5 Tomo II ABC de Jurisprudencia Penal - Macm 2018 Cuerpo
5 Tomo II ABC de Jurisprudencia Penal - Macm 2018 Cuerpo
5 Tomo II ABC de Jurisprudencia Penal - Macm 2018 Cuerpo
ABC de
JURISPRUDENCIA
PENAL
PROCEDIMIENTO Y EJECUCION
Tribunal Constitucional Plurinacional
Tribunal Supremo de Justicia
2012 - 2018
TOMO II
L-Z
EN AREAS:
DERECHO PENAL
DERECHO PROCESAL PENAL
DERECHO DE EJECUCIÓN PENAL Y
SUPERVISIÓN
EDICION 2018
[1]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[2]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[3]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[4]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
L
LA ACCIÓN DE LIBERTAD COMO GARANTÍA JURISDICCIONAL IDÓNEA ANTE LA
DILACIÓN INDEBIDA EN SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA DETENCIÓN
PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1164/2017-S2
Sucre, 15 de noviembre de 2017
Conforme lo ha establecido este Tribunal Constitucional Plurinacional en reiterada jurisprudencia,
entre otras, la SCP 0887/2017-S2 de 21 de agosto con referencia a la dilación indebida y suspensiones
injustificadas de la solicitud de cesación a la detención preventiva, citando a la SC 0161/2011-R de 21
de febrero, señaló que: “La solicitud de cesación a la detención preventiva prevista por el art. 239 del
CPP, está regida por el principio de celeridad procesal.
El art. 22 de la CPE, señala que: 'La dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas
y protegerlas es deber primordial del Estado', norma que debe ser interpretada en base a los valores
de la misma Constitución, la cual en el art. 8.II establece que el Estado se sustenta en los valores de
dignidad y libertad, entre muchos otros; por su parte, el art. 178.I de la referida Ley Suprema, indica
que la potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de
probidad y celeridad entre otros.
Bajo el entendimiento constitucional referido debemos partir señalando que, si bien no existe una
norma procesal legal que expresamente disponga un plazo máximo en el cual debe realizarse la
audiencia de cesación de detención preventiva; sin embargo, corresponde aplicar los valores y
principios constitucionales, previstos en el art. 8.II de la CPE, referido al valor libertad
complementado por el art. 180.I de la misma norma constitucional, que establece que la jurisdicción
ordinaria se fundamenta en el principio procesal de celeridad, entre otros.
Bajo esa línea constitucional, debe entenderse que toda autoridad que conozca de una solicitud en la
que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la
mayor celeridad posible o dentro de los plazos razonables a la luz de los principios citados, pues de
no hacerlo podría provocar e incidir en una restricción indebida del referido derecho.
En este sentido, habrá lesión del derecho a la libertad física, cuando exista demora o dilación
indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
compulsa conforme a ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que
exige la solicitud” (las negrillas nos corresponden).
En ese orden, el Tribunal Constitucional, mediante la SC 1010/2010-R de 23 de agosto, consideró que
existe acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva, entre otros
presupuestos, cuando: “c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no
justifican la suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante
del Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no
comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el principio de
unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser
coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su
inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante, en
caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado,
no existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha
de audiencia conforme a las directrices expuestas”
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compulsa conforme a ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que
exige la solicitud”.
En ese orden, el Tribunal Constitucional, mediante la SC 1010/2010-R de 23 de agosto, consideró que existe
acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva, entre otros presupuestos, cuando: “c)
Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la suspensión, ni son
causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del Ministerio Público o de la víctima y/o
querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia. En el caso del
Ministerio Público al estar regido por el principio de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y
en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho acto, y
por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante,
en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado, no
existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia
conforme a las directrices expuestas”
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vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la libertad y devenga de dilaciones
indebidas, que retardan o evitan resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra
privada de libertad” (entendimientos asumidos y reiterados en las Sentencias
Constitucionales Plurinacionales 1449/2012 y la 2511/2012, entre otras).
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competencia, primariamente, para ejercer el control del proceso, y sólo si la infracción no es
reparada se abre la tutela constitucional’.
(…)
para que la garantía de la libertad personal o de locomoción pueda ejercerse mediante el
recurso de hábeas corpus cuando se denuncia procesamiento ilegal o indebido deben
presentarse, en forma concurrente, los siguientes presupuestos: a) el acto lesivo,
entendido como los actos ilegales, las omisiones indebidas o las amenazas de la
autoridad pública, denunciados, deben estar vinculados con la libertad por operar
como causa directa para su restricción o supresión; b) debe existir absoluto estado de
indefensión, es decir, que el recurrente no tuvo la oportunidad de impugnar los
supuestos actos lesivos dentro del proceso y que recién tuvo conocimiento del mismo
al momento de la persecución o la privación de la libertad”.
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La administración de justicia está encomendada a los órganos jurisdiccionales del Estado, de
acuerdo con el art. 16.I y IV de la CPE y 3 de la LOJ; en consecuencia, son los jueces los
funcionarios que ejercen esa jurisdicción los que deben velar por que las audiencias de
apelación se lleven a cabo dentro de las setenta y dos horas tal y cual señala la norma
procesal penal. Si la autoridad judicial conocedora del acto vulneratorio de derechos y
garantías no reconduce el procedimiento y lo convalida, es sujeto de responsabilidad por el
incumplimiento de esos deberes e incluso recae sobre él responsabilidad administrativa, civil
o penal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y una vez
interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas, debiendo resolver el
Tribunal de alzada en el plazo de setenta y dos horas. En relación al plazo otorgado para la
remisión de los antecedentes ante el Tribunal de alzada, una vez interpuesto el recurso de
apelación incidental contra la resolución que imponga medidas cautelares.
La SC 0160/2005-R de 23 de febrero, estableció que: ‘El Código de Procedimiento Penal,
dentro del sistema de recursos que dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las
resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares,, que se muestra
como un recurso sumario, pronto y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251
del CPP, una vez interpuesto este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser
remitidas ante la Corte Superior de Justicia en el término de veinticuatro horas,
debiendo el tribunal de apelaciónresolver el recurso, sin más trámite y en audiencia dentro
de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones’” .
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LA APELACIÓN INCIDENTAL DE MEDIDAS CAUTELARES Y EL PLAZO PARA SU
REMISIÓN ANTE EL TRIBUNAL DE ALZADA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0715/2017-S3
Sucre, 8 de agosto de 2017
La SCP 0435/2015-S3 de 17 de abril, precisó que: “La Constitución Política del Estado en su art
180.II, garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales; por lo que, dentro de un
proceso judicial, una de las partes que no esté de acuerdo con una resolución emitida por el
administrador de justicia o considere que la misma vulnera sus derechos o en alguna medida atenta
contra sus intereses, tiene derecho a que dicha resolución sea revisada por un tribunal superior, en un
plazo razonable y de forma oportuna; y éste determine si efectivamente el administrador de justicia
obró correctamente. Para el recurso de apelación incidental de medidas cautelares, de forma
específica el art. 251 del CPP, establece que la resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y
una vez interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal de
alzada en el plazo de setenta y dos horas…”.
La SC 0160/2005-R de 23 de febrero, concluyo que: ‘El Código de Procedimiento Penal, dentro del
sistema de recursos que dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones que
dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, que se muestra como un recurso sumario,
pronto y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251 del CPP, una vez interpuesto este
recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior de Justicia en el
término de veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación resolver el recurso, sin más trámite y
en audiencia dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones’” .
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 18 de octubre de 2017
La SCP 0435/2015-S3 de 17 de abril, sostuvo que: “La Constitución Política del Estado en su art
180.II, garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales; por lo que, dentro de un
proceso judicial, una de las partes que no esté de acuerdo con una resolución emitida por el
administrador de justicia o considere que la misma vulnera sus derechos o en alguna medida atenta
contra sus intereses, tiene derecho a que dicha resolución sea revisada por un tribunal superior, en un
plazo razonable y de forma oportuna; y éste determine si efectivamente el administrador de justicia
obró correctamente. Para el recurso de apelación incidental de medidas cautelares, de forma
específica el art. 251 del CPP, establece que la resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y
una vez interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal de
alzada en el plazo de setenta y dos horas…”
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APLICADA MEDIANTE EL PROCEDIMIENTO PREVISTO POR LOS ARTS. 403.3, 404 Y
405 DEL MISMO CUERPO LEGAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0746/2017-S2
Sucre, 31 de julio de 2017
En relación al tema, el Tribunal Constitucional Plurinacional en la SCP 2356/2012 de 22 de
noviembre, señaló que: “La teleología de la apelación incidental diseñada por el legislador contra
Resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, es garantizar un
procedimiento efectivo, rápido y oportuno para que la situación jurídica del imputado pueda ser
revisada y valorada por un Tribunal colegiado de mayor jerarquía.
En este sentido, la tramitación prevista por el art. 251 del CPP, modificado por la Ley del Sistema
Nacional de Seguridad Ciudadana (LSNSC), se constituye en un procedimiento y tramitación especial
que no reúne los mismos parámetros jurídicos o requisitos procedimentales establecidos por los arts.
403, 404 y 405 del CPP, pues dicho recurso se puede interponer inclusive de forma oral al momento de
culminar o escuchar el pronunciamiento en audiencia sobre la procedencia o no de la detención
preventiva o alguna otra medida sustitutiva, además de que no es necesario que acompañe ninguna otra
prueba como así exige el art. 404 del CPP; en todo caso, el juez cautelar tiene el deber de remitir los
actuados procesales pertinentes que hacen la apelación dentro de las 24 horas, sin que sea requisito que
acompañe nueva prueba para el efecto, y menos aún, se emplace o corra traslado a las otras partes para
que contesten dentro de los tres días; aclarando más bien que, el juez no tiene que esperar de ninguna
manera que el apelante presente o ratifique su apelación de forma escrita, en todo caso como se dijo,
tiene la obligación de imprimir celeridad en sus actos y remitir la documentación ante el Tribunal
superior dentro del plazo previsto en el procedimiento especial establecido en el art. 251 del referido
cuerpo adjetivo.
Consiguientemente, las autoridades que imparten justicia en materia penal, deben considerar que el
legislador ha diseñado una apelación incidental especial, distinta a la naturaleza y procedimiento que
prevé el art. 403 del CPP, por ello, no deben confundir la aplicación de la norma, procediendo a dilatar
indebidamente la tramitación rápita, expedita y eficaz establecida por el art. 251 del citado Código,
pues ésta última norma inclusive le otorga la facultad al Tribunal superior de corregir omisiones del
Juez cautelar y por ello, de manera fundamentada y motivada, puede aprobar o revocar la decisión
inferior restableciendo en su caso y si corresponde, la libertad del imputado o procesado.
En este sentido, la jurisprudencia constitucional entre otras, la SC 1703/2004-R de 22 de
octubre, señaló que: ‘En el caso que se examina, uno de los extremos denunciados en el recurso está
referido al hecho de que -según la demandante-, la interposición de la apelación incidental de la medida
cautelar no cumplió con lo previsto por el art. 251 con relación a los arts. 403 inc. 3) y del 404 del CPP,
que disponen que las apelaciones incidentales deben ser presentadas por escrito debidamente
fundamentadas; al respecto, es necesario precisar, que si bien estas dos últimas disposiciones legales,
de modo general regulan las apelaciones incidentales, incluidas las medidas cautelares de carácter real;
empero, las mismas, no son extensivas para el trámite de los recursos interpuestos respecto a las
medidas cautelares de carácter personal, las que por su naturaleza están sujetas a un trámite especial,
regulado por el art. 251 del CPP, modificado por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana (LSNSC), que está referido exclusivamente, al recurso de apelación planteado contra las
resoluciones que dispongan, modifiquen o sustituyan medidas cautelares de carácter personal, precepto
legal que determina que una vez interpuesto el recurso, «las actuaciones pertinentes serán remitidas
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ante la Corte Superior de Justicia, en el término de veinticuatro horas»; asimismo, señala que el
Tribunal de apelación resolverá sin más trámite dentro de los tres días siguientes de recibidas las
actuaciones, sin recurso ulterior.
Consiguientemente, la interposición del recurso de apelación contra la Resolución que imponga o
modifique, una medida cautelar personal, puede ser planteada en forma oral en la misma audiencia, no
siendo necesario que posteriormente sea formalizado o fundamentado por escrito, -conforme señala la
recurrente-; con mayor razón, si se tiene en cuenta, que la audiencia señalada por el Tribunal de Alzada
para la consideración del recurso, está orientada a que las partes, en virtud de los principios de oralidad
e inmediación que caracterizan al actual sistema procesal, expresen los fundamentos del recurso y
exhiban los elementos probatorios en la audiencia pública señalada al efecto, y por lo mismo, las
previsiones contenidas en los arts. 403 y 404 del citado Código no son aplicables al caso que se
analiza’” (las negrillas son nuestras)
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en el art. 251 del CPP, a partir que el recurrente otorga dichos recaudos, en virtud a los
principios de gratuidad, pro actione, y los derechos de impugnación y acceso a la
justicia.
vi) No corresponde que el decreto de remisión de antecedentes al tribunal de apelación sea
notificado personalmente y, en consecuencia, deberá notificarse en una de las formas
previstas en los arts. 161 y 162 del CPP, en el plazo previsto en el art. 160 del citado Código;
únicamente para efectos de conocimiento de las partes, sin que a partir de dicha notificación
se compute el plazo de veinticuatro horas previsto por el art. 251 del CPP; pues, se reitera, el
cómputo de ese plazo se inicia desde el decreto de remisión dictado por el juez y, en ese
sentido, no se debe condicionar la remisión del recurso de apelación a una eventual
contestación de la otra parte” (SCP 0552/2015-S3 de 26 de mayo).
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horas previsto en el art. 251 del CPP; plazo que, por regla general, debe ser cumplido
por las autoridades judiciales.
(…)
iii) Cuando el recurso de apelación previsto en el art. 251 del CPP, sea formulado de manera
escrita, debe ser providenciado por la autoridad judicial en el plazo máximo de veinticuatro
horas, de conformidad al art. 132 del CPP; providencia a partir de la cual se computan las
veinticuatro horas previstas para la remisión de las actuaciones pertinentes ante el tribunal
de apelación.
(…)
v) No corresponde condicionar la remisión de antecedentes del recurso de apelación al
tribunal superior con el cumplimiento de la provisión de recaudos de ley dispuesta por la
autoridad judicial, y menos puede computarse el plazo de veinticuatro horas previsto en el
art. 251 del CPP, a partir que el recurrente otorga dichos recaudos, en virtud a los principios
de gratuidad, pro actione, y los derechos de impugnación y acceso a la justicia.
vi) No corresponde que el decreto de remisión de antecedentes al tribunal de apelación sea notificado
personalmente y, en consecuencia, deberá notificarse en una de las formas previstas en los arts. 161
y 162 del CPP, en el plazo previsto en el art. 160 del citado Código; únicamente para efectos de
conocimiento de las partes, sin que a partir de dicha notificación se compute el plazo de veinticuatro
horas previsto por el art. 251 del CPP; pues, se reitera, el cómputo de ese plazo se inicia desde el
decreto de remisión dictado por el juez y, en ese sentido, no se debe condicionar la remisión del
recurso de apelación a una eventual contestación de la otra parte” (las negrillas nos pertenecen).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
supuesto (art. 87. Inc. 1) del CPP), la declaratoria de rebeldía se adopta a raíz de la
desobediencia al llamamiento judicial o citación de quien se encuentra sometido a un
proceso. Es decir, la finalidad del instituto procesal de la rebeldía y, por ende, de la medida
de aprehensión, es lograr la comparecencia del imputado al proceso.
Su comparecencia, conforme lo dispone el art. 91 del CPP, puede ser de dos formas: a)
Voluntaria: Antes de la ejecución del mandamiento de aprehensión, a cuyo efecto
corresponderá dejar sin efecto la rebeldía y, por ende, el mandamiento de aprehensión
dispuesto en contra del imputado, debido a que la finalidad, cuál era su comparecencia en el
proceso penal, fue cumplida (SC 1404/2005-R y Exp. 01049-2012-03-AL); y, b) Obligatoria:
Como emergencia de la ejecución del mandamiento de aprehensión, en cuyo supuesto, la
autoridad judicial tiene el deber de celebrar la audiencia de medidas cautelares para definir
su situación jurídica, inmediatamente de que hubiera sido conducido ante su despacho (SC
1774/2004-R y SCP 0772/2012).
Ahora bien, la aprehensión del rebelde, cumple con las condiciones de validez y, por ende, la
restricción de su derecho a la libertad personal o física es constitucional y legalmente válida,
cuando se observan los siguientes requisitos materiales y formales:
1) Resolución debidamente fundamentada que declare la rebeldía (art. 89 del CPP y SC
1203/2006-R, de 28 de noviembre). A cuyo efecto, teniendo en cuenta que una de las
causales para declarar la rebeldía del imputado, es precisamente su no comparecencia a
una citación (art. 87.1) del CPP), la fundamentación se entenderá por cumplida cuando se
advierta en la misma que el juzgador valoró que ‘…para que se dé aplicación a la causal
contenida en el art. 87 inc.1 del CPP, no es suficiente la sola ausencia del imputado, sino
que es imprescindible que el juez tenga el convencimiento de que la incomparecencia del
imputado se debió a su negligencia o a su voluntad de no someterse, continuar, o concluir el
proceso’. (SC 0045/2007-R de 6 de febrero y 0024/2010-R de 13 de abril).
2) Orden escrita emanada de autoridad judicial competente (art. 23.I y III de la CPE y 128 del
CPP).
3) Remisión inmediata del aprehendido ante autoridad judicial a efectos de que defina su
situación jurídica. La evaluación sobre si la remisión fue inmediata, deberá atender la
razonabilidad de la distancia del lugar donde fue aprehendido el imputado, así como a la
ponderación de los justificativos que presente las autoridades policiales o fiscales, que serán
compulsadas de acuerdo a las circunstancias particulares que rodea el caso”.
En consecuencia, cumplidos estos requisitos de validez por parte del Juez cautelar, no será
posible alegar aprehensión ilegal, por cuanto, aquella medida habrá operado dentro de los
cánones de legalidad y en el marco de sus atribuciones procurando la comparecencia del
declarado rebelde.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
2) Se haya evadido del establecimiento o lugar donde se encontraba detenido;
3) No cumpla un mandamiento de aprehensión emitido por autoridad competente; y,
4) Se ausente sin licencia del juez o tribunal del lugar asignado para residir”.
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en relación a la declaratoria de la rebeldía a través de la
SCP 1449/2012 de 24 de septiembre, estableció que: “La SC 1774/2004-R de 11 de noviembre, ha
establecido que: 'Al efecto, corresponde señalar que de conformidad a la norma prevista por el art. 89
del CPP el Juez o tribunal del proceso, previa constatación de la incomparecencia, evasión,
incumplimiento o ausencia (del imputado o procesado), declarará la rebeldía mediante resolución
fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o ratificando el expedido; en concordancia
con dicha norma el art. 91 del mismo cuerpo legal dispone que, cuando el rebelde comparezca o sea
puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el proceso continuará su trámite dejándose sin
efecto las órdenes dispuestas a efectos de su comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de
carácter real (…). De las normas procesales referidas se infiere que el mandamiento de aprehensión
expedido, como consecuencia de la declaratoria de rebeldía, tiene como única finalidad el conducir al
imputado o procesado rebelde ante el juez o tribunal del proceso para ponerlo a su disposición a
objeto de que prosiga la sustanciación del proceso; queda claro que, el Juez o Tribunal del proceso
que hubiese declarado la rebeldía, una vez que sea conducido ante su despacho el imputado o
procesado, deberá celebrar la audiencia de medidas cautelares para definir su situación jurídica'”
La declaratoria de rebeldía procede cuando el imputado no comparece sin causa justificada ante la
autoridad jurisdiccional, pese a que fue legalmente citado, pudiendo dicha autoridad dejar sin efecto la
misma, una vez que el rebelde comparezca; ello implica que, la finalidad del mandamiento de aprehensión
emitido ante la incomparecencia del imputado, es aprehender al rebelde y llevarlo ante la autoridad judicial
para que ésta defina su situación jurídica”
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de aprehensión, implica persecución indebida, debido a que se deja latente una orden de restricción a
la libertad sin causa justificada.
La SC 1404/2005-R de 8 de noviembre, sobre las consecuencias de la comparecencia voluntaria del
rebelde al proceso penal, indicó que:'…cabe expresar que el mandamiento de aprehensión [emitido en
mérito a lo dispuesto en los] arts. 87 y 89 del CPP, [fue] únicamente para conducirlo al acto de la
audiencia del juicio; y si el representado acude voluntariamente, no hay necesidad que se ejecute el
mandamiento expedido en su contra'.
b) La comparecencia del rebelde al proceso penal en ejecución del mandamiento de aprehensión.
Del mismo modo, cuando el art. 91 del CPP señala: «…o sea puesto a disposición de la autoridad que
lo requiera…», está regulando la comparecencia del rebelde al proceso penal en ejecución del
mandamiento de aprehensión.
La SC 1774/2004-R de 11 de noviembre, ha establecido que: 'Al efecto, corresponde señalar que de
conformidad a la norma prevista por el art. 89 del CPP el Juez o tribunal del proceso, previa
constatación de la incomparecencia, evasión, incumplimiento o ausencia (del imputado o procesado),
declarará la rebeldía mediante resolución fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o
ratificando el expedido; en concordancia con dicha norma el art. 91 del mismo cuerpo legal dispone
que, cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el
proceso continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su
comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de carácter real (…). De las normas procesales
referidas se infiere que el mandamiento de aprehensión expedido, como consecuencia de la
declaratoria de rebeldía, tiene como única finalidad el conducir al imputado o procesado rebelde ante
el juez o tribunal del proceso para ponerlo a su disposición a objeto de que prosiga la sustanciación
del proceso; queda claro que, el Juez o Tribunal del proceso que hubiese declarado la rebeldía, una
vez que sea conducido ante su despacho el imputado o procesado, deberá celebrar la audiencia de
medidas cautelares para definir su situación jurídica'.
La jurisprudencia constitucional glosada, nos muestra que dentro de un proceso penal, ante la
declaratoria de rebeldía, el rebelde antes de la ejecución del mandamiento de aprehensión librado en
su contra, puede apersonarse ante la autoridad judicial en cuyo conocimiento se encuentra la causa,
por cuanto es el medio idóneo, eficaz e inmediato a disposición del imputado o procesado, no
pudiendo acudir directamente ante la justicia constitucional a través de esta vía en busca de tutela
máxime si purgó rebeldía y su libertad no se encuentra materialmente afectada.
En este sentido la SCP 0881/2014 de 12 de mayo, precisando dicho entendimiento estableció:«…el
efecto principal de la comparecencia del rebelde, de acuerdo al art. 91 del CPP, es que el proceso
continúe en su tramitación, derivándose de ello dos situaciones: 1) Dejar de manera automática sin
efecto las órdenes dispuestas a objeto de su comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de
carácter real, conforme lo determina el primer párrafo de la citada norma procesal; y, 2) Si el
imputado justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será
revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza; situación ésta que es diferente a la primera, en
la que el juez o tribunal ante la comparecencia está obligado a dejar sin efecto las órdenes dispuestas
a efectos de dicha comparecencia, mientras que la ejecución de la fianza debido a un justificativo
valedero es otra situación diferente que debe ser analizada por la autoridad judicial y resuelta en
forma fundamentada, independientemente de las medidas personales»”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
referidas se infiere que el mandamiento de aprehensión expedido, como consecuencia de la
declaratoria de rebeldía, tiene como única finalidad el conducir al imputado o procesado rebelde ante
el juez o tribunal del proceso para ponerlo a su disposición a objeto de que prosiga la sustanciación
del proceso; queda claro que, el Juez o Tribunal del proceso que hubiese declarado la rebeldía, una
vez que sea conducido ante su despacho el imputado o procesado, deberá celebrar la audiencia de
medidas cautelares para definir su situación jurídica»”.
La jurisprudencia constitucional glosada, nos muestra que dentro de un proceso penal, ante la
declaratoria de rebeldía, el rebelde antes de la ejecución del mandamiento de aprehensión librado en
su contra, puede apersonarse ante la autoridad judicial en cuyo conocimiento se encuentra la causa,
por cuanto es el medio idóneo, eficaz e inmediato a disposición del imputado o procesado, no
pudiendo acudir directamente ante la justicia constitucional a través de esta vía en busca de tutela
máxime si purgó rebeldía y su libertad no se encuentra materialmente afectada.
En este sentido la SCP 0881/2014 de 12 de mayo, precisando dicho entendimiento estableció: ‘…el
efecto principal de la comparecencia del rebelde, de acuerdo al art. 91 del CPP, es que el proceso
continúe en su tramitación, derivándose de ello dos situaciones: 1) Dejar de manera automática sin
efecto las órdenes dispuestas a objeto de su comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de
carácter real, conforme lo determina el primer párrafo de la citada norma procesal; y, 2) Si el
imputado justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será
revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza; situación ésta que es diferente a la primera, en
la que el juez o tribunal ante la comparecencia está obligado a dejar sin efecto las órdenes dispuestas
a efectos de dicha comparecencia, mientras que la ejecución de la fianza debido a un justificativo
valedero es otra situación diferente que debe ser analizada por la autoridad judicial y resuelta en
forma fundamentada, independientemente de las medidas personales’”.
[22]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
adecuada compulsa de los antecedentes y de las normas aplicables al caso, incumpliendo de
ese modo su “deber” y por ende, por disposición del art. 203 de la CPE, es de carácter
vinculante y cumplimiento obligatorio; aspectos que no fueron tomados en cuenta por la
demandada; evidenciándose en consecuencia, la existencia de dilación y/o retardación
injustificada, por lo que corresponde conceder la tutela solicitada, por cuanto ello repercute
en el derecho a la libertad física del agraviado”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “En relación a la celeridad en el trámite de la cesación de la detención preventiva el
Tribunal Constitucional Plurinacional, en su SCP 0110/2012 de 27 de abril, señaló lo
siguiente: “El art. 178.I de la CPE., señala que la potestad de impartir justicia emana del
pueblo boliviano y se sustenta, entre otros, en el principio de celeridad; por lo que,
ante la ausencia de una disposición legal que fije un plazo en el que debe realizarse la
audiencia de cesación de la detención preventiva, se debe aplicar los arts. 22, 23.I y
180.I de la CPE, relativas a la libertad y celeridad.
Si bien las SSCC 1115/2011-R, 1130/2011-R, 1150/2011-R y 1179/2011-R, entre otras,
coinciden en señalar que las autoridades que conozcan las solicitudes de cesación de la
detención preventiva, tienen la obligación de tramitarlas con la mayor celeridad posible, o
cuando menos dentro de plazos razonables, mas su aplicabilidad en la praxis no ha sido
objeto de cumplimiento de parte de los juzgadores, lo cual amerita que la frase 'plazo
razonable', tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar
este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles
como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este
entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis,
consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva,
será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo
contrario constituye vulneración del derecho a la libertad, en el entendido en que los
jueces no pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas privadas
de libertad (art. 73 y ss. de la CPE), bajo el argumento de existencia de “sobrecarga
procesal” para justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la
sociedad”.
Precedente.- SCP 0110/2012 de 27 de abril.
[23]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
celeridad y, en ese ámbito, tratándose de solicitudes de cesación de la detención preventiva
la SCP 0110/2012, entendió que la audiencia debía ser fijada en un plazo máximo de tres
días.
Dicho razonamiento, conforme se desarrolló en el mismo Fundamento Jurídico, también es
aplicable a las solicitudes de modificación de medidas cautelares cuando se hubiere aplicado
la detención domiciliaria, pues, en este supuesto se debe definir, sin dilaciones, la situación
jurídica del imputado cuya libertad de locomoción se encuentra gravemente afectada;
aspecto que no fue considerado en el presente caso por la autoridad judicial demandada.
En mérito a lo anteriormente señalado, se establece que Carlos Guerrero Arraya inobservó el
principio de celeridad y los principios ético morales de la sociedad plural, que demandan una
actuación diligente del juzgador, más aún en los casos en los que las solicitudes de los
imputados se encuentran directamente vinculados con el derecho a la libertad física o
personal o, como en el presente caso, existe una restricción al derecho a la libertad de
locomoción; reiterándose que la existencia de una apelación pendiente de ninguna manera
impide la tramitación de una nueva solicitud, ni justifica la demora en la celebración de la
audiencia de medidas cautelares.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.5. “…la segunda subregla de la SC 0078/2010-R, fue modulada por la SCP 0110/2012
que estableció que la audiencia de cesación de la detención preventiva, debe ser fijada
en el plazo máximo de tres días, y que toda solicitud de cesación debe ser
providenciada dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme al
siguiente entendimiento:
"…las SSCC 1115/2011-R, 1130/2011-R, 1150/2011-R y 1179/2011-R, entre otras, coinciden
en señalar que las autoridades que conozcan las solicitudes de cesación de la detención
preventiva, tienen la obligación de tramitarlas con la mayor celeridad posible, o cuando
menos dentro de plazos razonables, más su aplicabilidad en la praxis no ha sido objeto de
cumplimiento de parte de los juzgadores, lo cual amerita que la frase 'plazo razonable',
tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe
ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como
máximo…’.
Ahora bien, el entendimiento desarrollado en la jurisprudencia glosada, no sólo es aplicable
para la fijación de audiencias de cesación de la detención preventiva, sino también a las
audiencias de modificación de las medidas cautelares en los supuestos en los que el
imputado se encuentre con detención domiciliaria; pues, si bien en este caso la persona no
se encuentra detenida preventivamente; sin embargo, existe una restricción a su derecho a la
libertad de locomoción…’
En ese sentido, se pronunció la SCP 0907/2012 de 22 de agosto, que señaló:
“(…) la libertad de la persona se encuentra consagrado en nuestra Constitución Política del
Estado Plurinacional en su art. 22, que señala 'La dignidad y la libertad de la persona son
inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado', relacionado con los
art. 115.I y II y 178.I de la misma Norma Suprema, así como en los arts. 8.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.3.c del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, en tal sentido es deber de los funcionarios judiciales,
[24]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
administrar justicia con la mayor celeridad posible, tratándose de la libertad física de las
personas, existiendo una solicitud de modificación de medidas sustitutivas, siendo que ésta
se encuentra ligada al derecho a locomoción, en ese sentido el Juez debió tomar en cuenta,
no sólo la celeridad, para resolver la situación de la ahora representada, sino también el
estado depresivo en el que se encuentra a consecuencia de esta medida impuesta por la
autoridad jurisdiccional, en tal sentido dicha solicitud debe ser señalada en un plazo máximo
de tres días, como ha establecido la jurisprudencia constitucional desarrollado en el
Fundamento Jurídico III.3, para determinar su situación jurídica y no entrar en una dilación
indebida que afecte los derechos de la persona y vulnere el debido proceso”.
Precedente.- SCP 0907/2012Sucre, 22 de agosto de 2012
[25]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La cantidad no determina el cambio de tipo penal ni su absolución, según la amplia doctrina
legal de este máximo Tribunal no es posible que un imputado al ser procesado por mayor o menor
cantidad de sustancia controlada pueda determinarse su absolución o el cambio de tipo penal; así de
la revisión de la Ley 1008 se evidencia que sólo el art. 48 relativo al Tráfico de Sustancias Controladas
menciona sobre la mayor o menor cantidad de droga, en sentido que constituye una agravante el
traficar en volúmenes mayores pero de ninguna manera el cambio de tipo penal; por ello se tiene
procesos en los que fueron condenados por ilícito de tráfico de sustancias controladas al
haberse practicado el proceso mediante la técnica del micro aspirado por la existencia de
partículas de cocaína; al contrario de lo que opina el Tribunal de apelación, conforme se establece
en los Autos Supremos 353/2013-RRC de diciembre de 2013 y 396/2014-RRC de 18 de
agosto’ (Negrillas nuestras).
LA CELERIDAD EN LAS ACTUACIONES JUDICIALES, EN ESPECIAL LAS QUE
INVOLUCREN LA LIBERTAD
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0890/2017-S1
Sucre, 28 de agosto de 2017
Al respecto, la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, sostuvo que: “La jurisprudencia constitucional en
sus diferentes fallos, ha establecido que el derecho a la libertad física, supone un derecho
fundamental de carácter primario para el desarrollo de la persona, entendimiento que se sustenta en
la norma prevista por el art. 6.II CPE, pues en ella el Constituyente boliviano ha dejado
expresamente establecido que la libertad es inviolable y, respetarla y protegerla es un deber
primordial del Estado. Atendiendo esta misma concepción de protección es que creó un recurso
exclusivo, extraordinario y sumarísimo a fin de que el citado derecho goce de especial protección en
casos de que se pretenda lesionarlo o esté siendo lesionado.
Bajo esa premisa fundamental, debe entenderse que toda autoridad que conozca de una
solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de
tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de
no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que
siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las
circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a
la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir,
que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa
negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud”
LA CELERIDAD NO IMPLICA SÓLO CONOCIMIENTO DEL TRAMITA DE CESACIÓN DE
DETENCIÓN PREVENTIVA HASTA LLEVAR A CABO LA AUDIENCIA SINO TAMBIÉN EN
FORMA POSTERIOR POR LO QUE CUANDO SE PROVOCA UNA DILACIÓN
INJUSTIFICADA EN LA REMISIÓN DE LA DOCUMENTACIÓN REQUERIDA Y EN ESTA
ESTARÍA COMPROMETIDA LA LIBERTAD DE LA PERSONA TAMBIÉN SE VULNERA
EL DEBIDO PROCESO
S.C.P. 1866/2013 Sucre, 29 de octubre de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.2. “De lo que se tiene que efectivamente pasaron entre la fecha que se dio lectura al
Auto de Vista 40/2013 y la que efectivamente fueron devueltos los antecedentes de la
apelación incidental -14 de junio de 2013-, dieciséis días calendario o aplicando el art. 130
del CPP trece días, periodo de tiempo excesivamente contrario al principio de celeridad, que
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
como se indicó en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, no sólo tiene que ser observado al momento de la resolución de los recursos
de apelación, sino es un principio que debe prevalecer en la sustanciación de todos los
recursos judiciales o trámites administrativos en los que se encuentre de por medio el
derecho a la libertad.
Es así, que sin desconocer que el sistema judicial se encuentra saturado y considerando que
en las salas se tramitan además de los procesos que determina la Ley del Órgano Judicial
las acciones de defensa constitucional, no es menos cierto que al haberse tardado más de
diez días, en la devolución de obrados al Juez a quo, y no demostrar de manera concreta la
carga procesal que impida materialmente cumplir en un plazo razonable con la devolución
del expediente, se lesionó su derecho a la libertad, y que si bien el accionante conoció en
audiencia oral los motivos por el que se declaró improcedente la apelación; sin embargo, la
devolución le impide enervar en una siguiente solicitud de cesación a la detención preventiva
los fundamentos utilizados por las autoridades judiciales demandadas ante el juez de
instancia lo que no es posible sino se procede a la devolución de actuados procesales.
Por cuanto, si bien la legislación no refiere a un plazo para la devolución de los actuados de
la apelación formulada al juez a quo, las autoridades deben considerar plazos prudenciales y
razonables que impliquen el tiempo que se requiere para labrar el acta -debiendo
considerarse el aspecto cuantitativo de este documento-, el registro, la distancia que existe
entre el tribunal y el juzgado y demás trámites de índole administrativo, en el caso se tiene,
que el acta de audiencia de 27 de mayo de 2013, cuenta con cinco planas (fs. 144 a 146), el
lugar en el que se tramitó la apelación y donde se encuentra radicado el proceso llegan a
estar en el mismo edificio, por lo que todo el trámite administrativo que involucra la
devolución del expediente se efectuó en un plazo irrazonable.
Finalmente observar que la devolución del expediente realizado por el Tribunal de alzada se
realizó el 14 de junio de 2013 a horas 18:20 (fs. 158), se produjo a raíz de la interposición y
notificación a los demandados con la presente acción que se realizó el mismo día pero a
horas 12:00 (fs. 7 y vta.), por lo que se puede colegir que la devolución fue a fin de evitar la
responsabilidad por la dilación y es que la misma no se realizó en condiciones de normalidad
dentro de un plazo razonable para ello y que denote el cumplimiento del principio de
celeridad con la finalidad de evitar lesión por retraso a los intereses que se encuentren en
litigio.
Consiguientemente, el Tribunal de garantías, al declarar "haber lugar" en parte la tutela
constitucional, ha efectuado una compulsa parcial de los antecedentes procesales y de la
acción tutelar.”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “El Tribunal, en la SCP 2077/2012 de 8 de noviembre, haciendo referencia a la SCP
0111/2012 de 27 de abril, estableció que el debido proceso y la dilación indebida o
injustificada y la falta de celeridad procesal, pueden ser reclamados a través de la acción de
libertad, siempre que se vinculen con el derecho a la libertad, en ese sentido, también la
referida Sentencia, indicó que: "… la SC 0384/2011-R de 7 de abril, agregó que la celeridad
que debe imprimirse no se limita al señalamiento de audiencia y resolución, sino también al
trámite posterior de impugnación: 'No obstante, dada la problemática planteada y la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
necesidad procesal de dar respuesta a la misma, cabe señalar que el principio de celeridad
no comprende el conocimiento del trámite de cesación de detención preventiva hasta llevar a
cabo la audiencia; sino también en forma posterior, como ser el dar curso con la debida
celeridad procesal al trámite de apelación de la resolución respectiva, en los casos que
corresponda'. Por lo que cuando se provoca una dilación injustificada en la remisión de la
documentación requerida y en esta estaría comprometida la libertad de la persona, se
entendería una violación al debido proceso"; por ende, del tenor de estas Sentencias
Constitucionales se tiene que los jueces o tribunales que conozcan en grado de apelación,
no sólo tienen que velar que se cumpla el principio de celeridad en la resolución del recurso,
ya que la celeridad debe darse en toda la tramitación del proceso en general y en el presente
caso es necesario que si bien la legislación no establece un plazo para la remisión de los
actuados (acta y resolución) del recurso de apelación, empero ello no implica que no se
tenga que velar por el cumplimiento del mencionado principio, por lo que la remisión de la
referida documental debe realizárselo en un plazo razonable que involucre las circunstancias
del caso concreto debiendo considerarse entre otros elementos el tiempo que conlleva el
trámite administrativo (transcripción del acta y resolución), así como el respectivo registro y
devolución al juzgado (considerándose para este último aspecto la distancia entre el juez a
quo y el ad quem) aspectos que deben en su caso alegarse y probarse por la parte
accionante.”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
materializar los propósitos y objetivos que se persiguen; de ahí que la interpretación de la
norma, desde y conforme a la Norma Suprema, es fundamental para una determinada
realidad.
En la presente causa, la citación a la autoridad demandada se efectuó mediante fax; pese a
no estar establecida esta forma en la Constitución Política del Estado y la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional, el demandado tomó conocimiento de la acción de libertad
incoada en su contra, remitiendo informe escrito también por esta vía; en consecuencia, no
se vulneró su derecho a la defensa, pues según los fundamentos desarrollados
precedentemente, dicho proceder merece tener plena eficacia jurídica.
Respecto a los extremos vertidos en el informe, en sentido de no haber conocido el texto
íntegro del contenido de la demanda, en estricta observancia del principio de informalismo
que rige a la acción de libertad, fundamentalmente considerando la naturaleza de los
derechos tutelados por esta garantía jurisdiccional y en aras del principio de lealtad procesal,
al haber asumido comprensión de la demanda -aunque de manera parcial-, le incumbía al
demandado buscar los medios y mecanismos que le permitan tener una información íntegra
e informar sobre los puntos denunciados”.
PRECEDENTE
F.J.III.1.”… el Constituyente y el legislador, al establecer la citación personal y por cédula,
como únicas formas válidas para poner en conocimiento del demandado -la acción iniciada
en su contra-, previeron el mecanismo para garantizar el ejercicio pleno del derecho a la
defensa. Por eso, el juez o tribunal de garantías, al asumir comprensión de la acción de
libertad, deben tomar las precauciones necesarias en la medida que la autoridad o persona
demandada, tengan conocimiento íntegro de la pretensión iniciada en su contra; es decir,
deben dar estricto cumplimiento de las normas que rigen el procedimiento y la modalidad de
citación.
Ahora bien, corresponde analizar aspectos inherentes a la topografía de nuestro Estado; es
decir, aquellas circunstancias cuando el domicilio del juez o tribunal de garantías, resulte
distante en relación al asiento del o los demandados; situación en que evidentemente es
imposible efectuar la citación por parte del funcionario dependiente del juzgado o tribunal,
que aprehenda conocimiento de la acción, en las formas establecidas en la Constitución
Política del Estado y la ley. De disponerse la citación mediante orden instruida y exhorto
suplicatorio, se efectuaría cuando la comisión llegue a su destino; sin embargo, por la
morosidad de este trámite, se corre el riesgo de conculcar los arts. 126.I de la CPE y 68.1 de
la LTCP; conllevando a que la audiencia no tenga lugar dentro de las veinticuatro horas
fijadas; lo contrario significaría instalar el acto sin previamente haber citado a la autoridad o
persona demandada; aspecto que lesionaría los arts. 115.II y 119.II de la Norma Suprema.
En consideración a dichas circunstancias y con la finalidad de garantizar los plazos
procesales y el ejercicio pleno del derecho a la defensa de los demandados dentro de una
acción de libertad, concierne establecer las siguientes subreglas:
PRIMER SUPUESTO:
Si el domicilio del demandado, se sitúa en una distancia considerable, que conlleve a que
sea imposible trasladarse en tiempo oportuno al funcionario encargado de la citación, de no
existir en el lugar ninguna autoridad que represente al órgano judicial, corresponderá poner la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
acción de libertad en su conocimiento, mediante fax u otro medio que sea apropiado y tenga
la naturaleza de garantizar la información fidedigna, tanto del contenido íntegro de la
demanda y del auto de admisión; sin embargo, deberá dejarse constancia inexcusablemente,
que el demandado asumió conocimiento de los mismos, pudiendo remitir su informe por igual
medio.
Segundo supuesto:
De encontrarse el asiento del demandado a una distancia considerable que resulte imposible
efectuar la citación por el funcionario dependiente del juez o tribunal de garantías; empero, si
en el lugar (asiento del demandado) existe otra autoridad del órgano judicial, debe enviarse a
este último el contenido íntegro de la demanda y del auto de admisión vía fax u otro medio
apropiado que por su naturaleza garantice la información fehaciente, para que el titular del
juzgado o tribunal comisione al funcionario encargado a practicar la diligencia, citando al
demandado en forma personal o por cédula. En este caso, recibida la demanda y el auto de
admisión, el demandado podrá remitir directamente el informe escrito mediante fax u otro
medio a la autoridad constituida en juez o tribunal de garantías. Sin embargo, el comisionado
para la citación, una vez realizada la diligencia, enviará la constancia del acto procesal por el
mismo medio a la autoridad solicitante; trámite que deberá realizarse en estricto
cumplimiento de los plazos establecidos en la Constitución Política del Estado y la ley”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Nacional de Personal, emitió la RA 0474/12, amparados en el art. 22 de la Ley Orgánica de
la Policía Nacional, en ese sentido el 4 de agosto de 2012, la Dirección General de la Fuerza
Especial de Lucha Contra el Narcotráfico emitió el memorándum 1282/2012, por el cual se
transcribió la Resolución Administrativa supra mencionada, emitida por la Dirección Nacional
de Personal del Comando General de la Policía Boliviana haciendo conocer dicha disposición
al ahora accionante.
Analizando el presente caso, se advierte que el accionante no fue notificado en forma
personal con la Resolución 1225/2011, que resolvió el recurso de apelación planteado, como
establece el art. 84 del RFDSPN, que expresa: “Las citaciones y notificaciones serán
realizadas por el Oficial de Diligencias a la autoridad que comisione el Tribunal, dentro las
veinticuatro horas siguientes el día en que se hubiese dictado la providencia; debiendo ser
personales: al denunciante, al Fiscal y al procesado, con la denuncia, auto inicial del proceso,
termino de prueba y el fallo”. Se establece que en la Conclusión II.5, cursa representación de
26 de enero de 2012, emitida por el Oficial de Diligencias, que informó que el accionante se
encontraba figurando en la lista de la FELCN de Cochabamba, por lo que los demandados
no pudieron argüir desconocimiento del paradero del ahora accionante y por lo tanto,
notificarle mediante cedulón como lo hicieron, vulnerando el debido proceso y a la defensa
que son derechos fundamentales protegidos por nuestra Constitución Política del Estado y
los Tratados y Convenios internacionales ratificados por nuestro país, pues se estaría
también vulnerando el derecho al trabajo al suspenderlo sin goce de haberes y sin haberle
notificado, para que pueda tener conocimiento de dicha determinación y asuma su defensa.".
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2.1. "Recogiendo lo contextualizado por la SCP 0661/2012 de 2 de agosto, referente a las
comunicaciones y notificaciones judiciales esta manifestó: “…el art. 180.I de la CPE, establece: 'La
jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad, publicidad,
transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad,
inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las parte ante el juez'. De la norma
anotada el principio de eficacia, supone el cumplimiento de todas las disposiciones legales y que los
procedimientos deben lograr su finalidad, removiendo, de oficio los obstáculos puramente formales,
sin demoras innecesarias; este principio esta ligado con la prevalencia del derecho sustancial
respecto al formal y el principio de verdad material; con el principio de eficiencia se pretende mayor
seguridad en las resoluciones y que las personas puedan obtener un oportuno reconcomiendo de sus
derechos a través de la ejecución de las resoluciones judiciales, y el principio de verdad material
buscará por todo los medios la verdad pura.
En virtud a los mencionados principios, lo que se persigue es la protección a los derechos e intereses
de las partes, y el cumplimiento de la finalidad de las normas. En este razonamiento, se debe
mencionar a la jurisprudencia constitucional que estableció lineamientos referentes a la notificación
con actuados procesales y la validez de las mismas, y señaló: '…la sola falta de formalidad en una
notificación no implica vulneración al citado derecho, sino que debe demostrarse que con ello se
impidió que el interesado hubiera tomado conocimiento material del proceso en su contra, pues si la
notificación aún defectuosa cumplió su objetivo no existe vulneración al derecho a la defensa…' así lo
entendió la SC 1376/2004-R de 25 de agosto.
En ese mismo contexto, la SC 1845/2004-R de 30 de noviembre, estableció lo siguiente: '…los
emplazamientos, citaciones y notificaciones (notificaciones en sentido genérico), que son las
modalidades más usuales que se utilizan para hacer conocer a las partes o terceros interesados las
providencias y resoluciones de los órganos jurisdiccionales o administrativos, para tener validez,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
deben ser realizados de tal forma que se asegure su recepción por parte del destinatario; pues la
notificación, no está dirigida a cumplir una formalidad procesal en si misma, sino a asegurar que la
determinación judicial objeto de la misma sea conocida efectivamente por el destinatario (así la SC
0757/2003-R de 4 de junio); dado que sólo el conocimiento real y efectivo de la comunicación
asegura que no se provoque indefensión en la tramitación y resolución en toda clase de procesos;
pues no se llenan las exigencias constitucionales del debido proceso, cuando en la tramitación de la
causa se provocó indefensión (art. 16.II y IV de la CPE); sin embargo, en coherencia con este
entendimiento, toda notificación por defectuosa que sea en su forma, que cumpla con su finalidad
(hacer conocer la comunicación en cuestión), es válida'.
Es evidente, que el objetivo, la razón de ser de toda comunicación judicial, es que llegue a su
destinatario, hecho que le dará efectivamente la oportunidad a la persona a la cual está dirigida de
enterarse de su contenido y cuando de la misma dependa su libertad las exigencias deben ser
mayores, pues en tales casos la notificación tendrá que ser personal o mediante cédula en domicilio
real del destinatario…” Precedente SC 1845/2004
[32]
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PRECEDENTE REITERADOR:
F.J.III.3.(...)En ese sentido se pronunció este Tribunal en la ya citada SCP 0110/2012, que
partió de las bases de nuestro modelo de Estado que, “…se funda en la pluralidad y el
pluralismo político, económico, jurídico, lingüístico y ante todo cultural, respetando y
reafirmando los valores ético-morales de nuestra cultura ancestral, tal como el 'ama qhilla',
palabra quechua que traducida al español significa 'no seas flojo' y, es por ello que nuestra
Norma Fundamental en su art. 8, la constitucionaliza como principio, al igual que el 'Ama
llulla' (no seas mentiroso) y 'Ama Suwa' (no seas ladrón), con la intencionalidad de que la
población encuentre en el trabajo y en el cumplimiento del deber una grata y satisfactoria
labor, tal como lo conceptuaron nuestros antepasados y las actuales culturas que sancionan
con severas medidas su infracción, en tanto que nuestra Ley del Órgano Judicial, en su art.
128, determina que el juez es pasible de enjuiciamiento disciplinario por incurrir en demora
culpable cuando éste dicta resoluciones en los procesos fuera de los plazos fijados por la ley,
…”
Entonces, conforme a la jurisprudencia constitucional antes señalada, que ha sido reiterada
en numerosas sentencias, como las Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0907/2012,
1308/2012 y 1884/2012, entre otras, toda solicitud relativa o vinculada a la libertad de las
personas debe ser tramitada con celeridad, y toda demora injustificada e irrazonable
constituye desconocimiento a los principios ético morales de la sociedad plural, los cuales se
constituyen, como lo ha entendido la SCP 0112/2012 de 27 de abril, en normas
constitucionales-principios, las cuales tienen carácter normativo y, por tanto imponen a todos,
y con mayor razón a las autoridades jurisdiccionales, la obligación de observarlas,
desarrollarlas y aplicarlas en su labor decisoria cotidiana.
PRECEDENTE:SC 0110/2012
[33]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
una nueva, aumentando el quantum de la pena a cuatro años de reclusión y la aplicación de
medidas de seguridad.
Agravios a los que el Tribunal ad quem inicialmente afirmó que no eran evidentes, que si bien
la víctima puede oponerse al procedimiento abreviado, el Ministerio Público tiene amplias
facultades para llegar a un acuerdo con el imputado, inclusive con la oposición de la víctima o
querellante (art. 373 y siguientes del CPP), añadiendo que la denunciante tuvo conocimiento
de la Sentencia e inclusive estuvo presente en audiencia de 5 de mayo de 2016 junto a su
abogado.
Ahora bien, este Tribunal advierte que si bien es evidente que el Tribunal de alzada manifestó
que la entonces apelante efectuó una exposición de agravios no fundamentada, que no citó
concretamente las leyes que se consideró violadas o erróneamente aplicadas, ni cuál la
aplicación que pretendía, que no indicó de forma separada cada violación con su respectivo
fundamento de acuerdo a los “arts. 169, 370, 396 inc. 3) y 408” (sic), no señaló los defectos
absolutos, ni de la Sentencia, pese a que la apelante aunque de forma confusa y poco clara
manifestó que es lo que le causaba agravio de la Sentencia, como es la causal 5) del art. 370
del CPP y señaló que lo que pretendía era que se anule la Sentencia; no es menos evidente
que el Tribunal de alzada efectuando su labor de control de la Sentencia, concluyó que el
Juez de origen adecuó el accionar del acusado dentro de los alcances del art. 272 bis del CP,
quien asumió su responsabilidad y participación en el delito, por lo que renunció a juicio oral
y se sometió a la realización de una salida alternativa de procedimiento abreviado por el
delito de violencia familiar o doméstica y la imposición de una pena de dos años de reclusión,
efectuándose una determinación circunstanciada del hecho; en consecuencia, consideró que
no existían contradicción en la Sentencia apelada de la parte considerativa y resolutiva; por
consiguiente, no se vulneró el derecho a la seguridad judicial pudiendo las partes asumir
defensa y que la Sentencia fue emitida de acuerdo a los arts. 124, 373, 374, 360 y 365 del
CPP, explicando los hechos fácticos que dieron lugar al acuerdo arribado para la prosecución
del proceso abreviado, sin que se haya incurrido en ningún defecto de procedimiento,
además de que para la fijación de la pena tomó en cuenta los arts. 37, 38 y 40 del CP;
asimismo, sobre la incursión en la causal 5) del art. 370 del CPP, también motivó su
desestimación, señalando que cuando se refiere a una salida alternativa de procedimiento
abreviado el A quo debe verificar que el imputado asuma su responsabilidad penal y que
renuncie al juicio ordinario, además de la suscripción del acuerdo con el Fiscal de materia y
su abogado defensor, relacionarlos con las pruebas de cargo y dictar Sentencia,
homologando el mismo; aspecto que, no ameritaba que la Sentencia necesariamente deba
ser ampulosa al respecto. En base a estos argumentos se observa que el Auto de Vista
impugnado, expresando las conclusiones a las que se arribó luego de un examen sobre la
veracidad de las denuncias formuladas, concluyendo que no eran evidentes.
Razones por las que no se advierte que el Tribunal de apelación a momento de resolver la
alzada, haya soslayado los agravios expuestos por la entonces recurrente observandodefectos
formales; por cuanto, conforme se tiene de los párrafos que anteceden, se pronunció de
forma fundamentada precisando los motivos que sustentan su determinación; por
consiguiente, no se ha demostrado una lesión al debido proceso, en sus elementos de la
debida fundamentación y motivación con los que debe contar cada resolución, tampoco se ha
acreditado la existencia de defecto absoluto alguno, mas por el contrario se ha observado el
cumplimiento de los arts. 124 y 398 del CPP, resultando el presente recurso
infundado, máxime si se toma en cuenta, que tanto la jurisprudencia constitucional como la
emitida por este Tribunal, ha sostenido de manera reiterada que la motivación no implicará la
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exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que puede ser concisa, pero
clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiendo expresar el Juez sus convicciones
determinativas que justifiquen razonablemente su decisión, tal como sucede en el presente
caso.
Por otra parte, debe considerarse que el procedimiento abreviado, en Bolivia fue incorporado
al sistema procesal penal con el vigente Código de Procedimiento Penal (Ley 1970 de 25 de
marzo 1999): “Cuya aplicación sólo puede ser solicitada por los acusadores, constituye una
simplificación de los trámites procesales, ya que se elimina el debate oral, público y
contradictorio, quedando el juez plenamente facultado para dictar la sentencia sobre la base
de la admisión de los delitos por parte del propio imputado’. (Comisión Redactora, exposición
de motivos del Código de Procedimiento
Penal.http://www.procedimientopenal.com.bo/), estando sujeto a las previsiones de los arts.
373 y 374 del CPP, disponiendo la última norma citada lo siguiente: “Aceptado el
procedimiento la sentencia se fundará en el hecho admitido por el imputado pero la
condena no podrá superar la pena requerida por el fiscal”, por lo que evidenciándose
que en el caso presente la representación del Ministerio Público con base al acuerdo suscrito
con el imputado, requirió la imposición de la pena de dos años de reclusión dentro de los
límites legales previstos por el art. 272 bis. del CP, con el argumento de que el imputado no
tiene antecedentes penales; se tiene que la pretensión de la parte recurrente expuesta en
apelación restringida y reiterada en casación, en sentido de que el Tribunal de alzada al
amparo del art. 413 del CPP, revoque la sentencia y sin reenvío de la causa incremente
elquantum de la pena a cuatro años de reclusión, resulta inviable.
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a los sujetos procesales, así como el derecho de acceso a la justicia, a la garantía del debido proceso
entre uno de sus elementos.
Doctrinalmente, Ricer puntualizó que: “La congruencia exige solamente correlación entre la decisión
y los términos en que quedo oportunamente planteada la litis, comprende los siguientes aspectos:
a) Resolución de todas las pretensiones oportunamente deducidas; b) Resolución nada más que de
las pretensiones ejercitadas, o sea prohibido resolver pretensiones no ejercitadas. c) Aplicación de estas
reglas a las cuestiones introducidas al debate por el demandado, ósea resolución de todas las cuestiones
planteadas por el mismo y nada más que ellas”.
El principio de congruencia, responde a la pretensión jurídica o la expresión de agravios formulada
por las partes; la falta de relación entre lo solicitado y lo resuelto, contradice el principio procesal de
congruencia; la resolución de primera y/o segunda instancia, debe responder a la petición de las partes
y de la expresión de agravios, constituyendo la pretensión jurídica. En este sentido, es deber ineludible
del juez o tribunal de alzada pronunciarse estimando o desestimando cada una de las pretensiones de la
o las partes, exponiendo al efecto los motivos o razones de la determinación adoptada; además, dejando
a salvo la obligación de revisión de oficio, no es posible pronunciarse sobre situaciones no cuestionadas
respecto de la resolución apelada, dado que el ámbito en el que deben circunscribir su actuación es
resolver justamente los aspectos impugnados de quien tiene derecho de recurrir.
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Tribunal realice una reseña de los hechos denunciados en contra de la Sentencia (motivos del
recurso), sin que ello signifique todo el argumento del fallo, sino debe tener el debido
cuidado de estructurar la Resolución, de forma tal que contenga: i) el objeto de impugnación
(motivos del recurso); ii) las consideraciones argumentativas que servirán de sustento a la
decisión final, es decir, fundamentación (normativa legal, doctrinal o jurisprudencial que
respalda el fallo) y motivación (explicación clara, específica, completa, legítima y lógica del
porqué la normativa o doctrina es aplicable al caso en concreto); iii) las conclusiones, que
deben ser el fruto racional del análisis de las cuestionantes denunciadas, contrastadas con las
actuaciones cursantes en el proceso y la normativa aplicable citada en el fallo,
finalmente; iv) la parte resolutiva o dispositiva que debe ir en coherencia con lo analizado y
las conclusiones arribadas (congruencia interna). ”
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resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto no
suspensivo, en el término de setenta y dos (72) horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal Departamental de
Justicia, en el término de veinticuatro (24) horas.
El Tribunal de Apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días siguientes
de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior.
Sobre el tema, la SCP 0751/2012 de 20 de julio, precisó lo siguiente: «…el trámite del recurso de
apelación contra las resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, es
sumario, pues una vez interpuesto, el cuaderno procesal correspondiente debe ser remitido ante la
Sala Penal de turno de la entonces Corte Superior de Justicia en el término perentorio de veinticuatro
horas, siendo obligación del Tribunal de alzada, resolver la apelación en audiencia dentro de los tres
días siguientes de recibidas las actuaciones; constituyéndose este recurso en un medio idóneo, eficaz e
inmediato de defensa previsto por el procedimiento penal que permite a las partes reclamar las
lesiones a sus derechos, posibilitando que el Tribunal ad quem en grado, corrija los errores en los que
hubiera incurrido el juez o tribunal a quo y que motivaron el recurso de alzada, obligando dicha
norma procesal, que el Juez, remita la apelación planteada dentro de las veinticuatro horas de
presentada. En tal sentido, el trámite de concesión, remisión y resolución del recurso de apelación
contra las resoluciones que determinen, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, debe ser
inmediato y de ninguna manera, ser objeto de dilaciones indebidas que demoren la pronta definición
de la situación jurídica del imputado, debiendo en consecuencia, respetarse los plazos perentorios
establecidos por la norma adjetiva penal señalada, pues las dilaciones indebidas en que pudieran
incurrir los juzgadores o el personal de apoyo jurisdiccional, vulneraría el derecho a la libertad»’”.
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inmediato de defensa previsto por el procedimiento penal que permite a las partes reclamar las
lesiones a sus derechos, posibilitando que el Tribunal ad quem en grado, corrija los errores en los que
hubiera incurrido el juez o tribunal a quo y que motivaron el recurso de alzada, obligando dicha
norma procesal, que el Juez, remita la apelación planteada dentro de las veinticuatro horas de
presentada. En tal sentido, el trámite de concesión, remisión y resolución del recurso de apelación
contra las resoluciones que determinen, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, debe ser
inmediato y de ninguna manera, ser objeto de dilaciones indebidas que demoren la pronta definición
de la situación jurídica del imputado, debiendo en consecuencia, respetarse los plazos perentorios
establecidos por la norma adjetiva penal señalada, pues las dilaciones indebidas en que pudieran
incurrir los juzgadores o el personal de apoyo jurisdiccional, vulneraría el derecho a la libertad’”.
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S.C.P. 0273/2014 Sucre, 12 de febrero de 2014
RATIO DECIDENDI
F.J.III.3. “…el artículo 226 del CPP, prevé textualmente lo siguiente: “El fiscal podrá ordenar
la aprehensión del imputado cuando sea necesaria su presencia y existan suficientes
indicios de que es autor o partícipe de un delito de acción pública sancionado con
pena privativa de libertad, cuyo mínimo legal sea igual o superior a dos años y de que
pueda ocultarse, fugarse o ausentarse del lugar u obstaculizar la averiguación de la
verdad…” (las negrillas nos pertenecen). Ahora bien, en el caso objeto de análisis no se
cumplieron todos los requisitos previstos por la referida norma para que pudiera emitirse el
mandamiento de aprehensión contra el ahora accionante; toda vez que, si bien se afirmó que
resultaba necesaria su presencia en el proceso y que habían indicios de que pudiera
ausentarse y obstaculizar la averiguación de la verdad; el delito que se inculpa al imputado
tiene apenas una pena mínima de privación de libertad de un año; es decir que, no cumple
con la condición que determina el tiempo de la pena del ilícito, para establecer en qué casos,
por la naturaleza del delito, se puede ordenar la aprehensión. Por lo que, dicha medida, de
acuerdo a lo determinado en el art. 226 del CPP, resulta ilegal”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “Si bien es evidente que el ejercicio de los derechos fundamentales no es absoluto,
lo que significa que el Estado, puede imponer restricciones y limitaciones para preservar y
resguardar los derechos de las demás personas, el interés general, el orden público y el
régimen democrático; no es menos cierto que, las medidas de restricción y limitación deben y
tienen que cumplir con condiciones de validez previstas por la Constitución Política del
Estado, y las normas del bloque de constitucionalidad. Entre esas condiciones de validez, el
art. 23.III de la Ley Fundamental ha previsto, entre otras, el principio de reserva de ley,
cuando de manera textual dispone: “Nadie podrá ser detenido, aprehendido o privado de su
libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley…”. Del precepto
constitucional glosado se infiere que, para restringir el ejercicio del derecho a la libertad física
mediante la detención o aprehensión, debe precisarse previamente en la ley los casos en los
que podrá aplicarse dicha medida; pero además, se deberán definir las condiciones y
requisitos mínimos que deben cumplirse para aplicar la misma; ello con la finalidad de evitar
que la restricción se convierta en la regla y no en la excepción (…)
Sobre el tema, la jurisprudencia prevista en la SC 0010/2010-R de 6 de abril, estableció lo
siguiente:“El art. 23.I de la CPE, reconoce el derecho a la libertad personal, estableciendo
que ésta sólo puede ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el
descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales.
Conforme a ello, el parágrafo III de la misma norma dispone que: 'Nadie podrá ser detenido,
aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por
la ley. La ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y
que sea emitido por escrito' (…)
(…) Estas condiciones de validez, también han sido desarrolladas por la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así en la Sentencia de 21 de enero de 1994,
caso Gangaram Panday, la Corte señaló: '…Nadie puede ser privado de la libertad personal
sino por las causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley (aspecto
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material) pero, además, con estricta sujeción a los procedimientos objetivamente definidos
por la misma (aspecto formal)'”.
Precedente.- SC 0010/2010-R de 6 de abril.
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No obstante, dada la problemática planteada y la necesidad procesal de dar respuesta a la
misma, cabe señalar que el principio de celeridad no comprende el conocimiento del trámite de
cesación de detención preventiva hasta llevar a cabo la audiencia; sino también en forma posterior,
como ser el dar curso con la debida celeridad procesal al trámite de apelación de la resolución
respectiva, en los casos que corresponda.
En cuanto a la remisión de los antecedentes procesales inherentes a la apelación incidental contra
la resolución que resolvió la solicitud de cesación a la detención preventiva,la SC 0384/2011-R de 7 de
abril al complementar las subreglas establecidas en la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en sentido que:
“…se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva cuando:
d) Interpuesto el recurso de apelación contra la resolución que rechaza la solicitud de
cesación de detención preventiva, los antecedentes de la apelación no son remitidos por el juez a quo
dentro del plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art. 251 del CPP -salvo justificación
razonable y fundada ante el tribunal de apelación, o se imprima un procedimiento o exigencias al
margen de la ley” (las negrillas corresponden al texto original).
Consiguientemente, en los casos de darse esta dilación de manera injustificada, corresponde
otorgar la tutela solicitada, por cuanto ello repercute en el derecho a la libertad física del agraviado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En este sentido, complementando la doctrina de las autorestricciones de la jurisdicción constitucional,
se establece que en los casos en los cuales se impugnen resoluciones judiciales o administrativas
denunciando falta de fundamentación, motivación y congruencia de un fallo y acusando errónea
interpretación y/o aplicación de la legalidad ordinaria o defectuosa valoración de la prueba; la
jurisdicción constitucional se verá impedida de ingresar a analizar el fondo de la problemática; por
cuanto, si la parte accionante no cumple con la carga argumentativa y los presupuestos exigidos por
la doctrina de las autorestricciones para que esta instancia revise la labor de la justicia ordinaria,
menos podrá emitir pronunciamiento, cuando de aquellas causas emane una decisión, cuya
fundamentación, motivación y congruencia se reclame de deficiente.
En síntesis, de acuerdo con la jurisprudencia constitucional, la protección de los derechos
fundamentales por vía de tutela constitucional, cuando éstos resultan afectados por la falta de
fundamentación, motivación y congruencia emergentes de la interpretación judicial de pruebas o de
normas jurídicas, debe ser excepcionalísima y únicamente procede cuando el juez se aparta de la ley
y la Constitución en forma irrazonable y cuando quien denuncia las lesiones, observa las reglas
establecidas para que la jurisdicción constitucional, ingrese excepcionalmente a la verificación de
los extremos denunciados; por lo que, ante la inobservancia de éstos, deberá prevalecer la razón del
juzgador en aras de preservar los principios de autonomía, independencia y especialidad de la labor
judicial” (las negrillas nos corresponden).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de libertad sólo puede continuar mientras se cumplan las medidas sustitutivas,
específicamente la fianza real, cuando el imputado se encuentre anteriormente bajo
detención preventiva y se le concede la cesación de la misma imponiéndole medidas
sustitutivas, conforme prevé el art. 245 del CPP, que no es el caso….
Por consiguiente, el Juez recurrido debió dejar en libertad inmediata al recurrente luego de la
audiencia de medidas cautelares y otorgarle un plazo razonable para el cumplimiento de las
medidas impuestas y al no haber procedido así, manteniéndolo arbitrariamente privado de su
libertad hasta que ofrezca los dos garantes solventes, cometió un acto ilegal que vulnera
flagrantemente el derecho a la libertad del recurrente…’”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fuerza que la ley atribuye a las sentencias ejecutoriadas; la autoridad se refiere a la
característica de que lo fallado en ellas se considera como irrevocable e inmutable; y
la fuerza, consiste en el poder coactivo que dimana de la cosa juzgada, o sea que debe
cumplirse lo que en ella se ordena.
Se puede analizar desde dos puntos de vista, tal como se lo hizo en la SC 0217/2006-R de
7 de marzo, en la que se estableció lo siguiente: '…los efectos de la cosa juzgada se
manifiestan bajo una doble perspectiva: formal y material. Así, la característica o efecto de la
cosa juzgada formal es la de su inimpugnabilidad o firmeza. Producen este efecto cualquier
resolución firme o lo que es lo mismo, cuando frente a ella no exista ningún otro recurso
previsto en la ley (la excepción sólo se presenta cuando existe de por medio una lesión al
contenido esencial de un derecho fundamental), hayan transcurrido los plazos para recurrirla
o se haya desistido del mismo. En este sentido, los fallos del Tribunal Constitucional como
los de la Corte Suprema de Justicia, surten los efectos de cosa juzgada formal (con la única
excepción a esta regla antes referida), en la medida en que no hay ningún órgano judicial
que pueda revisar sus decisiones; empero, al efecto negativo aludido se tiene otro de
naturaleza positiva, que se expresa en el deber jurídico que tiene el órgano encargado
de su ejecución de hacer efectiva la decisión contenida en el fallo en los términos
establecidos en ella (…)
Consiguientemente se concluye que contra todo fallo o sentencia judicial que adquiere
calidad de cosa juzgada no procede ningún otro recurso que permita modificarla o ser
alterada en su contenido, carácter que implica la irrevocabilidad que adquieren los efectos de
la misma, sentencia judicial que debe ser acatada y respetada por todos aquellos vinculados
a ella, pues cuando ésta queda firme adquiere inmutabilidad o inimpugnabilidad, ya que esa
firmeza impide que el fallo sea modificado, revocado o anulado, carácter inmutable
que obliga al respeto de su contenido y en resguardo de la seguridad jurídica y restará
únicamente su ejecución”.
Precedente.- SC 0217/2006-R de 7 de marzo.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
grupo de delitos, denominados continuados, en los cuales existe una pluralidad de acciones u
omisiones homogéneas, en distinto tiempo pero en análogas ocasiones, y con unidad de propósito, con
las que se infringe una misma o similar norma penal. Este delito supone, entonces la unificación de la
pluralidad de acciones, en una unidad jurídica de acción, con la finalidad de evitar la existencia de
varios procesos penales contra una persona por un mismo o similar delito, y la acumulación de penas.
La doctrina y jurisprudencia comparada han establecido, fundamentalmente, los siguientes elementos
del delito continuado:
a.Unidad de propósito o el aprovechamiento de una similar ocasión: lo que significa que el dolo debe
ser total, unitario y debe abarcar, desde el inicio, al hecho total, es decir al «resultado total», o que
las acciones sean realizadas en situaciones análogas o semejantes.
b. Unidad de lesión jurídica, como la exigencia de que las múltiples acciones infrinjan una misma
norma jurídica; algunos autores exigen la unidad de tipo, en tanto que otros sólo exigen que los
preceptos penales sean de igual o semejante naturaleza.
En el delito continuado cada acción cometida por el sujeto activo es constitutiva del tipo penal, es
decir, ya es un delito, lo que supone que la acción coincide con la consumación del delito (si es un
delito instantáneo), pero para efecto de computar el término de la prescripción en el delito
continuado, sólo se toma en cuenta la última acción realizada.
Esta clase de delitos no está contenida en muchas legislaciones y, en otras, ha sido creada a través de
la jurisprudencia de los tribunales penales ordinarios. Así, en el caso de España, antes de 1983, año
en el que se introdujo el delito continuado en la legislación penal, ese delito era una construcción
jurídica, obra de la jurisprudencia y no de la ley; que fue criticada ampliamente por muchos autores,
por vulnerar el principio de legalidad y porque en muchos casos era aplicada en malam partem; es
decir, contra el imputado o procesado, agravándole las penas o limitando su acceso al beneficio de la
prescripción, debido a que el cómputo de la misma era realizado desde el último hecho cometido,
obviando el tiempo transcurrido entre la primera acción y la última.
En Bolivia, el delito continuado no está previsto en nuestras leyes penales, pues el Código de
Procedimiento Penal, como se señaló precedentemente, solo hace referencia, de manera indirecta, a
los delitos instantáneos y los permanentes; consecuentemente, en virtud al principio de legalidad (…);
no puede aceptarse la construcción jurisprudencial de este delito, y menos que ese entendimiento sea
aplicado contra el imputado. En tal sentido, una pluralidad de infracciones, sólo puede unificarse
cuando así lo dispone la ley (por ejemplo, el concurso real previsto en el art. 45 del CP) y, ante su
silencio, la autoridad judicial, como intérprete, debe penarlas de manera individual´.
Dicho ello y teniendo en cuenta, la clasificación de delitos realizada por la doctrina y jurisprudencia,
corresponde a continuación verificar en cuál de ellos se encuentra inmerso el delito de estafa; fin para
el cual, se pasará a revisar la normativa legal y la jurisprudencia desarrollada por el extinto Tribunal
Constitucional, con relación al tema en cuestión.
En ese contexto, se debe partir de lo estipulado por el art. 335 del Código Penal (CP) que configura la
estafa de la siguiente manera: ´El que con la intención de obtener para sí o un tercero un beneficio
económico indebido, mediante engaños o artificios provoque o fortalezca error en otro que motive la
realización de un acto de disposición patrimonial en perjuicio del sujeto en error o de un tercero, será
sancionado con reclusión de uno (1) a cinco (5) años y con multa de sesenta (60) a doscientos (200)
días´.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
A su vez, el art. 29 inc. 2) del CPP, en relación a la prescripción de la acción penal, señala que: «La
acción penal prescribe: 2) En cinco años, para los (delitos) que tengan señalada una pena privativa de
libertad cuyo máximo legal sea menor de seis y mayor de dos años»; y, el art. 30 del CPP referido al
cómputo del término de la prescripción, establece que: ´El término de la prescripción empezará a
correr desde la media noche del día en que se cometió el delito o en que cesó su consumación´.
En ese orden, la ya citada SC 0190/2007-R, más adelante señaló que:«…la estafa es un delito
instantáneo, pues se consuma en el momento en el que el sujeto pasivo realiza el acto de disposición
patrimonial, sin que su consumación se prolongue en el tiempo. Lo mismo sucede con el delito de
estelionato, que se consuma en el momento en el que el sujeto activo vende o grava como bienes libres
los que fueren litigiosos o estuvieren embargados o gravados, o cuando vende, grava o arrienda, como
propios los bienes ajenos.
Consecuentemente, la prescripción de ambos delitos (refiriéndose a la estafa y estelionato) debe
empezar a computarse desde la media noche del día en que fueron cometidos, conforme a la regla
contenida en el art. 30 del CPP, y si bien, esta conducta podría repetirse en el tiempo y en similar
ocasión, no es posible unificar esas acciones para configurar, jurisprudencialmente, el delito
continuado, y computar, desde la última acción, el término de prescripción; pues, se reitera, al hacerlo
se vulneraría el principio de legalidad como garantía de la seguridad jurídica.
Lo anotado precedentemente, no impide que el sujeto activo, por las nuevas acciones cometidas, si es
que lo ameritan, sea sometido a juicio y, luego, a sanción penal; toda vez que, para esas nuevas
acciones, el término de la prescripción será computado desde la media noche del día en que se
cometieron».
En síntesis, la estafa es un delito instantáneo porque la acción coincide con el momento de
consumación del hecho delictivo; esto es, desde que el sujeto pasivo realizó el acto de disposición
patrimonial, sin que su realización se prolongue en el tiempo, y la prescripción empieza a computarse,
conforme establece el art. 30 del CPP, desde la media noche en que se la cometió”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
uno de los medios de prueba, aplicando las reglas de la sana crítica, justificando y
fundamentando adecuadamente las razones por las cuales otorga un determinado valor
(positivo, negativo, relevante, irrelevante, útil, pertinente, etc.), para posteriormente, vincular
cada medio de prueba y con base en la apreciación conjunta y armónica del elenco
probatorio producido, emitir el fallo correspondiente (fundamentación probatoria
intelectiva).
En la parte dispositiva del fallo, conforme establece el art. 360 inc. 4) del CPP, el juzgador
debe justificar normativamente la decisión; es decir, debe citar, las normas aplicables y en
caso de emitirse Sentencia condenatoria de acuerdo al art. 365 del CPP, el juzgador debe
fijar con precisión la sanción correspondiente, con base en los arts. 37, 38, 39, 40, 40 bis del
CP -los últimos, cuando corresponda- tomando en cuenta las atenuantes y agravantes que
concurran (fundamentación jurídica).
De lo anterior se tiene que la Sentencia debe estar estructurada de la siguiente forma:
a) Fundamentación fáctica; b) Fundamentación probatoria que debe ser descriptiva e
intelectiva (la última implica valoración individual y conjunta de la prueba)
y; c) Fundamentación jurídica. La ausencia de cualquiera de las formas de fundamentación
en el fallo, importa falta de fundamentación de la Resolución en infracción con el art. 124 del
CPP; sin embargo, no toda omisión o defecto en la fundamentación implica defecto absoluto,
sino, únicamente aquellos vinculados con la inmediación de la prueba, pues, la indebida
fundamentación jurídica o su ausencia, en cuanto a la imposición de la pena, al corresponder
a un momento posterior a la valoración de la prueba, puede ser objeto de corrección o
complementación en grado de apelación, conforme establece el art. 314 del CPP, sobre la
base de las conclusiones a las que arribó el juez o Tribunal sentenciador, respecto a la
existencia del hecho, la participación del encausado y su culpabilidad en el hecho juzgado.
En cuanto a la fundamentación probatoria, siendo el juzgador de mérito, el único facultado
para valorar prueba, la ausencia de fundamentación, sea descriptiva o intelectiva, implica
defecto absoluto inconvalidable, toda vez que, conforme el vigente sistema recursivo, el
Tribunal de alzada no puede suplir la fundamentación probatoria, porque ello implica
valoración de la prueba; pues, la falta de fundamentación descriptiva sobre alguna de las
pruebas, impide el control sobre ella. De la misma forma, la ausencia de fundamentación
intelectiva, imposibilita verificar, si la valoración de la prueba, sea individual o conjunta, se
hizo en correcta aplicación de las reglas de la sana crítica.
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Sobre la temática, el Auto Supremo 74 de 10 de marzo de 2010, señala: ‘…la
sentencia debe contener una fundamentación probatoria descriptiva que permita al Juez o
Tribunal analizar uno a uno los medios probatorios incorporados en juicio, para
que en alzada, se pueda controlar la valoración de la prueba efectuada con las
reglas de la sana crítica, de tal manera que en la sentencia se describa el
contenido del medio probatorio, sin una inmediata valoración, existiendo una cita
de los documentos incorporados al juicio (la prueba es parte de los antecedentes,
la testifical se encuentra limitada por la ausencia de inmediación que es propia del
juez que conoce la causa, por ello el tribunal de mérito debe informa mediante el
fallo la apreciación del testigo, para que de esta manera, el tribunal de alzada
aprecie si se valoró o no correctamente esa prueba). Por ello, aquella
fundamentación del juez recibe el nombre de descriptiva, porque es una
descripción de los medios de prueba practicados e incorporados en el debate.
Posteriormente a la fundamentación descriptiva, tendrá que existir en la sentencia la
fundamentación probatoria intelectiva, consistente en la apreciación de los medios de
prueba, momento en el cual, el Juez señala por qué un medio de prueba merece crédito y
cómo lo vincula a los elementos que obtiene de otros medios del elenco probatorio’.
Acorde con lo anterior, el Auto Supremo 248/2012-RRC de 10 de octubre, refiriéndose a la
fundamentación analítica o intelectiva, señaló: ‘…El tercer momento es la fundamentación
analítica o intelectiva, en la que no sólo se trata de apreciar cada elemento de juicio en su
individualidad, sino de aplicar conclusiones obtenidas de un elemento a otro, lo que implica,
una apreciación en el conjunto de toda la prueba judicializada. En este momento, la
autoridad judicial competente de emitir una sentencia, deberá dejar constancia de los
aspectos que le permitieron concluir en el caso de las declaraciones testificales porque
consideró coherente, incoherente, consistente o inconsistente, veraz o falsa la declaración de
los testigos; es decir, expresar tanto las razones que se tiene para creer a alguno o algunos
de los testimonios, como las razones que se tiene para rechazar o desechar otro u otros;
similar tarea deberá ser desarrollada respecto a la prueba
documental y pericial, debiendo dejarse constancia sobre el merecimiento o desmerecimiento
de cada prueba así como su relevancia o no’.
Conforme lo ampliamente señalado, se deja asentado una vez más, que en la Sentencia se
materializa la tutela judicial efectiva, por lo que para su validez, debe cumplir las exigencias
legales establecidas, dentro las cuales se encuentra la exigencia de motivación y
fundamentación en estricto cumplimiento a lo establecido por el art. 124 relacionado con el
art. 173 del CPP; lo que significa, que el juzgador a tiempo de dictar Sentencia, debe
fundamentar la Resolución con base en la sana crítica, aplicando las reglas de la experiencia,
que son aquellas que conoce el hombre común (sentido común - conocimiento adquirido por
cualquier persona de forma espontánea como verdad irrefutable); las reglas de la psicología,
que en el caso del juzgador requiere conocimientos mínimos (se aplican cuando el juzgador
observa comportamientos); además, de las reglas de la lógica (la lógica de lo razonable),
como las de identidad, de contradicción, de tercero excluido o de razón suficiente, para crear
un razonamiento debidamente estructurado.
Al respecto, Couture señala: ‘El juez, al decidir según la sana crítica, no es libre de razonar a
su voluntad, discrecionalmente, arbitrariamente, porque esto no sería sana crítica, que es la
unión de la lógica y de la experiencia, sin excesivas abstracciones en orden intelectual; es
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lógica porque las reglas de la sana crítica consisten en su sentido formal, en una operación
lógica; y es experiencia, porque las máximas de experiencia contribuyen tanto como los
principios lógicos a la valoración de la prueba, pues el juez no es una máquina de razonar,
sino esencialmente, un hombre que toma conocimiento del mundo que lo rodea y lo conoce a
través de sus procesos sensibles e intelectuales. La sana crítica es, además de lógica, la
correcta apreciación de ciertas proposiciones de experiencia de que todo hombre se sirve en
la vida’. (Eduardo Couture, Estudios de Derecho Procesal Civil, Buenos Aires, Ediciones
Depalma, tomo II, 1979).
Ahora bien, el control respecto a la correcta aplicación de las reglas de la sana crítica en la
Sentencia, corresponde al Tribunal de apelación conforme disponen los arts. 51 inc. 2) del
CPP y 58 inc. 1) de la Ley del órgano Judicial (LOJ); en ese entendido, el citado Tribunal, se
encuentra facultado para ejercer el control, no sólo de legalidad de la Sentencia, sino de la
logicidad o razonamiento lógico-jurídico empleado a momento de valorar la prueba, que debe
encontrarse traducida en la fundamentación probatoria del fallo, lo que no implica, que el
Tribunal de alzada pueda rever los hechos u otorgar valor distinto o revalorar los medios
probatorios, sino, ejercer control respecto a la justificación del fallo; sin embargo, esta labor,
debe a su vez encontrase debidamente fundamentada…” .
[51]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte, la SC 0551/2010-R de 12 de julio, sobre la extinción de la acción penal, precisó que: “La
norma prevista por el art. 133 del CPP establece que todo proceso tendrá una duración máxima de
tres años contados desde el primer acto del procedimiento, salvo caso de rebeldía, por su parte el art.
27 inc. 10) del mismo cuerpo legal, establece que la acción penal se extingue por vencimiento del
plazo máximo de duración del proceso; sin embargo, la aplicación de dichos preceptos legales por las
autoridades jurisdiccionales, requiere en cada caso concreto de una valoración integral de varios
factores que hacen a la defensa del debido proceso con relación al procesado, pero también al
resguardo de las garantías jurisdiccionales que asisten a las otras partes procesales, ya sea Ministerio
Público o el acusador particular (víctima), determinando y posibilitando de esa manera que la
potestad de impartir justicia efectivice los principios ordenadores del sistema de administración de
justicia.
Ahora bien, la valoración concurrente de los factores que deben ser considerados por el juzgador al
momento de determinar la extinción de la acción penal, y que no esté supeditada única y
exclusivamente al transcurso del tiempo, ha sido desarrollada por la jurisprudencia constitucional en
la SC 1042/2005-R de 5 de septiembre, que al efecto señala: ‘Es importante recordar que la extinción
del proceso penal por mora judicial tiene su base de sustentación en el derecho que tiene toda persona
procesada penalmente a un proceso sin dilaciones indebidas, un derecho que forma parte de las
garantías mínimas del debido proceso, consagrado por el art. 14.3.c) del Pacto Internacional de
Derecho Civiles y Políticos y, art. 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos como un
derecho a un proceso dentro de un plazo razonable, instrumentos normativos que forman parte del
bloque de constitucionalidad, conforme ha determinado este Tribunal en su amplia jurisprudencia.
Empero, conforme ha definido este Tribunal Constitucional en su SC 0101/2004 y su AC
0079/2004- ECA, la determinación de la extinción debe responder a una cuidadosa apreciación, en
cada caso concreto, de los siguientes factores concurrentes al plazo previsto por la Ley: a) la
complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, sino también a la cuestión jurídica; b) la
conducta de las partes que intervienen en el proceso; y c) la conducta y accionar de las autoridades
competentes, en este último caso para determinar si el comportamiento y accionar de las autoridades
competentes fue manifiestamente negligente dando lugar a un desenvolvimiento del proceso fuera de
las condiciones de normalidad; en consecuencia, conforme se expresa en la doctrina y la
jurisprudencia emanada de los órganos regionales de protección de los Derechos Humanos, como la
Corte Americana de Derechos Humanos, se entiende por un proceso sin dilación indebida a aquel que
se desenvuelve en condiciones de normalidad dentro del tiempo requerido y en el que los intereses
litigiosos pueden recibir pronta satisfacción; de lo referido se infiere que este derecho se lesiona
cuando el proceso penal no se desarrolla en condiciones de normalidad debido a la actuación
negligente de las autoridades competentes, es decir, con un funcionamiento anormal de la
administración de justicia, con una irregularidad irrazonable, dando lugar a que el proceso tenga una
demora injustificada’.
Con relación a ello, vale dejar claramente establecido que el plazo fatal y fijo, no puede ser
considerado como único criterio para extinguir una causa por duración máxima del proceso, sino que
también debe ponderarse en forma concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia
constitucional glosada, efectuando un análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si
existen elementos suficientes que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las
partes que intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo, aspectos
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar que la situación de
los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se encuentra sujeta únicamente
a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al propio órgano, como la falta de nombramiento
oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e intempestivas renuncias de funcionarios de esas
reparticiones, así como otras circunstancias que inciden negativamente en el propósito encomiable de
una pronta y oportuna administración de justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio
integral de los elementos que incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la
coerción penal favoreciendo a la impunidad”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la libertad física o de locomoción; este Tribunal, entendió que la vía idónea para resolver
dicha demanda, era la acción de amparo constitucional. De igual manera, en situaciones en
los que el accionante, pretendía que sea la jurisdicción constitucional, la que declare la
extinción de la acción penal, ordenando en consecuencia, su libertad; aspecto sobre el que,
se concluyó que: “…en razón a que los actos acusados como violatorios de su derecho a
una justicia sin dilaciones indebidas, no tiene directa relación con la detención preventiva de
la que es objeto, sino, como él mismo lo reconoce, se le está vulnerando el principio de
celeridad; además, que este Tribunal, ha dejado establecido en su uniforme jurisprudencia,
que la extinción de la acción penal, debe ser planteada, mediante la acción de amparo
constitucional” (SCP 1225/2012 de 6 de septiembre).
En el sentido descrito supra, citando asimismo, las Sentencias Constitucionales
Plurinacionales anotadas, se pronunció la SCP 0085/2015-S1 de 11 de febrero; la que,
después de efectuar el estudio relativo al caso, concluyó que, de lo expresado, debe tenerse
presente que: “…todo acto procesal que surja en torno al planteamiento de la extinción
de la acción penal, en el que se alegue procesamiento indebido, corresponde ser
dilucidado a través de la acción de amparo constitucional previamente agotados los
mecanismos intraprocesales y no a través de la acción de libertad, conforme ya fue
razonado” (las negrillas son agregadas).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
alternativa o de un requerimiento de sobreseimiento, el Juez está obligado a declarar la
extinción de la acción penal, independientemente de que exista o no solicitud de la parte
imputada”
LA EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL POR MÁXIMA DURACIÓN DEL PROCESO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0819/2017-S1
Sucre, 27 de julio de 2017
De acuerdo a lo dispuesto por el art. 27.10 del CPP, la acción penal se extingue por “vencimiento del
plazo máximo de duración del proceso”, lo cual implica una forma de conclusión del proceso, en este
entendido, el art. 133 de la norma referida señala que: “Todo proceso tendrá una duración máxima de
tres años, contados desde el primer acto del procedimiento, salvo el caso de rebeldía.
Las causas de suspensión de la prescripción suspenderán el plazo de duración del procedimiento.
Cuando desaparezcan éstas, el plazo comenzará a correr nuevamente computándose el tiempo ya
transcurrido.
Vencido el plazo, el juez o tribunal del proceso, de oficio o a petición de parte, declarará extinguida la
acción penal”.
Al respecto, el art. 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos dispone que “Toda
persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por ley, en la
sustanciación de cualquier acusación formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”, la cual guarda relación con el
art. 115 de la CPE, que a su vez, se refleja en el principio de celeridad, que deben imprimir las
autoridades judiciales, a fin de garantizar una justicia oportuna.
Ahora bien, a fin de establecer con precisión que se entiende por el primer acto del procedimiento, a
partir del cual se computa el plazo para establecer la duración máxima del proceso en materia penal, es
necesario referir que la etapa preparatoria implica por una parte los actos iniciales, que comienza con el
inicio de las investigaciones de un hecho a raíz de una denuncia, querella o a conocimiento
simplemente del mismo, que viene a ser la fase preliminar; empero, donde se desarrolla la etapa
preparatoria es a partir de la imputación formal, puesto que la misma surge en virtud a la existencia de
suficientes indicios sobre la existencia del hecho y la participación del imputado; por lo que, para que
comience el proceso necesariamente deberá ser notificado de manera personal con dicha imputación;
en ese sentido dicha etapa tiene un plazo de duración para su conclusión que son de seis meses,
pudiendo ampliarse por el mismo tiempo o el doble, de acuerdo a su complejidad, después de ese plazo
el Ministerio Público debe presentar los actos conclusivos de conformidad a lo establecido por el art.
323 del CPP.
De acuerdo, a lo señalado si bien no existe una previsión legal del plazo en el cual deben desarrollarse
las investigaciones preliminares, ni tampoco para la presentación de la imputación formal, se entiende
que se lo hará en el menor tiempo posible, en virtud al principio de celeridad que se encuentran
garantizado por la Constitución Política del Estado, como por el concepto del plazo razonable que fue
desarrollado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que se basa en el art. 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, que debe ser considerada de acuerdo a la
complejidad del litigio, la conducta de los demandantes y de las autoridades judiciales y la forma cómo
se ha tramitado la etapa de instrucción en el proceso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
LA FINALIDAD DE LA DECLARATORIA, COMPARECENCIA Y PURGA DE REBELDÍA
COMO MEDIO INTRAPROCESAL IDÓNEO E INMEDIATO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0993/2017-S2
Sucre, 25 de septiembre de 2017
Al respecto, la SCP 2127/2013 de 21 de noviembre, determinó: “Delimitada la persecución ilegal en
el marco de lo desarrollado en el Fundamento Jurídico anterior, corresponde referirse al marco
jurídico y jurisprudencial atingente a la declaratoria y purgatoria de la rebeldía de acuerdo al
procedimiento penal y a los efectos que dichas actuaciones conllevan.
Sobre dicha temática, el art. 87 del CPP, regula los casos en los que procede la declaratoria
de rebeldía, estableciendo que el imputado será declarado rebelde cuando: '1) No comparezca sin
causa justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código; 2) Se haya evadido del
establecimiento o lugar donde se encontraba detenido; 3) No cumpla un mandamiento de aprehensión
emitido por autoridad competente; y, 4) Se ausente sin licencia del juez o tribunal del lugar asignado
para residir'. Instituyendo el art. 88 del mismo Código, que: 'El imputado o cualquiera a su nombre,
podrá justificar ante el juez o tribunal su impedimento; caso en el que se concederá al impedido un
plazo prudencial para que comparezca'.
Como efecto de la declaratoria de rebeldía, el art. 89 del CPP, determina que: «El juez o
tribunal del proceso, previa constatación de la incomparecencia, evasión, incumplimiento o ausencia,
declarará la rebeldía mediante resolución fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o
ratificando el expedido». No obstante de la disposición citada, el art. 91 del referido Código, prevé:
‘Cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el proceso
continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su comparecencia y
manteniendo las medidas cautelares de carácter real. El imputado o su fiador pagarán las costas de su
rebeldía. Si justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será
revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza'.
(…)
Al respecto, cabe referir que la rebeldía es la situación procesal en que se encuentra quien,
existiendo o mediando proceso en su contra, evita o rehuye someterse al mismo, ya sea no
compareciendo, evadiéndose, incumpliendo un llamado judicial o ausentándose sin justa causa del
lugar asignado para residir; es decir, que asume una actitud pasiva e indiferente en el proceso, con
estos antecedentes el juez mediante resolución expresa y fundamentada puede declarar la rebeldía,
dando lugar a medidas cautelares personales y reales de carácter precautorio, como ser: expedirse
mandamiento de aprehensión, arraigo y otros; entonces se puede decir que el objetivo principal de la
declaratoria rebeldía es lograr la comparecencia del imputado para la continuación del proceso
penal, y en caso de comparecencia voluntaria del rebelde, o que sea aprehendido y puesto a
disposición de la autoridad, el proceso continúa dejándose sin efectos las órdenes e instrucciones
dispuestas salvo las medidas cautelares de carácter real»'.
(…)
Del entendimiento expresado en la Sentencia citada, se tiene que la única finalidad del
mandamiento de aprehensión librado por el juez de la causa, es que está destinado a que el
desobediente a la resolución judicial sea presentado para realizar el acto para el que fue
inicialmente citado y no así con otros fines; en consecuencia, en el instante en que comparezca o sea
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el mandamiento deja de tener subsistencia'”
(las negrillas son nuestras).
Por su parte, la SCP 1203/2012 de 6 de septiembre, estableció el siguiente entendimiento:
“Una vez ejecutado el mandamiento y conducido el imputado a la presencia de la autoridad judicial, o
si el rebelde decide comparecer de manera voluntaria ante quien dispuso dicha medida, las
consecuencias o los efectos establecidos en el art. 89 incs. 1), 2), 3), 4) y 5) del CPP, cesan
automáticamente, ello significa que el proceso debe retrotraerse al momento en que se dispuso la
rebeldía y seguir el curso normal.
El art. 91 del CPP, al referirse a la comparecencia del imputado hace alusión a las costas de
rebeldía, que al tenor de la citada disposición legal, ellas deben ser cubiertas por el imputado o en su
defecto por su fiador; sin embargo, nótese que dicho aspecto no es un condicionante directo para que
la autoridad judicial acepte la comparecencia del declarado rebelde;; es decir, el imputado puede
comparecer ante la autoridad judicial sin que previamente se haya cubierto esta obligación (costas de
rebeldía); lo cual no significa que deba dejarse de lado lo estipulado expresamente en la norma. De
presentarse el imputado sin haber cumplido la obligación económica, el juez de la causa no está
impedido para aceptar su comparecencia, al contrario, debe aprobarlo y otorgarle un plazo prudente
para que cumpla con la obligación pecuniaria. A este efecto, se debe considerar que, la libertad del
imputado se encuentra en peligro a consecuencia de la declaratoria de rebeldía y no puede
condicionarse su apersonamiento o comparecencia a un factor estrictamente económico”.
[57]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte la SCP 0118/2014-S1 de 4 de diciembre, refiriéndose al alcance de la
enmienda, establecida por el art. 125 del CPP, señaló que: “La jurisprudencia del Tribunal
Constitucional anterior, en la SC 0447/2011-R de 18 de abril, que citó la SC 1215/2006-R de
1 de diciembre, indicó: '«De la disposición legal [art. 125 CPP] (…), se tiene que dictada la
sentencia, auto interlocutorio, auto de vista o auto supremo, según sea el caso, y notificada
la resolución judicial a las partes, el juez o tribunal de oficio podrá subsanar los siguientes
aspectos, o bien las partes podrán impetrar su complementación o enmienda en los
supuestos de que existan: 1) errores materiales o de hecho; 2) expresiones oscuras, u 3)
omisiones concebidas como un defecto en la resolución de algo que debía existir en ella.
Esto implica que la explicación o enmienda de una determinación judicial no procede sino
cuando contiene alguna expresión oscura, omisión o error material o de hecho; sin
embargo, la facultad reconocida al juzgador no es ilimitada conforme se establece
incuestionablemente de la propia redacción de la norma citada, pues el juez a título de
explicación o de enmienda no puede modificar la parte sustancial de la resolución
pronunciada cuya explicación o enmienda se solicitó, al no ser un medio por el cual el
tribunal de justicia pueda cambiar su propia decisión en el fondo; lo que implica que un
pronunciamiento que contradiga y modifique esencialmente una sentencia o un fallo,
constituye inobservancia y violación de los derechos y garantías previstos en la
Constitución Política del Estado y el Código de Procedimiento Penal, como refiere el
art. 169 inc. 3) del CPP…»”’ (las negrillas son nuestras).
Bajo dicho razonamiento se tiene, que el art. 165 del CPP, está destinado a sanear la
actividad procesal defectuosa; corrección que; sin embargo, no implica revocar o cambiar las
resoluciones emitidas por el mismo juez o tribunal que las ha pronunciado, pues únicamente
los tribunales jerárquicos pueden modificar en el fondo lo resuelto por el juez a quo, a través
de los medios de impugnación previstos en el ordenamiento jurídico, debiéndose aclarar que
–conforme se ha señalado– la explicación, complementación y enmienda prevista en el art.
125 del CPP, como su nombre indica, es el medio idóneo para pedir la corrección, la
complementación o explicación de las resoluciones sin afectar el fondo de las mismas.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
del CPP), sólo cumplidas las exigencias legales, la imposición de la pena, demostrará que es
producto de un trabajo racional y no del capricho del juzgador.
En cuanto, a la imposición de la pena este máximo Tribunal de Justicia, precisócriterios
específicos para la fijación de la pena y el control que debe ejercer el Tribunal
superior en grado, estableciendo en el Auto Supremo 038/2013-RRC de 18 de febrero: “La
determinación judicial de la pena que comprende todo el procedimiento; es decir, la
evaluación, decisión y justificación del tipo y la extensión de la pena, tiene líneas de
orientación previstas legalmente, de manera que no puede considerarse una cuestión propia
de la discrecionalidad del juez. La individualización de la pena está sometida al principio de
proporcionalidad recogido por el Código Penal en sus diferentes artículos y a la finalidad de la
pena establecida constitucionalmente como la educación, habilitación e inserción social de los
condenados, con respeto a sus derechos.
En este ámbito, el juez o tribunal que fija una pena tiene la obligación de someterse a dichos
principios, correspondiendo al Tribunal de alzada, ante la constatación de su incumplimiento,
proceder directamente a la modificación del quantum de la pena, en sujeción a los principios
constitucionales y procesales, en ejercicio de la facultad reconocida por el art. 414 del CPP,
considerando los siguientes criterios para la fijación de la pena:
a) La personalidad del autor, el cometido que la ley penal boliviana asigna al juez de
apreciar la personalidad del autor, es una tarea compleja; aunque debe reconocerse que el
Código Penal en los arts. 37 y 38 (atender la personalidad del autor) no exige la realización
de un diagnóstico científico ’de la personalidad’, sino un perfil de la personalidad, vinculado al
hecho concreto para aplicar la pena en la dimensión que corresponda a esa persona concreta
e individual, distinta a los demás seres humanos. De tal manera que el reproche jurídico que
merezca su comportamiento, guarde armonía con el hecho, su personalidad y las
circunstancias.
La edad, es un factor que, dependiendo del caso, puede operar como agravante o atenuante.
En cuanto a la educación, por regla general como circunstancia agravante, pues el reproche
será mayor cuando el autor ha tenido acceso a la educación y, por lo tanto, ha disminuido su
vulnerabilidad al sistema penal. En similar sentido opera la posición económica, sobre todo en
los casos vinculados a delitos económicos. La vida anterior libre de sanciones penales no se
debe tomar sin más como atenuante para la determinación de la pena. Lo que sí debe
considerarse como factor de atenuación, es que el autor haya desarrollado hasta la comisión
del hecho punible una vida ordenada y acorde al derecho, de tal manera que el hecho
delictivo signifique una notoria contracción con su conducta anterior. Respecto a la conducta
posterior, debe tomarse en cuenta como factor para la fijación de la pena, el esfuerzo del
autor por reparar el daño causado. También puede apreciarse como favorable la conducta
del procesado en el proceso penal, cuando: i) Se haya entregado a la autoridad policial o
judicial voluntariamente, pese a haber contado con la posibilidad de una fácil huida, o tener
la posibilidad de no ser descubierto, y, ii) La confesión que manifieste arrepentimiento, o
bien que haya ayudado significativamente al establecimiento de la verdad mediante su
declaración.
Sin embargo, la sola falta de arrepentimiento o confesión no puede valorarse para hacer más
rigurosa la sanción. Ahora bien, si la confesión no es tal, sino un intento de lograr la
impunidad y si el ’arrepentimiento’ no es sincero, sino una manera de procurar un trato
benigno de los jueces, cuando se sabe, por la prueba, que no hay forma alguna de eludir la
acción de la justicia, los jueces deben examinar ese dato como parte de las manifestaciones
defensivas, pero deben ignorarlo al momento de fijar la pena, pues ni las mentiras, ni las
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
falsas actitudes del acusado constituyen un factor que deba perjudicarlo cuando se decida
sobre la sanción a imponer. La reparación del daño, consiste fundamentalmente en aliviar las
consecuencias materiales del hecho delictivo son también factor de atenuación; empero,
también pueden tener un efecto atenuante de la pena, los actos que denoten voluntad de
reparar. La extensión del daño causado debe ser delimitada sólo para aquello que tenga
vinculación con el hecho típico, directamente. Además, debe tenerse en cuenta que no es
necesaria la concurrencia de todas las circunstancias descritas, pues dependerá de cada caso
concreto.
b) La mayor o menor gravedad del hecho, que tiene que ver con lo previsto por el art.
38 inc. 2) del CP; es decir, la naturaleza de la acción, los de los medios empleados, la
extensión del daño causado y del peligro corrido.
c) Circunstancias y las consecuencias del delito, que también deben ser consideradas
en el caso concreto.
La fundamentación de la fijación de la pena es inexcusable, en este ámbito la exigencia de
fundamentación que debe satisfacer la sentencia condenatoria en el proceso de
individualización de la pena, obliga al juez a observar los parámetros descritos por el
legislador; por lo tanto la resolución debe contener un razonamiento capaz de dar cuenta de
que se consideraron dichos parámetros de tal modo que a través de la exposición razonada
del juez o tribunal se pueda evidenciar que su resolución se ha fundado en parámetros
legales, y no es fruto de la apreciación estrictamente personal o arbitraria al efecto debe
explicar cómo aplicó la pena, en término considero las previsiones de los arts. 37, 38 y 40 del
CP, al caso concreto y qué atenuantes y agravantes tomo en cuenta para establecer la
sanción dentro de los límites legales”.
La doctrina internacional con autores como Eugenio Raúl Zafaroni, en su obra Manual de
Derecho Penal, así como la doctrina nacional con Benjamín Miguel Harb, en su obra Derecho
Penal Tomo II, distingue tres etapas en la individualización de la pena:la legal,
la judicial y la penitenciaria. En la primera, el legislador valora, desde el marco de la
proporcionalidad, la gravedad del ilícito tipificado en un tipo penal y determina la pena
aplicable en abstracto. En la segunda, el Juez penal, a la conclusión del proceso y
establecida que sea conforme al debido proceso de ley, la responsabilidad penal
del autor del hecho, fija la pena al caso concreto, tomando como base el marco
punitivo determinado por el legislador. La tercera etapa, denominada ejecución penal,
se halla destinada al cumplimiento de los pronunciamientos contenidos en el fallo de una
sentencia penal ejecutoriada y se desarrolla por la administración penitenciaria, bajo control
jurisdiccional.
Ahora bien, en lo que respecta a la primera etapa de individualización de la pena llamada
legal, ‘…en el marco penal, el legislador establece los límites de la pena en el caso individual
para cada delito’, ‘Las valoraciones sociales respecto de un determinado delito quedan
plasmadas dentro de este marco, y en él quedan recogidas, entre otras cosas, las razones de
prevención general. Las valoraciones previamente dadas por el legislador, reflejadas en el
marco penal, son vinculantes para el juez, quien debe dejar de lado sus propias valoraciones
y aplicar las valoraciones legales’ (segunda etapa) (Determinación Judicial de la Pena -
Patricia Ziffer P. y otros autores)’.
De lo anterior se establece que, el Juez o Tribunal de Sentencia y en el caso presente el
Tribunal de alzada, al momento de imponer la pena, debe justificarla de forma adecuada y
coherente; toda vez, que la sanción debe ser fruto de un estudio íntegro y objetivo de los
hechos y las circunstancias acontecidas en la tramitación del proceso y enmarcadas en la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
norma punitiva que corresponda, teniendo como fin la educación, habilitación e inserción
social de los condenados, por lo que la imposición de la pena al igual que el resto de la
Resolución, debe encontrarse debidamente fundamentada en observancia del art. 124 del
CPP.
Este Tribunal Supremo de Justicia, se constituye en el máximo intérprete de la‘legalidad’,
cumpliendo una función unificadora de la jurisprudencia establecida en materia penal, siendo
de aplicación obligatoria la doctrina legal aplicable, por los tribunales colegiados y
unipersonales inferiores, lo contrario significaría ir en contra de los fines del Derecho Procesal
Penal que busca una justicia pronta, equitativa y justa.
Por otra parte, respecto a la consideración de atenuantes y agravantes, aun cuando
corresponda aplicar concurso de delitos, el Auto Supremo 41/2013 de 21 de febrero,
estableció la siguiente doctrina legal: “…El Tribunal de Alzada ante la evidencia de que
concurren en la Sentencia impugnada errores u omisiones formales que se refieran a la
imposición de penas, cuenta con la facultad para modificar directamente el quantum
observando los principios constitucionales y procesales conforme lo prescrito en la primera
parte del artículo 414 del Código de Procedimiento Penal; sin embargo ésta corrección debe
realizarse observando los principios constitucionales, procesales y los aspectos contemplados
en los artículos 37, 38, 39 y 40 del Código Penal, debiendo contener suficiente
fundamentación, emitiendo criterios jurídicos relativos al tipo penal y a la valoración de los
hechos, las acciones y del imputado mismo, su personalidad, la motivación y otras
circunstancias concomitantes que corresponden al caso concreto, en el que se explique de
manera clara y expresa cuáles son los aspectos o circunstancias que agravan o atenúan la
pena, sin perjuicio de destacar que las citadas reglas de fijación de la pena inclusive se
aplican aún en el caso de advertirse el concurso ideal o el concurso real de delitos en los
cuales se aplica la sanción con la pena del delito más grave, siendo facultad privativa del juez
aumentar el máximo hasta en una cuarta parte o hasta la mitad, conforme determinan los
artículos 44 y 45 del citado adjetivo penal, respectivamente, sin que los argumentos vertidos
importen modificación de los hechos probados en juicio que se hallan sujetos al principio de
intangibilidad, siendo que el recurso de apelación restringida no es un medio legítimo para la
revalorización de la prueba.’”
En grado de apelación restringida, corresponde al Tribunal de alzada, ejercer el control sobre
la Sentencia, con base en las denuncias planteadas en el citado medio de impugnación
y ante la constatación de que el fallo de mérito contiene defectos, corresponde
aplicar alguno de los supuestos descritos en los arts. 413 y 314 del CPP; es decir, el
Tribunal de apelación, se encuentra facultado, ante la certeza de la existencia de
errores de derecho en la fundamentación de la Sentencia, a corregir el yerro en
una nueva Sentencia debidamente justificada, sin anular la sentencia impugnada.
En la misma forma debe proceder, cuando advierta errores u omisiones formales, relativos a
la imposición o el cómputo de penas, que necesariamente debe ser ponderada de manera
objetiva y con base en la ley (arts. 27, 29, 37, 38, 39, 40, 40 Bis, 44, 45 y 46 del CP
-conforme corresponda- y parágrafo III del art. 118 de la CPE); lo que significa, que el
Tribunal de apelación, debe corregir las faltas referidas al quantum de la pena y su
correspondiente justificación.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 20 de abril de 2017
La imposición de la pena corresponde a la autoridad sentenciadora, quien previa valoración
de las circunstancias probadas en juicio, una vez asumida la convicción de la existencia del
hecho, de la participación del o los imputados en él, el grado de participación y por ende su
culpabilidad, dicta Sentencia condenatoria, en aplicación de lo dispuesto por el art. 365 del
CPP, fijando de forma precisa la sanción que corresponda, para ello, debe realizar un estudio
concienzudo de todas las circunstancias que rodean el hecho, vinculándolas de forma objetiva
a los autores. Para su determinación, el juzgador, debe sujetarse a los lineamientos
señalados en la norma punitiva, relativos a la aplicación de las penas (Libro I, Título III,
Capítulo II del CP), tomando siempre en cuenta su finalidad conforme el art. 118.III de la
Constitución Política del Estado (CPE), por lo que requiere que se encuentre debidamente
fundamentada y motivada (art. 124 del CPP), sólo cumplidas las exigencias legales, la
imposición de la pena, demostrará que es producto de un trabajo racional y no del capricho
del juzgador.
En cuanto a la imposición de la pena, este máximo Tribunal de Justicia precisó criterios
específicos para la fijación de la pena y el control que debe ejercer el Tribunal superior en
grado, así como la inviabilidad de aplicación de atenuante especial en el delito de Asesinato,
estableciendo en el Auto Supremo 038/2013-RRC de 18 de febrero lo siguiente: “La
determinación judicial de la pena que comprende todo el procedimiento; es decir, la
evaluación, decisión y justificación del tipo y la extensión de la pena, tiene líneas de
orientación previstas legalmente, de manera que no puede considerarse una cuestión propia
de la discrecionalidad del Juez. La individualización de la pena está sometida al principio de
proporcionalidad recogido por el Código Penal, en sus diferentes artículos y a la finalidad de
la pena establecida constitucionalmente como la educación, habilitación e inserción social de
los condenados, con respeto a sus derechos.
La doctrina internacional con autores como Eugenio Raúl Zafaroni, en su obra Manual de
Derecho Penal, así como la doctrina nacional con Benjamín Miguel Harb, en su obra Derecho
Penal Tomo II, distinguen tres etapas en la individualización de la pena: la legal,
la judicial y la penitenciaria. En la primera, el legislador valora, desde el marco de la
proporcionalidad, la gravedad del ilícito tipificado en un tipo penal y determina la pena
aplicable en abstracto. En la segunda, el Juez penal a la conclusión del proceso y
establecida que sea conforme al debido proceso de ley, la responsabilidad penal del autor del
hecho, fija la pena al caso concreto, tomando como base el marco punitivo determinado por
el legislador. La tercera etapa, denominada ejecución penal se halla destinada al
cumplimiento de los pronunciamientos contenidos en el fallo de una sentencia penal
ejecutoriada y se desarrolla por la administración penitenciaria, bajo control jurisdiccional.
Ahora bien, en lo que respecta a la primera etapa de individualización de la pena llamada
legal, ‘…en el marco penal, el legislador establece los límites de la pena en el caso individual
para cada delito’, ‘Las valoraciones sociales respecto de un determinado delito quedan
plasmadas dentro de este marco, y en él quedan recogidas, entre otras cosas, las razones de
prevención general. Las valoraciones previamente dadas por el legislador, reflejadas en el
marco penal, son vinculantes para el juez, quien debe dejar de lado sus propias valoraciones
y aplicar las valoraciones legales’ (segunda etapa) (Determinación Judicial de la Pena -
Patricia Ziffer P. y otros autores)’.
En el caso del marco penal del delito de asesinato, el legislador estableció como sanción una
pena determinada o concreta; es decir, treinta años de presidio sin derecho a indulto, y lo
efectuó en el marco constitucional precitado, que resulta concordante con el art. 15.III de la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
propia constitución que señala: `El Estado adoptará las medidas necesarias para prevenir,
eliminar y sancionar la violencia de género y generacional, así como toda acción u omisión
que tenga por objeto degradar la condición humana, causar muerte, dolor y sufrimiento
físico, sexual o psicológico, …”.
Al respecto, relacionado al tema analizado y por la importancia del caso, corresponde acudir
a la previsión contenida en el art. 39 inc. 1) del CP: `(Atenuantes especiales).- En los casos
en que este Código disponga expresamente una atenuación especial, se procederá de la
siguiente manera: 1) La pena de presidio de treinta años se reducirá a quince´.
Desglosado el mencionado precepto, se puede establecer que contiene por un lado las
conversiones de penas para el caso de existir atenuantes en la comisión delictual y por otro
una afirmación muy clara, cuando señala: `en los casos que este código disponga
expresamente una atenuación especial´, norma imperativa que delimita las situaciones a las
que puede aplicarse su previsión legal de atenuación especial y el mencionado límite, o los
casos a los que se refiere, se encuentran inmersos en los propios tipos penales previstos en
el Código Penal; por ello, para determinar si el Código Penal prevé la aplicación de este
precepto jurídico (atenuación especial) al delito de Asesinato, es necesario recordar que el
art. 252 del CP, señala que el autor de este delito: `Será sancionado con la pena de treinta
años de presidio, sin derecho a indulto …´.
Ahora bien, considerando la pena prevista para el delito de asesinato, se establece
que este tipo penal, no ingresa dentro de los alcances de la previsión del art. 39
inc. 1) del CP y por una simple razón, que resulta de la propia determinación del legislador,
que tomando en cuenta que la pena es consecuencia lógica y jurídica de un delito y por la
gravedad del delito en cuestión, no vió por conveniente establecer la posibilidad de una
atenuación, que beneficiaría en nada menos que la reducción a la mitad de la pena, para
quien atente contra el primer derecho fundamental protegido constitucionalmente que tiene
todo ser humano, como es la vida, sin el cual resulta inimaginable ejercer los demás
derechos reconocidos a toda persona. Tal es así, que contrario sensu, el legislador, no sólo
que determinó sancionar con la pena más grave (treinta años) establecida en el
ordenamiento jurídico a quien cometa el delito de Asesinato, sino que además, introdujo con
la imperatividad del caso, la previsión legal que señala: “sin derecho a indulto”,
precisamente, porque consideró que un hecho tan grave, como cegar la vida de una persona,
en las formas descritas en el referido tipo penal, no es merecedor de tal beneficio que se
concede excepcionalmente y que consiste en el perdón del delito y por lo tanto de la pena
(Derecho Penal Benjamín Miguel Harb – Tomo II) y menos aún, será merecedor de la
atenuación hasta en una mitad de la pena que le corresponde.
Con ese fundamento, el Juez o Tribunal que fija una pena tiene la obligación de someterse a
los lineamientos establecidos en el marco penal establecido, para cada tipo
penal,correspondiendo al Tribunal de apelación, ejercer el control en cuanto a la
determinación de la pena y ante la constatación de su incumplimiento, sin
necesidad de anularla y sin ordenar la reposición del juicio por otro Tribunal,
realizar de manera directa una fundamentación complementaria para modificar el
quantum de la pena, en sujeción a los principios constitucionales y procesales, con la
facultad que le es reconocida por los arts. 413 y 414 del CPP”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 27 de marzo de 2017
Conforme al desarrollo precedente, se concluye que la prescripción en el derecho penal es el
instituto jurídico por medio del cual, se produce la extinción de la persecución de los
delincuentes en razón del transcurso del tiempo.
Con relación a este instituto jurídico, tal como se adelantó precedentemente, el art. 29 del
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional estableció que los crímenes de lesa
humanidad tienen la especial característica de ser imprescriptibles; por tanto, pueden ser
perseguidos en todo tiempo; además de lo cual, señala que no sólo se juzga a los autores
materiales de los crímenes sino a toda la cadena de dichos actos; desde quien los materializó,
hasta quien estuvo enterado de las acciones y permitió que se llevaran a cabo.
La misma disposición se encuentra consignada en la “Convención Sobre Imprescriptibilidad de
los Crímenes de Guerra y los Crímenes de Lesa Humanidad”, establecida por la Resolución
2391 (XXII) de la Asamblea General de la ONU de 26 de noviembre de 1968 y ratificada
como Ley de la República 2116 de 11 de septiembre de 1968.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
siguiente: “'(...) Imputar es: «atribuir a otro una culpa, acción o delito» (Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española), expresión que guarda similitud con el contenido
normativo establecido por el art. 5 del Código procesal de la materia, cuando expresa que
«Se considera imputado a toda persona a quien se atribuya la comisión de un delito ante los
órganos encargados de la persecución penal». Conforme a esto, desde que se comunica la
admisión de una querella, denuncia o información fehaciente de la comisión de un delito (art.
289 CPP), la persona a quien se atribuye tal conducta adquiere el status de
imputado (queda claro que no se puede considerar imputado al destinatario de una
burda atribución de un delito, que de lógico no va ameritar el inicio de investigación
alguna).
Imputación formal.- La imputación formal ya no es la simple atribución de un hecho
punible a una persona, sino que la misma debe sustentarse en la existencia de
indicios suficientes sobre la existencia del hecho y la participación del imputado en el
mismo, en alguno de los grados de participación criminal establecidos por la ley penal
sustantiva; o lo que es lo mismo, deben apreciarse indicios racionales sobre su participación
en el hecho que se le imputa”.
Precedente.- SC 0760/2003-R de 4 de junio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
LA INVIOLABILIDAD DE LA DEFENSA Y EL DERECHO A CONTAR CON UN ABOGADO
DE CONFIANZA O LIBRE ELECCIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1134/2017-S2
Sucre, 23 de octubre de 2017
En cuanto a la inviolabilidad de la defensa técnica, la SCP 1176/2014 de 10 de junio, haciendo
menciona a la SCP 0224/2012 de 24 de mayo señaló: ”El art. 119.II de la CPE orienta que: ’Toda
persona tiene derecho inviolable a la defensa…‘, derecho que cobra mayor relevancia en el proceso
penal dada la supremacía de los bienes o valores jurídicos que se ponen en juego, motivo por el que
debe ser interpretado a luz de los Tratados y Convenios Internacionales de Derechos Humanos
ratificados por el Estado boliviano, de acuerdo a lo establecido en la última parte del art. 13.IV de la
Ley Fundamental. En ese entendido, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su art.
14.3 señala que: ’…Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas: d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse
personalmente o ser asistida por un defensor de su elección…‘. De igual forma, la Convención
Americana sobre Derecho Humanos, en su art. 8.2 expresa que: ’…Durante el proceso, toda persona
tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: d) derecho del inculpado de
defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor…‘. Ambos instrumentos internacionales que forman parte integrante del
bloque de constitucionalidad por mandato del art. 410.II de la CPE, establecen con claridad que uno
de los componentes del derecho a la defensa, y concretamente de la defensa técnica, es el derecho que
tiene el imputado a contar con un abogado de su elección, que ha sido definido como: ’(…) el derecho
esencial del imputado de elegir un jurista que lo asesore y defienda (facultad de elección) desde el
primer momento del procedimiento seguido en su contra‘. (Maier, Julio B.J.: Derecho Procesal Penal,
Fundamentos; pág. 549). Por su parte, Binder expresa que: ’El imputado también tiene el derecho
-amplio, en principio- a la elección de su defensor. Se trata de un asistente de confianza y, por tanto,
el imputado debe tener la mayor libertad posible para elegirlo. Es él quien debe controlar la calidad
del defensor y quien debe admitirlo o no.‘ (Binder, Alberto: Introducción al Derecho Procesal Penal,
pág. 160).
Bajo ese entendimiento, la inviolabilidad de la defensa técnica implica necesariamente el derecho de
contar con un abogado defensor de confianza, es decir, de libre elección por el imputado, desde el
primer acto del proceso hasta el fin de la ejecución de la sentencia, entendiéndose por primer acto del
proceso cualquier sindicación en sede judicial o administrativa, con mayor razón si el imputado no
posee conocimientos jurídicos, o aun poseyéndolos, no puede ponerlos en práctica con idoneidad
(arts. 5 y 9 del CPP). En el supuesto de que el imputado una vez consultado no elige a su defensor,
porque no quiere o no puede designarlo, o si el elegido no acepta inmediatamente el cargo, de oficio
se le debe nombrar un defensor. En éste último supuesto, debe precisarse que el derecho a la defensa
no se agota con la simple designación de oficio del defensor o su presencia ineficaz, sino que debe
observarse la asistencia efectiva de la defensa técnica, ya que el mero formalismo de la designación y
presencia del defensor no puede prevalecer sobre el ejercicio material del derecho, de acuerdo al
mandato de eficacia de los derechos fundamentales, consagrado en los arts. 14.III, 109.I, 196.I y 410
de la CPE“.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL SE ACTIVA DIRECTAMENTE CUANDO SE ACREDITE
LA AMENAZA AL DERECHO A LA VIDA Y A LA SALUD
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1221/2015-S3
Sucre, 2 de diciembre de 2015
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
acomoden sus actuaciones y decisiones a las disposiciones normativas preestablecidas, de manera que
las personas involucradas puedan defenderse adecuada y oportunamente.
El debido proceso, tiene una triple dimensión: a) Como principio rector de las actuaciones
desarrolladas por las instancias encargadas de resolver situaciones o asuntos sometidos a su
competencia; b) Derecho subjetivo, que le asiste a cada individuo, de exigir la recta administración de
justicia, sin que haya negación o quebrantamiento de lo que cada uno tiene jurídicamente reconocido o
asignado; y, c) Garantía jurisdiccional, destinada a suministrar a los individuos el amparo necesario
para la salvaguarda de sus derechos con motivo del ejercicio del poder sancionatorio del Estado o de
las instancias de la sociedad organizada.
En tal sentido, el debido proceso, está destinado a proteger al ciudadano de los posibles abusos,
discrecionalidades y/o arbitrariedades de las autoridades e instancias de la sociedad organizada, como
resultado de sus actuaciones u omisiones y en la aplicación de las normas sustantivas en las decisiones
que se adopten para dirimir situaciones jurídicas. En tal sentido, la jurisprudencia constitucional, entre
los elementos que lo componen de manera enunciativa citó al derecho a la defensa, el derecho a la
conclusión del proceso dentro de un plazo razonable, entre otros muchos, dejando claro que en virtud al
principio de progresividad, pueden agregarse otros elementos que hacen al debido proceso como
garantía general y que derivan del desarrollo doctrinal y jurisprudencial de éste, como medio para
asegurar la realización del valor justicia, siguiendo siempre lo manifestado por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos en la Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999.
Ahora bien, el derecho a la justicia pronta y oportuna y sin dilaciones, previsto en el art. 115.II de la
CPE, se encuentra plenamente vinculado con el principio de celeridad, establecido en el art. 178.I de la
misma Norma Suprema, cuya observancia implica el deber de resolver y despachar sin dilaciones
indebidas los asuntos sometidos a su conocimiento, dentro de los plazos establecidos en la Ley y en
caso de no existir previsión expresa, dentro de un plazo razonable, a objeto de que los procesos y
trámites judiciales cumplan su finalidad, cual es la realización o materialización de los derechos de
forma oportuna. En este sentido la Ley del Órgano Judicial ‒Ley 025 de 24 de junio de 2010‒, en el art.
3.7, determina que la celeridad “comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la administración
de justicia”.
El principio de celeridad como elemento del debido proceso, se encuentra además interrelacionado con
otros principios, derechos y garantías; es decir, que ante su inobservancia no solo se afecta el mismo,
sino también a la garantía del debido proceso, así por ejemplo la demora en dar una respuesta oportuna
a los trámites judiciales vulnera el derecho a la tutela judicial eficaz y eficiente, referido a obtener un
pronunciamiento pronto sobre la cuestión planteada independientemente de que la resolución favorezca
o no al peticionante; motivos suficientes, para que pueda ser objeto de protección constitucional.
Consecuente a lo anotado precedentemente, es posible concluir que la administración de justicia en
aplicación del principio de celeridad debe ser eficiente y eficaz tanto en la tramitación como en la
resolución de las causas, ya que las personas que intervienen en el proceso, sean estos acusadores,
querellantes, imputados, procesados y víctima, esperan la aplicación de los plazos establecidos en la
norma y en caso de no estar determinados, tendrá que ser dentro de un plazo razonable. Al respecto la
SC 0010/2010-R de 6 de abril, citada por la SCP 0023/2013 de 4 de enero, expresó que: “…la eficacia
supone el cumplimiento de las disposiciones legales y que los procedimientos logren su finalidad; y la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
eficiencia, persigue acortar el tiempo de duración de los procesos y obtener una mayor certeza en las
resoluciones, de manera que las personas obtengan un oportuno reconocimiento de sus derechos…”.
El art. 416 del CPP, preceptúa: “Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una
situación de hecho similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no
coincida con el del precedente sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma
con diverso alcance”. En ese ámbito, este Tribunal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC
de 4 de diciembre, puntualizó: “Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar,
considera esta Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo
necesario precisar que en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que el hecho
analizado sea similar; en cambio, en material procesal el supuesto fáctico análogo se refiere
a una problemática procesal similar. ”
Por otro lado, la doctrina legal a ser dictada por este Tribunal en el supuesto caso de verificar
la existencia de contradicción entre la Resolución impugnada y los precedentes invocados
como contradictorios, será de aplicación obligatoria para los Tribunales y Jueces inferiores y
sólo podrá modificarse por medio de una nueva resolución dictada con motivo de otro recurso
de casación, en previsión de lo dispuesto por el art. 420 del CPP.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
aplicable, caso contrario lo declarará infundado y devolverá los antecedentes a la Corte
Superior de Justicia. En el primer caso y cuando se deje sin efecto el fallo que motivó el
recurso, se devolverán actuados a la sala penal de la Corte Superior que dictó el Auto de
Vista recurrido para que pronuncie nueva resolución de acuerdo con la doctrina legal
establecida”.
En el caso que este Tribunal llegue a determinar la existencia de la contradicción señalada en
el art. 419 del CPP; es decir, contradicción entre la Resolución recurrida en casación y el
precedente contradictorio invocado, el art. 420 del CPP, señala que los efectos de la doctrina
legal establecida: “…será obligatoria para los tribunales y jueces inferiores y sólo podrá
modificarse por medio de una nueva resolución dictada con motivo de otro recurso de
casación”, norma que es afín con el inc. 3) del art. 42 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ),
que instituye como atribución de las Salas especializadas del Tribunal Supremo de Justicia, de
acuerdo a las materias de su competencia, el sentar y uniformar la jurisprudencia.
La cuestión y el efecto de la doctrina legal a ser sentada por este Tribunal Supremo, contiene
íntima y estrecha relación con la garantía constitucional contenida en el art. 119.I de la CPE,
que garantiza el ejercicio pleno del principio de igualdad de las partes ante el Juez dentro de
las jurisdicciones del Estado, así como garantizar seguridad jurídica en la predictibilidad de las
decisiones de los Tribunales y un igual tratamiento jurídico a los ciudadanos. En resumen la
labor de sentar doctrina legal a partir del recurso de casación dentro de la jurisdicción
ordinaria, se sintetiza en: a) Respeto a la seguridad jurídica; b)Realización del principio de
igualdad; y, c) Unidad y uniformidad en la aplicación del derecho por parte de los servidores
judiciales en la jurisdicción ordinaria.
En cuanto al precedente contradictorio exigido como requisito procesal de cumplimiento
obligatorio a momento de la interposición del recurso de casación, es necesario precisar que
el mismo en esencia constituye una cuestión jurídica que ha sido discutida y resuelta
anteriormente, la cual puede aplicarse a casos similares, con posterioridad a ese primer
pronunciamiento como vía de solución a la propuesta o reclamo pretendido en casación,
vienen a constituir entonces, criterios interpretativos que han sido utilizados por los entes que
conforman la estructura de la jurisdicción ordinaria en materia penal en el Estado, integrada
por los Autos Supremos pronunciados por el Tribunal Supremo y Autos de Vista emitidos por
las Salas Penales de los Tribunales Departamentales de Justicia.
Bajo esa línea, la legislación nacional dentro del tercer párrafo del art. 416 del CPP,
manifiesta: “Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una situación de hecho
similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no coincida con el del
precedente sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diverso
alcance”. En ese ámbito, este Tribunal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de
diciembre, ha puntualizado: “Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar,
considera esta Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo
necesario precisar que en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que
el hecho analizado sea similar; en cambio, en material procesal el supuesto fáctico
análogo se refiere a una problemática procesal similar.”
De ello se concluye que el requisito de invocar un precedente contradictorio dentro del
sistema de recursos que el Código de Procedimiento legal prevé, atinge a señalar a una
resolución en específico, ya sea un Auto Supremo y/o un Auto de Vista, que dentro la
materia, vislumbre la aplicación de la norma sustantiva o adjetiva a un caso determinado,
donde se haya formado un criterio de decisión a un caso anterior, para que posteriormente
en función de la identidad o de la analogía entre los hechos del primer caso (precedente
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contradictorio) y los hechos del segundo caso (resolución impugnada) se proceda a la
determinación delegada por Ley a este Tribunal.
En este ámbito, debe tenerse en cuenta que la labor de subsunción, es una labor lógica del
aplicador, para determinar si el hecho específico legal, o la consecuencia jurídica establecida
por la norma coincide o difiere; consecuentemente, lo que debe hacer el juzgador es
encuadrar el hecho específico concreto en el hecho específico legal.
Por tal razón, toda sentencia condenatoria se compone de dos operaciones, sin perjuicio de
que las mismas se descompongan en otras varias: una primera operación, se concentra en
determinar el hecho probado; y la segunda, una vez conocido el hecho se ocupa de la labor
de subsunción del hecho, en alguno o algunos preceptos penales. A la primera, se la llama
juicio histórico o fundamentación fáctica; y la segunda, es conocida como juicio jurídico o
fundamentación jurídica y ambas deben gozar de una adecuada fundamentación. Esta
exigencia de la motivación, tiene un fundamento de carácter constitucional y permite que la
Sentencia se justifique objetivamente; además, de exteriorizar una ineludible convicción
judicial. Esto implica que la Sentencia ha de ser racional, de manera que la convicción del
Juez no puede basarse en la intuición o sospecha, sino que el mismo debe proceder de la
prueba practicada en el juicio. Solo una convicción derivada de la prueba es atendible, por lo
que cualquier otra convicción que procede de un motivo ajeno no es adecuada al
razonamiento judicial y es pura arbitrariedad, por lo que la motivación sirve de control para
evitar que se dicten las sentencias, basadas únicamente en certidumbres subjetivas del Juez,
pero carentes de todo sustento probatorio.
Por otra parte, debe tenerse presente que en el juicio sobre la observancia de la ley
sustantiva existen limitaciones, como la falta o insuficiencia de determinación del hecho que
sirve de sustento a la calificación jurídica, que impide constatar si la ley ha sido bien o mal
aplicada; y fundamentalmente, los problemas ligados a la interpretación de los conceptos
jurídicos que integran la ley sustantiva y a la subsunción jurídica. Para superar estas
limitaciones, el Tribunal de apelación al realizar la labor de control de la subsunción debe
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
partir del hecho acusado, para saber si corresponde o no subsumirlo en el tipo o tipos
penales acusados, siendo además importante interpretar los conceptos jurídicos que integran
la ley sustantiva; de ese modo, el Tribunal de casación podrá cumplir con su labor de
uniformar la jurisprudencia, estableciendo criterios rectores que permitan la aplicación del
principio de seguridad jurídica.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
mantiene una convivencia pacífica en esos ayllus. Cuando en este tipo de sociedades
originarias surgen de sus interrelaciones sociales problemas o conflictos, éstos producen un
malestar en esos conglomerados sociales. Por tanto, la `afectación’ significa no respetar y no
cumplir los valores, principios y normas jurídicas propias que regulan la vida social del ayllu.
Cuando se produce una afectación, se está generando un desequilibrio en la colectividad,
por eso, los afectados pueden denunciar los hechos ante las autoridades para que
solucionen el problema y se restablezca el equilibrio y así mantener la armonía social”.
Por otro lado, es de vital importancia tener en cuenta -a tiempo de la resolución de las
controversias- que uno de los pilares esenciales del Estado Constitucional de Derecho
se encuentra entre otros, en el principio de que: “Nadie puede hacerse justicia por
mano propia”; y, que existe el imperativo categórico: “Queda prohibida toda forma de
tortura, desaparición, confinamiento, coacción, exacción o cualquier forma de
violencia física o moral” (art. 114.I de nuestra Ley Suprema), mismos que también deben
ser observados por la justicia indígena originaria campesina, puesto que la función
jurisdiccional es única, formando parte de ella la jurisdicción indígena originaria campesina,
que goza de igual jerarquía con la jurisdicción ordinaria.
Por lo señalado, se debe tener presente que la naturaleza de la justicia indígena originaria
campesina es buscar el equilibrio-armonía de la comunidad, así como la preservación de la
vida y el respeto de los derechos y las garantías constitucionales, no siendo para de ella el
carácter punitivo o castigador, debido a que su cosmovisión es la de ser reparadora o
restauradora de los derechos» (las negrillas nos corresponden).
Asimismo, en la SCP 1422/2012 de 24 de septiembre, que analizó un caso en el que se
reclamó la lesión del derecho a la vida, a la integridad física y psicológica, prohibición de
tortura, tratos crueles, inhumanos degradantes o humillantes entre otros, se reconoció que:
“Los pueblos y naciones indígena originario campesinos (…) tienen el derecho fundamental
al ejercicio y administración de su justicia en el marco de sus normas y procedimientos (…).
Empero, (…) su ejercicio se encuentra limitado al respeto de derechos fundamentales
los cuales deben ser aplicados e interpretados en contextos intereses intraculturales…” (las
negrillas fueron añadidas). En la resolución del asunto, se concedió la tutela disponiendo el
cese de todo acto contrario al paradigma del vivir bien.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
formalidades especiales de comunicación de las mismas, por su directa relación con la
efectivización de derechos fundamentales. En este orden, se tiene la norma contenida en el
art. 163 del mismo Código, que dispone las excepciones a la norma general contenida en el
art. 160 y previene los casos en los que la notificación deberá ser personal y la forma cómo
debe practicarse, haciendo referencia a:
“1) La primera resolución que se dicte respecto de las partes; 2) Las sentencias y
resoluciones de carácter definitivo; 3) Las resoluciones que impongan medidas
cautelares personales; y, 4) Otras resoluciones que por disposición de este Código deban
notificarse personalmente”. (El resaltado es nuestro)
En estas situaciones la citada disposición legal, además de subrayar que la notificación
deberá ser personal, determina el cumplimiento de ciertas formalidades con el objetivo de
lograr que el acto de comunicación cumpla su finalidad, que no es otra que la de hacer
conocer a las partes involucradas el conocimiento efectivo y real de dichas resoluciones,
disponiendo que: “La notificación se efectuará mediante la entrega de una copia de la
resolución al interesado y una advertencia por escrito acerca de los recursos posibles y el
plazo para interponerlos, dejando constancia de la recepción. El imputado privado de su
libertad será notificado en el lugar de su detención. Si el interesado no fuera encontrado, se
la practicará en su domicilio real, dejando copia de la resolución y de la advertencia en
presencia de un testigo idóneo que firmará la diligencia”.
Sobre la citada disposición legal este Tribunal mediante Auto Supremo 356/2012 de 28 de
noviembre, estableció el siguiente entendimiento: “ por determinación del artículo 163 inciso
2) del Código de Procedimiento Penal, las sentencias y resoluciones de carácter definitivo
deben notificarse de forma personal mediante la entrega de copia de la resolución al
interesado bajo advertencia por escrito acerca de los recursos posibles y el plazo para
interponerlos, dejando constancia de la recepción. Y en caso de estar privado de su libertad
el imputado será notificado en el lugar de su detención. Con la única salvedad que si el
imputado no es encontrado, se la practicará en domicilio real en presencia de testigo idóneo
quien firmará dicha diligencia.
Que en consecuencia se afirma como requisito imprescindible cumplir con la
notificación personal (salvo la excepción citada) con toda resolución de carácter
definitivo a efecto de proceder al control de los plazos procesales como señala el
artículo 417 del Código de Procedimiento Penal” (El resaltado y subrayado es nuestro).
Como se advierte la notificación personal con estas resoluciones, entre ellas, las sentencias y
resoluciones de carácter definitivo y las formalidades con las que debe practicarse no son un
fin en sí mismo, están orientadas precisamente a efectivizar derechos fundamentales como
los de defensa, de impugnación de las resoluciones, de acceso a la justicia, los que se verían
afectados si acaso el acto de comunicación no cumple con su finalidad. En efecto, recogiendo
la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, corresponde recordar
que en el caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica (Sentencia de 2 de julio de 2004, Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), la Corte señaló que el derecho a recurrir el fallo
es: “una garantía primordial que se debe respetar en el marco del debido proceso
legal, en aras de permitir que una sentencia adversa pueda ser revisada por un
juez o tribunal distinto y de superior jerarquía orgánica”, que “procure la
corrección de decisiones jurisdiccionales contrarias al derecho” (párrs. 158 y 161).
Asimismo, en la misma Sentencia precisó la directa vinculación del derecho a recurrir con el
derecho a la defensa, determinando que: “sólo puede predicarse la eficacia material
del derecho a la defensa (arts. 8.2 inc. f) de la CADH) cuando se otorga a las
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
servidoras y servidores públicos la oportunidad de ejercer un otro derecho
fundamental, este es: el derecho a la doble instancia o de recurrir ante un
tribunal superior arts. 8.2 inc. h) de la CADH.”
A su vez la misma Corte en el caso Vélez Loor vs. Panamá (Sentencia de 23 de noviembre de
2010, Excepciones Preliminares, fondo, reparaciones y costas, párr. 180) ha considerado
que: “se genera una situación de impedimento fáctico para asegurar un acceso
real al derecho a recurrir, cuando la sentencia a impugnar no es notificada al
inculpado, de modo que, además de colocarlo `en un estado de incertidumbre
respecto de su situación jurídica´, torna `impracticable´ el ejercicio del referido
derecho”.
En este sentido, no resulta válida la notificación con la sentencia que no guarde las
exigencias de ser personal y de entregar a las partes una copia de ella. De tal
forma no puede considerarse cumplido el mandato legal de notificación personal
con la sentencia con aquella que se practique al concluir la audiencia donde se
dictó la sentencia o en la audiencia de su lectura sin que se hubiere efectuado la
entrega de la copia respectiva, teniendo en cuenta que la norma contenida en el art. 163
inc. 2) del CPP, resulta categórica al establecer que la notificación con las sentencias y
resoluciones de carácter definitivo debe ser personal y con la entrega de una copia de la
resolución notificada, pues sólo con la entrega de la copia de la sentencia se asegura
que las partes tengan conocimiento efectivo de los fundamentos jurídicos de la
decisión para ejercer su derecho de impugnarla mediante el recurso de apelación;
quedando bajo cuidado y control del Juez o Tribunal competente verificar que la
notificación con la sentencia o resoluciones definitivas se realice conforme
dispone la norma jurídica.
En efecto, el conocimiento del contenido de la Sentencia o de una resolución definitiva, es
primordial para las partes involucradas en el proceso penal, a efectos de asumir sus derechos
y activar los recursos que la ley franquea en caso de no hallarse conformes con la
determinación, por lo que debe quedar claramente establecido que la notificación con la
Sentencia debe ser en forma personal, conforme prevé el art. 163 inc. 2) del CPP, norma
legal que inclusive contempla la forma de esta notificación explicitando que debe procederse
a la entrega personal al interesado del fallo con la advertencia de los recursos contra el
mismo y el plazo para su interposición, diligencia de notificación que debe ser objeto
de constancia y que debe cursar en obrados, a objeto de su verificación posterior,
precisamente para realizar los cómputos respectivos en caso de presentarse un
recurso de apelación restringida contra la sentencia notificada.
Consecuentemente, sólo cuando se notifica en forma personal con la sentencia
pronunciada en la causa y se entrega la copia de ley, observando las exigencias
formales, corre el cómputo del plazo que se tiene para apelar de las sentencias. Un
entendimiento contrario; es decir, realizar el cómputo del plazo, sin que exista una
constancia de notificación personal con la sentencia condenatoria y de entrega de
la copia respectiva coartaría severamente los derechos a recurrir de los fallos y la
defensa, por ende, de acceso a la justicia al no existir certeza plena que el acto de
comunicación cumplió con su finalidad, esto es que las partes tengan real
conocimiento de la resolución en cuestión, a menos que se tenga evidencia que no
obstante la inobservancia de las formalidades que rigen el acto de comunicación exista
certeza que el acto procesal cumplió con su finalidad y las partes tuvieron conocimiento
efectivo del contenido de la Sentencia.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Razonamiento último que guarda coherencia con lo establecido por la jurisprudencia
constitucional contenida en la Sentencia Constitucional Plurinacional 2113/2013 de 21 de
noviembre, que señaló: “De donde se desprende, que en el proceso penal, en sus distintas
etapas, debe asegurarse el efectivo conocimiento de parte, la víctima, querellante,
denunciado, imputado y/o acusado, del acto procesal realizado o a realizarse. Bajo la
comprensión que de por medio se encuentra la restricción o no del derecho a la libertad o el
ejercicio de un derecho fundamental, como sería el uso de los medios de impugnación o
mecanismos de defensa; dicho de otro modo, el objeto de la notificación es evitar
indefensión a las partes que intervienen en el proceso”.
En la misma línea de entendimiento, la Sentencia Constitucional 110/2006-R, pronunciada por
el Tribunal Constitucional expresó que: “sólo el conocimiento real y efectivo de la
comunicación asegura que no se provoque indefensión en la tramitación y resolución en toda
clase de procesos; pues no se llenan las exigencias constitucionales del debido proceso,
cuando en la tramitación de la causa se provocó indefensión” (SC 110/2006-R); sin
embargo, en coherencia con este entendimiento, toda notificación por defectuosa que sea en
su forma, que cumpla con su finalidad (hacer conocer la comunicación en cuestión), es
válida” (SC 1845/2004-R de 30 de noviembre).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
una resolución definitiva, que por su naturaleza, no tiene otro medio impugnatorio cuando es
activado en ese momento procesal (antes de emitirse el Auto de Vista).
En ese sentido, se evidencia que la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Santa
Cruz, ya resolvió la presente problemática, fruto de la activación de un medio y tramite
incidental, mereciendo un pronunciamiento de fondo y su respectiva resolución de
explicación, complementación y enmienda, pues debe recordarse que en nuestra legislación,
el legislador diseño el instituto de casación, para realizar el control de legalidad del Auto de
Vista y no así de resoluciones incidentales, en contrario sensu,desnaturalizaríamos el alcance
jurídico que tiene el recurso de casación revisando resoluciones incidental ya definidas, en
ese marco el Auto Supremo 078/2012-RA de 23 de abril, pronunciado por este Tribunal,
precisó lo siguiente: “…En ese contexto, de acuerdo a la regulación normativa del recurso de
casación establecida en los arts. 416 al 420 del CPP, el Auto Supremo 397 de 23 de julio de
2004 señaló que: ´De conformidad con el art. 416 concordante con el art. 50 del Código de
Procedimiento Penal, el recurso de casación es procedente para impugnar Autos de Vista
dictados por las Cortes Superiores que resuelvan las apelaciones restringidas
interpuestas contra las sentencias de primera instancia´, entendimiento que fue
reiterado en el Auto Supremo 628 de 27 de noviembre de 2007, precisando que: “...el
recurso de casación únicamente procede para impugnar autos de vista dictados por las cortes
superiores en ejercicio de la competencia reconocida por el art. 51 inc. 2) del Código de
Procedimiento Penal, es decir, en la sustanciación y resolución del recurso de apelación
restringida que procede exclusivamente respecto a Sentencias emergentes de
juicios sustanciados ante el tribunal de sentencia y juez de sentencia…” .
En ese orden, considerando que la el Auto de Vista y su complementario que resolvieron una
supuesta nulidad de notificación y falta de realización de audiencia, no son susceptibles de la
interposición de algún medio ordinario, correspondería -previo cumplimiento de los requisitos
respectivos- activar el medio constitucional pertinente y no así el recurso de casación sobre
un tema resuelto en el fondo vía incidental; consiguientemente, éste Tribunal no puede
ingresar al análisis de que si efectivamente ha existido o no vulneración de derechos
fundamentales y garantías constitucionales, ya que esa denuncia ya fue atendida, por lo que
el motivo deviene en infundado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
necesidad del proceso penal; de ahí que, la orden de libertad no impide la imposición de medidas
sustitutivas.
Por otra parte, el debido proceso exige en las audiencias cautelares la aplicación del principio de
contradicción, para que la parte querellante y el propio Ministerio Público, puedan controvertir el
transcurso del término referido en la SCP 1206/2012, o en su caso los elementos de convicción que
existan a tiempo de imponerse las medidas sustitutivas, por ello corresponde recordar que la
imposición, modificación, y levantamiento de medidas cautelares debe realizarse en audiencia.”
[78]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
corresponden), pues, en ambas situaciones -según la citada Sentencia- ’…corresponde la cesación de
medidas cautelares‘. La SC 1230/2006-R, dice: (…) para librar el mandamiento de libertad, no es
necesario esperar que el sobreseimiento sea ratificado por el Fiscal de Distrito, es decir que adquiera
ejecutoria, pudiendo librarse estando en trámite la impugnación o revisión de oficio…
La SC 1071/2011-R, modulando los citados precedentes, concluye que: «Una vez transcurrido el lapso
señalado, computado desde de la presentación del sobreseimiento, sin que el Fiscal de Distrito se haya
pronunciado en cualquiera de sus formas, el juez a cargo del proceso, dispondrá la libertad inmediata
del imputado sobreseído…».
La aludida SC 1071/2011-R, en otras palabras y en el orden práctico, asume como una determinación
correcta el que el juez disponga la libertad del imputado al sólo transcurso del tiempo que la ley
otorga al Fiscal de Distrito para pronunciarse sobre el sobreseimiento dispuesto por el fiscal de
materia y que se le hubiera dado a conocer formalmente a la autoridad jurisdiccional; entendimiento
que no se explica sino a partir del entendimiento del precedente de la SC 1230/2006-R, que identifica
a la resolución de sobreseimiento emitido por el fiscal de materia con una sentencia absolutoria; sin
embargo, este Tribunal con relación a la aplicación de las normas relativas al sobreseimiento, en
particular, asume que la ley determina un procedimiento tal, que la determinación del fiscal de
materia, de ninguna manera puede ser comparada, o peor, asimilada, a una sentencia absolutoria,
pues ésta, no sólo que es pronunciada por una autoridad jurisdiccional, sino que la Sentencia que ésta
pronuncia, es el resultado de un proceso y que por su propia naturaleza, difiere en mucho de una
etapa investigativa en la que, es deber del Ministerio Público, asegurarse que el sobreseimiento al que
arribe como conclusión, en algunos casos, debe imprescindiblemente merecer el pronunciamiento del
Fiscal del Distrito, cuyo procedimiento, dicho sea de paso, exige que el fiscal de materia eleve los
actuados dentro de las veinticuatro horas ante el Fiscal del Distrito quien deberá pronunciarse en
cinco días.
De esta manera, esta Sala, concluye que es preciso dejar de lado el entendimiento que sobre el tema
fueron expuestos en las SSCC 1071/2011-R y 1230/2006-R y retomar el entendimiento
de la SC 1406/2005-R de 8 de noviembre, en el sentido que la resolución conclusiva de
sobreseimiento emitida por el fiscal de materia debe de manera imprescindible contar con el
pronunciamiento del Fiscal de Distrito en los casos que dicha resolución haya sido impugnada o, de
oficio, cuando no exista parte querellante; sin que en esos casos le esté permitido al juez tomar la
decisión de disponer la libertad del imputado.
A mayor abundamiento debe entenderse que si el Ministerio Público si se demora en su tramitación,
debe acudirse al juez cautelar para que éste inste al Ministerio Público a sujetarse a los plazos que
determina la ley; un entendimiento contrario, impondría más bien, que el juez obre al margen de la
ley, y que la justicia constitucional soslaye el principio de legalidad y a título de aplicar el principio
de favorabilidad, ignore que una norma se presume constitucional entre tanto no sea el órgano de
control de constitucionalidad el que determine su inconstitucionalidad.
En cualquier caso, si se tratara de un indebido procesamiento en el que de por medio está la libertad
de la persona, corresponderá a este Tribunal disponer que se reparen los procedimientos y no la
libertad, pues, como se ha dicho, no se trata de una indebida privación de libertad sino de un presunto
indebido procesamiento de una persona que está sometido a un proceso, sujeta a la ley.
Desde otra perspectiva, partiendo del presupuesto de que no se dilucidaría una indebida privación de
libertad, así como el Ministerio es titular de la acción penal y por consiguiente puede concluir por el
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sobreseimiento, el Juez por otra parte, es quien toma la determinación legal de la detención preventiva
que es una medida cautelar con el fin de asegurar la presencia del imputado en la tramitación del
proceso con el fin de que asuma su responsabilidad penal sabiendo que tal medida extraordinaria sólo
procede en los casos específicamente señalados por ley y, entre ellos, fundamentalmente, que existan
suficientes indicios racionales de la comisión del delito por parte del imputado. En este último
contexto, el Juez cautelar puede modificar o determinar la cesación de las medidas cautelares cuando
las causas que originaron la determinación de una medida como la detención preventiva ya no existe;
así también podrá obrar, el Tribunal de alzada si acaso se hubiera apelado de la determinación del
inferior.
En suma, la configuración procesal sobre los aspectos que se refieren al sobreseimiento no es sino el
desarrollo de la norma constitucional que se expresa a través de la Ley del Ministerio Público o, entre
otras, por medio de la ley procesal adjetiva“.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
o la realidad concreta en la que en cada caso se presenta. El hecho es que puede presentarse con
mujeres embarazadas o no, madres de niños menores a un año de edad, ancianos, etc., mas, en el
supuesto de encontrarse aquella, cumpliendo una medida de detención preventiva o estar privada de
libertad debido a la imposición de una pena privativa de libertad, el Estado debe observar y preservar,
en todo lo que le sea posible, los derechos fundamentales a la salud y a la vida, y en tanto se
demuestre el riesgo de vida” (las negrillas nos corresponden).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En resumen, para que dicha garantía sea vulnerada y merezca un reparo procesal, se deberá
acreditar u observar la existencia de los siguientes elementos: 1) Siendo los acusadores fiscal
y particular los titulares de la acción penal, éstos no hayan cumplido con la carga de la
prueba, que debe ser producida en audiencia de juicio oral, para ello esta prueba debe ser
legal y/o lícita, obtenida en apego a las garantías procesales y constitucionales. 2) No exista
prueba que acredite la existencia de los elementos específicos del tipo penal, la participación
del imputado y su grado de culpabilidad.
En ese sentido, el Auto Supremo 426/2014 de 28 de agosto, refirió que: “El principio de
presunción de inocencia, implica que a todo procesado se le considera inocente mientras
no se pruebe su culpabilidad: vale decir, hasta que no se exhiba prueba en contrario. Rige
desde el momento en que se imputa a alguien la comisión de un delito, quedando el acusado
en condición de sospechoso durante toda la tramitación del proceso, hasta que se expida la
sentencia definitiva. De igual forma, la presunción de inocencia se mantiene viva en el
proceso penal siempre que no exista una sentencia judicial que, como corolario del cauce de
un proceso llevado a cabo con las garantías inherentes al debido proceso, logre desvirtuarla.
El derecho a la presunción de inocencia comprende: el principio de libre valoración de la
prueba en el proceso penal que corresponde actuar a los Jueces y Tribunales; que la
sentencia condenatoria se fundamente en auténticos hechos de prueba, y que la actividad
probatoria sea suficiente para generar en el Tribunal la evidencia de la existencia no sólo del
hecho punible, sino también la responsabilidad penal que en él tuvo el acusado y así
desvirtuar la presunción.
No obstante el desarrollo del derecho fundamental a la presunción de inocencia, es
pertinente sentar algunas precisiones adicionales a efectos de una cabal comprensión y tutela
del derecho en mención, pues como todo derecho fundamental, el derecho a la presunción
de inocencia tiene un doble carácter porque no se trata solamente de un derecho subjetivo,
sino también de una institución objetiva, dado que comporta determinados valores
inherentes al ordenamiento constitucional. A ello se añade que el derecho fundamental a la
presunción de inocencia no es un derecho absoluto, sino relativo. De ahí que, en el
ordenamiento, se admitan determinadas medidas cautelares personales –como la detención
preventiva o detención provisional–, sin que ello signifique su afectación: porque tales
medidas sirven precisamente para esclarecer el hecho reprochado y por ello son
imprescindibles para llevar a cabo un procedimiento penal orientado en principios propios de
un Estado de derecho; siempre, claro está, que tales medidas sean dictadas bajo criterios de
razonabilidad y proporcionalidad. Parte de esa relatividad del derecho a la presunción de
inocencia se vincula también con que dicho derecho incorpora una presunción iuris tántum y
no una presunción absoluta; de lo cual se deriva, como lógica consecuencia, que la
presunción de inocencia puede ser desvirtuada o destruida mediante una mínima
actividad probatoria”.
[82]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
III.2.1. Previsiones del Código de Procedimiento Penal promulgado el 25 de marzo
de 1999
Solamente se hará la transcripción de las normas pertinentes del Capítulo de Excusas y
Recusaciones del Código de Procedimiento Penal a fin de dilucidar la problemática traída
ante este Tribunal. De acuerdo con ello:
“Artículo 320º.- (Trámite y resolución de la recusación).- La recusación se presentará
ante el juez o tribunal que conozca el proceso, mediante escrito fundamentado, ofreciendo
prueba y acompañando la documentación correspondiente.
Si el juez recusado admite la recusación promovida, se seguirá el trámite establecido para la
excusa. En caso de rechazo se aplicará el siguiente procedimiento:
1. Cuando se trate de un juez unipersonal, elevará antecedentes al tribunal superior dentro
de las veinticuatro horas de promovida la recusación, acompañando el escrito de
interposición junto con su decisión fundamentada de rechazo. El tribunal superior, previa
audiencia en la que se recibirá la prueba e informe de las partes, se pronunciará dentro de
las cuarenta y ocho horas siguientes sobre la aceptación o rechazo de la recusación, sin
recurso ulterior. Si acepta la recusación, reemplazará al juez recusado conforme a lo previsto
en las disposiciones orgánicas; si la rechaza ordenará al juez que continúe con la
sustanciación del proceso, el que ya no podrá ser recusado por las mismas causales;
2. Cuando se trate de un juez que integre un tribunal el rechazo se formulará ante el mismo
tribunal, quien resolverá en el plazo y forma establecidos en el numeral anterior.
Cuando el número de recusaciones impida la existencia de quórum o se acepte la recusación
de uno de sus miembros, el tribunal se completará de acuerdo a lo establecido en las
disposiciones orgánicas.
Artículo 321º.- (Efectos de la excusa y recusación).- Producida la excusa o promovida la
recusación, el juez no podrá realizar en el proceso ningún acto bajo sanción de nulidad.
Aceptada la excusa o la recusación la separación del juez será definitiva, aunque
posteriormente desaparezcan las causales que las determinaron”.
III.2.2. Previsiones del Código de Procedimiento Penal promulgado el 25 de marzo de
1999 modificado por la Ley de Modificaciones al Sistema Normativo Penal -Ley 007 de
18 de mayo de 2010-
“Artículo 321º.- (Efectos de la excusa y recusación).- Producida la excusa o promovida la
recusación, el juez no podrá realizar en el proceso ningún acto bajo sanción de nulidad.
Aceptada la excusa o la recusación la separación del juez será definitiva, aunque
posteriormente desaparezcan las causales que las determinaron.
Las excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in limine cuando:
1. No sea causal sobreviniente;
2. Sea manifiestamente improcedente;
3. Se presente sin prueba en los casos que sea necesario; o
4. Habiendo sido rechazada, sea reiterada en los mismos términos”.
La Ley de Modificaciones al Sistema Normativo Penal, modificó la previsión transcrita,
añadiendo el último párrafo a fin de agilizar el tratamiento de excusas y recusaciones.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
III.2.3. Previsiones del Código de Procedimiento Penal promulgado el 25 de marzo
de 1999, modificado por la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema
Procesal Penal -Ley 586 de 30 de octubre de 2014-
“Artículo 320. (TRÁMITE Y RESOLUCIÓN DE LA RECUSACIÓN).
I. La recusación se presentará ante la o el Juez o Tribunal que conozca el proceso,
mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba pertinente.
II. Si la o el Juez recusado admite la recusación promovida, continuará el trámite establecido
para la excusa. En caso de rechazo se aplicará el siguiente procedimiento:
1. Cuando se trate de una o un Juez unipersonal, elevará antecedentes a la Sala Penal de
turno del Tribunal Departamental de Justicia dentro de las veinticuatro (24) horas de
promovida la recusación, acompañando el escrito de interposición junto con su decisión
fundamentada, sin suspender el proceso. El Tribunal Superior se pronunciará dentro de las
cuarenta y ocho (48) horas siguientes de recibidos los actuados, sobre la aceptación o
rechazo de la recusación, sin recurso ulterior, bajo responsabilidad. Si el Tribunal
Departamental de Justicia acepta la recusación, reemplazará a la o el Juez recusado
conforme a lo previsto en las disposiciones orgánicas; si la rechaza, ordenará a la o el Juez
que continúe con el conocimiento del proceso, quien no podrá ser recusada o recusado por
las mismas causales.
2. Cuando se trate de una o un Juez que integre un Tribunal, el rechazo se formulará ante
el mismo Tribunal, quien resolverá en el plazo y forma establecidos en el numeral anterior.
3. La recusación deberá ser rechazada cuando no se funde en causal sobreviniente o no
se haya indicado la fecha y circunstancias de la causal invocada, sea manifiestamente
improcedente o se presente sin prueba.
III. Cuando el número de recusaciones impida la existencia de quórum o se acepte la
recusación de uno de sus miembros, el Tribunal se completará de acuerdo a lo establecido
en las disposiciones orgánicas.
Artículo 321. (EFECTOS DE LA EXCUSA Y RECUSACIÓN).
I. Producida la excusa o recusación, la o el Juez reemplazante no podrá suspender el
trámite procesal; aceptada la excusa o la recusación, la separación de la o el Juez será
definitiva, aun cuando desaparezcan las causales que las determinaron.
II. Las excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in límine cuando:
1. No sea causal sobreviniente;
2. Sea manifiestamente improcedente;
3. Se presente sin prueba; o
4. Habiendo sido rechazada, sea reiterada en los mismos términos.
III. Las excusas rechazadas deberán ser puestas en conocimiento de la autoridad
disciplinaria competente; si se rechaza la recusación in límine, se impondrá multa equivalente
a tres (3) días de haber mensual de una o un Juez técnico; en caso de recusaciones
rechazadas consecutivamente, la multa deberá ser progresiva en tres (3) días de haber
mensual de una o un Juez técnico.
IV. La tramitación de la excusa o la recusación suspenderá en su caso los plazos de la
prescripción, de la duración de la etapa preparatoria y de la duración máxima del proceso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
V. En caso de rechazo de una recusación que hubiere sido declarada manifiestamente
infundada, temeraria o abiertamente dilatoria, se interrumpirán los plazos de la prescripción
de la acción penal, de la duración de la etapa preparatoria y de duración máxima del
proceso, computándose nuevamente los plazos. Consecuentemente la o el Juez o Tribunal,
previa advertencia en uso de su poder coercitivo y moderador, impondrá a la o el abogado
una sanción pecuniaria equivalente a dos (2) salarios mínimos nacionales, monto de dinero
que será depositado en la cuenta del Órgano Judicial. En caso de continuar con la actitud
dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el abogado de la actuación del proceso en
particular, designando a un defensor público o de oficio”.
La Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal hizo una
modificación sustancial a los artículos que estamos examinando; no obstante, en lo esencial
y a pesar de todas las modificaciones referidas, se mantienen determinados aspectos que
configuran el proceder en el caso de la recusación, los que pasamos a analizar:
1) La recusación se presenta ante el juez o tribunal que conoce la causa, y de quien o
quienes se pide el alejamiento del proceso, a objeto de que se pronuncien sobre lo
impetrado;
2) La autoridad o autoridades recusadas tienen dos caminos procesales; el primero, es
aceptar el alejamiento del proceso y remitir los actuados ante la autoridad siguiente en
número o materia; o el segundo, rechazar la recusación, elevando antecedentes ante el
tribunal ad quem para su revisión y decisión sobre el asunto, además deben remitirse los
citados actuados a la autoridad siguiente en número o materia dependiendo de las
circunstancias de cada caso;
LA REMISIÓN DE ACTUADOS PERTINENTES ANTE LA APELACIÓN INCIDENTAL
CONFORME EL ART. 251 DEL CPP Y LA ACCIÓN DE LIBERTAD TRASLATIVA O DE
PRONTO DESPACHO.
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1123/2015-S3, Sucre 16 de noviembre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El art. 251 del CPP establece que: “La resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y
dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
Disposición legal que refiere a la apelación interpuesta contra una resolución cuya decisión
tiene relación a las medidas cautelares, estableciendo un plazo prudente dentro del cual
debe remitirse ante el Tribunal de segunda instancia, salvo en situaciones excepcionales que
deben ser debidamente justificadas y comprobadas.
En ese sentido, este Tribunal, por medio de la acción de libertad traslativa o de pronto
despacho, busca acelerar los trámites intraprocesales cuando se presentan indebidas
dilaciones en la resolución de la situación jurídica de una persona, así la SC 0465/2010-R de
5 de julio, estableció que “…se constituye en el mecanismo procesal idóneo para operar en
caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la libertad y devenga de
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dilaciones indebidas, que retardan o evitan resolver la situación jurídica de la persona que se
encuentra privada de libertad”; siguiendo la misma línea, la SC 0862/2005-R de 27 de julio,
refirió que: “…toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre
involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad
posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría
provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá
que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las
circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del
derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal
naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a
Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la
solicitud”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es
ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud”.
Por otro lado, sistematizando las subreglas respecto a las apelaciones la SCP 2149/2013 de
21 de noviembre, indicó que: “…i) Interpuesto el recurso de apelación contra las resoluciones
que resuelven medidas cautelares, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas en el
plazo de veinticuatro horas previsto en el art. 251 del CPP; plazo que, por regla general,
debe ser cumplido por las autoridades judiciales.
iii) Cuando el recurso de apelación previsto en el art. 251 del CPP, sea formulado de
manera escrita, debe ser providenciado por la autoridad judicial en el plazo máximo de
veinticuatro horas, de conformidad al art. 132 del CPP; providencia a partir de la cual
se computan las veinticuatro horas previstas para la remisión de las actuaciones
pertinentes ante el tribunal de apelación.
iv) Cuando el recurso de apelación sea formulado de manera oral, corresponde que la
autoridad judicial decrete su remisión en audiencia, para que a partir de dicha
providencia se compute el plazo de veinticuatro horas previsto en el art. 251 del CPP;
aclarándose que la fundamentación jurídica y expresión de agravios debe ser
efectivizada en la audiencia de apelación.
Precedente.-SC 0224/2004-R de 16 de febrero.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
y finalidad de dicho beneficio, que como un elemento de la nueva concepción de la política criminal
concordante con el sistema penal vigente en el país, busca reorientar el comportamiento del
condenado reinsertándolo en la sociedad, otorgándole oportunidades de enmienda pero en ejercicio y
goce de su libertad, situación que garantiza la eficacia de la prevención especial de la pena que es la
reinserción y el reencauce del comportamiento social; este entendimiento es concordante con lo
establecido por la jurisprudencia constitucional que al respecto indica: '…la suspensión condicional
de la pena, al igual que el perdón judicial, constituye un beneficio instituido por el legislador como
una medida de política criminal con similar finalidad a la que persigue el perdón judicial, encuentra
su fundamento en la necesidad de privar de los efectos negativos de las penas privativas de libertad de
corta duración, por ello es un instituto de carácter sustantivo que se encuentra condicionado al
cumplimiento de los requisitos que el legislador ha previsto' (SC 0797/2006-R de 15 de agosto)»'” (las
negrillas son añadidas).
Asimismo, la SCP 0005/2014-S2 de 6 de octubre, precisó que del razonamiento constitucional descrito:
“…se extrae de manera categórica, que cuando la autoridad judicial hubiese concedido a un
condenado, la suspensión condicional de la pena, por haber cumplido con los requisitos previstos en
el art. 366 del Código de Procedimiento Penal (CPP), deberá también disponer, de forma
inexcusable e inmediata, la libertad del beneficiado, con la finalidad de que el mismo pueda cumplir
con las medidas y condiciones de cumplimiento obligatorio impuestas, puesto que sería ilógico que
pueda cumplirlas, estando aún privado de libertad” (las negrillas nos pertenecen).
