia.net, sección Traduções]).
Todas adoptan partidos traductorios bastante diversos. Para Diegues, que imaginarios, a comunidades mbyá de Paraná y de la región vecina del
es autor de una inventiva “bersión inédita al portunhol salbahen” del Ayvu Guairá, a fin de conocer un poco de su modo de vida, los rituales remanen-
rapyta, “el mundo verbal guaranítiko recuerda un poco al planeta del futuro
tes, su paisaje. El itinerario fue una especie de “viaje de iniciación” en
imaginado por el poeta ruso Khlébnikov, donde los presidentes de todos
los países serían poetas, un mundo sin policías ni bandidos, gobernado por que se está al mismo tiempo inmerso en el arrebol de las reminiscencias
poetas-chamanes de inmensos korazones”. y bajo los súbitos insights de la percepción. Se inspiró, simbólicamente,
4
La traducción al portugués de la escena de origen de la Biblia hebrea — en la búsqueda de la “Tierra sin Mal” el paraíso mítico de los guaraníes,
Bere’shith— llevada a cabo por Haroldo de Campos, es un excelente ejemplo
de traducción creativa en que la lengua de llegada está impregnada del
extrañanamiento de la lengua del original. Este procedimiento traductorio 5
Hablo de la muerte real, y también de la muerte de lo Simbólico,
encuentra eco en la “literalidad sintáctica” postulada por Walter Benjamin que puede surgir en estados-límite, cuando, como recuerda Lucia Santael-
y en la “traducción-texto” de Henri Meschonnic, que propone la reconfigu- la en Miniaturas (São Paulo: Hacker/Centro de Estudos em Semiótica e
ración de la prosodia del texto original en la traducción (cf. Bere’shith. São Psicanálise de la puc-sp, 1996), “lo Real nos atropella y lo Imaginario nos
Paulo, Perspectiva, 1993). abandona”.
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todavía buscado por algunos grupos en el cenit (del árabe samt: camino, para acercar nuestra poesía a la poesía amerindia y dar una vislumbre de las
dirección, rumbo —que los escribas medievales leían erróneamente bellas e indestructibles palabras azul celestes.
senit). La cultura indígena6 con que hoy convivimos, la singularidad de
su gente y de su cultura fueron un contrapunto para mi mirar peregrino
—en cierto modo, en ese viaje, extranjero en su propia tierra.
Intenté dar nuevos matices al trabajo que vengo desenvolviendo
desde mis primeros libros: en Ar y Corpografia, una especie de “sensual-
ización” del lenguaje, la convocación del cuerpo a la lectura, con el uso de
palabras aireadas en bloques cerrados de texto —creando una “estrofación
sensible” en que la dispersión de las letras quiere desautomatizar a la mirada
y traer el hálito del lector al centro mismo del poema; en Os poros flóridos,
a partir del descentramiento del sujeto y de un mirar expansivo y al sabor
del acaso, esbozo una reflexión sobre cuerpo/signo, unidad/fragmentación,
lenguaje/identidad.7 Aquí, en estas breves e incompletas Moradas nómades,
busqué una palabra metamorfizada por esos viajes diversos e intemporales
—al texto arcaico y a la cosmogonía primera, a la traslación de los sentidos
bajo paisajes extraños, al cuerpo silencioso y al ritmo de ese habla en estado
de arte que es la poesía, “una de las raras formas de trance relativamente
ritualizadas que todavía quedan en Occidente”.8 Como un pequeño gesto
6
Con la pérdida vertiginosa de sus florestas los Mbyá viven un drama
histórico.
7
Ar (São Paulo, Iluminuras, 1991), Corpografia: autópsia poética das
passagens (Iluminuras, 1992) y Os poros flóridos (estos dos con imágenes de
Francisco Faria; publicado originalmente en español [Los poros floridos.
México D.F., Aldus, 2002] fueron reunidos en Sol sobre nuvens (São Paulo,
Perspectiva, 2007). [Nota del traductor: hay traducción de todos estos libros
—aun si sólo se haya publicado parcialmente hasta ahora— por quien aquí
traduce. Véase especialmente la antología Moradas nómades. Buenos Aires:
Juana Ramírez Editora, 2019.]
Georges Lapassade. Les états modifiés de conscience. Paris: puf, 1987.
8
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TRES CANTOS
SAGRADOS DE LOS
MBYÁ-GUARANÍ
DEL GUAIRÁ
Pajé guaraní
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2 Oãmyvyma,
oyvárapy mba’ekuaágui,
okuaararávyma
ayvu rapytarã i oikuaa ojeupe.
Oyvárapy mba’ekuaágui,
okuaararávyma,
ayvu rapyta oguerojera,
ogueroyvára Ñande Ru.
Yvy oiko’eÿre,
pytû yma mbytére,
mba’e jekuaa’eÿre,
ayvu rapytarã i oguerojera,
ogueroyvára Ñamandu Ru Ete tenondegua.
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9 Ñande Ru, yvy ojapóvy, tatu i ãngy reve oiko i va’e ñande yvýpy:
ka’aguy meme araka’e: a’e va’e a’anga i reitéma.
ñuu jipói araka’e.
A’éramiramo, 12 Pytû ja, Urukure’a i.
ñuu ruparãre omba’apo va’erã Ñande Ru Kuaray, ko’ê ja.
tuku pararã i ombou.
Tuku pararã i guevi oikotu i ague, [Segunda parte]
kapi’i rembypy i oñemoña:
a’égui maê oiko ñuu. 13 Ñande Ru tenonde oñemboyva ropy pota;
Ñuu ogueropararãrã, a’éramiramo, kórami ijayvu:
oguerochiri tuku pararã i. “Ndee ae, Karaí Ru Ete,
A’ete va’e tataendy ñeychyrõre,
Ñande Ru yva rokárema oime: mba’eve oupity’eÿ va’erã ano’ã va’ére,
ãngy opyta va’e a’enga i téma. remoñeangarekóta nde ra’y,
Karaí Py’a Guachu.
10 Ñuu ojekuaa i mavy, A’évyma,
ogueroñe’endu ypy i va’ekue, emoñeenói “Karaí Tataendy Ja”, ere.
oguerovy’a ypy i va’ekue, Oñeangareko va’erã tataendy ryapurãre;
inambu pytã. ára pyau ñavõ emboguyuka i
Inambu pytã tataendy ñeychyrõ,
ñuu ogueroñe’endu ypy i va’ekue, tataendy ryapu oendu anguã
oime ãngy Ñande Ru yva rokáre: jeguakáva jeayu porãngue i,
yvy rupápy oiko i va’e, jachukáva jeayu porangue i”.
a’anga i téma.
14 A’e va’e rakykuégui,
11 Ñande Ru yvy rupa omboai ypy i va’ekue, Jakaira Ru Etépy:
tatu i. “Néi, ndee reñeangarekóta tatachina
A’ete va’eÿma ñe’êngatu rapytarã íre.
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21 Va’e rakykuégui,
ombojeguaka vyapu gua’y Ru Ete tenondeguápe,
ombojachuka vyapu guajy Chy Ete tenondeguápe,
va’e rakykuégui ae
yvýre opu’ã rei reta va’erã
oiko porã i anguã.
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TRES CANTOS
SAGRADOS DE LOS
MBYÁ-GUARANÍ
DEL GUAIRÁ
(Traducciones al portugués y al castellano)
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1 Nosso primeiro Pai, sumo, supremo, Nuestro Padre primero, sumo, supremo,
a sós foi desdobrando a si mesmo a solas fue desdoblándose a sí mismo
do caos obscuro do começo. desde el caos oscuro del comienzo.
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7 Ñamandu, nosso Pai verdadeiro, o primeiro, Ñamandú, nuestro Padre verdadero, el primero,
vivia entre o longínquo vento sul, vivía entre el lejano viento sur,
e onde fazia pouso para o repouso y adonde se posaba para el reposo
ia a Coruja urdindo o lusco-fusco: iba la Lechuza urdiendo el crepúsculo:
seus pios, no escuro – augúrios sus piadas, en lo oscuro —augurios
do tenebroso leito. del tenebroso lecho.
8 Ñamandu, nosso primeiro, verdadeiro Pai, Ñamandú, nuestro primero, verdadero Padre,
antes de ir desdobrando seu futuro céu, antes de ir desdoblando su futuro cielo,
antes de ir desdobrando a primeira Terra, antes de ir desdoblando la primera Tierra,
já existia entre o sombrio vento sul: ya existía entre el sombrío viento sur:
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esse vento primeiro em que Nosso Pai viveu este viento primero en que Nuestro Padre vivió
sempre vem outra vez siempre viene otra vez
no fim do inverno, al fin del invierno,
antes que o inverno reviva seus renovos. antes que el invierno reviva sus renuevos.
O inverno fenesce, El invierno fenece,
o ipê floresce, el ipé florece,
os ventos migram para o tempo novo: los vientos migran hacia el tiempo nuevo:
e vêm os ventos novos, a primavera, y vienen los vientos nuevos, la primavera,
a rediviva primavera. la rediviva primavera.
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Serie Adugo biri I 10 Roza b a rro c a . Constelaciones para ayvu rapyta I Josely Vianna Baptista
1 Ñamandu, nosso Pai verdadeiro, o primeiro, Ñamandú, nuestro Padre verdadero, el primero,
de uma pequena parte de seu ser-de-céu, de una pequeña parte de su ser-de-cielo,
do saber contido em seu ser-de-céu, del saber contenido en su ser-de-cielo
e sob o sol de seu lume criador, y bajo el sol de su lumbre creadora,
alastrou o fulgor do fogo e a neblina que dá vida. propagó el fulgor del fuego y la neblina que da vida.
2 Incorporando-se, Incorporándose,
com o saber contido em seu ser-de-céu, con el saber en su ser-de-cielo
e sob o sol de seu lume criador, y bajo el sol de su lumbre creadora,
iluminou-se a fonte da fala. iluminó la fuente del habla.
Com o saber contido em seu ser-de-céu, Con el saber contenido en su ser-de-cielo,
e sob o sol de seu lume criador, y bajo el sol de su lumbre creadora,
nosso Pai iluminou-se a fonte da fala nuestro Padre iluminó la fuente del habla
e fez com que fluísse por seu ser, divinizando-a. e hizo que fluyese por su ser, divinizándola.
Antes de a Terra existir, Antes que la Tierra existiera,
no caos obscuro do começo, en el caos oscuro del comienzo,
tudo oculto em sombras, todo oculto en sombras,
Ñamandu, Pai verdadeiro, o primeiro, Ñamandú, Padre verdadero, el primero,
aflorou-se a fonte da fala e fez com que fluísse por seu ser, propagó la fuente del habla e hizo que fluyese por su ser,
divinizando-a. divinizándola.
3 A fonte da futura palavra tendo aflorado, Habiendo aflorado la fuente de la palabra futura,
com o saber contido em seu ser-de-céu, con el saber contenido en su ser-de-cielo
e sob o sol de seu lume criador, y bajo el sol de su lumbre creadora,
de si foi aflorando a fonte do amor. de sí fue aflorando la fuente del amor.
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5 Tendo aflorado, a sós, a fonte da futura fala, Habiendo aflorado, a solas, la fuente del habla futura,
e desdobrado, a sós, um pouco de amor; y desdoblado, a solas, un poco de amor;
tendo criado, a sós, um breve som sagrado, habiendo creado, a solas, un breve sonido sagrado,
ele refletiu longamente reflexionó largamente
sobre com quem compartilhar a fonte da fala; sobre con quién compartir la fuente del habla;
sobre com quem compartilhar o amor, sobre con quién compartir el amor,
com quem partilhar as fieiras de palavras do som sagrado. con quién partir las hileras de palabras del sonido sagrado.
