Existe Metodo Cientifico
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Foto: Miembros del laboratorio del grupo internacional Eurofins realizan test para detectar el
Covid-19, en Madrid. (EFE)
Miembros del laboratorio del grupo internacional Eurofins realizan test para detectar el Covid-
19, en Madrid. (EFE)
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ANTONIO DIÉGUEZ
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@AJDieguez
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FILOSOFÍA
16/06/2020 05:00
Entre los filósofos de la ciencia es ya cosa bien establecida que El Método Científico, así con
mayúsculas y en singular, no existe. Esto sorprende mucho todavía a algunos amigos de
ciencias sociales con los que hablo, porque las ciencias sociales, a diferencia de las naturales,
siguen obsesionadas con la cuestión del Método.
Como nos enseñó Paul Feyerabend (un filósofo que tiene más cosas que enseñar de lo que
generalmente se cree), las ciencias son muy dispares, de modo que no tiene demasiado
sentido hablar de la ciencia en general. La filosofía de la ciencia posterior le ha dado la razón
en esto, y desde principios de los noventa del pasado siglo, en concreto desde el libro de Philip
Kitcher 'El avance de la ciencia', publicado en 1993, no ha vuelto a aparecer una gran obra
ofreciendo una nueva visión metodológica de la ciencia en general o una narrativa global sobre
el cambio de teorías y el progreso científico. Lo que ha ocurrido es que han proliferado las
filosofías de ciencias particulares (filosofía de la física, de la biología, de la economía, de la
psicología, etc.) y estudios sobre aspectos metodológicos concretos (diseño experimental,
procedimientos estadísticos, etc.).
Feyerabend
Feyerabend
Por otra parte, si se quisieran entresacar ciertas reglas metodológicas comunes a todas las
ciencias, como suelen hacer todavía algunos manuales científicos en el capítulo introductorio,
o bien se estarían ofreciendo reglas demasiado triviales y generales que no sirven para nada a
la hora de entrar en un laboratorio, o se estarían exigiendo cosas que no toda ciencia puede
cumplir, al menos de una forma relevante. Esas supuestas reglas metodológicas científicas
generales (observación, formulación de hipótesis, contrastación empírica de hipótesis por
medio de predicciones, revisión de las hipótesis a la luz de la evidencia empírica), no serían
exclusivas de la ciencia. Por ejemplo, son las mismas reglas que se emplean en la vida cotidiana
para resolver numerosos problemas.
Podría replicarse que, aunque se empleen en la vida cotidiana, en la ciencia se usan con mucha
mayor sistematicidad y rigor, y ciertamente habría que estar de acuerdo en eso. ¿Diríamos
entonces que lo que caracteriza a la ciencia es la sistematicidad y el rigor en el uso de
procedimientos que también son empleados fuera de la ciencia? Bueno, podría hacerse,
mientras que no se considere como algo definitorio de la ciencia. No hay que olvidar que
sistematicidad y rigor también puede haber fuera de ella (por ejemplo, en la filosofía o en la
jurisprudencia), ni que la sistematicidad y el rigor por sí solos no hacen que algo sea científico.
Mario Bunge lo mostró con un bonito ejemplo: elaboró una pequeña teoría axiomática sobre
los fantasmas para hacer ver que, si alguien se empeña, puede darle apariencia de cientificidad
a casi cualquier cosa.
Muchos métodos
Sin embargo, y de nuevo Feyerabend tiene razón, esto no significa que en la ciencia no haya
métodos, sino que hay muchos, dependiendo de cada disciplina, y que son revisables y
cambian con el tiempo y con el contexto. El dadaísmo epistemológico que él promovió no es
más que un pluralismo metodológico. Su famoso “todo vale” ('anything goes') ha sido
habitualmente malinterpretado. Feyerabend no quiere decir con eso que en la ciencia cuela sin
problemas cualquier cosa, que si alguien envía un artículo sobre vudú a una revista de física, se
lo publican. Él era físico y sabía perfectamente que esas cosas no pasan. El “todo vale” era una
'reductio' contra los racionalistas metodológicos. Lo que Feyerabend les venía a decir era:
“miren ustedes, en la ciencia no hay normas universales y por eso no hay que empeñarse en
buscarlas, pero como ustedes, señores racionalistas, están obsesionados por encontrar alguna
norma universal, les voy a decir la única que hay: todo vale”. Pero, como puede verse, esto no
era más que una forma de decirles a los popperianos y positivistas que dejaran de buscar
normas universales, que dejaran de buscar El Método Científico.
Feyerabend les venía a decir a popperianos y positivistas que dejaran de buscar normas
universales
La cuestión del método científico, o, si se quiere, del método para conseguir conocimiento
genuino y cierto, preocupó a la filosofía desde sus inicios. En la antigüedad, la expresión más
acabada de esa preocupación fue el Organon aristotélico. Si nos centramos en la ciencia
moderna, podríamos decir que los primeros metodólogos fueron Bacon, Descartes y Galileo.
Galileo seguía preso del ideal demostrativo de ciencia que preconizó Aristóteles. Lo que hizo
fundamentalmente fue insistir en que las demostraciones científicas debían ser matemáticas.
Descartes también creía en ese ideal demostrativo, pero su insistencia estuvo en la necesidad
de señalar las acciones causales y mecánicas entre los distintos cuerpos materiales. Podemos
decir, pues, que el gran innovador fue Bacon, que no es que abandonara el ideal demostrativo
por completo, pero sostuvo que los procedimientos inductivos podían conseguir ese objetivo.