Fundamentos claros para deducir y ratificar que cuando la autoridad jurisdiccional competente,
mediante resolución concede al sentenciado, el beneficio de la suspensión condicional de la pena, en
atención al art. 366 del CPP, también debe disponer su inmediata libertad a través del mandamiento
respectivo, siendo ese el efecto seguido de la nueva medida impuesta, ordenando a su vez el
cumplimiento de las condiciones establecidas para el efecto en pleno goce del derecho a la libertad del
condenado, ya que de lo contrario; es decir, de no establecer ello, bajo argumento de que primero se
cumplan las medidas obligadas, lesiona dicho derecho y somete a la persona sentenciada a un
procesamiento indebido, por provocar dilaciones indebidas, que afectan directamente su libertad.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La jurisprudencia constitucional a través de la SC 0795/2011-R de 30 de mayo, respecto a la
finalidad y beneficio de la suspensión condicional de la pena, previsto en el procedimiento penal,
señaló que es: «…un beneficio que el condenado puede hacer efectivo cumpliendo los requisitos
impuestos por el mismo Código, siendo la autoridad jurisdiccional la encargada de determinar la
concesión del beneficio en virtud a la valoración que efectúe de los elementos existentes en cada caso
concreto y en el supuesto de conceder el beneficio es dicha autoridad la que efectiviza la suspensión
condicional de la pena, disponiendo la libertad del condenado bajo determinadas medidas y
condiciones de cumplimiento obligatorio».
En ese sentido la SC 0528/2010-R de 12 de julio, señaló que: ´El trámite y efectivización del
beneficio de suspensión condicional de la pena establecido en el procedimiento penal, responde a la
naturaleza y finalidad de dicho beneficio, que como un elemento de la nueva concepción de la política
criminal concordante con el sistema penal vigente en el país, busca reorientar el comportamiento del
condenado reinsertándolo en la sociedad, otorgándole oportunidades de enmienda pero en ejercicio y
goce de su libertad, situación que garantiza la eficacia de la prevención especial de la pena que es la
reinserción y el reencauce del comportamiento social; este entendimiento es concordante con lo
establecido por la jurisprudencia constitucional que al respecto indica: '…la suspensión condicional
de la pena, al igual que el perdón judicial, constituye un beneficio instituido por el legislador como
una medida de política criminal con similar finalidad a la que persigue el perdón judicial, encuentra
su fundamento en la necesidad de privar de los efectos negativos de las penas privativas de libertad de
corta duración, por ello es un instituto de carácter sustantivo que se encuentra condicionado al
cumplimiento de los requisitos que el legislador ha previsto' (SC 0797/2006-R de 15 de agosto)»'” (las
negrillas nos pertenecen).
Sobre la base del entendimiento anterior, el Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP
0676/2016-S2 de 8 de agosto, concluyó lo siguiente: “1) Una vez que mediante resolución expresa se
dispone la suspensión condicional de la pena, debe también ordenarse la libertad del sentenciado,
porque se asume que en dicha Resolución la autoridad jurisdiccional motivó y fundamentó las razones
por las cuales merece ser acreedor de dicha medida, ya que de existir la inconcurrencia de alguno de
los requisitos previstos por el art. 366 del CPP, no se concedería tal suspensión condicional, debiendo
en consecuencia, otorgarse la inmediata libertad al mismo, sin el establecimiento de dilaciones
indebidas que alteren su nueva situación definida en esa resolución (…); y, 2) Del mismo modo, la
jurisprudencia citada en señalado Fundamento Jurídico, establece que el sentenciado cumplirá las
condiciones impuestas como efecto de la suspensión condicional de la pena, gozando de su libertad;
empero, se observa que la autoridad demandada exigió al accionante el cumplimiento previo de
ciertas medidas, entre las cuales se halla la acreditación de una ocupación laboral legal; que sin
lugar a dudas no pudo ser cumplida por cuanto sigue detenido, y por tanto privado de su libertad para
poder realizar y cumplir lo dispuesto por dicha autoridad”.
[89]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
internos. El régimen disciplinario de los condenados, estará orientado además, a estimular el
sentido de responsabilidad y la capacidad de autocontrol, como presupuestos necesarios
para la readaptación social'. Asimismo, el art. 120 del citado cuerpo normativo, establece
que: 'Las sanciones disciplinarias que se impongan, se regirán por el principio de
proporcionalidad. En ningún caso, afectarán al interno más allá de lo indispensable, ni
afectarán su salud física o mental. Para la imposición de una sanción se considerarán,
además de la gravedad de la falta, la conducta del interno durante el último año'.
Es competente para imponer sanciones, suspenderlas o dar por cumplida su aplicación,
sustituirla por otra más leve, el Director del establecimiento penitenciario. La resolución de la
sanción debe ser fundamentada, previa audiencia en la que se escuchará la acusación y la
defensa del presunto infractor; las sanciones por faltas graves y muy graves serán apelables
ante Juez de Ejecución Penal, dentro de los tres días de su notificación, sin recurso ulterior
(arts. 122 y 123 de la LEPS). Las sanciones serán cumplidas una vez ejecutoriadas, sin
perjuicio de disponerse las medidas necesarias para evitar que el hecho produzca mayores
consecuencias (art. 125 LEPS)”.
En consecuencia, la sanción disciplinaria no puede ser ejecutada en tanto no haya sido
resuelto el recurso de apelación a que tiene derecho el interno ante el Juez de Ejecución
Penal; en caso de que no ser interpuesto, hasta que haya transcurrido el plazo para su
impugnación, a partir de lo cual, la Resolución dictada por el Director del establecimiento
penitenciario, recién puede considerarse ejecutoriada.
La antes mencionada SCP 0649/2013, respecto a la inmediata ejecución del mandamiento
de libertad y el deber jurídico de los gobernadores de cárceles o centros penitenciarios,
estableció que: “El art. 39 de la LEPS, establece que cumplida la condena, concedida la
libertad condicional o cuando cese la detención preventiva, el interno será liberado en el día
sin necesidad de trámite alguno; precisando que el funcionario que incumpla será pasible a
responsabilidad penal sin perjuicio de las sanciones disciplinarias que correspondan. De
acuerdo a la jurisprudencia de este Tribunal se ha establecido que esta norma se aplica con
carácter general a todos los supuestos en los que la persona recluida presente un
mandamiento de libertad, aunque supone un deber implícito de la Gobernación de verificar
algunos aspectos previamente, así se ha establecido entre otras en la SC 0323/2003-R de
17 de marzo que respecto al art. 39 de la LEPS estableció: ‘(…) señala que el interno será
liberado en el día, sin necesidad de trámite alguno, se refiere a que el detenido con la
sola presentación del mandamiento será dejado en libertad; empero, resulta implícito el
deber jurídico que recae sobre la Gobernación de la Cárcel, de tomar las debidas previsiones
para evitar que alguien pueda ser puesto en libertad teniendo otros mandamientos
pendientes o que el mandamiento de libertad pueda contener alguna falsedad material o
ideológica, lo cual le impele a tener que verificar y solicitar la información pertinente y revisar
previamente los registros antes de dar curso al mandamiento…', 'comprobación y consulta
que deberá ser realizada inmediatamente, una vez recibido el mandamiento de libertad'.
Entendimiento que ha sido ratificado por las SSCC 0206/2005-R de 10 de marzo y
1696/2004-R de 22 de octubre”
[90]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Respecto a la sanción disciplinaria en los centros penitenciarios, la Ley de Ejecución Penal y
Supervisión, ha establecido que la adopción de dichas sanciones tienen por objeto garantizar la
seguridad, el orden y la convivencia pacífica de los privados de libertad; así, el art. 117 de la LEPS,
señala: “El régimen disciplinario, tiene por finalidad, garantizar la seguridad y la convivencia pacífica y
ordenada de los internos. El régimen disciplinario de los condenados, estará orientado además, a
estimular el sentido de responsabilidad y la capacidad de autocontrol, como presupuestos necesarios
para la readaptación social”. De la misma forma, el art. 120 del la referida Ley, declara que: “Las
sanciones disciplinarias que se impongan, se regirán por el principio de proporcionalidad. En ningún
caso, afectarán al interno más allá de lo indispensable, ni afectarán su salud física o mental. Para la
imposición de una sanción se considerarán, además de la gravedad de la falta, la conducta del interno
durante el último año”.
Sobre la base de los preceptos normativos antes señalados y en particular a las normas atinentes
a la adopción de sanciones disciplinarias, este Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP
1422/2014 de 7 de julio, sostuvo lo siguiente: “Es competente para imponer sanciones, suspenderlas o
dar por cumplida su aplicación, sustituirla por otra más leve, el Director del establecimiento
penitenciario. La resolución de la sanción debe ser fundamentada, previa audiencia en la que se
escuchará la acusación y la defensa del presunto infractor; las sanciones por faltas graves y muy
graves serán apelables ante Juez de Ejecución Penal, dentro de los tres días de su notificación, sin
recurso ulterior (arts. 122 y 123 de la LEPS). Las sanciones serán cumplidas una vez ejecutoriadas,
sin perjuicio de disponerse las medidas necesarias para evitar que el hecho produzca mayores
consecuencias (art. 125 LEPS)”.
En la Sentencia Constitucional Plurinacional, citada en el párrafo que antecede, esta jurisdicción
fue concluyente al señalar que, “…la sanción disciplinaria no puede ser ejecutada en tanto no haya
sido resuelto el recurso de apelación a que tiene derecho el interno ante el Juez de Ejecución Penal;
en caso de que no ser interpuesto, hasta que haya transcurrido el plazo para su impugnación, a partir
de lo cual, la Resolución dictada por el Director del establecimiento penitenciario, recién puede
considerarse ejecutoriada”.
LA SEGURIDAD JURÍDICA
AUTO SUPREMO Nº 227/2017-RRC
Sucre, de 21 de marzo de 2017
Respecto a la seguridad jurídica en la Constitución Política del Estado, la Sentencia
Constitucional Plurinacional 0616/2014 de 25 de marzo, señaló: “La SC 0511/2011-R de 25
de abril, que respecto a la seguridad jurídica como principio expresó que cuando se alegue la
vulneración de la misma como derecho, no es posible conceder la tutela, dado que está
instituida en la Constitución Política del Estado, como principio rector de los actos de la
jurisdicción judicial o administrativa, al señalar:
La SC 0788/2010-R de 2 de agosto estableció que: ´Sobre la seguridad jurídica, invocada en
su momento por la accionante, como «derecho fundamental», cabe señalar que, si bien la
Constitución Política del Estado abrogada, en el catálogo de derechos fundamentales
contenidos en su art. 7 inc. a), establecía que toda persona tiene el derecho: «A la vida, la
salud y la seguridad », a partir de lo cual, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
estableció la consagración del «derecho a la seguridad jurídica » como derecho fundamental,
y en su mérito, ante la constatación de su vulneración, en repetidas ocasiones otorgó la
tutela del amparo. No obstante, al presente, y en vigencia de la Constitución Política del
[91]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, la seguridad jurídica, no se encuentra
consagrada como derecho fundamental, sino como un principio que sustenta la potestad de
impartir justicia emanada del pueblo (art. 178 de la CPE); y por otro lado, como un principio
articulador de la economía plural en el modelo económico boliviano (art. 306.III de la CPE).
Esta característica actual, es coincidente con lo establecido por otra Constitución y Tribunal
Constitucional, tal el caso de España que en su Constitución en el art. 9.3, establece a la
seguridad jurídica como principio, y en su jurisprudencia, a través de la STC 3/2002 de 14 de
enero, ha señalado que: «la seguridad jurídica es un principio general del ordenamiento
jurídico y un mandato dirigido a los poderes públicos que no configura, sin embargo, derecho
fundamental alguno a favor de los ciudadanos que pueda interesarse en el proceso
constitucional de amparo”.
[92]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
previo y esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno,
etc. Con la excepción única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza
propia y la relevancia del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y
relacionados a la petición; situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial
competente a momento de señalar la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la
razonabilidad.
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican
la suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del
representante del Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido
notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio
Público al estar regido por el principio de unidad tiene los medios para asistir a través
de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su
participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la
autoridad jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante, en caso de que
la suspensión se deba a la falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado,
no existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse
nueva fecha de audiencia conforme a las directrices expuestas”.
LA SOLICITUD DE REVOCATORIA DE LA RESOLUCIÓN DE REBELDÍA: RECURSO
INTRAPROCESAL IDÓNEO E INMEDIATO COMO SUPUESTO DE SUBSIDIARIEDAD
EXCEPCIONAL EN ACCIÓN DE LIBERTAD
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0713/2017-S3
Sucre, 28 de julio de 2017
Al respecto la SCP 0615/2016-S3 de 1 de junio, sostuvo que: “La Constitución Política del
Estado, en su art. 23.III, establece que: ‘Nadie podrá ser detenido, aprehendido o privado de su
libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley. La ejecución del mandamiento
requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido por escrito’, relacionado con la
primera parte del art. 89 del Código de Procedimiento Penal (CPP), que dispone la emisión del
mandamiento de aprehensión contra el declarado rebelde en los supuestos del art. 87 del citado
Código, que dispone la rebeldía en los siguientes supuestos:
‘1) No comparezca sin causa justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este
Código;
2) Se haya evadido del establecimiento o lugar donde se encontraba detenido;
3) No cumpla un mandamiento de aprehensión emitido por autoridad competente; y,
4) Se ausente sin licencia del Juez o Tribunal del lugar asignado para residir’ (las negrillas
nos corresponden).
Del inc. 1) de la norma procesal citada, se puede advertir que en casos donde la mencionada
incomparecencia ante una citación de una autoridad jurisdiccional dentro un proceso penal, y la
misma sea justificada con prueba objetiva, el juez o tribunal de la causa previamente debe compulsar
las mismas y mediante resolución fundamentada establecerá si corresponde o no la declaratoria de
rebeldía, claro está con los efectos jurídicos que ello implica; debemos mencionar que de acuerdo al
art. 88 del mismo cuerpo normativo penal, la señalada justificación puede ser presentada antes y
durante el acto procesal al que el encausado fue citado, hasta antes de constituida la declaración de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
rebeldía, por el imputado o cualquiera a su nombre, y si la autoridad jurisdiccional advierte
suficiencia en el justificativo, concederá al impedido un plazo prudencial para que comparezca.
Si constituida la rebeldía, y el afectado no pudo presentar su justificativo, le corresponde de
manera inmediata presentar la misma ante la autoridad judicial que resolvió la indicada rebeldía
para que la misma previo análisis sea revocada, y con ella sus efectos –incluida el mandamiento de
aprehensión-, así el art. 91 in fine del CPP dispone ‘Si justifica que no concurrió debido a un grave y
legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza’ (las
negrillas nos corresponden).
En ese sentido, la SCP 0962/2015-S3 de 7 de octubre estableció que ‘…dentro de un proceso
penal, ante la declaratoria de rebeldía, el rebelde, antes de la ejecución del mandamiento de
aprehensión librado en su contra, debe apersonarse ante la autoridad judicial en cuyo conocimiento
se encuentra la causa, por cuanto es el medio idóneo, eficaz e inmediato a disposición del imputado
o procesado, no pudiendo acudir directamente ante la justicia constitucional’”
LA SOLICITUD DE REVOCATORIA DE LA RESOLUCIÓN DE REBELDÍA: RECURSO
INTRAPROCESAL IDÓNEO E INMEDIATO COMO SUPUESTO DE SUBSIDIARIEDAD
EXCEPCIONAL EN ACCIÓN DE LIBERTAD
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0822/2017-S3
Sucre, 28 de agosto de 2017
La Constitución Política del Estado, en su art. 23.III, establece que: “Nadie podrá ser detenido,
aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley. La
ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido por
escrito”, relacionado con la primera parte del art. 89 del Código de Procedimiento Penal (CPP), que
dispone la emisión del mandamiento de aprehensión contra el declarado rebelde en los supuestos del
art. 87 del citado Código, que dispone la rebeldía en los siguientes supuestos:
“1) No comparezca sin causa justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código;
2) Se haya evadido del establecimiento o lugar donde se encontraba detenido;
3) No cumpla un mandamiento de aprehensión emitido por autoridad competente; y,
4) Se ausente sin licencia del Juez o Tribunal del lugar asignado para residir” (las negrillas nos
pertenecen).
Del inciso 1) de la norma procesal citada, se puede advertir que en casos donde la mencionada
incomparecencia ante una citación de una autoridad jurisdiccional dentro de un proceso penal, y la
misma sea justificada con prueba objetiva, el Juez o Tribunal de la causa previamente debe compulsar
las mismas y mediante resolución fundamentada establecerá si corresponde o no la declaratoria de
rebeldía, claro está con los efectos jurídicos que ello implica; debemos mencionar que de acuerdo al art.
88 del mismo cuerpo normativo penal, la señalada justificación puede ser presentada antes y durante el
acto procesal al que el encausado fue citado, hasta antes de constituida la declaración de rebeldía, por el
imputado o cualquiera a su nombre, y si la autoridad jurisdiccional advierte suficiencia en el
justificativo, concederá al impedido un plazo prudencial para que comparezca.
Si constituida la rebeldía, y el afectado no pudo presentar su justificativo, le corresponderá de manera
inmediata presentar la misma ante la autoridad judicial solicitando la revocatoria del Auto que dispuso
la declaratoria de rebeldía y con ella sus efectos -incluida el mandamiento de aprehensión-, así el art.
91 in fine del CPP establece: “Si justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza” (las negrillas
nos corresponden).
En ese sentido, la SCP 0962/2015-S3 de 7 de octubre, concluyó que: “…dentro de un proceso penal,
ante la declaratoria de rebeldía, el rebelde, antes de la ejecución del mandamiento de aprehensión
librado en su contra, debe apersonarse ante la autoridad judicial en cuyo conocimiento se encuentra
la causa, por cuanto es el medio idóneo, eficaz e inmediato a disposición del imputado o procesado,
no pudiendo acudir directamente ante la justicia constitucional” (las negrillas son nuestras).
La jurisprudencia constitucional precedente demuestra que dentro de un proceso penal, ante la
declaratoria de rebeldía y su consiguiente mandamiento de aprehensión, el declarado rebelde, antes de
la ejecución del mandamiento de aprehensión librado en su contra, puede justificar el grave y legitimo
impedimento para cumplir con el emplazamiento de la autoridad jurisdiccional, y solicitar la
revocatoria de la declaratoria de rebeldía, por cuanto es el medio idóneo, eficaz e inmediato a
disposición del imputado o procesado para dejar sin efecto la resolución de rebeldía y
consiguientemente el mandamiento de aprehensión, no pudiendo acudir directamente ante la
jurisdicción constitucional.
LA SOLICITUD DE VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN LA JURISDICCIÓN
CONSTITUCIONAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1094/2017-S3
Sucre, 18 de octubre de 2017
La acción de amparo constitucional, así como las demás acciones tutelares de derechos y garantías
constitucionales, delimita también las atribuciones entre jurisdicciones, respecto a la valoración de la
prueba, en ese sentido, la SC 0025/2010-R de 13 de abril, sostuvo que: “…este Tribunal, en invariable
y reiterada jurisprudencia, ha establecido que la jurisdicción constitucional no tiene competencia
para ingresar a valorar la prueba, dado que ésta compulsa corresponde exclusivamente a la
jurisdicción ordinaria, cuyos jueces y tribunales, conforme a la atribución que les confiere la
Constitución de manera general; y las leyes de manera específica, deben examinar todo cuanto sea
presentado durante el proceso y finalmente emitir un criterio con la independencia que esto
amerita...” (las negrillas nos corresponden).
Así también la misma jurisprudencia estableció situaciones excepcionales en las que se puede ingresar
a la valoración de la prueba, así mediante las SSCC 0938/2005-R, 0965/2006-R y 0662/2010-R, entre
otras, precisó que: “…La facultad de valoración de la prueba corresponde privativamente a los
órganos jurisdiccionales ordinarios, por ende la jurisdicción constitucional no puede ni debe
pronunciarse sobre cuestiones de exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios, en
consecuencia, menos aún podría revisar la valoración de la prueba que hubieran efectuado las
autoridades judiciales competentes, emitiendo criterios sobre dicha valoración y pronunciándose
respecto a su contenido. Ahora bien, la facultad del Tribunal Constitucional a través de sus acciones
tutelares alcanza a determinar la existencia de lesión a derechos y garantías fundamentales cuando
en la valoración de la prueba efectuada por la jurisdicción ordinaria exista apartamiento de los
marcos legales de razonabilidad y equidad y/o se hubiese omitido arbitrariamente efectuar dicha
ponderación” (las negrillas y el subrayado nos pertenecen [SC 0662/2010-R de 19 de julio]).
De igual manera la SC 0115/2007-R de 7 de marzo, consideró otra excepción a las subreglas
jurisprudenciales, concluyendo que: “…además de la omisión en la consideración de la prueba, (…) es
causal de excepción de la subregla de no valoración de la prueba, otra excepción se da cuando la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
autoridad judicial basa su decisión en una prueba inexistente o que refleja un hecho diferente al
utilizado como argumento” (las negrillas son nuestras).
En ese sentido, la SCP 1215/2012 de 6 de septiembre, precisó que: “…por regla general, la
jurisdicción constitucional está impedida de ingresar a valorar la prueba, por ser una atribución
conferida privativa y exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales o administrativas; empero,
tiene la obligación de verificar si en dicha labor: a) Las autoridades no se apartaron de los marcos
legales de razonabilidad y equidad; b) No omitieron de manera arbitraria la consideración de ellas,
ya sea parcial o totalmente; y, c) Basaron su decisión en una prueba inexistente o que refleje un hecho
diferente al utilizado como argumento. Claro está que además de ello, en cualquier caso, se debe
demostrar la lógica consecuencia de que su incumplimiento ocasionó lesión de derechos
fundamentales y/o garantías constitucionales al afectado; lo que se traduce en relevancia
constitucional. Supuestos que constituyen excepciones a la regla aludida; dado que se admite
injerencia de la jurisdicción constitucional, únicamente cuando se evidencian dichas vulneraciones;
empero, dicha competencia se reduce únicamente a establecer la ausencia de razonabilidad y
equidad en la labor valorativa, o bien, si existió una actitud omisiva en esta tarea, ya sea parcial o
total; o finalmente, si se le dio un valor diferente al medio probatorio, al que posee en realidad,
distorsionando la realidad y faltando al principio de rango constitucional, como es la verdad
material, pero en ningún caso podrá pretender sustituir a la jurisdicción ordinaria, examinando
directamente la misma o volviendo a valorarla, usurpando una función que no le está conferida ni
legal ni constitucionalmente” (las negrillas son añadidas).
[96]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
persecución indebida es considerada como la acción de un funcionario público o autoridad
judicial, que busca, persigue u hostiga a una persona sin que exista motivo ilegal alguno y
una orden expresa de captura emitida por autoridad competente en los casos establecidos
por la Ley o incumpliendo las formalidades y requisitos que ésta señala’.
Así, la SC 0011/2010-R de 6 de abril, razonando con referencia a la persecución
indebida y su protección a través de la presente acción tutelar, indicó que: ‘La acción de
libertad, es una acción jurisdiccional de defensa que tiene por finalidad proteger y/o
restablecer el derecho a la libertad física o humana, y también el derecho a la vida, si es que
se halla en peligro a raíz de la supresión o restricción a la libertad personal, sea disponiendo
el cese de la persecución indebida, el restablecimiento de las formalidades legales y/o la
remisión del caso al juez competente, la restitución del derecho a la libertad física, o la
protección de la vida misma, motivo por el cual se constituye en una acción tutelar
preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia que garantiza como su
nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22 y 23.I de la CPE’
Por otra parte, en cuanto al procesamiento indebido, la jurisprudencia constitucional
expresada por el Tribunal Constitucional a través de la SC 0699/2010-R de 26 de julio,
estableció que: ‘…la jurisprudencia de este Tribunal ha dejado claro que: <<…la protección
que brinda el recurso de hábeas corpus en cuanto al debido proceso se refiere, no
abarca a todas las formas en que el mismo puede ser infringido, sino sólo a aquellos
supuestos en los que está directamente vinculado al derecho a la libertad personal o
de locomoción, por operar como causa para su restricción o supresión,
correspondiendo en los casos no vinculados a la libertad utilizar las vías legales
pertinentes>>. (SSCC 1034/2000-R, 1380/2001-R, 0111/2002-R, 0940/2003-R, 1758/2003-
R y 0219/2004-R). En ese entendido, sólo podrá otorgarse la tutela cuando sea evidente que
el derecho a la libertad fue restringido, suprimido o amenazado, o cuando se constate que la
inobservancia al debido proceso es la causa directa para restringir, suprimir o amenazar
dicho derecho’.
(…) cuando se denuncie vulneración del debido proceso a través de la acción de
libertad, la lesión deberá estar directamente relacionada con la restricción de la libertad del
accionante y ser evidente y cierta la existencia de absoluto estado de indefensión; caso
contrario, la denuncia por irregularidades cometidas en el proceso (entendidas como
violación al debido proceso), deberán ser reclamadas a través de los medios ordinarios que
el ordenamiento jurídico procesal penal prevé y solamente cuando se ha agotado la
jurisdicción ordinaria, en el supuesto de persistir la vulneración, se activa la tutela de la
acción de amparo constitucional”
[97]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
y sin dilaciones”; asimismo, el art. 178.I) relativo a los principios que sustentan la potestad
del Órgano Judicial de impartir justicia, contempla como tales a la celeridad, la seguridad
jurídica y el respeto a los derechos, principios reconocidos en los arts. 115, 178 y 180.I) de la
CPE. De igual manera la Ley 025 (LOJ) en su art. 3 con relación al art. 30 establece los
principios en los que se sustenta, siendo estos los de seguridad jurídica, celeridad, respeto a
los derechos, eficiencia y debido proceso.
Entre los motivos de extinción de la acción penal que fija la norma procesal penal, el art. 27
inc. 10) del CPP, dispone: “Por vencimiento del plazo máximo de duración del proceso”; en
relación a ello, el mismo Código, en el art. 133, establece la forma de realizar el cómputo, al
precisar: “Todo proceso tendrá una duración máxima de tres años, contados desde el primer
acto del procedimiento, salvo el caso de rebeldía.
Las causas de suspensión de la prescripción suspenderán el plazo de duración del
procedimiento. Cuando desaparezcan éstas, el plazo comenzará a correr nuevamente
computándose el tiempo ya transcurrido.
Vencido el plazo, el Juez o Tribunal del proceso, de oficio o a petición de parte, declarará
extinguida la acción penal”.
Por su parte, el segundo párrafo del art. 5 del Código adjetivo penal, determina: “Se
entenderá por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión
de un delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el debido respeto
a su dignidad de ser humano” (resaltado propio).
Sobre la temática y en relación al cómputo del plazo para determinar la duración máxima
del proceso, el Tribunal Constitucional estableció, que: “…no tomaron en cuenta lo previsto
por la SC 1036/2002-R, de 29 de agosto, pues el cómputo de los seis meses previstos por el
art. 134 del CPP para el desarrollo de la etapa preparatoria, empieza a partir de que el Juez
cautelar pone en conocimiento del encausado la imputación formal, y a partir de ahí, se tiene
un término máximo de seis meses para presentar la acusación, plazo que en casos de existir
pluralidad de imputados se computa desde la última notificación con la imputación formal; lo
que no implica que el plazo de tres años (art. 133 CPP) en el que deben finalizar los juicios se
amplíe, con ese razonamiento interpretativo la ya citada SC 1036/2002-R, en forma clara,
determinó que el computo de los tres años de duración del proceso no debía efectuarse
desde la imputación formal al señalar que: ‘éste entendimiento interpretativo (se refiere a la
imputación formal y al inicio del proceso) no significa que nuestro sistema procesal se aparte
del mandato de justicia pronta y efectiva, que contiene el art. 116.X constitucional, por
cuanto el plazo de tres años (art. 133 del CPP) en el que deben finalizar los juicios, no se
amplía con este razonamiento interpretativo’.
Por su parte el art. 5 del CPP, párrafo segundo, dispone que: ‘Se entenderá por primer acto
del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa contra una persona como
presunto autor o partícipe de la comisión de un delito’; por consiguiente, considerando dicha
normativa, el cómputo de los tres años de duración del proceso penal previsto en el
art. 133 del CPP, se computa a partir de la primera sindicación efectuada en sede
judicial o administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la
comisión de un delito; en consecuencia, para computar la extinción de la acción penal por
el transcurso máximo del tiempo previsto en el referido art. 133 del CPP, es necesario
considerar lo manifestado” (Sentencia Constitucional 033/2006 de 11 de enero, resaltado
propio).
[98]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ahora bien, en cuanto a los aspectos que la autoridad jurisdiccional debe observar para
determinar la extinción de la acción penal, la jurisprudencia constitucional en reiterados
fallos, aclaró no ser suficiente considerar únicamente el transcurso del tiempo, sino que se
debe analizar caso por caso la complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, también
a la cuestión jurídica, la conducta de las partes que intervienen en el proceso y de las
autoridades competentes -Órgano Judicial y Ministerio Público-, carga atribuida al imputado
(SSCC 101/2004 de 14 de septiembre de 2004, AC 0079/2004-ECA de 29 de septiembre y
1042/2005-R de 5 de septiembre, entre otras); en esa misma línea, la Sentencia
Constitucional 0551/2010-R de 12 de julio, estableció: “(…) vale dejar claramente establecido
que el plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único criterio para extinguir una
causa por duración máxima del proceso, sino que también debe ponderarse en forma
concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia constitucional glosada, efectuando un
análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si existen elementos suficientes
que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las partes que
intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo, aspectos que
constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar que la
situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se
encuentra sujeta únicamente a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al propio órgano,
como la falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e
intempestivas renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias
que inciden negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna
administración de justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los
elementos que incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción
penal favoreciendo a la impunidad ”.
Finalmente, sobre la competencia para resolver las Excepciones de Extinción de la Acción
Penal, ya sea por duración máxima del proceso o por prescripción por parte de la Sala Penal
del Tribunal Supremo se debe toma en cuenta lo establecido por la Sentencia Constitucional
1061/2015-S2 de 26 de octubre, que desarrolló el siguiente entendimiento: ”(…) al estar
fijados los entendimientos desarrollados precedentemente, los fundamentos de la SC
1716/2010-R, no constituyen argumentos suficientes para determinar que la única autoridad
competente para asumir el conocimiento de los incidentes de extinción de la acción penal,
sean las autoridades jurisdiccionales que emitieron la sentencia de primera instancia, sino
que, en virtud a lo establecido por el 14 art. 44 del CPP, “El juez o tribunal que sea
competente para conocer de un proceso penal, lo será también para decidir todas
las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su tramitación, así como
para dictar las resoluciones respectivas y ejecutarlas”. En este sentido, es menester
dejar establecido que, la autoridad competente para asumir el conocimiento y resolver los
incidentes de extinción de la acción penal, ya sea por duración máxima del proceso o por
prescripción, es el juez o Tribunal donde radica la causa principal, así, si el planteamiento de
la excepción se da en etapa de apelación o casación, las decisiones emergentes de las salas
penales y del Tribunal Supremo de Justicia, en virtud los entendimientos plasmados
precedentemente, pero fundamentalmente por la naturaleza de la etapa procesal, no admiten
impugnación; en efecto, lo que se pretende es evitar las exageradas dilaciones que conllevan
las peticiones y envíos de expedientes entre el Tribunal Supremo de Justicia y los tribunales o
jueces conocedores de la causa principal, que a cuya consecuencia, en muchos casos, se han
postergado innecesariamente las decisiones oportunas en cuanto al fondo del proceso se
refiere, muchas veces por las comunicaciones inoportunas de los jueces y tribunales
[99]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conocedores de la causa principal, como ocurrió en el caso analizado; asimismo, como se
expresó, la interposición de los incidentes ante las prenombradas autoridades, en la práctica
sirvió para paralizar el pronunciamiento de fondo, ya que inclusive, estando sorteada la
causa, el máximo Tribunal de la justicia ordinaria, se vio impedido de emitir la resolución
mientras no esté resuelta la excepción ante el Juez de instancia, lo que sin duda constituye
una clara vulneración de los derechos a ser juzgado dentro de un plazo razonable, de acceso
la justicia y una afrenta a la vigencia del principio de celeridad y también de concentración de
actos. En este sentido, cuando el justiciable decida plantear extinción de la acción penal por
duración máxima del proceso, deberá formularlo ante el Juez o Tribunal que conoce la causa
principal; sin embargo, también es imperioso aclarar que, si el incidente fuere suscitado ante
el Juez de Instrucción en lo Penal o, ante los Tribunales o Jueces de Sentencia Penal, sus
decisiones efectivamente son impugnables, ya que la naturaleza de la etapa procesal así lo
permite. El presente entendimiento implica la reconducción de la línea jurisprudencial
establecida en la SC 1716/2010-R a los entendimientos asumidos en la SC “0245/2006”, que
emergió de los razonamientos establecidos en las SSCC “0101/2004, 1968/2004-R,
0036/2005, 0105/2005- R, 1365/2005-R” y AC 0079/2004-ECA ” (Las negrillas son nuestras).
[100]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la nulidad de la Sentencia y ordenar la reposición del juicio por otro Juez o Tribunal, al estar
prohibido de corregir directamente el defecto, como consecuencia del impedimento a la
revalorización de la prueba, conforme el art. 413 del CPP, ello en resguardo de los principios
de inmediación, oralidad, concentración, contradicción, que son rectores del proceso penal y
a los que está sometida la prueba, para el resultado final de resolución del hecho sometido a
juzgamiento.
[101]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Estos criterios han sido asumidos de manera uniforme y reiterada por este Tribunal, al
señalar que la facultad de valorar la prueba introducida en el juicio oral, es competencia
exclusiva de los Jueces y Tribunales de Sentencia, en resguardo y coherencia con los
principios del juicio oral de inmediación, oralidad y contradicción, correspondiendo al Tribunal
de alzada ejercer la labor de control sobre la valoración de la prueba realizada por el inferior,
doctrina legal traducida en el Auto Supremo 438 de 15 de octubre de 2005 que
estableció: "...la línea jurisprudencial sobre la valoración de la prueba y los hechos es de
exclusiva facultad de Jueces y Tribunales de Sentencia, son ellos los que reciben en forma
directa la producción de la prueba y determinan los hechos poniendo en práctica los
principios que rigen el juicio oral y público; el análisis e interpretación del significado de las
pruebas y de los hechos son plasmados en el fundamento de la sentencia, ahí es donde se
expresa la comprensión del juzgador con claridad, concreción, experiencia, conocimiento,
legalidad y lógica; esa comprensión surge de una interacción contradictoria de las partes, de
esa pugna de validación de objetos, medios e instrumentos de prueba que se da dentro del
contexto del juicio oral y público; la objetividad que trasciende de la producción de la prueba
no puede ser reemplazada por la subjetividad del Tribunal de Apelación; éste se debe abocar
a controlar que el fundamento sobre la valoración de la prueba y de los hechos tenga la
coherencia, orden y razonamientos lógicos que manifiesten certidumbre".
juzgador y que se formula de un modo general y abstracto, en el que se omite realizar una
exposición razonada de los motivos en los que se funda.
El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del procesado,
mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo verificar si el iter lógico
expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde con las reglas del recto
entendimiento humano; analizando si la motivación es expresa, clara, completa y emitida con
arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la
psicología, controlando si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación
restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuales
son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente,
expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.”
[102]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte el Auto Supremo 277/2008 de 13 de agosto, entre otros, precisó que: “ La
función principal del Tribunal de alzada es pronunciarse respecto de la existencia de errores
`injudicando´ o errores `improcedendo´ en que hubiera incurrido el tribunal a quo (Juez o
Tribunal de Sentencia) de acuerdo a la previsión del artículo 414 del Código de Procedimiento
Penal, consecuentemente el Tribunal de alzada sin necesidad de reenvío puede subsanar
errores de derecho existentes en el proceso pero sin revalorizar la prueba, ya que lo contrario
significaría desconocer el principio de inmediación que se constituye en el único eje central
en la producción probatoria reservada exclusivamente para los Tribunales de sentencia sean
estos colegiados o unipersonales.
[103]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SC 1626/2011-R de 21 de octubre, citando a la SC 0854/2010-R, recordó que: “ꞌ…este Tribunal a
través de las diversas acciones tutelares no puede realizar una nueva valoración de la prueba sobre
la problemática de fondo que motivó la decisión judicial o administrativa impugnada, pues ello sería
invadir otras jurisdicciones desnaturalizando la esencia de esta acción tutelar por cuanto la
valoración de la prueba es una facultad privativa de dichas instancias ordinarias… No obstante,
como toda regla en ciertos casos conlleva una excepción, de manera muy excepcional el Tribunal
Constitucional, puede determinar si se valoró o no la prueba, si se omitió alguna valoración pese a la
presentación oportuna y conforme a ley o la misma resulta arbitraria e irracional; sin embargo, no
puede sustituir la valoración, sino disponer se emita nueva resolución con una adecuada valoración
probatoria por parte del mismo órgano o instancia ordinaria”; y luego citando a la SC 0083/2010-R de
4 de mayo, que fue emitida bajo este razonamiento, concluyó indicando que “…la excepción se da
cuando en la valoración de la prueba: “a) Exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad
y equidad previsibles para decidir (…) o b) Cuando se haya omitido arbitrariamente valorar la
prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías
constitucionales…” (SC 0965/2006-R de 2 de octubre). Circunstancias que como se tiene explicado
deben fundamentarse, no siendo suficiente una simple relación o indicar que ha existido agravio…”
En este sentido también se pronunció la SCP 0039/2012 de 26 de marzo, que señalo: “Asimismo, el
Tribunal Constitucional Plurinacional, al no ser una instancia adicional o suplementaria de los
procesos, sino más bien de tutela de los derechos fundamentales; en los casos de las acciones de
defensa, no tiene atribución para la valoración de prueba sobre el fondo del asunto de donde emerge
la acción tutelar, puesto que ello es también atribución exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios,
a menos que como resultado de esa valoración se hayan lesionado derechos y garantías
constitucionales por apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad o cuando se
hubiere omitido arbitrariamente valorar una prueba…” (negrilla agregada)
Según las líneas jurisprudenciales citadas precedentemente, se establece que la facultad de valoración
de las pruebas aportadas en el proceso que dio origen a la acción tutelar, es una atribución exclusiva de
las autoridades ya sean jurisdiccionales o administrativas, por ello el Tribunal Constitucional
Plurinacional no puede atribuirse la facultad de valorar la prueba efectuado por las autoridades
judiciales o administrativas, excepto en los casos: i) Cuando exista apartamiento de los marcos legales
de razonabilidad y equidad previsible para decidir; y, ii) Cuando se haya omitido arbitrariamente
valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías
constitucionales.
Para dicho efecto el accionante debe fundamentar, no siendo suficiente una simple relación o indicar
que existió agravio, resultando absolutamente necesario que a tiempo de cuestionar la valoración de la
prueba, identifique aquella que considera incorrectamente valorada o las que fueron omitidas, además
debe precisar los derechos o garantías constitucionales lesionados por el juez, estableciendo el nexo de
causalidad entre estos y la falta de valoración o incorrecta valoración, que se impugna.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sobre la valoración de la prueba atribución exclusiva de los tribunales ordinarios, la SCP 2142/2013 de
21 de noviembre, determinó que: “Las normas previstas por el art. 180.I de la CPE, entre los
principios de la jurisdicción ordinaria, contemplan el de verdad material, cuyo contenido
constitucional implica la superación de la dependencia de la verdad formal o la que emerge de los
procedimientos judiciales, por eso es aquella verdad que corresponde a la realidad, superando
cualquier limitación formal que restrinja o distorsione la percepción de los hechos, a la persona
encargada de juzgar a otro ser humano, o de definir sus derechos y obligaciones, dando lugar a una
decisión injusta que no responda a los principios, valores y valores éticos consagrados en la Ley
Fundamental de nuestro país, a los que, todas las autoridades del Órgano Judicial y de otras
instancias, se encuentran impelidos a dar aplicación, entre ellas, al principio de verdad material, por
sobre la limitada verdad formal.
Obligación que para su cumplimiento requiere, entre otros, de una correcta apreciación de
los medios probatorios aportados durante el proceso, conforme a la realidad de su ocurrencia, con la
finalidad de efectivizar la función de impartir justicia menos formalista y procesalista, para dar lugar
a la justicia material y efectiva; velando por la aplicación y respeto de los derechos fundamentales y
de las garantías constitucionales de las personas.
De lo mencionado, corresponde a continuación analizar las implicancias de aquellos casos
en los que, las autoridades tanto administrativas como judiciales, a tiempo de emitir sus resoluciones,
omiten valorar los medios probatorios, o lo hacen apartados de los principios de razonabilidad y/o
equidad, fuera del marco de las reglas de un debido proceso.
En relación a ello, el Tribunal Constitucional, estableció que dicha labor le corresponde de
manera exclusiva a la jurisdicción ordinaria; es decir, a los jueces, tribunales y autoridades
administrativas a tiempo de emitir sus fallos; sin embargo, de manera excepcional, definió el alcance
de la jurisdicción constitucional para su intromisión, señalando en la SC 0560/2007-R de 3 de julio
que: ‘…la valoración de las pruebas, constituye una atribución privativa de los jueces y tribunales
ordinarios, y que a través del recurso de hábeas corpus (ahora acción de libertad) no es posible
revisar el análisis y los motivos que llevaron a los tribunales ordinarios a otorgar a los medios de
prueba determinado valor; dado que ello implicaría revisar la valoración de la prueba realizada en la
jurisdicción ordinaria, atribución que, conforme lo sintetizó la SC 0965/2006-R de 2 de octubre, está
permitida solamente «…cuando en dicha valoración: a) exista apartamiento de los marcos legales de
razonabilidad y equidad previsibles para decidir (SC 0873/2004-R y 0106/2005-R, entre otras), o b)
cuando se haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de
derechos fundamentales y garantías constitucionales (SC 0129/2004-R, de 28 de enero)»’. En el
mismo sentido, las SSCC 0884/2007-R y 0262/2010-R.
Competencia que se traduce, conforme a lo establecido por la SC 0129/2004-R de 28 de
enero, que: ‘…es necesario dejar claro, que en lo relativo a prueba, la competencia sólo se reduce a
establecer si fue o no valorada, pero no a imponer mediante este recurso cómo debe ser compulsada y
menos a examinarla, lo que significa, que sólo se deberá disponer en casos de omisión de compulsa
que se la analice siempre que curse en el expediente y que hubiera sido oportunamente presentada...’.
No obstante las excepciones anotadas en la SC 0560/2007-R glosada precedentemente, cabe
añadir en que SC 0115/2007-R de 7 de marzo, se consideró otra excepción a las subreglas
jurisprudenciales, señalando que: ‘además de la omisión en la consideración de la prueba, (…) es
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
causal de excepción de la subregla de no valoración de la prueba, otra excepción se da cuando la
autoridad judicial basa su decisión en una prueba inexistente o que refleja un hecho diferente al
utilizado como argumento’.
En resumen, por regla general, la jurisdicción constitucional está impedida de ingresar a valorar la
prueba, por ser una atribución conferida privativa y exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales o
administrativas; empero, tiene la obligación de verificar si en dicha labor: a) Las autoridades se apartaron de
los marcos legales de razonabilidad y equidad; b) Omitieron de manera arbitraria la consideración de ellas, ya
sea parcial o totalmente; y, c) Basaron su decisión en una prueba inexistente o que refleje un hecho diferente al
utilizado como argumento. Claro está que además de ello, en cualquier caso, se debe demostrar la lógica
consecuencia de que su incumplimiento ocasionó lesión de derechos fundamentales y/o garantías
constitucionales al afectado; lo que se traduce en relevancia constitucional. Supuestos que constituyen
excepciones a la regla aludida; dado que se admite injerencia de la jurisdicción constitucional, únicamente
cuando se evidencian dichas vulneraciones; empero, dicha competencia se reduce únicamente a establecer la
ausencia de razonabilidad y equidad en la labor valorativa, o bien, si existió una actitud omisiva en esta tarea,
ya sea parcial o total; o finalmente, si se le dio un valor diferente al medio probatorio, al que posee en realidad,
distorsionando la realidad y faltando al principio de rango constitucional, como es la verdad material, pero en
ningún caso podrá pretender sustituir a la jurisdicción ordinaria, examinando directamente la misma o
volviendo a valorarla, usurpando una función que no le está conferida ni legal ni constitucionalmente”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La Sentencia Constitucional Plurinacional 1298/2015-S2 de 13 de noviembre de 2015 señala:
”La SCP 0022/2015-S3 de 10 de febrero, hace una reconducción de la línea jurisprudencial, al
respecto señala que: ‘La implementación del sistema procesal penal acusatorio con la promulgación
del Código de Procedimiento Penal en 1999 -vigente a partir de 2001-, en remplazo del modelo
procesal inquisitivo derogado por la misma norma, conllevó la modificación de aspectos sustanciales
del proceso penal con el fin de hacer más eficiente y efectiva la administración de justicia penal y en
realidad de todo el sistema procesal penal; así, debe tomarse en cuenta la delimitación de los roles de
los sujetos procesales, tales como la exclusividad de las facultades investigativas a cargo del
Ministerio Público, y de la actividad jurisdiccional a cargo del Órgano Judicial, reflejada en el art.
279 in fine del CPP.
Dicha reforma supuso también la implementación de la etapa de juicio, con las
características de publicidad, inmediación, contradicción, concentración, continuidad y oralidad. Así,
respecto a la inmediación y oralidad, el Juez, Jueza o Tribunal, asume conocimiento directo de la
prueba, percibiendo sin intermediarios la actividad probatoria de las partes (sus reacciones, actitudes,
comportamiento de testigos, peritos, entre otros), lo que determina a su vez el principio de libertad
probatoria que en realidad trasciende a todas las fases del proceso penal, así por ejemplo, rige en la
evaluación de los riesgos procesales por los cuales se determina la aplicación o no de una medida
cautelar de carácter personal, en este contexto, la SC 1543/2013 de 10 de septiembre, razonó que: ‘…
la apreciación lógica y razonada que realiza de manera autónoma la autoridad judicial sobre los
medios probatorios, para luego otorgar el valor que le corresponde a cada uno de ellos. Al respecto,
el art. 173 del CPP, prescribe: (Valoración). El juez o tribunal asignará el valor correspondiente a
cada uno de los elementos de prueba, con aplicación de las reglas de la sana crítica, justificando y
fundamentando adecuadamente las razones por las cuales les otorga determinado valor en base a la
apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial producida'; consiguientemente, el
cumplimiento de esta labor no implica la mera enunciación o enumeración de los mismos, sino que,
debe contener una evaluación clara y precisa, señalando la manera cómo fueron examinados y por
qué merecieron un determinado valor; además, la evaluación integral -propia del principio de la
libertad probatoria-, implica que, en el sistema procesal penal vigente se prohíbe la tarifa probatoria
o prueba tasada; es decir, que un hecho tenga que ser probado a través de un mecanismo
expresamente señalado en la ley o con una determinada prueba con carácter exclusivo y excluyente,
de ahí que se exige una valoración conjunta, armónica y de acuerdo con las reglas de la sana crítica,
por lo que, una sola prueba no puede fundar por sí misma y de manera aislada o autónoma una
decisión, sino que, debe existir una interdependencia con las otras pruebas, de manera que el
argumento o los análisis relativos a la valoración de la prueba formen una cadena ininterrumpida de
todo el cúmulo probatorio, lo contrario implica la vulneración del debido proceso, por incumplimiento
de la razonable valoración de las pruebas’.
En el marco de lo señalado, esta Sala considera que respecto a la acreditación de un
impedimento físico como justificación de inasistencia a determinado acto procesal, para considerarse
legítimo no es preciso que necesariamente sea avalado o certificado por el médico forense; pues ello,
implica admitir la existencia de una prueba tasada que contradice el principio de libertad probatoria
como uno de los pilares en que se asienta el modelo procesal acusatorio vigente en nuestro
ordenamiento jurídico, y en consecuencia, no permite que la autoridad jurisdiccional en apego a su
sano criterio y experiencia, asuma convicción de dicho impedimento, ya sea alejándose del criterio
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
médico forense y admitiendo la opinión de un médico particular o viceversa, o en base a la
ponderación de ambos se pronuncie admitiendo o rechazando la legitimidad del impedimento alegado.
En todo caso -como se dijo-, ello dependerá del sano criterio de la autoridad jurisdiccional
que en virtud del principio de libertad probatoria determina en cada caso, si el aval del médico
forense resulta necesario o no para asumir convicción, o de ser presentados los criterios de un médico
particular y uno forense, en base a su prudente arbitrio se incline de forma motivada y fundamentada
por dar credibilidad a cualquiera de ellos o finalmente a ambos, pero de ninguna manera puede negar
la valoración del certificado médico particular solo porque este no está avalado por el médico forense.
Al respecto, la jurisprudencia constitucional asumió inicialmente que tratándose de
impedimentos físicos, el mismo solo podía ser acreditado por los médicos forenses del Ministerio
Público (SC 1768/2004-R de 11 de noviembre); sin embargo, en un entendimiento posterior, razonó
que tal exigencia resultaba un exceso, y que la autoridad jurisdiccional debía valorar el certificado
médico particular cuando este fuera presentado (SC 0845/2005-R de 27 de julio, reiterada por la SC
0578/2006-R de 20 de junio).
Estos dos entendimientos contrapuestos, fueron unificados a través de la SC 0164/2011-R,
que retomó la exigencia de la certificación médica expedida u homologada por el médico forense,
permitiendo que excepcionalmente podría prescindirse de éste en casos de lugares alejados y que no
cuentan con un médico forense, dada la premura y circunstancias en cada caso -en el mismo sentido,
la SCP 2594/2012 de 21 de diciembre-; dicho entendimiento fue refrendado por la SC 1845/2011-R de
7 de noviembre la que además de la exigencia del aval del médico forense para acreditar
impedimentos físicos de cualquiera de los sujetos procesales, estableció que dicho certificado debía
ser actualizado y presentado en original, así también la SCP 2064/2013 de 18 de noviembre.
Sin embargo, el desarrollo efectuado por la citada jurisprudencia ha instituido
contrariamente al principio de libertad probatoria que rige el procedimiento penal, una prueba tasada
de la cual el juzgador no puede apartarse en ocasión de valorar el impedimento físico del imputado
frente a una convocatoria a audiencia, dejando de lado la facultad del juzgador de valorar, en virtud a
su sano criterio y experiencia si el impedimento resulta legítimo o no.
Por ello, es conveniente reconducir el criterio expuesto, en aras de garantizar la naturaleza y
esencia del modelo procesal penal vigente, estableciendo que la autoridad jurisdiccional puede
apegarse si así lo considera su prudente arbitrio, justificando dicha decisión debidamente, ya sea al
certificado médico particular o al avalado por el médico forense, o ambos, pero en ningún caso podrá
arbitrariamente negar la valoración del primero solo por el hecho de no estar avalado por un médico
forense.
No obstante lo anterior, se aclara que ello no implica una negación de la facultad que tiene
la autoridad jurisdiccional, cuando así lo considere necesario, para requerir de oficio un
pronunciamiento del médico forense acreditado por el Ministerio Público, para la comprobación de
hechos mediante orden judicial, conforme lo prescribe el art. 75 del CPP, concordante con los arts.
83.1 y 85.1 de la Ley Orgánica del Ministerio Público (LOMP)’”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0854/2017-S2
Sucre, 21 de agosto de 2017
La Sentencia Constitucional Plurinacional 0014/2012 de 16 de marzo señala: “…En coherencia con la
línea jurisprudencial señalada, se tiene que el análisis de los elementos previstos en el art. 239.1 en el
marco de lo establecido en el art. 398, que realice el tribunal de alzada a tiempo de resolver en
apelación la solicitud de detención preventiva debe ser en forma motivada y con una valoración
objetiva e integral de la prueba aportada por ambas partes procesales.
Así lo estableció la SC 0568/2007-R de 5 de julio, citando a la SC 1249/2005-R de 10 de octubre, en
un caso en el que tanto el Juez cautelar como el Tribunal a quem no expresaron los fundamentos que
permitiesen inferir de manera objetiva que los imputados no habían desvirtuado, a tiempo de solicitar
cesación de la detención preventiva, la inexistencia de riesgo de fuga y/o obstaculización de la
averiguación de la verdad, con el siguiente precedente:’…el análisis integral de los nuevos elementos
presentados por el imputado para obtener la cesación de la detención preventiva, no sólo alcanza al
juez cautelar, sino también al tribunal que conozca en apelación la resolución que conceda o rechace
la cesación de la detención preventiva, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP,
las medidas cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo,
modificadas, ello no significa que el tribunal de apelación cuando determine revocar la concesión o
rechazo de la cesación de la detención preventiva, esté exento de pronunciar una resolución lo
suficientemente motivada y de la necesidad de realizar una valoración integral de los nuevos
elementos presentados por el imputado, expresando si los mismos destruyen o no los motivos que
fundaron la detención preventiva’.
«… al resolver la cesación de la detención preventiva, el Juez de Instrucción debe considerar si con
los nuevos elementos de juicio el imputado logra destruir o modificar sustancialmente los motivos que
fundaron la detención preventiva, y de no darse esa situación, el Juzgador rechazará la solicitud, pero
para ello es necesario que su determinación contenga una explicación motivada de las razones por las
cuales persisten los motivos que fundaron la detención preventiva, condición que también se aplica al
Tribunal de alzada que pudiese conocer en revisión la determinación asumida por el Juez a quo, pues
el Juez o Tribunal de apelación de igual forma debe pronunciar una resolución lo suficientemente
motivada, realizando una valoración integral de los nuevos elementos presentados por el imputado,
expresando si los mismos destruyen o no los motivos que fundaron la detención preventiva».
En ese mismo sentido está la SC 1147/2006-R de 16 de noviembre, al determinar: ‘ …la resolución
que resuelva la solicitud de cesación de la detención preventiva debe reunir las condiciones de validez,
para ello la autoridad judicial competente a tiempo de contrastar los nuevos elementos presentados
por el imputado, deberá fundamentar la decisión de conceder o rechazar la solicitud de cesación de la
detención expresando los motivos de hecho y de derecho en que funda su determinación, los cuales
deben obedecer a criterios objetivos, exponiendo el valor otorgado a los medios de prueba
presentados y sujetando su análisis a los presupuestos que fundaron la detención preventiva del
imputado, la fundamentación que no puede ser reemplazada por la simple relación de los documentos
o la mención de los requerimientos de las partes, sino las razones jurídicas que justifican la decisión
adoptada’.
Por su parte, la SC 1147/2006-R, respecto a qué debe entenderse por valoración objetiva e integral de
los elementos probatorios en la cesación de detención preventiva, señaló:«…no debe tomar un solo
elemento de los previstos en los arts. 234 y 235 CPP, para sostener su decisión de rechazo, sino que
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
debe valorar todos los elementos y finalmente decidir en la forma que sea menos gravosa para el
imputado, lo que no implica que por ello, ponga en riesgo el desarrollo del proceso y la averiguación
de la verdad, pues si bien éste es de relevancia cuando se les presenta una solicitud de cesación, no es
menos cierto que, la libertad según el mismo Código adjetivo penal en su art. 221, sólo puede ser
restringida cuando es realmente necesaria y en todo caso, como ya se estableció en caso de duda,
también el art. 7 del mismo cuerpo legal dispone que: ´Cuando exista duda en la aplicación de una
medida cautelar o de otras disposiciones que restrinjan derechos o facultades del imputado, deberá
estarse a lo que sea más favorable a éste…».
A lo señalado y, en coherencia con dicha línea jurisprudencial, se añade que cuando se trata de la
valoración objetiva e integral de los elementos probatorios en la cesación de detención preventiva al
amparo del art. 239.1 del CPP, es deber del juez y también del tribunal de alzada tomar en cuenta en
forma integral los nuevos elementos de juicio aportados por el imputado que demuestran que no
concurren los motivos que fundaron se disponga su detención preventiva o existen otros que tornen
conveniente sustituirla por otra medida; y los aportados como prueba por la parte acusadora o
víctima que acreditan que tales motivos subsisten, exigencia que está prevista en la ley, conforme lo
establece el párrafo segundo del art. 234 del CPP, respecto al peligro de fuga que establece que para
decidir acerca de su concurrencia, se realizará una evaluación integral de las circunstancias
existentes, teniendo igual redacción el art. 235 del CPP, respecto al riesgo procesal de peligro de
obstaculización.
Ello, en razón a que para acordar y mantener una detención preventiva hay que valorar todas las
circunstancias que concurren en cada caso, teniendo en cuenta el criterio favorable al derecho a la
libertad personal o física. En efecto, para que una resolución judicial de detención preventiva o de
rechazo de cesación a la detención sea fundada en derecho, debe pronunciarse cuidadosamente
evaluando todas las circunstancias concurrentes en el caso, es decir, toda la prueba disponible en el
momento en que ha de adoptarse la decisión que hubiere sido aportada por las partes, por lo que no
podrá fundarse una resolución judicial basándose únicamente en una circunstancia existiendo otras
que puedan confirmar la inexistencia de los peligros de fuga y obstaculización.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conductas señaladas han de ser perseguibles de oficio por el Estado a través del Ministerio
Fiscal (de acción pública) y cuáles a instancia de parte (de acción privada), y dentro de ellos,
en qué supuestos la acción pública puede convertirse en privada (conversión de acciones).
Sobre el particular, un sector de la doctrina se inclina por proclamar el reconocimiento
de un derecho subjetivo penal de la víctima, ofendidos y perjudicados por el delito,
bajo la idea de que la adjudicación de la acción penal al Ministerio Público ha
provocado la ‘expropiación de los derechos subjetivos penales’ (Montero Aroca);
determinando -como una de sus consecuencias más graves- no ya que la víctima, el
ofendido y el perjudicado por el delito, no tengan derecho material a que se imponga una
pena al autor del mismo, sino que ni siquiera tengan derecho procesal a instar del órgano
judicial la persecución del delito.
La postura en análisis admite que no puede negarse que el reconocimiento de
legitimación a los particulares para instar la incoación de un proceso penal, supone
riesgos, como la utilización de la acción por razones de venganza o chantaje; sin
embargo, considera que tales riesgos no son excesivos al estar ampliamente
justificados por tratarse de una apuesta por la libertad y por la participación de los
ciudadanos en los intereses generales, además de ser una opción política a favor de la
responsabilidad de los ciudadanos y en contra de los monopolios del Estado.
En sentido inverso, la otra corriente postula que la persecución de los delitos debe ser
monopolio exclusivo del Estado, al igual que la determinación de las conductas
punibles y sus sanciones, bajo la idea de que la persecución de los mismos
ofendidos, perjudicados o víctimas, determinaría la vuelta a la venganza privada, con
las consecuencias graves para la coexistencia social que ello determinaría.
La opción política asumida por el Estado Boliviano se ubica en el justo medio…” (SC
0803/2003-R de 12 de junio).
En ese contexto, de una interpretación teleológica, sistemática y práctica del art. 76 del CPP,
respecto al reconocimiento de la condición de víctima dentro de un proceso penal, se debe
partir del hecho de que dicho extremo que constituye no otra cosa que el reconocimiento de
un derecho subjetivo que repercutirá directamente en el proceso penal, pues de acuerdo a
nuestro marco legislativo, la definición de dicha condición habilita a la misma a intervenir en
el proceso penal ya como sujeto o parte procesal.
Así, el tenor del mencionado art. 76, prescribe que:
“Se considera víctima:
1) A las personas directamente ofendidas por el delito;
2) Al cónyuge o conviviente, a los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad, al hijo o padre adoptivo y al heredero testamentario, en los delitos cuyo
resultado sea la muerte del ofendido;
3) A las personas jurídicas en los delitos que les afecten; y,
4) A las fundaciones y asociaciones legalmente constituidas, en aquellos delitos que afecten
intereses colectivos o difusos, siempre que el objeto de la fundación o asociación se vincule
directamente con estos intereses”.
De la afirmación precedente se establece que, el reconocimiento de la condición de víctima,
al igual que en el caso resuelto por la jurisprudencia constitucional citada, obedece a una
decisión legislativa que a su vez supone la toma de posición respecto de la política criminal
asumida por el Estado boliviano (SC 1036/2002-R), la cual en observancia de ese “justo
medio” descrito por la jurisprudencia constitucional, restringe el concepto de víctima a los
[111]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuatro supuestos descritos previamente, a cuya comprensión individual (de un supuesto) no
será posible arribar sino es a través de una interpretación sistemática respecto de uno o más
de los supuestos restantes.
Así, para determinar el alcance del supuesto contenido en el inciso 2 del mencionado art. 76
del CPP, resulta necesario analizar previamente, el supuesto descrito por el inciso 1 del
mismo articulado que refiere que se considera víctima: “a las personas directamente
ofendidas por el delito”, asumiendo que dicha prescripción determina que la víctima en
sentido estricto, es aquella persona que puede ser identificada sin la necesidad de anteponer
ningún otro elemento, razonamiento o ejercicio deductivo, y es quien sufre en persona
(ofendido) las consecuencias del delito cometido, independientemente de que el mismo se
halle probado o sus autores identificados.
En ese sentido, el inciso 2 del citado art. 76 del CPP, al establecer que se considerará
víctima “[a]l cónyuge o conviviente, a los parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, al hijo o padre adoptivo y al heredero testamentario,
en los delitos cuyo resultado sea la muerte del ofendido”, asume por un lado que en los
casos de delitos cuyo resultado sea la muerte del (directamente) “ofendido”, en los alcances
referidos precedentemente, su cónyuge o conviviente o los parientes consanguíneos o afines
en los grados referidos, que le sobreviven, asumen las consecuencias directas de su
cónyuge, conviviente, pariente (consanguíneo o afín), de cujus fallecido. Advirtiendo que la
misma relación se da en los supuestos restantes, pero con las implicancias propias que no
corresponden ser desarrolladas en el presente fallo.
Por tanto, la comprensión del supuesto descrito en el art. 76 inc. 2) del CPP, implica por un
lado la condición sine qua non de que el o los delitos en cuestión, conlleven la afectación de
la vida como bien jurídico tutelado por el o los respectivos tipos penales imputados o
acusados (tales como homicidio, asesinato, entre otros), y por otro, que de esa afectación
consumada, el cónyuge o conviviente, los parientes en los grados descritos, y otros referidos
por la norma referida, ostenten tal calidad respecto del fallecido, a quien le sobreviven.
Así, este Tribunal en un caso sometido a su conocimiento, determinó que la accionante
carecía de legitimación activa para interponer una acción de amparo constitucional,
cuestionando precisamente su condición de víctima: “…Por si el recurrente, o su
representada, pretendan ampararse en lo establecido por el art. 76 inc. 2) del CPP a los
efectos de que esta última sea tomada en cuenta en su calidad de víctima de los delitos que
se procesaban, como ha ocurrido con motivo de la sustanciación del proceso que ha
originado el recurso, se tiene que si bien esta disposición legal efectivamente reconoce
este carácter, entre otros, a la concubina, su parte in fine aclara que tal
reconocimiento lo es en delitos cuyo resultado sea la muerte del ofendido, lo que
obviamente no ha ocurrido en el presente caso, pues se trata de delitos de estafa y
extorsión; tampoco es de aplicación el párrafo tercero del art. 78 del CPP ya que no
estamos frente a un caso de incapacidad temporal de la víctima…” (SC 0999/2006-R la cual
a su vez citó la SC 1813/2003-R)
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
proporcionalidad y cumple con la finalidad de la pena relativo a la posibilidad de la
reinserción social del imputado
AUTO SUPREMO Nº 538/2015-RRC
Sucre, 24 de agosto de 2015
Delitos: Tentativa de Asesinato, Allanamiento de Domicilio o sus dependencias,
Robo, Robo Agravado, Secuestro y Daño Calificado.
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: (…) no se pronunció sobre el fondo de los puntos
cuestionados en el recurso de apelación restringida del acusador particular,
asumiendo una postura evasiva que impide conocer si efectivamente la
determinación judicial expresada en la Sentencia relativo a la imposición de la pena,
se encuentra justificada de acuerdo al principio de proporcionalidad y cumple con la
finalidad de la pena relativo a la posibilidad de la reinserción social del imputado.
Labor de control y constatación que no fue ejercida por el Tribunal de apelación,
como tampoco la posibilidad de advertir, si los criterios para proceder a modificar el
quantum de la pena encuentran su fundamento conforme establece la parte in fine
del primer párrafo del. art. 414 del CPP, de modo que los criterios para la fijación de
la pena establecidos en los arts. 38, 39 y 40 del CP, carecen de fundamentación, así
como las consecuencias derivadas de la comisión de dos o más delitos, que
representan la existencia de concurso real conforme previene el art. 45 del CP, que
en definitiva no permiten establecer si la sanción atribuida se encuentra dentro de
los límites legales, aspectos que ciertamente contrarían los precedentes invocados
por el recurrente a cuya doctrina no se encuadra la Resolución recurrida, que
igualmente constituye defecto absoluto al tenor del art. 169 inc. 3) del CPP que
amerita en aplicación del art. 419 del citado Código, dejar sin efecto el Auto de Vista
recurrido, para que las omisiones observadas sean subsanadas.
Descriptor: Labor de control sobre la imposición de la pena
Restrictor: Tribunal de alzada debe verificar que se encuentra justificada de
acuerdo al principio de proporcionalidad y cumple con la finalidad de la pena
relativo a la posibilidad de la reinserción social del imputado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
condiciones de validez (error in procedendo); de ello se desprende que la labor de los
tribunales de apelación está vinculada en su ámbito de decisión al control y la
revisión de que la sentencia de grado posea fundamentos suficientes sobre la
valoración de la prueba, su coherencia, orden, idoneidad a los principios de la sana
crítica, motivación eficaz, y que ofrezcan en consecuencia certidumbre sobre la
decisión de condena o absolución según el caso.
En ese contexto el Tribunal de alzada al resolver el recurso de apelación restringida,
tiene el deber de ejercer el efectivo control de la valoración de la prueba
realizada por el Juez o Tribunal de Sentencia, a efecto de constatar si se ajusta a
las reglas de la sana crítica y que se halle debidamente fundamentada; sin embargo,
esto no supone un reconocimiento a la posibilidad de que aquel Tribunal pueda
verter argumentos sin la debida fundamentación, ni ejercer su labor de control sin
verificar que la valoración desplegada por el juzgador tuvo como punto de partida los
hechos acusados y que estos estuvieron correctamente relacionados a la emisión del
fallo; es decir, comprobar la correcta congruencia en el proceso de la valoración de la
prueba con respecto a los hechos acusados, y consecuentemente en la emisión de la
sentencia; porque de hacerlo desconocería el principio de congruencia, incurriendo
en un defecto absoluto no susceptible de convalidación emergente de la vulneración
de los derechos a la defensa y al debido proceso.
[114]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Bajo este razonamiento, el Código de Procedimiento Penal, establece los casos en los cuales, los
fiscales a cargo de una investigación, pueden ordenar aprehensiones; limitándolos únicamente a dos
posibilidades. La primera establecida por el art. 224 del CPP, el cual dispone que: “Si el imputado
citado no se presentara en el término que se le fije, ni justificara un impedimento legítimo, la
autoridad competente librara mandamiento de aprehensión”.
De la norma glosada se tiene que necesariamente debe existir una citación, ahora bien, del análisis
teleológico de la misma, se tiene que su finalidad (hablando aún de la citación), es poner en
conocimiento del interesado, sobre el inicio de una investigación ya sea de oficio, por denuncia o
querella; no constituye una medida cautelar, sino que es simplemente una forma de comunicación
procesal que asegura la comparecencia del procesado ante el órgano encargado de la investigación a
efectos que preste su declaración informativa; el incumplimiento injustificado a dicha citación, da
lugar a la aprehensión.
Respecto a esta forma de aprehensión, la SC 1480/2004-R de 13 de septiembre, reiterada por la SC
0027/2005-R de 7 de enero y la SCP 0892/2014 de 14 de mayo, entre otras, señaló lo
siguiente: “El sistema procesal penal vigente, concretamente, el art. 97 del CPP, exige que en la etapa
preparatoria el denunciado prestará declaración ante el Fiscal, previa citación formal, disposición
legal que es de inexcusable cumplimiento, en cuya virtud, el Fiscal, como director de la
investigación, debe disponer la citación personal del imputado a objeto de asegurar que éste tome
conocimiento de la denuncia que pesa en su contra, a fin de garantizar su derecho a la defensa y sólo
en caso de que el citado no se presentare en el término que se le fije, ni justificara un impedimento
legítimo, el Fiscal podrá librar mandamiento de aprehensión, de acuerdo a los dispuesto por el art.
224 del CPP, caso contrario, la aprehensión ordenada resulta ilegal” (las negrillas son añadidas).
De lo señalado, es posible concluir que la facultad conferida por el Código de Procedimiento Penal a
los fiscales para ordenar la emisión de mandamientos de aprehensión se limita a dos posibilidades que
ya hemos desarrollado; empero debe cumplir con las formalidades de ley entre las que se encuentra la
citación en observancia del art. 163 del CPP.
LAS CONDUCTAS DE LOS IMPUTADOS NO SE SUBSUMEN AL TIPO PENAL
ATRIBUIDO
AUTO SUPREMO Nº 045/2016-RRC
Sucre, 21 de enero de 2016
Delitos: Desobediencia a Resoluciones en Procesos de Habeas Corpus y Amparo Constitucional
[115]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En este particular motivo, invocan el Auto Supremo 593 de 26 de noviembre de
2003, pronunciado dentro de un proceso seguido en materia de Sustancias
Controladas, que estableció la siguiente doctrina: “Que, conforme a la normativa
legal vigente, la apelación restringida, por su naturaleza y finalidad, es esencialmente
de puro derecho y en su análisis el Tribunal no puede retrotraer su actividad
jurisdiccional a circunstancias, hechos y pruebas fácticas que ya fueron sometidas al
control oral, público y contradictorio por el órgano judicial de sentencia,
consecuentemente no existe la doble instancia y el Tribunal de alzada se encuentra
obligado a ajustar su actividad jurisdiccional a los siguientes aspectos: Anular total o
parcialmente la sentencia, ordenando la reposición del juicio por otro Juez o Tribunal,
cuando no sea posible reparar directamente la inobservancia de la ley o su errónea
aplicación; cuando la nulidad sea parcial, se indicará el objeto concreto del nuevo
juicio; y cuando sea evidente que para dictar una nueva sentencia no es necesaria la
realización de un nuevo juicio, resolverá directamente.
Consecuentemente; en aquellos supuestos en que el Tribunal de alzada
comprueba la inobservancia de la ley o su errónea aplicación; por cuyo
motivo tenga la convicción plena de la inculpabilidad del imputado, no es
pertinente anular totalmente la sentencia y disponer abrir nuevo juicio; sino
dar cumplimiento a la última parte del art. 413 del Código de Procedimiento
Penal, esto es, dictar directamente una nueva sentencia, definiendo la
situación jurídica del imputado.
El control del debido proceso y la actividad jurisdiccional en casos extremos, como el
presente, amerita al Supremo Tribunal abrir su competencia de oficio, con el único
objeto de enmendar omisiones o errores procesales, que afecten las garantías y
derechos constitucionales y pongan en riesgo el sistema procesal penal.”
Ahora bien, de la revisión del precedente se tiene que en aquel proceso, la Sentencia
condenó al imputado, siendo anulada dicha resolución en apelación junto con la
determinación de abrir un nuevo juicio, ante lo cual el Fiscal de Materia de
Sustancias Controlas recurrió de casación, advirtiendo este Tribunal que en la parte
considerativa del fallo impugnado, el Tribunal de alzada llegó a la convicción de
que el imputado cuando fue detenido en la Avenida América no estaba
suministrando sustancias controladas; en cuyo mérito, llegó a la conclusión de que
no estaba probado el delito endilgado, advirtiendo también que la Sentencia estaba
basada en los antecedentes policiales y penales del imputado, sobre todo en su
condición de adicto a la droga, por lo que en el precedente se estableció la existencia
de incongruencia entre la parte considerativa y la resolutiva del auto recurrido, por
no guardar la simetría necesaria entre los razonamientos esbozados en la parte
considerativa y la dispositiva; concluyéndose que al no haberse probado el
suministro de sustancias controladas, no había necesidad de anular la Sentencia,
cuando en su lugar debió dictarse nueva Sentencia resolviendo conforme la
previsión del art. 413 del CPP; lo que implica, que la doctrina establecida en el
precedente determinó aspectos de carácter netamente procesal, destacando una de
las facultades que tiene el Tribunal de alzada en la resolución de los recursos de
apelación restringida, ante la evidencia de falta de elementos de prueba respecto al
delito endilgado.
[116]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Precisado el ámbito de análisis del presente recurso y el contenido del Auto Supremo
citado como precedente contradictorio, se puede constatar que los recurrentes en su
apelación restringida, expresamente dejaron establecido en su denuncia, la
inexistencia de elementos constitutivos del tipo penal y que no se habría
individualizado al sujeto activo del delito endilgado; motivo por el cual, el Tribunal
de alzada, ante estos reclamos, respondió previa referencia al art 179 Bis del CP,
que el sujeto activo es el “funcionario o particular” (sic), deduciendo que el tipo
penal no es propio de autoridades o funcionarios, ya que expresamente refiere que
también pueden ser cometidos por particulares, estableciendo además, que no se
debe olvidar que la responsabilidad penal es intuito personae y que no influyó en la
responsabilidad de ambos imputados, el hecho de que hubiesen cometido el delito
en ejercicio de sus funciones y que posteriormente a la fecha de la emisión de la
Sentencia Constitucional ya no fungían como autoridades, concluyendo que no fue
evidente la inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva.
Del análisis del precedente invocado, se constata que si bien emitió doctrina legal
aplicable generada por la evidencia de la no existencia de prueba fehaciente de la
comisión del delito de suministro de sustancias controladas; no se está ante una
situación de hecho similar en los términos exigidos por el art. 416 último párrafo del
CPP que preceptúa: "Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una
situación de hecho similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista
recurrido no coincida con el del precedente sea por haberse aplicado normas
distintas o una misma norma con diverso alcance" y respecto al cual, este Tribunal
a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de diciembre, puntualizó: "Cuando
la norma se refiere a una situación de hecho similar, considera esta Sala que el
legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo necesario precisar que en
materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que el hecho analizado sea
similar; en cambio, en material procesal el supuesto fáctico análogo se refiere a una
problemática procesal similar”; pues en el precedente el Tribunal de alzada ante la
evidencia de falta de prueba del delito atribuido y al no existir prueba convincente
para la condena del imputado, debió dar aplicación al art. 413 del CPP; mientras
que en el presente caso, los recurrentes denuncian que no existe elementos
constitutivos del tipo penal por el que fueron condenados, por no subsumirse sus
conductas al delito de Desobediencia a Resoluciones en Procesos de Habeas Corpus
y Amparo Constitucional al no ser sujetos activos del ilícito endilgado; y, que no se
hubiere generado el incumplimiento de la SC 72/2002-R de 21 de enero,
cuestionando que el Tribunal de alzada no hubiese identificado correctamente al
sujeto activo.
Más aun, cuando de la revisión del Auto de Vista, se corrobora que no es evidente
que el Tribunal de alzada haya llegado a la convicción de que no se haya probado
que los imputados no hubiesen cometido el delito; por el contario, la Sala Penal
Primera, llegó a la convicción de que los imputados son autores de la comisión del
delito de Desobediencia a Resoluciones en Procesos de Habeas Corpus y Amparo
Constitucional, situación ésta por la que desestimó su apelación, declaró
improcedente el recurso de apelación restringida formulado por los imputados y
finalmente confirmó la Sentencia Condenatoria.
[117]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En consecuencia, el sentido jurídico asignado en el precedente invocado, no es
contrario al Auto de Vista impugnado; toda vez, que el Auto Supremo 593/2003 de
26 de noviembre, partió del hecho de que no se probó que el imputado habría estado
suministrando sustancias controladas, y en base a ese entendimiento y
evidenciando incongruencia entre la parte considerativa y la resolutiva del auto
impugnado, con ese razonamiento y conforme al art 413 última parte del CPP,
concluyó en la concurrencia de la infracción del art. 370 inc. 8) de la misma norma
adjetiva penal; y, en ese ámbito, es que dispuso la doctrina legal aplicable en sentido
de que no es pertinente anular totalmente la Sentencia y disponer nuevo juicio; sino,
dar cumplimiento a la última parte del art. 413 del CPP; es decir, dictar
directamente una nueva Sentencia, definiendo la situación jurídica del imputado,
problemática que no coincide con el presente caso, ya que la denuncia de los
recurrentes está orientada a que sus conductas no se subsumen al delito de
Desobediencia a Resoluciones en Procesos de Habeas Corpus y Amparo
Constitucional, porque se habría dado cumplimiento a la SC 72/2002-R de 21 de
enero, habida cuenta que las facturas habrían sido presentadas en octubre del 2003
y que los imputados ya no estarían en sus funciones, aspecto valorado por el
Tribunal a partir de la precisión efectuada en cuanto al sujeto activo del delito
atribuido en la presente causa.
En conclusión, la ausencia de similitud fáctica y jurídica del precedente
contradictorio invocado con el Auto de Vista impugnado, determina la inexistencia
de la contradicción alegada por los recurrentes en casación, razón por la cual, el
motivo deviene en infundado.
[118]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la nueva concepción filosófica del proceso penal; entre ellas, el precedentemente desarrollado
principio de continuidad de la audiencia del juicio oral que concibe la realización de los actos
propios del juicio de manera ininterrumpida en sesiones consecutivas hasta su conclusión
como regla expresa que materializa el principio señalado; regla que como se estimó,
encuentra excepciones a este principio procesal en la suspensión de la audiencia del juicio
por causas expresamente regladas en el art. 335 del CPP; pero, además con un tiempo
máximo de suspensión establecido en el primer párrafo del artículo 336 del mismo cuerpo
legal.
Siendo obligación inexcusable el demostrar objetivamente la vulneración de derechos
fundamentales para disponerse la nulidad de actos procesales, para lo cual, el tribunal de
alzada a tiempo de resolver el recurso de apelación restringida fundada en la infracción del
principio de continuidad del juicio oral, deberá realizar el examen y ponderación de todas; y,
cada una de las determinaciones de receso y suspensión de audiencias dispuestas por la
autoridad jurisdiccional en el caso concreto, para establecer de manera fundada y motivada si
se transgredió o no el principio de continuidad, para ello en principio debe verificar y
examinar la clase; y, la medida de esas demoras a efecto de valorar si la demora afecta al
principio de inmediación, sea por evidenciarse la dispersión de la prueba o bien porque la
demora imposibilitó al Tribunal de juicio pronunciar la sentencia de mérito, en base a la
relación directa tenida con la prueba, teniendo un efecto determinante en el fallo.
Toda Resolución dictada en Apelación y en lo que concierne a la decisión de disponer la
anulación del juicio y su Reposición por otro Tribunal, debe estar debidamente fundamentada
y motivada, lo que obliga al juzgador a exponer todos los fundamentos de hecho y de
derecho en la parte de fundamentación jurídica que haga comprensible las razones de la
decisión; por cuanto, responde al cumplimiento de deberes esenciales del Juez, que a su vez
implican el respeto de derechos y garantías fundamentales de orden procesal expresamente
reconocidos a los sujetos procesales.
Razonamientos similares han sido esgrimidos por la extinta Corte Suprema de Justicia, en el
Auto Supremo 93/2011 de 24 de marzo, señalando: “A fin de evitar la desnaturalización del
proceso y desconocimiento de principios que rigen nuestro actual sistema procesal penal
deberán los Tribunales de Justicia en relación al principio de continuidad del juicio oral
establecer correctamente los motivos que justifican la determinación de recesos de la
audiencia del juicio oral de las causas que motivan la suspensión de la misma, pues los
efectos son distintos para cada una de las razones de interrupción de la audiencia del juicio
oral.
En lo que hace a los recesos de la audiencia del juicio oral como causa de interrupción de la
misma, los Tribunales deberán considerar en atención al principio de continuidad la
reanudación inmediata del juicio en las horas hábiles posteriores a la determinación del
receso y ante la imposibilidad fáctica de hacerlo en espacios cortos de tiempo justificar en
derecho dicha imposibilidad, consecuencia de ello, la reanudación de audiencias que no son
inmediatas en tiempo en relación a la última actuación, no implica la infracción per se del
principio de continuidad si existe motivo legítimo que impide la reanudación inmediata de la
audiencia del juicio oral y se encuentra debidamente justificada en causas de fuerza mayor y
dentro del plazo máximo establecido para la suspensión de audiencias, ocurriendo lo propio
cuando se trate del señalamiento de nueva audiencia por los motivos de suspensión que
sobrepasen los diez días fundados en circunstancias de fuerza mayor debidamente
fundamentadas que justifiquen dejar en suspenso el plazo establecido en el artículo 336 del
Código de Procedimiento Penal, por lo que el Tribunal de Alzada a tiempo de resolver el
[119]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
recurso de apelación restringida fundada en la infracción del principio de continuidad del
juicio oral, deberá realizar el examen de todas y cada una de las determinaciones de receso y
suspensión de audiencias dispuestas por la autoridad jurisdiccional, para establecer si en el
caso concreto se transgredió o no el principio de continuidad” . Argumentos que fueron
compartidos y recogidos por este Tribunal Supremo de Justicia en los Autos Supremos 106 de
25 de febrero de 2011, 037/2013 de 14 de febrero, 640/2014-RRC de 13 de noviembre, entre
otros.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que se impongan, se regirán por el principio de proporcionalidad. En ningún caso, afectarán al
interno más allá de lo indispensable, ni afectarán su salud física o mental. Para la imposición de una
sanción se considerarán, además de la gravedad de la falta, la conducta del interno durante el último
año’.
Es competente para imponer sanciones, suspenderlas o dar por cumplida su aplicación, sustituirla
por otra más leve, el Director del establecimiento penitenciario. La Resolución de la sanción debe ser
fundamentada, previa audiencia en la que se escuchará la acusación y la defensa del presunto
infractor; las sanciones por faltas graves y muy graves serán apelables ante Juez de Ejecución
Penal, dentro de los tres días de su notificación, sin recurso ulterior (arts. 122 y 123 de la LEPS). Las
sanciones serán cumplidas una vez ejecutoriada, sin perjuicio de disponerse las medidas necesarias
para evitar que el hecho produzca mayores consecuencias (art. 125 LEPS).
En consecuencia, la sanción disciplinaria no será ejecutada en tanto no haya sido resuelto el recurso
interpuesto por el interno ante el Juez de Ejecución Penal; en caso de que no ser interpuesto, hasta
que haya transcurrido el plazo para su impugnación. La imposición de las medidas necesarias para
evitar que el hecho produzca mayores consecuencias, no pueden ser las mismas de la sanción
disciplinaria, sino deben ser medidas menos gravosas” (las negrillas nos corresponden).
La jurisprudencia citada ha establecido que, el régimen disciplinario, tiene por finalidad, garantizar la
seguridad y la convivencia pacífica y ordenada de los internos, además de estimular el sentido de
responsabilidad y la capacidad de autocontrol, como presupuestos necesarios para la readaptación
social; asimismo, las sanciones disciplinarias que se impongan, deben ser regidas por el principio de
proporcionalidad, sin afectar al interno más allá de lo indispensable ni afectarán su salud física o
mental.
Además, la misma jurisprudencia, señaló que el director del establecimiento penitenciario es el único
competente para imponer y ejecutar la sanción disciplinaria al interno, esto una vez que se encuentre plenamente
ejecutoriada la resolución, en tanto no ocurra ello, la sanción disciplinaria no puede ser ejecutada mientras no
esté resuelto el recurso de apelación.
[121]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sentencia, debe efectuarse en el plazo máximo de tres días posteriores al
pronunciamiento de la parte dispositiva, el quebrantamiento de la citada norma, no
es causal de pérdida de competencia ni nulidad de lo actuado, conforme la precisión
contenida en el Auto Supremo 45/2012 de 22 de marzo, que señaló: "En
obse1Vancia a los derechos al debido proceso y a una justicia pronta, oportuna y sin
dilaciones, reconocidos por el art. 115.11 de la Constitución Política del Estado, los
Jueces y Tribunales de Justicia están obligados a sustanciar y resolver los procesos
en los plazos establecidos por Ley; de manera específica, los Jueces y Tribunales de
Sentencia, competentes para conocer la etapa del juicio dentro del proceso penal,
una vez agotadas las distintas actuaciones propias del acto del juicio, procederán
conforme al art. 361 del CPP, a dar lectura sólo de la parte resolutiva de la
Sentencia en los supuestos de complejidad del proceso o lo avanzado de la hora,
difiriendo la redacción y lectura íntegra de la Sentencia, señalando audiencia al
efecto a realizarse en el plazo máximo de tres días posteriores al pronunciamiento de
la parte dispositiva; empero, el incumplimiento de este plazo no acarrea la pérdida
de competencia menos la nulidad de lo actuado, sino da lugar a la responsabilidad
disciplinaria y penal del funcionario negligente conforme determina el art. 135 del
CPP; entendimiento que, se funda en el interés de las partes procesales, al no
resultar justo erogar/es mayores perjuicios cuando la negligencia es responsabilidad
del órgano jurisdiccional' (las negrillas no cursan en el original); en cuyo mérito, al
no ser evidente la concurrencia de defecto absoluto, el recurso de casación sujeto al
presente examen deviene en infundado.
Descriptor: Lectura integra de la Sentencia
Restrictor: Incumplimiento del plazo del art. 361 no se constituye en defecto
absoluto ni acarrea la pérdida de competencia menos la nulidad de lo actuado
(reiteradora)
[122]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese sentido: ‘…la responsabilidad del personal subalterno de los juzgados y salas de las Cortes
Superiores de Distrito, no reúnen esa calidad o coincidencia para ser demandados, dado que son
funcionarios que se encuentran sometidos a órdenes o instrucciones impartidas por la autoridad
judicial; empero, establece la jurisprudencia que pueden ser demandados en los casos en los que
contrarían lo dispuesto por dicha autoridad o cometieran excesos en sus funciones que pudieran
vulnerar derechos fundamentales o garantías constitucionales. Así también dicho entendimiento fue
ampliado en sentido que si la autoridad judicial, conocedora el acto vulneratorio de derechos o
garantías no reconduce el procedimiento y lo convalida, se deslinda la responsabilidad del
funcionario subalterno’ (SC 1093/2010-R 27 de agosto de 2010).
En ese contexto el personal subalterno, que cumple funciones en los juzgados de la jurisdicción
ordinaria, no tienen legitimación pasiva para ser demandados en acciones tutelares, es decir, sus
actuaciones y desenvolvimiento de su trabajo encomendado, se encuentran subordinadas a las
órdenes del juez que imparte justicia, salvo en los casos que contrarían lo dispuesto por dicha
autoridad o cometieran excesos en sus funciones que pudieran vulnerar derechos fundamentales o
garantías constitucionales”. (las negrillas son nuestras).
LEGITIMACIÓN PASIVA DE FUNCIONARIOS SUBALTERNOS DEL ÓRGANO JUDICIAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1110/2017-S2
Sucre, 23 de octubre de 2017
La SCP 0427/2015 de 29 de abril, precisó que: “La acción de libertad es una garantía jurisdiccional
destinada a proteger los derechos a la vida, la libertad física y de locomoción contra acciones y
omisiones provenientes de servidores públicos y personas particulares que restrinjan, supriman o
amenacen de restricción o supresión a los derechos tutelados por la presente acción de defensa.
La naturaleza jurídica de la presente garantía jurisdiccional se encuentra establecida en el art. 125 de
la CPE, de cuyo precepto se extraen los principios rectores como el informalismo, que implica la
ausencia de requisitos formales en la presentación de la demanda; la inmediatez, por la urgencia en la
protección de los derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite caracterizado por su
celeridad; la generalidad, porque no reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa; y,
la inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial tenga contacto directo con la persona que
reclama la protección de sus derechos.
A partir de la identificación de los principios que rigen la acción de libertad y, fundamentalmente en
virtud a su naturaleza jurídica, se debe tener claramente establecido que la legitimación pasiva recae
sobre toda persona cuya acción u omisión se constituya en causal para la vulneración o amenaza en la
integridad y eficacia de los derechos tutelados por la presente acción de defensa; más aún, si el texto
constitucional deja abierta la posibilidad de dirigir la demanda inclusive contra personas
particulares; por consiguiente, en virtud al principio de generalidad, la presente acción de defensa no
reconocen fueros, privilegios ni inmunidades, por lo que es plenamente viable dirigir contra toda
persona, indistintamente si es particular o servidor público, sea este jurisdiccional o de apoyo judicial,
e incluso de orden administrativo, cual podrían ser funcionarios policiales o del régimen
penitenciario, solo a manera de ejemplo.
En consecuencia con lo manifestado líneas arriba, es posible afirmar que, las vulneraciones y las
amenazas de los derechos a la vida, la libertad física y de locomoción, no necesariamente deben ser
originadas como consecuencia del ejercicio de actos puramente jurisdiccionales, sino que, las
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
acciones y omisiones de carácter administrativo, también tienen o pueden tener la misma cualidad
para lesionar tales derechos. En este sentido, de acuerdo a la Ley del Órgano Judicial, los servidores
de apoyo judicial son: la conciliadora o el conciliador, la secretaria o el secretario, la o el auxiliar, y,
la o el oficial de diligencias, cuyas funciones y, particularmente sus obligaciones se encuentran
disciplinadas en los arts. 83 al 106 de la LOJ.
Ahora bien, a los fines de establecer la legitimación pasiva en la acción de libertad respecto a los
servidores de apoyo judicial, se debe tener presente que, si la vulneración de los derechos tutelados
por la presente acción de defensa emerge del incumplimiento o la inobservancia de las funciones y
obligaciones conferidas al personal de apoyo jurisdiccional en los preceptos legales procedentemente
referidos o del incumplimiento de las instrucciones u órdenes impartidas por el superior en grado,
dicho servidor público adquiere la legitimación pasiva por lo que es plenamente viable dirigir la
demanda contra ése funcionario, hasta establecer su responsabilidad si corresponde; habida cuenta
que, el acto ilegal no es necesariamente el resultado del ejercicio de la función puramente
jurisdiccional, sino que, las omisiones de carácter administrativo como: la falta o inoportuna
elaboración del cuadernillo de apelación, el incumplimiento de plazos para la remisión de
antecedentes al superior en grado, la falta o la inoportuna elaboración de actas, la falta o inoportuna
notificación a las partes, tratándose en especial de audiencias de consideración de medidas
cautelares, en fin, la inobservancia de las labores y obligaciones encomendadas al personal de apoyo,
tiene la capacidad de repercutir negativamente en el ejercicio de los derechos fundamentales y
garantías constitucionales del justiciable; sin embargo, el presente razonamiento no implica que el
Juez como autoridad revestida de jurisdicción deje al desamparo la dirección del juzgado, por cuanto
le asiste la facultad de impartir instrucciones al personal de apoyo judicial y de realizar el
seguimiento correspondiente, puesto que de no cumplirse las mismas también asume la
responsabilidad por ser la autoridad que finalmente tiene la responsabilidad del juzgado;
consiguientemente, el buen desempeño de las labores administrativas y jurisdiccionales involucra
tanto a los servidores de apoyo y principalmente a las autoridades judiciales propiamente dichas, de
ahí que las responsabilidades emergentes del incumplimiento de las funciones y obligaciones no
pueden centralizarse en una sola persona u autoridad, ya que cada servidor público tiene el deber de
desempeñar sus funciones en el estricto marco de las disposiciones normativas que regulan su labor,
más aún si de ello surge la lesión de los derechos objeto de protección de la presente garantía
jurisdiccional.
Con relación a la legitimación pasiva de los servidores de apoyo judicial, la jurisprudencia
constitucional, contenida en la SC 0332/2010-R de 17 de junio, sostuvo que: ‘Con relación a la
responsabilidad del personal subalterno de los Juzgados y Salas de las Cortes Superiores de Distrito y
Corte Suprema de Justicia, la jurisprudencia constitucional estableció que la administración de
justicia está encomendada a los órganos jurisdiccionales del Estado, de acuerdo con el art. 16.I, IV
CPE y art. 3 de la Ley de Organización judicial (LOJ); en consecuencia son los jueces los
funcionarios que ejercen esa jurisdicción entre tanto que los secretarios, actuarios y oficiales de
diligencias, no tienen facultades jurisdiccionales sino que están obligados a cumplir las órdenes o
instrucciones del Juez, emergentes de sus decisiones, por lo que no tienen legitimación pasiva para
ser demandados por cuanto no son los que asumen determinaciones de orden jurisdiccional dentro de
los procesos, salvo que incurrieran en excesos contrariando o alterando esas determinaciones de la
autoridad judicial’. Posteriormente, la SC 1279/2011-R de 26 de septiembre, estableció
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la excepción a la regla anterior, declarando lo siguiente: ‘El personal subalterno puede ser
demandado en los casos en los que contrarían lo dispuesto por dicha autoridad o cometieran
excesos en sus funciones que pudieran vulnerar derechos fundamentales o garantías
constitucionales; sin embargo si la autoridad judicial conocedora del acto vulneratorio de derechos
y garantías no reconduce el procedimiento y lo convalida, se deslinda la responsabilidad del
funcionario subalterno’; ahora bien, este Tribunal considera que el entendimiento asumido en ambas
Sentencias Constitucionales citadas, no guarda coherencia con el razonamiento plenamente
fundamentado contenido en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, puesto que conforme a
la explicación realizada, la presente acción constitucional puede ser dirigida incluso contra
particulares, entonces, con mayor razón podrá ser dirigida contra funcionarios de apoyo judicial o
incluso de orden administrativos, pues a partir del momento en que las leyes les imponen deberes, y
particularmente la Ley del Órgano Judicial en el caso de los funcionarios de apoyo judicial, son
sujetos de responsabilidad por el incumplimiento de esos deberes, tal es así, que pueden ser objeto
incluso de responsabilidad administrativa, civil o penal; consecuentemente, con mayor razón serán
responsables, y por tanto, tendrán legitimación pasiva para ser demandados por esta vía, cuando sus
actos u omisiones relacionados a sus deberes contribuyan o lesionen directamente derechos
fundamentales de las personas, siendo así, no se puede concebir el razonamiento expuestos en dichas
Sentencias que liberan de responsabilidad al funcionario de apoyo judicial, para cargar la misma
únicamente sobre el juzgador cuando éste no reconduce el procedimiento y lo convalida, puesto que, si
el incumplimiento de los deberes y funciones del personal de apoyo, no es reconducido por el juez,
corresponderá establecer responsabilidad en relación a ambos funcionarios; es decir, el juez y el
personal de apoyo judicial, cuyos actos u omisiones merezcan reproche en la vía constitucional.
En base a los fundamentos supra expuestos, el entendimiento generado en el presente acápite implica
cambio de línea jurisprudencial en relación a los razonamientos asumidos en las SSCC 0332/2010-R
de 17 de junio y 1279/2011-R de 26 de septiembre, en las que se estableció que los servidores de
apoyo judicial no tiene legitimación pasiva para ser demandados en las acciones de defensa”
LESIONES LEVES / La incapacidad constara de acuerdo a los días de impedimento
otorgados por el médico forense
AUTO SUPREMO Nº 799/2015-RRC-L
Sucre, 06 de noviembre de 2015
Delitos: Lesiones Leves
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Al respecto, es evidente que en el Auto de Vista a
momento de resolver el motivo apelado referido a la errónea aplicación de la ley
sustantiva (art. 271 del CP) en Sentencia; ha señalado que en el Considerando VI de
la referida Sentencia y demás acápites de análisis, se afirma que existe lesiones en el
cuerpo de la víctima y en la cara donde se le causo detrimento y molestia, como
consecuencia del hecho que provoco el presente proceso, generando un impedimento
de quince días, constituyendo una desproporción entre el motivo de la imputada (la
recuperación de los aretes supuestamente sustraídos por la víctima), la agresión y
sus resultados; que si bien la Juzgadora concluyo que el hecho se adecua al tipo
penal, reuniendo todos los elementos del delito de lesiones leves, argumenta en este
sentido que el significado de incapacidad va implícito en el certificado médico
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
forense, "impedimento legal", sin que este fundamento se haya limitado a ello como
aduce la recurrente, puesto que se explica que se menoscabó la imagen de la
víctima, ya que la lesión fue efectuada en el rostro, lugar visible que puede llevar
inclusive un trauma psicológico, vinculado al tiempo de curación estimado en
quince días con probable extensión por un tratamiento dermatológico a cuarenta y
cinco días, en consecuencia, advierte la objetividad del tiempo de incapacidad
determinada por la prueba pericial médica y que en el acto de subsunción se hace
presente este elemento constitutivo; por lo que no es evidente que el delito atribuido
a la acusada no haya reunido todos los elementos para aducir que ha existido una
errónea aplicación de la ley sustantiva (art. 271 del CP), en base a los argumentos
anteriormente disgregados, por cuanto al tratarse de lesiones leves, la incapacidad
constara de acuerdo a los días de impedimento; ahora bien, este daño que produce
la incapacidad extrañada por la ahora recurrente implica cualquier daño físico
temporal e intrascendental como el rasguño, lo que ha acontecido en el presente
caso, criterio compartido también en el Código Penal Concordado y Anotado de
Carlos Morales Guillen; aspectos que no han sido desvirtuados por la ahora
recurrente; en consecuencia, de acuerdo a lo esgrimido por el Tribunal de alzada
habiendo ejercido un control adecuado de la labor de la Juez, no contradice la
doctrina legal invocada por la recurrente, deviniendo el presente recurso en
infundado.
Indice por Materia:
Descriptor:
Lesiones Leves
Restrictor:
La incapacidad constara de acuerdo a los días de impedimento otorgados por
el médico forense
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
todos los elementos lícitos que puedan conducir al conocimiento de la verdad
histórica del hecho, mientras éstos no vulneren derechos fundamentales ni
garantías constitucionales y hubieren sido incorporados cumpliendo las
formalidades previstas en el ordenamiento legal vigente; lo que en la especie sucedió,
puesto que de la revisión de la acusación pública, se establece que la prueba
testifical fue ofrecida correctamente, no siendo evidente lo señalado por el
recurrente, en sentido que respecto al estado de ebriedad, el Ministerio Público
habría pretendido probar únicamente por la prueba científica; al contrario, cuando
una prueba es excluida, sin duda no podrá ser valorada ni basar la determinación
final; empero, con relación a los demás elementos probatorios, el Tribunal de mérito
está en la obligación de valorarlos de manera adecuada e integral; lo que ocurrió en
el caso concreto, en el que se analizaron y motivaron debidamente, en la
fundamentación de la Sentencia, el valor otorgado a cada medio de prueba
subsistente y legítimo que en efecto fue incorporado al proceso conforme a las
exigencias legales. Sería diferente que el grado alcohólico hubiere pretendido
demostrarse mediante la prueba testifical, que por sus características requiere en su
descubrimiento el apoyo de la ciencia, no resultando idóneo ni razonable hacerlo
mediante prueba testifical; sin embargo, la sintomatología del imputado, percibida
por los sentidos humanos de diferentes personas que presenciaron los hechos, fue
acreditada a través de declaraciones prestadas bajo los principios de contradicción e
inmediación y que conforme lo determinó el Tribunal de Sentencia resultaron
uniformes y contestes, constituyendo en consecuencia un medio idóneo que
demostró tal extremo al haberse observando las formas y condiciones previstas en la
Constitución Política del Estado y demás leyes vigentes, en resguardo al principio de
libertad probatoria; conclusión a la que arribó el Tribunal de apelación en su fallo y
que en definitiva, demuestra la falta de consistencia en lo denunciado y provoca que
el presente motivo sea declarado sin mérito.
Indice por Materia:
Descriptor:
Libertad Probatoria
Restrictor:
Estado de ebriedad de una persona no sólo es acreditable a través de prueba
científica a diferencia de la comprobación del grado alcohólico que requeriría
de prueba científica
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
expuestos y debatidos en la acusación y posterior desarrollo del proceso penal y la existencia
comprobable de una conducta antijurídica, típica y culpable, respectivamente.
Si bien -con límites- es admisible que en sentencia se otorgue una calificación jurídica distinta
a la efectuada en la acusación, o bien, se agrave o disminuya la pena a imponerse, en virtud
a los derechos a la defensa y de congruencia, se restringe el principio iura novit curia
circunscribiendo su aplicación únicamente a los hechos investigados en el proceso penal, de
modo que no induzca al imputado a un estado de indefensión, ni a la parte contraria se le
prive de una eficaz intervención en el cometido de obtener justicia. Así, a modo de no
transgredir la garantía del debido proceso, en su elemento del derecho a la defensa, ni el de
congruencia, es necesario definir los alcances del principio iura novit curia a la concurrencia
de las siguientes condiciones:
1) En virtud a la unidad del objeto procesal entre la acusación y la sentencia, la autoridad
juzgadora puede variar la calificación legal inicialmente efectuada, cuando no implique la
añadidura de hechos que no hubieran sido sometidos a averiguación ni investigación en el
proceso penal; de modo que, no pueda calificarse de “sorpresiva” la modificación del tipo
penal imputado, pese a tener diferentes elementos constitutivos, versa sobre igual
condicionamiento fáctico.
2) En concordancia con el presupuesto que antecede, tampoco puede variarse el tipo penal
cuando difiera en sustancia con los hechos atribuidos; dicho de otro modo, es imposible
atribuir al imputado, un delito del que no tuvo oportunidad de defenderse y aportar prueba,
en razón a que el objeto del proceso penal seguido en su contra versaba en distintos
supuestos fácticos.
3) El cambio de calificación jurídica a los hechos sometidos a un proceso penal, debe recaer
-necesariamente- sobre delitos de la misma naturaleza. Ello, por la lógica comparativa de los
elementos constitutivos de los tipos penales, cuyo componente fáctico no dista del sentido
jurídico propio de la clasificación de las conductas típicas antijurídicas esquematizadas en el
Código Penal; que, según se advirtió en el Fundamento Jurídico precedente, si se advierte y
comprueba su comisión, corresponde materializar el ius puniendi.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
respecto a la calificación jurídica asignada por el acusador, por lo que se reitera la aplicación
de este principio, no compromete la imparcialidad del juzgador, ni coloca en estado de
indefensión a las partes, que tuvieron oportunidad de defenderse o alegar a favor o en
contra, sobre los hechos y circunstancias descritas en el pliego acusatorio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
segundo de afinidad, al hijo o padre adoptivo y al heredero testamentario, en los delitos cuyo resultado
sea la muerte del ofendido; 3) A las personas jurídicas en los delitos que les afecten…”.
Por su parte, el art. 77 del CPP, resalta que: “Aun cuando la víctima no hubiera intervenido
en el proceso, deberá ser informada por la autoridad responsable de la persecución penal sobre
sus derechos y por el juez o tribunal sobre los resultados del proceso, bajo responsabilidad que
corresponda en caso de incumplimiento” (negrillas adicionadas). Añadiendo, el art. 78 del Código
mencionado, que: “La víctima podrá promover la acción penal mediante querella, sea en los casos de
acción pública o privada, según los procedimientos establecidos en este Código…”.
En ese contexto, debe tomarse en cuenta asimismo que, la Constitución Política del Estado, asume una
nueva visión del principio de eficacia y la protección a la víctima, conforme a los arts. 180.I y 113.I
CPE. Lo que, condice con lo reflejado sobre el particular por el bloque de constitucionalidad.
Al respecto, se tiene, entre otras, lo establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
misma que adoptó en la Asamblea General de 29 de noviembre de 1985, a través de la Resolución
40/34, la primera Declaración sobre la Protección a la Víctima: “Declaración sobre los principios
fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder”; determinando, entre otros,
los siguientes derechos de las víctimas:
“…4. Las víctimas serán tratadas con compasión y respeto por su dignidad. Tendrán derecho al acceso
a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación del daño que hayan sufrido, según lo
dispuesto en la legislación nacional.
(…)
6. Se facilitará la adecuación de los procedimientos judiciales y administrativos a las necesidades de las
víctimas:
a) Informando a las víctimas de su papel y del alcance, el desarrollo cronológico y la marcha de las
actuaciones, así como de la decisión de sus causas, especialmente cuando se trate de delitos graves y
cuando hayan solicitado esa información;
b) Permitiendo que las opiniones y preocupaciones de las víctimas sean presentadas y examinadas en
etapas apropiadas de las actuaciones siempre que estén en juego sus intereses, sin perjuicio del acusado
y de acuerdo con el sistema nacional de justicia penal correspondiente;
c) Prestando asistencia apropiada a las víctimas durante todo el proceso judicial.
(…)”.
En ese orden, la SC 1388/2011-R de 30 de septiembre, estableció sobre los derechos de la víctima en el
proceso penal, a la luz del nuevo modelo constitucional, que: “…todo hecho punible genera como su
natural efecto, una colisión entre las garantías fundamentales de la víctima, del imputado y en último
término de la sociedad; por ello, el debido proceso se muestra en toda su intensidad como la única
lógica para resolver los conflictos penales.
En ese marco, la Constitución Política del Estado, asume una nueva visión sobre la protección a la
víctima; así tenemos el art. 113.I. A partir de éste postulado fundamental deben desarrollarse la
normatividad, la doctrina y la jurisprudencia, orientando el sistema constitucional hacia un Estado
más garantista y respetuoso de los Derechos Humanos.
Si bien es el Estado el que asume el ius puniendi; actualmente cobran importancia trascendental los
derechos de la víctima, que antes pasaron a un segundo plano, por ello, desde que el Estado se hace
cargo de procesar y sancionar a los delincuentes, éste debe garantizar a la víctima un mínimo de
condiciones que permitan su recuperación moral y material; por ello debe formarse conciencia en
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
torno que, necesariamente, se requiere lograr un justo equilibrio entre los derechos constitucionales
de la víctima y las garantías procesales del imputado, que naturalmente nadie niega y todos deben
respetar; así encontramos entre los valores en el que se sustenta el estado Plurinacional, el
‘equilibrio’ y ‘el bienestar común’ reconocidos por el art. 8.II de la CPE; valores éstos que forman
parte del concepto ‘buen vivir’ y del modelo Boliviano de ‘Estado de Derecho del vivir bien’,
asumiendo el Estado una responsabilidad fundamental.
Siguiendo el mismo marco sobre los derechos de las víctimas, podemos señalar que la Corte
Constitucional de Colombia, en la Sentencia C-277/98, emitió el siguiente discernimiento: ‘Los
derechos de las víctimas del proceso penal y, en particular a la indemnización de perjuicios, no son
sólo una manifestación de los derechos de justicia e igualdad sino que se constituyen también en una
expresión de los deberes constitucionales del Estado’.
En la misma línea, se constata que existe una revalorización de la víctima en este nuevo modelo de
Estado Constitucional, plasmado en el art. 121.II de la CPE que determina que: ‘La víctima en un
proceso penal podrá intervenir de acuerdo con la ley, y tendrá derecho a ser oída antes de cada
decisión judicial. En caso de no contar con los recursos económicos necesarios, deberá ser asistida
gratuitamente por una abogada o abogado asignado por el Estado’; norma que claramente amplía
los derechos establecidos en el Código de Procedimiento Penal que en su art. 11, modificado por la
Ley 007 de 18 de mayo de 2010, establece: ‘La víctima por si sola o por intermedio de un abogado,
sea particular o del Estado, podrá intervenir en el proceso penal aunque no se hubiera constituido en
querellante’.
Asimismo, refiriéndose a la víctima, el art. 77 del CPP, establece que: ‘Aún cuando la víctima no
hubiera intervenido en el proceso, deberá ser informada por la autoridad responsable de la
persecución penal sobre sus derechos y por el juez o tribunal sobre los resultados del proceso, bajo
responsabilidad que corresponda en caso de incumplimiento’.
Por su parte, el art. 76 del CPP, revoluciona el concepto de víctima e incluye en el término no solo a
las personas directamente ofendidas por el delito sino también al cónyuge o conviviente, a los
parientes y otros.
En coherencia de dichas normas procesales penales, y dando concreción a los derechos de la víctima,
la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en la SC 1173/2004-R de 26 de julio, señaló el
equilibrio necesario que debe existir entre el respeto a los derechos del imputado y de la víctima,
conforme al siguiente entendimiento: ‘…tanto los derechos del imputado como los de la víctima
pueden encontrar equilibrio si se respetan los lineamientos procesales del Código de procedimiento,
pues como ha quedado establecido, la opción política asumida por el Estado Boliviano 'asigna dos
fines al sistema procesal penal (igual de importantes uno y otro): garantiza la libertad del ciudadano y
la seguridad de la sociedad. En este orden de cosas, en el sistema penal elegido, destacan dos
derechos de amplio contenido y realización material: el derecho al debido proceso y a la tutela
judicial efectiva'.
Así, SC 1859/2010-R de 25 de octubre, reiterando lo señalado por la SC 1844/2003-R de 12
de diciembre, dijo que: ‘Se considera víctima a la persona directamente ofendida por el delito, la que
puede participar en el proceso como querellante, pero aún cuando no hubiere participado en el
proceso en tal calidad, es obligación del fiscal, juez o tribunal y bajo su responsabilidad, informarle
sobre el resultado de las investigaciones y el proceso, pues ésta (la víctima) tiene derecho a ser
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
escuchada antes de cada decisión que implique la extinción o suspensión de la acción penal y, en su
caso, a impugnarla…´” (las negrillas nos pertenecen).
Adicionalmente a lo referido, debe considerarse que, la Sentencia C-277/98 emitida por la Corte
Constitucional de Colombia, precitada en el fallo constitucional glosado supra, respecto a los derechos
de las víctimas, añadió además que: “…Dentro de la concepción de Estado social de derecho, que
reconoce como principios esenciales la búsqueda de la justicia y el acceso a la misma, el derecho
procesal penal no sólo debe operar, como manifestación del poder sancionador del Estado, a favor
del incriminado, sino que debe procurar también por los derechos de la víctima. Debe entonces -el
proceso penal- hacer compatibles los intereses de ambos sujetos procesales, pues, el perjudicado con
el delito no puede convertirse en una pieza suelta e ignorada por la política criminal del Estado ya
que, como se ha explicado, los derechos de los sujetos procesales constituyen valores y principios
reconocidos por la Constitución Política” (las negrillas son nuestras).
Aspectos que, en concordancia con lo ya expuesto supra, demuestran la importancia de los derechos de
la víctima en el Estado Constitucional de Derecho y la obligación ineludible de notificación a las
víctimas de procesos penales en calidad de terceros interesados, cuando sean los imputados o acusados
en los mismos, quienes impugnen actos ilegales u omisiones indebidas en su desarrollo; ello a fin de
respetar el plano de igualdad y equilibrio necesario que debe existir entre el respeto a los derechos del
imputado y de la víctima, sin que aquello implique incurrir en rigorismo procesal o formalidades,
propendiendo más bien a que la misma justicia constitucional respete los derechos fundamentales de
todas las partes que se vean involucradas por una decisión a asumirse en sede constitucional.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Así, la SC 0804/2010-R de 2 de agosto, analizando el adjetivo penal, puntualiza el concepto de
incidente señalando: ’El Capítulo VIII del Libro Primero del Código de Procedimiento Civil, en su art.
149, establece a la figura de incidentes como: «Toda cuestión accesoria que surgiere en relación con
el objeto principal de un litigio, se tramitará por la vía incidental'. Asimismo, el art. 150 del mismo
cuerpo legal, menciona que: 'Los incidentes no suspenderán la tramitación del proceso principal, a
menos que hubiere disposición expresa de la ley o que, en casos excepcionales, así lo resolviere el
Juez cuando fuere indispensable por la naturaleza de la cuestión planteada»‘ .
En conclusión, los incidentes son medios de defensa destinados a reparar defectos procedimentales
durante la sustanciación de un litigio sin que su tramitación detenga el desenvolvimiento del juicio,
pero que sí es necesario resolver, de manera paralela a éste“.
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a) En un caso, en el cual el accionante denunció encontrarse detenido ilegalmente en celdas de la
Unidad Operativa de Tránsito por más de trece días, a pesar que la medida cautelar solo dispuso su
detención en la carceleta de la ciudad hasta que las diligencias de la policía sean concluidas y que su
detención preventiva sería improcedente debido a que la comisión del delito de homicidio y lesiones
graves y gravísimas en accidente de tránsito está sancionado con reclusión de uno a tres años y el art.
232 inc. 3) del CPP, establece la improcedencia de la detención preventiva en los delitos sancionados
con pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea inferior a tres años, el Tribunal Constitucional a
través de la SC 634/01-R de 2 de julio de 2001, concluyó que ‘…de la señalada disposición legal se
establece que entran dentro de la previsión del articulo los delitos sancionados con pena privativa de
libertad inferior a 3 años no así los delitos que tienen una pena privativa de libertad de 3 años o
más’;
b) Asimismo, la SC 0294/2003 de 10 de marzo, en su Fundamento Jurídico III.3, respecto al art. 232
inc. 3) del CPP, determinó que ‘…procede la detención preventiva en los delitos de acción pública,
que sean sancionados con pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea igual o mayor a tres años,
exista imputación formal, pedido fundamentado del fiscal o del querellante…’ (resaltado
incorporado), así como la concurrencia de las causales o requisitos comprendidos en el art. 233 del
CPP; y,
c) En otro caso, ante la denuncia del accionante de que se habría dispuesto su detención preventiva
sin considerar los requisitos previstos en el art. 233 del CPP, pues el delito de abandono de mujer
embarazada que se le atribuía, estaba sancionado con pena privativa de libertad de seis meses a tres
años, y que por disposición del art. 232 del CPP, no procedía la detención preventiva en los delitos de
acción privada y en aquellos que la pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea inferior a tres
años, por lo que se debiera aplicar medidas sustitutivas a la detención preventiva, a través de la SC
0003/2004-R de 7 de enero, el Tribunal Constitucional, resolvió que ’…si bien por determinación del
art. 232-3) del CPP, procede la detención preventiva al haber sido el recurrente imputado por el delito
de abandono de mujer embarazada tipificado por el art. 250 del CP, que establece la pena de
reclusión de 6 meses a tres años, de lo que se tiene que la pena máxima no es inferior a tres años
sino igual’.
Al respecto, este Tribunal advierte que la jurisprudencia constitucional citada efectuó una
interpretación restrictiva del alcance de dicha causal de improcedencia, pues para determinar ello,
además de omitir el citado principio de excepcionalidad, también omitió ponderar el principio de
proporcionalidad de la medida de detención preventiva, cuyo alcance ha sido definido por la
jurisprudencia interamericana en los siguientes términos: ‘La prisión preventiva se halla limitada (…)
por el principio de proporcionalidad, en virtud del cual una persona considerada inocente no debe
recibir igual o peor trato que una persona condenada. El Estado debe evitar que la medida de
coerción procesal sea igual o más gravosa para el imputado que la pena que se espera en caso de
condena. Esto quiere decir que no se debe autorizar la privación cautelar de la libertad, en supuestos
en los que no sería posible aplicar la pena de prisión…’ (Corte Interamericana de Derechos
Humanos, caso Barreto Leiva vs. Venezuela. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas,
sentencia del 17 de noviembre de 2009, serie C, núm. 206, párr. 122).
De lo anterior, es posible advertir que dicho principio de proporcionalidad se refleja de manera
específica en el art. 232 inc. 2) del CPP, al prescribir que dicha medida no procede: ‘En aquellos
[delitos] que no tengan prevista pena privativa de libertad’, entendiendo que el detener
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
preventivamente a una persona que no cumplirá condena de privación de libertad, resulta ciertamente
desproporcional.
Pero tal principio también se encuentra inmanente en el supuesto descrito por el inciso 3) del mismo
artículo -cuya interpretación motiva el presente análisis-, pues aunque la enunciación no resulta tan
explícita como el caso del referido inciso 2), de una interpretación sistemática y teleológica de las
normas del procedimiento penal, a la luz del principio pro homine, se tiene que dicho supuesto -la
improcedencia de la medida de detención preventiva en la sustanciación de procesos penales por
delitos sancionados con pena máxima inferior a tres años- busca el resguardo de dicho principio
siempre y cuando se considere que la noción de ‘inferior a’, también sea asumida como ‘igual a’ tres
años, pues:
1) El art. 366 del CPP, establece que: ‘La jueza o el juez o tribunal previo los informes necesarios y
tomando en cuenta los móviles o causas que hayan inducido al delito, la naturaleza y modalidad del
hecho, podrá suspender de modo condicional el cumplimiento de la pena cuando concurran los
siguientes requisitos: 1. Que la persona haya sido condenada a pena privativa de libertad que no
exceda de tres años de duración’.
En ese marco legal, la posibilidad extrema de que en sentencia se aplique la pena máxima de (‘igual
a’) tres años de privación de libertad, conlleva también la posibilidad de que el condenado acceda al
beneficio de suspensión condicional de la pena y en los hechos no cumpla pena de privación de
libertad alguna, que de suceder, implicaría haber impuesto una medida cautelar más gravosa que la
pena efectivamente aplicada en caso de condena, vulnerando así el mentado principio de
proporcionalidad.
Entonces, excluir los casos de procesamiento por delitos sancionados con pena máxima de (‘igual a’)
tres años de privación de libertad, del supuesto descrito en el art. 232 inc. 3) del CPP, implica asumir
una interpretación restrictiva de la citada norma, en la que no se considera que materialmente en tales
casos, subyace la posibilidad de no aplicar pena privativa de libertad alguna, la cual como describe la
jurisprudencia interamericana, justifica que la detención preventiva no deba ser autorizada: ‘…no se
debe autorizar la privación cautelar de la libertad, en supuestos en los que no sería posible aplicar la
pena de prisión…’ (Sentencia de 17 de noviembre de 2009, caso Barreto Leiva vs. Venezuela); y,
2) El art. 23 del CPP, prescribe que: ‘Cuando sea previsible la suspensión condicional de la pena,
las partes podrán solicitar la suspensión condicional del proceso. Esta suspensión procederá si el
imputado presta su conformidad y, en su caso, cuando haya reparado el daño ocasionado, firmado un
acuerdo con la víctima en ese sentido, o afianzado suficientemente esa reparación’.
La norma procesal glosada, en concordancia con la anteriormente referida, regula un beneficio que
prevé que la persona sobre quien pesa una investigación penal o imputación, sea exonerada del
procesamiento y/o investigación de determinado delito, siempre y cuando cumpla con los requisitos
que harían procedente la suspensión condicional de la pena, siendo a su vez uno de éstos,
precisamente el quantum de la pena máxima prevista, que es de (‘igual a’) tres años.
En este supuesto, se advierte de igual manera, que la norma procesal prevé un beneficio de
exoneración a favor del procesado, exigiendo para su procedencia, que el delito investigado prevea
una pena máxima de (‘igual a’) tres años, por lo que en su caso, determinar cómo procedente la
medida cautelar de detención preventiva y dar lugar a la misma, vulnera el principio de
proporcionalidad ya que se contempla la posibilidad que la persona procesada ni siquiera sea sujeta a
procesamiento penal.
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En ese contexto, debe considerarse que las penas contempladas en los diferentes tipos penales
previstos por nuestro ordenamiento jurídico penal, reflejan el grado de valoración social de
determinadas conductas delictivas. Así, es posible encontrar en un extremo, tipos penales que no
contemplan como sanción penas privativas de libertad, y en otro, aquellos que contemplan la sanción
penal máxima de treinta años de privación de libertad sin derecho a indulto, establecida como límite
por la propia Norma Suprema (art. 118.II de la CPE).
En ese marco, las conductas delictivas descritas en los tipos penales que contemplan como pena
máxima, la sanción de tres años de privación de libertad, reflejan un grado de valoración social que
involucra cierta condescendencia de la sociedad para con las mismas, tanto así, que dicha
condescendencia se ve reflejada en las normas del procedimiento penal que prevén ciertos beneficios
tanto para su procesamiento como para su sanción, conforme se describió supra.
Entonces, si la sanción máxima de tres años de privación de libertad constituye un parámetro de esa
valoración social que, condescendientemente reconoce ciertos beneficios a la persona procesada y
eventualmente condenada, no resulta coherente negar que la improcedencia de la detención preventiva
le alcance.
En el mismo sentido, el Código Penal y otras leyes especiales que tipifican conductas delictivas, no
establecen como penas máximas en ningún tipo penal, pena privativa de libertad que oscile entre dos y
tres años (v.gr. dos años y seis meses), lo que implica que la interpretación de ‘inferior y no igual a
tres años’ sea comprendida en los hechos, como “igual a dos años”, extremo que si así
correspondería con la voluntad del legislador, éste lo hubiera plasmado de esa manera en el tenor del
art. 232 inc. 3) del CPP; sin embargo, conforme los fundamentos expuestos, este Tribunal advierte
precisamente lo contrario.
Así, en el marco de los principios de excepcionalidad y proporcionalidad aquí desarrollados y
reconocidos ampliamente por nuestra Norma Suprema, el bloque de constitucionalidad y nuestro
propio ordenamiento jurídico procesal penal, a la luz del principio pro hómine que para la presente
interpretación ‘…implica que las normas sobre Derechos Humanos deben ser interpretadas en el
sentido que más favorezca a la persona, vinculándose, en consecuencia, con el principio de
interpretación progresiva de los derechos, en virtud del cual entre varios entendimientos posibles,
debe optarse por aquél que limite en menor medida el derecho o garantía que se denuncia como
vulnerado, es decir, se debe elegir la interpretación más extensiva en cuanto al reconocimiento de
derechos y una interpretación más restringida cuando se establezcan límites al ejercicio de los
mismos’ (SC 0006/2010-R de 6 de abril), no resulta admisible dar lugar a una interpretación
restrictiva que desprotege un derecho de carácter esencial como es la libertad de las personas, cuyo
eficaz ejercicio constituye la base del sistema democrático, y a su vez, la garantía de ejercicio de los
demás derechos fundamentales y humanos.
Entonces, se entenderá que el inciso 3) del art. 232 del CPP, establece que la detención preventiva
no procede en aquellos delitos de acción pública sancionados con pena privativa de libertad, cuyo
máximo legal sea inferior o igual a tres años, aclarando que este Tribunal no pretende a través de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional cambiar el texto literal de dicho artículo sino
acercarse a la interpretación más favorable, que no es contradictoria con las disposiciones de la
norma procesal penal donde se halla contenida, y que por el contrario, la complementa.
El presente entendimiento constituye un cambio de línea de las SSCC 634/01-R, 0294/2003 y
0003/2004-R” (las negrillas nos corresponden).
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graves y gravísimas en accidente de tránsito está sancionado con reclusión de uno a tres años y el art.
232 inc. 3) del CPP, establece la improcedencia de la detención preventiva en los delitos sancionados
con pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea inferior a tres años, el Tribunal Constitucional a
través de la SC 634/01-R de 2 de julio de 2001, concluyó que ‘…de la señalada disposición legal se
establece que entran dentro de la previsión del articulo los delitos sancionados con pena privativa de
libertad inferior a 3 años no así los delitos que tienen una pena privativa de libertad de 3 años
o más’;
b) Asimismo, la SC 0294/2003 de 10 de marzo, en su Fundamento Jurídico III.3, respecto al art. 232
inc. 3) del CPP, determinó que ‘…procede la detención preventiva en los delitos de acción pública,
que sean sancionados con pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea igual o mayor a tres años,
exista imputación formal, pedido fundamentado del fiscal o del querellante…’, así como la
concurrencia de las causales o requisitos comprendidos en el art. 233 del CPP; y,
c) En otro caso, ante la denuncia del accionante de que se habría dispuesto su detención preventiva
sin considerar los requisitos previstos en el art. 233 del CPP, pues el delito de abandono de mujer
embarazada que se le atribuía, estaba sancionado con pena privativa de libertad de seis meses a tres
años, y que por disposición del art. 232 del CPP, no procedía la detención preventiva en los delitos de
acción privada y en aquellos que la pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea inferior a tres
años, por lo que se debiera aplicar medidas sustitutivas a la detención preventiva, a través de la SC
0003/2004-R de 7 de enero, el Tribunal Constitucional, resolvió que ‘…si bien por determinación del
art. 232-3) del CPP, procede la detención preventiva al haber sido el recurrente imputado por el delito
de abandono de mujer embarazada tipificado por el art. 250 del CP, que establece la pena de
reclusión de 6 meses a tres años, de lo que se tiene que la pena máxima no es inferior a tres años
sino igual’.
Al respecto, este Tribunal advierte que la jurisprudencia constitucional citada efectuó una
interpretación restrictiva del alcance de dicha causal de improcedencia, pues para determinar ello,
además de omitir el citado principio de excepcionalidad, también omitió ponderar el principio de
proporcionalidad de la medida de detención preventiva, cuyo alcance ha sido definido por la
jurisprudencia interamericana en los siguientes términos: ‘La prisión preventiva se halla limitada (…)
por el principio de proporcionalidad, en virtud del cual una persona considerada inocente no debe
recibir igual o peor trato que una persona condenada. El Estado debe evitar que la medida de
coerción procesal sea igual o más gravosa para el imputado que la pena que se espera en caso de
condena. Esto quiere decir que no se debe autorizar la privación cautelar de la libertad, en supuestos
en los que no sería posible aplicar la pena de prisión…’ (Corte Interamericana de Derechos
Humanos, caso Barreto Leiva vs. Venezuela. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas,
sentencia del 17 de noviembre de 2009, serie C, núm. 206, párr. 122).
De lo anterior, es posible advertir que dicho principio de proporcionalidad se refleja de manera
específica en el art. 232 inc. 2) del CPP, al prescribir que dicha medida no procede: ‘En aquellos
[delitos] que no tengan prevista pena privativa de libertad’, entendiendo que el detener
preventivamente a una persona que no cumplirá condena de privación de libertad, resulta ciertamente
desproporcional.
Pero tal principio también se encuentra inmanente en el supuesto descrito por el inciso 3) del mismo
artículo -cuya interpretación motiva el presente análisis-, pues aunque la enunciación no resulta tan
explícita como el caso del referido inciso 2), de una interpretación sistemática y teleológica de las
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normas del procedimiento penal, a la luz del principio pro homine, se tiene que dicho supuesto -la
improcedencia de la medida de detención preventiva en la sustanciación de procesos penales por
delitos sancionados con pena máxima inferior a tres años- busca el resguardo de dicho principio
siempre y cuando se considere que la noción de ‘inferior a’, también sea asumida como ‘igual a’ tres
años, pues:
1) El art. 366 del CPP, establece que: ‘La jueza o el juez o tribunal previo los informes
necesarios y tomando en cuenta los móviles o causas que hayan inducido al delito, la naturaleza y
modalidad del hecho, podrá suspender de modo condicional el cumplimiento de la pena cuando
concurran los siguientes requisitos: 1. Que la persona haya sido condenada a pena privativa de
libertad que no exceda de tres años de duración’.
En ese marco legal, la posibilidad extrema de que en sentencia se aplique la pena máxima de (‘igual
a’) tres años de privación de libertad, conlleva también la posibilidad de que el condenado acceda al
beneficio de suspensión condicional de la pena y en los hechos no cumpla pena de privación de
libertad alguna, que de suceder, implicaría haber impuesto una medida cautelar más gravosa que la
pena efectivamente aplicada en caso de condena, vulnerando así el mentado principio de
proporcionalidad.
Entonces, excluir los casos de procesamiento por delitos sancionados con pena máxima de (‘igual a’)
tres años de privación de libertad, del supuesto descrito en el art. 232 inc. 3) del CPP, implica asumir
una interpretación restrictiva de la citada norma, en la que no se considera que materialmente en tales
casos, subyace la posibilidad de no aplicar pena privativa de libertad alguna, la cual como describe la
jurisprudencia interamericana, justifica que la detención preventiva no deba ser autorizada: ‘…no se
debe autorizar la privación cautelar de la libertad, en supuestos en los que no sería posible aplicar la
pena de prisión…’ (Sentencia de 17 de noviembre de 2009, caso Barreto Leiva vs. Venezuela); y,
2) El art. 23 del CPP, prescribe que: ‘Cuando sea previsible la suspensión condicional de la
pena, las partes podrán solicitar la suspensión condicional del proceso. Esta suspensión procederá si
el imputado presta su conformidad y, en su caso, cuando haya reparado el daño ocasionado, firmado
un acuerdo con la víctima en ese sentido, o afianzado suficientemente esa reparación’.
La norma procesal glosada, en concordancia con la anteriormente referida, regula un beneficio que
prevé que la persona sobre quien pesa una investigación penal o imputación, sea exonerada del
procesamiento y/o investigación de determinado delito, siempre y cuando cumpla con los requisitos
que harían procedente la suspensión condicional de la pena, siendo a su vez uno de éstos,
precisamente el quantum de la pena máxima prevista, que es de (‘igual a’) tres años.
En este supuesto, se advierte de igual manera, que la norma procesal prevé un beneficio de
exoneración a favor del procesado, exigiendo para su procedencia, que el delito investigado prevea
una pena máxima de (‘igual a’) tres años, por lo que en su caso, determinar cómo procedente la
medida cautelar de detención preventiva y dar lugar a la misma, vulnera el principio de
proporcionalidad ya que se contempla la posibilidad que la persona procesada ni siquiera sea sujeta a
procesamiento penal.
En ese contexto, debe considerarse que las penas contempladas en los diferentes tipos penales
previstos por nuestro ordenamiento jurídico penal, reflejan el grado de valoración social de
determinadas conductas delictivas. Así, es posible encontrar en un extremo, tipos penales que no
contemplan como sanción penas privativas de libertad, y en otro, aquellos que contemplan la sanción
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penal máxima de treinta años de privación de libertad sin derecho a indulto, establecida como límite
por la propia Norma Suprema (art. 118.II de la CPE).
En ese marco, las conductas delictivas descritas en los tipos penales que contemplan como pena
máxima, la sanción de tres años de privación de libertad, reflejan un grado de valoración social que
involucra cierta condescendencia de la sociedad para con las mismas, tanto así, que dicha
condescendencia se ve reflejada en las normas del procedimiento penal que prevén ciertos beneficios
tanto para su procesamiento como para su sanción, conforme se describió supra.
Entonces, si la sanción máxima de tres años de privación de libertad constituye un parámetro de esa
valoración social que, condescendientemente reconoce ciertos beneficios a la persona procesada y
eventualmente condenada, no resulta coherente negar que la improcedencia de la detención preventiva
le alcance.
En el mismo sentido, el Código Penal y otras leyes especiales que tipifican conductas delictivas, no
establecen como penas máximas en ningún tipo penal, pena privativa de libertad que oscile entre dos y
tres años (v.gr. dos años y seis meses), lo que implica que la interpretación de ‘inferior y no igual
a tres años’ sea comprendida en los hechos, como ‘igual a dos años’, extremo que si así
correspondería con la voluntad del legislador, éste lo hubiera plasmado de esa manera en el tenor
del art. 232 inc. 3) del CPP; sin embargo, conforme los fundamentos expuestos, este Tribunal
advierte precisamente lo contrario.
Así, en el marco de los principios de excepcionalidad y proporcionalidad aquí desarrollados y
reconocidos ampliamente por nuestra Norma Suprema, el bloque de constitucionalidad y nuestro
propio ordenamiento jurídico procesal penal, a la luz del principio pro hómine que para la presente
interpretación ‘…implica que las normas sobre Derechos Humanos deben ser interpretadas en el
sentido que más favorezca a la persona, vinculándose, en consecuencia, con el principio de
interpretación progresiva de los derechos, en virtud del cual entre varios entendimientos posibles,
debe optarse por aquél que limite en menor medida el derecho o garantía que se denuncia como
vulnerado, es decir, se debe elegir la interpretación más extensiva en cuanto al reconocimiento de
derechos y una interpretación más restringida cuando se establezcan límites al ejercicio de los
mismos” (SC 0006/2010-R de 6 de abril), no resulta admisible dar lugar a una interpretación
restrictiva que desprotege un derecho de carácter esencial como es la libertad de las personas, cuyo
eficaz ejercicio constituye la base del sistema democrático, y a su vez, la garantía de ejercicio de los
demás derechos fundamentales y humanos.
Entonces, se entenderá que el inciso 3) del art. 232 del CPP, establece que la detención preventiva
no procede en aquellos delitos de acción pública sancionados con pena privativa de libertad, cuyo
máximo legal sea inferior o igual a tres años, aclarando que este Tribunal no pretende a través de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional cambiar el texto literal de dicho artículo sino
acercarse a la interpretación más favorable, que no es contradictoria con las disposiciones de la
norma procesal penal donde se halla contenida, y que por el contrario, la complementa.
El presente entendimiento constituye un cambio de línea de las SSCC 634/01-R, 0294/2003 y
0003/2004-R” (las negrillas son nuestras).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 17 de abril de 2017
A los fines de la resolución del presente recurso, es preciso referir con carácter previo sobre
los principios de verdad material y de la valoración integral, argumentos que fueron
expuestos en el Auto Supremo 67/2013-RRC de 11 de marzo: “El principio de la verdad
material o real, se encuentra reconocido en el art. 180.I de la Constitución Política del Estado
(CPE), que establece que la jurisdicción ordinaria se fundamenta, entre otros, en el principio
de la verdad material, que se expresa en la obligación que tiene todo juzgador al momento
de emitir una Resolución judicial, anteponer la verdad de los hechos antes que cualquier
situación, sin dejar de lado las formas procesales determinadas por la ley; es decir, que al
efectuar la decisión el Tribunal de Justicia, prevalecerá la verificación y el conocimiento de los
hechos materiales, sobre el conocimiento de las formas, siempre y cuando no signifique
vulneración de derechos y garantías constitucionales.
En esa línea la Sentencia Constitucional 0713/2010-R de 26 de julio, sobre este principio,
señaló: `El ajustarse a la verdad material, genera la primacía de la realidad de los hechos
sobre la aparente verdad que pueda emerger de los documentos;aplicando este principio,
debe prevalecer la verificación y el conocimiento de éstos, sobre el conocimiento
de las formas. En ese contexto, el régimen de nulidades, estará subordinado
únicamente a la violación de derechos o garantías constitucionales; y en
consecuencia, la inobservancia de las formalidades que no vulnere derechos o
garantías constitucionales, tendrá menos relevancia que justifique una
declaratoria de nulidad a momento de realizar el trabajo de valoración de la
actividad procesal que adolezca de algún defecto formal..`
Por otra parte, si bien el Código de Procedimiento Penal establece un conjunto de reglas
relativo a los medios de prueba conforme se tiene de las disposiciones contenidas en los arts.
171 al 220, precisando en el art. 333 de la referida norma procesal, que el juicio será oral y
sólo podrán incorporarse por su lectura, entre otras, las pruebas que se hayan recibido
conforme a las reglas del anticipo de prueba; no es menos cierto que, privilegiando los
principios de la verdad material y de la valoración integral de la prueba que obliga
al juez a la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial producida
en el juicio en los términos previstos por el art. 173 del CPP; el Tribunal de alzada
al resolver en apelación una denuncia relativa a la concurrencia de defecto de
Sentencia porque se basó en medios o elementos probatorios no incorporados
legalmente al juicio, debe considerar si la prueba cuestionada o endilgada de
espuria, es esencial o decisiva para el fallo y si prescindiendo de los elementos
probatorios que proporciona, se establezca la verdad material del conjunto de los
demás elementos de prueba de cargo como de descargo proporcionados por la
actividad probatoria de la partes, en cuyo caso, se hace innecesaria la nulidad de
la Sentencia”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Procedimiento Penal no prevé explícitamente que deban cumplirse ciertas
formalidades para elevar la apelación al ad quem; empero, en un caso similar,
interpretando el citado art. 251 del CPP, la SC 0146/2006-R de 6 de febrero, sostuvo: «…De
la lectura del precepto anotado se establece que si el Juez tiene la obligación de
remitir el recurso de apelación planteado dentro del término de veinticuatro horas, se
entiende que el apelante en su propio interés, deberá proveer los recaudos
correspondientes hasta antes del vencimiento de dicho plazo; empero, la autoridad
judicial de su parte, no podrá exigir, en cuanto a dichos recaudos, más allá de lo que
sea estrictamente necesario, puesto que en observancia del principio pro actione no puede
dificultar o entorpecer la viabilidad y celeridad en la tramitación de un recurso que ya fue
concedido, tomando en cuenta muy especialmente la situación jurídica de la imputada…»
No obstante que corresponde al imputado proporcionar los recaudos de ley
necesarios para remitir la apelación de la Resolución que rechazó la solicitud de
cesación de su detención preventiva y que la autoridad jurisdiccional a cargo del
proceso tiene la obligación de exigirlos, es sólo un aspecto formal que no puede
superponerse un fin en sí mismo, como es la apelación presentada urgida de revisión
y resolución conforme a ley; por tanto, en aquellos casos en los que se hubiere omitido
dicha formalidad, como la falta de los recaudos de ley, no pueden ser óbice para dilatar su
tratamiento y menos para devolver obrados por ese motivo postergando su consideración.
En estas circunstancias, corresponde resolver el recurso con la celeridad necesaria
conforme a los plazos establecidos en la ley y en la jurisprudencia. El tribunal de alzada,
podrá imponer el cumplimiento de la omitida formalidad previa notificación a las partes en el
Juzgado de origen’ ”. (las negrillas nos corresponden).
Por todo lo anteriormente dicho se tiene que ante la falta de provisión de los recaudos de ley
por el apelante, es deber de la autoridad jurisdiccional dar continuidad al trámite de
apelación, en resguardo del derecho a la libertad y del principio de celeridad procesal;
pudiendo ejercer las facultades pertinentes a objeto de exigir al apelante el cumplimiento de
sus obligaciones, evitando tomar una actitud pasiva que derive en obstaculización y
paralización indebida del recurso de apelación.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sentencia perdió competencia al haberse radicado el proceso en la Sala Penal de turno del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz.
De la revisión de los antecedentes que cursan en el expediente, se tiene que el 23 de agosto
de 2013, el Tribunal de Sentencia Penal de Buena Vista, instaló audiencia con el objeto de
considerar la mencionada solicitud de revocatoria de medidas sustitutivas, presentada por la
parte civil; acto procesal que fue suspendido, por no haber sido notificado personalmente el
imputado, señalándose nueva audiencia para el 5 de septiembre del mismo año; actuación
de las autoridades demandadas que de ninguna manera vulnera el derecho a la libertad del
accionante, puesto que aún estando radicado el proceso en la Sala Penal de turno del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, no impide que conozcan y resuelvan la
solicitud de revocatoria de las medidas sustitutivas impuestas al imputado, conforme al
razonamiento expuesto en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, en aplicación del principio de igualdad del que gozan las partes.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “…la SCP 2375/2012 de 22 de noviembre, concluyó que: “ (…) los tribunales de
sentencia pueden conocer las solicitudes de detención preventiva aún cuando los
antecedentes hayan sido remitidos ante la Corte Superior del Distrito o la Corte Suprema de
Justicia, en virtud de la interposición de los recursos de apelación o casación,
respectivamente”.
Más adelante, la citada SCP 2375/2012, dejó establecido que: “Conforme a la jurisprudencia
desarrollada en el Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo, se establece que si bien la
indicada solicitud de cesación a la detención preventiva, fue presentada y reiterada ante los
jueces demandados, cuando éstos ya habían pronunciado Sentencia condenatoria, anulada
parcialmente en apelación, y que siendo recurrida en casación, después fue remitida con sus
antecedentes ante el Tribunal de casación, es también evidente que las autoridades ahora
demandadas conformaron el Tribunal de Sentencia que sustanció el proceso oral seguido
contra el representado de la accionante, resultando ser igualmente competentes para
decidir todas las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su
tramitación, como es la solicitud de cesación de detención preventiva interpuesta por
la accionante, conforme se deduce del contenido del art. 44 in fine del CPP”.
Precedente.-SCP 2375/2012. 22 de noviembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
prueba; no es menos cierto que al resolver el recurso de apelación restringida
y en mérito a la denuncia de una defectuosa valoración de prueba, tiene el
deber de ejercer el control de que la valoración efectuada por el inferior se
encuentre conforme a las reglas de la sana crítica de modo que la sentencia
esté debidamente fundamentada en la experiencia, lógica y ciencia en la apreciación
de las pruebas;caso contrario, deberá disponer lo que corresponda en
derecho.” (El resaltado es propio).
Antes de ingresar al análisis del presente motivo, resulta pertinente hacer referencia
a la carga procesal que tiene la parte apelante en los casos en los que se denuncie
defectuosa valoración probatoria, así tenemos el Auto Supremo 214 de 28 de marzo
de 2007 que estableció lo siguiente: “El sistema de la sana crítica, otorga a las partes
la libertad de escoger los medios de prueba para comprobar sus pretensiones, ya sea
la hipótesis acusatoria como la tesis de defensa; en tal sentido, las características
fundamentales de la sana crítica son: la inexistencia absoluta de dogmas legales
sobre la forma en que se deben probar los hechos o sobre el valor que debe otorgarse
a cada prueba, de modo que el juez puede admitir cualquier medio de prueba que
estime útil y pertinente para comprobar el objeto de conocimiento.
(…).
Los jueces de mérito son soberanos en la valoración de las pruebas, que las estiman o
desestiman, debiendo siempre indicar las razones para admitir o desestimar
determinados elementos probatorios, los razonamientos del fallo deben estar acordes
a las reglas del pensamiento humano, siendo este el iter lógico de una sentencia, el
que debe fundarse en las leyes del pensamiento, las que independientemente de
nuestra experiencia se presentan como necesarias en nuestro raciocinio.
(…).
El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del
procesado, mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo
verificar si el iter lógico expresado en la fundamentación del fallo se
encuentra acorde con las reglas del recto entendimiento humano; analizando
si la motivación es expresa, clara, completa y emitida con arreglo a las normas de la
sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la psicología, controlando si
las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto entendimiento
humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de
apelación restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al
impugnante a señalar cuales son las normas del correcto entendimiento
humano inaplicadas o aplicadas erróneamente, expresando las partes de la
sentencia en las que consta el agravio.
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada
es el principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar
las reglas de la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
crítica con el razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los jueces se
encuentran obligados a motivar debidamente sus resoluciones, es obligación de
quienes motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas de la sana
critica, señalar las partes del decisorio donde constan los errores lógico-
jurídicos, proporcionando la solución que pretenden en base a un análisis
lógico explícito; será pues obligación del recurrente, al alegar la infracción
basada en la inadecuada aplicación de las reglas de la sana crítica, atacar
en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la sentencia y no
referirse ha actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de
mérito, la inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente determinado
en la ley adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el
recurso de apelación restringida previamente ha admitirse los recursos por estos
motivos y en caso de no ser debidamente subsanada la observación referida, los
Tribunales deberán declarar inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo caso
no podrán reiterarse estos argumentos en el recurso de casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar
la sentencia impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó
adecuadamente el sistema de la sana crítica o si se transgredieron las reglas del
correcto entendimiento humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las
propias apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las
partes de la sentencia donde se hubieran infringido los principios alegados,
requisitos indispensables cuando se reclama sobre la presunta falta de
coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación
de la sentencia esté fundada por unhecho no cierto, que invoque afirmaciones
imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se refiera a un
hecho que sea contrario a la experiencia común, que analice arbitrariamente un
elemento de juicio o que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren
cosa diferente a la que se tiene como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo
a la sana crítica, tiene que referirse a hechos que en un momento histórico no son
imposibles naturalmente, porque no se opone a ellos ninguna ley científica natural”
(las negrillas son propias).
De la revisión y análisis de antecedentes, precisamente del memorial del recurso de
apelación, extractado en el acápite II.2 de este Auto Supremo, se evidencia que la
parte recurrente denunció error en la valoración de la prueba testifical de: Santos
Núñez Copa, quien señalaría que junto a la vigilante Magda Terán aprehendieron al
imputado sacando mineral del interior mina en flagrancia, aspecto que habría sido
corroborado por la declaración de Samuel Mamani Choquecallata quien alegaría,
que el de la fotografía corresponde al imputado a quien lo encontró en su oficina con
su mineral; así mismo, Freddy Reyes Guzmán indicaría que como habían varios
casos uno de ellos era de Alexander Choque Nina, a quien los vigilantes habrían
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
encontrado en el sector de Patiño, que no lo detuvo, solo puso el visto bueno en el
informe por ser en ese entonces jefe de vigilancia; pero, que era de su conocimiento
la carga de mineral porque dio parte a la Gerencia de la Empresa Minera Huanuni,
además que le constaba que Alexander Choque Nina estaba con carga de mineral; y,
finalmente, el testigo Dulfredo Tórrez Arismendi reconocería, que el mineral que
tenía el imputado en su poder pertenecía a la Empresa Minera Huanuni; denuncia,
que fue desestimada conforme se tiene de lo extractado en el acápite II.3 de esta
Resolución, por el Tribunal de alzada, señalando en su considerando III, numeral 2,
inc. 2), que: como consecuencia de una errónea valoración de la prueba testimonial
y documental, la previsión del art. 173 del CPP, abre cauce al objeto del recurso de
apelación, asignándole al Juez o Tribunal la obligación de deliberar sobre la
culpabilidad o absolución del imputado en base a las reglas de la sana crítica y
justificar su decisión argumentando las razones de la valoración realizada.
Continuando con el fundamento de la Resolución recurrida, manifiesta, que al
limitarse la recurrente a la transcripción del testimonio de los testigos, solo enunciar
el elemento de prueba documental (fotografía) y extrañar la valoración de otras
documentales relativas a la muestra mineralógica, sin especificarlas y omitir
identificar la norma sustantiva erróneamente aplicada, no hace posible advertir el
agravio, cuando no determina el modo de inobservancia de las reglas de la sana
crítica, consistentes en los principios de la lógica, la ciencia y experiencia que
constituyen instrumentos esenciales para establecer la responsabilidad penal o la
absolución del imputado, resultando del análisis la confrontación y ponderación en
conjunto de toda la prueba producida, en el primer caso, traducida en la calificación
del hecho en el tipo penal pertinente y por ende la imposición de la pena; y, en el
segundo, liberando al imputado de pena y culpa; concluyendo, que el recurso fue
interpuesto en inobservancia del art. 408 del CPP; toda vez, que no citó la norma
erróneamente aplicada y sus fundamentos, menos se determina la aplicación
pretendida.
De esta relación necesaria de antecedentes, se evidencia que el Tribunal de Alzada al
momento de emitir el Auto de Vista respecto a este motivo respondió de manera
fundamentada; por cuanto, explicó que el recurso interpuesto por la recurrente no
procedía porque se limitó a la transcripción de los testimonios de los testigos, que
sólo enunció la prueba documental consistente en una fotografía, y extrañó la
valoración de otras documentales; sin haberlas especificado, omitiendo señalar la
inobservancia de las reglas de la sana crítica, consistentes en los principios de la
lógica, la ciencia y experiencia, no señalando además, la aplicación pretendida;
fundamentos, que resultan coherentes; puesto que, de la revisión del contenido del
recurso de apelación restringida que fue extractado en el acápite II.2 de este Auto
Supremo, ciertamente la parte recurrente se limitó a relatar en tercera persona las
declaraciones testificales y describir la documental de cargo, omitiendo señalar de
manera clara y precisa de qué manera el Tribunal de juicio hubiere inobservado las
reglas de la sana crítica respecto a esas pruebas; entonces, no puede exigirse al
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Tribunal de alzada el ejercicio de una labor de control, cuando la parte recurrente
no proporcionó los insumos mínimos del por qué consideró que el Tribunal de
sentencia incurrió en una defectuosa valoración de la prueba, entendimiento que fue
asumido en el Auto Supremo 214 de 28 de marzo de 2007 que fue extractado
precedentemente; donde se destacó los criterios respecto a la carga procesal que
tiene el recurrente para la interposición de un recurso de apelación restringida en
los casos que denuncie defectuosa valoración probatoria, que es lo que denuncia la
parte recurrente cuando refiere “mala valoración probatoria”.
Por los argumentos expuestos, se concluye que el Tribunal de alzada al momento de
emitir el Auto de Vista recurrido respecto a este motivo, fundamentó del porqué la
improcedencia del recurso de apelación restringida interpuesto por la parte ahora
recurrente, no existiendo contradicción con el Auto Supremo 171/2012-RRC de 24
de julio como afirma el recurrente; toda vez, que el Tribunal de alzada resolvió de
manera fundamentada los puntos impugnados en apelación restringida, adecuando
además su acto a la norma y a la doctrina legal vinculante del Auto Supremo 214 de
28 de marzo de 2007; toda vez, que como ya se señaló anteriormente es obligación
de quien interpone un recurso en la inobservancia de las reglas de la sana critica,
señalar, qué partes de la sentencia constarían de errores lógico-jurídicos,
proporcionando el recurrente la solución que pretende en base a un análisis
explícito; en consecuencia, este motivo deviene en infundado.
[149]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese sentido, para el caso concreto, corresponde referirnos al primer caso o supuesto que
hace viable la declaratoria de rebeldía, que emerge de la incomparecencia o inasistencia del
imputado citado legalmente a un acto procesal y no justifique debidamente su inconcurrencia,
manteniéndose en consecuencia los efectos de la declaratoria de rebeldía. Dicho de otro
modo, emergente de la declaratoria de rebeldía se expedirá el mandamiento de aprehensión,
que tiene por objeto hacer que el imputado esté presente durante la tramitación del proceso
penal o investigación; de otra, la aplicación de esta medida, responde a efectivizar el
principio de celeridad y por ende que la potestad de impartir justicia sea pronta y oportuna; y,
que el imputado ejerza de manera amplia su derecho de defensa en forma personal.
Ahora bien, la resolución que la imponga, deberá estar fundamentada y podrá contener las
medidas cautelares personales o reales que el Juez considere necesarias para asegurar una
eventual responsabilidad civil que devenga del ilícito penal, como ser las contenidas en el art.
89 del CPP, cuya finalidad es que el imputado comparezca ante el órgano jurisdiccional y el
proceso o investigación continúen…
En ese orden, la inasistencia del imputado a un determinado acto procesal, no siempre
puede deberse a su voluntad de no concurrir, sino a causas externas que pueden ser
justificadas o acreditadas, sea por él mismo u otro a su nombre. Por ello, el art. 88 de la
norma adjetiva penal, prescribe: 'El imputado o cualquiera a su nombre, podrá justificar ante
el juez o tribunal su impedimento; caso en el que se concederá al impedido un plazo
prudencial para que comparezca'; al respecto, cabe precisar que la justificación de la causa
que impidió la asistencia del imputado, debe entenderse como la acreditación objetiva del
mismo, no siendo suficiente la mera afirmación, sino debe demostrarse.
Si el imputado comparece voluntariamente, dicho comportamiento advierte su voluntad de
someterse al proceso y/o investigación y si además acredita que su inconcurrencia se debió
a una causa grave y/o impedimento legítimo, la declaratoria de rebeldía quedará sin efecto y
no procederá la ejecución de fianza alguna; si por el contrario, no justifica su ausencia, la
aprehensión queda sin efecto, quedando persistentes las medidas cautelares reales”.
Asimismo, la SCP 0511/2013 de 19 de abril, estableció que: “…el mandamiento de
aprehensión como la rebeldía, deben ser sustanciados por el juez de la causa, pues el
primero es emergente de la segunda; más aún, si la imputada de manera reiterada no asistió
a las distintas audiencias señaladas por la autoridad jurisdiccional; debiendo entenderse que
el solo hecho de pagar las costas de rebeldía y presentar un memorial no aseguran la
presencia ni el sometimiento de la imputada al proceso, en tal sentido, el mandamiento
de aprehensión dejará de surtir efecto cuando ésta comparezca ante el juez en la
audiencia que le fue señalada conforme el art. 224 del CPP, no siendo atribución del
Tribunal Constitucional Plurinacional, disponer dejar sin efecto mandamientos de
aprehensión emitidos por autoridades competentes y conforme a ley de acuerdo a los datos
del proceso y de una razonada y fundamentada resolución”.
La jurisprudencia constitucional glosada, nos muestra que dentro de un proceso penal, ante
la declaratoria de rebeldía y expedición del respectivo mandamiento de aprehensión,
únicamente se dejará sin efecto esa medida ante la comparecencia del rebelde en juicio,
ante la autoridad judicial a cuyo cargo se encuentra el proceso y en el acto judicial al cual
fuere convocado, por cuanto el sólo pago de las costas por la rebeldía y la presentación de
un memorial haciendo conocer tal circunstancia, no bastan para dejar sin efecto el
mandamiento de aprehensión dispuesto.
[150]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por lo que, la comparecencia al acto judicial al cual fuere convocado por la autoridad judicial
en cuyo conocimiento se encuentra la causa, se constituye en el medio idóneo, eficaz e
inmediato a disposición del imputado o procesado, no pudiendo acudir directamente ante la
justicia constitucional a través de esta vía en busca de tutela.
[151]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
lesionando con dicha actitud el derecho antes referido; correspondiendo por tanto, otorgar la
tutela solicitada al mismo, sólo con relación a los funcionarios municipales; por ser éstos los
que asumieron las medidas de hecho…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “…En cuanto al derecho a la propiedad privada, la recurrente pide explícitamente
que por vía del amparo, la Alcaldía le reconozca 'plenamente' este su derecho, con la
inscripción, aprobación de planos y otras cuestiones tendientes a la consolidación del mismo,
con relación al predio que ha adquirido. Al respecto cabe señalar que no es posible tutela
alguna por esta vía, sobre el aludido derecho, por cuanto éste se encuentra todavía en
discusión, pues la propiedad del predio no está plenamente consolidada a favor de ninguna
de las partes, ya que una y otra aducen ser propietarias; tanto la accionante, porque según
ella lo adquirió cuando era un predio rural, así como la Alcaldía que sostiene se trata de
áreas verdes y por lo tanto de dominio municipal. Consecuentemente, este conflicto de
intereses o pugna respecto al derecho propietario del terreno, si era rural o es urbano, la
legalidad de los títulos, etc. deberá ser dirimido donde corresponda y hasta tanto ello no
suceda, no es posible otorgar la tutela impetrada sobre este derecho en concreto.
Ahora bien, la accionante centra su denuncia fundamentalmente sobre la forma en que los
funcionarios municipales actuaron en su inmueble. Así indica, sin que lo denunciado haya
sido desvirtuado, que técnicos y personeros del municipio irrumpieron en su inmueble,
procediendo a derrumbar muros, pilares de cemento, armazones de hierro, destrozar
materiales de construcción, todo en presencia de sus hijos menores, esposo y vecinos,
circunstancias que ciertamente determinan que se esté frente a un caso de vías de hecho y
justicia directa, inadmisibles en un Estado Unitario Social de Derecho, que se proclama en el
art. 1 de la CPE, por lo que independientemente de la legalidad o no del derecho propietario
de la accionante, la Alcaldía no estaba en condiciones de asumir y determinar por sí y ante
sí, que el predio era propiedad municipal y en su mérito adoptar medidas de hecho, como las
denunciadas, pues al Gobierno Municipal como tal, no le corresponde definir un derecho de
propiedad que se encuentra en controversia, como es el caso, ya que ello más bien compete
a las autoridades judiciales”.
PRECEDENTE SC 0096/2010-R de 4 de mayo
MEDIDAS DE HECHO EN CASO DE AVASALLAMIENTO Y LA RESOLUCIÓN DE LOS
HECHOS CONTROVERTIDOS
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1051/2017-S3
Sucre, 13 de octubre de 2017
La SCP 0462/2016-S3 de 20 de abril, sostuvo lo siguiente: «La uniforme jurisprudencia constitucional
dejó establecido que si bien el amparo constitucional es una acción tutelar destinada a proteger
derechos y/o garantías, no corresponde a su naturaleza ser subsidiaria de otros recursos o
mecanismos ordinarios de defensa. No obstante de ello, dicha regla encuentra su excepción cuando
se demanda tutela por la comisión de vías de hecho o la toma de justicia por mano propia. Así, la
SCP 1958/2013 de 4 de noviembre, concluyó que: “Al respecto, la SCP 0998/2012 de 5 de septiembre,
estableció lo siguiente:' (…) es imperante señalar que la tutela de derechos fundamentales a través de
la acción de amparo constitucional frente a estas vías de hecho, tiene dos finalidades esenciales: a)
[152]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Evitar abusos contrarios al orden constitucional vigente; y, b) Evitar el ejercicio de la justicia por
mano propia; en ese orden, a partir de estas dos finalidades y dentro del alcance de los presupuestos
de activación de la acción de amparo constitucional como mecanismo idóneo para la eficacia tanto
vertical como horizontal de derechos fundamentales, las vías de hecho se definen como el acto o los
actos cometidos por particulares o funcionarios públicos, contrarios a los postulados del Estado
Constitucional de Derecho por su realización al margen y en prescindencia absoluta de los
mecanismos institucionales vigentes para una administración de justicia, afectando así derechos
fundamentales reconocidos por el bloque de constitucionalidad, por lo que al ser actos ilegales
graves que atentan contra los pilares propios del Estado Constitucional de Derecho, de acuerdo al
mandato inserto en el art. 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, la acción de
amparo constitucional, es un medio idóneo para la tutela eficaz, pronta y oportuna de los derechos
fundamentales lesionados como consecuencias de vías de hecho'.
Toda persona que haya sido objeto de vulneración de sus derechos por vías o medidas de hecho, puede
acudir directamente a la acción de amparo constitucional, prescindiendo del principio de
subsidiariedad, cumpliendo las sub reglas desarrolladas a partir de la indicada Sentencia
Constitucional Plurinacional, precisadas en su similar 1478/2012 de 24 de septiembre, 6 que señaló:
'En ese orden, la sentencia constitucional plurinacional citada (SCP 0998/2012), desarrolló
jurisprudencialmente las siguientes sub reglas procesales de activación de amparo constitucional
frente a acciones vinculadas a medidas de hecho, reafirmando algunas que ya estaban establecidas en
nuestra tradición jurisprudencial, como la prescindencia o flexibilización del principio de
subsidiariedad, las que sin embargo, a partir del principio de comprensión efectiva que manda el
Código Procesal Constitucional (CPCo) en su art. 3.8, en el desarrollo de la argumentación jurídica
de las resoluciones constitucionales, se pasan a sistematizar de la siguiente forma:
a) Flexibilización al principio de subsidiariedad.
Las acciones vinculadas a medidas o vías de hecho, constituyen una excepción a la aplicación del
principio de subsidiariedad, por tanto, el control tutelar de constitucionalidad, a través de la acción de
amparo, puede ser activado frente a estas circunstancias sin necesidad de agotar previamente otros
mecanismos ordinarios de defensa. (SCP 0998/2012, Fundamento Jurídico III.3).
(…)
c) Carga de la prueba debe ser cumplida por el peticionante de tutela
c.1) Regla general
La carga probatoria a ser realizada por el peticionante de tutela, debe: i) Acreditar de manera
objetiva la existencia de actos o medidas, asumidas sin causa jurídica, es decir en prescindencia
absoluta de los mecanismos institucionales establecidos para la definición de hechos o derechos; y,
ii) Estar circunscrita a aspectos que no impliquen la existencia de hechos controvertidos a ser
sustanciados por la jurisdicción ordinaria. (SCP 0998/2012, Fundamento Jurídico III.4)”. (…).
Asimismo, la SC 0278/2006-R de 27 de marzo, concluyó que: “…el recurso de amparo constitucional
es un mecanismo instrumental para la protección del goce efectivo de los derechos fundamentales por
parte de las personas, por tanto protege dichos derechos cuando se encuentran consolidados a favor
del actor del amparo, no siendo la vía adecuada para dirimir supuestos derechos que se encuentren
controvertidos o que no se encuentren consolidados, porque dependen para su consolidación de la
dilucidación de cuestiones de hecho o de la resolución de una controversia sobre los hechos; porque
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de analizar dichas cuestiones importaría el reconocimiento de derechos por vía del recurso de
amparo, lo que no corresponde a su ámbito de protección, sino sólo la protección de los mismos
cuando están consolidados; por ello, la doctrina emergente de la jurisprudencia de este Tribunal
Constitucional, también ha expresado que el recurso de amparo no puede ingresar a valorar y
analizar hechos controvertidos…” (…) (criterio reiterado y consolidado en la SC 1543/2011-R y las
Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0229/2014-S3, 0227/2014-S-2, 0746/2014 y 0793/2013,
entre otras).
En ese marco, se concluye que la jurisprudencia constitucional, estableció que para la procedencia de
la tutela por la comisión de medidas de hecho y/o avasallamientos, deben cumplirse determinados
presupuestos de orden constitucional, siendo uno de ellos acreditar un derecho consolidado. Dicho
en otros términos, esta acción de control tutelar no resulta ser en lo más mínimo, una vía para
dilucidar hechos controvertidos ni reconocer derechos, sino únicamente concierne a la jurisdicción
constitucional, protegerlos siempre y cuando se encuentren debidamente consolidados»
MEDIDAS SUSTITUTIVAS A LA DETENCIÓN PREVENTIVA (ART. 240 CPP)
S.C.P. 0573/2014 Sucre, 10 de marzo de 2014
RATIO DECIDENDI
F.J.III.3 En ese sentido, se concluye que no es evidente el cumplimiento de las medidas
sustitutivas previas a la detención preventiva, como erróneamente alega el accionante, ya
que como se señaló en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, para efectivizarse la libertad del imputado o el mandamiento de detención
domiciliaria como en el presente caso, éste debe cumplir con todas las medidas sustitutivas
previas que fueron dispuestas por el Tribunal de alzada; en el caso específico del arraigo, si
bien el accionante adjuntó documentación que evidenciaba que se había iniciado el trámite
correspondiente, ello no es suficiente para considerar como cumplido dicho requisito, pues
en un caso similar, la SCP 0745/2013 de 7 de junio, señaló que: “…en cuanto a otra
exigencia como es el arraigo, no se evidencia que hubiera sido acatada (…) el propio
afectado señala que acompaña simplemente el talonario del certificado de arraigo; extremo
que no puede ser considerado como cumplimiento del requisito, pues el documento idóneo
que demuestra su establecimiento, es el mandamiento de arraigo emitido por la autoridad
competente, como es la repartición de Migraciones dependiente del Ministerio de Defensa,
pues el talón al que se refiere el accionante, demuestra únicamente que la petición se
encuentra en proceso, pero que aún no concluyó con su tramitación; y por lo tanto, el arraigo
aún no está legalmente constituido”.
Por otra parte, en relación a la supuesta demora y falta de celeridad procesal que invoca el
accionante, se advierte que el 10 de octubre de 2013, la parte querellante recusó a la
autoridad jurisdiccional demandada, la cual fue rechazada mediante Resolución 463-A/2013
de 11 de octubre, disponiendo su remisión ante el Tribunal Departamental de Justicia en el
plazo de veinticuatro horas y debido a que su competencia quedó suspendida, ordenó se
remitan antecedentes al juzgado siguiente en número, extremo que demuestra que no existió
demora en la tramitación de la recusación planteada, pero en lo principal, queda claro que la
autoridad demandada se encuentra imposibilitada de realizar cualquier acto bajo sanción de
nulidad, conforme lo dispone el art. 321 del CPP. En todo caso, el deber de la autoridad
demandada es la de remitir en el día los antecedentes del proceso al siguiente juzgado en
[154]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
número, con la finalidad de que la autoridad jurisdiccional competente, tome conocimiento de
la causa y evalúe los antecedentes del mismo y disponga lo que corresponda en derecho
respecto a la aplicación de las medidas sustitutivas a la detención preventiva del accionante;
aspectos que imposibilitan conceder la tutela solicitada; toda vez que, no se ha evidenciado
lesión de su derecho a la libertad, ni a los principios de celeridad procesal, economía
procesal e “indubio pro reo”.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2 En ese orden de ideas, la autoridad jurisdiccional en uso de la sana crítica y
atendiendo a las circunstancias concretas del caso, puede disponer la aplicación de una o
más medidas sustitutivas conforme lo estipula el mencionado art. 240 del CPP. Por ello, se
infiere que si la autoridad jurisdiccional considera que dos o más medidas sustitutivas
garantizan la finalidad a la cual están destinadas, éstas son concurrentes para el imputado;
es decir, que debe cumplir con aquellas que por su naturaleza deban ser materializadas con
anterioridad a la efectivización de la libertad, como por ejemplo la fianza, la presentación
periódica o el arraigo, razón por la cual, en los supuestos que se disponga la cesación a la
detención preventiva con la imposición de medidas sustitutivas, el imputado debe acatar
todas ellas, correspondiendo en consecuencia la emisión del mandamiento de libertad.