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Criou-o juntamente com o sol de seu lume criador. Lo creó junto al sol de su lumbre creadora.
Antes de a Terra existir, Antes que la Tierra existiera,
no caos obscuro do começo, en el caos oscuro del comienzo,
criou o Ñamandu de Grande Coração. creó al Ñamandú de Gran Corazón.
Para que fosse o pai de seus muitos filhos vindouros, Para que fuese el padre de sus muchos hijos venideros,
o verdadeiro pai das almas dos numerosos filhos vindouros, el verdadero padre de las almas de los numerosos hijos venideros,
ele criou o Ñamandu valoroso. creó al Ñamandú valeroso.
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2 Uma palmeira azul criou no futuro centro da Terra; Una palmera azul creó en el futuro centro de la Tierra;
outra na morada de Karaí; otra en la morada de Karaí;
uma palmeira azul na morada de Tupã; una palmera azul en la morada de Tupã;
na fonte dos bons sopros da Terra, uma palmeira azul; en la fuente de los buenos soplos de la Tierra, una palmera azul;
criou cinco palmeiras azuis: creó cinco palmeras azules:
a morada na Terra está atada a essas palmeiras eternas. la morada en la Tierra está atada a estas palmeras eternas.
4 Primeiro colocou três esteios no céu, Primero colocó tres pilares en el cielo,
e o céu ainda oscilava. y el cielo aún oscilaba.
Por isso, Por eso,
fincou-lhe quatro esteios-cetros, le hincó cuatro pilares-cetros,
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5 Quem primeiro sujou o leito terreno Quien primero ensució el lecho terreno
foi a serpente do começo; fue la serpiente del comienzo;
agora em nossa Terra só resta seu reflexo: ahora en nuestra Tierra sólo resta su reflejo:
a verdadeira vive fora la verdadera vive fuera
do céu de Nosso Pai. del cielo de Nuestro Padre.
8 O yamai El yamai
por muito tempo fez as águas. por mucho tiempo hizo las aguas.
O que mora hoje em nossa Terra Lo que mora hoy en nuestra Tierra
não é mais o verdadeiro, no es más lo verdadero,
o verdadeiro está fora do céu de Nosso Pai: lo verdadero está fuera del cielo de Nuestro Padre:
agora em nossa Terra ahora en nuestra Tierra
só resta seu reflexo. sólo resta su reflejo.
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9 Quando Nosso Pai fez a Terra, Cuando Nuestro Padre hizo la Tierra,
tudo era mata: todo era mata:
não existiam campos. no existían campos.
Por isso, Por eso,
para que fosse elaborando prados para que fuese elaborando prados
fez vir o tucura. hizo venir a la tucura.
No lugar em que o tucura fincou En el lugar en que la tucura afincó
as patas traseiras las patas traseras
foram brotando brenhas de biurás fueron brotando breñas de pastos
e só então despontaram os prados. y sólo entonces despuntaron los prados.
E no campo tiniram, Y en el campo retiñeron,
tilintaram os sons do tucura tintinearon los sonidos de la tucura
comemorando. conmemorando.
O tucura originário La tucura originaria
está fora do céu de Nosso Pai: está fuera del cielo de Nuestro Padre:
só sobrou sua sombra. sólo sobró su sombra.
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11 Quem primeiro feriu a Terra na morada de Nosso Pai Quien primero hirió la Tierra en la morada de Nuestro Padre
foi o tatu. fue el tatú.
Não é mais o tatu verdadeiro No es más el tatú verdadero
que existe agora em nossa Terra: que existe ahora en nuestra Tierra:
esse não passa de um espectro. éste no pasa de un espectro.
12 O nume do escuro é o murucutu. El numen de lo oscuro es el murucutú.
E Nosso Pai, o Sol, lume da aurora. Y Nuestro Padre, el Sol, lumbre de la aurora.
13 Nosso primeiro Pai, antes de adentrar no céu profundo, Nuestro Padre primero, antes de adentrarse en el cielo profundo,
assim falou: así habló:
“Só tu, Karaí, pai verdadeiro, “Sólo tú, Karaí, padre verdadero,
farás com que teus filhos, harás que tus hijos,
os Karaí de Grande Coração, los Karaí de Gran Corazón,
guardem a fileira de labaredas guarden la hilera de llamaradas
em que me inspiro. en que me inspiro.
Assim, Así,
nomeia-os Karaí senhores das labaredas. nómbralos ‘Karaí señores de las llamaradas’.
Para que guardem o crepitar das labaredas, Para que guarden el crepitar de las llamaradas,
a cada primavera faz que avivem cada primavera haz que aviven
as fileiras de labaredas, las hileras de llamaradas,
a fim de que os adornados com o cocar de plumas a fin de que los adornados con el tocado de plumas
e as adornadas com flores nos cabelos, y las adornadas con flores en el cabello
escutem, sempre, o crepitar das labaredas”. escuchen, siempre, el crepitar de las llamaradas.”
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15 E depois, Y después,
disse ao verdadeiro Pai Tupã: dijo al verdadero Padre Tupã:
“Tu cuidarás do mar “Tú cuidarás del mar
e de todos os ramos do mar. y de todas las ramas del mar.
Farei com que te ergas inspirando Haré que te yergas inspirando
as leis que irão refrescar o firmamento. las leyes que refrescarán el firmamento.
Assim, Así,
por meio de teus filhos, os Tupã de Grande Coração, por medio de tus hijos, los Tupã de Gran Corazón,
leva sempre à morada terrena a fonte do frescor lleva siempre a la morada terrena la fuente del frescor
para nossos filhos queridos, para nuestros hijos queridos,
para nossas filhas queridas”. para nuestras hijas queridas.”
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“E por isso, Tupã, meu filho, pai verdadeiro, “Y por eso, Tupã, hijo mío, padre verdadero,
do granizo e da chuva guardarás o frescor del granizo y de la lluvia guardarás el frescor
no âmago do coração de nossos filhos. en el centro del corazón de nuestros hijos.
Só assim Sólo así
na vida dos que irão se erguer no leito terreno, en la vida de los que se erguirán en el lecho terreno,
mesmo dos que não querem conviver com amor, aun los que no quieren convivir con amor,
haverá temperança. habrá temperancia.
19 Pois com a vinda dessa névoa fria Pues con la venida de esta niebla fría
nossas filhas queridas, nuestras hijas queridas,
nossos queridos filhos vindouros, nuestros queridos hijos venideros,
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irão conviver nos termos do amor convivirán en los términos del amor
sem sofrer os excessos do calor”. sin sufrir los excesos del calor.”
20 Ñamandu, pai verdadeiro, o primeiro, Ñamandú, padre verdadero, el primero,
depois de nomear cada um dos verdadeiros pais de seus filhos después de nombrar cada uno de los verdaderos padres de sus
vindouros, hijos venideros,
e cada um dos verdadeiros pais das palavras-almas de seus filhos y cada uno de los verdaderos padres de las palabras-almas de sus
vindouros, hijos venideros,
todos a sós em seus lugares certos, falou: todos a solas en sus lugares ciertos, habló:
“Agora, “Ahora,
depois de nomeá-los, después de nombrarlos,
todos a sós em seus lugares certos, todos a solas en sus lugares ciertos,
da conduta dos adornados com o cocar de plumas, de la conducta de los adornados con el tocado de plumas,
da conduta das adornadas com flores nos cabelos, de la conducta de las adornadas con flores en el cabello,
vós, por si mesmos, ireis saber”. ustedes, por sí mismos, van a saber.”
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BREVE ELUCIDARIO:
Notas a los cantos sagrados
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reko (variante: teko; gueko; gueko): modo de ser, el modo de vida Guaraní.
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1. Ñande Ru Papa tenonde el término fue en definitiva adoptado por los Mbyá para designar,
junto al título Ñamandú Ru Ete, el ser supremo de su teogonía, el
Ñande: nuestro. Creador. (Ayvu: 28)
Ru: padre. tenonde: de -enonde: la parte que está más adelante. Peralta: “parte
anterior de una cosa”; enfrente, delante, adelante.
Papa: último-último, absoluto.
2. Yvára pypyte,
Hay discordancias sobre este concepto entre los Mbyá, según pudo
apyka apu’a i,
constatar Cadogan al entrevistar a Tomás, de Yvytuko, y al cacique
pytû yma mbytére
Che’iro, en la época dirigente de una tribu del Alto Monday.
oguerojera
Preguntado sobre por qué el Padre Primero Ñamandú, habiendo
creado su cuerpo divino, era llamado Papa, Tomás respondió: “En
yvára (guaraní yvága): de yva: el cielo, el paraíso; por extensión, el
virtud de haberse inspirado con fervor nuestro Padre primero,
alma, la parte divina del hombre.
en virtud de haber adquirido fuerza, Él existía en los confines del
espacio. Habiendo concebido las normas que regirían sus futuras pypyte: planta del pie (literalmente, ‘medio del pie’).
actividades, habiendo concebido su futura morada terrena, en
virtud de haber existido en los últimos confines del espacio es apyka apu’a i: apyka: silla, banquito (la i final indica el diminutivo);
que nosotros lo llamamos «nosso Padre último-último primero»”. vehículo sobrenatural, que lleva o arrebata personas hacia la
Cadogan cuestiona el origen mbyá-guaraní de papa, y recuerda habitación divina (Léxico guaraní); apu’a: redondo. El tradicional
la opinión del cacique Che’iro, para quien “papa es bueno para apyka mbyá es tallado en madera de ygary (Cedrella fissilis: cedro).
los jurua —cristianos— pero no para nosotros, para quienes Ñemboapyka significa ser concebido.
Ñamandú es el primero, ni para ti, que buscas la sabiduría entre
nosotros”. Poco después, Cristino, de Yvytuko, al narrarle a pytû: oscuro, noche, tiniebla.
Cadogan algunos mitos, dijo: “Nãmandu Ru Ete tenondeguá,
yma: antiguamente, en el pasado remoto.
a quien ustedes llaman Papa tenondé”. Al depararse con versiones
diversas en diferentes comunidades Mbyá, Cadogan propuso la mbyte: de pyte (parte central).
hipótesis de que se trataría de un ejemplo de sincretismo, debido al
contacto prolongado con catequizadores católicos. En todo caso, oguerojera: lo mismo que ombojera: hacer desabrochar, abrir etc.;
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ombojera-jera: desamarrarse; mbojera, mbojera pyau: hacer que el 3. Yvára jechaka mba’ekuaa,
espíritu (de alguien) vuelva a vivir después de muerto. Crear (algo yvára rendupa,
o alguien) de la nada, o transformarlo en otra cosa.
jechaka: de echaka: deslumbra; hecha: ver, percibir.
ra: abrir, desatar, desenvolver (en el sentido de algo que va siendo
creado de a poco). mba’ekuaa: tener conocimiento de las cosas (muchas veces de
procedencia espiritual);
En conversación con Teodoro Tupã Alves, éste me proveyó de una
variante para apyka apu’a i: apyka miri: (pequeños calcañares). mba’e: cosa, objeto no humano, fantasma; kuaa: saber, aprender.
Argumentó que estar “de apyka” es estar erecto, como quien se
yvára rendupa: (-endu: oír; pa: todo): “Lo divino que todo oye”.
levanta después de haber estado sentado en cuclillas, en el suelo
o sobre los talones. Le menciono las opciones traductoras de Al llegar a este punto de la lectura del canto, Teodoro me llamó la
Cadogan (asiento ritual) y de Pierre Clastres (nalgas) y las rechaza atención respecto al verbo -endu, diciendo que en su versión del
con firmeza. Vale notar que para los guaraníes “dar asiento” es canto el término que aparece es endy: brillo, luz.