Por influencia de Bacon, durante los siglos XVII, XVIII y buena parte del XIX se consideró que el
método científico debía ser el método inductivo. Hasta Newton y Darwin rindieron pleitesía a
esa creencia, insistiendo en que sus trabajos científicos fueron escritos siguiendo
escrupulosamente el método inductivo. Era una falsedad evidente, al menos desde nuestra
óptica actual, porque ni las tres leyes del movimiento o la ley de la gravedad ni la selección
natural surgen de inferencias inductivas. Más bien encajan en lo que Peirce llamó en el XIX
inferencias abductivas. Cuando Darwin dice que su libro El origen de las especies era “un largo
argumento”, tenía razón, pero no era un largo argumento inductivo, sino abductivo. Y, por
supuesto, pese a su famoso “hipotheses non fingo”, Newton inventó numerosas hipótesis,
incluso sobre la causa de la gravedad, como hizo por ejemplo en su Óptica.
Hipótesis y problemas
En el siglo XIX, William Whewell y John Stuart Mill introducen la idea del método hipotético-
deductivo, o método hipotético, como ellos lo llamaron. Luego Popper sacaría mucho partido
de esta idea, sin citar prácticamente estos antecedentes. Mill, que no era el inductivista
extremo que algunos creen, propuso incluso que en las ciencias sociales el método más
conveniente era el método deductivo. La idea del método hipotético-deductivo es bien
conocida, es el procedimiento que hemos señalado antes: la ciencia procede formulando
hipótesis para solucionar problemas, contrastando empíricamente esas hipótesis mediante la
deducción de predicciones que pueden o no cumplirse en la realidad, y modificando las
hipótesis en función del resultado obtenido en ese proceso.
No es necesario tener una serie de reglas fijas y universales exclusivas de la ciencia para formar
una idea clara de lo que es la ciencia
En la actualidad, lo que se asume es que en las ciencias se emplean todas estas formas de
inferencia, la deducción, la inducción, las inferencias hipotético-deductivas y la abducción, que
son empleadas también fuera de la ciencia. Por tanto, ninguna de ellas por sí sola constituye El
Método Científico. Pero eso no significa que no haya separación entre las ciencias y las
pseudociencias o las no-ciencias. No es necesario tener una serie de reglas fijas y universales
exclusivas de la ciencia para formar una idea clara de lo que es la ciencia.
Sólo me preocupa que la conclusión sea la que sirva de excusa a científicos mediocres para
seguir blanqueando meras conjeturas fundamentadas en opinión e intereses como ciencia.
Tras la pandemia del COVID-19, he comentado con amigos el aparente fracaso de la ciencia
(médica principalmente) para ayudar, y la gran decepción que ha supuesto para muchos, y yo
resumía mi opinión en que lo que muchos conocen como "Ciencia" no es más que heurística
glorificada.
A veces también pienso que "los científicos" son los que intentan destilar contenidos dignos de
una enciclopedia, pero supongo que es sustituir un problema de definición por otro.
Sin experimentos, no hay Ciencia... ni método científico alguno: todo quedaría en el ámbito
"etéreo" del pensamiento, de la filosofía.
Siempre pensé (supongo que erróneamente) que la Filosofía no fue, en origen, más que la
infancia de la Ciencia. Lo mismo que la Alquimia con relación a la Química. O la Astrología con
la Astronomía. Y muchos ejemplos más...
Una lucha universal y, desgraciadamente, aún vigente: el paso del mito al logos. De la infancia
a la adultez; del cuento a la realidad...
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CHANNON
LECTOR INFLUYENTE
DESDE 25.06.2011
2915 COMENTARIOS
#3
La realidad, la fuerza y poder de "los hechos" siempre superará a cualquier mente, por muy
privilegiada que fuera. A cualquier teoría o ley, por muy perfecta que pareciera...
Se dio y se sigue dando: como en el periodismo ("no dejes que la realidad te estropee un gran
titular"), cuando los hechos, los fenómenos perfectamente constatados y contrastados,
contradicen a la Ciencia... se mira para otro lado... para desgracia de la verdadera Ciencia y de
su espíritu: El Método Científico (con mayúsculas), que prioriza el experimento, su repetición,
su "materialización", una y otra vez... Y, con sólo una única vez que no se produjera, no debería
haber teoría ni filosofía que pudiera sostenerse... por muy "bonita" y "perfecta" que fuera...
Todo en Ciencia es -o debería ser-, por definición, "provisional". El Método Científico es como
el bastón de un ciego: parece poco, pero, a falta de otra cosa, es siempre mejor que nada... ¿O
no? En cualquier caso, la soberbia humana no debería pretender que su mente fuera tan
superior que pudiera abarcar -ahora o en el futuro- todos los secretos y misterios del
Universo... ¿O sí?
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FLANEUR
LECTOR INFLUYENTE
DESDE 18.05.2018
12 COMENTARIOS
#2
Gran artículo y muy buena síntesis de las diferentes posiciones sobre un tema tan complejo.
Me ha encantado que se cite a Feyerabend.
No sé que opina su autor sobra la obra de Kuhn, quien relativiza la visión positivista de la
expermentación al considerar que los datos experimentales dependen del contexto teórico en
que se producen. Creo, además, que sus tesis implican un cuestionamiento del progreso
científico no meramente pragmático.
Por cierto, a algún comentarista estaría bien recordarle que los grandes filósofos de la ciencia
eran tanto científicos como filósofos (por no ir demasiado lejos, Popper, Bunge, Feyerabend y
Kuhn).
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ANTONIO DIEGUEZ
LECTOR INFLUYENTE
DESDE 24.09.2019
2 COMENTARIOS
#1