Sobre la temática, la SCP 0745/2013 de 7 de junio, ha expresado que: “…cuando se trata
de un fallo que determina la aplicación de medidas sustitutivas a la detención
preventiva; el único requisito exigible para materializar la libertad del imputado, será el
cumplimiento de las últimas medidas impuestas, claro está que se deben discriminar
dos tiempos procesales en su consecución; de un lado, las exigencias establecidas
para ser acatadas antes de otorgarse la libertad, entre ellas, las fianzas, los arraigos y
garantías reales o personales; y de otro lado, están las posteriores, como ser,
presentaciones periódicas ante ciertas autoridades o instancias, prohibición de
concurrir a ciertos lugares y frecuentar a determinadas personas o sujetos
procesales”.
Precedente reiterado: SCP 0745/2013
[155]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conforme al ordenamiento jurídico vigente, en la encargada de defender los derechos e
intereses de las personas sujetas a una investigación o proceso penal.
Así, el razonamiento jurisprudencial citado ut supra, fue desarrollado tomando en cuenta la
naturaleza subsidiaria excepcional que rige a la acción de libertad, por la que la persona
afectada debe acudir antes de activar la jurisdicción constitucional, a los mecanismos
procesales específicos de defensa idóneos, eficientes y oportunos para reparar la lesión
cometida; siendo viable solo en el caso de no subsanarse los derechos alegados de
vulnerados, no obstante el agotamiento de las vías específicas.
En ese orden de ideas, conforme a la jurisprudencia reiterada y uniforme, resulta claro que,
el juez cautelar, es la autoridad encargada del control jurisdiccional de la investigación y
específicamente de los actos del Ministerio Público y de la Policía Boliviana, desde los actos
iniciales hasta la culminación de la etapa preparatoria, afirmación respaldada en las
previsiones contenidas en los arts. 54 inc. 1) y 279 del CPP; por lo que, en el supuesto de
existir una acción u omisión que restringa el derecho a la libertad dentro de la investigación,
el agraviado debe acudir ante el juez cautelar, a efectos que éste como contralor de la
investigación se pronuncie al respecto resolviendo lo que corresponda en derecho;
abriéndose únicamente la jurisdicción constitucional al persistir la restricción aludida, por no
repararse lo denunciado.
Sobre el particular, la SCP 0185/2012 de 18 de mayo, que moduló el primer supuesto
contenido en la SC 0080/2010-R de 3 de mayo, en relación a los casos en que opera la
subsidiariedad excepcional de esta acción de defensa -que exigía la denuncia de los actos
considerados como ilegales ante el juez cautelar de turno, en caso de no existir autoridad a
cargo de la investigación-; puntualizó que la subsidiariedad opera únicamente en los
asuntos en los que conste inicio de investigación: “…es decir, cuando la restricción se
hubiera presuntamente operado al margen de los casos y formas establecidas por ley y que,
sin embargo, tal hecho se hubiera dado a conocer al juez cautelar del inicio de la
investigación y, en su caso, de la imputación, resulta indispensable recordar que el art. 54.1
del CPP, establece que entre las competencias del juez de instrucción en lo penal, está el
ejercer el control jurisdiccional de la investigación, lo que significa, que es la autoridad
encargada de resguardar que la etapa de investigación se realice conforme a procedimiento
y en estricta observancia de respeto a los derechos fundamentales y garantías
constitucionales de las partes del proceso -imputado, querellante y víctima-. (…) desde otra
perspectiva, cualquier acto ilegal y/o arbitrario durante la investigación en que
incurriere el Ministerio Público como titular de la acción penal o la Policía Boliviana
como coadyuvante, deberá ser denunciado ante el juez de instrucción en lo penal, que
tenga a su cargo el control jurisdiccional de la investigación”.
Jurisprudencia constitucional vinculante y obligatoria, que debe ser aplicada ineludiblemente
en el análisis y resolución de acciones de libertad, en las que se impugnen conductas
arbitrarias de funcionarios del Ministerio Público o de la Policía Boliviana.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Resultado de resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: De lo glosado se tiene que, la obligación del juez o
tribunal de sentencia la fundamentación de la pena, en base a los lineamientos
legales establecidos en el Código Penal a partir del art. 37, debiendo sujetarse al
mínimo y máximo establecido para el tipo penal atribuido cuya autoría se demostró.
En cuando a las facultades del tribunal de alzada, se concluye que además de poder
modificar el quantum de la pena, en base a una debida fundamentación; asimismo,
puede complementar la fundamentación de la sanción impuesta por la autoridad
jurisdiccional de instancia, en caso de detectar alguna falencia. Ahora bien, en el
caso específico que se analizará a continuación, los razonamientos arriba expuestos
son plenamente aplicables, debiendo entenderse que ante la modificación de la
tipificación de la conducta de los imputados sobre la base de los hechos
demostrados en juicio, en grado de apelación, la imposición de la sanción
igualmente debe regirse a los criterios legales establecidos en los arts. 37, 38, y 40
del Código Sustantivo penal y dentro del marco preestablecido del tipo penal
endilgado. Conforme se evidenció, recurrida la Sentencia de apelación, el Tribunal
de alzada concibió que la tipificación de la conducta de los coimputados, entre ellos
el recurrente, efectuada por el Juez de mérito resultó errada, por cuanto por las
propias conclusiones arribadas en la Sentencia se infería que la conducta delictiva
acusada se encuadraba en los elementos del tipo penal de Transporte de Sustancias
Controladas, el que prevé la sanción de presidio de un mínimo de ocho años, un
máximo de doce años y mil a mil quinientos días de multa e incautación definitiva
del motorizado o medios de transporte. En razón a ello el Tribunal de alzada, en
primer lugar se remitió a los fundamentos de la Sentencia de mérito en cuanto a la
temática, la misma que no fue anulada en aplicación del art. 414 del CPP,
complementando que de conformidad a los arts. 37 y 38 del CP y de las
circunstancias del hecho que fueron expuestas en la Sentencia, sobre el
acondicionamiento de compartimientos secretos en el medio de transporte, la
existencia de volúmenes mayores de paquetes en número de doscientos que
contenía 210655 gr. de cocaína, impuso al recurrente la sanción de once años de
presidio, más multa de trescientos días a razón de Bs. 3.-, además de costas a favor
del Estado.
Descriptor: Modificación del tipo pena
Restrictor: Solo puede admitirse sobre la base de los hechos demostrados en juicio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
motivación sobre la concurrencia de los presupuestos procesales para disponer la medida
excepcional de última ratio, conforme la solicitud efectuada por el Ministerio Público a través
de la imputación formal presentada ante el órgano jurisdiccional, la cual no fue enervada por
la defensa técnica del imputado en audiencia de medidas cautelares.
El accionante no efectuó una descripción clara de cuáles serían aquellos medios de prueba,
de los cuales no se hubiera ingresado a un análisis y valoración integral conforme establecen
los arts. 233, 234 y 235 del CPP, tampoco aclaró cuál sería esa falta de valoración a la que
hace referencia, ya que para impugnar la valoración de la prueba en sede Constitucional, el
accionante debió fundamentar y demostrar que en efecto existió irracionalidad u omisión”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “El Tribunal Constitucional, ha desarrollado una amplia jurisprudencia respecto a la
fundamentación de las resoluciones que dispongan una medida cautelar de carácter
personal de detención preventiva de un imputado y/o imputada; así la SC 1141/2003-R de 12
de agosto, sostuvo: 'la aplicación de una medida cautelar de carácter personal en el ámbito
procesal penal debe cumplir con las condiciones de validez legal, lo que significa que, la
autoridad judicial competente, para adoptar la decisión de aplicar la detención
preventiva, de una parte, está obligado a verificar y determinar la concurrencia de los
requisitos previstos por el art. 233 CPP, para lo que deberá contrastar la solicitud
fundamentada del Ministerio Público con los elementos de prueba presentados sobre la
concurrencia de los requisitos, en el marco de las normas previstas por los arts. 234 y 235
CPP; de otra parte, deberá fundamentar en derecho la decisión de aplicar la medida
cautelar de carácter personal, pues tomando en cuenta que uno de los principios
fundamentales inherentes al Estado Democrático de Derecho es la motivación de las
decisiones de las autoridades públicas, el juez está obligado a expresar los motivos
de hecho y de derecho en que se basa su convicción determinativa de la concurrencia
de los requisitos, así como el valor otorgado a los medios de prueba, esa
fundamentación no puede ser reemplazada por la simple relación de los documentos o
la mención de los requerimientos de las partes; de modo que está obligado a expresar
los presupuestos jurídicos que motivan la medida, con cita de las normas legales aplicables y
la descripción clara y objetiva de los elementos de convicción concurrentes'” . Entendimiento
reiterado en la SCP 2354/2012 de 16 de noviembre.
Precedente.- SC 1141/2003-R de 12 de agosto.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
decisorio donde constan los errores, como tampoco proporciona la solución que se
pretende ni refiere la incidencia que de ello resultaría en la resolución de mérito; por
lo que, esta deficiencia en el planteamiento emergente de las apreciaciones del
recurrente, permitió en forma atinada al Tribunal de alzada, arrimar a la conclusión
de que el recurrente incurrió en una aseveración sin explicación lógica y coherente,
sin sustento para demostrar el defecto denunciado, que confundió además, una
supuesta omisión de valoración de la prueba o que la misma no hubiere sido
tomada en cuenta que no es evidente, como se fundamentó-, con la valoración
efectuada pero en forma defectuosa, efecto este último para el cual, como se ha
explicado, la referencia general no ha proporcionado los fundamentos necesarios
para permitir realizar un mayor análisis de la problemática.
Descriptor: Motivos de casación
Restrictor: fundamentos necesarios en el recurso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: Fiscal recién asignado al caso, porque es necesario el conocimiento
mínimo del caso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ministerio Público, alegó insuficiente fundamentación del Auto de Vista en respuesta
a los puntos de la apelación restringida y revalorización de la prueba. La parte
querellante fundamentó falta de resolución, consideración y valoración de los
fundamentos expuestos en el recurso de apelación restringida, incorrecta valoración
de la prueba documental e insuficiente y contradictoria fundamentación. El Auto
Supremo, a tiempo de dejar sin efecto la resolución recurrida, fundamentó en
cuanto al recurso de casación de los imputados, que los razonamientos esbozados
en el precedente contradictorio invocado y el Auto de Vista impugnado, diferían de
manera sustancial, haciendo imposible realizar su contrastación por no tratarse de
un hecho similar. Que, resultaba irrefutable que la valoración defectuosa o
incorrecta de la prueba aportada en el juicio vulneró el debido proceso y que el
Tribunal de alzada no podía revalorizar ni revisar cuestiones de hecho al ser
potestad exclusiva de los Jueces o Tribunales de Sentencia, menos podía cambiar la
situación jurídica del imputado, de absuelto a condenado o viceversa. Con referencia
al recurso de casación del Ministerio Público, sustentó que el Tribunal de apelación,
no absolvió debidamente la denuncia efectuada, contradiciendo los precedentes
invocados respecto al deber de fundamentación suficiente, que generó un defecto
absoluto, sin la observancia de las reglas del debido proceso y las garantías
constitucionales; en consecuencia, emitió la siguiente doctrinal legal aplicable: “Es
indiscutible que la apelación restringida no es un medio legítimo para la revalorización
de la prueba puesto que en el sistema procesal vigente no existe la doble instancia y
los hechos probados en juicio se hallan sujetos al principio de intangibilidad; sin
embargo, esa limitación no significa que no sea procedente el control del iter lógico que
ha seguido el Juzgador o que el Tribunal de Apelación, no obstante la denuncia
expresa contenida en el recurso de apelación restringida, se encuentre impedido y/o
carezca de competencia para examinar la fundamentación probatoria intelectiva de la
Sentencia y con ello la de la aplicación de la sana crítica y sus componentes, en la
eventualidad de que el Juzgador haya podido caer en errores de logicidad.
En efecto, denunciada la insuficiente fundamentación de la Sentencia y la defectuosa
valoración de la prueba, el Tribunal de Alzada, en aplicación de los artículos 407,
413, 414 y 398 del Código de Procedimiento Penal, tiene competencia para
pronunciarse no sólo sobre la aplicación o no de la ley sustantiva, sino también sobre
el cumplimiento de los requisitos de validez contenidos en el artículo 173 del Código
de Procedimiento Penal, y, en ese marco, determinará si el Tribunal o Juez de
Sentencia explicó por qué aplicó una norma o por qué no lo hizo y si rigió el acto
procesal de la valoración armónica y conjunta de la prueba a sus reglas
fundamentales: la lógica, la psicología y la experiencia, dentro del marco de
razonabilidad y equidad previsibles para decidir de forma congruente, consignando
por escrito, es decir fundamentado, las razones que lo condujeron a la decisión. En
todo caso, el resultado de un razonamiento que quebrante cualquiera de esos
principios tiene el efecto de insuficiente fundamentación exigida en el artículo 124 del
Código de Procedimiento Penal”.
Por último, el Auto Supremo 286 de 22 de julio de 2013, fue emitido dentro de un
proceso penal seguido por la presunta comisión del delito de Violación de Niño, Niña
o Adolescente, previsto y sancionado por el art. 308 bis del CP, que en Sentencia se
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
declaró al imputado absuelto de culpa y pena, siendo objeto de impugnación por la
parte querellante a través del recurso de apelación restringida, resuelto por Auto de
Vista que declaró la improcedencia del recurso confirmando la Sentencia apelada,
con el argumento de que el Tribunal de alzada no puede ingresar a revalorizar la
prueba por no tratarse de un Tribunal de segunda instancia. En recurso de
casación, el querellante estableció como motivos, que no se solicitó la revalorización
de la prueba por parte del Tribunal de alzada, sino el control sobre dicha valoración
para verificar si el Tribunal de la causa cumplió con su deber de la fundamentación
probatoria, vulneración al principio de continuidad y falta de pronunciamiento
respecto a los arts. 203 y 353 del CPP. El Supremo Tribunal dejando sin efecto el
Auto de Vista, determinó que el Tribunal de alzada, recurrió a argumentos evasivos
afirmando que no podría ingresar a efectuar una revalorización de los hechos, sin
considerar que el control jurídico que puede ejercer conforme a la habilitación legal
contenida en el art. 370 inc. 6) del CPP, de ninguna manera vulnera el principio de
intangibilidad de los hechos, ni implica efectuar una valoración ex novo de las
pruebas producidas en juicio; por otro lado, sustentó que el Auto de Vista
impugnado también incurrió en una falta de fundamentación a momento de resolver
los demás aspectos apelados por el querellante, obrando en infracción del art. 124
del CPP, además de haber omitido pronunciarse en cuanto a la denuncia de
aplicación de los arts. 203 y 353 del CPP; en cuyo mérito esbozó la siguiente
doctrina legal aplicable, expresando: “I. Toda Resolución judicial debe estar
debidamente fundamentada, lo que obliga a todo juzgador a exponer todos los
motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones, exigencia que no solo
responde a un mero formalismo de estructura, sino que al margen de ello, responde al
cumplimiento de deberes esenciales del juez, que a su vez implica el respeto a los
derechos y garantías fundamentales de orden procesal expresamente reconocidos a
los sujetos procesales. Así, la garantía del debido proceso, en el ámbito de sus
presupuestos, exige que toda resolución sea debidamente fundamentada, por cuanto,
cuando un juez omite la motivación de una resolución, no solo suprime una parte
estructural de la misma, sino también en los hechos toma una decisión de hecho y no
de derecho que vulnera de manera flagrante la referida garantía que permite a las
partes conocer cuáles son las razones para que se declare en uno o en otro sentido,
aspecto que corresponde ser estrictamente verificado por el tribunal de apelación
respecto de la sentencia que fue impugnada en este sentido por el querellante.
La exigencia de la debida motivación de las resoluciones judiciales también alcanza
con mayor relevancia y exigibilidad a las resoluciones pronunciadas en grado de
apelación, siendo imprescindible que estas resoluciones también sean suficientemente
motivadas y expongan con claridad las razones y fundamentos legales que las
sustentan con relación a los aspectos cuestionados, a objeto de que se permita
concluir que sus conclusiones son el resultado de una correcta y objetiva valoración de
los antecedentes, no estando permitido suplir esta motivación con argumentos
evasivos o hacer alusión a que el juez de la causa obró conforme a derecho
simplemente, debiendo asimismo resolver todos los aspectos apelados en el recurso
de apelación.
[162]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
II. El sistema judicial de valoración de la prueba penal vigente en el país otorga a los
jueces y tribunales de sentencia la libre valoración de las pruebas; sin embargo, esta
libre valoración de ningún modo puede ser arbitraria y, por lo mismo, debe ser
ejercida de conformidad a criterios lógicos-objetivos, explicada además de manera
racional, por lo que la conclusión a la que arriba el juzgador en la sentencia debe
estar constituida por inferencias razonables, deducidas de las pruebas y de la
sucesión de conclusiones que en base a ellas se vayan determinando, pues la
conclusión sobre la existencia o inexistencia de responsabilidad penal del procesado
debe derivar de elementos verdaderos y suficientes, no pudiendo constituir una
sentencia materialmente justa ni formalmente correcta aquella que derive de premisas
falsas o a través de la utilización arbitraria de la fuente de convencimiento,
constituyendo una falsa motivación el caso de extraer un cargo delictuoso o bien la
absolución de una persona procesada a través de una arbitraria o sesgada valoración
de prueba que manifiestamente no contiene esa certidumbre.
Así, si bien la estimación valorativa de las pruebas y las conclusiones fácticas de la
sentencia quedan fuera de la competencia de los tribunales de apelación, está sin
embargo sujeto a impugnación y control judicial en vía de apelación el proceso lógico
seguido por el juez de la causa en su razonamiento, siendo posible al tribunal de
apelación realizar bajo este aspecto un examen sobre la aplicación del sistema
probatorio establecido por la Ley procesal penal, a fin de custodiar la aplicación de las
reglas de la sana crítica en la motivación de la sentencia, verificando si se observaron
las reglas fundamentales de la lógica, la psicología y la experiencia, control jurídico
que de ninguna manera implica vulnerar el principio de intangibilidad de los hechos,
ni efectuar una valoración ex novo de las pruebas producidas en juicio.
Considerando que la valoración de la prueba y de los hechos es de competencia
privativa del Juez o Tribunal de Sentencia, por ser ellos quienes se encuentran
presentes en la producción de la prueba, el tribunal de apelación debe circunscribir su
análisis y control a si la valoración, apreciación y conclusiones obtenidas de las
pruebas por parte del Juez o Tribunal de Sentencia, responden a un procedimiento
lógico, razonable, valorativo o teleológico; en caso de establecer que la valoración o
apreciación de la prueba fue efectuada con infracción de las reglas jurídicas que
regulan la forma y contenido de la motivación o que los juicios vertidos sobre las
pruebas no responden al procedimiento descrito precedentemente, deberá cumplir con
la obligación de explicar y exponer los motivos o razones jurídicas que justifiquen la
infracción de las reglas de apreciación que se deduzcan. Al respecto, también
corresponde precisar que, naturalmente, el control jurídico que debe desarrollar el
Tribunal de Apelación sobre la valoración y apreciación de las prueba, así como la
motivación de las razones que llevan a la conclusión de dicho control en alzada,
deberá ser efectuado de manera legítima, es decir, deberá realizarse y fundarse
respectivamente, en elementos de prueba que sean objetivamente verificables en los
antecedentes del proceso y no fundarse en presunciones subjetivas del Tribunal”.
[163]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 572/2015-RRC
Sucre, 04 de septiembre de 2015
Delitos: Asesinato y Encubrimiento
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: (…) si bien, en los delitos de Homicidio y Asesinato, la
acción es matar a un ser humano de forma voluntaria e intencionada; empero, en el
tipo penal de Asesinato la muerte de la víctima se convierte en el medio para
alcanzar un fin, o el fin alcanzado de una forma macabra, provocando y generando
un sufrimiento innecesario en su víctima; entonces, la diferencia entre ambos tipos
penales, radica en que, en el delito de Asesinato debe de concurrir para ser
calificado como tal, alguna de las circunstancias reflejadas en el art. 252 del CP, -en
el caso que nos ocupa-: el numeral 3. "Con alevosía o ensañamiento”, aspecto que
fue constatado por los Jueces técnicos, conforme se evidencia de la lectura de la
sentencia, de los hechos probados, en el acápite V.- denominado de la
Fundamentación Jurídica de la sentencia, donde constataron, que en el caso, existió
alevosía o ensañamiento, concluyendo, que debía declararse la culpabilidad del
acusado en el tipo penal de Asesinato; empero, bajo el principio de favorabilidad
ante un empate en la votación con las juezas ciudadanas, lo declararon culpable de
la comisión del delito de Homicidio, aspecto que no fue controlado por el Tribunal de
alzada incurriendo en contradicción con los Autos Supremos 329 de 29 de agosto de
2006; toda vez, que cuando no se califica adecuadamente la conducta del imputado
al tipo penal que corresponde se genera una errónea aplicación de la ley sustantiva
por la errónea calificación de los hechos; y, 67 de 27 de enero de 2006, referida a
que el principio de tipicidad se aplica como una obligación a efectos de que los
jueces y Tribunales apliquen la ley penal sustantiva debidamente enmarcado en la
conducta del imputado, lo contrario, significaría incurrir en defecto absoluto
insubsanable, que fueron invocados por los recurrentes y explicados en el apartado
III.1 de esta Resolución. De lo anterior, se concluye que al encontrarse establecidos
los hechos al tipo penal de Asesinato; toda vez, que en caso de autos conforme lo
fundamentado por los propios jueces técnicos en el acápite V, denominado de la
fundamentación jurídica de la Sentencia se probó la alevosía y ensañamiento con la
que hubiere actuado el imputado, le corresponde al Tribunal de alzada, en
aplicación de la doctrina legal sentada en el acápite III.5 de este Auto Supremo,
emitir directamente nueva sentencia, sin necesidad de reenvío, dando estricta
aplicación a la parte final del art. 413 parte final del CPP, que atribuye al Tribunal
de alzada, la facultad de resolver directamente y emitir nueva sentencia, ello a partir
de que los hechos se encuentran acreditados, como sucede en el presente caso;
consecuentemente el recurso en examen también deviene en fundado.
Descriptor: Muerte de persona
Restrictor: Diferencia entre Homicidio y Asesinato
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
N
NATURALEZA DEL RECURSO DE APELACIÓN RESTRINGIDA Y REVALORIZACIÓN
DE PRUEBA POR EL TRIBUNAL DE ALZADA
AUTO SUPREMO Nº 513/2014-RRC
Sucre, 01 de octubre de 2014
[165]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El recurso de apelación restringida, en cuanto a su naturaleza, también fue
desarrollado ampliamente por este Tribunal, habiéndose señalado repetidamente
que, tomando en cuenta el sistema acusatorio que acogió nuestro país en materia
penal, no existe la doble instancia, por lo que el recurso de apelación restringida no
puede constituir un mecanismo a través del cual se busque la revisión de la
sentencia para el establecimiento de hechos (aspecto que goza del principio de
intangibilidad) a través de una nueva valoración de la prueba producida en el juicio
oral; así, los Autos Supremos 200/2012-RRC de 24 de agosto y 229/2012 de 27 de
septiembre, entre otros, hicieron hincapié en este entendimiento, expresando este
último: “Es menester que los Tribunales de alzada asuman con precisión los alcances
del recurso de apelación restringida, que constituye un medio legal para impugnar
errores de procedimiento o de aplicación de normas sustantivas en los que se hubiera
incurrido durante la sustanciación del juicio o en la dictación de la Sentencia; por ello
no debe entenderse que dicho recurso sea el medio idóneo que faculte al ad quem,
para revalorizar la prueba o revisar cuestiones de hecho que es de potestad exclusiva
de los Jueces o Tribunales de Sentencia”.
Criterio que guarda coherencia con el principio de inmediación, pues el juzgador es
el único que tiene la posibilidad de tener contacto directo con las pruebas, de cuya
impregnación y posterior valoración en sentencia, quedará en condiciones de
determinar, de la manera más cercana posible, la verdad histórica de los hechos
(verdad material) que resulta ser el fin esencial del proceso penal; razonando en
contrario, el Tribunal de alzada no cuenta con la posibilidad de inmediación con el
elenco probatorio, haciendo inviable cualquier examen valorativo de la prueba,
estando su campo de acción circunscrito al control de logicidad de la valoración del
Tribunal o Juez de Sentencia. Similar entendimiento se encuentra plasmado, entre
otros, en el Auto Supremo 176/2013-RRC de 24 de junio, en el que se
expresó: “Siendo así que, ante la impugnación de errónea valoración de la prueba, es
decir, incorrecta aplicación de los anteriores criterios en la fundamentación de la
Sentencia por el Juez o Tribunal de Sentencia, es el Tribunal de alzada el encargado
de verificar si los argumentos y conclusiones de la Sentencia, reúnen los requisitos
para ser considerados lógicos, esto es, que no contengan afirmaciones falsas,
incoherentes o absurdas, lo que se podrá verificar, haciendo un análisis respecto de la
valoración de la prueba, contrastando justamente con las señaladas leyes del
pensamiento humano”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En efecto, la jurisprudencia glosada en la referida Sentencia Constitucional Plurinacional, ha definido
lo siguiente: “El arresto, es una medida cautelar extrajudicial de carácter personal, consistente en la
privación de libertad del investigado por un tiempo breve y con un propósito específico, aplicable por
el fiscal o funcionarios policiales, conforme establece la aludida norma penal adjetiva. Así, el art. 225
del CPP, señala: 'Cuando en el primer momento de la investigación sea imposible individualizar a los
autores, participes y testigos y se deba proceder con urgencia para no perjudicar la investigación, el
fiscal o la policía podrán disponer que los presentes no se alejen del lugar, no se comuniquen entre si
antes de informar, ni se modifique el estado de las cosas y de los lugares y, de ser necesario ordenaran
el arresto de todos por un plazo no mayor de ocho horas'. De la norma citada, se colige que la
característica esencial del arresto radica en que es provisional, con una duración máxima de ocho
horas, con una finalidad esencialmente investigativa, en ese sentido tiene un estrecho vínculo con los
presupuestos materiales de activación para la adopción de esta medida, a cuyo propósito el Tribunal
Constitucional en la SC 0326/2003-R de 19 de marzo, señaló: '… el «arresto» al no ser
una medida judicial, es una atribución del fiscal o la policía, pero a fin de evitar decisiones arbitrarias
o no justificadas, es que el art. 225 CPP, ha establecido los presupuestos materiales para la adopción
de esa medida que son, por una parte, la imposibilidad de individualización de los autores, partícipes
y testigos y, por otra parte, el riesgo de que puedan perjudicar la investigación; además la privación
de la libertad como consecuencia de un arresto, debe quedar condicionada a un tiempo corto no
mayor de ocho horas, es decir, que el máximo es precisamente las 8 horas'.
Entonces, conforme al entendimiento jurisprudencial anterior, el arresto tiene la única finalidad de
optimizar la investigación, cuando en el desarrollo de la misma, en un primer momento sea imposible
individualizar a los probables autores, cómplices o testigos, caso en que opera el arresto, de lo
contrario, ante la inconcurrencia de estos presupuestos la privación de libertad es ilegal.
La aprehensión por su parte, igual que el arresto, es también una medida cautelar extrajudicial de
carácter personal, que puede ser impuesta por el funcionario policial, fiscal e inclusive por
particulares, conforme establecen los arts. 226, 227 y 229 del CPP. Para la aprehensión, la autoridad
o persona particular debe tener cierto grado de certeza y seguridad de la participación del encausado
en el ilícito investigado; cuya finalidad es, por una parte, asegurar su presencia mientras dure la
investigación y, por otra, ser remitido dentro las veinte cuatro horas ante el Juez de Instrucción en lo
Penal, autoridad llamada por ley para pronunciarse sobre la legalidad o ilegalidad de la aprehensión
en caso de cuestionarse la misma, quien además determinará la situación jurídica del aprehendido.
Para la procedencia de la aprehensión deben concurrir necesariamente requisitos formales y
materiales, aspecto desarrollado la jurisprudencia constitucional en la SC 0957/2004-R de 17 de
junio”.
[167]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
solicitó la palabra a tiempo y por ende ingresó inmediatamente a la fase de la
deliberación del proceso. En este marco, la omisión de la Presidente del Tribunal de
juicio, a prima facie conllevaría a disponer la nulidad de obrados; sin embargo, es
importante tomar en cuenta que en materia de nulidades procesales rigen principios
que deben ser estrictamente observados antes de determinar una nulidad y para ese
efecto debemos remitirnos a la jurisprudencia descrita del apartado III.1 de la
presente resolución y que hace parte del principio de trascendencia; así dicha
jurisprudencia estableció que quien alega la nulidad debe: "i) Alegar el perjuicio o
daño señalando de forma clara cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó
incumpliendo las formas procesales no resultando suficiente una invocación
genérica de algún defecto sin explicación clara y precisa de dichas circunstancias; ii)
Debe acreditar de forma específica la existencia de perjuicio cierto concreto y real en
desmedro de sus derechos y/o garantías constitucionales demostrando que la única
forma de enmendar el error es por medio de la declaratoria de nulidad; iii) Debe
existir interés jurídico en la subsanación, por lo que quien solicita nulidad; debe
explicar por qué la solicita toda vez que el argumento de impetrante es el que
permite al juzgador, establecer el ámbito de pronunciamiento”. En este sentido, si
bien en el recurso de casación la recurrente identifico él y los actos que no pudieron
ser realizados, sin embargo de ello, no alego mínimamente el perjuicio o daño de
dicha irregularidad; menos acredito de manera clara, objetiva y específica, la
existencia de perjuicio cierto, concreto y real en desmedro de sus derechos,
demostrando así que la única forma de enmendar el error es por medio de la nulidad
de obrados como así exige la jurisprudencia de carácter vinculante; por ello mismo,
este Tribunal entiende objetivamente y en el marco de los principios que rigen la
materia, que en caso de nulidad se llegaría al mismo resultado sin ninguna
trascendencia para el efecto. En coherencia con lo referido, se tiene el principio de
trascendencia que establece que, no hay nulidad de forma si la alteración procesal
no tiene vital importancia sobre las garantías esenciales de defensa en juicio,
responde a la máxima "no hay nulidad sin perjuicio", no pudiendo hacerse valer la
nulidad cuando las partes no han sufrido un gravamen con la infracción; por otra
parte, el principio de conservación, que impone al juzgador procurar la conservación
de los actos procesales cuando el vicio inexistente en el acto no produce indefensión
de las partes; en la• problemática en particular -como se dijo- así hubiese
participado la víctima como testigo e intervenido antes de clausurado el debate, no
era determinante para la decisión final adoptada por el Tribunal de Sentencia; es
decir, el resultado final hubiese sido el mismo; esto es, la absolución de los
imputados; por cuanto, para esta determinación el Tribunal de juicio valoró otros
medios probatorios incorporados al juicio los que sirvieron de sustento para la
decisión, de tal forma que, la participación de la acusadora en su condición de
víctima, no hubiese generado convicción para la condena de los imputados; en
consecuencia, la nulidad de obrados pretendida no se encuentra embestida de
relevancia constitucional, en todo caso, se ocasionaría una demora judicial
innecesaria contraviniendo el principio de celeridad y el derecho a una justicia
pronta, oportuna y cumplida, concluyéndose que el Tribunal de alzada pese a no
considerar la denuncia de la acusadora particular, resolvió el recurso de apelación
[168]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
restringida de manera correcta, no siendo evidente -en el presente caso- la
existencia de un defecto absoluto que vulnere derechos y conlleve a una indefensión
absoluta que justifique anular el Auto de Vista.
Descriptor:
No hay nulidad si el acto no produce indefensión de las partes.
Restrictor:
No hay nulidad si el acto no produce indefensión de las partes.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
expresa las razones por las que es posible prescindir en ciertas circunstancias la
presencia de la víctima en juicio, cuando implica una revictimización, razonamiento
que comparte este Tribunal por responder a las normas constitucionales, los pactos
internacionales y legales.
Descriptor: No revictimización
Restrictor: es posible valorar declaraciones escritas de víctimas menores
Delitos: Estelionato
Resultado de Resolución: Infundado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: Respecto a la denuncia de vulneración al principio non
bis in ídem, se debe tener en cuenta que el sobreseimiento al cual hace referencia el
impetrante, establece con claridad el hecho de que M.D.J.B. se presta $us. 4.000.-
(cuatro mil dólares estadounidenses) de J. M. M. el 24 de agosto de 2005
comprometiendo pagar esa suma el 3 de septiembre de 2006, garantizando esta
deuda con dos vehículos; este hecho, comparado al ahora condenado se establece en
la Sentencia lo siguiente "Que en fecha 24 de agosto de 2005, se suscribe un
documento privado, donde reconoce M.D.J.B. que J. M. M. le prestó la suma de $us.
4.000 (cuatro mil dólares estadounidenses) comprometiéndose a pagar hasta el 3 de
septiembre de 2005, otorgando en garantía dos movilidades, una vagoneta guinda
marca Toyota modelo 1994 y una vagoneta roja marca Isuzu Trooper modelo 1990.
Y por documento de fecha 15 de diciembre de 2005, se compromete a restituir el
dinero hasta el diecinueve de diciembre de 2005, no habiendo devuelto el dinero,
tramitó su recuperación... ", de ahí que se puede advertir que el hecho que se realizó
el sobreseimiento por parte del Ministerio Público difiere con el hecho que juzgó en
la presente sentencia teniendo en cuenta que en el presente juicio se consideró el
hecho de que el 15 de diciembre de 2005 el imputado realiza un documento de
compromiso de pago por el cual se compromete a pagar lo adeudado el 19 de
diciembre situación que es sustentada en la referencia que hace de las pruebas (MP
4 y 5) cursante en la Sentencia; por tanto, la última obligación que contrajo en
imputado no es un hecho que sea parte del sobreseimiento; por lo tanto, lo que
juzgó el Tribunal de Sentencia no fue un hecho que el Ministerio Público sobreseyó,
en consecuencia no se le juzgó dos veces por el mismo hecho; por lo que, no se
advierte la vulneración del principio non bis in ídem.
Indice por Materia:
Descriptor:
Non bis in ídem
Restrictor:
No existe violación si el sobreseimiento emitido en el mismo caso abarca
hechos diferentes a los finalmente juzgados
NON BIS IN ÍDEM / La anulación de Auto de Vista por un Auto Supremo no implica
la conclusión del proceso
AUTO SUPREMO Nº 628/2015-RRC
Sucre, 26 de noviembre de 2015
Delitos: Violación, Asesinato, Encubrimiento, Incumplimiento de Deberes y Falso
Testimonio
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Para responder a esta denuncia se debe comprender las
características de este principio; que se puede dar en dos escenarios marcados, el
primero, cuando se prohíbe el juzgamiento o procesamiento doble por el mismo
hecho en dos causas distintas, y segundo, que una vez concluido el proceso con la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dictación de la Sentencia ejecutoriada se pretenda reabrir el mismo caso por el que
ya fue juzgado; en el presente motivo, el recurrente apunta al segundo caso, lo cual
no sucedió, sino que al emitirse el Auto Supremo que anuló el Auto de Vista y
conforme los criterios ya desglosados en el punto 3.a) de esta Resolución, dispuso se
emita nueva Resolución, que en ninguna manera señaló que el Tribunal de alzada
no tenía posibilidad de proceder a anular el juicio; entonces, el proceso no fue
concluido con la emisión de la Resolución de casación, por ello, no puede hablarse
de la vulneración del principio non bis in ídem, deviniendo el presente motivo como
infundado.
Descriptor: Non Bis in ídem
Restrictor: La anulación de Auto de Vista por un Auto Supremo no implica la
conclusión del proceso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la detención preventiva, que admite la notificación por la lectura de la resolución conforme lo
dispuesto en el art. 160 del mismo Código” (las negrillas y el subrayado nos pertenecen).
De la jurisprudencia citada, se entiende que únicamente la primera Resolución en audiencia de
consideración de medidas cautelares que impone la medida extrema de detención preventiva, debe ser
notificada de manera personal o en domicilio real, de acuerdo al mandato legal establecido en el art.
163 inc. 3) del CPP; en este marco normativo, se entiende que las Resoluciones posteriores; es decir,
las que resuelvan la cesación de la detención preventiva, modificación de medidas sustitutivas,
revocatoria de medidas sustitutivas, etc., deberán ser notificadas por su lectura en audiencia en
aplicación del art. 160 del citado Código, a efectos del cómputo del plazo para el ejercicio del derecho
a la apelación.
NUEVA SENTENCIA (ART., 413 CPP) / El Tribunal de alzada puede emitir nueva
sentencia incluso modificando la situación del imputado de absuelto a condenado o
de condenado a absuelto, siempre y cuando no proceda a una revalorización de la
prueba, menos a la modificación de los hechos probados en juicio al resultar temas
intangibles
AUTO SUPREMO Nº 572/2015-RRC
Sucre, 04 de septiembre de 2015
Delitos: Asesinato y Encubrimiento
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: El Auto Supremo 660/2014-RRC de 20 de noviembre
estableció: " ... este Tribunal entiende que no siempre la modificación de la situación
jurídica del imputado implica un descenso al examen de la prueba y a los hechos
(…) En consecuencia, este Tribunal considera necesario establecer la siguiente sub
regla: El Tribunal de alzada en observancia del art. 413 última parte del CPP, puede
emitir nueva sentencia incluso modificando la situación del imputado de absuelto a
condenado o de condenado a absuelto, siempre y cuando no proceda a una
revalorización de la prueba, menos a la modificación de los hechos probados en
juicio al resultar temas intangibles, dado el principio de inmediación que rige el
proceso penal boliviano; supuestos en los cuales, no está eximido de dar estricta
aplicación del art. 124 del CPP, esto es, fundamentar suficientemente su
determinación, ya sea para la absolución o condena del imputado y respectiva
imposición de la pena”. De ello, se comprende que cuando los hechos se encuentran
establecidos, el Tribunal de alzada ante la errónea aplicación de la norma sustantiva
en la que hubiera incurrido el Tribunal de sentencia, en observancia de la última
parte del art. 413 del CPP, puede emitir nueva sentencia.
Descriptor: Nueva Sentencia (art., 413 CPP)
Restrictor: El Tribunal de alzada puede emitir nueva sentencia incluso modificando
la situación del imputado de absuelto a condenado o de condenado a absuelto,
siempre y cuando no proceda a una revalorización de la prueba, menos a la
modificación de los hechos probad
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: Procede cuando existe vulneración al deber de fundamentación
suficiente, susceptible de influir en la parte dispositiva del fallo, que no pueda ser
subsanado sin ingresar en revalorización de la prueba
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 542/2015-RRC-L
Sucre, 24 de agosto de 2015
Delitos: Prevaricato, Alteración, Acceso y Uso Indebido de Datos Informáticos,
Resoluciones Contrarias a la Constitución y a las Leyes y Desacato
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: La determinación de nulidad de la Sentencia por el
Tribunal de apelación, emergente del planteamiento de recursos de apelación
restringida y con relación al imputado recurrente, supone que dicha resolución
confutada - Sentencia-, aun no estaba revestida de ninguna situación que la ubique
en la categoría de "resolución ejecutoriada", con el rasgo de haber alcanzado la
calidad de cosa juzgada, para que se considere que la misma no puede ser objeto de
mutación, mientras no se hayan agotado los medios de impugnación legalmente
permitidos, caso contrario implicaría un desconocimiento a la teoría de la
impugnación reconocida como aquel instrumento jurídico consagrado por las leyes
procedimentales para corregir, modificar, revocar o anular actos y resoluciones
judiciales, cuando las mismas denotan deficiencias errores o ilegalidades que
discurren en injusticia, por lo que por principio general todo acto o decisión
jurisdiccional es impugnable, de modo que la garantía a discrepar debe ser puesta a
cubierto, lo contrario implicaría desconocer la estructura judicial recursiva
establecida en el sistema procesal penal en vigencia, siendo que la imposibilidad que
alude el recurrente para ser nuevamente juzgado en juicio de reenvío, constituye
una posición individual que no tiene asidero legal.
Descriptor: Nulidad de la Sentencia
Restrictor: No significa que el imputado recurrente pueda ser juzgado en juicio de
reenvío
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
descripción de los tipos atribuidos al imputado, tampoco están directamente
relacionados al tema de inobservancia de la ley o su errónea aplicación susceptible
de incursionar al campo del régimen de las nulidades absolutas, debido a que el
hecho supuestamente vulnerador de derechos o garantías fundamentales, no es de
la magnitud para provocar la restricción o constituir un impedimento del ejercicio de
los derechos y garantías constitucionales del imputado y fundamentalmente del
derecho a la defensa, pues dicha omisión no ha marcado significación en el
resultado de la Sentencia que está fundado en que los aspectos contenidos en la
acusación no fueron probados, sin que los extractos o transcripciones, fueren
suficientes e idóneos para suplir las omisiones que otorguen diferente interpretación
y sentido a la prueba testifical valorada para determinar la responsabilidad penal del
imputado cambiando el resultado de la Sentencia, cuando dicha determinación es
coherente y razonablemente asumida por el Tribunal de Sentencia y responde a lo
existente en cuanto a la actividad probatoria acontecida en el juicio oral; en
consecuencia, las omisiones acusadas, carecen de relevancia y trascendencia y no
implica un defecto absoluto conforme describe el 169 inc. 3) del CPP, susceptible de
provocar la nulidad de la Sentencia, más aun cuando el régimen de las nulidades
deben ser interpretadas de manera restringida, tomando en cuenta que no hay
nulidad por la nulidad misma y menos cuando la omisión reclamada no ha
provocado perjuicio alguna a la parte, ni marcado significación en el resultado de la
Sentencia.
Descriptor: Nulidad de la Sentencia
Restrictor: No procede si pese a existir situaciones defectuosas u omisiones estas
no marcan incidencia en el resultado de la Resolución por no tener la magnitud para
provocar la restricción o constituir un impedimento del ejercicio de los derechos y
garantías constitucionales
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contradicción. Pues en el caso, a tiempo de emitir el nuevo fallo, ante la denuncia de
defectuosa valoración de la prueba, los Vocales determinaron que con relación a la
prueba consistente en el acta de inspección y reconstrucción judicializada durante
el juicio, si bien fue mencionada en la Sentencia de mérito en sentido que tendría un
valor legal; empero, en realidad no recibió ningún tipo de valoración; reconociendo a
continuación que dicha tarea no puede ser reemplazada en alzada, tal como se
estimó en el Auto Supremo 458 y en las doctrinas legales aplicables contenidas en el
mismo, en las que claramente se determina la restricción del Tribunal de alzada
para revalorizar la prueba; existiendo únicamente la posibilidad de modificar la
situación jurídica del imputado, directamente en dicha etapa impugnaticia, sin
descender a la valoración probatoria y menos modificando los hechos probados en
juicio, al ser temas intangibles. De lo contrario, en caso de evidenciar la existencia
de una labor defectuosa y omisiva a tiempo de la valoración de los elementos
probatorios, realizados por el Juez de instancia, como en el caso que nos ocupa,
entonces corresponde sin duda, anular la Sentencia y disponer la reposición del
juicio, al tratarse de un defecto insubsanable que vicia de nulidad el fallo de mérito.
Descriptor: Nulidad de la Sentencia por defecto insubsanable
Restrictor: Por labor defectuosa y omisiva a tiempo de la valoración de los
elementos probatorios
[178]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imposición de la pena en los términos del recurso, sea corregida directamente por el
Tribunal de alzada mediante una fundamentación complementaria, que implicaría
dejar sin efecto innecesariamente el fallo apelado para arribar al mismo resultado
-no hay nulidad por la nulidad misma-, que no es el caso; por lo que, la Resolución
del Tribunal de alzada, no vulnera el debido proceso, siendo que los argumentos
enunciados en el motivo analizado carecen de mérito; en consecuencia, el recurso de
casación deviene en infundado.
Descriptor: Nulidad de Sentencia
Restrictor: La mera omisión formal o concurrencia de error de derecho en la
fundamentación, no es suficiente para anular la sentencia, debe existir incidencia
en la parte dispositiva del fallo que no pueda ser corregida directamente por el
Tribunal de alzada mediante
[179]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
describe los Fundamentos Jurídicos III.1.2., del presente Auto Supremo. En este
sentido, no resulta razonable mantener una reposición del juicio solo porque no se
cumplieron los plazos, más aún, si en la determinación de nulidad, se encuentra
ausente un argumento razonable respecto a la relevancia para dicho efecto; en este
sentido, corresponde la aplicación de la jurisprudencia vigente conforme a los
fundamentos de la presente resolución.
Descriptor: Nulidad de Sentencia por vulneración de Principio de Continuidad
Restrictor: La sola inobservancia de dichos plazos no amerita la nulidad del juicio,
el Tribunal de alzada debe justificar los motivos por los cuales consideró que
resultaba necesario disponer la nulidad
[180]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentación probatoria descriptiva, fundamentación probatoria intelectiva,
evidenciando que el Tribunal de alzada al no haber especificado cuál de las dos
fundamentaciones probatorias es la que falta en la Sentencia, emitió un fallo sin la
debida fundamentación y motivación, vulnerando el debido proceso y el derecho a la
defensa, al no exponer las razones por las cuales llegó a determinar “que no se
valoró la prueba de cargo”; incumpliendo al mismo tiempo con los fines de la
fundamentación al no cumplir con la publicidad de su razonamiento y creando
incertidumbre sobre la corrección de la resolución hoy impugnada e imposibilitando
al mismo tiempo la posibilidad de control del Auto de Vista recurrido.
Indice por Materia:
Descriptor:
Nulidad por falta de valoración probatoria
Restrictor:
Tribunal de Apelación debe especificar cuál de las dos fundamentaciones
probatorias es la que falta en la Sentencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
defecto, el resultado sería otro, o que el vicio impida al acto cumplir con las formalidades
para el cual fue establecido. Para que opere la nulidad (art. 169 del CPP), quien la solicite
debe: i) Alegar el perjuicio o daño, señalando de forma clara, cuál el acto que no pudo
realizar o que se realizó incumpliendo las formas procesales, no resultando suficiente una
invocación genérica de algún defecto, sin explicación clara y precisa de dichas
circunstancias; ii) Debe acreditar de forma específica la existencia de perjuicio cierto,
concreto y real en desmedro de sus derechos y/o garantías constitucionales, demostrando
que la única forma de enmendar el error es por medio de la declaratoria de nulidad; iii) Debe
existir interés jurídico en la subsanación; por lo que, quien solicita nulidad, debe explicar por
qué la solicita; toda vez, que el argumento de impetrante es el que permite, al juzgador,
establecer el ámbito de pronunciamiento.
El principio de Subsanación, que establece que no hay nulidad si el vicio alegado, no influye
en el sentido o resultado del fallo o en las consecuencias del acto viciado; por lo que, puede
ser objeto de subsanación sin que afecte al fondo del proceso.
Estos principios que son orientadores de las nulidades, deben ser interpretados de manera
restrictiva cuando se alegue nulidad. Se debe tomar en cuenta el interés y la magnitud del
detrimento ocasionado; toda vez, que “no hay nulidad por la nulidad misma”; sino, requiere
para su declaración, que el incumplimiento de las formas se traduzca en un efectivo
detrimento a los intereses de la defensa; es decir, que este tenga relevancia constitucional, lo
contrario implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo formalismo, que en muchos de
los casos daría lugar a la invalidación de una gran cantidad de actos y en algunos casos de
procesos, afectando con ello la búsqueda de la verdad material, por errores u omisiones
involuntarias, en clara infracción al principio de celeridad [art. 115.II de la Constitución
Política del Estado (CPE)].
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ningún aspecto se puede consentir el uso indiscriminado de esta institución, que de forma
lógica atenta al principio de celeridad que es una de las características principales del actual
sistema procesal, por lo que resulta trascendental dejar sentando que no todo defecto y/o
irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento tiene como efecto la nulidad, tal cual
señala la normativa.
Además, es necesario considerar el principio de trascendencia (pas nullite sans grief) , que
significa que “no hay nulidad sin perjuicio” ; es decir, que únicamente es posible declarar la
nulidad, cuando los defectos procedimentales denunciados provoquen un daño de tal
magnitud que dejen en indefensión material a las partes y sea determinante para la decisión
adoptada en el proceso judicial, debiendo quedar claro que de no haberse producido dicho
defecto, el resultado sería otro, o que el vicio impida al acto cumplir con las formalidades
para el cual fue establecido. Para que opere la nulidad (art. 169 del CPP), quien la solicite
debe: i) Alegar el perjuicio o daño, señalando de forma clara, cuál el acto que no pudo
realizar o que se realizó incumpliendo las formas procesales, no resultando suficiente una
invocación genérica de algún defecto, sin explicación clara y precisa de dichas
circunstancias; ii) Debe acreditar de forma específica la existencia de perjuicio cierto,
concreto y real en desmedro de sus derechos y/o garantías constitucionales, demostrando
que la única forma de enmendar el error es por medio de la declaratoria de
nulidad; y,iii) Debe existir interés jurídico en la subsanación, por lo que quien solicita
nulidad, debe explicar por qué la solicita; toda vez, que el argumento del impetrante es el
que permite, al juzgador, establecer el ámbito de pronunciamiento.
El principio de Subsanación, que establece que no hay nulidad si el vicio alegado, no influye
en el sentido o resultado del fallo o en las consecuencias del acto viciado, por lo que puede
ser objeto de subsanación sin que afecte al fondo del proceso.
Estos principios orientadores de las nulidades, deben ser interpretados de manera restrictiva
cuando se alegue nulidad. Se debe tomar en cuenta el interés y la magnitud del detrimento
ocasionado; toda vez, que “no hay nulidad por la nulidad misma”, sino requiere para su
declaración que el incumplimiento de las formas se traduzca en un efectivo detrimento a los
intereses de la defensa; es decir, que este tenga relevancia constitucional, lo contrario
implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo formalismo, que en muchos de los
casos daría lugar a la invalidación de una gran cantidad de actos y en algunos casos de
procesos, afectando con ello la búsqueda de la verdad material, por errores u omisiones
involuntarias, en clara infracción al principio de celeridad [art. 115.II de la Constitución
Política del Estado (CPE)].
Respecto a los defectos absolutos, este Tribunal de justicia, estableció línea jurisprudencial en
el Auto Supremo 021/2012-RRC de 14 de febrero al señalar que: “El Código de
Procedimiento Penal, tiene por finalidad regular la actividad procesal, en cuyo trámite pueden
presentarse dos tipos de defectos, los absolutos y los relativos, que se diferencian en que los
primeros no son susceptibles de convalidación y los otros quedan convalidados en los casos
previstos por la norma; destacando, que la diferencia sustancial de los defectos absolutos y
relativos, radica que el defecto absoluto, implica el quebrantamiento de la forma vinculado a
la vulneración de un derecho o garantía constitucional; en cambio, en el defecto relativo
al no afectar al fondo de las formas del proceso, pueden convalidarse si no fueron
reclamados oportunamente, si consiguieron el fin perseguido respecto a todas las
partes y cuando quien teniendo el derecho a pedir que sean subsanados, hubiera
aceptado expresa o tácitamente los efectos del acto defectuoso; a esto debe
añadirse que las formas procesales precautelan el ejercicio de los derechos de las partes y las
[183]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
garantías constitucionales; en consecuencia, no se puede decretar la nulidad, sino sólo
cuando hay un defecto que por haber causado una afectación a un derecho o
garantía constitucional se constituye en absoluto; es decir, la nulidad no deriva
sólo del quebrantamiento de la forma, pues es necesario que ese
quebrantamiento haya afectado los derechos de alguna de las partes y que ésta
haya demostrado el agravio para poder solicitar la anulación del acto denunciado
de ilegal”
NULIDADES/relevancia constitucional
AUTO SUPREMO Nº 550/2014-RRC
Sucre, 15 de octubre de 2014
Delitos: Violación de Niño, Niña o Adolescente
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: Se debe tomar en cuenta el interés y la magnitud del
detrimento ocasionado, toda vez que “no hay nulidad por la nulidad misma”, sino
requiere para su declaración que el incumplimiento de las formas se traduzca en un
efectivo detrimento a los interese de la defensa; es decir que tenga relevancia
constitucional, lo contrario implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo
formalismo, que en muchos de los casos daría lugar a la invalidación de una gran
cantidad de actos y en algunos casos de procesos, afectando con ello la búsqueda de
la verdad material, por errores u omisiones involuntarias, en clara infracción al
principio de celeridad (art. 115.II de la CPE). Remite al AS. 021/2012-RRV de 14 de
febrero de 2012.
Descriptor: Nulidades
Restrictor: relevancia constitucional
NULIDADES/ principios
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 118/2015-RRC
Sucre, 24 de febrero de 2015
Delitos: Tráfico de Sustancias Controladas
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Finalmente, se debe tener presente que desde el punto
de vista doctrinal, las nulidades –según expone JORGE CLARIÁ OLMEDO- consisten
en la invalidación de actos cumplidos e ingresados al proceso sin observarse las
exigencias legales impuestas para su realización, en tal sentido, no todo defecto o no
toda irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento produce la nulidad y
para declarar dicha nulidad se debe tomar en cuenta determinados principios como:
no hay nulidad sin texto, vale decir, que la irregularidad de la que adolece el acto
debe estar sancionada de manera expresa, pero además debe tener trascendencia;
es decir, que el vicio debe ser de tal magnitud que impida al acto cumplir con las
formalidades para el cual fue establecido en orden al derecho o garantía que se dice
violado; pero además, las nulidades deben ser interpretadas de manera restrictiva a
efectos de evitar se desvirtúe el régimen legal mediante una interpretación extensiva
o analógica y por último debe tomarse en cuenta el interés, pues no hay nulidad por
la nulidad misma en sentido de que la nulidad puede ser pronunciada cuando el
incumplimiento de las formas se traduce en un efectivo menoscabo a los intereses
de la defensa. Exacerbar privilegios o garantías constitucionales en una incorrecta
aplicación, daña el supremo interés u orden público afectando la seguridad del
cuerpo social.
Descriptor: Nulidades
Restrictor: Principios
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
casos y formas previstos por este Código, las partes sólo podrán impugnar, con
fundamento en el defecto, las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento
que les causaran agravio': Por otra parte, el art. 169 del mismo cuerpo legal serla/a
"No serán susceptibles de convalidación los defectos concernientes a: 1. La
intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a su participación en los actos
en que ella sea obligatoria; 2. La intervención1 asistencia y representación del
imputado1 en los casos y formas que este Código establece; 3. Los que impliquen
inobservancia o violación de derechos y garantías previstos en la Constitución
Pol/tica del Estado, las Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este
Código; y 4. Los que estén expresamente sancionados con nulidad" (Las negrillas
son nuestras). El art. 170 del CP refiere: ''Los defectos relativos quedaran
convalidados en los siguientes casos: 1. Cuando las partes no hayan solicitado
oportunamente que sean subsanados; 2. Cuando quienes tengan derecho a
solicitarlo hayan aceptado, expresa o tácitamente los efectos del acto, y, 3. Si no
obstante su irregularidad el acto ha conseguido su fin con respecto a todos los
interesados” (Las negrillas son nuestras). Los defectos previamente descritos, se
encuentran directamente vinculados a los principios procesales que rigen las
nulidades cuya finalidad es la de asegurar la garantía jurisdiccional de la defensa
(art. 15 parágrafo III de la CPE); sin embargo la nulidad procesal encuentra su límite
en los principios que la rigen y a su vez excluyen los actos de la nulidad procesal
pues bajo ningún aspecto se puede consentir el uso indiscriminado de esta
institución que de forma lógica atenta al principio de celeridad que es una de las
características principales de nuestro actual sistema procesal por lo que resulta
trascendental dejar sentando que no todo defecto y/o irregularidad en un acto
procesal o en un procedimiento tiene como efecto la nulidad tal cual señala nuestra
normativa. Entre los principios que rigen las nulidades procesales, se tiene entre
otros, los siguientes: El principio de legalidad o especificidad, señala, no hay nulidad
sin texto (pas de nullite sans texte); es decir, que el acto procesal irregular
reclamado, debe estar castigado con nulidad de manera expresa en la ley, no siendo
suficiente que la ley procesal establezca ciertas formalidades, y que ante su omisión
o incumplimiento, se produzca la nulidad, sino, ella debe estar específicamente
predeterminada en aquella Ley. El principio de finalidad de las formas o de
instrumentalidad de las nulidades procesales, mantiene que las nulidades no tienen
como fin establecer el incumplimiento de las formas procesales, sino, sostiene que
los actos procesales son válidos si han cumplido sus efectos, no obstante que
hubiese algún defecto formal; es decir, cuando la normativa establece la exigencia de
ciertos requisitos para el cumplimiento de un acto procesal pero esa formalidad no
se encuentra sancionada con nulidad de forma expresa, el acto será válido aunque
haya sido realizado de forma distinta y haya cumplido su fin o su propósito. El
principio de convalidación, establece la posibilidad de subsanar el acto procesal
constituye un remedio procesal que evita que el acto sea declarado nulo por su
efecto "saneador''. Nuestra normativa procesal penal consagra este principio en el
art. 170 del CPP -transcrito anteriormente- estableciendo los supuestos en los que la
nulidad queda convalidada. Es preciso recalcar que la invalidez de un acto,
necesariamente debe ser estudiada en función a la trascendencia del vicio o defecto
[186]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
alegado, respecto a la garantía alegada como infringida, consecuentemente, no opera
contra actos castigados con nulidad absoluta, por ser inconvalidables. El principio
de trascendencia (pas nullite sans grief), que significa que "no hay nulidad sin
perjuicio” es decir, que únicamente es posible declarar la nulidad cuando los
defectos procedimentales denunciados provoquen un daño de tal magnitud que
dejen en indefensión material a las partes y sea determinante para la decisión
adoptada en el proceso judicial debiendo quedar claro que de no haberse producido
dicho defecto, el resultado sería otro, o que el vicio impida al acto cumplir con las
formalidades para el cual fue establecido. Para que opere la nulidad (art. 169 del
CPP) quien la solicite debe: i) Alegar el perjuicio o daño señalando de forma clara
cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó incumpliendo las formas
procesales no resultando suficiente una invocación genérica de algún defecto/ sin
explicación clara y precisa de dichas circunstancias. ii) Debe acreditar de forma
específica la existencia de perjuicio cierto concreto y real en desmedro de sus
derechos y/o garantías constitucionales demostrando que la única forma de
enmendar el error es por medio de la declaratoria de nulidad. iii) Debe existir interés
jurídico en la subsanación por lo que quien solicita nulidad debe explicar por qué la
solicita toda vez que el argumento de impetrante es el que permite al juzgador
establecer el ámbito de pronunciamiento. El principio de protección; referido a que
nadie puede solicitar la invalidez de un acto cuando esa es la parte que provocó la
causal de nulidad aplicándose el aforismo "nema auditur propriam turpitudinem
allegans”; que interpreta como "nadie será oído si alega su propia torpeza”; pues
nadie puede ir legítimamente contra sus propios actos. El principio de Subsanación
que establece que no hay nulidad si el vicio alegado no influye en el sentido o
resultado del fallo o en las consecuencias del acto viciado por lo que puede ser
objeto de subsanación sin que afecte al fondo del proceso. Todos estos principios (y
otros que no fueron citados) orientadores de las nulidades deben ser interpretados
de manera restrictiva cuando se alegue nulidad. Se debe tomar en cuenta el interés
y la magnitud del detrimento ocasionado toda vez que "no hay nulidad por la
nulidad misma”; sino, requiere para su declaración que el incumplimiento de las
formas se traduzca en un efectivo detrimento a los intereses de la defensa es decir
que este tenga relevancia constitucional lo contrario implicaría aceptar nulidades
con base en un excesivo formalismo que en muchos de los casos daría lugar a la
invalidación de una gran cantidad de actos y en algunos casos de procesos
afectando con ello la búsqueda de la verdad material; por errores u omisiones
involuntarias en clara infracción al principio de celeridad (art. 115.II de la CPE)
(negrillas propias). En este marco doctrinal y jurisprudencial que antecede, entre
otras cosas tenemos que, las irregularidades que originan una nulidad y por ende la
invalidación de lo actuado, solo serán en aquellas que son trascendentes para la
salud del proceso, claro está, siempre y cuando tengan una incidencia; además de
ello, para que opere o pretenda la nulidad, necesariamente debe cumplir requisitos,
los cuales se encuentran detallados en la jurisprudencia que antecede y que otorgan
efectividad en la aplicación del principio de trascendencia.
Descriptor: Nulidades
Restrictor: Principios para resolver la Actividad Procesal Defectuosa
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
NULIDADES/relevancia constitucional
AUTO SUPREMO Nº 550/2014-RRC
Sucre, 15 de octubre de 2014
Delitos: Violación de Niño, Niña y Adolecente
Resultado de Resolución: Fundado
Extracto Jurisprudencial: Se debe tomar en cuenta el interés y la magnitud del
detrimento ocasionado, toda vez que “no hay nulidad por la nulidad misma”, sino
requiere para su declaración que el incumplimiento de las formas se traduzca en un
efectivo detrimento a los interese de la defensa; es decir que tenga relevancia
constitucional, lo contrario implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo
formalismo, que en muchos de los casos daría lugar a la invalidación de una gran
cantidad de actos y en algunos casos de procesos, afectando con ello la búsqueda de
la verdad material, por errores u omisiones involuntarias, en clara infracción al
principio de celeridad (art. 115.II de la CPE). Remite al AS. 021/2012-RRV de 14 de
febrero de 2012.
Descriptor: Nulidades
Restrictor: relevancia constitucional
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
para fundar una decisión judicial ni utilizados como presupuestos de ella, los actos
cumplidos con inobservancia de las formas y condiciones previstas en la Constitución
Política del Estado, Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este
Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o convalidado.
En los casos y formas previstos por este Código, las partes sólo podrán
impugnar, con fundamento en el defecto, las decisiones judiciales u
omisiones de procedimiento que les causaran agravio”.
Por otra parte, el art. 169 del mismo cuerpo legal señala “No serán susceptibles de
convalidación los defectos concernientes a:
El art. 170 del CPP, refiere: “Los defectos relativos quedarán convalidados en los
siguientes casos:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Entre los principios que rigen las nulidades procesales, se tiene entre otros, los
siguientes:
El principio de trascendencia (pas nullite sans grief), que significa que “no hay
nulidad sin perjuicio”; es decir, que únicamente es posible declarar la nulidad, cuando
los defectos procedimentales denunciados provoquen un daño de tal magnitud que
dejen en indefensión material a las partes y sea determinante para la decisión
adoptada en el proceso judicial, debiendo quedar claro que de no haberse producido
dicho defecto, el resultado sería otro, o que el vicio impida al acto cumplir con las
formalidades para el cual fue establecido. Para que opere la nulidad (art. 169 del
CPP), quien la solicite debe: i) Alegar el perjuicio o daño, señalando de forma
clara, cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó incumpliendo las formas
procesales, no resultando suficiente una invocación genérica de algún
defecto, sin explicación clara y precisa de dichas circunstancias; ii) Debe
acreditar de forma específica la existencia de perjuicio cierto, concreto y real
en desmedro de sus derechos y/o garantías constitucionales, demostrando que
la única forma de enmendar el error es por medio de la declaratoria de nulidad; iii)
Debe existir interés jurídico en la subsanación, por lo que quien solicita
nulidad, debe explicar por qué la solicita, toda vez que el argumento de
impetrante es el que permite, al juzgador, establecer el ámbito de pronunciamiento.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El principio de protección, referido a que nadie puede solicitar la invalidez de un acto
cuando esa es la parte que provocó la causal de nulidad, aplicándose el aforismo
“nemo auditur propriam turpitudinem allegans”, que interpreta como “nadie será oído
si alega su propia torpeza”, pues nadie puede ir legítimamente contra sus propios
actos.
Todos estos principios (y otros que no fueron citados) orientadores de las nulidades,
deben ser interpretados de manera restrictiva cuando se alegue nulidad. Se debe
tomar en cuenta el interés y la magnitud del detrimento ocasionado, toda vez que “no
hay nulidad por la nulidad misma”, sino, requiere para su declaración, que el
incumplimiento de las formas se traduzca en un efectivo detrimento a los
intereses de la defensa; es decir, que este tenga relevancia constitucional, lo
contrario implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo formalismo,
que en muchos de los casos daría lugar a la invalidación de una gran
cantidad de actos y en algunos casos de procesos, afectando con ello la
búsqueda de la verdad material, por errores u omisiones involuntarias, en
clara infracción al principio de celeridad (art. 115.II de la CPE).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
NULIDADES PROCESALES: PRINCIPIOS
AUTO SUPREMO Nº 177/2016-RRC
Sucre, 08 de marzo de 2016
Delitos: Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: infundado
Con la finalidad de efectuar un correcto análisis respecto a los actos procesales cuya
nulidad pretende la parte recurrente, de acuerdo al sistema que rige las nulidades
procesales, este Tribunal condensó y estableció los principios a tomar en cuenta en
el análisis de los motivos de casación, que también deben ser observados por los
Jueces y Tribunales inferiores, con la finalidad de evitar la nulidad por la nulidad,
precautelando los derechos al debido proceso y a la defensa, así como la vigencia de
las actuaciones jurisdiccionales, materializando los principios de celeridad y
seguridad jurídica.
En los casos y formas previstos por este Código, las partes sólo podrán
impugnar, con fundamento en el defecto, las decisiones judiciales u
omisiones de procedimiento que les causaran agravio”.
Por otra parte, el art. 169 del mismo cuerpo legal señala “No serán susceptibles de
convalidación los defectos concernientes a:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
3. Los que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías previstos en la
Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados internacionales vigentes
y en este Código; y,
El art. 170 del CPP, refiere: “Los defectos relativos quedarán convalidados en los
siguientes casos:
Entre los principios que rigen las nulidades procesales, se tiene entre otros, los
siguientes:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cumplimiento de un acto procesal, pero esa formalidad no se encuentra sancionada
con nulidad de forma expresa, el acto será válido aunque haya sido realizado de
forma distinta y haya cumplido su fin o su propósito.
El principio de trascendencia (pas nullite sans grief), que significa que “no hay
nulidad sin perjuicio”; es decir, que únicamente es posible declarar la nulidad, cuando
los defectos procedimentales denunciados provoquen un daño de tal magnitud que
dejen en indefensión material a las partes y sea determinante para la decisión
adoptada en el proceso judicial, debiendo quedar claro que de no haberse producido
dicho defecto, el resultado sería otro, o que el vicio impida al acto cumplir con las
formalidades para el cual fue establecido. Para que opere la nulidad (art. 169 del
CPP), quien la solicite debe: i) Alegar el perjuicio o daño, señalando de forma
clara, cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó incumpliendo las formas
procesales, no resultando suficiente una invocación genérica de algún
defecto, sin explicación clara y precisa de dichas circunstancias; ii) Debe
acreditar de forma específica la existencia de perjuicio cierto, concreto y real
en desmedro de sus derechos y/o garantías constitucionales, demostrando que
la única forma de enmendar el error es por medio de la declaratoria de nulidad; iii)
Debe existir interés jurídico en la subsanación, por lo que quien solicita
nulidad, debe explicar por qué la solicita, toda vez que el argumento de
impetrante es el que permite, al juzgador, establecer el ámbito de pronunciamiento.
Todos estos principios (y otros que no fueron citados) orientadores de las nulidades,
deben ser interpretados de manera restrictiva cuando se alegue nulidad. Se debe
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tomar en cuenta el interés y la magnitud del detrimento ocasionado, toda vez que “no
hay nulidad por la nulidad misma”, sino, requiere para su declaración, que el
incumplimiento de las formas se traduzca en un efectivo detrimento a los
intereses de la defensa; es decir, que este tenga relevancia constitucional, lo
contrario implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo formalismo,
que en muchos de los casos daría lugar a la invalidación de una gran
cantidad de actos y en algunos casos de procesos, afectando con ello la
búsqueda de la verdad material, por errores u omisiones involuntarias, en
clara infracción al principio de celeridad (art. 115.II de la CPE).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
O
OBJECIÓN DE LA RESOLUCIÓN DE RECHAZO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1074/2017-S2
Sucre, 9 de octubre de 2017
En cuanto a la objeción de la resolución de rechazo la SC 1460/2011-R de 10 de octubre, señaló que:
”El Código de Procedimiento Penal, establece un sistema de control al interior del propio Ministerio
Público en cuanto al contenido de la resolución de rechazo, al precisar que el fiscal superior en
jerarquía tiene la potestad de resolver la eventual objeción que se pueda formular contra la precitada
resolución; es así que, el art. 305 de dicho cuerpo normativo, reconoce a las partes, la posibilidad de
objetar la resolución de rechazo dentro del plazo de cinco días a partir de su notificación, ante el
fiscal que dictó la misma, quien deberá remitir antecedentes al fiscal superior en jerarquía, es decir, al
Fiscal de Distrito, autoridad que dentro de los diez días siguientes a la recepción de las actuaciones,
determinará la revocatoria o ratificación del rechazo y el consiguiente archivo de obrados. Si dispone
la revocatoria, ordenará la continuación de la investigación y en el supuesto de ratificar el rechazo de
la denuncia, querella o actuación policial, dispondrá el consiguiente archivo de obrados, lo que no
impide la conversión de la acción a pedido de la víctima o del querellante; en ambos casos, no existe
recurso ulterior y dichas actuaciones no pueden ser revisadas tampoco por el juez de instrucción, en
resguardo del principio de independencia de cada órgano, dado que los fiscales no pueden realizar
actos jurisdiccionales, ni los jueces inmiscuirse en actos de investigación que comprometan su
imparcialidad (art. 279 CPP).
De lo referido, se concluye que conforme al art. 305 del CPP, quienes cuentan con legitimación activa
para presentar objeción a una resolución de rechazo emitida por el fiscal de materia, son las partes
del proceso; sin embargo, habrá que puntualizar qué ocurre cuando la víctima no se constituye en
querellante o parte civil dentro del proceso penal y sin embargo, interpone objeción al rechazo, como
en el caso de análisis.
El mandato contenido en el art. 119.I de la CPE, determina la igualdad de oportunidades a ser
ejercidas por las partes en conflicto durante un proceso y el art. 121.II del mismo cuerpo legal,
revaloriza a las víctimas en el proceso penal, disponiendo su derecho a ser oídas antes de cada
decisión judicial; en virtud a ello, se colige que la víctima puede participar en el proceso aún cuando
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
no se hubiere constituido en querellante ni parte civil, con facultades de conocer, propugnar, alegar e
impugnar, conforme a las facultades que confiere el art. 79 del CPP, además de tener la posibilidad de
interponer querella hasta el momento de presentación de la acusación fiscal, conforme a lo previsto
por el art. 340 del indicado Código. Así, la SC 0077/2011-R de 7 de febrero señaló: ’Siguiendo los
presupuestos constitucionales de igualdad de oportunidades de las partes y efectiva revalorización a
la víctima (arts. 119.I y 121.II CPE), dentro del proceso penal, la reforma del citado precepto por la
Ley 007 de 18 de mayo de 2010, otorga a la víctima la facultad de participar o intervenir en la
audiencia de consideración de medida cautelar y solicitar la detención preventiva del imputado,
independientemente que se hubiera constituido o no en parte querellante, lo que significa que podrá
participar de la audiencia de consideración de medidas cautelares y en todas las etapas del proceso
para impugnar las determinaciones que considere lesivas a sus derechos e intereses legítimos, además
de proponer diligencias de investigación que conduzcan al esclarecimiento del hecho y la sanción del
culpable, debiendo ser oída antes de cada decisión judicial…‘.
De ese modo, los derechos de la víctima se garantizarán y subsisten aunque no hubiese formalizado
querella. En la etapa preparatoria, puede proponer la realización de diligencias que considere
adecuadas, conducentes y necesarias para la averiguación de la verdad, también objetar cualquier
rechazo cuando lo considere ilegal o sin fundamentos ante el superior jerárquico en resguardo del
principio de igualdad jurídica de las partes, reconocido en el art. 119.I de la CPE, como uno de los
pilares básicos de la sociedad y del Estado constitucional que impone el deber de tratar a los
individuos de modo que las cargas y las ventajas sociales se distribuyan equitativamente“.
[197]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que, la diligencia con la que deben actuar las autoridades judiciales, en las solicitudes de
cesación de detención preventiva, no concluye con el señalamiento oportuno de la audiencia
-veinticuatro horas- ni con su celebración -en tres días-, sino que debe continuar
posteriormente, elaborando oportunamente los documentos necesarios para el imputado a
efectos de cumplir las medidas sustitutivas impuestas a fin de hacer efectiva su libertad. No
resultando lógico que se le exija la observancia de las medidas sustitutivas como requisito
para efectivizar su derecho y al mismo tiempo, se le pongan trabas como la no entrega de
órdenes judiciales y mandamientos, para que el imputado pueda lograr dicho cumplimiento”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…claro está que, quien conozca de la medida de arraigo impuesta, debe actuar
con la diligencia debida y no pasividad, para que de esta forma cumpla y acredite que
la medida sustitutiva ha sido plenamente cumplida” ; y a que, una vez emitido el
certificado de arraigo: “…bajo el principio de celeridad y legalidad, -la autoridad judicial
cautelar- deberá expedir el mandamiento de libertad correspondiente de forma inmediata,
tomando en cuenta que se hayan cumplido otras medidas impuestas a la vez”.
‘Bajo esta interpretación, si bien para dar curso a la libertad es necesario acreditar que
efectivamente se ha cumplido con la fianza económica impuesta en la medida
sustitutiva; sin embargo de ello, no es menos cierto que la tramitación del mismo,
debe ser resultado de la celeridad y la diligencia debida, al encontrarse de por medio
justamente el derecho a la libertad y de locomoción, razón por la cual, todo juzgado en
materia penal, debe procurarse con todos los documentos que sirvan para hacer
cumplir y materializar en su caso, toda orden emanada por autoridad competente
dentro del régimen cautelar reconocido en nuestro sistema procesal penal y de esta
forma otorgar seguridad y certeza en las decisiones asumidas en el proceso; pues es
incomprensible que en algunos juzgados no tengan documentos imprescindibles para la
ejecución de algunos actos procesales, demostrando así, desinterés y por ende negligencia
en las funciones que desempeñan, por ello, el hecho de que no existan en el juzgado
documentos necesarios y precisos para efectivizar o cumplir una medida impuesta por
el Juez donde se encuentre bajo condición la libertad, resulta un acto dilatorio a las
pretensiones jurídicas de la parte interesada”.
Precedente.-SC 1447/2004-R de 6 de septiembre.
[198]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese sentido el Tribunal Constitucional Plurinacional a través de la SCP 1628/2014 de 19
de agosto, reitero el entendimiento desarrollado por la SC 2023/2010-R de 9 de noviembre,
la que señaló que: “…los arts. 73 del CPP y 61 de la LOMP, establecen la obligatoriedad de
fundamentación de las resoluciones por parte de los fiscales, en ese entendido la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional contenida en la SC 1523/2004-R de 28 de
septiembre, señaló lo siguiente: '…toda decisión emitida dentro de un proceso penal que no
implique cuestión de mero trámite sino que concierna al fondo de lo que se investiga debe
ser necesariamente motivada o lo que es lo mismo, debidamente fundamentada, lo que
significa, que tanto el fiscal o los jueces que conozcan el proceso, sea en control
jurisdiccional o para resolver el fondo, deberán dictar sus requerimientos o resoluciones
cumpliendo las exigencias de la estructura de forma como de contenido de las mismas. En
particular en lo relativo al contenido de fondo, no sólo deberán circunscribirse a relatar lo
expuesto por las partes sino también citar las pruebas que aportaron las partes, exponer su
criterio sobre el valor que le dan a las mismas luego del contraste y valoración que hagan de
ellas dando aplicación a las normas jurídicas aplicables para finalmente resolver. Si no
proceden de esa forma y dictan una resolución sin respetar la estructura señalada, resulta
obvio que su decisión será arbitraria y considerada subjetiva e injusta, pues el sujeto
procesal a quien no le sea favorable no podrá entender y menos saber la razón jurídica de la
decisión; y de incurrirse en esta omisión al disponer sobreseimiento a favor de la parte
imputada, la víctima podrá impugnar el requerimiento ante el superior jerárquico, y si éste
igualmente incurre en la misma omisión, quedará abierta la jurisdicción constitucional para
que acuda a la misma en busca de protección a sus derechos a la seguridad jurídica y de
acceso a la justicia o tutela judicial efectiva, cuyo alcance no abarca, como se dijo, a que la
parte acusadora pretenda que este Tribunal obligue a un Fiscal a presentar obligatoriamente
la acusación si no únicamente a que dicha autoridad emita su requerimiento conclusivo
debidamente fundamentado como lo exigen las normas previstas…'".
En el mismo contexto, la SCP 1050/2014 de 9 de junio, en lo concerniente a la labor del
Fiscal superior jerárquico, al momento de conocer la resolución de sobreseimiento emitida
por el Fiscal de Materia, refirió que: “Entendimiento a ser aplicado cuando el Fiscal
Departamental emita su resolución jerárquica ya sea revocando o ratificando el
sobreseimiento dispuesto por el fiscal de materia en favor del imputado, por cuanto no puede
limitarse únicamente a la citación de algunas pruebas, sin individualizar la actuación de los
imputados y sin examinar su conducta en relación a los elementos constitutivos de los delitos
por los que se imputó, debiendo el fiscal superior verter el razonamiento jurídico de su
decisión sin dejar duda en el justiciable”.
De lo precedentemente descrito se establece que toda resolución emitida por la autoridad
Fiscal, debe observar una adecuada fundamentación y motivación, exponiendo los hechos y
citando las normas que sustentan la parte dispositiva de la resolución asumida, no solo
mencionar las pruebas aportadas por las partes, sino expresar el valor que dan a las mismas,
para que el justiciable no tenga duda de que la decisión fue en apego a las normas que rigen
la materia.
En ese contexto, debemos destacar que la participación del Fiscal Departamental, cuando
emite resolución jerárquica, ya sea revocando o ratificando el sobreseimiento dispuesto por
el Fiscal de Materia en favor de el o los imputados, debe hacerlo necesariamente de forma
motivada y fundamentada, en estricta observancia del art. 73 del CPP, exponiendo los
[199]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hechos y citando las normas que sustentan la parte dispositiva de la determinación asumida
y no limitarse a mencionar lo expuesto por las partes.
[200]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte, la SCP 1050/2014 de 9 de junio, en lo concerniente a la labor del Fiscal
superior jerárquico, al momento de conocer la resolución de sobreseimiento emitida por el
Fiscal de Materia, refirió: 'Entendimiento a ser aplicado cuando el Fiscal Departamental
emita su resolución jerárquica ya sea revocando o ratificando el sobreseimiento
dispuesto por el fiscal de materia en favor del imputado, por cuanto no puede limitarse
únicamente a la citación de algunas pruebas, sin individualizar la actuación de los
imputados y sin examinar su conducta en relación a los elementos constitutivos de los
delitos por los que se imputó, debiendo el fiscal superior verter el razonamiento
jurídico de su decisión sin dejar duda en el justiciable'.
De lo expuesto, se infiere que las resoluciones y requerimientos que emitan los Fiscales,
deben observar una adecuada fundamentación y motivación legal, exponiendo los hechos y
citando las normas que sustentan la parte dispositiva de la resolución asumida, no solo
mencionando las pruebas aportadas por las partes, sino expresando el valor que le dan a las
mismas luego de su contraste y valoración que se haga de ellas.
En ese contexto, refiriéndonos específicamente a la participación del Fiscal Departamental,
cuando emite su resolución jerárquica, ya sea revocando o ratificando el sobreseimiento
dispuesto por el Fiscal de Materia a favor de él o los imputados, debe hacerlo
necesariamente de forma motivada y fundamentada, en estricta observancia del art. 73 del
adjetivo penal, exponiendo los hechos y citando las normas que sustentan la parte dispositiva
de la determinación asumida, es decir, cumpliendo las exigencias de la estructura de forma
como de contenido y no limitarse a mencionar lo expuesto por las partes, sino también citar
las pruebas que aportaron las mismas, expresando su criterio sobre el valor que les da luego
de su contraste y valoración .
[201]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
audiencia para el 6 de septiembre de 2013 hasta la realización de la audiencia de acción de
libertad -13 de igual mes y año-, no se realizó la misma; es decir, conforme lo acepta en la
audiencia el propio demandado dicho Juez no cumplió la obligación de tramitar, resolver y
efectivizar con la mayor celeridad una petición de cesación a la detención preventiva cuando
se encuentre vinculada al derecho a la libertad.
De ahí que corresponde que la justicia constitucional otorgue la tutela solicitada a través de
la acción de libertad traslativa o de pronto despacho, ante la demora judicial existente,
únicamente en lo que respecta al señalamiento y realización de la audiencia de cesación a la
detención preventiva”.
Precedente.- SCP 0112/2012 de 27 de abril.
[202]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por otra parte, la fundamentación y motivación de Resoluciones implica el deber jurídico de
explicar y justificar de forma lógica y con base en la Ley, las razones de la decisión asumida
en apego al principio de congruencia, que es aquella exigencia legal que obliga a establecer
una correlación total entre la pretensión de quien recurre y la decisión de la autoridad
jurisdiccional; es decir, a la existencia de concordancia entre lo planteado por las partes y la
decisión asumida por el Juez o Tribunal; pero además, exige la concordancia o coherencia
entre los fundamentos de la Resolución y la parte resolutiva de la misma, caso contrario la
resolución podría incurrir en vicio de incongruencia que puede ser interna o externa.
[203]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundada en derecho sobre la cuestión formalmente planteada.” (Las negrillas son
nuestras).
Por otra parte, con la finalidad de establecer si toda denuncia por falta de pronunciamiento
implica vicio de incongruencia omisiva, el Auto Supremo 297/2012-RRC de 20 de noviembre,
desarrolló paramentos exigibles a ese fin, señalando: “…sin embargo, debe exigirse el
cumplimiento de los siguientes requisitos para la concurrencia del fallo corto: i) Que la
omisión denunciada se encuentre vinculada a aspectos de carácter jurídico y no a temas de
hecho o argumentos simples; ii) Que las pretensiones ignoradas se hayan formulado
claramente y en el momento procesal oportuno; iii) Que se traten de pretensiones en sentido
propio y no de meras alegaciones que apoyan una pretensión; y, iv) Que la Resolución
emitida no se haya pronunciado sobre problemáticas de derecho, en sus dos
modalidades; la primera que la omisión esté referida a pretensiones jurídicas, y la
segunda cuando del conjunto de los razonamientos contenidos en la Resolución
judicial puede razonablemente deducirse no sólo que la autoridad jurisdiccional
ha valorado la pretensión deducida, sino además los motivos que fundamentan la
respuesta tácita.” (Las negrillas son nuestras). En el mismo sentido, pronunció doctrina
legal aplicable el Auto Supremo 325/2012-RRC de 12 de diciembre de 2012, al precisar lo
siguiente: “Asimismo, para estar frente ante una incongruencia omisiva es menester que
concurran los siguientes presupuestos, a saber: a) La omisión esté vinculada a aspectos
jurídicos; b) Las denuncias o pretensiones sean claras y oportunas; c) los agravios sean
principales y no alegaciones secundarias; y, d) La ausencia de pronunciamiento sobre
problemáticas de derecho, sean de naturaleza sustantiva o procesal” .
[204]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto la SC 0442/2007 de 4 de junio, estableció que: “Es evidente que los encargados de las
prisiones deben disponer la libertad inmediata del detenido frente a un mandamiento de libertad, que
emana de autoridad competente, sin embargo, previo a ello de manera inmediata y sin que ello origine
una demora indebida deben verificar si existen o no otros mandamientos en contra del imputado, así
como determinar si el mandamiento de libertad, presentado es auténtico, en ese sentido la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha señalado en la SC 1696/2004-R de 22 de octubre, la
obligación de que: “(…) el detenido con la sola presentación del mandamiento sea dejado en
libertad, empero, resulta implícito el deber jurídico que recae sobre la Gobernación de la Cárcel, de
tomar las debidas previsiones para evitar que alguien pueda ser puesto en libertad teniendo otros
mandamientos pendientes o que el mandamiento de libertad pueda contener alguna falsedad
material o ideológica, lo cual le impele a tener que verificar y solicitar la información pertinente y
revisar previamente los registros antes de dar curso al mandamiento…’”
OBLIGACIÓN DEL JUEZ INSTRUCTOR EN LO PENAL COMO CONTRALOR DE
DERECHOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES EN LA ETAPA PREPARATORIA
S.C.P. 0563/2015-S1 Sucre, 1 de junio de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El art. 54.1 del Código de Procedimiento Penal (CPP), determina que la labor del Juez de
Instrucción es ejercer el control de la investigación en la etapa preparatoria dentro de un
proceso penal, pudiendo el denunciado o imputado ejercer la defensa de sus derechos y
garantías desde el primer momento del proceso, de acuerdo al art. 5 del CPP, señala que:
“El imputado podrá ejercer todos los derechos y garantías que la Constitución, las
Convenciones y los Tratados internacionales vigentes y este Código le reconozcan, desde el
primer acto del proceso hasta su finalización”.
En ese sentido, el imputado que suponga que dentro del proceso investigativo haya sufrido la
vulneración de algún derecho fundamental, como el derecho a la libertad, puede impugnar
estos hechos ante el Juez de Instrucción, que es la autoridad jurisdiccional que tiene a su
cargo el control de la investigación de acuerdo al art. 54 del CPP, desde los actos iniciales
hasta la conclusión de la etapa preparatoria, e incluso puede formular excepciones e
incidentes, constituyéndose estos medios en efectivos, idóneos y oportunos.
Por su parte, el art. 279 del CPP, establece que: “La Fiscalía y la Policía Nacional actuarán
siempre bajo control jurisdiccional. Los fiscales no podrá realizar actos jurisdiccionales ni los
jueces actos de investigación que comprometan su imparcialidad”. De lo mencionado, la
función del Ministerio Público es de dirigir activamente la investigación y acusar cuando
existan fundamentos suficientes para ello, y para que la investigación no sea distorsionada,
ni violatoria de los derechos fundamentales del imputado, se realiza bajo el control
jurisdiccional del Juez de Instrucción en lo Penal, que empieza a partir del aviso o informe
que realiza el fiscal al juez cautelar sobre el inicio de una investigación y alcanza a todos los
funcionarios que participan en este proceso investigativo, como ser fiscales de materia y
funcionarios policiales.
La jurisprudencia constitucional plurinacional a través de su SCP 0482/2013 de 12 de abril, al
respecto señaló que: ”2.Cuando el fiscal da aviso del inicio de la investigación al Juez
cautelar y ante la denuncia de una supuesta ilegal aprehensión, arresto u otra forma de
restricción de la libertad personal o física por parte de un Fiscal o de la Policía, el
accionante, previo a acudir a la jurisdicción constitucional debe en principio, denunciar todos
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
los actos restrictivos de su libertad personal o física ante la autoridad que ejerce el control
jurisdiccional” así lo entendió la SCP 482/2013 de 12 de abril.
[206]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El Tribunal Supremo de Justicia, con relación al deber de fundamentación que se
impele cumplir a los jueces y tribunales, en resguardo y observancia del debido
proceso en sus elementos de fundamentación y motivación, determinó,
específicamente en lo concierne a los Tribunales de alzada cuando resuelven los
recursos de apelación restringida, que: “De acuerdo a la jurisprudencia contenida en
el A.S. Nro. 6 de 26 de enero de 2006 y el entendimiento desarrollado por el A.S. Nro.
12 de 30 de enero de 2012, todo Auto de Vista debe ser debidamente fundamentado
y motivado, cumpliendo con los parámetros de especificidad, claridad, completitud,
legitimidad y logicidad, respondiendo y emitiendo los criterios jurídicos sobre cada
punto impugnado que se encuentre en el recurso de apelación restringida; asimismo
es preciso dejar sentado de que toda fundamentación debe circunscribirse a absolver
de manera puntual y objetiva el fondo de la denuncia o denuncias realizadas, sin que
la argumentación vertida sea evasiva, incongruente o haga alusión a aspectos
distintos a los denunciados, toda vez que esta circunstancia deja en estado de
indeterminación e incertidumbre a las partes, al no haberse absuelto de manera
efectiva sus acusaciones.
En ese entendido, no existe fundamentación en el Auto de Vista cuando en el
mismo se evidencia que el Tribunal de Alzada no se pronunció sobre el fondo
de los puntos cuestionados en el recurso de apelación restringida, no siendo
suficiente acudir a fundamentos o argumentaciones evasivas, sin que se
absuelvan expresamente los cuestionamientos deducidos por el o los
procesados, aspecto que deriva en un vicio de incongruencia omisiva (citra
petita o ex silentio) que vulnera lo establecido por los arts. 124 y 398 del
Código de Procedimiento Penal constituyendo un defecto absoluto
inconvalidable que vulnera el derecho a recurrir, al debido proceso y a la
tutela judicial efectiva, derechos reconocidos por la Constitución Política del
Estado y los Tratados y Convenios Internacionales” -resaltado propio-
(45/2012 de 14 de marzo, reiterado en el Auto Supremo 49/2012 de 16 de marzo).
OBLIGACIÓN DEL TRIBUNAL DE APELACIÓN DE FUNDAMENTAR Y MOTIVAR LA
RESOLUCIÓN QUE DISPONGA, MODIFIQUE O MANTENGA UNA MEDIDA CAUTELAR
[207]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentar en derecho la decisión de aplicar la medida cautelar de carácter personal, pues
tomando en cuenta que uno de los principios fundamentales inherentes al Estado
Democrático de Derecho es la motivación de las decisiones de las autoridades públicas, el
juez está obligado a expresar los motivos de hecho y de derecho en que se basa su
convicción determinativa de la concurrencia de los requisitos, así como el valor otorgado a
los medios de prueba, esa fundamentación no puede ser reemplazada por la simple relación
de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes; de modo que está
obligado a expresar los presupuestos jurídicos que motivan la medida, con cita de las
normas legales aplicables y la descripción clara y objetiva de los elementos de convicción
concurrentes'.
En cuanto al Tribunal de apelación, la citada SC 0089/2010-R, señaló: '…está obligado
igualmente a dictar una resolución debidamente fundamentada sobre la necesidad de aplicar
dicha medida cautelar de carácter personal, explicando la concurrencia de los dos requisitos
determinados en el art. 233 del CPP. En ese sentido, se ha establecido que el Tribunal de
apelación, está obligado a motivar y fundamentar su Resolución, precisando los elementos
de convicción que le permiten concluir en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas y
aplicar la detención preventiva; a cuyo efecto, debe también justificar la concurrencia de los
presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 del CPP y una o varias de las circunstancias
señaladas por los arts. 234 y 235 del CPP, mediante una resolución debidamente
fundamentada, conforme exige el art. 236 del CPP, puesto que sólo cuando se han
fundamentado debidamente estas dos situaciones, se puede disponer la detención
preventiva'.
Así también, la SC 0782/2005-R de 13 de julio, determinó que: 'Ahora bien, la exigencia de
pronunciar una resolución motivada en la que se establezca la concurrencia de los requisitos
de validez para determinar la detención preventiva, entendiendo por motivo fundado a aquél
conjunto articulado de hechos que permiten inferir de manera objetiva que la persona
imputada es probablemente autora de una infracción o partícipe de la misma y que existe
riesgo de fuga y/u obstaculización de la averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez
cautelar, sino también al tribunal que conozca en apelación la resolución que disponga,
modifique o rechace las medidas cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art.
251 del CPP, las medidas cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y,
por lo mismo, modificadas, ello no significa que el tribunal de apelación cuando determine
disponer la detención preventiva, esté exento de pronunciar una resolución lo
suficientemente motivada, en la que se exprese la concurrencia de los dos requisitos que la
ley impone para la procedencia de esa medida cautelar'.
De lo que se concluye que la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es
exigible al momento de disponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la
solicitud de cesación de la detención preventiva, se determine la sustitución o modificación
de esa medida o, finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la fundamentación se
exige tanto en las resoluciones pronunciadas en primera instancia, como aquellas emitidas
en apelación y en toda decisión judicial conforme establece el art. 124 del CPP”.
[208]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Al respecto, el Tribunal Constitucional Plurinacional, pronunció la SCP 0339/2012 de 18 de
junio, señalando que: “El Tribunal Constitucional, ha desarrollado amplia jurisprudencia sobre
cuáles son las condiciones y formalidades que debe cumplir la resolución que disponga una
medida cautelar de carácter personal de detención preventiva de un imputado y/o imputada,
a través de la SC 1141/2003 de 12 de agosto, citada a su vez por la SC 0089/2010-R de 4 de
mayo, sosteniendo que: '...la aplicación de una medida cautelar de carácter personal en el
ámbito procesal penal debe cumplir con las condiciones de validez legal, lo que significa que,
la autoridad judicial competente, para adoptar la decisión de aplicar la detención preventiva,
de una parte, está obligado a verificar y determinar la concurrencia de los requisitos previstos
por el art. 233 CPP, para lo que deberá contrastar la solicitud fundamentada del Ministerio
Público con los elementos de prueba presentados sobre la concurrencia de los requisitos, en
el marco de las normas previstas por los arts. 234 y 235 CPP; de otra parte, deberá
fundamentar en derecho la decisión de aplicar la medida cautelar de carácter personal, pues
tomando en cuenta que uno de los principios fundamentales inherentes al Estado
Democrático de Derecho es la motivación de las decisiones de las autoridades públicas, el
juez está obligado a expresar los motivos de hecho y de derecho en que se basa su
convicción determinativa de la concurrencia de los requisitos, así como el valor otorgado a
los medios de prueba, esa fundamentación no puede ser reemplazada por la simple relación
de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes; de modo que está
obligado a expresar los presupuestos jurídicos que motivan la medida, con cita de las normas
legales aplicables y la descripción clara y objetiva de los elementos de convicción
concurrentes'.
En cuanto al Tribunal de apelación, la citada SC 0089/2010-R, señaló: '…está obligado
igualmente a dictar una resolución debidamente fundamentada sobre la necesidad de aplicar
dicha medida cautelar de carácter personal, explicando la concurrencia de los dos requisitos
determinados en el art. 233 del CPP. En ese sentido, se ha establecido que el Tribunal de
apelación, está obligado a motivar y fundamentar su Resolución, precisando los elementos
de convicción que le permiten concluir en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas y
aplicar la detención preventiva; a cuyo efecto, debe también justificar la concurrencia de los
presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 del CPP y una o varias de las circunstancias
señaladas por los arts. 234 y 235 del CPP, mediante una resolución debidamente
fundamentada, conforme exige el art. 236 del CPP, puesto que sólo cuando se han
fundamentado debidamente estas dos situaciones, se puede disponer la detención
preventiva'.
Así también, la SC 0782/2005-R de 13 de julio, determinó que: 'Ahora bien, la exigencia de
pronunciar una resolución motivada en la que se establezca la concurrencia de los requisitos
de validez para determinar la detención preventiva, entendiendo por motivo fundado a aquél
conjunto articulado de hechos que permiten inferir de manera objetiva que la persona
imputada es probablemente autora de una infracción o partícipe de la misma y que existe
riesgo de fuga y/u obstaculización de la averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez
cautelar, sino también al tribunal que conozca en apelación la resolución que disponga,
modifique o rechace las medidas cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art.
251 del CPP, las medidas cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y,
por lo mismo, modificadas, ello no significa que el tribunal de apelación cuando determine
disponer la detención preventiva, esté exento de pronunciar una resolución lo
[209]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
suficientemente motivada, en la que se exprese la concurrencia de los dos requisitos que la
ley impone para la procedencia de esa medida cautelar'.
De lo que se concluye que la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es
exigible al momento de disponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la
solicitud de cesación de la detención preventiva, se determine la sustitución o modificación
de esa medida o, finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la fundamentación se
exige tanto en las resoluciones pronunciadas en primera instancia, como aquellas emitidas
en apelación y en toda decisión judicial conforme establece el art. 124 del CPP” .
OBLIGACIÓN DEL TRIBUNAL DE APELACIÓN DE FUNDAMENTAR Y MOTIVAR LA
RESOLUCIÓN QUE DISPONGA, MODIFIQUE O MANTENGA UNA MEDIDA CAUTELAR
S.C.P. 0594/2015-S3 Sucre, 5 de junio de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Al respecto, la jurisprudencia constitucional a través de la SC 0563/2004-R de 13 de abril, en
un caso similar al que nos ocupa estableció el siguiente entendimiento: “…la representada
de los recurrentes estaba gozando de medidas sustitutivas a la detención impuestas por la
Jueza Cautelar en la etapa investigativa, medida que subsistió hasta que la referida no
concurrió a la audiencia de juicio oral reinstalada el 29 de octubre a horas 10:30, en la que a
solicitud de la representante del Ministerio Público los jueces demandados, mediante Auto de
la misma fecha pronunciado en audiencia, en aplicación del art. 247.1 del CPP, revocaron
dichas medidas y dispusieron la detención preventiva de Luisa Laura Terrazas, sin justificar
la concurrencia de los requisitos exigidos por el art. 233 del CPP a través de una
resolución debidamente fundamentada, conforme lo exige el art. 236 del mismo
cuerpo legal; pues, la Resolución correspondiente determinó la revocatoria de las medidas
sustitutivas bajo el justificativo de la inasistencia de la imputada a la audiencia de juicio oral,
disponiendo directamente su detención preventiva, lo que no da legalidad de la medida, toda
vez que la revocatoria de las medidas sustitutivas a la detención preventiva, no
determina por sí sola la detención preventiva, sino, como lo previene la parte in fine
del art. 247 del CPP, es 'en los casos en que esta medida cautelar sea procedente'; lo
que obliga al juzgador a tener que hacer un nuevo juicio de valoración en el que se
fundamente la concurrencia o no de los requisitos previstos en el art. 233 del CPP;
dado que si bien el incumplimiento de cualquiera de las medidas sustitutivas a la detención,
la comprobación de que el imputado realiza actos preparatorios de fuga o de obstaculización
de la averiguación de la verdad o la existencia de un nuevo proceso penal contra el imputado
por la comisión de otro delito, son causales de revocatoria de las medidas sustitutivas a la
detención, conforme lo determinan los incs. 1), 2) y 3) del art. 247 del CPP, modificado por el
art. 15 de la Ley del Sistema de Seguridad Ciudadana, no es menos cierto que el
juzgador, como consecuencia de esta revocatoria, cuando tenga que imponer la
medida cautelar de detención preventiva, debe inexcusablemente observar la
previsión de los arts. 233, 234, 235 y 236 del CPP, con las reformas incorporadas por el
art. 15 de la Ley del Sistema de Seguridad Ciudadana; caso contrario, incurre en
detención indebida y vulnera el principio de presunción de inocencia, como en el caso
presente, donde los Jueces recurridos han incumplido las normas precedentemente citadas
al haber dispuesto la detención preventiva de (…) sin haber dictado una resolución
debidamente motivada que justifique la concurrencia de las condiciones exigidas por el art.
233 del CPP, con relación a los arts. 234, 235 antes referidos, requisito sine quanon para
[210]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
disponer la medida cautelar de detención preventiva, incurriendo de ese modo en una
omisión ilegal que vulnera el derecho a la libertad de la representada de los recurrentes; por
lo que corresponde a este Tribunal otorgar la tutela demandada, disponiendo la
regularización del procedimiento, sin ordenar la libertad, conforme lo ha establecido la amplia
línea jurisprudencial de este Tribunal (así, SSCC 1356/2002-R, 1390/2002-R, entre otras)”.
Asimismo, la SC 0390/2005-R de 15 de abril, indicó que: “La resolución de revocatoria de las
medidas sustitutivas a la detención preventiva debe estar basada en la existencia de nuevos
elementos que justifiquen dicha determinación por haberse incurrido en cualquiera de las
causales establecidas en el art. 247 del CPP con la modificación establecida por el art. 15 de
la LSNSC si fuera aplicable, a cuyo efecto el juez o tribunal competente está obligado a
motivar y fundamentar su Resolución, precisando los elementos de convicción que le
permiten concluir en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención
preventiva; a cuyo efecto debe también justificar la concurrencia de los presupuestos
jurídicos exigidos por el art. 233 del CPP y una o varias de las circunstancias
establecidas por los arts. 234 y 235 del CPP, mediante una Resolución debidamente
fundamentada, conforme exige
el art. 236 del CPP”.
[211]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que motivan la medida, con cita de las normas legales aplicables y la descripción clara y objetiva de
los elementos de convicción concurrentes».
En cuanto al Tribunal de apelación, la citada SC 0089/2010-R, señaló: «…está obligado
igualmente a dictar una resolución debidamente fundamentada sobre la necesidad de aplicar dicha
medida cautelar de carácter personal, explicando la concurrencia de los dos requisitos determinados
en el art. 233 del CPP. En ese sentido, se ha establecido que el Tribunal de apelación, está obligado a
motivar y fundamentar su Resolución, precisando los elementos de convicción que le permiten concluir
en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva; a cuyo efecto,
debe también justificar la concurrencia de los presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 del CPP
y una o varias de las circunstancias señaladas por los arts. 234 y 235 del CPP, mediante una
resolución debidamente fundamentada, conforme exige el art. 236 del CPP, puesto que sólo cuando se
han fundamentado debidamente estas dos situaciones, se puede disponer la detención preventiva».
Así también, la SC 0782/2005-R de 13 de julio, determinó que: «Ahora bien, la exigencia de
pronunciar una resolución motivada en la que se establezca la concurrencia de los requisitos de
validez para determinar la detención preventiva, entendiendo por motivo fundado a aquél conjunto
articulado de hechos que permiten inferir de manera objetiva que la persona imputada es
probablemente autora de una infracción o partícipe de la misma y que existe riesgo de fuga y/u
obstaculización de la averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez cautelar, sino también al
tribunal que conozca en apelación la resolución que disponga, modifique o rechace las medidas
cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas cautelares
dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo, modificadas, ello no significa que
el tribunal de apelación cuando determine disponer la detención preventiva, esté exento de pronunciar
una resolución lo suficientemente motivada, en la que se exprese la concurrencia de los dos requisitos
que la ley impone para la procedencia de esa medida cautelar».
De lo que se concluye que la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es exigible
al momento de disponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la solicitud de
cesación de la detención preventiva, se determine la sustitución o modificación de esa medida o,
finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la fundamentación se exige tanto en las resoluciones
pronunciadas en primera instancia, como aquellas emitidas en apelación y en toda decisión judicial
conforme establece el art. 124 del CPP”’.
[212]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Supremo, ello en la circunstancia que se identifiquen hechos fácticos análogos o
similares, así como tal obligación se ve visiblemente amplificada cuando un Auto
Supremo deje sin efecto un Auto de Vista recurrido de casación y ordene el
pronunciamiento de un nuevo, bajo los entendimientos de la doctrina legal
emergente de un Auto Supremo; una omisión de naturaleza contraria a la expuesta,
importa incumplimiento directo de la ley, trascendiendo en vulneración también de
los principios de tutela judicial efectiva, igualdad, celeridad y economía procesal.
Descriptor: Obligatoriedad de la doctrina legal emitida por el Tribunal Supremo
Restrictor: Tribunal de alzada debe cumplir la doctrina legal emitida en el mismo
caso por un Auto Supremo anterior
[213]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Penal del Tribunal Supremo, pondrá en conocimiento de los tribunales y jueces
inferiores las resoluciones de los recursos de casación en las que se establezca la
doctrina legal aplicable, esto implica aquellas resoluciones que hubiesen dejado sin
efecto los Autos de Vista impugnados; por lo que, se concluye que la obligatoriedad a
la que hace referencia el art. 420 del CPP, se refiere a aquellos Autos Supremos
emitidos en el primer supuesto de forma de resolución.
En consecuencia, todos los tribunales y jueces inferiores, tienen la obligación de
observar en el pronunciamiento de sus fallos la doctrina legal establecida por el
Tribunal Supremo, sin que resulte admisible una constante inobservancia y
desobediencia al mandato constitucional y legal en la labor de acatar lo resuelto,
que no sólo genera dilaciones innecesarias en el proceso con directa afectación a los
derechos y garantías de las partes, sino también responsabilidad administrativa y
penal; en ese ámbito, del art. 419.II del CPP, se desprende un entendimiento básico,
sin lugar a interpretaciones, que se trata de la insoslayable obligación de parte de
Jueces o Tribunales inferiores, de cumplir con los razonamientos jurídicos y la
doctrina establecida en un Auto Supremo, ello en la circunstancia que se
identifiquen hechos fácticos análogos o similares, así como tal obligación se ve
visiblemente amplificada cuando un Auto Supremo deje sin efecto un Auto de Vista
recurrido de casación y ordene el pronunciamiento de un nuevo, bajo los
entendimiento de la doctrina legal emergente de un Auto Supremo; una omisión de
naturaleza contraria a la expuesta, importa incumplimiento directo de la ley,
trascendiendo en vulneración también de los principios de tutela judicial efectiva,
igualdad, celeridad y economía procesal.
En ese sentido, este Tribunal no puede soslayar el hecho de que la Sala Penal
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, pese al pronunciamiento
en la presente causa el Auto Supremo 758/2014 –RRC de 19 de diciembre,
transgrede lo dispuesto por el art. 420 segundo párrafo del CPP, al no dar
cumplimiento no sólo a ese fallo, sino también al Auto Supremo 331/2013-RRC de
16 de diciembre; así como, a la amplia doctrina legal sentada por este máximo
Tribunal, que en reiterados Autos Supremos estableció las exigencias que debe
cumplir una resolución debidamente fundamentada; incumpliendo al mismo tiempo
el mandato dispuesto por el art. 180.I de la CPE, debido a que la emisión de
resoluciones sin la debida fundamentación, evita que los procesos culminen con la
debida celeridad, siendo oportuno mencionar a Gerónimo Cortéz, citado por
Fernando de la Rúa en su obra “La Casación Penal”, quien respecto a la
fundamentación, expresa: “Mas en nuestro sistema de gobierno, basado sobre
fundamentos puramente racionales, en el cual todos somos iguales, y en que la
autoridad emana inmediatamente del pueblo, los que la ejercen a su nombre deben
mayor respecto a la opinión pública, y conviene manifiesten los motivos de sus
resoluciones tanto para que éstas lleven en sí mismas su justificación, como para
que en su caso pueda hacerse efectiva con facilidad la responsabilidad de los jueces.
[214]
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OBLIGATORIEDAD DE LA DOCTRINA LEGAL APLICABLE
AUTO SUPREMO Nº 427/2015-RRC
Sucre, 29 de junio de 2015
Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario; para esta construcción social continua, el poder constituyente
estableció en la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano los principios de
suma qamaña (vivir bien) y ñandereko (vida armoniosa), entre otros, sobre los cuales
se erigen y sirven de sustento a los valores de igualdad y armonía, entre muchos,
para vivir bien.
El Estado boliviano para la construcción de una sociedad armoniosa y justa, ante la
comisión de un conflicto de naturaleza penal tiene creado el Órgano Judicial, que
según el art. 178 de la Constitución Política del Estado (CPE), tiene la potestad de
impartir justicia, que emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de
independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad,
gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad,
participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos. Esta función es
ejercida en la jurisdicción ordinaria por el Tribunal Supremo de Justicia, los
Tribunales Departamentales de Justicia, los Tribunales de Sentencia y los Jueces.
Ahora bien, el Tribunal Supremo de Justicia es el máximo Tribunal de la
jurisdicción ordinaria, conforme lo establece el art. 181 de la CPE; facultado para
conocer y resolver los recursos de casación, cuya, procedencia, trámite y formas de
resolución, se hallan previstas en los arts. 416 al 420 del CPP. En cuanto a las
formas de resolución, se tiene que el Tribunal Supremo podrá establecer doctrina
legal aplicable en el supuesto de que advierta la existencia de contradicción entre el
Auto de Vista recurrido con el o los precedentes que fueron invocados, o en su caso
declarar infundado, se entiende ante la inexistencia de contradicción. Por otra parte,
debe tenerse en cuenta que las Salas Penales del Tribunal Supremo, pondrán en
conocimiento de los tribunales y jueces inferiores las resoluciones de los recursos de
casación en las que se establezca la doctrina legal aplicable.
En consecuencia, todos los tribunales y jueces inferiores, tienen la obligación de
observar en el pronunciamiento de sus fallos la doctrina legal establecida por el
Tribunal Supremo, más aún cuando ella se encuentra contenida en Autos
Supremos emitidos dentro del mismo proceso, sin que resulte admisible una
constante inobservancia y desobediencia al mandato constitucional y legal en la
labor de acatar lo resuelto, que no sólo genera dilaciones innecesarias en el proceso
con directa afectación a los derechos y garantías de las partes, sino también
responsabilidad administrativa y penal.
En esa misma línea, cuando se emite un Auto Supremo que establece la
obligatoriedad de pronunciarse sobre todos los cuestionamientos realizados por el
apelante conforme dispone el art. 398 del CPP, el Tribunal de apelación debe
cumplir con el mandato dispuesto en razón a la doctrina legal aplicable emitida,
conforme dispone la norma adjetiva penal; no es aceptable, que el Tribunal de
alzada omita pronunciarse nuevamente sobre lo reclamado en apelación restringida,
de ser así constituye esa inobservancia un vicio de incongruencia omisiva, además
de conllevar una responsabilidad de parte de los operadores de justicia; en esa
[215]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
misma línea el Auto Supremo 252/2012-RRC de 12 de octubre de 2012, estableció
que: “…En este contexto, el recurso de casación previsto en el art. 416 del CPP,
procede para impugnar Autos de Vista, dictados por los ahora Tribunales
Departamentales de Justicia, que sean contrarios a otros precedentes pronunciados
por las Salas Penales de estos Tribunales o del Tribunal Supremo de Justicia; siendo
la tarea principal de este Tribunal, el de unificar la jurisprudencia a fin de asegurar la
vigencia del principio de igualdad, de forma que todo ciudadano tenga la certeza y
seguridad que la norma procesal y material será efectivamente aplicada por igual,
evitando de esta manera que se produzca una anarquía en la aplicación de la ley;
además, esta labor se halla reconocida por el art. 42 de la Ley del Órgano Judicial
(LOJ), que establece entre otras atribuciones de las Salas especializadas de éste
Tribunal, la de sentar y uniformar jurisprudencia.
Asimismo es importante destacar que la doctrina legal aplicable establecida en los
Autos Supremos y que constituye la interpretación de la Ley efectuada por este
máximo Tribunal de Justicia, tiene como efecto fundamental su obligatoriedad
en cuanto a su cumplimiento; es decir, una vez puesto en conocimiento de las
salas penales de los Tribunales Departamentales de Justicia, es de cumplimiento
obligatorio y debe ser acatado por jueces y tribunales inferiores, tal cual lo establece
el art. 420 del CPP, dado que solo así se garantiza una protección efectiva e igualdad
de los litigantes ante la ley; consecuentemente ningún juez o tribunal inferior
podrá sustraerse de su cumplimiento bajo ningún motivo, puesto que obrar en
contrario implica evidente vulneración a los principios de celeridad y
economía procesal constitucionalizados bajo el concepto de justicia pronta,
oportuna, transparente y sin dilaciones; y, en caso de evidenciarse su
cumplimiento, el Juez o Tribunal será pasible de las responsabilidades que
emerjan de tal inobservancia”
[216]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
por el Tribunal Supremo de Justicia, los Tribunales Departamentales de Justicia,
los Tribunales de Sentencia y los Jueces.
Ahora bien, el Tribunal Supremo de Justicia es el máximo Tribunal de la
jurisdicción ordinaria, conforme lo establece el art. 181 de la CPE; facultado para
conocer y resolver los recursos de casación, cuya, procedencia, trámite y formas de
resolución, se hallan previstas en los arts. 416 al 420 del CPP. En cuanto a las
formas de resolución, se tiene que el Tribunal Supremo podrá establecer doctrina
legal aplicable en el supuesto de que advierta la existencia de contradicción entre el
Auto de Vista recurrido con el o los precedentes que fueron invocados, o en su caso
declarar infundado, se entiende ante la inexistencia de contradicción. Por otra parte,
debe tenerse en cuenta que las Salas Penales del Tribunal Supremo, pondrán en
conocimiento de los tribunales y jueces inferiores las resoluciones de los recursos de
casación en las que se establezca la doctrina legal aplicable.
En consecuencia, todos los tribunales y jueces inferiores, tienen la obligación de
observar en el pronunciamiento de sus fallos la doctrina legal establecida por el
Tribunal Supremo,más aún cuando ella se encuentra contenida en Autos Supremos
emitidos dentro del mismo proceso, sin que resulte admisible una constante
inobservancia y desobediencia al mandato constitucional y legal en la labor de
acatar lo resuelto, que no sólo genera dilaciones innecesarias en el proceso con
directa afectación a los derechos y garantías de las partes, sino también
responsabilidad administrativa y penal.
En esa misma línea, cuando se emite un Auto Supremo que establece la
obligatoriedad de pronunciarse sobre todos los cuestionamientos realizados por el
apelante conforme dispone el art. 398 del CPP, el Tribunal de apelación debe
cumplir con el mandato dispuesto en razón a la doctrina legal aplicable emitida,
conforme dispone la norma adjetiva penal; no es aceptable, que el Tribunal de
alzada omita pronunciarse nuevamente sobre lo reclamado en apelación restringida,
de ser así constituye esa inobservancia un vicio de incongruencia omisiva, además
de conllevar una responsabilidad de parte de los operadores de justicia; en esa
misma línea el Auto Supremo 252/2012-RRC de 12 de octubre de 2012, estableció
que: “…En este contexto, el recurso de casación previsto en el art. 416 del CPP,
procede para impugnar Autos de Vista, dictados por los ahora Tribunales
Departamentales de Justicia, que sean contrarios a otros precedentes pronunciados
por las Salas Penales de estos Tribunales o del Tribunal Supremo de Justicia; siendo
la tarea principal de este Tribunal, el de unificar la jurisprudencia a fin de asegurar la
vigencia del principio de igualdad, de forma que todo ciudadano tenga la certeza y
seguridad que la norma procesal y material será efectivamente aplicada por igual,
evitando de esta manera que se produzca una anarquía en la aplicación de la ley;
además, esta labor se halla reconocida por el art. 42 de la Ley del Órgano Judicial
(LOJ), que establece entre otras atribuciones de las Salas especializadas de éste
Tribunal, la de sentar y uniformar jurisprudencia.
[217]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Asimismo es importante destacar que la doctrina legal aplicable establecida en los
Autos Supremos y que constituye la interpretación de la Ley efectuada por este
máximo Tribunal de Justicia, tiene como efecto fundamental su obligatoriedad
en cuanto a su cumplimiento; es decir, una vez puesto en conocimiento de las
salas penales de los Tribunales Departamentales de Justicia, es de cumplimiento
obligatorio y debe ser acatado por jueces y tribunales inferiores, tal cual lo establece
el art. 420 del CPP, dado que solo así se garantiza una protección efectiva e igualdad
de los litigantes ante la ley; consecuentemente ningún juez o tribunal inferior
podrá sustraerse de su cumplimiento bajo ningún motivo, puesto que obrar en
contrario implica evidente vulneración a los principios de celeridad y
economía procesal constitucionalizados bajo el concepto de justicia pronta,
oportuna, transparente y sin dilaciones; y, en caso de evidenciarse su
cumplimiento, el Juez o Tribunal será pasible de las responsabilidades que
emerjan de tal inobservancia”
[218]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sin dilaciones; y, en caso de evidenciarse su cumplimiento, el Juez o Tribunal será pasible de
las responsabilidades que emerjan de tal inobservancia.
[219]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
OBJECIÓN DE LA RESOLUCIÓN DE RECHAZO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1074/2017-S2
Sucre, 9 de octubre de 2017
En cuanto a la objeción de la resolución de rechazo la SC 1460/2011-R de 10 de octubre, señaló que:
”El Código de Procedimiento Penal, establece un sistema de control al interior del propio Ministerio
Público en cuanto al contenido de la resolución de rechazo, al precisar que el fiscal superior en
jerarquía tiene la potestad de resolver la eventual objeción que se pueda formular contra la precitada
resolución; es así que, el art. 305 de dicho cuerpo normativo, reconoce a las partes, la posibilidad de
objetar la resolución de rechazo dentro del plazo de cinco días a partir de su notificación, ante el
fiscal que dictó la misma, quien deberá remitir antecedentes al fiscal superior en jerarquía, es decir, al
Fiscal de Distrito, autoridad que dentro de los diez días siguientes a la recepción de las actuaciones,
determinará la revocatoria o ratificación del rechazo y el consiguiente archivo de obrados. Si dispone
la revocatoria, ordenará la continuación de la investigación y en el supuesto de ratificar el rechazo de
la denuncia, querella o actuación policial, dispondrá el consiguiente archivo de obrados, lo que no
impide la conversión de la acción a pedido de la víctima o del querellante; en ambos casos, no existe
recurso ulterior y dichas actuaciones no pueden ser revisadas tampoco por el juez de instrucción, en
resguardo del principio de independencia de cada órgano, dado que los fiscales no pueden realizar
actos jurisdiccionales, ni los jueces inmiscuirse en actos de investigación que comprometan su
imparcialidad (art. 279 CPP).
De lo referido, se concluye que conforme al art. 305 del CPP, quienes cuentan con legitimación activa
para presentar objeción a una resolución de rechazo emitida por el fiscal de materia, son las partes
del proceso; sin embargo, habrá que puntualizar qué ocurre cuando la víctima no se constituye en
querellante o parte civil dentro del proceso penal y sin embargo, interpone objeción al rechazo, como
en el caso de análisis.
El mandato contenido en el art. 119.I de la CPE, determina la igualdad de oportunidades a ser
ejercidas por las partes en conflicto durante un proceso y el art. 121.II del mismo cuerpo legal,
revaloriza a las víctimas en el proceso penal, disponiendo su derecho a ser oídas antes de cada
decisión judicial; en virtud a ello, se colige que la víctima puede participar en el proceso aún cuando
no se hubiere constituido en querellante ni parte civil, con facultades de conocer, propugnar, alegar e
impugnar, conforme a las facultades que confiere el art. 79 del CPP, además de tener la posibilidad de
interponer querella hasta el momento de presentación de la acusación fiscal, conforme a lo previsto
por el art. 340 del indicado Código. Así, la SC 0077/2011-R de 7 de febrero señaló: ’Siguiendo los
presupuestos constitucionales de igualdad de oportunidades de las partes y efectiva revalorización a
la víctima (arts. 119.I y 121.II CPE), dentro del proceso penal, la reforma del citado precepto por la
Ley 007 de 18 de mayo de 2010, otorga a la víctima la facultad de participar o intervenir en la
audiencia de consideración de medida cautelar y solicitar la detención preventiva del imputado,
independientemente que se hubiera constituido o no en parte querellante, lo que significa que podrá
participar de la audiencia de consideración de medidas cautelares y en todas las etapas del proceso
para impugnar las determinaciones que considere lesivas a sus derechos e intereses legítimos, además
de proponer diligencias de investigación que conduzcan al esclarecimiento del hecho y la sanción del
culpable, debiendo ser oída antes de cada decisión judicial…‘.
[220]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De ese modo, los derechos de la víctima se garantizarán y subsisten aunque no hubiese formalizado
querella. En la etapa preparatoria, puede proponer la realización de diligencias que considere
adecuadas, conducentes y necesarias para la averiguación de la verdad, también objetar cualquier
rechazo cuando lo considere ilegal o sin fundamentos ante el superior jerárquico en resguardo del
principio de igualdad jurídica de las partes, reconocido en el art. 119.I de la CPE, como uno de los
pilares básicos de la sociedad y del Estado constitucional que impone el deber de tratar a los
individuos de modo que las cargas y las ventajas sociales se distribuyan equitativamente“.
[221]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fue estatuida con la finalidad de sanear la acusación fiscal, agotar la interposición
de excepciones e incidentes, efectuar exclusiones probatorias u observar la
admisibilidad de la prueba, así como proponer los puntos de hecho no
controvertidos y acordar los medios de prueba necesarios para que determinados
hechos se estimen probados, debiendo ser dirigida por el Juez Instructor.
Ahora bien, en cuanto al planteamiento de excepciones e incidentes en el proceso
penal, se debe considerar el art. 403 inc. 1) del CPP que establece que el recurso de
apelación incidental procede contra las siguientes resoluciones: “1) La que resuelve
la suspensión condicional del proceso; 2) La que resuelve una excepción; 3) La que
resuelve medidas cautelares o su sustitución; 4) La que desestime la querella en
delitos de acción privada; 5) La que resuelve la objeción de la querella; 6) La que
declara la extinción de la acción penal; 7) La que conceda, revoque o rechace la
libertad condicional; 8) La que niegue o revoque la solicitud de ampliación de la
etapa preparatoria en delitos relacionadas con organizaciones criminales; 9) La que
admita o niegue la suspensión o extinción de la pena; 10) La que resuelva la
reparación del daño; y 11) Las demás señaladas por este Código”.
Por su parte, el art. 396 del CPP establece las reglas generales para los recursos,
señalando en el primer numeral que éstos tienen efecto suspensivo, salvo
disposición contraria.
Dentro de ese marco, considerando la finalidad de la audiencia conclusiva,
interpretando la voluntad del legislador, el Tribunal Constitucional Plurinacional, a
través de la SCP 1542/2013 de 10 de septiembre, estableció: “…la audiencia
conclusiva se encuentra en una etapa distinta a la del juicio oral y tiene otra
finalidad, cual es en lo esencial, el saneamiento procesal de cualquier irregularidad o
vicio procesal existente en la etapa preparatoria, lo que le otorga legitimidad a dicha
etapa; de esta forma se ingresará a un juicio oral expedito sin que exista ningún acto
procesal pendiente -esto incluye la resolución de la apelación incidental- garantizando
que se desarrolle con normalidad en el marco del principio de celeridad y unidad.
Por tanto, se entiende que las excepciones e incidentes resueltos en la
audiencia conclusiva, son susceptibles de apelación incidental conforme
establece el art. 403 inc.2) del CPP, por lo que necesariamente debe seguir la
tramitación diseñada por el legislador para ese efecto; no existe una norma
específica que establezca que las resoluciones que resuelvan excepciones e
incidentes en la audiencia referida, las partes tengan que acudir la reserva
de recurrir para una ‘eventual’apelación restringida; situación restrictiva y
que desnaturaliza la finalización de la etapa preparatoria y la audiencia
conclusiva, en ese orden, no se puede aplicar el razonamiento establecido por
jurisprudencia citada en el Fundamento Jurídico III.4.1 (apelaciones incidentales en el
juicio oral) a la audiencia que pone fin a una etapa preparatoria; por ello, la
apelación incidental procede principalmente para impugnar resoluciones
dictadas a lo largo de la etapa preparatoria.
En este sentido, pretender de que en la audiencia conclusiva, cuando se
declare improbada una excepción o se rechace un incidente, las partes se encuentren
obligadas a realizar la ‘reserva de recurrir’ para una eventual apelación restringida
y no así apelación incidental, definitivamente es crear un nuevo procedimiento
[222]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contrario a la voluntad del legislador y al propio sistema procesal penal, en todo caso,
se tiene que la apelación incidental por su configuración procesal, se
constituye en un medio idóneo, rápido y que por sus efectos en algunos casos,
sin duda puede poner fin a la persecución penal, y de esta forma, no ingresar
a una innecesaria preparación de todo un juicio oral (Radicatoria, auto de
apertura del juicio, sorteo de jueces ciudadanos, audiencia de constitución de Tribunal
de sentencia etc.), el cual prácticamente podría quedar en nada en caso de que el
recurso de apelación declare probada alguna de las excepciones; situación que no
contradice al principio de celeridad y continuidad siempre y cuando el Tribunal de
alzada actué dentro de los plazos previstos por el art. 406 del CPP; se entiende que
las excepciones y los incidentes por la naturaleza jurídica y su diseño procesal, son
de previo y especial pronunciamiento.
En este sentido, las partes de ninguna manera pueden quedar en un estado
de incertidumbre, sin que se les resuelva las apelaciones interpuestas en la audiencia
conclusiva, más aún, durante toda la tramitación de un juicio oral esperando su futuro
para recién hacerlo en una ‘supuesta’ apelación restringida; no debe olvidarse
que la apelación restringida prevista en el art. 407 del CPP, es planteado
únicamente contra sentencias y no así resoluciones que resuelven
excepciones e incidentes en la audiencia conclusiva.
Consiguientemente, la apelación incidental interpuesta en la audiencia
conclusiva, debe resolverse inexcusablemente y bajo responsabilidad, dentro de los
plazos establecidos en los arts. 405 y 406 del CPP, respectivamente, con el efecto
previsto por el art. 396 inc.1) del mismo Código -antes de ingresar al juicio oral- el
plazo para que se resuelva dicha apelación se constituye según su diseño, en
razonable; así se garantizara y efectivizara los principios de unidad y continuidad que
caracteriza el juicio oral, por estos principios debe entenderse como el desarrollo
continuo y de cumplimiento simultaneo de todos los actos y solemnidades, sin que
medie interrupción, con la finalidad de asegurar la persistencia de la voluntad,
facilitar la inmediación y garantizar que no se modifique cualquier acto procesal; en
este sentido, se tiene que el juicio oral, una vez se haya iniciado, se entiende que ha
de continuar hasta llegar a su conclusión, evitando en todo momento el tener que
llegar a una causal de interrupción o frustración de las audiencias ya iniciadas; por
eso mismo la unidad que ha de tener el acto de la audiencia, se tendrá como un todo,
desde que el presidente del Tribunal de Sentencia disponga su apertura hasta el
momento preciso de su conclusión, situación que no puede desnaturalizarse por un
recurso pendiente, por eso mismo, si él o la imputada interpone recurso de
apelación incidental en la audiencia conclusiva, este debe resolverse antes de
ingresarse al juicio oral propiamente dicho, aclarando que si bien el recurso
de apelación incidental -como se dijo- en la audiencia conclusiva tiene
carácter suspensivo, en el marco del principio de continuidad y celeridad,
esto debe entenderse que el efecto es para que el juicio oral no se aperture,
debiendo continuar la audiencia conclusiva hasta su finalización” (el
resaltado es propio).
Por lo expuesto, se puede concluir que el medio idóneo y eficaz para impugnar
decisiones emergentes de la resolución de excepciones e incidente en la fase de
[223]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
audiencia conclusiva, es la apelación incidental, la misma que deberá ser resuelta
antes de remitirse antecedentes al Tribunal de juicio, en consideración a que a la
audiencia de juicio el proceso penal debe llegar saneado con la finalidad de empezar
y concluir en el menor tiempo posible.
[224]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
implica que no puede exigirse el cumplimiento de otras condiciones, requisitos o realización
de diligencias, como condición previa a viabilizar la libertad de los imputados beneficiados
con la cesación de la detención preventiva (entendimiento asumido en la SCP 0863/2015 de
27 de agosto)’”.
En ese entendido, los requisitos que la autoridad judicial exige para proceder con la
efectivización de la libertad del detenido preventivamente, luego de haberse otorgado la
cesación a la misma, es necesariamente el cumplimiento de las medidas sustitutivas
impuestas.
[225]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
correspondiente para obtener la certificación que acredite su arraigo y una vez que la misma se
encontraba en trámite, procedió a solicitar al juez que libre mandamiento de libertad adjuntando al
efecto, el Talón de Control emitido por la oficina respectiva de Migración; ahora bien, esta petición
fue denegada por la autoridad demandada con el argumento que 'previamente debe acreditar
mediante la certificación de que se ha procedido al registro del arraigo', situación que conforme se ha
desarrollado en esta Sentencia Constitucional Plurinacional, no se considera una actuación que
lesione el derecho a la libertad del imputado; pues la autoridad jurisdiccional tiene el deber de
verificar y percatarse sobre el cabal cumplimiento de las condiciones impuestas para efectivizar las
medidas sustitutivas, por lo que -una vez cumplidas las mismas- se entiende que recién se podrá librar
el mandamiento de libertad de forma inmediata al encontrarse el derecho a la libertad comprometida;
lo contrario, no solo recaería una responsabilidad para la autoridad que ejerce el control
jurisdiccional, sino también, repercutiría con el sentido teleológico de una herramienta preventiva
muy importante para la efectividad de la persecución penal y el sometimiento al proceso del imputado
y/o procesado; de esta forma se garantiza la imposibilidad de salir de un área o zona geográfica
determinada.
Consiguientemente, la actuación de la autoridad demandada de exigir el certificado que acredite el arraigo del
imputado, previamente a disponer su libertad, no puede ser considerada como un obstáculo contrario al
derecho a la libertad del representado del accionante, en todo caso, resulta un requisito imprescindible que
todo juzgador debe exigir antes de emitir el mandamiento de libertad; por lo que, no corresponde otorgar la
tutela»’”.
[226]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
asegurarse que las medidas que ha impuesto han sido efectivamente cumplidas por el
imputado”' (Las negrillas son nuestras).
En ese mismo sentido, la SC 0061/2007-R de 8 de febrero, refirió que:“…la autoridad
recurrida al exigir el cumplimiento de la exhibición del certificado, cumplió con las
condiciones especificadas y contenidas en el Auto que concedió la cesación de la detención
preventiva, máxime si el arraigo disponía la prohibición de abandonar el departamento y el
país, velando asimismo porque las medidas sustitutivas cumplan el fin de asegurar que el
imputado responda a las emergencias del proceso, constituyendo un imperativo para el
imputado la obligación de cumplir previamente con las medidas impuestas, entre ellas el
arraigo que se efectiviza con la inscripción en el registro nacional, exteriorizado en la
certificación…”.
Por otro lado la SCP 0559/2012 de 20 de julio, señaló que: ”…el imputado a efectos de
cumplir la medida y condición dispuesta por la autoridad ahora demandada, efectivamente
inició la tramitación correspondiente para obtener la certificación que acredite su arraigo y
una vez que la misma se encontraba en trámite, procedió a solicitar al juez que libre
mandamiento de libertad adjuntando al efecto, el Talón de Control emitido por la oficina
respectiva de Migración; ahora bien, esta petición fue denegada por la autoridad demandada
con el argumento que 'previamente debe acreditar mediante la certificación de que se ha
procedido al registro del arraigo', situación que conforme se ha desarrollado en esta
Sentencia Constitucional Plurinacional, no se considera una actuación que lesione el
derecho a la libertad del imputado; pues la autoridad jurisdiccional tiene el deber de verificar
y percatarse sobre el cabal cumplimiento de las condiciones impuestas para efectivizar las
medidas sustitutivas, por lo que -una vez cumplidas las mismas- se entiende que recién se
podrá librar el mandamiento de libertad de forma inmediata al encontrarse el derecho a la
libertad comprometida; lo contrario, no solo recaería una responsabilidad para la autoridad
que ejerce el control jurisdiccional, sino también, repercutiría con el sentido teleológico de
una herramienta preventiva muy importante para la efectividad de la persecución penal y el
sometimiento al proceso del imputado y/o procesado; de esta forma se garantiza la
imposibilidad de salir de un área o zona geográfica determinada.
Consiguientemente, la actuación de la autoridad demandada de exigir el certificado que
acredite el arraigo del imputado, previamente a disponer su libertad, no puede ser
considerada como un obstáculo contrario al derecho a la libertad del representado del
accionante, en todo caso, resulta un requisito imprescindible que todo juzgador debe exigir
antes de emitir el mandamiento de libertad; por lo que, no corresponde otorgar la tutela”.
[227]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: Con los antecedentes referidos, corresponde a este
Tribunal remitirse en primera instancia a lo dispuesto por el art. 358 de la norma
adjetiva penal, que preceptúa: "Concluido el debate los miembros del tribunal
pasarán de inmediato y sin interrupción, a deliberar en sesión secreta, a la que sólo
podrá asistir el secretario. La deliberación no se podrá suspender salvo... ". De la
lectura del precepto legal transcrito precedentemente, se establece que a diferencia
de la norma Argentina, la participación de la secretaria en el acto de deliberación de
la Sentencia, es potestativa y no obligatoria como argumentó el Tribunal de alzada
apoyado en lo señalado por el penalista argentino Jorge R. Moras Mom, en su libro
Manual de Derecho Procesal Penal. Asimismo, es evidente lo manifestado por el
Tribunal de alzada, en sentido de que el Secretario no toma notas ni realiza análisis
en el acto de deliberación; pues su función es de apoyo jurisdiccional, en cuya
calidad no puede intervenir en el acto de deliberación más que como veedor. Por otro
lado, si bien es cierto que el fin de la participación de la Secretaria o Secretario en el
acto de deliberación está orientado a dar fe de la participación de los jueces en el
verificativo tantas veces referido; sin embargo, la participación de los miembros del
Tribunal quedó establecida con la firma de éstos en el acta de deliberación y en la
firma de la parte resolutiva como de la Sentencia íntegra. Dentro de los defectos
absolutos previstos por el art. 169 inc. 3) del CPP, se encuentran los actos que
implican inobservancia o violación de derechos y garantías previstos en la
Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales
vigentes y el CPP; sin que en la resolución hoy impugnada se hubiere fundamentado
de manera correcta, que derecho y/o garantía de las partes se habría vulnerado con
la falta de participación de la Secretaria en el acto de deliberación, no siendo
suficiente referir de manera general que se vulneró el debido proceso sin especificar
en qué elemento fue vulnerado el mismo; tampoco justificó la transcendencia de este
defecto, tomando en cuenta que si la misma hubiere participado del acto, lo habría
hecho como simple veedora, no pudiendo tomar ninguna decisión, al no tener
competencia para ello; por lo tanto, no se encuentra que la falta de participación de
la referida funcionaria, hubiese hecho cambiar el resultado de la decisión,
careciendo en consecuencia, lo denunciado, de trascendencia.
Descriptor: Participación del secretario(a) en el acto de deliberación de la Sentencia
Restrictor: Es potestativa y no obligatoria / No es suficiente referir de manera
general que se vulneró el debido proceso sin especificar en qué elemento fue
vulnerado el mismo
[228]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
las circunstancias que para él han sido determinantes en la fijación de la pena expresando
por qué y cómo consideró tal o cual atenuante o agravante.
Como se ha desarrollado en el punto anterior, el Código Penal Boliviano establece reglas
generales que deben ser observadas por el juez a tiempo de determinar la pena, debiendo
reconocerse que la práctica en los tribunales de justicia del país, demuestran que, cada juez
tiene su propio procedimiento, siendo sin embargo deseable a fin de garantizar la plena
vigencia de la seguridad jurídica, contar con pautas de determinación judicial de la pena. En
este contexto, es interesante la propuesta de la profesora y consultora internacional Rosaly
Ledezma Jemio, que para el efecto propone los siguientes parámetros: 1) Establecer el
mínimo y el máximo legal del tipo penal; 2)Verificar la existencia de modificaciones al tipo
penal, como la concurrencia de atenuantes o agravantes en el tipo. Si se tratara de un
concurso real o ideal debe determinarse la escala legal aplicable, con el
concurso; 3) Establecer el grado de desarrollo del delito, si se ha consumado o se trata de
una tentativa; 4) Determinar las implicaciones en la fijación de la pena según la calidad de
autor, instigador, cómplice necesario, cómplice no necesario; 5) Verificar la existencia de
atenuantes especiales previstas por el art. 39 del CP, considerando como parámetro de
determinación el inciso 3) del referido artículo; 6) Verificar la existencia de atenuantes
generales observando lo dispuesto por el art. 40 del CP; 7) Determinar la personalidad del
autor y las circunstancias del hecho considerando las establecidas por el art. 38 del CP,
pudiéndose al efecto analizar: la personalidad del autor -art. 38 num. 1 inc. a)-las
condiciones especiales del hecho -art. 38 num. 1) inc. b)-, la gravedad del hecho -art. 38
num. 2)-, las consecuencias del hecho y la situación de la víctima -art. 37 inc.
1); 8) Contraponer las circunstancias agravantes generales y atenuantes, las circunstancias
que aconsejen una mayor o menor penalidad; y, 9) Valorar todas las circunstancias en su
conjunto y determinar la pena. Todo ese análisis debe esencialmente realizarse sobre la
consideración de los fines constitucionales de la pena y en el caso concreto” .
Dentro de dicho marco, se puede señalar que, el juez o tribunal que fija una pena tiene la
obligación de someterse a los lineamientos establecidos en el marco penal establecido para
cada tipo penal, correspondiendo al Tribunal de apelación, ejercer el control en cuanto a la
determinación de la pena, y ante la constatación de su incumplimiento, sin necesidad de
anularla y sin ordenar la reposición del juicio por otro Tribunal, realizar de manera directa una
fundamentación complementaria para modificar el quantum de la pena en caso de
considerarlo necesario.
Finalmente, debe agregarse que la fundamentación es una exigencia inexcusable tanto para
que el condenado sepa por qué ha recibido tal o cual pena en su condena, así como para que
el Tribunal de apelación valore adecuadamente los fundamentos de la pena impuesta y en su
caso determine los correctivos necesarios. En consecuencia, el Juez está obligado a exponer
las circunstancias que para él han sido determinantes en la fijación de la pena expresando
por qué y cómo consideró tal o cual atenuante o agravante.
[229]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La pena es el resultado de la valoración de los hechos, las acciones y del mismo
imputado, su personalidad, la motivación y otras circunstancias concomitantes,
presupuestos que sirven para determinar la pena dentro del marco normativo del
delito, en el que se identifiquen los aspectos que agravan o atenúan la pena (arts.
37, 38, 39, 40 y 44 del CP), se debe tomar en cuanta especialmente las
circunstancias y condiciones de vida del imputado, las causas que lo indujeron a la
comisión del hecho ilícito y el hecho mismo; que en aplicación del principio de
legalidad, el juzgador está facultado para fijar la pena entre el mínimo y máximo
señalado.
[230]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derechos de la privada de libertad (…), en una rígida actitud formalista, exigió la presentación de
certificado médico forense antes de procurar sea efectiva la valoración médica por ese funcionario.
(…) si alegaba una enfermedad que a criterio de la accionante ameritaba internación, Jueza
demandada de oficio debió disponer que el médico forense realice una valoración, para así poder
determinar la credibilidad o no de las afecciones referidas, para luego conceder o negar la salida
médica impetrada, según corresponda.
(…)
Significando que, como se señaló precedentemente, la autoridad demandada, al no dar curso a la solicitud de
salidas médicas por considerar que no se adjuntó certificado médico forense, siendo que, debió asumir un rol
activo como garante de los derechos de la privada de libertad y debió disponer que, dentro de un plazo
razonable la valoración médica sea realizada por el Médico Forense y así evidenciar o no la correspondencia
de conceder o negar la solicitud de salida médica”
[231]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
obligado de actualizar su domicilio real y en mérito al incumplimiento del deber de asistencia
familiar, en caso de desconocer los actores procesales el domicilio del obligado, la
notificación por edictos previo juramento de ley de acuerdo a las normas adjetivas vigentes,
es plenamente válida y por ende, todo mandamiento de apremio ordenado en cumplimiento a
los presupuestos procesales imperantes para la notificación por edictos, de ninguna manera
constituyen privación de libertad indebida emergente de persecución ilegal.
Sin perjuicio de lo señalado, en un equilibrio procesal y en el marco del derecho al
debido proceso, en caso de desconocer el obligado de asistencia familiar la causa
instaurada en su contra, la omisión de notificación de acuerdo a los presupuestos
procesales disciplinados por la normativa adjetiva imperante con la liquidación y
conminatoria de pago, constituirá privación indebida de libertad emergente de
persecución ilegal, siendo viable en este caso la acción de libertad reparadora, de
acuerdo a su naturaleza procesal desarrollada en el Fundamento Jurídico III. 2 de la
presente sentencia constitucional”.
PERSECUCIÓN ILEGAL COMO PRESUPUESTO DE ACTIVACIÓN DE LA ACCIÓN DE
LIBERTAD PREVENTIVA Y RESTRINGIDA
S.C.P. 0401/2015-S2 Sucre, 20 de abril de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
En el asunto de examen, conforme a la síntesis de los hechos fácticos que motivaron la
interposición de la presente acción de libertad, el representante de los accionantes denuncia
que sus defendidos se encuentran perseguidos ilegal e indebidamente, a consecuencia de
haber librado la autoridad judicial demandada, mandamientos de aprehensión en su contra,
ante su inasistencia a la audiencia de aplicación de medidas cautelares personales dentro de
la causa penal que se les sigue, sin que previamente se hubiera emitido una resolución
judicial fundamentada y escrita al efecto, notificada a las partes procesales; por lo que, a fin
de verificar qué se entiende por persecución ilegal y cuándo es posible tutelar la misma,
mediante esta garantía constitucional, compele referirse al razonamiento asumido por la SCP
2359/2012 de 22 de noviembre, que expresó sobre dicha figura que ésta: “…constituye un
presupuesto para la activación de la acción de libertad, tal como se señaló en el Fundamento
Jurídico III.1 de la presente sentencia y a diferencia de su faceta restringida, en su ámbito
preventivo, se caracteriza por la expedición de órdenes, mandamientos o
diligenciamientos jurisdiccionales o fiscales, destinados a suprimir o limitar la libertad
física, personal o de locomoción de las personas, cuya emisión es realizada en
inobservancia de las formalidades y presupuestos procesales establecidos por el
orden normativo imperante…”.
De igual manera, la SCP 1904/2012 de 12 de octubre, citando a su vez fallos anteriores,
estableció que: “…'En el hábeas corpus preventivo, (…) la detención aún no se ha
producido pero puede presuponerse que es inminente, en tanto que la amenaza pueda
demostrarse positivamente. Este hábeas corpus también está contemplado en el art. 125
de la CPE, en los supuestos en que la persona considere encontrarse ilegalmente
perseguida.
Ahora bien, la persecución ilegal, ha sido entendida por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional como: '…la acción de una autoridad que busca, persigue, u hostiga a una
persona sin que exista motivo legal alguno ni una orden expresa de captura emitida
por autoridad competente en los casos establecidos por ley, o cuando se emite una
[232]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
orden de detención, captura o aprehensión al margen de los casos previstos por ley, e
incumpliendo las formalidades y requisitos establecidos por ella' (…).
Conforme a dicho entendimiento, la persecución ilegal comprendería dos supuestos: a)
Órdenes de detención al margen de los casos previstos por la ley e incumpliendo los
requisitos y formalidades de ley; y, b) Hostigamiento sin que exista motivo legal, ni
orden de captura emitida por autoridad competente.
Complementando los razonamientos glosados, la SC 0021/2011-R de 7 de febrero, precisa
que: '…resultará imprescindible analizar (…), si los hechos denunciados como persecución
indebida inciden directamente con el derecho a la libertad personal o de locomoción del
accionante, caso contrario, no será posible abrir la tutela que brinda esta acción de defesa.
(…) se entiende que la persecución indebida debe verse materializada en actos o
acciones que permitan concluir la existencia de una amenaza a este derecho, en
consecuencia, si no se advierte la orden o emisión de ningún mandamiento que disponga la
privación de libertad personal o de locomoción del actor, no es posible admitir que éste
estuviera indebida o ilegalmente perseguido, por cuanto, es irracional suponer que podría
ejecutarse una disposición que no existe ni existió jamás, y en los hechos, el accionante
nunca pudo ni podrá ser objeto de persecución ni hostigamiento'”.
Del marco jurisprudencial glosado, se concluye que para considerar la existencia de una
persecución indebida o ilegal, debe concurrir necesariamente una conexión con el derecho a
la libertad física que pueda ser sujeta a examen mediante la presente garantía constitucional;
dado que de no existir una amenaza cierta y evidente que este derecho está en peligro,
carecería de eficacia y razón la tutela pretendida; por lo que, lógicamente, no resulta viable la
concesión de la tutela cuando, el o la accionante sustentan su demanda tutelar, en posibles
acciones futuras y en suposiciones que su libertad será restringida, sin la constancia debida
de una orden o mandamiento en dicho sentido. Siendo ineludible también enfatizar que, de
acuerdo a los razonamientos jurisprudenciales expuestos, la persecución ilegal se da en dos
supuestos: El primero ante la existencia de órdenes de detención libradas al margen de los
casos previstos por ley e incumplimiento requisitos y formalidades legales; y, el segundo, el
hostigamiento sin justificativo legal alguno, ni orden de captura emitido por autoridad
competente. Cuestiones que deben ser verificadas por este Tribunal para otorgar la tutela
pretendida en los casos en que se active la acción de libertad por dicha causa.
[233]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
existencia de una amenaza a este derecho, en consecuencia, si no se advierte la orden o
emisión de ningún mandamiento que disponga la privación de libertad personal o de
locomoción del actor, no es posible admitir que éste estuviera indebida o ilegalmente
perseguido, por cuanto, es irracional suponer que podría ejecutarse una disposición que no
existe ni existió jamás, y en los hechos, el accionante nunca pudo ni podrá ser objeto de
persecución ni hostigamiento”.
Más adelante, se estableció que para demandar persecución ilegal o indebida a través de la
acción de libertad, es necesaria la concurrencia de dos supuestos: “…el primero referido al
hostigamiento sin que exista motivo legal alguno y sin que la autoridad competente hubiera
emitido orden de privación de libertad física y/o de locomoción; supuesto que corresponde a
la acción de libertad restringida; mientras que el segundo, tiene relación con las órdenes de
restricción de libertad al margen de los casos previstos por ley y que además no cumplen los
requisitos y formalidades legales exigidas, relacionado con la acción de libertad preventiva.
La acción de libertad restringida tiene por objeto la protección de la libertad física y/o libertad
de locomoción, cuando se ven perturbadas, sin que medie fundamento legal, cuya protección
tiene como mecanismo la acción de libertad, aún cuando no se evidencie una amenaza
inminente de privación de libertad, pero su ejercicio se vea afectado de alguna manera, en
virtud a que por este medio de defensa, se persigue la protección de bienes jurídicos de
carácter primario, como son la vida y la libertad; pero a tiempo de su activación deberá
demostrarse que la amenaza es cierta y evidente, no presumible, lo que significa que su
demostración es un requisito para la procedencia ” (entendimiento que fue asumido por la
SCP 1920/2012 de 12 de octubre, reiterando a la SCP 0124/2012 de 2 de mayo).
De lo mencionado este Tribunal Constitucional Plurinacional deja establecido que para
reclamar de persecución ilegal o indebida debe concurrir los presupuestos establecidos como
la búsqueda u hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo
legal o por orden de una autoridad no competente, y la emisión de una orden de detención,
captura o aprehensión al margen de lo previsto por ley, supuestos en los cuales, recién será
posible la activación de la acción de libertad en resguardo de su derechos a la libertad.
PERSECUCIÓN INDEBIDA
S.C.P. 0184/2015-S2 Sucre, 25 de febrero de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
En relación a la persecución indebida, la SCP 0745/2013-L de 22 de julio, haciendo mención
a su vez a la SCP 0715/2012 de 13 de agosto, refirió: “…el art. 23.I de la CPE, establece
que: 'Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal. La libertad personal sólo
podrá ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de
la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales'. Complementando esta
garantía el parágrafo III de la misma norma expresa: 'Nadie podrá ser detenido, aprehendido
o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley. La
ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea
emitido por escrito'.
Dentro de ese contexto, una persecución indebida deberá entenderse a toda acción de
un funcionario público, autoridad jurisdiccional o judicial que busca, persigue y
hostiga a una persona, sin que exista motivo legal alguno ni orden expresa de captura,
emitida por autoridad competente y en análisis fundamentado de las circunstancias y
[234]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en los casos permitidos expresamente por ley, o cuando se emite una medida restrictiva,
ya sea orden de aprehensión, apremio, captura o detención, fuera de los casos previstos por
ley y sin previo cumplimiento de los requisitos y formalidades exigidos en ella; supuestos
que necesariamente deben concurrir para que sean objeto de estudio a través de la
acción de libertad. De otro lado, resultará imprescindible analizar, conforme a lo señalado
en el Fundamento Jurídico anterior, si los hechos denunciados como persecución
indebida inciden directamente con el derecho a la libertad personal o de locomoción
del accionante, caso contrario, no será posible abrir la tutela que brinda esta acción de
defensa. Bajo el citado razonamiento, se entiende que la persecución indebida debe verse
materializada en actos o acciones que permitan concluir la existencia de una amenaza
a este derecho, en consecuencia, si no se advierte la orden o emisión de ningún
mandamiento que disponga la privación de libertad personal o de locomoción del
actor, no es posible admitir que éste estuviera indebida o ilegalmente perseguido, por
cuanto, es irracional suponer que podría ejecutarse una disposición que no existe ni existió
jamás, y en los hechos, el accionante nunca pudo ni podrá ser objeto de persecución ni
hostigamiento'.
Por su parte la SC 0179/2011-R de 11 de marzo, dejó sentado que: '… se considera
persecución ilegal o indebida, cuando se dan los siguientes presupuestos: «1) la búsqueda
u hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo legal o
por orden de una autoridad no competente, y 2) la emisión de una orden de detención,
captura o aprehensión al margen de lo previsto por ley». Jurisprudencia que de conformidad
al art. 4.II de la Ley 003, es aplicable al presente caso, toda vez que no contraviene el orden
constitucional vigente' .
En la SCP 1204/2012 de 6 de septiembre, se hizo constar que: '…los hechos denunciados
como persecución indebida deben incidir directamente con el derecho a la libertad de los
recurrentes, caso contrario, la alegada persecución, no puede ser dilucidada a través del
hábeas corpus, conforme se ha establecido en las SSCC 0200/2002-R, 0486/2004-R; esta
circunstancia, impide conocer el fondo del recurso y determina su improcedencia' (SC
1738/2004-R de 29 de octubre).
(…) Bajo este entendimiento, y a la luz del nuevo diseño constitucional, en la SC 0044/2010-
R de 20 de abril, asumiendo el entendimiento adoptado por la SC 0036/2007-R de 31 de
enero, indicó que la persecución ilegal o indebida, implica la existencia de dos supuestos: 'a)
Órdenes de detención al margen de los casos previstos por la ley e incumpliendo los
requisitos y formalidades de ley y; b) Hostigamiento sin que exista motivo legal, ni orden
de captura emitida por autoridad competente'”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que: 'Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal. La libertad personal sólo
podrá ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de
la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales'. Complementando esta
garantía el parágrafo III de la misma norma expresa: 'Nadie podrá ser detenido, aprehendido
o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley. La
ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea
emitido por escrito'.
(…)
Dentro de ese contexto, una persecución indebida deberá entenderse a toda acción de
un funcionario público, autoridad jurisdiccional o judicial que busca, persigue y
hostiga a una persona, sin que exista motivo legal alguno ni orden expresa de captura,
emitida por autoridad competente y en análisis fundamentado de las circunstancias y
en los casos permitidos expresamente por ley, o cuando se emite una medida restrictiva,
ya sea orden de aprehensión, apremio, captura o detención, fuera de los casos previstos por
ley y sin previo cumplimiento de los requisitos y formalidades exigidos en ella; supuestos
que necesariamente deben concurrir para que sean objeto de estudio a través de la
acción de libertad. De otro lado, resultará imprescindible analizar, conforme a lo señalado
en el Fundamento Jurídico anterior, si los hechos denunciados como persecución
indebida inciden directamente con el derecho a la libertad personal o de locomoción
del accionante, caso contrario, no será posible abrir la tutela que brinda esta acción de
defensa. Bajo el citado razonamiento, se entiende que la persecución indebida debe verse
materializada en actos o acciones que permitan concluir la existencia de una amenaza
a este derecho, en consecuencia, si no se advierte la orden o emisión de ningún
mandamiento que disponga la privación de libertad personal o de locomoción del
actor, no es posible admitir que éste estuviera indebida o ilegalmente perseguido, por
cuanto, es irracional suponer que podría ejecutarse una disposición que no existe ni existió
jamás, y en los hechos, el accionante nunca pudo ni podrá ser objeto de persecución ni
hostigamiento'.
Por su parte la SC 0179/2011-R de 11 de marzo, dejó sentado que: '… se considera
persecución ilegal o indebida, cuando se dan los siguientes presupuestos: «1) la búsqueda
u hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo legal o
por orden de una autoridad no competente, y 2) la emisión de una orden de detención,
captura o aprehensión al margen de lo previsto por ley». Jurisprudencia que de conformidad
al art. 4.II de la Ley 003, es aplicable al presente caso, toda vez que no contraviene el orden
constitucional vigente'.
En la SCP 1204/2012 de 6 de septiembre, se hizo constar que: '…los hechos denunciados
como persecución indebida deben incidir directamente con el derecho a la libertad de los
recurrentes, caso contrario, la alegada persecución, no puede ser dilucidada a través del
hábeas corpus, conforme se ha establecido en las SSCC 0200/2002-R, 0486/2004-R; esta
circunstancia, impide conocer el fondo del recurso y determina su improcedencia' (SC
1738/2004-R de 29 de octubre).
Bajo este entendimiento, y a la luz del nuevo diseño constitucional, en la SC 0044/2010-R de
20 de abril, asumiendo el entendimiento adoptado por la SC 0036/2007-R de 31 de enero,
indicó que la persecución ilegal o indebida, implica la existencia de dos supuestos: 'a)
Órdenes de detención al margen de los casos previstos por la ley e incumpliendo los
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requisitos y formalidades de ley y; b) Hostigamiento sin que exista motivo legal, ni orden
de captura emitida por autoridad competente'”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Plazo de interposición de la apelación restringida se computan solo días
hábiles
Restrictor: En la gestión 2011 se incluyen días sábados que eran hábiles
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
señalado por el art. 132 del CPP, (veinticuatro horas), sino que lo hizo luego de diez días de
la recepción del mismo; es decir, el 30 de enero del mismo año, actitud que implica
incumplimiento de deberes, así como denota una dilación en el proceso innecesaria,
injustificada e ilegal, lesionando y poniendo en riesgo el derecho a la libertad del detenido.
Por lo señalado precedentemente, la exigencia de señalar audiencia dentro del plazo de tres
días, se hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad personal, toda vez
que tales peticiones deben ser atendidas y resueltas de forma inmediata, puesto que si bien
no existe una norma que establezca un plazo, se ha establecido que éste debe ser
“razonable”, no obstante a ello, éste no es cumplido por los operadores de justicia, dilatando
indebidamente la tramitación de la solicitudes a la cesación de la detención preventiva,
lesionado con ello el derecho a la libertad personal del detenido.
Por lo precedentemente señalado, se concluye que el Juez Cuarto de Instrucción en lo
Penal, ahora demandado, al no haber providenciado en tiempo oportuno el memorial de
solicitud de cesación de su detención preventiva y señalado la audiencia en un plazo
razonable, no ha cumplido lo preceptuado por nuestra economía procesal penal ni ha
efectuado una adecuada compulsa de los antecedentes y de las normas aplicables al caso,
incumpliendo de ese modo su “deber”.
PRECEDENTE
F.J.III.3. “…tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este
beneficio (cesación de la detención preventiva), debe ser conceptuada como un término
brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de
su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de
análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención
preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones
pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad, en el entendido en
que los jueces no pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas privadas
de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el argumento de existencia de “sobrecarga procesal”
para justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad”.
CONTEXTUALIZACIÓN DE LÍNEA
La SCP 110/2012 moduló la sub regla establecida en el inc. b) del Fundamento Jurídico III.3
de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en cuanto al plazo para fijar audiencia, Sentencia que
tenía el siguiente razonamiento:
“En consecuencia, se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención
preventiva, cuando:
1. En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se
dispongan traslados previos e innecesarios no previstos por ley.
2. Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo
que puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la
particularidad de cada caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o
víctimas múltiples que tengan que ser notificadas, o por la distancia donde se deba
efectuar un determinado acto previo y esencial -como sucede con algunas
notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la excepción única y exclusiva
en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la relevancia del
proceso, como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición;
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial competente a momento de
señalar la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la razonabilidad.
Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la
suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del
Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y
no comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el
principio de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al
querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho
acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la
formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a
la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho
alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices
expuestas”.
PLAZO PARA FIJAR AUDIENCIAS DE MEDIDAS CAUTELARES
S.C.P. 0183/2014 Sucre, 30 de enero de 2014
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE IMPLICITO
F.J.III.4.“…si bien se procedió a la notificación del abogado defensor de oficio a efectos de
que éste se presente a la audiencia señalada para horas 17:00 (fs. 37 vta.), ante su
inasistencia, el juez de la causa, en atención a lo previsto en el art. 335 inc. 2 del CPP, debió
convocar un nuevo abogado defensor para el imputado valiéndose de los medios
tecnológicos necesarios, en este caso la telefonía celular o cualquier otro a su alcance, y en
tal consideración, amparando su accionar en el art. 118 del CPP, habilitar horas
extraordinarias para audiencia de consideración de medidas cautelares, debido a que, en el
caso analizado, se encontraba de por medio el derecho a la libertad del accionante; al no
haberlo hecho mantuvo en incertidumbre a Jhonny Loras Durán respecto a su situación
jurídica, hecho que ameritaría la concesión de la tutela.
Sin embargo, esta Sala Constitucional considera que la omisión en la que incurrió el
juzgador al no convocar otro abogado defensor y habilitar horas extraordinarias para resolver
la situación jurídica del imputado, es excusable, conclusión a la que se arriba luego de
efectuar una valoración en conjunto respecto al accionar de la autoridad jurisdiccional,
quien en un acto de buena fe inicialmente convocó a audiencia dentro de las dos horas
siguientes de haber asumido conocimiento respecto al caso concreto y, posteriormente, ante
la inconcurrencia de la defensa técnica, siendo horas 17:00, señaló nuevo verificativo para
horas 09:00 del día siguiente, a primeras horas de la mañana siguiente, cuando aún se
encontraba dentro del plazo previsto por el art. 226 parágrafo segundo del CPP, para
resolver respecto a la aplicación de medidas cautelares, plazo que de acuerdo a los datos
procesales fenecía a horas 15:30”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.4. “…conforme a dichos argumentos, en el caso analizado el recurso de apelación no
fue decretado dentro del plazo de veinticuatro horas previsto en el art. 132 inc.1) del CPP;
pues, el recurso fue presentado el 30 de julio de 2013 a horas 8:59 y la Jueza recién decretó
la remisión de antecedentes el 1 de agosto del mismo año, cuando correspondía que lo
hiciera el 31 de julio de ese año; de ello se evidencia que efectivamente ha existido demora
al providenciar el recurso presentado por los accionantes; por lo que, en ese punto,
corresponde conceder la tutela solicitada en la presente acción…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…una vez presentada la impugnación de manera escrita, el juez debe emitir la
providencia respectiva, en el plazo establecido en el art. 132.1) del CPP, es decir 24 horas,
disponiendo la remisión del recurso y de los antecedentes ante el Tribunal de apelación;
providencia a partir de la cual se computan las 24 horas establecidas en el art. 251 del CPP.
En ese entendido, y reconstruyendo el art. 251 a la luz de las consideraciones efectuadas
anteriormente, se tiene que una vez notificada la resolución emergente de una medida
cautelar, las partes tienen un plazo de setenta y dos horas para promover su apelación
incidental, periodo que debe ser computado desde el momento mismo de la notificación con
la decisión; por otro lado, planteada la impugnación, la autoridad judicial, como garante de la
vigencia de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, en aras de una pronta
administración de justicia y del principio de celeridad, debe dictar la providencia de remisión
del recurso de apelación y los antecedentes, en el plazo de 24 horas previsto en el art. 132.1)
del CPP; momento a partir del cual se computan, a su vez, las 24 horas previstas en el art.
251 del CPP”.
Por otra parte, con relación al plazo previsto en el art. 251 del CPP, en los supuestos de
impugnación oral, la jurisprudencia constitucional contenida en la SC 1279/2011-R de 26 de
septiembre, entendió que cuando “Cuando el recurso de apelación incidental, hubiere sido
planteado oralmente en audiencia o por escrito, con o sin contestación de las partes que
intervinieren en el proceso, deberá ser concedido en el acto si fuere en audiencia y remitido
inexcusablemente en el plazo improrrogable de veinticuatro horas y el tribunal de apelación
resolver en el término de setenta y dos horas; lo contrario significaría dilación indebida que
vulnera el derecho a la libertad, en el entendido que la variación de la situación jurídica del
imputado depende de la ponderación que efectúe el tribunal de apelación de los
fundamentos de la medida cautelar, para disponer su revocatoria o confirmación”.
PRECEDENTE SC 0384/2011-R de 7 de abril
[241]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: Ingresando al análisis del presente recurso, se
evidencia que dictada la Sentencia condenatoria 08/2014 de 11 de junio, el 18 de
agosto del mismo año, el recurrente fue notificado de forma personal, para luego el
25 del mismo mes de 2014, ser notificado con el voto disidente de 11 de junio de ese
año; habiendo, presentando su recurso de apelación restringida el 15 de septiembre
de 2014, y remitidos los antecedentes al Tribunal de alzada, la Sala Penal Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, por Auto de Vista 101/2014 de 9
de diciembre, declaró inadmisible su recurso, con el argumento de haber sido
interpuesto después del término legal establecido por el art. 408 del CPP. Esta
relación necesaria de antecedentes, permiten constatar a este Tribunal Supremo de
Justicia, que la decisión asumida por el Tribunal de alzada, no resulta
contradictoria al Auto Supremo 152/2012-RRC de 5 de julio invocado por el
recurrente; por cuanto, conforme se desarrolló en el apartado jurídico III.1, el
referido precedente estableció que el plazo para la interposición del recurso de
apelación restringida se computa desde el día siguiente de la notificación con el Auto
de Complementación y enmienda a la sentencia si la hubiere; empero, en el caso de
autos, ninguna de las partes procesales solicitó la explicación, complementación o
enmienda a la sentencia emitida por el Tribunal de juicio; entonces, el recurrente no
puede pretender que se asimile el voto disidente a la sentencia con un Auto que
resuelve una solicitud enmarcada en las previsiones del art. 125 del CPP, al
constituir actuaciones distintas como se precisó precedentemente. Además de lo
anterior, se observa que el Tribunal de alzada obró de manera correcta respecto al
cómputo de los plazos, por cuanto, habiendo sido notificado el recurrente con la
sentencia condenatoria el 18 de agosto de 2014, conforme prevé el art. 408 del CPP,
tenía el plazo de quince días para interponer su recurso de apelación restringida,
plazo que comenzó a correr desde el día siguiente hábil de la notificación con la
sentencia, y no así, desde la notificación con el voto disidente como erradamente
cree el recurrente; de modo que el plazo para la formulación de su recurso feneció el
lunes 8 de septiembre de 2014, descontando los días sábados y domingos, conforme
prevé el art. 130 del CPP, situación por la que, el Tribunal de alzada declaró
correctamente la inadmisibilidad de su recurso de apelación restringida, toda vez
que constató, que no fue interpuesto dentro del término legal establecido por el art.
408 del CPP.
Descriptor: Plazo para interponer Recurso de Apelación Restringida
Restrictor: La notificación con voto disidente de la sentencia no puede considerarse
para el cómputo del plazo el que corre desde la notificación con la sentencia, y en su
caso, con el Auto de Complementación y enmienda
[242]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
complementación y enmienda respecto del Auto de Vista del cual se recurre, constituyendo
un plazo perentorio e improrrogable y comienza a correr al día siguiente hábil de practicada
la diligencia de notificación, debiendo al efecto computarse sólo los días hábiles,
transcurriendo hasta su vencimiento a las veinticuatro horas del último día hábil señalado y
sólo se suspende durante la vacación judicial .