“concebir”, “generar”, “nacer”, y que “asiento” también es sinónimo
de “nalgas”. En mi traducción, mantuve la acepción propuesta por yvára popyte, yvyra’i
Cadogan y corroborada por muchos chamanes y también por yvára popyte rakã poty
Bartomeu Melià. Sin embargo, como los rezos son individuales,
permitiendo fluctuaciones de sentido y variaciones, y considerando popyte: palma de la mano
incluso posibles equívocos debidos a la oralización de los cantos
al ser registrados, introduzco aquí la versión del canto de Teodoro pyte: parte central de algo, medio; po: mano.
(que tiene bastante sentido en la escena del nacimiento del dios),
en dos traducciones: “los pequeños talones” y “el breve arco de los yvyra: madera, árbol (de yvyrã: literalmente, ‘futura tierra’, porque el
talones” (en esta última recuperando un poco la “redondez” del arbol tumbado se transforma nuevamente en tierra. Por extensión,
canto recopilado por Cadogan). cetro, bastón, o, según la expresión adoptada por Cadogan (Ayvu:
30), “vara-insignia, emblema del poder de Ñande Ru y también
emblema de poder de los dirigentes”. Cadogan menciona que de la
punta de la yvyra’i surgirán “las llamas y la neblina que engendrarán
el universo”.
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poty: flor. Ramas en flor de las palmas de las manos celestes (dedos 5. Ñande Ru tenondegua
y uñas, en el vocabulario religioso). oyvára rete oguerojera i jave oikóvy
apyre: último; variante apyte: cumbrera, coronilla (es por lo alto oyvy ruparã i oikuaa’eÿ mboyve ojeupe,
de la cabeza que la sabiduría del dios penetra en el alma humana).
yvy rupa: lecho o morada terrena (upa: cama, sepultura; yvy: tierra).
apy: extremidad de algo, punta.
oikuaa’eÿ: kuua: saber; eÿ: indica negación.
katu: bueno, bien.
oyvarã, oyvyrã
jeguaka: -jegua: adornarse con algo, generalmente en el cabello;
adorno, ornato, afeite. rã: indica futuro; yvyrã: futura tierra.
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oyvárapy: dentro de su cielo (en su divindad); py: en, dentro de. 8. Yvy tenonde
familia de un terrible diluvio (que destruyó la Tierra Primera : Yvy pajelança).1 En breve la casa se soltó del suelo, flotó un
tenonde), alcanzando a Yvy Marã’ey. Curt Nimuendajú, en su Las poco a la deriva y luego subió hacia el cielo. Apenas la casa
atravesó las puertas celestes y estuvo a salvo, el diluvio
leyendas de la creación y destrucción del mundo como fundamentos embistió el cielo.”
de la religión de los Apapocúva-Guaraní, describe en detalle una
versión de este mito que, por su relación con el canto Yvy tenonde, ára yma ojeupity ñavõ
intentaré resumir aquí:
ára yma: el fin del año viejo (el invierno, en el vocabulario religioso).
Descendiendo a la Tierra para avisar a Guyraypotý de que
iba a destruir el universo, Ñanderuvuçú le ordenó que
organizase una danza de pajelança. Con sus seguidores, Cadogan, en la traducción al español, adopta “tiempo-espacio
Guyraypotý danzó durante cuatro años, hasta que se oyó primigenio”. Recuerda que ára yma ñemokandire es resurrección
a la distancia el trueno (Tupã) anunciando el fin. Al oeste,
la Tierra ya estaba desmoronándose, pues Ñanderuvuçú del tiempo nuevo, y completa: “Estos nombres dan a entender que
había retirado uno de los pilares que la aseguraban. Un la primavera (como el verano: kuaray puku a jevy, el retorno de los
fuego subterráneo comenzó a destruir el subsuelo a partir
soles largos) fueran creados por Ñande Ru” (Ayvu, 31).
de su borde occidental, que se desplomó cuando las
llamaradas llegaron a la superficie, avanzando en seguida
hacia el este. Guyraypotý entonces salió caminando con ára yma ñemokandire ojeupity ñavõ
su grupo en esa dirección, rumbo al mar. Plantaron rozas
apenas les fue posible, y después pasaron a comer lo que
Guyraypotý encontraba, o sea, aquello que creaba con sus ñemokandire: kandire: resurrección; kã: huesos; ndikuéri: se
poderes mágicos. Alcanzaron la Sierra del Mar, adonde mantienen frescos.
Guyraypotý mandó construir una casa de palos chatos, y
allí recomenzaron la danza. Otros cuatro años pasaron y
vino el diluvio, «esto es: el agua del mar irguióse como En el vocabulario religioso, ára yma ñemokandire designa el
una muralla e inundando la Sierra del Mar, arremetió resurgimiento del tiempo-espacio primigenio en que el dios se
contra el sostén incandescente de la Tierra —pues desdobló. El verso todo, en traducción libre: cada vez que el tiempo
Ñanderuvuçú edificaría sobre ello un mundo nuevo».
antiguo/invierno revive sus renuevos [por huesos frescos]/cada vez
Las aguas comenzaron a inundar la casa. Guyraypotý se
puso a llorar, pero su mujer le pidió que subiese al tejado y que renace el tiempo del comienzo”. “El nombre implica que los
abriese los brazos, para que los pájaros en apuros pudiesen que alcanzan este estado ascienden a los cielos sin que la armazón
posarse allí. Él debía impeler hacia el cenit a todos los
ósea del cuerpo se descomponga” (Ayvu: 101). Se sabe que los
pájaros buenos que se posasen en sus brazos. Cuando las
aguas inundaron la casa, alcanzando las rodillas de los
indios, la mujer continuó batiendo la tacuara ritual contra 1
Nota del traductor: pajé es el chamán, sanador, hechicero favorable
una de las vigas. Entonces Guyraypotý comenzó a cantar (feitiçero), conector de mundos, el que bendice (benzedor), profetiza, restau-
el Ñeengaraí (momento más importante de la danza de ra, trama para destrabar, danzante en la pajelança (ritual que aquél ejecuta).
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ára yma ñemokandire ojeupity ñavõ huesos de los pajes eran objeto de culto entre los guaraníes. En el
siglo xvii, el padre jesuita peruano Antonio Ruiz de Montoya, en
ñemokandire: kandire: resurrección; kã: huesos; ndikuéri: se una de sus incursiones a la floresta en busca de los lugares donde
mantienen frescos. estaban los osarios, los encontró quemados por miembros de la
propia Compañía de Jesús.
En el vocabulario religioso, ára yma ñemokandire designa el
resurgimiento del tiempo-espacio primigenio en que el dios se tajy potýpy
desdobló. El verso todo, en traducción libre: cada vez que el tiempo
antiguo/invierno revive sus renuevos [por huesos frescos]/cada vez tajy: ipê (tecoma), “árbol de corteza gruesa”.
que renace el tiempo del comienzo”. “El nombre implica que los
que alcanzan este estado ascienden a los cielos sin que la armazón potypy: florecer.
ósea del cuerpo se descomponga” (Ayvu: 101). Se sabe que los
huesos de los pajes eran objeto de culto entre los guaraníes. En el ára pyau ñemokandire
siglo xvii, el padre jesuita peruano Antonio Ruiz de Montoya, en
una de sus incursiones a la floresta en busca de los lugares donde ára pyau (literalmente, ‘día nuevo’): nueva estación.
estaban los osarios, los encontró quemados por miembros de la
propia Compañía de Jesús. En el vocabulario religioso, ára pyau ñemokandire designa el
resurgimiento del tiempo nuevo. En este trecho del canto,
tajy potýpy presintiendo la primavera, los vientos se mueven y dan paso a los
vientos nuevos (norte y noroeste) que anuncian la mudanza de
tajy: ipê (tecoma), “árbol de corteza gruesa”.
estación.
potypy: florecer.
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Ayvu rapyta
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1. okuaararávyma 2. Oãmyvyma
kuaarara: significa sabiduría, poder creador (kuaa: saber; ra: ã: estar erguido; py, mby: partícula verbal; ma: ya
radical de jera, mbojera, guerojera: crear). > Incorporándose / Habiéndose erguido.
O sea, habiendo tomado la forma humana.
Kuaarara es uno de los términos sagrados más importantes para
los guaraníes, que no lo pronuncian frente a extraños. En medio 3. mborayu rapytarã oikuaa ojeupe
del caos oscuro del comienzo, el dios supremo fue iluminado por
el brillo de su propio corazón, siendo kuaarara la fuente de esa luz Aunque literalmente mborayu signifique ‘amor’, su sentido en
que antecedió a la creación del sol: su “sol” era el saber contenido este canto es controversial. La traducción de Cadogan, “amor
en su “ser-de-cielo”. al prójimo”, encuentra eco en la acepción dada por Montoya en
su Tesoro de la lengua guaraní, cual sea, el amor de Dios por sus
criaturas y viceversa. Discordando, Pierre Clastres argumenta
tataendy, tatachina ogueromoñemoña. que los misioneros adoptaron tendenciosamente el término
mborayu “para expresar la idea cristiana del amor”, y que, en este
tataendy: llamas (manifestación visible de la divinidad). Karaí Ru sentido, la traducción de Cadogan “no es falsa, sino impropia” (El
Ete es el numen protector de las llamas divinas. De tata: -ata: fuego habla sagrada: 31). Clastres optó por una expresión: “lo que está
y endy: brillo, luz. destinado a reunir”, por creer que el término irradia el concepto de
“solidaridad tribal”.
tatachina (tatachi: humareda; na: semejante a): término
perteneciente al vocabulario religioso, nomina la neblina que
4. mba’e a’ã rapyta peteî oguerojera
aparece al final del invierno, preanunciando el vigor de la primavera
y el calor. Ñamandú va multiplicando el fuego fulgurante y la
mba’e a’ã: canto o himno sagrado.
niebla que da vida. Esta neblina, que para los Mbyá propicia
la revitalización de todos los seres, tiene su “doble terreno” en a’ã (ha’ã): empeñarse (en busca de fuerza espiritual).
la humareda de tabaco que “asciende” al ser exhalada por los
sacerdotes indígenas en sus rituales, simbolizando un medio de Cantos y rezos son un esfuerzo en procura de aliento y coraje. Los
comunicación con el dios primero. Jakaira Ru Ete es su numen guaraníes “reciben en sueños” sus propios cantos rituales. Me tomo
protector. la libertad de relatar aquí una experiencia ocurrida en Ocoy, cuando
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estuve allá para conversar con los indios sobre los mitos que estaba gua’y reta ñe’êy ru eterã,
traduciendo. Tenía a mano los originales de los cantos y un esbozo
de la traducción. Se los entregué a Teodoro. Él primero le obsequió ñe’êy: espíritu que los dioses envían para encarnarse en el niño que
a mi hijo Pedro Jerônimo un arco y flecha de su propia labra, y está por nacer; porción divina del alma, palabra-alma.
entonces comenzó a “cantar” su versión del primer canto, parando,
a veces, para recordar algún pasaje, y consultando el manuscrito —De la palabra-alma de sus muchos futuros hijos el verdadero
con genuino interés. Después me llevó hasta el líder religioso de la padre.
aldea. Luego nos vimos rodeados de moradores, que comentaban
pasajes de los cantos, disentían aquí y allá con el registro, aportaban El concepto de palabra-alma es central en la mitología de los
y explicaban variantes, en una reunión memorable de revivificación Mbyá. Vimos cómo se describe la creación del lenguaje por el dios
del mito. supremo, siendo aquél, por lo tanto, de origen divino, embrión
de la palabra-alma que los dioses envían a la Tierra para “habitar”
5. mavaêpepa ayvu rapyta omboja’o i anguã al recién nacido. En El Guaraní: experiencia religiosa, Bartomeu
Melià afirma que la unión sexual entre un hombre y una mujer es la
mboja’o: repartir, distribuir. Dícese también amboja’o arandu: ocasión “para que se dé este acto poético mediante el cual la palabra
asimilo sabiduría de los dioses. soñada por el padre es comunicada a la madre, que de este modo
—sobre con quién compartir la fuente del habla. queda encinta de esa misma palabra. El hecho de ser generado y
concebido un ser humano es designado metafóricamente por
los Mbyá con la expresión oñemboapyka, “se da asiento”, en clara
mba’e a’ã ñeychyrõgui omboja’o i anguã. alusión al modo como Ñande Ru (Nuestro Padre) se sienta en su
banquito ritual, iluminándose a sí mismo en medio de las tinieblas.