En el caso del recurso interpuesto por el recurrente, se constata que fue notificado con el
Auto de Vista impugnado el 13 de octubre de 2016, conforme la diligencia de fs. 288 y
presentó su recurso de casación el viernes 21 del mismo mes y año; en consecuencia,
efectuando el cómputo de plazo sin tener en cuenta a ese fin los días inhábiles (sábado y
domingo), se establece que el recurso se encuentra fuera del plazo fatal y perentorio de los
cinco días establecido en el art. 417 del CPP, considerando que el plazo vencía a las 24
horas del jueves 20 de octubre de 2016, resultando el recurso inadmisible por su
presentación extemporánea (sexto día) conforme al párrafo tercero del citado artículo de la
norma Adjetiva Penal; siendo menester precisar además, que los extremos señalados en el
memorial de fs. 299, en cuanto a la comparecencia del recurrente no se halla acreditada y
aún en el supuesto de ser evidente, el plazo aún se hallaba vigente el 20 de octubre hasta las
24 horas, por lo que pudo haber presentado el memorial de apelación en el domicilio del
Secretario de Sala o ante una Notaría de fe pública.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 766/2015-RRC-L
Sucre, 12 de octubre de 2015
Delitos: Robo Agravado
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: Ahora bien, conforme se tiene de los antecedentes
procesales, la audiencia de juicio oral concluyó el jueves 17 de septiembre de 2009,
habiéndose señalado el lunes 21 del mismo mes y año para la lectura de la
sentencia; entonces, el plazo de los tres días que prevé el art. 361 del CPP, comenzó
a correr desde el día siguiente hábil; es decir, el viernes 18 de septiembre de 2009
(primer día), sábado 19 del mismo mes y año (segundo día); y, lunes 21 de
septiembre de 2009 (tercer día); descontando a ello, el domingo 20 del mismo mes y
gestión, por ser día inhábil; aspecto que no fue observado por el Tribunal de
apelación, incumpliendo con su labor de verificación del plazo; puesto que, deben
descontarse los días inhábiles como es el caso del día domingo, ello conforme se
explicó en el acápite III.2 de este Auto Supremo, lo que evidencia, que la lectura
integra de la sentencia estaba dentro del plazo previsto por el art. 361 del CPP. No
obstante de lo anterior, además el Auto de Vista recurrido, se sustentó en una
jurisprudencia desactualizada, al considerar, que la demora en la lectura de
Sentencia después de los tres días posteriores al pronunciamiento de la parte
dispositiva, conforme establece el art. 361 del CPP, conllevaría a la nulidad de dicha
Sentencia y a la reposición del Juicio Oral; cuando el incumplimiento de dicho
plazo, conforme determinó éste Tribunal Supremo de Justicia, no acarrea la pérdida
de competencia menos la nulidad de lo actuado, ello conforme se tiene del
entendimiento asumido en el Auto Supremo 045/2012-RRC de 22 de marzo, que fue
desarrollado en el apartado jurídico 111.2 de esta resolución; entendimiento que, se
funda en el interés de las partes procesales, al no resultar justo erogarles mayores
perjuicios cuando la negligencia sería responsabilidad del órgano jurisdiccional. De
lo anterior, resulta evidente que el Tribunal de alzada al emitir el Auto de Vista
impugnado, incurrió en vulneración del debido proceso y la seguridad jurídica
conforme alegan los recurrentes; por cuanto, incumplió con su labor de verificación
del plazo y sustentó su decisión en una doctrina desactualizada; situación por la
que corresponde, a la Sala Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija
emitir nuevo Auto de Vista en observancia de lo s
Descriptor: Plazo para la lectura íntegra de la Sentencia
Restrictor: Se computan solo días hábiles y su incumplimiento no genera pérdida
de competencia del Juez o Tribunal
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SCP 0072/2015-S2 de 3 de febrero, señala: “Respecto a la dilación en los trámites de cesación a la
detención preventiva, la SCP 0110/2012 de 27 de abril, que moduló el entendimiento asumido en la SC
0078/2010-R de 3 de mayo, con relación al plazo para fijar audiencia desarrollados en la segunda sub
regla establecida en el inc. b) del Fundamento Jurídico III.3, estableció que: `...tratándose de
señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como
un término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su
libertad. En este entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis,
consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el término
máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración
del derecho a la libertad (...).
«...ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale día y hora
de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer que el
memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de
su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de
mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o
dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro
del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento»'”
(las negrillas corresponden al texto original).
PLAZO PARA PROVIDENCIAR SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA DETENCIÓN
PREVENTIVA Y DE SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIAS PARA LA CONSIDERACIÓN DE
DICHO BENEFICIO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0926/2017-S2
Sucre, 21 de agosto de 2017
Sobre el plazo para providenciar solicitudes de cesación a la detención preventiva y de señalamiento de
audiencia para la consideración de dicho beneficio, la SCP 0715/2015-S2 de 24 de junio, razonó que:
”Respecto al tema y antes de la la promulgación de la Ley 586, que establece los plazos procesales
para resolución de solicitudes de cesación a la detención preventiva, la jurisprudencia constitucional
a través de la SCP 0110/2012 de 27 de abril, partiendo del contenido esencial del art. 178.I de la
CPE, que señala que la potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta, entre
otros, en el principio de celeridad y ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley
para que el juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención
preventiva, estableció: ’…que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente
dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al
tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad
cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este
actuado procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso
de incumplimiento‘.
La misma Sentencia Constitucional Plurinacional, ante la ausencia de una disposición legal que fije
un plazo en el que debe realizarse la audiencia de cesación de la detención preventiva, modulando el
entendimiento asumido en la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, respecto al término señalado, estableció
que: ’…tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe
ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el imputado se
encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la realización de la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
audiencia de análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención
preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo
contrario constituye vulneración del derecho a la libertad…‘.
Ahora bien, ante los indicados vacíos legales y en el marco de Constitución Política del Estado, Ley
586, con el objeto de implementar procedimientos para agilizar la tramitación de las causas penales, a
efecto de descongestionar el sistema penal y reducir la retardación de justicia para garantizar una
justicia pronta, oportuna y eficaz, introdujo modificaciones al sistema penal, entre otras al contenido
del art. 239 del CPP, determinando respecto a la solicitud de cesación a la detención preventiva, que
ésta debe cesar y ser resuelta dentro de los siguientes plazos y en los siguientes casos:
’Artículo 239. (CESACIÓN DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA). La detención preventiva cesará:
4. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida;
5. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se
juzga;
6. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de veinticuatro
(24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción, seguridad del
Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e infanticidio; y,
7. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia para
su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
En el caso de los Numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las veinticuatro (24) horas
siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán responder en el plazo de tres (3) días. Con
contestación o sin ella, la o el Juez o Tribunal dictará resolución sin necesidad de audiencia, dentro
de los cinco (5) días siguientes, declarando la procedencia, siempre que la demora no sea atribuible a
los actos dilatorios del imputado, o la improcedencia del beneficio, sin posibilidad de suspensión de
plazos.
En los casos previstos en los Numerales 2, 3 y 4 del presente Artículo, la o el Juez o Tribunal aplicará las medidas
sustitutivas que correspondan, previstas en el Artículo 240 de este Código‘“.
[246]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
existe un lapso extenso, aconteciendo lo mismo con el aplazamiento de audiencia para el 11
de septiembre, pues si bien la postergación se debió a la petición del abogado de la defensa,
la que debió ser fijada los más pronto posible y no después de transcurridos casi veinte días.
En tal sentido, la autoridad demandada debió señalar audiencia en un plazo corto, teniendo
presente que la administración de justicia debe ser pronta, oportuna y efectiva; además para
lo sucesivo deberá tomar en cuenta lo establecido en la Sentencias Constitucionales
Plurinacionales desarrolladas en el Fundamento Jurídico III.4. de esta Sentencia
Constitucional Plurinacional, que dejaron establecido que los requerimientos de cesación a la
detención preventiva deben ser decretadas dentro de las veinticuatro horas computables a
partir de su presentación y la audiencia deberá ser señalada dentro de los tres días hábiles
como plazo máximo”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.4. “….la SCP 0071/2012 de 12 de abril, en cuanto al principio referido determinó
que: “…la administración de justicia debe ser rápida y eficaz tanto en la tramitación como en
la resolución de las causas, ya que las personas que intervienen en el proceso esperan una
definición oportuna de su situación jurídica, máxime si está comprometido un derecho
fundamental de primer orden como es el de la libertad”, estableciendo además la citada
Sentencia Constitucional Plurinacional respecto a los administradores de justicia y su relación
con el principio de celeridad que el mismo: “…impone a quien administra justicia el deber
jurídico de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones
indebidas; exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la
libertad personal, toda vez que tales peticiones deben ser atendidas de forma inmediata si
no existe una norma que establezca un plazo, y si existiera, el plazo deberá ser cumplido
estrictamente…” .
F.J.III.5. “…los administradores de justicia en cuanto a las solicitudes de cesación de la
detención preventiva están obligados a tramitarlas con la mayor celeridad posible o cuando
menos dentro de los plazos razonables, así la SCP 0110/2012 de 27 de abril, modulando el
entendimiento asumido en la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, estableció que: “…tratándose
de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe ser
conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el
imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la
realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del beneficio de la
cesación de la detención preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas las
notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la
libertad…”señalando además la citada Sentencia que el memorial de la solicitud de cesación
de detención preventiva: “…debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las
veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP…”
Precedente.- SCP 0071/2012 de 12 de abril; SCP 0110/2012 de 27 de abril
[247]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El Código de Procedimiento Penal en su art. 408, textualmente señala: “El recurso de
apelación restringida será interpuesto por escrito, en el plazo de quince días de
notificada la sentencia”.
Ahora bien, de conformidad al art. 130 de la referida norma procesal penal: “Los plazos son
improrrogables y perentorios, salvo disposición contraria a este Código”, a su vez los
párrafos tercero y cuarto del citado artículo señalan: “Los plazos determinados por días
comenzarán a correr al día siguiente de practicada la notificación y vencerán a las
veinticuatro horas del último día hábil señalado. Al efecto, se computará sólo los días
hábiles, salvo que la ley disponga expresamente lo contrario o que se refiera a medidas
cautelares, caso en el cual se computarán días corridos”. Además, la última parte de la citada
disposición legal establece que: “Los plazos sólo se suspenderán durante las
vacaciones judiciales y podrán declararse en suspenso por circunstancias de
fuerza mayor debidamente fundamentadas que hagan imposible el desarrollo del
proceso”. En ese contexto, esta temática fue desarrollada por este Tribunal
Supremo de Justicia en el Auto Supremo 22/2014 de 17 de febrero, en cuyo texto
estableció lo siguiente: “De lo dispuesto por los artículos 130 y 408 del Código de
Procedimiento Penal, se infiere que el plazo procesal para formular el recurso de
apelación restringida es de quince días hábiles, comenzará a correr al día
siguiente de practicada la notificación y vencerá a las veinticuatro horas del
último día señalado, teniendo presente para el cómputo solo los días hábiles y no así los
inhábiles, constituidos por los días sábado, domingo, feriados, los que se hallen
incluidos en el periodo de vacación judicial; y, los días que mediante resolución
expresa de autoridad competente, dispongan la suspensión de actividades judiciales; un
entendimiento contrario que provoque indebidamente la declaración de
inadmisibilidad del recurso, implica desconocer el principio de impugnación
reconocido por el artículo 180.II de la Constitución Política del Estado, lo que
constituye defecto absoluto no susceptible de convalidación conforme dispone el
artículo 169 inciso 3) del Código de Procedimiento Penal”.
[249]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Conforme lo señalado, queda establecido que el plazo para la interposición de un
recurso de apelación restringida, es de quince días a computarse desde el día
siguiente de notificada la Sentencia, y siendo el plazo fijado en días, ese cómputo
únicamente comprende los días hábiles; es decir, de lunes a viernes, descontando
en consecuencia los sábados, domingos y también los días feriados, siempre y
cuando, el día feriado se presente o coincida con un día hábil.
[250]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de 5 de julio, invocado por la parte recurrente en el presente recurso, cuya parte
relevante fue glosada en el acápite III.1. de la presente Resolución.
[251]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
(…)…el Tribunal ad quem tiene la obligación de someterse a lo dispuesto por el art. 403 inc.
3) del CPP e ingresar al fondo del asunto apelado, aprobando o revocando el fallo del
inferior, pues ese es el objetivo de dicha apelación incidental…”.
PRECEDENTE SC 0560/2007-R de 3 de julio
[252]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que deben cumplir los precedentes contradictorios: ''Siendo el recurso de casación
un mecanismo que busca otorgar a los ciudadanos la posibilidad de cuestionar la
inadecuada aplicación o interpretación de las disposiciones legales realizadas por el
Tribunal de apelación, contrarios a otros precedentes, debe señalarse que el
precedente contradictorio en materia penal, constituye una decisión judicial, previa
al caso analizado, que al ser emanado por un Tribunal superior en grado o por uno
análogo, debe ser aplicado a casos que contengan similitud con sus hechos
relevantes; al respecto, la normativa procesal penal en el país, ha otorgado al
precedente contradictorio carácter vinculante (art. 420 del CPP). La importancia de
precedente contradictorio, deviene del objetivo y fin del recurso casacional toda vez
que el más alto Tribunal de Justicia del Estado, tiene la tarea u objetivo de unificar
o uniformar la jurisprudencia nacional, con el fin de brindar seguridad jurídica a las
partes inmersas en un proceso judicial, asegurando la aplicación uniforme de la ley
y por ende la efectivización del principio de igualdad y la tutela judicial efectiva;
atribución, que se encuentra descrita en los arts. 419 del CPP y 42 inc. 3) de la Ley
del Órgano Judicial (LOJ) y que es conocida como función nomofiláctica
(interpretación de la norma en procura de una jurisprudencia uniforme e integrada).
De lo anterior, se establece que únicamente son recurribles en casación, aquellos
Autos de Vista que resulten indudablemente contrarios a la jurisprudencia
establecida en un hecho similar; por este motivo, para que el planteamiento del
recurso casacional sea certero, el recurrente no debe limitarse únicamente a
presentarlo dentro el plazo dispuesto por ley y señalar la contradicción en la que
creyere que incurrió el Tribunal de alzada respecto al fallo citado, lo que podría
derivar en la admisibilidad del recurso, sino, debe asegurarse que el o los
precedentes invocados, correspondan a situaciones fácticas análogas, como exige el
art. 416 del CPP; lo contrario, por simple lógica, imposibilita a este Tribunal,
verificar en el fondo la denuncia de contradicción por ser inexistente; es decir, que al
no tratarse de situaciones fácticas similares, bajo ningún aspecto podría existir
contradicción en la resolución entre uno y otro fallo"(las negrillas no cursan en el
texto original). Por lo referido, el presente recurso deviene en infundado.
Descriptor: Precedente Contradictorio
Restrictor: Debe tratarse de situaciones fácticas análogas
[253]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la norma sustantiva o adjetiva a un caso determinado, donde se haya formado un
criterio de decisión a un caso anterior, para que posteriormente en función de la
identidad o analogía entre los hechos del primer caso (precedente contradictorio) y
los hechos del segundo caso (resolución impugnada) se proceda a la determinación
delegada por Ley a este Tribunal. (…) extremo que impide a este Tribunal desarrollar
la función que la norma procesal penal le asigna teniendo en cuenta que conforme
se anotará precedentemente en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige
que el hecho analizado sea similar, siendo menester destacar que en casos
semejantes al presente, este Tribunal dejó sentado el siguiente criterio contenido en
el Auto Supremo 396/2014-RRC de 18 de agosto de 2014, respecto a los requisitos
que deben cumplir los precedentes contradictorios: ''Siendo el recurso de casación
un mecanismo que busca otorgar a los ciudadanos la posibilidad de cuestionar la
inadecuada aplicación o interpretación de las disposiciones legales realizadas por el
Tribunal de apelación, contrarios a otros precedentes, debe señalarse que el
precedente contradictorio en materia penal, constituye una decisión judicial, previa
al caso analizado, que al ser emanado por un Tribunal superior en grado o por uno
análogo, debe ser aplicado a casos que contengan similitud con sus hechos
relevantes; al respecto, la normativa procesal penal en el país, ha otorgado al
precedente contradictorio carácter vinculante (art. 420 del CPP). La importancia de
precedente contradictorio, deviene del objetivo y fin del recurso casacional toda vez
que el más alto Tribunal de Justicia del Estado, tiene la tarea u objetivo de unificar
o uniformar la jurisprudencia nacional, con el fin de brindar seguridad jurídica a las
partes inmersas en un proceso judicial, asegurando la aplicación uniforme de la ley
y por ende la efectivización del principio de igualdad y la tutela judicial efectiva;
atribución, que se encuentra descrita en los arts. 419 del CPP y 42 inc. 3) de la Ley
del Órgano Judicial (LOJ) y que es conocida como función nomofiláctica
(interpretación de la norma en procura de una jurisprudencia uniforme e integrada).
De lo anterior, se establece que únicamente son recurribles en casación, aquellos
Autos de Vista que resulten indudablemente contrarios a la jurisprudencia
establecida en un hecho similar; por este motivo, para que el planteamiento del
recurso casacional sea certero, el recurrente no debe limitarse únicamente a
presentarlo dentro el plazo dispuesto por ley y señalar la contradicción en la que
creyere que incurrió el Tribunal de alzada respecto al fallo citado, lo que podría
derivar en la admisibilidad del recurso, sino, debe asegurarse que el o los
precedentes invocados, correspondan a situaciones fácticas análogas, como exige el
art. 416 del CPP; lo contrario, por simple lógica, imposibilita a este Tribunal,
verificar en el fondo la denuncia de contradicción por ser inexistente; es decir, que al
no tratarse de situaciones fácticas similares, bajo ningún aspecto podría existir
contradicción en la resolución entre uno y otro fallo"(las negrillas no cursan en el
texto original). Por lo referido, el presente recurso deviene en infundado.
Descriptor: Precedente Contradictorio
Restrictor: Debe tratarse de situaciones fácticas análogas
[254]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRECEDENTE CONTRADICTORIO VIGENTE / Corresponde aplicar líneas
jurisprudenciales vigentes que consoliden entendimientos acordes a los principios y
valores que irradia la Constitución
AUTO SUPREMO Nº 684/2015-RRC-L
Sucre, 21 de septiembre de 2015
Delitos: Falsificación y Aplicación Indebida de Marcas y Contraseñas, y Fraude
Comercial
Resultado de Resolución: Admisible
Extracto Jurisprudencial: (…) por otra parte, debe tenerse presente que las
tendencias doctrinales y jurisprudenciales evolucionan conforme las nuevas
concepciones jurídicas vigentes que tienden a velar por una administración de
justicia pronta y oportuna en observancia de los derechos y garantías de las partes,
lo que importa realizar una interpretación más amplia de la norma. Bajo esa óptica,
la doctrina legal emitida sobre la temática relacionada con la vulneración del
principio de continuidad ha sido superada, en ese sentido, el Auto Supremo
215/2015-RRC-L de 11 de mayo estableció que. "... la jurisprudencia no tiene un
carácter netamente estático, sino más bien dinámico; más aún, si nos encontramos
en un sistema jurídico distinto a partir de la vigencia de la nueva Constitución
Política del Estado cuya voluntad del constituyente y la ingeniería constitucional es
diferente a la anterior; razón por la cual, existe la necesidad en ciertos momentos y
circunstancias que la referida jurisprudencia tienda a modular y cambiar...". (…)
Consiguientemente, tenemos que la jurisprudencia que antecede, se encuentra
plenamente vigente; y, en el marco de un control de legalidad amplio y objetivo, éste
Tribunal no puede desconocer su alcance y sus efectos a momento de aplicar la
misma a cada caso concreto, aún si el Auto de Vista fuese pronunciado en base a la
jurisprudencia existente en ese momento, pero que ahora -como señala la
jurisprudencia- se encuentra modulada; pues las funciones de éste máximo
Tribunal ordinario, no pueden -sin duda- ser desnaturalizados por la referida razón;
en todo caso, -bajo la óptica de la seguridad jurídica- corresponde aplicar líneas
jurisprudenciales vigentes que consoliden entendimientos acordes a los principios y
valores que irradia la Constitución (Auto Supremo 215/2015-RRC-L de 11 de mayo).
Descriptor: Precedente contradictorio vigente
Restrictor: Corresponde aplicar líneas jurisprudenciales vigentes que consoliden
entendimientos acordes a los principios y valores que irradia la Constitución
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
refiere a una situación de hecho similar, en materia sustantiva, exigiendo que el hecho
analizado sea similar y en materia procesal se refiere a una problemática procesal similar, con
lo resuelto en el Auto de Vista recurrido, correspondiéndole al impugnante demostrar la
aplicabilidad del razonamiento que invoca, a efectos de posibilitar la labor de contraste; “…
es decir, para que el planteamiento del recurso sea eficaz, el recurrente no debe limitarse
únicamente a presentar su recurso dentro el plazo establecido por ley y señalar la
contradicción en la que incurrió el Tribunal de Alzada, sino, asegurarse que los precedentes
invocados, correspondan a situaciones fácticas análogas, debiendo concurrir elementos
comunes que hagan posible su catalogación como similares en cuanto a su naturaleza,
contenido y finalidad, lo contrario implica la imposibilidad del Tribunal Supremo de cumplir
con su competencia unificadora y nomofiláctica” (Auto Supremo 56 de 5 de marzo de 2013).
La recurrente, por un lado, invocó el Auto Supremo 329 de 29 de agosto de 2006, que fue
pronunciado dentro de un proceso penal sustanciado por el delito de Tráfico de Sustancias
Controladas, en el que la entonces Corte Suprema de Justicia, estableció que el Tribunal de
apelación, confirmó la Sentencia condenatoria que subsumió la conducta de los imputados
por el delito de Tráfico de Sustancias Controladas; sin embargo, los elementos de dicho tipo
penal no concurrían; y, por otro, invocó el Auto Supremo 307 de 25 de agosto de 2006, que
resolvió un recurso de casación presentado dentro de la causa penal seguida contra dos
imputados por el delito de Tráfico de Sustancias Controladas, en el que la Corte Suprema de
Justicia, evidenció que el Auto de Vista, confirmando el razonamiento del inferior, no efectuó
una correcta distinción con relación al grado de participación en el ilícito (autoría y
complicidad) y la calidad de parentesco que existía entre ambos recurrentes (imputados),
incurriendo en una incorrecta aplicación de la ley sustantiva prevista en los arts. 20 y 23 del
CP y 75 de la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas (Ley 1008).
Al respecto, se tiene que tratándose la temática expuesta en casación de una falta de
fundamentación idónea, completa y razonable con relación a un motivo de apelación
restringida en el Auto de Vista recurrido, las temáticas resueltas en los precedentes
invocados, referidas a la errónea subsunción de la conducta de los imputados en el tipo penal
de Tráfico de sustancias Controladas (el primero) y a la falta de distinción correcta del grado
de participación de los imputados por el delito de Tráfico de sustancias controladas, en
cuanto a la autoría y complicidad, son sustancialmente disímiles al motivo de casación; por
cuanto, éste tiene un carácter procesal y las temáticas resueltas en los precedentes, carácter
sustantivo penal; en consecuencia, no es posible efectuar la labor de contraste encomendada
a este Tribunal de Justicia ordinaria
PRESCRIPCIÓN - COMPUTO
AUTO SUPREMO Nº 244/2017
Sucre, 27 de marzo de 2017
El Código de Procedimiento Penal, señala de forma expresa que de conformidad al art. 27 inc.
8) concordante con el art. 29 incisos 1) al 4) de dicha ley: “La acción penal prescribe: 1) En
ocho años para los delitos que tengan señalada una pena privativa de libertad cuyo máximo
legal sea de seis o más de seis años; 2) En cinco años, para los que tengan señaladas penas
privativas de libertad cuyo máximo legal sea menor de seis y mayor de dos años; 3) En tres
años, para los demás delitos sancionados con pena privativas de libertad; y, 4) En dos años
para los delitos sancionados con penas no privativas de libertad”; disposición legal
concordante y complementada por el art. 101 del CP (derogado por la disposición final sexta
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
del Código de Procedimiento Penal; posteriormente incorporada por el art. 14 de la Ley 2033
de 29 de octubre de 1999) que en su apartado segundo señala: “En los delitos sancionados
con pena indeterminada, el juez tomará siempre en cuenta el máximum de la pena
señalada”.
La prescripción se computa desde la media noche del día en que se cometió el delito o ceso
su consumación y no se interrumpe por el inicio de la acción penal, ya que esa interpretación
vulneraría el principio de inocencia que favorece a todo imputado y la jurisprudencia vigente
con relación a esta temática.
Sobre el cómputo de la prescripción, se debe tomar en cuenta lo establecido en el art. 29 del
CPP que determina los plazos para la prescripción de la acción penal, atendiendo al máximo
legal de la pena privativa de libertad (presidio o reclusión) prevista para los distintos tipos
penales establecidos en el Código Penal. Los términos señalados en esa norma, de acuerdo al
art. 30 del CPP, empiezan a correr desde la media noche del día en que se cometió el delito o
en que cesó su consumación, y pueden interrumpirse por la declaratoria de rebeldía del
imputado conforme lo prevé el art. 31 del CPP y suspenderse en los siguientes casos
previstos en el art. 32 del CPP:
1. Cuando se haya resuelto la suspensión de la persecución penal y esté vigente el periodo
de prueba correspondiente.
2. Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones prejudiciales
planteadas.
3. Durante la tramitación de cualquier forma de antejuicio o de la conformidad de un
gobierno extranjero de la que dependa el inicio del proceso; y,
4. En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio regular
de la competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese estado.
Ahora bien, de acuerdo a la norma procesal vigente, sólo esas causales suspenden la
prescripción; en consecuencia, fuera de ellas, la prescripción continúa corriendo,
independientemente de que se hubiera iniciado o no la acción penal correspondiente, lo que
sin duda marca una clara diferencia con la anterior normativa sobre el particular, que en el
art. 102 del CP, establecía que la prescripción se interrumpía con el inicio de la instrucción
penal y se la computaba nuevamente desde la última actuación que ésta registrara.
Efectivamente, el anterior sistema procesal, permitía la prolongación indefinida de los
procesos y el sometimiento del imputado a la exclusiva voluntad del Ministerio Público y/o del
querellante, quienes, de manera arbitraria, podían hacer abandono del proceso penal y
reactivarlo después de mucho tiempo, sólo con la finalidad de evitar la prescripción, lo que
determinaba la constante zozobra del imputado y la vulneración de sus derechos y garantías,
fundamentalmente del derecho a la seguridad jurídica.
El vigente Código de Procedimiento Penal, conforme se tiene dicho, cambió radicalmente el
sistema anterior, puesto que ya no establece entre sus causales de interrupción o
prescripción de la acción penal, el inicio de la acción penal; consecuentemente, es posible
interponer esta excepción en cualquier momento del proceso, conforme ha quedado
establecido en la jurisprudencia del Tribunal contenida en la SC 1510/2002-R de 9 de
diciembre, que de manera expresa determinó que la denuncia no constituye causal de
interrupción o suspensión de la prescripción al no estar contemplada en los arts. 29 y 31 del
CPP. Entendimiento que fue reiterado en la SC 0187/2004-R de 9 de febrero, en la que se
determinó que: “…para la interrupción o suspensión de la prescripción, necesariamente
tienen que presentarse uno de los supuestos descritos, entre los que no se encuentra el inicio
de la acción penal, debiendo contarse el plazo desde el día en que supuestamente se
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
consumó el delito, sin interrupción”. En similar sentido se ha pronunciado la SC 0101/2006-R
de 25 de enero.
Más adelante, al referirse a la otra excepción, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
contenida en la precitada SC 0101/2004, sobre el derecho a la conclusión de los procesos en
un plazo razonable, estableció la siguiente doctrina constitucional:
“…Si bien nuestra Constitución no establece de manera expresa el derecho fundamental del
imputado a la conclusión del proceso penal dentro de un plazo razonable, de manera
implícita lo consagra al proclamar en forma genérica que la `celeridad´ es una de las `…
condiciones esenciales de la administración de justicia´, entendimiento que se extrae del
contenido del art. 116.X Constitucional. Nos parece que una interpretación en sentido
contrario sólo podría tener sustento si se aceptara que tal proclamación carece de significado,
lo que no es posible tratándose de una norma jurídica, y aún más, de la norma fundamental
del país, siempre cargada de significado y fines.
A su vez, la normativa internacional sobre derechos humanos (los Pactos), que según la
doctrina de este Tribunal integran el bloque de Constitucionalidad y por tanto tienen rango
constitucional (Así SSCC 1494/2003-R, 1662/2003-R, 69/2004, entre otras), de manera
expresa reconocen tal derecho, conforme a lo siguiente:
1) Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 8.1) 'Toda persona tiene derecho a
ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por ley, en la
sustanciación de cualquier acusación formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter'.
2) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 14.3) 'Durante el proceso, toda
persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías
mínimas: c. A ser juzgada sin dilaciones indebidas'.
De lo anterior se extrae que la finalidad que persigue el legislador constituyente boliviano al
introducir, en concordancia con los preceptos internacionales aludidos, el derecho a ser
juzgado dentro de un plazo razonable, es que el imputado pueda definir su situación ante la
ley y la sociedad dentro del tiempo más corto posible, desde un punto de vista razonable;
poniendo fin a la situación de incertidumbre que genera todo juicio, y la amenaza siempre
latente a su libertad que todo proceso penal representa. Con esto se persigue evitar que la
dilación indebida del proceso, por omisión o la falta de la diligencia debida de los órganos
competentes del sistema penal, pueda acarrear al procesado lesión a otros derechos, entre
ellos, el de la dignidad y la seguridad jurídica, que resulten irreparable” .
Debe agregarse, que el art. 314 del CPP, establece que las excepciones se tramitarán por la
vía incidental por una sola vez, estableciendo como carga procesal para quien las oponga a
ofrecer prueba idónea y pertinente; lo que implica, que no será suficiente el planteamiento de
la excepción, sino el ofrecimiento de prueba destinada a acreditar los argumentos o
fundamentos en los que se base la pretensión, se entiende encaminada a demostrar que la
excepción resulta fundada.
Sobre la carga e importancia de la prueba para sustentar una pretensión se tiene desarrollado
por Carnelutti: Como aquella que no sólo sirve para el conocimiento del hecho, sino también
como la certeza o convicción que aquella proporciona, siendo en sentido amplio, un
equivalente sensible del hecho que habrá de valorarse o por Chiovenda: Consiste en crear el
convencimiento del juez sobre la existencia o inexistencia de los hechos en el proceso,
suministrando los medios para tal fin.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRESCRIPCIÓN/obligación de pronunciarse ya que puede cambiar la situación del
proceso
AUTO SUPREMO Nº 780/2014-RRC
Sucre, 30 de diciembre de 2014
Delitos: Estelionato
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: Del Auto de Vista recurrido se puede advertir que el
Tribunal de alzada, llega a ocho conclusiones que trascribe en su Considerando II,
sin que ninguno de los puntos se refiera a la excepción de prescripción que
denunció el recurrente, resultado de esta manera efectiva la vulneración del art. 124
del CPP, así como evidente la violación de la garantía del debido proceso y el derecho
a la seguridad jurídica; defecto absoluto al tenor del art. 169.3 del CPP. El Tribunal
de Apelación debe fundamentar cada punto apelado y que la falta de
pronunciamiento respecto de un motivo de alzada, sin que exista decisión razonable
o “decisión implícita”, implica, de igual manera, defecto absoluto. El
pronunciamiento sobre la excepción de prescripción por el Tribunal de Alzada podría
cambiar la situación del proceso.
Descriptor: Prescripción
Restrictor: obligación de pronunciarse ya que puede cambiar la situación del
proceso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
del recurso de apelación, sea o no el apelante, teniendo en cuenta que al tratarse de un imputado
sometido a detención preventiva, el art. 238 del CPP dispone: '(…) Todo permiso de salida o traslado,
únicamente lo autorizará el juez del proceso'; en consecuencia, si el proceso penal involucra a un
imputado sometido a detención preventiva, el Tribunal de alzada, para garantizar el cumplimiento de
las disposiciones contenidas en los arts. 16.II de la CPE, 5, 8 y 84 del CPP, deberá emitir la respectiva
orden de salida, a fin de que el imputado sea conducido ante el tribunal y pueda ejercer su derecho a
la defensa material. Entendimiento que implica una modulación de la SC 0663/2006-R, de 10 de
julio’” (SCP 0756/2015-S3 de 8 de julio).
PRESENTACIÓN DE MEMORIALES EN CASO E URGENCIA Y SU FINALIDAD
S.C.P. 0224/2015-S2 Sucre, 25 de febrero de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Bajo el título de presentación en caso de urgencia, el art. 97 del CPC, previene que: “En caso
de urgencia, y estando por vencer algún plazo perentorio, los escritos podrán ser
presentados en la casa del secretario o actuario, quien hará constar esta circunstancia en el
cargo. Si no fueren encontrados, el escrito podrá presentarse ante otro secretario o actuario
o ante un notario de fe pública del respectivo asiento judicial”.
Por su parte el art. 98 del mismo compilado adjetivo, determina que: “El secretario o actuario,
a pedido del interesado, hará constar la presentación del escrito y documentos en su caso,
transcribiendo el cargo en las copias que el presentante hubiere reservado para sí”.
Sobre el tema en análisis; el AC 0259/2014 de 8 de octubre, a tiempo de manifestar que en
caso de urgencia y ante un eventual vencimiento de un plazo perentorio es posible aplicar de
manera supletoria el art. 97 del CPC precisó lo siguiente: “Respecto de la presentación de la
demanda de acción de amparo constitucional, la SCP 1880/2012 de 12 de octubre, sostuvo
que debe ser presentada ante el juez o tribunal competente; es decir, en las capitales del
departamento ante la Sala de turno del Tribunal Departamental de Justicia y, los Juzgados
Públicos de la Materia; fuera de las capitales o en las provincias, a los Juzgados Públicos o
Juzgados Mixtos y estando consolidado el principio de inmediatez, acarrea situaciones de
urgencia ante un eventual vencimiento de dicho plazo. De ahí que, afirmó: '…de manera
supletoria, es favorable acudir a la disposición legal contenida en el art. 97 del CPC, relativa
a la presentación de escritos en situaciones de urgencia, cuya norma prescribe: «En caso de
urgencia, y estando por vencer algún plazo perentorio, los escritos podrán ser presentados
en la casa del secretario o actuario, quien hará constar esta circunstancia en el cargo. Si no
fueren encontrados, el escrito podrá presentarse ante otro secretario o actuario o ante un
notario de fe pública del respectivo asiento judicial»'. Es así que realizando un análisis del
significado del art. 97 del Código de Procedimiento Civil (CPC), el referido fallo, estableció:
'Nótese que, la aludida norma contempla dos supuestos, el primero, referido a la situación de
urgencia y, el segundo, ante un inminente vencimiento de un determinado plazo perentorio.
Ahora bien, conforme al Diccionario Jurídico de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales,
urgencia implica una situación apremiante, de necesidad impostergable y de tramitación
inmediata y abreviada; es decir, implica una actuación exenta de demoras y dilaciones,
aquello que debe ser realizado o solucionado con la más absoluta rapidez, o lo más antes
posible; por otro lado, el vencimiento de un plazo perentorio, significa que el mero
vencimiento significa la automática caducidad de la facultad procesal concedida, dicho de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
otro modo, es improrrogable, porque de ningún modo puede ser prolongado y bajo ninguna
circunstancia, lo que equivale a lo decisivo, concluyente e inmutable.
(…)
Es importante establecer que, a los efectos de presentar la acción de amparo constitucional,
las dos circunstancias referidas precedentemente (urgencia y el vencimiento de un plazo
perentorio), deben ser aspectos claramente demostrados y demostrables, para aplicar de
manera supletoria el art. 97 del CPC, bajo las siguientes condiciones: En principio, se debe
acudir ante el secretario de la autoridad ante quien corresponda plantear la demanda. De no
ser posible su ubicación o ante la imposibilidad de situar su domicilio particular, es viable
presentar ante cualquier secretario dependiente del Órgano Judicial, como es el caso de los
juzgados de turno en materia penal. De persistir la imposibilidad de presentación, se debe
acudir al Notario de Fe Pública. Ahora bien, corresponde ampliar la comprensión respecto a
este último supuesto; así, es factible acudir ante este funcionario únicamente en situación de
urgencia y ante el vencimiento de un plazo perentorio y, cuando la presentación a los
secretarios del Órgano Judicial resultó ser materialmente imposible, por circunstancias de
fuerza mayor que incidan en el normal desarrollo de las actividades del Órgano Judicial.
Recibida la acción, el Notario de Fe Pública, elaborará el acta haciendo constar de manera
precisa las circunstancias y razones por las cuales el accionante acudió ante él y, precisando
los motivos por los cuales no fue posible su presentación al secretario de la autoridad
competente o a otro de similar cargo. En ese sentido, el extinto Tribunal Constitucional, a
través del AC 0095/2011-RCA de 10 de marzo, estableció el siguiente entendimiento: «…en
primera instancia se debe tener en cuenta la situación extrema del vencimiento de un plazo
perentorio, y la imposibilidad material de su presentación ante los jueces o tribunales, así
como una situación de fuerza mayor que impida el normal desarrollo de la actividad
jurisdiccional, hecho del cual se debe dar certeza. En segundo lugar, -ante esa situación
extrema-, se debe acudir necesariamente al domicilio del secretario o actuario del juez o
tribunal donde se sustancia la causa; claro está, si es que se conoce éste; empero, si ello no
es así o siendo buscado no es habido, recién se habilita la posibilidad de acudir
alternativamente ante un funcionario judicial de otro juzgado o ante una notaría de fe pública,
hecho que también debe constar». Es importante precisar que, la jurisprudencia citada con
meridiana claridad establece que, la circunstancia de fuerza mayor que impida u obstaculice
el normal desarrollo de la actividad judicial debe ser debidamente acreditada'”
De lo anterior se infiere que, si bien es viable en toda materia la aplicación supletoria del art.
97 del CPC; de presentarse esta eventualidad, el litigante de forma inexcusable debe estar
ante una situación extrema de vencimiento de un plazo perentorio, y la imposibilidad de su
presentación en ese momento, ante los jueces o tribunales, donde se sustancia el proceso,
ya que puede darse el caso de ser un día inhábil o siendo hábil haya una situación de fuerza
mayor no atribuible a las partes ni al órgano jurisdiccional, por lo cual no sea normal el
desarrollo de la actividad jurisdiccional, hecho que necesariamente debe estar acreditado;
por cuanto esta eventualidad implica el cumplimiento de una norma procesal que contiene
una secuencia de posibilidades de acudir, ya sea a un funcionario judicial o a un notario de fe
pública para la presentación de un escrito en caso de urgencia; respetando necesariamente
la prelación exigida por el art. 97 del CPC, que tiene la finalidad de materializar el ejercicio de
un derecho y de evitar el abuso del mismo; constriñendo tanto a los sujetos procesales, como
a los funcionarios judiciales involucrados en la recepción del escrito y que invoquen el
precepto referido a delimitar sus actuaciones dentro del marco de la lealtad procesal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
consiguientemente, la consideración del pretendido acto procesal como un hecho inexistente, por lo
que un recurso interpuesto con tales omisiones, no puede ser considerado como un Recurso, sino como
un no Recurso, lo cual constituye una variable importantísima para la estimación del criterio de la
presente Resolución, toda vez que este Tribunal de Casación no puede ingresar a considerar per
saltum el recurso de casación interpuesto por los recurrentes por la inexistencia –en los hechos- de un
recurso de apelación restringida previamente interpuesto.
Que, resulta pertinente señalar por otro lado que este tribunal de casación ha emitido
pronunciamientos en línea de jurisprudencia ordinaria respecto a la presentación de escritos en caso
de urgencia, señalando que si los recurrentes, dada la capacidad de previsión que tiene toda persona,
deciden ejercer su derecho de presentar sus recursos fuera del horario de labores judiciales, asume la
responsabilidad de cumplir con las formalidades inherentes a esa forma excepcional de presentación
de memoriales, siendo así de considerar que si bien el art. 97 del Código de Procedimiento Civil prevé
que, en caso de urgencia y estando por vencer algún plazo perentorio, los escritos podrán ser
presentados en la casa del Secretario o Actuario, quien hará constar esa circunstancia en el cargo, y
si no fueren encontrados, el escrito podrá presentarse ante otro Secretario o Actuario o ante un
Notario de Fe Pública del respectivo asiento judicial, debe tenerse presente que si bien el Notario de
Fe Pública se encuentra facultado para la recepción de memoriales en caso de urgencia y cuando esté
por vencer un plazo perentorio, dicha presentación será válida sólo cuando se agota la posibilidad de
presentar los memoriales ante el Secretario o Actuario del Juzgado que conoce la causa, circunstancia
que el Notario debe hacer constar en el cargo de presentación, porque se entiende que la norma
prevista en el artículo 97 del Código de Procedimiento Civil impone un procedimiento que
imperativamente debe ser observado, no siendo facultad potestativa del litigante variar dicho
procedimiento.
Que, en el caso presente se verifica de manera objetiva que en la constancia escrita de la presentación
del recurso de apelación restringida no consta haberse agotado la posibilidad de presentar el recurso
ante el Secretario del juzgado de la causa siendo claro al expresarse que, por el contrario, el recurso
de apelación restringida fue presentado en dicha notaria –no refiere además por quien- “en vista de
que los Tribunales de Justicia se encuentran cerrados” (sic.), sin expresar como previene la norma
procesal citada que previamente se habría agotado la posibilidad de presentar los recursos en la casa
del secretario del juzgado, siendo así evidente que la parte recurrente no cumplió con el
procedimiento expresamente previsto por el artículo 97 del Código de Procedimiento Civil y, en
consecuencia, la interposición de su recurso de apelación no cumplió con la condición de tiempo
previsto por el art. 408 del Código de Procedimiento Penal, siendo en los hechos un recurso
inexistente, concluyéndose así también que el tribunal de alzada tampoco incurrió en defecto procesal
alguno que configure la violación de derechos y garantías procesales de trascendencia constitucional
de los procesados.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: (…) Por tanto, la paupérrima fundamentación del
reclamo, la cual no demuestra de modo alguno, la vulneración del debido proceso ni
la presunción de inocencia, instituida por el art. 116 constitucional, como sigue:
" .. .Se garantiza la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso de duda
sobre la norma aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado". Resulta
pertinente señalar que este principio de presunción de inocencia, implica que toda
persona a quien se le imputa la comisión de un delito, debe ser considerada
inocente mientras no se pruebe su culpabilidad; la cual debe estar demostrada por
prueba suficiente y comprende, el principio de libre valoración de la prueba en el
proceso penal que corresponde el actuar de los jueces y tribunales; que la sentencia
condenatoria se fundamente en auténticos hechos de prueba, y que la actividad
probatoria sea suficiente para generar en el Tribunal la evidencia de la existencia no
sólo del hecho punible, sino también la responsabilidad penal que en él tuvo el
acusado y así desvirtuar la presunción. Verificando los argumentos expuestos por el
recurrente, no se advierte, que el Tribunal de apelación o Juez de Sentencia
hubieran vulnerado este principio, al contrario, se denota que el imputado fue
tratado como inocente hasta que se demostró su responsabilidad penal en base a la
suficiencia de la prueba desfilada en el juicio oral, base sobre la cual el Juez de
Sentencia determinó imponerle la condena de tres años de reclusión, sin que exista
duda razonable sobre su participación en el •hecho acusado o que se le hubieren
impuesto medidas restrictivas con arbitrariedad; Sentencia que fue confirmada con
suficiente fundamentación por los de alzada. Provocando que el presente motivo sea
declarado sin mérito.
Descriptor: Presunción de Inocencia
Restrictor: La sentencia condenatoria debe fundamentarse en auténticos hechos de
prueba y la actividad probatoria sea suficiente para generar en el Tribunal la
evidencia de la existencia no sólo del hecho punible, sino también la responsabilidad
penal que en él tuvo
PRESUNCIÓN DE INOCENCIA
AUTO SUPREMO Nº 294/2017-RRC
Sucre, 20 de abril de 2017
Respecto a la presunción de inocencia, el art. 116.I de la Constitución Política del Estado,
establece: “Se garantiza la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso de duda
sobre la norma aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado”; por su parte, el
art. 6 del CPP determina: “Todo imputado será considerado inocente y tratado como tal en
todo momento, mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada. No se podrá
obligar al imputado a declarar en contra de sí mismo y su silencio no será utilizado en su
perjuicio. La carga de la prueba corresponde a los acusadores y se prohíbe toda presunción
de culpabilidad. En el caso del rebelde, se publicarán únicamente los datos indispensables
para su aprehensión”.
Con relación a lo mismo, el Auto Supremo 055/2012-RRC de 4 de abril, señaló: “La
presunción de inocencia, constituye un derecho fundamental reconocido por el art. 116.I de
la Constitución política del Estado (CPE), que está en estricta concordancia con el art. 6 del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPP; principio que representa una garantía procesal insoslayable para todos, la que se
constituye en la máxima garantía del imputado y uno de los pilares del proceso penal
acusatorio. Por ello en un proceso no se puede tratar como culpable a una persona a quién
se le atribuya un hecho punible cualquiera sea el grado de verosimilitud en la imputación,
hasta que el Estado, por medio de sus órganos pronuncie una sentencia penal firme que
declare la culpabilidad y lo someta a una pena.
Esta garantía, es la que inspira al proceso penal de un Estado democrático de derecho, por
ello, el imputado no se encuentra obligado a probar su inocencia, ya que por el contrario, es
el Estado el que tiene la responsabilidad de probar la comisión del delito y la responsabilidad
del imputado en un proceso seguido de acuerdo a los principios de la ley procesal,
oportunidad en la que se hará cesar esta presunción a través de las pruebas” .
Debe añadirse que la vulneración del debido proceso, del que es elemento el principio-
garantía de presunción de inocencia, concurre ante la inexistencia de actividad probatoria
suficiente, generada por el titular de la acción penal, quien no hubiese acreditado la
existencia de los elementos constitutivos y específicos del delito y la autoría; pues en
contrario, se debe verificar que dicha actividad se haya llevado a cabo con total respeto a los
derechos, principios y garantías procesales y constitucionales que rigen el juicio oral,
exigiendo al Juez o Tribunal valorar la prueba conforme las reglas de la sana crítica conforme
dispone el art. 173 CPP, a través de la emisión de una resolución que debe estar basada
únicamente en prueba legalmente obtenida y que ésta sea suficiente para generar en el
juzgador la convicción sobre la existencia del hecho punible, así como la participación y
responsabilidad penal del imputado en el hecho acusado.
En resumen para que dicha garantía sea vulnerada y merezca un reparo procesal, se deberá
acreditar u observar la existencia de los siguientes elementos: 1) Siendo los acusadores fiscal
y particular los titulares de la acción penal, éstos no hayan cumplido con la carga de la
prueba que debe ser producida en audiencia de juicio oral, para ello esta prueba debe ser
legal y/o lícita, obtenida en apego a las garantías procesales y constitucionales; y, 2) No
exista prueba que acredite la existencia de los elementos específicos del tipo penal, la
participación del imputado y su grado de culpabilidad.
En ese sentido, el Auto Supremo 426/2014 de 28 de agosto, refirió que: “El principio de
presunción de inocencia, implica que a todo procesado se le considera inocente mientras
no se pruebe su culpabilidad: vale decir, hasta que no se exhiba prueba en contrario. Rige
desde el momento en que se imputa a alguien la comisión de un delito, quedando el acusado
en condición de sospechoso durante toda la tramitación del proceso, hasta que se expida la
sentencia definitiva. De igual forma, la presunción de inocencia se mantiene viva en el
proceso penal siempre que no exista una sentencia judicial que, como corolario del cauce de
un proceso llevado a cabo con las garantías inherentes al debido proceso, logre desvirtuarla.
El derecho a la presunción de inocencia comprende: el principio de libre valoración de la
prueba en el proceso penal que corresponde actuar a los Jueces y Tribunales; que la
sentencia condenatoria se fundamente en auténticos hechos de prueba, y que la actividad
probatoria sea suficiente para generar en el Tribunal la evidencia de la existencia no sólo del
hecho punible, sino también la responsabilidad penal que en él tuvo el acusado y así
desvirtuar la presunción.
No obstante el desarrollo del derecho fundamental a la presunción de inocencia, es
pertinente sentar algunas precisiones adicionales a efectos de una cabal comprensión y tutela
del derecho en mención, pues como todo derecho fundamental, el derecho a la presunción
de inocencia tiene un doble carácter porque no se trata solamente de un derecho subjetivo,
[265]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sino también de una institución objetiva, dado que comporta determinados valores
inherentes al ordenamiento constitucional. A ello se añade que el derecho fundamental a la
presunción de inocencia no es un derecho absoluto, sino relativo. De ahí que, en el
ordenamiento, se admitan determinadas medidas cautelares personales –como la detención
preventiva o detención provisional–, sin que ello signifique su afectación: porque tales
medidas sirven precisamente para esclarecer el hecho reprochado y por ello son
imprescindibles para llevar a cabo un procedimiento penal orientado en principios propios de
un Estado de derecho; siempre, claro está, que tales medidas sean dictadas bajo criterios de
razonabilidad y proporcionalidad. Parte de esa relatividad del derecho a la presunción de
inocencia se vincula también con que dicho derecho incorpora una presunción iuris tántum y
no una presunción absoluta; de lo cual se deriva, como lógica consecuencia, que la
presunción de inocencia puede ser desvirtuada o destruida mediante una mínima actividad
probatoria”.
[266]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hechos denunciados, conforme al entendimiento desarrollado en la SC 0181/2010-R de 24
de mayo, que determinó: “…en los supuestos en los que la autoridad demandada no
desvirtúa ni niega los extremos denunciados en el hábeas corpus, ya sea por no asistir a la
audiencia, ni prestar su informe de ley, o cuando asiste a la audiencia y/o presta el informe y
confirma los actos ilegales demandados (SSCC 1164/2003-R, 0630/2004-R), el recurso,
ahora acción de libertad, debe ser concedido” .
Entendimiento asumido por la SC 0785/2010-R de 2 de agosto, al expresar que: “…se
tendrán por probados los extremos denunciados cuando las autoridades denunciadas, no
desvirtúen los hechos demandados, situación que concurre cuando no obstante su legal
notificación no comparecen a la audiencia ni presten su informe de ley" .
Al respecto la SCP 0101/2014-S1 de 24 de noviembre, haciendo una síntesis del
entendimiento constitucional sobre la presunción de veracidad de los hechos y actos
denunciados, ha expresado que: “…la incomparecencia voluntaria de la autoridad
demandada y la ausencia de su informe, no obstante su citación para el efecto, el Tribunal
Constitucional en su SC 0038/2011-R de 7 de febrero, se ha pronunciado respecto a la
presunción de veracidad de los hechos denunciados, expresando: 'Partiendo del marco
doctrinal y constitucional referido, se debe señalar que en el caso de la acción de libertad,
atendiendo especialmente a los principios de compromiso e interés social y de
responsabilidad que rigen la función pública, así como a la naturaleza de los derechos
tutelados por esa garantía jurisdiccional, cuando el sujeto pasivo es un funcionario
público, éste tiene la obligación de presentar informe escrito o en su defecto concurrir
a la audiencia a fin de desvirtuar los hechos o actos denunciados como lesivos a los
derechos del accionante, pues de no hacerlo se presume la veracidad de los mismos' ,
reiterándose los entendimientos de las SSCC 0141/2006-R, 020/2010-R y 0181/2010-R”.
[267]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que el soberano a través del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como
juez constitucional en el control de la investigación".
Precedente SC 0181/2005-R
[268]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRESUNTAS OMISIONES Y/O VULNERACIÓN DE DERECHOS COMETIDAS POR EL
FISCAL DEBEN SER DENUNCIADAS ANTE EL JUEZ DE INSTRUCCIÓN EN LO PENAL
S.C.P. 1322/2012 Sucre, 19 de septiembre de 2012
RATIO DECIDENDI
F.J.III.2. "...si el imputado en el primer momento de la investigación o hasta antes de ser
anunciada el inicio de la misma, consideraba que se encontraba aprehendido por más de
cuarenta y ocho horas, que fue amenazado y amedrentado para autoincriminarse de un
hecho en el que no participó y que prestó su declaración informativa sin contar con su
abogado defensor; conforme al Fundamento Jurídico III.1 (Primer Supuesto) debió acudir
para control, denuncia y reparación del mismo, ante el Juez cautelar, puesto que en la
concurrencia de este primer supuesto, es lógico inferir que el imputado como sujeto procesal,
debe procurar en lograr legítimamente la protección judicial de sus derechos y garantías ante
el juez controlador de la investigación; que si bien los actos iniciales de la investigación,
como la requisa personal, registro del lugar del hecho, arresto, aprehensión, entrevistas y
declaraciones, son inherentes o tareas propias a la labor fiscal, empero de ningún modo
puede soslayar la atribución establecida en el art. 54.1 del CPP, del Juez cautelar, que no
sólo garantiza los derechos del imputado, sino que también va más allá, el de proteger el
legítimo ejercicio de la persecución penal del fiscal".
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.1. "En ese mismo orden, con relación específicamente a la presunta lesión del derecho
a la libertad personal por causa de un indebida privación de libertad; es decir, cuando la
restricción se hubiera presuntamente operado al margen de los casos y formas establecidas
por ley y que, sin embargo, tal hecho se hubiera dado a conocer al juez cautelar del inicio de
la investigación y, en su caso, de la imputación, resulta indispensable recordar que el art.
54.1 del CPP, establece que entre las competencias del Juez de Instrucción en lo Penal, está
el ejercer el control jurisdiccional de la investigación, lo que significa, que es la autoridad
encargada de resguardar que la etapa de investigación se realice conforme a procedimiento
y en estricta observancia de respeto a los derechos fundamentales y garantías
constitucionales de las partes del proceso -imputado, querellante y víctima-. En ese contexto,
corresponde al juez ejercer el control jurisdiccional de la investigación y, por lo mismo, que
ésta se desarrolle de manera correcta e imparcial y no en forma violatoria de derechos
fundamentales o garantías constitucionales; es decir, desde otra perspectiva, cualquier acto
ilegal y/o arbitrario durante la investigación en que incurriere el Ministerio Público como titular
de la acción penal o la Policía Boliviana como coadyuvante, deberá ser denunciado ante el
Juez de Instrucción en lo Penal, que tenga a su cargo el control jurisdiccional de la
investigación".
Precedente: SC 0181/2005-R)
[269]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurisdiccional se deje sin efecto la declaratoria de rebeldía dictada por el Juez Primero de
Instrucción en lo Penal, de cuyos efectos se encontraría en peligro de restringirse dicho bien
jurídico. Empero, conforme se desarrolló en el Fundamento Jurídico III.2 de esta Sentencia
Constitucional Plurinacional, para considerar la existencia de amenaza de limitación del
derecho a la libertad, inexcusablemente deberá estar presente uno de los supuestos
descritos, como la existencia de una orden o mandamiento de aprehensión expedido sin el
cumplimiento de los requisitos o formalidades exigidos por ley.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2. Conforme se define en el Fundamento Jurídico precedente, dentro de los alcances
de este medio de defensa se encuentra aquellos casos en los que se advierta la existencia
de persecución ilegal, traducida en la amenaza de restricción del derecho a la libertad. Al
respecto, la SC 0044/2010-R de 20 de abril, precisó que existirá persecución ilegal, cuando:
“'…la acción de una autoridad que busca, persigue, u hostiga a una persona sin que exista
motivo legal alguno ni una orden expresa de captura emitida por autoridad competente en los
casos establecidos por ley, o cuando se emite una orden de detención, captura o
aprehensión al margen de los casos previstos por ley, e incumpliendo las formalidades y
requisitos establecidos por ella” (Así, SSCC 419/2000-R, 261/2001-R y 535/2001-R, entre
otras).
En ese orden, la citada Sentencia Constitucional, sostuvo que la persecución ilegal
comprendería; por una parte, las órdenes de detención al margen de los casos previstos por
la ley e incumpliendo los requisitos y formalidades de ley; y, por otra, al hostigamiento sin
que exista motivo legal, ni orden de captura emitida por autoridad competente.
Así, para considerar la existencia de persecución ilegal o indebida, debe materializarse a
través de actos o acciones que adviertan la existencia de una amenaza al derecho a la
libertad, de no presentarse orden o emisión de mandamiento que disponga la privación de
libertad personal o de locomoción al margen de los casos previstos por ley o sin el
cumplimiento de los requisitos y formalidades exigidas, se entenderá que no existe
persecución ilegal o indebida, debiendo el agraviado acudir a la jurisdicción ordinaria a través
de los mecanismos ordinarios de defensa.
Precedente SC 0419/2000-R, SC 261/2001-R, 535/2001-R.
[270]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurisdiccional y no investigativo en desconocimiento de la disposición prevista por el
art. 324 del CPP, el resultado sería prueba ilícita, por infringir la garantía del debido
proceso y los principios acusatorio, de oficialidad y de legalidad, por lo que no
corresponde su producción mucho menos su valoración.
Descriptor: Principio Acusatorio
Restrictor: los jueces y tribunales no pueden aplicar el art. 214 del CPP
automáticamente
[271]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
efectivizar el valor justicia; pues no nos olvidemos que el principio de aplicación
directa de los derechos, como sostuvo la SCP 0121/2012, supone la superación
formalista del sistema jurídico y se constituye en un postulado para consolidar el
valor normativo de la Constitución Política del Estado: " ... la premisa en virtud de la
cual se debe asegurar la eficacia máxima de los derechos fundamentales, exige en
términos de teoría del derecho, la superación de una concepción ius-positivista y
formalista del sistema jurídico, e implica la adopción de postulados jurídicos
enmarcados en cánones constitucionales no solamente destinados a limitar el poder,
sino fundamentalmente direccionados a consagrar y consolidar la vigencia material
de los derechos fundamentales. (..)el principio de aplicación directa y eficaz de los
derechos fundamentales, constituye un postulado que consolida el valor normativo
de la Constitución, por el cual, los derechos fundamentales tienen una efectividad
plena más allá de un reconocimiento legislativo o de formalismos extremos que
puedan obstaculizar su plena vigencia/ aspecto que caracteriza la ‘última
generación del Constitucionalismo’ en el cual, el fenómeno de constitucionalización
del ordenamiento jurídico, se consagra y alcanza su esplendor a través del principio
de aplicación directa de los derechos fundamentales el cual se materializa a través
del nuevo rol de las autoridades jurisdiccionales en su labor de interpretación
constitucional acompañada de una coherente teoría de argumentación jurídica”.
Descriptor: Principio de Aplicación directa de los derechos
Restrictor: superación formalista del sistema jurídico y se constituye en un
postulado para consolidar el valor normativo de la Constitución
PRINCIPIO DE CELERIDAD
(CESACIÓN DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA)
S.C.P. 0575/2014 Sucre, 10 de marzo de 2014
RATIO DECIDENDI
F.J.III.4 En el caso concreto, el accionante, se encuentra detenido preventivamente,
dispuesto dentro del proceso penal que sigue el Ministerio Público contra él y otras personas
por el delito de tráfico de sustancias controladas; en estas circunstancias solicitó en varias
oportunidades a la autoridad demandada la cesación a la detención preventiva, fijándose la
audiencia para el 1 de octubre de 2013, a efectos de considerar dicha petición, acto que fue
suspendido por inasistencia del Juez demandado porque estaría en la reunión del Concejo
Municipal de seguridad ciudadana de San Julián; por lo que al suspender la audiencia de
cesación a la detención preventiva se evidencia que actuó contra el entendimiento
desarrollado en la SCP 0110/2012, en el cual el plazo razonable para la realización de dicha
audiencia es de tres días incluyendo las notificaciones, con dicho acto lesivo omitió el
principio de celeridad en la celebración de la audiencia de cesación a la detención
preventiva, incurriendo en actuación dilatoria que lesiona el derecho a la libertad del
accionante, ya que este derecho fundamental y humano, es uno de los derechos primarios
protegidos por la Constitución Política del Estado y los Tratados y Convenios Internacionales
sobre Derechos Humanos.
De lo precedentemente desarrollado, de la revisión de los antecedentes que cursan en el
[272]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
expediente, la demanda, el informe de la Actuaria Profenia Chinche Canaza del Juzgado de
Instrucción Mixto de San Julián, el acta de audiencia y la Resolución emitida por el Juez de
garantías que se revisa, y de acuerdo a la jurisprudencia desarrollada en los Fundamentos
Jurídicos III.2 y III.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, la autoridad
demandada del Juzgado de Instrucción Mixto de San Julián, al haber señalado audiencia de
cesación de la detención preventiva en un plazo irrazonable, vulneró el principio de celeridad
que rige el proceso penal, omitiendo resolver la situación jurídica del imputado dentro del
plazo de tres días, más aún cuando fue suspendida la misma porque la autoridad
demandada se encontraba en una reunión del Concejo Municipal de seguridad ciudadana,
sin que se haya designado suplente para llevar adelante dicho acto procesal.
En conclusión, al verificarse que el supuesto acto ilegal, vulneró al debido proceso originado
en actos dilatorios atribuibles a la autoridad demandada, y que se encuentra vinculado con el
derecho a la libertad, este Tribunal, determina que se debe conceder la tutela solicitada.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.3 El art. 22 de la CPE, al señalar que: “La dignidad y la libertad de la persona son
inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado”, norma que debe ser
interpretada en base a los valores de la misma Constitución, la cual en el art. 8.II establece
que el Estado se sustenta en los valores de dignidad y libertad, por lo que se debe tener en
cuenta que la restricción o limitación al derecho a la libertad física en materia penal, con
carácter provisional o cautelar, conforme a los requisitos constitucionales y legales, tienen
naturaleza instrumental y por ende modificable en cualquier etapa del proceso, caso contrario
los derechos fundamentales del detenido son vulnerados por el administrador de justicia
ordinaria.
En ese entendido el trámite de solicitud de cesación a la detención preventiva de acuerdo al
razonamiento del Tribunal Constitucional Plurinacional, quien es el máximo garante de los
derechos fundamentales, a través la SCP 0110/2012, manifestó que: “…las autoridades que
conozcan las solicitudes de cesación de la detención preventiva, tienen la obligación de
tramitarlas con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de plazos razonables,
mas su aplicabilidad en la praxis no ha sido objeto de cumplimiento de parte de los
juzgadores, lo cual amerita que la frase 'plazo razonable', tratándose de señalamientos de
día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un
término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado
de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de
análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva,
será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario
constituye vulneración del derecho a la libertad, en el entendido en que los jueces no pueden
obrar contra los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73 y ss de
la CPE), bajo el argumento de existencia de 'sobrecarga procesal' para justificar una
negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el
juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva,
es necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado
indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el
[273]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido,
habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse
el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo,
bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento”.
Precedente reiterado: SCP 0110/2012
[274]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las
pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad
física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que
si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre
que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud' (SC 0224/2004-R de
16 de febrero)”.
Precedente.- SC 1945/2011-R de 28 de noviembre.
PRINCIPIO DE CELERIDAD
(CESACIÓN DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA)
S.C.P. 0575/2014 Sucre, 10 de marzo de 2014
RATIO DECIDENDI
F.J.III.4 En el caso concreto, el accionante, se encuentra detenido preventivamente,
dispuesto dentro del proceso penal que sigue el Ministerio Público contra él y otras personas
por el delito de tráfico de sustancias controladas; en estas circunstancias solicitó en varias
oportunidades a la autoridad demandada la cesación a la detención preventiva, fijándose la
audiencia para el 1 de octubre de 2013, a efectos de considerar dicha petición, acto que fue
suspendido por inasistencia del Juez demandado porque estaría en la reunión del Concejo
Municipal de seguridad ciudadana de San Julián; por lo que al suspender la audiencia de
cesación a la detención preventiva se evidencia que actuó contra el entendimiento
desarrollado en la SCP 0110/2012, en el cual el plazo razonable para la realización de dicha
audiencia es de tres días incluyendo las notificaciones, con dicho acto lesivo omitió el
principio de celeridad en la celebración de la audiencia de cesación a la detención
preventiva, incurriendo en actuación dilatoria que lesiona el derecho a la libertad del
accionante, ya que este derecho fundamental y humano, es uno de los derechos primarios
protegidos por la Constitución Política del Estado y los Tratados y Convenios Internacionales
sobre Derechos Humanos.
De lo precedentemente desarrollado, de la revisión de los antecedentes que cursan en el
expediente, la demanda, el informe de la Actuaria Profenia Chinche Canaza del Juzgado de
Instrucción Mixto de San Julián, el acta de audiencia y la Resolución emitida por el Juez de
garantías que se revisa, y de acuerdo a la jurisprudencia desarrollada en los Fundamentos
Jurídicos III.2 y III.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, la autoridad
demandada del Juzgado de Instrucción Mixto de San Julián, al haber señalado audiencia de
cesación de la detención preventiva en un plazo irrazonable, vulneró el principio de celeridad
que rige el proceso penal, omitiendo resolver la situación jurídica del imputado dentro del
plazo de tres días, más aún cuando fue suspendida la misma porque la autoridad
demandada se encontraba en una reunión del Concejo Municipal de seguridad ciudadana,
sin que se haya designado suplente para llevar adelante dicho acto procesal.
En conclusión, al verificarse que el supuesto acto ilegal, vulneró al debido proceso originado
en actos dilatorios atribuibles a la autoridad demandada, y que se encuentra vinculado con el
derecho a la libertad, este Tribunal, determina que se debe conceder la tutela solicitada.
PRECEDENTE REITERADO:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.3 El art. 22 de la CPE, al señalar que: “La dignidad y la libertad de la persona son
inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado”, norma que debe ser
interpretada en base a los valores de la misma Constitución, la cual en el art. 8.II establece
que el Estado se sustenta en los valores de dignidad y libertad, por lo que se debe tener en
cuenta que la restricción o limitación al derecho a la libertad física en materia penal, con
carácter provisional o cautelar, conforme a los requisitos constitucionales y legales, tienen
naturaleza instrumental y por ende modificable en cualquier etapa del proceso, caso contrario
los derechos fundamentales del detenido son vulnerados por el administrador de justicia
ordinaria.
En ese entendido el trámite de solicitud de cesación a la detención preventiva de acuerdo al
razonamiento del Tribunal Constitucional Plurinacional, quien es el máximo garante de los
derechos fundamentales, a través la SCP 0110/2012, manifestó que: “…las autoridades que
conozcan las solicitudes de cesación de la detención preventiva, tienen la obligación de
tramitarlas con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de plazos razonables,
mas su aplicabilidad en la praxis no ha sido objeto de cumplimiento de parte de los
juzgadores, lo cual amerita que la frase 'plazo razonable', tratándose de señalamientos de
día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un
término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado
de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de
análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva,
será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario
constituye vulneración del derecho a la libertad, en el entendido en que los jueces no pueden
obrar contra los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73 y ss de
la CPE), bajo el argumento de existencia de 'sobrecarga procesal' para justificar una
negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el
juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva,
es necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado
indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el
art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido,
habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse
el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo,
bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento”.
Precedente reiterado: SCP 0110/2012
[276]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
audiencia de modificación de medidas sustitutivas a la detención preventiva; es decir,
después de veinte días de efectuada la solicitud, constituyendo dicho acto una clara
transgresión al principio de celeridad
Ahora bien, la vulneración del derecho a la libertad de la accionante fue agravada en razón a
que el 10 de octubre de 2013, por determinación del Juez demandado, fue suspendida la
audiencia conclusiva y de modificación de medidas sustitutivas a solicitud de Héctor José
Tapia Cortez y Dafne Lena Portanda Larrea, hecho contrario a la jurisprudencia
constitucional, citada en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, más propiamente
de la SCP 1304/2012, que prohíbe la suspensión de la audiencia bajo el argumento de la
supuesta inasistencia de la víctima”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2.1. “La SCP 1304/2012 de 19 de septiembre, ha señalado: “Asimismo, la referida SC
0078/2010-R, ha establecido una tercera subregla en la que se puede considerar la
existencia de actos dilatorios, señalando: 'c) Se suspende la audiencia de consideración, por
causas o motivos que no justifican la suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de
la inasistencia del representante del Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es
que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia. En el caso del
Ministerio Público al estar regido por el principio de unidad tiene los medios para asistir a
través de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su
participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la
autoridad jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante, en caso de que la
suspensión se deba a la falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado, no
existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva
fecha de audiencia conforme a las directrices expuestas'.
De este razonamiento se infiere que no puede suspenderse una audiencia de cesación
a la detención preventiva por causas o motivos que no justifiquen la suspensión, tales
como la inasistencia del representante del Ministerio Público o de la víctima y/o
querellante habiendo sido notificadas legalmente, por cuanto éste y en virtud al
principio de unidad, puede ser representado por otro fiscal, y la participación del
querellante es potestativa” .
Precedente.- SCP 1304/2012 de 19 de septiembre.
[277]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vacaciones judiciales, suspendiendo los términos de tramitación de las causas que no tengan
detenidos, ello no implica que quienes se hallan privados de su libertad también lo estén de
realizar sus peticiones, puesto que conforme lo establece el art. 26.II de la LOJ los
administradores de justicia deben garantizar la continuidad del servicio judicial en todas las
materias, más aún cuando se trate de solicitudes efectuadas por quienes se hallan privados
de libertad, deberán resolverse las mismas con la mayor celeridad posible, por cuanto de por
medio se encuentra pendiente la situación jurídica de alguna persona máxime cuando dicha
petición está relacionada a la obtención de un documento indispensable para cesar su
detención preventiva.
Bajo dicho entendimiento se concluye que la solicitud del accionante efectuada el 24 de junio
de 2013, debió haber sido resuelta con la celeridad que amerita el caso y de ninguna manera
señalar que la misma será considerada el primer día hábil después de la vacación judicial,
provocando con ello una dilación indebida contra el accionante.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.3.(...)De acuerdo a lo establecido la jurisprudencia constitucional estableció en la SCP
0551/2013 de 15 de mayo, que: “…tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia
para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres
días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. (…) En
este entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis,
consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el
término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario
constituye vulneración del derecho a la libertad…” señalando además la SCP 0792/2013 de
11 de junio, que el memorial de la solicitud de cesación de detención preventiva: “…debe ser
providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación,
conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite.
En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación
indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal
dentro del referido plazo…”.
PRECEDENTE:SC 1072/2005-R
[278]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
antecedentes ante el Juez de garantías y segundo, que ya se notificó al Comandante
Departamental de la Policía Boliviana, para que se quite al custodio policial del ahora
accionante; sin embargo, de los antecedentes, se establece que hasta el reclamo realizado
por el ahora accionante,para que se remita antecedentes transcurrieron veintiocho días y que
a la presentación de la presenteacción de treinta y dos días, incumpliendo de sobre manera
lo determinado en el art. 251 del CPP, que indica que se tiene el plazo de veinticuatro horas ,
para remitir los antecedentes al superior en grado, situación que no ocurrió, y mal puede
justificar que no se cumplió con la norma debido a la acción de libertad interpuesta, puesto
que hasta la formulación de la misma y el reclamo efectuado existía ya una demora
sustancial, lesionando el derecho a la libertad de la persona por incumplimiento al principio
de celeridad que también se vio reflejada en la falta de otorgación de los documentos que
requería el accionante para dar cumplimiento a las medidas sustitutivas, puesto que es ello
otro extremo que solicita el accionante en el otrosí primero del memorial de 3 de octubre de
2013.
En lo que refiere a la notificación al Comandante Departamental de la Policía Boliviana, con
la Resolución de medidas sustitutivas, la cual no cursa en las copias del cuaderno procesal
remitidas a este Tribunal Constitucional Plurinacional, conforme la SCP 0087/2012 de 19 de
abril, en todo caso hasta el memorial presentado por la parte accionante el 3 de octubre de
2013, se tiene que no existieron actuados de la autoridad demandada para el cumplimiento
de la resolución cautelar que emitió, lesionándose así el principio de celeridad vinculado al
derecho a la libertad del accionante.
Precedente.- SC 008/0/2010 – R de 3 de mayo; SC 1447/2004-R de 6 de septiembre.
[279]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que
otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las
pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está
en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es
negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la
resuelva con la celeridad que exige la solicitud”.
De donde se infiere que, cuando se provoca una dilación injustificada, al margen de lo prescrito en la
normativa legal o dentro de un plazo razonable, y ello repercute directamente con la libertad física o de
locomoción, corresponde conceder la tutela solicitada mediante la presente acción.
PRINCIPIO DE CELERIDAD QUE SE LESIONA EN CASOS DE DILACIÓN EN
SOLICITUDES QUE INVOLUCRAN EL DERECHO A LA LIBERTAD
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1094/2017-S1
Sucre, 3 de octubre de 2017
Dentro de la tipología de la acción de libertad, como medio procesal idóneo que tiene por finalidad
acelerar los trámites judiciales o administrativos en caso de existir dilaciones indebidas en vulneración
del principio de celeridad y en consecuencia del derecho a la libertad, cuando se retrase o evite la
resolución de la situación jurídica de la persona privada de este derecho, siendo que atañe a las
autoridades judiciales y administrativas aplicar y concretizar los valores y principios constitucionales
en estos casos. Obrar en sentido contrario a lo mencionado, implica una demora en la definición
jurídica de las personas privadas de libertad, viabilizando la interposición de la presente acción de
libertad, a objeto de precautelar los derechos tutelados por la misma.
Conviene entonces referirse por la importancia del tema en cuestión, al principio de celeridad en
relación a la tramitación de los pedidos relacionados a la libertad física.
El art. 178.I de la Ley Fundamental, dispone: "La potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica,
publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la
sociedad, participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos". Previendo el art. 180.I de
la CPE, que: "La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad,
publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia,
accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las partes ante el juez".
Expresando finalmente el art. 115.II de la Norma Suprema, la obligación del Estado de garantizar: "…
el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones" (las negrillas fueron añadidas).
La SCP 1044/2015-S1 de 30 de octubre, refiere que “…el principio de celeridad consagrado en la
Constitución Política del Estado, constriñe a evitar retardaciones o dilaciones indebidas, ilegales e
innecesarias que conculquen el derecho a la libertad en aquellos asuntos vinculados a éste; resultando
lógico que las personas que intervienen en un proceso, esperen la pronta definición de su situación
jurídica -sea por ejemplo en el caso de la imposición de medidas cautelares, apelaciones a las mismas
o peticiones de cesación a la detención preventiva-. Encontrándose regulado también este principio
constitucional en diversos instrumentos internacionales, entre otros, en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (art. 8.1) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos [art. 14.3
inc. c)], los que establecen el derecho que tiene toda persona a ser juzgada en un proceso sin
dilaciones indebidas. Su inobservancia, conlleva la restricción del derecho a la libertad, protegido por
[280]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el art. 23.I de la CPE, al no imprimir la celeridad pertinente a una solicitud que involucra este
derecho de vital importancia para las personas, siendo que además la Ley Fundamental presume la
inocencia del encausado durante toda la tramitación del proceso penal seguido en su contra (art.
116.I), no debiendo involucrar la detención preventiva una condena prematura en desmedro de los
derechos de los implicados…”
PRINCIPIO DE CELERIDAD: SOLICITUD EN LA QUE SE ENCUENTRA INVOLUCRADO
EL DERECHO A LA LIBERTAD FÍSICA, DEBE TRAMITARSE CON LA MAYOR
CELERIDAD POSIBLE O DENTRO DE LOS PLAZOS RAZONABLES
S.C.P. 2066/2013 Sucre, 18 de noviembre de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.3. “…considerando que los procesos deben sustanciarse dentro de los plazos
dispuestos y establecidos en la normativa procesal, se constata que las autoridades
demandadas se rigieron conforme lo establece la abundante jurisprudencia relacionada a los
plazos que deben observarse para el señalamiento de la audiencia de cesación a la
detención preventiva, por lo tanto no se ha desconocido la garantía jurisdiccional consagrada
por el art. 115.II de la CPE, que impone a quien administra justicia el deber jurídico de
tramitar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones indebidas, por lo que no
corresponde conceder la tutela”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “…En este contexto, el cumplimiento de los plazos procesales hace parte ineludible
del núcleo esencial del debido proceso en mérito a lo previsto por el art. 115.I constitucional,
que determina que toda persona será protegida en el ejercicio de sus derechos e intereses
oportuna y efectivamente por jueces y tribunales, estableciendo en el parágrafo segundo del
mismo artículo, que el Estado garantiza el debido proceso y el acceso a una justicia pronta y
oportuna 'sin dilaciones', de donde se infiere la conexitud entre el principio de celeridad y el
debido proceso.
Concluyéndose que, de acuerdo a la naturaleza jurídica de esta acción tutelar, podrá
reclamarse a través de ella la protección al debido proceso, cuando el juzgador haya omitido
dar cumplimiento a los plazos procesales establecidos en el ordenamiento jurídico y en su
defecto, realizar las actuaciones procesales en un plazo razonable, y dicha omisión o
dilación, ocasione lesión directa e inmediata al derecho a la libertad”.
PRECEDENTE SCP 0314/2013 de 18 de marzo
[281]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conforme se vio, busca la celeridad de los trámites judiciales o administrativos ante
dilaciones indebidas, cuando la persona se encuentra privada de su libertad.
La Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal, al no señalar y llevar a cabo las audiencias de
cesación a la detención preventiva solicitadas por el accionante, dentro de los plazos
señalados por el Código de Procedimiento Penal y la jurisprudencia constitucional, lesionó el
derecho a la libertad del accionante, siendo que corresponde a la autoridad en audiencia
escuchar los fundamentos del imputado, para decidir si mantiene la detención preventiva o
bien otorgar medidas sustitutivas…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “…Por medio de la acción de libertad traslativa o de pronto despacho, se busca
acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen dilaciones indebidas, para
resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad; asimismo,
una demora injustificada e irrazonable en la tramitación del proceso penal constituye
desconocimiento de la garantía del debido proceso, con la consecuencia inmediata de la
restricción de la libertad física en una especie de condena anticipada.
La misma Sentencia Constitucional, siguiendo ese entendimiento señaló que: '…toda
autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la
libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos
dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida
del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la
solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se
aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la
demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es
negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se
la resuelva con la celeridad que exige la solicitud'.
(…) Asimismo la jurisprudencia constitucional, ha desarrollado ampliamente sobre la
aplicación del principio de celeridad, señalando al respecto que: '…para resolver y compulsar
cualquier solicitud que se encuentre vinculada con el derecho a la libertad, el juez encargado
del control jurisdiccional o el juez o tribunal del juicio, deberá fijar la audiencia con la prontitud
que el caso aconseja, o en su caso, dadas las circunstancias que puedan presentarse,
dentro de un plazo razonable. En ese contexto, tanto autoridades judiciales, fiscales u otras
autoridades administrativas, deben atender las solicitudes y trámites en los que esté de por
medio el derecho a la libertad, con la mayor celeridad posible, con la finalidad de que la
situación jurídica de las personas, dado el derecho primario que se encuentra amenazado o
restringido, pueda ser definida sin dilaciones indebidas' (SC 0570/2006-R de 19 de junio)…”.
PRECEDENTE SC 0224/2004-R de 16 de febrero
[282]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la celeridad; a pesar de ello, en el presente caso no se dio la atención correspondiente a la
solicitud de la accionante, sino más bien al contrario, se la mantuvo en incertidumbre por
once días sobre si su petición sería atendida o no, ignorándose que el principal fundamento
de dicha solicitud, radicaba en que la detenida se encontraba en estado de gestación y por
tanto, su situación se configuraba como de atención prioritaria, por lo que sus solicitudes
merecían ser resueltas con primacía y no incurrir en una dilación indebida e injustificada…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “…la SC 0570/2006-R de 19 de junio, señala que: “…para resolver y compulsar
cualquier solicitud que se encuentre vinculada con el derecho a la libertad, el juez encargado
del control jurisdiccional o el juez o tribunal del juicio, deberá fijar la audiencia con la prontitud
que el caso aconseja, o en su caso, dadas las circunstancias que puedan presentarse,
dentro de un plazo razonable. En ese contexto, tanto autoridades judiciales, fiscales u otras
autoridades administrativas, deben atender las solicitudes y trámites en los que esté de por
medio el derecho a la libertad, con la mayor celeridad posible, con la finalidad de que la
situación jurídica de las personas, dado el derecho primario que se encuentra amenazado o
restringido, pueda ser definida sin dilaciones indebidas”.
PRECEDENTE SC 0224/2004-R de 16 de febrero
[283]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
distinta naturaleza; y por ende, no podría ser analizado en alzada por las
limitaciones legales y doctrinales señaladas anteriormente, ello siempre y cuando no
se descienda al análisis de la pruebas sometidas al contradictorio por las partes
durante el juicio oral.
Descriptor: Principio de Congruencia
Restrictor: En aquellos casos en los cuáles, el Tribunal de alzada advierte que la
conducta de o de los imputados se subsume en un tipo penal de distinta naturaleza,
al de las acusaciones pública y/o particular; ante la existencia de sólidas razones
que conllevan a arribar a la conclusión que se cometió dicho ilícito, corresponderá
disponer el reenvío del proceso.
[284]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Principio de Congruencia
Restrictor: provisionalidad de la calificación jurídica e inmutabilidad de la base
fáctica
[285]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: aplicación en el sistema procesal penal vigente
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA/Modalidades
AUTO SUPREMO Nº 272/2015-RRC
Sucre, 27 de abril de 2015
Delitos: Asesinato, Violación Agravada y Encubrimiento
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: El principio de congruencia se configura en dos
modalidades: a) La primera conocida como congruencia interna, que obliga a
expresar de forma coherente todos los argumentos considerativos entre sí y de éstos
con la parte resolutiva, y; b) La segunda conocida como congruencia externa,
relativa a la exigencia de correspondencia o armonía entre la pretensión u objeto del
proceso y la decisión judicial. Este tipo de congruencia queda afectado en los
siguientes supuestos: 1) La incongruencia omisiva o ex silentio, que se presenta
cuando el órgano jurisdiccional omite contestar alguna de las pretensiones
sometidas a su consideración por las partes; 2) La incongruencia por exceso o extra
petita (petitum), se produce cuando el pronunciamiento judicial excede las
peticiones realizadas por el recurrente incluyendo temas no demandados o
denunciados, impidiendo a las partes la posibilidad de efectuar las alegaciones
pertinentes en defensa de sus intereses relacionados con lo decidido; 3) La
incongruencia por error, que se da cuando en una sola resolución se incurre en las
dos anteriores clases de incongruencia, entendiéndose por tanto, que el órgano
judicial, por cualquier tipo de error sufrido, no resuelve sobre los motivos del
recurso, sino que equivocadamente lo hace sobre aspectos totalmente ajenos a los
planteados dejando sin respuesta las pretensiones del recurrente.
Descriptor: Principio de Congruencia
Restrictor: Modalidades
[286]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
acusado por el Ministerio Público; tercero, en la acusación fiscal no se hizo
referencia alguna a la falsificación de documentos, pues únicamente se mencionó
que la imputada realizó retiro de montos diferentes cuentas y en distintas
oportunidades; no obstante el Tribunal de Sentencia y por su cuenta, ingresó a
analizar la autoría o no de la falsificación de firmas en los comprobantes. Estos
aspectos demuestran efectivamente la sentencia vulneró el principio de congruencia.
Doctrina Legal Aplicable/Comprende todos los fundamentos jurídicos contenidos en
el fallo (..) y que el mandato legal establecido en los arts. 419 y 420 del CPP, no
podía ser interpretado en el sentido que necesariamente la doctrina legal aplicable
debía estar consignada en un acápite final, dejando de lado los antecedentes, los
hechos y los fundamentos de los cuales fluía la doctrina legal aplicable; por estas
razones este Tribunal, asumió el entendimiento que la doctrina legal aplicable, debe
estar inmersa y comprende todos los fundamentos jurídicos contenidos en el fallo y
que son su sustento.
Descriptor: Principio de congruencia
Restrictor: no se investigan ni sancionan tipos penales; sino, hechos que se
consideran delictivos
[287]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA
S.C.P. 0255/2014 Sucre, 12 de febrero de 2014
RATIO DECIDENDI:
F.J.III.5. “En el presente caso, el accionante alega la vulneración del debido proceso en su
elemento a la debida fundamentación, así como lesión a los principios de congruencia y
legalidad, siendo que, en apelación, mediante el Auto de Vista 24/2013 de 31 de mayo,
fueron revocadas las resoluciones por las cuales atendiendo a las excepciones opuestas de
su parte, se declaró la extinción de la acción penal instaurada en su contra y el archivo de
obrados, sin considerar que, los recursos de apelación debieron ser resueltos de manera
fundamentada e individualizada respecto a cada una de las excepciones y el sujeto procesal
que las formuló, de donde se infiere que, esencialmente, el accionante, denuncia la carencia
de fundamentación y congruencia de la resolución proferida por el Tribunal de apelación,
defectos que, según los argumentos alegados, infringen el principio de legalidad.
(...)En este mismo sentido, los demandados, atendiendo el principio de congruencia, han
establecido una estricta correspondencia entre lo peticionado, lo considerado y lo resuelto,
limitándose a verificar si las denuncias efectuadas por los apelantes respecto a los supuestos
errores en el cómputo de plazos para determinar la extinción de la acción por prescripción y
duración máxima del proceso eran ciertas, así como a revisar si en el caso analizado existía
cosa juzgada o no; razonamiento que ha sido efectuado con la correspondiente cita de las
disposiciones legales que sirvieron de base para asumir la consecuente decisión; en tal
sentido, el principio de congruencia cuya esencia descansa en el principio de igualdad
procesal garantizando que las partes enfrentadas se encuentren ante el juzgador con las
mismas prerrogativas, sin privilegios ni desventajas, no ha sido vulnerado por Jorge Oscar
Balderrama Berrios y Julio Alberto Miranda Martínez, Vocales de la Sala Penal Primera y
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Potosí, ahora demandados."
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2.1. “Respecto a ambos principios, la SC 1335/2010-R de 20 de septiembre, puntualizó
que: '…el único caso en que un juez o tribunal superior en grado podría apartarse del
cumplimiento del principio de congruencia respecto a su pronunciamiento, encuentra
respaldo en el contenido del art. 15 de la Ley de Organización Judicial abrogada (LOJabrg),
al disponer que los tribunales y jueces de alzada, en relación con los de primera instancia y
los de casación respecto de aquéllos, estaban obligados a revisar los procesos de oficio para
determinar si los jueces y funcionarios observaron los plazos y leyes que norman la
tramitación y conclusión de los procesos y proceder a corregir el procedimiento, aplicando,
en su caso, las sanciones pertinentes; además de observar que toda nulidad tiene que estar
expresamente prevista por ley, conforme al principio sentado por el art. 251.I del CPC;
acorde a ello, en caso de advertirse la vulneración de derechos fundamentales o garantías
constitucionales, quedaba plenamente justificada la falta de pronunciamiento sobre lo
resuelto por el inferior en grado y lo impugnado por el apelante en su recurso, en el supuesto
que la situación advertida no hubiese sido cuestionada'."
Precedente: 0358/2010-R, 22 de junio
[288]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA Y SU CONNOTACIÓN EN LA PARTE DISPOSITIVA
DE LA SENTENCIA
AUTO SUPREMO Nº 133/2017-RRC
Sucre, 21 de febrero de 2017
Sentada como está la facultad del juzgador de establecer el derecho sobre los hechos
puestos a su conocimiento (principio iura novit curia), corresponde también analizar de qué
manera se plasma en la parte dispositiva de la Sentencia, tomando en cuenta que en muchos
casos, no sólo se atribuye provisionalmente en las acusaciones un tipo penal; sino, diversos
delitos al mismo tiempo. Partiendo el análisis de la orientación del Código de Procedimiento
Penal vigente, que reconoce en sus normas el principio de congruencia en los términos
previstos en su art. 362 del CPP, debe asumirse que durante el proceso penal lo que se
somete a juzgamiento son hechos y no tipos penales; en consecuencia, resulta innecesario
pronunciarse en la parte dispositiva de la Sentencia sobre todos los tipos penales
provisionalmente atribuidos en las acusaciones, pues los argumentos, características y
connotaciones del hecho debatido y tenido como probado, están inmersas en la parte
considerativa (fundamentación fáctica y jurídica) del fallo, donde se hace conocer las razones
del por qué se descarta uno u otros tipos penales endilgados y el por qué se establece que
ese hecho se encuadra en uno o más de los delitos atribuidos o en otro u otros que no
estaban contemplados en las acusaciones.
[289]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[290]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
también del principio de conservación, de modo que la nulidad siempre será la
excepción y la regla la eficacia del acto procesal; o sea, ante una duda razonable,
debe optarse por la interpretación propensa a conservar el acto procesal y así evitar
la nulidad; es por ello que el proceso penal acusatorio, antes que formalista o
solemne debe ser finalista, siendo obligación de los administradores de justicia,
constitucionalizar sus resoluciones, aplicando los principios constitucionales sobre
las reglas positivas secundarias. De lo expuesto, se concluye que la supuesta
carencia del Poder de la representante del Consejo de la Judicatura no resulta
evidente conforme concluyó el Tribunal de alzada, siendo este motivo infundado.
Descriptor: Principio de conservación
Restrictor: La nulidad siempre será la excepción y la regla la eficacia del acto
procesal; ante una duda razonable, debe optarse por la interpretación propensa a
conservar el acto procesal y así evitar la nulidad
[291]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que la prolongación del juicio oral resulta indebida, arbitraria o injustificada, y de
qué manera relevante incidió en la decisión asumida el juzgador
AUTO SUPREMO Nº 684/2015-RRC-L
Sucre, 21 de septiembre de 2015
Delitos: Falsificación y Aplicación Indebida de Marcas y Contraseñas, y Fraude
Comercial
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Dentro de los parámetros antes referidos, si bien
resulta evidente que se incumplió con una forma procesal, conforme se tiene
descrito en el precedente invocado por la recurrente, esta resulta insubstancial
porque también fue incumplida por la parte que ahora pretende impugnarla, puesto
que varias de las suspensiones se debió a la inasistencia de la abogada de la
representante legal de Industrias GLOBO S.A; asimismo, constituía su obligación
fundamentar las razones por las cuales consideró que la prolongación del juicio oral
resultaba indebida, arbitraria o injustificada, y de qué manera relevante incidió en la
decisión asumida el juzgador. Por estas razones, el motivo deviene en infundado.
Descriptor: Principio de Continuidad
Restrictor: No hay nulidad por insubstancial si pese a existir este defecto procesal
también fue provocado por la parte que ahora pretende impugnarla / Recurrente
debe fundamentar las razones por las cuales considera que la prolongación del
juicio oral resulta indebida, arbitraria o injustificada, y de qué manera relevante
incidió en la decisión asumida el juzgador.
[292]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuales considera que esas suspensiones no fueron justificadas o no obedecieron a
circunstancias de fuerza mayor; tampoco existe explicación respecto a si la dilación
e inobservancia del principio de continuidad provocó la dispersión de la prueba o si
se generó una indefensión material; pues si bien es evidente que la observancia del
principio de continuidad es una obligación inexcusable; no es menos cierto, que es
posible considerar aquellas circunstancias que imposibilitan materialmente la
prosecución normal del juicio oral; para este motivo resulta primordial realizar una
ponderación de las causas que motivaron la suspensión y prórrogas de la audiencia
de juicio oral a efectos de determinar si resulta justificable disponer la nulidad del
proceso, en la medida que la falta de continuidad del juicio puede obedecer a causas
legítimas y razonables, por lo que este motivo deviene en infundado.
Descriptor: Principio de continuidad
Restrictor: es posible considerar aquellas circunstancias que imposibilitan
materialmente la prosecución normal del juicio oral.
[293]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[294]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 202/2015-RRC-L
Sucre, 10 de abril de 2015
Delitos: Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: En el caso concreto el tribunal de alzada de manera
precisa estableció que las causas de suspensión de audiencias de juicio oral
estuvieron debidamente justificadas; es decir, una por el feriado de Todos santos y
otra por la Visita de Cárceles, aspectos que impidieron la prosecución de audiencias
dentro del plazo previsto por la normativa procesal penal; pero, además también
acredito que en cuanto a estos motivos no existió oposición alguna por parte de la
ahora recurrente, existiendo un consentimiento sobre los mismos y pretender la
nulidad sobre hechos no alegados o denunciados oportunamente resulta inatendible
deviniendo en consecuencia en infundado el motivo denunciado.
Índice por Materia: Principio de continuidad no hay violación si las suspensiones
se encuentran justificadas y el recurrente no reclamo oportunamente
Descriptor: Principio de continuidad
Restrictor: no hay violación si las suspensiones se encuentran justificadas y el
recurrente no reclamo oportunamente
[295]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
215/2015-RRC-L de 11 de mayo, en el entendido de que no correspondía declararse
la nulidad de la Sentencia debido a que no se afectó la validez del proceso, además,
que ni la representante de la acusación particular, ni el fiscal objetaron estas
suspensiones, velando así por la aplicación de los principios de especificidad,
trascendencia y convalidación que rigen el sistema de nulidades procesales, en
especial si la nulidad no ha sido objetada u observada oportunamente, la cual es
convalidada por el consentimiento• de la parte que se considera afectada por ella. De
igual manera, conforme señaló el Ad quem, estas suspensiones no sólo fueron
atribuibles a la defensa, sino también al representante del Ministerio Público y a la
parte acusadora. (…) (…); de igual manera, se convalidó este defecto procesal,
cuando advertida del mismo, no la objetó acudiendo a la protesta de su
saneamiento, haciendo uso de los mecanismos pertinente previstos por ley en caso
de que su reclamo hubiera sido rechazado, agotando las instancias necesarias;
Descriptor: Principio de Continuidad
Restrictor: No hay nulidad por convalidación si el representante del Ministerio
Público o la representación de la víctima querellante no observaron u objetaron las
suspensiones de audiencias oportunamente
[296]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contrario, adoptó las medidas necesarias y pertinentes ante la inasistencia de
alguna de las partes intervinientes en el proceso.
Descriptor: Principio de Continuidad
Restrictor: No hay nulidad si las suspensiones motivadas por ausencia del
representante del Ministerio Público han sido justificadas
[297]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRINCIPIO DE CONTINUIDAD / Doctrina legal del Auto Supremo 37 de 27 de
enero de 2007 ha sido superada por lo que la sola inobservancia de los plazos
procesales no amerita la nulidad del juicio
AUTO SUPREMO Nº 836/2015-RRC-L
Sucre, 16 de diciembre de 2015
Delitos: Abigeato, Daño Calificado y Robo Agravado
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: (…) sin embargo, conforme a los fundamentos jurídicos
explicados en el acápite III.1 de esta Resolución, este hecho, por sí mismo, no puede
considerarse como un quebrantamiento a los principios de continuidad e
inmediación por inobservancia de los arts. 335 y 336 del CPP; puesto que, resulta
imperioso analizar las causas que provocaron la interrupción del juicio oral a objeto
de establecer si fueron justificadas o no, de donde se observa conforme lo extractado
en el apartado II.3 de este Auto Supremo, que el Tribunal de alzada se limitó a
efectuar una relación de fechas respecto a las suspensiones de las audiencias de
juicio oral y de las reanudaciones del acto, sin especificar si los motivos por los que,
se habrían suspendido dichas audiencias fueron justificables o no, o en su caso, si
habrían sido en respuesta a solicitud de alguna de las partes o a factores de fuerza
mayor, que impidieron su prosecución; toda vez, que no basta una simple
transcripción de los motivos que constan en actas de audiencia de juicio oral, sino
que es responsabilidad del Tribunal de alzada verificar si la decisión del Tribunal de
Sentencia se encontraría debidamente sustentada; por otro lado, el Tribunal de
alzada, tampoco verificó si los imputados o querellantes, efectuaron el reclamo
pertinente ante el Tribunal de juicio y en caso de estar en desacuerdo con la
decisión judicial quien hubiera reclamado, tendría que haber acudido al Tribunal
superior para su revisión. Además, se constata que el Auto de Vista recurrido,
sustentó su decisión de anular la Sentencia, ordenando el reenvío del juicio ante
otro Tribunal, basándose en la doctrina legal del Auto Supremo 37 de 27 de enero
de 2007, la cual conforme se explicó en el apartado jurídico III.1 de esta Resolución
fue modulada; por cuanto, la sola inobservancia de los plazos procesales no amerita
la nulidad del juicio; pues, si bien el Tribunal de alzada detalla a partir de un
cuadro, las suspensiones de las audiencias, no explica de manera razonable, si era
necesario o justificable anular totalmente la Sentencia, por lo que en el contexto
referido, no es posible dejar subsistente el Auto de Vista impugnado, que tuvo como
base una Resolución, cuyo razonamiento a la fecha se encuentra modulado y resulta
contradictorio a la línea jurisprudencia! vigente, dado que la labor del Tribunal de
casación es la de uniformar jurisprudencia, por lo que corresponde al Tribunal de
alzada emitir nuevo Auto de Vista resolviendo los recursos de apelación restringida
que fueron interpuestos, deviniendo en consecuencia, el recurso en análisis en
fundado.
Descriptor: Principio de Continuidad
Restrictor: Doctrina legal del Auto Supremo 37 de 27 de enero de 2007 ha sido
superada por lo que la sola inobservancia de los plazos procesales no amerita la
nulidad del juicio
[298]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[299]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Este principio se encuentra consagrado en el art. 334 del CPP, en cuyo texto dispone que
iniciado el juicio, se realizará sin interrupción todos los días hábiles hasta que se dicte
sentencia y sólo podrá suspenderse en los casos previstos en el propio Código de
Procedimiento Penal, agregando en el segundo párrafo que, la audiencia se realizará sin
interrupción todas las horas hábiles del día. El juez o el presidente del tribunal, ordenará los
recesos diarios, fijando la hora en que ésta se reinicie.
Las notas esenciales y características del juicio oral, son la oralidad, inmediación,
concentración, continuidad, publicidad y el contradictorio, las mismas que en su conjunto,
derivan en una audiencia de juicio en un acto único que debe ser iniciado, verificado y
concluido de manera ininterrumpida, con la presencia de las partes, hasta que exista una
decisión o resolución firme del Juez o Tribunal, mediante actuaciones continuas y
concentradas; vale decir, que todos los actos necesarios para desarrollar el juicio se deben
realizar en una misma audiencia (concentración) y que el debate no debe ser interrumpido
(continuidad), pues con la materialización del principio de concentración se pretende la
realización en el menor tiempo posible, por ello se establece que iniciado el debate, éste debe
concluir el mismo día, pero si ello no fuere posible, continuar durante el menor número de
días consecutivos.
A ello se debe agregar lo establecido por el art. 335 del CPP, que en su mandato prevé las
excepciones a la continuidad de la audiencia de juicio, que se funda en la imposibilidad
material de salvar el obstáculo existente, cuando: 1) No comparezcan testigos, peritos o
intérpretes cuya intervención sea indispensable o cuando sobreviniera la necesidad de
producir prueba extraordinaria; 2) Algún juez y otro sujeto procesal tengan un impedimento
físico, debidamente comprobado que les impida continuar su actuación en el juicio, salvo que
se trate del fiscal o el defensor y que ellos puedan ser sustituidos inmediatamente; y, 3) El
Fiscal o el querellante por el descubrimiento de hechos nuevos requieran ampliar la acusación
o el imputado o su defensor lo solicite después de ampliada, siempre que por las
características del caso, no se pueda continuar inmediatamente.
El art. 336 del mismo cuerpo legal, dispone que el juez o tribunal dispondrá la suspensión de
la audiencia por un plazo no mayor de diez días calendario, señalando día y hora de la nueva
audiencia, con valor de citación para todos los comparecientes.
Dentro de ese marco normativo, es posible establecer que la condición de continuidad
instituida en el art. 334 del CPP, constituye una consecuencia de los principios de inmediación
y de oralidad, pues como señala CLAUS ROXIN en su libro “Derecho Penal. Parte General”,
cuando el juicio oral se realizó hace mucho tiempo o es interrumpido con demasiada
frecuencia, los jueces corren el peligro de extraer su conocimiento ya no de la memoria; sino,
de las actas de actuaciones anteriores. Es por ello, que en el caso de detectarse presuntas
vulneraciones al principio de continuidad durante la sustanciación de la etapa de juicio, como
deduce la Resolución impugnada en el presente caso, en principio debe verificarse y
examinarse la clase y la medida de esas demoras a efecto de valorar si la demora afecta al
principio de inmediación; y si en consecuencia, corresponde asumir una medida tan radical
como es la anulación de la sentencia, ya que debe tenerse presente que los errores o
inobservancias del procedimiento, serán calificados como lesivos de la garantía del debido
proceso; y consiguientemente, anulables; empero, ello será posible sólo en aquellos casos en
los que tengan relevancia constitucional; es decir, cuando los defectos procedimentales
provoquen indefensión material a la parte procesal que los denuncia y además sea
determinante para la decisión judicial adoptada en el proceso, de manera tal que de no
haberse producido dicho defecto, el resultado sería otro; pues no tendría sentido jurídico
[300]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
alguno, anular los actos procesales y disponer que se subsanen los defectos en los que habría
incurrido, cuando al final de ellos se arribaría a los mismos resultados a los que ya se alcanzó
mediante el acto, pues en este último caso, se produciría un resultado adverso al sentido y
esencia de la garantía del debido proceso, ya que simplemente demoraría la sustanciación del
proceso judicial para llegar al mismo resultado, lesionando el derecho a una tutela judicial
pronta y efectiva. Es así que, surge la obligación de demostrar objetivamente la vulneración
de derechos fundamentales para disponerse la nulidad de actos procesales.
A mayor abundamiento, en lo que hace a los recesos de la audiencia del juicio oral como
causa de interrupción de la misma, los tribunales deberán considerar en atención al principio
de continuidad, la reanudación inmediata del juicio en las horas hábiles posteriores a la
determinación del receso y ante la imposibilidad fáctica de hacerlo en espacios cortos de
tiempo justificar en derecho dicho impedimento; consecuencia de ello, la reanudación de
audiencias que no son inmediatas en tiempo en relación a la última actuación no implica
necesariamente la infracción del principio de continuidad, si es que existiera un motivo
legítimo que impida la reanudación inmediata de la audiencia del juicio oral y se encuentra
debidamente justificada en causas de fuerza mayor.
[301]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
le correspondía realizar, limitándose a pedir sanciones para los inasistentes a la
audiencia de juicio, ante su pasividad y descuido, estos actos se convalidaron; son
por estas razones que, el Ad quem señaló, que previamente debe determinarse las
causales de suspensión; y, hacer constar la observación, reclamo o constancia de
dicho aspecto, incluso recurrir a la reserva de apelación, es decir, señalar de manera
oportuna en el juicio que no se está cumpliendo con algún principio y evitar que se
continúe con su tramitación, lo contrario implica la convalidación del acto; por
cuanto, este hecho no puede ser utilizado como fundamento para tratar de invalidar
una Sentencia, cuando en su momento oportuno no se hizo su reclamo.
Descriptor: Principio de continuidad e Inmediación
Restrictor: Parte recurrente debe hacer constar en el juicio que se estarían
vulnerando los principios de continuidad y de inmediación, objetando se continúe
con la tramitación del juicio exponiendo las razones por las cuales considera que la
infracción de ambos principios incidiría en el fallo, sea por dispersión de la prueba
o, ante la inasistencia de algún miembro del Tribunal se rompería el conocimiento
directo de los elementos probatorios que le generan determinada convicción, lo
contrario implica la convalidación del acto
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
trámite la misma que de acuerdo al segundo párrafo del art. 338 del CPP, debió ser
resuelto por el Tribunal en pleno; y en caso de negativa de dicho Tribunal, recién
correspondía realizar la protesta de apelación restringida. Consiguientemente, si el
Tribunal de alzada no se pronunció al respecto, eso no conlleva o incidirá en el
resultado, pues en el hipotético caso de que este Tribunal anule el Auto de Vista
para que la Sala Penal se pronuncie sobre dicho aspecto, pues llegaríamos al mismo
resultado, justamente porque la recurrente no activo un medio expedito y previsto
en el ordenamiento jurídico como es el recurso de reposición y por ende, el nuevo
Auto de Vista tendría el mismo razonamiento que ahora se realiza en este sentido
como se dijo, correspondía que ante la referida negativa se utilice el alcance del art.
401 del CPP y con la respuesta de la misma, realizar la protesta de apelación
restringida conforme a procedimiento para que así recién el Tribunal de alzada
pueda ingresar a dilucidar la presente denuncia. En este sentido, si bien la victima
efectivamente podía ser testigo, no es menos cierto que el anular obrados por este
hecho no resulta trascendente constitucionalmente y relevante jurídicamente, para
llegar a otro resultado, justamente porque no provoca un daño material que haya
dejado en indefensión absoluta a la querellante y que la presunta vulneración haya
sido acreditada en este sentido; pues su declaración no cambiara el alcance de la
determinación jurisdiccional, más aun si en el marco de la objetividad, se han
valorado en su conjunto las pruebas testificales y documentales de cargo, y por ende
la declaración de la víctima en calidad de testigo, no podría cambiar radicalmente el
sentido de la Sentencia; por eso mismo, no se evidencia una situación que justifique
anular un acto y por eso mismo, que afecte derechos y garantías constitucionales.
Descriptor: Principio de Convalidación
Restrictor: No utilización del remedio procesal idóneo / Ante una determinación del
Presidente del Tribunal corresponde el recurso de reposición (art. 401 CPP) y con el
resultado recién la protesta de apelación restringida
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
leída la Sentencia, hecho que fue aceptado por el abogado de la acusación
particular, quien haciendo uso de la palabra expresó su acuerdo para que se dé por
leída la Sentencia; por cuanto, si se instaló la audiencia de lectura y dio su
conformidad, convalidando el acto que ahora impugna como defectuoso. En segundo
lugar, conforme a la nueva línea jurisprudencial, este supuesto defecto ya no
implica la pérdida de competencia del juez o tribunal, simplemente amerita una
sanción administrativa o penal, fundamento, que guarda relación con el régimen de
nulidades en materia penal, que se encuentra impregnado de algunos principios
doctrinales como son el principio de convalidación y el principio de trascendencia,
contenidos implícitamente en el art. 167 del CPP, al establecer que: "No podrán ser
valorados para fundar una decisión judicial ni utilizados como presupuestos de ella,
los actos cumplidos con inobservancia de las formas y condiciones previstas en la
Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados internacionales vigentes y
en este Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o convalidado. En los
casos y formas previstos por este Código, las partes sólo podrán impugnar, con
fundamento en el defecto, las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento
que les causen agravio". (Las negrillas son nuestras). Bajo tal parámetro, el
recurrente inicialmente convalidó el acto tildado de defectuoso; y por otro lado, no
demostró de modo alguno, cuál el agravio que se generó con el mismo, de manera
tal, que comprometiese algún derecho o garantía constitucional, pues, correspondía
al afectado, demostrar objetivamente que el acto o defecto alegado como nulo, no
pueda ser subsanado o convalidado y en su caso, haya ocasionado un perjuicio o
agravio, claro está, que no sea fruto de la conducta o actuación pasiva o negligente
del interesado o de quien invoca el defecto; además, en concordancia con estos
principios se tiene al principio de conservación, de modo que la nulidad siempre
será la excepción y la regla la eficacia del acto procesal; o sea, ante una duda
razonable, debe optarse por la interpretación propensa a conservar el acto procesal y
así evitar la nulidad. Es por ello, que el proceso penal acusatorio, antes que
formalista o solemne debe ser finalista, siendo obligación de los administradores de
justicia, constitucionalizar sus resoluciones, aplicando los principios
constitucionales sobre las reglas positivas secundarias. Consiguientemente, la
jurisprudencia sentada por el precedente, ya no puede ser aplicada conforme la
modulación realizada por el Auto Supremo 110/2005 antes descrito; y, en el marco
de un control de legalidad amplio y objetivo, éste Tribunal no puede desconocer su
alcance y sus efectos al momento de aplicar la misma a cada caso concreto, más
aun considerando, que el Auto de Vista fue pronunciado cuando la doctrina del
precedente invocado como contradictorio ya había sido superada; en consecuencia,
en la óptica de la seguridad jurídica, corresponde aplicar las líneas
jurisprudenciales vigentes que consoliden entendimientos acordes a los principios y
valores que irradia la Constitución. Todo cuanto se expuso precedentemente,
demuestra que, la jurisprudencia sentada por el precedente invocado ha sido
superada y modulada bajo la visión de lograr una administración pronta y oportuna
sin dilaciones; en ese marco, este máximo Tribunal de Justicia, realizando su labor
de contrastación y su función unificadora de jurisprudencia conforme el art. 419
relacionado con los arts. 417 primer párrafo y 420 del CPP, concluye que el Tribunal
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de alzada no contradijo la doctrina legal vigente y aplicable, debido a que
habiéndose instalado la audiencia de lectura de la Sentencia, en el plazo previsto
por ley, la misma fue leída en parte con total anuencia del abogado del querellante,
actual recurrente, razón por la cual el motivo traído en casación deviene en
infundado.
Descriptor: Principio de convalidación y trascendencia
Restrictor: No hay nulidad si el recurrente inicialmente convalidó el acto tildado de
defectuoso; y por otro lado, no demostró de modo alguno, cuál el agravio que se
generó con el mismo, de manera tal, que comprometiese algún derecho o garantía
constitucional.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Principio de Exhaustividad
Restrictor:
Tribunal ad quem no puede limitar su pronunciamiento a apreciaciones
genéricas y ambiguas, omitiendo la exposición de los razonamientos
efectuados para la conclusión asumida
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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defecto absoluto que alude y lo cual imposibilitó también al Tribunal de alzada a
pronunciarse sobre otros aspectos que recién se explica en el recurso de casación.
Descriptor: Principio de inmediación
Restrictor: No hay defecto si se demuestra que el Juez miembro del Tribunal tuvo
conocimiento pleno del conjunto probatorio
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
supuestamente contraria de razonamiento intelectual realizado por la juzgadora, sin
existir algún nexo entre ambos elementos, deviniendo consecuentemente este pedido
como inatendible por el absurdo y contradictorio pedido. En relación a que no se
respetó este principio durante el proceso penal, limitando sus derechos y que la
libertad solo puede restringirse con motivación y por el hecho probado, y que ello no
habría sucedido; este reclamo resulta muy genérico sin identificar cuales las
actuaciones en las que se vulnero dicho principio por parte del juzgador; más al
contrario se evidencia que tanto la jueza como el Tribunal de alzada conforme
establece la Constitución y el Pacto de San José de Costa Rica trato al imputado
junto a los otros coprocesados bajo estricto respeto del principio de inocencia,
otorgando todas las posibilidades para asumir su defensa y atender sus reclamos;
tal es así que el acusado en todo momento contó con un abogado que le asista en la
fase de las investigaciones preliminares, el plenario, la apelación restringida y ahora
en casación.
Descriptor: Principio de inocencia
Restrictor: Recurrente debe identificar cuales las actuaciones en las que se vulnero
dicho principio por parte del juzgador / No puede alegarse violación a este principio
por la actuación supuestamente contraria de razonamiento intelectual realizado por
la juzgadora
[309]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese sentido, se sostiene que el principio de inocencia puede ser entendido como un
concepto fundamental en torno al cual se construye todo un modelo de proceso penal con
base al reconocimiento de garantías para el imputado frente a la actuación punitiva estatal,
como un postulado referido al trato del imputado durante la tramitación del proceso penal; y,
como regla referida al juicio del hecho, en el entendido de que tiene incidencia en el ámbito
probatorio; habida cuenta, que la prueba completa de culpabilidad debe ser suministrada por
la acusación, imponiendo la absolución del imputado si aquella no queda suficientemente
demostrada. Por otra parte, corresponde señalar que las consecuencias jurídicas del principio
de inocencia, son: el in dubio pro reo, la carga de la prueba, la confidencialidad de la
información y el carácter excepcional de la medidas cautelares.
El principio in dubio pro reo que es un componente sustancial y tiene su fuente de origen en
el principio de presunción de la inocencia, significa que aquellas situaciones excluyentes de
certeza benefician al imputado; es decir, se constituye en una regla específica que obliga a
absolver en caso de dudas razonables insuperables, teniendo en cuenta que la condena sólo
puede basarse en la certeza de culpabilidad del imputado. Ahora bien, la duda al inicio de la
investigación tiene poca importancia; empero, va aumentado a medida que avanza el proceso
en beneficio del imputado, aún más cuando se dicta la sentencia; pues es en esta fase del
proceso, que inmediatamente sustanciada la audiencia de juicio oral, el juez o tribunal
vislumbra en su total extensión este principio; toda vez, que el sistema jurídico vigente exige
que el pronunciamiento de sentencia condenatoria, sea resultado de la existencia de prueba
suficiente para generar la convicción sobre la responsabilidad penal del imputado, caso
contrario corresponderá la emisión de una sentencia absolutoria.
La carga de la prueba en el proceso penal corresponde a quienes acusan del ilícito, pues
aquel al que se le imputa la comisión del delito goza de la presunción de inocencia, sin
perjuicio de ejercer su derecho de presentar pruebas en su descargo. Esto significa, que el
imputado no necesita probar su inocencia, al gozar de un status jurídico reconocido
constitucionalmente, de tal forma que los que acusan deben desvirtuar completamente esa
presunción, a través de la actividad probatoria necesaria, encaminada a generar certeza en el
Tribunal de Juicio, sobre la comisión del hecho punible y la responsabilidad penal del
imputado. Al respecto, el art. 6 parágrafo tercero del CPP, señala: "La carga de la prueba
corresponde a los acusadores y se prohíbe toda presunción de culpabilidad".
La confidencialidad de la información, deviene como lógica consecuencia del principio de
inocencia del acusado y de su tratamiento como tal, debiendo las autoridades encargadas de
la investigación, cuidar que la información que se proporcione no vulnere los derechos de las
partes, en particular la dignidad y presunción de inocencia, estando incluso los investigadores
prohibidos de proporcionar información a terceros ajenos a la investigación sobre las
investigaciones en curso, a fin de evitar consecuencias negativas en contra del perseguido
penalmente. En ese sentido, se tiene el art. 9 párrafos I y II de la Ley Orgánica del Ministerio
Público (LOMP).
Además, es menester señalar que el pronunciamiento del fallo, es una labor efectuada
únicamente por el juzgador y no por las partes; asimismo, por ser un principio de carácter
procesal, su aplicación se encuentra en el área de valoración de la prueba, que es
competencia exclusiva del juzgador, cuyo primer fundamento se encuentra en el principio de
inmediación que exige al tribunal o juzgador un contacto directo con los elementos
probatorios en los que vaya a basar su decisión; además, el segundo fundamento se
encuentra sostenido en el juicio de valor exclusivo y subjetivo de la certeza en el juez para
condenar al acusado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese marco, concurrirá una evidente vulneración al principio de inocencia cuando el Juez o
Tribunal, invierta la carga de la prueba en perjuicio del imputado, cuando se expresa en la
sentencia duda sobre la culpabilidad del imputado, pero se lo condena; y, cuando exista duda
sobre la norma aplicada, se resuelva la situación procesal del imputado con una norma que
no le sea más favorable.
[311]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.2. El art. 123 de la CPE, dispone que: “La ley sólo dispone para lo venidero y no tendrá
efecto retroactivo, excepto en materia laboral, cuando lo determine expresamente a favor de
las trabajadoras y de los trabajadores; en materia penal, cuando beneficie a la imputada o
imputado; en materia de corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos
cometidos por servidores públicos contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos
señalados por la Constitución”.
(...)Dicho entendimiento, conforme señaló la referida SCP 0770/2012, es aplicable tanto al
art. 123 de la CPE, como al primer párrafo de la Disposición Final Primera de la Ley 004;
consiguientemente, los delitos que debían ser aplicados en el marco del art. 123 de la CPE
(enriquecimiento ilícito y enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado),
deben sujetarse a la interpretación efectuada por el Tribunal Constitucional Plurinacional;
aclarándose que los demás delitos creados por la Ley 004, y las modificaciones introducidas
por dicha Ley a las penas de los tipos penales considerados de corrupción, por expresa
disposición del segundo párrafo de la Ley 004 y el entendimiento desarrollado por la SCP
0770/2012, se rigen por lo dispuesto en el art. 116 de la CPE.
Bajo ese razonamiento, la SCP 0893/2013 de 20 de junio, que analizó la supuesta aplicación
retroactiva de la Ley 004, constató que en el caso concreto no se advertía aplicación material
de dicha Ley en la imputación formal presentada contra el accionante por el delito de
incumplimiento de contrato, con el siguiente argumento: “…la conducta típica de
incumplimiento de contrato no es de reciente creación dentro de la estructura normativa
penal, puesto que, dicha figura penal existía al momento de producirse los hechos; entonces,
la modificación radica únicamente en el quantum de la pena y, al ser la imputación un acto
que precisamente no impone sanciones, no se advierte la aplicación material del art. 222 del
CP, por cuanto no existe la consumación de las medidas o sanciones insertas en la
modificación de la referida norma sustantiva penal”.
La Sentencia que se comenta aclaró: “…si bien la imputación formal conlleva a la imposición
de medidas cautelares, entre ellas, si corresponde y procede, la detención preventiva y, bajo
ese entendido, podría sostenerse que al aplicar dicha medida cautelar sobre la base del tipo
penal agravado podría vulnerarse el principio de irretroactividad de la ley penal desfavorable;
empero, en el caso analizado esto no es evidente, pues el quantum de la pena -aún
aplicándose la figura penal sin las modificaciones-, permite la imposición de medidas
cautelares, entre ellas la detención preventiva, conforme se tiene de la interpretación a
contrario sensu del art. 232 del CPP.
En mérito a lo anotado, se concluye que mientras no exista una real aplicación desfavorable
de la Ley 004, Marcelo Quiroga Santa Cruz que agrava la pena del delito de incumplimiento
de contrato, no existe lesión al principio de irretroactividad de la Ley penal desfavorable, por
cuanto el proceso penal se encuentra en una etapa con una calificación meramente
provisional, susceptible a mutaciones según sea el resultado de la investigación durante la
vigencia de la etapa preparatoria.
No obstante de las consideraciones antes señaladas y, en resguardo de los derechos y
garantías constitucionales del imputado, se debe dejar establecido que, de producirse en
cualquier momento la aplicación desfavorable de la Ley 004 que agrava la pena para el delito
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
previsto en el art. 222 del CP, el accionante está legitimado para acudir a la justicia
constitucional, demandado la vulneración de sus derechos”.
PRECEDENTE SC 0161/2003-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 08 de septiembre de 2017
Delitos: Falsedad Material y otros
Un aspecto a destacar inicialmente, es que el principio de la prohibición de la reformatio in
peius, se constituye en una expresión del debido proceso, consagrado este último como
derecho, garantía y principio, por los arts. 115.II, 117.I y 180.I de la Constitución Política del
Estado (CPE); en cuanto, a la finalidad de este principio, consiste en que no se debe impedir
el derecho del imputado de recurrir un fallo ante otra instancia judicial, por la preocupación
de que se empeore su situación legal a raíz del uso de un recurso o dicho de otro modo el
ejercicio del derecho a recurrir debe excluir la posibilidad de que el recurrente sufra, como
consecuencia de dicho ejercicio, un perjuicio en su situación.
Este principio, que significa prohibir al Tribunal que revisa la decisión, por la interposición de
un recurso, la modificación de la resolución en perjuicio del imputado, cuando ella sólo fue
recurrida por él o por otra persona autorizada por la ley en su favor, se halla regulado en el
art. 400 parágrafo primero del CPP, que establece: “ Cuando la resolución sólo haya sido
impugnada por el imputado o su defensor no podrá ser modificada en su perjuicio ”, de esta
disposición legal, se establece que el Tribunal de alzada no puede agravar la situación jurídica
del procesado cuando su competencia se abrió únicamente por la interposición del recurso
del encausado, disposición que garantiza al imputado la libertad y tranquilidad de recurrir y
ejercer su derecho impugnaticio, reconocido por el art. 180.II de la CPE.
En cambio, si algún otro sujeto procesal (víctima, querellante o Ministerio Público),
impugna la resolución incluso en forma simultánea con el imputado o su defensor, es posible
la modificación de la resolución en perjuicio del imputado; en cuyo caso, no podrá sostenerse
la existencia de vulneración al principio de la prohibición de la reformatio in peius.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRINCIPIO DE LEGALIDAD
AUTO SUPREMO Nº 497/2017-RRC
Sucre, 30 de junio de 2017
Este principio se encuentra previsto en el art. 116.II de la CPE, además que se encuentra
establecido claramente como principio en el art. 180.I. del mismo cuerpo de normas
constitucionales. Al respecto, la jurisprudencia emanada por este Tribunal, a través del AS Nº
345/2015-RRC de 3 de junio, señaló:
“…principio de legalidad, que se constituye en un principio fundamental del derecho público
conforme al cual todo ejercicio del poder público está sometido a la voluntad de la ley y no a
la voluntad de las personas; en esa lógica este principio impone límites al ejercicio del poder
tanto al momento de configurar los hechos punibles como al de establecer las penas o
medidas de seguridad, descartando la arbitrariedad y el exceso en el cumplimiento de la
tarea de la represión penal.
Este principio en materia penal, obliga a los juzgadores someterse a la voluntad de la ley y
en esa sumisión deben emitir resoluciones realizando una tarea objetiva de
subsunción que evidencie ecuánimemente, el encuadramiento perfecto sin lugar a dudas de
las conductas antijurídicas en el marco descriptivo de la ley penal. Se vulnera este principio,
cuando el juez al aplicar un tipo penal o imponer una sanción se aparte del precepto o
cuando la aplicación de un determinado precepto obedezca a interpretaciones
manifiestamente irrazonables e incompatibles con el ordenamiento legal, que obviamente
desconoce derechos y garantías constitucionales, entre estos el debido proceso y la
seguridad jurídica”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
los tipos penales acusados, que evidencien ecuánimemente el encuadramiento perfecto sin
lugar a dubitaciones de las conductas antijurídicas en el marco descriptivo de la ley penal.
Se vulnera este principio, cuando el Juez al aplicar un tipo penal o imponer una sanción, se
aparta del tenor del precepto o cuando la aplicación de un determinado precepto obedezca a
interpretaciones manifiestamente irrazonables e incompatibles con el ordenamiento legal,
cuyo resultado más evidente y lógico recae en el desconocimiento de derechos y garantías
constitucionales, entre estos el debido proceso y la seguridad jurídica.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
autoridad que ejerce jurisdicción en nombre del Estado, se hallan sometidos a la Constitución,
Leyes y Tratados Internacionales.
En virtud de este principio de legalidad, los Tribunales del alzada asumen competencia
funcional, únicamente sobre los aspectos cuestionados de la resolución, conforme lo
dispuesto por los arts. 398 del CPP y 17.II de la LOJ, disposiciones legales inspiradas en el
principio de limitación, en virtud del cual el Tribunal de alzada no puede desbordar la
propuesta formulada por el impugnante en su recurso de apelación restringida; es decir, que
el Tribunal de alzada, sólo debe pronunciarse sobre los motivos de impugnación en los que se
fundó el recurso de apelación restringida, sin tener la posibilidad de suplir, rectificar o
complementar las falencias en que incurra el recurrente a tiempo de impugnar una sentencia
y sin que pueda considerar motivos en los cuales no se fundó el recurso de apelación, aun
cuando se trate de defectos absolutos, pues en caso de existir éstos, necesariamente deben
ser motivo de apelación.
El incumplimiento a las normas adjetivas penales referidas precedentemente, por falta de
circunscripción del Tribunal de alzada a los motivos que fundaron el recurso de apelación
restringida, se traduce en una incongruencia que implica vulneración del principio tantum
devolutum quantum apellatum , principio que impone a la autoridad judicial, pronunciarse sólo
sobre los motivos que fundaron un recurso de apelación.
En cuanto a las formas de vulneración de este principio, se tiene en primer lugar, el
pronunciamiento ultra petita que hace incongruente la resolución del Tribunal de alzada,
por pronunciarse sobre aspectos no demandados o que no fueron motivo de apelación,
desbordando los límites de su competencia a aspectos no cuestionados y los cuales llegan
firmes ante el de alzada, este hecho también conocido como exceso de jurisdicción, vulnera
el debido proceso por violación del principio de legalidad, pues al pronunciarse el Tribunal de
alzada, sobre aspectos en los que no se fundó el recurso de apelación restringida, se impide
a la parte contraria a contestar de forma fundamentada, conforme lo dispuesto por el art.
408 del CPP, hecho que amerita la nulidad de la resolución por constituir defecto absoluto
conforme lo dispuesto por el art. 169 inc. 3) del CPP.
Otra forma de incongruencia de una resolución y que también vulnera el principio tantum
devolutum quantum apellatum, es la falta de pronunciamiento sobre todos los motivos en los
que se fundó un recurso de apelación restringida, conocido como pronunciamiento ‘infra
petita o citra petita o incongruencia omisiva, el cual también constituye un defecto absoluto
conforme lo dispuesto por el art. 169 inc. 3) del CPP, al dejar al impugnante en incertidumbre
sobre el resultado del motivo planteado en apelación.
Estos entendimientos fueron asumidos por este Tribunal mediante varios Autos Supremos y
concretamente en referencia a las formas de incongruencia entre lo demandado y lo resuelto
por los Tribunales de alzada, se emitió entre otros el Auto Supremo 701/2015-RRC-L de 25
de septiembre, en el que se expresó:
“El debido proceso, reconocido por la Constitución Política del Estado (CPE), como derecho,
garantía y principio en sus arts. 115.II, 117.I y 180.I de la CPE, garantiza a todo sujeto
procesal, tener acceso a un pronunciamiento motivado y fundamentado, sobre todos los
motivos alegados en cualquier recurso que la ley prevé, hecho conocido también como el
principio de `congruencia´, que en términos simples significa la correlación que debe existir
entre lo demandado y lo resuelto, y el cual está reconocido en nuestra Ley del Órgano
Judicial (Ley 025) en su art. 17.II que estipula `En grado de apelación, casación o nulidad,
los tribunales deberán pronunciarse sólo sobre aquellos aspectos solicitados en los
recursos interpuestos´, así como también por el art. 398 del CPP estipula `Los tribunales
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la
resolución´.
El incumplimiento a las disposiciones legales referidas precedentemente, se puede dar a
través de dos situaciones, la primera sería pronunciándose sobre aspectos no demandados
`ultra petita´, y la segunda al no pronunciarse sobre lo solicitado `infra petita o citra petita´;
formas de resolución que vulneran el principio “`tantum devolutum quantum apellatum´; y
que constituyen una de las formas de incongruencia ”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
posición en el proceso y la naturaleza o contenido de la resolución; es decir que, en la
medida en que un fallo contenga una decisión desfavorable para el impugnante; esto es, un
perjuicio o una desventaja, consistente en una restricción a sus derechos o su libertad; la
misma puede ser impugnada sólo por quien resulta desfavorecido o afectado.
La impugnabilidad subjetiva entonces, constituye la facultad procesal concedida a cualquiera
de las partes que se considera agraviada por una resolución judicial, para que acceda a un
recurso que le posibilite la revisión y control de lo realizado y decidido en el proceso.
…se debe dejar claro que este requisito exigido, de presentación 'personal' del recurso de
casación, puede flexibilizarse en resguardo del derecho a la defensa de las partes,
abriéndose la posibilidad de ser presentado mediante un apoderado legal cuando, dadas las
características particulares de cada caso, se produzcan situaciones que imposibiliten al
recurrente a apersonarse en casación; por ejemplo, cuando éste se halle privado de libertad,
debiendo previamente certificar esto, o cuando se trate de una persona incapaz o de un
menor de edad, entre otros casos. Por tanto, necesariamente el Tribunal Supremo de
Justicia, previamente a pronunciarse sobre este aspecto, deberá analizar las particularidades
de cada caso, a efectos de emitir un fallo que, además de encuadrarse a la normativa legal
vigente, resguarde el derecho de acceso a la justicia del recurrente, no privándole del mismo
rechazando el recurso sin considerar las probables imposibilidades del actor al momento de
la presentación de su recurso'.
En el caso, se pudo verificar que no se dio la excepción señalada respecto a la imposibilidad
del recurrente de presentar el recurso de manera personal; es decir que, el accionante no
justificó de manera alguna la posible razón por la cual no habría podido efectuar la
presentación del recurso personalmente; pues, de acuerdo a lo revisado en los
antecedentes, se tiene que el mismo se encontraba en libertad, y por tanto, tenía la
posibilidad de apersonarse ante la entonces Corte Superior de Justicia a objeto de presentar
su respectivo recurso de casación, en cumplimiento de lo previsto por los arts. 277 y 302 del
CPP.1972. Al no haberlo hecho así, dio lugar a que, en aplicación del art. 307.1 del citado
Código, las autoridades demandadas emitieran en el Auto Supremo 248/2012; por lo que, se
concluye que dicha Resolución fue pronunciada de acuerdo a lo previsto por la normativa
legal vigente en ese entonces y aplicable al caso concreto”.
PRECEDENTE SC 0437/2007-R de 4 de junio
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que dichos Fiscales tienen plena competencia y que al haber efectuado su
declaración informativa a convalidado dicho defecto procesal; al respecto, el
recurrente aclaró que la imputación data del 15 de mayo de 2003 y su declaración
recién la realizó el 10 de agosto de 2005, lo que conllevaría –a decir del imputado- a
un defecto absoluto insubsanable que vulnera al debido proceso; a este punto el
Auto de Vista señaló que los Fiscales Adjuntos de acuerdo al Auto Supremo 431 de
17 de agosto de 2007, tienen las facultades para conocer los procesos del nuevo
CPP; y que el recurrente debió reclamar oportunamente aquella imputación formal
efectuada por un Fiscal adjunto ante el Juez contralor de garantías y no recién ante
el Tribunal de Sentencia conforme a entendido la SC 1517/2003, pues las
supuestas irregularidades hubiesen sucedido en la etapa preparatoria y -como se
dijo- al haber prestado su declaración informativa posteriormente sin reclamar,
convalidó actuados en dicha etapa. En este sentido, el Auto de Vista al respecto,
responde de manera clara y razonable a la denuncia efectuada por el imputado, con
base doctrinal y jurisprudencial que acompaña jurídica y constitucionalmente la
decisión judicial; pues no debemos olvidar, que en materia penal existe el principio
de preclusión justamente por la naturaleza que caracteriza al proceso penal; por eso
mismo, el imputado tenia todos los medios idóneos diseñados por el legislador, para
que en la etapa preparatoria suscite los mismos en caso de que considere que sus
derechos y garantías constitucionales se encuentran amenazadas o vulneradas, en
ese caso, podía haber activado un incidente por actividad procesal defectuosa por lo
que ahora reclama y en caso de recibir una respuesta negativa a sus intereses,
inclusive podía interponer recurso de apelación incidental; consiguientemente, el
Auto de Vista al respecto, contiene una fundamentación precisa y motivada
enmarcada en derecho.
Indice por Materia:
Descriptor:
Principio de Preclusión
Restrictor:
Defectos en la declaración del imputado ante el Fiscal deben ser reclamados
en la etapa preparatoria a través de un incidente por actividad procesal
defectuosa, no a través del Recurso de Apelación Restringida
PRINCIPIO DE PRECLUSIÓN
AUTO SUPREMO Nº 285/2017-RRC
Sucre, 18 de abril de 2017
Desde el punto de vista doctrinal, la preclusión es un instituto jurídico; en virtud del cual, la
parte dentro del proceso se encuentra imposibilitada de ejercer un derecho fuera del
momento oportuno en que pudo haberlo hecho; en consecuencia, una vez concluidos los
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
términos para hacer uso de alguna actuación procesal que estaba puesta a su alcance, no
resulta posible acudir a los mismos por haberse perdido dicho derecho.
Edgardo Pallares, sostiene que la preclusión: "Es la situación procesal que se produce cuando
alguna de las partes no haya ejercido oportunamente y en la forma legal, alguna facultad o
algún derecho procesal o cumplido, alguna obligación de la misma naturaleza". También,
explica este autor que: "… el término judicial es el tiempo en que un acto procesal debe
llevarse a cabo para tener eficacia y valor legal".
Con relación al mismo tópico, la extinta Corte Suprema de Justicia, en el Auto Supremo 46 de
7 de mayo de 2006, señaló lo siguiente: “Para evitar las impugnaciones en casación sobre
hechos pasados y derechos precluidos; las partes en las etapas preparatorias, intermedia del
juicio oral o de los recursos y en ejecución de Sentencia deben ejercer las acciones que en
cada acto procesal que se encuentran previstos y los recursos que en cada etapa procesal se
prevén, la omisión de uno de ellos tiene el efecto jurídico de no retroceder al acto
consumado por la preclusión del derecho de la parte que no ha ejercido las acciones o
recursos legales oportunamente.
(...) en la etapa preparatoria las partes directamente controlan las actividades de la
investigación, cuando consideran que se ha vulnerado un precepto legal o norma
constitucional tienen previsto interponer las excepciones o incidentes y los recursos ante el
Fiscal y ante el Juez de Instrucción que tiene la facultad de controlar la legalidad y
constitucionalidad de las funciones del Fiscal e investigador durante la investigación. En el
juicio oral, como en el caso de autos, las partes pueden interponer las excepciones,
incidentes, o recursos, o hacer reserva de recurrir contra las resoluciones dictadas durante el
juicio oral. En la etapa de los recursos: el de apelación restringida sirve para el control de
puro derecho sobre los actos procesales y la actividad jurisdiccional, excepto en el recurso
incidental donde se puede acompañar pruebas para que el Tribunal de Alzada pueda valorar
las mismas y dictar la resolución respectiva; mientras que el recurso de casación se
encuentra diseñado para uniformar la jurisprudencia penal y evitar la interpretación y
aplicación contradictoria de normas adjetivas y sustantivas ".
De lo referido, se puede concluir que el principio de preclusión se encuentra vinculado a la
oportunidad y el momento en que los sujetos procesales deban hacer uso de los recursos que
la ley les franquea; por tanto, para evitar las impugnaciones en casación sobre hechos
pasados y derechos precluidos, las partes procesales tienen a su alcance, en cada etapa del
proceso penal, los recursos impugnatorios que deben ser ejercidos en cada una de ellas;
puesto que, la omisión de uno de ellos tiene el efecto jurídico de no retroceder al acto
consumado por la preclusión del derecho de la parte que no ha ejercido las acciones o
recursos legales oportunamente.
En el juicio oral las partes pueden interponer las excepciones, incidentes, o recursos o hacer
reserva de recurrir contra las resoluciones dictadas durante el juicio oral; habida cuenta, que
en la etapa de los recursos, el de apelación restringida sirve para el control de puro derecho
sobre los actos procesales y la actividad jurisdiccional, excepto en el recurso incidental donde
se pueden acompañar pruebas para que el Tribunal de alzada pueda valorar las mismas y
dictar la resolución respectiva, mientras que el recurso de casación se encuentra diseñado
para uniformar la jurisprudencia penal y evitar la interpretación y aplicación contradictoria de
normas adjetivas y sustantivas.
PRINCIPIO DE PRECLUSIÓN
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 323/2017-RRC
Sucre, 03 de mayo de 2017
Desde el punto de vista doctrinal, la preclusión es un instituto jurídico; en virtud del cual, la
parte dentro del proceso se encuentra imposibilitada de ejercer un derecho fuera del
momento oportuno en que pudo haberlo hecho; en consecuencia, una vez concluidos los
términos para hacer uso de alguna actuación procesal que estaba puesta a su alcance, no
resulta posible acudir a los mismos por haberse perdido dicho derecho.
Edgardo Pallares, sostiene que la preclusión: "Es la situación procesal que se produce cuando
alguna de las partes no haya ejercido oportunamente y en la forma legal, alguna facultad o
algún derecho procesal o cumplido, alguna obligación de la misma naturaleza". También,
explica este autor que: "… el término judicial es el tiempo en que un acto procesal debe
llevarse a cabo para tener eficacia y valor legal".
Con relación al mismo tópico, la extinta Corte Suprema de Justicia, en el Auto Supremo 46 de
7 de mayo de 2006, señaló lo siguiente: “Para evitar las impugnaciones en casación sobre
hechos pasados y derechos precluidos; las partes en las etapas preparatorias, intermedia del
juicio oral o de los recursos y en ejecución de Sentencia deben ejercer las acciones que en
cada acto procesal que se encuentran previstos y los recursos que en cada etapa procesal se
prevén, la omisión de uno de ellos tiene el efecto jurídico de no retroceder al acto
consumado por la preclusión del derecho de la parte que no ha ejercido las acciones o
recursos legales oportunamente.
(...) en la etapa preparatoria las partes directamente controlan las actividades de la
investigación, cuando consideran que se ha vulnerado un precepto legal o norma
constitucional tienen previsto interponer las excepciones o incidentes y los recursos ante el
Fiscal y ante el Juez de Instrucción que tiene la facultad de controlar la legalidad y
constitucionalidad de las funciones del Fiscal e investigador durante la investigación. En el
juicio oral, como en el caso de autos, las partes pueden interponer las excepciones,
incidentes, o recursos, o hacer reserva de recurrir contra las resoluciones dictadas durante el
juicio oral. En la etapa de los recursos: el de apelación restringida sirve para el control de
puro derecho sobre los actos procesales y la actividad jurisdiccional, excepto en el recurso
incidental donde se puede acompañar pruebas para que el Tribunal de Alzada pueda valorar
las mismas y dictar la resolución respectiva; mientras que el recurso de casación se
encuentra diseñado para uniformar la jurisprudencia penal y evitar la interpretación y
aplicación contradictoria de normas adjetivas y sustantivas ".
Entonces se puede concluir que, el principio de preclusión se encuentra vinculado a la
oportunidad y al momento en que los sujetos procesales deban hacer uso de los recursos que
la ley les franquea; por tanto, para evitar las impugnaciones en casación sobre hechos
pasados y derechos precluidos, las partes procesales tienen a su alcance, en cada etapa del
proceso penal, los recursos impugnatorios que deben ser ejercidos en cada una de ellas;
puesto que, la omisión de uno de ellos tiene el efecto jurídico de no retroceder al acto
consumado por la preclusión del derecho de la parte que no ha ejercido las acciones o
recursos legales oportunamente.
En el juicio oral las partes pueden interponer las excepciones, incidentes o recursos o hacer
reserva de recurrir contra las resoluciones dictadas durante el juicio oral; habida cuenta, que
en la etapa de los recursos, el de apelación restringida sirve para el control de puro derecho
sobre los actos procesales y la actividad jurisdiccional, excepto en el recurso incidental donde
se pueden acompañar pruebas para que el Tribunal de alzada pueda valorar las mismas y
dictar la resolución respectiva, mientras que el recurso de casación se encuentra diseñado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
para uniformar la jurisprudencia penal y evitar la interpretación y aplicación contradictoria de
normas adjetivas y sustantivas.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: En el entendido de que la falta de pronunciamiento
respecto a alguno de los puntos apelados puede generar que se deje sin efecto el
Auto de Vista impugnado cuando se constituya en defecto absoluto inconvalidable
por la afectación a derechos y/o garantías constitucionales que hubieren generado
perjuicio cierto e irreparable a alguna de las partes; se verifica, de la lectura del Auto
de Vista, que en el recurso de apelación restringida, específicamente en el motivo 10
bajo el acápite titulado "DE LA OMISION DE CLAUSULA DE SEGURIDAD LEGAL",
la recurrente hizo hincapié que las resoluciones emitidas por los Tribunales de
justicia deben contener las advertencias establecidas en el art. 123 del CPP, y que
dicho presupuesto es de inexcusable cumplimiento, resultando en el caso de autos
que la Sentencia, en ninguna de sus partes consignó dicha cláusula, incurriendo en
el defecto previsto por el art. 169 incs. 3) el CPP. Ahora bien respecto a este
planteamiento, el Tribunal de alzada no emitió pronunciamiento alguno,
correspondiendo en consecuencia, analizar si la denuncia amerita la sanción de
nulidad contra el Auto de Vista, a partir de la comprobación de algún perjuicio cierto
en contra de la recurrente, dado que no existe nulidad por nulidad; sino, ésta debe
regirse conforme los principios que la regulan. En ese sentido, se evidencia de
antecedentes que pese a la omisión reclamada en apelación por la recurrente, ésta
una vez que fue notificada con la sentencia condenatoria pronunciada en el proceso,
en ejercicio del derecho a la defensa, reconocido por el art. 119.II de la Constitución
Política del Estado, formuló recurso de apelación restringida en la forma y plazo
previsto por el art. 407 del CPP, de modo que no obstante que el legislador impone
un deber a los tribunales de advertir en las resoluciones judiciales que emitan en la
sustanciación de la causa, si ellas son recurribles, por quienes y en qué plazo, en el
caso presente el defecto se inscribe en el supuesto previsto por el art. 170 inc. 2) del
CPP, por cuanto la formulación del recurso de apelación restringida no obstante el
defecto, importó de parte de la recurrente una aceptación tácita a los efectos de la
sentencia emitida, pues la omisión no le privó el derecho a recurrir. En ese ámbito,
se verifica que incluso la recurrente no justifica el agravio o perjuicio que le habría
ocasionado el accionar del Tribunal de sentencia y la omisión en la que incurrió en
Tribunal de alzada, pese a que es obligación de quien pretende se deje sin efecto un
fallo, acreditar normativa y motivadamente el perjuicio real e irreparable ocasionado;
es decir, el daño debe ser de tal magnitud, que sólo pueda ser enmendado con la
emisión de un nuevo fallo, lo que no se da en los hechos, pues el dejar sin efecto el
Auto de Vista por una omisión que en el fondo no ha causado daño a la recurrente,
no cambiaría el resultado final del fallo, más cuando se evidencia no ser cierto que
la omisión denunciada haya provocado que el Tribunal de alzada no se refiera a los
demás motivos alegados en apelación como sostiene la recurrente;
consecuentemente, se estaría incurriendo en nulidad por nulidad, en contravención
a los principios reguladores de las nulidades en el proceso penal destacados
precedentemente, constituyéndose en un acto meramente dilatorio, lo que no es
admisible por afectar a otros principios, entre ellos el de economía procesal;
resultando en consecuencia infundado el presente recurso.
Descriptor: Principio de Trascendencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: No habrá nulidad de la Sentencia que aunque no haya advertido la
posibilidad de ser recurrida (art. 123 CPP) no haya impedido al recurrente ejerceré
su derecho de plantear apelación restringida
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pretendido por la querellante, aunque en cuanto al quantum de la pena la misma no
siempre puede resultar de la magnitud y requerimiento deseado, más aun que sobre
este tema no se ahondó en detalles y fundamentos, consiguientemente, resulta
inoficioso admitir la posibilidad de avizorar la realización de juicio de reenvío; línea
que en ese sentido asumió este Tribunal en los diferentes fallos, entre ellos el Auto
Supremo 201/2013 de 16 de julio, que dejó establecido: "Respecto a las denuncias
por defectos absolutos descritos en el art/culo 169 relativo al artículo 167 del
Código de Procedimiento Penal, por vulneración de garantías y/o derechos
fundamentales, que podrían devenir la nulidad de actos, este Tribunal de Casación
ha establecido, que en materia de nulidades, para que ésta sea declarada, se debe
tomar en cuenta determinados principios, entre ellos, el principio de trascendencia
( pas nullite sans grief), que significa que 'no hay nulidad sin perjuicio; es decir, se
produce nulidad cuando se comprueba que los hechos denunciados como defectos
procedimentales provoquen daño de tal magnitud que dejen en indefensión material
a las partes y sea determinante para la decisión adoptada en el proceso judicial, de
manera tal que de no haberse producido dicho defecto el resultado sería otro, o que
el vicio impida al acto cumplir con las formalidades para el cual fue establecido, sin
embargo, estas nulidades deben ser interpretadas de manera restrictiva, tomándose
en cuenta el interés, pues no hay nulidad por la nulidad misma en sentido de que la
nulidad puede ser pronunciada cuando el incumplimiento de las formas se traduce
en un efectivo menoscabo a los intereses de la defensa…”; por lo que, al no haberse
acreditado que el acto presuntamente vulneratorio, demuestra una relación de
causalidad entre el acto u omisión y el resultado dañoso, fundamentando y
motivando clara y objetivamente de qué manera pudo ser diferente el resultado de
no haberse producido el defecto alegado, por el contrario, el efecto negativo de
principio cesó con el acto reparatorio adoptado por el Tribunal de apelación, desecha
todo acto de presunta indefensión, cerrando la posibilidad de una eventual
reposición de juicio
Descriptor: Principio de Trascendencia
Restrictor: Para disponerse la nulidad debe haberse acreditado que el acto
presuntamente vulneratorio, tenga una relación de causalidad entre el acto u
omisión y el resultado dañoso; tampoco procederá la nulidad si el presunto efecto
dañoso cesa con el acto reparator
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tiempo de efectuar la fundamentación de la aplicación de la pena, no ponderó la
personalidad de la acusada, conculcando de esta manera el art. 40 inc. 4) del CP y
el art. 67.1. de la CPE; de la revisión de antecedentes y en aplicación del principio
procesal de la verdad material establecida por el art. 180.1. de la CPE, se tiene que
la acusada es "natural de la localidad de Viacha, Provincia Murillo, del Depto. De La
Paz" (sic), con escasa formación, que puede derivar al desconocimiento de la norma
y a la fecha tiene 69 años de edad. Consiguientemente, si bien el Tribunal de
Sentencia aplicó las atenuantes especiales y generales, previstas por los arts. 37, 38
y 40 del CP; sin embargo, no consideró el art. 67.1. de la CPE referido al derecho a
una vejez digna para las personas adultas, que está directamente relacionada con el
principio favor debílis. En la especie, es plenamente aplicable porque la acusada a la
fecha cuenta con 69 años de edad. Es decir, el Tribunal de Sentencia no interpretó y
aplicó la norma desde y conforme la Constitución, que son mandatos propios de un
Estado constitucional, al que están obligados a cumplir todos los operadores de
justicia.
Descriptor: Principio favor debílis
Restrictor: Ponderación de la personalidad de la acusada de 69 años y de escasa
formación
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la ‘acusación’ en el debido proceso penal frente al derecho de defensa. La descripción
material de la conducta imputada contiene los datos fácticos recogidos en la acusación, que
constituyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la
consecuente consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el imputado tenga
derecho a conocer, a través de una descripción clara, detallada y precisa, los hechos que se
le imputan. La calificación jurídica de éstos puede ser modificada durante el
proceso por el órgano acusador o por el juzgador, sin que ello atente contra el
derecho de defensa, cuando se mantengan sin variación los hechos mismos y se
observen las garantías procesales previstas en la ley para llevar a cabo la nueva
calificación. El ‘principio de congruencia o coherencia entre acusación y sentencia’ implica
que la sentencia puede versar únicamente sobre hechos o circunstancias contemplados en la
acusación.” (Las negrillas son nuestras). En el mismo sentido se pronunció el Auto Supremo
166/2012-RRC de 20 julio.
Entonces, se deja asentado una vez más que, la facultad de modificar la calificación jurídica,
otorgada al juzgador, conocida como principio iura novit curia, no significa infracción al
principio de congruencia, como ya fue explicado, pues el primero únicamente tiene como
límite el hecho acusado y el segundo, a partir de la comprobación del hecho acusado, y la
convicción adquirida por el Tribunal de la existencia del hecho, la participación del imputado y
su culpabilidad, permite la subsunción al tipo penal adecuado, con las limitantes ya
especificadas; es decir, que el juzgador debe emitir Sentencia sobre la base fáctica acusada y
comprobada y que la nueva tipificación tenga el mismo objeto de protección jurídica que el
delito acusado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
aspecto puede modificar, suprimir ni incluir hechos que no hubieran sido parte del pliego
acusatorio, debiendo emitir resolución sobre la base fáctica probada en juicio.
Sobre la temática, el Auto Supremo 239/2012-RRC de 3 de octubre, estableció la siguiente
doctrina legal aplicable: “Los jueces y tribunales deben considerar que el papel de
la ‘acusación’ en el debido proceso penal frente al derecho de defensa. La descripción
material de la conducta imputada contiene los datos fácticos recogidos en la acusación, que
constituyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la
consecuente consideración del juzgador en la Sentencia. De ahí que el imputado tenga
derecho a conocer, a través de una descripción clara, detallada y precisa, los hechos que se
le imputan. La calificación jurídica de éstos puede ser modificada durante el
proceso por el órgano acusador o por el juzgador, sin que ello atente contra el
derecho de defensa, cuando se mantengan sin variación los hechos mismos y se
observen las garantías procesales previstas en la ley para llevar a cabo la nueva
calificación. El ‘principio de congruencia o coherencia entre acusación y Sentencia’ implica
que la Sentencia puede versar únicamente sobre hechos o circunstancias contemplados en la
acusación.” (Las negrillas son nuestras). En el mismo sentido se pronunció el Auto Supremo
166/2012-RRC de 20 julio.
Entonces, se deja asentado una vez más que, la facultad de modificar la calificación jurídica,
otorgada al juzgador, conocida como principio iura novit curia, no significa infracción al
principio de congruencia, como ya fue explicado, pues el primero únicamente tiene como
límite el hecho acusado y el segundo, a partir de la comprobación del hecho acusado y la
convicción adquirida por el Tribunal de la existencia del hecho, la participación del imputado y
su culpabilidad, permite la subsunción al tipo penal adecuado, con las limitantes ya
especificadas; es decir, que el juzgador debe emitir Sentencia sobre la base fáctica acusada y
comprobada y que la nueva tipificación tenga el mismo objeto de protección jurídica que el
delito acusado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
concordante con dicho hecho; es decir, el Tribunal sentenciador, puede otorgar al hecho
denunciado una calificación jurídica diferente a la que conste en la acusación, cuidando de no
dejar en estado de indefensión al imputado, por lo que se encuentra constreñido a no
modificar sustancialmente dicha calificación, teniendo como margen que la misma se haga
dentro la “misma familia de delitos”, por ello la acusación debe señalar la pretensión jurídica
que servirá para orientar tanto al Tribunal como al imputado para la efectivización de su
derecho a la defensa.
En aplicación del citado principio, las partes deben limitarse a probar los hechos sometidos a
litigio, sin que sea necesario probar los fundamentos aplicables a derecho, quedando
vinculado el juzgador a someter el fallo a los hechos probados, por lo que ante la evidencia
de que dichos hechos no se ajustan a la pretensión jurídica, amparándose en este principio,
puede aplicar un derecho distinto al invocado en la acusación, cambiando la calificación
jurídica, con la finalidad de adecuar los hechos probados a la normativa legal que
corresponda, más si la modificación es favorable al imputado. Esta facultad, es excepcional y
debe estar debidamente fundamentada, teniendo como condición, la de no apartarse de los
hechos comprobados ni alterarlos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sido parte del pliego acusatorio, debiendo emitir resolución sobre la base fáctica probada en
juicio; al respecto, este Tribunal máximo de justicia, estableció doctrina legal aplicable en el
Auto Supremo 239/2012-RRC de 3 de octubre, que señala: “ Los jueces y tribunales deben
considerar que el papel de la ‘acusación’ en el debido proceso penal frente al derecho de
defensa. La
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
formalidad del art. 407 del CPP es el ejercicio del derecho a apelar la decisión, por lo
que debe interpretarse en forma amplia.
Descriptor: Principio pro-homine
Restrictor: interpretación amplia de los requisitos del art. 407 del CPP
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurisdiccional, para establecer si en el caso concreto se transgredió o no el principio de
continuidad.
Continuando en la misma línea, este Tribunal en aplicación de los principios de especificidad,
trascendencia y convalidación que rigen el sistema de nulidades procesales, en mérito a los
cuales no hay nulidad sin previsión expresa de la ley, no hay nulidad sin perjuicio y toda
nulidad no observada oportunamente se convalida por el consentimiento de la parte, en
el Auto Supremo 224/2012 de 24 de agosto, que si bien no estableció expresamente
doctrina legal aplicable al haber sido declarado infundado el recurso de casación que le dio
lugar, precisó el siguiente razonamiento: “ En el caso, además de resultar razonables los
motivos de suspensión de la audiencia, como se tiene suficientemente fundamentado en el
Auto de Vista recurrido, si la imputada consideraba vulnerados sus derechos y los principios
de continuidad e inmediatez pudo objetar oportunamente las suspensiones de audiencia
producidas, acudiendo al recurso previsto en el art. 401 del Código de Procedimiento Penal, y
en caso de negativa acudir a la protesta de saneamiento o reserva de apelación restringida,
al tenor del art. 407 del mismo procedimiento, aspecto que no ocurrió, de donde se
desprende que la recurrente no se sintió afectada o agraviada por los actos que ahora, en
muestra de deslealtad procesal, reclama. En consecuencia, ningún elemento de juicio
adicional al expuesto en el recurso de apelación, dada la especial característica del motivo
alegado (vulneración del principio de continuidad), pudo haber cambiado la justa y legal
decisión del Tribunal de Apelación, pues si bien es evidente el incumplimiento de una forma
procesal, este resulta inocuo, toda vez que como bien hace constar el tercer considerando del
Auto de Vista recurrido, la suspensión de las sesiones de la audiencia de juicio no solo que
fueron consentidas por la imputada y su abogado sino que, en una parte, también fueron
ocasionadas y hasta solicitadas por ella misma, motivo por el que incluso, en fecha 8 de junio
de 2010 se declaró abandono malicioso de la defensa” ; es decir, se exige una actitud activa
de la parte procesal que se considere afectada por la suspensión de audiencia y su
señalamiento más allá de los diez días calendario establecido en el procedimiento penal, en el
momento procesal oportuno, cual es la audiencia de juicio oral, habiéndose pronunciado en
sentido equivalente los Autos Supremos 93/2011 de 24 de marzo, 037/2013 de 14 de
febrero y 140/2013 de 27 de mayo, en éste último en el caso analizado, se corroboró
que además de haberse suspendido la audiencia de juicio oral en forma justificada, no existió
objeción de las partes al respecto ni sobre la nueva fecha de prosecución de la misma;
igualmente, se constató que no existió la dispersión de prueba alegada por las partes, razón
por la cual se declaró infundada la pretensión de la parte recurrente.
Finalmente, como corolario de todo lo desarrollado, corresponde referirse al razonamiento
expresado en el Auto Supremo 640/2014-RRC de 13 de noviembre, que con relación
a la observancia del principio de continuidad estableció lo siguiente: “…se colige que la regla
general es la continuidad del juicio como manda el referido art. 334 transcrito, que debe
observarse en la realización de los juicios orales, en condiciones de desarrollo normal del acto
de juicio; empero, no se puede dejar de considerar, que en ciertas ocasiones, se presentan
circunstancias que imposibilitan materialmente la prosecución normal del juicio oral, debido a
diversos factores que pueden ser internos, atingentes al proceso o las partes, tales como la
inconcurrencia de las partes, de sus abogados, de los integrantes del Tribunal de Justicia, de
los testigos, peritos etc.; el planteamiento de cuestiones procesales como apelaciones,
recusaciones, incidentes por causal sobreviniente; o por causas externas, a raíz de eventos
ajenos al proceso, con la característica de fuerza mayor, que inevitablemente impiden el
cumplimiento o vigencia del principio de continuidad o concentración, tales como
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
declaratorias en comisión de jueces o suspensión imprevista de actividades laborales, entre
otras situaciones, que de ninguna manera pueden ser atribuibles a las partes o la autoridad
jurisdiccional; empero, lo cierto es que entorpecen o impiden el normal desarrollo del juicio y
en consecuencia, de la vigencia plena del principio de continuidad o concentración y
obviamente el de inmediación.
Por lo tanto, no sería correcto hacer una interpretación literal de la norma, y
señalar que todo proceso en que no se hubiera respetado el principio de
continuidad, es decir que no se haya llevado a cabo todos los días y horas hábiles
hasta el pronunciamiento de la Sentencia, deban ser sancionados con nulidad por
quebrantamiento a este principio, sino que también es pertinente considerar y
valorar las causas de suspensión o interrupción al juicio, para establecer, primero,
a quién es atribuible, después si es legítima o razonable; y, finalmente si es
necesario o justificable la nulidad de un juicio oral.
(…)Asimismo, las partes no deben quedar en pasividad ante una transgresión de la
norma debido a que los señalamientos de día y hora para la prosecución de la
audiencia de juicio son arbitrarios o ilegales, sino que debe utilizar los
mecanismos que la ley prevé para buscar la corrección del defecto; y tomando en
cuenta que los Tribunales de impugnación deben sopesar los actos concretos que
habrían quebrantado la continuidad del juicio oral y si las causas son justificadas,
cuando se denuncia la vulneración al principio de continuidad por considerar que
el juicio injustificadamente no se desarrolló todos los días y horas hábiles de
manera consecutiva, el reclamante, a tiempo de impugnar y denunciar la
vulneración de este principio en su recurso de alzada (y de no ser reparado el
defecto, en casación), debe señalar de forma precisa qué actos o audiencias del
juicio oral fueron suspendidos o declarados en receso (indicando las fechas de
suspensión, de prosecución y las causas) sin respetar la inmediatez que prevé la
ley, fundamentando por qué considera que la prolongación del juicio oral fue
indebido, arbitrario o no justificado, para que con esos insumos, los tribunales
superiores tengan los suficientes elementos objetivos y concretos para verificar si
los aspectos reclamados son evidentes o no y en definitiva establecer si los
principios de continuidad e inmediación fueron indebidamente
incumplidos”(resaltado propio) –Entendimiento también asumido en el Auto Supremo
715/2014-RRC de 10 de diciembre-.
De lo precedentemente expuesto, se concluye que es obligación de los Jueces y Tribunales,
ante la denuncia de vulneración del principio de continuidad o concentración, verificar que la
parte afectada haya realizado el reclamo en el momento procesal oportuno, en mérito a los
medios de impugnación pertinentes y agotando las instancias necesarias; asimismo, constatar
cuáles las causas que dieron lugar a las suspensiones de audiencia, con la finalidad de
corroborar si fueron justificadas, debido a que conforme se estableció líneas arriba, existen
diferentes factores que impiden materialmente la prosecución de la audiencia de manera
consecutiva, así como su reanudación en el menor tiempo posible; por último, el impugnante
debe demostrar la incidencia de las suspensiones o de los nuevos señalamientos en la
valoración probatoria; es decir, debe fundamentar la relevancia que las mismas tuvieron en
su caso y en definitiva el Tribunal de apelación debe considerar y valorar las causas de la
suspensión o interrupción al juicio, establecer a quién es atribuible, si éstas son legítimas o
razonables y fundamentalmente determinar si es necesaria o justificable la nulidad del juicio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y IURA NOVIT CURIA
AUTO SUPREMO Nº 133/2017-RRC
Sucre, 21 de febrero de 2017
El principio de congruencia está referido a la imprescindible correspondencia que debe existir
en materia penal, entre los hechos acusados por la acusación pública y/o particular, con los
hechos por los que se condena en sentencia, estando reconocido en el art. 362 del CPP, que
prescribe: “(Congruencia). El imputado no podrá ser condenado por un hecho distinto al
atribuido en la acusación o su ampliación”, norma que guarda concordancia con el art. 342 de
la misma Norma Procesal, al establecer que en ningún caso los juzgadores pueden incluir en
el auto de apertura de juicio, hechos no contemplados en alguna de las acusaciones.
En ese contexto, la calificación legal de los hechos investigados precisada en los actos
procesales anteriores a la sentencia, tales como imputación formal, aplicación de medidas
cautelares, acusación pública o particular, son eminentemente provisionales, esto es
susceptibles de modificación, siendo que la facultad de establecer en definitiva la adecuación
penal que corresponde al hecho delictivo, es del Juez o Tribunal de Sentencia, en el fallo
final, quien después de establecer el hecho probado, subsume el mismo en el tipo penal que
corresponde conforme a los presupuestos configurativos preestablecidos por el Código Penal,
para finalmente imponer la sanción prevista.
Esta facultad conocida en la doctrina como principio iura novit curia (El juez conoce el
derecho), no implica vulneración alguna del principio de congruencia, ya que el legislador si
bien ha prohibido al juzgador la modificación o inclusión de hechos no contemplados en las
acusaciones; empero, no así la calificación legal que se traduce en el trabajo de subsunción
desarrollado en la fundamentación jurídica de la Sentencia.
También, es importante remarcar que la facultad privativa de realizar la adecuación penal del
hecho al tipo penal, no puede ser discrecional ni arbitraria, pues resulta atentatoria al
principio de congruencia y como consecuencia al derecho a la defensa; y, al debido proceso,
el establecer una calificación jurídica por un delito que no se trate de la misma familia de
delitos, pues no debe perderse de vista que los medios de defensa del sindicado, están
orientados a rebatir un determinado hecho delictivo y en función a ello es que se dirige su
actividad probatoria de descargo; por lo que, existiría quebrantamiento al derecho a la
defensa, si por ejemplo se pretende sancionar un hecho por el delito de Robo (que tutela la
propiedad), cuando se acusó por Asesinato u otros delitos análogos (que protegen la vida).
En esta orientación, resulta útil para fines pedagógicos conocer que incluso posibilitando la
aplicación del referido principio por el Tribunal de alzada, el Auto Supremo 131 de 31 de
enero de 2007 señaló lo siguiente: “Ante un eventual error en la subsunción de la conducta
por el A quo si la sentencia aporta los elementos de prueba necesarios para que a partir de
un nuevo análisis se pueda determinar que la conducta constituye delito dentro de la familia
de los delitos que se analizan y que han sido acusados previa verificación de que para dictar
nueva resolución no es necesaria la realización de un nuevo juicio, el Tribunal Ad-quem, en
aplicación del principio ‘iura novit curia’ y observando la celeridad procesal, en aplicación del
artículo 413 del Código de Procedimiento Penal, dictará sentencia directamente ”.
Por tanto, es plenamente legal realizar la subsunción del hecho en el tipo penal que se
considera pertinente, aún sea distinto del acusado, siempre que se trate de delitos relativos al
mismo bien jurídico, correspondiendo la facultad privativa para establecer la adecuación legal
que corresponde al hecho delictivo acreditado como probado, al Juez o Tribunal de Sentencia
y en su caso al propio Tribunal de apelación, conforme a la jurisprudencia glosada
precedentemente.
[335]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[336]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[337]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: Aquella garantía procesal, delimita un contrapeso y
escudo de protección para con el imputado, pues de manera taxativa se instruye la
labor de los juzgadores de constatación de no vulneración de garantías tanto
constitucionales como procesales, en el momento preciso del desfile probatorio,
como en el trabajo de valoración de la prueba producida, quedando eximida de
manera frontal la probabilidad de valoración de elementos o medios que contradigan
o lesionen las garantías constitucionales previstas no sólo en la Constitución Política
del Estado; sino, también en las Convenciones y Tratados internacionales suscritos
y vigentes en el Estado conforme prevé el art. 172 del CPP. De igual manera el art.
71 del CPP, al señalar que los fiscales no podrán utilizar en contra del imputado
pruebas obtenidas en violación a la Constitución Política del Estado, Convenciones y
Tratados internacionales vigentes y las leyes, inclina de manera específica acciones
de protección para con el imputado sobre el actuar del Ministerio Público como
sujeto procesal, concepto que se halla estrechamente ligado al llamado principio de
oficialidad de la prueba detentado por aquella Magistratura. Lo anteriormente dicho,
demarca de manera clara los instrumentos y limitantes que el sistema procesal
penal vigente posee con referencia a la introducción de pruebas en juicio oral; que se
encuentran frontalmente referidos a los principios rectores de la prueba, tales como
los de libertad probatoria y de pertinencia (ambos recogidos en el texto del art. 171
del CPP); y a la plena actividad de acusación y defensa en el momento procesal
pertinente a ser ejercida por las partes. (…) En síntesis, de conformidad a lo
establecido por el art. 167 del CPP, no podrán ser valorados para fundar una
decisión judicial ni utilizados como presupuestos de ella, los actos cumplidos con
inobservancia de las formas y condiciones previstas en la Constitución Política del
Estado, Convenciones y Tratados Internacionales vigentes y el Código de
Procedimiento Penal, salvo que el defecto pueda ser subsanado o convalidado.
Normativa legal que se encuentra íntimamente vinculada con el principio de
legalidad; y por ende, con el de libertad probatoria, éste último consagrado por el
art. 171 del mismo CPP, cuyo texto dispone que el juez admitirá como medios de
prueba, todos los elementos lícitos de convicción que puedan conducir al
conocimiento de la verdad histórica del hecho, de la responsabilidad y de la
personalidad del imputado. Lo que significa que, el límite para la presentación de
elementos y medios de convicción, es que hubieren sido recabados lícitamente y con
respeto de los derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, esto es,
obtenidos e incorporados al proceso, en observancia a las formalidades establecidas
por ley. Lo contrario, dará lugar a la interposición de exclusiones probatorias,
conforme dispone el art. 172 del CPP, donde se establece que carecerán de toda
eficacia probatoria los actos que vulneren derechos y garantías consagradas en el
Constitución, en las Convenciones y Tratados Internacionales vigentes, el Código de
Procedimiento Penal y otras leyes de la República, así como la prueba obtenida en
virtud de información originada en un procedimiento o medio ilícito; no tendrán
eficacia probatoria los medios de prueba incorporados al proceso sin observar las
formalidades previstas en el precitado Código.
Descriptor: Principios rectores de la prueba
[338]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: Legalidad, Pertinencia de la Prueba y plena actividad de acusación y
defensa
[339]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
privación de libertad resulta ser más imperante, razón por la cual en las actuaciones
jurisdiccionales resulta imperante la materialización del principio de celeridad.
Sobre el principio de celeridad la SCP 0071/2012 de 12 de abril, señaló que: “…la
administración de justicia debe ser rápida y eficaz tanto en la tramitación como en la
resolución de las causas, ya que las personas que intervienen en el proceso esperan una
definición oportuna de su situación jurídica, máxime si está comprometido un derecho
fundamental de primer orden como es el de la libertad”, estableciendo además la referida
Sentencia respecto a los administradores de justicia y su relación con el principio de
celeridad que el mismo: “…impone a quien administra justicia el deber jurídico de
despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones indebidas;
exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad
personal, toda vez que tales peticiones deben ser atendidas de forma inmediata si no
existe una norma que establezca un plazo, y si existiera, el plazo deberá ser cumplido
estrictamente…”
PRECEDENTE SCP 0071/2012
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dictarse sentencia, tanto en el procedimiento común como en el inmediato por delitos
flagrantes.
Respecto al trámite, el art. 374 de la norma adjetiva penal señala que: “En audiencia oral el
juez escuchará al fiscal, al imputado, a la víctima o al querellante, previa comprobación
de: 1) La existencia del hecho y la participación del imputado; 2) Que el imputado
voluntariamente renuncia al juicio oral ordinario; y, 3) Que el reconocimiento de culpabilidad
fue libre y voluntario”; esto significa que, una vez presentado el requerimiento conclusivo de
procedimiento abreviado, el juez de la causa señalará día y hora para el verificativo de la
audiencia, determinación que deberá ser puesta en conocimiento de las partes que
intervendrán en dicha actuación, donde serán escuchadas con finalidades distintas. En el caso
del representante del Ministerio Público para fundamentar oralmente su requerimiento
conclusivo, al imputado para la admisión verosímil de su participación en el hecho
atribuidoy la constatación de que la renuncia al juicio oral ordinario fue
voluntaria; y, a la víctima para que pueda, en su caso, oponerse a la aplicación del
procedimiento abreviado.
En consecuencia, la aplicación del procedimiento abreviado, tiene como base que el acusado
reconozca haber cometido el hecho acusado, teniendo como característica la celeridad, en el
cual ya no es necesaria la producción de pruebas periciales ni testificales, porque ya no
existen hechos contradictorios que demostrar, el contenido fundamental del procedimiento es
el acuerdo firmado entre el fiscal, el imputado y su abogado defensor, donde
renuncia al juicio oral; además, de contener la pena privativa de libertad a imponerse,
resaltando que la admisión de los hechos por parte del imputado debe ser libre y voluntaria
sobre su culpabilidad.
[341]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Penal, Ley 586 de 30 de octubre de 2014. Respecto al trámite, el art. 374 de la
norma adjetiva penal señala que: "En audiencia oral el juez escuchará al fiscal, al
imputado, a la víctima o al querellante, previa comprobación de: 1) La existencia del
hecho y la participación del imputado; 2) Que el imputado voluntariamente renuncia
al juicio oral ordinario; y, 3) Que el reconocimiento de culpabilidad fue libre y
voluntario"; esto significa que, una vez presentado el requerimiento conclusivo de
procedimiento abreviado, el juez de la causa señalará día y hora para el verificativo
de la audiencia, determinación que deberá ser puesta en conocimiento de las partes
que intervendrán en dicha actuación; donde serán escuchadas con finalidades
distintas: En el caso del representante del Ministerio Público para fundamentar
oralmente su requerimiento conclusivo; al imputado para la admisión verosímil de
su participación en el hecho atribuido y la constatación de que la renuncia al juicio
oral ordinario fue voluntaria; y, a la víctima para que pueda en su caso oponerse a
la aplicación del procedimiento abreviado. De manera particular, la víctima o el
querellante, conforme el tercer párrafo del art. 373 del CPP, podrá plantear su
oposición fundada a la aplicación del procedimiento abreviado, derecho que debe ser
respetado y garantizado durante la tramitación del referido mecanismo de
descongestionamiento procesal; pues la víctima o querellante puede ejercerlo por
todos los medios legales previstos, una vez tenga conocimiento de la pretensión del
imputado a la aplicación de la salida alternativa y del contenido del requerimiento
conclusivo formulado por parte del Fiscal; además del derecho de participar en la
audiencia a ser señalada por el Juez de Instrucción para el trámite y resolución de
procedimiento abreviado. De modo que establecer limitaciones a este derecho de
oposición, significaría vulnerar el derecho que tiene la víctima de oponerse a tal
pretensión; entendido como la posibilidad a expresar su disconformidad con una
petición, la que puede ser aceptada o no por el juzgador.
Descriptor: Procedimiento Abreviado
Restrictor: Trámite y requisitos
[342]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que de ninguna manera le posiciona en situación de indefensión; por lo que, dicha
versión carece de sustento siendo absolutamente infundada. De igual manera, en
cuanto al develamiento impropio en sentido de que la supuesta firma impresa en el
libro de registro del despacho fiscal, no se encuentra demostrada con prueba
grafológica, supone una postura novedosa y contradictoria al hecho dado por
entendido, que por inoportuno no puede ser considerado pues implica una
proposición probatoria de algo que en su oportunidad fue admitido por la misma
recurrente, que debió ser absuelta en el momento procesal y ante la instancia
correspondiente; por lo que, tampoco puede ser asimilado a la posibilidad de haber
provocado perjuicio alguno a la víctima, que no fue materializada en el caso, pues la
discusión en el último aspecto, atinge a la posibilidad de advertir la concurrencia o
no de los elementos constitutivos de los tipos penales atribuidos y admitidos,
aspectos sobre los cuales no se tiene ninguna referencia por la recurrente.
Descriptor: Procedimiento Abreviado
Restrictor: Admisión de culpabilidad no puede ser revertida si se dio de manera
libre y voluntaria en el momento procesal / No se puede reclamar una proposición
probatoria de algo que en su oportunidad fue admitido por la misma recurrente
[343]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La jurisprudencia constitucional señaló al respecto: ‘Como el recurso de apelación es un recurso
idóneo e inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restricciones del derecho a la libertad de
los imputados, en el que el tribunal de alzada podrá corregir los errores en que hubiese podido
incurrir el inferior, por la inmediatez que le caracteriza a ese medio impugnativo, el trámite
establecido por el citado art. 251 del CPP es sumario, pues impone la remisión de la apelación
planteada dentro de las veinticuatro horas de presentada y por ende el bien jurídico que protege,
como es el de la libertad, no puede estar sujeto a dilaciones indebidas que tendieren a demorar la
pronta definición de la situación jurídica del imputado, debiendo en consecuencia, tramitarse
respetando los plazos breves establecidos por la norma adjetiva penal señalada, no obrar así, importa
una dilación indebida que vulnera el derecho a la libertad y que eventualmente puede vulnerar el
derecho a la vida cuando de por medio se encuentran problemas de salud que requieren una pronta
definición de la situación legal del imputado, cuya variación depende de la ponderación que efectúe el
tribunal de apelación con relación a los fundamentos de la medida cautelar, para disponer su
revocatoria o confirmación’; así lo entendió la SC 0025/2012 de 16 de marzo”.
PROCEDIMIENTO PARA ORDENAR EL TRASLADO DE UN DETENIDO DE UN
RECINTO PENITENCIARIO A OTRO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1051/2017-S1
Sucre, 11 de septiembre de 2017
Al respecto, la SCP 0791/2015-S1 de 27 de agosto, señaló: ‘‘…Sobre el lugar de cumplimiento
de una detención preventiva, y el procedimiento para ordenar el traslado del detenido de un recinto
penitenciario a otro, la jurisprudencia prevista en la SC 0771/2007-R de 27 de septiembre, ha
establecido que: «…Se debe precisar que el art. 236.4 del CPP, establece que el Auto de detención
preventiva será dictado por el juez o tribunal del proceso y contendrá, entre otros requisitos el lugar
de cumplimiento. En el mismo sentido, el art. 237 del CPP, señala que: ‘Los detenidos
preventivamente serán internados en establecimientos especiales, diferentes de los que se utilizan para
los condenados o, al menos, en secciones separadas de las dispuestas para estos últimos y serán
tratados en todo momento como inocentes que sufren la detención con el único fin de asegurar el
normal desarrollo del proceso penal’.
‘La detención preventiva debe cumplirse en el recinto penal del lugar donde se tramita el
proceso’.
Conforme a estas normas, en la Resolución que dispone la detención preventiva deberá
especificarse el lugar donde debe cumplirse esa medida, que necesariamente debe ser el recinto penal
del lugar donde se tramita el proceso. Cualquier permiso de salida o traslado, de acuerdo a lo
dispuesto por el art. 238 del mismo Código, deberá ser autorizado por el juez del proceso.
Por otra parte, el art. 154 de la Ley de ejecución penal y supervisión (LEPS) establece que al
detenido preventivamente le serán aplicables los Títulos I, Principios y Normas Generales, II,
Estructura Orgánica de la Administración Penitenciaria y de Supervisión y III, Establecimientos
Penitenciarios y, en lo pertinente, los Programas de Trabajo y Educación y los Beneficios
penitenciarios, cuando voluntariamente deseen participar de ellos.
De acuerdo a lo anotado, a los detenidos preventivamente les son aplicables las normas
contenidas en los arts. 48.13 y 59.6 de la LEPS, ambas dentro del Título II, que otorgan la facultad,
tanto al Director General del Régimen Penitenciario y Supervisión, como al Director del
Establecimiento Penitenciario, de solicitar al Juez de ejecución Penal, el traslado de internos por
[344]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
razones de seguridad o hacinamiento. Se entiende que para el caso de los detenidos preventivamente,
estas autoridades deben dirigir su solicitud al Juez del proceso, conforme a la norma contenida en el
art. 238 del CPP’».
Ahora bien, respecto al último párrafo anotado, se debe aclarar que el art. 4 de la Ley 007 de 18 de
mayo de 2010, cambió sustancialmente el procedimiento; pues, modificó el art. 48 de la LEPS, confiriendo al
Director General de Régimen Penitenciario, la facultad de disponer «excepcionalmente» el traslado
inmediato de una privada o un privado de libertad a otro recinto penitenciario, cuando exista un riesgo
inminente contra su vida o cuando su conducta ponga en riesgo la vida y seguridad de los otros privados de
libertad. Sin embargo, la misma norma establece que, esta determinación deberá ser puesta en conocimiento
del juez de la causa o del juez de ejecución penal, según corresponda, en el plazo máximo de cuarenta y ocho
horas, a efectos de que el mismo, previa valoración de los antecedentes enviados, se pronuncie en el término de
cinco días, ratificando o revocando la medida.”’
[345]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
su tutela en el ámbito constitucional, cuando los reclamos no fueron activados
oportunamente, habida cuenta que no puede utilizarse para salvar la negligencia de la parte
demandante. En similar sentido se pronunció este Tribunal en las SSCC 0200/2002-R,
0414/2002-R, 1865/2004-R, 0619/2005-R y 0057/2010-R entre otras” (SCP 1805/2014 de 19
de septiembre).
Consecuentemente, las lesiones al debido proceso están llamadas a ser reparadas por
aquellos órganos jurisdiccionales que conocen y substancian la causa, así la SCP
0110/2014-S1 de 26 de noviembre, reiterando el entendimiento contenido en la SC
0619/2005-R de 7 de junio, precisó lo siguiente que: “…en los procesos instaurados de
acuerdo al ordenamiento jurídico boliviano, en el sentido del orden constitucional, las
lesiones al debido proceso están llamadas a ser reparadas por los mismos órganos
jurisdiccionales que conocen la causa, lo que implica que quien ha sido objeto de esa lesión,
debe pedir la reparación a los jueces y tribunales ordinarios, asumiendo activamente su rol
dentro del proceso, a través de los medios y recursos que prevé la ley, y sólo agotados
éstos, se podrá acudir ante la jurisdicción constitucional a través del recurso de amparo
constitucional, que, como se ha señalado, es el recurso idóneo para precautelar las lesiones
a la garantía del debido proceso; a no ser que se constate que a consecuencia de las
violaciones al debido proceso invocadas, se colocó al recurrente en absoluto estado de
indefensión, lo que no le permitió impugnar los supuestos actos ilegales y que recién tuvo
conocimiento del proceso al momento de la persecución o la privación de la libertad” .
De manera tal que si existiría la posibilidad de reclamar toda supuesta lesión al debido
proceso por quien se encuentra privado de libertad, se desnaturalizaría la actuación de los
jueces y tribunales ordinarios, que son los que cuentan con el mandato legal para ejercer el
control del proceso; no obstante, se han establecido dos supuestos que deben concurrir de
manera conjunta, cuando se demanda procesamiento indebido a través de la acción de
libertad, estos son, que: “a) el acto lesivo, entendido como los actos ilegales, las omisiones
indebidas o las amenazas de la autoridad pública, denunciados, deben estar vinculados con
la libertad por operar como causa directa para su restricción o supresión; b) debe existir
absoluto estado de indefensión, es decir, que el recurrente no tuvo la oportunidad de
impugnar los supuestos actos lesivos dentro del proceso y que recién tuvo conocimiento del
mismo al momento de la persecución o la privación de la libertad '” (SCP 0110/2014-S1,
precitada).
En observancia a lo aseverado, en general las lesiones al debido proceso deben ser
reparadas por los mismos órganos jurisdiccionales que conocen la causa, lo que supone que
quien fue objeto de esa lesión, debe pedir la reparación a los jueces y tribunales ordinarios a
través de los medios y recursos que prevé la ley, y sólo ante su agotamiento se podrá acudir
a la jurisdicción constitucional por medio de la acción de amparo constitucional; no obstante,
el debido proceso será tutelado específicamente por la acción de libertad, siempre que los
hechos alegados como vulneratorios se encuentren directamente ligados al derecho a la
libertad, y además exista absoluto estado de indefensión; segundo presupuesto, que fue
aclarado por la SCP 0037/2012 de 26 de marzo, al señalar que cuando se trata de medidas
cautelares:“…no es posible exigir la concurrencia del absoluto estado de indefensión como
requisito para activar la acción de libertad, habida cuenta que, conforme lo establecieron las
propias Sentencias Constitucionales citadas, el actor debe agotar los mecanismos de
impugnación intraprocesales previo a la activación de la acción de libertad ”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PROCESO DE RECUSACIÓN EN MATERIA PENAL
S.C.P. 2186/2013 Sucre, 25 de noviembre de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.5. “…en el caso que nos ocupa, se evidencia que la Jueza demandada, se excusó del
conocimiento de la causa el 17 de enero 2013, posteriormente el 21 del mismo mes y año,
solicitó licencia hasta el 5 de febrero del referido año, aspecto que limitó proseguir con la
tramitación de la causa; toda vez, que al excusarse no puede realizar ningún acto, bajo
sanción de nulidad conforme la jurisprudencia glosada en el Fundamento Jurídico III.4 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, por lo que no es evidente que existan actos
dilatorios que vulneran el principio de celeridad reclamada por la parte accionante en la no
fijación de la audiencia de cesación a la detención preventiva dentro los plazos procesales
establecidos por ley; asimismo, del informe del Juez Sexto de Instrucción en lo Penal, que
tomó conocimiento de la causa el 25 de enero del año señalado, corresponde a dicha
autoridad fijar la audiencia de cesación a la detención preventiva dentro del “plazo razonable”
entendida por la jurisprudencia como un máximo de tres días hábiles.
En consecuencia, la autoridad demandada, no vulneró el principio de celeridad, reclamado
por la accionante, menos haber actos dilatorios por cuanto dicha Jueza, se excusó del
conocimiento de la causa, situación que impidió continuar con la tramitación del proceso, lo
que amerita denegar la tutela solicitada”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.4.Siguiendo con la SCP 0038/2012 de 26 de marzo, se tiene que:(…)
‘…mediante Ley 007 de 18 de mayo de 2010, denominada 'Ley de Modificaciones al Sistema
Normativo Penal', en su artículo primero, se establece las reformas parciales al Código de
Procedimiento Penal, entre las cuales se encuentra la modificación al artículo 321 del
mencionado Código, estableciendo esta ley para las excusas y recusaciones el siguiente
contenido textual: 'Producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá
realizar en el proceso ningún acto, bajo sanción de nulidad. Aceptada la excusa o la
recusación, la separación del juez será definitiva aunque posteriormente desaparezcan las
causales que las determinaron'” . Por lo que en el caso de autos, al haberse producido una
excusa por parte de la autoridad recurrida, ésta queda prohibida del conocimiento de
posteriores actos procesales1.
Precedente.- SCP 0038/2012 de 26 de marzo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dilación en cuanto a la remisión de obrados, para la realización de juicio oral, vulnerando el
debido proceso relacionado con la celeridad al estar esté vinculada con el derecho a la
libertad, estableciendo que la jurisdicción ordinaria tiene la obligación de remitir los
antecedentes del proceso sin dilaciones indebidas, más aún cuando el accionante, se
encuentra privado de libertad, aun cuando no hubiere un término establecido por ley; por lo
expuesto corresponde otorgar la tutela solicitada respecto a la autoridad demandada.
PRECEDENTE REITERADOR
F.J.III.3. La SCP 0024/2012 de 16 de marzo, respecto al principio de celeridad ha
señalado: “El art. 178.I de la Ley Fundamental, establece como uno de los principios que
rigen la administración de justicia a la celeridad, como componente del debido proceso,
entendido como la prontitud debida en los actos procesales a objeto de brindar la tutela
jurisdiccional efectiva y acceso a la justicia (art. 115 de la CPE) y no colocar a las partes en
incertidumbre jurídica durante el desarrollo del proceso. Cuando la celeridad esté vinculada
con el derecho a la libertad, el órgano jurisdiccional tiene la obligación de tramitar la solicitud
sin dilaciones indebidas, aun cuando no hubiere un término establecido por la ley; al
respecto, la SC 0900/2010-R de 10 de agosto, recogiendo el razonamiento de la SC
0224/2004-R de 16 de febrero, indicó: '…toda autoridad que conozca de una solicitud en la
que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con
la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no
hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que
siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá
de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la
lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud
de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa
conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que
exige la solicitud'” .
Precedente.- SC 0390/2003-R, 26 de marzo.
[348]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
406 del citado procedimiento; pues si bien no existe una norma específica que establezca
que las resoluciones que resuelvan excepciones e incidentes en la audiencia conclusiva, las
partes tengan que acudir a la reserva de recurrir, para una “eventual” apelación restringida,
situación restrictiva y que desnaturaliza la finalización de la etapa preparatoria y la audiencia
conclusiva que pone fin a esa etapa; por ello, la apelación incidental procede para impugnar
resoluciones dictadas a lo largo de la etapa preparatoria.
Dentro del contexto señalado, pretender que en la audiencia conclusiva, cuando se declare
improbada una excepción o se rechace un incidente, las partes se encuentren obligadas a
realizar la “reserva de recurrir” para una eventual apelación restringida y no así apelación
incidental, es crear un nuevo procedimiento contrario a la voluntad del legislador y al sistema
procesal penal; en todo caso, se tiene que la apelación incidental por su configuración
procesal se constituye en un medio idóneo, rápido y que por sus efectos en algunos casos,
sin duda puede poner fin a la persecución penal, y de esta forma, no ingresar a una
innecesaria preparación de un juicio oral, el cual podría quedar en nada en caso de que el
recurso de apelación incidental declare probada alguna de las excepciones; situación que no
contradice al principio de celeridad y continuidad siempre y cuando el tribunal de alzada
actúe dentro de los plazos previstos por el citado art. 406 del CPP, pues se entiende que las
excepciones y los incidentes por la naturaleza jurídica y su diseño procesal, son de previo y
especial pronunciamiento.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2. “En cuanto a la apelación de los incidentes en materia penal, resulta pertinente,
aclarar que el anterior Tribunal Constitucional a través de la SC 0636/2010-R de 19 de julio,
ampliando un entendimiento asumido anteriormente en la SC 0522/2005-R de 12 de mayo,
señaló que: 'De otro lado el Capítulo IV del Título I del Libro Primero de la Segunda Parte del
Código de Procedimiento Penal, tiene como nomen juris «Excepciones e incidentes», cuyo
procedimiento se rige por el art. 314 y ss. del CPP, precisando: 'Las excepciones y las
peticiones o planteamientos de las partes…', por ello dentro un sentido amplio de
interpretación de las normas analizadas, encontramos en el art. 403 inc. 2) del mismo cuerpo
legal, el derecho a impugnar resoluciones que resuelvan incidentes al incluirse su trámite
dentro de las excepciones e incidentes, dado que sujetarnos a la enunciación que hace dicho
precepto, correspondería a una interpretación restrictiva en desmedro de una norma
internacional y de la propia Constitución. Este razonamiento implica un cambio de la línea
asumida al respecto por las SSCC 0731/2005-R, 0265/2006-R, 0537/2006-R y 0721/2007-R,
entre otras'.
Corroborando este razonamiento la SC 1523/2011-R de 11 de octubre, concluyo lo siguiente:
'En consecuencia si los incidentes y excepciones tienen similar significado, por cuanto ambas
son cuestiones accesorias que se interponen dentro del proceso o con motivo de él, se llega
a la conclusión de que también pueden ser objeto de apelación, un entendimiento contrario
sería coartar al litigante de los medios de impugnación que actualmente se encuentra
reconocido como principio fundamental en el art. 180.II de la actual Constitución Política del
Estado, cuando señala que: «Se garantiza el principio de impugnación en los procesos
judiciales», garantía que no solo puede circunscribirse a algunos actos del Juez, sino a todos
sus actos, sea en materia civil, penal, familiar y otros; lo contrario significaría, dejar indefenso
[349]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
al litigante frente a un eventual abuso y exceso de los jueces'.
'En suma si bien el art. 403 del CPP, no incluye en su enumeración a los incidentes, dada
que su tramitación es la misma de las excepciones, en virtud al derecho de impugnación
conforme lo anotado, es posible tal cual fijo la jurisprudencia constitucional plantear recurso
de apelación respecto de los incidentes'.
De lo anterior podemos puntualizar, que todo litigante por mandato constitucional tiene
garantizado su derecho a impugnar determinada resolución judicial que considera
vulneratoria a sus intereses; lo contrario implicaría desconocer los alcances del art. 180.II de
la CPE; consiguientemente, la resolución que resuelve una excepción u incidente, es
susceptible de apelación incidental conforme establece el art. 403.2 del CPP”.
Precedente reiterado: SC 0636/2010-R, SCP 1542/2013
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hospitalario o de salud público o privado, debe retener a un paciente que no pueda cubrir los
gastos que ha demandado su curación, toda vez que la norma prevé que las obligaciones de
naturaleza patrimonial deben ejecutarse únicamente sobre el patrimonio del sujeto
responsable, por tanto los nosocomios a través de sus unidades jurídicas, deberán constituir
mecanismos legales que les permitan garantizar el cobro de la obligación, teniendo en
cuenta la situación de indigencia, pobreza, beneficios, descuentos, programas asistenciales
y otros promovidos por el Estado. Sin que este entendimiento signifique que, las instituciones
de salud públicas y privadas puedan negarse a atender a los pacientes que acudan a dichas
instituciones bajo ningún justificativo, lo contrario significaría lesionar el derecho fundamental
a la vida, adherida a su componente esencial la salud”, para concluir señalando: “…tanto los
centros hospitalarios públicos como privados, lesionan el derecho a la libertad individual y de
locomoción de los pacientes dados de alta o en su caso de aquellos que se nieguen a dar la
alta, cuando con la retención -en sus instalaciones- pretenden coaccionar el pago de la
deuda por cuentas de tratamiento médico e internación; en cuyo caso, corresponde conceder
la tutela que brinda el art. 125 de la CPE, que está destinada a proteger a toda persona
que se creyere ilegalmente restringida o suprimida de su libertad personal y de locomoción, a
consecuencia de actos de los funcionarios públicos y/o de personas particulares”.
De lo expuesto, se concluye que en los casos en que se denuncie la retención de una
persona en un centro hospitalario privado, por incumplimiento de obligaciones ante los
servicios prestados, esta debe ser denunciada a través de la acción de libertad, toda vez que
ésta se constituye en la única vía para que quien creyere encontrarse ilegalmente restringida
o suprimida de su libertad personal y de locomoción.
[351]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
alzada, al agravar la situación del impugnante, mutando la pena de seis años de
reclusión a diez años y seis meses, denota que no actuó dentro del límite establecido
por los arts. 400 parágrafo primero y 413 parágrafo tercero de la norma adjetiva
penal, y vulneró derechos fundamentales tales como el debido proceso y la
seguridad jurídica, por violación del principio "Non Reformatio In Peius'; siendo
insostenibles los argumentos del Auto de Vista, en sentido que el Tribunal juzgador
incurrió en un simple error, deslizado en la Sentencia y pretendiendo modificar
conforme al nuevo cómputo que desarrolla, sin tener presente que la prohibición de
reforma en perjuicio, sería viable únicamente, en caso de que los demás sujetos
procesales, hubieran planteado recurso de apelación restringida y sea a la par del
recurso del imputado o solamente por su parte. Por lo que corresponde declarar el
motivo fundado, al evidenciarse la vulneración del principio de favorabilidad
denunciado por el recurrente.
Descriptor: Prohibición de la reforma en perjuicio
Restrictor: Recurso de apelación restringida fue interpuesto única y exclusivamente
por el imputado, y no así por los otros sujetos procesales
[352]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
anular totalmente la Sentencia, se ajusta a las normas legales y la doctrina legal aplicable sentada por
este Tribunal, no siendo evidente la supuesta falta de fundamentación en el Auto de Vista impugnado,
respecto a este punto, en el que el Tribunal de alzada identificó claramente en que considerando de la
Sentencia se encuentra esa defectuosa valoración probatoria, señalando además que el A quo en el
considerando VII bajo el acápite "APRECIACIÓN CONJUNTA DE TODA LA PRUEBA
ESCENCIAL PRODUCIDA" (sic), se limitó a transcribir reiterativamente las declaraciones
testificales, sin asignarles a las mismas ningún valor probatorio.
Índice por Materia: Falta de fundamentación probatoria / Tribunal de Sentencia debe describir la
prueba de forma individual en primera instancia -fundamentación probatoria descriptiva-, y asignar el
valor correspondiente a cada medio de prueba en forma individual en primer lugar para posteriormente
hacer una valoración conjunta y armónica -valoración probatoria intelectiva
Descriptor: Falta de fundamentación probatoria
Restrictor: Tribunal de Sentencia debe describir la prueba de forma individual en primera instancia
-fundamentación probatoria descriptiva-, y asignar el valor correspondiente a cada medio de prueba en
forma individual en primer lugar para posteriormente hacer una va
[353]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PROHIBICIÓN DE REVALORIZACIÓN DE PRUEBA POR TRIBUNAL DE
ALZADA/Implica el deber de cuidar que los actos procesales no afecten derechos ni
garantías constitucionales
AUTO SUPREMO Nº 195/2015-RRC
Sucre, 19 de marzo de 2015
Delitos: Violación
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Asimismo, en lo relativo a la denuncia de la probable
revalorización de la prueba en la que incurrió el Tribunal de alzada, se constata al
presente que ésta no es evidente, teniendo en cuenta que la decisión de la anulación
total de la sentencia, no emerge de una nueva valoración que el Tribunal de alzada
hubiere efectuado respecto a los medios de prueba aportados en la etapa del juicio,
pues únicamente mencionó las pruebas, que a su juicio no fueron fundamentadas
de forma correcta en la valoración probatoria que efectuó el Tribunal de Sentencia,
estableciendo además, que la hermenéutica empleada en la fundamentación
probatoria intelectiva se asimilaría más a lo que debe contener una fundamentación
probatoria descriptiva; en suma, no ingreso a revalorizar total ni parcialmente las
pruebas; por el contrario se advierte que su actuación pretendió cumplir con el
deber de cuidar que los actos procesales no afecten derechos ni garantías
constitucionales.
Descriptor: Prohibición de Revalorización de prueba por Tribunal de alzada
Restrictor: Implica el deber de cuidar que los actos procesales no afecten derechos
ni garantías constitucionales
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
caso de errores u omisiones formales en la imposición de la pena o su cómputo, tal
el caso del error en la confusión de presidio por reclusión o el caso de un errado
cómputo de la pena, que pueden ser corregidos, debiendo el tribunal determinar en
qué caso se requiere de una fundamentación complementaria.
[355]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
“…los Vocales de Sala Penal y Administrativa, ahora demandados, actuaron en estricto
apego a la normativa legal contenida en el art. 251 del CPP, y verificando que, el Juez a quo,
efectuó una razonable apreciación de los antecedentes del proceso y de las circunstancias
particulares del caso que fueron determinantes para decidir la necesidad de imponer al
imputado la medida de detención preventiva, al concurrir los presupuestos previstos por los
arts. 233.1; y 2; 234.1 y 2; y 235.1 y 2 del CPP y que el incidente formulado en apelación, si
bien estaba vinculado con la medida cautelar, motivaron su decisión de mantener dicha
medida realizando una interpretación sistemática de lo previsto en el art. 35 del CPP y los
arts. 16 y 70 de la misma normativa; razonamiento que no lesiona los derechos reclamados
por el accionante conforme se ha señalado; por lo que no se evidencia que los Vocales ni el
Juez demandados, hubieran incurrido en lesión del derecho de libertad del representado de
los accionantes”.
PRECEDENTE
F.J.III.4.“…si bien es evidente que la prohibición contenida en el art. 35 del CPP, tiende a
proteger valores legítimos como la integridad y cohesión de los vínculos familiares,
resguardando la armonía familiar como bien jurídico a ser protegido, y que por esta
circunstancia no podría obligarse a denunciar ni ejercitar la acción penal pública a quienes se
encuentren comprendidos en las causales prohibitivas de denuncia; sin embargo, el acto
voluntario de denuncia que efectuaren él descendiente en línea directa contra su
ascendiente y viceversa, dentro del cuarto grado de consanguinidad o por adopción;
los parientes colaterales entre sí, dentro del segundo grado de consanguinidad o por
adopción; los cónyuges y convivientes, no podrá impedir el inicio y la prosecución de
la acción penal pública, ocasión en la que, el Ministerio Público, en ejercicio de la
facultad establecida en el art. 16 del CPP respecto a todos los delitos perseguibles de
oficio, por mandato del art. 70 del mismo compilado, deberá iniciar las investigaciones
y promover la acción penal contra el o los posibles autores; toda vez que de estimarse
lo contrario, se incurriría en el inadmisible razonamiento de no poder perseguir y
sancionar la comisión de ilícitos respecto de quienes se encuentran comprendidos en
el art. 35 del CPP, generándose, conforme se manifestó precedentemente, una espiral
de impunidad amparada en lazos de parentesco, que no puede ser tolerada en un
Estado de Derecho; quedando así conciliadas las normas penales de referencia.
Lo expuesto precedentemente, de ninguna manera implica que el denunciante, en
estos casos, deba constituirse en un instrumento para la realización de las
investigaciones y prosecución del proceso, debiendo en todo caso, tenerse presente
que, en mérito al espíritu del precepto legal contenido en la norma que se analiza, la
actuación de los sujetos comprendidos en la prohibición establecida en el art. 35 del
CPP, concluye con la presentación voluntaria de la denuncia, debiendo el Ministerio
Público, en atención a las atribuciones que le otorga su Ley Orgánica y en
correspondencia con el Código de Procedimiento Penal, dirigir las investigaciones
hasta su conclusión.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRUEBA EN APELACIÓN RESTRINGIDA/ no es admisible si está encaminada a
demostrar o desvirtuar los hechos que fueron objeto del debate
AUTO SUPREMO Nº 305/2015-RRC
Sucre, 20 de mayo de 2015
Delitos: Violación de Niño, Niña y Adolescente
Resultado de Resolucion: Deja sin efecto
Estracto Jurisprudencial: Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene
derecho de ofrecer prueba en grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser
producida para acreditar o desvirtuar los hechos juzgados, en razón de que en el
nuevo sistema de impugnación, el tribunal de alzada se limita a revisar el juicio de
derecho y por lo mismo, desaparece la posibilidad de la doble instancia que permita
al Tribunal de apelación, ingresar a considerar los hechos debatidos en el juicio oral
y público, y menos, admitir o incorporar prueba encaminada a demostrar o
desvirtuar los hechos que fueron objeto del debate.
Descriptor: Prueba en Apelación Restringida
Restrictor: no es admisible si está encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos
que fueron objeto del debate
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
prueba incorporada en la vía extraordinaria, no hubiese dado lugar a otro resultado,
por cuanto ante la existencia de otros medios probatorios, el juzgador de igual
manera hubiera arribado a la conclusión de la sentencia.
Descriptor: Prueba extraordinaria
Restrictor: incorporación al juicio oral/prevalencia verdad material
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de una determinada prueba en juicio oral, actuación con la que, la parte
impugnante, efectuó reserva de apelación restringida y que solamente hizo efectivo
en la audiencia de fundamentación complementaria; sin embargo, el referido
Tribunal no aplicó el entendimiento plasmado en el art. 15 de la Ley del Órgano
Judicial abrogada (LOJabrg), entonces vigente, que determinaba que era obligación
de los Tribunales de apelación y de casación revisar las actuaciones de oficio, no
obstante la determinación dispuesta por el art. 408 del CPP, a cuyo efecto sentó el
siguiente criterio:
“Los Tribunales de apelación y de casación tienen la labor de revisión minuciosa de
los antecedentes del proceso y verificar si los tribunales o jueces inferiores
observaron el cumplimiento de las normas que regulan su tramitación, y advirtiendo
defectos absolutos, éstos deben ser corregidos, aún de oficio, por el Tribunal de
alzada o casación, según el caso, inclusive en los supuestos en que los mismos no
hubieran sido invocados por el recurrente oportunamente en el desarrollo del
proceso.
La proposición u ofrecimiento de la prueba, así como su respectiva producción dentro
del proceso penal, constituye elemento esencial del derecho a la defensa del
procesado, pues constituye el único medio a través del cual puede desvirtuar la
acusación que pesa en su contra, de manera que el procesado tiene derecho a
presentar y producir prueba amplia, con la condición de que esta sea oportuna y
pertinente, siendo el único límite a la presentación y producción de la prueba de
descargo la licitud, oportunidad y pertinencia de la misma, condiciones que deberán
ser apreciadas adecuadamente por el Juez o Tribunal a tiempo de admitir o rechazar
la prueba de descargo.
En miras de la realización de la justicia, en materia penal la proposición y
producción de toda la prueba necesaria para ilustrar el conocimiento del juez
respecto a la verdad histórica de los hechos, constituye un elemento esencial.
El rechazo injustificado de una prueba objetivamente conducente al descubrimiento
de la verdad histórica del delito, constituye una violación al debido proceso, en su
elemento del derecho a la defensa y a la presentación de la prueba amplia y
pertinente del procesado; violación que en apelación restringida amerita la anulación
total de la sentencia y consiguiente reposición del juicio por otro juez o tribunal”.
[360]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procesales son los actos del proceso; es decir, actuaciones meramente
procedimentales; pues, la aplicación de un precepto procesal nuevo a un hecho y
conducta delictiva realizada con anterioridad a su entrada en vigor no significa
vulneración a dicho principio”.
La referida situación de hecho, no guarda similitud alguna con la problemática a
resolver en el presente recurso; en consecuencia, no será considerada a efectos de
resolver el fondo del motivo de casación.
El Auto Supremo 394/2014-RRC de 18 de agosto, emitió doctrina legal en un
asunto en el que se evidenció la falta de pronunciamiento suficiente y expresa de
parte del Tribunal de alzada, sobre la denuncia referida a que el Juez inferior
impidió a los recurrentes la posibilidad de plantear exclusión probatoria en el juicio
oral y les rechazó sin una resolución fundamentada los incidentes de exclusión
probatoria y de defectos absolutos, a cuyo efecto concluyó que el Tribunal de
apelación emitió una resolución carente de logicidad y completitud, al contener
una fundamentación contradictoria e insuficiente; y, de legitimidad, al razonar de
forma contraria a los antecedentes de la causa y sobre hechos que no constaban en
la causa; por lo que, emitió entre otros, el siguiente razonamiento:
“La inobservancia de este elemento origina una resolución contraria a lo previsto en
el art. 124 del CPP, así como del art. 30.11 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ),
disposición que ‘Obliga a las autoridades a fundamentar sus resoluciones con la
prueba relativa sólo a los hechos y circunstancias, tal como ocurrieron, en escrito
cumplimiento de las garantías procesales’. En la caso en análisis, si bien consta que
la autoridad judicial de manera oral rechazó la solicitud de dar curso a la exclusión
probatoria argumentando su extemporaneidad, por considerar que los incidentes y
excepciones deben ser planteados en un solo acto; sin embargo, ello no permite
convalidar el pronunciamiento oral de negativa a dar curso a las
exclusiones probatorias con la exigencia de pronunciar una resolución
motivada ante el planteamiento de un incidente de exclusión probatoria;
con mayor razón si se tiene en cuenta que con relación al incidente de defectos
absolutos no existió pronunciamiento expreso ni fundamentado. La ausencia de
verificación de estos aspectos por parte del Tribunal de apelación validó la existencia
de los defectos absolutos constatados, contrario a la doctrina legal prevista en el
Auto Supremo 021/2012 de 14 de febrero, identificada por los recurrentes como
precedente contradictorio.
No debe olvidarse que la exigencia de una resolución debidamente fundamentada
como elemento del debido proceso, se encuentra vinculada a materializar el derecho
de impugnación de las resoluciones judiciales. Sólo a partir de una resolución
fundamentada se puede acceder al recurso, porque únicamente así se pueden
conocer las razones que dieron lugar a una decisión, para así objetarlas y
materializar el derecho a impugnar las resoluciones consideradas lesivas. La
negativa a emitir una resolución debidamente fundamentada, no sólo constituye una
lesión al debido proceso en su elemento del deber de motivación de los fallos, sino
una obstrucción a la efectivización del derecho a impugnar las resoluciones
judiciales y con ello una impedimento a ejercer el control judicial de las
mismas; omisión que constituye un defecto absoluto por lesionar la garantía
[361]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
del debido proceso y, por ende, el derecho de recurrir las resoluciones,
defectos que fueron convalidados por el Tribunal de alzada por no considerar que el
Juez de Sentencia se negó a emitir una resolución para que los recurrentes
formalicen su impugnación, no obstante de haberse solicitado pronunciamiento
expreso y que con relación al incidente de defectos absolutos no se emitió ninguna
resolución, omisiones que impidieron a los recurrentes activar los recursos de
impugnación previstos por ley, toda vez que forma parte del contenido de una
resolución fundamentada el conocimiento de las razones que fundamentan la
decisión, finalidad que sólo puede lograrse mediante una resolución motivada para
posibilitar que la parte afectada pueda acceder a los recursos de ley y así efectivizar
sus derechos a la defensa y de impugnación, asegurándose de esta manera una
tutela judicial efectiva”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sostiene que el debido proceso se tutela vía acción de libertad cuando se cumplen con dos
requisitos concurrentes: 1. Indefensión absoluta y 2. Vinculación directa del acto legal
impugnado con el derecho a la libertad física. En la SCP 0037/2012 , se establece, de
manera expresa, que tratándose de lesiones al debido proceso vinculadas a medidas
cautelares, no se exige el primer requisito, aspecto que, se aclara, fue asumido
implícitamente en anteriores sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional.
[363]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
oportunos para restituir el derecho la libertad y a la persecución o procesamiento indebido
deben ser utilizados previamente por el o los afectados; en estos casos por tanto, la acción
de libertad operará solamente en caso de no haber restituido los derechos afectados a pesar
de haberse agotados estas vías especificas…`”".
Precedente SC 0160/2005-R
[364]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
“Como se ha desarrollado en el punto anterior, el Código Penal Boliviano establece reglas
generales que deben ser observadas por el juez a tiempo de determinar la pena, debiendo
reconocerse que la práctica en los tribunales de justicia del país, demuestran que, cada juez
tiene su propio procedimiento, siendo sin embargo deseable a fin de garantizar la plena
vigencia de la seguridad jurídica, contar con pautas de determinación judicial de la pena. En
este contexto, es interesante la propuesta de la profesora y consultora internacional Rosaly
Ledezma Jemio, que para el efecto propone los siguientes parámetros: 1) Establecer el
mínimo y el máximo legal del tipo penal; 2) Verificar la existencia de modificaciones al tipo
penal, como la concurrencia de atenuantes o agravantes en el tipo. Si se tratara de un
concurso real o ideal debe determinarse la escala legal aplicable, con el concurso; 3)
Establecer el grado de desarrollo del delito, si se ha consumado o se trata de una tentativa;
4) Determinar las implicaciones en la fijación de la pena según la calidad de autor, instigador,
cómplice necesario, cómplice no necesario; 5) Verificar la existencia de atenuantes especiales
previstas por el art. 39 del CP, considerando como parámetro de determinación el inciso 3)
del referido artículo; 6) Verificar la existencia de atenuantes generales observando lo
dispuesto por el art. 40 del CP; 7) Determinar la personalidad del autor y las circunstancias
del hecho considerando las establecidas por el art. 38 del CP, pudiéndose al efecto analizar:
la personalidad del autor -art. 38 num. 1 inc. a)-las condiciones especiales del hecho -art. 38
num. 1) inc. b)-, la gravedad del hecho -art. 38 num. 2)-, las consecuencias del hecho y la
situación de la víctima -art. 37 inc. 1); 8) Contraponer las circunstancias agravantes
generales y atenuantes, las circunstancias que aconsejen una mayor o menor penalidad; y,
9) Valorar todas las circunstancias en su conjunto y determinar la pena. Todo ese análisis
debe esencialmente realizarse sobre la consideración de los fines constitucionales de la pena
y en el caso concreto.”
Asimismo, sobre la obligatoriedad de la motivación de las circunstancias relativas a la
imposición de la pena, la misma doctrina precisó : “Así los arts. 37 y 38 del CP, establecen
que el juez, para determinar la pena aplicable a cada delito, dentro de los límites legales,
debe tomar en cuenta los siguientes factores: a) La personalidad del autor; b) La mayor o
menor gravedad del hecho; y, c) Circunstancias y las consecuencias del delito.
Debe agregarse que la fundamentación es una exigencia inexcusable, tanto para que el
condenado sepa por qué ha recibido tal o cual pena en su condena, así como para que el
Tribunal de apelación valore adecuadamente los fundamentos de la pena impuesta y en su
caso determine los correctivos necesarios. En consecuencia el Juez está obligado a exponer
las circunstancias que para él han sido determinantes en la fijación de la pena expresando
por qué y cómo consideró tal o cual atenuante o agravante”.
Al efecto, el art. 118. III de la CPE, dispone que el cumplimiento de las sanciones privativas
de libertad y las medidas de seguridad están orientadas a la educación, habilitación y
reinserción social de los condenados con respeto de sus derechos; por lo tanto, la pena debe
estar dirigida a cumplir fines compatibles con dicho postulado; en consecuencia, la ejecución
de la pena está encaminada a lograr la reinserción social del delincuente, directriz
constitucional que ya fue desarrollada por el legislador ordinario, al propugnar la enmienda y
readaptación social del delincuente; y, dentro de ello la reinserción social, como uno de los
fines centrales de la pena, conforme se tiene de la disposición contenida en el art. 25 del CP.
La doctrina distingue tres etapas en la individualización de la pena: la legal, la judicial y la
penitenciaria. En la primera, el legislador valora desde el marco de la proporcionalidad, la
gravedad del ilícito tipificado en un tipo penal y determina la pena aplicable en abstracto. En
la segunda, el Juez penal a la conclusión del proceso y establecida que sea conforme al
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
debido proceso de ley, la responsabilidad penal del autor del hecho, fija la pena al caso
concreto, tomando como base el marco punitivo determinado por el legislador. La tercera
etapa, denominada ejecución penal, se halla destinada al cumplimiento de los
pronunciamientos contenidos en el fallo de una sentencia penal ejecutoriada y se desarrolla
por la administración penitenciaria, bajo control jurisdiccional.
El tratamiento que se da a la fijación de la pena en cada una de las legislaciones no guarda
uniformidad. La tendencia de las legislaciones más modernas es la de limitar el amplio arbitrio
judicial con reglas precisas, resultando que en el caso de Bolivia, el Código Penal no establece
parámetros para fijar las penas, quedado esa determinación al arbitrio del juez, en el marco
del mínimo y máximo legal de la pena prevista para cada delito, determinando la ley
solamente las circunstancias generales que el juez debe considerar para la fijación de la
pena, previstas por el art. 38 del CP; además, de las reglas de las atenuantes especiales
definidas en el art. 39 del mismo cuerpo legal. Debe destacarse que estas reglas están
ausentes en el caso de las atenuantes generales previstas por el art. 40 del CP, en las cuales
no existe un criterio rector para que el juez atenué la pena.
Así los arts. 37 y 38 del CP, establecen que el juez, para determinar la pena aplicable a cada
delito, dentro de los límites legales, debe tomar en cuenta los siguientes factores: a) La
personalidad del autor, b) La mayor o menor gravedad del hecho y, c) Circunstancias y las
consecuencias del delito.
Debe agregarse que la fundamentación es una exigencia inexcusable tanto para que el
condenado sepa por qué ha recibido tal o cual pena en su condena, así como para que el
Tribunal de apelación valore adecuadamente los fundamentos de la pena impuesta y en su
caso determine los correctivos necesarios. En consecuencia, el Juez está obligado a exponer
las circunstancias que para él han sido determinantes en la fijación de la pena, expresando
por qué y cómo consideró tal o cual atenuante o agravante.
[366]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
agravantes en el tipo. Si se tratara de un concurso real o ideal debe determinarse la
escala legal aplicable, con el concurso; 3) Establecer el grado de desarrollo del delito,
si se ha consumado o se trata de una tentativa; 4) Determinar las implicaciones en la
fijación de la pena según la calidad de autor, instigador, cómplice necesario, cómplice
no necesario; 5) Verificar la existencia de atenuantes especiales previstas por el art.
39 del CP, considerando como parámetro de determinación el inciso 3) del referido
artículo; 6) Verificar la existencia de atenuantes generales observando lo dispuesto
por el art. 40 del CP; 7) Determinar la personalidad del autor y las circunstancias del
hecho considerando las establecidas por el art. 38 del CP, pudiéndose al efecto
analizar: la personalidad del autor -art. 38 num. 1 inc. a)-las condiciones especiales
del hecho -art. 38 num. 1) inc. b)-, la gravedad del hecho -art. 38 num. 2)-, las
consecuencias del hecho y la situación de la víctima -art. 37 inc. 1); 8) Contraponer
las circunstancias agravantes generales y atenuantes, las circunstancias que
aconsejen una mayor o menor penalidad; y, 9)Valorar todas las
circunstancias en su conjunto y determinar la pena. Todo ese análisis debe
esencialmente realizarse sobre la consideración de los fines constitucionales
de la pena y en el caso concreto.”
Al efecto, el art. 118. III de la CPE dispone que el cumplimiento de las sanciones
privativas de libertad y las medidas de seguridad están orientadas a la educación,
habilitación y reinserción social de los condenados con respeto de sus derechos; por
lo tanto, la pena debe estar dirigida a cumplir fines compatibles con dicho
postulado; en consecuencia, la ejecución de la pena está encaminada a lograr la
reinserción social del delincuente, directriz constitucional que ya fue desarrollada
por el legislador ordinario, al propugnar la enmienda y readaptación social del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
delincuente y dentro de ello, la reinserción social, como uno de los fines centrales de
la pena, conforme se tiene de la disposición contenida en el art. 25 del CP.
Así los arts. 37 y 38 del CP, establecen que el juez, para determinar la pena
aplicable a cada delito, dentro de los límites legales, debe tomar en cuenta los
siguientes factores: a) La personalidad del autor, b) La mayor o menor gravedad del
hecho y, c) Circunstancias y las consecuencias del delito.
Debe agregarse que la fundamentación es una exigencia inexcusable tanto para que
el condenado sepa por qué ha recibido tal o cual pena en su condena, así como para
que el Tribunal de apelación valore adecuadamente los fundamentos de la pena
impuesta y en su caso determine los correctivos necesarios. En consecuencia el Juez
está obligado a exponer las circunstancias que para él han sido determinantes en la
fijación de la pena expresando por qué y cómo consideró tal o cual atenuante o
agravante.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.4. Respecto a la extinción de la acción penal y su incidencia con el derecho a la
libertad, la jurisprudencia constitucional, en la SC 0115/2010-R de 10 de mayo, estableció lo
que sigue: ”Precisando aún más el alcance de lo señalado, la jurisprudencia constitucional
que se ha establecido en la SC 0012/2010-R de 6 de abril, entre otras, estima que en los
casos en los que se cuestione el rechazo a la solicitud de la extinción de la acción penal, se
debe presentar la acción de amparo constitucional y no así habeas corpus -hoy acción de
libertad-, porque es un aspecto que atañe al debido proceso, que no está vinculado
directamente con el derecho a la libertad y no existe indefensión absoluta; razón por la cual
este Tribunal no puede entrar a considerar el fondo de la presente problemática” .
‘…el rechazo o revocatoria de una extinción propiamente dicha, no puede ser considerado
como elemento determinante de lesión a la libertad física o de locomoción; en todo caso, si
se constatare alguna lesión, correspondería al núcleo esencial del derecho al debido
proceso; el mismo que debe ser tutelado vía acción amparo constitucional cuando no se
constata la incidencia alegada”.
Precedente.- SC 0012/2010-R de 6 de abril.
RECHAZO SIN TRÁMITE DE RECURSOS: Omisión del art. 399 del CPP
AUTO SUPREMO N° 102/2016-RRC
Sucre, 16 de febrero de 2016
El análisis de fondo del presente motivo conforme se tiene en el Auto de Admisión
del recurso emitido en la causa, es viable ante la posible inobservancia de una
resolución emitida con anterioridad por este Tribunal dentro de la tramitación de la
causa, a cuyo efecto es menester precisar que el Auto Supremo 370/2014-RRC de 8
de agosto, fue emitido al evidenciarse respecto al Auto de Vista que fue dejado sin
efecto: “(…) que una vez pronunciada la Sentencia absolutoria, los acusadores
particulares interpusieron recurso de apelación restringida, motivando previo el
trámite previsto por el art. 409 del CPP, la remisión de antecedentes al Tribunal de
alzada que por Resolución de 18 de septiembre de 2013, determinó la radicatoria de
la causa y señaló audiencia pública de fundamentación oral del recurso; una vez
realizada esta actuación judicial y previo sorteo, la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, emitió el fallo impugnado por el cualadmitió el
recurso de apelación y declaró improcedente el recurso formulado y confirmó
la sentencia apelada; ahora bien, uno de los argumentos asumidos por el Tribunal
de alzada para esa decisión se halla consignada en el sexto considerando del Auto de
Vista impugnado, específicamente en el numeral 2, por el cual concluyó expresamente
que la parte apelante incumplió la previsión contenida en la segunda parte del art.
407 del CPP, decidiendo no ingresar al análisis de fondo de las denuncias `en razón
al error de forma que incurrieron los ahora apelantes´.
Estos antecedentes denotan la contradicción existente entre el Auto de Vista
impugnado con la doctrina legal establecida en el precedente invocado por los
recurrentes, pues además de no ser evidente la conclusión asumida el
Tribunal de alzada por los fundamentos expuestos por este Tribunal en el
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anterior acápite de esta Resolución, si constató que el recurso de apelación
no cumplía con los requisitos formales para su presentación, debió haber
concedido a los apelantes el término previsto por el art. 399 del CPP para su
subsanación.” (el resaltado nuestro).
Ahora bien, debe considerarse que para comprender la última parte glosada, es
necesario identificar a qué conclusión se refirió el Tribunal de casación; en ese
sentido, acudiendo nuevamente al Auto Supremo 370/2014-RRC de 8 de agosto, se
tiene que al resolver la denuncia de incongruencia omisiva planteada por los
recurrentes en el anterior recurso de casación, estableció que: “En el caso en
análisis, los recurrentes denuncian que el Tribunal de alzada se limitó a señalar que
sus argumentos debieron ser efectuados en el momento oportuno y en caso de
rechazo, hacer reserva de apelación, sin pronunciarse sobre el fondo del asunto y
menos aún sobre los agravios denunciados en su apelación restringida. Precisada la
denuncia se tiene de los antecedentes que a través de la apelación restringida, los
recurrentes alegaron de manera puntual que la sentencia emitida en la
presente causa se basó en inobservancia y errónea aplicación de la ley
sustantiva, que vulneró el principio de congruencia, incurrió en
contradicciones e incongruencias, además en falta de valoración de las
pruebas, de fundamentación y motivación, constatándose además que el Tribunal
de alzada, conforme consta en el considerando sexto numeral 2, se limitó a concluir
que la totalidad de los aspectos cuestionados correspondían a errores in procedendo,
advirtiendo de la revisión de las actas de registro de juicio oral, que la parte apelante
no hizo el reclamo oportuno para el saneamiento ni efectuó la reserva de recurrir,
incumpliendo en consecuencia con la previsión contenida en la segunda parte del art.
407 del Código de Procedimiento Penal, razón por la que ese Tribunal no ingresó al
análisis del fondo de los motivos en mérito según concluyó al error de forma en el que
incurrieron los recurrentes. Es más, concluyó que el contenido del memorial del
recurso, no guardaba armonía con la naturaleza jurídica de la apelación restringida.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imponer la sanción penal; siendo de conocimiento pleno del imputado el tipo penal
acusado Ejercicio Ilegal de la Medicina [art. 218 inc. 4 del CP] con relación a las
disposiciones comunes [art. 219 inc. 2) del CP] y formas culposas (art. 220 del CP),
sobre las cuales asumió plena defensa, ofreciendo los medios probatorios que
consideró pertinentes para sustentar su defensa; por cuanto, no existe vulneración
de la seguridad jurídica ni al debido proceso en su vertiente del derecho a la
defensa.
Descriptor: Rectificación de la Sentencia (art. 414 CPP)
Restrictor: El Tribunal de alzada puede fundamentar los escasos argumentos de la
Sentencia en cuanto a la imposición de la pena y su agravante
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
remitidas ante la Corte Superior de Justicia en el término de veinticuatro horas, debiendo el
tribunal de apelación resolver el recurso, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres
días siguientes de recibidas las actuaciones” (Citado a su vez por la SCP 0145/2013 de 18
de febrero).
PRECEDENTE: SC 0160/2005-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El recurrente denuncia falta de pronunciamiento por parte del Tribunal de
apelación, sobre su denuncia relativa de prescripción de la acción penal,
sosteniendo que el Tribunal de alzada no hubiese efectuado un pronunciamiento
expreso sobre el mismo, ya que si bien en la resolución se hace una mención a la
extinción de la acción penal, no es menos cierto que por sus características la
prescripción tiene un tratamiento diferente; por lo que no se advertiría una
respuesta específica sobre estos motivos de apelación; invocando al respecto el Auto
Supremo 281/2012 de 15 de octubre, que resolvió un recurso de casación planteado
en un proceso seguido por el delito de Aborto Seguido de Muerte, en el que se
denunció incongruencia omisiva y falta de fundamentación, ya que el Tribunal de
alzada no se pronunció de manera fundamentada sobre los puntos apelados,
además de la vulneración del derecho a la defensa y el derecho a ser oído, al no
haberse mencionado en el Auto de Vista los argumentos y fundamentos del recurso
de apelación interpuesto, limitándose a resolver los argumentos del recurso
formulado por la parte contraria; estableciendo la siguiente doctrinal legal
aplicable: “Todo Auto de Vista debe ser debidamente fundamentado y motivado,
cumpliendo con los parámetros de especificidad, claridad, completitud,
legitimidad y logicidad, respondiendo y emitiendo los criterios jurídicos de manera
puntual y objetiva al fondo de la denuncia o denuncias realizadas, sin que la
argumentación vertida sea vaga, imprecisa, no pudiendo ser remplazada por la
remisión a actuaciones del proceso o a la simple relación de documentos, toda vez que
esta circunstancia deja en estado de indeterminación e incertidumbre a las partes, al
no haberse absuelto de manera efectiva sus acusaciones.”.
En principio corresponde expresar, respecto a este motivo, que las Resoluciones
emitidas por el Tribunal de alzada sobre estos mecanismos de defensa, no son
recurribles en Casación por corresponder a un procedimiento incidental; sin
embargo, este Tribunal ha establecido como excepción a la regla, la consideración en
el fondo de aquellas denuncias en las que se alegue incongruencia omisiva, casos en
los cuales de manera excepcional apertura su competencia a los fines de verificar si
evidentemente existe la falta de pronunciamiento sobre una apelación vinculada a
algún tema incidental, siendo que en el caso de Autos, en cuanto a la prescripción
de la acción penal, se denuncia la falta de respuesta expresa del Tribunal de
alzada, correspondiendo ingresar a verificar lo alegado sólo respecto de este aspecto.
Del análisis efectuado por este Tribunal se concluye respecto al presente motivo, que
el Tribunal de alzada no incurrió en la omisión denunciada sobre la prescripción de
la acción, por cuanto dio respuesta expresa en el considerando cuarto al reclamo,
señalando: “…la prescripción de la acción ya que la S.C. 0003/2011-R de 07 de
febrero de 2011, y S.C. 0318/2011-R de 01 de abril, claramente han señalado que
(…) no opera de hecho o por la simple petición de la parte recurrente sino que este
se encuentra obligado a demostrar materialmente que las dilaciones y la retardación
no son atribuibles a su persona, empero, lo que pretendió realizar el imputado es
presentar un supuesto memorial de auditoria jurídica hecho por su propio abogado
el cual no tiene asidero legal ya que no se puede considerar a los efectos de tomar el
transcurso del tiempo el simple hecho referido por el propio recurrente sino que este
debe encontrarse demostrado por otros mecanismos establecidos en la norma
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procesal adjetiva penal, de lo que se tiene que el transcurso del tiempo en el
presente caso ha sido suspendido por cuanto las excepciones e incidentes
planteados por el propio recurrente han logrado que el proceso no se desarrolle con
normalidad es decir la retardación es atribuible al propio excepcionista, hoy
recurrente ya que se logró por dichos recursos la nulidad del juicio anterior y ahora
pretende hacer ver que procede la extinción de la acción penal por cuanto fue el
propio excepcionista quien solicitó en su oportunidad la nulidad y reposición del
juicio oral, entonces mal podría atacar que el proceso se ha desarrollado de forma
retardada y pretender atribuir esta retardación al órgano judicial o funcional...” (sic);
evidenciando este Tribunal, que el Tribunal de apelación otorgó una respuesta al
planteamiento y si bien no lo hizo de manera separada, lo hizo de forma expresa al
reclamo, lógica, precisa, fundamentada y completa, dando cumplimiento a cabalidad
al precedente contradictorio invocado; no correspondiendo a este Tribunal, revisar
otros aspectos, más que los circunscritos por el art. 403 del CPP, habida cuenta que
las resoluciones emergentes de la apelación a las decisiones adoptadas respecto a
excepciones o incidentes, sólo son impugnables mediante el recurso de apelación
incidental que no admiten ulterior recurso, entendimiento que tiene plena
coherencia con lo dispuesto por el ya citado art. 394 del CPP; y de acuerdo a la
doctrina legal aplicable establecida por este alto Tribunal, así como el contenido el
Auto Supremo 628 de 27 de noviembre de 2007, que precisó: “...el recurso de
casación únicamente procede para impugnar autos de vista dictados por las cortes
superiores en ejercicio de la competencia reconocida por el art. 51 inc. 2) del Código de
Procedimiento Penal, es decir, en la sustanciación y resolución del recurso de
apelación restringida que procede exclusivamente respecto a Sentencias emergentes
de juicios sustanciados ante el tribunal de sentencia y juez de sentencia o como
consecuencia de la aplicación del procedimiento abreviado por parte del juez de
instrucción"; consecuentemente, el presente motivo deviene en infundado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
No cabe duda que recurso de apelación aludido, dada su configuración procesal, es un
recurso idóneo e inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restricciones al derecho
a la libertad de los imputados, en el que el tribunal superior tiene la oportunidad de corregir,
en su caso, los errores del inferior invocados en el recurso. Es idóneo, porque es el recurso
adecuado, apropiado, establecido expresamente en la ley para impugnar las medidas
cautelares que vulneren el derecho a la libertad del imputado, en ocasión de la aplicación de
las medidas cautelares. Es inmediato, porque el recurso es resuelto sin demora, dado que la
ley establece un lapso brevísimo para su Resolución (tres días).
De lo expresado, se concluye que el Código de procedimiento penal, ha previsto un recurso
expedito en resguardo del derecho a la libertad del imputado. En consecuencia, ese es el
recurso que debe utilizarse para impugnar los actos del juez que se consideren lesivos al
derecho aludido, y no acudir directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional
a través del recurso de hábeas corpus, garantía que podrá ser utilizada sólo cuando el
tribunal superior en grado no haya reparado las lesiones denunciadas’ (SC 0160/2005 de 23
de febrero)”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
su resolución sin demora alguna, considerando que de ello depende la modificación o no de
la situación jurídica del accionante.
RECURSO DE APELACIÓN INCIDENTAL PREVISTO POR EL ART. 251 DEL CPP, COMO
MEDIO IDÓNEO DE IMPUGNACIÓN RESPECTO A RESOLUCIONES QUE DISPONGAN,
MODIFIQUEN O RECHACEN MEDIDAS CAUTELARES
S.C.P. 0079/2015-S1 Sucre, 11 de febrero de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La naturaleza propia del ser humano, determina que la disconformidad con los actos ajenos
respecto a situaciones personales, genere siempre discrepancia, y como no podía ser de otra
manera, tratándose de asuntos en los cuales se encuentran en juego derechos y garantías,
suele suceder lo propio.
Es así que, la ciencia del derecho, a través del tiempo ha ido buscando y estableciendo
mecanismos jurídicos a partir de los cuales los sujetos procesales, involucrados en una
contienda judicial, puedan expresar su desacuerdo con las decisiones asumidas por quienes
los enjuician; así se ha previsto en la legislación procesal, la posibilidad de interponer
recursos contra aquellas decisiones, estableciendo también la oportunidad y los requisitos
necesarios para poder activarlos, de acuerdo a la materia que se procese.
La determinación y establecimiento de estos recursos, tiene por objeto que la autoridad que
conoce el proceso o en su caso una de mayor jerarquía, dependiendo de la materia que se
examine, tenga la posibilidad de revisar la decisión asumida previamente, para que en caso
de considerarlo necesario y pertinente, la modifique.
Ahora bien, no debe sobreentenderse que la activación de tales recursos impugnaticios,
obedecen a la voluntad del juzgador, sino que su activación y tramitación se supedita a que
las partes procesales actúen con diligencia en su propia causa; es decir, dependerá de los
sujetos procesales la interposición y sustanciación de los recursos, cuando lo consideren
pertinente y luego de haber sido debidamente notificados con el actuado objeto de cuestión;
caso contrario, si a pesar de haber tomado conocimiento de la decisión del juzgador, la parte
que se considera agraviada, deja vencer los términos para interponer el recurso o
simplemente no cumple con los requisitos necesarios, previstos en el ordenamiento jurídico
específico para su activación, se tendrá por entendido la concurrencia de tácita conformidad
con la decisión adoptada.
Este razonamiento, armoniza con los argumentos y jurisprudencia expuestos en el
Fundamento Jurídico precedente que alude a la subsidiariedad de la acción de libertad,
conforme a la cual, la problemática objeto de la demanda, no podrá ser analizada cuando, el
accionante, no haya agotado los medios intraprocesales previstos en el ordenamiento
jurídico antes de acudir a la vía constitucional; es decir, las pretensiones del sujeto procesal
no podrán ser objeto de estudio y menos de tutela, cuando la parte interesada en controvertir
la decisión judicial no haya ejercido previamente su derecho a impugnar un fallo en la vía
correspondiente, de donde se infiere que, el justiciable, dejó precluir su derecho de
controvertir una decisión judicial por su propia negligencia.
El derecho procesal penal boliviano, contempla una serie de mecanismos impugnaticios así
como su procedimiento y forma de tramitación; entre ellos el recurso de apelación, entendido
como la impugnación de la decisión asumida por la autoridad que sustancia el proceso a
efectos de que la autoridad siguiente en jerarquía, verifique si los hechos demandados de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
erróneos lo son evidentemente o no y, sobre la base del análisis contrastado entre lo
demandado y lo sometido a revisión, resuelva lo que en derecho corresponda.
Similar razonamiento expresa Alberto Hinostroza Minguez, para quien la apelación es ”…
aquel recurso ordinario vertical o del alzada formulado por quien se considera agraviado por
una resolución judicial (auto o sentencia) que adolece de vicio o error y encaminada a lograr
que el órgano jurisdiccional superior en grado al que la emitió la revise y proceda a anularla o
revocarla, ya sea total o parcialmente, dictando otra en su lugar u ordenando al juez a quo,
que expida una nueva resolución de acuerdo a los considerandos de la decisión emanada
del órgano superior”, entendimiento que de manera armónica se asemeja a lo vertido por
Agustín Costa, al señalar que la apelación se constituye en “…un remedio procesal que tiene
por objeto el control de la función judicial y se funda en una aspiración de una mejor justicia,
remedio por el cual se faculta al litigante agraviado por una sentencia o interlocutora, a
requerir un nuevo pronunciamiento de un tribunal jerárquicamente superior para que, con el
material reunido en primera instancia y el que restringidamente se aporte en alzada, examine
en todo o en parte la resolución impugnada como erróneamente por falsa apreciación de los
hechos o equivocada aplicación o interpretación del derecho, y la reforme o la revoque en la
medida de lo solicitado”.
Con esta breve pero objetiva conceptualización doctrinal respecto al recurso de apelación,
resta manifestar que, dentro de los recursos de apelación establecidos en materia penal, el
Código de Procedimiento Penal, establece en el art. 251, el recurso de apelación incidental
referido específicamente a la imposición, modificación o rechazo de medidas cautelares;
precepto legal que a la letra establece: “La resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable en el efecto no suspensivo en el término de setenta y dos
horas. Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
Entonces resulta lógico que, si dentro de un proceso penal, la autoridad jurisdiccional que
conoce la causa, en uso de sus facultades y competencias y, atendiendo a los elementos
que le son presentados, puede disponer de considerarlo necesario, a través de una
resolución debidamente fundamentada y motivada, la privación de libertad del justiciable en
aplicación de la medida cautelar de detención preventiva, decisión que de no satisfacer las
pretensiones de las partes procesales, puede ser impugnada mediante el recurso de
apelación incidental establecido en el art. 251 del CPP, a efectos de que un Tribunal de
alzada, examine el fallo cuestionado y proceda a su ratificación, modificación y en su caso
anulación y correspondiente revocatoria.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el imputado Francisco Velarde Blanco; asimismo determinó dar curso al requerimiento de la
Fiscal de Materia y de la acusación particular, disponiendo la revocatoria de la medida
cautelar sustitutiva impuesta por Auto de 30 de mayo de 2012, ordenando su detención
preventiva en el penal de San Antonio de Cochabamba; comunicando a las partes que tienen
el derecho de formular el recurso de apelación en el término de setenta y dos horas contra la
resolución pronunciada.
(...) Conforme el desarrollo efectuado en el Fundamento Jurídico III.3 del presente fallo, se
estableció que el recurso de apelación incidental previsto en el art. 251 del CPP, es el medio
idóneo para impugnar la resolución judicial que disponga, modifique o rechace una medida
cautelar, para que una vez interpuesta la misma sea el Tribunal de apelación la que resuelva
aprobando o revocando la resolución impugnada de acuerdo a los antecedentes adjuntados
al proceso y defina la situación jurídica del imputado
En el caso presente, Francisco Velarde Blanco, no interpuso el recurso de apelación
incidental previsto en el art. 251 del CPP, el Auto de 9 de septiembre de 2013, que en
primera instancia desestimó el incidente de nulidad de notificación, posteriormente dio curso
al requerimiento de la Fiscal de Materia y de la acusación particular, disponiendo la
revocatoria de la medida cautelar sustitutiva impuesta por Auto de 30 de mayo de 2012,
ordenando la detención preventiva de Francisco Velarde Blanco, en el penal de San Antonio
de Cochabamba, a fin de que el Tribunal de alzada, ratifique o modifique la resolución
aludida; al no haber interpuesto el recurso indicado, se advierte en el caso, concurre el
principio de subsidiariedad excepcional, que no permite que este tribunal pueda ingresar al
análisis del fondo de la causa.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.3. “En este sentido se pronunció también la SCP 0400/2012, cuando señaló lo
siguiente: “Dentro de la normativa procesal penal ordinaria, se encuentra el recurso de
apelación incidental como un medio de impugnación a las resoluciones judiciales que
resuelven medidas cautelares, considerándose este un mecanismo idóneo y eficaz que
busca corregir o enmendar errores o arbitrariedades cometidas por las autoridades
judiciales”.
Precedente: 0400/2012
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
impugnación, más aún si se tiene presente que las excepciones e incidentes se caracterizan
de ser de previo y especial pronunciamiento y la apelación incidental contra la resolución que
resuelve las mismas, es trascendental para poner fin a la acción penal o en su caso, ingresar
a un juicio oral con la certeza y “seguridad jurídica” para las partes y para el sistema de que
el mismo se desarrollara, sin vicios antiguos de la etapa preparatoria que obstaculicen el
desarrollo normal y continuo de un juicio oral, público y contradictorio…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.4. “…Consiguientemente y en coherencia con Fundamento Jurídico III.4.1 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, la audiencia conclusiva se encuentra en una
etapa distinta a la del juicio oral y tiene otra finalidad, cual es en lo esencial, el saneamiento
procesal de cualquier irregularidad o vicio procesal existente en la etapa preparatoria, lo que
le otorga legitimidad a dicha etapa; de esta forma se ingresará a un juicio oral expedito sin
que exista ningún acto procesal pendiente -esto incluye la resolución de la apelación
incidental- garantizando que se desarrolle con normalidad en el marco del principio de
celeridad y unidad.
Por tanto, se entiende que las excepciones e incidentes resueltos en la audiencia conclusiva,
son susceptibles de apelación incidental conforme establece el art. 403 inc.2) del CPP, por lo
que necesariamente debe seguir la tramitación diseñada por el legislador para ese efecto; no
existe una norma específica que establezca que las resoluciones que resuelvan excepciones
e incidentes en la audiencia referida, las partes tengan que acudir la reserva de recurrir para
una «eventual» apelación restringida; situación restrictiva y que desnaturaliza la finalización
de la etapa preparatoria y la audiencia conclusiva, en ese orden, no se puede aplicar el
razonamiento establecido por jurisprudencia citada en el Fundamento Jurídico III.4.1
(apelaciones incidentales en el juicio oral) a la audiencia que pone fin a una etapa
preparatoria; por ello, la apelación incidental procede principalmente para impugnar
resoluciones dictadas a lo largo de la etapa preparatoria…”.
PRECEDENTE SCP 1542/2013
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procedimiento general para las excepciones, sea que se planteen en la etapa
preparatoria o en la etapa del juicio, prescribe: ‘Si la excepción o el incidente es de
puro derecho, o si no se ha ofrecido o dispuesto la producción de prueba, el juez o
tribunal, sin más trámite, dictará resolución fundamentada dentro de los tres (3) días
siguientes de vencido el plazo previsto en el artículo anterior’.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El citado razonamiento desarrollado por la jurisprudencia de este Tribunal,
afirma: ‘…como todos los derechos, el de recurrir está sujeto a las normas generales
que lo rigen, entre ellos la oportunidad o el plazo, el contenido o expresión de agravios
y la forma en que deban formularse. En cuanto a la apelación incidental se la debe
presentar y tramitar en sujeción a las previsiones de los arts. 404 a 406 del CPP,
deduciéndose la imposibilidad de plantearla directamente dentro del juicio oral, cuyo
objeto la averiguación de los hechos, no permite su sustanciación durante la
celebración del mismo, correspondiendo en su caso hacer reserva de apelación
restringida, conforme tiene anotada la jurisprudencia constitucional' (SC 2255/2010-R
de 19 de noviembre).
Por otro lado, es preciso resaltar que el derecho a recurrir ante un juez o Tribunal de
alzada, reconocido en el art. 180.II de la Constitución Política del Estado (CPE), así
como en los Convenios y Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos
ratificados por el Estado Boliviano, que forman parte del bloque de
constitucionalidad, además de regirse a las reglas procesales de oportunidad, plazo
y la forma en que deban formularse, en cuanto al contenido o expresión de agravios,
el recurrente debe observar una debida fundamentación, expresando de manera
clara y jurídica lo que denuncia y lo que pretende, de tal forma que no sólo la parte
adversa pueda refutar los cuestionamientos, sino que el superior en grado pueda
resolver de forma efectiva y coherente la impugnación (En ese sentido se pronunció
el Auto Supremo 60/2013 de 7 de marzo, citando a la Sentencia Constitucional
1306/2011).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
incoherente expresada en el recurso de alzada, en la que de forma errada e
impertinente los recurrentes cuestionaron y transcribieron los hechos descritos en
la acusación (fs. 462 a 463), señalando que en dicho actuado no se establece la
concurrencia de los elementos constitutivos del tipo penal descrito en el art. 335 del
CP; sin tomar en cuenta que esos cuestionamientos debieron ser planteados y
objetados de forma oportuna, en aplicación del art. 376 concordante con los arts.
290 y 291 del CPP, dado que la objeción de la querella es procedente también en los
delitos de acción penal privada, entendimiento desarrollado por la Sentencia
Constitucional 1517/2004-R de 1 de octubre de 2004, que señaló: "De todo lo
analizado surge la conclusión de que los delitos de acción privada si bien están
sujetos a un procedimiento especial que se inicia formalmente con la presentación
de la querella, trámite en el que no se prevé la objeción a la misma, tal omisión no
debe entenderse en el sentido de que en este tipo de delitos no cabe ese recurso,
puesto que dentro de una interpretación sistematizada de las normas del Código de
Procedimiento Pena relativas a la cuestión de contenido esencialmente garantista y
enmarcadas al principio de inviolabilidad de la defensa consagrado por el art. 16.IV
de la Constitución la objeción a la querella no sólo puede darse en los delitos de
acción pública/ sino también en los de acción privada'', principio que en la actual
Constitución Política del Estado (CPE), se encuentra garantizado como derecho, en
los parágrafos II de los arts. 115 y 119; en similar sentido se pronunció la Sentencia
Constitucional 302/2006-R de 29 de marzo, que refirió: "Es menester señalar que la
referida objeción a la querella no sólo es procedente con relación a las querellas
destinadas al ejercicio de la acción penal pública, sino también a la privada ...”; de
lo que se evidencia, que la parte recurrente no tomó en cuenta que el recurso de
apelación restringida procede contra Sentencias y no en contra de otras actuaciones
procesales.
Descriptor: Recurso de apelación restringida
Restrictor: Procede contra Sentencias y no en contra de otras actuaciones
procesales (acusación)
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
precedente invocado no guarda relación alguna con la denuncia planteada,
deviniendo el motivo en infundado.
Descriptor: Recurso de Apelación Restringida
Restrictor: El recurrente debe identificar concretamente si alega incorrecta o
defectuosa valoración probatoria.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
desaparece la posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar
a considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público y menos admitir o incorporar
prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron objeto del debate.
En ese contexto normativo, se puede establecer que en la legislación penal boliviana el
derecho al recurso no es absoluto, pues su existencia primero y su ejercicio después va a
depender de la concurrencia de todos y cada uno de los presupuestos, requisitos o
condiciones de admisibilidad del recurso; además, no puede ser ejercitado por cualquier
persona, ni de cualquier forma, pues su ejercicio exige el cumplimiento de una serie de
condiciones legalmente establecidas. Por lo tanto, el derecho a recurrir está supeditado y
condicionado legalmente o dicho de otro modo, el recurso de apelación restringida debe ser
formulado tal y como prevé la norma procesal, requiriendo la diligencia del recurrente. En ese
sentido, se pronunció entre otros, el Auto Supremo 327/2016-RRC de 21 de abril.
Asimismo, la jurisprudencia de este Tribunal ha determinado criterios en cuanto a los
requisitos de forma, en la interposición de la apelación restringida, en los términos contenidos
en el Auto Supremo 10 de 26 de enero de 2007 que expresó: “El sistema de recursos
contenido en el Nuevo Código de Procedimiento Penal, ha sido trazado para efectivizar la
revisión de los fallos dictados como emergencia del juicio penal, conforme disponen los
artículos 8.2 inciso h) de la Ley 1430 de 11 de febrero de 1993 (Pacto de San José de Costa
Rica), y artículo 14.5) de la Ley 2119 de 11 de septiembre de 2000 (Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos), asegurando el control del decisorio por un Juez o Tribunal
Superior al que pronunció la resolución condenatoria”; para luego señalar lo siguiente: “…si
el Tribunal de alzada observa el recurso de apelación restringida y otorga un plazo para
subsanar el recurso conforme a la previsión del artículo 399 del Código Adjetivo Penal, debe
precisar de manera clara y expresa en el decreto respectivo, la observación que realiza y los
requisitos que extraña, toda vez que las resoluciones judiciales deben ser expresas y no
tácitas.
En cuyo caso, si transcurridos los tres días, el recurrente no subsana el recurso conforme a
las observaciones realizadas, precluye el derecho del recurrente por el transcurso del tiempo,
debiendo el Tribunal ad quem dar estricta aplicación al artículo 399 del Código de
Procedimiento Penal y RECHAZAR el recurso, sin ingresar a realizar consideraciones de
fondo; de lo contrario tramitará el recurso conforme a procedimiento y dictará resolución
declarando procedente o improcedente el recurso”. Entendimiento consolidado en los Autos
Supremos 58 de 27 de enero y 219 de 28 de marzo, ambos del 2007, entre otros.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en la sentencia o violación de ley sustantiva, o sobre la irregularidad en la actividad
procesal, en el segundo caso, el recurso será admisible si el interesado ha reclamado
oportunamente, su saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir durante la
sustanciación del juicio, salvo en los casos de nulidad absoluta o vicios de sentencia
previstos en los arts. 169 y 370 CPP.
Conforme señalan los arts. 408 y 410 CPP, a tiempo de interponer el recurso de
apelación restringida, deberá citarse inexcusablemente, de manera concreta y
precisa, las disposiciones legales que se consideran violadas o erróneamente
aplicadas, además de expresar cuál es la aplicación que se pretende, indicando
separadamente cada violación con sus fundamentos, con el advertido de que
posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta exigencia se explica, porque
el Tribunal tiene que saber cuál es la norma procesal o sustantiva que el procesado
considera inobservada o erróneamente aplicada y fundamentalmente, cuál es la
aplicación de la norma que pretende aquel que impugna de una sentencia, es decir,
el recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar
en su planteamiento cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su
caso. Es menester tener en cuenta que de acuerdo a la Sentencia Constitucional
1075/2003-R de 24 de julio: "Estas exigencias, tienen la finalidad de que el Tribunal
que conozca el recurso no tenga que indagar qué ha querido decir el recurrente, cuál
ha podido ser la norma procesal o sustantiva que el procesado entiende inobservada
o violada. Pues, una tarea así para el tribunal que debe conocer el recurso, dada la
recargada e intensa actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial),
imposibilitando el cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad
procesal".
Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en
grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar
defectos de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el Tribunal
de alzada se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la
posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar a
considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o
incorporar prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron
objeto del debate.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
otro modo, el recurso de apelación restringida debe ser formulado tal y como prevé
la norma procesal, requiriendo la diligencia del recurrente.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de las partes, no pueden constituir una limitación al derecho fundamental, sino
responden a la naturaleza del proceso y la finalidad que justifica su existencia,
contribuyendo al ordenamiento del proceso.
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mandato positivo que obliga a interpretar la normativa vigente en el sentido más
favorable para la efectividad del derecho fundamental, de forma que, aunque las
formas y requisitos del proceso cumplen un papel importante para la ordenación del
proceso, no toda irregularidad formal puede convertirse en un obstáculo
insubsanable para su prosecución, este criterio tiene límites, atendiendo el carácter
bilateral de un proceso, al efecto el juzgador deberá considerar si la norma aplicada
permite otra interpretación alternativa y segundo si la interpretación adoptada es
arbitraria o inmotivada.
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Sucre, 17 de febrero de 2016
El art. 414 del CPP, hace alusión a errores de derecho de mínima magnitud o
derecho mínimos en la fundamentación que no influyen en la parte dispositiva; por
lo que, pueden ser corregidos por el Tribunal de apelación; asimismo, esta
corrección también puede darse en el caso de errores u omisiones formales en la
imposición de la pena o su cómputo, tal el caso del error en la confusión de presidio
por reclusión o el caso de un errado cómputo de la pena que pueden ser corregidos,
debiendo el Tribunal determinar en qué caso se requiere de una fundamentación
complementaria.
De lo que se concluye, la facultad de corrección que tiene el Tribunal de apelación
que se encuentra limitada a errores de derecho que no incidan en la parte
dispositiva del fallo; siendo posible realizar correcciones de errores u omisiones, en
la imposición de la pena o su cómputo.
En ese contexto, a través del Auto Supremo 38/2013 de 18 de febrero, en cuanto a
las atribuciones conferidas al Tribunal de alzada, sobre el control en la imposición
de la pena, estableció primordialmente: “La determinación judicial de la pena que
comprende todo el procedimiento; es decir, la evaluación, decisión y justificación del
tipo y la extensión de la pena, tiene líneas de orientación previstas legalmente, de
manera que no puede considerarse una cuestión propia de la discrecionalidad del
juez. La individualización de la pena está sometida al principio de proporcionalidad
recogido por el Código Penal en sus diferentes artículos y a la finalidad de la pena
establecida constitucionalmente como la educación, habilitación e inserción social de
los condenados, con respeto a sus derechos.
En este ámbito, el juez o tribunal que fija una pena tiene la obligación de someterse a
dichos principios, correspondiendo al Tribunal de alzada, ante la constatación de su
incumplimiento, proceder directamente a la modificación del quantum de la pena, en
sujeción a los principios constitucionales y procesales, en ejercicio de la facultad
reconocida por el art. 414 del CPP…”, para desarrollar a continuación, las
circunstancias que deben ser consideradas para la determinación del quantum de la
pena.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derechos Civiles y Políticos. En el ordenamiento penal boliviano se reconoce el
derecho a recurrir conforme a lo establecido en el art. 394 y siguientes de la norma
adjetiva penal.
En ese sentido, una vez remitidas las actuaciones ante el Tribunal de alzada, éste
debe garantizar que las partes procesales, puedan ejercitar los derechos que la ley
les otorga, debiendo convocar a audiencia pública en los supuestos de que se haya
ofrecido prueba o se haya solicitado expresamente su realización conforme previene
el art. 411 del CPP, quedando sujeta esta actuación a las reglas del juicio oral en lo
que fuere pertinente conforme a la previsión del art. 412 de la citada norma adjetiva
penal. Cabe destacar que esta audiencia de fundamentación, tiene la finalidad de
dar la oportunidad a las partes a exponer sus posiciones, razón por la cual bajo los
principios de igualdad y de contradicción, el Tribunal de alzada debe escuchar las
respectivas posturas expresadas en este acto, pudiendo incluso concluida la última
intervención, interrogar libremente conforme prevé el citado artículo, sin que el
ejercicio de esa potestad implique prejuzgamiento.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ser celebrada por el Tribunal que resolverá la causa, a efecto de garantizar los
principios de publicidad, oralidad e inmediación.” Asimismo, la doctrina legal
aplicable estableció nítidamente que ante la petición expresa de audiencia de
fundamentación oral, el Tribunal de alzada esta compelido a efectuar este actuado,
por su vinculación a los derechos del debido proceso, defensa y a la tutela judicial
efectiva, conforme al entendimiento descrito en el Auto Supremo 061/2013-RRC de
08 de marzo, en sentido que: “El segundo párrafo del art. 420 del CPP, establece que
los Tribunales de alzada están obligados a observar en los recursos que les
corresponda resolver, la doctrina legal establecida por este Tribunal Supremo; en ese
entendido, con la finalidad de que se cumpla con la norma citada, es menester
ratificar que, ante la petición expresa del recurrente de fundamentar su
recurso en forma oral, cumpliendo lo dispuesto por los arts. 408 y 411 del
CPP, el Tribunal de apelación tiene la ineludible e insoslayable obligación de
señalar día y hora de audiencia para escuchar los fundamentos del recurso
de apelación restringida; omitir esta obligación implica desconocer y restringir los
derechos y garantías constitucionales del recurrente que hacen al debido proceso, al
derecho a la defensa y a la tutela judicial efectiva, lo que constituye defecto absoluto
no susceptible de convalidación, conforme dispone el art. 169 inc. 3) del CPP”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
por las partes en atención a sus derechos u obligaciones o por el Juez o Tribunal en
mérito a su competencia”.
El supuesto fáctico que dio lugar al precedente desarrollado, referido a la
legitimación del recurrente de apelación, al no guardar similitud con la problemática
formulada en el recurso de casación, estrictamente referido al análisis de
admisibilidad a que está obligado el Tribunal de apelación respecto a la observancia
de los requisitos previstos en el art. 408 del CPP, no corresponde ser considerado a
efectos de contrastación.
El Auto Supremo 372 de 22 de junio de 2004, determinó dejar sin efecto el Auto
de Vista recurrido, debido a que constató que el Tribunal de alzada, infringió el art.
411 del CPP, al no haber señalado día y hora de audiencia de fundamentación, no
obstante haber sido expresamente solicitada por el impugnante; y, al haber
concluido que el recurrente no dio cumplimiento a los requisitos establecidos en el
art. 408 del Procesal Penal erróneamente calificados de fondo, cuando lo correcto
consistía en conminar al apelante a que subsane los elementos observados de su
recurso sin rechazarlo in limine; por lo que, consideró que incurrió en violación del
art. 399 del Código citado, desarrollando la efecto la siguiente jurisprudencia:
“Las normas procesales que efectivizan derechos fundamentales que hacen al debido
proceso, como el derecho de defensa y el derecho a la tutela judicial efectiva, son de
orden público y de cumplimiento obligatorio; por lo que por una parte, si se ha
solicitado expresamente audiencia de fundamentación del recurso, el Tribunal no
puede omitir fijar día y hora de la audiencia para tal fin.
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El Auto Supremo 20/2012 de 14 de febrero, fue emitido por este Máximo Tribunal
de Justicia, a tiempo de resolver un caso en el que el Tribunal de alzada no cumplió
con responder los puntos cuestionados en el segundo memorial de recurso de
apelación restringida, con el fundamento errado de que únicamente el primer
memorial fue presentado en el plazo legal formulado; sin embargo, en antecedentes
se constató que ambos memoriales fueron interpuestos dentro del plazo legal; por
ende se determinó dejar sin efecto el Auto de Vista recurrido, en base a la siguiente
doctrina legal:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
negación de acceso a la justicia del impugnante, elemento del derecho-garantía-
principio del debido proceso. Así, se estableció el siguiente razonamiento:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
proceso, al efecto el juzgador deberá considerar si la norma aplicada permite otra
interpretación alternativa y segundo si la interpretación adoptada es arbitraria o
inmotivada.
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dándole un término de tres días para que lo amplíe o corrija, bajo apercibimiento de
rechazo”.
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En el sistema procesal penal, en los arts. 394 y siguientes del CPP, se establecen las
normas generales y los requisitos de tiempo y forma que se deben observar a tiempo
de interponer los diferentes recursos, siendo facultad privativa de los Tribunales de
apelación o alzada, velar por el cumplimiento de las normas que regulan el trámite y
resolución de dichos recursos, y por ende, pronunciarse sobre la admisibilidad de
los mismos.
De manera particular, por previsión expresa del art. 407 CPP, el recurso de
apelación restringida se interpondrá por inobservancia o errónea aplicación de la ley
sustantiva o adjetiva, cuando el vicio versa sobre la incorrección del juicio contenido
en la sentencia o violación de ley sustantiva, o sobre la irregularidad en la actividad
procesal, en el segundo caso, el recurso será admisible si el interesado ha reclamado
oportunamente, su saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir durante la
sustanciación del juicio, salvo en los casos de nulidad absoluta o vicios de sentencia
previstos en los arts. 169 y 370 CPP.
Conforme señalan los arts. 408 y 410 CPP, a tiempo de interponer el recurso de
apelación restringida, deberá citarse inexcusablemente, de manera concreta y
precisa, las disposiciones legales que se consideran violadas o erróneamente
aplicadas, además de expresar cuál es la aplicación que se pretende, indicando
separadamente cada violación con sus fundamentos, con el advertido de que
posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta exigencia se explica, porque
el Tribunal tiene que saber cuál es la norma procesal o sustantiva que el procesado
considera inobservada o erróneamente aplicada y fundamentalmente, cuál es la
aplicación de la norma que pretende aquel que impugna de una sentencia; es decir,
el recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar
en su planteamiento cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su
caso. Es menester tener en cuenta que de acuerdo a la SC 1075/2003-R de 24 de
julio: “Estas exigencias, tienen la finalidad de que el Tribunal que conozca el recurso
no tenga que indagar qué ha querido decir el recurrente, cuál ha podido ser la norma
procesal o sustantiva que el procesado entiende inobservada o violada. Pues, una
tarea así para el tribunal que debe conocer el recurso, dada la recargada e intensa
actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial), imposibilitando el
cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad procesal”.
Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en
grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar
defectos de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el Tribunal
de alzada se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la
posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar a
considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o
incorporar prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron
objeto del debate.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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apelación o alzada, velar por el cumplimiento de las normas que regulan el trámite y
resolución de dichos recursos, y por ende, pronunciarse sobre su admisibilidad.
Conforme señalan los arts. 408 y 410 CPP, a tiempo de formular el recurso de
apelación restringida, deberá citarse inexcusablemente, de manera concreta y
precisa, las disposiciones legales que se consideran violadas o erróneamente
aplicadas, además de expresar cuál es la aplicación que se pretende, indicando
separadamente cada violación con sus fundamentos, con el advertido de que
posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta exigencia se explica, porque
el Tribunal tiene que saber cuál es la norma procesal o sustantiva que el imputado
considera inobservada o erróneamente aplicada y fundamentalmente, cuál es la
aplicación de la norma que pretende aquel que impugna de una sentencia; es decir,
el recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar
en su planteamiento cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su
caso. Es menester tener en cuenta que de acuerdo a la Sentencia Constitucional
1075/2003-R de 24 de julio: "Estas exigencias, tienen la finalidad de que el Tribunal
que conozca el recurso no tenga que indagar qué ha querido decir el recurrente, cuál
ha podido ser la norma procesal o sustantiva que el procesado entiende inobservada
o violada. Pues, una tarea así para el tribunal que debe conocer el recurso, dada la
recargada e intensa actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial),
imposibilitando el cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad
procesal".
De las previsiones legales referidas, se puede establecer que en la legislación penal
boliviana el derecho al recurso no es absoluto, pues su existencia primero y su
ejercicio después, va a depender de la concurrencia de todos y cada uno de los
presupuestos, requisitos o condiciones de admisibilidad del recurso; además, no
puede ser ejercitado por cualquier persona, ni de cualquier forma, pues su ejercicio
exige el cumplimiento de una serie de condiciones legalmente establecidas. Por lo
tanto, el derecho a recurrir está supeditado y condicionado legalmente o dicho de
otro modo, el recurso de apelación restringida debe ser formulado tal y como prevé
la norma procesal, requiriendo la diligencia del recurrente.
En ese ámbito, la jurisprudencia determinó criterios en cuanto a los requisitos de
forma en la interposición de la apelación restringida, en los términos expuestos en el
Auto Supremo 10 de 26 de enero de 2007 que expresó: "El sistema de recursos
contenido en el Nuevo Código de Procedimiento Penal, ha sido trazado para efectivizar
la revisión de los fallos dictados como emergencia del juicio penal, conforme disponen
los artículos 8.2 inciso h) de la Ley Nº 1430 de 11 de febrero de 1993 (Pacto de San
José de Costa Rica), y artículo 14.5) de la Ley Nº 2119 de 11 de septiembre de 2000
(Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), asegurando el control del
decisorio por un Juez o Tribunal Superior al que pronunció la resolución condenatoria";
para luego señalar lo siguiente: "...si el Tribunal de alzada observa el recurso de
apelación restringida y otorga un plazo para subsanar el recurso conforme a la
previsión del artículo 399 del Código Adjetivo Penal, debe precisar de manera clara y
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
expresa en el decreto respectivo, la observación que realiza y los requisitos que
extraña, toda vez que las resoluciones judiciales deben ser expresas y no tácitas.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
recargada e intensa actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial),
imposibilitando el cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad
procesal".
Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en
grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar
defectos de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el Tribunal
de alzada se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la
posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar a
considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o
incorporar prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron
objeto del debate.
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Entendimiento consolidado en los Autos Supremos 58 de 27 de enero y 219 de 28 de
marzo, ambos del 2007, entre otros.
De manera particular, por previsión expresa del art. 407 del CPP, el recurso de
apelación restringida se interpondrá por inobservancia o errónea aplicación de la ley
sustantiva o adjetiva, cuando el vicio versa sobre la incorrección del juicio contenido
en la sentencia o violación de ley sustantiva, o sobre la irregularidad en la actividad
procesal, en el segundo caso, el recurso será admisible si el interesado ha reclamado
oportunamente, su saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir durante la
sustanciación del juicio, salvo en los casos de nulidad absoluta o vicios de sentencia
previstos en los arts. 169 y 370 CPP.
Conforme señalan los arts. 408 y 410 del CPP, a tiempo de interponer el recurso de
apelación restringida, deberá citarse inexcusablemente, de manera concreta y
precisa, las disposiciones legales que se consideran violadas o erróneamente
aplicadas, además de expresar cuál es la aplicación que se pretende, indicando
separadamente cada violación con sus fundamentos, con el advertido de que
posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta exigencia se explica, porque
el Tribunal tiene que saber cuál es la norma procesal o sustantiva que el imputado
considera inobservada o erróneamente aplicada y fundamentalmente, cuál es la
aplicación de la norma que pretende aquel que impugna de una sentencia; es decir,
el recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar
en su planteamiento cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su
caso. Es menester tener en cuenta que de acuerdo a la SC 1075/2003-R de 24 de
julio: “Estas exigencias, tienen la finalidad de que el Tribunal que conozca el recurso
no tenga que indagar qué ha querido decir el recurrente, cuál ha podido ser la norma
procesal o sustantiva que el procesado entiende inobservada o violada. Pues, una
tarea así para el tribunal que debe conocer el recurso, dada la recargada e intensa
actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial), imposibilitando el
cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad procesal”.
Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en
grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar
defectos de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el Tribunal
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de alzada se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la
posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar a
considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o
incorporar prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron
objeto del debate.
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Sucre, 29 de junio de 2015
En el sistema procesal penal, en los arts. 394 y siguientes del CPP, se establecen las
normas generales y los requisitos de tiempo y forma que se deben observar a tiempo
de interponer los diferentes recursos, siendo facultad privativa de los Tribunales de
apelación o alzada, velar por el cumplimiento de las normas que regulan el trámite y
resolución de dichos recursos, y por ende, pronunciarse sobre la admisibilidad de
los mismos.
De manera particular, por previsión expresa del art. 407 CPP, el recurso de
apelación restringida se interpondrá por inobservancia o errónea aplicación de la ley
sustantiva o adjetiva, cuando el vicio versa sobre la incorrección del juicio contenido
en la sentencia o violación de ley sustantiva, o sobre la irregularidad en la actividad
procesal, en el segundo caso, el recurso será admisible si el interesado ha reclamado
oportunamente, su saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir durante la
sustanciación del juicio, salvo en los casos de nulidad absoluta o vicios de sentencia
previstos en los arts. 169 y 370 CPP.
Conforme señalan los arts. 408 y 410 CPP, a tiempo de interponer el recurso de
apelación restringida, deberá citarse inexcusablemente, de manera concreta y
precisa, las disposiciones legales que se consideran violadas o erróneamente
aplicadas, además de expresar cuál es la aplicación que se pretende, indicando
separadamente cada violación con sus fundamentos, con el advertido de que
posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta exigencia se explica, porque
el Tribunal tiene que saber cuál es la norma procesal o sustantiva que el procesado
considera inobservada o erróneamente aplicada y fundamentalmente, cuál es la
aplicación de la norma que pretende aquel que impugna de una sentencia; es decir,
el recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar
en su planteamiento cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su
caso.
En el orden de ideas señalado, el art. 399 del CPP, dispone: “Artículo 399º.-
(Rechazo sin trámite). Si existe defecto u omisión de forma, el tribunal de alzada lo
hará saber al recurrente, dándole un término de tres días para que lo amplíe o
corrija, bajo apercibimiento de rechazo.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Que dentro de esta lógica han sido pronunciadas las Sentencias Constitucionales Nº
1075/2003-R y Nº 1044/2003, por citar solamente algunas, cuyo fundamento o
argumento principal radica en "otorgar a toda persona la posibilidad de acceso a un
sistema de recursos y medios impugnativos, más allá de formalismos que puedan
impedir el ejercicio efectivo del genérica y doctrinalmente denominado Derecho a
Segunda Opinión".
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
importe denegación de justicia, restricción al derecho a la defensa o al
recurso judicial efectivo, toda vez que se habrían otorgado los mecanismos
legales razonables a efecto de que las impugnaciones observen
las formalidades que proveen al operador de justicia el instrumento para su trámite.
Ello deviene de considerar, que los requisitos formales, son a la vez un instrumento,
un filtro que evita que un instituto procesal, concebido para proveer justicia se
desnaturalice y se convierta en un medio dilatorio del proceso, con el consiguiente
perjuicio y sobrecarga a la administración de justicia.
Será pues bajo el presupuesto de que el recurso cumple efectivamente con los
requisitos de ley, que el Tribunal señalará audiencia de fundamentación,
complementación y/o producción de prueba y de forma clara y precisa resolverá el
recurso de apelación puesto a su consideración, declarándolo procedente o
improcedente”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
precisa, las disposiciones legales que se consideran violadas o erróneamente
aplicadas, además de expresar cuál es la aplicación que se pretende,
indicando separadamente cada violación con sus fundamentos, con el
advertido de que posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta
exigencia se explica, porque el Tribunal tiene que saber cuál es la norma
procesal o sustantiva que el procesado considera inobservada o erróneamente
aplicada y fundamentalmente, cuál es la aplicación de la norma que
pretende aquel que impugna de una sentencia, es decir, el recurrente tiene el
deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar en su planteamiento
cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su caso. Es menester tener
en cuenta que de acuerdo a la Sentencia Constitucional 1075/2003-R de 24 de julio:
“Estas exigencias, tienen la finalidad de que el Tribunal que conozca el recurso no
tenga que indagar qué ha querido decir el recurrente, cuál ha podido ser la norma
procesal o sustantiva que el procesado entiende inobservada o violada. Pues, una
tarea así para el tribunal que debe conocer el recurso, dada la recargada e intensa
actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial), imposibilitando el
cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad procesal”.
Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en
grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar
defectos de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el Tribunal de
alzada se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la
posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar a
considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o
incorporar prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron objeto
del debate.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En cuyo caso, si transcurridos los tres días, el recurrente no subsana el recurso
conforme a las observaciones realizadas, precluye el derecho del recurrente por el
transcurso del tiempo, debiendo el Tribunal de apelación RECHAZAR el recurso, sin
ingresar a realizar consideraciones de fondo; por el contrario, si el recurrente
cumple con las observaciones advertidas tramitará el recurso conforme a
procedimiento y dictará resolución declarando procedente o improcedente el
recurso. (Entendimiento asumido por los Autos Supremos 10 de 26 de enero de
2007, 98/2013 de 15 de abril, entre otros).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
como los principios de interpretación más favorable, de proporcionalidad y de
subsanación.
[411]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el uso de esa facultad, el Tribunal de alzada está obligado a atender dicha solicitud,
pues conforme a lo preceptuado por el primer párrafo del art. 411 de la norma
adjetiva penal, no es una facultad discrecional del Tribunal Ad quem, dar o no curso
a dicha solicitud, por el contrario, deberá inexcusablemente señalar audiencia
dentro de los diez días de recibidas las actuaciones procesales.
[412]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
un mandato positivo que obliga a interpretar la normativa vigente en el sentido más
favorable para la efectividad del derecho fundamental, de forma que, aunque las
formas y requisitos del proceso cumplen un papel importante para la ordenación del
proceso, no toda irregularidad formal puede convertirse en un obstáculo insubsanable
para su prosecución, este criterio tiene límites, atendiendo el carácter bilateral de un
proceso, al efecto el juzgador deberá considerar si la norma aplicada permite otra
interpretación alternativa y segundo si la interpretación adoptada es arbitraria o
inmotivada.
[413]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la mención de los requerimiento de las partes, debiendo los Tribunales de Alzada
circunscribir sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución
impugnada, ello en estricto cumplimiento del art. 398 del citado Código de
Procedimiento Penal. Por lo que la omisión de pronunciamiento de un aspecto
reclamado se constituye en un defecto absoluto inconvalidable que vulnera el
derecho a la defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva.
De lo expuesto, se evidencia la existencia de un fallo dictado sin la observancia de
las reglas del debido proceso y las garantías constitucionales, que constituye un
defecto absoluto al tenor del art. 169-3) del Código de Procedimiento Penal, lo que
amerita en aplicación del art. 419 del Código de Procedimiento Penal, dejar sin
efecto el Auto de Vista recurrido, para que las omisiones observadas, sean
subsanadas, aclarándose que se no ingresa a resolver los demás puntos reclamados
en el recurso de casación, en virtud a que se encuentran relacionados al nuevo
pronunciamiento que efectué el Tribunal de Apelación en base a la doctrina legal
aplicable sentada.
[414]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 716/2014-RA
Sucre, 10 de diciembre de 2014
Delitos: Tráfico de Sustancias Controladas
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: La labor de sentar doctrina legal a partir del recurso de
casación dentro de la jurisdicción ordinaria, se sintetiza en: a) Respecto a la
seguridad jurídica; b) Realización del principio de igualdad; y, c) Unidad y
uniformidad en la aplicación del derecho por parte de los servidores judiciales en la
jurisdicción ordinaria.
Descriptor: Recurso de Casación
Restrictor: Objetivos de sentar doctrina legal
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: En esa lógica, el recurso de casación no procede contra
otro tipo de resolución judicial pronunciada por las Cortes Superiores en el ámbito
de su competencia y de manera específica respecto a aquellas que resuelven los
recursos de apelación incidental conforme las previsiones del art. 403 del CPP, sin
que este criterio signifique una vulneración al derecho a recurrir, toda vez que éste
solamente puede ser ejercido en los casos que la ley ha previsto expresamente como
manda el art. 394 del citado cuerpo legal. En el caso de autos, M.C.C.C. por sí y en
representación de A.C.A., interpone recurso de casación en contra del Auto de Vista
586/2010 de 9 de octubre, de fs. 424 a 425, que resuelve el recurso de apelación
incidental interpuesto por los recurrentes, contra la Resolución 113/2010 de 13 de
abril, misma que dispuso la extinción de la acción penal y consiguiente archivo de
obrados. En consecuencia, como podrá advertirse, la petición de la recurrente está
orientada a que este Tribunal, se pronuncie sobre la decisión asumida en un Auto
de Vista que resolvió un recurso de apelación incidental, situación no atendible en
casación, pues este Tribunal como lo ya manifestado no tiene competencia para
pronunciarse al respecto, por cuanto las resoluciones que resuelven las cuestiones
enumeradas en el art. 403 del CPP, sólo son recurribles hasta apelación incidental,
sin que se les reconozca ulterior recurso como adecuadamente se les hizo conocer a
los recurrentes en la parte final del Auto de Vista recurrido; máxime si se tiene
presente que el art. 394 de la Ley Adjetiva Penal, dispone que: "Las resoluciones
judiciales serán recurribles sólo en los casos expresamente establecidos por este
Código", por lo que, al haberse planteado recurso de casación contra una resolución
no apelable en casación y considerando los requisitos para la admisión del recurso
de casación desarrollados en el acápite III de la presente Resolución y el
entendimiento asumido por el máximo Tribunal de Justicia del País en cuanto al
tipo de resoluciones judiciales recurribles a través del recurso de casación, se
concluye que el recurso interpuesto por la recurrente deviene en inadmisible.
Descriptor: Recurso de Casación
Restrictor: No es admisible contra Autos de Vista que resuelven recursos de
apelación incidental conforme las previsiones del art. 403 del CPP
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
momento hábil del día respectivo (art. 142 del CPC). De la revisión de antecedentes
se tiene que el recurso fue notificado en fecha 9 de diciembre de 2009, en tanto que
el recurso fue presentado el 19 del mismo mes y año; es decir, a los 10 días de ser
notificada la recurrente con el Auto de Vista, y siendo que el recurso de casación o
nulidad en demandas de Calificación de Responsabilidad Civil, por disposición del
art. 331 del CPP, concordante con los artículos citados en el párrafo precedente, así
como el art. 280 inc. 4) del CPPabrg, debe ser presentado en el término fatal de ocho
días, se constata que el plazo fue incumplido por la recurrente, correspondiendo en
consecuencia, declarar improcedente el recurso incoado, en aplicación del inc. 1) del
art. 272 del CPC, concordante con el inc. 1) del art. 262 del mismo cuerpo legal.
Descriptor: Recurso de Casación
Restrictor: No es admisible contra Autos de Vista que resuelven recursos de
apelación incidental conforme las previsiones del art. 403 del CPP
[417]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
recurso: 'ha sido instituido con la finalidad de efectuar el control a las vulneraciones que las
resoluciones judiciales puedan contener, cuando se ha efectuado una incorrecta aplicación
de las normas legales; es decir, son juzgables en casación los errores de derecho y no los de
hecho, o lo que es lo mismo cuando se ha efectuado una errónea interpretación de la ley,
contraviniendo su texto formal, o cuando se efectúa una equívoca aplicación de ella; además,
que dicha infracción haya inducido al juzgador a resolver el litigio de una manera distinta a la
que hubiere efectuado de haberse aplicado en forma correcta la ley; por tanto, el recurso de
casación, se constituye en el mejor apoyo de los legisladores para el control de la aplicación
de las leyes sancionadas respecto a su práctica, interpretación o eventual precisión
doctrinaria.
En ese entendido, el recurso de casación, se excluye del conocimiento del fondo
controvertido del litigio particular; es decir, ante la impugnación de una determinada
resolución judicial, el juez o tribunal de casación, debe limitar su accionar a verificar si la
sentencia que se impugna contiene o padece los defectos denunciados en el recurso, ya que
el agraviado, al recurrir, se vale de una vía judicial que ha sido concebida con el propósito de
defender la correcta actuación de la ley; en este sentido, las sentencias pronunciadas por los
tribunales de justicia, deberán estar fundadas en el texto expreso de la norma legal, y a falta
de ésta, en los principio jurídicos de la legislación vigente en la materia respectiva, debiendo
además, estar cimentadas en los motivos, justificaciones, argumentos razonados, objetivos
serios y completos vinculados en todo a lo que necesariamente es conducente y decisivo
para alcanzar medianamente el raciocinio jurídico'.
Ahora bien, dicho recurso se encuentra instituido a partir del art. 416 del CPP, el cual
establece que: 'El recurso de casación procede para impugnar autos de vista dictados por las
Cortes Superiores de Justicia contrarios a otros precedentes pronunciados por otras Cortes
Superiores de Justicia o por la Sala Penal de la Corte Suprema. El precedente contradictorio
deberá invocarse por el recurrente a tiempo de interponer la apelación restringida. Se
entenderá que existe contradicción cuando ante una situación de hecho similar, el sentido
jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no coincida con el del precedente, sea por
haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diverso alcance'.
Por su parte, el art. 417 del mismo cuerpo normativo señala que: 'El recurso deberá
interponerse dentro de los cinco días siguientes a la notificación del Auto de Vista impugnado
ante la sala que lo dictó, la que remitirá los antecedentes a la Corte Suprema de Justicia
dentro de las cuarenta y ocho hora siguientes. En el recurso se señalará la contradicción en
términos precisos y como única prueba admisible se acompañará copia del recurso de
apelación restringida en el que se invocó el precedente. El incumplimiento de estos requisitos
determinará su inadmisibilidad'.
En ese sentido, el art. 418 del CPP dejó establecido el plazo para que la Sala Penal que
reciba un recurso de casación: '…dentro de los cinco días siguientes, establecerá si
concurren los requisitos exigidos, en cuyo caso admitirá el recurso. Si lo declara inadmisible,
devolverá actuados al tribunal que dictó el Auto de Vista recurrido'.
[418]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Delitos: Aborto Preterintencional en grado de tentativa, Amenazas, Lesiones Leves y
Allanamiento
Resultado de Resolución: Inadmisible
Extracto Jurisprudencial: En primer término cabe recordar que este Tribunal de
manera uniforme y reiterada, ha establecido que un supuesto de flexibilización de
los requisitos del recurso de casación que permite abrir excepcionalmente la
competencia de este Tribunal, es aquel en el que se denuncie la existencia de graves
y evidentes infracciones a los derechos de las partes y que constituyan defectos
absolutos no susceptibles de convalidación; posibilidad que se justifica teniendo
presente: 1) Que el fin último de derecho es la justicia; 2) La tarea encomendada por
ley al Tribunal Supremo de Justicia referida precedentemente; 3) La necesidad de
precautelar se observen las normas procesales que son de orden público y de
cumplimiento obligatorio que prevéen no se cometan actos procesales defectuosos,
teniendo en cuenta que conforme la disposición contenida en el art. 115.II de la
CPE, el Estado garantiza entre otros, los derechos al debido proceso y a la defensa;
y, 4) Las disposiciones relativas a la nulidad de actos procesales previstas por el art.
17 de la LOJ. Cabe destacar que esta doctrina de flexibilización de los requisitos de
admisibilidad y permisibilidad de activar el recurso de casación ante la denuncia de
defectos absolutos adoptada por este Tribunal, ha sido ratificada por el Tribunal
Constitucional en la Sentencia Constitucional 1112/2013 de 17 de julio, al señalar
que guarda conformidad con los valores de justicia e igualdad y el principio de
eficacia de los derechos fundamentales, entre ellos el acceso a la justicia y la justicia
material, última que exige adoptar criterios que permitan enmendar y repara la
afectación graves de derechos y garantías constitucionales ocurridas en la
tramitación de los procesos.
Descriptor: Recurso de Casación
Restrictor: Justificación de flexibilización requisitos de admisibilidad
[419]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Detallar con precisión en qué consiste la restricción o disminución del derecho o
garantía, d) Explicar el resultado dañoso emergente del defecto.
Descriptor: Recurso de Casación
Restrictor: Supuestos de flexibilización requisitos de admisibilidad/Defectos
Absolutos
[420]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la sana crítica; no siendo evidente el reclamo planteado, ni la vulneración de los
principios establecidos en el art. 180.I de la CPE. (…) c) Asimismo, sobre las fibras
de color azul encontradas en el cinturón e interior de su pantalón, que según el
análisis pericial tenían similitud con la chompa que vestía la niña; no se tomó en
cuenta que en dicha unidad educativa se trabajaba con niños y niñas de manera
general que tenían la misma chompa azul, inclusive su hijo; y respecto a la sangre
que fue encontrada en el palo de madera y palera blanca de la menor identificándose
el mismo tipo sanguíneo a la de él, no es específico; a estos reclamos debe señalarse
que se acusa a la Sentencia en la que se dilucido claramente estos aspectos que
menciona sobre la valoración realizada por la jueza, los cuales sirvieron como parte
integral de un todo para la consideración en base al art. 144 del CPP de 1972 de la
prueba de indicios y presunciones con las condiciones requeridas, para establecer la
responsabilidad del acusado en base a las reglas de la sana crítica y de la legalidad
pertinente, equivocando nuevamente su planteamiento ante esta autoridad cual si
fuera una apelación a la Sentencia y no así un recurso de casación como
correspondía.
Descriptor: Recurso de Casación (CPP.1972)
Restrictor: Los reclamos deben dirigirse al Auto de Vista no a la Sentencia
RECURSO DE CASACIÓN
AUTO SUPREMO Nº 115/2016-RRC
Sucre, 17 de febrero de 2016
Delitos: Tráfico de Sustancias Controladas
Resultado de Resolución: infundado
El recurso de casación es un mecanismo de impugnación que se encuentra
garantizado por la CPE y regulado por la Ley, pues la primera, en el marco de las
garantías recogidas, establece el principio de impugnación en su art. 180.II, como
un medio eficaz para buscar el control de la actividad de los administradores de
justicia, precautelando la vigencia de los derechos y garantías constitucionales; esto
es, la aplicación correcta de la norma sustantiva como adjetiva. En ese contexto
normativo, este Tribunal, ha reiterado constantemente en sus exámenes de
admisibilidad que el art. 416 del CPP, establece que el recurso de casación procede
para impugnar autos de vista dictados por los Tribunales Departamentales de
Justicia, que sean contrarios a otros precedentes pronunciados por las Salas
Penales de estos Tribunales o del Tribunal Supremo de Justicia; entendiéndose que
existe contradicción, cuando en una situación de hecho similar, el sentido jurídico
que se asigna al Auto de Vista impugnado no coincide con el o los precedentes
invocados, sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con
diverso alcance; pues debe tenerse presente que en el actual régimen de recursos
establecido por el Código de Procedimiento Penal, el recurso de casación tiene como
función que el Tribunal Supremo de Justicia desarrolle la tarea de unificar la
jurisprudencia a fin de asegurar la vigencia del principio de igualdad, de forma que
[421]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
todo ciudadano tenga la certeza y seguridad que la norma procesal y sustantiva será
efectivamente aplicada por igual.
[422]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RECURSO DE CASACION: el recurrente no debe limitarse únicamente a
presentarlo dentro el plazo dispuesto por ley y señalar la contradicción
AUTO SUPREMO Nº 189/2016-RRC
Sucre, 10 de marzo de 2016
Delitos: Falsedad Material y otros
Resultado de Resolución: infundado
La parte recurrente invoca como precedente en el recurso de casación sujeto a
análisis el Auto Supremo 88 de 18 de marzo de 2008, que fue emitido dentro de un
proceso penal seguido por la comisión del delito de Homicidio, previsto y sancionado
por el artículo 251 del CP, en cuyo recurso de casación se denunciaron los
siguientes extremos: a) que el Tribunal de apelación no observó lo dispuesto por el
art. 362 del CPP, pues indicó la existencia de incongruencia en la sentencia, cuando
el hecho establecido en la acusación que fue la base del juicio oral, fue el mismo por
el que el tribunal se pronunció en la resolución apelada; b) que el Tribunal de alzada
ingresó a considerar y resolver aspectos distintos a los puntos impugnados en el
recurso, y no consideró la facultad que tiene de rectificar el error de derecho sin
anular la sentencia y sin disponer la reposición del juicio, conforme las previsiones
del art. 414 del CPP; c) que la resolución impugnada ingresó a conocer cuestiones de
hecho, creando una segunda instancia que no está permitida en el sistema procesal
penal acusatorio; y, d) que en el Auto de Vista recurrido no existió una adecuada
fundamentación.
En ese ámbito, el Tribunal de casación constató que el de alzada al declarar
procedentes las cuestiones planteadas en la apelación restringida y anular
totalmente la sentencia, disponiendo la reposición de un juicio, no adecuó su
determinación a los principios y características del recurso de apelación restringida,
que de acuerdo al art. 407 del CPP tiene como finalidad determinar la inobservancia
o errónea aplicación de la ley sustantiva o adjetiva; de modo que el Tribunal de
Alzada está en la obligación de establecer qué normas o que preceptos legales
contenidos en el Código Penal o en el Código de Procedimiento Penal fueron
inobservados o erróneamente aplicados, pues no expuso los razonamientos para
llegar a la determinación asumida, al no señalar de manera clara cuál la
contradicción o incongruencia que se habría detectado en la sentencia, habiendo
sucedido lo propio respecto a la defectuosa valoración de la prueba, ya que si bien
indicó que el resultado del juicio es contrario al contenido de la producción de la
prueba y que no se expresó el valor otorgado a cada uno de los elementos de prueba,
omitió indicar en que consistirían esos defectos, especificándose además, que el
Tribunal de apelación no precisó qué elemento de la íntima convicción expresada en
la motivación de la sentencia resultó ser defectuosa y porque fue considerada como
tal; en cuyo mérito estableció la siguiente doctrina legal aplicable: “Al Tribunal de
Alzada, respecto a la defectuosa valoración de la prueba, lo que le corresponde
examinar no es si existe o no prueba respecto a la existencia del delito y la
participación del imputado, sino la operación misma de la valoración de acuerdo a los
[423]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
criterios de la lógica y a los principios de la experiencia que hacen a la razón, pues en
conformidad con el principio de inmediación sólo el Tribunal del juicio tiene la
posibilidad de asumir o no la convicción suficiente para establecer si el imputado es
autor o partícipe del hecho y en su momento valorar si dicha convicción va mas allá de
toda duda razonable para, en su caso, dictar sentencia condenatoria o, por el
contrario, pronunciar un fallo absolutorio”.
Es decir, la doctrina legal aplicable contenida en el precedente, se originó en el
hecho de que el Tribunal de alzada no expuso razonamientos para anular la
sentencia, no precisó la contradicción o incongruencia, ni cual el elemento de íntima
convicción defectuosamente valorado, en tanto que en el presente recurso, el
recurrente reclama que el Auto de Vista impugnado -que conforme los antecedentes
declaró improcedente su apelación restringida-, no cumplió con su obligación de
analizar los defectos denunciados referidos a la valoración de la prueba, ni de
revisar si la Sentencia explicó racionalmente porqué un elemento tomado como
prueba determinó algo respecto a los hechos sujetos a juicio, solicitando que: “EL
AUTO DE VISTA ASIGNE UN VALOR LÓGICO Y EN RAZONAMIENTO CRÍTICO DE
ANÁLISIS INTELIGENTE DE LA PRUEBA EN LA SENTENCIA, QUE SE ANALICE SI
LA SENTENCIA APRECIA ACERTADAMENTE LA EVIDENCIA EN SUS
CONSIDERANDOS” (sic), advirtiéndose en consecuencia la inexistencia de una
situación de hecho similar con el precedente invocado, razón por la cual no es
posible visualizar la existencia de contradicción en los términos previstos por el art.
416 del CPP, siendo menester destacar que en casos semejantes al presente, este
Tribunal dejó sentado el siguiente criterio contenido en el Auto Supremo 396/2014-
RRC de 18 de agosto de 2014, respecto a los requisitos que deben cumplir los
precedentes contradictorios: “Siendo el recurso de casación un mecanismo que busca
otorgar a los ciudadanos la posibilidad de cuestionar la inadecuada aplicación o
interpretación de las disposiciones legales realizadas por el Tribunal de apelación,
contrarios a otros precedentes, debe señalarse que el precedente contradictorio en
materia penal, constituye una decisión judicial, previa al caso analizado, que al ser
emanado por un Tribunal superior en grado o por uno análogo, debe ser aplicado a
casos que contengan similitud con sus hechos relevantes; al respecto, la normativa
procesal penal en el país, ha otorgado al precedente contradictorio carácter vinculante
(art. 420 del CPP). La importancia de precedente contradictorio, deviene del objetivo y
fin del recurso casacional, toda vez que el más alto Tribunal de Justicia del Estado,
tiene la tarea u objetivo de unificar o uniformar la jurisprudencia nacional, con el fin
de brindar seguridad jurídica a las partes inmersas en un proceso judicial,
asegurando la aplicación uniforme de la ley y por ende la efectivización del principio
de igualdad y la tutela judicial efectiva; atribución, que se encuentra descrita en los
arts. 419 del CPP y 42 inc. 3) de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) y que es conocida
como función nomofiláctica (interpretación de la norma en procura de una
jurisprudencia uniforme e integrada).
[424]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De lo anterior, se establece que únicamente son recurribles en casación, aquellos
Autos de Vista que resulten indudablemente contrarios a la jurisprudencia establecida
en un hecho similar; por este motivo, para que el planteamiento del recurso
casacional sea certero, el recurrente no debe limitarse únicamente a
presentarlo dentro el plazo dispuesto por ley y señalar la contradicción en la
que creyere que incurrió el Tribunal de alzada respecto al fallo citado, lo que
podría derivar en la admisibilidad del recurso, sino, debe asegurarse que el o
los precedentes invocados, correspondan a situaciones fácticas análogas,
como exige el art. 416 del CPP; lo contrario, por simple lógica, imposibilita a este
Tribunal, verificar en el fondo la denuncia de contradicción por ser inexistente; es
decir, que al no tratarse de situaciones fácticas similares, bajo ningún
aspecto podría existir contradicción en la resolución entre uno y otro fallo”
El art. 416 del CPP, preceptúa: “Se entenderá que existe contradicción, cuando ante
una situación de hecho similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista
recurrido no coincida con el del precedente sea por haberse aplicado normas
distintas o una misma norma con diverso alcance”. En ese ámbito, este Tribunal a
través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de diciembre, puntualizó: “Cuando la
norma se refiere a una situación de hecho similar, considera esta Sala que el
legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo necesario precisar que en
materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que el hecho analizado sea
similar; en cambio, en materia procesal el supuesto fáctico análogo se refiere a una
problemática procesal similar.”
[425]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la seguridad jurídica; b) realización del principio de igualdad; y, c) unidad y
uniformidad en la aplicación del derecho por parte de los servidores judiciales en la
jurisdicción ordinaria.
Por otro lado, la doctrina legal a ser dictada por este Tribunal en el supuesto caso de
verificar la existencia de contradicción entre la Resolución impugnada y los
precedentes invocados como contradictorios, será de aplicación obligatoria para los
Tribunales y jueces inferiores y sólo podrá modificarse por medio de una nueva
Resolución dictada con motivo de otro recurso de casación, en previsión de lo
dispuesto por el art. 420 del CPP.
[426]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte, el art. 331 del CPP de 1972, dispone que la sentencia que califique la
responsabilidad civil será apelable ante la Corte Superior del Distrito, en el término de cinco
días de su notificación y el auto de vista que pronuncie, recurrible de nulidad o casación ante
la Corte Suprema de Justicia, en el término fatal de ocho días. Recursos que serán conocidos
por las Salas en materia penal de las respectivas Cortes, de acuerdo a las normas procesales
y alternativas establecidas para causas civiles.
Asimismo, el art. 307 inc. 1) del CPP de 1972 refiere que corresponderá la improcedencia del
recurso de casación por incumplimiento de los requisitos, señalados en el art. 301 del CPP de
1972 y por la presentación extemporánea del recurso.
Consecuentemente, de las normas legales glosadas precedentemente es posible concluir que,
a efectos de la procedencia de su recurso de nulidad o casación, el recurrente tiene la carga
procesal de cumplir con requisitos establecidos en las citadas normas; y por tanto, su
incumplimiento provoca que el mecanismo de impugnación sea declarado improcedente e
inviabilice un análisis de fondo de la problemática planteada.
[427]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
serios y completos vinculados en todo a lo que necesariamente es conducente y decisivo
para alcanzar medianamente el raciocinio jurídico'”.
Así también la SCP 0776/2013 de 10 de junio, refirió: “…la jurisprudencia constitucional
definió el recurso de casación como: '…un recurso extraordinario y excepcional que tiene
una doble función, de un lado, la de unificar la jurisprudencia nacional; y, del otro, la
de proveer la realización del derecho objetivo, función que en la doctrina se ha
denominado nomofiláctica o de protección de la ley…' (SC 1468/2004-R de 14 de
septiembre).
Entonces el recurso de apelación restringida y el recurso de casación son parte de una
misma dinámica impugnativa, de forma que el primero, en general se constituye en el
sustento para el ejercicio del control de legalidad y el segundo es el encargado de la
uniformización jurisprudencial que recae precisamente sobre los controles de
legalidad.
De ahí que la SCP 0895/2012 de 22 de agosto, estableció: '…se concluye que la
configuración procesal que el legislador le ha dado al recurso de casación en materia penal
en Bolivia puede sintetizarse en tres puntos: 1) Uniformización jurisprudencial en el sentido
de constituir un recurso destinado a mantener líneas de aplicación de la ley uniformes, en
miras a constituir un estado de igualdad procesal entre los ciudadanos, para que éstos
acudan al órgano judicial y razonablemente obtengan respuestas similares a problemáticas
similares (iuslitigatoris); 2) El respeto y mantenimiento de la unidad del ordenamiento jurídico
a través de un control de legalidad (iusconstitutionis); 3) La protección de la objetiva
aplicación de la Ley (nomofilaquia)'.
Por su parte, el Tribunal Supremo de Justicia, refiriéndose al recurso de casación y al recurso
de apelación incidental, en el Auto Supremo 30/2014-RA de 20 de febrero, estableció lo
siguiente: “En ese contexto, de acuerdo a la regulación normativa del recurso de casación
establecida en los arts. 416 al 420 del CPP, el Auto Supremo 397 de 23 de julio de 2004
señaló que: 'De conformidad con el art. 416 concordante con el art. 50 del Código de
Procedimiento Penal, el recurso de casación es procedente para impugnar Autos de Vista
dictados por las Cortes Superiores que resuelvan las apelaciones restringidas interpuestas
contra las sentencias de primera instancia´, entendimiento que fue reiterado en el Auto
Supremo 628 de 27 de noviembre de 2007, precisando que: '...el recurso de casación
únicamente procede para impugnar autos de vista dictados por las cortes superiores en
ejercicio de la competencia reconocida por el art. 51 inc. 2) del Código de Procedimiento
Penal, es decir, en la sustanciación y resolución del recurso de apelación restringida que
procede exclusivamente respecto a Sentencias emergentes de juicios sustanciados ante el
tribunal de sentencia y juez de sentencia o como consecuencia de la aplicación del
procedimiento abreviado por parte del juez de instrucción'.
Por otra parte, cabe destacar que el art. 403 del CPP, contiene un catálogo de resoluciones,
que son pronunciadas durante la sustanciación del proceso como emergencia de haberse
suscitado excepciones o incidentes, que son impugnables mediante el recurso de apelación
incidental que no admiten ulterior recurso, entendimiento que tiene plena coherencia
con lo dispuesto por el ya citado art. 394 del CPP; es decir, con base a la
interpretación integral de la norma procesal penal, se tiene que el recurso de casación
no procede contra los Autos de Vista que resuelven los recursos de apelación
incidental, sin que este criterio signifique una vulneración al derecho a recurrir”.
[428]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RECURSO DE CASACIÓN POR REVALORIZACIÓN DE LA PRUEBA EN ALZADA/
El recurrente debe explicar los motivos por los que consideran que en alzada, las
autoridades no se sujetaron únicamente al control de logicidad de la prueba; sino,
que sobrepasaron dicha competencia
AUTO SUPREMO Nº 295/2015-RRC-L
Sucre, 17 de junio de 2015
Delitos: Falsedad Ideológica y Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: En este estado del análisis, es necesario resaltar que es
obligación de las partes del proceso que hacen uso del recurso de casación para
reclamar actuaciones que impliquen revalorización probatoria; explicar los motivos
por los que consideran que en alzada, las autoridades no se sujetaron únicamente al
control de logicidad de la prueba; sino, que sobrepasaron dicha competencia, pues
si bien, los impugnantes denuncian que el Tribunal de apelación revalorizó la
prueba, obligando a que en el reenvío se proceda a una valoración específica y
concreta, más no explica de qué forma, tales autoridades hubieran impuesto dicho
extremo, cuando como se señaló, no se encuentra que éstas sobrepasaron las
atribuciones conferidas por ley a tiempo de cumplir con el control de logicidad de la
valoración de las pruebas; tampoco señala expresamente de qué formas se hubieran
revalorizado los elementos probatorios, tan solo se basa en el subjetivismo de que el
razonamiento de los Vocales fuere incorrecto y que más allá de constituir una falta
de fundamentación de la Sentencia, incurren en una exigencia descontextualizada
de la redacción del fallo, cuando a criterio de los impugnantes, resultaría claro en
función a los hechos y al derecho, sin siquiera especificar en qué lugar de la
Sentencia se hubiera cumplido con lo que afirman los propios reclamantes.
Argumentos que no pueden servir de base material para imputar de ilegales las
actuaciones de dichos juzgadores, quienes tiene la obligación legal de verificar que el
iter lógico expresado en la fundamentación del fallo, se encuentre acorde con las
reglas del recto entendimiento humano, lo que en los hechos ocurrió, respetando de
no ingresar a la reconsideración de los hechos y de las pruebas.
Descriptor: Recurso de casación por revalorización de la prueba en alzada
Restrictor: El recurrente debe explicar los motivos por los que consideran que en
alzada, las autoridades no se sujetaron únicamente al control de logicidad de la
prueba; sino, que sobrepasaron dicha competencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: En los casos de denuncia de defectos absolutos
originados en la falta de debida fundamentación o incongruencia omisiva, en las que
hubiese incurrido el Tribunal de alzada al resolver la apelación restringida, la parte
recurrente de casación, deberá: i) Precisar en su recurso qué aspecto de su recurso
de apelación no mereció o merecieron debida fundamentación u omisión de
respuesta; ii) Identificar punto por punto los errores, omisiones y demás
deficiencias, atribuidas a la resolución recurrida, con la debida motivación y
fundamentación; y, iii) Explicar la relevancia e incidencia de esa omisión, a los fines
de que este tribunal cuente con los elementos suficientes para verificar si
efectivamente se produjo el agravio denunciado. Esto implica que si el recurrente, se
limita a realizar meras denuncias genéricas, exponiendo argumentos generales,
vagos o confusos o la mera expresión de disconformidad, se considerará que la
denuncia sobre estos dos supuestos, resulta insuficiente y por tanto admisible para
su consideración de fondo.
Descriptor: Recurso de Casación
Restrictor: Supuestos de flexibilización requisitos de admisibilidad/Falta de debida
fundamentación o incongruencia omisiva
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En el recurso se señalará la contradicción en términos precisos y como única prueba
admisible se acompañará copia del recurso de apelación restringida en el que se invocó el
precedente. El incumplimiento de estos requisitos determinará su inadmisibilidad'.
En este contexto, la jurisprudencia constitucional definió el recurso de casación como: '…un
recurso extraordinario y excepcional que tiene una doble función, de un lado, la de unificar la
jurisprudencia nacional; y, del otro, la de proveer la realización del derecho objetivo, función
que en la doctrina se ha denominado nomofiláctica o de protección de la ley…' (SC
1468/2004-R de 14 de septiembre).
Entonces el recurso de apelación restringida y el recurso de casación son parte de una
misma dinámica impugnativa, de forma que el primero, en general se constituye en el
sustento para el ejercicio del control de legalidad y el segundo es el encargado de la
uniformización jurisprudencial que recae precisamente sobre los controles de legalidad.
De ahí que la SCP 0895/2012 de 22 de agosto, establece: '…se concluye que la
configuración procesal que el legislador le ha dado al recurso de casación en materia penal
en Bolivia puede sintentizarse en tres puntos: 1) Uniformización jurisprudencial en el sentido
de constituir un recurso destinado a mantener líneas de aplicación de la ley uniformes, en
miras a constituir un estado de igualdad procesal entre los ciudadanos, para que éstos
acudan al órgano judicial y razonablemente obtengan respuestas similares a problemáticas
similares (iuslitigatoris); 2) El respeto y mantenimiento de la unidad del ordenamiento jurídico
a través de un control de legalidad (iusconstitutionis); 3) La protección de la objetiva
aplicación de la Ley (nomofilaquia)'.
Ahora bien, el Código de Procedimiento Penal en su art. 167, refiere en relación a la
actividad procesal defectuosa que: 'No podrán ser valorados para fundar una decisión judicial
ni utilizados como presupuestos de ella, los actos cumplidos con inobservancia de las formas
y condiciones previstas en la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados
internacionales vigentes y en este Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o
convalidado…', diferenciándose entre defectos procesales relativos que al tenor del art. 170
del indicado Código, pueden quedar convalidados cuando: '1) Cuando las partes no hayan
solicitado oportunamente que sean subsanados; 2) Cuando quienes tengan derecho a
solicitarlo hayan aceptado, expresa y/o tácitamente, los efectos del acto; y, 3) Si no obstante
su irregularidad, el acto ha conseguido su fin con respecto a todos los interesados';
subsanables mientras que los defectos procesales absolutos no son susceptibles de
convalidación encontrándose entre estos conforme al art. 169 del CPP, los siguientes: '1) La
intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a su participación en los actos en que
ella sea obligatoria; 2) La intervención, asistencia y representación del imputado, en los
casos y formas que este Código establece; 3) Los que impliquen inobservancia o violación
de derechos y garantías previstos en la Constitución Política del Estado, las Convenciones y
Tratados internacionales vigentes y en este Código; y, 4) Los que estén expresamente
sancionados con nulidad'.
En este contexto respecto al inciso 4) del señalado Código, dichos defectos procesales
absolutos sin duda trascienden del caso concreto y del interés particular, ya que es interés
de la colectividad que los procesos penales en los cuales se lleven adelante respetando los
derechos y las garantías constitucionales que además conglomeran a los derechos humanos
[431]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que integran el bloque de constitucionalidad. Esto provoca que todos los órganos
jurisdiccionales tengan la labor de ejercer de oficio el control de la actividad procesal
defectuosa incluso cuando no exista petición de parte procesal justamente por su
naturaleza inconvalidable y por tanto no dependen de la voluntad del afectado ni
requieren de cita de precedente contradictorio, aspecto que sin embargo, no se
contrapone con la configuración procesal que el legislador constituido dio al recurso
de casación referido en la SCP 0895/2012.
De lo anterior se concluye que la carga de presentar y argumentar el precedente
contradictorio no es exigible cuando se aleguen defectos procesales absolutos
referidos a la vulneración de derechos y garantías debiendo el Tribunal Supremo de
Justicia en estos casos de oficio identificar y aplicar los precedentes contradictorios
lo que implica una modulación a la SCP 0895/2012” (las negrillas son nuestras).
Razonamiento que es ratificado y ampliado por la SCP 1092/2014 de 10 de junio que precisó
lo siguiente: “En el sistema procesal penal imperante, el tribunal de casación se erige en el
órgano especializado para efectuar el control de legalidad de los actos producidos en la
justicia ordinaria. En ese marco, es importante recalcar que, el reclamo de los defectos
absolutos no se restringe a una determinada etapa del proceso penal, pudiendo ser
resueltos por la autoridad judicial en cualquier etapa del proceso penal, sea de oficio o a
petición de parte; así, mientras un acto procesal conculque derechos fundamentales y
garantías constitucionales consagrados en la Constitución Política del Estado y los Tratados
Internacionales en materia de Derechos Humanos, es posible la declaratoria de nulidad del
acto, sin necesidad de protesta por parte del afectado. En ese sentido, la previsión legal
contenida en el art. 17.III de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), no es aplicable en el régimen
de los defectos absolutos normados en el art. 169 del CPP.
El régimen de los defectos absolutos responde al sistema penal garantista, cuya finalidad es
sancionar con ineficacia todo acto que implique arbitrariedad y abuso de poder por parte de
los órganos del Estado en el ejercicio del poder punitivo; sin embargo, es preciso aclarar
que, no todo acto procesal declarado nulo significa necesariamente la nulidad del proceso en
su integridad, sino que, el acto declarado nulo por conculcar derechos fundamentales y
garantías constitucionales, carece de eficacia jurídica para fundar cualquier decisión judicial;
es decir, los jueces y Tribunales están impedidos en fundar sus decisiones en actos
jurisdiccionales o investigativos que comprometan derechos fundamentales y garantías
constitucionales; por lo tanto, la labor jurisdiccional compele a la autoridad judicial velar por
el normal desarrollo del proceso, cuidando la vigencia de los derechos fundamentales y
garantías constitucionales”.
De la jurisprudencia glosada; en definitiva se concluye, que ante la denuncia de defectos procesales
absolutos, el Tribunal de casación tiene la obligación de analizar y compulsar los antecedentes del
proceso y resolver, sin necesidad de exigir la cita o fundamentación.
[432]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En cuanto a este requisito, la SCP 0776/2013 de 10 de junio, preciso el siguiente
razonamiento: “El art. 50 del CPP, asigna a la Corte Suprema de Justicia -hoy Tribunal
Supremo de Justicia-, la competencia exclusiva de conocer y resolver los recursos de
casación, disposición concordante con el art. 40.1 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ). Los
Tribunales Departamentales de Justicia, según las normas del art. 51 inc. 2) del CPP,
conocerán los recursos de apelación restringida por inobservancia o errónea aplicación de la
ley según el art. 407 del referido Código, en relación a la producción de prueba ésta sólo
podrá producirse si se trata de aspectos procesales como manda el art. 410 de la misma
norma.
El art. 416 del CPP, señala que el recurso de casación procede para impugnar autos de vista
dictados por las Cortes Superiores de Justicia (hoy Tribunales Departamentales), que son
contrarios a otros precedentes pronunciados por los ahora Tribunales Departamentales de
Justicia o por la Sala Penal de la Corte Suprema hoy Tribunal Supremo de Justicia. El
precedente contradictorio deberá invocarse por el recurrente a tiempo de interponer la
apelación restringida.
Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una situación de hecho similar, el
sentido jurídico que le asigna el auto de vista recurrido no coincida con el del precedente, sea
por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diversos alcances. El art. 417
del CPP, señala: 'El recurso deberá interponerse dentro de los cinco días siguientes a la
notificación del Auto de Vista impugnado ante la sala que lo dictó, la que remitirá los
antecedentes a la Corte Suprema de Justicia dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes.
En el recurso se señalará la contradicción en términos precisos y como única prueba
admisible se acompañará copia del recurso de apelación restringida en el que se invocó el
precedente. El incumplimiento de estos requisitos determinará su inadmisibilidad'.
En este contexto, la jurisprudencia constitucional definió el recurso de casación como: '…un
recurso extraordinario y excepcional que tiene una doble función, de un lado, la de unificar la
jurisprudencia nacional; y, del otro, la de proveer la realización del derecho objetivo, función
que en la doctrina se ha denominado nomofiláctica o de protección de la ley…' (SC
1468/2004-R de 14 de septiembre).
Entonces el recurso de apelación restringida y el recurso de casación son parte de una
misma dinámica impugnativa, de forma que el primero, en general se constituye en el
sustento para el ejercicio del control de legalidad y el segundo es el encargado de la
uniformización jurisprudencial que recae precisamente sobre los controles de
legalidad.
De ahí que la SCP 0895/2012 de 22 de agosto, establece: '…se concluye que la
configuración procesal que el legislador le ha dado al recurso de casación en materia penal
en Bolivia puede sintentizarse en tres puntos: 1) Uniformización jurisprudencial en el sentido
de constituir un recurso destinado a mantener líneas de aplicación de la ley uniformes, en
miras a constituir un estado de igualdad procesal entre los ciudadanos, para que éstos
acudan al órgano judicial y razonablemente obtengan respuestas similares a problemáticas
similares (iuslitigatoris); 2) El respeto y mantenimiento de la unidad del ordenamiento jurídico
a través de un control de legalidad (iusconstitutionis); 3) La protección de la objetiva
aplicación de la Ley (nomofilaquia)'.
Ahora bien, el Código de Procedimiento Penal en su art. 167, refiere en relación a la
actividad procesal defectuosa que: 'No podrán ser valorados para fundar una decisión judicial
ni utilizados como presupuestos de ella, los actos cumplidos con inobservancia de las formas
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
y condiciones previstas en la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados
internacionales vigentes y en este Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o
convalidado…', diferenciándose entre defectos procesales relativos que al tenor del art. 170
del indicado Código, pueden quedar convalidados cuando: '1) Cuando las partes no hayan
solicitado oportunamente que sean subsanados; 2) Cuando quienes tengan derecho a
solicitarlo hayan aceptado, expresa y/o tácitamente, los efectos del acto; y, 3) Si no obstante
su irregularidad, el acto ha conseguido su fin con respecto a todos los interesados';
subsanables mientras que los defectos procesales absolutos no son susceptibles de
convalidación encontrándose entre estos conforme al art. 169 del CPP, los siguientes:
'1) La intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a su participación en los
actos en que ella sea obligatoria; 2) La intervención, asistencia y representación del
imputado, en los casos y formas que este Código establece; 3) Los que impliquen
inobservancia o violación de derechos y garantías previstos en la Constitución Política
del Estado, las Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este Código; y,
4) Los que estén expresamente sancionados con nulidad'.
En este contexto respecto al inciso 4) del señalado Código, dichos defectos procesales
absolutos sin duda trascienden del caso concreto y del interés particular, ya que es interés de
la colectividad que los procesos penales en los cuales se lleven adelante respetando los
derechos y las garantías constitucionales que además conglomeran a los derechos humanos
que integran el bloque de constitucionalidad. Esto provoca que todos los órganos
jurisdiccionales tengan la labor de ejercer de oficio el control de la actividad procesal
defectuosa incluso cuando no exista petición de parte procesal justamente por su
naturaleza inconvalidable y por tanto no dependen de la voluntad del afectado ni
requieren de cita de precedente contradictorio, aspecto que sin embargo, no se
contrapone con la configuración procesal que el legislador constituido dio al recurso de
casación referido en la SCP 0895/2012.
De lo anterior se concluye que la carga de presentar y argumentar el precedente
contradictorio no es exigible cuando se aleguen defectos procesales absolutos referidos a la
vulneración de derechos y garantías debiendo el Tribunal Supremo de Justicia en estos
casos de oficio identificar y aplicar los precedentes contradictorios lo que implica una
modulación a la SCP 0895/2012”.
Razonamiento que es ratificado y ampliado por la SCP 1092/2014 de 10 de junio que preciso
lo siguiente: En el sistema procesal penal imperante, el tribunal de casación se erige en el
órgano especializado para efectuar el control de legalidad de los actos producidos en la
justicia ordinaria. En ese marco, es importante recalcar que, el reclamo de los defectos
absolutos no se restringe a una determinada etapa del proceso penal, pudiendo ser resueltos
por la autoridad judicial en cualquier etapa del proceso penal, sea de oficio o a petición de
parte; así, mientras un acto procesal conculque derechos fundamentales y garantías
constitucionales consagrados en la Constitución Política del Estado y los Tratados
Internacionales en materia de Derechos Humanos, es posible la declaratoria de nulidad del
acto, sin necesidad de protesta por parte del afectado. En ese sentido, la previsión legal
contenida en el art. 17.III de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), no es aplicable en el régimen
de los defectos absolutos normados en el art. 169 del CPP.
El régimen de los defectos absolutos responde al sistema penal garantista, cuya
finalidad es sancionar con ineficacia todo acto que implique arbitrariedad y abuso de
poder por parte de los órganos del Estado en el ejercicio del poder punitivo; sin
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
embargo, es preciso aclarar que, no todo acto procesal declarado nulo significa
necesariamente la nulidad del proceso en su integridad, sino que, el acto declarado nulo por
conculcar derechos fundamentales y garantías constitucionales, carece de eficacia jurídica
para fundar cualquier decisión judicial; es decir, los jueces y Tribunales están impedidos en
fundar sus decisiones en actos jurisdiccionales o investigativos que comprometan derechos
fundamentales y garantías constitucionales; por lo tanto, la labor jurisdiccional compele a la
autoridad judicial velar por el normal desarrollo del proceso, cuidando la vigencia de los
derechos fundamentales y garantías constitucionales.
De la jurisprudencia glosada; en definitiva se concluye, que ante la denuncia de defectos
procesales absolutos, el Tribunal de casación tiene la obligación de analizar y compulsar los
antecedentes del proceso y resolver, sin necesidad de exigir la cita o fundamentación en
precedentes contradictorios.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
excepciones y las peticiones o planteamientos de las partes que, por su naturaleza o
importancia, deban ser debatidas o requieran la producción de prueba, se tramitarán por la
vía incidental, sin interrumpir la investigación y serán propuestas por escrito fundamentado
en la etapa preparatoria y oralmente en el juicio, ofreciendo prueba y acompañando la
documentación correspondiente',en ese entendido, al no interrumpirse la investigación,
tampoco puede interrumpirse el control de la autoridad jurisdiccional demandada, de
lo contrario, las partes estarían expuestas a sufrir vulneraciones de sus derechos, ya
sea de parte de los funcionarios policiales como de los representantes del Ministerio
Público” .
Precedente.- SC 0546/2011-R.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
'Producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá realizar en el proceso
ningún acto bajo sanción de nulidad. Aceptada la excusa o la recusación la separación del
juez será definitiva, aunque posteriormente desaparezcan las causales que las
determinaron'; o sea, que el efecto es suspensivo, dado que la autoridad jurisdiccional,
queda momentáneamente impedida de realizar actos procesales (pronunciar
resoluciones) o que se efectúen bajo su control; empero, ello no significa la
paralización de la investigación o del juicio, dado que el mismo continuará en su
tramitación bajo conocimiento de otra autoridad de igual jerarquía, entre tanto se
imprima y resuelva el trámite de la recusación, con el fin de declararla legal o ilegal
(art. 320 del CPP)” .
En este contexto, la SCP 0038/2012 de 26 de marzo, en su Fundamento Jurídico III.2,
efectuando un análisis de las reglas de la recusación en materia penal, señaló que: “…el
Código de Procedimiento Penal, en el marco de las reglas de un debido proceso, disciplina el
trámite de recusación, señalando taxativamente en su artículo 320 lo siguiente: 'La
recusación se presentará ante el juez o tribunal que conozca el proceso, mediante escrito
fundamentado, ofreciendo prueba y acompañando la documentación correspondiente'.
Asimismo, mediante Ley 007 de 18 de mayo de 2010, denominada 'Ley de Modificaciones al
Sistema Normativo Penal', en su artículo primero, se establece las reformas parciales al
Código de Procedimiento Penal, entre las cuales se encuentra la modificación al artículo
321 del mencionado Código, estableciendo esta ley para las excusas y recusaciones el
siguiente contenido textual: 'Producida la excusa o promovida la recusación, el juez no
podrá realizar en el proceso ningún acto, bajo sanción de nulidad. Aceptada la excusa o
la recusación, la separación del juez será definitiva aunque posteriormente desaparezcan las
causales que las determinaron'.
En el contexto señalado, siguiendo un criterio teleológico de interpretación, se tiene que el
primer supuesto del art. 321 del CPP en el marco de las causales reguladas por el art. 320
del mismo cuerpo adjetivo, cuando establece la prohibición de realización de actos
procesales ulteriores bajo sanción de nulidad, tiene una finalidad concreta, que es
asegurar el principio de imparcialidad como elemento del debido proceso…”.
De lo expuesto se establece entonces que, una vez producida la excusa o promovida la
recusación, el juzgador recusado se verá impedido de realizar acto jurisdiccional alguno
dentro del proceso bajo sanción de nulidad, toda vez que, a raíz de la recusación quedará
momentáneamente impedida de actuar en el proceso, lo cual no implica la paralización del
proceso, el cual, deberá continuar en su tramitación bajo conocimiento de otra autoridad de
igual jerarquía, entre tanto se imprima y resuelva el trámite de la recusación, con el fin de
declararla legal o ilegal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
otros apartados en la Ley fundamental, pues conforme sostiene San Martín Castro en su obra
Derecho Procesal Penal Volumen I, esta garantía constitucionaliza todas las garantías
establecidas por la legislación ordinaria -orgánica y procesal-; en cuanto, ellas sean concordes
con el fin de justicia a que está destinado la tramitación de un caso judicial penal. En cuanto,
a la finalidad de este principio, consiste en que no se debe impedir el derecho del imputado
de recurrir un fallo ante otra instancia judicial, por la preocupación de que se empeore su
situación legal a raíz del uso de un recurso o dicho de otro modo el ejercicio del derecho a
recurrir debe excluir la posibilidad de que el recurrente sufra, como consecuencia de dicho
ejercicio, un perjuicio en su situación.
Este principio que significa prohibir al Tribunal que revisa la decisión, por la interposición de
un recurso, la modificación de la resolución en perjuicio del imputado, cuando ella sólo fue
recurrida por él o por otra persona, autorizada por la ley en su favor (como la situación
prevista por el art. 109 del CPP), se halla regulado en el art. 400 del CPP, que al referirse a
la “reforma en perjuicio”, señala que: “ cuando la resolución sólo haya sido impugnada por el
imputado o su defensor, no podrá ser modificada en su perjuicio. Los recursos interpuestos
por cualquiera de las partes permitirán modificar o revocar la resolución aún en favor del
imputado, salvo que el recurso se refiera exclusivamente a las costas”.
Considerando todo lo expuesto precedentemente, se tiene en consecuencia que en el
supuesto de que en el proceso penal en una determinada resolución judicial haya sido
impugnada únicamente por el imputado o su defensor, la resolución no puede ser modificada
en su perjuicio, por ejemplo; en cuanto, a la especie o cantidad de la pena ni a los beneficios
concedidos como la suspensión condicional de la pena o el perdón judicial, también podrá
decirse con relación a la calificación del delito que su inmodificabilidad estaría comprendida
siempre que a la nueva calificación le corresponda, necesariamente una pena superior a la
impuesta inicialmente (por el Juez o Tribunal de Sentencia en los juicios orales y públicos; o,
por el Juez de Instrucción al sentenciar conforme el procedimiento abreviado), o prive al
imputado de los beneficios otorgados como consecuencia de la anterior calificación.
En cambio, si algún otro sujeto procesal (víctima, querellante o Ministerio Público),
impugna la resolución incluso en forma simultánea con el imputado o su defensor, es posible
la modificación de la resolución en perjuicio del imputado; en cuyo caso, no podrá sostenerse
la existencia de vulneración al principio de la prohibición de la reformatio in peius.
[438]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El debido proceso, considerado un derecho, garantía y principio constitucional,
previsto en los arts. 115.II, 117.I y 180.I de la Constitución Política del Estado;
detenta como una de las formas consagradas, al principio de prohibición de la
“reformatio in peius”, cuya finalidad es evitar coartar el derecho del imputado de
recurrir un fallo ante otra instancia judicial, por la preocupación de que se empeore
su situación legal a raíz del uso de un recurso.
Este principio, prohíbe al tribunal la modificación de la resolución en perjuicio del
imputado, cuando fue recurrida por él o por otra persona a su nombre, principio
previsto en el art. 400 del CPP, que establece que cuando el imputado o su defensor
son los que impugnen la Sentencia, no puede modificar la resolución en su
perjuicio; añadiendo que los recursos interpuestos por cualquiera de las partes
permiten modificar o revocar la resolución aún en favor del imputado, salvo que el
recurso se refiera exclusivamente a las costas.
Asimismo, no puede ser modificada en su perjuicio en cuanto a la especie o cantidad
de la pena ni a los beneficios concedidos como la suspensión condicional de la pena
o el perdón judicial; de la misma manera con relación a la calificación del delito, su
inmodificabilidad estaría comprendida cuando se pretenda calificar con una pena
superior a la impuesta inicialmente (por el Juez o Tribunal de Sentencia en los
juicios orales y públicos; o, por el Juez de Instrucción al sentenciar conforme el
procedimiento abreviado), o prive al imputado de los beneficios otorgados como
consecuencia de la anterior calificación.
En caso de que algún otro sujeto procesal (víctima, querellante o Ministerio
Público), impugna la resolución incluso en forma simultánea con el imputado o su
defensor, es posible la modificación de la resolución aún en perjuicio del imputado,
en caso de ser necesario, con la finalidad de resguardar el derecho a recurrir de la
contraparte, en cuyo caso no existe la vulneración al principio de la prohibición de
reforma en perjuicio.
RÉGIMEN DE IMPUGNACIONES EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL: LA
APELACIÓN INCIDENTAL Y LA APELACIÓN RESTRINGIDA
AUTO SUPREMO Nº 501/2017-RRC
Sucre, 30 de junio de 2017
La norma adjetiva penal contempla diferentes medios de impugnación, entre ellos la
reposición, apelación incidental, apelación restringida, casación, revisión extraordinaria de
sentencia. La naturaleza de cada uno de estos recursos responde a momentos procesales
específicos, con una tramitación particular y con objeto propio; en cuyo mérito, a los efectos
de resolver sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de los recursos previstos en la norma, es
necesario señalar que si bien el derecho de impugnación está reconocido
constitucionalmente, no es menos cierto que está regulado por las normas de
desarrollo constitucional, como la disposición contenida en el art. 394 del CPP que
dispone: “Las resoluciones judiciales serán recurribles en los casos expresamente
establecidos por este Código”; lo que implica, que en el examen de
admisibilidad, debe considerarse la legitimación objetiva en el entendido de
que es la norma la que limita los recursos a los establecidos en cada caso por la
ley procesal penal, para los supuestos expresamente previstos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Debe agregarse que el común denominador de cada uno de ellos, tiende a garantizar el
ejercicio pleno del derecho a la defensa, permitiendo que el justiciable acuda a las
autoridades encargadas de impartir justicia y obtenga respuestas fiables en sus pretensiones,
de modo que el régimen de las impugnaciones establecidas en el orden procesal penal,
encuentra su base en las normas de orden internacional; así el art. 25.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, señala: “ Toda persona tiene derecho a un recurso
sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes,
que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por
personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales ”. Al respecto, en el sistema
interamericano de protección de los Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en el caso Barreto Leiva Vs. Venezuela, Sentencia de 17 de noviembre de 2009,
asumiendo los fundamentos de la Sentencia de 23 de julio de 2004, caso Herrera Ulloa Vs.
Costa Rica, precisó que: “La jurisprudencia de esta Corte ha sido enfática al señalar que el
derecho de impugnar el fallo busca proteger el derecho de defensa, en la medida en que
otorga la posibilidad de interponer un recurso para evitar que quede firme una decisión
adoptada en un procedimiento viciado y que contiene errores que ocasionarán un perjuicio
indebido a los intereses del justiciable” ; de la misma forma, en el caso Velásquez Rodríguez
vs Honduras, Sentencia de 29 de julio de 1988, señaló: “Un recurso debe ser, además,
eficaz, es decir, capaz de producir el resultado para el que ha sido concebido…” .
Ahora bien, ingresando al análisis de la APELACIÓN INCIDENTAL, es menester considerar
el contenido del art. 403 del CPP, cuyo texto señala: “ (Resoluciones apelables). El recurso
de apelación incidental procederá contra las siguientes resoluciones:
1) La que resuelve la suspensión condicional del proceso;
2) La que resuelve una excepción;
3) La que resuelve medidas cautelares o su sustitución;
4) La que desestime la querella en delitos de acción privada;
5) La que resuelve la objeción de la querella;
6) La que declara la extinción de la acción penal;
7) La que conceda, revoque o rechace la libertad condicional;
8) La que niegue o revoque la solicitud de ampliación de la etapa preparatoria en delitos
relacionados con organizaciones criminales.
9) La que admita o niegue la suspensión o extinción de la pena;
10) La que resuelva la reparación del daño; y,
11) Las demás señaladas por este Código”.
De igual manera corresponde tomar en cuenta la previsión del art. 404, que a la letra
dice:“(INTERPOSICIÓN). El recurso se interpondrá por escrito, debidamente
fundamentado, ante el mismo tribunal que dictó la resolución, dentro de los tres días de
notificada la resolución al recurrente (…)”
Por otro lado, el art. 407 del CPP, establece los motivos del recurso de APELACIÓN
RESTRINGIDA, señalando: “El recurso de apelación restringida será interpuesto por
inobservancia o errónea aplicación de la ley.
Cuando el precepto legal que se invoque como inobservado o erróneamente aplicado
constituya un defecto del procedimiento, el recurso sólo será admisible si el interesado ha
reclamado oportunamente su saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir, salvo en los
casos de nulidad absoluta o cuando se trate de los vicios de la sentencia, (…) ”, y el 408 del
mismo cuerpo de leyes, prevé: “(INTERPOSICIÓN) El recurso de apelación restringida será
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
interpuesto por escrito, en el plazo de quince días de notificada la sentencia. Se citarán
concretamente las disposiciones legales que se consideren violadas o erróneamente aplicadas
y se expresará cuál es la aplicación que se pretende. (…)”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la investigación para luego definir el cauce del proceso penal. Al respecto, la SCP
0559/2014 de 10 de marzo, sostuvo lo siguiente: “…si el Poder Constituyente estableció en
el texto constitucional un expreso reconocimiento de la institucionalidad del Ministerio
Público, encomendándole la tarea de defender la legalidad y los intereses generales de la
sociedad, así como ejercer la acción penal pública, entonces ese reconocimiento
constitucional viabiliza el ejercicio de sus funciones en el marco del principio de autonomía,
conforme prevén los arts. 225 de la CPE y 5.5 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
(LOMP), y los principios de legalidad, oportunidad, objetividad, responsabilidad, ‘autonomía’,
unidad y jerarquía; así, el principio de autonomía supone dos acepciones; una externa, lo
que significa que las autoridades fiscales no pueden ser objeto de injerencias o presiones
por parte de los órganos constituidos; e, interna, que implica que en el ejercicio de las
especificas atribuciones, cada fiscal debe actuar conforme a derecho y libre de toda
intervención por parte de los otros funcionarios del mismo órgano o fiscales de rango
superior, salvo los casos de control jerárquico regulados expresamente por ley; sin
embargo, dicho entendimiento no debe ser distorsionado como el desconocimiento de la
existencia de un control jurisdiccional, por el cual se fiscaliza y controla los actos del órgano
de persecución penal a efecto de lograr el respecto de los derechos y garantías
constitucionales”.
Ahora bien, las resoluciones de rechazo de la denuncia, la querella o las actuaciones
policiales, en virtud a lo dispuesto por el art. 305 del CPP, son objetables en el plazo máximo
de cinco días, computables a partir de la notificación con la misma. En este sentido, la
competencia del Fiscal Departamental, a los fines de realizar la revisión del acto (rechazo)
realizado por el Fiscal de Materia, únicamente se apertura con la formulación de la objeción
precedentemente señalada, tal cual permiten comprender las previsiones legales contenidas
en los arts. 34. 17 y 65 de la LOMP, un accionar contrario implicaría una franca infracción del
principio de autonomía que rige la labor investigativa realizada por los fiscales de materia y,
por lo mismo, provocaría un procedimiento apartado del marco jurídico legal en detrimento
del derecho al debido proceso. No obstante, el legislador ha establecido la excepción a la
regla precedentemente señalada; así, el art. 66.I de la LOMP, prevé la posibilidad de que el
Fiscal General del Estado, de oficio efectúe las revisiones de las resoluciones de rechazo o
sobreseimiento, extremo que en rigor de la voluntad del mismo legislador, constituye una
excepción a la regla.
REGLAS A CONSIDERAR PARA LA CORRECTA APLICACIÓN DE LA SANA
CRÍTICA
AUTO SUPREMO Nº 058/2016-RRC
Sucre, 21 de enero de 2016
Delitos: Lesiones Gravísimas y otro
Resultado de Resolución: infundado
En lo que al Tribunal de apelación se refiere, debe tenerse en cuenta que la facultad
de control que debe ejercer respecto de la valoración de la prueba, no implica valorar
nuevamente los hechos, pues tal labor excedería los márgenes del recurso y la
competencia de dicho Tribunal; sino, la comprobación si el razonamiento jurídico del
juez se ha adecuado a las reglas que impone el sistema de sana crítica; en otras
palabras, el Tribunal de alzada debe examinar cómo han gravitado y qué influencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
han ejercido los medios de prueba, a la hora de arribar a la decisión consignada en
la Sentencia, y si este resultado carece o no de razonabilidad en la aplicación de las
reglas de la sana crítica.
Al respecto este tribunal en cuanto a las denuncias de defectuosa valoración de la
prueba, su formulación y control, estableció el siguiente entendimiento:
“La denuncia por defectuosa valoración de la prueba, defecto de Sentencia descrito en
el inc. 6) del art. 370 del CPP, como norma habilitante, debe encontrarse vinculada a
la infracción del art. 173 del mismo cuerpo legal; es decir, a la vulneración de las
reglas de la sana crítica, que son aquellas que conoce el hombre común (sentido
común – conocimiento adquirido por cualquier persona de forma espontánea como
verdad irrefutable); las reglas de la ciencia, entre las cuales la más aplicada es la de
la psicología, que en el caso del juzgador requiere conocimientos mínimos (se aplican
cuando el juzgador observa comportamientos); además de las reglas de la lógica (la
lógica de lo razonable); es decir, las reglas de la identidad, de contradicción, de
tercero excluido o de razón suficiente, para crear un razonamiento debidamente
estructurado. Lo que implica, que quien alegue defectuosa valoración de la prueba,
debe brindar información necesaria que posibilite identificar cuál de las reglas del
recto entendimiento humano fueron infringidas o soslayadas, señalando de forma
ineludible, cuáles las afirmaciones o hechos contrarios a la experiencia común, cuáles
los hechos no ciertos en los que se sustenta el fallo, de qué manera los medios de
prueba fueron valorados indebidamente, cuáles las conclusiones que demuestren
cosa diferente a la que se tuvo como cierta con base en ellos, cuál el o los elementos
analizados arbitrariamente; únicamente planteado en esos términos el recurso, es
posible el control sobre la valoración de la prueba, control que debe ser ejercitado
sobre la logicidad de la Sentencia, teniendo como circunscripción lo argumentado en el
recurso.
Para que la fundamentación de una sentencia sea válida se requiere no sólo que el
Tribunal de juicio funde sus conclusiones en pruebas de valor decisivo, sino también,
que éstas no sean contradictorias entre sí, ni ilegales y que en su valoración se
observen las reglas fundamentales de la lógica, no puede considerarse motivación
legal ni aplicación integral de las reglas de la sana crítica, a una simple y llana
referencia a una prueba por parte del juzgador y que se formula de un modo general y
abstracto, en el que se omite realizar una exposición razonada de los motivos en los
que se funda.
[443]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del
procesado, mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo verificar
si el iter lógico expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde
con las reglas del recto entendimiento humano; analizando si la motivación es
expresa, clara, completa y emitida con arreglo a las normas de la sana crítica, cuales
son, la lógica, la experiencia común y la psicología, controlando si las conclusiones
obtenidas responden a las reglas del recto entendimiento humano, sin que para ello
les esté permitido ingresar a una reconsideración de los hechos o de las pruebas, de
ahí que alegar como motivo del recurso de apelación restringida, la infracción a las
reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuáles son las normas del
correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente, expresando
las partes de la sentencia en las que consta el agravio (sic).
[444]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
común – conocimiento adquirido por cualquier persona de forma espontánea como
verdad irrefutable); las reglas de la ciencia, entre las cuales la más aplicada es la de
la psicología, que en el caso del juzgador requiere conocimientos mínimos (se aplican
cuando el juzgador observa comportamientos); además de las reglas de la lógica (la
lógica de lo razonable); es decir, las reglas de la identidad, de contradicción, de
tercero excluido o de razón suficiente, para crear un razonamiento debidamente
estructurado. Lo que implica, que quien alegue defectuosa valoración de la prueba,
debe brindar información necesaria que posibilite identificar cuál de las reglas del
recto entendimiento humano fueron infringidas o soslayadas, señalando de forma
ineludible, cuáles las afirmaciones o hechos contrarios a la experiencia común, cuáles
los hechos no ciertos en los que se sustenta el fallo, de qué manera los medios de
prueba fueron valorados indebidamente, cuáles las conclusiones que demuestren
cosa diferente a la que se tuvo como cierta con base en ellos, cuál el o los elementos
analizados arbitrariamente; únicamente planteado en esos términos el recurso, es
posible el control sobre la valoración de la prueba, control que debe ser ejercitado
sobre la logicidad de la Sentencia, teniendo como circunscripción lo argumentado en el
recurso.
Para que la fundamentación de una sentencia sea válida se requiere no sólo que el
Tribunal de juicio funde sus conclusiones en pruebas de valor decisivo, sino también,
que éstas no sean contradictorias entre sí, ni ilegales y que en su valoración se
observen las reglas fundamentales de la lógica, no puede considerarse motivación
legal ni aplicación integral de las reglas de la sana crítica, a una simple y llana
referencia a una prueba por parte del juzgador y que se formula de un modo general y
abstracto, en el que se omite realizar una exposición razonada de los motivos en los
que se funda.
[445]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuáles son las normas del correcto
entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente, expresando las partes
de la sentencia en las que consta el agravio.
[446]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imposibles naturalmente, porque no se opone a ellos ninguna ley científica
natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos
indican ni nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos;
simplemente nos suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad,
sobre el razonamiento del juez.
[447]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la libertad y se hubieran agotado todos los mecanismos intraprocesales de defensa
establecidos en la normativa imperante.
En este orden, debe señalarse que el Código de Procedimiento Penal, en el marco de las
reglas de un debido proceso, disciplina el trámite de recusación, señalando taxativamente en
su artículo 320 lo siguiente: 'La recusación se presentará ante el juez o tribunal que conozca
el proceso, mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba y acompañando la
documentación correspondiente'.