ñeychyrõ: repetirse, ponerse en fila. (...) Si la concepción y el nacimiento de un Guaraní se resumen
—sobre con quién compartir las series de palabras del sonido en un acto poético de encarnación de la palabra, toda la vida del
sagrado. mismo será recreación de ese acto inicial, de diversas maneras”.
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[Primera parte]
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Las palmeras pindó (Attalea compta) tienen un bello porte. Sus para que se dé el cambio de las estaciones: oguerova Ñande Ru ára
nueces son muy duras, con algunas semillas ricas en aceite utilizable. yma rapyta (Ayvu: 59).
Pero no sólo éste es importante para la economía indígena: aparte
de proveer el palmito para la alimentación, con las fibras de la —En el origen de los primeros tiempos creó una palmera celeste
pindoba se hacen cuerdas para los arcos, que son tallados en su Esta quinta palmera se ubica en el sur.
madera, y las palmas sirven de revestimiento para las casas.
Pindovy peteî ñirûi ombojera
amboae
peteî ñiruî: el número 5; literalmente, ‘una serie de compañeros’, o
amba: por lo general designa la morada de los dioses. ‘los dedos de la mano’.
—creó cinco palmeras celestes
Pindovy ombojera Tupã ambáre
Pindovýre ojejokua yvy rupa
—creó una palmera azul en el poniente / en la morada de Tupã
La morada de Tupã queda en el oeste. jokua: amarra; jejokua: amarrarse o quedar amarrado.
—el lecho terreno está amarrado a las palmeras celestes / la morada
yvytu porã rapytáre ombojera Pindovy en la Tierra está atada a las palmeras azules.
yvytu porã rapyta: el origen de los vientos buenos, norte y noroeste, 3. Mboapy meme rire oÿ yva
que anuncian la llegada de la primavera.
mboapy meme rive: el número 7; uno después de dos veces tres.
yvytu (de yvy - tierra; y pytu: hálito, aire expulsado, soplo): viento. —Existen siete cielos
—Una fuente de los buenos vientos fue creando la palmera azul
yva ijyta irundy
ára yma rapytáre ombojera Pindovy
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jae’o: llorar; erojae’o: plañir, lamentar. ñuu: campo (grama, capín, nhuÿ, ñuÿ).
—aquel que primero allí lloró
-po; ocurre solamente en negativo: existir, haber.
yrypa i, ñakyra pytã i —campo antes no había
—para que fuese elaborando prados —el primero que allí cantó, / los sonidos que allí se hicieron oír
la tucura él hizo venir primero.
chirîrî : chillido agudo (en el Diccionario guaraní-español de Peralta mboai: causar herimiento en; herir.
y Osuna, chirirî aparece como ‘ruido muy suave’; ‘ruido como el
que produce la cascabel’). parãrã, como vimos, es ‘chillido menos —Aquel que primero hirió el lecho de tierra de Nuestro Padre fue
agudo’, ‘ruido como de lata vacía’. el tatú.
10. ogueroñe’endu ypy i va’ekue El tatú simboliza la creación del mundo subterráneo.
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12. Pytû ja, Urukure’a i ejercicios espirituales se dice: oike opy: introdúcese en el interior
de la casa, subentendiéndose que es para dedicarse a la oración”
Urukure’a: especie de lechuza (Speotyto cunicularia). Caburé- (Ayvu: 61).
del-campo.
—El dueño de lo oscuro es el caburé-del-campo. Oñeangareko va’erã tataendy ryapurãre
Ñande Ru Kuaray, ko’ê ja tataendy ryapu: ruido del crepitar de llamas; yapu: crepitar.tataendy
ryapu: literalmente ‘barullo’ de la vivacidad del fuego.
—Nuestro Padre, el Sol, dueño de la aurora. —cuidarán del crepitar de las llamaradas
“Todo trueno que se oye al sur —especialmente en la primavera—
[Segunda parte] es producido por las hileras de mujeres a cargo de Karaí Ru Ete,
que las destapa para que los hombres escuchen su ruido. Karaí Ru
13. Ete también es llamado tataendy ryapu ja: «el dueño del ruido del
crepitar de llamas»” (Ayvu: 63).
Después de delinear la primera Tierra, Ñamandú “define las
funciones de los dioses precedentes generados. Más próximos a los ára pyau ñavõ emboguyuka i
humanos que a él, asegurarán la permanencia de las representaciones
terrestres de lo divino, de la vida sobre la primera Tierra como ñavõ: cada vez.
imagen de la divinidad” (El habla sagrada: 39).
ára pyau: comienzo del año, primavera.
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—al verdadero Padre Jakaira rekorã: reglas, leyes; reko: modo de ser; condición, conducta.
—las normas para regir el amor / los modos de ser y convivir del
Jakaira es el numen protector de la neblina que surge al final del amor
invierno, infundiendo vigor a todo y todos, como vimos. En El
habla sagrada, Clastres destaca la relación entre la neblina (que nomboaku aéi va’erã
reuniría “la sustancia divina de lo humano, las Bellas Palabras”) y la
humareda de la pipa de los sacerdotes y profetas, que por medio de mboaku aéi: sobrecalentar, excitar hasta un punto peligroso.
ella pueden oír los mensajes enviados por Jakaira.
Habitando el corazón, el frescor trae la temperancia (yvára
15. Yvára ñemboro’y rekorã ano’aukáta ndévy ñemboro’y), y con esto se preserva el mborayu, los modos de ser y
convivir con amor. El equilibrio se alcanza por la alternancia entre
ñemboro’y: enfriar del tiempo. el fuego, el calor de Karaí y la lluvia, el frío de Tupã.
eko: vida, sistema cultural, conjunto de costumbres. 20. omoñeenoimba i mavy gua’y ru eter
yvára ñemboro’y rekorã: leyes que producirán el refrescamiento de ñeenoi: llamarse; nominación.
la divinidad. Ejemplos son la temperancia y la moderación, “siendo —después de nombrar a cada uno de los verdaderos padres de sus
sus manifestaciones visibles la lluvia y el granizo” (Ayvu: 63). futuros hijos
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TAKING NOTES
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1
Itã: en tupí, designa ciertos ornatos de piedra pulida que se encuentran
en las urnas funerarias de antiguos pueblos aborígenes. Sambá y tambá: en
portugués, del tupí, ‘concha’. El término sambaqui en tupí designa “antiquísi-
mos depósitos, situados ora en la costa, ora en lagunas o ríos del litoral,
y formados por montones de conchas, restos de cocina y de esqueletos
amontonados por tribus salvajes que habitaron el litoral americano en épocas
prehistóricas” (Novo dicionário Aurélio da língua portuguesa. Curitiba: Positi-
vo, 2004) [nota del traductor].
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EN BUSCA DEL
TIEMPO DE LOS
LARGOS SOLES
ETERNOS
(la “Tierra sin Mal” de los guaraníes)
J
efe de la primera misión jesuítica enviada al Brasil para
catequizar a los nativos, el padre portugués Manuel da Nóbrega,
al desembarcar en las tierras de América en 1549, afirmaría que
aquí bastaban unas pocas letras, “pues todo es como papel en
blanco”: ignoraba (en más de un sentido) la multiplicidad de culturas
de los más de mil pueblos indígenas que aquí vivían y —aunque no
poseyesen escritura— su riqueza sutil. Para los colonizadores y
evangelizadores europeos desembarcados de las carabelas, su “Nuevo
Mundo” era un lugar poblado por hombres primitivos, salvajes, “sin
fe, sin ley, sin rey”. Mucho río y mucha sangre habrían de correr hacia
el mar antes de que algunos comenzaran a percibir que los habitantes
del continente americano formaban verdaderas sociedades, con sus
costumbres, sus hábitos, sus tradiciones, sus creencias —en suma, sus
propias culturas.
Una de esas creencias era la de la Yvy Marã’ey. El término guaraní
Yvy Marã’ey significa, al pie de la letra, “tierra que no se estraga”, “tierra que
no se acaba”, “tierra que no se corrompe”. Pero muchos lo han interpreta-
do como “Tierra sin Mal” y por extensión “Paraíso” —superponiendo
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al término un concepto judeocristiano ajeno a la cultura indígena. El morando provisoriamente en chozas construidas al margen de la comuni-
jesuita Ruiz de Montoya lo traduce, en su Tesoro de la lengua guaraní, dad. Se cuenta que hasta en las aldeas enemigas eran bien recibidos,
por “suelo intacto, que no fue edificado”, “suelo virgen”, interpretación pudiendo transitar libremente por el territorio. A veces afirmaban tener
defendida actualmente por un gran conocedor de la cultura guaraní, el visiones o ver en sueños la localización de la “Tierra sin Mal”. Entonces
antropólogo y lingüista Bartomeu Melià, para quien la “Tierra sin Mal” se dirigían a la aldea y hablaban a los demás acerca de su “visión”, consid-
y las migraciones a ella asociadas (o asociables) estarían estrechamente erada de inspiración divina.
ligadas a la búsqueda de tierras nuevas adonde establecer, aun si proviso- En una de sus Cartas do Brasil, el misionero Manuel da Nóbrega
riamente, aldeas y rozas. Pues las culturas amerindias en tierras brasileras describió el discurso de un pajé oído en el claro de una floresta brasilera a
(a diferencia de las de Mesoamérica) eran seminómades. mediados del siglo xvi:
Entre los diversos matices interpretativos del mito, el abordaje de
Hélène y Pierre Clastres ve las migraciones ligadas a la “Tierra sin Mal” En llegando el hechicero les dijo que no intentasen
trabajar, ni fuesen a la roza, que el mantenimiento por sí
como resultado de una crisis al interior de las propias sociedades indíge- crecería, y que nunca les faltaría qué comer, y que por sí
nas, descartando así la idea, también aventada, de que el mito fuese la vendría a casa, y que las azadas cavarían y las flechas irían
a la selva por caza para su señor y que habrían de matar
respuesta de un pueblo oprimido por el colonizador. Pues otros autores
muchos de sus contrarios, y capturarían muchos para
defienden la tesis de que las migraciones habrían sido deflagradas por una sus comeres y prometióles larga vida, y que las viejas se
gran crisis en las sociedades indígenas post-conquista (con el exterminio, habrían de tornar mozas, y las hijas que las diesen a quien
quisieren y otras cosas semejantes les dijo y prometió.
la esclavización y la dolorosa catequización jesuita minando las culturas
nativas).
Esos pajés creían poder localizar tal tierra de abundancia, libertad
A despecho de las controversias sobre el sentido del término,
e inmortalidad (y que podía ser encontrada en vida) a través de prácti-
incontables desplazamientos se dieron por entre selvas y ríos de América
cas rituales, como el jeroky ñembo’e (la danza-oración) y los ayunos
asociados con esta creencia. Si bien se sabe de migraciones semejantes
prolongados —tornando el cuerpo tan leve que podría volar sobre
realizadas por otros grupos indígenas, las más conocidas son las largas
los mares y posarse, finalmente, en la Yvy Marã’ey. La “Tierra sin Mal”
caminatas de los Tupí-Guaraní, y en particular de los guaraníes (etnia
estaría, así, al alcance de aquellos que encarasen colectivamente el
que incluye subgrupos como los Ñandeva, los Kaiowá y los Mbyá),
arduo viaje y que también fortaleciesen los rituales antropofágicos de
documentadas desde la llegada de los europeos en el siglo xvi, aunque
importancia central en su cultura, matando y devorando a los enemigos.
probablemente anteriores a ésta.
Por razones prácticas y culturales robustecidas y cimentadas por
Relatos de viajeros mencionan pajés que no se establecían con la
el mito, aldeas enteras enfrentaban difíciles desplazamientos, alimentán-
aldea: vivían vagando por la selva, de asentamiento en asentamiento,
dose de lo que pudiesen portar (principalmente mandioca cultivada) y
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de lo que consiguiesen encontrar en la selva. Cuando el hambre, a pesar ayuno y a la danza; todo un año consagrado a la danza mal
llega a revelar la orientación o camino a seguir.1
de todo, comenzaba a imperar, se veían obligados a parar y plantar una
roza, para después seguir viaje. Interesa aquí reflexionar sobre la tradición
Aunque algunas fuentes refieran que la Yvy Marã’ey se ubicaría al
guaraní de la reciprocidad, recordada hasta hoy por los ancianos. Uno
oeste, o en el “centro del soporte de la Tierra”, en general las sendas de
de ellos, en la aldea guaraní de Ocoy, cuenta que para que los árboles
deambulación tomaban el rumbo este, al filo del sol naciente. Es curioso
produjesen buenos frutos debían de ser plantados por otros —o sea,
que para los guaraníes el fin del mundo también esté ligado al sol. En ese
dejados para quien esté viniendo por la floresta. Este sería el motivo
tiempo, la Tierra comenzará a derrumbarse por el poniente, y el sol no
de sus constantes mudanzas (upare ore rova).
surgirá más, pues será devorado, junto a la luna, por el murciélago Mbopí
En el origen de la creencia en la “Tierra sin Mal” se encuentran
recoypý. Entonces el jaguar azul será soltado, y acabará con toda la gente,
antiguos mitos sobre la destrucción del universo, como el de Guyraypotý,
en medio de grandes lluvias e incendios. No debe ser casual, por lo tanto,
el gran pajé que al ser avisado por Ñanderuvuçú (el “gran padre”) de un
que el término guaraní ko’eramo, usado para nombrar el “mañana”, se
desastre inminente, cumplió con los rituales recomendados y salvó a su
traduzca literalmente por “amanecerse”. En la visión de Bartomeu Melià
familia extensa de un terrible diluvio (que destruyó la Primera Tierra: Yvy
de la Yvy Marã’ey, la “movilidad social” guaraní (uno de los ejes de su
tenonde) alcanzando la Yvy Marã’ey.
cultura) posee, todavía, un sesgo ecológico. Expone que, siendo la “Tierra
Variantes de este mito siempre se escucharon alrededor de la
sin Mal” una tierra, y no un paraíso a encontrar después de la muerte, no
hoguera o en la opy, la casa de rezos. Los ancianos de las comunidades, con
es imaginada por los indios como un “Más Allá”:
la visión cataclísmica característica de la cultura guaraní, nunca dejaron
de recordar que el mundo acabaría de nuevo, de la noche a la mañana Al ser tierra, ella tiene que ser buena. El guaraní, inclusive,
—lo que junto a las predicciones de los pajés ciertamente fortaleció el tiene una visión estética de la Tierra. Para el guaraní la
Tierra es un cuerpo bello, en la cual los árboles son como
ímpetu de aldeas que partían en busca, entre otras cosas, de la yvy marã’ey. la cabellera, la piel a veces es resplandeciente, brillante,
Los guaraníes modernos todavía creen que la destrucción del mundo y los fenómenos de erosión son las enfermedades. Esto
está próxima, según el antropólogo suizo Alfred Métraux, quien cuenta que está en la concepción que nosotros llamamos mítica,
pero que es una concepción muy real para ellos. Incluso
los indios ven en toda catástrofe una señal del desastre: hoy el guaraní establece relaciones con esta concepción
de la Tierra. Ante la deforestación, dice: “Ustedes están
Cuando los sueños, visiones o simples fenómenos enfermando a la Tierra”. Cuando ven que se lotea la
naturales insólitos hacen presentir a algún hechicero Tierra para venderla, dicen: “¿Ustedes no ven que están
la proximidad del peligro, éste, siguiendo el ejemplo de
Guyraypotý, procura escapársele, reuniendo en torno a 1
A religião dos Tupinambá. São Paulo, Editora Nacional / edusp, 1979,
sí y bajo su dirección a los mancebos, que se entregan al
p. 177.
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vendiendo pedazos del cuerpo humano, o sea, están sobrevivencia. Estos lugares, todavía hoy buscados por los
carneando a la Tierra?”.2 Mbyá, presentan, a través de elementos de la flora y de la
fauna típicos de la Mata Atlántica, formaciones rocosas
Actualmente, el porcentaje de tierras reservadas a los pueblos e incluso ruinas de edificaciones antiguas, indicios que
confirman esta tradición. Formar aldeas en estos lugares
indígenas en Brasil es mínimo, principalmente si consideramos su “elegidos” significa estar más cerca del mundo celestial,
pasado histórico y sus necesidades socioculturales. Los guaraníes hace pues, para muchos, es a partir de estos lugares que el
acceso a Yvy Marã’ey, “Tierra sin Mal”, es facilitado —
tiempo sufren con la drástica disminución de sus territorios, pues toda su
objetivo histórico perpetuado por los Mbyá a través de
organización gira en torno al tekoha, sus mitos.4
lugar que reúne condiciones físicas (geográficas y Las muchas motivaciones que originaron e implican el mito estarán
ecológicas) y estratégicas que permiten componer, a
para siempre enmarañadas en la memoria de los períodos precolonial y
partir de una familia extensa con jefatura espiritual
propia, un espacio político-social fundamentado en la colonial, en los relatos de viajeros y en los innumerables análisis que se
religión y en la agricultura de subsistencia.3 cruzan, se sobreponen y se contraponen. Pero el mayor misterio en torno
de Yvy Marã’ey tal vez sea, al final, el modo en que los guaraníes, después
Con la feroz deforestación a que vienen siendo sometidas las flores- de cinco siglos de opresión, logran sobrevivir al margen de la “barbarie”
tas sudamericanas, este “lugar” está dejando de existir, y consecuencias contemporánea. Mirando la niebla, la nube, el rocío, el aliento del
de ello son, por ejemplo, la muerte de niños por hambre y desnutrición rozado en que respira la neblina vivificante, ellos vienen manteniendo
y el alto índice de suicidios entre los guaraníes. con dificultad su tekoha, donde practican el teko (“modo de ser”) de sus
Las cuestiones agrarias de las tierras guaraníes en el litoral y la antepasados, mientras buscan preservar, en la poca tierra que les quedó,
conservación de la Mata Atlántica conforman, al final, las dos caras de la naturaleza y el “habla indestructible” (ayvu marã’ey) que los dioses
una misma moneda: dejaron a su cuidado.
2
“A evangelização guarani do cristianismo”. Trad. Douglas Diegues.
Campo Grande: tve Regional / Secretaria da Cultura do Mato Grosso do
Sul, 2004.
3
Maria Inês Ladeira. “Guarani-Mbyá: situación fundiária e territoriali-
dade”. www.socioambiental.org 4
Loc. cit.
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MORADAS NÓMADES:
poemas
risco surco
no portulano en el portulano
da areia de la arena
o roteiro do error el derrotero del error
(do latim errore): (del latín errore):
viagem sem rumo viaje sin rumbo
e sem fim, y sin fin,
como a dos ascetas como el de los ascetas
e dos apaixonados, y los apasionados,
fadados ao êxtase predestinados al éxtasis
e ao naufrágio y al naufragio
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reductio reductio
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da saudade de la saudade
(...) entre espinhos crepúsculos pisando (...) entre espinos crepúsculos pisando
Góngora Góngora
(murmúrio (murmullo
(à flor) (a la flor)
de olho de ojo
d’água de agua
em grota) en hoya)
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ostro ostro
(…) recorremos aquel lago bermejo, (...) recorremos aquel lago bermejo,
de condenados sitio doloroso. de condenados sitio doloroso.
Dante, via Roa Bastos Dante, vía Roa Bastos
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ar aire
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misiones misiones
relíquias reliquias
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o ouro el oro
o outro el otro
os trapos roídos los trapos roídos
pelos ratos por las ratas
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hombres en rueda
homens em roda
sahúman una maraca
esfumaçam um maracá
en forma de rostro
em forma de rosto
con hojas
com folhas
de tabaco en fuego,
de tabaco em fogo,
mientras el viejo
enquanto o velho
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treno treno
n o rumo en el rumbo
de seu desfecho de su deshecho
um homem ouve un hombre oye
o som rouco el sonido ronco
que vemdo sopro que viene del soplo
nos colmos en los colmos
longos e ocos largos y huecos
do torém del torém
a esmo acaso
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guapuruvus guapuruvus
pétalas pétalos
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“nosso filho está vindo, de algum lugar, “nuestro hijo está viniendo, desde algún lugar,
e fala palavras iguais às de meu pai” y habla palabras iguales a las de mi padre”
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o el
verbo verbo
seja sea
alento aliento
ao al
estridor estridor
doe done
a la
ode oda
o el
silêncio silencio
o el
nome nombre
ao al
desespero desespero
dome dome
o el
medo miedo
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Tecoma Tecoma
soltas sueltos
do caule del asta
as pétalas los pétalos
do ipê del ipé
descolorem decoloran
a penugem la pelusa
dos talos de los tallos
(de repente (de repente
leves, leves,
da corola de la corola
livres), libres),
em alvoroço en alborozo
viçam vigorizan
—após lento —después lento
pouso— reposo—
de sol de sol
o capim el capín
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As almas são visíveis em forma de sombras. Las almas son visibles en forma de sombras.
Da religião guarani, via Schaden De la religión guaraní, vía Schaden
no alfobre en el almácigo
farto de bolor harto de podre
e mofo, y moho,
sobre os sulcos sobre los surcos
cheios llenos
de refolhos de retoños
—em cada covo —en cada cava
um eco de silêncio, un eco de silencio,
a própria sombra la propia sombra
um paroxismo un paroxismo
de roxos de morados
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o sebo el sebo
que acende que enciende
o lume la lumbre
é o mesmo es el mismo
que unge que unge
as mãos las manos
que abrem que abren
sulcos surcos
entre raízes entre raíces
e restolhos, y rastrojos,
tegumentos tegumentos
de mudas, de mudas,
cogumelos hongos
no estrume en el estiércol
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29 dias 29 días
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sue sude
o secor do poço el secor del pozo
soe suene
o oco do cepo el hueco del cepo
brote brote
o bulbo do fruto el bulbo del fruto
vente ventee
o pólen poento el polen en polvo
(ventre) (vientre)
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no tempo en el tiempo
em que os ventos en que los vientos
frios fríos
eram sopros eran soplos
(dobres) (dobles)
fúnebres fúnebres
entre as trevas entre las tinieblas
e o vazio y el vacío
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no lúmen en el lumen
do próprio del propio
útero útero
do negrume de la negrura
evolveu-se evolucionó
(a flor de plumas (la flor de plumas
na fronte), en la frente),
como sol como sol
e nume e fronde y numen y fronde
florescendo floreciendo
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Serie Adugo biri I 10
la brisa rebelada
en dos o tres ráfagas
ahoga el árbol
arrojando al voleo
los rojos sangrientos
de sus pétalos
mi alpargata mojada
va pisando sin pesar
las flores náufragas1
1
Poema original en castellano [nota del traductor].