Asimismo, mediante Ley 007 de 18 de mayo de 2010, denominada 'Ley de Modificaciones al
Sistema Normativo Penal', en su artículo primero, se establece las reformas parciales al
Código de Procedimiento Penal, entre las cuales se encuentra la modificación al artículo 321
del mencionado Código, estableciendo esta ley para las excusas y recusaciones el siguiente
contenido textual: 'Producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá realizar
en el proceso ningún acto, bajo sanción de nulidad. Aceptada la excusa o la recusación, la
separación del juez será definitiva aunque posteriormente desaparezcan las causales que las
determinaron'. Luego de este supuesto, de manera textual señala esta disposición: 'Las
excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in límine cuando: 1. No sea causal
sobreviniente; 2. Sea manifiestamente improcedente; 3. Se presente sin prueba en los casos
que sea necesario; o 4. Habiendo sido rechazada sea reiterada en los mismos términos'
Ahora bien, para el establecimiento de las reglas de un debido proceso en relación al tópico
de recusaciones, es imperante interpretar a la luz de pautas exegéticas, teleológicas y
sistémicas, la disposición legal antes señalada, en ese orden, a diferencia del anterior
régimen adjetivo aplicable en materia de recusaciones, esta nueva disposición, de acuerdo al
tenor literal, introduce un aspecto adicional, es decir el rechazo in límine de recusaciones,
disciplinando específicamente los requisitos para este fin.
En ese orden, en una interpretación literal del art. 321 de la Ley 007, acorde con pautas
teleológicas y sistémicas, se tiene que la prohibición de conocimiento de ulteriores actos
procesales una vez promovida la recusación, es un presupuesto aplicable para las
recusaciones formuladas en el marco del art. 320 del CPP; empero, considerando que el
rechazo in límine no contempla las causales del art. 320 del CPP, sino por el contrario, sus
presupuestos son distintos, del tenor literal del art. 321, se establece que no existe una
regulación normativa expresa del procedimiento de rechazo in límine de recusaciones
formuladas en procesos penales, razón por la cual, de acuerdo a pautas objetivas de
interpretación, a la luz del debido proceso, deberán interpretarse los postulados a seguirse.
En el contexto señalado, siguiendo un criterio teleológico de interpretación, se tiene que el
primer supuesto del art. 321 del CPP en el marco de las causales reguladas por el art. 320
del mismo cuerpo adjetivo, cuando establece la prohibición de realización de actos
procesales ulteriores bajo sanción de nulidad, tiene una finalidad concreta, que es asegurar
el principio de imparcialidad como elemento del debido proceso. Ahora bien, la finalidad de
establecer un rechazo in límine cuando se presenten los supuestos regulados en la última
parte del artículo 321 del CPP, los cuales por su naturaleza no se encuentran contemplados
en el artículo 320, de acuerdo a una pauta teleológica y sistémica, tiene la finalidad de evitar
dilaciones procesales indebidas y asegura así la consagración del principio de celeridad
como presupuesto de un debido proceso penal.
[448]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la teleología de un rechazo in
límine de recusaciones es el resguardo del principio de celeridad y por ende del plazo
razonable de juzgamiento, toda vez que su finalidad es evitar dilaciones procesales
indebidas, no sería coherente con esta interpretación teleológica, atribuirle a este supuesto
los mismos presupuestos disciplinados para la tramitación de recusaciones enmarcadas en
las causales plasmadas en el art. 320 del CPP, por cuanto, a la luz de esta interpretación
teleológica, es razonable señalar que en este supuesto (rechazo in límine), los jueces o
tribunales ordinarios, precisamente para asegurar esa celeridad procesal, en caso de
enmarcarse la recusación a una causal de rechazo in límine, deberán establecer de manera
previa y motivada este rechazo, luego de lo cual, a diferencia del primer supuesto
disciplinado en el art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera inmediata con el
conocimiento y resolución de la causa, aspecto que de ninguna manera vicia de nulidad los
actos procesales ulteriores”.
PRECEDENTE: SCP 0038/2012
[449]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
II. Las excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in limine cuando:
· No sea causal sobreviniente;
· Sea manifiestamente improcedente;
· Se presente sin prueba; o
· Habiendo sido rechazada, sea reiterada en los mismos términos’.
Asimismo, corresponde citar el entendimiento asumido en la SCP 0038/2012 de 26 de marzo, al no ser
contrario, al trámite y resolución de la recusación, cuando se produce el rechazo in limine, siendo más
bien complementario a la normativa referida precedentemente, así que: ‘…la finalidad de establecer
un rechazo in limine cuando se presenten los supuestos regulados en la última parte del artículo 321
del CPP, los cuales por su naturaleza no se encuentran contemplados en el artículo 320, de acuerdo a
una pauta teleológica y sistémica, tiene la finalidad de evitar dilaciones procesales indebidas y
asegura así la consagración del principio de celeridad como presupuesto de un debido proceso penal.
En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la teleología de un rechazo in limine de
recusaciones es el resguardo del principio de celeridad y por ende del plazo razonable de
juzgamiento, toda vez que su finalidad es evitar dilaciones procesales indebidas, no será coherente
con esta interpretación teleológica, atribuirle a este supuesto los mismos presupuestos disciplinados
para la tramitación de recusaciones enmarcadas en las causales plasmadas en el art. 320 del CPP,
por cuanto, a la luz de esta interpretación teleológica, es razonable señalar que en este supuesto
(rechazo in limine), los jueces o tribunales ordinarios, precisamente para asegurar esa celeridad
procesal, en caso de enmarcarse la recusación a una causal de rechazo in limine, deberán establecer
de manera previa y motivada este rechazo, luego de lo cual, a diferencia del primer supuesto
disciplinado en el art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera inmediata con el
conocimiento y resolución de la causa, aspecto que de ninguna manera vicia de nulidad los actos
procesales ulteriores’.
Significando que, una autoridad judicial, al rechazar in limine una recusación, cuando se incurra
en una de las cuatro causales previstas en el art. 321.II del CPP, deberá continuar inmediatamente
con el conocimiento y resolución de la causa, no viciándose de nulidad los actos procesales
posteriores, por cuanto, si se suspendiera la tramitación del proceso se dejará sin control
jurisdiccional el mismo, creando una disfunción contraria al principio procesal de celeridad que
rige la jurisdicción ordinaria (art. 180.I de la CPE).
Por lo que, la autoridad judicial recusada, elevar antecedentes a la Sala Penal de turno del Tribunal
Departamental de Justicia dentro de las veinticuatro horas de promovida la recusación, acompañando
el escrito de interposición junto con su decisión fundamentada de rechazo in limine, sin suspender el
proceso»’”
REGULACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN RESTRINGIDA Y EL PRINCIPIO
DE SUBSANACIÓN
AUTO SUPREMO Nº 341/2015-RRC
Sucre, 03 de junio de 2015
La Constitución Política del Estado, en su art. 180.II concordante con el art. 8.2 inc.
h) de la Convención Americana de Derechos Humanos, garantiza el derecho de
impugnación, garantía plasmada también en el art. 394 del CPP, que establece que
las resoluciones judiciales serán recurribles en los casos expresamente establecidos
por el Código de Procedimiento Penal.
[450]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La norma adjetiva penal, además de señalar los casos en los que las resoluciones
son recurribles, establece los requisitos que debe cumplir la parte que activa su
derecho impugnatorio, los cuales en el caso de la apelación restringida, están
descritos en el art. 408 del CPP, en los siguientes términos:
“El recurso de apelación restringida será interpuesto por escrito, en el plazo de
quince días de notificada la sentencia. Se citarán concretamente las disposiciones
legales que se consideren violadas o erróneamente aplicadas y se expresará cuál es
la aplicación que se pretende.
Deberá indicarse separadamente cada violación con sus fundamentos.
Posteriormente no podrá invocarse otra violación.
El recurrente deberá manifestar si fundamentará oralmente su recurso”.
Respecto a la justificación de los requisitos exigidos para la admisión del recurso de
apelación restringida, el Auto Supremo 98/2013-RRC de 15 de abril de 2013,
estableció: “…esta exigencia se explica, porque el Tribunal tiene que saber cuál es la
norma procesal o sustantiva que el procesado considera inobservada o erróneamente
aplicada y fundamentalmente, cuál es la aplicación de la norma que pretende aquel
que impugna de una sentencia, es decir, el recurrente tiene el deber, a partir de los
motivos que alega en su recurso, indicar en su planteamiento cuál, la solución que el
Tribunal de alzada debiera dar a su caso. Es menester tener en cuenta que de
acuerdo a la Sentencia Constitucional 1075/2003-R de 24 de julio: ‘Estas exigencias,
tienen la finalidad de que el Tribunal que conozca el recurso no tenga que indagar qué
ha querido decir el recurrente, cual ha podido ser la norma procesal o sustantiva que
el procesado entendió inobservada o violada. Pues, una tarea así para el tribunal que
debe conocer el recurso, dada la recargada e intensa actividad judicial, podría
determinar el colapso (la mora judicial), imposibilitando el cumplimiento de las
exigencias constitucionales de celeridad procesal’ ”.
[451]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
para su prosecución, este criterio tiene límites, atendiendo el carácter bilateral de un
proceso, al efecto el juzgador deberá considerar si la norma aplicada permite otra
interpretación alternativa y segundo si la interpretación adoptada es arbitraria o
inmotivada.
[452]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar en su
planteamiento cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su caso. Es
menester tener en cuenta que de acuerdo a la Sentencia Constitucional 1075/2003-R
de 24 de julio: `Estas exigencias, tienen la finalidad de que el Tribunal que conozca el
recurso no tenga que indagar qué ha querido decir el recurrente, cuál ha podido ser la
norma procesal o sustantiva que el procesado entiende inobservada o violada. Pues,
una tarea así para el tribunal que debe conocer el recurso, dada la recargada e
intensa actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial),
imposibilitando el cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad
procesal`.
Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en
grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar
defectos de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el Tribunal de
alzada se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la
posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar a
considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o
incorporar prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron objeto
del debate.
De las previsiones legales referidas, se puede establecer que en la legislación penal
boliviana el derecho al recurso no es absoluto, pues su existencia primero y su
ejercicio después va a depender de la concurrencia de todos y cada uno de los
presupuestos, requisitos o condiciones de admisibilidad del recurso; además, no
puede ser ejercitado por cualquier persona, ni de cualquier forma, pues su ejercicio
exige el cumplimiento de una serie de condiciones legalmente establecidas. Por lo
tanto, el derecho a recurrir está supeditado y condicionado legalmente o dicho de otro
modo, el recurso de apelación restringida debe ser formulado tal y como prevé la
norma procesal, requiriendo la diligencia del recurrente.
En ese ámbito, la jurisprudencia ha determinado criterios en cuanto a los requisitos
de forma en la interposición de la apelación restringida, en los términos contenidos en
el Auto Supremo 10 de 26 de enero de 2007 que expresó: ´El sistema de recursos
contenido en el Nuevo Código de Procedimiento Penal, ha sido trazado para efectivizar
la revisión de los fallos dictados como emergencia del juicio penal, conforme disponen
los artículos 8.2 inciso h) de la Ley Nº 1430 de 11 de febrero de 1993 (Pacto de San
José de Costa Rica), y artículo 14.5) de la Ley Nº 2119 de 11 de septiembre de 2000
(Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), asegurando el control del
decisorio por un Juez o Tribunal Superior al que pronunció la resolución condenatoria`;
para luego señalar lo siguiente: `…si el Tribunal de alzada observa el recurso de
apelación restringida y otorga un plazo para subsanar el recurso conforme a la
previsión del artículo 399 del Código Adjetivo Penal, debe precisar de manera clara y
expresa en el decreto respectivo, la observación que realiza y los requisitos que
extraña, toda vez que las resoluciones judiciales deben ser expresas y no tácitas.
En cuyo caso, si transcurridos los tres días, el recurrente no subsana el recurso
conforme a las observaciones realizadas, precluye el derecho del recurrente por el
transcurso del tiempo, debiendo el Tribunal ad quem dar estricta aplicación al artículo
[453]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
399 del Código de Procedimiento Penal y RECHAZAR el recurso, sin ingresar a
realizar consideraciones de fondo; de lo contrario tramitará el recurso conforme a
procedimiento y dictará resolución declarando procedente o improcedente el recurso’.
Entendimiento consolidado en los Autos Supremos 58 de 27 de enero y 219 de 28 de
marzo, ambos del 2007, entre otros”.
[454]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Relevancia Constitucional
Restrictor: Obligación de quien pretende se deje sin efecto un fallo, acreditar
normativa y motivadamente el perjuicio real e irreparable ocasionado; es decir, el
daño debe ser de tal magnitud, que sólo pueda ser enmendado con la emisión de un
nuevo fallo
[455]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
REPARACIÓN DIRECTA (ART. 413 CPP) / Tribunal de alzada puede reparar la
Sentencia adecuando o concretando los hechos probados al marco penal sustantivo,
siempre que el error se haya cometido en la operación lógica del juzgador y no en la
valoración de la prueba que dio lugar al establecimiento de los hechos tenidos como
probados
AUTO SUPREMO Nº 787/2015-RRC-L
Sucre, 06 de noviembre de 2015
Delitos: Estafa y Estelionato
Resultado de Resolución: Admisible
Extracto Jurisprudencial:
En consecuencia, como efecto del análisis efectuado, corresponderá al Tribunal de
alzada acudir a la vigente doctrina sentada por este Tribunal conforme se ha
señalado en el acápite III.2.1. de la presente Resolución, a través del Auto Supremo
660/2014-RRC de 20 de noviembre, resaltando que no siempre la modificación de
la situación jurídica del imputado implica un descenso al examen de la prueba; al
contrario, lo que se busca es la adecuación o concreción de esos hechos al marco
penal sustantivo, que no implica la modificación de los hechos que ya están
establecidos en Sentencia y no son objeto de discusión, correspondiéndole verificar
si el trabajo de subsunción o adecuación del hecho acreditado fue o no correcto, ya
que de advertir si el Tribunal de Sentencia incurrió en error al adecuar la conducta
del o los imputados, ya sea por haber establecido la absolución o determinando la
condena en forma indebida, tiene plena facultad de enmendar lo resuelto, sin
necesidad de anular la Sentencia; puesto que, el error se cometió en la operación
lógica del juzgador y no en la valoración de la prueba que dio lugar al
establecimiento de los hechos tenidos como probados, y en aplicación del art. 413
del CPP, el Tribunal de alzada puede concluir si fue correcta o no la operación
lógica del juzgador en la valoración probatoria conforme a la sana crítica;
consecuentemente, podrá emitir nueva Sentencia modificando la situación del
imputado de absuelto a condenado o de condenado a absuelto, a través de una
resolución emitida con la respectiva fundamentación y motivación en resguardo del
derecho al debido proceso y bajo las previsiones del art. 124 del CPP, lo cual no
aconteció en el caso de autos.
Descriptor: Reparación Directa (art. 413 CPP)
Restrictor: Tribunal de alzada puede reparar la Sentencia adecuando o concretando
los hechos probados al marco penal sustantivo, siempre que el error se haya
cometido en la operación lógica del juzgador y no en la valoración de la prueba que
dio lugar al establecimiento de los hechos tenidos como probados
REPARACIÓN DIRECTA POR TRIBUNAL DE ALZADA (art. 413 CPP) nueva
sentencia/Constatación que el juez incurrió en error al adecuar la conducta del
imputado, ya sea por haber establecido la absolución o determinando la condena en
forma indebida.
AUTO SUPREMO Nº 140/2015-RRC
Sucre, 27 de febrero de 2015
Delitos: Tráfico de Sustancias Controladas
[456]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Sin embargo, este Tribunal entiende que no siempre la
modificación de la situación jurídica del imputado implica un descenso al examen de
la prueba y a los hechos, pues ello no sucede cuando lo que se discute en esencia no
son los hechos establecidos por el juzgador; sino, la adecuación o concreción de esos
hechos al marco penal sustantivo, ya sea por el imputado que sostiene que el hecho
por el que se lo condenó no constituye delito por falta de alguno de sus elementos
(acción, tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad) y que lógicamente no implique
modificación de los hechos mediante la revalorización de la prueba, o por el
acusador que, ante la absolución del imputado plantea que esos hechos
demostrados y establecidos en sentencia, sí se subsumen en alguna conducta
prohibida por el Código Penal y una tercera opción cuando los hechos tenidos como
probados en juicio fueron incorrectamente subsumidos a un determinado tipo
penal. En consecuencia, en estos casos el Tribunal de alzada no tiene necesidad
alguna de valorar prueba (lo que reitera le está vetado), por cuanto los hechos ya
están establecidos en sentencia y no son objeto de discusión, correspondiéndole
únicamente verificar si el trabajo de subsunción o adecuación del hecho acreditado
fue correcta o no, entonces de advertir que el juez incurrió en error al adecuar la
conducta del imputado, ya sea por haber establecido la absolución o determinando
la condena en forma indebida, tiene plena facultad para enmendar el mismo, sin
necesidad de anular la Sentencia, puesto que el error se cometió en la operación
lógica del juzgador y no en la valoración de la prueba que dio lugar al
establecimiento de los hechos tenidos como probados;consiguientemente no es
razonable ni legal que se repita el juicio únicamente para que otro juez realice una
correcta subsunción del hecho. En consecuencia debe concebirse la posibilidad en el
supuesto de que se advierta y constante que el Juez Tribunal de Sentencia, incurrió
en errónea aplicación de la norma sustantiva, que el Tribunal de alzada en estricta
aplicación del art. 413 último párrafo del CPP y con base a los hechos probados y
establecidos en Sentencia, en los casos de que éstos no sean cuestionados en
apelación o de serlo se concluya que fue correcta la operación lógica del juzgador en
la valoración probatoria conforme a la sana crítica, pueda resolver en forma directa
a través del pronunciamiento de una nueva sentencia, adecuando correctamente la
conducta del imputado al tipo penal que corresponda, tal cual aconteció en el
presente caso, donde se precisó cuáles los hechos probados (posesión dolosa,
flagrancia y falta de acreditación del suministro) en juicio y que no fueron
correctamente subsumidos por el Juzgado Cuarto de Sentencia.
Descriptor: Reparación directa por Tribunal de Alzada (art. 413 CPP) nueva
sentencia
Restrictor: Constatación que el juez incurrió en error al adecuar la conducta del
imputado, ya sea por haber establecido la absolución o determinando la condena en
forma indebida.
[457]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 305/2015-RRC
Sucre, 20 de mayo de 2015
Delitos: Violación de Niño, Niña y Adolescente
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: De todo lo expuesto, corresponde señalar que el
tribunal de apelación, al haber ingresado a la revisión de forma oficiosa, lo que
evidentemente le está permitido; empero, incurrió en una confusión respecto a la
prueba codificada como “MP-4”, no considerando que si bien, existió duplicidad de
la referida prueba, la citada y valorada en la Sentencia, fue el dictamen pericial
documentológico emitido por el IDIF, prueba que fue legalmente introducida a juicio
conforme se advierte del extractado en el apartado II.2 de este Auto Supremo, en ese
entendido, la disposición de anular totalmente la Sentencia, ordenando la reposición
del juicio, sin la debida revisión integral de la Resolución, resulta errada, incidiendo
en defecto absoluto no susceptible de convalidación conforme establece el art. 169
inc. 3) del CPP, vulnerando los derechos de acceso a la justicia y el debido proceso;
puesto que, incurrió en error por negligencia, el cual, debe ser enmendado conforme
lo establecido en el Auto Supremo 080 de 8 de abril de 2013, invocado por el
recurrente y desarrollado en el acápite III.1 de esta Resolución.
Descriptor: Reposición del juicio
Restrictor: Solo es admisible si se ha realizado la debida revisión integral de la
Resolución
[458]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la Convención Americana de Derechos Humanos, la acción de amparo constitucional, es un
medio idóneo para la tutela eficaz, pronta y oportuna de los derechos fundamentales
lesionados como consecuencias de vías de hecho” (las negrillas son pertenecen).
Respecto a la prescindencia o flexibilización del principio de subsidiariedad por medidas de
hecho, la víctima titular del derecho puede acudir a la acción de amparo constitucional de
forma directa; en ese sentido, la citada SCP 0998/2012, con relación a los entendimientos
asumidos por las SSCC 0864/2003-R; 0119/2003-R; 0832/2005-R; y, 0849/2007-R; entre
muchas otras, estableció: “Por los fundamentos antes expuestos, se concluye
inequívocamente que las vías de hecho, constituyen una excepción a la aplicación del
principio de subsidiariedad, por tanto, el control tutelar de constitucionalidad puede
ser activado frente a estas circunstancias sin necesidad de agotar previamente otros
mecanismos ordinarios de defensa, aspecto reconocido de manera uniforme por la
jurisprudencia emanada en ejercicio del control de constitucionalidad y que debe ser
ratificado por este Tribunal Constitucional Plurinacional” (las negrillas son nuestras).
En cuanto a la flexibilización de la legitimación pasiva y la carga de la prueba, la SCP
1478/2012 de 24 de septiembre, citando a la SCP 0998/2012, expresó: ”b) Flexibilización
de las reglas de legitimación pasiva: Su consecuencia es que para personas no
expresamente demandadas no opera la preclusión en la oportunidad para presentar la
prueba o hacer valer sus derechos
Por regla general para la activación de la acción de amparo constitucional, el accionante
deberá cumplir en primera instancia con la identificación de los particulares o autoridades
demandadas (art. 77.2 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional y el art. 33.2 del
Código de Procedimientos Constitucionales); sin embargo, tratándose de peticiones de
tutela vinculadas con medidas o vías de hecho, la parte accionante deberá cumplir con
esta exigencia; sin embargo, de manera excepcional y siempre y cuando no sea
posible, por las circunstancias particulares del caso, la identificación de las personas
demandadas, se deberán flexibilizar las reglas de la legitimación pasiva. (SCP
0998/2012, Fundamento Jurídico III.5). Ahora bien, en ese supuesto (cuando el peticionante
de la tutela no haya podido identificar expresamente a todas los demandados o a los terceros
interesados) en resguardo del derecho a la defensa de éstos, no se les aplica el principio de
preclusión procesal para la presentación ulterior a la audiencia pública de medios de
defensa, por lo mismo, en cualquier etapa del proceso de amparo, incluso en revisión ante el
Tribunal Constitucional Plurinacional, podrán hacer valer sus derechos, debiendo en estos
casos ser oídos de manera amplia y admitidos sus medios probatorios en cualquier instancia
procesal. SCP 0998/2012, Fundamento Jurídico III.5.
c) Carga de la prueba debe ser cumplida por el peticionante de tutela
c.1) Regla general
La carga probatoria a ser realizada por el peticionante de tutela, debe: i) Acreditar de manera
objetiva la existencia de actos o medidas, asumidas sin causa jurídica, es decir en
prescindencia absoluta de los mecanismos institucionales establecidos para la definición de
hechos o derechos; y, ii) Estar circunscrita a aspectos que no impliquen la existencia de
hechos controvertidos a ser sustanciados por la jurisdicción ordinaria. (SCP 0998/2012,
Fundamento Jurídico III.4). c.2) Especificidades de la carga de la prueba en caso de
avasallamientos cuando se denuncia afectación al derecho a la propiedad
Para los supuestos de avasallamientos u ocupaciones por vías de hecho de predios
urbanos o rurales privados o públicos cuando se denuncie afectación al derecho a la
[459]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
propiedad, es decir, que constituya una limitación arbitraria a la propiedad, la parte
accionante, al margen de la carga probatoria desarrollada en el inciso c) referido a la
regla general, tiene la carga probatoria específica de acreditar su titularidad o
dominialidad del bien en relación al cual se ejerció vías de hecho, aspecto demostrado
con el registro de propiedad en mérito del cual se genera el derecho de oponibilidad
frente a terceros, es decir, no puede exigirse al peticionante de tutela ninguna otra
carga procesal adicional. (SCP 0998/2012, Fundamento Jurídico III.4.1). c.3)
Especificidades de la carga de la prueba en caso de avasallamientos cuando se denuncia
pérdida o perturbación de la posesión
Para los supuestos de avasallamientos u ocupaciones por vías de hecho de predios urbanos
o rurales privados o públicos cuando se denuncie pérdida o perturbación de la posesión, la
parte accionante, al margen de la carga probatoria desarrollada en el inciso c), referido a la
regla general, tiene la carga probatoria específica de acreditar su posesión legal del bien en
relación al cual se ejerció vías de hecho, a través de una resolución judicial emitida por
autoridad competente, que no esté sometida a controversia judicial”
A su vez, la SCP 2522/2012 de 14 de diciembre, haciendo referencia a la SC 0374/2007-R
de 10 de mayo, estableció: “'…para acusar un acto ilegal lesivo de derechos fundamentales
bajo la protección del amparo, es preciso e ineludible que el agraviado o su representante
aporten pruebas suficientes que demuestren el acto ilegal, pues para el caso de que esto no
ocurra, no se tendrá la certeza suficiente de la infracción al derecho que se considera
infringido, y en esas circunstancias, otorgar la tutela no es posible, dado que se estaría ante
un posible fallo injusto contra el recurrido dándose por cierto un acto ilegal u omisión
indebida cuando éste no ha sido demostrado y menos constatado' (SSCC 1103/2002-R y
0849/2006-R).
No obstante lo expresado, pueden presentarse ciertas eventos que impiden a los afectados
demostrar los hechos sucedidos, conforme a la jurisprudencia glosada, el órgano
constitucional debe fallar de acuerdo a las pruebas ofrecidas y en las que se basa la
pretensión; y para el caso de medidas de hecho, pero que en ocasiones puede darse de que
no se pueda probar estos hechos por medios claros e inequívocos, y que por otra parte los
demandados no acepten haber sido ellos quienes han cometido los hechos que han sido
denunciados como lesionadores de los derechos fundamentales y las garantías
constitucionales.
En este sentido, se establece la siguiente regla complementaria a las Sentencias
Constitucionales Plurinacionales 0489/2012 y 0998/2012. Para el supuesto de que no
exista prueba que demuestre la autoría de los hechos por los demandados, ni éstos
acepten que han sido ellos los vulneradores de derechos pero exista certeza e incluso
falta de controversia sobre la existencia de vías de hecho corresponde otorgar la
tutela; ello, en razón a que la justicia constitucional no tiene como propósito
identificar a los responsables de la comisión de vías de hecho sino el restablecimiento
del goce de los derechos fundamentales”
REQUISITOS PARA LA INTERPOSICIÓN DE LA APELACIÓN RESTRINGIDA
AUTO SUPREMO Nº 417/2015-RRC
Sucre, 25 de junio de 2015
El art. 408 del CPP, establece que: “El recurso de apelación restringida será
interpuesto por escrito, en el plazo de quince días de notificada la sentencia.
[460]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Se citarán concretamente las disposiciones legales que se consideren violadas o
erróneamente aplicadas y se expresará cual es la aplicación que se pretende.
Deberá indicarse separadamente cada violación con sus fundamentos.
Posteriormente, no podrá invocarse otra violación.
El recurrente deberá manifestar si fundamentará oralmente su recurso”.
Sobre esta norma, el Auto Supremo 98/2013-RRC de 15 de abril, expresó: “…esta
exigencia se explica, porque el Tribunal tiene que saber cuál es la norma procesal o
sustantiva que el procesado considera inobservada o erróneamente aplicada y
fundamentalmente, cuál es la aplicación de la norma que pretende aquel que impugna
de una sentencia, es decir, el recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que
alega en su recurso, indicar en su planteamiento cuál, la solución que el Tribunal de
alzada debiera dar a su caso. Es menester tener en cuenta que de acuerdo a la
Sentencia Constitucional 1075/2003-R de 24 de julio: ’Estas exigencias, tienen la
finalidad de que el Tribunal que conozca el recurso no tenga que indagar qué ha
querido decir el recurrente, cual ha podido ser la norma procesal o sustantiva que el
procesado entendió inobservada o violada. Pues, una tarea así para el tribunal que
debe conocer el recurso, dada la recargada e intensa actividad judicial, podría
determinar el colapso (la mora judicial), imposibilitando el cumplimiento de las
exigencias constitucionales de celeridad procesal’ ” .
[461]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
colapso (la mora judicial), imposibilitando el cumplimiento de las exigencias
constitucionales de celeridad procesal’ ”
A fin de no vulnerar la garantía del principio de impugnación por falta de requisitos
formales, la norma procesal penal también prevé en su art. 399 del CPP que: “Si
existe defecto u omisión de forma, el tribunal de alzada lo hará saber al recurrente,
dándole un término de tres días para que lo amplíe o corrija, bajo apercibimiento de
rechazo”.
Por lo expuesto, no existe vulneración al principio pro actione cuando el Tribunal de
alzada previo al rechazo de un recurso, da a conocer al recurrente las falencias de
su apelación, a fin de que puedan ser subsanadas en el plazo establecido por el art.
399 del CPP, verificando previo a la conminatoria de subsanación, que lo que solicita
se encuentre expresado en el recurso de manera expresa o tácita, a fin de no
vulnerar el principio de pro actione.
[462]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ante los hechos descritos y la jurisprudencia aplicable al caso, tenemos que establecer que
efectivamente existieron acciones arbitrarias con el uso de la fuerza y el número de
avasalladores contra la propiedad de los accionantes, actos que vulneraron no solamente
sus derechos, sino que vulneraron también el derecho fundamental a la jurisdicción o acceso
a la justicia de los mismos avasalladores…”
Precedente.- SCP 0998/2012 de 5 de septiembre
[463]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
medio idóneo para la tutela eficaz, pronta y oportuna de los derechos fundamentales
lesionados como consecuencias de vías de hecho.
Ahora bien, en el marco de la definición de las vías de hecho desarrollada precedentemente,
corresponde en este estado de cosas, delimitar los presupuestos de activación de la acción
de amparo constitucional frente a vías de hecho, razón por la cual, es pertinente señalar
que al ser las vías de hecho actos ilegales graves que necesitan una tutela pronta y
oportuna, con la finalidad de brindar una tutela constitucional efectiva, es necesario
precisar tres aspectos esenciales para la activación del control tutelar de
constitucionalidad: 1) La flexibilización del principio de subsidiaridad; 2) La carga
probatoria a ser cumplida por la parte peticionante de tutela; y, 3) Los presupuestos
de la legitimación pasiva, su flexibilización excepcional y la flexibilización del principio
de preclusión para personas que no fueron expresamente demandadas; supuestos
que serán desarrollados de manera específica infra”.
Precedente.- SCP 0998/2012 de 5 de septiembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Refiriéndose a la labor de contraste que debe realizar este Tribunal, el Auto Supremo
219/2014-RRC de 4 de junio señaló: “El art. 416 del CPP, instituye que: ‘El recurso de
casación procede para impugnar autos de vista dictados por las Cortes Superiores de Justicia
contrarios a otros precedentes pronunciados por otras Cortes Superiores o por la sala penal
de la Corte Suprema’, en esa línea el art. 419 del CPP, establece como formas de resolución
de aquel recurso dos supuestos, a saber: ‘Si existe contradicción la resolución establecerá la
doctrina legal aplicable, caso contrario lo declarará infundado y devolverá los antecedentes a
la Corte Superior de Justicia. En el primer caso y cuando se deje sin efecto el fallo que motivó
el recurso, se devolverán actuados a la sala penal de la Corte Superior que dictó el Auto de
Vista recurrido para que pronuncie nueva resolución de acuerdo con la doctrina legal
establecida’.
En el caso que este Tribunal llegue a determinar la existencia de la contradicción señalada en
el art. 419 del CPP; es decir, contradicción entre la Resolución recurrida en casación y el
precedente contradictorio invocado, el art. 420 del CPP, señala que los efectos de la doctrina
legal establecida: ‘…será obligatoria para los tribunales y jueces inferiores y sólo podrá
modificarse por medio de una nueva resolución dictada con motivo de otro recurso de
casación’, norma que es afín con el inc. 3) del art. 42 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), que
instituye como atribución de las Salas especializadas del Tribunal Supremo de Justicia, de
acuerdo a las materias de su competencia, el sentar y uniformar la jurisprudencia.
La cuestión y el efecto de la doctrina legal a ser sentada por este Tribunal Supremo, contiene
íntima y estrecha relación con la garantía constitucional contenida en el art. 119.I de la CPE,
que garantiza el ejercicio pleno del principio de igualdad de las partes ante el Juez dentro de
las jurisdicciones del Estado, así como garantizar seguridad jurídica en la predictibilidad de las
decisiones de los tribunales y un igual tratamiento jurídico a los ciudadanos. En resumen la
labor de sentar doctrina legal a partir del recurso de casación dentro de la jurisdicción
ordinaria, se sintetiza en: a) respeto a la seguridad jurídica; b) realización del principio de
igualdad; y c) unidad y uniformidad en la aplicación del derecho por parte de los servidores
judiciales en la jurisdicción ordinaria.
En cuanto al precedente contradictorio exigido como requisito procesal de cumplimiento
obligatorio a momento de la interposición del recurso de casación, es necesario precisar que
el mismo en esencia constituye una cuestión jurídica que ha sido discutida y resuelta
anteriormente, la cual puede aplicarse a casos similares, con posterioridad a ese primer
pronunciamiento, como vía de solución a la propuesta o reclamo pretendido en casación;
vienen a constituir, entonces, criterios interpretativos que han sido utilizados por los entes
que conforman la estructura de la jurisdicción ordinaria en materia penal en el Estado,
integrada por los Autos Supremos pronunciados por el Tribunal Supremo y Autos de Vista
emitidos por las Salas Penales de los Tribunales Departamentales de Justicia.
Bajo esa línea, la legislación nacional dentro del tercer párrafo del art. 416 del CPP,
manifiesta: ‘Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una situación de hecho
similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no coincida con el del
precedente sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diverso
alcance’. En ese ámbito, este Tribunal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de
diciembre, ha puntualizado: ‘Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar,
considera esta Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo
necesario precisar que en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que
el hecho analizado sea similar; en cambio, en material procesal el supuesto fáctico
análogo se refiere a una problemática procesal similar’.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De ello se concluye que el requisito de invocar un precedente contradictorio dentro del
sistema de recursos que el Código de Procedimiento legal prevé, atinge a señalar a una
resolución en específico, ya sea un Auto Supremo y/o un Auto de Vista, que dentro la
materia, vislumbre la aplicación de la norma sustantiva o adjetiva a un caso determinado,
donde se haya formado un criterio de decisión a un caso anterior, para que posteriormente
en función de la identidad o de la analogía entre los hechos del primer caso (precedente
contradictorio) y los hechos del segundo caso (resolución impugnada) se proceda a la
determinación delegada por Ley a este Tribunal” .
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de aquel recurso dos supuestos, a saber: ‘Si existe contradicción la resolución establecerá la
doctrina legal aplicable, caso contrario lo declarará infundado y devolverá los antecedentes a
la Corte Superior de Justicia. En el primer caso y cuando se deje sin efecto el fallo que motivó
el recurso, se devolverán actuados a la sala penal de la Corte Superior que dictó el Auto de
Vista recurrido para que pronuncie nueva resolución de acuerdo con la doctrina legal
establecida’.
En el caso que este Tribunal llegue a determinar la existencia de la contradicción señalada en
el art. 419 del CPP; es decir, contradicción entre la Resolución recurrida en casación y el
precedente contradictorio invocado, el art. 420 del CPP, señala que los efectos de la doctrina
legal establecida: ‘…será obligatoria para los tribunales y jueces inferiores y sólo podrá
modificarse por medio de una nueva resolución dictada con motivo de otro recurso de
casación’, norma que es afín con el inc. 3) del art. 42 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), que
instituye como atribución de las Salas especializadas del Tribunal Supremo de Justicia, de
acuerdo a las materias de su competencia, el sentar y uniformar la jurisprudencia.
La cuestión y el efecto de la doctrina legal a ser sentada por este Tribunal Supremo, contiene
íntima y estrecha relación con la garantía constitucional contenida en el art. 119.I de la CPE,
que garantiza el ejercicio pleno del principio de igualdad de las partes ante el Juez dentro de
las jurisdicciones del Estado, así como garantizar seguridad jurídica en la predictibilidad de las
decisiones de los tribunales y un igual tratamiento jurídico a los ciudadanos. En resumen la
labor de sentar doctrina legal a partir del recurso de casación dentro de la jurisdicción
ordinaria, se sintetiza en: a) respeto a la seguridad jurídica; b) realización del principio de
igualdad; y c) unidad y uniformidad en la aplicación del derecho por parte de los servidores
judiciales en la jurisdicción ordinaria.
En cuanto al precedente contradictorio exigido como requisito procesal de cumplimiento
obligatorio a momento de la interposición del recurso de casación, es necesario precisar que
el mismo en esencia constituye una cuestión jurídica que ha sido discutida y resuelta
anteriormente, la cual puede aplicarse a casos similares, con posterioridad a ese primer
pronunciamiento, como vía de solución a la propuesta o reclamo pretendido en casación;
vienen a constituir, entonces, criterios interpretativos que han sido utilizados por los entes
que conforman la estructura de la jurisdicción ordinaria en materia penal en el Estado,
integrada por los Autos Supremos pronunciados por el Tribunal Supremo de Justicia y Autos
de Vista emitidos por las Salas Penales de los Tribunales Departamentales de Justicia.
Bajo esa línea, la legislación nacional dentro del tercer párrafo del art. 416 del CPP,
manifiesta: ‘Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una situación de hecho
similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no coincida con el del
precedente sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diverso
alcance’. En ese ámbito, este Tribunal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de
diciembre, ha puntualizado: ‘Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar,
considera esta Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo
necesario precisar que en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que
el hecho analizado sea similar; en cambio, en material procesal el supuesto fáctico
análogo se refiere a una problemática procesal similar”.
De ello se concluye que el requisito de invocar un precedente contradictorio dentro del
sistema de recursos que el Código de Procedimiento Penal prevé, atinge a señalar a una
resolución en específico, ya sea un Auto Supremo y/o un Auto de Vista, que dentro la
materia, vislumbre la aplicación de la norma sustantiva o adjetiva a un caso determinado,
donde se haya formado un criterio de decisión a un caso anterior, para que posteriormente
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en función de la identidad o de la analogía entre los hechos del primer caso (precedente
contradictorio) y los hechos del segundo caso (resolución impugnada) se proceda a la
determinación delegada por Ley a este Tribunal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
precedente contradictorio invocado, el art. 420 del CPP, señala que los efectos de la doctrina
legal establecida: ‘…será obligatoria para los tribunales y jueces inferiores y sólo podrá
modificarse por medio de una nueva resolución dictada con motivo de otro recurso de
casación’, norma que es afín con el inc. 3) del art. 42 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), que
instituye como atribución de las Salas especializadas del Tribunal Supremo de Justicia, de
acuerdo a las materias de su competencia, el sentar y uniformar la jurisprudencia.
La cuestión y el efecto de la doctrina legal a ser sentada por este Tribunal Supremo, contiene
íntima y estrecha relación con la garantía constitucional contenida en el art. 119.I de la CPE,
que garantiza el ejercicio pleno del principio de igualdad de las partes ante el Juez dentro de
las jurisdicciones del Estado, así como garantizar seguridad jurídica en la predictibilidad de las
decisiones de los tribunales y un igual tratamiento jurídico a los ciudadanos. En resumen la
labor de sentar doctrina legal a partir del recurso de casación dentro de la jurisdicción
ordinaria, se sintetiza en: a) respeto a la seguridad jurídica; b) realización del principio de
igualdad; y c) unidad y uniformidad en la aplicación del derecho por parte de los servidores
judiciales en la jurisdicción ordinaria.
En cuanto al precedente contradictorio exigido como requisito procesal de cumplimiento
obligatorio a momento de la interposición del recurso de casación, es necesario precisar que
el mismo en esencia constituye una cuestión jurídica que ha sido discutida y resuelta
anteriormente, la cual puede aplicarse a casos similares, con posterioridad a ese primer
pronunciamiento, como vía de solución a la propuesta o reclamo pretendido en casación;
vienen a constituir, entonces, criterios interpretativos que han sido utilizados por los entes
que conforman la estructura de la jurisdicción ordinaria en materia penal en el Estado,
integrada por los Autos Supremos pronunciados por el Tribunal Supremo y Autos de Vista
emitidos por las Salas Penales de los Tribunales Departamentales de Justicia.
Bajo esa línea, la legislación nacional dentro del tercer párrafo del art. 416 del CPP,
manifiesta: ‘Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una situación de hecho
similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no coincida con el del
precedente sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diverso
alcance’. En ese ámbito, este Tribunal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de
diciembre, ha puntualizado: ‘Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar,
considera esta Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo
necesario precisar que en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que
el hecho analizado sea similar; en cambio, en material procesal el supuesto fáctico
análogo se refiere a una problemática procesal similar”.
De ello se concluye que el requisito de invocar un precedente contradictorio dentro del
sistema de recursos que el Código de Procedimiento Penal prevé, atinge a señalar a una
resolución en específico, ya sea un Auto Supremo y/o un Auto de Vista, que dentro la
materia, vislumbre la aplicación de la norma sustantiva o adjetiva a un caso determinado,
donde se haya formado un criterio de decisión a un caso anterior, para que posteriormente
en función de la identidad o de la analogía entre los hechos del primer caso (precedente
contradictorio) y los hechos del segundo caso (resolución impugnada) se proceda a la
determinación delegada por Ley a este Tribunal.
[469]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Resulta también importante, hacer referencia a los principios procesales a ser observados
cuando la parte impugnante aduce la concurrencia de defectos en el proceso penal de tal
naturaleza que no admitan su subsanación; por cuanto, en atención a los principios de
seguridad jurídica y eficacia jurídica, no es posible actuar de forma legalista en la revisión de
actuaciones jurisdiccionales; sino, que es imperativo que se efectúe un análisis a partir del
discernimiento de lo que constituyen defectos absolutos no susceptibles de convalidación y
defectos relativos.
En ese entendido, el Auto Supremo 550/2014-RRC de 15 de octubre, previa referencia a los
arts. 169 y 170 del CPP, concluyó que:
Los defectos previamente descritos, se encuentran directamente vinculados a los principios
procesales que rigen las nulidades, cuya finalidad es la de asegurar la garantía jurisdiccional
de la defensa (art. 15 parágrafo III de la CPE); sin embargo, la nulidad procesal encuentra su
límite en los principios que la rigen y a su vez excluyen los actos de la nulidad procesal; pues,
bajo ningún aspecto se puede consentir el uso indiscriminado de esta institución, que de
forma lógica atenta al principio de celeridad que es una de las características principales de
nuestro actual sistema procesal, por lo que resulta trascendental dejar sentando que no
todo defecto y/o irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento tiene como efecto
la nulidad, tal cual señala nuestra normativa.
Entre los principios que rigen las nulidades procesales, se tiene entre otros, los siguientes:
El principio de legalidad o especificidad, señala, no hay nulidad sin texto (pas de nullite
sans texte); es decir, que el acto procesal irregular reclamado, debe estar castigado con
nulidad de manera expresa en la ley, no siendo suficiente que la ley procesal establezca
ciertas formalidades, y que ante su omisión o incumplimiento, se produzca la nulidad, sino,
ella debe estar específicamente predeterminada en aquella Ley.
El principio de finalidad de las formas o de instrumentalidad de las nulidades
procesales, mantiene que las nulidades no tienen como fin establecer el incumplimiento de
las formas procesales, sino, sostiene que los actos procesales son válidos si han cumplido sus
efectos, no obstante que hubiese algún defecto formal; es decir, cuando la normativa
establece la exigencia de ciertos requisitos para el cumplimiento de un acto procesal, pero
esa formalidad no se encuentra sancionada con nulidad de forma expresa, el acto será válido
aunque haya sido realizado de forma distinta y haya cumplido su fin o su propósito.
El principio de convalidación, establece la posibilitad de subsanar el acto procesal,
constituye un remedio procesal que evita que el acto sea declarado nulo por su efecto
“saneador”. Nuestra normativa procesal penal, consagra este principio en el art. 170 del CPP
-transcrito anteriormente- estableciendo los supuestos en los que la nulidad queda
convalidada. Es preciso recalcar que la invalidez de un acto, necesariamente debe ser
estudiada en función a la trascendencia del vicio o defecto alegado, respecto a la garantía
alegada como infringida, consecuentemente, no opera contra actos castigados con nulidad
absoluta, por ser inconvalidables.
El principio de trascendencia (pas nullite sans grief), que significa que “no hay nulidad sin
perjuicio”; es decir, que únicamente es posible declarar la nulidad, cuando los defectos
procedimentales denunciados provoquen un daño de tal magnitud que dejen en indefensión
material a las partes y sea determinante para la decisión adoptada en el proceso judicial,
debiendo quedar claro que de no haberse producido dicho defecto, el resultado sería otro, o
que el vicio impida al acto cumplir con las formalidades para el cual fue establecido. Para que
opere la nulidad (art. 169 del CPP), quien la solicite debe: i) Alegar el perjuicio o daño,
señalando de forma clara, cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó incumpliendo las
[470]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
formas procesales, no resultando suficiente una invocación genérica de algún defecto, sin
explicación clara y precisa de dichas circunstancias; ii) Debe acreditar de forma específica la
existencia de perjuicio cierto, concreto y real en desmedro de sus derechos y/o garantías
constitucionales, demostrando que la única forma de enmendar el error es por medio de la
declaratoria de nulidad; iii) Debe existir interés jurídico en la subsanación, por lo que quien
solicita nulidad, debe explicar por qué la solicita, toda vez que el argumento de impetrante es
el que permite, al juzgador, establecer el ámbito de pronunciamiento.
El principio de protección, referido a que nadie puede solicitar la invalidez de un acto
cuando esa es la parte que provocó la causal de nulidad, aplicándose el aforismo “nemo
auditur propriam turpitudinem allegans”, que interpreta como “nadie será oído si alega su
propia torpeza”, pues nadie puede ir legítimamente contra sus propios actos.
El principio de Subsanación, que establece que no hay nulidad si el vicio alegado, no
influye en el sentido o resultado del fallo o en las consecuencias del acto viciado, por lo que
puede ser objeto de subsanación sin que afecte al fondo del proceso.
Todos estos principios (y otros que no fueron citados) orientadores de las nulidades, deben
ser interpretados de manera restrictiva cuando se alegue nulidad. Se debe tomar en cuenta
el interés y la magnitud del detrimento ocasionado, toda vez que “no hay nulidad por la
nulidad misma”, sino, requiere para su declaración, que el incumplimiento de las formas se
traduzca en un efectivo detrimento a los intereses de la defensa; es decir, que este tenga
relevancia constitucional, lo contrario implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo
formalismo, que en muchos de los casos daría lugar a la invalidación de una gran cantidad de
actos y en algunos casos de procesos, afectando con ello la búsqueda de la verdad material,
por errores u omisiones involuntarias, en clara infracción al principio de celeridad (art. 115.II
de la CPE).
Respecto a los defectos absolutos, este Tribunal de justicia, en el Auto Supremo 021/2012-
RRC de 14 de febrero de 2012, señaló: “El Código de Procedimiento Penal, tiene por
finalidad regular la actividad procesal, en cuyo trámite pueden presentarse dos tipos de
defectos, los absolutos y los relativos, que se diferencian en que los primeros no son
susceptibles de convalidación y los otros quedan convalidados en los casos previstos por la
norma; destacando, que la diferencia sustancial de los defectos absolutos y relativos, radica
que el defecto absoluto, implica el quebrantamiento de la forma vinculado a la vulneración de
un derecho o garantía constitucional; en cambio, en el defecto relativo al no afectar al
fondo de las formas del proceso, pueden convalidarse si no fueron reclamados
oportunamente, si consiguieron el fin perseguido respecto a todas las partes y
cuando quien teniendo el derecho a pedir que sean subsanados, hubiera aceptado
expresa o tácitamente los efectos del acto defectuoso; a esto debe añadirse que las
formas procesales precautelan el ejercicio de los derechos de las partes y las garantías
constitucionales; en consecuencia, no se puede decretar la nulidad, sino sólo cuando
hay un defecto que por haber causado una afectación a un derecho o garantía
constitucional se constituye en absoluto; es decir, la nulidad no deriva sólo del
quebrantamiento de la forma, pues es necesario que ese quebrantamiento haya
afectado los derechos de alguna de las partes y que ésta haya demostrado el
agravio para poder solicitar la anulación del acto denunciado de ilegal”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pretensión del recurrente y cual la deficiencia en la que incurrió el Tribunal de
Sentencia
AUTO SUPREMO Nº 724/2015-RRC-L
Sucre, 12 de octubre de 2015
Delitos: Uso Indebido de Influencias
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Por otro lado, con relación a las excepciones que fueran
motivo de reserva de apelación en su recurso de casación, la recurrente no
argumentó en lo más mínimo a qué se refieren las mismas; de la misma manera, en
su recurso de apelación restringida, no explicó cual la vulneración en la que hubiera
incurrido el Tribunal de Sentencia al momento de pronunciarse sobre las mismas;
es más, solamente reitera que solicitó reserva de apelación; por lo señalado, advierte
que la ahora recurrente no corrió con la carga de la prueba para su consideración
en el fondo, debido a que no identifica, cuál su pretensión. De lo analizado, se colige
que es una obligación inexcusable el demostrar objetivamente la vulneración de
derechos fundamentales para disponerse la nulidad de actos procesales, como
pretende la recurrente referido al no pronunciamiento de sus reservas de apelación,
de las cuales, no realizó el examen y ponderación de todas y cada una de las
consecuencias de que emerjan de las mismas, para establecer de manera fundada y
motivada si se transgredió el debido proceso por la falta de fundamentación del fallo;
en consecuencia, si bien el Tribunal de alzada no realizó un análisis independiente
de lo señalado; sin embargo, de manera conjunta se pronuncia de manera fundada
respecto de las deficiencias en las que incurrió la recurrente al momento de
interponer su recurso de apelación restringida; por lo que, no se evidencia que el
extremo denunciado tenga relevancia o trascendencia para la resolución del caso,
teniendo en cuenta que respecto de la solicitud de extinción de la acción penal, no
existió reserva de apelación y con relación las excepciones planteadas que hizo
reserva de apelación, no argumentó y/o fundamentó cual su pretensión y cual la
deficiencia en la que incurrió el Tribunal de Sentencia; por lo tanto, en aplicación
del principio de trascendencia, no corresponde la nulidad del Auto de Vista por
cuestiones que no afectan al fondo de sus razonamientos al no ser relevantes,
aspecto que resulta valioso para determinar la viabilidad de la anulación del actuado
procesal; por cuanto, de acuerdo a los principios precitados que rigen las nulidades
procesales, no existe nulidad por nulidad, debiendo el interesado en todo caso,
demostrar el perjuicio ocasionado con la supuesta transgresión a la norma,
obligación que al no haber sido cumplida por el recurrente, corresponde declarar sin
mérito el agravio denunciado.
Descriptor: Reserva de Apelación Restringida
Restrictor: No basta realizar la reserva, por principio de trascendencia, debe
argumentarse y/o fundamentarse cuál es la pretensión del recurrente y cual la
deficiencia en la que incurrió el Tribunal de Sentencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RESOLUCIÓN DE INCIDENTE DE EXCLUSIÓN PROBATORIA TRAMITADO EN JUICIO
ORAL COMO EN ETAPA INTERMEDIA, PUEDE SER RECURRIDA DE APELACIÓN
RESTRINGIDA
S.C.P. 0522/2015-S3 Sucre, 26 de mayo de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La SC 0771/2004-R de 14 de mayo, dejó establecido que: “El art. 314 del CPP establece que
las excepciones y las peticiones o planteamientos de las partes que, por su naturaleza o
importancia, deban ser debatidas o requieran de producción de prueba, se tramitarán por la
vía incidental sin interrumpir la investigación y serán propuestas por escrito fundamentado en
la etapa preparatoria y oralmente en el juicio, ofreciendo prueba y acompañando la
documentación correspondiente.
Planteada la excepción o el incidente, el Juez o Tribunal la correrá en traslado a las otras
partes para que, dentro de los tres días siguientes a su notificación, contesten y ofrezcan
prueba.
Las resoluciones judiciales serán recurribles en los casos expresamente establecidos por ese
Código, correspondiendo ese derecho a quien le sea expresamente permitido por Ley,
incluida la víctima aunque no se hubiere constituido en querellante, como señala el art. 394
del CPP.
Las partes pueden oponerse a la acción penal, mediante las siguientes excepciones de
previo y especial pronunciamiento 1.-prejudicialidad; 2. -incompetencia; 3.- falta de acción,
porque no fue legalmente promovida o porque existe un impedimento legal para proseguirla;
4.-extinción de la acción penal según lo establecido en los arts. 27 y 28 del CPP; 5.-cosa
juzgada y 6.- litispendencia conforme a lo previsto en el art. 308 del CPP.
Por su parte el art. 407 del CPP, señala que el recurso de apelación restringida será
interpuesto por inobservancia o errónea aplicación de la Ley. Cuando el precepto legal que
se invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituya un defecto del
procedimiento el recurso solo será admisible si el interesado ha reclamado oportunamente su
saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir, salvo en los casos de nulidad absoluta o
cuando se trate de los vicios de la sentencia, de conformidad a lo previsto por los arts. 168 y
370 del CPP señalado. Este recurso sólo podrá ser planteado contra las sentencias y con las
limitaciones establecidas en los artículos siguientes.
La jurisprudencia constitucional sobre apelaciones en materia penal ha señalado en la SC
1112/2003-R, entre otras que las resoluciones sólo son recurribles de acuerdo a lo señalado
por el sistema de recursos establecido en el procedimiento penal como indica el art. 394 del
CPP…”.
En ese sentido, si bien se tiene claramente establecido que en la interposición de incidentes
o excepciones debe ser tomando en cuenta lo previsto en el art. 314 del CPP, en cuanto a su
procedimiento, teniéndose que en la etapa de investigación debe ser planteado por escrito,
y en la etapa de juicio en forma oral, y que la resolución emitida en esta última instancia
mencionada, en caso de ser considerada por el incidentista transgresor de sus derechos
fundamentales, corresponde el planteamiento del recurso de apelación restringida; ahora
bien, pese a la jurisprudencia precedentemente señalada, ésta dejó de lado referirse a la
etapa intermedia, por lo que es preciso considerar que el objetivo principal de ella es verificar
que la acusación cumpla con los requisitos mínimos de forma y contenido, prácticos y
razonables para llevar la causa a un juicio oral y público, entendiéndose que si bien
corresponde una etapa procesal diferente a las mencionadas supra, no es menos evidente
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que se encuentra vinculada de forma directa con la del juicio, por cuanto constituye una base
fundamental para el desarrollo del mismo; por lo que, en ese momento procesal si se ve
conveniente impugnar la resolución que resuelva el planteamiento de un incidente de
exclusión probatoria, corresponde formular el recurso de apelación restringida.
Sin embargo, de lo señalado precedentemente, tomando en cuenta el principio pro actione
que tiende a garantizar a toda persona el acceso a los recursos y medios impugnativos,
desechando todo rigorismo o formalismo excesivo, que impida obtener un pronunciamiento
judicial sobre las pretensiones o agravios invocados, y puesto que el tipo de apelación a
interponerse en la etapa intermedia resultaba ambigua, se tiene que ante la interposición
errada de una apelación incidental en lugar de plantear un recurso de apelación restringida,
corresponde de manera excepcional no darse por precluido el derecho de impugnar, el cual
esta previsto en el art. 180.II de la CPE, por cuanto el apelante manifestó la decisión de
impugnar el fallo que resuelve el incidente interpuesto, pudiendo por tanto, en caso de tener
una sentencia desfavorable, plantear la apelación restringida; es decir, la interposición de la
apelación incidental resulta equivalente en el contexto de la otra audiencia conclusiva a la
reserva de apelación.
RESOLUCIÓN DE LAS EXCEPCIONES ANTES QUE LOS AGRAVIOS CONTRA LA
SENTENCIA / No implica nulidad su incumplimiento sino existe vulneración de
derecho y si el reclamo se aboca a un cuestionamiento de orden estrictamente
formal
AUTO SUPREMO Nº 490/2015-RRC
Sucre, 17 de julio de 2015
Delitos: Violación
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Establecido el fundamento del agravio y el contenido de
los Autos Supremos citados como precedentes contradictorios y la doctrina legal
aplicable invocada, se evidencia que la misma orienta a que el Tribunal de alzada
resuelva las excepciones antes que los agravios contra la Sentencia; sin embargo,
dicho entendimiento no es inmutable, pues la resolución de la problemática como la
planteada por el recurrente, no puede estar supeditada al excesivo formalismo, sino
existe vulneración de derecho alguno, motivo por el cual este Tribunal Supremo
conforme a los principios de la verdad material y la prevalencia de lo sustancial
sobre lo formal, en real concordancia a la Constitución en busca del cumplimiento
de sus valores, también emitió el Auto Supremo 004/2014-RRC de 10 de febrero,
que si bien declaró infundado el recurso, su entendimiento está orientado a que la
resolución no prioritaria de la apelación incidental, no vulnera derecho alguno del
imputado. Este nuevo paradigma constitucional tiene vital importancia, que se
encuentra precisado en el art. 180.1 de la CPE relativo a la verdad material,
entonces para que pueda anularse una determinación como la solicitada, debe
existir alguna afectación de contenido a un derecho. Asimismo, se debe tener
presente los lineamientos desarrollados sobre esta problemática en el Auto Supremo
342/2014-RRC, que en lo principal señaló que: " ... si no existe algún derecho
[474]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vulnerado, en este caso, ante la negativa o rechazo de la apelación incidental de
parte del Tribunal de apelación, no puede sostenerse la existencia de un resultado
dañoso; lo contrario significaría que el mero formalismo esté por encima de lo
sustancial, en contraposición a la verdad material enarbolada por la Constitución en
su art. 180.I, entonces, cuando el Tribunal de alzada al considerar la apelación de
una resolución relativa a una excepción o incidente, y los reclamos a la Sentencia,
resuelva primero los agravios contra la Sentencia y posteriormente los alegados
respecto a las excepciones e incidentes, declarando improcedentes ambas
apelaciones, no concurrirá una vulneración de derecho alguno, al no afectar el
desarrollo del proceso penal, manteniéndose en esa línea, la verdad real o material
sobre los meros formalismos a la luz del nuevo paradigma constitucional ya
explicado”. En el presente caso, al haberse rechazado la pretensión incidental del
recurrente y declarado inadmisible la respectiva apelación incidental en forma
posterior al análisis y resolución de los argumentos invocados en la apelación
restringida, no se puede evidenciar ninguna vulneración a derecho o garantía
constitucional, por lo considerando el contenido del reclamo que se aboca a un
cuestionamiento de orden estrictamente formal, no puede deferirse en forma
favorable la pretensión del recurrente, pues ello implicaría otorgarse prevalencia de
lo formal sobre la norma sustancial en detrimento de principios como el de verdad
material, eficacia y eficiencia, entre otros que fundamentan la jurisdicción ordinaria,
por lo que el presente motivo deviene en infundado.
Descriptor: Resolución de las excepciones antes que los agravios contra la
Sentencia
Restrictor: No implica nulidad su incumplimiento sino existe vulneración de
derecho y si el reclamo se aboca a un cuestionamiento de orden estrictamente
formal
[475]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
estadounidenses), en detrimento de las víctimas, a cuyo efecto, otorgaron supuestamente en
arrendamiento ambientes de un bien inmueble que no resultó libre, por cuanto habrían sido
otorgadas en adjudicación judicial a favor de Carmen Amparo Chambi Ajuacho; es decir, que
realizaron actos de disposición patrimonial y de percibir dineros a su favor, cuando de
acuerdo a los registros de DD.RR., dichos ambientes se hallaban limitadas por las
anotaciones preventivas y gravámenes que fueron objetos, por otro lado, no es evidente que
la autoridad jurisdiccional, no haya ingresado a valorar y considerar la documentación por la
cual, los accionantes, pretendieron desvirtuar los peligros procesales de fuga y
obstaculización, al contrario, fundamentó concisamente que esa documentación introducida
no era suficiente para acreditar la actividad laboral o domicilio de los imputados,
precisamente porque el referido bien inmueble, estaba sujeto a investigación sobre el
ejercicio de su dominio, señalando finalmente que no se conoció ninguna actitud positiva
respecto a la importancia del resarcimiento del daño ocasionado a las víctimas;
concluyéndose en definitiva, que el mencionado Juez cautelar demandado, cumplió con su
labor de verificar y determinar la concurrencia de los requisitos establecidos en los arts. 233,
con relación al 234 y 235 del CPP, observando no sólo los alcances de la debida
fundamentación, sino estableciendo el valor otorgado a las pruebas que le permitieron
adoptar dicha decisión.
Con relación a los Vocales hoy codemandados, se tiene que deducida la apelación, emitieron
el Auto de Vista 132/2012 de 12 de julio, confirmando en parte, la Resolución pronunciada
por el Juez inferior, sin la debida fundamentación que exige la normativa procesal penal, así
como la jurisprudencia constitucional citada en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional; por cuanto, aduciendo que efectivamente existe
retraso para la emisión de esa Resolución y que el Juez inferior, no realizó la debida
individualización respecto de los cuatro imputados en la acciones endilgadas y que existe
duda con relación a la imputada, se limitaron a declarar la admisibilidad del recurso de
apelación incidental interpuesto y revocaron en parte, la Resolución 231/2012 de 5 de abril,
pronunciada por el juez a quo “en los términos de su redacción” (sic); soslayando
enmarcarse a la exigencia de motivación a la que está obligado como Tribunal de apelación,
tomando en cuenta que la fundamentación es exigible tanto para imponer la detención
preventiva como para rechazarla, modificarla, sustituirla o revocarla, como elemento
fundamental del debido proceso; y si bien el tribunal de apelación, conforme a lo establecido
por el art. 398 del CPP, debe circunscribir sus fallos a los aspectos cuestionados de la
resolución, no es menos evidente que asumiendo el entendimiento contenido en la SCP
0077/2012, no se encuentra exento de pronunciar una determinación lo suficientemente
motivada, pues tratándose de la aplicación de medidas cautelares, el precepto mencionado
no debe ser tomado en su literalidad, sino interpretado en forma integral y sistemática.
Si bien uno de los supuestos que arroja los fundamentos jurídicos del presente fallo, es que
las decisiones judiciales no sean necesariamente exhaustivas y ampulosas regidas por una
estructura particular, sino que sean claras concisas y razonables, ello no implica de manera
alguna, que todo fallo judicial sea escueto, sin revestirse de la debida motivación o
fundamentación que debe contener, razón por la cual, los Vocales codemandados se
encontraban obligados a precisar los motivos de carácter jurídico por los cuales disponían
[476]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
revocar parcialmente la Resolución de medida cautelar, de modo que la falta de motivación
que deviene en el indicado Auto de Vista constituye una determinación arbitraria, que al estar
directamente vinculada con el derecho a la libertad, amerita conceder la tutela por vía de la
acción de libertad.
En consecuencia el Juez de garantías, al haber denegado la acción tutelar, interpuesta por
los representantes de los accionantes, ha evaluado parcialmente los datos del proceso y las
normas aplicables al mismo."
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2. "Con relación a la exigencia de motivación o fundamentación de los tribunales de
apelación al momento de resolver la medida cautelar, esta Sala Constitucional a través de la
SCP 0577/2012 de 20 de julio, señaló que: “La jurisprudencia constitucional estableció de
forma uniforme la observancia de las condiciones y formalidades que debe cumplir la
resolución que disponga la detención preventiva de un imputado, exigencia que debe ser
observada tanto por el juez cautelar como por el tribunal que resuelve la apelación de
medidas cautelares.
Así, la SC 1141/2003-R de 12 de agosto, reiterada por las SSCC 0434/2011-R y 0856/2011-
R, entre otras, señaló: '...la aplicación de una medida cautelar de carácter personal en el
ámbito procesal penal debe cumplir con las condiciones de validez legal, lo que significa que,
la autoridad judicial competente, para adoptar la decisión de aplicar la detención preventiva,
de una parte, está obligado a verificar y determinar la concurrencia de los requisitos previstos
por el art. 233 CPP, para lo que deberá contrastar la solicitud fundamentada del Ministerio
Público con los elementos de prueba presentados sobre la concurrencia de los requisitos, en
el marco de las normas previstas por los arts. 234 y 235 CPP; de otra parte, deberá
fundamentar en derecho la decisión de aplicar la medida cautelar de carácter personal, pues
tomando en cuenta que uno de los principios fundamentales inherentes al Estado
Democrático de Derecho es la motivación de las decisiones de las autoridades públicas, el
juez está obligado a expresar los motivos de hecho y de derecho en que se basa su
convicción determinativa de la concurrencia de los requisitos, así como el valor otorgado a
los medios de prueba, esa fundamentación no puede ser reemplazada por la simple relación
de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes; de modo que está
obligado a expresar los presupuestos jurídicos que motivan la medida, con cita de las normas
legales aplicables y la descripción clara y objetiva de los elementos de convicción
concurrentes'.
En esta perspectiva, la SC 0782/2005-R de 13 de julio, refiriéndose al cumplimiento de estos
requisitos por parte de los tribunales que conocen la apelación de medidas cautelares,
estableció: 'Ahora bien, la exigencia de pronunciar una resolución motivada en la que se
establezca la concurrencia de los requisitos de validez para determinar la detención
preventiva, entendiendo por motivo fundado a aquél conjunto articulado de hechos que
permiten inferir de manera objetiva que la persona imputada es probablemente autora de una
infracción o partícipe de la misma y que existe riesgo de fuga y/u obstaculización de la
averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez cautelar, sino también al tribunal que
conozca en apelación la resolución que disponga, modifique o rechace las medidas
cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo, modificadas,
ello no significa que el tribunal de apelación cuando determine disponer la detención
preventiva, esté exento de pronunciar una resolución lo suficientemente motivada, en la que
se exprese la concurrencia de los dos requisitos que la ley impone para la procedencia de
esa medida cautelar.
Consecuentemente, el tribunal de apelación, está obligado a motivar y fundamentar su
resolución, precisando los elementos de convicción que le permiten concluir en la necesidad
de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva; a cuyo efecto debe
también justificar la concurrencia de los presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 del
CPP y una o varias de las circunstancias establecidas por los arts. 234 y 235 del CPP,
mediante una resolución debidamente fundamentada, conforme exige el art. 236 del CPP,
puesto que sólo cuando se han fundamentado debidamente estas dos situaciones, se puede
disponer la detención preventiva' Entendimiento asumido por las SSCC 0089/2010-R y
0434/2011-R, entre otras."
Precedente : SC 0782/2005-R
RESOLUCIÓN DIRECTA (ART. 413 CPP)/ No es posible si los hechos tenidos como
probados por el Tribunal de Sentencia resultan contrapuestos o discordantes ya que
no puede constituir la base para la emisión directa de una nueva Sentencia
AUTO SUPREMO Nº 313/2015-RRC
Sucre, 20 de mayo de 2015
Delitos: Transporte de Sustancias Controladas
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Por otro lado, la observación formulada por la
recurrente en recurso de casación, en sentido que el Tribunal de alzada debió emitir
una resolución directa sin lugar al reenvío del juicio, que además declare su
absolución en cumplimiento a lo que dispone la parte in fine del art. 413 del CPP, no
puede darse, en razón a que se dejó establecido que los hechos tenidos como
probados por el Tribunal de Sentencia descritos en párrafos precedentes,
ciertamente resultan contrapuesto o discordantes, por lo que no puede constituir la
base para la emisión directa de una nueva Sentencia, menos para disponer de forma
directa la absolución de la imputada, porque ello implicaría en primer término
complementar la fundamentación extrañada concernientes a las reglas de la sana
crítica y por otro, dar curso a la revalorización de las pruebas y consiguiente
modificación de los hechos, aspectos que le están vetados al Tribunal de alzada en
virtud a la observación de los principios de inmediación e intangibilidad de los
hechos, aspectos que le están vetados al Tribunal de alzada en virtud a la
observación de los principios de inmediación e intangibilidad de los hechos,
aspectos que le están vetados al Tribunal de alzada en virtud a la observación de los
principios de inmediación e intangibilidad de los hechos, que privativamente
concierne a los jueces y tribunales de sentencia; por lo que, este aspecto carece de
mérito y contrariamente constituye otro elemento que avala la disposición de
reposición del juicio, en cumplimiento a lo que dispone la previsión del art. 413 del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPP, que dice. “Cuando no sea posible reparar directamente la inobservancia de la
ley o su errónea aplicación, el tribunal de alzada anulará total o parcialmente la
sentencia y ordenará la reposición del juicio por otro juez o tribunal”, de este modo,
no se advierte ninguna situación vulneratoria.
Descriptor: Resolución directa (art. 413 CPP)
Restrictor: No es posible si los hechos tenidos como probados por el Tribunal de
Sentencia resultan contrapuestos o discordantes ya que no puede constituir la base
para la emisión directa de una nueva Sentencia
[479]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
febrero, en el que se entendió que la resolución no prioritaria de la apelación
incidental, no vulnera derecho alguno del imputado, al no existir un perjuicio
material; se estableció que: “…para que pueda anularse una determinación
como la solicitada, debe existir alguna afectación de contenido a un derecho;
en este caso, al haberse rechazado la excepción opuesta por el recurrente y declarado
improcedente la respectiva apelación incidental en forma posterior al análisis y
resolución de los argumentos invocados en la apelación restringida, no se puede
evidenciar ninguna vulneración a derecho o garantía constitucional; ya que lo
contrario, significaría dar crédito a la prevalencia de lo formal sobre la norma
sustancial, en desconocimiento de los entendimientos detallados en el acápite III.2 de
esta Resolución” (Resaltado propio).
[480]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que no fueron denunciados o reclamados; entendimiento que no desconoce la
facultad de pronunciarse ante la advertencia de la concurrencia de defectos
absolutos que por determinación del art. 169 inc. 3) del adjetivo citado, no son
susceptibles de convalidación.
En autos, en la apelación restringida se planteó dos motivos denominados “nulidad
del proceso por defecto absoluto” y “defectos o vicios de la Sentencia”, en los
que no se hace alusión o referencia al defecto de la Sentencia previsto por el art. 370
inc. 5) del CPP; no obstante el Tribunal de alzada, desconociendo la competencia
que le asignan los arts. 398 del CPP y 17.II de la LOJ, resuelve un tema no
denunciado, señalando en el quinto CONSIDERANDO del Auto de Vista impugnado:
“asimismo podemos apreciar que la sentencia adolece de falta de motivación y
fundamentación conforme a lo que exige el Art. 124 de la Ley 1970, con esa
incorrecta apreciación el Tribunal inferior ha incurrido en el defecto previsto por el
Art. 370 inc. 5) de la Ley 1970” (sic), respuesta que va más allá de lo pedido en
apelación, que vulnera el derecho al debido proceso del recurrente, pues dicha
determinación fue fundamental para que el Ad quem ordene la reposición del juicio.
Respecto a la consideración del tipo penal de Cohecho, también es evidente que el
Tribunal de alzada, de manera ultra petita en la primera parte del quinto
Considerando del Auto de Vista, incluyó un tema no denunciado en apelación, como
es el defecto de Sentencia previsto por el art. 370 inc. 1) del CPP, “inobservancia o
errónea aplicación de la ley sustantiva”, para lo cual concluyó que; “con relación al
Art. 370 incs. 1) y 6) del mismo cuerpo de leyes, es evidente, ya que como defecto de
la sentencia tenemos que el Tribunal inferior no ha tomado en cuenta la supuesta
adecuación típica de la conducta antijurídica del acusado Emilio Guzmán Peralta
dentro de los alcances del Art. 145 del Código Penal, en el entendido de que durante
la etapa de los debates o juicio oral se han acumulado suficientes elementos de
prueba de cargo que demuestran la presunta participación activa del acusado en el
delito querellado…” (sic).
Por el análisis efectuado, se ha evidenciado que el Tribunal de alzada en el Auto de
Vista impugnado, resolvió temas que no fueron denunciados en apelación
restringida, por lo que incurrió en defecto absoluto no susceptible de convalidación
previsto por el art. 169 inc. 3) del CPP, contradiciendo así la doctrina legal aplicable
establecida por los precedentes invocados; dejando constancia que el Auto Supremo
122/2013 de 6 de mayo, no estableció doctrina legal aplicable que permita una
labor de contraste, asumiendo este Tribunal que fue invocado por el recurrente,
porque dicha resolución admitió un recurso de casación únicamente a efectos de
verificar la existencia de pronunciamiento ultra petita.
RESOLUCIONES EMITIDAS POR EL FISCAL DE DISTRITO, NO RECONOCEN
RECURSO ULTERIOR Y NO PUEDEN SER REVISADAS POR EL JUEZ DE
INSTRUCCIÓN POR PRESUNTOS DEFECTOS ABSOLUTOS
S.C.P. 1302/2015-S2, Sucre 13 de noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Al respecto corresponde seguir la línea jurisprudencial asumida por este Tribunal
Constitucional Plurinacional, que en lo pertinente en la SCP 1585/2014 de 19 de agosto,
[481]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuya relatoría precisamente corresponde al suscrito Magistrado Relator, siguiendo el
entendimiento ya asumido en la SC 2888/2010-R de 17 de diciembre, señaló que: “Las
resoluciones emitidas por el Ministerio Público no reconocen recurso ulterior
El art. 6 de la LOMP, establece la obligatoriedad del Ministerio Público para promover la
acción penal pública cuando tenga conocimiento de la comisión de un hecho punible y
existan los suficientes elementos fácticos para verificar su comisión, en consecuencia, como
titular de la investigación, su función se enmarca en la recolección, conservación,
ofrecimiento, producción y acumulación de los elementos de prueba (indicios) que le
permitirán fundar y/o sostener una posible imputación (existencia del hecho y posible autor) y
en su caso una acusación (comprobación del delito y responsabilidad del autor); así también,
disminuir o eximir de responsabilidad al imputado o acusado. Es decir, que en función a ello
emitirá una resolución firme que se constituye en un acto determinativo de la etapa
preliminar (rechazo de denuncia, querella o actuación policial) o en su caso, una salida
alternativa o acto conclusivo.
Iniciada la investigación y desarrollados los actos investigativos, recibido el informe
preliminar corresponde al fiscal de materia, como una atribución propia y privativa, entre
otras, conforme el art. 304 del CPP, rechazar la denuncia, la querella o las actuaciones
policiales, por falta de tipicidad, por inexistencia del delito atribuido, por falta de indicios que
hagan presumir la participación del imputado, cuando no se lo haya podido individualizar, o
cuando los elementos de convicción acumulados en la investigación, no sean suficientes
para fundar la acusación. La norma procesal penal en el art. 305, reconoce a las partes, el
poder objetar la resolución de rechazo, en el plazo de cinco días, ante el fiscal que dictó la
misma, quien remitirá antecedentes al fiscal superior en jerarquía (ahora Fiscal
Departamental), autoridad que dentro de los diez días siguientes a la recepción de las
actuaciones, determinará la revocatoria o ratificación del rechazo y el consiguiente archivo
de obrados. Si dispone la revocatoria ordenará la continuación de la investigación y en el
supuesto de ratificar el rechazo de la denuncia, querella o actuación policial, dispondrá el
consiguiente archivo de obrados, lo que no impide la conversión de la acción a pedido de la
víctima o del querellante; en ambos casos, no existe recurso ulterior”.
En ese mismo razonamiento, luego agregó que:
“Las resoluciones del Ministerio Público no son susceptibles de revisión por el órgano
jurisdiccional por presuntos defectos absolutos.
El art. 54 del CPP, establece que: ‘Los jueces de instrucción son competentes para; 1) El
control de la investigación, conforme a las facultades y deberes previstos en este Código; 2)
Emitir las resoluciones jurisdiccionales que correspondan durante la etapa preparatoria y de
la aplicación de criterios de oportunidad; 3) La sustanciación y resolución del proceso
abreviado; 4) Resolver la aplicación del procedimiento inmediato para delitos flagrantes; 5)
Dirigir la audiencia de preparación de juicio y resolver sobre las cuestiones e incidentes
planteados; 6) Decidir la suspensión del proceso a prueba; 7) Homologar la conciliación,
siempre que sea procedente, cuando les sea presentada; 8) Decidir sobre las solicitudes de
cooperación Judicial internacional; 9) Conocer y resolver, sobre la incautación de bienes y
sus incidentes; y, 10) Conocer y resolver la Acción de Libertad, si no existieran jueces de
sentencia en su asiento jurisdiccional, cuando sea planteada ante ellos’ (Modificado por Ley
No. 007 de 18 de mayo de 2010). De donde se extrae, que la indicada autoridad, no tiene
competencia, facultad o atribución para conocer y/o revisar las resoluciones emitidas por el
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
representante del Ministerio Público, dado que se trata de un órgano que goza de autonomía
en la apertura y conclusión de la investigación.
Desde el momento que el representante del Ministerio Público, comunica o avisa el inicio de
la investigación de un hecho punible ante el juez de instrucción en lo penal, a partir de ese
momento comienza el control jurisdiccional sobre la investigación, cuya finalidad es
precautelar que la investigación se lleve adelante respetando los derechos fundamentales y
garantías constitucionales del denunciado, querellado, imputado, acusado, víctima y/o
querellante, conforme a las normas procesales penales y la Constitución Política del Estado.
El Código de Procedimiento Penal, delimitó rigurosamente las funciones de investigación del
fiscal y las jurisdiccionales que corresponden al juez de instrucción en el marco del art. 279,
indica que la Fiscalía y la Policía Nacional actuarán siempre bajo control jurisdiccional y
recogiendo el principio que los fiscales no podrán realizar actos jurisdiccionales, ni los jueces
actos de investigación que comprometan su imparcialidad.
Respecto de la actividad procesal defectuosa, que fuere invocada a través del incidente de
nulidad por defectos absolutos, el art. 169 del CPP, señala: ‘No serán susceptibles de
convalidación los defectos concernientes a: 1) La intervención del juez y del fiscal en el
procedimiento y a su participación en los actos en que ella sea obligatoria; 2) La
intervención, asistencia y representación del imputado, en los casos y formas que este
Código establece. 3) Los que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías
previstos en la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados internacionales
vigentes y en este Código; y, 4) Los que estén expresamente sancionados con nulida’, en
consecuencia, las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento con inobservancia de
la Constitución Política del Estado y del Código de Procedimiento Penal, que causaren
agravio a las partes procesales podrán ser impugnadas ante la autoridad judicial con el
debido fundamento. Lo que implica que cuando el agraviado alegue nulidad por defectos
absolutos, necesariamente deberán ser planteados ante la autoridad jurisdiccional como
contralor de garantías y que el procedimiento se desarrolle sin vicios de nulidad’, en
consecuencia, las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento con inobservancia de
la Constitución Política del Estado y del Código de Procedimiento Penal, que causaren
agravio a las partes procesales podrán ser impugnadas ante la autoridad judicial con el
debido fundamento. Lo que implica que cuando el agraviado alegue nulidad por defectos,
necesariamente deberán ser planteados ante la autoridad jurisdiccional como contralor de
garantías y que el procedimiento se desarrolle sin vicios de nulidad. Cabe aclarar, que toda
actuación del fiscal, que a juicio del denunciado, imputado o querellado y/o víctima o
querellante, sea contraria a procedimiento o sus derechos y que se hubieren producido
durante la etapa preliminar, preparatoria o juicio y que correspondieren al ámbito de
competencia del juez instructor en lo penal o del Tribunal de Sentencia, deberán ser
reclamadas en esa instancia. Empero, aquellas actuaciones del representante del Ministerio
Público que se suscitaren ante el propio órgano de investigación, del cual emerjan
determinaciones, como el rechazo de la denuncia, querella, actuaciones policiales, salidas
alternativas o actos conclusivos, que pudieren lesionar derechos fundamentales o garantías
constitucionales del denunciado, imputado o acusado y/o víctima o querellante,
corresponderán ser impugnadas en esa instancia, por cuanto incumbe al ámbito de
competencia del Ministerio Público”.
Jurisprudencia que a tenor de lo previsto por el arts. 203 de la CPE y 15.II del CPCo, tiene
efecto vinculante, no solo “para el poder público, legisladores, autoridades, tribunales y
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
particulares”; sino también para el propio Tribunal Constitucional Plurinacional que por
seguridad jurídica no puede apartarse de sus precedentes, salvo cambio o modulación de
línea que no acontece en este caso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Lo anterior significa, que la falta de fundamentación o motivación, concurrirá
cuando la resolución emitida por el Juez o Tribunal carezca de alguno de los
elementos (expresa, clara, completa, legítima y lógica) del iter lógico o camino del
razonamiento efectuado, a efecto de llegar a una determinada conclusión,
incumpliendo de esta manera lo determinado por el art. 124 del CPP y vulnerando
los derechos al debido proceso y debida fundamentación.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
INCOMPETENTE FRENTE A UNA SOLICITUD DE APLICACIÓN DE MEDIDAS
CAUTELARES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0743/2017-S2
Sucre, 31 de julio de 2017
La SC 1584/2005-R de 7 de diciembre, en cuanto a la celeridad en el actuar de los administradores de
justicia, estableció: “Considerando la importancia del derecho a la libertad física no sólo primario
sino fundamental, es permisible que un juez incompetente resuelva la solicitud de aplicación de la
detención preventiva en un primer momento de la investigación, debiendo inmediatamente de
realizado dicho acto remitir las actuaciones al asiento judicial donde debe ejercerse el control
jurisdiccional.
Ahora bien, cuando se trata de una solicitud de cesación, también es posible que un Juez a cargo del
control jurisdiccional pueda resolver dicha solicitud aún ya se hubiera presentado la acusación, pero
siempre que no se hubiera radicado la causa en un determinado tribunal, así se colige del
razonamiento aplicado por este Tribunal, que otorgó tutela en una problemática donde el Juez
cautelar al margen de no señalar con la celeridad necesaria la audiencia para considerar la cesación
solicitada se declaró incompetente por presentarse la acusación, así la SC 487/2005-R, de 6 de mayo
que dice:
‘(…) Situación agravada con el hecho de que el mismo día señalado para la audiencia de
consideración de cesación de detención preventiva, se sorteo la causa al Tribunal Tercero de
Sentencia, a raíz de la acusación formal presentada por el Ministerio Público contra el recurrente y
otros co imputados el día 29 de marzo de 2005; motivo por el cual la autoridad recurrida se negó a
considerar la solicitud con el argumento de haber perdido competencia; cuando al margen de la
demora injustificada, debió proceder a su consideración, sobre todo tomando en cuenta que ya existía
audiencia señalada al efecto y todavía no se procedió a la radicatoria de la causa ante el mencionado
Tribunal de Sentencia, toda vez conforme lo ha establecido este Tribunal de conformidad al art. 54.1
del CPP, en relación a los arts. 302 y 223 del CPP, la autoridad competente para resolver la
aplicación, modificación o sustitución de medidas cautelares y sus emergencias, en la etapa
preparatoria, es el Juez de Instrucción en lo Penal que está a cargo del control jurisdiccional de la
investigación. Concluida esta etapa y presentada la acusación, es competencia del Juez o Tribunal de
Sentencia que conoce la causa, tramitar las solicitudes sobre la aplicación o modificación de dichas
medidas cautelares, así la SC 143/2004-R, de 2 de febrero, razón por la cual corresponde
otorgar la tutela solicitada únicamente respecto a este punto denunciado (…)’.
El entendimiento aludido, no ha sido manifestado en una problemática análoga a la presente; sin
embargo, debe rescatarse que la solicitud de cesación no deja de tener la misma naturaleza en todos
los procesos, es más dicha solicitud debe recibir el mismo tratamiento que la solicitud de detención
preventiva que atiende el Ministerio Público al inicio de la investigación, por lo que en observancia
del principio de igualdad procesal, el procesado ante una situación similar debe ser también
escuchado en su solicitud de cesación de dicha medida, lo que significa que cuando el imputado
presenta una solicitud de cesación ante un juez y éste se considera incompetente para asumir el
control jurisdiccional o el conocimiento en el fondo de la causa, deberá primero analizar el caso
concreto y resolver la solicitud siempre que ello no importe lesionar los derechos de la parte
acusadora o del Ministerio Público; y luego remitir el expediente a quien considere competente, pues
razonar de forma contraria importaría someter al recurrente una posible dilación, dado que puede
[486]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ocurrir que el Juez a quien se considera competente no lo sea o que se excuse de la causa, con lo cual
se impediría que la solicitud sea considerada oportunamente y con la celeridad que amerita”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
personales constituye un elemento determinante para la materialización de la cesación a la
detención preventiva; es decir, este tipo de resoluciones también son inherentes a las
medidas cautelares, por lo que el fallo que resuelve dicho actuado se encuentra inmerso
dentro del art. 403 inc. 3) del CPP; habida cuenta que la misma es parte de la resolución que
modifica la medida sustitutiva a la detención preventiva, un entendimiento contrario
significaría una limitación al derecho de impugnación que se haya previsto en el art. 180.II de
la Ley Fundamental, disposición constitucional que se caracteriza por el principio de
aplicación directa conforme se prevé en el art. 109.I de la CPE que establece que: “Todos los
derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan de iguales
garantías para su protección” (el resaltado es nuestro), del cual se desprende el principio de
irradiación de la Constitución Política del Estado en el ordenamiento jurídico de acuerdo a lo
determinado en la SC 0008/2010-R de 6 de abril, por lo que sus postulados alcanzan al
proceso penal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
su trámite especifico sin que implique su interposición de forma escrita; y la notificación para dicho
planteamiento debe estar acorde al Código de Procedimiento Penal…’.
Por su parte, la SC 0384/2011-R de 7 de abril, complementó las sub reglas establecidas en la SC
0078/2010-R de 3 de marzo, en sentido: ‘«…se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación de
la detención preventiva…»´ también cuando: (…) d) Interpuesto el recurso de apelación contra la
resolución que rechaza la solicitud de cesación de detención preventiva, los antecedentes de la
apelación no son remitidos por el juez a quo dentro del plazo legal de veinticuatro horas establecido
por el art. 251 del CPP -salvo justificación razonable y fundada- ante el tribunal de apelación, o se
imprima un procedimiento o exigencias al margen de la ley’.
En ese mismo sentido, de manera atinada, interpretando las normas contenidas en el art. 251 del CPP,
referidas a la apelación incidental de las medidas cautelares, la SC 0542/2010-R de 12 de julio, misma
que es citada en la SCP 0379/2015-S2 de 8 de abril, estableció que: ‘…una vez interpuesto dentro del
plazo legal el recurso de apelación incidental ante la autoridad jurisdiccional que conoce la causa, y
si el cuaderno de apelación no es remitido en el plazo fijado por ley, dándoles una espera prudencial,
para los casos de recargadas labores o suplencias etc., debidamente justificadas; sin embargo, este
plazo no puede exceder de tres días; empero, si excede el plazo legal y la espera prudencial, el
procedimiento se convierte en dilatorio, y por ende el recurso de apelación deja de ser un medio
idóneo y eficaz…’”.
RESPECTO A LAS EXCUSAS Y RECUSACIONES Y SU TRÁMITE
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0697/2017-S1
Sucre, 19 de julio de 2017
Al respecto el Código de Procedimiento Penal en su art. 316, ha previsto las causales de las
excusas y recusaciones.
Así en su Art. 316 ha señalado: “Son causales de excusa y recusación de los jueces:
1) Haber intervenido en el mismo proceso como Juez, fiscal, abogado, mandatario, denunciante ,
querellante, perito o testigo;
2) Haber manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el proceso, que conste documentalmente;
3) Ser cónyuge o conviviente, pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad o por adopción, de algún interesado o de las partes;
4) Ser tutor o curador o haber estado bajo tutela o curatela de alguno de los interesados o de las partes;
5) Tener interés en el proceso, o sus parientes en los grados preindicados;
6) Tener proceso pendiente, o sus parientes en los grados preindicados con alguno de los interesados o
de las partes, iniciado con anterioridad al proceso penal;
7) Ser socio, o sus parientes, en los grados preindicados de alguno de los interesados o de las partes,
salvo se trate de sociedades anónimas;
8) Ser acreedor, deudor o fiador, o sus padres o hijos u otra persona que viva a su cargo, de alguno de
los interesados o de las partes, salvo que se trate de entidades bancarias y financieras; ser ascendiente o
descendiente del juez o de algún miembro del tribunal que dictó la sentencia o auto apelado;
9) Haber intervenido como denunciante o acusador de alguno de los interesados o de las partes, o
haber sido denunciado o acusado por ellos, antes del inicio del proceso;
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
10) Haber recibido él , su cónyuge o conviviente, padres o hijos u otras personas que viven a su
cargo, beneficios; y,
11) Tener enemistad intima, que se exteriorice por frecuencia de trato, o enemistad manifiesta con
alguno de los interesados o de las partes. En ningún caso procederá la separación por ataques u ofensas
inferidas al juez después que haya comenzado a conocer el proceso”.
Posteriormente el mismo Código de Procedimiento Penal, en sus arts. 318, 319, 320 y 321, modificados
por la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal de 30 de octubre de
2014, estableció el trámite de las excusas y recusaciones señalando lo siguiente:
“Artículo 318. (TRÁMITE Y RESOLUCIÓN DE EXCUSAS).
I. La o el Juez comprendido en alguna de las causales establecidas en el Artículo 316 del presente
Código, está obligado a excusarse en el término de veinticuatro (24) horas mediante resolución
fundamentada, apartándose de forma inmediata del conocimiento del proceso.
II. La o el Juez que se excuse, remitirá en el día la causa a la o el Juez que deba reemplazarlo, quien
asumirá conocimiento del proceso inmediatamente y proseguirá su curso sin interrupción de
actuaciones y audiencias; asimismo, remitirá en el día copias de los antecedentes pertinentes ante la
Sala Penal correspondiente del Tribunal Departamental de Justicia, la que sin necesidad de audiencia
debe pronunciarse en el plazo improrrogable de cuarenta y ocho (48) horas de recibidos los actuados,
bajo alternativa de incurrir en retardación de justicia, sin recurso ulterior. Si el Tribunal Superior acepta
o rechaza la excusa, según el caso, ordenará a la o el Juez reemplazante o a la o el Juez reemplazado
que continúe con la sustanciación del proceso. Todas las actuaciones de uno y otro Juez conservarán
validez.
III. Cuando la o el Juez que se excusa integra un Tribunal, pedirá a éste que lo separe del
conocimiento del proceso, sin suspender actuados procesales, el mismo Tribunal se pronunciará sobre
la aceptación o rechazo de la excusa, en caso de ser aceptada, se elevarán copias de los antecedentes
ante la Sala Penal de turno del Tribunal Departamental de Justicia, la que se pronunciará en el plazo
improrrogable de cuarenta y ocho (48) horas, desde su recepción, bajo responsabilidad, sin recurso
ulterior.
IV. Cuando el número de excusas impida la existencia de quórum o se acepte la excusa de alguno de
sus miembros, el Tribunal se completará de acuerdo a lo establecido en las disposiciones orgánicas”.
“Artículo 319. (OPORTUNIDAD DE RECUSACIÓN).
I. La recusación podrá ser interpuesta por una sola vez:
1. En la etapa preparatoria, dentro de los tres (3) días de haber asumido la o el Juez, conocimiento
de la causa;
2. En la etapa del juicio, dentro del término establecido para los actos preparatorios de la
audiencia; y,
3. En los recursos, dentro del plazo para expresar o contestar agravios.
II. Cuando la recusación se funde en una causal sobreviniente, podrá plantearse dentro de los tres
(3) días de conocida la causal, acompañando la prueba pertinente, indicando de manera expresa la
fecha y circunstancias del conocimiento de la causal invocada, hasta antes de la clausura del debate o
resolución del recurso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
III. En ningún caso la recusación podrá recaer sobre más de la mitad de una sala plena o Tribunal de
Sentencia, y no se podrá recusar a más de tres (3) Jueces sucesivamente”.
“Artículo 320. (TRÁMITE Y RESOLUCIÓN DE LA RECUSACIÓN).
I. La recusación se presentará ante la o el Juez o Tribunal que conozca el proceso, mediante
escrito fundamentado, ofreciendo prueba pertinente.
II. Si la o el Juez recusado admite la recusación promovida, continuará el trámite establecido para la
excusa. En caso de rechazo se aplicará el siguiente procedimiento:
1. Cuando se trate de una o un Juez unipersonal, elevará antecedentes a la Sala Penal de turno del
Tribunal Departamental de Justicia dentro de las veinticuatro (24) horas de promovida la recusación,
acompañando el escrito de interposición junto con su decisión fundamentada, sin suspender el proceso.
El Tribunal Superior se pronunciará dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes de recibidos los
actuados, sobre la aceptación o rechazo de la recusación, sin recurso ulterior, bajo responsabilidad. Si
el Tribunal Departamental de Justicia acepta la recusación, reemplazará a la o el Juez recusado
conforme a lo previsto en las disposiciones orgánicas; si la rechaza, ordenará a la o el Juez que
continúe con el conocimiento del proceso, quien no podrá ser recusada o recusado por las mismas
causales.
2. Cuando se trate de una o un Juez que integre un Tribunal, el rechazo se formulará ante el mismo
Tribunal, quien resolverá en el plazo y forma establecidos en el numeral anterior.
3. La recusación deberá ser rechazada cuando no se funde en causal sobreviniente o no se haya
indicado la fecha y circunstancias de la causal invocada, sea manifiestamente improcedente o se
presente sin prueba.
III. Cuando el número de recusaciones impida la existencia de quórum o se acepte la recusación de
uno de sus miembros, el Tribunal se completará de acuerdo a lo establecido en las disposiciones
orgánicas”.
“Artículo 321. (EFECTOS DE LA EXCUSA Y RECUSACIÓN).
I. Producida la excusa o recusación, la o el Juez reemplazante no podrá suspender el trámite
procesal; aceptada la excusa o la recusación, la separación de la o el Juez será definitiva, aun cuando
desaparezcan las causales que las determinaron.
II. Las excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in límine cuando:
1. No sea causal sobreviniente;
2. Sea manifiestamente improcedente;
3. Se presente sin prueba; o
4. Habiendo sido rechazada, sea reiterada en los mismos términos.
III. Las excusas rechazadas deberán ser puestas en conocimiento de la autoridad disciplinaria
competente; si se rechaza la recusación in límine, se impondrá multa equivalente a tres (3) días de
haber mensual de una o un Juez técnico; en caso de recusaciones rechazadas consecutivamente, la
multa deberá ser progresiva en tres (3) días de haber mensual de una o un Juez técnico.
IV. La tramitación de la excusa o la recusación suspenderá en su caso los plazos de la prescripción,
de la duración de la etapa preparatoria y de la duración máxima del proceso.
V. En caso de rechazo de una recusación que hubiere sido declarada manifiestamente infundada,
temeraria o abiertamente dilatoria, se interrumpirán los plazos de la prescripción de la acción penal, de
la duración de la etapa preparatoria y de duración máxima del proceso, computándose nuevamente los
plazos. Consecuentemente la o el Juez o Tribunal, previa advertencia en uso de su poder coercitivo y
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
moderador, impondrá a la o el abogado una sanción pecuniaria equivalente a dos (2) salarios mínimos
nacionales, monto de dinero que será depositado en la cuenta del Órgano Judicial. En caso de continuar
con la actitud dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el abogado de la actuación del proceso en
particular, designando a un defensor público o de oficio”.
Según las normas citadas precedentemente, cuando el juez no se inhibe del conocimiento de la
causa a través de la excusa, corresponden a las partes formular la recusación de la misma autoridad con
el fin de provocar su separación del conocimiento de una causa por una de las once causales previstas
en el art. 316 del CPP.
Dicha recusación según la norma adjetiva penal, puede ser planteada en la etapa de juicio dentro del
término establecido para los actos preparatorios de la audiencia.
También puede ser interpuesta por una causal sobreviniente, en ese caso la recusación deberá ser
planteada dentro de los tres días de conocida la causal, acompañando la prueba pertinente, indicando de
manera expresa la fecha y circunstancias del conocimiento de la causal invocada.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en la forma requerida por el recurrente las supuestas ganancias de las cuales se le
habría privado, porque las mismas fueron simplemente expectativas y no reales,
pues el monto a financiarse no fue ni siquiera parte real de un capital propio del
querellante, sino una suma de la cual de consolidarse lo hubiera ubicado en la
categoría de deudor; por la que no existe razón para determinar la existencia de
aplicación o interpretación errónea de la ley sustantiva civil como se atribuye de
manera infundada; además de ello, esta respuesta debe ser entendida
sistemáticamente con los otros argumentos ya respondidos en el presente Auto
Supremo, pues la responsabilidad civil se mide de acuerdo a los delitos por los
cuales existe una sentencia, y a los elementos constitutivos de los mismos, por ello
se ha fijado correctamente un monto a ser resarcido a partir del análisis jurídico y
valoración sobre la pérdida sufrida más los daños y perjuicios como consecuencia
del delito.
Descriptor: Responsabilidad civil
Restrictor: No puede considerarse las supuestas ganancias de las cuales se le
habría privado al recurrente, porque las mismas fueron simplemente expectativas y
no reales
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RETARDACIÓN DE JUSTICIA / En materia penal el incumplimiento de plazos
procesales no es motivo de nulidad si no se constata que exista vulneración a algún
derecho fundamental o garantía constitucional
AUTO SUPREMO Nº 782/2015-RRC-L
Sucre, 09 de noviembre de 2015
Delitos: Contrabando
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Inicialmente el recurrente denuncia retardación de
justicia, señalando que el Auto de Vista al resolver la apelación interpuesta en
contra de la Sentencia hubiese vulnerado el art. 135 del actual Código de
Procedimiento Penal (CPP) y el principio de inmediatez; debe precisarse, que no
existe precedente vigente alguno por el cual, se hubiera determinado la nulidad de
un proceso por un tema de esta naturaleza, pues la doctrina asumida por el máximo
Tribunal de Justicia se ha mantenido firme y constante en el sentido de que en
materia penal el incumplimiento de plazos procesales no es motivo de nulidad en
mérito a lo establecido por el art. 135 de la Ley 1970 que prescribe: "el
incumplimiento de los plazos establecidos en este Código dará lugar a la
responsabilidad disciplinaria ... "; puesto que la línea jurisprudencia! vigente y
aplicable por esta Sala Penal, ha señalado mediante la doctrina legal sentada por el
Auto Supremo 045/2012-RRC de 22 de marzo, entre otros que: “.. el incumplimiento
de este plazo no acarrea la pérdida de competencia menos la nulidad de lo actuado,
sino da lugar a la responsabilidad disciplinaria y penal del funcionario negligente
conforme determina el art. 135 del CPP ...”, consiguientemente e
independientemente a la carente técnica recursiva del recurrente, este Tribunal no
constata que exista vulneración a ningún derecho fundamental o garantía
constitucional por la denuncia de presunta retardación de justicia, es más, no existe
relevancia constitucional que pueda conllevar a la nulidad pretendida por el
recurrente, ya que se llegaría al mismo resultado.
Descriptor: Retardación de justicia
Restrictor: En materia penal el incumplimiento de plazos procesales no es motivo
de nulidad si no se constata que exista vulneración a algún derecho fundamental o
garantía constitucional
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Vista 105/015 de 23 de marzo de 2015, por el cual declaró desistidos los motivos
dos, cuatro y ocho, inadmisibles los motivos primero, tercero, quinto, sexto y
séptimo; y, procedentes los motivos noveno y décimo, del recurso de apelación
restringida formulado por la imputada, situación por la que modificó el quantum de
la pena, imponiendo a la imputada la pena de seis años de conformidad al art. 268
de la Ley 548; aspecto que evidencia, que el Tribunal de alzada actuó conforme los
entendimientos asumidos por el Auto Supremo 683/2014-RRC de 27 de noviembre,
respecto al quantum de la pena; pues, si bien en el Auto de Vista que fue dejado sin
efecto por este Tribunal, se vulneró los principios non reformatio in peius, y el de
legalidad, dado el estado de la causa, la recurrente no puede pretender que la nueva
fijación de la sanción penal, tenga como parámetro o base la impuesta en la primera
sentencia que fue anulada en el caso presente, pues el legislador imperativamente
en el art. 268.I de la Ley 548 establece que: "La responsabilidad penal de la o el
adolescente será atenuada en cuatro quintas partes respecto del máximo penal
correspondiente al delito establecido en la norma penal' (las negrillas son propias);
de donde se tiene, que conforme prevé el art. 252 del CP, el máximo penal del delito
de Asesinato corresponde a 30 años de presidio, de modo que su quinta parte sería
6 años de presidio que fueron correctamente impuestos por el Tribunal de apelación
en observancia del art. 414 del CPP; no resultando en consecuencia, evidente la
denuncia interpuesta por la recurrente, al constatarse que la resolución recurrida,
además de cumplir con el principio de vinculatoriedad de los fallos judiciales que fue
desarrollado en el acápite III.2, de este Auto Supremo, también observó el principio
de legalidad, no siendo contrario al Auto Supremo 021/2012-RRC de 14 de febrero
invocado por la recurrente; puesto que, el Tribunal de alzada a momento de emitir la
Resolución recurrida, se enmarcó en las normas procesales vigentes.
Descriptor: Retroactividad de la ley penal más favorable
Restrictor: Responsabilidad penal atenuada (art. 268 Código Niña, Niño y
Adolescente Ley N° 548)
[496]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
embargo, no procedió a realizar una integral fundamentación intelectiva del
conjunto de las pruebas de cargo producidas en el juicio oral, al no haber asignado
fundadamente el valor correspondiente a cada uno de los elementos de prueba
incorporados al juicio, habiéndose limitado la Juez inferior a efectuar conclusiones
genéricas sobre las pruebas de cargo producidas sin asignarles individualmente su
validez legal"; consecuentemente, este Tribunal considera que el Auto de Vista se
pronunció justamente sobre la alegación de la apelación restringida respecto a la
falta de fundamentación de la Sentencia en la cual se encuentra inmersa la
denuncia de incorrecta valoración de la prueba, por lo que no limita en ningún
momento en el tema su competencia; en coherencia con ello, este Tribunal no
considera que el Tribunal de alzada se haya pronunciado ultra petita y que tampoco
haya revalorizado la prueba, pues independientemente a ello, el recurrente no ha
especificado menos identificado mínimamente, que prueba hubiese sido revalorizada
y cual el valor distinto otorgado a las mismas, omisión que de ninguna manera
puede ser suplida por este Tribunal.
Descriptor: Revalorización de la prueba
Restrictor: El recurrente debe especificar e identificar que prueba hubiese sido
revalorizada y cual el valor distinto otorgado a las mismas por el Tribunal de Alzada
[497]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cumplimiento de las reglas de la sana critica cuando la apelación verse sobre la
defectuosa valoración de la prueba, lo que no aconteció en el caso de autos,
resultando por consiguiente el presente motivo recurrido en fundado
Descriptor: Revalorización de la prueba
Restrictor: Ocurre cuando el tribunal de alzada analiza el documento base del
proceso, realizando inclusive afirmaciones sobre la repercusión que conlleva dentro
de la causa y sus efectos obligacionales
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPP, por Sentencia basada en hechos inexistentes o no acreditados o en valoración
defectuosa de la prueba; alegó: " ... se tiene que el Tribunal a quo llegó a conclusión
de que el acusado ha participado del hecho delictivo por la declaración. de ... " (sic),
que significa haber hecho referencia, al argumento arribado por el Tribunal de
Sentencia, respecto a la participación del imputado en el hecho atribuido, emergente
de la labor de valoración que efectuó de la prueba testifical de J.A.M., D.A.A.R., M.V.
del C. y del menor H.M.A., reproduciendo lo expresado en la Sentencia de la parte
"IV.- VALORACIÓN DE LA PRUEBA Y VOTOS DEL TRIBUNAL ACERCA DE LOS
MOTIVOS DE HECHO Y DE DERECHO" punto 1.; en cuyo mérito, no se advierte
que la conclusión arrimada del análisis de la prueba realizado por el A quo, hubiere
sido cambiado o se habría otorgado un entendimiento distinto por el Tribunal de
alzada, capaz de provocar algún efecto en el recurrente, cuando tampoco se advierte
ninguna situación que difiera de la Sentencia, porque el Auto de Vista confirmó el
resultado de la misma; por lo que, no es coherente sostener la existencia de
presunta revalorización cuando no existe ninguna consecuencia manifestada en el
resultado final de la decisión o en la situación jurídica del recurrente. En este
sentido, las afirmaciones plasmadas en el Auto de Vista ahora impugnado que
observa el recurrente y las transcripciones de partes de la Sentencia, de ninguna
manera se constituyen suficientes para sostener que se ha procedido a revalorizar
las pruebas; sino más bien, dicha actuación corresponde jurídicamente a la facultad
que la ley le reconoce al Tribunal de alzada para ilustrar el ejercicio del control
respecto a la sentencia emitida dentro de la presente causa, a los fines de establecer
si el razonamiento jurídico efectuado por el Tribunal de Sentencia se adecuó a las
reglas que impone el sistema de la sana crítica y establecer el aval valorativo integral
realizado a dichas declaraciones, para llegar a determinar sobre la participación y
responsabilidad del imputado frente a los hechos. Es así, que el Tribunal de alzada
al resolver el recurso de apelación formulada por la parte imputada y expresar
criterios con razonabilidad, no sugieren infracción a la prohibición de revalorización
de la prueba, menos desconocimiento de los principios de inmediatez y
concentración; en consecuencia, se concluye que no ingresó en contradicción con el
precedente invocado, por el contrario, se constata que la Resolución cuestionada
reúne las condiciones de validez necesarias, cuya decisión denota observancia de la
doctrina legal contenida en el precedente citado, sin incurrir en defectos absolutos
inconvalidables o situaciones de vulneración de derechos y garantías fundamentales
que afecten el debido proceso; por lo que, corresponde declarar infundado el recurso
de casación formulado.
Descriptor:
Revalorización de la prueba
Restrictor:
Las afirmaciones plasmadas en el Auto de Vista sobre la Sentencia y las
transcripciones de partes de la Sentencia, no se constituyen suficientes para
sostener que se ha procedido a revalorizar las pruebas
[499]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
REVALORIZACIÓN DE LA PRUEBA / El hecho de confirmar el análisis de la
Sentencia ejerciendo su labor de control de valoración de la prueba, no implica que
el Tribunal de apelación hubiese revalorizado prueba
AUTO SUPREMO Nº 618/2015-RRC
Sucre, 12 de octubre de 2015
Delitos: Tráfico de Sustancias Controladas
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: El Tribunal de alzada, sostuvo que el Tribunal de
Sentencia basó su decisión precisamente en ambas declaraciones, de R.P.R. y de
P.V.T., transcribiendo de manera textual la declaración de la segunda testigo,
afirmando que la conducta del imputado se encuentra perfectamente subsumida en
el tipo penal del art. 48 con relación al 33 inc. m) de la Ley 1008, explicación que
guarda la suficiente fundamentación; por cuanto, no es necesario que la misma sea
ampulosa, sino clara y concreta; en consecuencia, el hecho de confirmar el análisis
de la Sentencia ejerciendo su labor de control de valoración de la prueba, no implica
que el Tribunal de apelación hubiese revalorizado prueba; es decir, no le asignó un
valor distinto a las pruebas judicializadas en el acto de juicio que el atribuido por el
Tribunal de Sentencia, por ello, el Tribunal de apelación no incurrió en el defecto de
Sentencia de errónea aplicación de la ley sustantiva (tipicidad) o errónea concreción
del marco penal, menos errónea fijación de la pena, sino contrariamente, aplicó
correctamente el entendimiento de la jurisprudencia mencionada por el recurrente;
por lo que, el Auto Supremo invocado no es contrario al Auto de Vista impugnado;
concluyéndose por estas razones, que lo alegado por el recurrente no tiene mérito,
deviniendo el motivo en infundado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tramitación del juicio oral en base a las reglas de la sana crítica son los únicos que
pueden realizar valoraciones y conclusiones sobre la controversia a dilucidar;
apreciaciones de los vocales que sirvieron para determinar que la Sentencia que
condenó a la imputada como autora del delito de Tráfico de Sustancias Controladas
fuera anulado disponiéndose el reenvío del juicio oral, lo cual no sólo es una
vulneración del principio de verdad material sino que va en contra de la doctrina
legal aplicable emitida por este Tribunal y ampliamente desarrollada en el punto
III.1.b de esta Resolución, habiéndose establecido que de ninguna manera el
Tribunal de apelación puede rever hechos y volver a analizar las pruebas
otorgándoles nuevo valor, conocido como la revalorización de la prueba, más aún
cuando se vale de apreciaciones totalmente incorrectas conforme se precisó en el
primer motivo de esta Resolución. Así, el hecho que un Tribunal de alzada se
pronuncie u otorgue valor a conductas; cuyos elementos fácticos probatorios no
fueron desplegados ante su presencia -principio de inmediación-, le resta legalidad y
valor absoluto a su actividad jurisdiccional, toda vez que atenta contra principios
instituidos a fin de garantizar una correcta administración de justicia;
consiguientemente, al haber revalorizado prueba y revisado cuestiones de hecho,
estos argumentos inmersos en el Auto de Vista impugnado son contrarios a los
Autos Supremos invocados por el recurrente; por lo que la denuncia del recurso,
deviene en fundado.
Indice por Materia:
Revalorización de la Prueba en alzada / Tribunal de alzada no puede
pronunciarse u otorgar valor a conductas; cuyos elementos fácticos
probatorios no fueron desplegados ante su presencia
Descriptor:
Revalorización de la Prueba en alzada
Restrictor:
Tribunal de alzada no puede pronunciarse u otorgar valor a conductas; cuyos
elementos fácticos probatorios no fueron desplegados ante su presencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese contexto, el Tribunal de alzada tiene el deber de realizar un control de
legalidad sobre la valoración probatoria realizada por el Juzgador de grado; control
que gravita en torno a la verificación de aplicación correcta de la sana crítica tanto
en la valoración de la prueba como en la emisión de la propia sentencia,
entendiendo este último aspecto como la debida fundamentación o exposición
argumentativa sobre los criterios asumidos para tomar una decisión, lo que implica
a su vez el deber de los recurrentes de explicar de manera clara qué elementos de la
logicidad habrían sido inobservados por el Juez o Tribunal de mérito a tiempo de
otorgar valor a las pruebas, por cuanto no puede limitarse a efectuar afirmaciones o
apreciaciones subjetivas sin sustento alguno.
Sobre la temática, el Auto Supremo 214 de 28 de marzo de 2007, concluyó que: “El
sistema de la sana crítica, otorga a las partes la libertad de escoger los medios de
prueba para comprobar sus pretensiones, ya sea la hipótesis acusatoria como la tesis
de defensa; en tal sentido, las características fundamentales de la sana crítica son: la
inexistencia absoluta de dogmas legales sobre la forma en que se deben probar los
hechos o sobre el valor que debe otorgarse a cada prueba, de modo que el juez puede
admitir cualquier medio de prueba que estime útil y pertinente para comprobar el
objeto de conocimiento.
Los jueces de mérito son soberanos en la valoración de las pruebas, que las estiman o
desestiman, debiendo siempre indicar las razones para admitir o desestimar
determinados elementos probatorios, los razonamientos del fallo deben estar acordes
a las reglas del pensamiento humano, siendo este el iter lógico de una sentencia, el
que debe fundarse en las leyes del pensamiento, las que independientemente de
nuestra experiencia se presentan como necesarias en nuestro raciocinio.
Para que la fundamentación de una sentencia sea válida se requiere no sólo que el
Tribunal de juicio funde sus conclusiones en pruebas de valor decisivo, sino también,
que éstas no sean contradictorias entre sí, ni ilegales y que en su valoración se
observen las reglas fundamentales de la lógica, no puede considerarse motivación
legal ni aplicación integral de las reglas de la sana crítica, a una simple y llana
referencia a una prueba por parte del juzgador y que se formula de un modo general y
abstracto, en el que se omite realizar una exposición razonada de los motivos en los
que se funda.
[502]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del
procesado, mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo verificar si el
iter lógico expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde con las
reglas del recto entendimiento humano; analizando si la motivación es expresa, clara,
completa y emitida con arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica,
la experiencia común y la psicología, controlando si las conclusiones obtenidas
responden a las reglas del recto entendimiento humano, sin que para ello les esté
permitido ingresar a una reconsideración de los hechos o de las pruebas, de ahí que
alegar como motivo del recurso de apelación restringida, la infracción a las reglas de
la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuales son las normas del correcto
entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente, expresando las partes
de la sentencia en las que consta el agravio.
[503]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación
de la sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que invoque afirmaciones
imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se refiera a un
hecho que seacontrario a la experiencia común, que analice arbitrariamente un
elemento de juicio o que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren
cosa diferente a la que se tiene como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo
a la sana crítica, tiene que referirse a hechos que en un momento histórico no son
imposibles naturalmente, porque no se opone a ellos ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos
indican ni nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos;
simplemente nos suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad,
sobre el razonamiento del juez.
[504]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
como las declaraciones de A.A.P. y G.R.A.P., claramente hace concluir al órgano
jurisdiccional que la acusada subsumió su conducta al delito de Conducción
Peligrosa de Vehículo" (sic); lo que implica, que la declaración fue valorada
presuntamente sin la observación que refiere el art. 350 del CPP; sin embargo,
tratándose de la víctima como sujeto pasivo del delito, su participación resulta
trascendental porque fue parte del hecho, que motivó el proceso y su declaración
resulta un elemento probatorio valioso para la averiguación histórica del hecho o la
verdad material de lo sucedido que ahora sustenta como principio el art. 180 de la
CPE; es decir, el descubrimiento de la verdad material como fin del proceso penal y
también de la prueba procesal, en contraposición con la denominada verdad formal
característica del proceso civil; por ello, el Tribunal de alzada al ejercer el control de
valoración de la prueba dio respuesta correcta al agravio esbozado en apelación
restringida, máxime si los principios rectores del sistema procesal penal los
tribunales de instancia son los únicos que están facultados para la valoración de la
prueba por el principio de inmediación y conforme las reglas de la sana crítica, esto
a efectos de la comprensión del juzgador con claridad, objetividad, experiencia,
conocimiento, legalidad y lógica. Debe añadirse que la solución a los
cuestionamientos como el presente, debe considerar no solo el aspecto formal de los
actos, sino la efectiva aplicación de los principios rectores que inspiran el vigente
sistema procesal penal, como el de la revalorización de la víctima que garantiza su
participación plena dentro de la tramitación de la causa; en consecuencia, este
motivo deviene en infundado.
Descriptor: Revalorización de la víctima que garantiza su participación plena dentro
de la tramitación de la causa
Restrictor: No es necesario que sea retirada de la audiencia hasta su declaración
como testigo
[505]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
como aquello que, siéndole personal, no conoce (p.ej., que sufre de una determinada
enfermedad), pero que, de conocerlo, tendría interés en que no se divulga. La
protección de la Ley extiende a ambas hipótesis" (Carlos Creus "Derecho Penal. Parte
Especial. Tomo I, 3ra edición pag. 387); en consecuencia, parangonar "información
de carácter institucional" con "secreto profesional", va más allá de la voluntad del
legislador, si se considera que desde el punto de vista doctrinal, con el tipo penal
referido: "Se prevé y se trata de evitar el peligro de que el agente llegue a doblegar la
voluntad del sujeto pasivo con la amenaza, por lo menos implícita, de revelar
secretos que captó a raíz de su actividad profesional o en razón de las relaciones
propias de su estado. El fundamento de la punibilidad radica en el interés público
de amparar la libertad individual relativa a los secretos confiados por necesidad a
personas que se hallen en determinados cargos, artes o profesiones" (Maggiore)"
(Obra citada precedentemente); más si se considera que en otras legislaciones se
regula la violación de secretos oficiales, que contiene elementos constitutivos
diferentes a la Revelación del Secreto Profesional regulada por el art. 302 del CP. b)
Analizada la Sentencia y la subsunción realizada con relación al hecho en concreto,
que constituiría la punibilidad de revelación de información institucional; se tiene
que ese hecho no es similar a la revelación de un secreto como objeto del delito en
cuestión, verificándose que en la Sentencia cuya revisión se solicita, no se identifica
el respaldo normativo que permita concluir que la información y documentación
relativa a los funcionarios públicos de una institución tengan calidad de secretas.
Índice por Materia:
Descriptor: Revelación del Secreto Profesional (art. 302 CP)
Restrictor: Parangonar "información de carácter institucional" con "secreto
profesional", va más allá de la voluntad del legislador
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto invocó el Auto Supremo 515 de 16 de noviembre de 2006, que fue dictado
por la Sala Penal Primera de la Entonces Corte Suprema de Justicia, en la resolución de un
recurso de casación en una causa seguida por el delito de Abigeato, donde constató que el
Tribunal de alzada incurrió en revalorización de la prueba, acto que se encuentra reservado
para los jueces y Tribunales de sentencia, aspecto por la que fue dejado sin efecto el Auto de
Vista sentándose la siguiente doctrina legal aplicable: “ Que existe una línea jurisprudencia
con relación a la valoración de la prueba que es de competencia del Juez o Tribunal de
Sentencia, porque son ellos los que se encuentran presentes en la producción de la prueba y
perciben directamente dicho acto trascendental que luego servirá como plataforma objetiva
para la apreciación de la prueba producida; el Tribunal de Apelación entre sus competencias
está el de revisar si la prueba fue valorada conforme las reglas de la sana crítica, en caso de
que la apreciación de la prueba no sea coherente y que los juicios vertidos sobre la prueba
no respondan a un procedimiento lógico, razonable, valorativo o teleológico, entonces debe
anular totalmente o parcialmente la sentencia reponiendo el juicio con otro Tribunal de
Sentencia.
Todo acto, como la valoración de la prueba por el Tribunal de Alzada, que contravenga los
principios constitucionales del debido proceso, seguridad jurídica, derecho a la defensa y
tutela judicial efectiva, constituyen defecto absoluto susceptible de ser enmendado una vez
que se ha dejado sin efecto la resolución que originó dicho defecto, para recomponer el acto
que vulnero los principios constitucionales mencionados”.
Conforme se señaló en el análisis del segundo motivo, planteado por el recurrente, el recurso
de casación es un mecanismo de impugnación que se encuentra garantizado por la
Constitución Política del Estado y regulado por la Ley; y, en ese contexto tiene como función
que el Tribunal Supremo de Justicia desarrolle la tarea de unificar la jurisprudencia a fin de
asegurar la vigencia del principio de igualdad, de forma que todo ciudadano tenga la certeza
y seguridad que la norma procesal y sustantiva será efectivamente aplicada por igual,
resultando que el Auto Supremo invocado por la parte recurrente, estableció doctrina legal
aplicable generada en la revalorización de la prueba en la que incurrió el Tribunal de alzada,
acto reservado a los Jueces y Tribunales de Sentencia, situación por la que fue dejado sin
efecto la Resolución entonces recurrida; sin embargo, en el caso en examen, no se presenta
el mismo supuesto de hecho, porque el recurrente reclama que el Auto de Vista recurrido:
por una parte no cumplió con su obligación de revisar si la prueba fue valorada conforme a
las reglas de la sana crítica; y por otra parte, arguye que no se pronunció respecto a dos
puntos reclamados en su recurso de apelación restringida, reclamos que no tienen relación
alguna con los fundamentos del precedente invocado, fundados en hechos completamente
distintos; en consecuencia, la doctrina legal invocada, no es susceptible de contrastación con el Auto de
Vista recurrido respecto a los puntos cuestionados por el recurrente, al ser las problemáticas confrontadas
distintas, resultando este motivo infundado.
[507]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: En ese contexto la Ley de Organización Judicial 1455
de 18 de febrero de 1993, en su artículo 15 establecía: Revisión de oficio “Los
tribunales y jueces de alzada en relación con los de primera instancia y los de
casación respecto de aquellos, están obligados a revisar los procesos de oficio, a
tiempo de conocer una causa, si los jueces y funcionario observaron los plazos leyes
que norman la tramitación y conclusión de los procesos para aplicar en su caso las
sanciones pertinentes” (sic). La norma glosada efectivamente otorgaba a los
superiores en grado Tribunales y Jueces, observar de oficio si los inferiores
aplicaron correctamente los plazos y las leyes para disponer en su caso las
sanciones pertinentes; es decir, ante la existencia de defectos absolutos puede
actuar de oficio.
Descriptor: Revisión de oficio
Restrictor: aplicación del art. 15 de la Ley 1455 (antigua LOJ)
[508]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de que a través de un nuevo juicio desarrollado bajo los principios que rigen el
sistema procesal penal vigente, se emita el correspondiente fallo.
Descriptor: Revisión de Sentencia (art. 421.4.c CPP)
Restrictor: Los nuevos elementos de prueba que el hecho atribuido no es punible
debe vincularse a un error judicial
[509]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
evidente que no hubiera tomado en cuenta el incumplimiento a lo dispuesto en la
anterior apelación que concluyó con una Resolución que ordenó reposición de
obrados y cumplimiento de lo previsto por el art; 249 del CPP. del año de 1972 y
menos que el sujeto procesal se hubiera negado a practicarse el mismo; al contrario,
éste fue insistente en solicitar otra revisión médica. Razones suficientes para
considerar que el recurso deviene en infundado por no evidenciarse errónea
aplicación de los arts. 120 y 133 del CPP del año de 1972; es más, los jueces de
grado, durante la tramitación de la presente causa observaron correctamente la
normativa procesal pertinente en el ejercicio pleno de la facultad conferida por el art.
135 del CPP del año de 1972, efectuando una adecuada valoración de todas y cada
una de las pruebas aportadas por las partes, conforme a las reglas de la sana crítica
y prudente arbitrio, incensurable en casación.
Descriptor: Revisión médica (art. 249 CPP.1972)
Restrictor: El informe médico forense puede contener referencia a exámenes
anteriores y de otros especialistas.
[510]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S.C.P. 0378/2013 Sucre, 25 de marzo de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.6.(...) En ese sentido, conforme se ha establecido en el Fundamento Jurídico III.3, una
de las razones para que se pueda ordenar la detención preventiva de todo imputado, es la
existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado es, con
probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible, y si existen riesgos procesales que
justifiquen su detención preventiva, los cuales se hallan previstos en los arts. 234 y 235 del
CPP; vale decir que el Ministerio Público, una vez formulada la imputación formal,
presentada al juez, éste debe analizar si concurren los requisitos estipulados en el art. 233
del CPP.
PRECEDENTE REITERADOR:
F.J.III.3.(...)Ahora, dentro de los requisitos exigidos para que se pueda hacer efectiva la
detención preventiva, el legislador ha establecido parámetros en los que debe basarse el
juzgador para decidir sobre la existencia del peligro de fuga y el peligro de obstaculización de
la averiguación de la verdad, extremos que se hallan insertos en los arts. 234 y 235 del CPP.
Con referencia al art. 234, el mismo que también ha sufrido modificación en su texto original
por la Ley 007, señala: “(Peligro de Fuga). Por peligro de fuga se entiende a toda
circunstancia que permita sostener fundadamente que el imputado no se someterá al
proceso buscando evadir la acción de la justicia.
Para decidir acerca de su concurrencia, se realizará una evaluación integral de las
circunstancias existentes, teniendo especialmente en cuenta las siguientes: 6. El haber sido
imputado por la comisión de otro hecho delictivo doloso o haber recibido condena privativa
de libertad en primera instancia”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
formal, el rechazo o el sobreseimiento». Por otro lado, el art. 323 inc.3) del CPP, señala que
concluida la investigación, el fiscal podrá decretar de manera fundamentada el
sobreseimiento cuando resulte evidente que el hecho no existió, que no constituye delito o
que el imputado no participó en él y cuando estime que los elementos de prueba son
insuficientes para fundamentar la acusación. Asimismo, el art. 73 del mismo Código, dispone
que los fiscales formularan sus requerimientos y resoluciones de manera fundamentada y
específica'.
En el mismo sentido la SC 0797/2010-R de 2 de agosto, indicó que: 'La recolección u
obtención de los elementos de prueba, para que sean admitidos en juicio o sirvan para eximir
de responsabilidad al imputado, deben reunir condiciones como la existencia de una solicitud
(requerimiento fiscal); que la prueba requerida sea útil para el descubrimiento de la verdad
histórica de los hechos; asimismo, tener relación con alguno de los hechos denunciados o
acusados; y finalmente, que esa prueba conduzca a demostrar la responsabilidad del
imputado o acusado.
Durante el proceso de recolección de elementos de prueba, el Ministerio Público debe agotar
cuanto sea pertinente para la investigación, en función de cumplir con su propósito de
promover la acción de la justicia, para perseguir y sancionar al autor de la comisión de un
delito, no pudiendo omitir la recolección y compulsa de aquella prueba que tenga relación
con los hechos denunciados, que conduzca a demostrar la responsabilidad del imputado o
acusado. En el supuesto de darse lo contrario y que implique violación a un derecho
fundamental, este Tribunal puede y tiene competencia para intervenir en el análisis de la
etapa preparatoria para considerar la conducta omisiva del representante del Ministerio
Público, que debe estar expresada en una negligencia en la no obtención y compulsa de
cierta prueba esencial para el caso sujeto a investigación…'".
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S
SANA CRÍTICA / Prueba indiciaria implica analizar el conjunto de otros elementos
probatorios
AUTO SUPREMO Nº 628/2015-RRC
Sucre, 26 de noviembre de 2015
Delitos: Violación, Asesinato, Encubrimiento, Incumplimiento de Deberes y Falso
Testimonio
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: (…) más allá de eso, se observa que hace alegaciones
subjetivas que fueron dilucidadas por la juzgadora, en atribución del principio de
inmediación y la sana critica en el momento de la valoración de estos elementos
probatorios, así se desprende de la conclusión a la que arribo en el quinto
considerando de la Sentencia al señalar que se determinó que las prendas del
acusado fue lavada repetidamente hasta desgastarlo a la altura de la pierna, sin
poderse establecer si dicha mancha corresponde a mancha de sangre, este lavado
repetido no fue explicado coherentemente por el imputado; lo cual hace evidente que
la juzgadora en base a las reglas de la sana crítica llego a dicha conclusión, que
como ya se dijo considero este indicio en el conjunto de otros elementos probatorios
para determinar la responsabilidad del acusado y no como pretende el recurrente
que solo este elemento probatorio haya servido para inculparlo a los hechos
acusados. (…) habiendo respondido el Tribunal de alzada que en la acusación no se
consideró una sola prueba sino varias, haciendo una fundamentación respecto a
esas pruebas consideradas por la juzgadora como son: las huellas plantares, la
ausencia del imputado en horas de la mañana el día de los hechos, la comprobación
de la enfermedad del "estafolicoco albus" en el imputado como en la niña, la
contradicción que fue descubierta por declaración de la Directora de la Escuela, las
fibras de color azul encontrada tanto en las prendas del acusado como en la chompa
de la menor, el cinturón del imputado usado como elemento constrictor, la mancha
de sangre en la prenda de vestir de Odón Mendoza y la valoración psicológica; esto
en plena concordancia con lo señalado en Sentencia por la juzgadora, quien
[513]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conforme la sana crítica y los arts. 134, 135 y 144 del CPP de 1972, atribuyó la
responsabilidad del recurrente en los delitos endilgados, razonando el por qué no
otorgo valor a la prueba que ahora extraña el denunciante.
Descriptor: Sana Crítica
Restrictor: Prueba indiciaria implica analizar el conjunto de otros elementos
probatorios
SEGURIDAD JURÍDICA
AUTO SUPREMO Nº 497/2017-RRC
Sucre, 30 de junio de 2017
En relación al principio de seguridad jurídica, este Tribunal haciendo alusión a la
jurisprudencia constitucional a través del Auto Supremo 155/2016-RRC, de 7 de marzo,
refirió: “…la SCP 0616/2014 de 25 de marzo, señaló: ‘La SC 0511/2011-R de 25 de abril, que
respecto a la seguridad jurídica como principio expresó que cuando se alegue la vulneración
de la misma como derecho, no es posible conceder la tutela, dado que está instituida en la
Constitución Política del Estado, como principio rector de los actos de la jurisdicción judicial o
administrativa, al señalar: La SC 0788/2010-R de 2 de agosto estableció que: ´Sobre la
seguridad jurídica, invocada en su momento por la accionante, como «derecho
fundamental», cabe señalar que, si bien la Constitución Política del Estado abrogada, en el
catálogo de derechos fundamentales contenidos en su art. 7 inc. a), establecía que toda
persona tiene el derecho: «A la vida, la salud y la seguridad », a partir de lo cual, la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional estableció la consagración del «derecho a la
seguridad jurídica » como derecho fundamental, y en su mérito, ante la constatación de su
vulneración, en repetidas ocasiones otorgó la tutela del amparo. No obstante, al presente, y
en vigencia de la Constitución Política del Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, la
seguridad jurídica, no se encuentra consagrada como derecho fundamental, sino como un
principio que sustenta la potestad de impartir justicia emanada del pueblo (art. 178 de la
CPE); y por otro lado, como un principio articulador de la economía plural en el modelo
económico boliviano (art. 306.III de la CPE). Esta característica actual, es coincidente con lo
establecido por otra Constitución y Tribunal Constitucional, tal el caso de España que en su
Constitución en el art. 9.3, establece a la seguridad jurídica como principio, y en su
[514]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurisprudencia, a través de la STC 3/2002 de 14 de enero, ha señalado que: «la seguridad
jurídica es un principio general del ordenamiento jurídico y un mandato dirigido a los poderes
públicos que no configura, sin embargo, derecho fundamental alguno a favor de los
ciudadanos que pueda interesarse en el proceso constitucional de amparo” ”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contar con una Resolución debidamente fundamentada y motivada es un derecho
fundamental de la persona y forma parte del debido proceso…”.
[516]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
siguientes veinticuatro horas a su recepción debiendo señalar fecha de audiencia dentro de
los tres días siguientes, plazo que incluye las correspondientes notificaciones a las partes
procesales, y en caso de no observarse estas determinaciones, los encargados de impartir
justicia serán pasibles de sanciones disciplinarias de acuerdo a lo establecido en el art. 135
del CPP.”
Precedente: 0078/2010, 3 de mayo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
art. 239 del CPP, solicitó cesación a la detención preventiva adjuntando para el efecto,
documentos que en su oportunidad la propia autoridad jurisdiccional le exigió y que se
constituyen en nuevos elementos que deben ser analizados en audiencia; acto público en el
que se considerará justamente todos los documentos introducidos como prueba bajo los
principios de inmediación y contradicción, garantizando así la igualdad de las partes en la
referida audiencia; consiguientemente, la Jueza demandada constatando que el memorial de
cesación a la detención preventiva se funda, por una parte, en un contrato de trabajo a futuro
y por otra, en el certificado de antecedentes penales adjuntos al petitorio, sin excusa alguna
debió fijar audiencia para su realización dentro de los tres días conforme estableció la
jurisprudencia citada en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional; al haber actuado
contrariamente dilatando la pretensión jurídica del ahora accionante, efectivamente vulneró el
derecho a la libertad.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.4. En cuanto al plazo para el señalamiento de audiencia de consideración de cesación
de la detención preventiva, la SCP 00110/2012 de 27 de abril, modulando el entendimiento
asumido en el inciso b) del Fundamento Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo,
citado en el Fundamento Jurídico precedente, señaló que: “…ante la inexistencia de un plazo
específico determinado por ley para que el juez señale día y hora de audiencia para
considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer que el memorial
de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su
presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de
mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora
o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado
procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso
de incumplimiento” razonamiento del cual se infiere que bajo ninguna circunstancia, el juez
de la causa que conoce de una solicitud de cesación de la detención preventiva, podrá
abstraerse del señalamiento de fecha y hora de audiencia de consideración, dentro del plazo
de veinticuatro horas conforme ha dispuesto la jurisprudencia glosada, por tratarse de
providencias de mero trámite; de obrar en contrario, ocasionaría dilaciones procesales
innecesarias que afectan el debido proceso y que se hallan en directa vinculación con el
derecho a la libertad del peticionante, haciéndose pasible de sanciones disciplinarias, pues
resulta contradictorio al orden constitucional que el administrador de justicia haciendo
abstracción de los preceptos legales, consienta de manera injustificada en derecho el
aplazamiento o suspensión en la atención de estas solicitudes, toda vez que el sustento
fáctico de lo peticionado se halla precisamente en la concepción de la libertad como derecho,
valor y garantía constitucional; en consecuencia, el juzgador no puede actuar ignorando
estos…” extremos y exhibiendo un razonamiento subjetivo y por demás arbitrario.
PRECEDENTE:SC0078/2010-R
[518]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S.C.P. 0068/2015-S2 Sucre, 3 de febrero de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir, con el
aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es
ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus
derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad
que el soberano a través del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña
como juez constitucional en el control de la investigación”
La SCP 0185/2012 de 18 de mayo, señalo que: “En este orden, en cuanto a la presunta e
indebida privación de libertad, deberá tenerse en cuanta que la misma puede producirse, ya
por hechos y circunstancias eventualmente no vinculadas a la presunta comisión de un
delito. En consecuencia si no existe inicio de investigación y tampoco presunta comisión de
delito alguno, corresponderá a la justicia constitucional conocer directamente y resolver la
acción de libertad que acuse una presunta indebida privación de libertad ”.
En ese entendido se tiene que, cuando existan medios idóneos e inmediatos para impugnar
el supuesto acto o resolución ilegal que vulnera el derecho a la libertad, estos deben ser
activado antes de la interposición de una acción de libertad constitucional.
Por su parte, la SCP 0108/2014-S1 de 26 de noviembre, respecto a la subsidiariedad de la
acción de libertad refiriéndose a la SCP 1888/2013 de 29 de octubre, que moduló la referida
SCP 0185/2012, ha establecido que: “Conforme a las características esenciales de la acción
de libertad anotadas precedentemente, ésta se constituye en una garantía eficaz para la
tutela inmediata de los derechos que se encuentran dentro de su ámbito de protección; sin
embargo, es también evidente que, cuando en la vía ordinaria existen medios o mecanismos
de impugnación que de manera inmediata y eficaz puedan restituir el derecho a la libertad
física o personal o el derecho a la libertad de locomoción, los mismos deben ser utilizados
previamente antes de acudir a la vía constitucional a través de la acción de libertad.
…la SCP 0185/2012 de 18 de mayo, que sostuvo que la acción de libertad puede ser
presentada directamente en los supuestos en los que se restrinja el derecho a la libertad
física al margen de los casos y formas establecidas por ley y que dicha restricción no esté
vinculada a un delito o no se hubiere dado aviso de la investigación al juez cautelar. En ese
marco, la SCP 0482/2013 de 12 de abril, en el Fundamento Jurídico III.2.1., sostuvo que 'i)
Cuando no exista un hecho relacionado a un delito ni aviso de inicio de la investigación al
Juez cautelar, corresponde activar de forma directa la acción de libertad; y, ii) El Juez de
Instrucción de turno, no tiene competencia al no conocer ni el inicio de la investigación y al no
tratarse de la comisión de un presunto delito'.
La misma Sentencia (SCP 0482/2013) efectuando una integración jurisprudencial sobre las
subreglas para la aplicación de la subsidiariedad excepcional de la acción de libertad,
estableció en el Fundamento Jurídico III.2.2: 2. Cuando el fiscal da aviso del inicio de la
investigación al Juez cautelar y ante la denuncia de una supuesta ilegal aprehensión,
arresto u otra forma de restricción de la libertad personal o física por parte de un
Fiscal o de la Policía, el accionante, previo a acudir a la jurisdicción constitucional
debe en principio, denunciar todos los actos restrictivos de su libertad personal o
física ante la autoridad que ejerce el control jurisdiccional”.
Consiguientemente, cuando el representante del Ministerio Público da aviso del inicio de la
investigación al Juez cautelar, corresponde al imputado acudir ante esta autoridad,
reclamando cualquier acto ilegal que vulnere sus derechos fundamentales, antes de activar
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la jurisdicción constitucional; pues, el juez cautelar se constituye en contralor de derechos y
garantías en las fases que hacen la etapa preparatoria.
SI EL FISCAL NO CONCURRE A LA DECLARACIÓN INFORMATIVA, NO PUEDE EMITIR
ORDEN DE APREHENSIÓN CONTRA EL DENUNCIADO
S.C.P. 0342/2014 Sucre, 21 de febrero de 2014
RATIO DECIDENDI Y PREDENTE IMPLICITO
F.J.III.4. “A través de la presente acción constitucional, se denuncia que dentro del proceso
investigativo iniciado contra el accionante por la presunta comisión de los delitos de estafa y
estelionato, el Fiscal de Materia asignado al caso, lo citó para que preste su declaración
informativa, la que no se llevó a cabo en razón a que la autoridad fiscal no se encontraba en
su despacho a la hora señalada para el efecto y no obstante de ello, por un incorrecto
informe de sus funcionarios en sentido que el nombrado no concurrió al actuado señalado ni
justificó su inconcurrencia, el mismo día libró mandamiento de aprehensión que se ejecutó en
horas de la tarde, recibiéndole su declaración informativa en forma posterior, para luego
imputarlo formalmente y remitirlo ante la autoridad jurisdiccional excediendo el plazo previsto
por ley. Es así que en la audiencia de medidas cautelares denunció la ilegalidad de su
aprehensión, sin que hubiere merecido pronunciamiento alguno por parte del Juez cautelar
quien únicamente resolvió su situación procesal, disponiendo su detención preventiva como
medida cautelar de carácter personal.
‘…el Fiscal demandado que de forma coincidente, informó en sentido que en esa fecha
y hora no se encontraba en su despacho; empero, al retornar a horas 11:30, recibió el
informe del Investigador asignado al caso en sentido que el accionante no se presentó en
esas dependencias, motivando que disponga emita el mandamiento de aprehensión en su
contra, siendo ejecutado la fecha indicada, para posteriormente imputarlo formalmente ante
la autoridad jurisdiccional el 25 del mismo mes y año a horas 19:20, como reza el sello de
recepción por parte de la Carceleta del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro cursante
a fs. 20. Es así, que si bien el Fiscal demandado tiene facultades para librar mandamiento de
aprehensión cuando la persona citada no se presenta el día y horas señalados, habiendo
sido notificada legalmente, no es menos cierto que en el caso de autos, como lo ha señalado,
no se encontraba presente en su despacho para la recepción de la declaración informativa
del accionante; de lo que se infiere ser evidente lo afirmado en la acción de libertad que el
nombrado se constituyó en dependencias del Ministerio Público en cumplimiento de la
citación efectuada, habiéndose retirado al indicarle los funcionarios de esa entidad que ante
la ausencia del Fiscal quedaba suspendida la audiencia para su declaración; circunstancia
que no fue tomada en cuenta por el Fiscal quien al no estar presente a la hora por él fijada
para dicho actuado y haber retornado una hora y media después; en vez de pedir informe a
sus subalternos sobre la concurrencia o no del citado, debió ordenar se emita otra citación de
acuerdo a la disponibilidad de su tiempo para la recepción de la declaración informativa del
denunciado, en consideración a que la persona que es convocada a la Fiscalía tampoco
puede esperar por tiempo indefinido su presencia para la realización del actuado señalado; a
lo que se suma que no obstante estar consciente de su ausencia emitió una orden restrictiva
de libertad de quien no tuvo la evidencia de su inconcurrencia, por lo cual al haber actuado
[520]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de esta manera ha vulnerado el derecho a la libertad del accionante, lo que no queda
desvirtuado al haber presentado posteriormente la imputación formal y remitirlo al Juez
cautelar de acuerdo a procedimiento, circunstancia que determina se conceda la tutela
solicitada.
Precedente.- SC 0072/2010-R, de 3 de mayo
[521]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contravenciones y otras manifestaciones antisociales; d) Cumplir y hacer cumplir las leyes,
reglamentos y demás disposiciones relacionadas con sus funciones, de la Policía Rural, Fronteriza
(…) y otras especialidades; (…) v) Tomar las precauciones y medidas necesarias para la eficiente
labor policial, cumpliendo otras funciones que no estuviesen previstas en las precedentes’.
En ese sentido, la SC 1250/2010-R de 13 de septiembre, refiriéndose a la facultad de las Unidades
Policiales, para imponer sanciones por conductas que no están tipificadas como delitos y que
constituyen faltas o contravenciones policiales, señaló que: ‘…existen faltas y contravenciones
policiales, que sin ingresar al ámbito penal, son sancionadas con medidas punitivas a cargo de las
Unidades Policiales, cuya misión es coadyuvar en el mantenimiento del orden público, con facultades
de conocer, tramitar, resolver y sancionar las contravenciones policiales que afecten a la seguridad,
tranquilidad y moral de los habitantes, según establece el art. 5 del Reglamento que rige el accionar
de dichas dependencias policiales’.
Igualmente, la SC 0136/2011-R de 21 de febrero, refiriéndose a las facultades de la Policía Boliviana
a objeto de disponer el arresto por faltas y contravenciones, concluyó que: ‘1. Pese a las
irregularidades en el origen de las normas que facultan a las autoridades policiales a imponer
sanciones, el Tribunal Constitucional ha reconocido a la Policía su facultad para imponer sanciones
de arresto, dentro de los marcos establecidos por la Constitución y las leyes.
2. Esta facultad sólo es compatible con el orden constitucional cuando obedece a la propia finalidad
de la Policía, cual es la conservación del orden público. De ahí que se encuentra condicionada a que
exista orden escrita, que se trate de supuestos de flagrancia y que además sea evidente la alteración
del orden público, o que la medida sea adoptada a fin de prevenir mayores consecuencias.
3. En cuanto al plazo para el arresto, la jurisprudencia, en la generalidad de los casos, ha establecido
que éste no debe sobrepasar las ocho horas, por considerarlo un plazo razonable en atención a los
fines que persigue la sanción -conservar el orden público, evitar su alteración y la agravación de la
perturbación’.
Por otra parte, la SCP 0045/2014 de 3 de enero, con relación al arresto policial, estableció que: ‘…
las autoridades policiales y de tránsito, no tiene potestad constitucional para determinar la sanción de
detención o privación de libertad de una persona…’; sin embargo, la referida Sentencia no consideró
que los derechos no son absolutos, y que el deber de preservar el orden público impuesto por el art.
251.I de la CPE, le otorga a la Policía Boliviana, los suficientes poderes para alcanzar dicho
propósito.
En efecto, el derecho a la libertad de un ciudadano que genera desorden público no es absoluto, en la
medida en la que puede limitarse su libertad para proteger los derechos del resto de ciudadanos; en
este sentido, el orden público es una condición necesaria para que los ciudadanos puedan ejercer sus
derechos, de ahí que en la SCP 0045/2014, no se efectuó una interpretación sistemática de la
Constitución, aspecto que corresponde ser corregido.
Por otra parte, la facultad de la policía para imponer sanciones de arresto -siempre y cuando se
hagan bajo los parámetros establecidos en la Constitución y las leyes y que cumplan con la finalidad
para la que fue creada dicha institución, como es la de conservar el orden público- es admisible
constitucionalmente ante infracciones de conductores, riñas y peleas callejeras, entre otros, pues
esta medida está implícita y es inherente a dicha finalidad, siempre y cuando sea proporcional y no
exista otra forma de preservar el orden público; así por ejemplo, en ciertos casos una medida
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sancionatoria de carácter pecuniario, no podrá disuadir los actos de una persona ebria, aspecto que
debe evaluarse en cada caso en concreto.
Asimismo, en materia de tránsito y materia contravencional, existe una normativa que faculta a los
efectivos policiales a efectuar arrestos, la misma no fue declarada inconstitucional y tampoco fue
desarrollada o mencionada siquiera por la SCP 0045/2014; consiguientemente, se la entiende vigente,
lo cual no impide exhortar a la Asamblea Legislativa Plurinacional para que elabore una ley que
regule materia contravencional conforme lo dispone el art. 109 de la CPE.
Por lo expresado anteriormente, se observa la necesidad de dejar sin efecto el entendimiento
contenido en la SCP 0045/2014, y reconducirlo a la SC 0136/2011-R, restituyendo el procedimiento
aplicable al arresto policial, el cual se hace efectivo para la protección del bien jurídico contra las
acciones y conductas que atentan a la convivencia social, con la finalidad de hacer posible que los
habitantes y la sociedad se desarrollen a plenitud, en un clima de paz y tranquilidad; por lo que, la
Policía Boliviana como fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y de
conservar el orden público, en cumplimiento de las leyes en todo el territorio nacional, ejerciendo la
función policial de manera integral, de conformidad a la Constitución Política del Estado, su Ley
Orgánica y las leyes del Estado Plurinacional.
Finalmente, cabe precisar al respecto, que el arresto es un hecho que no se encuentra vinculado o
sometido a ninguna investigación o proceso penal, por lo que no existe ninguna autoridad que
ejerza el control de la investigación, por cuanto no es posible acudir ante el juez cautelar a objeto de
denunciar un acto ilegal, ello explica que en este caso, no existe un medio idóneo previamente a
acudir a la jurisdicción constitucional, cuyo acto lesivo denunciado permite ingresar al análisis de
fondo de la problemática planteada”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
reforzada, en ese sentido el Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de sus sentencias
obtuvieron un razonamiento por el que cuando se observaba que el derecho propiedad se encontraba
limitado por actitudes de hecho merecía inclusive se abstenga del principio de subsidiariedad y así
otorgar inmediata protección. De ahí que la SC 0832/2005 de 25 de julio, indicó que medidas de
hecho son aquellos: ‘…actos ilegales arbitrarios que desconocen y prescinden de las instancias
legales y procedimientos que el ordenamiento jurídico brinda, realizando justicia directa, con abuso
del poder que detentan frente al agraviado, actos que resultan ilegítimos por no tener respaldo legal
alguno y que por el daño ocasionado y la gravedad de los mismos, merecen la tutela inmediata que
brinda el amparo por vulnerar derechos fundamentales…’; y en cuanto a los fundamentos de la
prescindencia de la subsidiariedad agregó que: ‘La idea que inspira la protección no es otra que el
control al abuso del poder y el de velar por la observancia de la prohibición de hacerse justicia por
mano propia, control que se extiende tanto a las autoridades públicas como a los particulares que lo
ejercen de manera arbitraria por diferentes razones y en determinadas circunstancias…’.
En ese sentido a fin de justificar la excepcionalidad de la no aplicación del principio de
subsidiariedad, se dijo que:
«…El fundamento constitucional sobre la protección excepcional que otorga esta jurisdicción al
derecho a la propiedad privada a través del recurso de amparo constitucional ahora acción de
amparo constitucional, prescindiendo de su carácter subsidiario cuando se evidencian medidas de
hecho adoptadas por particulares o autoridades públicas, se sustenta en el hecho de que en un
Estado de Derecho no es legal ni válido que una autoridad pública o un particular, invocando
supuesto ejercicio «legítimo» de sus derechos subjetivos, se arrogue facultades y adopte medidas de
hecho para poner término a sus diferencias o solucionar sus conflictos con otros, desconociendo
que existen los mecanismos legales y las autoridades competentes para el efecto. Con dicho
fundamento el Tribunal Constitucional estableció que: cuando ‘…se denuncian acciones que implican
una reivindicación de las prerrogativas de las personas por sí mismas, vale decir, al margen de las
acciones y mecanismos establecidos por la Constitución Política del Estado y las leyes, de forma
parecida a una justicia por mano propia; tales actos son acciones o vías de hecho, porque no
encuentran respaldo legal en norma alguna, vale decir no tienen apoyo legal; pues el sólo hecho de
pertenecer a un colectivo humano organizado en un Estado, supone la proscripción de toda forma de
venganza o justicia por mano propia, ya que la institucionalidad estatal se basa en la pacífica
convivencia de las personas, quienes, para lograr ese objetivo, desisten de materializar sus derechos
por sí mismos, para encargar la dilucidación de sus controversias a las autoridades instituidas por el
Estado'» (SSCC 0374/2007-R de 10 de mayo, 0208/2010-R 24 de mayo de 2010 por mencionar
algunas).
En los casos específicos de medidas de hecho vinculadas al avasallamiento mediante las SSCC
0944/2002-R, 0152/2001-R, 0489/2001-R, 1372/2001-R, 0217/2003-R, 1672/2005-R, 0723/2005-R,
0049/2007-R y 0342/2007-R entre otras, se manifestó: ‘…que deben concurrir dos supuestos: 1) El
derecho a la propiedad debidamente demostrado y no cuestionado; y, 2) La evidencia, tampoco
controvertida, de que los demandados no estaban en posesión del bien inmueble sino que con acciones
violentas (de hecho) ocuparon la propiedad privada de los accionantes, esto es, que el accionante
debe acreditar plenamente su derecho de propiedad sobre el inmueble, cuya titularidad no esté
cuestionada ni se encuentre en litigio; y que las personas a quienes se acusa de haber lesionado el
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derecho a la propiedad privada no tengan constituido legalmente el derecho posesorio, sino que a
través de actos de hecho tomen posesión de la propiedad, despojando a sus verdaderos dueños’.
Posteriormente este Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de la SCP 0148/2010-R de 17 de
mayo, refirió a los requisitos para considerar una situación como medida de hecho y para que de
esta manera se proceda a hacer abstracción de las exigencias procesales así entonces se señaló que:
«1) Debe existir una debida fundamentación y acreditación objetiva de que efectivamente se está
frente a una medida de hecho o justicia a mano propia, donde el agraviado o accionante se
encuentre ante una situación de desprotección o desventaja frente al demandado, o agresor, sea
autoridad, funcionario o particular o grupo de personas, por la desproporcionalidad de los medios o
acción; la presentación de la acción de amparo constitucional debe ser de manera oportuna e
inmediata, haciendo abstracción de la subsidiariedad. De lo contrario no justificaría la premura ni
gravedad y deberá agotar las instancias jurisdiccionales o administrativas pertinentes según sea el
caso, y agotadas las mismas, acudir a la jurisdicción constitucional.
2) Necesariamente se debe estar ante un inminente daño irreversible o irreparable, ya sea
agravando la lesión ya consumada, o que ello provoque la amenaza de restricción o supresión a
otros derechos fundamentales. Situaciones que deben ser fundamentadas y acreditadas.
3) El o los derechos cuya tutela se pide, deben estar acreditados en su titularidad; es decir, no se
puede invocar derechos controvertidos o que estén en disputa, atendiendo claro está, a la naturaleza
de los mismos.
4) En los casos en que a través de medios objetivos se ponga en evidencia que existió consentimiento
de los actos denunciados y acusados como medidas de hecho, no corresponde ingresar al análisis de
la problemática, por cuanto esta acción de defensa no puede estar a merced del cambio o volatilidad
de los intereses del accionante. Sin embargo, cuando el agraviado o accionante señale que existen
actos de aparente aceptación, pero que son producto de la presión o violencia que vició su voluntad,
ésta situación debe ser fundamentada y acreditada de manera objetiva, en ese caso, será considerada
una prueba de la presión o medida de hecho, inclusive».
Aclarando estos requisitos y en resguardo de los derechos fundamentales a través de la acción de
amparo constitucional frente a estas vías de hecho, la SCP 0998/2012 de 5 de septiembre, estableció
que esta acción de tutela tiene dos finalidades esenciales: ‘a) Evitar abusos contrarios al orden
constitucional vigente; y, b) Evitar el ejercicio de la justicia por mano propia; en ese orden, a partir
de estas dos finalidades y dentro del alcance de los presupuestos de activación de la acción de amparo
constitucional como mecanismo idóneo para la eficacia tanto vertical como horizontal de derechos
fundamentales, las vías de hecho se definen como el acto o los actos cometidos por particulares o
funcionarios públicos, contrarios a los postulados del Estado Constitucional de Derecho por su
realización al margen y en prescindencia absoluta de los mecanismos institucionales vigentes para
una administración de justicia, afectando así derechos fundamentales reconocidos por el bloque de
constitucionalidad, por lo que al ser actos ilegales graves que atentan contra los pilares propios del
Estado Constitucional de Derecho, de acuerdo al mandato inserto en el art. 25 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, la acción de amparo constitucional, es un medio idóneo para la
tutela eficaz, pronta y oportuna de los derechos fundamentales lesionados como consecuencias de vías
de hecho’.
Asimismo, la referida SCP 0998/2012, delimitó los presupuestos de activación de la acción de amparo
constitucional frente a vías de hecho, así entonces se señaló que: «…al ser las vías de hecho actos
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ilegales graves que necesitan una tutela pronta y oportuna, con la finalidad de brindar una tutela
constitucional efectiva, es necesario precisar tres aspectos esenciales para la activación del control
tutelar de constitucionalidad: 1) La flexibilización del principio de subsidiaridad; 2) La carga
probatoria a ser cumplida por la parte peticionante de tutela; y, 3) Los presupuestos de la
legitimación pasiva, su flexibilización excepcional y la flexibilización del principio de preclusión para
personas que no fueron expresamente demandadas; supuestos que serán desarrollados de manera
específica infra».
Todas estas sentencias guardan coherencia y armonía en cuanto a los derechos a tutelarse así como la
obligación de respetar el estado de derecho, por el cual todos los ciudadanos inclusive los
gobernantes se encuentran sometidos a las leyes en igualdad de condiciones, así como a garantizar los
derechos, principios y valores establecidos en la Constitución Política del Estado y las leyes, por tal
motivo, y en definitiva lo que se pretendió a través de esta jurisprudencia fue proscribir toda forma de
avasallamiento a la propiedad privada sea esta privada, estatal, urbana, rural, individual o colectiva,
por los derechos fundamentales involucrados con el acto ilegal de avasallamiento”
SOBRE EL CONTROL JURISDICCIONAL DE LA INVESTIGACIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1203/2017-S1
Sucre, 24 de octubre de 2017
La SCP 1352/2013 de 25 de agosto, al respecto señaló que: “…la presente garantía jurisdiccional
mantiene las características de sumariedad, inmediatez de la protección, informalismo, generalidad e
inmediación, que la diferencian de otras acciones de defensa; la justicia constitucional tomando en
cuenta instrumentos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclama
en el art. 8, que: ‘Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
constitución o por la ley’, el art. 7.6 de la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de
San José de Costa Rica, dentro del capítulo correspondiente a los derechos civiles y políticos, y
reconociendo como un derecho a la libertad personal, prevé que: ‘Toda persona privada de libertad
tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre
la legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales.
En los Estados partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser privada de
su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la
legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán
interponerse por sí o por otra persona’; ha establecido al respecto la jurisprudencia constitucional
que: ‘…lo que persiguen los pactos internacionales sobre derechos humanos, es garantizar la
existencia de un recurso sumario, pronto y eficaz, al que pueda acudir toda persona, para que ésta sin
demora, decida sobre la lesión a la libertad alegada…’ (SC 0160/2005-R de 23 de febrero), que no
necesariamente tendrá que ser la acción de libertad como lo fue el ‘habeas corpus’ anteriormente,
pues como se desarrolló líneas arriba, el juez o tribunal que conozca la causa es el competente para
definir sobre la restricción o amenaza a los derechos que protege esta acción.
En nuestro ordenamiento jurídico interno, la Ley Adjetiva Penal, establece en el art. 279, que: ‘La
Fiscalía y la Policía Nacional actuarán siempre bajo control jurisdiccional. Los fiscales no podrán
realizar actos jurisdiccionales ni los jueces actos de investigación que comprometan su
imparcialidad’, lo que implica la delimitación de funciones tanto del órgano jurisdiccional como de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
investigación con la finalidad de evitar la intromisión o usurpación de funciones. De ahí que los
Jueces de Instrucción en lo Penal son competentes para ejercer el control jurisdiccional de la
investigación, así lo determina el art. 54 inc. 1) del mismo cuerpo legal, siendo los responsables que
la investigación se desarrolle en el marco del respeto a las reglas procesales establecidas en el
Código de Procedimiento Penal, resguardando los derechos fundamentales y garantías
constitucionales de las partes intervinientes. En el mismo sentido, el art. 74 núm. 2) de la LOJ,
establece que las Juezas y Jueces de Instrucción en lo Penal tendrán competencia para ejercer el
control de la investigación, conforme a las facultades y deberes previstos en la ley”
SOBRE EL DEBIDO PROCESO VINCULADO AL PROCEDIMIENTO ABREVIADO
AUTO SUPREMO Nº 619/2017-RRC
Sucre, 23 de agosto de 2017
Delito: Homicidio y otro
En el ordenamiento jurídico nacional, el debido proceso se encuentra reconocido en la
Constitución Política del Estado en una triple dimensión tanto como derecho, garantía y
principio. El debido proceso como derecho se encuentra establecido en el art. 115.II de la
CPE, señalando que: “El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una
justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”; por otro lado como
garantía, dispone el art. 117.I de la referida Ley fundamental, en sentido que “Ninguna
persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido
proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya sido impuesta por autoridad judicial
competente en sentencia ejecutoriada”; finalmente conocida como un principio procesal en el
art. 180.I de la CPE, estableciendo que: “La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los
principios procesales de gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad,
honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido
proceso e igualdad de las partes ante el juez”.
Sobre esta temática, el profesor Durán expresó que el debido proceso es el derecho que tiene
todo encausado a ser oído y juzgado con las debidas garantías, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, instituido con anterioridad al hecho y dentro de los
márgenes de tiempo establecidos por ley. (Durán Ribera, Willman Ruperto. Principios,
derechos y garantías constitucionales. Editorial el País. Año 2005. Pág. 134)
Asimismo, el debido proceso es entendido como: “ el derecho a la justicia lograda en un
procedimiento que supere las grietas que otrora lo postergaron a una simple cobertura del
derecho de defensa en juicio. No estaremos hablando más de reglas, sino de principios ”.
(Gozaíni, Osvaldo Alfredo. El debido proceso en la actualidad Revista Iberoamericana de
Derecho Procesal Constitucional. Año 2004 Nº 2. Pág. 67). En este contexto, el debido
proceso se proyecta en bloque en todo el ámbito procesal penal, al resultar una garantía
expansiva y polivalente, pues se encuentra presente en todas las etapas del proceso penal,
desde la investigación inicial ante la comisión de un hecho ilícito hasta la propia ejecutoria de
la Sentencia.
Precisamente una de la formas de finalizar un conflicto penal es conocida como el
procedimiento abreviado, que como la doctrina ha expuesto a diferencia de otras salidas
alternativas, no extingue ni suspende el ejercicio de la acción penal, sino la abrevia y provoca
la solución inmediata a la litis; ahora bien, su objetivo tiene que ver con políticas de
administración de justicia que permitan el máximo aprovechamiento de los recursos, el
descongestionamiento y la oxigenación del sistema penal, la concentración del Estado en la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
persecución de los ilícitos penales más graves; y, la permisión de acuerdos que generen una
solución rápida y eficiente del conflicto.
En Bolivia, el procedimiento abreviado fue incorporado al sistema procesal penal con el
vigente Código de Procedimiento Penal (Ley 1970 de 25 de marzo 1999), “ Cuya aplicación
sólo puede ser solicitada por los acusadores, constituye una simplificación de los trámites
procesales, ya que se elimina el debate oral, público y contradictorio, quedando el juez
plenamente facultado para dictar la sentencia sobre la base de la admisión de los delitos por
parte del propio imputado”. (Comisión Redactora, exposición de motivos del Código de
Procedimiento Penal. http://www.procedimientopenal.com.bo/).
En estas condiciones, el procedimiento abreviado coadyuva en el descongestionamiento y
oxigenación del sistema penal; asimismo, es una opción legal “… que tiene el MP para evitar
el juicio oral por motivos de utilidad social o por razones político criminales ”,
fundamentándose en los principios de objetividad y probidad que deben presidir las
actuaciones y decisiones del Ministerio Público establecidos en el art. 72 del CPP. (Herrera
Añez, William. El proceso penal boliviano. Editorial Kipus. Año 2007. Pág. 372).
Para que se sea efectiva la aplicación del procedimiento abreviado o alegación pre acordada,
deben concurrir los presupuestos exigidos por el art. 373 del CPP y la comprobación de la
veracidad de los hechos que dieron origen a la investigación y emisión del requerimiento
conclusivo, cuya resolución en definitiva dependerá del juez de instrucción que conoce la
causa y en audiencia pública.
Por lo señalado, el debido proceso se encuentra en cada uno de los actos procesales de la
tramitación del procedimiento abreviado, cuyo requerimiento podrá ser formulado por el
representante del Ministerio Público en dos momentos procesales: a) Al finalizar la
investigación preliminar conforme el art. 301 inc. 4) del CPP; b) A la conclusión de la etapa
preparatoria de acuerdo al art. 323 inc. 2) del citado Código; sin perjuicio, de que las partes
puedan proponer su aplicación, en ejercicio de la facultad que el art. 326 inc. 7) del CPP,
reconoce a las partes; y, de su aplicación durante la audiencia de juicio hasta antes de
dictada la Sentencia, conforme las modificaciones introducidas por la Ley 586 de
“Descongestionamiento y efectivización del sistema procesal penal”.
Respecto al trámite, el art. 374 de la norma adjetiva penal señala que: “En audiencia oral el
juez escuchará al fiscal, al imputado, a la víctima o al querellante, previa comprobación
de: 1) La existencia del hecho y la participación del imputado; 2) Que el imputado
voluntariamente renuncia al juicio oral ordinario; y, 3) Que el reconocimiento de culpabilidad
fue libre y voluntario”; esto significa que, una vez presentado el requerimiento conclusivo de
procedimiento abreviado, el juez de la causa señalará día y hora para el verificativo de la
audiencia, determinación que deberá ser puesta en conocimiento de las partes que
intervendrán en dicha actuación, donde serán escuchadas con finalidades distintas: En el
caso del representante del Ministerio Público, para fundamentar oralmente su requerimiento
conclusivo, al imputado para la admisión verosímil de su participación en el hecho atribuido y
la constatación de que la renuncia al juicio oral ordinario fue voluntaria; y, a la víctima para
que pueda en su caso oponerse a la aplicación del procedimiento abreviado.
De manera particular, la víctima o el querellante, conforme el tercer párrafo del art. 373 del
CPP, podrá plantear su oposición fundada a la aplicación del procedimiento abreviado,
derecho que debe ser respetado y garantizado durante la tramitación del referido mecanismo
de descongestionamiento procesal, pues la víctima o querellante puede ejercerlo por todos
los medios legales previstos, una vez tenga conocimiento de la pretensión del imputado a la
aplicación de la salida alternativa y del contenido del requerimiento conclusivo formulado por
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
parte del Fiscal; además, del derecho de participar en la audiencia a ser señalada por el Juez
cautelar para el trámite y resolución de procedimiento abreviado. De modo que establecer
limitaciones a este derecho de oposición, significaría vulnerar el derecho que tiene la víctima
de oponerse a tal pretensión; entendido como la posibilidad a expresar su disconformidad
con una petición, la que puede ser aceptada o no por el juzgador.
Debe agregarse que la oposición de la víctima podrá fundarse en el hecho de que el acuerdo
suscrito entre la representación del Ministerio Público, el imputado y su defensor, no observe
el principio de legalidad, por la falta de consideración de circunstancias fácticas que incidan
en la calificación jurídica de la conducta del imputado, establecida incluso en una eventual
acusación particular o en la solicitud de imposición de una pena que no se encuadre a los
límites establecidos por la norma sustantiva, considerando que la normativa expresamente
establece en el art. 374 del CPP, que la condena no podrá superar la pena requerida por el
fiscal; pero también cuando considere la víctima que la realización del juicio oral permita un
mejor conocimiento de los hechos, habida cuenta que los dos supuestos previstos en el art.
373.II del CPP, no resultan excluyentes.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
a través del procedimiento satisfaga el fin para el cual fue concebido. Esto último no significa que
siempre deba ser acogido sino que se debe garantizar su capacidad para producir el resultado para el
que fue concebido…”[4]
SOBRE EL MANDAMIENTO DE APREHENSIÓN PARA LA COMPARECENCIA EN LA
AUDIENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0814/2017-S2
Sucre, 14 de agosto de 2017
La SCP 1004/2013-L de 28 de agosto, citando diferentes entendimientos jurisprudenciales refirió que:
“La SCP 2544/2012 de 21 de diciembre al respecto señala: ‘…se debe señalar que el art. 224 del
CPP, prescribe en el Título II bajo el rótulo de medidas cautelares de carácter personal que: «Si el
imputado citado no se presentara en el término que se le fije, ni justificara un impedimento legítimo, la
autoridad competente librará mandamiento de aprehensión»; normativa que guarda correspondencia
con el art. 129.2 del mismo cuerpo legal, donde entre las clases de mandamientos que se pueden
expedir, está el de aprehensión, en caso de desobediencia o resistencia a órdenes judiciales; asimismo,
tiene relación con el art. 88 de la misma norma adjetiva penal que puntualiza que: «El imputado o
cualquiera a su nombre podrá justificar ante el juez o tribunal su impedimento; caso en el que se
concederá al impedido un plazo prudencial para que comparezca». Consecuentemente haciendo una
interpretación sistematizada, la SC 1768/2004-R de 11 de noviembre, señaló que: «…que todo
imputado o procesado tiene el deber inexcusable de presentarse ante la autoridad que dirija una
investigación penal, la que ejerza el control jurisdiccional de la misma o que tenga la competencia de
juzgar, cuando éstas lo citen o lo emplacen ante su autoridad, salvo un impedimento debidamente
justificado, pues de no ser así la autoridad está facultada para emitir mandamiento de aprehensión a
fin de que el desobediente a la resolución judicial sea presentado para realizar el acto para el que fue
inicialmente citado»'.
En el mismo sentido, razonó e interpretó la SC 2428/2010-R de 19 de noviembre.
Consiguientemente, se llega a la siguiente conclusión bajo el análisis de la jurisprudencia de carácter
vinculante en situaciones fácticas similares:
a) La notificación con la resolución que señala audiencia de medidas cautelares debe ser de
manera personal y en su defecto, el juez debe verificar objetivamente que el imputado tenga efectivo
conocimiento material de la misma, garantizando así una defensa amplia e irrestricta en la audiencia
de medida cautelar que refleje un debido proceso.
b) En caso de desobediencia a una citación emitida por el Juez cautelar, dicha autoridad tiene la
facultad de emitir el mandamiento de aprehensión conforme establece el art. 224 concordante con el
art. 129 inc. 2) del CPP.
c) Al encontrarse de por medio el derecho a la libertad, el imputado puede justificar su
incomparecencia ante la autoridad, acreditando con elementos o documentación para dicho efecto”.
Ahora bien, por ser de relevancia para el caso concreto, es preciso referirnos también a la
jurisprudencia constitucional respecto a la justificación de inasistencia a la audiencia de consideración
de medidas cautelares por impedimento del abogado defensor, siendo que sobre este punto la SCP
0772/2013 de 10 de junio, manifestó que: “El art. 224 del Código de Procedimiento Penal (CPP),
dispone que: `Si el imputado citado no se presentara en el término que se le fije, ni justificara un
impedimento legítimo, la autoridad competente librará mandamiento de aprehensión´. Norma
concordante con lo dispuesto en los arts. 88 y 129 inc. 2) del CPP, pues, como señala la SC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
1768/2004-R de 11 de noviembre, de la interpretación sistematizada de las disposiciones citadas se
concluye «…que todo imputado o procesado tiene el deber inexcusable de presentarse ante la
autoridad que dirija una investigación penal, la que ejerza el control jurisdiccional de la misma o que
tenga la competencia de juzgar, cuando éstas lo citen o lo emplacen ante su autoridad, salvo un
impedimento debidamente justificado, pues de no ser así la autoridad está facultada para emitir
mandamiento de aprehensión a fin de que el desobediente a la resolución judicial sea presentado para
realizar el acto para el que fue inicialmente citado».
De la jurisprudencia glosada y de las normas procesales penales se tiene que el imputado tiene la
obligación de comparecer ante el llamado del Juez, y que ante la incomparecencia la autoridad
judicial tiene la facultad de emitir el respectivo mandamiento de aprehensión, a menos que éste
justifique su inasistencia”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En el marco de las normas legales citadas, es posible concluir que en definitiva la solicitud de
extinción de la acción penal por el transcurso del tiempo, no encuentra límite en el juicio oral hasta
antes de pronunciarse resolución, tal como comprendió la SC 1529/2011-R, al contrario, el art. 133
del CPP, se refiere a todo el proceso penal, por lo tanto, no es posible excluir la etapa de apelación o
casación de su activación, habida cuenta que el proceso penal se origina desde el momento procesal
fijado por el art. 5 del CPP y concluye o fenece, cuando la sentencia adquiere ejecutoria; lo que
implica, que tanto en etapa de apelación o casación, es perfectamente posible su presentación, pues
el juzgamiento en un plazo razonable es un derecho fundamental de toda persona sometida a un
proceso, derecho reconocido no solamente por nuestra legislación, sino también, como se demostró,
en instrumentos internacionales; y el mismo se entiende que deberá ser resguardado desde el primer
momento procesal y deberá ser ejercido hasta el agotamiento del mismo.
Dicho de otro modo, la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso es un beneficio
otorgado a las partes que puede declararse durante la tramitación de todo el proceso penal, desde el
momento que marca su inicio, como es la sindicación en sede policial o administrativa hasta que la
sentencia adquiera ejecutoria; es decir, una vez agotadas las vías idóneas de impugnación; puede
darse de oficio o a petición de parte; cuando la dilación del proceso más allá del plazo máximo
establecido por la normativa legal y por la jurisprudencia constitucional desarrollada al efecto. En
ese orden, al tratarse de una excepción de previo y especial pronunciamiento, corresponde de inicio
paralizar el proceso en caso de encontrarse en etapa de apelación o casación, comunicando de
inmediato a la instancia donde se encuentre tramitándose, ya sea en apelación o casación,
requiriendo la remisión de antecedentes, para efectivizar su resolución dentro de los plazos máximos
establecidos por el art. 315 del CPP, lo que, como se señaló, no resulta prescindible porque, en la
medida de lo posible, es posible resolverla incluso antes de dicho vencimiento; y solamente agotados
los medios de impugnación incidentales, en caso de su activación, recién corresponderá devolver
obrados a la instancia superior, para que concluya con el medio de oposición activado. Criterio que
constituye una reconducción de la línea jurisprudencial trazada en la SC 1529/2011-R, retomando el
entendimiento comprendido en la SC 1716/2010-R”.
Entendimiento que fue asumido y reiterado por la SCP 1061/2015-S2 de 26 de octubre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía
social y respeto a los derechos” (resaltado añadido).
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional Plurinacional, mencionó en relación al
derecho a la libertad y el principio de celeridad, en la SCP 0248/2012 de 29 de mayo,
que: “Toda autoridad que conozca una solicitud en la que se encuentra involucrado el
derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o
cuando menos dentro de los plazos razonables, evitando de ésta manera dilaciones
innecesarias que en definitiva lesionan el derecho fundamental de la libertad” (la
negrilla es nuestra).
De igual forma, la SCP 0071/2012 de 12 de abril, dispusó que: “…la administración
de justicia debe ser rápida y eficaz tanto en la tramitación como en la resolución de las
causas, ya que las personas que intervienen en el proceso esperan una definición oportuna
de su situación jurídica, máxime si está comprometido un derecho fundamental de
primer orden como es el de la libertad.
La jurisprudencia constitucional al referirse al principio de celeridad y con relación a los
administradores de justicia, estableció que este principio: '…impone a quien administra
justicia el deber jurídico de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin
dilaciones indebidas; exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos
vinculados a la libertad personal, toda vez que tales peticiones deben ser atendidas de
forma inmediata si no existe una norma que establezca un plazo, y si existiera, el plazo
deberá ser cumplido estrictamente…”’ (el resaltado nos pertenece).
Con la Ley 586 de 30 de octubre de 2014 de Descongestionamiento y Efectivizarían
del sistema Procesal Penal en su art. 8 que modifica el art. 239 del CPP, refiriéndose al
plazo para el señalamiento de la audiencia de cesación a la detención preventiva, indicó que:
“la detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o
tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más
grave que se juzga;
3.
4. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de
corrupción, seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño,
adolescente, e infanticidio; y,
5. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad
terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar
audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días” (las negrillas nos
corresponden).
Consecuentemente, según la línea jurisprudencial y la norma citada, toda autoridad en
conocimiento de una petición de cesación a la detención preventiva, cuando este fundada en
los numerales 1 y 4 del art. 239 del CPP, que fue modificado por el art. 8 de la Ley 586; es
decir, en nuevos elementos que demuestran que no concurre los motivos que la fundaron o
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
torne conveniente que sea sustituida por otra medida y cuando la persona privada de libertad
acredite que se encuentra con enfermedad terminal, debe ser atendida con la mayor
celeridad posible; debiendo fijar la audiencia en el plazo de cinco días, y resuelta en la
misma, por estar este derecho íntimamente vinculado con el principio de celeridad,
consagrado por el art. 178.I de la CPE.
SOBRE EL PRINCIPIO DE CELERIDAD EN LA RESOLUCIÓN DE SOLICITUDES DE
CESACIÓN A LA DETENCIÓN PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1051/2015-S1, Sucre 30 de octubre
de 2015
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El art. 178.I de la CPE, establece que la potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y
entre los principios que la sustentan se encuentra el de celeridad, y respecto al mismo de manera
concordante, el art. 115.II, instituye que: “El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la
defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”. De igual
manera el art. 180.I de la Norma Suprema, señala que la jurisdicción ordinaria se fundamenta entre
otros en el principio de celeridad.
Por otro lado, el art. 3.7 de la Ley del Órgano Judicial –Ley 025 de 24 de junio de 2010−, determina
que la celeridad “Comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la administración de justicia”. En
ese mismo sentido, en la jurisdicción ordinaria propiamente dicha, el art. 30.3 del mismo ordenamiento
legal indica: “Celeridad. Comprende la agilidad de los procesos judiciales tramitados, procurando que
su desarrollo garantice el ejercicio oportuno y rápido de la administración de justicia”. Por las normas
mencionadas anteriormente, la aplicación del principio de celeridad en aquellos casos relacionados con
la privación de libertad resulta ser más imperante, razón por la cual las actuaciones jurisdiccionales
deberán proponerse la realización del mismo.
Al respecto, la jurisprudencia constitucional glosada por este Tribunal estableció que: ”’…toda
autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad
física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los
plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo
que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto
dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la
lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal
naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es
ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud'; o sea que, el
principio de celeridad procesal, impone a quienes imparten justicia, actuar con diligencia
despachando los asuntos sometidos a su conocimiento, sin dilaciones indebidas, exigencia que se hace
más apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad personal, aún cuando no exista una norma
que establezca un plazo mínimo” Así lo entendió la SC 1739/2011 de 7 de noviembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Entendiéndose que en todo trámite judicial, específicamente en el procedimiento penal, toda solicitud
en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física o personal, debe tramitarse con
la mayor celeridad posible o dentro de un plazo razonable“.
En este marco, el extinto Tribunal Constitucional desarrolló jurisprudencia específica para el reguardo
de esta garantía bajo la denominada tipología del habeas corpus traslativo o de pronto despacho, es así
que la SC 0234/2011-R de 16 de marzo, señaló: ”…se debe hacer referencia al hábeas corpus
traslativo o de pronto despacho, a través del cual lo que se busca es acelerar los trámites judiciales o
administrativos cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona
que se encuentra privada de libertad.
Este tipo de hábeas corpus, implícito en el art. 125 de la CPE, emerge directamente del art. 89 de la
LTC, que establece que, también procede el hábeas corpus cuando se aleguen «…otras violaciones
que tengan relación con la libertad personal en cualquiera de sus formas, y los hechos fueron conexos
con el acto motivante del recurso, por constituir su causa o finalidad…»“.
Razonamiento coherente, que también es asumido por el Tribunal Constitucional Plurinacional,
conforme se tiene de la SCP 1349/2013 de 15 de agosto, que precisó: ”En el Estado Plurinacional de
Bolivia, al configurarse la acción de libertad como una garantía constitucional de naturaleza adjetiva,
inequívocamente en el marco de los postulados del Estado Constitucional de Derecho, se evidencia
que ésta tiene una naturaleza jurídica progresiva, por cuanto, debe ser interpretada a la luz de una
pauta hermenéutica evolutiva, en mérito de la cual, su contenido esencial no puede mantenerse
estático en el tiempo con un reconocimiento limitado únicamente al tenor literal del art. 125 de la
CPE, sino por el contrario, su activación, en una interpretación extensiva, debe comprender también
supuestos que en una interpretación sistémica, tutelen de manera eficaz tanto el derecho a la vida
como a la libertad en una comprensión amplia de supuestos que pudieran afectarlos.
En ese contexto y con la finalidad de cumplir en su real magnitud el mandato inserto en el art. 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y para consagrar en el Estado Plurinacional de
Bolivia una garantía jurisdiccional efectiva, la jurisprudencia emanada del máximo contralor de
derechos fundamentales, en una interpretación extensiva del citado art. 125 de la CPE, a través de la
SC 0044/2010-R de 20 de abril, tipificó las diversas modalidades de la acción de libertad,
disciplinando de manera específica la acción de libertad expeditiva o de pronto despacho.
En este marco, se tiene que la acción de libertad expeditiva o de pronto despacho, en una
interpretación evolutiva del art. 125 de la CPE, tiene la finalidad de tutelar una garantía sustantiva
esencial: La celeridad procesal vinculada a la libertad física o de locomoción.
En este orden, en una interpretación acorde con el bloque de constitucionalidad imperante y en el
marco del objeto de protección de la denominada acción de libertad expeditiva o de pronto despacho,
es preciso establecer que la activación de este mecanismo tutelar, para su eficacia, no necesita el
agotamiento previo de mecanismos intra-procesales de defensa y puede ser interpuesta de manera
directa por los afectados o cualquier persona a su nombre cuando su libertad física o de locomoción
se encuentre afectada por dilaciones indebidas provocadas por autoridades públicas o particulares.
Asimismo, debe señalarse que la jurisprudencia emanada del Tribunal Constitucional Plurinacional, a
través de la SCP 2491/2012 de 3 de diciembre, ha establecido la naturaleza jurídica y efectos de la
denominada acción de libertad innovativa; en ese orden, siguiendo este entendimiento jurisprudencial,
es pertinente establecer que la protección a los derechos tutelados a través de la acción de libertad,
deben ser analizados a través de este mecanismo propio del control de constitucionalidad, aun cuando
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en el momento de la activación de la acción de libertad o en etapa de revisión, los actos vulneratorios
de derechos hubiesen cesado en sus efectos“.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o
tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más
grave que se juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de
corrupción, seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño,
adolescente, e infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad
terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar
audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días”.
Consecuentemente, según la línea jurisprudencial y la norma citada, toda autoridad en
conocimiento de una petición de cesación a la detención preventiva, cuando este fundada en
los numerales 1 y 4 del art. 239 del CPP, que fue modificado por el art. 8 de la Ley 586; es
decir, en nuevos elementos que demuestran que no concurre los motivos que la fundaron o
torne conveniente que sea sustituida por otra medida y cuando la persona privada de libertad
acredite que se encuentra con enfermedad terminal, debe ser atendida con la mayor
celeridad posible; debiendo fijar la audiencia en el plazo de cinco días, y resuelta en la
misma, por estar este derecho íntimamente vinculado con el principio de celeridad,
consagrado por el art. 178.I de la CPE.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), en su art. 8,
referido a las garantías judiciales, dispone: «1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella...» (…).
Por otra parte, el art. 168 del CPP: señala: «…el juez o tribunal, de oficio a petición de parte,
advertido el defecto, deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto, rectificando el error o
cumpliendo el acto omitido »; así, la autoridad judicial tiene una función activa de acuerdo con el
principio de dirección procesal, de tal suerte que de oficio puede dar celeridad y adoptar las
diligencias para mejor proveer, más aún cuando está de por medio la libertad.
Al respecto, se afirma el deber del juez de impulsar de oficio los procesos, conforme a sus facultades
procesales de dirección, que guardan armonía con el principio de dirección judicial, que se
complementa con el de impulso procesal o impulso de oficio, que -a su vez- se manifiesta en una
serie de potestades que las normas confieren al juez operador, como intérprete de la norma para
conducir y hacer avanzar autónomamente el proceso, sin necesidad de petición de parte y sin que
ello signifique coartar el derecho de los sujetos procesales a dinamizar y ser los propulsores
naturales del proceso'" ).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ni sancionado por un delito por el cual hubiese sido ya condenado o absuelto por una sentencia
firme de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país’.
Por su parte, el art. 4 del CPP, referido a la persecución penal única, establece: ‘Nadie será
procesado ni condenado más de una vez por el mismo hecho, aunque se modifique su calificación o
se aleguen nuevas circunstancias…’.
Esta garantía procesal, se extiende a la prohibición de ser juzgado más de una vez por el mismo
hecho, así se modifique su calificación sustantiva, vale decir el tipo penal, o se aleguen nuevas
circunstancias del mismo.
Al respecto, la SC 1764/2004-R de 9 de noviembre, refiriéndose a este principio, señaló: ‘Según la
doctrina el principio del non bis in idem consiste en la exclusión de la doble sanción por unos
mismos hechos, es decir, que no recaiga la duplicidad de sanciones en los casos en que se aprecie la
identidad del sujeto, hecho y fundamento; tiene por finalidad la protección del derecho a la
seguridad jurídica a través de la prohibición de un ejercicio reiterado del iuspuniendi del Estado,
impidiendo sancionar doblemente a una persona por un mismo hecho. El principio non bis in idem
tiene su alcance en una doble dimensión, pues, de un lado, está el material, es decir, que nadie
puede ser sancionado dos veces por el mismo hecho y, de otro, el procesal referido al proceso o al
enjuiciamiento en sí, es decir, que ante la existencia de identidad de sujeto, objeto y causa, no sólo
que no se admite la duplicidad de resolución por el mismo delito, sino también que es inadmisible la
existencia de un nuevo proceso o juzgamiento con una repetición de las etapas procesales.
En la segunda dimensión del alcance, es decir, el procesal, se infiere que la manifestación esencial del
principio non bis in idem es la cosa juzgada, lo que supone la existencia de un proceso cuyo resultado
sea una sentencia ejecutoriada, misma que podrá ser absolutoria, declaratoria de inocencia o
condenatoria, lo que implica el cierre del proceso penal en forma definitiva y firme, de manera que a
partir de ello, el Estado no puede pretender ejercer su potestad del iuspuniendi contra la misma
persona y por los hechos que motivaron ya el juzgamiento; empero, cabe advertir que ello no significa
que tenga que anularse la acción o medio extraordinario de la revisión de sentencia, prevista por la
legislación procesal para aquellos casos en los que la sentencia judicial ejecutoriada se manifiesta
como injusta, equivocada o contradictoria lesionando los derechos del procesado, pues en este último
caso no podría calificarse de un doble juzgamiento en contra del procesado’.
Asimismo, la SC 0962/2010-R de 17 de agosto, con relación a este principio constitucional, señaló:
‘En cuanto al alcance del principio «non bis in ídem»; es decir, la prohibición de doble sanción y
por ende doble juzgamiento, la jurisprudencia constitucional ha establecido que: «…El principio
non bis in idem implica, en términos generales, la imposibilidad de que el Estado sancione dos veces
a una persona por los mismos hechos. En la doctrina y jurisprudencia española, el principio implica
la prohibición de imponer una doble sanción, cuando existe identidad de sujeto, del hecho y del
fundamento respecto a una conducta que ya fue sancionada con anterioridad».
En el principio se debe distinguir el aspecto sustantivo (nadie puede ser sancionado doblemente por
un hecho por el cual ya ha sido absuelto o condenado) y el aspecto procesal o adjetivo (nadie puede
ser juzgado nuevamente por un hecho por el cual ya ha sido absuelto o condenado). En este sentido,
existirá vulneración al non bis in idem, no sólo cuando se sanciona sino también cuando se juzga
nuevamente a una persona por un mismo hecho.
Este principio no es aplicable exclusivamente al ámbito penal, sino que también lo es al ámbito
administrativo, cuando se impone a un mismo sujeto una doble sanción administrativa, o cuando se le
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
impone una sanción administrativa y otra penal pese a existir las identidades antes anotadas (sujeto,
hecho y fundamento)’.
Consecuentemente, la garantía jurisdiccional del non bis in ídem, podrá invocarse en caso de
duplicidad de procesos o de sanciones, frente al intento de sancionar nuevamente a la misma
persona, por los mismos hechos y bajo los mismos fundamentos”
SOBRE EL PRINCIPIO NON BIS IN ÍDEM
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0910/2017-S3
Sucre, 18 de septiembre de 2017
Al respecto, la SC 1764/2004-R de 9 de noviembre, refiriéndose a este principio, sostuvo que: “Según
la doctrina el principio del non bis in idem consiste en la exclusión de la doble sanción por unos
mismos hechos, es decir, que no recaiga la duplicidad de sanciones en los casos en que se aprecie la
identidad del sujeto, hecho y fundamento; tiene por finalidad la protección del derecho a la
seguridad jurídica a través de la prohibición de un ejercicio reiterado del ius puniendi del Estado,
impidiendo sancionar doblemente a una persona por un mismo hecho. El principio non bis in idem
tiene su alcance en una doble dimensión, pues, de un lado, está el material, es decir, que nadie puede
ser sancionado dos veces por el mismo hecho y, de otro, el procesal referido al proceso o al
enjuiciamiento en sí, es decir, que ante la existencia de identidad de sujeto, objeto y causa, no sólo que
no se admite la duplicidad de resolución por el mismo delito, sino también que es inadmisible la
existencia de un nuevo proceso o juzgamiento con una repetición de las etapas procesales.
En la segunda dimensión del alcance, es decir, el procesal, se infiere que la manifestación esencial del
principio non bis in idem es la cosa juzgada, lo que supone la existencia de un proceso cuyo
resultado sea una sentencia ejecutoriada, misma que podrá ser absolutoria, declaratoria de inocencia
o condenatoria, lo que implica el cierre del proceso penal en forma definitiva y firme, de manera que a
partir de ello, el Estado no puede pretender ejercer su potestad del ius puniendi contra la misma
persona y por los hechos que motivaron ya el juzgamiento; empero, cabe advertir que ello no significa
que tenga que anularse la acción o medio extraordinario de la revisión de sentencia, prevista por la
legislación procesal para aquellos casos en los que la sentencia judicial ejecutoriada se manifiesta
como injusta, equivocada o contradictoria lesionando los derechos del procesado, pues en este último
caso no podría calificarse de un doble juzgamiento en contra del procesado” (las negrillas nos
corresponden).
Asimismo, la SC 0962/2010-R de 17 de agosto, con relación a este principio constitucional, precisó
que: “En cuanto al alcance del principio 'non bis in idem'; es decir, la prohibición de doble sanción y
por ende doble juzgamiento, la jurisprudencia constitucional ha establecido que: '…El principio non
bis in idem implica, en términos generales, la imposibilidad de que el Estado sancione dos veces a una
persona por los mismos hechos. En la doctrina y jurisprudencia española, el principio implica la
prohibición de imponer una doble sanción, cuando existe identidad de sujeto, del hecho y del
fundamento respecto a una conducta que ya fue sancionada con anterioridad'.
En el principio se debe distinguir el aspecto sustantivo (nadie puede ser sancionado doblemente por
un hecho por el cual ya ha sido absuelto o condenado) y el aspecto procesal o adjetivo (nadie puede
ser juzgado nuevamente por un hecho por el cual ya ha sido absuelto o condenado). En este sentido,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
existirá vulneración al non bis in idem, no sólo cuando se sanciona sino también cuando se juzga
nuevamente a una persona por un mismo hecho.
Este principio no es aplicable exclusivamente al ámbito penal, sino que también lo es al ámbito
administrativo, cuando se impone a un mismo sujeto una doble sanción administrativa, o cuando se le
impone una sanción administrativa y otra penal pese a existir las identidades antes anotadas (sujeto,
hecho y fundamento)”
SOBRE EL PROCEDIMIENTO PARA OBJETAR LA RESOLUCIÓN QUE DISPUSO EL
RECHAZO DE LA DENUNCIA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0790/2017-S2
Sucre, 14 de agosto de 2017
El Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de la SCP 0869/2014 de 12 de mayo, señaló: “Con
respecto a este tema, el art. 305 del CPP, ha establecido lo siguiente: ‘(Procedimiento y efectos). Las
partes podrán objetar la resolución de rechazo, en el plazo de cinco días a partir de su notificación,
ante el fiscal que la dictó quien remitirá antecedentes al fiscal superior en jerarquía, dentro de las
veinticuatro horas siguientes.
El fiscal superior en jerarquía, dentro de los diez días siguientes a la recepción de las actuaciones,
determinará la revocatoria o ratificación del rechazo. Si dispone la revocatoria ordenará la
continuación de la investigación y en caso de ratificación, el archivo de obrados.
El archivo de obrados, no impedirá la conversión de acciones a pedido de la víctima o del
querellante’.
De donde se infiere que, una vez pronunciada la Resolución de rechazo de la denuncia por parte del
Fiscal de Materia, la norma permite a las partes la posibilidad de objetarla, ante la misma autoridad
Fiscal, en un plazo de cinco días, quien deberá remitir los antecedentes del caso, ante el superior
jerárquico; es decir, ante el Fiscal Departamental del respectivo distrito. Dicha autoridad, dentro del
plazo de diez días de recibidas las actuaciones, se pronunciará disponiendo la revocatoria o en su
caso la ratificación del rechazo.
Si dispone la revocatoria de la Resolución de rechazo, ordenará la continuación de la investigación; si
la ratifica, dispondrá el archivo de obrados, no consignándose en ambos casos, ulterior recurso
reconocido a las partes”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
los que no era posible exigir la concurrencia de absoluto estado de indefensión, por cuanto el actor
debía agotar los mecanismos de impugnación intra procesales previos a la activación de la acción de
libertad; determinando en consecuencia, que, únicamente en caso de tratarse de materia penal, la
garantía constitucional descrita, se constituía en el medio idóneo, eficaz y eficiente para restablecer el
debido proceso, en todos sus elementos. En cuyo mérito, la citada SCP 0217/2014, indicó que a partir
de dicho fallo constitucional plurinacional, las lesiones al debido proceso en materia penal, eran
susceptibles de tutela mediante la acción de libertad, en los supuestos en los que se hubiera colocado al
accionante en absoluto estado de indefensión o cuando éste agotó los medios de impugnación intra
procesales, prescindiendo de la vinculación directa con la restricción o supresión del derecho a la
libertad, antes exigida.
Ahora bien, la SCP 1609/2014 de 19 de agosto, recondujo la línea jurisprudencial cambiada por la SCP
0217/2014, a la antes asumida, detallada en las primeras líneas del párrafo que precede, entendiendo
que, conforme a la interpretación literal y teleológica del art. 125 de la Norma Suprema, es necesario
que, tratándose de denuncias relativas al debido proceso, éstas sean la causa principal para la afectación
del derecho a la libertad; por cuanto, de no producirse aquello, la vía pertinente para efectuar dichas
demandas, es la acción de amparo constitucional, agotados lógicamente, los medios intra procesales de
defensa.
Lo expuesto, fue sintetizado por la nombrada SCP 1609/2014, señalando: “…la referida SCP
0217/2014, estableció que ‘el debido proceso penal, es una garantía procesal establecida por la
Constitución Política del Estado, que tiene como objetivo proteger los derechos constitucionales que
de él emergen y en ese proceso controlar la capacidad punitiva del Estado que, en su momento puede
afectar la libertad personal y la presunción de inocencia de aquellos que se encuentran involucrados
en una contienda judicial penal.
En este contexto y estando establecido que toda persona sometida a un proceso penal, se halla
constitucionalmente imbuido del derecho a la defensa, a la asistencia de un abogado para su
asesoramiento en las diferentes etapas del proceso, a un debido proceso sin dilaciones injustificadas, a
la posibilidad de presentar pruebas y controvertir las que se aleguen en su contra, a impugnar la
sentencia condenatoria y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho, en resumen del derecho a un
debido proceso, se determina que, únicamente cuando se trata de materia penal, la acción de libertad
es el medio idóneo, eficaz y eficiente para restablecer el debido proceso, en todos sus elementos.
En consecuencia, se hace necesario establecer a partir de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional que las lesiones al debido proceso en materia penal en aquellos casos en los que se
colocó al accionante en absoluto estado de indefensión o cuando éste agotó los medios de
impugnación intra procesales, son susceptibles de la tutela constitucional que brinda la acción de
libertad’.
Conforme a dicho razonamiento, la exigencia de vinculación entre el derecho a la libertad y el debido
proceso, como presupuesto exigible para su tutela a través de la acción de libertad, desaparecía; sin
embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional considera que, partiendo de la propia naturaleza
jurídica de la acción de libertad, desarrollada en el Fundamento Jurídico anterior y cuyo principal
objetivo es precisamente tutelar de manera específica el derecho a la libertad, no puede modificarse su
esencia y ampliar su espectro de acción a aquellos asuntos netamente procedimentales que, aún
cuando devengan del área penal, no se hallen en vinculación con el derecho a la libertad; en
consecuencia, mediante la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, se hace necesario
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
reconducir el anterior entendimiento y restablecer la jurisprudencia constitucional previa, respecto a
la exigencia de vinculación entre el derecho a la libertad y el debido proceso.
Este entendimiento, emerge precisamente de la interpretación literal y teleológica del art. 125 CPE,
que establece la procedencia de la acción de libertad, cuando se produzca una restricción o amenaza
de restricción ilegal o indebida a los derechos fundamentales a la vida y a la libertad física a raíz de
una persecución ilegal o un indebido procesamiento; en consecuencia, tratándose de la procedencia
de la acción de libertad en relación al debido proceso, debe entenderse que la inobservancia a éste
-debido proceso-, ha sido la causal principal para la afectación del bien jurídico libertad; pues, de lo
contrario, si los actos emergentes del procesamiento no ponen en riesgo la libertad y no ocasionan
su restricción, no podrán ser evaluados y considerados a través de la acción de libertad,
correspondiendo su tratamiento, una vez agotados todos los medios intra procesales, a la acción de
amparo constitucional, como medio de defensa idóneo en el jurisdicción constitucional para reparar
y subsanar los defectos procesales en que pudieran haber incurrido tanto servidores públicos como
personas particulares.
En este contexto, corresponde reconducir al entendimiento asumido anteriormente por las SSCC
0219/2004-R de 19 de octubre y 1865/2004-R de 1 de diciembre” (las negrillas nos
pertenecen).
En cuyo mérito, al haberse reconducido los razonamientos asumidos en la SCP 0217/2014, a través de
la SCP 1609/2014; resulta exigible que, en caso de aducirse vulneraciones al debido proceso, en
acciones de libertad, para merecer un pronunciamiento de fondo sobre el particular, éstas deben tener
vinculación directa con la limitación del derecho a la libertad para ser analizadas mediante esta garantía
constitucional.
A mayor abundamiento citamos la SCP 037/2012 de 26 de marzo, que al respecto sostiene: “…En
consecuencia, la acción de libertad, tratándose de medidas cautelares de carácter personal, sólo
puede activarse ante un procesamiento indebido, cuando se encuentra relacionado directamente con
la amenaza, restricción o supresión de la libertad física o de locomoción y se hubieren agotado todos
los mecanismos intraprocesales de impugnación, salvo que al actor se le hubiere colocado en un
absoluto estado de indefensión, caso en el que no resulta razonable la exigencia de la observancia del
principio de subsidiariedad excepcional que rige a la acción de libertad, precisamente por su
imposibilidad de activar los medios de reclamación; de tal manera que otras formas de procesamiento
indebido, no pueden ser compulsadas mediante la presente acción de defensa, debiendo hacérselas en
su caso en el ámbito de la otra acción tutelar como el amparo constitucional…”
b. Art. 271 del CP Lesiones Graves y Leves con una pena de uno (1) a cuatro (4) años,
conforme al Código Penal vigente al momento de acaecidos los hechos.
c. Art. 294 del CP Coacción, con una pena de (6) seis meses a dos (2) años, con una
agravante de uno (1) a cuatro (4) años.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
d. Art. 295 del CP Vejaciones y Torturas, con una pena de seis (6) meses a dos (2) años,
con una primera agravante de dos (2) a cuatro (4) años y una segunda agravante de dos (2)
a seis (6) años.
Sobre el plazo establecido por la ley para que los delitos prescriban, tomando en cuenta los
términos establecidos en el art. 29 del Código de Procedimiento Penal (CPP) y remitiéndonos
al detalle anterior, se tiene:
1. Art. 132 del CP Asociación Delictuosa, conforme al art. 29 inc. 3) del CPP, en su
primera parte, prescribe en tres (3) años y conforme al art. 29 inc. 4) del CPP, en su segunda
parte, prescribe en dos (2) años.
2. Art. 271 del CP Lesiones Graves y Leves, conforme al art. 29 inc. 2) del CPP, respecto
a las Lesiones Graves, prescribe en cinco (5) años.
3. Art. 294 del CP Coacción, conforme al art. 29 inc. 3) del CPP, en su primera parte,
prescribe en tres (3) años, y conforme al art. 29 inc. 2) del CPP, en su segunda parte,
prescribe en (5) cinco años.
4. Art. 295 del CP Vejaciones y Torturas, conforme al art. 29 inc. 3) del CPP, el tipo
básico prescribe en tres (3) años, de acuerdo al art. 29 inc. 2) del CPP, la primera agravante
prescribe en cinco (5) años y conforme al art. 29 inc. 1) del CPP, la segunda agravante
prescribe en ocho (8) años.
Sobre el inicio del término de la prescripción, conforme prevé el art. 30 del CPP, éste
empezará a correr desde la media noche del día en que se cometió el delito, o en que cesó
su consumación en el caso de delitos permanentes.
[545]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
aplicación que se pretende, indicando separadamente cada violación con sus fundamentos,
con el advertido de que posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta exigencia se
explica, porque el Tribunal tiene que saber cuál es la norma procesal o sustantiva que la
parte apelante considera inobservada o erróneamente aplicada y fundamentalmente, cual es
la aplicación de la norma que pretende aquel que impugna de una sentencia; es decir, el
recurrente tiene el deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar en su
planteamiento, cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su caso. Es menester
tener en cuenta que de acuerdo a la Sentencia Constitucional 1075/2003-R de 24 de
julio: “Estas exigencias tienen la finalidad de que el Tribunal que conozca el recurso no tenga
que indagar qué a querido decir el recurrente, cuál ha podido ser la norma procesal o
sustantiva que el procesado entiende inobservada o violada. Pues, una tarea así para el
Tribunal que debe conocer el recurso, dada la recargada e intensa actividad procesal, podría
determinar el colapso (mora procesal), imposibilitando el cumplimiento de las exigencias
constitucionales de celeridad procesal”.
De las previsiones legales referidas, se puede establecer que en la legislación penal boliviana
el derecho al recurso no es absoluto, pues su existencia primero y su ejercicio después, va a
depender de la concurrencia de todos y cada uno de los presupuestos, requisitos o
condiciones de admisibilidad del recurso; además, no puede ser ejercitado por cualquier
persona, ni de cualquier forma, pues su ejercicio exige el cumplimiento de una serie de
condiciones legalmente establecidas. Por lo tanto, el derecho a recurrir está supeditado y
condicionado legalmente o dicho de otro modo, el recurso de apelación restringida debe ser
formulado tal y como prevé la norma procesal, requiriendo la diligencia del recurrente.
En ese ámbito, la jurisprudencia ha determinado criterios en cuanto a los requisitos de forma
en la interposición de la apelación restringida, en los términos contenidos en el Auto Supremo
10 de 26 de enero de 2007 que expresó: “El sistema de recursos contenido en el Nuevo
Código de Procedimiento Penal, ha sido trazado para efectivizar la revisión de los fallos
dictados como emergencia del juicio penal, conforme disponen los artículos 8.2 inciso h) de
la Ley Nº 1430 de 11 de febrero de 1993 (Pacto de San José de Costa Rica), y artículo 14.5)
de la Ley Nº 2119 de 11 de septiembre de 2000 (Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos), asegurando el control del decisorio por un Juez o Tribunal Superior al que
pronunció la resolución condenatoria”; para luego señalar lo siguiente: “…si el Tribunal de
alzada observa el recurso de apelación restringida y otorga un plazo para subsanar el recurso
conforme a la previsión del artículo 399 del Código Adjetivo Penal, debe precisar de manera
clara y expresa en el decreto respectivo, la observación que realiza y los requisitos que
extraña, toda vez que las resoluciones judiciales deben ser expresas y no tácitas.
En cuyo caso, si transcurridos los tres días, el recurrente no subsana el recurso conforme a
las observaciones realizadas, precluye el derecho del recurrente por el transcurso del tiempo,
debiendo el Tribunal ad quem dar estricta aplicación al artículo 399 del Código de
Procedimiento Penal y RECHAZAR el recurso, sin ingresar a realizar consideraciones de
fondo; de lo contrario tramitará el recurso conforme a procedimiento y dictará resolución
declarando procedente o improcedente el recurso”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El Código de Procedimiento Penal en su art. 401 señaló lo siguiente: “El recurso de reposición
procederá solamente contra las providencias de mero trámite, a fin de que el mismo juez o tribunal,
advertido de su error, las revoque o modifique”.
La normativa precedentemente citada, estableció que el recurso de reposición es el medio idóneo para
la protección inmediata de los derechos afectados por una decisión judicial, como las
providencias de mero trámite, y ha señalado que a través de este recurso, las partes pueden, pedir al
mismo juez advertido del error que hubiere cometido, la revoque o modifique.
Así también lo señaló la SCP 1018/2015-S1 de 30 de octubre, que prescribió: “…al estimar el
indicado actuado contrario a sus pretensiones y haber generado vulneración de derechos y
garantías constitucionales, debió activar la vía pertinente en sede ordinaria, la cual tenía a su
alcance en ejercicio pleno de su derecho a la defensa, teniendo expedita la vía del recurso de
reposición, previsto por el art. 401 del CPP, para formular su reclamo, a objeto de que el Juez de la
causa advertido de su error, revoque o modifique la determinación que se impugna, situación que
no aconteció, más al contrario decidió acudir directamente a la justicia constitucional de manera
errónea, inobservando el principio de subsidiariedad que caracteriza esta acción tutelar”.
SOBRE EL TRÁMITE PROCESAL EN CASO DE LAS RECUSACIONES O EXCUSAS
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1039/2017-S2
Sucre, 25 de septiembre de 2017
El art. 318.II del CPP, modificado por la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema
Procesal Penal, establece que: ”La o el Juez que se excuse, remitirá en el día la causa a la o el Juez que
deba reemplazarlo, quien asumirá conocimiento del proceso inmediatamente y proseguirá su curso sin
interrupción de actuaciones y audiencia…“; asimismo, el art. 320.II del Código referido, dispone
que: ”Si la o el Juez recusado admite la recusación promovida, continuará el trámite establecido para la
excusa…“.
Por lo que, cabe señalar que en ambos casos, tanto en el de excusa como en el de recusación, el trámite
procesal en cuanto a la remisión de los antecedentes o cuaderno procesal es igual; es decir, que una vez
que la jueza o el juez se excusen de conocer el caso o se allanen a la recusación planteada se debe
enviar los referidos antecedentes procesales al juez que corresponda en el día, para que éste asuma el
conocimiento de la causa o realice el control jurisdiccional, y resuelva las solicitudes presentadas por
las partes, el señalamiento de audiencias y todos los actuados relacionados con el proceso, de esta
forma se otorga las garantías constitucionales tanto al querellante como al imputado.
[547]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tramitación especial que no reúne los mismos parámetros jurídicos o requisitos
procedimentales establecidos por los arts. 403, 404 y 405 del CPP, pues dicho recurso se
puede interponer inclusive de forma oral al momento de culminar o escuchar el
pronunciamiento en audiencia sobre la procedencia o no de la detención preventiva o
alguna otra medida sustitutiva, además de que no es necesario que acompañe ninguna
otra prueba como así exige el art. 404 del CPP; en todo caso, el juez cautelar tiene el
deber de remitir los actuados procesales pertinentes que hacen la apelación dentro de
las 24 horas, sin que sea requisito que acompañe nueva prueba para el efecto, y
menos aún, se emplace o corra traslado a las otras partes para que contesten dentro
de los tres días; aclarando más bien que, el juez no tiene que esperar de ninguna
manera que el apelante presente o ratifique su apelación de forma escrita, en todo
caso como se dijo, tiene la obligación de imprimir celeridad en sus actos y remitir la
documentación ante el Tribunal superior dentro del plazo previsto en el procedimiento
especial establecido en el art. 251 del referido cuerpo adjetivo.
(…)
En este sentido, la jurisprudencia constitucional entre otras, la SC 1703/2004-R de 22 de
octubre, señaló que: ‘En el caso que se examina, uno de los extremos denunciados en el
recurso está referido al hecho de que -según la demandante-, la interposición de la apelación
incidental de la medida cautelar no cumplió con lo previsto por el art. 251 con relación a los
arts. 403 inc 3) y del 404 del CPP, que disponen que las apelaciones incidentales deben ser
presentadas por escrito debidamente fundamentadas; al respecto, es necesario precisar, que
si bien estas dos últimas disposiciones legales, de modo general regulan las apelaciones
incidentales, incluidas las medidas cautelares de carácter real; empero, las mismas, no son
extensivas para el trámite de los recursos interpuestos respecto a las medidas cautelares de
carácter personal, las que por su naturaleza están sujetas a un trámite especial, regulado por
el art. 251 del CPP, modificado por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana (LSNSC), que está referido exclusivamente, al recurso de apelación planteado
contra las resoluciones que dispongan, modifiquen o sustituyan medidas cautelares de
carácter personal, precepto legal que determina que una vez interpuesto el recurso , «las
actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de Justicia, en el
término de veinticuatro horas»; asimismo, señala que el Tribunal de apelación resolverá
sin más trámite dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso
ulterior’” (las negrillas nos corresponden).
Asimismo, en relación al cómputo de plazos en la remisión de las apelaciones interpuestas
oralmente la SCP 1884/2012 de 12 de octubre, manifestó que: “En cuanto a las acciones de
libertad de pronto despacho y con relación a las apelaciones incidentales de medidas
cautelares, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado en reiteradas oportunidades, así por
ejemplo la SC 1279/2011-R de 26 de septiembre, precisó lo siguiente: ‘Cuando el recurso
de apelación incidental, hubiere sido planteado oralmente en audiencia o por escrito,
con o sin contestación de las partes que intervienen en el proceso, deberá ser
concedido en el acto si fuere en audiencia y remitido inexcusablemente en el plazo
improrrogable de veinticuatro horas y el tribunal de apelación resolver en el término
de setenta y dos horas; lo contrario significaría dilación indebida que vulnera el derecho a
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la libertad, en el entendido que la variación de la situación jurídica del imputado depende de
la ponderación que efectué el tribunal de apelación de los fundamentos de la medida
cautelar, para disponer su revocatoria o confirmación’.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cautelar, quien antes de remitir el proceso ante el juzgado correspondiente, deberá conocer y resolver la
misma; es decir, en tanto el proceso aún no se haya radicado en el juzgado o tribunal de sentencia al cual debe
ser remitido, todas las solicitudes relacionadas a medidas cautelares, en virtud al carácter fundamental y
primordial del derecho a la libertad, deben ser resueltas independientemente de que este haya perdido
competencia en el proceso“
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
solicitud aún ya se hubiera presentado la acusación, pero siempre que no se hubiera radicado la
causa en un determinado tribunal, así se colige del razonamiento aplicado por este Tribunal, que
otorgó tutela en una problemática donde el Juez cautelar al margen de no señalar con la celeridad
necesaria la audiencia para considerar la cesación solicitada se declaró incompetente por presentarse
la acusación, así la SC 0487/2005-R de 6 de mayo, dice: ‘…situación agravada con el hecho de que el
mismo día señalado para la audiencia de consideración de cesación de detención preventiva, se sorteo
la causa al Tribunal Tercero de Sentencia, a raíz de la acusación formal presentada por el Ministerio
Público contra el recurrente y otros coimputados el día 29 de marzo de 2005; motivo por el cual la
autoridad recurrida se negó a considerar la solicitud con el argumento de haber perdido competencia;
cuando al margen de la demora injustificada, debió proceder a su consideración, sobre todo tomando
en cuenta que ya existía audiencia señalada al efecto y todavía no se procedió a la radicatoria de la
causa ante el mencionado Tribunal de Sentencia, toda vez conforme lo ha establecido este Tribunal de
conformidad al art. 54.1 del CPP, en relación a los arts. 302 y 223 del CPP, la autoridad competente
para resolver la aplicación, modificación o sustitución de medidas cautelares y sus emergencias, en la
etapa preparatoria, es el Juez de Instrucción en lo Penal que está a cargo del control jurisdiccional de
la investigación. Concluida esta etapa y presentada la acusación, es competencia del Juez o Tribunal
de Sentencia que conoce la causa, tramitar las solicitudes sobre la aplicación o modificación de
dichas medidas cautelares, así la SC 143/2004-R, de 2 de febrero, razón por la cual corresponde
otorgar la tutela solicitada únicamente respecto a este punto denunciado…”
SOBRE LA CONVERSIÓN DE ACCIONES Y EL PROCEDIMIENTO POR DELITOS DE
ACCIÓN PENAL PRIVADA, REGULADAS EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL:
DESESTIMACIÓN PREVISTA EN EL ART. 376 DEL CUERPO PROCESAL ANOTADO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1270/2015-S2, Sucre 13 de
noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Sobre el particular, cabe inicialmente referirse a la normativa prevista en el
ordenamiento jurídico procesal al efecto; estableciendo el art. 15 del CPP, que la acción
penal será pública o privada; debiendo ser ejercida la privada, exclusivamente por la víctima,
de acuerdo al procedimiento especial instituido en el Código Procesal mencionado, no siendo
parte en este procedimiento especial, el Ministerio Público (art. 18 del CPP).
Por su parte, el art. 26 de la normativa procesal anotada, regula la conversión de
acciones, previendo lo que sigue: “Artículo 26º.- (Conversión de acciones) A pedido de la
víctima, la acción penal pública podrá ser convertida en acción privada en los
siguientes casos:
1. Cuando se trate de un delito que requiera instancia de parte, salvo las excepciones
previstas en el Artículo 17 de este Código;
2. Cuando se trate de delitos de contenido patrimonial o de delitos culposos que no tengan
por resultado la muerte, siempre que no exista un interés público gravemente comprometido;
3. Cuando se trate de delitos contra la dignidad del ser humano, siempre que no exista un
interés público gravemente comprometido;
4. Cuando se haya dispuesto el rechazo previsto en el Artículo 304 o la aplicación del criterio
de oportunidad previsto en el Numeral 1 del Artículo 21 de este Código, y la víctima o el
querellante hayan formulado oposición; y,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
5. Ante la notificación con el vencimiento del plazo para la emisión de la resolución
conclusiva.
En los casos previstos en los Numerales 1, 2 y 3, la conversión será autorizada por la o el
Fiscal Departamental o por quien ella o él delegue, autorización que será emitida dentro de
los tres (3) días de solicitada. En el caso de los Numerales 4 y 5, la conversión será
autorizada por la o el Juez competente” (negrillas añadidas).
Ahora bien, los arts. 375 a 381 del CPP, regulan lo relacionado al procedimiento que debe
seguirse en los delitos de acción privada; señalando el art. 375 del Código precitado que:
“Quien pretenda acusar por un delito de acción privada, deberá presentar su acusación
ante el juez de sentencia por sí o mediante apoderado especial, conforme a lo previsto
en este Código. Cuando el querellante necesite de la realización de un acto preparatorio
para la presentación de su querella, solicitará al juez que ordene a la autoridad competente
su realización”.
Finalmente, el art. 376 del CPP, vinculado a la problemática planteada, estipula que: “La
querella será desestimada por auto fundamentado cuando: 1) El hecho no esté tipificado
como delito; 2) Exista necesidad de algún antejuicio previo; o, 3) Falte alguno de los
requisitos previstos para la querella. En el caso contemplado en el numeral 3), el
querellante podrá repetir la querella por una sola vez, corrigiendo sus defectos, con
mención de la desestimación anterior” (negrillas adicionadas).
De otro lado, desarrollada la normativa pertinente para el análisis del caso de estudio,
compele referirse a la jurisprudencia constitucional emitida sobre el tema; misma que, a
través de la SC 2298/2010-R de 19 de noviembre, señaló: “‘…se debe tener presente, que la
conversión de la acción pública a privada tiene como efecto procesal, la posibilidad de
que la víctima pueda acudir ante el Juez de Sentencia para que en el ejercicio de su
competencia imprima el procedimiento especial para los delitos de acción penal
privada de acuerdo a las normas contenidas en los arts. 375 al 381 del CPP, lo que
implica que una vez convertida la acción pública a privada, quien pretenda acusar por un
delito de acción privada, si está legitimado puede hacerlo sin necesidad de que haya
intervenido durante las actuaciones de la etapa preparatoria en sus diferentes fases (actos
iniciales, desarrollo y audiencia conclusiva), pues la única exigencia para presentar una
querella será tener la calidad de víctima en los términos previstos por los arts. 18, 76 y 78
primer párrafo del CPP, pues si ésta considera que la conversión no afecta sus derechos
sino al contrario le permite acceder a la justicia y al resarcimiento e indemnización, puede
válidamente querellarse aún no haya intervenido anteriormente en el proceso o solicitado
esa conversión, pues un entendimiento diferente desnaturalizaría uno de los principios
rectores del proceso de reforma referido a la revalorización de la víctima en el sistema
procesal penal traducida en el reconocimiento del derecho procesal de instar del órgano
judicial (Juez de Sentencia en el caso de autos), la persecución del delito por medio de la
acción penal privada’ (SC 0615/2005-R de 7 de junio).
En aplicación de la norma jurídica y jurisprudencia constitucional glosadas, se tiene que es la
víctima quien en esta condición, tiene la facultad de solicitar al Ministerio Público -art. 26
incs. 1) y 2) del CPP- o a la autoridad jurisdiccional inc. 3 de la norma precitada- la
conversión de acción de pública a privada, al considerar que ante un Juez de Sentencia
podrá asumir su rol acusador de manera activa, efectiva e independiente prescindiendo de la
intervención del Ministerio Público, quien como director funcional de la investigación y
representación del Estado, al autorizar la conversión de acción, renuncia al ejercicio de la
[552]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
acción penal pública; sin embargo, la solicitud podrá ser rechazada cuando considere que
por la gravedad del delito y la índole del bien jurídico protegido, es necesaria la persecución
estatal.
En el caso del inc. 3) del art. 26 del CPP, es el juez instructor penal, quien evaluará si la
solicitud de la víctima es atendible; aceptada la misma, tendrá similares efectos que la
solicitada al Ministerio Público: el apartamiento de éste del ejercicio de la acción penal
pública sobre el proceso que se sustancia. Al respecto es conveniente aclarar que en este
trámite no es necesaria la intervención del imputado, al constituir una facultad exclusiva de la
víctima de solicitarla y de la autoridad fiscal y jurisdiccional autorizarla. Por el contrario, de
autorizarse la conversión, el imputado es beneficiado al darse la posibilidad de la conciliación
y excluirse como acusador al Ministerio Público; y la posibilidad inclusive, en caso de
sentencia condenatoria de extinguirse la pena en caso de darse la circunstancia fijada en el
art. 438 del procedimiento penal” (las negrillas son nuestras).
De otro lado, la SC 1336/2010-R de 20 de septiembre, expresa: “La opción política asumida
por el Estado Boliviano se ubica en el justo medio y -como se puntualizó en la SC
1036/2002-, asigna dos fines al sistema procesal penal (igual de importantes uno y otro):
garantiza la libertad del ciudadano y la seguridad de la sociedad. En este orden de cosas, en
el sistema penal elegido, destacan dos derechos de amplio contenido y realización material:
el derecho al debido proceso y a la tutela judicial efectiva. En este marco, el legislador ha
optado por dividir la acción penal en pública y privada (art. 15 del CPP). La primera, la ejerce
la Fiscalía, en todos los delitos perseguibles de oficio; '[…] sin perjuicio de la participación
que este Código le reconoce a la víctima' (art. 16 del CPP). La segunda, esto es los delitos
de acción privada, es '[…] ejercida exclusivamente por la víctima', poniendo especial
énfasis en que 'en este procedimiento especial no será parte la Fiscalía' (art. 19 del
CPP); estableciendo una categoría mixta (Los delitos de acción pública a instancia de parte),
acción que es ejercida por la Fiscalía una vez que la parte inste la acción, con las
excepciones establecidas en el párrafo segundo del mismo precepto”.
SOBRE LA DECLARATORIA DE REBELDÍA Y SU NATURALEZA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONA 0649/2017-S1
Sucre, 12.de julio de 2017
El principio de celeridad, que viene a ser una de las directrices constitucionales para el ejercicio de las
funciones del Órgano Judicial, por lo que, los actuados dentro de todo proceso deben cumplirse dentro
de los plazos establecido evitando dentro la prolongación de los mismos, en este entendido, en el caso
del juicio oral que comienza con la acusación, debe llevarse a cabo en forma contradictoria, oral,
pública y continua; es así, que para que las partes no tiendan a dilatar su prosecución el art. 87.1 CPP
establece entre una de sus causales para declarar rebelde al imputado, cuando “No comparezca sin
causa justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código”, en consecuencia el art.
89 de la misma norma dispone que “El juez o tribunal del proceso, previa constatación de la
incomparecencia, evasión, incumplimiento o ausencia, declarará la rebeldía mediante resolución
fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o ratificando el expedido.”, disponiendo como
efecto de dicha declaratoria las siguientes medidas:
1). El arraigo y la publicación de sus datos y señas personales en los medios de comunicación para su
búsqueda y aprehensión.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
2). Las medidas cautelares que considere convenientes sobre los bienes del imputado para asegurar la
eventual responsabilidad civil emergente del hecho imputado;
3). La ejecución de la fianza que haya sido prestada;
4). La conservación de las actuaciones y de los instrumentos o piezas de convicción; y,
5). La designación de un defensor para el rebelde que lo represente y asista con todos los poderes,
facultades y recursos reconocidos a todo imputado”.
Asimismo, cabe señalar que las medidas personales impuestas al imputado en virtud a la declaratoria de
rebeldía, son temporales y pueden quedar sin efecto una vez que el mismo comparezca voluntariamente
y pague las costas correspondientes, o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera,
manteniéndose las medidas cautelares de carácter real y la fianza impuestas; empero, si justifica su
impedimento que le imposibilitó asistir al actuado señalado, entonces la rebeldía será revocada, por
cuanto no se ejecutará la fianza establecida, en consecuencia la revocatoria de la rebeldía deberá ser
interpuesta ante la autoridad jurisdiccional que la decretó, en las mismas condiciones expresadas en el
art. 91 del CPP, no pudiendo acudir directamente ante la justicia constitucional; toda vez que, la vía
ordinaria es la competente para resolverla.
Sobre lo señalado la SCP 0811/2012 de 20 de agosto señaló que: “…la declaratoria de rebeldía
basada en el art. 87 inc. 1) del CPP y la expedición del mandamiento de aprehensión dispuesto por el
art. 89 del mismo cuerpo legal, tienen como objetivo principal, lograr la comparecencia del imputado
a fin de que la investigación o el proceso penal continúen en su tramitación. Estos preceptos legales de
orden procesal, persiguen la materialización de los principios que rigen la administración de justicia y
que se encuentran establecidos en el art. 178.I de la CPE, que prescribe que la potestad de
administrar justicia se encuentra sustentada -entre otros- en el principio de celeridad, garantizando en
todo momento que el imputado declarado rebelde, pueda ejercitar todos sus derechos, y en su caso,
previa justificación de su incomparecencia, mantener incólume su estado de libertad, ya que de mediar
justificación legítima, quedan sin efecto todas las disposiciones judiciales que pudieran haber alterado
temporalmente el ejercicio de este derecho.
Asimismo, en los casos de comparecencia del declarado rebelde, el art. 91 del adjetivo penal, indica que:
‘Cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el proceso
continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su comparecencia y
manteniendo las medidas cautelares de carácter real. El imputado o su fiador pagará las costas de su rebeldía.
Si justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá
lugar a la ejecución de la fianza‴.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
forma espontánea como verdad irrefutable); las reglas de la ciencia, entre las cuales la más
aplicada es la de la psicología, que en el caso del juzgador requiere conocimientos mínimos
(se aplican cuando el juzgador observa comportamientos); además de las reglas de la lógica
(la lógica de lo razonable); es decir, las reglas de la identidad, de contradicción, de tercero
excluido o de razón suficiente, para crear un razonamiento debidamente estructurado. Lo que
implica, que quien alegue defectuosa valoración de la prueba, debe brindar información
necesaria que posibilite identificar cuál de las reglas del recto entendimiento humano fueron
infringidas o soslayadas, señalando de forma ineludible, cuáles las afirmaciones o hechos
contrarios a la experiencia común, cuáles los hechos no ciertos en los que se sustenta el
fallo, de qué manera los medios de prueba fueron valorados indebidamente, cuáles las
conclusiones que demuestren cosa diferente a la que se tuvo como cierta con base en ellos,
cuál el o los elementos analizados arbitrariamente; únicamente planteado en esos términos
el recurso, es posible el control sobre la valoración de la prueba, control que debe ser
ejercitado sobre la logicidad de la Sentencia, teniendo como circunscripción lo argumentado
en el recurso.
Sobre la temática, el Auto Supremo 214 de 28 de marzo de 2007, estableció como doctrina
fundadora, que fue citada también por el Tribunal de alzada, que: ‘Los jueces de mérito son
soberanos en la valoración de las pruebas, que las estiman o desestiman, debiendo siempre
indicar las razones para admitir o desestimar determinados elementos probatorios, los
razonamientos del fallo deben estar acordes a las reglas del pensamiento humano, siendo
este el iter lógico de una sentencia, el que debe fundarse en las leyes del pensamiento, las
que independientemente de nuestra experiencia se presentan como necesarias en nuestro
raciocinio.
Para que la fundamentación de una sentencia sea válida se requiere no sólo que el Tribunal
de juicio funde sus conclusiones en pruebas de valor decisivo, sino también, que éstas no
sean contradictorias entre sí, ni ilegales y que en su valoración se observen las reglas
fundamentales de la lógica, no puede considerarse motivación legal ni aplicación integral de
las reglas de la sana crítica, a una simple y llana referencia a una prueba por parte del
juzgador y que se formula de un modo general y abstracto, en el que se omite realizar una
exposición razonada de los motivos en los que se funda.
El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del procesado,
mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo verificar si el iter lógico
expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde con las reglas del recto
entendimiento humano; analizando si la motivación es expresa, clara, completa y emitida con
arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la
psicología, controlando si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación
restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuáles
son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente,
expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada es el
principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar las reglas de
la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su crítica con el razonamiento base
del fallo, de ahí que si bien los jueces se encuentran obligados a motivar debidamente sus
resoluciones, es obligación de quienes motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas
[555]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la sana critica, señalar las partes del decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos,
proporcionando la solución que pretenden en base a un análisis lógico explícito; será pues
obligación del recurrente, al alegar la infracción basada en la inadecuada aplicación de las
reglas de la sana crítica, atacar en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la
sentencia y no referirse ha actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de
mérito, la inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente determinado en la
ley adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el recurso de
apelación restringida previamente ha admitirse los recursos por estos motivos y en caso de
no ser debidamente subsanada la observación referida, los Tribunales deberán declarar
inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo caso no podrán reiterarse estos
argumentos en el recurso de casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar la
sentencia impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó adecuadamente el
sistema de la sana crítica o si se transgredieron las reglas del correcto entendimiento
humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las propias
apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las partes de la sentencia
donde se hubieran infringido los principios alegados, requisitos indispensables cuando se
reclama sobre la presunta falta de coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la
motivación de la sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que
invoque afirmaciones imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o
que se refiera a un hecho que sea contrario a la experiencia común, que analice
arbitrariamente un elemento de juicio o que el razonamiento se haga sobre
pruebas que demuestren cosa diferente a la que se tiene como cierta con base en
ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica, tiene que referirse a hechos que en
un momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no se opone a ellos
ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos indican ni
nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos; simplemente nos
suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento
del juez.
El análisis de las resoluciones a partir de la formulación de una crítica al sistema de
valoración de la prueba, requiere un alto nivel de tecnicidad y fundamentalmente un
adecuado manejo de las leyes del pensamiento; así, los profesionales que asisten en los
procesos donde se pretende criticar la actividad valorativa del titular del órgano jurisdiccional,
requiere un especial manejo de principios tales como el de razón suficiente, de identidad,
contradicción, del tercer excluido, etc.; de igual manera, las máximas de experiencia que son
las obtenidas de la observación de la realidad, y que comprueban que ciertos hechos o
sucesos se comportan reiteradamente de determinada manera, son parámetros básicos que
nos permiten explicar la ocurrencia de ciertos fenómenos cuya extensión, notoriedad,
regularidad e identidad, han permitido convertirlos en estándares generales para la
comprensión de acontecimientos suscitados a lo largo del tiempo”.
[556]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Delitos: Uso Indebido de Influencias y otros
La denuncia por defectuosa valoración de la prueba, defecto de Sentencia descrito en el inc.
6) del art. 370 del CPP, como norma habilitante debe encontrarse vinculada a la infracción del
art. 173 del mismo cuerpo legal; es decir, a la vulneración de las reglas de la sana crítica, que
son aquellas que conoce el hombre común (sentido común – conocimiento adquirido por
cualquier persona de forma espontánea como verdad irrefutable); las reglas de la ciencia,
entre las cuales la más aplicada es la de la psicología, que en el caso del juzgador requiere
conocimientos mínimos (se aplican cuando el juzgador observa comportamientos), además
de las reglas de la lógica (la lógica de lo razonable); es decir, las reglas de la identidad, de
contradicción, de tercero excluido o de razón suficiente, para crear un razonamiento
debidamente estructurado. Lo que implica, que quien alegue defectuosa valoración de la
prueba, debe brindar información necesaria que posibilite identificar cuál de las reglas del
recto entendimiento humano fueron infringidas o soslayadas, señalando de forma ineludible,
cuáles las afirmaciones o hechos contrarios a la experiencia común, cuáles los hechos no
ciertos en los que se sustenta el fallo, de qué manera los medios de prueba fueron valorados
indebidamente, cuáles las conclusiones que demuestren cosa diferente a la que se tuvo como
cierta con base en ellos, cuál el o los elementos analizados arbitrariamente; únicamente
planteado en esos términos el recurso, es posible el control sobre la valoración de la prueba,
control que debe ser ejercitado sobre la logicidad de la Sentencia, teniendo como
circunscripción lo argumentado en el recurso.
Al respecto, este Tribunal desarrolló jurisprudencia legal aplicable en el Auto Supremo 214 de
28 de marzo de 2007, estableciendo que: "Los jueces de mérito son soberanos en la
valoración de las pruebas, que las estiman o desestiman, debiendo siempre indicar las
razones para admitir o desestimar determinados elementos probatorios, los razonamientos
del fallo deben estar acordes a las reglas del pensamiento humano, siendo este el iter lógico
de una sentencia, el que debe fundarse en las leyes del pensamiento, las que
independientemente de nuestra experiencia se presentan como necesarias en nuestro
raciocinio.
Para que la fundamentación de una sentencia sea válida se requiere no sólo que el Tribunal
de juicio funde sus conclusiones en pruebas de valor decisivo, sino también, que éstas no
sean contradictorias entre sí, ni ilegales y que en su valoración se observen las reglas
fundamentales de la lógica, no puede considerarse motivación legal ni aplicación integral de
las reglas de la sana crítica, a una simple y llana referencia a una prueba por parte del
juzgador y que se formula de un modo general y abstracto, en el que se omite realizar una
exposición razonada de los motivos en los que se funda.
El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del procesado,
mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo verificar si el iter lógico
expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde con las reglas del recto
entendimiento humano; analizando si la motivación es expresa, clara, completa y emitida con
arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la
psicología, controlando si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación
restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuáles
son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente,
expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.
[557]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada es el
principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar las reglas de
la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su crítica con el razonamiento base
del fallo, de ahí que si bien los jueces se encuentran obligados a motivar debidamente sus
resoluciones, es obligación de quienes motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas
de la sana critica, señalar las partes del decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos,
proporcionando la solución que pretenden en base a un análisis lógico explícito; será pues
obligación del recurrente, al alegar la infracción basada en la inadecuada aplicación de las
reglas de la sana crítica, atacar en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la
sentencia y no referirse ha actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de
mérito, la inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente determinado en la
ley adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el recurso de
apelación restringida previamente ha admitirse los recursos por estos motivos y en caso de
no ser debidamente subsanada la observación referida, los Tribunales deberán declarar
inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo caso no podrán reiterarse estos
argumentos en el recurso de casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar la
sentencia impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó adecuadamente el
sistema de la sana crítica o si se transgredieron las reglas del correcto entendimiento
humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las propias
apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las partes de la sentencia
donde se hubieran infringido los principios alegados, requisitos indispensables cuando se
reclama sobre la presunta falta de coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación de la
sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que invoque afirmaciones
imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se refiera a un hecho que
sea contrario a la experiencia común, que analice arbitrariamente un elemento de juicio o
que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren cosa diferente a la que se tiene
como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica, tiene que referirse a
hechos que en un momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no se opone a
ellos ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos indican ni
nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos; simplemente nos
suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento
del juez.
El análisis de las resoluciones a partir de la formulación de una crítica al sistema de
valoración de la prueba, requiere un alto nivel de tecnicidad y fundamentalmente un
adecuado manejo de las leyes del pensamiento; así, los profesionales que asisten en los
procesos donde se pretende criticar la actividad valorativa del titular del órgano jurisdiccional,
requiere un especial manejo de principios tales como el de razón suficiente, de identidad,
contradicción, del tercer excluido, etc.; de igual manera, las máximas de experiencia que son
las obtenidas de la observación de la realidad, y que comprueban que ciertos hechos o
sucesos se comportan reiteradamente de determinada manera, son parámetros básicos que
nos permiten explicar la ocurrencia de ciertos fenómenos cuya extensión, notoriedad,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
regularidad e identidad, han permitido convertirlos en estándares generales para la
comprensión de acontecimientos suscitados a lo largo del tiempo”.
Al respecto, este Tribunal desarrolló jurisprudencia legal aplicable en el Auto Supremo 214 de
28 de marzo de 2007, estableciendo que: "Los jueces de mérito son soberanos en la
valoración de las pruebas, que las estiman o desestiman, debiendo siempre indicar las
razones para admitir o desestimar determinados elementos probatorios, los razonamientos
del fallo deben estar acordes a las reglas del pensamiento humano, siendo este el iter lógico
de una sentencia, el que debe fundarse en las leyes del pensamiento, las que
independientemente de nuestra experiencia se presentan como necesarias en nuestro
raciocinio.
Para que la fundamentación de una sentencia sea válida se requiere no sólo que el Tribunal
de juicio funde sus conclusiones en pruebas de valor decisivo, sino también, que éstas no
sean contradictorias entre sí, ni ilegales y que en su valoración se observen las reglas
fundamentales de la lógica, no puede considerarse motivación legal ni aplicación integral de
las reglas de la sana crítica, a una simple y llana referencia a una prueba por parte del
juzgador y que se formula de un modo general y abstracto, en el que se omite realizar una
exposición razonada de los motivos en los que se funda.
[559]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
entendimiento humano; analizando si la motivación es expresa, clara, completa y emitida con
arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la
psicología, controlando si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación
restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuáles
son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente,
expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.
recurrentes además de expresar las reglas de la lógica que hubieran sido inobservadas,
deben vincular su crítica con el razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los jueces se
encuentran obligados a motivar debidamente sus resoluciones, es obligación de quienes
motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas de la sana critica, señalar las partes
del decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos, proporcionando la solución que
pretenden en base a un análisis lógico explícito; será pues obligación del recurrente, al alegar
la infracción basada en la inadecuada aplicación de las reglas de la sana crítica, atacar en sus
argumentaciones el silogismo desarrollado en la sentencia y no referirse ha actuaciones
procesales sin incidencia directa en la resolución de mérito, la inobservancia de estas reglas
emergentes de lo expresamente determinado en la ley adjetiva penal deberán ser observadas
por los Tribunales que conocen el recurso de apelación restringida previamente ha admitirse
los recursos por estos motivos y en caso de no ser debidamente subsanada la observación
referida, los Tribunales deberán declarar inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo
caso no podrán reiterarse estos argumentos en el recurso de casación.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación de la
sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que invoque afirmaciones
imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se refiera a un hecho que
sea contrario a la experiencia común, que analice arbitrariamente un elemento de juicio o
que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren cosa diferente a la que se tiene
como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica, tiene que referirse a
hechos que en un momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no se opone a
ellos ninguna ley científica natural.
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Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos indican ni
nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos; simplemente nos
suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento
del juez.
[561]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por lo que es esencial que el Auto de Vista que resuelve el recurso de apelación restringida,
contemple fundadamente todos los puntos de impugnación contenidos en el recurso de
apelación restringida a efecto de no vulnerar los derechos y garantías constitucionales de las
partes”.
Similar razonamiento, contienen los Autos Supremos 93/2011 de 24 de marzo y 49/2012 de
16 de marzo (también invocados por el recurrente); es decir, que la resoluciones judiciales
deben ser emitidas con la debida fundamentación pronunciándose sobre todos los motivos
apelados en los recurso de apelación restringida. Por consiguiente, al igual que en el primer
agravio se tiene que los precedentes contradictorios invocados tienen relación con el
cuestionamiento traído en casación; en consecuencia, corresponde ingresar a verificar la
existencia o no de la contradicción alegada.
Al ser varios los agravios que a decir del recurrente no hubieran sido motivo de
pronunciamiento del Tribunal de alzada y en su caso no fueron resueltos con la debida
fundamentación a los fines de que la presente resolución sea clara y concreta en su
consideración, se procederá a individualizarlos:
1. Denuncia de incongruencia omisiva, porque el Auto de Vista recurrido no se hubiera
pronunciado sobre la denuncia fundada en la errónea aplicación de la ley adjetiva (art. 365
CPP), pues ninguna de las pruebas aportadas por la parte acusadora le incriminarían con el
presunto Robo Agravado.
Al respecto, el Tribunal de alzada en el considerando IV del Auto de Vista impugnado señaló
que, respecto del defecto previsto en el inc. 1) del art. 370 del CPP, el recurrente hubiera
señalado que no se valoró la declaración testifical de descargo, que demostraba que su
persona se encontraba en su domicilio el día de los hechos, además de otros aspectos
relativos a la presunta defectuosa valoración probatoria, sin considerar que dicho defecto está
previsto en el inc. 6) del art. 370 del CPP, por lo que este aspecto sería resuelto a tiempo de
considerarse justamente el inciso antes señalado.
2. Tampoco hubiera respondido la denuncia, en sentido que la Sentencia se basó en
medios o elementos probatorios no incorporados legalmente al proceso, señalando al
respecto que se valoró de forma ilegal, los informes del asignado al caso, de acción directa, el
acta de requisa personal y el muestrario fotográfico, pruebas que debieron ser excluidas por
haber sido obtenidas de manera ilegal.
De igual manera en el considerando IV, el Tribunal de alzada se pronunció señalando que
sobre el defecto de la Sentencia previsto en el inc. 4) del art. 370 del CPP, el recurrente
ingresó en una serie de contradicciones a tiempo de formular el referido agravio, pues señaló
que las pruebas documentales 3, 8, 9 y 12 fueron obtenidas de manera ilícita, alegando que
si bien pudieron ser utilizadas como medios indiciarios para formular una imputación que es
de carácter provisional, éstas no podían haber sido incorporadas al juicio vulnerando lo
previsto en los arts. 5, 6 y 12 del CPP; sin embargo, en el listado de pruebas objetadas, no se
señala porqué se considera que dichas pruebas hubiesen sido ilegalmente introducidas al
juicio, mucho más aún, si dice que planteó incidente de exclusión probatoria que fue
rechazada por el Tribunal de Sentencia y al haber efectuado su reserva de apelación tenía la
obligación de fundamentar de manera correcta, por qué el Tribunal de origen actuó de
manera ilegal al rechazar su incidente, además de no señalar qué normas, derecho o
garantías constitucionales se vulneró; en consecuencia, no era evidente el defecto alegado.
3. Se denunció que el Tribunal de alzada tampoco se hubiera pronunciado, respecto a la
falta de fundamentación de la Sentencia, o que la misma sea insuficiente o contradictoria,
señalando que el fallo no cumplió con lo previsto por el art. 124 del CPP.
[562]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto, el Tribunal de alzada en cuanto al supuesto defecto previsto en el inc. 5) del art.
370 del CPP, concluyó que revisada de manera minuciosa la Sentencia cuestionada, la misma
no contenía falta de fundamentación; puesto que, en la referida resolución se expuso
claramente los hechos acusados, probados y no probados, así como la valoración de la
prueba y los fundamentación de derecho, estableciéndose claramente porqué se llegó a la
convicción de que el acusado Sergio Gabriel Sánchez Justiniano, fue hallado autor y culpable
de la comisión del hecho delictivo de Robo Agravado, determinándose la pena en base a la
personalidad del acusado. En cuanto, a la adecuación de la conducta del imputado al tipo
penal condenado, los sustentos jurídicos asumió que se encuentran desarrollados en el punto
X.2 de la Sentencia impugnada, en la que previa verificación se constata una fundamentación
clara, respecto de la demostración de culpabilidad del tipo penal acusado
4. Finalmente, el recurrente aseveró que tampoco se hubiera pronunciado respecto a que
la Sentencia se basó en hechos inexistentes o no acreditados o en defectuosa valoración de
la prueba, señalando al respecto que la prueba aportada por el Ministerio Público, no fue
suficiente para generar convicción sobre su responsabilidad en el hecho acusado, indicando
que las pruebas consistentes en el formulario de denuncia, muestrario fotográfico, acta de
registro del lugar, informes del asignado al caso, informe de Acción directa, acta de requisa
personal, requerimiento fiscal y resolución fiscal de aprehensión, de ninguna manera lo
involucran con el Robo Agravado y que al contrario la testifical de descargo, demostraría que
el día de los hechos acusados, se encontraba todo el día en su casa festejando el cumpleaños
de su esposa.
En cuanto a la defectuosa valoración probatoria, en el considerando IV del Auto de Vista
impugnado respecto del defecto de Sentencia establecido en el inc. 6) del art. 370 del CPP,
en el que se denunció que la Sentencia se basó en valoración defectuosa de la prueba, se
resolvió señalando que en cuanto de la prueba PD-1 relativa a la denuncia formulada con la
víctima, fue cotejada con la PD-11, consistente en el acta de reconocimiento de persona, en
las que las víctimas reconocen a los dos acusados -Rafael Rivero y Sergio Gabriel Sánchez
Justiniano- como las personas que hubieran cometido el delito condenado, habiendo
cumplido el Tribunal de Sentencia, con su obligación de valorar de manera integral las
pruebas aportadas por las partes y que le dio convicción sobre el hecho delictivo cometido
por los acusados y su identificación plena. Respecto de la prueba PD-2, referida al muestrario
fotográfico y el registro del lugar de los hechos, el Tribunal de alzada destacó que el
recurrente si bien solicitó la exclusión probatoria, ésta fue rechazada y como se dijo antes
pese a la reserva de apelación, en ninguna parte del memorial de apelación restringida se
observó los fundamentos expuestos en el fallo del Tribunal de origen, en cuanto a la
resolución del incidente de exclusión probatoria. Esta misma carencia de fundamentación se
observó respecto de las pruebas PD-3, PD-7, PD-8, PD-9, PD-10, PD-11, PD-12, PD-13, PD-14
y PD-15.
De igual forma respecto de las pruebas PD-7, PD-10, PD-11, PD-13, PD-14 y PD-15, conforme
a la doctrina establecida por el Auto Supremo 74/2013 de 13 de marzo, se aclaró que el
Tribunal de alzada no podía revalorizar prueba; puesto que, la labor probatoria corresponde
al Tribunal de sentencia conforme a los principios de inmediación, contradicción y oralidad; y
en todo caso, se debía tomar en cuenta que respecto de la valoración defectuosa de las
testificales de descargo, se tendría que el Tribunal de mérito al valorarlas las tachó de
contradictorias, al no haber respondido de manera uniforme respecto de que si el acusado se
encontraba en su domicilio el día y hora de los hechos.
[563]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Conforme lo desarrollado precedentemente, se tiene que el recurrente de manera uniforme
alega que los cuatro defectos de sentencia insertos en los incs. 1), 4), 5) y 6) del art. 370 del
CPP, no hubieran sido resueltos por el Tribunal de alzada a tiempo de resolver su apelación
restringida, incurriéndose en incongruencia omisiva, siendo pertinente en consecuencia tener
presente lo que se entiende por tal defecto; es así, que esta Sala Penal a través del Auto
Supremo 297/2012-RRC de 20 de noviembre, señaló que: “ …la autoridad jurisdiccional al no
pronunciarse sobre el contenido de las pretensiones solicitadas por el denunciante
incurre en una incongruencia omisiva o fallo corto (citra petita o ex silentio); sin
embargo, debe exigirse el cumplimiento de los siguientes requisitos para la concurrencia del
fallo corto: i) Que la omisión denunciada se encuentre vinculada a aspectos de carácter
jurídico y no a temas de hecho o argumentos simples; ii) Que las pretensiones ignoradas se
hayan formulado claramente y en el momento procesal oportuno; iii) Que se traten de
pretensiones en sentido propio y no de meras alegaciones que apoyan una pretensión; y, iv)
Que la Resolución emitida no se haya pronunciado sobre problemáticas de derecho, en sus
dos modalidades; la primera que la omisión esté referida a pretensiones jurídicas, y la
segunda cuando del conjunto de los razonamientos contenidos en la Resolución judicial
puede razonablemente deducirse no sólo que la autoridad jurisdiccional ha valorado la
pretensión deducida, sino además los motivos que fundamentan la respuesta tácita. Siendo
así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto, referido en
esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y resolver a las
pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente, frustrando con ello
el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho sobre la cuestión
formalmente planteada”.
[564]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las
leyes dictadas conforme a ellas“ (sic.).
Las normas antes citadas establecen que el derecho a la libertad física o personal sólo puede ser
restringido cuando se cumplan con determinados requisitos formales y materiales de validez; pues caso
contrario, se entenderá que la privación de libertad resulta ilegal y, por tanto, que existe una detención
ilegal o indebida.
En ese sentido, la SC 0010/2010-R de 6 de abril, concluyó: ”…que para que una restricción al
derecho a la libertad sea constitucional y legalmente válida, se deben cumplir con determinados
requisitos materiales y formales. Respecto a los primeros, sólo se puede restringir el derecho a la
libertad en los casos previstos por Ley, que de acuerdo a la Opinión Consultiva (OC) 6/86 de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos debe tratarse de una Ley formal, es decir de aquella que emana
del órgano legislativo. Con relación a los requisitos formales, la restricción al derecho a la libertad
sólo será válida si se respetan las formas establecidas por ley, si el mandamiento emana de autoridad
competente y es emitido por escrito, salvo el caso de flagrancia, de conformidad a lo establecido por
el art. 23.IV de la CPE.
Estas condiciones de validez, también han sido desarrolladas por la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Así en la Sentencia de 21 de enero de 1994, caso Gangaram
Panday, la Corte señaló: ’…Nadie puede ser privado de la libertad personal sino por las causas, casos
o circunstancias expresamente tipificadas en la ley (aspecto material) pero, además, con estricta
sujeción a los procedimientos objetivamente definidos por la misma (aspecto formal)‘.
Ese también fue el criterio, por otra parte, del Tribunal Constitucional, contenido en las numerosas
sentencias, como las SSCC 0697/2003-R, 1141/2003-R y 0540/2004-R, partiendo de la interpretación
de las normas de la Constitución abrogada y de los Pactos Internacionales sobre Derechos Humanos.
Ahora bien, en materia penal, los casos en los que una persona puede ser privada de su libertad están
expresamente previstos en el Código Penal, tratándose de sanciones penales, y en el Código de
Procedimiento Penal, tratándose medidas cautelares, entre ellas la aprehensión y la detención
preventiva. En cuanto a las formalidades que deben observarse para la privación de libertad de una
persona, las mismas también se encuentran establecidas en el Código de Procedimiento Penal”.
SOBRE LA DURACIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0925/2017-S1
Sucre, 28 de agosto de 2017
El art. 8 de la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal –Ley 586 de
30 de octubre de 2014–, modificó el art. 239 del Código de Procedimiento Penal (CPP), de la siguiente
forma: “La detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que
se juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción,
seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e
infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia para su
resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
[565]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En el caso de los Numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las veinticuatro (24) horas
siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán responder en el plazo de tres (3) días. Con
contestación o sin ella, la o el Juez o Tribunal dictará resolución sin necesidad de audiencia, dentro de
los cinco (5) días siguientes, declarando la procedencia, siempre que la demora no sea atribuible a
los actos dilatorios del imputado, o la improcedencia del beneficio, sin posibilidad de suspensión de
plazos.
En los casos previstos en los Numerales 2, 3 y 4 del presente Artículo, la o el Juez o Tribunal aplicará
las medidas sustitutivas que correspondan, previstas en el Artículo 240 de este Código” (las negrillas
nos pertenecen).
La jurisprudencia establecida en la SCP 2182/2013 de 25 de noviembre, dispuso: “Conforme el
artículo señalado precedentemente, el Tribunal Constitucional Plurinacional, ratificó la
jurisprudencia constitucional respecto a la cesación de la detención preventiva conforme dispone el
art. 239.3 del CPP, así la SCP 0041/2012 de 26 de marzo, refirió: ‘…es evidente que el objeto de la
citada norma procesal responde a fijar un lapso para la detención preventiva, en términos de
garantizar que el acusado sea juzgado dentro de un plazo razonable y no mantener la restricción de su
libertad en forma indefinida paralela a las incidencias que dilaten el proceso en sí; sin embargo, no es
menos cierto que ese límite temporal fijado por la norma, tiene a su vez un mecanismo que posibilita a
que el juzgador exija se desvirtúe la existencia de riesgos procesales, traducidos en el cumplimiento de
determinadas formalidades, con el objeto de garantizar a su vez la presencia del imputado en el
proceso, materializando de esa forma un equilibrio procesal entre el ejercicio del ius puniendi del
Estado, reflejado en la eficacia del proceso penal y las garantías procesales que asisten a las partes
dentro de una acción penal.
(…)
Ahora bien, los criterios procesalistas desarrollados por la doctrina, deben ser siempre ponderados
con los derechos y garantías procesales que asisten al procesado a objeto de evitar -como ya se dijo-
que la detención preventiva se convierta en una pena anticipada. Precisamente en el marco de esa
ponderación, la normativa procesal ha establecido los tres presupuestos en los que procede la
cesación de la detención preventiva, pero al mismo tiempo, en un equilibrio con los fines del proceso
y su efectivización, es que se prevé también el cumplimiento de ciertas formalidades, cuales son la
no persistencia de los riesgos procesales que motivaron la detención preventiva, y que la demora no
sea atribuible a los actos dilatorios del imputado, ello implica que el juzgador, debe necesariamente
efectuar una valoración integral de los presupuestos, circunstancias y actuaciones suscitadas en el
caso concreto y en base a ello determinar si procede el cese de la detención preventiva y en su caso
la aplicación de alguna medida sustitutiva.
De esa forma, se procura evitar que la detención preventiva se convierta en una pena anticipada,
pero al mismo tiempo se dota a las autoridades jurisdiccionales de los mecanismos que permitan
garantizar la presencia del imputado o condenado en el proceso, evaluando si procede la aplicación
de medidas sustitutivas en el marco de la valoración integral de los presupuestos que motivaron la
detención y en la actuación del imputado o condenado en el proceso y que la misma no hubiese sido
evidentemente dilatoria, tendientes siempre estos dos últimos elementos a efectivizar el ejercicio del
ius puniendi del Estado y también a revalorizar a la víctima, procurando un equilibrio entre ésta y el
procesado tanto del acceso a la justicia cuanto de la tutela judicial efectiva”’ (las negrillas son
agregadas).
[566]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto, la SCP 0986/2015-S3 de 12 de octubre, estableció que: “…empero, la condicionante
de la última parte del indicado artículo continúa vigente; es decir, que la dilación del proceso no sea
atribuible al imputado. Agregan que en el caso de autos, los apelantes pretenden beneficiarse con la
cesación de su detención preventiva por el simple vencimiento del plazo fijado, pero ninguno de ellos
hizo una auditoría jurídica de los actos que se consideran dilatorios, no demostrando la mora procesal
(…); es decir, que los recurrentes debieron hacer una detallada relación de todos los actos de dilación
y demostrar de manera precisa que ellos no fueron los causantes de la mora procesal. Con ese
argumento y ante dicha omisión, los Vocales demandados denegaron la solicitud de cesación de la
detención preventiva.
(…).
Sobre el tema, la citada SCP 2212/2013, al analizar una acción de libertad que se originó en el
rechazo a la solicitud de cesación de detención preventiva, señala clara y contundentemente que: ‘…
tanto los Jueces demandados como los Vocales codemandados, debieron circunscribir su
determinación en el transcurso del tiempo establecido en la norma señalada y contrastar con los
actuados procesales, constatando que la dilación no sea atribuible al imputado…’. En ese marco, es
evidente que a las autoridades judiciales se les asignó una labor activa en cuanto a la aplicación y/o
modificación de medidas cautelares en general y la determinación de la cesación de la detención
preventiva en particular, por lo que no pueden rechazar ese tipo de solicitudes con el argumento que
el imputado no demostró que la dilación del proceso no fue atribuible a su persona, sino que
deberán analizar el expediente a efectos de establecer si hubo o no dilación en el proceso y a quien
es atribuible la mora procesal, de manera que si el imputado no incurrió en actos dilatorios, deberá
disponerse la cesación de la detención preventiva”
SOBRE LA EFICACIA DE LA RESOLUCIÓN FISCAL JERÁRQUICA EMITIDA FUERA DE
PLAZO
S.C.P. 1253/2015-S2, Sucre 12 de noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Con relación a la eficacia de la Resolución fiscal jerárquica emitida por el Fiscal
Departamental fuera del plazo legal, en la SCP 1184/2012 de 6 de septiembre, se estableció
que: “En cuanto al reclamo que efectúan los accionantes de la demora de un año, dos meses
y un día en el pronunciamiento de la Resolución 24/2010, emitida por la autoridad
demandada, corresponde mencionar el entendimiento asumido en la SC 0609/2004-R de 22
de abril, que citando a la SC 1190/2003-R de 19 de agosto, dijo: ‘Tratándose de los Fiscales,
no es posible hablar de «pérdida de competencia» de éstos cuando no han dictado sus
resoluciones dentro de los plazos que establece la ley, y si bien en el caso que se examina,
la recurrida ha cometido un acto ilegal al dictar la Resolución de impugnación del
sobreseimiento fuera del término previsto en el párrafo segundo del art. 324 CPP, la
inobservancia de dicho precepto, por lo anteriormente expresado, no invalida la
Resolución dictada, en este caso la revocatoria del sobreseimiento, pues ello se
encuentra previsto dentro sus atribuciones conforme al art. 40.15) LOMP, la cual surte
plenamente sus efectos, sin perjuicio de la responsabilidad disciplinaria e inclusive penal
que pudiera corresponder a la indicada Fiscal por el incumplimiento de los plazos
establecidos en el CPP, según prescribe el art. 135 del mismo’” (las negrillas son nuestras).
[567]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Asimismo en la SC 0214/2011-R de 11 de marzo, que moduló el entendimiento la línea
jurisprudencial establecida, entre otras, en la SC 1230/2006-R de 1 de diciembre,
refiriéndose a los efectos procesales emergentes de la omisión de pronunciamiento por parte
del Fiscal Departamental sobre la ratificación o revocatoria del sobreseimiento dentro del
plazo de los cinco días que prevé el art. 324 del CPP, con relación a los imputados con
detención preventiva, aclaró que: “…4) No obstante, de ninguna manera podría
reputarse, que el sobreseimiento se hubiese ejecutoriado, dado que la ley así no lo
prevé…”.
Consiguientemente, la Resolución fiscal jerárquica sobre revocatoria del sobreseimiento,
emitida fuera de plazo legal de cinco días, tiene plena eficacia, sin perjuicio de la
responsabilidad emergente de la demora.
[568]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ejecutado una vez que el funcionario policial del aludido establecimiento asuma conocimiento” (las
negrillas son nuestras).
SOBRE LA EXCEPCIÓN DE INCOMPETENCIA EN MATERIA PENAL POR EXISTIR
CLÁUSULA ARBITRAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1064/2017-S2
Sucre, 9 de octubre de 2017
A través de la SCP 0477/2015-S1, de 15 de mayo, sobre la excepción de incompetencia en materia
penal por existir clausula arbitral, en base a la SC 2634/2010-R de 6 de diciembre, cambioó la línea
jurisprudencia contenida en las SSCC 0770/2006-R, 0068/2007-R y 0487/2007-R, al señalar que: ”’…
independientemente de la cláusula compromisoria contenida en un solo contrato, que obligaría a
renunciar a la vía ordinaria y someter las controversias a la arbitral -ante la Cámara de Comercio, en
este caso-, se incide que es dentro del proceso penal donde se dilucidaría la adecuación de la
conducta antijurídica de los imputados a los tipos penales de estafa y estelionato; por ende, la
naturaleza de la excepción de incompetencia, que en este caso en particular fuera sustentada por el
carácter civil de los hechos controvertidos y la obligatoria sujeción a la vía arbitral, no condice al
contexto del juicio penal en el que fue planteada, que responde a la averiguación de la comisión de un
delito de acción pública, sus autores o partícipes y su consecuente sanción, que no guarda relación
alguna con el contenido del contrato en sí y las cuestiones que le atañen a éste; al contrario, sólo se
supedita a investigar la presunta comisión de ilícitos de interés social, en el caso en cuestión, dentro
de un proceso en el que intervendría el interés del Estado a través del Ministerio Público en defensa
de la sociedad, entidad que está obligada a perseguir hechos con preeminencia penal; caso contrario,
apartarse. Bajo este entendimiento, se pronuncia la misma Ley de Arbitraje y Conciliación en su art.
6.4, al aludir a «las cuestiones concernientes a las funciones del Estado como persona de derecho
público», como materia excluida del arbitraje. Este razonamiento, importa el cambio de la línea
jurisprudencial contenida en las SSCC 0770/220063-R, 0068/2007-R y 0487/2007-R -entre otras-,
que afirmaban la incompetencia del juez en materia penal cuando los hechos puestos a su
conocimiento recaían sobre una cláusula arbitral‘“ (el resaltado nos pertenece).
[569]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese mismo sentido la SC 0402/2007-R de 5 de mayo, estableció: ‘…a partir de la SC 1983/2004-R
de 17 de diciembre, cuyo entendimiento ha sido reiterado en las SSCC 0625/2005-R, 1122/2005-R,
1475/2005-R, ha establecido que ante problemáticas en las que se denuncia procesamiento y
detención indebidos por no haberse declarado la extinción de la acción penal por duración máxima
del proceso, su análisis no puede efectuarse a través del hábeas corpus al constituir una
problemática que no se encuentra directamente vinculada con el derecho a la libertad de
locomoción por no operar como causa de su restricción, y que al ser un extremo que se encuentra
vinculada con la garantía del debido proceso, la parte afectada puede acudir ante la jurisdicción
constitucional con la interposición del recurso de amparo constitucional una vez agotados los medios
y recursos reconocidos en la jurisdicción ordinaria’ (negrillas agregadas).
Bajo ese mismo entendimiento jurisprudencial, la SC 0352/2010-R de 22 de junio, expresó que: ‘…en
el caso que se analiza, el accionante, a través del recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad,
pretende que este Tribunal Constitucional, declare extinguida la acción penal; en consecuencia,
ordene su inmediata libertad, petitorio que está fuera de los alcances del art. 125 CPE, en razón a
que los actos acusados como violatorios de su derecho a una justicia sin dilaciones indebidas, no tiene
directa relación con la detención preventiva de la que es objeto, sino, como él mismo lo reconoce, se le
está vulnerando el principio de celeridad; además, que este Tribunal, ha dejado establecido en su
uniforme jurisprudencia, que la extinción de la acción penal, debe ser planteada, mediante la acción
de amparo constitucional’”
SOBRE LA FACULTAD DEL JUEZ DE INSTRUCCIÓN EN LO PENAL RESPECTO A LA
DEVOLUCIÓN DE BIENES SECUESTRADOS
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1035/2017-S1
Sucre, 11 de septiembre de 2017
Con relación a este tema, la SC 0073/2004-R de 14 de enero, expresó el siguiente razonamiento: “En
cuanto al argumento de que el recurrente no podría acudir al Juez recurrido por no ser parte en la
investigación, esta situación de manera alguna le impide presentar solicitud de devolución del vehículo,
pues con mayor razón el juzgador deberá atenderle para el caso de que acredite con la prueba idónea su
derecho propietario, razonamiento que se infiere de la interpretación correcta de las normas previstas
en el art. 186 CPP, que disponen: ‘Los semovientes, vehículos y bienes de significativo valor serán
entregados a sus propietarios o a quienes acrediten la posesión o tenencia legítima, en calidad de
depositarios judiciales después de realizadas las diligencias de comprobación y descripción’. En efecto,
como se ha establecido, este precepto no impone ninguna limitación para acudir al juez y solicitar la
entrega de un vehículo, vale decir, resulta irrelevante si la persona que solicita la entrega está o no
involucrada en la investigación, dado que sólo basta que acredite ser poseedor o tenedor legítimo, o en
su caso depositario judicial” (las negrillas nos corresponden).
Entendimiento que fue reiterado por la SC 0198/2010-R de 24 de mayo, que siguiendo la misma línea
de análisis, señaló que: “…justamente el accionante acudió ante el Juez controlador de derechos y
garantías fundamentales, quien dentro de sus facultades y al evidenciar las distintas peticiones del
ahora accionante, para la devolución de su camión y la acreditación de su derecho propietario, dispuso
la devolución de su motorizado, justamente precautelando los derechos fundamentales del mismo,
siendo competente para conocer aún, las peticiones de un tercero que no es parte del proceso para la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
devolución de algún bien como sucede en el presente caso, consiguientemente, las actuaciones del Juez
aquo, se encuentran enmarcadas dentro de lo que establece la ley” (las negrillas son añadidas).
Por su parte, la SCP 2578/2012 de 21 de diciembre, en coherencia con lo expresado en las Sentencias
Constitucionales precedentemente mencionadas, refirió: ‘‘El procedimiento a seguirse tratándose de
bienes secuestrados conforme al segundo párrafo del art. 186 del CPP, debe entenderse que quien
solicita -incluso un tercero interesado- la devolución de un bien secuestrado, sean éstos semovientes,
vehículos y bienes de significativo valor, debe dirigirse ante el juez cautelar encargado del control
jurisdiccional del proceso penal, autoridad que tiene la facultad de entregar a sus propietarios o a
quienes acrediten la posesión o tenencia legítima; pero, en calidad de depositarios judiciales, siempre y
cuando se hayan realizado las diligencias de comprobación y descripción”
SOBRE LA FUNDAMENTACIÓN DE LAS RESOLUCIONES EMITIDAS POR EL
MINISTERIO PÚBLICO
S.C.P. 1244/2015-S3, Sucre 9 de diciembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Al respecto, la SCP 2023/2010-R de 9 de noviembre, establece que: “La garantía del debido
proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia de la motivación de las
resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o
dicte una resolución resolviendo una situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los
motivos que sustentan su decisión…
Ahora bien, en concordancia con lo anterior los arts. 73 del CPP y 61 de la LOMP,
establecen la obligatoriedad de fundamentación de las resoluciones por parte de los fiscales,
en ese entendido la jurisprudencia del Tribunal Constitucional contenida en la SC 1523/2004-
R de 28 de septiembre, señaló lo siguiente: ‘…toda decisión emitida dentro de un proceso
penal que no implique cuestión de mero trámite sino que concierna al fondo de lo que se
investiga debe ser necesariamente motivada o lo que es lo mismo, debidamente
fundamentada, lo que significa, que tanto el fiscal o los jueces que conozcan el proceso, sea
en control jurisdiccional o para resolver el fondo, deberán dictar sus requerimientos o
resoluciones cumpliendo las exigencias de la estructura de forma como de contenido de las
mismas’”.
De la jurisprudencia glosada, se concluye que el debido proceso garantiza que las
resoluciones emitidas por el Ministerio Público a momento de emitir sus requerimientos,
deben estar debidamente fundamentadas y motivadas, dado que en general todas las
solicitudes que implican la resolución de una determinada situación jurídica, deben
ineludiblemente contar con la exposición de los motivos que sustentan la decisión asumida.
[571]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
medios probatorios aportados; por tanto, estos aspectos inequívocamente se encuentran directamente
vinculados con la seguridad jurídica, que es concebida como un principio y también como un valor de
rango supremo, postulado a partir del cual, el Estado, en la medida en la cual asegure la certidumbre,
consolidará la paz social y cumplirá con este fin esencial plasmado en el art. 10 de la CPE.
Por lo expuesto, en un análisis de jurisprudencia al respecto, el entonces Tribunal Constitucional, a
través de la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, estableció los requisitos para asegurar el elemento
motivación en las resoluciones jurisprudenciales y también la valoración integral de la prueba aportada,
exigencias entre las cuales se encuentran las siguientes: ‘a) Debe determinar con claridad los hechos
atribuidos a las partes procesales, b) Debe contener una exposición clara de los aspectos fácticos
pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos de hecho contenidos en la norma
jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe describir de forma individualizada todos los medios de
prueba aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de manera concreta y explícita todos y cada
uno de los medios probatorios producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada uno de
ellos de forma motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o pretensiones
de las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable, la valoración de las
pruebas aportadas y la sanción o consecuencia jurídica emergente de la determinación del nexo de
causalidad antes señalado’.
Los aspectos antes señalados, ya asumidos por la jurisprudencia precedente, deben ser aplicados por la
nueva jurisprudencia emanada del Tribunal Constitucional Plurinacional, por ser acordes con el
ejercicio pleno del control plural de constitucionalidad, en ese orden, y merced a este entendimiento, se
colige que los requisitos detallados supra, denotan la exigencia del cumplimiento por parte de las
autoridades jurisdiccionales de la motivación y constituyen presupuestos esenciales de las reglas de un
debido proceso, postulados, que en definitiva asegurarán la vigencia del Estado Social y Democrático
de Derecho y que en caso de ser vulnerados, hacen viable la activación del control de
constitucionalidad a través de la acción de libertad en el marco del presupuesto del procesamiento
indebido en causas procesales referentes a medidas cautelares vinculadas con la libertad.
Asimismo, debe precisarse que la omisión valoratoria, en el marco de las reglas de un debido proceso,
implica la falta de consideración de alguno de los elementos probatorios producidos por las partes en el
decurso de la causa, aspecto que implica el incumplimiento del postulado en virtud del cual, la
autoridad jurisdiccional, debe considerar de manera integral todos los medios de prueba aportados; por
lo señalado, se concluye que el incumplimiento de este presupuesto, al igual que el incumplimiento de
la motivación de decisiones jurisdiccionales, activa el control tutelar de constitucionalidad para la
restitución del mismo en el marco del respeto al debido proceso” (las negrillas son añadidas).
SOBRE LA IMPUGNACIÓN DE LAS RESOLUCIONES DE DESESTIMACIÓN DE
DENUNCIA PRONUNCIADAS POR EL MINISTERIO PÚBLICO
S.C.P. 1144/2015-S3, Sucre, 16 de noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La SCP 0092/2014-S3 de 27 de octubre, indico que: “…es innegable que la Ley Orgánica del
Ministerio Público y el Código de Procedimiento Penal, no establecen una forma de
impugnación a la desestimación misma que se encuentra prevista en el art. 55.II de la
LOMP, en este sentido el art. 305 del CPP, establece únicamente la posibilidad de la
objeción al rechazo ante el superior fiscal jerárquico, pero no a la desestimación. En efecto
como lo hace notar el accionante, si bien existen similitudes respeto a los requisitos exigidos
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en el art. 55.II de la LOMP (desestimación) y 304 del CPP (rechazo); toda vez, que ambas
figuras son dictadas por fiscales y deben encontrarse debidamente fundamentadas, se
tiene que la desestimación importa la negativa al inicio a la etapa preparatoria de la
investigación y no tiene en el Código de Procedimiento Penal un medio o mecanismo de
impugnación expreso, aspecto que podría vulnerar el derecho a la doble instancia respecto a
una decisión que puede impedir la continuación del proceso penal.
En ese contexto, la Constitución Política del Estado en su art. 256, dispone que los tratados
e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos ratificados por Bolivia, que
declaren derechos más favorables a los contenidos en la Constitución Política del Estado, se
aplicarán de manera preferente sobre ésta; asimismo, en su art. 13.IV establece que los
derechos reconocidos en la Norma Suprema serán interpretados de acuerdo a los tratados
internacionales de derechos humanos, cuando éstos prevean normas más favorables; en
ese sentido, corresponde emplear directamente los arts. 180 de la CPE y 8.2 inc. h) de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, a las desestimaciones
estableciendo en adelante que el procedimiento aplicable a la impugnación mientras
no disponga otra cosa el legislador ordinario es el procedimiento señalado en el art.
305 del CPP; ello, para no dejar en indefensión, vulnerar el debido proceso y los
derechos de las víctimas entendimiento aplicable en lo sucesivo por este Tribunal
Constitucional Plurinacional, conforme lo desarrollado en la SCP 0032/2012 de 16 de
marzo” .
SOBRE LA INCAUTACIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1035/2017-S1
Sucre, 11 de septiembre de 2017
El extinto Tribunal Constitucional a través de la SC 1700/2011-R de 21 de octubre, estableció que:
“Para resguardar los derechos de terceras personas, propietarias de los bienes incautados, ajenas al
delito que motiva el proceso, el legislador ha previsto la vía incidental a tramitarse ante el juez cautelar,
para que se reclame la devolución de los bienes o se solicite autorización para ejecutar los bienes
incautados que hubiesen sido gravados con anterioridad. Estos incidentes están regulados en su
procedimiento por las normas establecidas en los arts. 155 y 256 del CPP.
Al respecto, la SC 1179/2010-R de 6 de septiembre, se refirió en su Fundamento Jurídico III.1. a la SC
0452/2007-R de 6 de junio, que señaló lo siguiente: '…el art. 54 inc. 7) del CPP, establece que los
jueces de instrucción serán competentes para: «Conocer y resolver sobre la incautación de bienes y sus
incidentes». «Esta disposición es concordante con el art. 253 del CPP que determina que el Fiscal,
durante el proceso, hasta antes de dictarse sentencia, mediante requerimiento fundamentado, solicitará
al juez de la instrucción la incautación de bienes sujetos a decomiso o confiscación…», y con el
art. 255.I del CPP que determina que: «Durante el proceso, hasta antes de dictarse sentencia, los
propietarios de bienes incautados podrán promover incidente ante el juez de la instrucción que ordenó
la incautación (...)».A su vez, el art. 260.I del CPP señala: «El juez o tribunal, al momento de dictar
sentencia resolverá el destino de los bienes incautados que no fueron objeto de devolución con motivo
del incidente sustanciado ante el juez de la instrucción». Por su parte el párrafo quinto del art. 365 del
CPP, al hacer referencia al contenido de la sentencia condenatoria establece que: «La sentencia decidirá
también sobre las costas y sobre la entrega de objetos secuestrados a quien el tribunal entienda con
mejor derecho a poseerlos. Decidirá sobre el decomiso, la confiscación y la destrucción previstos en la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ley». De las disposiciones legales citadas precedentemente se tiene que la incautación puede ser
solicitada por el fiscal ante el juez de instrucción hasta antes de dictarse sentencia (…) tiene facultad de
tramitar y resolver incidentes respecto a bienes incautados hasta antes del pronunciamiento de la
sentencia, lo que resulta obvio si se tiene en cuenta que «la incautación implica el apoderamiento de los
instrumentos y efectos del delito, ordenado judicialmente, a fin de asegurar los resultados de un juicio o
bien para darles el destino lícito correspondiente»...(SC 0513/2003-R de 16 de abril), medida que no es
indefinida, pues la definición sobre la situación jurídica del bien incautado corresponde al juez o
tribunal que le corresponda emitir la sentencia en la que dispondrá, según sea el caso, el decomiso, la
confiscación, la destrucción o la devolución del bien incautado, cuando este no hubiera sido devuelto
anteriormente en virtud a un incidente planteado ante el juez cautelar, conforme lo ha entendido este
Tribunal en la SC 1092/2005-R de 12 de septiembre…'"
SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LA LEGALIDAD ORDINARIA Y EL ÁMBITO DE
COMPETENCIA DE LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1127/2017-S2
Sucre, 23 de octubre de 2017
Considerando que, en la problemática planteada, la parte accionante alega aparente error en la
interpretación de la legalidad ordinaria, específicamente de las causales de recusación establecidas en el
art. 316.6 y 9 del CPP, resulta necesario referirse a la jurisprudencia constitucional emitida por este
Tribunal, respecto a este tema.
A través de la citada SCP 0009/2014-S2, se señala: ”…’Si bien la interpretación de la legalidad
ordinaria debe ser labor de la jurisdicción común, corresponde a la justicia constitucional verificar si
en esa labor interpretativa no se han quebrantado los principios constitucionales informadores del
ordenamiento jurídico, entre ellos, los de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad,
jerarquía normativa y debido proceso; principios a los que se hallan vinculados todos los operadores
jurídicos de la nación; dado que compete a la jurisdicción constitucional otorgar la protección
requerida, a través de las acciones de tutela establecidas en los arts. 18 y 19 de la Constitución, ante
violaciones a los derechos y garantías constitucionales, ocasionadas por una interpretación que tenga
su origen en la jurisdicción ordinaria, que vulnere principios y valores constitucionales.
Esto significa que los órganos de la jurisdicción ordinaria deben sujetar su labor interpretativa a las
reglas admitidas por el derecho, con plena vigencia en el derecho positivo, que exige que tal labor se
la realice partiendo de una «interpretación al tenor de la norma (interpretación gramatical), con base
en el contexto (interpretación sistemática), con base en su finalidad (interpretación teleológica) y los
estudios preparatorios de la ley y la historia de formación de la ley (interpretación histórica)»
(Cfr. Cincuenta años de jurisprudencia del Tribunal Constitucional Alemán, pág. 2); reglas o métodos
de interpretación que en algunas legislaciones, han sido incorporados al ordenamiento jurídico
positivo (así, art. 3.1 del Código civil español).
Las reglas de la interpretación aludidas, operan como barreras de contención o controles, destinadas
a precautelar que a través de una interpretación defectuosa o arbitraria, se quebranten los principio
constitucionales aludidos; de modo que debe ser previsible, tanto en relación a los medios empleados
cuanto en relación al resultado alcanzado; pues la interpretación de una norma no puede conducir a
la creación de una norma distinta de la interpretada.
En este orden, conviene precisar que la interpretación sistemática o contextualizada, puede
extenderse, según los casos, al artículo del cual forma parte el párrafo o inciso analizado; al capítulo
[574]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
o título al que pertenece; al sector del ordenamiento con el que se vincula o pertenece; o al
ordenamiento en su conjunto; y finalmente, de manera inexcusable, con las normas, principios y
valores de la Constitución, dado que de todas las interpretaciones posibles que admita una norma,
debe prevalecer siempre aquella que mejor concuerde con la Constitución‘.
De lo referido anteriormente, se concluye que la labor de interpretación de la legislación ordinaria,
para su aplicación a un determinado caso, corresponde a la jurisdicción ordinaria, precisado a
través de la SC 1917/2004-R de 13 de diciembre, que señaló: ’…la interpretación de la legislación
ordinaria corresponde a la jurisdicción común y a la jurisdicción constitucional le compete verificar
si en la labor interpretativa se cumplieron los requisitos de la interpretación admitidos por el
derecho y si a través de ese proceso interpretativo arbitrario se lesionó algún derecho fundamental‘.
Asimismo, añade que: ’…toda supuesta inobservancia o errónea aplicación de la legislación
ordinaria, debe ser corregida por la jurisdicción común a través de los recursos que establece el
ordenamiento; y sólo en defecto de ello, y ante la invocación de infracciones a las reglas de la
interpretación admitidas por el derecho, la jurisdicción constitucional puede ingresar a verificar si la
labor interpretativa desarrollada por la Administración Aduanera cumplió o no con las reglas de
interpretación y si a través de esa interpretación arbitraria, se lesionó algún derecho fundamental,
únicos supuestos que permiten al Tribunal Constitucional realizar una verificación de la labor
interpretativa de la jurisdicción común‘“ (el resaltado es añadido).
III.2.1. Requisitos para que opere la interpretación de la legalidad ordinaria
La mencionada SCP 009/2014-S2, señala: ”Al respecto, y en base al entendimiento jurisprudencial
precedentemente desarrollado, la SC 0718/2005-R de 28 de junio, estableció que para que el Tribunal
cumpla su labor de revisión de la interpretación de la legalidad ordinaria, es necesario que: ’…la
parte procesal, que se considera agraviada con los resultados de la interpretación porque lesionan sus
derechos fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa los fundamentos jurídicos que
sustenten su posición, fundamentos en los que deberá exponer con claridad y precisión los principios o
criterios interpretativos que no fueron cumplidos o fueron desconocidos por el juez o tribunal que
realizó la interpretación y consiguiente aplicación de la norma interpretada; asimismo, exponer qué
principios fundamentales o valores supremos no fueron tomados en cuenta o fueron desconocidos por
el intérprete al momento de desarrollar la labor interpretativa y asumir la decisión impugnada; pues
resulta insuficiente la mera relación de hechos o la sola enumeración de las normas legales
supuestamente infringidas; porque sólo en la medida en que el recurrente expresa adecuada y
suficientemente sus fundamentos jurídicos la jurisdicción constitucional podrá realizar la labor de
contrastación entre la interpretación legal realizada por la jurisdicción ordinaria y los fundamentos
que sustentan la interpretación y las conclusiones a las que arribó, con los fundamentos y pretensiones
expuestos por el recurrente del amparo constitucional‘.
En consecuencia, excepcionalmente puede analizarse la interpretación efectuada por los jueces y
tribunales ordinarios; sin embargo, es necesario que el o los accionantes, a tiempo de cuestionar la
legalidad ordinaria, cumplan ciertas exigencias, las mismas que han sido desarrolladas en la SC
1718/2011-R de 7 de noviembre, señalando:
’1) Explique por qué la labor interpretativa impugnada resulta insuficientemente motivada,
arbitraria, incongruente, absurda o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas
de interpretación que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
2) Precise los derechos o garantías constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, con
dicha interpretación, y
3) Establezca el nexo de causalidad entre la ausencia de motivación, arbitrariedad u otra situación
absurda, por no aplicar la interpretación que considera debió efectuarse, y los derechos y/o
garantías que conforman el bloque de constitucionalidad, y que han sido lesionados con dicha
interpretación, explicando sí el resultado, cuál la relevancia constitucional‘. Entendimiento que ha
sido reiterado por la SCP 0615/2012 de 23 de julio.
De la jurisprudencia constitucional precedentemente glosada, se establece que la jurisdicción
constitucional, abre su ámbito de protección ante situaciones en las que se denuncie error en la
interpretación de la legalidad ordinaria o indebida aplicación de las normas, que tengan por
consecuencia la vulneración de los principios y valores constitucionales y consecuentemente
afectación de derechos fundamentales; para cuyo fin, el accionante deberá, imprescindiblemente,
expresar de manera clara, precisa y concreta, de qué manera esa interpretación resulta irrazonable,
por ser insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda o ilógica o con error evidente,
identificando en el caso concreto, cuáles son las reglas de interpretación que fueron omitidas por
dicha jurisdicción ordinaria, estableciendo el nexo de causalidad entre el hecho y la lesión causada.
Sin embargo, la SCP 1461/2013 de 19 de agosto sobre este tema precisó que: ’…la línea
jurisprudencial relativa a la revisión de la actividad de otros tribunales por parte de la justicia
constitucional ha avanzado en términos evolutivos hasta consolidar la noción que la interpretación de
la legalidad infra constitucional le corresponde a los tribunales de justicia y no a la justicia
constitucional; empero, ante la existencia de violación de derechos y garantías previstos en la
Constitución, excepcionalmente la justicia constitucional puede ingresar a valorar la actividad
desarrollada en miras a brindar una tutela constitucional, y finalmente que es al accionante el que
debe precisar los derechos invocados a efectos de lograr una tutela constitucional, sin que ello
implique someterse estrictamente a los cánones desarrollados por las SSCC 0718/2005-R, 0085/2006-
R y 0194/2011-R‘“ (las negrillas son añadidas).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
determinar el hecho probado y la segunda, una vez conocido el hecho se ocupa de la labor
de subsunción del hecho en alguno o algunos preceptos penales. A la primera se la llama
juicio histórico o fundamentación fáctica y la segunda es conocida como juicio jurídico o
fundamentación jurídica y ambas deben gozar de una adecuada fundamentación. Esta
exigencia de la motivación tiene un fundamento de carácter constitucional y permite que la
Sentencia se justifique objetivamente; además, de exteriorizar una ineludible convicción
judicial. Esto implica que la Sentencia ha de ser racional, de manera que la convicción del
Juez no puede basarse en la intuición o sospecha; sino, que el mismo debe proceder de la
prueba practicada en juicio.
En cuanto al control de la subsunción jurídica, corresponde precisar que la exteriorización del
razonamiento efectuado por el Juez o Tribunal de Sentencia, permite su control al Tribunal de
apelación, por ello la motivación de la Sentencia debe reflejar el razonamiento encaminado a
la aplicación de la norma general al caso juzgado, trasladando la valoración genérica que el
legislador ha expresado en la norma general a un supuesto de hecho concreto. La legitimidad
de este procedimiento depende de la corrección con la que se haya inferido la decisión
jurídica.
Por otra parte, debe tenerse presente que en el juicio sobre la observancia de la ley
sustantiva existen limitaciones, como la falta o insuficiencia de determinación del hecho, que
sirve de sustento a la calificación jurídica, que impide constatar si la ley ha sido bien o mal
aplicada y fundamentalmente los problemas ligados a la interpretación de los conceptos
jurídicos que integran la ley sustantiva y a la subsunción jurídica. Para superar estas
limitaciones, el Tribunal de apelación al realizar la labor de control de la subsunción
debe partir del hecho acusado, para saber si corresponde o no subsumirlo en el
tipo o tipos penales acusados, siendo además importante interpretar los
conceptos jurídicos que integran la ley sustantiva; de ese modo, el Tribunal de
casación podrá cumplir con su labor de uniformar la jurisprudencia, estableciendo criterios
rectores que permitan la aplicación del principio de seguridad jurídica.
Además, cabe recordar la necesidad de que las resoluciones en general y las resoluciones
judiciales en particular, estén debidamente motivadas, por ser este un principio básico que
informa el ejercicio de la función jurisdiccional; y, al mismo tiempo, un derecho de los
justiciables a obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y
congruente con las pretensiones oportunamente propuestas; de tal manera, que los Jueces o
Tribunales cualquiera sea la instancia a la que pertenezcan, están obligados a expresar la
argumentación jurídica que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el
ejercicio de la potestad de administrar justicia se haga en sujeción a la ley; pero, también con
la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justiciables.
Con base a lo expuesto, se establece que ante la formulación de recurso de apelación
restringida, corresponde al Tribunal de apelación en ejercicio de la competencia que la ley le
asigna, controlar a partir de los elementos constitutivos de cada delito, si el Juez A
quo realizó la adecuada subsunción del hecho a los tipos penales acusados, realizando al
efecto la correspondiente motivación.
[577]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La antes mencionada SCP 1924/2013, de 9 de noviembre, sobre el tema estableció que: “Con relación
a la función que tiene el juez cautelar como autoridad jurisdiccional bajo quien se encuentra el control
del desenvolvimiento de los actos de investigación que realizan tanto fiscales como funcionarios
policiales, desde el primer acto del proceso hasta la conclusión de la etapa preparatoria, el art. 54 del
CPP, establece: ‘Los Jueces de instrucción serán competentes para: 1) El control de la investigación,
conforme a las facultades y deberes previstos en este Código
(…)’.
Precepto legal que se halla complementado por el art. 279 del mismo CPP, que señala: “La Fiscalía y
la Policía Nacional actuarán siempre bajo control jurisdiccional.
Los fiscales no podrán realizar actos jurisdiccionales ni los jueces actos de investigación que
comprometan su imparcialidad’.
(…) De la competencia de los fiscales para emitir mandamientos de aprehensión
De acuerdo al art. 70 del CPP, corresponde al Ministerio Público dirigir la investigación de los
delitos y promover la acción penal pública ante los órganos jurisdiccionales. Por su parte, el art. 40.1
de la LOMP, refiriéndose a las atribuciones de los fiscales de materia, establece: ‘Ejercer la acción
penal pública, la dirección funcional de la investigación y de la actuación policial, en los casos que
los sean asignados en la investigación’.
En ese sentido, los fiscales que se encuentren a cargo de una investigación, pueden ordenar
aprehensiones, limitándose a dos posibilidades: la primera establecida en el art. 224 del CPP, que
señala; ‘Si el imputado citado no se presentara en el término que se le fije, ni justifica un
impedimento legítimo, la autoridad competente librará mandamiento de aprehensión’.
Al respecto, la SCP 1204/2012 de 6 de septiembre, estableció: ‘En definitiva, la finalidad de la
citación es poner en conocimiento del interesado, sobre el inicio de una investigación ya sea de
oficio, por denuncia o querella; no constituye una medida cautelar, sino que es simplemente una
forma de comunicación procesal que asegura la comparecencia del procesado ante el órgano
encargado de la investigación a efectos que preste su declaración informativa; el incumplimiento
injustificado a dicha citación, da lugar a la aprehensión, la cual, puede o no, derivar en la
aplicación de una medida cautelar’.
Con relación a esta forma de aprehensión, la SC 1480/2004-R de 1 de septiembre, señaló: ‘…el art.
97 del CPP, exige que en la etapa preparatoria el denunciado prestará declaración ante el Fiscal,
previa citación formal, disposición legal que es de inexcusable cumplimiento, en cuya virtud, el
Fiscal, como director de la investigación, debe disponer la citación personal del imputado a objeto
de asegurar que éste tome conocimiento de la denuncia que pesa en su contra, a fin de garantizar su
derecho a la defensa y sólo en caso de que el citado no se presentare en el término que se le fije, ni
justificara un impedimento legítimo, el Fiscal podrá librar mandamiento de aprehensión, de
acuerdo a los dispuesto por el art. 224 del CPP, caso contrario, la aprehensión ordenada resulta
ilegal’.
La segunda posibilidad se halla contemplada en el art. 226 del CPP, que señala: ‘El fiscal podrá
ordenar la aprehensión del imputado cuando sea necesaria su presencia y existan suficientes indicios
de que es autor o partícipe de un delito de acción pública sancionado con pena privativa de libertad,
cuyo mínimo legal sea igual o superior a dos años y de que pueda ocultarse, fugarse o ausentarse del
lugar y obstaculizar la averiguación de la verdad’; norma que a su vez fue objeto de modificación por
[578]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, agregando: ‘excepto en los delitos previstos y sancionados por los
Arts. 132 bis, 185, 254, 271 primer párrafo y 331 del Código Penal.
La jurisprudencia constitucional con relación a estas dos posibilidades, expresó el siguiente
entendimiento a través de la SC 0191/2004-R de 9 de febrero: ‘para que el fiscal en el inicio de una
investigación y durante la misma pueda disponer una aprehensión deben existir una de estas dos
situaciones a saber: a) cuando no obstante haberse cumplido con la diligencia de citación en forma
legal (personal o por cédula), observando las formalidades que dispone la norma prevista en el art.
163 CPP -pues caso contrario sería nula, por no cumplir con los requisitos de validez conforme lo
dispone la norma prevista por el art. 166 CPP-, el citado no concurre ante su autoridad, en cuyo
caso, se dan por cumplidas estrictamente las normas previstas por el art. 62 LOMP en concordancia
con la norma prevista por el art. 224 CPP y, b) cuando concurren todas las circunstancias especiales
previstas por el art. 226 CPP, procede la aprehensión directa sin previa citación personal de
comparendo y aún cuando el recurrente se hubiese presentado cumpliendo con la citación’.
Consecuentemente, se establece que los fiscales pueden ordenar la emisión de mandamientos de
aprehensión, ante la incomparecencia injustificada del imputado a una citación, para que preste su
declaración informativa, y cuando concurran los requisitos previstos en el art. 226 del CPP,
existiendo una excepción en casos de flagrancia en los cuales cualquier persona puede aprehender,
aún sin previa emisión de mandamiento, con el único objetivo de conducirlo ante la autoridad judicial
competente.
[579]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el alcance jurídico sobre la legitimidad que tienen tanto las personas y las autoridades para
poder presentar la referida acción de defensa, pues de lo contrario nos encontraríamos
forzando la interpretación y el alcance de la norma contrariamente a la voluntad del
constituyente.
En la misma línea y encontrándonos en un nuevo modelo constitucional de Estado a partir de
la vigencia de la Constitución Política del Estado vigente, destacar que contamos con un
sistema constitucional definido y un instrumento constitucional especial ‘nuevo’ creado por el
legislador como así se constituye el Código Procesal Constitucional -ley 254- de 5 de julio de
2012; cuya estructura respecto a la legitimación activa en acciones de amparos
constitucionales tiene un diseño especifico de quienes ostentan con tal calidad, así el art. 52,
establece que la acción podrá ser interpuesta por:
‘1. Toda persona natural o jurídica cuyos derechos estén siendo restringidos, suprimidos o
amenazados, de serlo, directamente u otra en su nombre con poder suficiente.
2. El Ministerio Público.
3. La Defensoría del Pueblo.
4. La Procuraduría General del Estado.
5. La Defensoría de la Niñez y Adolescencia’.
Consiguientemente, es un diseño el cual no incluye a los defensores de oficio ni estatales
menos en materia penal; sin embargo, la propia estructura constitucional sí prevé que -en
estos casos- quien tiene facultad y atribución para el efecto es el defensor del pueblo, así
concuerda el entendimiento jurídico con los art. 218.I de la CPE que señala:
‘La Defensoría del Pueblo velará por la vigencia, promoción, difusión y cumplimiento de los
derechos humanos, individuales y colectivos, que se establecen en la Constitución, las leyes
y los instrumentos internacionales. La función de la Defensoría alcanzará a la actividad
administrativa de todo el sector público y a la actividad de las instituciones privadas que
presten servicios públicos’; norma que concuerda perfectamente con el art. 222.1 de la CPE,
que establece que las atribuciones del Defensor del Pueblo, entre otras serán: ‘Interponer las
acciones de Inconstitucionalidad, de Libertad, de Amparo Constitucional, de Protección de
Privacidad, Popular, de Cumplimiento y el recurso directo de nulidad, sin necesidad de
mandato’.
En ese orden, se encuentra expedito -según el caso- que los defensores de oficio o estatales
pueden acudir al defensor del pueblo precautelando los interés de su defendido y es dicha
autoridad quien tendrá que actuar en el marco de la celeridad y velar -en su caso- por que se
cumplan efectivamente los requisitos de la acción tutelar como es la inmediatez.
En este sentido, el tratar de incluir a otra autoridad o instancia dentro del alcance especifico
previsto por el art. 52 del Código Procesal Constitucional (CPCo), constituiría en la
modificación de una norma que nació a la vida jurídica ‘recientemente’ y cuya voluntad del
legislador se limitó a identificar autoridades quienes gozan de legitimación activa,
especificando al Ministerio Publico, Defensoría del Pueblo, Procuraduría General y
Defensoría de la Niñez y Adolescencia y no así los defensores de oficio o estatales; además,
el numeral 1 de la referida norma es clara al establecer que la acción de amparo
constitucional puede ser interpuesta por toda persona natural o individual cuyos derechos
estén siendo restringidos, suprimidos o amenazados, de manera directa ‘u otra en su nombre
[580]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
con poder suficiente’; consiguientemente, la norma exige en caso de representación, que la
misma se encuentre acredita con poder notariado, pues no hay una excepción prevista por el
legislador para que defensores estatales en materia penal, puedan presentar acciones
tutelares, aún estos se encuentren declarados rebeldes.
Consiguientemente, si bien el art. 109 del CPP, establece que: ‘Los defensores estatales
podrán representar a su defendido en todas las instancias del proceso sin necesidad de
poder expreso’; artículo que alcanza únicamente a la norma especial y que de ninguna
manera puede confrontar con el alcance que la Constitución Política del Estado y el Código
Procesal Constitucional han establecido; en el mismo sentido debemos referirnos al art. 91
Bis del CPP, modificado por la Ley 004 de 31 de marzo de 2010 -de Lucha Contra la
Corrupción, Enriquecimiento Ilícito, Investigación de Fortunas ‘Marcelo Quiroga Santa Cruz’-,
misma que establece que en delitos de corrupción el proceso seguirá para el rebelde,
debiendo el estado designarse defensor de oficio; así se constata que dicha normativa
garantiza el derecho a la defensa del imputado o acusado declarado rebelde a efectos de
que un letrado pueda asumir su representación en el proceso penal, pero no dentro de un
proceso constitucional al no constituirse en directo afectado de la vulneración de derechos y
garantías constitucionales, en todo caso -como ya se dijo- corresponde respetar el sistema
constitucional ya definido y respaldado legalmente por la Constitución Política del Estado y la
norma especial, por eso mismo la estructura y diseño constitucional, permite a la persona
afectada -según corresponda- activar la jurisdicción constitucional vía autoridad llamada por
ley; pues lo contrario independientemente de contradecir la norma, todos los defensores de
oficio en distintas materias, podrán presentar acciones de defensa sin mandato alguno; en
este sentido no debemos olvidar que ‘En el recurso de amparo la legitimación activa consiste
en la identidad de la persona del sujeto activo con la persona a la cual la ley concede el
derecho de la acción constitucional, en otras palabras, se tendrá legitimación activa cuando
un sujeto jurídico determinado - sujeto activo - se encuentre en la posición que fundamenta
la titularidad de la acción, en ese sentido, tendrá legitimación activa quien sea titular de uno
de los derechos fundamentales o garantías constitucionales establecidas en la Constitución
Política del Estado’ (SC 0400/2006-R)”.
Emergente de otro proceso penal por la supuesta comisión del delito de incumplimiento de
deberes y otros seguido contra el mismo Mario Adel Cossio Cortéz, ante una acción de
amparo constitucional también interpuesta por su defensora de oficio, la SCP 1794/2014 de
19 de septiembre, señaló: “De lo que se colige, que la abogada Mónica Liseth Araoz Vasco,
interpuso la presente acción tutelar, en su calidad de defensora estatal de oficio de Mario
Adel Cossío Cortéz, en virtud a la designación realizada por el Tribunal de Sentencia Penal
de Entre Ríos, el 12 de septiembre de 2013; sin embargo, dicha profesional, a pesar de tener
conocimiento de la observación realizada por el Juez de garantías, sobre su legitimación
activa, no la subsanó hasta el día en el que se realizó la audiencia de garantías, el 24 de
junio de 2014, adjuntando poder notarial suficiente que le faculte interponer este medio de
defensa constitucional en representación de Mario Adel Cossío Cortéz; situación por la que,
corresponde al Tribunal Constitucional Plurinacional, de acuerdo al entendimiento
constitucional desarrollado en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, denegar la tutela solicitada, sin ingresar al fondo del asunto, en
virtud a que los defensores estatales, como sucede con la abogada Mónica Liseth Araoz
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Vasco, no tienen reconocida la legitimación activa para interponer acciones constitucionales
a nombre de sus representados; sino, tan sólo asumen representación cuando éstos les
otorguen poder notarial suficiente. Asimismo, de acuerdo a la mencionada jurisprudencia,
cuando el representado estuviese rebelde, podrán los abogados estatales acudir ante el
Defensor del Pueblo, para el resguardo de los derechos de sus defendidos, en virtud a que
dicha autoridad ostenta de facultades y atribuciones, para interponer sin mandato, acciones
tutelares en resguardo de los derechos y garantías constitucionales de toda persona;
aspecto que tampoco aconteció en el presente caso, toda vez que se evidencia que la
abogada de oficio referida, presentó de manera directa este mecanismo de defensa
constitucional”.
SOBRE LA MOTIVACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DE LAS RESOLUCIONES EMITIDAS
POR EL MINISTERIO PÚBLICO
S.C.P. 1253/2015-S2, Sucre 12 de noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El Tribunal Constitucional Plurinacional, con relación al deber de motivación y
fundamentación de las resoluciones pronunciadas por los fiscales, en la SCP 0004/2015-S2
de 5 de enero, señaló lo siguiente:“…sobre la motivación y fundamentación de las
resoluciones emitidas por los fiscales la SCP 1628/2014 de 19 de agosto, tomando la
jurisprudencia de la SC 2023/2010-R de 9 de noviembre, refirió: ‘…los arts. 73 del CPP y 61
de la LOMP, establecen la obligatoriedad de fundamentación de las resoluciones por parte
de los fiscales, en ese entendido la jurisprudencia del Tribunal Constitucional contenida en la
SC 1523/2004-R de 28 de septiembre, señaló lo siguiente: «…toda decisión emitida dentro
de un proceso penal que no implique cuestión de mero trámite sino que concierna al fondo
de lo que se investiga debe ser necesariamente motivada o lo que es lo mismo, debidamente
fundamentada, lo que significa, que tanto el fiscal o los jueces que conozcan el proceso, sea
en control jurisdiccional o para resolver el fondo, deberán dictar sus requerimientos o
resoluciones cumpliendo las exigencias de la estructura de forma como de contenido de las
mismas. En particular en lo relativo al contenido de fondo, no sólo deberán circunscribirse a
relatar lo expuesto por las partes sino también citar las pruebas que aportaron las partes,
exponer su criterio sobre el valor que le dan a las mismas luego del contraste y valoración
que hagan de ellas dando aplicación a las normas jurídicas aplicables para finalmente
resolver. Si no proceden de esa forma y dictan una resolución sin respetar la estructura
señalada, resulta obvio que su decisión será arbitraria y considerada subjetiva e injusta, pues
el sujeto procesal a quien no le sea favorable no podrá entender y menos saber la razón
jurídica de la decisión; y de incurrirse en esta omisión al disponer sobreseimiento a favor de
la parte imputada, la víctima podrá impugnar el requerimiento ante el superior jerárquico, y si
éste igualmente incurre en la misma omisión, quedará abierta la jurisdicción constitucional
para que acuda a la misma en busca de protección a sus derechos a la seguridad jurídica y
de acceso a la justicia o tutela judicial efectiva, cuyo alcance no abarca, como se dijo, a que
la parte acusadora pretenda que este Tribunal obligue a un Fiscal a presentar
obligatoriamente la acusación si no únicamente a que dicha autoridad emita su requerimiento
conclusivo debidamente fundamentado como lo exigen las normas previstas por los arts. 45
inc. 7) de la LOMP, 73 y 323.3 del CPP».
[582]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Entendimiento a ser aplicado cuando el Fiscal Departamental emita su resolución jerárquica
ya sea revocando o ratificando el sobreseimiento dispuesto por el fiscal de materia en favor
del imputado, por cuanto no puede limitarse únicamente a la citación de algunas pruebas, sin
individualizar la actuación de los imputados y sin examinar su conducta en relación a los
elementos constitutivos de los delitos por los que se les imputó, razón por la cual el fiscal
superior deberá verter el razonamiento jurídico de su decisión sin dejar duda en el justiciable.
Por lo que, la resolución fiscal debe estar debidamente fundamentada, lo que significa que
resolviendo el fondo, su requerimiento debe cumplir exigencias de estructura de forma como de
contenido, no limitándose a relatar lo ya expuesto por los sujetos procesales, sino citar los elementos
probatorios aportados por éstos, exponer su criterio sobre el valor dado a las mismas luego del
contraste y valoración que hagan de ellas y aplicando las normas jurídicas a resolver, evitando así
tomar decisiones arbitrarias’”.
[583]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ministerio Público (LOMP), que dispone: ”Las y los Fiscales formularán sus requerimientos y
resoluciones de manera fundamentada y específica (…)“. Asimismo, la jurisprudencia constitucional a
través de la SC 1523/2004-R de 28 de septiembre, sobre la obligación de los fiscales de fundamentar y
motivar sus resoluciones, señaló lo siguiente: ”…toda decisión emitida dentro de un proceso penal que
no implique cuestión de mero trámite sino que concierna al fondo de lo que se investiga debe ser
necesariamente motivada o lo que es lo mismo, debidamente fundamentada, lo que significa, que
tanto el fiscal o los jueces que conozcan el proceso, sea en control jurisdiccional o para resolver el
fondo, deberán dictar sus requerimientos o resoluciones cumpliendo las exigencias de la estructura
de forma como de contenido de las mismas. En particular en lo relativo al contenido de fondo, no
sólo deberán circunscribirse a relatar lo expuesto por las partes sino también citar las pruebas que
aportaron las partes, exponer su criterio sobre el valor que le dan a las mismas luego del contraste y
valoración que hagan de ellas dando aplicación a las normas jurídicas aplicables para finalmente
resolver.
Si no proceden de esa forma y dictan una resolución sin respetar la estructura señalada, resulta
obvio que su decisión será arbitraria y considerada subjetiva e injusta, pues el sujeto procesal a
quien no le sea favorable no podrá entender y menos saber la razón jurídica de la decisión; y de
incurrirse en esta omisión al disponer sobreseimiento a favor de la parte imputada, la víctima podrá
impugnar el requerimiento ante el superior jerárquico, y si éste igualmente incurre en la misma
omisión, quedará abierta la jurisdicción constitucional para que acuda a la misma en busca de
protección a sus derechos a la seguridad jurídica y de acceso a la justicia o tutela judicial efectiva,
cuyo alcance no abarca, como se dijo, a que la parte acusadora pretenda que este Tribunal obligue a
un Fiscal a presentar obligatoriamente la acusación si no únicamente a que dicha autoridad emita su
requerimiento conclusivo debidamente fundamentado como lo exigen las normas…“ (las negrillas son
añadidas).
En ese mismo contexto, la SCP 1050/2014 de 9 de junio, en lo concerniente a la labor del Fiscal
Departamental, al momento de conocer la resolución de sobreseimiento emitida por el Fiscal de
Materia, refirió que: ”Entendimiento a ser aplicado cuando el Fiscal Departamental emita su
resolución jerárquica ya sea revocando o ratificando el sobreseimiento dispuesto por el fiscal de
materia en favor del imputado, por cuanto no puede limitarse únicamente a la citación de algunas
pruebas, sin individualizar la actuación de los imputados y sin examinar su conducta en relación a los
elementos constitutivos de los delitos por los que se imputó, debiendo el fiscal superior verter el
razonamiento jurídico de su decisión sin dejar duda en el justiciable“.
[584]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
suficientes que determinen que el imputado es con probabilidad autor o partícipe del hecho y que no
se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad; situación que puede ser
modificable y fijar su cesación, cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los
motivos que la fundaron o tornen conveniente su sustitución.
Ahora bien, importa referirse a la valoración de la prueba; aplicable también a en estos casos, al
pertenecer a la jurisdicción ordinaria.
Al respecto, este Tribunal de manera reiterada y constante, expresó que la valoración de la prueba
en las solicitudes de cesación a la detención preventiva, es atribución exclusiva de la jurisdicción
ordinaria, concerniéndole excepcionalmente a la jurisdicción constitucional revisar si dicha labor se
enmarcó en los principios que la regula, así como los de razonabilidad y equidad, más no efectuarla,
así lo determinó el Tribunal Constitucional a través de la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, al señalar:
«…debe precisarse que el control de constitucionalidad, solamente puede operar en la medida en la
cual se cumplan los siguientes presupuestos a saber: a) Exista un apartamiento flagrante de los
principios de razonabilidad, proporcionalidad y objetividad; ó b) La autoridad jurisdiccional o
administrativa, incurra en una conducta omisiva, que se traduzca en dos aspectos concretos a saber: i)
No recibir los medios probatorios ofrecidos, ii) No compulsar los medios probatorios producidos,
entonces, siguiendo el razonamiento ya plasmado en las SSCC 0873/2004-R, 0106/2005-R, 0129/2004-
R, 0797/2007-R y 0965/2006-R entre otras, se tiene que solamente en el caso de cumplirse los
presupuestos antes citados puede operar el control de constitucionalidad para restituir así los
derechos fundamentales afectados, en consecuencia, el incumplimiento de los parámetros establecidos
supra, generaría que el órgano contralor de constitucional adquiera una disfunción tal que lo
convertiría en una instancia casacional, situación que no podría ser tolerada en un Estado
Constitucional», líneas jurisprudenciales reiteradas por las SSCC 0019/2012-R,
0880/2011-R y 0222/2010-R.
De lo referido, se establece que solo en el caso de cumplirse los presupuestos señalados, puede operar
el control de constitucionalidad para la restitución de los derechos vulnerados, entre tanto, no
concurran los mismos, el Tribunal Constitucional Plurinacional no puede realizar una valoración
probatoria (SC 1926/2010-R de 25 de octubre).
Asimismo la SC 0779/2011-R de 20 de mayo estableció: «La valoración de los elementos que
sustentan las decisiones de las autoridades judiciales de la jurisdicción ordinaria, es facultad
privativa de ellas, en virtud a los principios de legalidad e inmediación que hacen tanto a su
incorporación como a su ponderación tomando en cuenta el objeto a probar; es decir, su
pertinencia, así como su oportunidad. No es posible rehacer ese equilibrio a través de la lectura de
actas, incurriendo en meros subjetivismos, pues de así hacerlo, este Tribunal, se convertiría en una
instancia revisora de la actividad valorativa probatoria de otra jurisdicción, situación que resultaría
contradictoria con los fines específicos que esta instancia debe cumplir en su calidad de contralor de
la constitucionalidad»‘“ (las negrillas son nuestras).
SOBRE LA PONDERACIÓN DE LOS ELEMENTOS DE CONVICCIÓN Y LA
VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA DETENCIÓN
PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1153/2017-S2
Sucre, 9 de noviembre de 2017
[585]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Con relación a la valoración de la prueba en las solicitudes de detención preventiva, en la SCP
0919/2016-S2 de 26 de septiembre, se estableció lo siguiente: ”La SCP 0538/2012 de 9 de julio,
precisó que: ’Conforme prevén los arts. 233 y 239.1 del CPP, se ponderan elementos de convicción
suficientes que determinen que el imputado es con probabilidad autor o partícipe del hecho y que no
se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad; situación que puede ser
modificable y fijar su cesación, cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los
motivos que la fundaron o tornen conveniente su sustitución.
Ahora bien, importa referirse a la valoración de la prueba; aplicable también a en estos casos, al
pertenecer a la jurisdicción ordinaria.
Al respecto, este Tribunal de manera reiterada y constante, expresó que la valoración de la prueba
en las solicitudes de cesación a la detención preventiva, es atribución exclusiva de la jurisdicción
ordinaria, concerniéndole excepcionalmente a la jurisdicción constitucional revisar si dicha labor se
enmarcó en los principios que la regula, así como los de razonabilidad y equidad, más no efectuarla,
así lo determinó el Tribunal Constitucional a través de la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, al
señalar: ‘…debe precisarse que el control de constitucionalidad, solamente puede operar en la medida
en la cual se cumplan los siguientes presupuestos a saber: a) Exista un apartamiento flagrante de los
principios de razonabilidad, proporcionalidad y objetividad; ó b) La autoridad jurisdiccional o
administrativa, incurra en una conducta omisiva, que se traduzca en dos aspectos concretos a saber: i)
No recibir los medios probatorios ofrecidos, ii) No compulsar los medios probatorios producidos,
entonces, siguiendo el razonamiento ya plasmado en las SSCC 0873/2004-R, 0106/2005-R, 0129/2004-
R, 0797/2007-R y 0965/2006-R entre otras, se tiene que solamente en el caso de cumplirse los
presupuestos antes citados puede operar el control de constitucionalidad para restituir así los
derechos fundamentales afectados, en consecuencia, el incumplimiento de los parámetros establecidos
supra, generaría que el órgano contralor de constitucional adquiera una disfunción tal que lo
convertiría en una instancia casacional, situación que no podría ser tolerada en un Estado
Constitucional’, líneas jurisprudenciales reiteradas por las SSCC 0019/2012-R, 0880/2011-R y
0222/2010-R.
De lo referido, se establece que solo en el caso de cumplirse los presupuestos señalados, puede operar
el control de constitucionalidad para la restitución de los derechos vulnerados, entre tanto, no
concurran los mismos, el Tribunal Constitucional Plurinacional no puede realizar una valoración
probatoria (SC 1926/2010-R de 25 de octubre).
Asimismo la SC 0779/2011-R de 20 de mayo estableció: «La valoración de los elementos que
sustentan las decisiones de las autoridades judiciales de la jurisdicción ordinaria, es facultad
privativa de ellas, en virtud a los principios de legalidad e inmediación que hacen tanto a su
incorporación como a su ponderación tomando en cuenta el objeto a probar; es decir, su
pertinencia, así como su oportunidad. No es posible rehacer ese equilibrio a través de la lectura de
actas, incurriendo en meros subjetivismos, pues de así hacerlo, este Tribunal, se convertiría en una
instancia revisora de la actividad valorativa probatoria de otra jurisdicción, situación que resultaría
contradictoria con los fines específicos que esta instancia debe cumplir en su calidad de contralor de
la constitucionalidad»‘“ (las negrillas son nuestras)
[586]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
SOBRE LA PONDERACIÓN DE LOS ELEMENTOS DE CONVICCIÓN Y LA
VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA DETENCIÓN
PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1018/2017-S2
Sucre, 25 de septiembre de 2017
Con relación a la valoración de la prueba en las solicitudes de detención preventiva, en la SCP
0919/2016-S2 de 26 de septiembre, se estableció lo siguiente: “La SCP 0538/2012 de 9 de julio,
precisó que: ‘Conforme prevén los arts. 233 y 239.1 del CPP, se ponderan elementos de convicción
suficientes que determinen que el imputado es con probabilidad autor o partícipe del hecho y que no
se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad; situación que puede ser
modificable y fijar su cesación, cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los
motivos que la fundaron o tornen conveniente su sustitución.
Ahora bien, importa referirse a la valoración de la prueba; aplicable también a en estos casos, al
pertenecer a la jurisdicción ordinaria.
Al respecto, este Tribunal de manera reiterada y constante, expresó que la valoración de la prueba
en las solicitudes de cesación a la detención preventiva, es atribución exclusiva de la jurisdicción
ordinaria, concerniéndole excepcionalmente a la jurisdicción constitucional revisar si dicha labor se
enmarcó en los principios que la regula, así como los de razonabilidad y equidad, más no efectuarla,
así lo determinó el Tribunal Constitucional a través de la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, al señalar:
«…debe precisarse que el control de constitucionalidad, solamente puede operar en la medida en la
cual se cumplan los siguientes presupuestos a saber: a) Exista un apartamiento flagrante de los
principios de razonabilidad, proporcionalidad y objetividad; ó b) La autoridad jurisdiccional o
administrativa, incurra en una conducta omisiva, que se traduzca en dos aspectos concretos a saber: i)
No recibir los medios probatorios ofrecidos, ii) No compulsar los medios probatorios producidos,
entonces, siguiendo el razonamiento ya plasmado en las SSCC 0873/2004-R, 0106/2005-R, 0129/2004-
R, 0797/2007-R y 0965/2006-R entre otras, se tiene que solamente en el caso de cumplirse los
presupuestos antes citados puede operar el control de constitucionalidad para restituir así los
derechos fundamentales afectados, en consecuencia, el incumplimiento de los parámetros establecidos
supra, generaría que el órgano contralor de constitucional adquiera una disfunción tal que lo
convertiría en una instancia casacional, situación que no podría ser tolerada en un Estado
Constitucional»’, líneas jurisprudenciales reiteradas por las SSCC 0019/2012-R, 0880/2011-R y
0222/2010-R. De lo referido, se establece que solo en el caso de cumplirse los presupuestos señalados,
puede operar el control de constitucionalidad para la restitución de los derechos vulnerados, entre
tanto, no concurran los mismos, el Tribunal Constitucional Plurinacional no puede realizar una
valoración probatoria (SC 1926/2010-R de 25 de octubre). Asimismo la SC 0779/2011-R de 20 de
mayo estableció: ‘La valoración de los elementos que sustentan las decisiones de las autoridades
judiciales de la jurisdicción ordinaria, es facultad privativa de ellas, en virtud a los principios de
legalidad e inmediación que hacen tanto a su incorporación como a su ponderación tomando en
cuenta el objeto a probar; es decir, su pertinencia, así como su oportunidad. No es posible rehacer ese
equilibrio a través de la lectura de actas, incurriendo en meros subjetivismos, pues de así hacerlo, este
Tribunal, se convertiría en una instancia revisora de la actividad valorativa probatoria de otra
jurisdicción, situación que resultaría contradictoria con los fines específicos que esta instancia debe
cumplir en su calidad de contralor de la constitucionalidad’” (las negrillas son añadidas).
[587]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
SOBRE LA POSIBILIDAD DE AMPLIAR EL PLAZO DE LA INVESTIGACIÓN
PRELIMINAR
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0909/2017-S2
Sucre, 21 de agosto de 2017
La SCP 0097/2017-S2 de 20 de febrero, a tiempo de efectuar una aclaración de la línea jurisprudencial
a partir de las modificaciones al procedimiento penal contenidas en la Ley de Modificaciones al
Sistema Normativo Penal (Ley 007 de 18 de mayo de 2010), estableció que: “el caso que se analiza se
encuentra en la atapa preparatoria que tiene por finalidad la preparación del juicio oral y público,
mediante la recolección de todos los elementos que permitan fundar la acusación del fiscal o del
querellante y la defensa del imputado, etapa que conforme lo determina el art. 134 de la Ley 1970
debe finalizar en el plazo máximo de seis meses de iniciado el proceso. Dentro de este plazo se
encuentra subsumido el plazo del término de la investigación preliminar efectuada por la Policía
previsto por el art. 300 de la Ley 1970.
Por su parte, la SC 1036/2002-R de 29 de agosto, refiriéndose entre otras cosas a la oportunidad de la
presentación de la imputación formal, estableció que:
‘Si bien el Código de Procedimiento Penal no establece de manera explícita el plazo en que la
imputación formal debe ser presentada por el fiscal; del contenido del art. 300, 301 y 302 CPP, se
entiende que la misma debe emitirse a la conclusión de los actos iniciales de investigación, cuando,
obviamente, existan indicios suficientes sobre la existencia del hecho y la participación del imputado;
sin embargo, del contenido del art. 301.2 CPP, en el que se concede al Fiscal la facultad de 'Ordenar
la complementación de la diligencias policiales, fijando un plazo para el efecto, se extrae que, en el
sentido de la ley, al fiscal no le es exigible presentar la misma en la generalidad de los casos en el
momento señalado; sino sólo en aquellos supuestos en los que existen indicios suficientes.
Esto no significa, sin embargo, que el fiscal carezca en absoluto de plazo para presentar la imputación
formal; pues, tal entendimiento no guardaría sujeción al mandato constitucional de celeridad procesal
consagrado por el art. 116.X CPE, de lo que se extrae que el fiscal está impelido a presentar la
imputación formal en un plazo que debe ser fijado por el juez, atendiendo la complejidad del asunto,
en los casos en que el fiscal no lo haga en un plazo razonable; plazo que en ninguna circunstancia,
puede exceder al establecido por el art. 134 CPP, para la conclusión de la Etapa Preparatoria’.
A su vez, el Auto Constitucional (AC) 052/2002-ECA de 9 de septiembre, señaló: ‘…Complementar de
oficio el fundamento jurídico III.2.1) último párrafo, página 8, de la Sentencia Constitucional
1036/2002 añadiendo lo siguiente: «a imputación formal que marca el inicio del proceso penal, debe
ser efectuada obligatoriamente por los fiscales en las primeras actuaciones; es decir, una vez
recibidas las actuaciones policiales en las investigaciones preliminares conforme a las normas
previstas por los arts. 300, 301 y 302 CPP; lo que significa que el Fiscal bajo pena de responsabilidad
debe efectuar la imputación formal en el momento inicial de la etapa preparatoria y no después de que
transcurrieron semanas o meses como sucedió en el caso presente»’.
Consiguientemente, a partir de la jurisprudencia citada, el Tribunal Constitucional de ese entonces,
bajo una interpretación acorde a ese tiempo y coyuntura jurídica-criminal, legisló negativamente
estableciendo el plazo de seis meses como máximo para que los fiscales de materia puedan presentar
imputación formal; evidenciándose además una imprecisión en las Sentencias que posteriormente
asumieron esta línea, pues primero se señala que la imputación debe ser presentada en las primeras
actuaciones y en el momento inicial de la etapa preparatoria y no así después de meses, pero
[588]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contradictoriamente se concluye que dicha actuación no puede sobrepasar los seis meses computables
desde la denuncia o la noticia del crimen.
En ese orden, encontrándonos en un nuevo marco constitucional y coyuntura jurídica-constitucional,
es pertinente revisar si el plazo que la jurisprudencia ha otorgado al Ministerio Público y establecido
como ‘oportunidad de presentación de la imputación formal’ se encuentra acorde y compatible con el
nuevo sistema procesal penal, el principio de celeridad, razonabilidad, eficacia, eficiencia.
Pues en primera instancia tenemos que la SC 1036/2002-R, desarrolló su razonamiento e
interpretación sobre lo establecido en el Código de Procedimiento Penal (arts. 300, 301 y 302 del
CPP), sin embargo, no es menos cierto que, esta normativa fue modificada a partir de la vigencia de
la Ley 007; o sea, la ley de ‘Modificaciones al Sistema Normativo Penal’ es diseñada por el
legislador, bajo una nueva coyuntura y política criminal reflejada en la realidad social que atraviesa
el país, además, cuando la nueva Ley Fundamental estaba vigente.
Consiguientemente, nos encontramos con una nueva normativa procesal penal que modifica el
término de la investigación preliminar, estableciendo un plazo superior para el efecto, otorgando
más tiempo a la Policía Boliviana para que realice las investigaciones preliminares bajo dirección
funcional del Fiscal de Materia, razón por la cual, la jurisprudencia que interpreto esta situación,
ya no tiene efecto alguno, justamente porque ya fue modificada, correspondiendo en todo caso,
considerar los nuevos plazos procesales y si los mismos, se encuentran compatibles con la
Constitución y si son razonables para su aplicación.
III.2.2. Plazo de presentación de la imputación formal a partir de las modificaciones de la ley 007
III.2.2.1. Inicio y plazo de duración de las investigaciones preliminares (fase preliminar).
Se entiende que el inicio de la fase preliminar comienza desde el ‘notis criminis’, o sea, desde que la
Policía o el Fiscal, vía denuncia escrita u oral, o querella, según corresponda, conozcan la presunta
comisión de un ilícito tipificado en el Código Penal.
En este sentido, el art. 300 del CPP, modificado por la Ley 007, ha establecido:
‘Las investigaciones preliminares efectuadas por la policía, deberán concluir en el plazo máximo de
veinte (20) días de iniciada la prevención. Dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes, la Policía
remitirá a la Fiscalía los antecedentes y objetos secuestrados, salvo que el fiscal disponga en
cualquier momento su remisión’.
Ahora bien, bajo una interpretación sistemática y gramatical del art. 300 y 301 del CPP, se tiene que
las investigaciones preliminares deben iniciarse por la policía a partir de la prevención, o sea, desde
que conocen el hecho ilícito y antijurídico, debiendo informar al Ministerio Público dentro de las ocho
horas de su intervención; en este sentido, las facultades de la Policía Boliviana previstas por el art.
295 del CPP, -sobre la investigación preliminar- deberán ser cumplidas en un plazo de veinte días;
pues en el caso de que el Fiscal de Materia no se encuentre de acuerdo con las mismas o en su caso,
considere que deben ser ampliadas por distintas circunstancias, tiene la facultad de requerir por su
complementación conforme establece el art. 301.2 del CPP modificado por la Ley 007, y de esta forma
fijar un plazo que no puede superar los noventa días; consiguientemente, el legislador ha diseñado
como plazo máximo de conclusión de la etapa preliminar veinte días, las cuales pueden ser ampliadas
-en su caso- a tres meses, con la excepción que se trate de investigaciones complejas; para dicho
efecto, deberá ser comunicado al Juez que ejerce el control jurisdiccional sobre cualquier prórroga.
Consiguientemente, se tiene la siguiente conclusión:
[589]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
1. Las investigaciones preliminares deben concluir en un plazo máximo de veinte días; recibidas las
actuaciones policiales, el Fiscal tiene el deber de emitir la Resolución de imputación formal por el
delito o los delitos atribuidos; en caso de que no lo haga ni se pronuncie sobre ningún presupuesto
previsto por el art. 301 del CPP, el Juez deberá conminar al representante del Ministerio Publico
otorgándole un plazo razonable para su cumplimiento, bajo advertencia de remitir antecedentes para
su procesamiento disciplinario y penal, además, de conminar al Fiscal Departamental para que en su
caso y bajo el principio de unidad, se proceda al cambio inmediato del Fiscal de Materia que no
cumplió con la conminatoria respectiva.
2. Una vez recibidas por parte del Fiscal de Materia las actuaciones preliminares, si considera
necesario, deberá requerir u ordenar de manera fundamentada, la complementación de las diligencias
policiales, fijando para el efecto un plazo razonable que no podrá exceder de noventa días; en el
supuesto que cumplido este plazo el Fiscal de Materia no se pronuncia sobre ningún presupuesto
establecido por el art. 301 del CPP, el juez deberá conminar según lo previsto en el punto que
antecede.
3. En caso de que la investigación sea compleja, previa evaluación y justificación debidamente
fundamentada, podrá disponer una prórroga razonable, la cual será comunicada al juez que ejerce el
control jurisdiccional de manera inmediata.
La jurisprudencia anterior sobre esta situación jurídica, ya fue modificada por Ley después de ocho
años, por lo que ya no es aplicable; en todo caso, estos plazos, efectivamente son compatibles con el
principio de razonabilidad y eficacia, pues el Ministerio Publico se encuentra en una trasformación
progresiva para satisfacer las necesidades de la sociedad erradicando así el alto grado de
delincuencia de nuestro país, pues no es menos cierto que, en la realidad y la práctica forense se
evidencia que los fiscales de materia, esperan más de seis meses para emitir la imputación formal a no
ser que sean hechos de flagrancia, así se constata que muchas causas duran más de tres años
establecidos por el 133 del CPP, conllevando a una incertidumbre a las partes, a la extinción de la
acción penal y a una retardación de justicia que en la realidad es preocupación no solo del órgano
ejecutivo y judicial sino de toda la sociedad, por eso mismo, los procesos penales deben tener un
horizonte enmarcado en el principio de celeridad, razón por la cual, el plazo de veinte días para que
se presente las investigaciones preliminares y el Fiscal de Materia emita la imputación formal, se
encuentra acorde a un sistema rápido, eficiente, efectivo y plasmado de garantías, sobre todo a una
nueva coyuntura donde se busca erradicar no solo la delincuencia, sino también la retardación de
justicia en materia penal, pues sin duda los seis meses otorgados a los Fiscales para que emitan la
imputación formal, conllevo entre otras cosas, a que el sistema procesal penal colapse, justamente
porque si a los seis meses creados vía jurisprudencia le sumamos los otros seis meses de duración de
la etapa preparatoria previstos en el art. 134 del CPP, tenemos un año sin ingresar al juicio
propiamente dicho, desnaturalizando así los principios que rige este sistema; así tenemos que los
fiscales esperan medio año para pronunciarse sobre la imputación formal pudiendo hacerlo en las
primeras actuaciones, conllevando a que en los juzgados cautelares se reúnan y acumulen
innecesariamente varias causas, lo que imposibilita al juez cautelar tener un control efectivo y
eficiente sobre todos los casos.
Asimismo, el plazo de los noventa días que el fiscal puede ordenar para la complementación de las
diligencias o investigaciones preliminares, también es razonable, pues el Fiscal tiene tres meses para
poder concluir una investigación más aún si la imputación formal se realiza en base a la existencia
[590]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de elementos de convicción para sostener que el imputado es con probabilidad, autor o participe del
hecho punible; consiguientemente, los seis meses establecidos por la jurisprudencia constitucional
ya no son aplicables porque la voluntad del legislador es distinta, pues se ha diseñado nuevos plazos
acorde a un nuevo sistema procesal penal.
Consecuentemente, a partir de la vigencia de la ley 007, el plazo para que el Fiscal presente la
imputación formal debe ser entendida cuando conozca el informe y las diligencias realizadas por la
Policía Boliviana, investigación que de ninguna manera puede superar los veinte días; en su caso,
noventa días y finalmente en casos complejos previa justificación fundamentada, puede requerirse
por un prorroga razonable; aspecto jurídico que debe ser atendido a cabalidad por el Ministerio
Público y los Jueces cautelares de todo el Estado Plurinacional”
SOBRE LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL, SUS FUNDAMENTOS Y SU
CÓMPUTO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0812/2017-S1
Sucre, 27 de julio de 2017
La SCP 1067/2016-S1 de 7 de noviembre, citando la SCP 1935/2013 de 4 de noviembre, señaló que:
"'La prescripción de la acción penal es una causa de extinción de la acción que opera por el transcurso
del tiempo, luego de la comisión del delito; como sostiene Binder, es un límite temporal al ejercicio del
poder penal del Estado, y así está prevista en nuestra legislación procesal penal en el art. 27 inc. 8) del
CPP.
Guillermo Cabanellas, refiriéndose a este instituto, señala que constituye: «La consolidación de una
situación jurídica por efecto del transcurso del tiempo; ya sea convirtiendo un hecho en derecho, como
la posesión en propiedad; ya perpetuando una renuncia, abandono desidia, inactividad o impotencia».
En materia penal sostiene el mismo tratadista que involucra la: «extinción de la responsabilidad penal
por el transcurso del tiempo sin perseguir el delito o falta luego de quebrantada la condena».
En este sentido, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Bolivia, en la SC 0023/2007-R de 16
de enero, desarrolló los fundamentos de la prescripción, conforme al siguiente entendimiento: «De
acuerdo a la doctrina, la prescripción se traduce en los efectos que produce el transcurso del tiempo
sobre el ejercicio de una determinada facultad. Esta definición, aplicada al ámbito penal, significa la
expresa renuncia por parte del Estado del derecho a juzgar debido al tiempo transcurrido.
Conforme a ello, es el propio Estado el que, a través de la norma penal (procesal o sustantiva, según las
legislaciones), establece los límites de tiempo en que puede ejercer la persecución penal. La actividad
represiva del Estado no puede ser ejercida de manera indefinida, ya que al hacerlo se quebrantaría el
equilibrio que debe existir entre la función de defensa de la sociedad y la protección de derechos y
garantías individuales.
Tradicionalmente se ha fundamentado la prescripción en diferentes razones, unas de tipo subjetivo,
vinculadas a los cambios que el tiempo opera en la personalidad del delincuente, que determinan la
desaparición de su peligrosidad para la sociedad; otras consideradas objetivas y de utilidad social, que
señalan que con el transcurso del tiempo desaparece la alarma social y no existe necesidad de
prevención general; aquellas de orden procesal que sostienen que existen dificultades en la recolección
de elementos probatorios para determinar la culpabilidad o inocencia del presunto autor. También se
han aducido razones de política criminal, en sentido que el castigo impuesto mucho tiempo después de
la comisión del hecho no alcanza los fines de la pena (prevención especial y prevención general,
positiva y negativa), careciendo, en consecuencia, su imposición de razón de ser; así como razones
[591]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurídicas, que inciden en la necesidad de eliminar la incertidumbre en las relaciones jurídicas y la
desaparición de la intranquilidad causada por el delito.
Si bien los anteriores fundamentos son válidos, actualmente la prescripción debe fundamentarse desde
la Constitución, en la medida en que este instituto está íntimamente vinculado con los principios,
valores, derechos y garantías constitucionales, fundamentalmente la garantía del debido proceso, la
prohibición de indefensión y el derecho a la seguridad jurídica.
Así, respecto al derecho a la defensa, es innegable que si pese al tiempo transcurrido, la acción penal se
dirigiera contra el supuesto culpable, llegando inclusive a imponerse una pena, se produciría una grave
indefensión, pues los medios de defensa de los que podría servirse el imputado, o ya no existirían o se
encontrarían debilitados, corriéndose el riesgo de condenar a un inocente por el tiempo transcurrido. En
síntesis, el transcurso del tiempo incrementa el riesgo del error judicial, por encontrarse debilitadas las
pruebas de la defensa.
A su vez, el derecho a la defensa se encuentra conectado con la seguridad jurídica, derecho que se
garantiza al evitar que se celebren procesos que no gozan de las mínimas garantías que permitan
obtener una sentencia justa y que ocasionarían lesión a la garantía del debido proceso.
De lo dicho se desprende que la prescripción sirve también para compeler a los órganos encargados de
la persecución penal, y a la misma administración de justicia penal, a resolver de forma rápida y
definitiva el ilícito que se ha cometido; combinándose, entonces, la necesidad de una justicia pronta y
efectiva (art. 116.X de la CPE), como garantía de la sociedad, y un debido proceso, como garantía del
imputado (art. 16.IV de la CPE), que a su vez precautele sus derechos a la defensa (art. 16.II de la CPE)
y a la seguridad jurídica (art. 7 inc. a) de CPE)».
En el caso boliviano, debe precisarse que la prescripción, como causal de la extinción de la acción
penal (art. 27 inc. 8) del CPP), se encuentra claramente diferenciada de otra causal de extinción, como
es el vencimiento del plazo máximo de duración del proceso (art 27 inc.10 del CPP); último supuesto
que, considerando lo anotado precedentemente, tiene como objetivo, la realización del derecho a un
plazo razonable, previsto actualmente en el art. 115.II de la CPE.
Bajo ese entendido, debe concluirse que: a) La extinción de la acción penal por prescripción, conforme
a la jurisprudencia glosada, tiene como fundamento -además de las razones de orden doctrinal y de
política criminal-, a la propia Constitución Política del Estado, al consagrar ésta el derecho a la defensa
(art. 119.II de la CPE), y por ende, la garantía del debido proceso (art. 117.I constitucional) y el
principio de seguridad jurídica (178.I de la Ley Fundamental); y, b) La extinción de la acción penal por
duración máxima del proceso se fundamenta en el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas o el
derecho a un plazo razonable, previsto en el art. 115 de la Norma Suprema.
Sobre el cómputo del plazo de la prescripción y su interrupción, el art. 29 del CPP, establece los plazos
para la prescripción de la acción penal, atendiendo al máximo legal de la pena privativa de libertad
(presidio o reclusión), prevista para los distintos tipos penales establecidos en el Código Penal. De
acuerdo al art. 30 del CPP, la prescripción empiezan a correr desde la media noche del día en que se
cometió el delito o en que cesó su consumación…
Como prescribe el art. 31 del CPP, la prescripción se interrumpe por la declaratoria de rebeldía del
imputado, y conforme al art. 32 del CPP, el término de la prescripción de la acción se suspende cuando:
1) «Se haya resuelto la suspensión de la persecución penal y esté vigente el periodo de prueba
correspondiente; 2) Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones
prejudiciales planteadas; 3) Durante la tramitación de cualquier forma de antejuicio o de la
[592]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conformidad de un gobierno extranjero de la que dependa el inicio del proceso; y, 4) En los delitos que
causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio regular de la competencia de las
autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese estado».
De la interpretación de dichas normas, la jurisprudencia constitucional contenida en la SC 0023/2010-
R, reiterando los precedentes implícitos contenidos en las SSCC 1510/2002-R, 0187/2004-R y
0101/2006-R, concluyó que: «…sólo esas causales suspenden la prescripción; en consecuencia, fuera
de ellas, la prescripción continúa corriendo, independientemente de que se hubiera iniciado o no la
acción penal correspondiente.
Conforme a dicho entendimiento, el inicio de la acción penal no interrumpe el término de la
prescripción, el mismo que sigue corriendo en el desarrollo del proceso y, por tanto, es posible declarar
la extinción de la acción penal por prescripción, aún el proceso se encuentre en casación si es que en
ese momento procesal se cumplieron los plazos previstos en el art. 29 del CPP (las negrillas son
nuestras)
SOBRE LA PRESENTACIÓN DEL REQUERIMIENTO CONCLUSIVO SEGÚN LA LEY 586
DE 30 DE OCTUBRE DE 2014 –LEY DE DESCONGESTIONAMIENTO Y
EFECTIVIZACIÓN DEL SISTEMA PROCESAL PENAL–
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0806/2017-S1
Sucre, 27 de julio de 2017
Al respecto, el art. 325 del CPP modificado por la Ley 586, dispone:
“I. Presentado el requerimiento conclusivo de acusación, la o el Juez Instructor dentro del plazo
de veinticuatro (24) horas, previo sorteo, remitirá los antecedentes a la o el Juez o Tribunal de
Sentencia, bajo responsabilidad.