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PALABRAS-ALMAS
ANTE EL ESPÍRITU
DE INCONTABLES
LATIDOS
A partir de Josely Vianna Baptista y su Roza barroca
Roza b a rro c a . Constelaciones para ayvu rapyta I Josely Vianna Baptista
(a)
Mesmo se eu cantasse
Todas as canções
Todas as canções
Todas as canções do mundo
Sou bicho do mato
Legião Urbana
D
ifícil hallarle término equivalente en castellano al vocablo
portugués roça. Antes de consultar los diccionarios
bilingües, se me hace inevitable pensar en la rosa, su
linaje hermético, así como meditar un chispazo en el roce.
Esa modulación veloz del contacto que es rozar —es decir rozarse, guste
o disguste, pues implica necesariamente una reciprocidad— cuyo apenas
de levedad no siempre llega a eximirse del ser intenso de muchos cuerpos,
que nos incluye.
Para quien leyese, en portugués brasilero —o sea, ya en penumbral—
desde o en el castellano, estas resonancias por estratos podrán ser, por lo
menos, migajas de reminiscencias. La fuerza del adjetivo, desde el frontis
de Roça barroca, permite por cierto advertir un rumor entremezclado
de ancestralidades. Un murmullo posible, una transvoz. Situación, la
del arrastre de resonancias, de la que tampoco imagino exentos a los
colegas lectores en lengua portuguesa.
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Si en el entrelazo verbal ningún detalle es de menor cuantía, hasta integridad al seno cóncavo de un espíritu abarcante, sin dimensión fija, y
las terceras o cuartas instancias cuentan, pueden contar. Lo inminente sin embargo “recordándole a las astillas su fragancia de madera”.
del título de este libro de Josely Vianna Baptista, no apenas brinda una Vía el pase-entonación, con efectos somáticos y anímicos, química
pauta formal sino un primer diamante: una roca de ofrenda también pura de las palabras —la mano franca aunque recóndita del pajé al otro
viene implícita, tras latir el cristal de las transparencias que el innúmero lado del textil, del que se y nos percata antetravés la trama, nos encuentra
nombre convoca (estrella en el ser-de-cielo). Se puede llegar a entrever, en desnudos, materia habitada, en plena fuente inspiradora. ¿El poema que
esta Roça, un libro de involucramientos con el pulir ese diamante de cada genera la transvoz no sería “la sed que calma a la fuente”, percatación
día, cada nombre. de lo real, por ende del verbo, mediante el registro en acto del hecho
Pues, ya en sus adentros facetados, la lengua inaugural anima al inspirador? Entonación, puesta en tono. Afinar por el oído interno la
poema incantatorio: la cualidad es de oración. Fraseo del rezo y mantra del voluntad.
cóncavo receptivo. De pronto, la lectura deviene sustain (sostén y susten- En cuanto al barroco de la roça, de hecho, el libro se alínea con
to, duración en tanto detenimiento en la escucha que hace al reverbero, la centenaria disponibilidad —mestiza— del embarrocamiento, que
gestando en lo poroso el estar). Simultáneas recolección y redispersión hace pensar en la mezcla que representan tantas pinturas virreynales,
de semillas-signos. La acción poética consiste en un agradecimiento que no siempre anónimas, como también en chapas mexicanas de hojalata
salta de protocolos para gestar el hecho inspirador: pintada, exvotos, ropa emplumada, sigilos turbulentos, alto contraste. Y
una flor barroca es un sagrado corazón. Una espiral que despetala sílabas.
Por haber recibido la lumbre Sangres para ese delta. Los ríos en las palmas que se hunden en el humus.
divina del propio Padre primero;
por haber recibido la fuente del habla; Lo atestigua el antiguo cantar. En toda su elemental opacidad la tierra
por haber recibido la fuente del amor resplandece.
y las hileras de palabras del sonido sagrado;
Sin embargo, y para ser cada vez menos estricto, el vocablo roça
por estar unidos al origen del saber creador,
también los llamamos alude a una puntual intervención, en todo sentido terrestre. Además liga,
inspirados padres verdaderos de las palabras-almas; de inmediato, al civilizado urbanita o hipócrita lector de su dicciona-
inspiradas madres verdaderas de las palabras-almas.
rio, con una región específica del planeta. El término portugués pasa a
tener, en el Brasil, una acepción especial: de alguna manera se funde con
“Danza de pajelança”, dice Josely. Añadamos: acción llevada a cabo
una experiencia de la tierra, anterior al “Brasil”. Selvas, florestas, forestas,
por el pajé (en tupí, sanador). El canto dispone al contacto con entidades
junglas, jangales, boscajes, espesuras, montes, frondosidades. Más plantas
no-humanas con un fin preciso de sanación, desatar nudos, convocar los
y bichos que personas. Y, desde luego, completamente otro cuerpo. ¿Qué
estados intermedios. El “ligero trance” del poema contiene, preserva y
será desnudez?
difunde el hálito de muchas voces aunadas. Es la donación del gesto de
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Ámbito físico y sin embargo aurático, donde, interacción Entre los habitantes originarios, nómades de circulación espiralada,
necesaria, la voluntad humana propicia lo inhumano, lo cultiva. La de las selvas sudamericanas, la roça implica la reserva energética que palia
roça es el poema que es el canto que es la voz que es la acción terrestre la necesidad, es decir la base: potenciación convergente, punto axial. El
por excelencia que contacto, corpóreo, elemental. Claro en la fronda, mismo que se encuentra justo donde las dos estacas de la equis eclipsan la
destinado al sembrío, abertura voluntaria entre la vegetación tropical. cruz de la tachadura. La brecha va por el intersticio. Por la ranura se anda
Lugar para la plantación, surtidor del alimento. Donde la necesidad de a pie. El conteo de los pasos es el cuento y la cuenta en el collar. Las
crea fluir, un fluir de persona a persona, generación en generación, sin almas-palabras transmigran simplemente de ser en ser, abriendo brechas,
predestinación, sin otro destino que el origen. canalizando potencias y alineando a quienes cantan con quienes van
Augusto Roa Bastos en su prólogo “Catecismo de la belleza”: enhebrando la escucha. Son incontables los latidos.
No otra cosa ocurre con el canto-alma —que cobra vida en la
Ayvu es, entre los guaraníes, el lenguaje humano, tanto vibración de la voz interna, la cual entona el verbo— que, al propiciar tal
el sonido como la evocación mental. Y en el canto Ayvu
rapyta el poeta, mago, mistagogo, profeta y celebrante encrucijada, funge a favor de la supervivencia, no sólo de los seres concre-
revela que el primero entre todos, el Padre Ñamandú, tos y sucesivos, personas como irrepetibles facetas de un milagro sin fin,
“con el saber contenido en su ser-de-cielo, / y bajo el sol
sino de su espíritu colectivo.
de su lumbre creadora, / se iluminó la fuente del habla /
e la hizo fluir por su ser, divinizándola”. Entre las notas que intercala generosas entre los paneles corredizos de
Desde entonces, la palabra será sagrada para los Mbyá- su díptico libro, Josely Vianna Baptista señala, como factor cohesivo entre los
Guaraní por ser parte de Dios. Ultrajarla por medio de
la mentira es una blasfemia. Entre los indígenas, dar Mbyá-Guaraní, en tanto animadora del espíritu común, a la reciprocidad. Se
la palabra es dar el alma. Ellos no entendían cómo un dan los frutos porque unos han sembrado y otros han plantado, para usufruc-
simple papel trazado con signos y tinta podía tener to de los que vinieren, para que pudiesen venir. Y así se inscribe la comunidad,
más valor que la palabra dada. Todavía hoy, la gente
del campo considera que la palabra empeñada en una sentido de pertenencia al espíritu común a muchos cuerpos, mediante una
promesa es más fuerte que mil documentos […] . transparencia por estratos.
¿Qué parece decirnos, como en sueños, el profeta-
Algo, esencia de esa (e)moción primordial, está contenido, aunque
chamán? ¿No está dando testimonio de la prevalencia
de los sentimientos sobre la solidez contundente de explayado, en este libro que a su modo plantea, y practica, retorno, la
lo que es material? Primero crea el amor y después la temperancia. Cuyo poetizar indispensable es a la vez transcreación (vía
tierra donde cultivarlo. En estos tiempos duros, de
relativización de valores, hace bien echar un vistazo a la reversión en “Tres cantos sagrados de los Mbyá-Guaraní del Guairá”:
estas culturas antiquísimas que la civilización silenció, tal “esas palabras pronunciadas por un desconocido cacique a León Cadogan
vez sin querer, como parte de la estridencia de nuestros son nuestro patrimonio común”, según Roa Bastos) y recreación, en
avances.
“Moradas nómades”, a pulso, de ciertos eventos o bien determinados
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detalles, relacionados con el colapso, en sostenido auge, de nuestra coetáneas, aquel hilo, para algunos de nosotros sagrado, del cantar.
tragedia. Precisamente el recorte, cuando no el despedazamiento, de Pone en juego, delicada incisión, en tanto hacer propositivo de la lengua
todo espíritu: bajo la noción “América”, recuperada para su transfigura- poética, una labor de larguísimo efecto, y, por lo tanto, mucho más
ción, así, en tanto concepto no sellado, en movimiento. subversiva, quizás, que meras reacciones emocionales o contravenciones
La belleza intacta de los cantos guaraníes, epifanía y destello a las leyes de opresión.
quemante de la otredad, se alea, en páginas límpidas trabajadas por Ningún espejo en funciones sino aportar calor, vía las palabras-
estratos de transparencia, con la consciente voluntad, no menos epifáni- almas. Palabras en busca de integridad, una ética de lo posible capaz de
ca, de la incógnita de un destino colectivo reverberando, antes que trama reciprocidad: disparar la flecha de anticurare, acercar, por resonancia,
problemática, urdimbre del canto. “La fuente del habla”: aquel susurro ancestral de la voz guaraní, atravesando los enrejados de
circunstancia así como el supuesto peso definitorio de los hechos legiti-
Ñamandú, nuestro Padre verdadero, el primero,
de una pequeña parte de su ser-de-cielo, mados en tanto históricos.
del saber contenido en su ser-de-cielo El canto, entonces, para una inmensa desmentida. Retornar a la
y bajo el sol de su lumbre creadora,
voz que, por eludida, por verificada en el prejuicio Periferia, no dejó un
propagó el fulgor del fuego y la neblina que da vida.
solo instante de decir. Porque, repitámoslo, se trata de la voz encantada-
Incorporándose, encantatoria, en su devenir naturaleza del canto. Ahí donde la poesía
con el saber en su ser-de-cielo
y bajo el sol de su lumbre creadora, habla, perora, discurre o simplemente expresa, Roça barroca continúa
se iluminó la fuente del habla. cantando. Hace un hilo con la voz. Materia que conduce, como el agua, y
que entrama, como el humus, para una experiencia, no para su alusión. El
Con el saber contenido en su ser-de-cielo,
y bajo el sol de su lumbre creadora, canto anterior al género literario.
nuestro Padre iluminó la fuente del habla En otras páginas, apuntó Douglas Diegues:
y la hizo fluir por su ser, divinizándola.
Antes que la Tierra existiera,
El arte de la palabra, o musical, o ritual, de los Mbyá-
en el caos oscuro del comienzo,
Guaraní, una de las etnias de la familia lingüística
todo oculto en sombras,
tupí-guaraní, acontece fuera de los límites del arte y se
Ñamandú, Padre verdadero, el primero,
confunde con la propia vida y con una religión propia
propagó la fuente del habla y la hizo fluir
de la palabra. No hay distinción entre arte y vida, orar y
por su ser, divinizándola.
cantar, danzar y orar y cantar en el mundo Mbyá, así como
no hay distinción entre palabra y alma. […] En mbyá-
Cuando y donde la poesía pareciera local y temporariamente guarani, palabra es sinónimo de alma. Ése fue uno de
destinada a sostener o ilustrar discursos, o a contrariar estructuras los grandes descubrimientos del antropólogo paraguayo
León Cadogan. Perder la palabra es perder la propia alma.
coaguladas, Josely Vianna Baptista recupera, para las posibles poéticas
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Cuando la palabra abandona el cuerpo, éste desfallece. Habiendo aflorado la fuente de la palabra futura,
Cuando el cuerpo desfallece, la palabra lo abandona y con el saber contenido en su ser-de-cielo
vuela al origen regresando al futuro. y bajo el sol de su lumbre creadora,
de sí fue aflorando la fuente del amor.
Habiendo aflorado la fuente del habla,
La voz encarnándose ante el escrutinio del lector, que ya no habiendo aflorado un poco de amor,
encuentra confirmación alguna en lo escrito y que, por eso mismo, puede con el saber contenido en su ser-de-cielo
y bajo el sol de su lumbre creadora,
sumergirse, de desearlo, en la fuente insaciada de transparencias. Joseli ha
el principio de un sonido sagrado él, a solas, creó.
logrado activar una fiereza mediante la lumbre conectiva de su escritura Antes que la Tierra existiera,
aireada, es decir habitándose las letras con su antigüedad, sus resonan- en el caos oscuro del comienzo,
todo oculto en sombras,
cias-hiatos en el arrastre sin detritos de la lengua confluyente, espesada, el principio de un sonido sagrado él, a solas, creó.
“barroca”. Pero en el sentido del manglar, jungla de signos entredándose
como lianas respiratorias. Espacios inconclusos (aura visiva o material- En este sentido hablamos de un cantar epifánico, que sitúa su línea
ización sonora) como la conversación natural, intercambio de formas de flotación, no en una utopía, un porvenir-a-ser, sino en una encarnación
vivas. del verbo vía un presente dilatado en la oración. Siendo rezo incantato-
Nada parecido a una síntesis; sin embargo una anonimia conden- rio, conjura el canto, porque capaz de hacerse inclusivo, se abarca en lo
sadora, una latencia basculando con una eclosión. El germen anterior al arcaico y nos muestra su fuerza potencial, su proteica actualidad. Pese
mito. Antes del molde del germen ya germinado. La voz en germen. Y en a los difundidos signos en contrario que el reinante pesimismo, incluso
su paradoja de ser escrita, hacerse a la sorpresa de quien no pierde el hilo y apocalíptico, funcional a un sistema de vida, remarca como lección de lo
enhebra energías. Una acción sanadora, cuyas raíces se desplazan por una inexorable.
foresta que no es divisible (el poema, mientras nos canta al oído interno y La sola tarea de traducir, en la que Joseli Vianna Baptista es eximia,
se nos prende, se torna experiencia, se des-predica). es decir indagar e intentar comprender, y asimismo transmitir, esa energía
Raíces del espíritu de muchos cuerpos. Nada más lejos de la noción intacta de los cantos arcaicos que no sólo “nos hablan” del comienzo del
de propiedad intelectual que la reciprocidad: la lengua en tanto don, en mundo sino desde ahí, desde ese punto interdimensional, prehistórico,
frutos más incalculables cuanto cultivos entreverados. de efecto espiralado en la percatación sensible, rotatoria, de los signos,
Si la predestinación es siempre entrópica, el canto es el recurso a la refiere, por cierto, que ese comienzo, o ese ininicio, es continuo y no ha
voz conectiva, una integridad colectiva que se sitúa por fuera de la masa o concluido.
del pueblo nacional. Salta incluso de nuestra interpretación de la tribu, de Alineamos, al cantar, durante la escucha misma que hace a la
la comuna, de la manada humana e interhumana: enigma como germen posibilidad en sí que es la resonancia, siempre en los comienzos, en el caos
activo del alma-palabra que, cuando nombra, no designa, invoca. oscuro del comienzo por cuya desnudez nuevas-arcaicas formas del canto
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nos sitúan en la perspectiva de un devenir que no responde a imperativos Un idioma que decrezca o ascienda sin anunciar, boscajes
de palabras que hoy día están aquí y mañana despiertan
económicos, estratégicos, linearmente estéticos, lingüísticos inclusive.
lejos, y en ese instante, dentro de la misma boca, se pueblan
Devenir-colibrí. Florecer la letra. de otros signos, de nuevas resonancias. En castellano
Tocar con la voz del espíritu común para el enlace incantatorio. te será difícil entenderlo. El castellano es como un río
quieto: cuando dice algo, únicamente dice lo que ese algo
Enhebrar con el hilo de la voz los oídos anillados, eslabonados ahora por dice. El amawaka no. En idioma amawaka las palabras
el entrelazo rítmico, respiratorio: orgánico semoviente. Escuchemos, en contienen siempre. Contienen siempre otras palabras…
veloz versión, algunos trechos del (cada vez menos remoto) entrelazo del […] Nuestras palabras son igual que pozos, en esos pozos
caben las aguas más diversas: cataratas, lloviznas de otros
rezo primordial: tiempos, océanos que fueron y serán de ceniza, remolinos
de ríos y de humanos y lágrimas también. Son lo mismo
Habiendo aflorado, a solas, la fuente del habla futura, que gentes nuestras palabras y a veces mucho más, no
y desdoblado, a solas, un poco de amor; simples portadores de un significado, de un significado
habiendo creado, a solas, un breve sonido sagrado, que siempre es un significado solamente, no son esas
él reflexionó largamente vasijas que se aburren con la misma agua guardada hasta
sobre con quién compartir la fuente del habla; que sus personas, sus lenguas, las olvidan, se rompen o se
sobre con quién compartir el amor, cansan, tumbadas, menos que muertas. No. En nuestras
con quién partir las hileras de palabras del sonido vasijas caben ríos enteros, y si acaso se quiebran, si acaso se
sagrado. raja la envoltura de las palabras, el agua sigue allí, vívida,
intacta, corriendo y renovándose sin parar. Son seres
Después de mucho meditar, vivos que andan por su cuenta, las palabras, animales que
con el saber contenido en su ser-de-cielo nunca se repiten, que nunca se resignan a una misma piel,
y bajo el sol de su lumbre creadora, a una misma temperatura, a unos mismos pasos.
se desdobló en quien reflejaría
su ser-de-cielo. César Calvo. Las tres mitades de Ino Moxo
y otros brujos de la Amazonía
(b)
La roça, según lo inscripto, aquí es barroca. No se hace barroca ni ser se
Todavía está haciéndose este mundo, porfiando su lugar, hace la barroca, roza las rocas de la oquedad conceptual para dispersar
acomodando aquí su más allá, cayendo con los barrancos, algunas semillas en el espacio de la preparación, de la percatación. Percibir
los árboles gigantescos asomando en las islas que hoy
duermen aquí, como el renaco, y mañana despiertan letras mediante como en un braille aural donde la intuición tacta, en un
lejoslejos, y en unos instantes nuevamente se pueblan de reencuentro arcaico, no apenas arcaizante, no la acostumbrada chinoisserie
plantas, de personas, de animales. Para ver y entender y
del precolombino, la serialización indigenista del urbanita culpógeno, el
nombrar un mundo así, requerimos hablar también así.
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exotismo per se: arcaico por el filo de la llaga, que no es subsanada pero cabe preguntarnos por la experiencia mestiza con que hacemos contacto,
invierte su condición estática, sana por contacto una magullada faceta de antes por reverberación que por propósito implícito, al ir tocando con
la sensibilidad (la cual, sabemos, no es unipersonal, aislada). los ojos las páginas de Roça barroca.
El precolombino de Josely es una risa del cuerpo, cuyos tatuajes Patricio Marchant tituló uno de sus basculares ensayos en pos de
son, sobre todo, interiores, interiorizaciones de la tragedia así como de la la palabra desmarcada de toda Patria: “«Atópicos», «etc.» e «indios
posibilidad. Cantar es un trampolín. El envío a la deriva de su insaciada espirituales»”. Dice, y entresaco al ras de lo que aquí interesa, la remisión
sed. Sed que es de la fuente en la boca. a la mezcla continua que supone un barroco enraizado en la roça (o sea
Cuando la escritura abreva en el canto, una conjunción de una marca, cicatriz de una colisión transformada en tatuaje semoviente,
otro orden que, permitiendo sobrevolar La Cultura, desliga del peso colisión recreada, actualizadora del origen en la mira de un destino que se
meramente cultural de la “producción literaria” (serialidad de los cumple a medida que lo probamos):
productos poéticos) para remontar el acto de percatación por su cauce
más informal, es decir su condición premórfica, aun más que metamór- ¿Cómo puede el mestizo —para quien sólo la oscura
relación de sus dos sangres le es clara— encontrar, un
fica, continuo devenir en cuanto abierta posibilidad. encontrar que sea de manera cierta, aunque extraña, un
Y, para y por volver a “América”: aceptar la marca barroca (no una reencontrar, es decir, un “inventar”, la relación entre su
tierra, su sangre y su lengua? […] Fin de la universalidad,
condición ni una maniera: una instancia en su persistir, una mezcla de
voz occidental del hombre, en realidad, comunidad
cualidades pasibles de anticiparse o eludir las morfologías sustentadoras en relación de traducción o, como preferimos decirlo,
de La Definición; pero tampoco lo indefinido: una luz que emana de la “comunidades en traducción”. La traducción entre
comunidades, la traducción al interior de estas últimas,
letra, tanto la impresa del objeto-poema como la resonancia de la que no limita la comunicación; al contrario, la hace posible;
proviene y se hace transportadora). diferencias y restos inasimilables que nos permiten,
Marca, se podría decir, que asimismo es desleída, porque la ellos y sólo ellos, comprender al otro, ser otros, dejar
ser otros, otras, a otros, otras. ¿Cómo no darse cuenta
poesía actualiza el origen, el cual no se escinde más de algún destino. que la tal “universalidad de la esencia humana” es sólo
En el empujón espiralado, al borde del abismo mismo que es la vida en una invención del “racismo espiritual europeo”? […] La
escritura —la inscripción en general— no existe separada
transparencias, elástica tripa para el sonar de la cuerda floja con su ajuste
de hechos biológicos, o costumbres. Ella se les agrega y,
vibratorio, se estira la voz como se traza la vida, en una instancia en que agregándose, les da “forma”, es decir, los hace “ser” y “ser
no hay destino posible sin estancia aborigen. comprensible”. Así, Latinoamérica, antes que surgiese su
“propia” escritura no existía como “Latinoamérica”. Su
No siendo, por ser lectores (y en ello está todo dicho), escritura era una escritura de cronistas inicialmente, de
mbyá-guaraníes, ni europeos en plan de colonización de un territorio, “criollos” españoles afrancesados luego. Y aún más, en
sino, cuántas veces, desterritorializados, por seguir aprendiendo a leer, cierto modo, la “estancia” propia de Latinoamérica, en
tanto su escritura no ha sido pensada, ni comprendida,
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esta América no existe todavía y perfectamente podría cas, opera en todo caso una esperanza de sentido más acá de significados
no existir jamás. Al contrario, los “etc.” y los “indios
significantes.
espirituales”, existen, de una manera visible y evidente
[…]. Los “atópicos”, por su parte, son atípicos. Las palabras-almas están más acá, son, encarnan, el más acá
de cualquier dicción, canto, contracanto, contradicción. Además las
Un precolombino activo. Un barroco precolombino equivale a palabras de los poemas de Josely (no hemos dejado de hablar un solo
un indio espiritual. No el remanido llenado de los huecos con que suele instante cerca de su influjo vegetal-elemental) son palabras extrañadas,
“entenderse” al barroco, en tanto instancia meramente estética, inclusive, puestas a la entreluz de sus ramificaciones influyentes.
sino la proliferación del vacío originante, de la latencia, mediante el ritmo, En el segundo pabellón del díptico, “Moradas nómades”: mientras
el entrelazo. No hay ya un proyecto formal sino una voluntad incorpora- el desplazamiento aborigen es una espiral eslabonándose, enredándose,
tiva, hasta de lo informe mismo, que la latencia, con incalculables latidos, dándose a ese enredar, la instalación o la performance del colonizador,
invoca. del cronista, del evangelizador (cuando no del extirpador de idolatrías)
Por una trilla muy diferente, pero quizá complementaria, en el implica toda una contorsión, asimismo exilios voluntarios o involun-
collage, lo que apuntaba Héctor Libertella en otro ensayo con título tarios. Doble desterritorialización, que ha solido leerse, y con razón,
perentorio: “Introducción a la letra-heroína”. Apelo al contraste: nomás en el anverso de su tragedia, pero que también incita a atisbar,
agora (ahora-espacio, ágora sin agoreros, sin agonía que no restituya el
¿Antes de la Revolución Francesa y después de la Máquina instante-aquí), el otro lado, el doble del rostro, el anverso que también
del Futuro? En ese corte o herida está el eco de un terror
medieval. Para un humanista dueño de la Historia (la
es un reverso y un desplazamiento del universo. Una posible salida de la
de pasos sucesivos) este alto contraste puede producir universión.
un shock eléctrico o un efecto-escalofrío, una cosa muy Se trata, con relación al funcionamiento, casi, del curso poético,
antigua pero del futuro: algo anterior a él que lo pasa por
delante. inseparable de cualquier “recurso”, como en el habitar dinámico de un
punto siempre presente, un solo punto por vez, de un avanzar sin trazado.
Es obvio que la impronta respiratoria de los seres habitantes de Sin embargo en cada recurso patente, adrede, con voluntad de una cierta
Roça barroca poco tiene en común con el “trogladicto, trogodita agacha- cualidad, calidad energética para el poema, para sus elementos-hilacha,
do secretamente en su laboratorio del futuro”, al decir de Libertella, como en una composición barroca, es cierto, pero desde una actitud
aunque se toquen en la magnética instancia de una entrevisión. Ya sea transcreadora.
desde el emblocamiento urbano de los sentidos como desde la confianza, Un barroco, en cualquier caso, que no será “neobarroco” ni
de raigambre lírica, puramente, en cuanto a la eficacia de su método de “tradición barroca”, sino incestuosa concupiscencia entre los mundos que
desplazar la energía verbal mediante transparencias sinestésicas y simbóli- se creían paralelos, un estadio de fusión, una evitación del ruido ambien-
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tal para saltar al ambiente del espíritu común, el alma-palabra. Para ello también producir destrucción, jugar al aceleramiento de las partículas
el poema abre un paréntesis, silencio con más de dos orillas por donde se envenenadas, las semillas entrópicas.
vierte, como por un corte (brecha del desbrozar para la roça), haciendo Donde un poeta como Josely Vianna Baptista pone los acentos, se
pasar la maravilla incógnita, “esta infinita riqueza abandonada” (Edgar reingresa a la canción, que es el canto del desterritorializado, sin embargo
Bayley), de cuya sencillez alcanzada se destila la voz anónima, encarnando reconectado consigo mismo en un presente que se reconoce a cada instante.
la arcaica luz del vate, que se deja traducir: Un punto que no está en el espacio sino que lo abarca. Un momento que
no escapa del tiempo ni lo anula sino que constituye la eclosión incesante,
ningún gesto presente continuo donde, como en el poema “ostro”:
sin pasado
ningún rostro
sin el otro sigo el sendero estrecho
entre verdes y negros
que lo oscuro confunde
¿Barrocos los paneles deslizantes de mimbres unimembres de en la arboleda
las casas sobre palafitos tropicales? ¿O asimismo una composición verbal
veo, entre los tufos
liberada de las crestas de la última onda, enraizando con todo en el propio el río turbio, su rumor
desplazamiento de la ola? Tomando de su fuerza fluvial, inclusive, la escucha salobre entre arbustos
el hondo lecho
serena que permite proyectar, como en una pantalla por delante, la proximi-
que desciende
dad narrativa de algunas figuras, emblemas. lento
Hasta las palabras-almas pasan por estados intermediales. Se insectos secos
y estacas
podría inferir de ello su condición o las bases de su incondicionalidad:
una amplitud, lo que en otros términos podríamos, sin temor a demasia- en el filón brusco
do forzamiento, llamar sentido, o posibilidad de sentido, o apenas (nada en que los juncos
emboscan
menos) posibilidad. ciscos y detritos
Si la reciprocidad regula las latencias en el espacio sagrado por de nuevo encuentro
(sueño sombrío)
sacralizado, por actualización de lo vincular con ese espacio o sus
los círculos de lodo
latencias germinantes, en el contexto de la desacralización, la topadora en tus ojos
avanza, ella sí, por la ruta ancha de la codicia, como si se pudiese evitar lo el contorno tosco
de tu cuerpo
que creemos que nos persigue, la muerte, para, en la producción general, sin nombre
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(el rostro intenta, tienta): de la tierra del Brasil, / pródiga en oro, / malaria y minas
un esbozo fosco
/ de ánimas.
de barro y emplastro
de borra y mosto Algunos poemas cuentan retazos de historias, la colocación
—hibiscos de la voz apenas conlleva rastros de una emoción autoral, aunque ello
mustios
estambres
precisamente cree la ampliación referencial necesaria como para ver y
hematomas) escuchar, en las escenas. Teatro, así, en su acepción barroca: mostración
del recurso, entronización del efecto, que aquí, más cerca de la raíz o de
Importa traer a colación la variable a que refiere Josely, con relación la latencia, alcanza la reversión de cualquier espectacularidad. Las escenas
al mito de la Tierra sin Mal, interpretada por costumbre o lente como el brevemente suspendidas, por contigüidad configuran un retablo que,
Paraíso en la tierra, como surgido a partir del encontronazo con Europa. si bien permite ser recorrido en forma sucesiva (“libro”), presenta una
Al desplazar la palabra “Mal”, con su connotación evidentemente simultaneidad de espejos transmutados, devueltos a la transparencia. La
importada e impuesta —es decir: sin inocencia— por los europeos y su escucha es una práctica transparente.
dios único, su economía, su “pensamiento”, y poner, no en su lugar, sino El poema “reductio” comienza con un primer plano que hace del
en otro lugar, siempre, siempre otro, lugar-otro, una especie de signo de detalle la condensación a desanudar, el ínfimo comienzo que conecta con
pregunta, más mudo que decidor. el (y contiene al) incalculable cuerpoespíritu:
Ahí se reencuentra la roça, la zona de reciprocidad, área de cultivo,
su hábito, roto,
eslabón entre las generaciones, punto de fusión que sería el espíritu comuna, se tornó un estorbo;
espíritu colmena, espíritu delta. Ahí la Tierra Sin Mal vuelve a ser simple- olvidó en el trayecto
el cayado, la cruz
mente la tierra. La que no ha dejado de existir, incluso o mucho más cuando y los cordones de terciopelo
solo la pisoteábamos, la olfateábamos en jauría consciente y voluntaria en oculto en la floresta
el hambre lo descarnó
nuestro afán de arrancarle los frutos. hasta el espíritu:
No el mal, sino el zumo oscuro / que los toros maceran / en el vertedero viviendo de raíces,
tubérculos maduros,
de los / brezos, atravesar la celda de los sentidos (como en el poema “ángel de
restos de cuero rucio,
la Cía. de Jesús”): una incubación y una liberación. La denuncia que hace se ungió, al descubierto,
el poema, él mismo macerado y soltado a su devenir resonancia (desde en un aljibe de lluvia
oculto en la bromelia
los ojos al oído agazapado del ancestral aun en el urbanita), está grávida
de partos que no se han consumado y de gravedades que persisten sin entonces revió en sueños
visos de sanación (que el poema, igual, por desallanamiento de moradas, la cuna del niño, el regazo
materno, el abrazo prohibido
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La operación mágica es mestizar, no masterizar, la lengua. En el A fin de cuentas (del collar de sílabas) está en juego el conjuro.
punto (móvil) de su infinito transitar, ser transitada, por las imágenes ¿Acaso Josely no está diciendo “que la dispersión de las letras quiere
irreductibles, lo intraducible mismo de la experiencia (transpersonal, desautomatizar el mirar y traer el hálito del lector al centro mismo del
no “histórica”). El emisario de la verdad mayestática regresa, por fuerza poema” y, al hablar de una “palabra metamorfizada por esos viajes diversos e
elemental, a la modestia de los comienzos, se enrolla como un feto intemporales —al texto arcaico y a la cosmogonía primitiva, a la translación
y en el latido prenatal, en la potencia, se expande, se hace agua. No de los sentidos bajo paisajes extraños, al cuerpo silencioso y al ritmo de esa
hay patrias ni dominios de saberes excluyentes, sino la vara invicta del habla en estado de arte que es la poesía”, de inmediato cita a Lapassade: “una
poema: una vibración o más bien un habitar vibrátil. de las raras formas de trance relativamente ritualizadas que todavía quedan
Roça barroca o la puesta en gracia, que al levitar se torna incitadora. en Occidente”?
No en vano Josely refiere: El conjurar de la poesía será otro rasgo de retorno, supervivencia
(Warburg) que es escucha, emanación sincrónica del punto espacio-
Los poemas de la serie “Moradas nómades” […] buscan tiempo, en la flor del poema. La floresta de reminiscencias despertadas
dialogar con la sofisticada trama sonora de los cantos,
en el umbral en que arcaico y moderno se encuentran en por el cantar convocante mediante las imágenes irreductibles del espíritu
cruzamientos híbridos. Hay en ellos indicios de algunas de incontables cuerpos se hace y se modula en tanto forma transverbal.
de las inquietudes que me mueven, como los ritos —en su
La voz poética, al mantrar, materializa el numen. El hálito transporta-
vértigo de talles y detalles— de pasaje, de la reproducción
y de la muerte (ésta que, históricamente, el arte y la poesía dor enhebra, atravesándolas, a las personas y sus discursos, en sus salas.
intentan “exorcizar”). Porosas partículas de desnudez:
Antes de comenzar a escribirlos hice algunos viajes,
reales e imaginarios, a comunidades mbyá de Paraná y
el
de la región vecina del Guairá, a fin de conocer un poco
verbo
de su modo de vida, los rituales remanentes, su paisaje. sea
El itinerario fue una especie de “viaje de iniciación” en aliento
que se está al mismo tiempo inmerso en el arrebol de las al
reminiscencias y bajo los súbitos insights de la percepción. estridor
Se inspiró, simbólicamente, en la búsqueda de la “Tierra done
sin Mal”[…], el paraíso mítico de los Guaraníes, todavía la
buscado por algunos grupos en el cenit […]. La cultura oda
indígena, con la que hoy convivimos, la singularidad de
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ÍNDICE
CATECISMO DE LA BELLEZA
Augusto Roa Bastos 11