II. En caso de presentarse requerimiento conclusivo para la aplicación de salidas alternativas, la o el
Juez deberá resolver de manera escrita y sin necesidad de audiencia los criterios de oportunidad,
siempre que se hubieran presentado los documentos que acrediten el cumplimiento de los requisitos
legales correspondientes, dentro del plazo de cinco (5) días siguientes; cuando se hubiera requerido la
aplicación de la suspensión condicional del proceso, el procedimiento abreviado o que se promueva la
conciliación, deberá resolverse en audiencia a llevarse a cabo dentro de los diez (10) días siguientes.
III. En caso de que la persona imputada guarde detención preventiva, el plazo máximo será de cinco
(5) días para la realización de la audiencia, bajo responsabilidad.
IV. En los casos establecidos en los Parágrafos II y III del presente Artículo, la audiencia no podrá ser
suspendida si la víctima o querellante no asistiere, siempre que haya sido notificada, bajo
responsabilidad de los servidores judiciales encargados de la notificación, la resolución asumida deberá
ser notificada a la víctima o querellante”.
Así también la SCP 0031/2017-S1 de 15 de febrero, asumiendo lo previsto por el art. 325 del CPP,
modificado por la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal, señaló
que: “…una vez presentado el requerimiento conclusivo de acusación, la o el juez de instrucción
penal, dentro de las veinticuatro horas de su recepción, deberá remitir los antecedentes del proceso
al juez o tribunal de sentencia penal; lo cual aconteció en este caso, dado que la autoridad
demandada dio estricto cumplimiento a la disposición señalada en la norma adjetiva referida ut
supra; puesto que, se encuentra sometido a responsabilidad en caso de su inobservancia o
incumplimiento…” (las negrillas son nuestras).
[593]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto, los Jueces de Instrucción en lo Penal tienen el deber jurídico de remitir los antecedentes
ante el Juez o Tribunal de sentencia dentro las veinticuatro horas de haber recepcionado el
requerimiento conclusivo de acusación; puesto que, el principio de celeridad procesal, impone a
quienes imparten justicia, actuar con la mayor diligencia despachando los asuntos sometidos a su
conocimiento, sin dilaciones indebidas y conforme a los plazos procesales establecidos por ley.
[594]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en su descargo, haciendo uso efectivo de los recursos que la ley le franquea. Asimismo, implica la
observancia del conjunto de requisitos de cada instancia procesal en las mismas condiciones con
quien lo procesa, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de
acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos».
En las acciones de defensa, la autoridad o persona demandada, tiene también el derecho a la
defensa, en virtud del cual presentará la prueba que considere pertinente para desvirtuar la
comisión del supuesto acto ilegal denunciado en la acción de libertad; pero además, tratándose de
acciones de libertad, la presencia, informe y presentación de prueba se constituye en un deber
procesal, que tiene la finalidad de otorgar a los jueces y tribunales de garantías, así como al propio
Tribunal Constitucional Plurinacional, bases ciertas para emitir una resolución justa, bajo el
principio de verdad material.
Así, la SCP 0087/2012 de 19 de abril, sostuvo que: «…la parte demandada se encuentra impelida por
su propio interés en presentar prueba para la desestimación de la acción de libertad cuya negligencia
puede incluso dar lugar a responsabilidad constitucional, más aún cuando la acción este dirigida
contra un servidor público en cuyo caso ya no se trata de una carga procesal sino un deber procesal
emergente del art. 235.2 de la CPE que establece que las y los servidores públicos deben 'cumplir con
sus responsabilidades, de acuerdo con los principios de la función pública' y el art. 113.II que refiere:
’En caso de que el Estado sea condenado a la reparación patrimonial de daños y perjuicios, deberá
interponer la acción de repetición contra la autoridad o servidor público responsable de la acción u
omisión que provocó el daño». Es decir, en estos últimos casos en el ámbito de sus competencias y
bajo responsabilidad todo servidor público no sólo cuenta con la obligación de presentarse a la
audiencia, sino presentar conjuntamente a su informe la prueba pertinente a la acción de libertad, de
forma que no provoque que el juez o tribunal de garantías e incluso este propio Tribunal emitan fallos
sobre prueba incierta o basados únicamente en presunciones».
El entendimiento jurisprudencial anotado, guarda coherencia con lo señalado por la SC 0038/2011-R
de 7 de febrero, en la que se sostuvo que: «…en el caso de la acción de libertad, atendiendo
especialmente a los principios de compromiso e interés social y de responsabilidad que rigen la
función pública, así como a la naturaleza de los derechos tutelados por esa garantía jurisdiccional,
cuando el sujeto pasivo es un funcionario público, éste tiene la obligación de presentar informe
escrito o en su defecto concurrir a la audiencia a fin de desvirtuar los hechos o actos denunciados
como lesivos a los derechos del accionante, pues de no hacerlo se presume la veracidad de los
mismos» (…) La Sentencia citada precedentemente reiteró la jurisprudencia constitucional anterior
que estableció que, a falta de pruebas, se tienen por ciertos los extremos denunciados en la acción de
libertad cuando la autoridad o persona demandada no asiste a la audiencia ni presta su informe de
ley, o cuando en audiencia, o en su informe, confirma los actos denunciados de ilegales (SSCC
1164/2003-R, 0650/2004-R, 0141/2006-R, y 0181/2010-R, entre muchas otras)”
SOBRE LA PRESUNCIÓN DE VERACIDAD DE LO DENUNCIADO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1057/2017-S2
Sucre, 9 de octubre de 2017
La SCP 0515/2016-S2 de 23 de mayo, señaló que: ”La SCP 0591/2013 de 21 de mayo, acogiendo las
líneas reiteradas por este Tribunal, estableció que: ’Toda persona que fuera demandada dentro de
cualquier proceso -judicial o administrativo- tiene el derecho a la defensa, como componente
esencial de la garantía del debido proceso, este derecho ha sido entendido por la jurisprudencia
[595]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
constitucional contenida en la SC 1534/2003-R de 30 de octubre como: «...potestad inviolable del
individuo a ser escuchado en juicio presentando las pruebas que estime convenientes en su descargo,
haciendo uso efectivo de los recursos que la ley le franquea. Asimismo, implica la observancia del
conjunto de requisitos de cada instancia procesal en las mismas condiciones con quien lo procesa, a
fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del
Estado que pueda afectar sus derechos».
En las acciones de defensa, la autoridad o persona demandada, tiene también el derecho a la defensa,
en virtud del cual presentará la prueba que considere pertinente para desvirtuar la comisión del
supuesto acto ilegal denunciado en la acción de libertad; pero además, tratándose de acciones
de libertad, la presencia, informe y presentación de prueba se constituye en un deber procesal, que
tiene la finalidad de otorgar a los jueces y tribunales de garantías, así como al propio Tribunal
Constitucional Plurinacional, bases ciertas para emitir una resolución justa, bajo el principio de
verdad material.
Así, la SCP 0087/2012 de 19 de abril, sostuvo que: «…la parte demandada se encuentra impelida por
su propio interés en presentar prueba para la desestimación de la acción de libertad cuya
negligencia puede incluso dar lugar a responsabilidad constitucional, más aún cuando la acción
este dirigida contra un servidor público en cuyo caso ya no se trata de una carga procesal sino un
deber procesal emergente del art. 235.2 de la CPE que establece que las y los servidores públicos
deben «cumplir con sus responsabilidades, de acuerdo con los principios de la función pública» y el
art. 113.II que refiere: «En caso de que el Estado sea condenado a la reparación patrimonial de daños
y perjuicios, deberá interponer la acción de repetición contra la autoridad o servidor público
responsable de la acción u omisión que provocó el daño». Es decir, en estos últimos casos en el ámbito
de sus competencias y bajo responsabilidad todo servidor público no sólo cuenta con la obligación de
presentarse a la audiencia, sino presentar conjuntamente a su informe la prueba pertinente a la acción
de libertad, de forma que no provoque que el juez o tribunal de garantías e incluso este propio
Tribunal emitan fallos sobre prueba incierta o basados únicamente en presunciones».
El entendimiento jurisprudencial anotado, guarda coherencia con lo señalado por la SC 0038/2011-R
de 7 de febrero, en la que se sostuvo que: «…en el caso de la acción de libertad, atendiendo
especialmente a los principios de compromiso e interés social y de responsabilidad que rigen la
función pública, así como a la naturaleza de los derechos tutelados por esa garantía jurisdiccional,
cuando el sujeto pasivo es un funcionario público, éste tiene la obligación de presentar informe
escrito o en su defecto concurrir a la audiencia a fin de desvirtuar los hechos o actos denunciados
como lesivos a los derechos del accionante, pues de no hacerlo se presume la veracidad de los
mismo».
La Sentencia citada precedentemente reiteró la jurisprudencia constitucional anterior que estableció
que, a falta de pruebas, se tienen por ciertos los extremos denunciados en la acción de libertad
cuando la autoridad o persona demandada no asiste a la audiencia ni presta su informe de ley, o
cuando en audiencia, o en su informe, confirma los actos denunciados de ilegales (SSCC
1164/2003-R, 0650/2004-R, 0141/2006-R, y 0181/2010-R, entre muchas otras)‘“
SOBRE LA SOLICITUD DE MODIFICACIÓN DE LA FIANZA ECONÓMICA IMPUESTA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1145/2015-S1, Sucre 6 de noviembre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SCP 0763/2015-S2 de 8 de julio, señala: “…la jurisprudencia constitucional, al
conocer y resolver una acción tutelar, relativa a medidas cautelares y la celeridad en el
tratamiento, la tramitación, consideración y concreción de la cesación a la detención
preventiva, estableció inicialmente, que dicha solicitud debía ser atendida en un ‘plazo
razonable’, tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este
beneficio; empero, ello no fue suficiente, instituyendo posteriormente una nueva norma
adscrita, que conceptualizó `plazo razonable´como un término brevísimo, de tres días hábiles
como máximo, incluidas las notificaciones, en el que los jueces o tribunales en materia penal
deben atender dichas solicitudes, en razón a que el art. 239 del CPP, no señalaba un plazo
específicamente determinado, en el que el juez o tribunal debía señalar la audiencia para
resolver la indicada solicitud.
En la actualidad el ordenamiento jurídico boliviano, cuenta con la Ley de
Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal, que tiene por objeto
implementar procedimientos para agilizar la tramitación de las causas penales, a efecto de
descongestionar el sistema penal y reducir la retardación de justicia para garantizar una
justicia pronta, oportuna y eficaz, en el marco de la Constitución Política del Estado. Norma
legal que en su Capítulo III, incluye las modificaciones al Código de Procedimiento Penal,
concretamente en el art. 8, que describe todos aquellos artículos modificados y sustituidos,
entre los que se encuentra el art. 239 que establece: ‘La detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la
fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito
más grave que se juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado
acusación o de veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en
delitos de corrupción, seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña,
niño, adolescente, e infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad
terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar
audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
En el caso de los Numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las veinticuatro (24)
horas siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán responder en el plazo de tres
(3) días. Con contestación o sin ella, la o el Juez o Tribunal dictará resolución sin necesidad
de audiencia, dentro de los cinco (5) días siguientes, declarando la procedencia, siempre que
la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado, o la improcedencia del
beneficio, sin posibilidad de suspensión de plazos.
En los casos previstos en los Numerales 2, 3 y 4 del presente Artículo, la o el Juez o Tribunal
aplicará las medidas sustitutivas que correspondan, previstas en el Artículo 240 de este
Código´.
En consecuencia, y en cuanto a este tipo de solicitudes se refiere, corresponde a los
tribunales y jueces imprimir la dinámica procesal adecuada en su tramitación y
pronunciamiento, con la prontitud y oportunidad necesarios; toda vez que la indicada Ley
[597]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Penal, tiene por objeto implementar
procedimientos para agilizar la tramitación de las causas penales y reducir la retardación de
justicia para garantizar una justicia pronta, oportuna y eficaz, en el marco de la Constitución
Política del Estado”.
Como se advierte los numerales 1 y 4, deben ser considerados en audiencia en el plazo máximo de
cinco días; en ese sentido se debe tomar en cuenta que cuando la parte que se vio beneficiada con
medidas sustitutivas a su detención preventiva conforme al art. 240.6 del CPP, y que la misma resulte
ser según el beneficiario de difícil cumplimiento, éste podrá solicitar con la prueba pertinente su
modificación, siendo que esa medida –incumplida- imposibilite que se disponga su libertad, por tanto
considerando que la libertad del detenido preventivo aún sigue subsistente, el trámite tendrá que ser
conforme el art. 239.1 del CPP modificado por la Ley Descongestionamiento y Efectivización del
Sistema Procesal Penal; toda vez que es en audiencia, donde se considerara los nuevos elementos
aportados, y se resolverá de manera fundamentada sobre lo solicitado; bajo ese entendido la SC
0557/2006-R de 13 de junio, cuando se refiere a la fianza económica y su modificación señala que:
“…el Juez recurrido señalará audiencia para la consideración de la solicitud del imputado, y en ella,
pronunciar resolución debidamente fundamentada, expresando los motivos de hecho y derecho de su
decisión y el valor otorgado a los medios de prueba; fundamentación que no puede ser remplazada
por la simple relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes, como
señala el art. 124 del CPP, y menos por un simple decreto, que es lo que ha ocurrido en el caso
analizado, en el que sin previa audiencia, y sin analizar la documentación presentada por el actor,
pronunció el decreto por el cual se dispone que el imputado esté al Auto de Vista que impuso la
fianza de Bs15.000.-”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
coacción a los procesados, quienes se verían compelidos a la no presentación de recursos
administrativos bajo la amenaza cierta de aplicárseles una sanción mayor…”.
Para el tratadista Eduardo Couture, “El principio de la reforma en perjuicio es, en cierto
modo, un principio negativo: consiste fundamentalmente en una prohibición. No es posible
reformar la sentencia apelada en perjuicio del único apelante” (Couture, Eduardo J.,
Fundamentos del Derecho Procesal Civil, 13 Ed. (reimpresión), Ediciones Dapalma, Bs. As.,
pp. 367 y 368), de lo expuesto se puede establecer que, dicho principio puede estar también
inmerso dentro del principio dispositivo que abarca el de congruencia, por el hecho de
delimitar la competencia del Tribunal de apelación.
Además, debe considerarse que en el ámbito doctrinal se desarrolla por un lado la “tesis del
riesgo previsible libremente asumido”, por la cual el imputado asume libremente el riesgo de
ver empeorada su situación ante la anulación del juicio y la realización de uno nuevo y por
otro, la “tesis de la maximización de la eficacia del derecho al recurso”, que en lo sustancial
pregona resultar ilógico aceptar que el imputado pueda recurrir y corra el riesgo de verse
perjudicado por su propia actividad recursiva, es decir que logre la anulación de la condena
en su contra, consiga un nuevo juicio y paradójicamente vea empeorada su situación inicial.
En el caso de Bolivia, el art. 400 parágrafo primero del CPP, establece “ Cuando la resolución
sólo haya sido impugnada por el imputado o su defensor no podrá ser modificada en su
perjuicio”, de ésta disposición legal, se establece que el Tribunal de alzada no puede agravar
la situación jurídica del procesado cuando su competencia se abrió únicamente por la
interposición del recurso del encausado; disposición que garantiza al imputado la libertad y
tranquilidad de recurrir y ejercer su derecho impugnaticio, reconocido por el art. 180.II de la
Constitución Política del Estado Plurinacional.
Este principio de Prohibición de “Reformatio In Peius”, se halla establecido también en el art.
413 parágrafo tercero de la misma norma penal adjetiva, que preceptúa “ Cuando el recurso
haya sido interpuesto sólo por el imputado, en su favor, en el juicio de reenvío no se podrá
imponer una sanción más grave que la impuesta en la sentencia anulada, ni desconocer los
beneficios que en ésta se hayan otorgado ”; lo que implica, que en el país normativamente se
asume la tesis de la maximización de la eficacia del derecho al recurso, actuar de manera
contraria a la norma citada, va contra la filosofía política del Estado social y democrático de
derecho, que está orientada a garantizar el acceso a la administración de justicia en su
componente derecho a la impugnación.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vigencia de los principios de igualdad, tutela judicial efectiva y seguridad jurídica, que son
base de la jurisdicción ordinaria; más aún en el ámbito penal, donde se debate la
responsabilidad penal del procesado, que puede generar en su caso, la restricción de su
derecho a la libertad o la imposición de una sanción penal.
Por otra parte, debe considerarse que del art. 419.II del CPP, se desprende un entendimiento
básico, sin lugar a interpretaciones, que se trata de la insoslayable obligación de parte de
Jueces o Tribunales inferiores, de cumplir con los razonamientos jurídicos y la doctrina
establecida en un Auto Supremo, ello en la circunstancia que se identifiquen hechos fácticos
análogos o similares, así como tal obligación se ve visiblemente amplificada cuando
un Auto Supremo deje sin efecto un Auto de Vista recurrido de casación y ordene
el pronunciamiento de un nuevo, bajo los entendimiento de la doctrina legal
emergente de un Auto Supremo; una omisión de naturaleza contraria a la
expuesta, importa incumplimiento directo de la ley, trascendiendo en vulneración
también de los principios de tutela judicial efectiva, igualdad, celeridad y economía procesal.
En este ámbito, esta Sala emitió el Auto Supremo 037/2013-RRC, de 14 de febrero, que
estableció la siguiente doctrina: “El art. 180. I de la Constitución Política del Estado, entre los
principios rectores en los que se fundamenta la jurisdicción ordinaria, establece el de la
"celeridad", principio que garantiza a todo sujeto procesal, tener acceso a un
pronunciamiento oportuno sin dilaciones innecesarias.
Respetando el principio constitucional de celeridad, los Tribunales y Jueces inferiores, están
obligados a cumplir en forma inexcusable con la doctrina legal establecida por el Tribunal
Supremo, al constituirse en el máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria de acuerdo al art.
181 de la CPE; en cuyo mérito, teniendo esta doctrina carácter `erga omnes´, debe ser
cumplida en forma obligatoria, pues su inobservancia por un lado afecta al fortalecimiento
institucional y, especialmente, a la naturaleza, finalidad y efectos obligatorios de la que están
revestidos los Autos Supremos que establecen doctrina legal, con sentido ponderable de
uniformar la jurisprudencia en el Órgano Judicial en materia penal; y, por otro, provoca
dilaciones innecesarias generando a las partes incertidumbre respecto a la resolución de sus
causas; consecuentemente, ningún juez o tribunal inferior podrá sustraerse de su
cumplimiento bajo ningún concepto o razonamiento, omitiendo la imperatividad prevista por
el segundo parágrafo del art. 420 del CPP”.
De lo anterior, se tiene que todos los Tribunales y jueces inferiores, tienen la obligación de
observar en el pronunciamiento de sus fallos la doctrina legal establecida por el Tribunal
Supremo, más aún cuando ella se encuentra contenida en Autos Supremos emitidos dentro
del mismo proceso, no resultando admisible una constante inobservancia y desobediencia al
mandato constitucional y legal en la labor de acatar lo resuelto, que no sólo genera dilaciones
innecesarias en el proceso con directa afectación a los derechos y garantías de las partes,
sino también responsabilidad administrativa y penal.
[600]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
etapa preparatoria, determinando que toda persona que considere la existencia de una acción u omisión
que vulnere sus derechos y garantías dentro de la investigación, debe acudir ante la mencionada
autoridad jurisdiccional, para que sin demora se pronuncie y corrija los errores o en su caso los
subsane.
Al respecto, la jurisprudencia constitucional a través de la SC 0865/2003-R de 25 de junio entre otras,
señaló lo siguiente:”Conforme a los arts. 54 inc. 1) y 279 CPP, el Juez de Instrucción tiene la
atribución de ejercer control jurisdiccional durante el desarrollo de la investigación respecto a la
Fiscalía y a la Policía Nacional, por tal razón, la misma norma legal en sus arts. 289 y 298 in fine
obliga al fiscal a dar aviso al juez cautelar sobre el inicio de la investigación dentro de las
veinticuatro horas de iniciada la misma; pues es la autoridad judicial encargada de precautelar que
la fase de la investigación se desarrolle en correspondencia con el sistema de garantías reconocido
por la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales vigentes y las
normas del Código de Procedimiento Penal; por ello, toda persona involucrada en una investigación
que considere la existencia de una acción u omisión que vulnera sus derechos y garantías, entre las
cuales el derecho a la libertad debe acudir ante esa autoridad”
SOBRE LAS ATRIBUCIONES DEL TRIBUNAL DE ALZADA
S.C.P. 1093/2015-S2, Sucre 27 de octubre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Delimitando la labor a la que debe regirse todo tribunal de apelación, la SCP 1267/2012 de
19 de septiembre, señaló: “En ese contexto, los tribunales de apelación, en su labor de
ejercer el control sobre las resoluciones pronunciadas en una instancia inferior, tienen
toda la facultad de efectuar la revisión y compulsa de los aspectos sometidos a su
jurisdicción, ello supone que, si el inferior incurrió en una deficiencia respecto a la
valoración de las pruebas, como una inapropiada compulsa de los antecedentes;
derivando en aspectos manifiestamente contrarios a las normas contenidas en la
Constitucion Política del Estado y la ley, que impliquen un desconocimiento de los
criterios de razonabilidad y proporcionalidad, le está permitido subsanar, enmendar y
corregir, todos estos aspectos que emerjan de la impugnación. En ese marco de ideas,
en su condición de juez de apelación o tribunal de alzada, le está permitido pronunciar su
fallo reparando las falencias y restituyendo el derecho reclamado. En tal virtud, es importante
precisar que, el tribunal de apelación únicamente corregirá los errores o defectos
oportunamente denunciados a través de la apelación incidental, si en ella no se contempla
defectos que pudieran existir en el fallo impugnado, el tribunal de apelación se encuentra
vetado de emitir cualquier pronunciamiento respecto a este extremo” (las negrillas son
agregadas).
Por otra parte, respecto a las atribuciones y obligación que tienen los tribunales de apelación
en casos de impugnación de medidas cautelares, la jurisprudencia constitucional a través de
la SCP 2482/2012 de 3 de diciembre, citando a la SCP 0339/2012 de 18 de junio, determinó
que: “…el Tribunal ad quem tiene la obligación de someterse a lo dispuesto por el art.
403 inc. 3) del CPP e ingresar al fondo del asunto apelado, aprobando o revocando el
fallo del inferior, pues ese es el objetivo de dicha apelación incidental; sin embargo, en
el presente proceso en distintas ocasiones los Vocales se limitaron a disponer que el
Tribunal a quo proceda a dictar una nueva resolución en forma correcta, sin considerar que
[601]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en ese momento inclusive el imputado gozaba de libertad en virtud a la aplicación de
medidas sustitutivas a la detención preventiva; consiguientemente se evidencia que no
hicieron uso de las facultades que tienen para revisar y modificar la resolución impugnada,
para ese efecto les correspondía subsanar el error inmediatamente, puesto que si
consideraron que el fallo dictado por el Tribunal de Sentencia contenía contradicciones,
errores u otros, debieron revocarlo o aprobarlo previa valoración y análisis respectivo,
emitiendo para ello la resolución debidamente fundamentada tal cual exige los art. 124 y 173
del CPP y no anular más de tres veces la resolución del referido Tribunal de Sentencia por
defectos; al no hacerlo, han incurrido en una omisión contraria a los derechos del imputado;
pues se considera contrario al ordenamiento jurídico, la concurrencia de una seguidilla
viciosa de anulaciones por parte del Tribunal ad quem, conllevando a una inseguridad
jurídica que nunca podría terminar, pese de que dicho Tribunal podía definir directamente la
situación jurídica del procesado…”.
Precisando aún más este tema, la SCP 1471/2012 de 24 de septiembre, estableció
específicamente que: “Entonces, en coherencia con lo sostenido, ante la interposición de una
apelación incidental de medidas cautelares o su sustitución, previo a la celebración de la
audiencia de consideración, deberá asegurarse la notificación efectiva a las partes
implicadas en el proceso, lo que implica además, que si el imputado se encuentra privado de
su libertad, el tribunal de alzada, deberá garantizar su presencia en el verificativo, corriendo
con los trámites de rigor para el efecto. Luego y una vez verificada la presencia de las partes,
se dará inicio al mismo, otorgándoles la oportunidad de fundamentar oralmente sus alegatos,
para finalmente emitir una resolución debidamente motivada, en la que, las autoridades
jurisdiccionales, de un lado, deben dar respuesta a todos los agravios denunciados en la
apelación; no correspondiendo por tanto, pronunciarse sobre aquellos no apelados, salvo
que se trate de defectos absolutos, al no ser, estos últimos, susceptibles de convalidación; y
de otro, tratándose de medidas cautelares, fundamentar sobre la concurrencia de los dos
presupuestos que la normativa legal prevé para la procedencia de la detención preventiva,
como es la existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado
es, con probabilidad autor o partícipe de un hecho punible; y la existencia de elementos de
convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso y/u obstaculizará la
averiguación de la verdad; sustento que imprescindiblemente deberán estar incluidos en la
resolución de alzada; argumentos jurídicos que no pueden ser sustituidos por los
relacionados por el a quo en el fallo impugnado; y menos dar lugar a la nulidad de obrados,
por su falta de consideración.
En resumen, al tribunal de apelación no le está permitido anular obrados cuando verifique
que el juez de instrucción omitió explicar los motivos que le llevaron a determinar, rechazar o
modificar una medida cautelar, o que lo hizo, pero de manera insuficiente; puesto, que como
se señaló, tratándose de la disputa del derecho a la libertad, en cumplimiento de los
principios constitucionales señalados anteriormente, deberá resolver directamente el caso
remitido en apelación, precisando las razones y los elementos de convicción que sustentaron
su decisión de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva, o viceversa”
(las negrillas son agregadas).
[602]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
SOBRE LAS ATRIBUCIONES ESPECÍFICAS DEL TRIBUNAL DE ALZADA QUE
RESUELVE LA APELACIÓN INCIDENTAL CONTRA RESOLUCIONES QUE IMPONEN,
RECHAZAN O MODIFICAN MEDIDAS CAUTELARES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0727/2017-S2
Sucre, 31 de julio de 2017
Al respecto, el art. 398 del CPP establece: “Los tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a
los aspectos cuestionados de la resolución”.
Con relación a las atribuciones que tiene el Tribunal de alzada, la SCP 2078/2012 de 8 de noviembre,
señaló: “… ante la interposición de una apelación incidental de medidas cautelares o su sustitución,
previo a la celebración de la audiencia de consideración, deberá asegurarse la notificación efectiva a
las partes implicadas en el proceso, lo que implica además, que si el imputado se encuentra privado de
su libertad, el tribunal de alzada, deberá garantizar su presencia en el verificativo, corriendo con los
trámites de rigor para el efecto. Luego y una vez verificada la presencia de las partes, se dará inicio al
mismo, otorgándoles la oportunidad de fundamentar oralmente sus alegatos, para finalmente emitir
una resolución debidamente motivada, en la que, las autoridades jurisdiccionales, de un lado, deben
dar respuesta a todos los agravios denunciados en la apelación; no correspondiendo por tanto,
pronunciarse sobre aquellos no apelados, salvo que se trate de defectos absolutos, al no ser, estos
últimos, susceptibles de convalidación; y de otro, tratándose de medidas cautelares, fundamentar
sobre la concurrencia de los dos presupuestos que la normativa legal prevé para la procedencia de la
detención preventiva, como es la existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el
imputado es, con probabilidad autor o partícipe de un hecho punible; y la existencia de elementos de
convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso y/u obstaculizará la averiguación
de la verdad; sustento que imprescindiblemente deberán estar incluidos en la resolución de alzada;
argumentos jurídicos que no pueden ser sustituidos por los relacionados por el a quo en el fallo
impugnado; y menos dar lugar a la nulidad de obrados, por su falta de consideración.
En resumen, al tribunal de apelación no le está permitido anular obrados cuando verifique que el
juez de instrucción omitió explicar los motivos que le llevaron a determinar, rechazar o modificar
una medida cautelar, o que lo hizo, pero de manera insuficiente; puesto, que como se señaló,
tratándose de la disputa del derecho a la libertad, en cumplimiento de los principios constitucionales
señalados anteriormente, deberá resolver directamente el caso remitido en apelación, precisando las
razones y los elementos de convicción que sustentaron su decisión de revocar las medidas
sustitutivas y aplicar la detención preventiva, o viceversa”
Entendimiento reiterado por la SCP 0442/2017-S1 de 24 de mayo, añadiendo que: “… cabe señalar
que el Tribunal de alzada tiene el deber de someterse a lo prescrito en el art. 403 inc. 3) del CPP e
ingresar al fondo de la apelación interpuesta, ya sea revocando o aprobando el fallo del juez de
primera instancia, previa valoración y análisis respectivo, emitiendo la resolución que corresponda
debidamente fundamentada tal cual exige los arts. 124 y 173 del CPP”
SOBRE LAS IRREGULARIDADES DENUNCIADAS EN LA EJECUCIÓN DEL
MANDAMIENTO DE APREHENSIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1157/2015-S3, Sucre 16 de noviembre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
[603]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La accionante a través de su representante, denuncia la vulneración de sus
derechos, al haberse ejecutado el mandamiento de aprehensión en su contra por
funcionarios policiales de forma irregular y con excesos ante el desconocimiento de los
motivos de su aprehensión, siendo retenida indebidamente en celdas de la FELCC con
demora en su conducción ante la autoridad jurisdiccional.
De la revisión de antecedentes, se tiene que como consecuencia de la
declaratoria de rebeldía dispuesta por el Juez demandado, el 22 de junio de 2015, ante la
incomparecencia de la imputada -hoy accionante- a la audiencia de consideración de
aplicación de medidas cautelares, se libró mandamiento de aprehensión en su contra, el cual
fue ejecutado el 26 de dicho mes y año a horas 14:00 (Conclusión II.2.).
Conocido el contexto fáctico, corresponde señalar que el rol del juez de
instrucción dentro del proceso investigativo penal, es de controlador de derechos y garantías
constitucionales, competencia que se encuentra prevista en el art. 54 inc. 1) del CPP; por
ende, que cualesquier lesión a derechos fundamentales, deben ser previamente reclamados
ante dicha autoridad jurisdiccional a los fines de su resguardo y protección, conforme se tiene
glosado en el Fundamento Jurídico III.1. precedente; en este sentido, en el caso sub judice,
si la hoy accionante consideraba que sus derechos fueron vulnerados por los funcionarios
policiales al estar el proceso investigativo penal -dentro del cual se hubieren suscitado los
presuntos hechos denunciados- bajo el control jurisdiccional del Juez Quinto de Instrucción
Penal del departamento de Cochabamba -hoy demandado-, debió acudir ante dicha
autoridad jurisdiccional, posibilitando con ese actuado al juez cautelar ejercer el control
jurisdiccional del proceso; en consecuencia, y bajo la exegesis constitucional expuesta,
corresponde, con relación a la problemática analizada, denegar la tutela.
[604]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el presente análisis no se aboca a los casos particulares, a ninguno de los incisos del art. 239 del CPP,
ni a los aspectos positivos o negativos, legales o doctrinales, o a su interpretación o efectos, sino sólo
y exclusivamente a aspectos generales como es la celeridad en su trámite una vez efectuada la
solicitud.
‘…es preciso puntualizar que la detención preventiva, no tiene por finalidad la condena prematura,
por cuanto la presunción de inocencia, sólo es desvirtuada ante un fallo condenatorio con calidad de
cosa juzgada, por ello su imposición como medida precautoria está sujeta a reglas, como también su
cesación, lo cual implica el trámite a seguir; y si bien no existe una norma procesal legal que
expresamente disponga un plazo máximo en el cual debe realizarse la audiencia de consideración,
corresponde aplicar los valores y principios constitucionales, previstos en el ya citado art. 8.II de la
CPE, referido al valor libertad complementado por el art. 180.I de la misma norma constitucional,
que establece que la jurisdicción ordinaria se fundamenta en el principio procesal de celeridad entre
otros; motivo por el cual toda autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de un detenido o
privado de libertad, debe tramitar la misma, con la mayor celeridad posible, y dentro de los plazos
legales si están fijados, y en un plazo razonable, si no está establecido por ley. De no ser así, tal
actuación procesal provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido y en consecuencia
repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola privación de libertad en
que se encuentra, sin que este razonamiento implique que necesariamente se deba deferir a su
petición, sino, se refiere a que sea escuchado oportunamente a fin de que obtenga una respuesta
positiva o negativa’ (las negrillas nos corresponden).
En base a ello, estableció sub reglas al indicar que: ‘En consecuencia, se considera acto dilatorio en
el trámite de la cesación de la detención preventiva, cuando:
a) En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se dispongan
traslados previos e innecesarios no previstos por ley.
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que puede
ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de cada caso, cuando
por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan que ser notificadas, o por
la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y esencial -como sucede con algunas
notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la excepción única y exclusiva en los casos
que exista complejidad por la naturaleza propia y la relevancia del proceso, como los derechos e
intereses comprometidos y relacionados a la petición; situación que deberá ser justificada por la
autoridad judicial competente al momento de señalar la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la
razonabilidad.
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la suspensión,
ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del Ministerio Público o de
la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia.
En el caso del Ministerio Público al estar regido por el principio de unidad tiene los medios para
asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su
participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad
jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión se deba a la
falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación
a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices
expuestas’.
[605]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
No obstante, dada la problemática planteada y la necesidad procesal de dar respuesta a la misma,
cabe señalar que el principio de celeridad no comprende el conocimiento del trámite de cesación de
detención preventiva hasta llevar a cabo la audiencia; sino también en forma posterior, como ser el
dar curso con la debida celeridad procesal al trámite de apelación de la resolución respectiva, en los
casos que corresponda.
Por ello, resulta necesario complementar las sub-reglas establecidas en la SC 0078/2010-R, citada
precedentemente, en sentido de que: ‘…se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación de la
detención preventiva:…’ (las negrillas nos corresponden); también cuando:
d) Interpuesto el recurso de apelación contra la resolución que rechaza la solicitud de cesación de
detención preventiva, los antecedentes de la apelación no son remitidos por el juez a quo dentro del
plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art. 251 del CPP -salvo justificación razonable y
fundada- ante el tribunal de apelación, o se imprima un procedimiento o exigencias al margen de la
ley.
En consecuencia, en los casos de darse esta dilación de manera injustificada, corresponde otorgar la
tutela solicitada, por cuanto ello repercute en el derecho a la libertad física del agraviado”.
Según la línea jurisprudencial citada precedentemente, son actos dilatorios en el trámite de cesación a
la detención preventiva cuando el juez: 1) En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia
y notificar a las partes, dispongan traslados previos e innecesarios no previstos por ley; 2) Fije la
audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial; esto es según el art. 8 de la Ley
586, más allá de los cinco días; 3) Suspenda la audiencia de consideración, por causas o motivos
que no justifican la suspensión, ni son causales de nulidad; y, 4) Interpuesto el recurso de apelación
contra la resolución que rechaza la solicitud de cesación de detención preventiva, los antecedentes de la
apelación no los remite al juez a quo dentro del plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art.
251 del CPP.
SOBRE LOS EFECTOS DEL SOBRESEIMIENTO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1203/2017-S1
Sucre, 24 de octubre de 2017
Al respecto la SCP 0725/2014 de 10 de abril, señaló que: “la única autoridad habilitada por ley para
revocar una resolución de sobreseimiento, se constituye en el fiscal superior jerárquico. Por
consiguiente, la parte querellante, en caso de estar en desacuerdo con la resolución de sobreseimiento
deberá interponer su impugnación ante el fiscal superior, para que proceda conforme a la norma
citada.
Asimismo, una vez presentada la resolución de sobreseimiento ante autoridad jurisdiccional, el Fiscal
que emitió la resolución no cuenta con la facultad, conforme se desprende de las aludidas
disposiciones del CPP, de revocar la misma o solicitar al juez de instrucción la revocatoria de ésta; en
vista que dicho proceder no se encuentra contemplado en el ordenamiento procesal penal; por lo
tanto, la única autoridad sobre la cual recae la competencia para revocar una resolución de
sobreseimiento, se constituiría en el fiscal jerárquico superior, en congruencia con los postulados de
un sistema penal acusatorio. Dicho entendimiento se sustenta en la SCP 1206/2012 de 6 de
septiembre, que deja claramente sentado que ‘Este Tribunal debe presumir que el sobreseimiento es
el resultado de una investigación seria y suficiente (SC 0399/2006-R de 25 de abril) desarrollada en
un plazo razonable previsto por el art. 134 del CPP, debiendo además encontrarse la resolución de
sobreseimiento debidamente fundamentada (SC 1523/2004-R de 28 de septiembre) por lo que
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
inicialmente existe un convencimiento del fiscal encargado al caso y por tanto responsable de la
misma’ (las negrillas son añadidas).
Ahora bien, respecto al procedimiento de impugnación de la resolución de sobreseimiento y sus
efectos en caso de omisión de pronunciamiento por parte del fiscal jerárquicamente superior, la
misma SCP 1206/2012 de 6 de septiembre, dejó sentado que ‘La normativa establece un término
brevísimo (art. 324 del CPP) para resolver la impugnación a un sobreseimiento que debe cumplirse
porque los fiscales que tienen el deber de realizar sus actuados con la mayor diligencia y celeridad
al encontrarse de por medio la libertad del accionante (SC 0214/2011-R) y si bien puede acudirse al
juez cautelar para observar la falta de celeridad en las actuaciones de los Fiscales de Materia y los
Fiscales Departamentales (SC 0833/2004-R de 1 de junio), la finalidad es otorgar certeza a su
situación jurídica con la resolución de la impugnación del sobreseimiento, sin embargo, cuando el
imputado se encuentra privado de su libertad una actuación negligente de dichas autoridades no
puede perjudicar al imputado quien goza de presunción de inocencia y en definitiva no le es
atribuible el referido incumplimiento de deberes.
Los principios de favorabilidad y proporcionalidad en la materia, deducidos del art. 23.I de la CPE,
que establece: 'Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal. La libertad personal
sólo podrá ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de la
verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales' y expresamente reconocido por el
art. 7 del CPP, cuando sostiene que: 'La aplicación de medidas cautelares establecidas en este
Código será excepcional. Cuando exista duda en el aplicación de una medida cautelar o de otras
disposiciones que restrinjan derecho o facultades del imputado, deberá estarse a lo que sea más
favorable a éste', impelen a adoptar una interpretación favorable a la libertad del imputado.
Si bien durante la tramitación a una impugnación a un sobreseimiento es posible solicitar la
cesación a una detención preventiva (SC 0217/2005-R de 11 de marzo) por faltar uno de los
requisitos contenidos en el art. 233.1 del CPP, como es 'La existencia de elementos de convicción
suficientes para sostener que el imputado es, con probabilidad autor o participe de un hecho
punible', no existe argumento para mantener la detención preventiva de una o un imputado respecto
al cual dicho elemento ya no concurriría, existe demora que no le es imputable en la resolución de
una impugnación a un sobreseimiento y se reitera se presume inocente.
En consecuencia, sintetizando lo anteriormente desarrollado, corresponde precisar lo siguiente: 1)
Una vez que el Fiscal inferior presenta el sobreseimiento al juez, ya sea como efecto de una
impugnación o de oficio, deberá remitir dicho actuado dentro del plazo máximo de veinticuatro horas
al Fiscal Departamental para su revisión, y el Fiscal Departamental, o superior jerárquico, una vez
recibido el sobreseimiento deberá emitir su resolución de ratificación o de revocatoria al
sobreseimiento, indefectiblemente dentro de los cinco días siguientes; y, 2) Una vez transcurrido el
lapso señalado, sin que el Fiscal Departamental se haya pronunciado en cualquiera de sus formas,
el juez a cargo del proceso, dispondrá de oficio o a petición de parte la libertad inmediata del
imputado sobreseído. Entendimiento que implica una superación de la SCP 0068/2012 de 12 de abril”
SOBRE LOS EFECTOS DEL RECURSO DE APELACIÓN INCIDENTAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1093/2015-S2, Sucre 27 de octubre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SC 1956/2011-R de 28 de noviembre, “El principio de impugnación en los procesos
judiciales, se encuentra garantizado por el art. 180.II de la Constitución Política del Estado
(CPE), asumido y precisado por la SC 0636/2010-R de 19 de julio, donde se señaló
que: ‘El derecho a recurrir se halla establecido en el art. 394 del CPP, adicionando las dos
limitaciones que lo caracteriza, una objetiva y otra subjetiva. Por la primera, no todas las
resoluciones son recurribles, sino aquellas 'en los casos expresamente establecidos…’. Por
la segunda el 'El derecho a recurrir corresponderá a quien le sea expresamente permitido por
Ley, incluida la víctima aunque no se hubiera constituido en querellante'. No obstante lo
anotado, en relación a la primera cabe precisar que el art. 8 de la Convención Americana
Sobre Derechos Humanos, más conocida como 'Pacto de San José de Costa Rica', lo
incluye como un derecho fundamental, que ahora es recogido por la Constitución Política del
Estado vigente en su art. 180.II que señala: 'Se garantiza el principio de impugnación en los
procesos judiciales', de donde se deduce que la limitación objetiva a su vez no es absoluta”.
Como todos los derechos fundamentales, el de recurrir se encuentra sujeto a las
normas generales que lo rigen, entre ellos la oportunidad o el plazo, el contenido o
expresión de agravios y la manera en que corresponde formularse, conforme previene
el art. 396 del CPP. En cuanto al recurso de apelación incidental, se debe presentar
y tramitar en sujeción a las previsiones de los arts. 404 a 406 del CPP; específicamente,
el art. 403 inc. 6) del citado Código, prevé este mecanismo procesal de impugnación contra
las resoluciones que declaran la extinción de la acción penal, deduciéndose, de la primera
norma adjetiva penal citada que, deberá ser presentado ante el mismo tribunal que dictó la
resolución impugnada, aclarando a continuación de manera taxativa, que dicha autoridad “…
no se pronunciará sobre su admisibilidad”.
En cuanto a su forma de tramitación, los referidos arts. 404 al 406 del CPP, establecen que,
será interpuesto de manera escrita y debidamente fundamentado, ante el mismo tribunal que
dictó la resolución, dentro de los tres días de notificada la resolución al recurrente; debiendo
dicha autoridad emplazar a las otras partes para que en el plazo de tres días contesten el
recurso, en su caso, acompañen y ofrezcan prueba. Luego, con la contestación o sin ella,
dentro de las veinticuatro horas siguientes, el juez de instancia, remitirá las actuaciones a
la Corte Superior de Justicia para que ésta resuelva, decidiendo, en una sola
resolución, sobre la admisibilidad del recurso y la procedencia de la cuestión
planteada, dentro de los diez días siguientes, salvo lo dispuesto por el art. 399 del
mismo Código, referido a los defectos u omisiones de forma los cuales, en caso de ser
detectados por el Tribunal de alzada, si pueden ser subsanados, se otorgará un plazo de tres
días para que amplíe o corrija, bajo apercibimiento de rechazo. Si el recurso es inadmisible
lo rechazará directamente sin pronunciarse sobre el fondo.
En síntesis, todo recurso de apelación incidental debe ser presentado ante el juzgado
que conoce el asunto principal, cumpliendo con las formalidades debidas; instancia
que remitirá la alzada ante el juez o tribunal superior competente, el que, en primer
término deberá pronunciarse sobre la admisibilidad o inadmisibilidad del recurso,
siendo claro que no toda falta de formalidad provoca el rechazo o inadmisión del
recurso; sino, sólo las que sean esenciales para dar constancia de su presentación en
el lugar determinado por ley y tiempo oportuno; y una vez subsanados cuando se los
hubiere detectado o verificado el cumplimiento de todos los requisitos legales
exigidos, corresponderá a dicho tribunal o juez ingresar a dilucidar sobre el fondo de
[608]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
lo impugnado, en un solo acto; es decir, en la misma resolución (el resaltado es
añadido).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ideológica del mismo o la existencia de otros mandamientos en contra del interno, ser
realizadas de manera inmediata”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Si el recurso es inadmisible lo rechazará sin pronunciarse sobre el fondo” (las negrillas son nuestras).
De lo glosado precedentemente, se establece en principio que, todos los plazos previstos por el Código
de Procedimiento Penal, son perentorios e improrrogables; por otra parte, los plazos determinados por
días, comienzan a correr al día siguiente hábil de practicada la notificación y vencerán a las
veinticuatro horas del último día hábil señalado.
Por otra parte, todas las resoluciones pronunciadas por las autoridades jurisdiccionales en las diferentes
instancias del proceso penal, son recurribles; es decir, existe la posibilidad de impugnar las mismas
ante una autoridad superior en jerarquía si se considera que es vulneratoria de los derechos que les
asisten a las partes; en el caso específico de la apelación restringida, la misma debe ser interpuesta por
escrito en el plazo de quince días de notificada la sentencia; asimismo, si existiese algún defecto u
omisión de forma, el tribunal de alzada le hará saber al recurrente, otorgándole un término de tres días
para que lo amplíe o corrija, bajo apercibimiento de rechazo.
En lo que respecta al derecho a recurrir, la SCP 1267/2012 de 19 de septiembre, expresó lo siguiente:
“Se debe tener presente que, toda resolución judicial por más perfecta que le parezca al juzgador, es
fruto de la obra humana, de modo que no puede ser intachable o infalible. En el marco de ese
razonamiento, el régimen de las impugnaciones, constituye un elemento imprescindible del debido
proceso, porque a través de ella es posible cuestionar los fallos dentro de una misma estructura
jurídica de un Estado. Bajo esa premisa, desde la óptica de la Norma Fundamental, la impugnación
se entiende como un principio, tal como prescribe el art. 180.II de la CPE, cuyo texto señala: `Se
garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales´. Sin embargo, se debe tener
claramente definido que, el constituyente boliviano, al referirse a la impugnación como un principio,
quiso referirse al derecho fundamental de recurrir el fallo judicial ante la autoridad superior en
jerarquía, comprensión que refleja el espíritu de las diferentes normas de orden internacional, como el
art. 8 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), cuyo texto prevé: ‘Toda persona
tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o por la ley’. En esa
misma línea de entendimiento, el art. 8.2 inc. h) de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (CADH), prescribe: `derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior’. En efecto,
las apelaciones en general y particularmente la apelación incidental, debe entenderse como un
elemento integrador del debido proceso, en su dimensión del derecho a recurrir el fallo judicial o, la
impugnación a las resoluciones judiciales.
En el fondo, su esencia y naturaleza radica en el hecho de revisar la determinación judicial por ser
vulneratoria de los derechos que les asisten a las partes en contienda y, sólo así es posible garantizar
una justicia imparcial; por cuanto, las decisiones del inferior estarán controladas por un tribunal
superior, garantizando así la protección efectiva de los derechos de los justiciables, no otra cosa
significa acudir a una autoridad con la esperanza de que se reparará las lesiones sufridas en una
instancia inferior”
SOBRE LOS REQUISITOS FORMALES Y MATERIALES DE LA APREHENSIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1101/2017-S1
Sucre, 3 de octubre de 2017
La SCP 0131/2014-S2, dejó establecido que con la finalidad de determinar si la aprehensión
dispuesta por los representantes del Ministerio Público se enmarca o no dentro de los límites de la
legalidad, se deben analizar los siguientes requisitos: “Legalidad formal de la aprehensión.- Es decir,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
deberá evaluar si se observaron los presupuestos constitucionales y legales para la aprehensión,
consistentes en: a) orden escrita emanada de autoridad competente -salvo caso de flagrancia-; b)
adopción de la medida en base a las formalidades legales (aprehensión en caso de desobediencia a la
citación prevista en el art. 224 del CPP o resolución debidamente fundamentada si se trata de la
atribución conferida al fiscal de acuerdo al art. 226); c) el cumplimiento del término previsto por ley
para remitir al aprehendido ante autoridad judicial (art. 226). Si después del análisis formal
realizado por el juzgador, se concluye que se observaron las normas para la aprehensión del
imputado, el juez deberá examinar la legalidad material de la aprehensión.
Legalidad material de la aprehensión.- Cuando el fiscal aprehendió directamente al imputado,
haciendo uso de la facultad prevista en el art. 226 del CPP, el juez deberá evaluar los siguientes
aspectos: a) la existencia de suficientes indicios para sostener la autoría del imputado en el momento
de la aprehensión; b) si el delito imputado tiene una pena privativa de libertad cuyo mínimo legal es
igual o superior a dos años y; c) si existieron los elementos de convicción suficientes para sostener
que el imputado podía ocultarse, fugarse o ausentarse del lugar u obstaculizar la averiguación de la
verdad (art. 226 del CPP).
Si del análisis efectuado, el juzgador concluye que tanto el aspecto formal como material fue
observado al momento de la aprehensión, determinará la legalidad de la aprehensión y, con los
elementos de convicción existentes, pronunciará la Resolución mediante la cual aplicará la medida
cautelar pertinente, si es el caso, ajustada a lo previsto por el art. 233 del CPP, definiendo la situación
jurídica del imputado.
Si al contrario, del análisis efectuado por el Juez Cautelar, se concluye que no se observaron
las formalidades o existió infracción a la legalidad material en la aprehensión ordenada, el juez
anulará la actuación realizada con violación a las normas constitucionales y legales, y pronunciará la
resolución de medidas cautelares, en base a los elementos de convicción existentes, que no hubiesen
sido obtenidos en infracción a los derechos y garantías del imputado, a consecuencia del acto ilegal
declarado nulo…'.
De ello, se colige que si el juzgador declara la ilegalidad -material o formal- de la aprehensión
no está obligado a disponer llanamente la libertad del imputado, dado que previo a ello, deberá
culminar con el actuado al que se convocó, cumpliendo con su finalidad; como es la audiencia de
medida cautelar, en la que compulsará los elementos de convicción aportados a efectos de establecer
la aplicación o no de la detención preventiva o en su caso de una sustitutiva, realizando una
valoración integral de los presupuestos establecidos en los arts. 233, 234 y 235 del CPP, dado que la
aprehensión ilegal no constituye óbice ni impedimento para realizar el análisis posterior, y tampoco
convierte a la decisión posterior en ilegal porque no guarda necesariamente una relación directa con
la misma.
En todo caso, si se verifica la ilegalidad de la aprehensión, conllevará la aplicación de
responsabilidades para quien corresponda, empero, una eventual decisión posterior de ejecución de
una medida cautelar, modifica completamente las razones de su privación de libertad, habida cuenta
que el afectado, a partir de ese momento procesal, vería mermado su derecho a la libertad en virtud a
otros motivos"
SOLICITUD DE CESACIÓN A LA DETENCIÓN PREVENTIVA Y EL SEÑALAMIENTO DE
AUDIENCIA
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S.C.P. 0092/2015-S2 Sucre, 12 de febrero de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La SCP 0114/2014 de 10 de enero, asumiendo el entendimiento de la SCP 0182/2013 de 27
de febrero, respecto al señalamiento de audiencia, ante una solicitud de cesación a la
detención preventiva, expresó que: “…el art. 22 concordante con los arts. 23.I y 180.I de la
CPE establece que 'La dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y
protegerlas es deber primordial del Estado', postulado que, a partir de una interpretación
axiológica, sistemática, dogmática y teleológica, efectuada en base al art. 8.II de la misma
Norma Suprema, nos permite concluir que, siendo los valores de libertad y dignidad, entre
otros, el sustento del Estado Plurinacional, cualquier restricción, lesión o límite a su ejercicio
en materia penal, con carácter provisional o cautelar, posee de acuerdo a los preceptos
constitucionales, una naturaleza instrumental que la hace modificable a través de varios
mecanismos intra procesales entre los que se halla la cesación de la detención preventiva
descrita en el art. 239 del Código de Procedimiento Penal (CPP) que establece los casos en
los cuales procede.
En efecto, si bien es evidente que la normativa legal vigente no prevé un plazo específico
para la sustanciación de la audiencia de consideración de cesación a la detención preventiva,
tratándose de una solicitud en la que se halla involucrado el derecho a la libertad de una
persona '…la autoridad jurisdiccional en observancia de los valores y principios
constitucionales contenidos en el referido art. 8.II de la CPE con relación al 180.I del mismo
cuerpo legal y en aplicación del principio procesal de celeridad, cuando conozca una solicitud
de un privado de libertad, se encuentra obligado a tramitar la misma dentro del menor tiempo
posible y cumpliendo a cabalidad los plazos establecidos en la norma legal, toda vez que
actuar en contrario implicaría la afectación de los derechos y garantías del imputado' (SCP
0759/2012 de 13 de agosto, entre otras).
Ahora bien, a efectos de determinar cuáles deben considerarse actos dilatorios que
lesionando el debido proceso inciden negativamente sobre el derecho a la libertad, la
jurisprudencia generada por el Tribunal Constitucional a través de la SC 0078/2010-R de 3
de mayo, los ha identificado como aquellos que se efectivizan cuando: '…a) En lugar de fijar
directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se dispongan traslados
previos e innecesarios no previstos por ley.
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial.
Plazo que puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la
particularidad de cada caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas
múltiples que tengan que ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un
determinado acto previo y esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el
juzgado esté de turno, etc.
Con la excepción única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza
propia y la relevancia del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y
relacionados a la petición; situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial
competente a momento de señalar la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la
razonabilidad.
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la
suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del
Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y
no comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
principio de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al
querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho
acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la
formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a
la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho
alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices
expuestas'.
A lo anterior, corresponde referir que, respecto al razonamiento inserto en el inciso b), éste
entendimiento fue modulado por la SCP 0110/2012 de 27 de abril, que señaló: '…ante la
inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale día y hora de
audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer
que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las
veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al
tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la
libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de
señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a
imponerse al juzgador en caso de incumplimiento', estableciendo además que en cuanto
al plazo para la realización de la audiencia, tratándose de un derecho fundamental
como lo es la libertad, debe señalarse en un plazo máximo de tres días a partir de la
solicitud, término que incluirá las notificaciones pertinentes; es decir, la autoridad
jurisdiccional que conozca una solicitud de cesación a la detención preventiva, se encuentra
compelida por ley, para atender la pretensión del impetrante dentro de las siguientes
veinticuatro horas a su recepción debiendo señalar fecha de audiencia dentro de los tres días
siguientes, plazo que incluye las correspondientes notificaciones a las partes procesales, y
en caso de no observarse estas determinaciones, los encargados de impartir justicia serán
pasibles de sanciones disciplinarias de acuerdo a lo establecido en el art. 135 del CPP”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte, el art. 3 y 21 de la Ley 251, establece los alcances de la misma, señalando que:
“I. El reconocimiento de una persona como refugiada es un acto apolítico y humanitario, con
efecto declarativo e implica una abstención de participar en actividades políticas. II. La
protección que el Estado brinda a toda persona reconocida como refugiada tiene carácter
jurisdiccional”. Disponiendo además que la CONARE: “I.…constituye la instancia competente
para determinar la condición de refugiada de una persona, así como la exclusión, cesación,
cancelación, revocatoria y expulsión. II. Asimismo, contribuirá en la protección y búsqueda de
soluciones duraderas de las personas reconocidas como refugiadas, conforme a las
atribuciones conferidas en la presente Ley”.
Ahora bien, el art. 28 de la Ley 251, señala que el procedimiento de determinación de la
condición de la persona refugiada, se halla regido por las disposiciones de la Ley nombrada y
su Reglamento (DS 1440), pudiendo asumirse también, las recomendaciones del Manual de
Procedimientos y Criterios para determinar la Condición de Refugiado del ACNUR y otras
directrices relacionadas.
Debiendo efectuarse la solicitud de refugio: “…de forma escrita ante la Secretaría Técnica de
la CONARE en un plazo no mayor a noventa (90) días calendario, computable a partir de su
ingreso a territorio boliviano” (art. 32); concerniendo : “La carga de la prueba (…) a la
persona solicitante” (art. 38).
Conforme a lo descrito, el DS 1440, derivó de la necesidad de reglamentar y establecer el
procedimiento de la Ley 251, velando por la eficacia y la aplicabilidad de dicha disposición.
Previendo en ese sentido, el art. 1, en cuanto a su ámbito de aplicación, que: “Las normas
legales contenidas en la Ley de Protección a Personas Refugiadas y en el presente
Reglamento tienen aplicación obligatoria a toda persona extranjera que se halle en condición
de refugiada o que solicite tal condición, en el territorio boliviano”.
El art. 26 del DS anotado, prevé que: “I. La solicitud de reconocimiento de la condición de
refugiado, con carácter de declaración jurada, deberá contener los siguientes requisitos
mínimos: a) Los datos completos del solicitante; b) Los datos completos de las personas que
integran su grupo familiar, precisando si solicita el estatuto derivado para aquellos que se
encuentren en el país; c) La exposición de hechos relevantes que motivan su solicitud,
expresados en forma cronológica; d) La documentación de identidad o de viaje del solicitante
y su grupo familiar que pudiera presentar, la que acredite vínculos familiares y todo elemento
de prueba que se ofrezca en apoyo de su solicitud. II. No se requerirá la presentación de
documentación que se encuentre en poder de las autoridades del país de origen del
solicitante y la falta de los mismos no impedirá ni suspenderá el trámite o resolución de la
solicitud. III.Desde el momento de la presentación de la solicitud hasta antes que la
CONARE emita Resolución, el solicitante podrá aportar todas las pruebas que
considere pertinentes y necesarias, rigiendo al efecto, el principio procesal de libertad
probatoria y sana convicción”.
Disponiendo el art. 36 del DS 1440, en relación al plazo para el pronunciamiento de la
Resolución respectiva, que: “I. La CONARE, deberá resolver cada solicitud de la
condición de refugiado, en el plazo de ciento veinte (120) días hábiles computables a
partir de la admisión de la solicitud. Las resoluciones deberán consignar fotografías
actualizadas de las personas refugiadas. II. De manera excepcional, el plazo para dictar la
resolución a que se refiere el parágrafo anterior, podrá ampliarse por ciento veinte
(120) días hábiles adicionales, cuando concurran circunstancias que así lo justifiquen
como la falta de prueba para un correcto análisis.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Finalmente, en el caso de considerar que la Resolución dictada por la CONARE, es lesiva a
los derechos del solicitante, podrá ser objetada ante la Comisión de Impugnación;
estipulando al respecto, el art. 37 del DS 1440, que: “Las resoluciones denegatorias por
solicitud en primera instancia, de condición de refugiado, reunificación familiar, exclusión,
cesación, cancelación, revocatoria o expulsión, adoptadas por la CONARE podrán
impugnarse en el plazo definitivo de quince (15) días hábiles, computables a partir de la
notificación legal”.
Señalando el art. 38 del DS citado, respecto al procedimiento de impugnación, lo siguiente:
“I. El Recurso de Impugnación deberá presentarse a la Presidencia de la CONARE,
incluyendo todos los antecedentes, mismos que deberán remitirse a la Presidencia de la
Comisión de Impugnación, para su procesamiento y resolución. II. Las solicitudes de
impugnación, deberán obligatoriamente aportar con nuevos elementos que permitan
su consideración. III. El Recurso de Impugnación será resuelto confirmando o revocando la
Resolución de la CONARE, en el plazo de quince (15) días hábiles, a partir de la recepción
del expediente, exponiendo en forma motivada los aspectos de hecho y de derecho en los
que se fundare. Una vez notificada no admite recurso ulterior en la vía administrativa. IV. La
Comisión de Impugnación, podrá convocar a entrevistas y requerir pruebas adicionales para
sustentar el fallo a dictarse. V. Si la resolución de la CONARE, fuera confirmada por la
Comisión de Impugnación se otorgará a la persona extranjera un plazo de treinta (30) días
calendario para abandonar el país o la posibilidad de regularizar su situación migratoria, a
través de la Dirección General de Migración”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis, consideración y
resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el término máximo
antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye
vulneración del derecho a la libertad, en el entendido en que los jueces no pueden
obrar contra los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73
y ss. de la CPE), bajo el argumento de existencia de 'sobrecarga procesal' para
justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el
juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva,
es necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado
indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme
dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite.
En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o
dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado
procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador
en caso de incumplimiento.
Lo anterior, constituye una modulación de la sub regla establecida en el inc. b) del
Fundamento Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en cuanto al plazo para fijar
audiencia, el que queda determinado según lo señalado supra; vale decir, tres días
hábiles ”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa
negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud”; es decir, las solicitudes que se
vinculen con el derecho a la libertad, deben tramitarse oportunamente y con la debida
celeridad.
Es preciso aclarar que, conforme prevé la propia Ley Fundamental, el derecho a la libertad
puede ser restringido, cuando y en la forma que lo establezca la ley; en este contexto, dentro
del proceso penal, se configuran las medidas cautelares, como mecanismos restrictivos de la
libertad, cuya finalidad es asegurar el correcto adelantamiento del proceso y garantizar la
presencia del inculpado, a efectos de que pueda también ejercer su derecho a la defensa.
Entre las llamadas medidas cautelares, se encuentra la detención preventiva, misma que se
constituye en una medida cautelar que, si bien involucra la privación temporal del derecho a
la libertad, no tiene por finalidad la condena prematura del imputado; en este sentido, se
encuentra sometida a reglas específicas que determinan los requisitos para su imposición y
del mismo modo, las formas en que esta medida puede ser suspendida o modificada.
Ahora bien, el art. 22 concordante con el art. 23.I y 180.I de la CPE, establece que; “La
dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber
primordial del Estado”, postulado que, a partir de una interpretación axiológica, sistemática,
dogmática y teleológica, efectuada en base al art. 8.II de la misma Norma Suprema, nos
permite concluir que, siendo los valores de libertad y dignidad, entre otros, el sustento del
Estado Plurinacional, cualquier restricción, lesión o límite a su ejercicio en materia penal, con
carácter provisional o cautelar, posee de acuerdo a los preceptos constitucionales, una
naturaleza instrumental que la hace modificable a través de varios mecanismos intra
procesales entre los que se halla la cesación de la detención preventiva descrita en el art.
239 del CPP, que establece los casos en los cuales procede.
No obstante, es preciso aclarar que aún cuando la normativa legal no prevé un plazo
específico para la sustanciación de la audiencia de consideración de cesación a la detención
preventiva, tratándose de una solicitud en la que se halla involucrado el derecho a la libertad
de una persona “…la autoridad jurisdiccional en observancia de los valores y principios
constitucionales contenidos en el referido art. 8.II de la CPE con relación al 180.I del mismo
cuerpo legal y en aplicación del principio procesal de celeridad, cuando conozca una solicitud
de un privado de libertad, se encuentra obligado a tramitar la misma dentro del menor tiempo
posible y cumpliendo a cabalidad los plazos establecidos en la norma legal, toda vez que
actuar en contrario implicaría la afectación de los derechos y garantías del imputado…” (SCP
0759/2012 de 13 de agosto, entre otras).
En este contexto y con la finalidad de identificar qué actos deben considerarse dilatorios, la
jurisprudencia generada por el Tribunal Constitucional, a través de la SC 0078/2010-R de 3
de mayo, los ha identificado como aquellos que se efectivizan cuando: “a) En lugar de fijar
directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se dispongan traslados
previos e innecesarios no previstos por ley.
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que
puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de
cada caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que
tengan que ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto
previo y esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno,
etc. Con la excepción única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza
propia y la relevancia del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
relacionados a la petición; situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial
competente a momento de señalar la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la
razonabilidad.
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la
suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del
Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y
no comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el
principio de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al
querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho
acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la
formalidad. o obstante, en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a la
inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno,
en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices expuestas”,
razonamiento que, respecto al inciso b), fue modulado por la SCP 0110/2012 de 27 de abril,
que señaló:”…ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que
el juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención
preventiva, es necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser
providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación,
conforme dispone el art. 132 inc.
1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá
lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no
emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del
referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de
incumplimiento”
La misma Sentencia Constitucional Plurinacional, estableció también que, respecto al plazo
para la realización de la audiencia, tratándose de un derecho fundamental como lo es la
libertad, debe señalarse en un plazo máximo de tres días a partir de la solicitud, término que
incluirá las notificaciones pertinentes; entendimiento que establece taxativamente que, la
autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de cesación a la detención preventiva, se
encuentra compelida, para atender la pretensión del impetrante dentro de las siguientes
veinticuatro horas a su recepción debiendo señalar fecha de audiencia dentro de los tres días
siguientes, plazo que incluye las correspondientes notificaciones a las partes procesales, y
en caso de no observarse estas determinaciones, los encargados de impartir justicia serán
pasibles de sanciones disciplinarias de acuerdo a lo establecido en el art. 135 del CPP.
[619]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
establecidas por la ley, de donde se infiere que en resguardo de este derecho, el
constituyente previó la acción de libertad como medio exclusivo para su protección, con
características de extraordinario, informal y sumarísimo.
Ahora bien, en virtud a las características específicas del derecho a la libertad física,
corresponde recordar que, con relación a la celeridad procesal de los trámites en los cuales
este derecho se halle involucrado, la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, entre otras, en base
a la jurisprudencia desarrollada, señaló que: “…toda autoridad que conozca de una
solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el
deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los
plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del
citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud
en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten
en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la
demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la
solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa
negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud ” (las negrillas fueron
añadidas); entonces, las solicitudes que se vinculen con el derecho a la libertad, deben
tramitarse oportunamente y con la debida celeridad, de manera contraria, podría provocarse
una restricción indebida de este derecho, cuando, por un lado, exista una demora o dilación
injustificada en su tramitación y consideración, o en su caso, cuando existan acciones
dilatorias que entorpezcan o impidan que el beneficio concedido pueda efectivizarse de
inmediato, dando lugar a que la restricción de la libertad se prolongue o mantenga más de lo
debido, supuestos en los en los cuales se abre la protección que brinda la presente acción
tutelar; sin embargo, debe dejarse claramente establecido que este razonamiento es
aplicable únicamente a los casos en los que la demora no ha sido originada en actos
cometidos por el interesado y que no obstante de haber sido favorecido por un beneficio que
le pueda permitir obtener su libertad, se ve impedido de acceder a ella, permaneciendo
indebidamente detenido.
[620]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En consecuencia, de acuerdo con lo previsto por el Código adjetivo penal trascrito, el
traslado de un detenido preventivo a otro recinto, requiere por regla la aprobación del juez de
la causa y de modo excepcional puede ser provisto por el juez de ejecución penal, quien
debe informar sobre este hecho de forma inmediata a la autoridad que tiene conocimiento del
proceso.
(…) se constató que el accionante no efectuó la presentación de ninguna solicitud de traslado
ante los Jueces: Onceavo de la Villa Primero de Mayo, Mixta de Pailón y Tercero de
Instrucción en lo Penal del departamento de Santa Cruz dentro de los procesos penales
iniciados en su contra; constituyendo éste el mecanismo procesal directo e idóneo para
plasmar su petitorio y que debió agotar en forma previa a acudir a la acción de libertad, de
conformidad al planteamiento del Fundamento Jurídico III.1, por lo cual éste Tribunal se
encuentra impedido de ingresar al análisis de fondo de la temática planteada, al no tener
como causa el agotamiento de la tramitación y vía específica”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “En virtud al análisis reiterado y a la correspondencia sostenida sobre la línea
constitucional generada, relativa a la subsidiariedad de la acción de libertad, la SCP
1694/2014 de 1 de septiembre, dispuso que:“El Tribunal Constitucional a través de la SC
0160/2005-R de 23 de febrero, respecto a la subsidiariedad excepcional del hábeas corpus
-actualmente acción de libertad-, determinó que: '…como el ordenamiento jurídico no
puede crear y activar recursos simultáneos o alternativos con el mismo fin sin provocar
disfunciones procesales no queridas por el orden constitucional, se debe concluir que el
proceso constitucional del hábeas corpus, únicamente se activa cuando los medios de
defensa existentes en el ordenamiento común, no sean los idóneos para reparar, de manera
urgente, pronta y eficaz, el derecho a libertad ilegalmente restringido. No es posible acudir
a este recurso, cuando el ordenamiento jurídico prevé medios de impugnación
específicos y aptos para restituir el derecho a la libertad, en forma inmediata.
Conforme a esto, solamente una vez agotado tal medio de defensa y ante la
persistencia de la lesión, se podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocando la
tutela que brinda el hábeas corpus'.
Precedente.- SC 0160/2005-R de 23 de febrero.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
incidentes son medios de defensa destinados a reparar defectos procedimentales durante la
sustanciación de un proceso, trámite que al no paralizarlo, debe ser resuelto de manera
oportuna o inmediata, como en el caso de autos en que la vía incidental es la idónea para
denunciar la falta o irregular notificación ante el Juez de la causa, por cuanto como se vio es
el medio de defensa previsto por el ordenamiento jurídico, lo que no ha ocurrido, por cuanto
el accionante directamente acudió a la jurisdicción constitucional; circunstancia que
determina se deniegue la tutela solicitada por subsidiaridad”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. La SCP 0839/2012 de 20 de agosto, estableció:
“Para la doctrina, los incidentes son las cuestiones que surgen y/o sobrevienen entre los
litigantes durante la tramitación de la acción principal; así, De Santo, concibe al incidente
como: '...litigio accesorio suscitado como ocasión de un juicio, normalmente sobre
circunstancias de orden procesal y que se decide mediante una sentencia interlocutoria.
Para nosotros auto interlocutorio'.
De lo expuesto supra, podemos inferir que los incidentes se constituyen en mecanismos de
defensa que han sido previstos por el ordenamiento jurídico a efecto de que las partes
puedan solicitar el saneamiento del proceso cuando consideren que durante la tramitación
del mismo se ha incurrido en actos u omisiones que se constituyen en defectos relativos y
absolutos que ocasionan lesión a los derechos y garantías del imputado; es decir, el
incidente es un proceso accesorio que surge y se sustancia dentro del proceso principal y
cuya resolución es independiente pero necesaria para resolver aquel.
En conclusión, los incidentes son medios de defensa destinados a reparar defectos
procedimentales durante la sustanciación de un litigio sin que su tramitación detenga el
desenvolvimiento del juicio, pero que sí es necesario resolver, de manera paralela a éste”.
Precedente.- SCP 0839/2012 de 20 de agosto.
[622]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hábeas corpus sólo se activa en los casos en que la supuesta lesión no sea reparada por los
órganos competentes de la jurisdiccional ordinaria aludidos”.
De lo que se extrae que en esta acción tutelar, creada para la protección inmediata ante
cualquier tipo de lesión del derecho a la libertad, actualmente y de acuerdo a la uniforme
jurisprudencia establecida, operará en la misma la subsidiariedad excepcional, frente
aquellos casos en los cuales para la eficaz protección de los derechos se cuente con
mecanismos idóneos para el resguardo rápido y oportuno de los derechos denunciados
como lesionados.
De otro lado y definiendo el medio idóneo ante el cual el accionante tiene que acudir para la
protección inmediata de su derecho a la libertad, cuando se dio inicio de la investigación o ya
se cuente con la imputación formal, la referida SC 0181/2005-R, determina precisamente que
el encargado de asumir ese control, es sin duda el juez de instrucción en lo penal, que ya
teniendo conocimiento de la investigación realizada, debe precautelar que todos los derechos
y garantías que le asiste al accionante no se vean vulnerados, estableciéndose que
previamente a acudir a la jurisdicción constitucional por medio de esta acción corresponde ir
a la autoridad que ejerce el control jurisdiccional del proceso para que sea ésta quien
determine la legalidad o ilegalidad de la aprehensión; ello, conforme a lo previsto por los arts.
54 y 279 del CPP.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
final, si aún se constatan vulneraciones al derecho a la libertad o de locomoción no
reparadas, entonces corresponderá recién acudir a la jurisdicción constitucional mediante el
presente mecanismo de defensa.
(…)
'De lo anterior es posible concluir, que ante el rechazo de un incidente de actividad
procesal defectuosa interpuesto durante la etapa preparatoria, corresponderá a los
litigantes, por mandato constitucional, en uso de su derecho a impugnación,
interponer apelación incidental…'”.
Consiguientemente y a la luz de la jurisprudencia citada y contrastando con la competencia
que en su caso podría tener el Juez de Instrucción de turno, si esta autoridad conociera la
denuncia de vulneración a derechos y garantías constitucionales cometidas por el
representante del Ministerio Público y/o la Policía Nacional, estaría obligado a emitir una
resolución fundamentada, misma que en su caso podría favorecer al presunto afectado o no;
resolución que conforme a la jurisprudencia constitucional citada si es interpuesta
como un incidente, efectivamente podrá ser susceptible de apelación incidental
activándose de esta manera un procedimiento 'paralelo y simultáneo' en una instancia donde
no se encuentra aperturada ni siquiera una investigación; con la posibilidad de un conflicto
procesal contrario al sistema penal y a los propios derechos de las partes (inseguridad
jurídica, confusión procesal, resoluciones contradictorias, recursos de apelación simultáneos
etc.)».
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procesamiento indebido, deben ser utilizados previamente por el o los afectados; en estos casos por
tanto, la acción de libertad operará solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados
a pesar de haberse agotado estas vías específicas”’
SUBSIDIARIEDAD EXCEPCIONAL EN ACCIÓN DE LIBERTAD EXIGE QUE LOS
RECLAMOS RELATIVOS A LOS ACTOS ILEGALES EN ETAPA INVESTIGATIVA SE
REALICEN ANTE EL JUEZ CAUTELAR ENCARGADO DE CONTROL JURISDICCIONAL
EN ETAPA PREPARATORIA
S.C.P. 1875/2013 Sucre, 29 de octubre de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.5. "De la documentación que informa los antecedentes del expediente se constata que
a denuncia de Johnny Escobar Escobar contra el ahora accionante Silvio Mamani Aduviri y
Sonia Quiroga Aliaga, se sustancia una investigación penal por la presunta comisión de los
delitos de estafa y robo, comunicando el Fiscal de Materia asignado al caso, el inicio de las
investigaciones para luego formular imputación, donde solicitó la aplicación de la medida
cautelar de detención preventiva.
De la misma manera, se establece que el 4 de abril de 2013, se llevó a cabo la audiencia de
medidas cautelares, disponiendo la Jueza de Instrucción Mixta y cautelar de Caranavi, por
Resolución 26/2013, la declaratoria de rebeldía de los imputados Silvio Mamani Aduviri y
Sonia Quiroga Aliaga, disponiendo se expida mandamiento de aprehensión el que fue
materializado contra el ahora accionante el 20 de junio de 2013.
En ese contexto es evidente que se ejecutó un mandamiento contra el accionante, el cual
según aduce estaría suspendido por vacación judicial; aspectos que ceñidos a lo establecido
en el Fundamento Jurídico III.4 de este fallo, deben ser demandados ante la Jueza de
Instrucción Mixta y cautelar de Caranavi que está a cargo de la investigación, o en su caso,
ante cualquier Juez cautelar de turno, para que dichas autoridades, cualquiera que fuera,
resuelvan sobre la legalidad o ilegalidad de su materialización y consecuentemente si su
detención fue o no indebida.
Así, ante la existencia de un proceso penal en curso donde el Fiscal de Materia asignado al
caso, dio aviso del inicio de las investigaciones correspondía acudir ante la Jueza de
Instrucción Mixta y cautelar de Caranavi o al de turno; toda vez, que si bien esta acción como
se aludió conserva entre otras la característica de inmediatez, en resguardo de la
delimitación de funciones y al prever el ordenamiento penal recursos igual de rápidos y
expeditos, corresponde acuda al juez cautelar y una vez agotados los medios a la jurisdicción
constitucional, siempre que considere que persiste la conculcación a derechos y garantías.".
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.4. "Sobre ello la SCP 1104/2013 de 17 de julio, señaló: “Siendo la acción de libertad un
mecanismo de protección inmediata del derecho a la vida así como de aquellas situaciones
en las que el derecho a la libertad física de las personas se encuentre lesionado por causa
de una ilegal persecución, indebido procesamiento o indebida privación de libertad; sin
embargo, debe tenerse en cuenta que la jurisprudencia constitucional ha sido uniforme al
sostener que su activación, en los casos de procesamiento indebido o indebida privación de
libertad, se producirá siempre que el ordenamiento jurídico no prevea un medio idóneo y
expedito para reparar la lesión producida y de existir deberá agotarse previamente. Al
[625]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
respecto la presente garantía jurisdiccional mantiene las características de sumariedad,
inmediatez de la protección, informalismo, generalidad e inmediación, que la diferencian de
otras acciones de defensa; la justicia constitucional tomando en cuenta instrumentos
internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclama en el art. 8,
que: 'Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la constitución o por la ley', el art. 7.6 de la Convención Americana de
Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, dentro del capítulo correspondiente
a los derechos civiles y políticos y reconociendo como un derecho a la libertad personal,
prevé, que: ´Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal
competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o
detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales…”'.
En esa dirección un medio de defensa efectivo, idóneo, pronto y eficaz cuando se denuncian
actos ilegales provenientes de autoridades fiscales o policiales lo constituye el juez Cautelar
encargado de ejercer el control de la investigación desde los actos iniciales hasta su
finalización, conforme prevén los arts. 54.1 y 279 del CPP. En ese contexto la SCP
0482/2013 de 12 de abril, al integrar el entendimiento jurisprudencial y presupuestos
procesales respecto de la “subsidiariedad en acción de libertad”, estableciendo cinco
situaciones en las cuales de manera excepcional, no es posible ingresar al fondo de esta
acción de defensa en el presupuesto procesal contenido en el numeral 2, indicó: “Cuando el
fiscal da aviso del inicio de la investigación al Juez cautelar y ante la denuncia de una
supuesta ilegal aprehensión, arresto u otra forma de restricción de la libertad personal o
física por parte de un Fiscal o de la Policía, el accionante, previo a acudir a la jurisdicción
constitucional debe en principio, denunciar todos los actos restrictivos de su libertad personal
o física ante la autoridad que ejerce el control jurisdiccional” .".
Precedente.- 1907/2012
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese entendido, corresponde denegar la tutela solicitada sin efectuar análisis alguno
respecto del problema jurídico planteado por existir un mecanismo intraprocesal idóneo,
eficaz e inmediato -recurso de apelación incidental- para restablecer los derechos que el
accionante considera vulnerados, mecanismo del cual no hizo uso Omar Daza Mandujano,
no pudiendo concebirse a la acción de libertad como un medio alternativo o sustitutivo de los
recursos o medios de defensa previstos por el ordenamiento jurídico”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…la jurisprudencia constitucional señaló que: “No cabe duda que el recurso de
apelación aludido, dada su configuración procesal, es un recurso idóneo e inmediato de
defensa contra supuestas lesiones y restricciones al derecho a la libertad de los
imputados, en el que el tribunal superior tiene la oportunidad de corregir, en su caso,
los errores del inferior invocados en el recurso. Es idóneo, porque es el recurso
adecuado, apropiado, establecido expresamente en la ley para impugnar las medidas
cautelares que vulneren el derecho a la libertad del imputado, en ocasión de la aplicación de
las medidas cautelares. Es inmediato, porque el recurso es resuelto sin demora, dado que la
ley establece un lapso brevísimo para su resolución (tres días).
De lo expresado, se concluye que el Código de Procedimiento Penal, ha previsto un recurso
expedito en resguardo del derecho a la libertad del imputado. En consecuencia, ese es el
recurso que debe utilizarse para impugnar los actos del juez que se consideren lesivos
al derecho aludido, y no acudir directamente o de manera simultánea a la justicia
constitucional (…)” así lo estableció la SC 1908/2011-R de 7 de noviembre entre otras.
Bajo ese entendimiento la SCP 0482/2013 de 12 de abril, realizando una integración del
desarrollo jurisprudencial, relativa a la subsidiariedad excepcional de la acción de libertad,
determinó aquellos supuestos en los cuales no es posible ingresar al fondo de una acción de
libertad, señalando: “4.-Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una
resolución judicial de medida cautelar que por ende, afecta al derecho a la libertad física
o de locomoción, con carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar
la misma, para que el superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad
denunciada”.
Precedente.- SC 1908/2011-R de 7 de noviembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
acción tutelar, toda vez que las partes tienen el deber de agotar las instancias ordinarias con
carácter previo a activar la acción de amparo constitucional..."
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.1. "En ese contexto, la SC 1273/2010-R de 13 de septiembre, determinó que la acción
tutelar citada supra:'…se encuentra regida por el principio de la subsidiariedad; y por lo tanto,
corresponde al accionante demostrar la inexistencia de instancia o vía a la que pueda acudir
para hacer valer sus derechos y garantías constitucionales considerados como restringidos
con el objeto de que los mismos le sean restituidos, o en su caso, demostrar que agotó esas
instancias sin que se hubiese reparado la lesión a sus derechos, caso contrario, la
jurisdicción constitucional deberá declarar la improcedencia del amparo sin entrar al análisis
de fondo de la problemática planteada, puesto que de hacerlo se estaría desnaturalizando el
carácter subsidiario de esta acción tutelar suplantando la vía ordinaria o administrativa de la
cual pudiese hacer uso el accionante, y subsanando además la negligencia en la que
pudiese haber incurrido la parte actora de no hacer uso de las vías que la ley le otorga.
Dicho de otro modo, para que proceda la acción extraordinaria de amparo constitucional: '...el
recurrente debe utilizar cuanto recurso le franquee la ley, sea ante la autoridad o persona
que lesionó su derecho o ante la instancia superior a la misma en caso que se trate de
autoridad y, en el caso de particulares, acudir ante la autoridad que conforme a la naturaleza
del acto ilegal u omisión indebida le pueda otorgar protección inmediata, y sólo se concederá
el amparo, no obstante la existencia de otras vías, cuando las mismas resulten ineficaces
para la defensa de los derechos, excepción que dependerá de la problemática planteada…'
(0643/2006-R de 4 de julio).
En coherencia con lo señalado precedentemente, la SC 1337/2003-R de 15 de septiembre,
determinó las siguientes reglas y subreglas de improcedencia del recurso de amparo
constitucional por subsidiariedad cuando:'…1) las autoridades judiciales o administrativas no
han tenido la posibilidad de pronunciarse sobre un asunto porque la parte no ha utilizado un
medio de defensa ni ha planteado recurso alguno, así: a) cuando en su oportunidad y en
plazo legal no se planteó un recurso o medio de impugnación y b) cuando no se utilizó un
medio de defensa previsto en el ordenamiento jurídico; y 2) las autoridades judiciales o
administrativas pudieron haber tenido o tienen la posibilidad de pronunciarse, porque la parte
utilizó recursos y medios de defensa, así: a) cuando se planteó el recurso pero de manera
incorrecta, que se daría en casos de planteamientos extemporáneos o equivocados y b)
cuando se utilizó un medio de defensa útil y procedente para la defensa de un derecho, pero
en su trámite el mismo no se agotó, estando al momento de la interposición y tramitación del
amparo, pendiente de resolución. Ambos casos, se excluyen de la excepción al principio de
subsidiariedad, que se da cuando la restricción o supresión de los derechos y garantías
constitucionales denunciados, ocasionen perjuicio irremediable e irreparable, en cuya
situación y de manera excepcional, procede la tutela demandada, aún existan otros medios
de defensa y recursos pendientes de resolución'".
Precedente: SC 1337/2003-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S.C.P. 1383/2012 Sucre, 19 de septiembre de 2012
RATIO DECIDENDI
F.J.III.2. "...respecto al incidente de actividad procesal defectuosa específicamente se
puntualizó conforme lo asumimos del contenido del Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, que ese incidente es recurrible en apelación
incidental en la etapa preparatoria y en la etapa del juicio oral, mediante la reserva de recurrir
en apelación restringida.
Por ello y conforme a los Fundamentos Jurídicos III.1 y III.2 del presente fallo, los
accionantes al no haber hecho uso de esa forma de impugnación, no agotaron las vías
ordinarias en uso amplio de su derecho a la defensa, inviabilizando que este Tribunal ingrese
al fondo de la problemática planteada".
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.1. "Y respecto a la naturaleza subsidiaria la SCP 0397/2012 de 22 de junio puntualizó:
”En ese sentido, el Tribunal Constitucional ha establecido a través de la SC 0150/2010-R de
17 de mayo, que ratificando la jurisprudencia ya existente sobre el tema e interpretando la
norma constitucional citada, señaló que: '…para que los fundamentos de una demanda de
amparo constitucional puedan ser analizados en el fondo, la parte recurrente debe haber
utilizado hasta agotar todos los medios y recursos legales idóneos para la tutela de sus
derechos sea en la vía jurisdiccional o administrativa, pues donde se deben reparar los
derechos y garantías lesionados es en el mismo proceso, o en la instancia donde fueron
vulnerados, esto es, que en principio haya acudido ante la misma autoridad que incurrió en la
presunta lesión y luego a las superiores a ésta, y si a pesar de ello persiste la lesión porque
los medios o recursos utilizados resultaron ineficaces, recién se abre la posibilidad de acudir
al amparo constitucional, el que no puede ser utilizado como un mecanismo alternativo o
sustitutivo de protección, pues ello desnaturalizaría su esencia' (…)".
Precedente: SC 1337/2003-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
establecidos en la Constitución Política del Estado, Los Tratados y Convenios
Internacionales, y la Ley.
Los delitos para ser considerados como tales, deben reunir todas las condiciones
exigidas para cada tipo en el Código Penal y ser probado en juicio oral, público,
contradictorio y continuo, y en la fase de subsunción legal los Tribunales y Jueces de
Sentencia, y excepcionalmente los Tribunales de Apelación, deben tener el cuidado de
observar que a la ausencia de alguno de los elementos configurativos del tipo penal,
no existe delito”.
De lo se extrae que, concluida la etapa de valoración de la prueba, establecidos los
hechos probados y no probados, el juzgador debe verificar la existencia y
materialización del verbo rector en la conducta del imputado dentro del hecho
debatido en juicio; es decir, realizar un enjuiciamiento jurídico del hecho, para
después realizar el mismo trabajo de coincidencia para la restante estructura del
tipo penal.
De este modo la selección e interpretación del tipo penal y su adecuada subsunción
no sólo supondrá una aplicación coherente y correcta de la norma sustantiva, si no
que involucrará el cumplimiento del derecho a una tutela judicial efectiva (art. 115.I
de la CPE), que contrariamente, tomar una decisión en base a una defectuosa
subsunción, aplicando el tipo penal irrazonablemente, compromete la vulneración
del principio de la legalidad penal, el que se encuentra relacionada al derecho a la
libertad.
SUBSUNCIÓN DEL HECHO AL TIPO PENAL/ Contenido: riesgo jurídico creado por
la conducta ilícita, el resultado dañoso de la conducta y los elementos objetivos y
subjetivos en la conducta de los acusados
AUTO SUPREMO Nº 752/2015-RRC-L
Sucre, 12 de octubre de 2015
Delitos: Falsedad Material, Falsedad Ideológica y Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Por otro lado, conforme la revisión realizada de la
fundamentación de la Sentencia, se establece también, que el Tribunal de mérito a
tiempo de realizar la subsunción del hecho a los tipos penales acusados y conforme
a la teoría finalista del delito asumida por nuestro CP a partir de 1997, estableció en
el punto 9 a tiempo de realizar la subsunción de la conducta del co procesado Mario
Hilarión Caqui Tarqui, que con la introducción en el tráfico jurídico de documentos
cuya falsedad era conocida por los sujetos activos de los ilícitos juzgados, trasuntó
en un daño efectivo y consiguiente perjuicio a la Alcaldía Municipal de Challapata y
Ministerio de Defensa como cabeza del Ejercito Nacional. Estableciéndose, que la
Resolución del Tribunal de mérito no es contradictoria a la doctrina legal señalada
por el Auto Supremo 231 de 4 de julio de 2006, pues el A quo, cumplió con señalar
el riesgo jurídico creado por la conducta ilícita de los hoy recurrente, el resultado
dañoso de su conducta y los elementos objetivos y subjetivos en la conducta de los
acusados, y los cuales conforme se refirió precedentemente, se hallan ampliamente
[630]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentados en el considerando VI de la Sentencia impugnada; concluyendo este
Tribunal, que la conclusión a la que arribó, el Tribunal de alzada cumple con los
parámetros de una Resolución debidamente fundamentada, responde a la realidad
probada por el Tribunal de mérito y no contradice la doctrina legal sentada por los
precedentes invocados por los recurrentes.
Descriptor: Subsunción del hecho al tipo penal
Restrictor: Contenido: riesgo jurídico creado por la conducta ilícita, el resultado
dañoso de la conducta y los elementos objetivos y subjetivos en la conducta de los
acusados (reiteradora)
[631]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
saber si corresponde o no subsumirlo en el tipo o tipos penales acusados, siendo
además importante interpretar los conceptos jurídicos que integran la ley
sustantiva; de ese modo, el Tribunal de casación podrá cumplir con su labor de
uniformar la jurisprudencia, estableciendo criterios rectores que permitan la
aplicación del principio de seguridad jurídica.
Descriptor: Subsunción Penal
Restrictor: Labor de control por el Tribunal de Alzada
[632]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por otra parte, debe tenerse presente que en el juicio sobre la observancia de la ley
sustantiva existen limitaciones, como la falta o insuficiencia de determinación del
hecho que sirve de sustento a la calificación jurídica, que impide constatar si la ley
ha sido bien o mal aplicada, y fundamentalmente los problemas ligados a la
interpretación de los conceptos jurídicos que integran la ley sustantiva y a la
subsunción jurídica. Para superar estas limitaciones, el Tribunal de apelación al
realizar la labor de control de la subsunción debe partir del hecho acusado,
para saber si corresponde o no subsumirlo en el tipo o tipos penales acusados,
siendo además importante interpretar los conceptos jurídicos que integran la
ley sustantiva; de ese modo, el Tribunal de casación podrá cumplir con su labor de
uniformar la jurisprudencia, estableciendo criterios rectores que permitan la
aplicación del principio de seguridad jurídica.
Además, cabe recordar la necesidad de que las resoluciones en general y las
resoluciones judiciales en particular, estén debidamente motivadas, por ser este
un principio básico que informa el ejercicio de la función jurisdiccional; y, al mismo
tiempo, un derecho de los justiciables a obtener de los órganos judiciales una
respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones oportunamente
propuestas; de tal manera, que los jueces o tribunales cualquiera sea la instancia a
la que pertenezcan, están obligados a expresar la argumentación jurídica que los ha
llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad de
administrar justicia se haga en sujeción a la ley; pero también, con la finalidad de
facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justiciables.
Con base a lo expuesto, se establece que ante la formulación de recurso de
apelación restringida, corresponde al Tribunal de apelación en ejercicio de la
competencia que la ley le asigna, controlar a partir de los elementos constitutivos de
cada delito, si el Juez o Tribunal de Sentencia realizó la adecuada subsunción del
hecho a los tipos penales acusados, realizando al efecto la correspondiente
motivación y en el caso de que el Tribunal de apelación advierte
error injudicando en la sentencia, en la fundamentación de la resolución que
no haya influido en la parte resolutiva, en aplicación a lo previsto por el
artículo 414 del Código de Procedimiento Penal, podrá corregir sin necesidad
de reenvío del proceso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
con la sola presentación del mandamiento será dejado en libertad, empero, resulta implícito
el deber jurídico que recae sobre la Gobernación de la Cárcel, de tomar las debidas
previsiones para evitar que alguien pueda ser puesto en libertad teniendo otros
mandamientos pendientes o que el mandamiento de libertad pueda contener alguna falsedad
material o ideológica, lo cual le impele a tener que verificar y solicitar la información
pertinente y revisar previamente los registros antes de dar curso al mandamiento…"; sin
embargo, el citado entendimiento fue complementado por las SSCC 0192/2004-R de 9 de
febrero, y 1696/2004-R de 22 de octubre, entre otras, en el sentido de que la comprobación y
la consulta debe ser realizada de manera inmediata de haberse recibido el mandamiento de
libertad.
Consecuentemente, de lo expuesto líneas arriba, se concluye que los responsables de los
recintos penitenciarios: "…tienen la obligación ineludible de cumplir con la celeridad debida
los mandamientos de libertad emanados de autoridad competente a efectos de no ingresar
en vulneración de derechos y garantías de la persona privada de libertad, puesto que la
prolongación indebida de la detención, no obstante estar ordenada la libertad por autoridad
competente y existir el mandamiento correspondiente se constituye en una flagrante lesión al
derecho a la libertad física o personal, empero; y, conforme lo estableció este Tribunal a
partir de la SC 0100/2010-R de 10 de mayo, estas autoridades '…deberán analizar también,
de manera inmediata y sin que ello origine una demora indebida: a) Si existen o no otros
mandamientos contra el imputado; y, b) Determinar si el mandamiento de libertad presentado
es auténtico, para lo cual deberán solicitar sin dilación alguna la información pertinente y
revisar previamente los registros antes de dar curso al mismo'. La misma Sentencia
Constitucional, determinó que estas 'Reglas no son limitativas, pues al margen de velar
porque se respeten los derechos y garantías del detenido, tienen también la alta
responsabilidad que les asigna la ley, de evitar que el interno que estuviese detenido por
orden de otras autoridades se evada, burlando a la justicia, lo que le generaría igualmente
responsabilidad…'" (SC 1104/2011-R de 16 de agosto).
[634]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
“ARTICULO 30. (Fundamentación y notificación). Toda resolución de la administración
penitenciaria que afecte los intereses del interno, será fundamentada y notificada en forma
escrita, informándose al interno sobre su derecho de apelación, cuando corresponda.
Cuando se trate de un acto dirigido a mantener el orden y seguridad del
establecimiento, el pronunciamiento será oral, obligándose la autoridad competente a
fundamentar por escrito tal decisión, dentro de las veinticuatro horas siguientes”.
Lo que implica que, si bien los detenidos preventivos de los centros penitenciarios no gozan
de los derechos a la libertad física y de locomoción, ello no constituye un óbice para el goce y
ejercicio de sus demás derechos, por lo que en tal virtud, ante cualquier sanción al interior de
dichos centros, la Ley de Ejecución Penal y Supervisión ha establecido el procedimiento
específico al respecto, no siendo posible la imposición de sanciones sin seguir el mismo,
pues lo contrario implicaría vulneración a derechos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
“ARTÍCULO 122º (Autoridad Competente).- El Director del establecimiento, tendrá
competencia para imponer sanciones, suspender o dar por cumplida su aplicación o
sustituirlas por otras más leves, de acuerdo a las circunstancias del caso, no pudiendo
delegar estas atribuciones en sus funcionarios subalternos.
Una copia de las Resoluciones que impongan sanciones, se remitirá al Consejo
Penitenciario, para ser adjuntada al registro personal del interno”.
Finalmente, respecto a la obligatoriedad de dicha autoridad de fundamentar las
resoluciones sancionatorias, así como la posibilidad de recurrir de las mismas y los medios
de impugnación que pueden ser activados por el privado de libertad, la citada norma prevé:
“ARTÍCULO 123º (Fundamentación).- Las sanciones serán impuestas mediante
Resolución fundamentada, previa audiencia en la que se escuchará la acusación y se dará
oportunidad al presunto infractor, de argumentar su defensa.
Las Resoluciones que impongan sanciones por faltas graves y muy graves, serán apelables
ante el Juez de Ejecución Penal, dentro de los tres días de notificada la Resolución, sin
recurso ulterior.
Las Resoluciones que impongan sanciones por faltas leves únicamente podrán ser objeto de
Recurso de Revocatoria ante la misma autoridad, salvo el numeral 1) del artículo 131º de la
presente Ley” (las negrillas nos corresponden).
De lo anteriormente glosado se colige que la sanción que se imponga por faltas graves o
muy graves puede ser impugnada a través del recurso de apelación que deberá ser
interpuesto ante el Juez de Ejecución Penal, indicando al efecto un plazo de tres días a partir
de su notificación.
[636]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Suministro SSCC (art. 51 L.1008)
Restrictor: No es admisible la tentativa
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y 6) Litispendencia. Si concurren dos o más excepciones deberán plantearse
conjuntamente”.
En este mismo contexto, el art. 314 de la norma adjetiva penal, estipula el trámite de las
excepciones peticiones o planteamientos en mérito a su naturaleza e importancia deban ser
debatidas o requieran la producción de prueba, serán tramitadas por la vía incidental, sin
interrumpir la investigación y una vez planteada la excepción o el incidente, el juez o tribunal
deberá correrla en traslado a la otra parte para que en el plazo de tres días siguientes a su
notificación, contesten y ofrezcan prueba.
En correlato el art. 315 de dicha norma, referido a la resolución, señala que si la excepción o
incidente son de puro derecho y no se ha ofrecido u ordenado la producción de prueba, el
juez o tribunal sin más trámite pronunciará resolución fundamentada a los tres días
siguientes de vencido el plazo previsto en el artículo anterior; el último párrafo de este
artículo prevé que el rechazo de las excepciones planteadas anteriormente, impedirá que
sean interpuestas nuevamente por los mismos motivos, lo que no prohíbe la posibilidad de
presentarlas en más de una oportunidad únicamente si los motivos fueran diferentes.
En este sentido, queda establecido que las excepciones descritas en el art. 308 del CPP,
puedan presentarse en más de una oportunidad, empero con motivos diferentes y aun
tratándose de la misma excepción pero con origen diferente. Así lo ha establecido la amplia
jurisprudencia constitucional generada por este Tribunal, cuyo entendimiento se encuentra
recogido en las Sentencias Constitucionales Plurinacionales 2121/2013 de 21 de noviembre
y 2475/2012 de 28 de noviembre, entre otras.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Penal sostienen que ambas instituciones no son diferentes, o más bien su fundamento de su
punibilidad responda a principios distintos; sino, sólo que tanto en su percepción social como
jurídica, la consumación supone siempre un plus de mayor gravedad que la tentativa, porque
el desvalor del resultado de la consumación es siempre mayor que el de la tentativa, por más
que dicho desvalor sea el mismo. Si el concepto de injusto sólo se basara en el desvalor de la
acción, no sería necesario diferenciar entre ambas. El desvalor del resultado es también una
parte integrante del concepto de antijuricidad, que obviamente al ser mayor en la
consumación, determina una mayor antijuricidad de ésta. Sin embargo, el desvalor de la
acción es el mismo en una y otra, de ahí que el elemento subjetivo, la intención o dolo de
consumar el delito, sea el mismo en ambas.
Cabe analizar también cuál es la diferenciación en el castigo otorgado a ambos institutos
jurídicos; pues en el caso de la tentativa, la pena se atenúa; por tanto, la distinción entre la
gravedad de la tentativa y la consumación del delito, llevaron a un sector de la doctrina
española a ver el fundamento del castigo de la tentativa en un criterio fundamentalmente
objetivo; es decir, en su proximidad a la lesión del bien jurídico protegido, ya que desde el
punto de vista subjetivo, tanto en la consumación como en la tentativa, la voluntad del sujeto
no sufre modificaciones. Pues la tentativa no es más que una causa de extensión de la pena,
que responde a la necesidad político criminal, de extender la amenaza o conminación penal
prevista para los tipos delictivos para el caso de consumación de los mismos, a conductas
que ciertamente no consuman el delito; pero, que están muy próximas a la consumación y se
realizan con voluntad de conseguirla. Pues el delito primario y punto de referencia de la
intervención del derecho penal, es el delito en su forma consumada. No existe una tentativa
en sí misma, sino la tentativa de consumar algo. En este sentido, el art. 8 del CP, no es más
que una norma penal incompleta, que sólo adquiere sentido si se pone en conexión con la
correspondiente norma penal completa en la que se describe el supuesto de hecho de un
delito consumado. El fundamento de esta extensión de la pena, si bien atenuada, a la
tentativa del supuesto de hecho, tiene pues el mismo fundamento que el castigo del supuesto
de hecho consumado doloso del que la tentativa no es más que su complemento: la
conculcación objetiva del bien jurídico, que en la tentativa sólo pueden ser la puesta en
peligro y la voluntad de conseguir su lesión típica. Si alguno de ellos falta, no podrá
apreciarse la tentativa. Carrara decía que la tentativa comienza cuando se realizan actos
unívocamente dirigidos a producir un cierto resultado, ya que cuando estos actos son
equívocos no son, sino actos preparatorios. Es menester recordar que un acto es unívoco
cuando no cabe duda alguna de que se dirige a causar determinado resultado punible.
La tentativa es un tipo dependiente, ya que todos sus elementos van referidos a un delito
consumado. No hay una tentativa en sí, sino tentativas de delitos consumados de homicidio,
hurto, estafa, etc. De ahí que el dolo es el mismo que en el delito consumado y el resultado
consumativo también debe ser abarcado por dolo.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
115, 116.I, 119.I y 180 de la CPE, disposiciones legales que están referidas a los derechos que el
imputado goza constitucionalmente. Consiguientemente, existiendo situaciones de flexibilización de
los requisitos del recurso de casación que permite abrir excepcionalmente la competencia de este
Tribunal, en aquellos casos en los que se denuncie la existencia de graves y evidentes infracciones a
los derechos de las partes y que constituyan defectos absolutos no susceptibles de convalidación,
estando precisado el hecho generador del recurso, los derechos y garantías que en el planteamiento
del recurso fueron vulnerados, así como el resultado dañoso; con la finalidad de realizar el control y
establecer la existencia o no de la presente denuncia, resulta menester ingresar a la consideración de
fondo del recurso, sólo en cuanto a este aspecto de la defensa técnica en relación a las disposiciones
legales internacionales relativas al derecho a la defensa y que tienen relación con el art. 115 de la
CPE, deviniendo el recurso en admisible.
TODA AUTORIDAD JUDICIAL DEBE ACTUAR CON LA DEBIDA DILIGENCIA
RESPECTO A SOLICITUDES DE LAS CUALES DEPENDA LA LIBERTAD PERSONAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1210/2015-S3, Sucre 2 de diciembre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Al respecto, la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, estableció que: “…toda autoridad que
conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física,
tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los
plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado
derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en
forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en
cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o
dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada
de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la
resuelva con la celeridad que exige la solicitud".
Mientras que la SC 0337/2010-R de 15 de junio, desarrollando doctrina que reconoce a la
acción traslativa o de pronto despacho, refirió que: “…se constituye en el mecanismo
procesal idóneo para operar en caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté
relacionada a la libertad y devenga de dilaciones indebidas, que retardan o evitan
resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad"; de
donde se extrae que, cuando una persona privada de libertad realiza una solicitud de
cesación a la detención preventiva, el Estado a través del juez de la causa, debe tramitar la
misma a la brevedad posible, en razón a la naturaleza del derecho invocado y su protección.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir,
que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa
negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud" (las negrillas nos corresponden).
Asimismo, la SC 0465/2010-R de 5 de julio, desarrollando la doctrina que reconoce a la acción
traslativa o de pronto despacho, sostuvo que: “…se constituye en el mecanismo procesal idóneo para
operar en caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la libertad y devenga
de dilaciones indebidas, que retardan o evitan resolver la situación jurídica de la persona que se
encuentra privada de libertad”, de donde se extrae que cuando una persona privada de libertad realiza
una solicitud en la que pretenda la resolución de su situación jurídica, el Estado a través del Juez de la
causa debe tramitar dicha solicitud en los plazos que señala la norma, o en su caso a la brevedad
posible y dentro de un plazo razonable, en razón de la naturaleza del derecho que se pretende se tutele.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
presentara en el término que se le fije, ni justificara un impedimento legítimo, la autoridad
competente librará mandamiento de aprehensión”.
En el régimen de la jurisdicción militar, el art. 139 del Código de Procedimiento Penal Militar
(CPPM), prevé: “(Confesoria).- El vocal relator ordenará el comparendo del o los encausados
para recibir declaración confesoria a la que deben concurrir el fiscal y el abogado defensor”;
sin embargo, a diferencia de las normas inherentes a la jurisdicción ordinaria, no existe
previsión expresa que faculte al vocal relator librar el mandamiento de aprehensión, cuando
el emplazamiento fuere desobedecido; empero, cabe aclarar que dicha omisión no debe ser
asumida como prohibición para obrar en ese sentido, ya que de lo contrario la jurisdicción
militar carecería de eficacia e instrumentos jurídicos apropiados que garanticen la
persecución regular del proceso penal militar; asimismo, se debe considerar que, el art. 149
de la misma norma procesal, aunque en una etapa procesalmente distinta a las diligencias
previas, faculta a las autoridades de la jurisdicción militar librar a el mandamiento de
aprehensión, en caso que el justiciable desobedezca a su llamado; por lo tanto, en el
ejercicio de esa jurisdicción especial es factible emitir mandamiento de aprehensión cuando
el emplazado desobedece al llamado de la autoridad.
Desde la interpretación de la norma procesal propia de la jurisdicción ordinaria, la “autoridad
competente” se encuentra facultada para librar mandamiento de aprehensión, cuando el
legalmente citado no comparece en la fecha y hora establecida ni presenta un justificativo o
impedimento legítimo para tal efecto; es decir, un entendimiento en contrario sensu permite
asumir que al emplazado le está permitido excusarse de la convocatoria de la autoridad
emplazante, si para tal efecto presenta justificativo o demuestra la existencia de un
impedimento legítimo que le imposibilitó concurrir al acto convocado. En este sentido, se
debe tener presente que: “…el impedimento debe ser legítimo y por lo mismo debidamente
justificado, en casos de enfermedad resulta obvio que se deberá acreditar la misma
mediante un certificado médico, pero éste necesariamente debe ser expedido por los
médicos forenses acreditados por el Ministerio Público…” (1768/2004-R).
Por lo precedentemente referido, es preciso considerar el contenido del art. 231 del CPPM,
cuyo tenor literal señala: “(Fuerza mayor).- Cuando el procesado se encuentre imposibilitado
por causa de fuerza mayor, el Tribunal podrá conceder un nuevo término para la
comparecencia, en vista de la justificación de la excusa”. Por lo tanto, el razonamiento y la
jurisprudencia constitucional anteriormente glosada, es plenamente aplicable a la jurisdicción
militar.
Ahora bien, la presentación del justificativo o la acreditación del impedimento legítimo que le
imposibilite al emplazado concurrir al llamado de la autoridad, constituye un elemento de
trascendental importancia, porque del valor y credibilidad que se le otorgue a los mismos,
dependerá si la autoridad emplazante decide reprogramar el acto para una posterior
oportunidad; o, emite el mandamiento de aprehensión para que la persona convocada luego
de ser hallada sea conducida a la presencia de la autoridad que dispuso en ese sentido,
incluso haciendo uso de la fuerza pública de ser necesaria, situación ésta, que se dará
cuando los justificativos o los impedimentos alegados no constituyen argumentos o razones
suficientes para excusarse o desatender al llamado de la autoridad competente.
Entonces, está claro que el hecho de librar el mandamiento de aprehensión constituye una
amenaza directa al derecho a la libertad del encausado; por consiguiente, la decisión que
desestime los justificativos e impedimentos legítimos que pudo haber presentado el
legalmente citado, no debe emerger de la decisión meramente discrecional de la autoridad
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
emplazante, sino que, es imprescindible que surja de una resolución debidamente
fundamentada, en el que se explique con meridiana claridad de por qué, se entiende que las
alegaciones del emplazado no justifican su inasistencia o no constituyen un impedimento
legítimo, obrar en sentido contrario, claramente implica un contrasentido del orden jurídico
constitucional vigente, habida cuenta que el accionar de las autoridades emplazantes se
encuentran estrechamente vinculadas con el ejercicio del derecho a la libertad física de la
persona; por lo tanto, si el mandamiento de aprehensión emerge de la libre voluntad de la
autoridad emplazante, ciertamente da lugar a la persecución ilegal e indebida del encausado,
por ser una decisión de hecho y no de derecho. Asimismo, desde la perspectiva de este
Tribunal Constitucional Plurinacional, constituye acto ilegal y persecución ilegal e indebida si
la autoridad legitimada para efectuar la citación o emplazamiento, emite directamente el
mandamiento de aprehensión sin antes resolver el justificativo o impedimento legitimo
presentado por el emplazado.
Finalmente, es menester dejar claramente establecido que, el entendimiento anterior es
plenamente aplicable para la jurisdicción ordinaria y la penal militar, debido a que en ambos
regímenes procesales existe similitud en el trámite referido a la citación o emplazamiento de
las personas sometidas al proceso penal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derecho a la libertad de los imputados, en el que el tribunal de alzada podrá corregir los
errores en que hubiese podido incurrir el inferior, por la inmediatez que le caracteriza a ese
medio impugnativo, el trámite establecido por el citado art. 251 del CPP es sumario, pues
impone la remisión de la apelación planteada dentro de las veinticuatro horas de presentada
y por ende el bien jurídico que protege, como es el de la libertad, no puede estar sujeto a
dilaciones indebidas que tendieren a demorar la pronta definición de la situación jurídica del
imputado, debiendo en consecuencia, tramitarse respetando los plazos breves establecidos
por la norma adjetiva penal señalada, no obrar así, importa una dilación indebida que vulnera
el derecho a la libertad y que eventualmente puede vulnerar el derecho a la vida cuando de
por medio se encuentran problemas de salud que requieren una pronta definición de la
situación legal del imputado, cuya variación depende de la ponderación que efectúe el
tribunal de apelación con relación a los fundamentos de la medida cautelar, para disponer su
revocatoria o confirmación” así lo entendió la SCP 0025/2012 de 16 de marzo.
Precedente.- SCP 0025/2012 de 16 de marzo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En definitiva, es inexcusable el deber de especificar por qué, para qué, cómo, qué, quien,
cuando, con que, etc., se afirma o niega algo en la argumentación de una decisión judicial en
el sentido decidido y no en sentido diferente. La inobservancia del principio de la razón
suficiente y de los demás principios lógicos, así como de las reglas de la inferencia durante la
argumentación de una resolución judicial, determina la deficiencia en la motivación,
deficiencia que, a su vez, conduce a un fallo que se aparta, en todo o en parte, del sentido
real de la decisión que debía corresponder al caso o lo desnaturaliza. Esa deficiencia in
cogitando, si es relevante, conduce a una consecuencia negativa que se materializa en una
decisión arbitraria, (injusta)."
En coherencia con las normas constitucionales citadas y la doctrina descrita, el legislador a
partir del alcance previsto por el art. 124 del CPP, estableció que: “Las sentencias y autos
interlocutorios serán fundamentados. Expresaran los motivos de hecho y de derecho en que
basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba”; bajo este alcance jurídico,
toda autoridad judicial que emita una resolución debe exponer los hechos, realizar la
fundamentación legal y citar las normas que sustenta su parte dispositiva, pues cuando un
Juez o Tribunal omite fundamentar y motivar debidamente su razonamiento y determinación,
toma una decisión de hecho contraria al espíritu de un debido proceso, lo que de ninguna
manera implica una argumentación innecesaria que abunde en repeticiones o
cuestiones irrelevantes al caso, sino que al contrario debe desarrollar; pero, con precisión
y claridad, las razones que motivaron al juzgador a asumir una determinada resolución, claro
está con la justificación legal que respalda además esa situación.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
‘al hacerse patente la dilación en la tramitación del recurso de apelación incidental planteado
por el accionante contra la Resolución 104/2013 de 12 de marzo, que le impuso detención
preventiva, es menester conceder la tutela solicitada…”
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “La SCP 0312/2013 de 18 de marzo, previo desarrollo de anteriores entendimientos
jurisprudenciales sobre la celeridad procesal en la tramitación de peticiones vinculadas con la
libertad de las personas, de la que se citará lo pertinente a la problemática planteada,
concluyó…’
‘Con relación a la celeridad procesal vinculada al derecho a la libertad, corresponde
recordar que la SC 0900/2010-R de 10 de agosto, aplicado el razonamiento comprendido en
la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, sostuvo que: '«…toda autoridad que conozca de una
solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de
tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables,
pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no
significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues
esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que
se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de
una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una
compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la
celeridad que exige la solicitud (...)'»”.
Precedente.- SC 0224/2004-R de 16 de febrero
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que incida en la configuración de otro tipo penal, los cuales si producen peligro para
la salud de los ciudadanos y para los demás bienes jurídicos tutelados conforme se
estableció en el Auto Supremo 778/2014-RRC de 19 de diciembre, entre otros. Por
otra parte, al asumir el Tribunal de alzada el criterio que la menor cantidad de
sustancia controlada tendría incidencia en la calificación del delito; sin embargo, no
existe identificación o precisión respecto a cuál tipo penal correspondería; por ello,
es inapropiada e incorrecta la posición asumida por el Tribunal de apelación,
además, por la inexistencia en nuestra legislación de dicho criterio.
Descriptor: Tráfico de sustancias controladas
Restrictor: No es argumento suficiente que sólo se trate de pequeñas porciones de
sustancias controladas o menor volumen de droga que incida en la configuración de
otro tipo penal ni significaba la ausencia de delito
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
2) Resolverá los incidentes y dictará los autos interlocutorios dentro de los cinco días de
contestada la actuación que los motiva o vencido el plazo para contestarla; y,
3) Pronunciará en la misma audiencia la sentencia, los autos interlocutorios y otras
providencias que corresponda'.
Conforme a ello, es evidente que una vez presentada la impugnación de manera escrita, el
juez debe emitir la providencia respectiva, en el plazo establecido en el art. 132 inc. 1) del
CPP; es decir, veinticuatro horas, disponiendo la remisión del recurso y de los antecedentes
ante el Tribunal de apelación; providencia a partir de la cual se computan las veinticuatro
horas establecidas en el art. 251 del CPP”."
Precedente:1703/2004-R, 22 de octubre
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
señaló: “…de acuerdo al art. 314 del CPP, las excepciones, en la etapa preparatoria se
tramitan por la vía incidental sin interrumpir la investigación, esto debido a que la preparación
del juicio requiere de investigaciones permanentes con el objetivo de recolectar todos los
elementos probatorios pertinentes para fundar la acusación o en su caso, en virtud del
principio de objetividad, eximir de responsabilidad al imputado.
En este contexto, se concluye que la etapa preparatoria no puede ser suspendida por la
interposición de medios de impugnación, pues de hacerlo, no sólo se estaría perjudicando la
eficacia de la persecución penal pública, sino que también se estarían desprotegiendo los
derechos y garantías de las partes dentro de una investigación, particularmente de quien se
encuentra sometido a medidas cautelares; de reconocerse el efecto suspensivo del recurso
de apelación durante la etapa preparatoria, la competencia del juez cautelar, como contralor
de la investigación, también tendría que quedar en suspenso, lo cual no resulta coherente
con el sistema.
Consiguientemente, la norma contenida en el art. 314 del CPP, respecto a que la tramitación
de las excepciones en la etapa preparatoria no suspende la investigación, también tiene que
ser aplicada a los efectos de los recursos de apelación planteados contra las resoluciones
que resuelven esas excepciones; lo que significa que durante el trámite de apelación, la
investigación debe continuar su curso, teniendo el juez cautelar competencia para
pronunciar las Resoluciones pertinentes como contralor de la investigación y de los
derechos y garantías de las partes, incluidas las resoluciones sobre medida cautelares
aplicadas contra los imputados; entendimiento que ha sido expresado en la SC
0848/2006-R, de 29 de agosto.
Por lo expuesto, en la etapa preparatoria es posible interponer recurso de apelación
incidental contra las resoluciones que resuelven excepciones; aclarándose que, en virtud a la
finalidad de esa etapa, la apelación no tiene efecto suspensivo”.
(…)
Conforme a las normas y la jurisprudencia glosada, se concluye que la tramitación de las
excepciones y sus efectos en la etapa preparatoria, se rige por las siguientes reglas:
a) La interposición de excepciones, de cualquier naturaleza, incluida la excepción de
incompetencia, no suspende la investigación, y tampoco la competencia del juez para el
ejercicio del control jurisdiccional de la investigación, incluido el conocimiento y resolución de
la consideración de medidas cautelares.;
b) Una vez resueltas las excepciones, incluida la de incompetencia, el juez cautelar mantiene
su competencia para el control de la investigación mientras su resolución se encuentre
apelada y la misma no quede ejecutoriada; y,
c) Las excepciones deben ser resueltas por el juez cautelar sin dilaciones, en los plazos y
conforme al procedimiento previsto por el Código de Procedimiento Penal, con
independencia de las solicitudes vinculadas a la aplicación, modificación o cesación
de las medidas cautelares, cuyo trámite no depende de la resolución de las
excepciones formuladas; entendimiento que implica una modulación a la SCP 1949/2012
de 12 de octubre, en la que se sostuvo que si bien la presentación de las excepciones no
suspende la investigación y, tampoco la competencia de la autoridad judicial; empero, antes
de ingresar al análisis de las medidas cautelares, se deben resolver las excepciones
formuladas”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
TRAMITACIÓN DE LAS EXCEPCIONES EN LA ETAPA PREPARATORIA Y SUS
EFECTOS
S.C.P. 0176/2015-S2 Sucre, 25 de febrero de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Sobre la temática la SCP 1876/2013 de 29 de octubre, precisó: “El art. 314 del CPP,
establece que 'Las excepciones y las peticiones o planteamientos de las partes que por su
naturaleza o importancia, deban ser debatidas o requieran la producción de prueba, se
tramitarán por la vía incidental sin interrumpir la investigación y serán propuestas por escrito
fundamentado en la etapa preparatoria y oralmente en el juicio, ofreciendo prueba y
acompañando la documentación correspondiente'.
Conforme a la norma glosada, las excepciones presentadas durante la etapa preparatoria
deben ser presentadas en forma escrita, aplicándose, para estos casos, el procedimiento
descrito en los arts. 314 segundo párrafo y 315 del CPP.
(…)
Una de las características fundamentales de la presentación de las excepciones en la etapa
preparatoria, es que se la tramita en la vía incidental y no suspende la investigación y, en
ese sentido, el Ministerio Público debe continuar con la dirección de la investigación y la
jueza o el juez cautelar, ejerciendo los actos jurisdiccionales propios de su actividad
de control de la investigación; pues, de lo contrario, se permitiría el desarrollo de la etapa
preparatoria sin que exista una autoridad judicial que controle el ejercicio de los derechos y
garantías fundamentales de las partes dentro del proceso penal.
Bajo dicho razonamiento, la interposición de cualquiera de las excepciones previstas en el
Código de Procedimiento Penal, aún la de incompetencia, bajo ninguna circunstancia
implica la suspensión de la competencia de la autoridad judicial, y si bien el art. 310 del
CPP determina que la excepción de incompetencia debe resolverse antes que cualquier otra
excepción, ello significa que debe ser tratada con prioridad y celeridad debido a que,
precisamente, está en juego la competencia de la autoridad judicial; sin embargo, ello no
implica la paralización o suspensión de su competencia, pues, además de existir una
norma expresa que claramente establece que ese extremo (art. 314 del CPP), en los hechos
se dejaría a las partes sin autoridad judicial para ejercer el control jurisdiccional.
Esta característica en la presentación de las excepciones en la etapa preparatoria, ha sido
resaltada en la jurisprudencia constitucional, que ha señalado que aún durante el trámite de
apelación de las resoluciones que resuelven las excepciones, continúa siendo competente el
juez cautelar cuya competencia se cuestionó. Así, la SC 0421/2007-R de 22 de mayo,
señaló: “…de acuerdo al art. 314 del CPP, las excepciones, en la etapa preparatoria se
tramitan por la vía incidental sin interrumpir la investigación, esto debido a que la preparación
del juicio requiere de investigaciones permanentes con el objetivo de recolectar todos los
elementos probatorios pertinentes para fundar la acusación o en su caso, en virtud del
principio de objetividad, eximir de responsabilidad al imputado. En este contexto, se concluye
que la etapa preparatoria no puede ser suspendida por la interposición de medios de
impugnación, pues de hacerlo, no sólo se estaría perjudicando la eficacia de la persecución
penal pública, sino que también se estarían desprotegiendo los derechos y garantías de las
partes dentro de una investigación, particularmente de quien se encuentra sometido a
medidas cautelares; de reconocerse el efecto suspensivo del recurso de apelación durante la
etapa preparatoria, la competencia del juez cautelar, como contralor de la investigación,
también tendría que quedar en suspenso, lo cual no resulta coherente con el sistema.
[651]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Consiguientemente, la norma contenida en el art. 314 del CPP, respecto a que la tramitación
de las excepciones en la etapa preparatoria no suspende la investigación, también tiene que
ser aplicada a los efectos de los recursos de apelación planteados contra las resoluciones
que resuelven esas excepciones; lo que significa que durante el trámite de apelación, la
investigación debe continuar su curso, teniendo el juez cautelar competencia para
pronunciar las Resoluciones pertinentes como contralor de la investigación y de los
derechos y garantías de las partes, incluidas las resoluciones sobre medida cautelares
aplicadas contra los imputados; entendimiento que ha sido expresado en la SC
0848/2006-R, de 29 de agosto.
Por lo expuesto, en la etapa preparatoria es posible interponer recurso de apelación
incidental contra las resoluciones que resuelven excepciones; aclarándose que, en virtud a la
finalidad de esa etapa, la apelación no tiene efecto suspensivo”.
(…)
Conforme a las normas y la jurisprudencia glosada, se concluye que la tramitación de las
excepciones y sus efectos en la etapa preparatoria, se rige por las siguientes reglas:
a) La interposición de excepciones, de cualquier naturaleza, incluida la excepción de
incompetencia, no suspende la investigación, y tampoco la competencia del juez para el
ejercicio del control jurisdiccional de la investigación, incluido el conocimiento y resolución de
la consideración de medidas cautelares.;
b) Una vez resueltas las excepciones, incluida la de incompetencia, el juez cautelar mantiene
su competencia para el control de la investigación mientras su resolución se encuentre
apelada y la misma no quede ejecutoriada; y,
c) Las excepciones deben ser resueltas por el juez cautelar sin dilaciones, en los plazos y
conforme al procedimiento previsto por el Código de Procedimiento Penal, con
independencia de las solicitudes vinculadas a la aplicación, modificación o cesación
de las medidas cautelares, cuyo trámite no depende de la resolución de las
excepciones formuladas; entendimiento que implica una modulación a la SCP 1949/2012
de 12 de octubre, en la que se sostuvo que si bien la presentación de las excepciones no
suspende la investigación y, tampoco la competencia de la autoridad judicial; empero, antes
de ingresar al análisis de las medidas cautelares, se deben resolver las excepciones
formuladas”
[652]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
un poder expreso, de acuerdo a lo previsto en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, por cuanto, habiendo incumplido lo previsto en el art.
396 inc. 2) del CPP, tal acto no puede ser considerado, ya que el mismo no materializa la
voluntad de Fernando Rivera Tardío.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.(...)Sobre el trámite del citado medio de impugnación la jurisprudencia constitucional,
señaló que el mismo: “Por encontrarse de por medio el bien jurídico de la libertad, no puede
estar sujeto a dilaciones indebidas que tendieren a demorar la pronta definición de la
situación jurídica del imputado, debiendo en consecuencia, tramitarse dentro de los plazos
establecidos por la norma adjetiva penal” en ese sentido la SCP 0281/2012 de 4 de junio.
Al efecto la indicada Sentencia Constitucional Plurinacional señaló que: “…cuando el recurso
de apelación incidental, hubiere sido planteado oralmente en audiencia o por escrito, con o
sin contestación de las partes que intervinieren en el proceso, deberá ser concedido en el
acto si fuere en audiencia y remitido inexcusablemente en el plazo improrrogable de
veinticuatro horas, y el tribunal de apelación deben resolver en setenta y dos horas; lo
contrario significaría dilación indebida que vulnera el derecho a la libertad y en su caso a la
vida, en el entendido que la variación de la situación jurídica del imputado depende de la
ponderación que efectúe el tribunal de apelación de los fundamentos de la medida cautelar,
para disponer su revocatoria o confirmación”.
PRECEDENTE SC 0281/2012-R
[653]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
TRAMITACION PROCESAL PARA LA EXTINCION DE LA ACCION PENAL POR
DURACION MAXIMA DEL PROCESO.
S.C.P. 0009/2015 – S2 Sucre 5 de enero de 2015
RATIO DECIDENDI
Se debe dejar claramente establecido, que para viabilizar procesalmente la tramitación de la
extinción de la acción penal, y con el objeto de no generar una disfunción procesal, conocida
la solicitud de extinción ante el juez o tribunal de instancia, éste tiene la obligación -previa a
resolver la excepción- de comunicar a la Corte Suprema de Justicia de esa situación,
solicitando además la inmediata remisión de antecedentes para la sustanciación y resolución
de la extinción, cuya determinación de igual forma debe ser comunicada en forma inmediata
al pronunciamiento a la Corte Suprema de Justicia, para que dicha instancia resuelva en
función a ello lo que fuere en derecho»'.
Entonces, de lo referido es posible concluir que el trámite de la extinción de la acción penal
por duración máxima del proceso se encuentra establecido en los arts. 314 y ss. del CPP, al
estar comprendida dentro de la lista de excepciones contenidas en el art. 308 del mismo
cuerpo legal; con la aclaración realizada por la jurisprudencia constitucional a través de las
SSCC 1716/2010-R y 0318/2011-R, en las que se estableció que este tipo de solicitudes
debe ser conocida por los jueces de primera instancia o bien, dependiendo del estado del
proceso, por los jueces técnicos del tribunal de sentencia, quienes, como se señaló, tienen la
obligación de imprimir la mayor celeridad posible a esa tramitación, a lo que debe agregarse
que por imperio de la propia ley, es de previo y especial pronunciamiento; por lo cual, ante su
presentación, las autoridades encargadas de su conocimiento y resolución, están en la
obligación de comunicar al Tribunal Supremo de Justicia, o bien a la Corte Superior en sus
Salas Penales, dependiendo si el proceso penal estuviere en etapa de apelación o casación,
ajustándose a los principios de oportunidad y concentración que el caso amerita; a efectos de
que la instancia superior suspenda todo trámite y remita antecedentes al inferior, para que
previa resolución a la solicitud de extinción y si fuera el caso, de la apelación incidental; una
vez agotadas las vías de impugnación idóneas; el expediente junto a los últimos actuados
referidos a la excepción planteada, retorne al mismo tribunal donde se encuentra pendiente
la apelación o casación interpuestas, a efectos de continuar procedimiento, ya sea
denegando la impugnación por haberse admitido la extinción o bien, emitiendo el fallo final, al
haberse negado dicho beneficio.
PRECEDENTE REITERADO:
Así, la SC 0101/2004 de 14 de septiembre, con relación al derecho fundamental que se
vulnera cuando se provoca dilación en la tramitación de los procesos, sentó la siguiente línea
jurisprudencial: 'De lo anterior se extrae que la finalidad que persigue el legislador
constituyente boliviano al introducir, en concordancia con los preceptos internacionales
aludidos, el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable, es que el imputado pueda
definir su situación ante la ley y la sociedad dentro del tiempo más corto posible, desde un
punto de vista razonable; poniendo fin a la situación de incertidumbre que genera todo juicio,
y la amenaza siempre latente a su libertad que todo proceso penal representa. Con esto se
persigue evitar que la dilación indebida del proceso, por omisión o la falta de la diligencia
debida de los órganos competentes del sistema penal, pueda acarrear al procesado lesión a
otros derechos, entre ellos, el de la dignidad y la seguridad jurídica, que resulten
irreparables'.
[654]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En cuanto a la forma de su tramitación, la jurisprudencia creada por el anterior Tribunal
Constitucional, estableció que toda solicitud de extinción de la acción penal debe ser
conocida por los jueces de primera instancia o en su caso, ante los jueces técnicos de los
tribunales de sentencia. En ese sentido, se afirmó en la SC 0318/2011-R de 1 de abril: '…la
SC 1716/2010-R de 25 de octubre, ha establecido que corresponde a la autoridad de primera
instancia y en su caso, al Tribunal de Sentencia conformado únicamente por los jueces
técnicos, quienes conocerán el trámite de extinción de la acción penal, resguardando los
principios a los cuales se rige el sistema procesal penal, quienes antes de resolver dicho
petitorio, deberán solicitar a la Corte Suprema de Justicia, la remisión inmediata de todos los
antecedentes procesales para que de esta forma, el Tribunal de Sentencia pueda resolver la
extinción de forma fundamentada y motivada; determinación que de la misma forma debe ser
comunicada a la Corte Suprema de Justicia para que se pronuncie según corresponda; en
este sentido la referida Sentencia señaló: «(…) conviene también resaltar que la inmediación
del juicio oral, se evidenciará en la participación directa del juez o tribunal de primera
instancia del conocimiento de la extinción, lo cual coadyuva a su vez a la economía y
celeridad procesal evitando que el tribunal de casación conozca situaciones incidentales al
proceso y que no están contempladas dentro de su competencia y facultades, siendo que
respondiendo a la inmediatez y alcance del juicio oral, es el juzgador de origen quien con
mayor discernimiento al tener un contacto directo con las partes procesales, debe realizar la
valoración integral requerida, no siendo necesaria la concurrencia de los jueces ciudadanos
en el caso de tribunal de sentencia, al tratarse de un tema eminentemente técnico jurídico.
Queda entendido que el trámite se sujetará a los principios de celeridad, oportunidad y
economía procesal, que junto a otros no menos importantes hace a la actividad procesal,
pero que sin embargo en este tipo de circunstancia se hacen más imperiosos a los efectos
de evitar mayores dilaciones que las cuestionadas.
[655]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
esta forma el debido proceso en su falta de fundamentación, la tutela judicial efectiva, y los
principios de congruencia y legalidad.
De la actuación de los Vocales demandados, se puede observar que los mismos, no obraron
conforme establece el trámite y procedimiento desarrollado en el Fundamento Jurídico III.3
de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, en cuanto a la recusación, al no haber
señalado previamente la audiencia, que el art. 320 del CPP, en forma taxativa establece;
omisión, que se confirma del mismo informe cursante de fs. 65 a 66, que las autoridades
demandadas presentaron al Tribunal de garantías, cuando refieren “…ni siquiera se presentó
prueba junto al memorial de recusación conforme señala la norma, entonces como exigen
que se señale audiencia para presentar prueba si no la tienen…” (sic), y además, se habría
rechazado la recusación porque no existía prueba objetiva que demuestre que el Juez
recusado haya manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el proceso en cuestión; sin
embargo, el art 320 inc. 1) del CPP, es determinante al señalar que el tribunal superior,
previa audiencia, recibirá la prueba y los informes de las partes, más no indica en ninguna
parte que a criterio del juez o tribunal dicha audiencia no deba instalarse, ese acto
evidentemente ha provocado una vulneración al debido proceso, en su elemento a la tutela
judicial efectiva, ya que no se ha permitido a las accionantes realizar una adecuada defensa
en audiencia sobre los argumentos por los cuales se ha recusado al Juez de Partido Mixto y
de Sentencia Penal de Betanzos de la provincia Cornelio Saavedra del departamento de
Potosí.
PRECEDENTE
F.J. III.3. Con relación al trámite específico del incidente de recusación previsto en el
art. 320 inc. 1) del CPP
(…) En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la teleología de un rechazo
in límine de recusaciones es el resguardo del principio de celeridad y por ende del plazo
razonable de juzgamiento, toda vez que su finalidad es evitar dilaciones procesales
indebidas, no sería coherente con esta interpretación teleológica, atribuirle a este
supuesto los mismos presupuestos disciplinados para la tramitación de recusaciones
enmarcadas en las causales plasmadas en el art. 320 del CPP, por cuanto, a la luz de
esta interpretación teleológica, es razonable señalar que en este supuesto (rechazo in
límine), los jueces o tribunales ordinarios, precisamente para asegurar esa celeridad
procesal, en caso de enmarcarse la recusación a una causal de rechazo in límine, deberán
establecer de manera previa y motivada este rechazo, luego de lo cual, a diferencia del
primer supuesto disciplinado en el art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera
inmediata con el conocimiento y resolución de la causa, aspecto que de ninguna manera
vicia de nulidad los actos procesales ulteriores” , así lo entendió la SCP 0038/2012 de 26 de
marzo.
Precedente: SCP 0038/2012 de 26 de marzo
[656]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.4. De la documentación que informa los antecedentes del expediente, se evidencia
que dentro el proceso penal de acción privada, seguida por María Cristina Herbas Estrada y
Aydee Isabel Herbas Estrada contra Luis Dieter Coro León por la supuesta comisión de los
delitos de difamación e injuria, las querellantes interpusieron recusación contra el Juez de
Partido Mixto y de Sentencia Penal de Betanzos, provincia Cornelio Saavedra del
departamento de Potosí, la misma que rechazó la autoridad jurisdiccional, y envió dicho fallo
al superior en grado.
Recibida en revisión la recusación, los Vocales ahora demandados resolvieron rechazar in
limine la recusación mediante el Auto de Vista 02/2013, disponiendo que el Juez de la causa
continué con la tramitación del indicado proceso penal hasta su conclusión, fallo que según
las accionantes es ilegal, por varios motivos, pues, existiría las causales 2 y 11 del art. 316
del CPP, que el juez recusado habría tenido contacto de manera personal y extra proceso
con la parte contraria, que no se habría procedido conforme establece el art 320 del citado
Código, en el sentido de que los Vocales no fijaron u omitieron señalar audiencia para que
las partes, tengan la oportunidad de que se reciban sus pruebas e informes, vulnerando de
esta forma el debido proceso en su falta de fundamentación, la tutela judicial efectiva, y los
principios de congruencia y legalidad.
De la actuación de los Vocales demandados, se puede observar que los mismos, no obraron
conforme establece el trámite y procedimiento desarrollado en el Fundamento Jurídico III.3
de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, en cuanto a la recusación, al no haber
señalado previamente la audiencia, que el art. 320 del CPP, en forma taxativa establece;
omisión, que se confirma del mismo informe cursante de fs. 65 a 66, que las autoridades
demandadas presentaron al Tribunal de garantías, cuando refieren “…ni siquiera se presentó
prueba junto al memorial de recusación conforme señala la norma, entonces como exigen
que se señale audiencia para presentar prueba si no la tienen…” (sic), y además, se habría
rechazado la recusación porque no existía prueba objetiva que demuestre que el Juez
recusado haya manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el proceso en cuestión; sin
embargo, el art 320 inc. 1) del CPP, es determinante al señalar que el tribunal superior,
previa audiencia, recibirá la prueba y los informes de las partes, más no indica en ninguna
parte que a criterio del juez o tribunal dicha audiencia no deba instalarse, ese acto
evidentemente ha provocado una vulneración al debido proceso, en su elemento a la tutela
judicial efectiva, ya que no se ha permitido a las accionantes realizar una adecuada defensa
en audiencia sobre los argumentos por los cuales se ha recusado al Juez de Partido Mixto y
de Sentencia Penal de Betanzos de la provincia Cornelio Saavedra del departamento de
Potosí.
PRECEDENTE
F.J. III.3. Con relación al trámite específico del incidente de recusación previsto en el
art. 320 inc. 1) del CPP (…) En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la
teleología de un rechazo in límine de recusaciones es el resguardo del principio de celeridad
y por ende del plazo razonable de juzgamiento, toda vez que su finalidad es evitar
dilaciones procesales indebidas, no sería coherente con esta interpretación
teleológica, atribuirle a este supuesto los mismos presupuestos disciplinados para la
tramitación de recusaciones enmarcadas en las causales plasmadas en el art. 320 del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPP, por cuanto, a la luz de esta interpretación teleológica, es razonable señalar que en
este supuesto (rechazo in límine), los jueces o tribunales ordinarios, precisamente para
asegurar esa celeridad procesal, en caso de enmarcarse la recusación a una causal de
rechazo in límine, deberán establecer de manera previa y motivada este rechazo, luego de lo
cual, a diferencia del primer supuesto disciplinado en el art. 321 de la Ley 007, deberán
continuar de manera inmediata con el conocimiento y resolución de la causa, aspecto que de
ninguna manera vicia de nulidad los actos procesales ulteriores”, así lo entendió la SCP
0038/2012 de 26 de marzo.
Precedente: SCP 0038/2012 de 26 de marzo.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
reconocido por la Constitución Política del Estado y el Código de Procedimiento Penal, el recurso de
apelación incidental, constituye el medio idóneo y eficaz para el restablecimiento del derecho a la
libertad o la tutela de la vida, que a consecuencia de la imposición de una medida cautelar de carácter
personal sea limitado. En ese entendido, el art. 251 del CPP, dispone:
‘La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto
no suspensivo, en el término de setenta y dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días siguientes
de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior’.
Bajo ese marco legal, la SC 0930/2010-R de 17 de agosto, indicó: 'El Código de Procedimiento Penal,
dentro del sistema de recursos que dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones
que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, que se muestra como un recurso
sumario, pronto y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251 del CPP, una vez interpuesto
este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior de Justicia en el
término de veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación resolver el recurso, sin más trámite
y en audiencia dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones.
No cabe duda que el recurso de apelación aludido, dada su configuración procesal, es un recurso
idóneo e inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restricciones al derecho a la libertad de los
imputados, en el que el tribunal superior tiene la oportunidad de corregir, en su caso, los errores del
inferior invocados en el recurso. Es idóneo, porque es el recurso adecuado, apropiado, establecido
expresamente en la ley para impugnar las medidas cautelares que vulneren el derecho a la libertad del
imputado, en ocasión de la aplicación de las medidas cautelares. Es inmediato, porque el recurso es
resuelto sin demora, dado que la ley establece un lapso brevísimo para su resolución (tres días)’.
De donde se advierte que el trámite del referido medio de impugnación, no establece que previo a su
remisión ante el superior jerárquico, deba ser corrido en traslado para que las partes del proceso
contesten, para proseguir el trámite. Por encontrarse de por medio el bien jurídico de la libertad, el
trámite del recurso de apelación incidental de medidas cautelares, no puede estar sujeto a dilaciones
indebidas que tendieren a demorar la pronta definición de la situación jurídica del imputado,
debiendo en consecuencia, tramitarse dentro de los plazos establecidos por la norma adjetiva penal.
Cuando el recurso de apelación incidental, hubiere sido planteado oralmente en audiencia o por
escrito, con o sin contestación de las partes que intervinieren en el proceso, deberá ser concedido en
el acto si fuere en audiencia y remitido inexcusablemente en el plazo improrrogable de veinticuatro
horas y el tribunal de apelación resolver en el término de setenta y dos horas; lo contrario
significaría dilación indebida que vulnera el derecho a la libertad, en el entendido que la variación
de la situación jurídica del imputado depende de la ponderación que efectúe el tribunal de apelación
de los fundamentos de la medida cautelar, para disponer su revocatoria o confirmación”
TRÁMITE PROCESAL Y EFECTOS DE LA RECUSACIÓN RECHAZADA IN LÍMINE DE
ACUERDO A LA NORMATIVA PENAL VIGENTE
S.C.P. 0065/2015-S1 Sucre, 10 de febrero de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La SC 1547/2011-R de 11 de octubre, haciendo mención a la SC 0247/2006-R de 15 de
marzo, sobre el particular señaló lo siguiente: “Las disposiciones previstas por el art. 321 del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPP, y la jurisprudencia señalada, obedecen a los citados principios, pues en el desarrollo
de la función jurisdiccional son los que rigen a los jueces, quienes están llamados a actuar
siempre con probidad e imparcialidad frente a la parte acusadora como imputada, sin que
sus actos o decisiones puedan estar comprometidos al interés de una de ellas, pues de ser
así no sólo que dichos principios serían desconocidos sino que se lesionaría gravemente el
valor de la justicia, cuya consecución es objetivo de las dos partes dentro del proceso
penal…”.
Sobre el trámite de recusación dispuesto en la normativa vigente, la SCP 0038/2012 de 26
de marzo, desarrolló el siguiente entendimiento: “…debe señalarse que el Código de
Procedimiento Penal, en el marco de las reglas de un debido proceso, disciplina el trámite de
recusación, señalando taxativamente en su artículo 320 lo siguiente: 'La recusación se
presentará ante el juez o tribunal que conozca el proceso, mediante escrito fundamentado,
ofreciendo prueba y acompañando la documentación correspondiente'. Asimismo, mediante
Ley 007 de 18 de mayo de 2010, denominada 'Ley de Modificaciones al Sistema Normativo
Penal”, en su artículo primero, se establece las reformas parciales al Código de
Procedimiento Penal, entre las cuales se encuentra la modificación al artículo 321 del
mencionado Código, estableciendo esta ley para las excusas y recusaciones el siguiente
contenido textual: 'Producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá realizar
en el proceso ningún acto, bajo sanción de nulidad. Aceptada la excusa o la recusación, la
separación del juez será definitiva aunque posteriormente desaparezcan las causales que
las determinaron'. Luego de este supuesto, de manera textual señala esta disposición: 'Las
excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in límine cuando: 1. No sea causal
sobreviniente; 2. Sea manifiestamente improcedente; 3. Se presente sin prueba en los
casos que sea necesario; o 4. Habiendo sido rechazada sea reiterada en los mismos
términos'.
Ahora bien, para el establecimiento de las reglas de un debido proceso en relación al tópico
de recusaciones, es imperante interpretar a la luz de pautas exegéticas, teleológicas y
sistémicas, la disposición legal antes señalada, en ese orden, a diferencia del anterior
régimen adjetivo aplicable en materia de recusaciones, esta nueva disposición, de acuerdo al
tenor literal, introduce un aspecto adicional, es decir el rechazo in límine de recusaciones,
disciplinando específicamente los requisitos para este fin.
En ese orden, en una interpretación literal del art. 321 de la Ley 007, acorde con pautas
teleológicas y sistémicas, se tiene que la prohibición de conocimiento de ulteriores actos
procesales una vez promovida la recusación, es un presupuesto aplicable para las
recusaciones formuladas en el marco del art. 320 del CPP; empero, considerando que el
rechazo in límine no contempla las causales del art. 320 del CPP, sino por el contrario, sus
presupuestos son distintos, del tenor literal del art. 321, se establece que no existe una
regulación normativa expresa del procedimiento de rechazo in límine de recusaciones
formuladas en procesos penales, razón por la cual, de acuerdo a pautas objetivas de
interpretación, a la luz del debido proceso, deberán interpretarse los postulados a seguirse.
En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la teleología de un rechazo
in límine de recusaciones es el resguardo del principio de celeridad y por ende del
plazo razonable de juzgamiento, toda vez que su finalidad es evitar dilaciones
procesales indebidas, no sería coherente con esta interpretación teleológica, atribuirle
a este supuesto los mismos presupuestos disciplinados para la tramitación de
recusaciones enmarcadas en las causales plasmadas en el art. 320 del CPP, por
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuanto, a la luz de esta interpretación teleológica, es razonable señalar que en este supuesto
(rechazo in límine), los jueces o tribunales ordinarios, precisamente para asegurar esa
celeridad procesal, en caso de enmarcarse la recusación a una causal de rechazo in límine,
deberán establecer de manera previa y motivada este rechazo, luego de lo cual, a diferencia
del primer supuesto disciplinado en el art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera
inmediata con el conocimiento y resolución de la causa, aspecto que de ninguna manera
vicia de nulidad los actos procesales ulteriores”.
De lo que se infiere que, bajo el principio de celeridad los actos procesales deben ser
ejercitados rápida y oportunamente a efectos de evitar dilaciones innecesarias que
entorpezcan el desarrollo del proceso, lo que significa que una recusación rechazada in
límine implica un acto procesal por el cual se están evitando dilaciones innecesarias en el
proceso, recordemos que la terminología “in límine” que viene del latín significa “al comienzo”
o “de principio” por lo que resulta aplicable en situaciones manifiestamente contrarias al
ordenamiento jurídico vigente, donde se compruebe una evidente improcedencia de la
recusación planteada.
TRÁMITE Y PLAZOS DE RECUSACION
S.C.P. 0786/2013 Sucre, 11 de junio de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.5.2 “…se advierte que durante el cuarto intermedio dispuesto por la autoridad
demandada, los accionantes denunciaron a la Jueza Mixta y cautelar de Sipe Sipe, por haber
desarrollado la audiencia de consideración de medidas cautelares, con la Oficial de
Diligencias fungiendo como Actuaria y que posteriormente plantearon recusación contra
dicha autoridad, por haber incurrido en la causal prevista en el art. 316.1 del CPP, solicitando
se imprima el procedimiento fijado por el art. 321 del citado cuerpo legal; no obstante, recién
el 13 de febrero de 2013, la referida autoridad, rechazó la recusación. Bajo ese contexto, las
reglas procesales establecidas por el art. 321 del indicado instrumento normativo, fueron
soslayadas por la Jueza demandada, debido a que no tramitó la indicada figura procesal en
los plazos fijados, lo que sin duda constituye vulneración al debido proceso y por ende, lesión
al derecho a la libertad de los accionantes; por cuanto, corresponde conceder la tutela
solicitada por haberse dilatado injustificadamente la tramitación de la recusación”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “Corresponde referirse al instituto de la recusación y su procedimiento cuando se
presenta ante un Juez unipersonal, así el art. 319 del CPP en relación a la oportunidad
señala: “La recusación podrá ser interpuesta:
1) En la etapa preparatoria, dentro de los diez días de haber asumido el juez el
conocimiento de la causa;
2) En la etapa del juicio, dentro del término establecido para los actos preparatorios de la
audiencia; y,
3) En los recursos, dentro del plazo para expresar o contestar agravios.
Cuando la recusación se funde en una causal sobreviniente, podrá plantearse hasta antes de
dictarse la sentencia o resolución del recurso.
Más adelante el art. 320 de la ley adjetiva penal al establecer el trámite y resolución de la
recusación indica: “La recusación se presentará ante el juez o tribunal que conozca el
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
proceso, mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba y acompañando la
documentación correspondiente.
Si el juez recusado admite la recusación promovida, se seguirá el trámite establecido para la
excusa. En caso de rechazo se aplicará el siguiente procedimiento:
1) Cuando se trate de un juez unipersonal, elevará antecedentes al tribunal superior dentro
de las veinticuatro horas de promovida la recusación, acompañando el escrito de
interposición junto con su decisión fundamentada de rechazo. El tribunal superior, previa
audiencia en la que se recibirá la prueba e informe de las partes, se pronunciará dentro de
las cuarenta y ocho horas siguientes sobre la aceptación o rechazo de la recusación, sin
recurso ulterior. Si acepta la recusación, reemplazará al juez recusado conforme a lo previsto
en las disposiciones orgánicas; si la rechaza ordenará al juez que continúe con la
sustanciación del proceso, el que ya no podrá ser recusado por las mismas causales;
2) Cuando se trate de un juez que integre un tribunal el rechazo se formulará ante el mismo
tribunal, quien resolverá en el plazo y forma establecidos en el numeral anterior.
Cuando el número de recusaciones impida la existencia de quórum o se acepte la recusación
de uno de sus miembros, el tribunal se completará de acuerdo con lo establecido en las
disposiciones orgánicas”.
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Extracto Jurisprudencial: De acuerdo a ello, se tiene que el denunciante, los
denunciados y los garantes de los segundos firmaron acuerdo transaccional sobre el
de dinero otorgado en préstamo por R.A.M., estableciendo expresamente que los
garantes se comprometían a pagar la suma adeudada al denunciante al término de
los seis meses otorgados como plazo máximo y en la forma concertada para el efecto
entre la pareja de esposos procesada y el querellante, estableciendo como
consecuencia del incumplimiento que la parte afectada podía iniciar la acción penal
correspondiente, exigiendo el pago del total garantizado más interese
convencionales, penales, comisiones, gastos de cobranza, daños, perjuicios y
honorarios profesionales de abogado. Asimismo, se tiene que dicho documento, fue
aprobado y homologado a través de Auto motivado de 8 de febrero de 2000 y
ejecutoriado expresamente mediante su similar de 15 del mismo mes y año; en
consecuencia, adquirió calidad de cosa juzgada, constituyéndose en un documento
de carácter ejecutivo, por cuanto obtuvo la homologación de una autoridad
jurisdiccional competente, que en ese entonces tramitaba la acción penal,
cumpliendo de este modo con las exigencias normativas establecidas en el Código
Civil, ampliamente desarrolladas en el apartado III.2 del presente Auto Supremo,
dando lugar a que dicha autoridad, declare el desistimiento de la acción civil dentro
de la tramitación del proceso penal, lo que de ningún modo implicó la conclusión
extraordinaria de este, debido a que los delitos denunciados eran perseguibles de
oficio; por consiguiente, correspondía al Ministerio Público seguir con su
tramitación, razón por la cual se llegó a dictar Sentencia condenatoria contra U.A.G,
como autor del delito de Estelionato (...) Al respecto, se debe dejar establecido que al
constituir la figura de la transacción una forma extraordinaria de concluir el proceso
iniciado, conforme establece el art. 949 del CC, en el caso concreto se advierte que la
acción civil dentro del proceso penal quedó concluida de manera permanente,
considerando que el derecho o pretensión sobre el cual se tranzó, constituía el
monto de dinero que U.A.G. adquirió del denunciante valiéndose de garantías reales
sobre bienes inmuebles que no eran de su propiedad; en consecuencia, R.A.M., no
estaba habilitado a recurrir a la vía penal para pedir la reparación del daño civil,
debiendo haber acudido a la vía ordinaria correspondiente y ante la autoridad
jurisdiccional competente, al haber configurado el acuerdo no cumplido en un
documento susceptible de ejecución, en la vía pertinente. Por lo expuesto,
correspondía que, el juez Primero de Partido y Sentencia de El Alto, ante el
conocimiento de la existencia de un acuerdo transaccional con calidad de cosa
juzgada, cuyos efectos producen la conclusión no habitual del proceso, en este caso
dentro de la vía penal, declarar improbada la demanda por carecer de objeto.
Asimismo, se advierte que, conforme a los argumentos de casación de U.A.G., el
Tribunal de alzada o analizó dichos antecedentes en su debida magnitud,
incurriendo incluso en una fundamentación insuficiente a tiempo de resolver dicha
problemática, por cuanto se limitó a afirmar que el Juez penal tiene toda la
competencia para resolver alguna solicitud respecto a la reparación de daños, como
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efecto de la comisión del delito, sin explicar de ningún modo cuáles los
razonamientos jurídicos y lógicos que le llevaron a tal conclusión, restándole de
hecho valor al acuerdo transaccional suscrito entre los interesados.
Descriptor: Transacción Homologada
Restrictor: Hace inviable la demanda de Responsabilidad Civil
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selección y designación que lleven adelante el Consejo de la Magistratura y el Tribunal Supremo de
Justicia, en el marco de sus atribuciones» (sic).
En consecuencia, del análisis de la parte resolutiva y los Fundamentos Jurídicos de la SCP
0504/2015-S1 se tiene que no es evidente que dicha Sentencia Constitucional Plurinacional hubiera
determinado el incumplimiento de la Disposición Transitoria Sexta de la Constitución Política del
Estado por parte del Consejo de la Magistratura, al contrario dejó en claro que todos los vocales,
jueces y servidores de apoyo jurisdiccional y administrativo son transitorios, por ende, mal podrían
exigir previamente la revisión de su carpeta como un condicionamiento previo para lanzar cualquier
convocatoria, cuando en virtud de la Ley, del soberano, no gozan de inamovilidad, y únicamente están
ejerciendo el cargo hasta la designación de los nuevos Vocales, jueces y servidores, y que
reconociendo su experiencia, la misma ley le da la posibilidad de presentarse a las convocatorias,
conforme a las normas y procedimientos establecidos al efecto’”.
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departamento de Potosí, por la presunta comisión del delito de falsificación de moneda; en
ocasión de prestar su declaración informativa ante el Fiscal de Materia ahora demandado,
ambos fueron aprehendidos el 19 de julio de 2013 a horas 15:00 en dicha dependencia
policial, manteniéndolos en calidad de aprehendidos; por lo que consideran que fueron
ilegalmente detenidos sin tener conocimiento del delito por el cual se les estuvieron
procesando.
Ahora bien, se evidencia que la autoridad demandada presentó su informe de inicio de
investigación, imputación formal y la aplicación de medidas cautelares el 23 de julio de 2013
a horas 10:00; también, la audiencia de consideración de dichas medidas cautelares que fue
presidida por el Juez de Instrucción Mixto Cautelar de Colquechaca, quien determinó la
detención preventiva de Modesto Sanca Tarqui y aplicó medidas sustitutivas a favor de
Andrea Tangara Luna, actuado judicial que se llevó a cabo ese día a horas 16:00; de donde
se deduce que el Fiscal de Materia demandado dejo transcurrir más del plazo establecido por
ley, sin dar aviso del inicio de la investigación al Juez cautelar, con un evidente
incumplimiento del art. 226 del CPP, que establece: “La persona aprehendida será puesta a
disposición del juez en el plazo de veinticuatro horas (24), para que resuelva dentro del
mismo plazo sobre la aplicación de alguna de las medidas cautelares o decrete su libertad
por falta de indicios”. En ese sentido, el aviso de la investigación tiene como fin hacer
conocer a la autoridad jurisdiccional los actos iníciales de la investigación y a la vez que
asuma el control de las actuaciones tanto de la Policía como del Fiscal; en ese sentido, la
autoridad fiscal incumplió con la norma procesal referida….
Consiguientemente, la autoridad demandada mantuvo indebidamente detenidos a los
accionantes por más de setenta horas, vulnerando sus derechos al debido proceso, el
principio de la celeridad procesal, tomando en cuenta que al restringir la libertad, los
administradores de justicia están en la obligación de imprimir la tramitación de los casos
sometidos a su conocimiento dentro los plazos procesales, por lo que corresponde otorgar la
tutela impetrada por el accionante, conforme el Fundamento Jurídico III.3 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional.".
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En ese contexto, se incurre en el defecto de la incongruencia omisiva (citra petita o
ex silentio) al no pronunciarse una autoridad jurisdiccional sobre las denuncias
planteadas, vulnerando las disposiciones contenidas en los arts. 124 y 398 del
CPP; temática que fue ampliamente desarrollada por este Tribunal en el Auto
Supremo 297/2012-RRC de 20 de noviembre, refiriendo que: “…sin embargo, debe
exigirse el cumplimiento de los siguientes requisitos para la concurrencia del fallo
corto: i) Que la omisión denunciada se encuentre vinculada a aspectos de carácter
jurídico y no a temas de hecho o argumentos simples; ii) Que las pretensiones
ignoradas se hayan formulado claramente y en el momento procesal oportuno; iii) Que
se traten de pretensiones en sentido propio y no de meras alegaciones que apoyan
una pretensión; y, iv) Que la Resolución emitida no se haya pronunciado sobre
problemáticas de derecho, en sus dos modalidades; la primera que la omisión esté
referida a pretensiones jurídicas, y la segunda cuando del conjunto de los
razonamientos contenidos en la Resolución judicial puede razonablemente deducirse
no sólo que la autoridad jurisdiccional ha valorado la pretensión deducida, sino
además los motivos que fundamentan la respuesta tácita.
Siendo así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto,
referido en esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y
resolver a las pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente,
frustrando con ello el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho
sobre la cuestión formalmente planteada.
La incongruencia omisiva quebranta el principio tantum devolutum quantum
apellatum, así lo ha establecido la doctrina legal aplicable citada en el Auto Supremo
6 de 26 de enero de 2007; aforismo que a decir del tratadista Hugo Alsina, significa
que los poderes del Tribunal de apelación se hallan limitados por la extensión del
recurso, por lo cual, ‘...sufre una limitación en los casos en que el recurso se
interpone contra una parte determinada de la sentencia, pues, entonces, el tribunal no
puede pronunciarse sino sobre lo que es materia del mismo’ (Alsina, Hugo. Tratado
teórico práctico de derecho procesal civil y comercial. Editorial Ediar Soc. Anón.
Buenos Aires 1961. Segunda Edición, Tomo IV, Pág. 416).
Igualmente, refiere el versado Couture, que: ‘El juez de la apelación conviene repetir,
no tiene más poderes que los que caben dentro de los límites de los recursos
deducidos. No hay más efecto devolutivo que el que cabe dentro del agravio y del
recurso: tantum devolutum quantum apellatum’ (Couture, Eduardo J. Fundamentos
del Derecho Procesal Civil. Editorial IB de F. Montevideo - Buenos Aires 2005. Euro
Editores S.R.L. 4ta. Edición. Pág. 300).
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circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución", se
entiende con la adecuada motivación en las resoluciones que pronuncie el Tribunal de
alzada”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
completitud, legitimidad y logicidad; respondiendo a cada recurso por separado o en
conjunto cuando las denuncias estén vinculadas, dejando conocer claramente a cada
recurrente la parte de la resolución que responde a cada pretensión; además, debe
fundamentar y motivar sus conclusiones respecto a cada una de las alegaciones, las
que inicialmente podrían clasificarse por motivo alegado, resumiendo y describiendo
cada una de ellas por separado o de forma conjunta si estuvieran vinculadas
(aclarando ese aspecto), con la finalidad de expresar los fundamentos y la motivación
de la resolución de manera ordenada, lo contrario implica incurrir en defecto
inconvalidable o insubsanable, al tenor del artículo 169 inciso 3) del Código de
Procedimiento Penal, pues todo acto que vulnere derechos y/o garantías
constitucionales, cuyo resultado dañoso no se enmarquen a la salvedad dispuesta en
el artículo 167 de la misma norma legal, deriva en defecto absoluto y corresponde
renovar el acto”.
Ahora bien, en apelación restringida, cuando el Tribunal de alzada verifica que la
Sentencia recurrida adolece de errores de derecho en la fundamentación, que no
modifiquen la parte dispositiva, así como errores y omisiones formales y los que se
refieran a la imposición o el cómputo de penas, puede corregirlos a tiempo de emitir
Resolución. De igual modo, sin anular la Sentencia recurrida, puede realizar una
fundamentación complementaria, conforme las previsiones establecidas en el art.
414 del CPP.
Descriptor: Nulidades
Restrictor: Nulidades/no es obligatorio notificar a las partes con el sorteo a vocal
relator:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
No obstante lo anterior, este Tribunal incorporó una sub regla para los
supuestos de cambio de situación jurídica del imputado, en los que sí es
posible y obligación del Tribunal de alzada, en aplicación del art. 413
última parte del CPP, ingresar al análisis de aspectos relacionados con la
subsunción de la conducta del imputado, en base a los hechos establecidos
en Sentencia, ello sin cambiar en absoluto los mismos; es decir, adecuar la
conducta al o los delitos que correspondan y en caso de evidenciar que no
se reúnan los elementos configurativos del tipo penal, disponer la
absolución; o, si advierte que el Juez o Tribunal de Sentencia, al absolver
al imputado incurrióen errónea aplicación de la norma sustantiva en la
labor de subsunción; siendo que su conducta sí se acomodaba a un tipo o
a varios tipos paneles, puede condenar e imponer la pena que corresponda;
criterios que fueron plasmados y explicados en el Auto Supremo
660/2014-RRC de 20 de noviembre, que estableció: “…es conocido que el
actual sistema procesal penal garantiza la no revalorización de prueba, y en
consecuencia, el establecimiento o modificación de los hechos por parte del Tribunal
de apelación, siendo profusa la doctrina legal emitida por este Tribunal y la extinta
Corte Suprema de Justicia al respecto, que mediante reiterados fallos hizo énfasis en
la característica de intangibilidad que tienen los hechos establecidos en sentencia, no
siendo permisible el descenso al examen de los hechos y la prueba, lo que es
innegable, por cuanto el único que tiene la posibilidad de valorar la prueba y a partir
de ello establecer la verdad histórica de los hechos (verdad material), es el Juez o
Tribunal de Sentencia, al gozar de la inmediación que tiene con las partes y la prueba,
que le permite forma un criterio, lo más cercano posible, de lo que pasó en el hecho
investigado, posibilidad del que está desprovisto el Tribunal de alzada.
[670]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Se vulnera los derechos a la defensa y al debido proceso, reconocidos por el art. 115.II
de la CPE, y existe una inadecuada aplicación de los arts. 413 y 414 del CPP, cuando
el Tribunal de alzada, revalorizando la prueba rectifica la Sentencia, cambiando la
situación jurídica del imputado, de absuelto a condenado o viceversa; decisión que al
desconocer los principios de inmediación y contradicción, incurre en defecto absoluto
no susceptible de convalidación’.
[671]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En consecuencia, este Tribunal considera necesario establecer la siguiente sub regla:
El Tribunal de alzada en observancia del art. 413 última parte del CPP, puede emitir
nueva sentencia incluso modificando la situación del imputado de absuelto a
condenado o de condenado a absuelto, siempre y cuando no proceda a una
revalorización de la prueba, menos a la modificación de los hechos probados
en juicio al resultar temas intangibles, dado el principio de inmediación que rige
el proceso penal boliviano; supuestos en los cuales, no está eximido de dar estricta
aplicación del art. 124 del CPP, esto es, fundamentar suficientemente su
determinación, ya sea para la absolución o condena del imputado y respectiva
imposición de la pena.”
[672]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de estos actos procesales y en consecuencia incurrir en violación a la garantía
constitucional del debido proceso.
Que, si el Tribunal de apelación advierte error injudicando en la sentencia, en la
fundamentación de la resolución que no haya influido en la parte resolutiva, en
aplicación a lo previsto por el artículo 414 del Código de Procedimiento Penal,
podrá corregir sin necesidad de reenvío del proceso, empero, si el error en la
fundamentación es determinante para el cambio en la situación jurídica del
imputado, observando lo dispuesto por el artículo 413 del mismo Código Adjetivo
Penal, debe anular la sentencia total o parcialmente, dado el caso específico y
ordenar la reposición del juicio por otro juez o tribunal, precisando en forma
concreta el objeto del nuevo juicio.
Finalmente, por lo expuesto, este Tribunal de casación considera innecesario
ingresar a considerar el fondo de las demás argumentaciones del recurso, sin
dejar de lado que, cuando se violan las formas sustanciales del debido proceso,
la anulación es válida y también la consecuente retracción del proceso a etapas
anteriores con el fin de renovar los actos invalidados, consecuentemente el plazo
transcurrido como emergencia de la invalidez no podría ser refutado como
injustificado o indebido”.
[673]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
crítica, apreciando individual e integralmente las pruebas desfiladas y sometidas
a la contradicción ante sus sentidos.
Teniendo en cuenta el contenido de los precedentes, los mismos que son referidos a
la labor que debe realizar el Tribunal de Alzada con relación a resguardar la
legalidad y el debido proceso, además de ejercer el control de la valoración de la
prueba realizada por el Juez o Tribunal de Sentencia, es preciso referirnos a lo
argumentado en este motivo del recurso de casación, en el que el recurrente aduce
que el Tribunal de alzada no subsanó los agravios que expresó en su recurso de
apelación y que así vulneró los precedentes, omitiendo considerar los principios de
legalidad, del in dubio pro reo y la presunción de inocencia, por cuanto se presumió
su culpabilidad en base a la ausencia de la víctima en el juicio; a cuyo efecto,
corresponde analizar el Auto de Vista con la finalidad de verificar la supuestas
contradicciones a los precedentes invocados.
[674]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
a momento de resolver la detención preventiva del imputado y/o procesado, considere
indefectiblemente los presupuestos del fumus boni iuris, que amerite el ejercicio estatal del ius
puniendi sobre la comisión de un ilícito atribuible a una persona, bajo «La existencia de elementos de
convicción suficientes para sostener que (…) es, con probabilidad, autor o partícipe de un hecho
punible» (art. 233.1 del CPP); y también, el periculum in mora, que importa el riesgo de dilación en la
tramitación del proceso e ineficacia de la resolución en la que concluya, por resultar evidente «La
existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso u
obstaculizará la averiguación de la verdad» (art. 233.2 del CPP).
Entonces, se encuentra claramente establecido que el análisis referido, también es de obligatoria
consideración por parte del Tribunal de alzada o Vocales que hubieren conocido la apelación
incidental, la determinación, el rechazo, o la modificación de una medida cautelar; pues, si bien están
compelidos a circunscribir sus resoluciones «…a los puntos de la resolución a que se refieren los
motivos del agravio», según el aforismo tantum devolutum quantum apellatum, plasmado en el
mandato del art. 398 del CPP, «…no significa que las autoridades judiciales, en apelación, deban
abstenerse de realizar el análisis sobre los supuestos previstos en el art. 233 del CPP, pues esa
obligación les es exigible cuando tengan que revocar la Resolución del inferior que impuso medidas
sustitutivas y, por consiguiente, aplicar la detención preventiva a el o los imputados; toda vez que, en
estos casos, (…), los vocales deben precisar los elementos de convicción que le permitan concluir en la
necesidad de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva, debiendo justificar la
concurrencia de los presupuestos jurídicos exigidos en el art. 233 del CPP' (negrillas agregadas) (SC
0560/2007-R de 3 de julio); jurisprudencia que limita lo establecido por el indicado artículo». (SC
1500/2011-R de 11 de octubre).
Del mismo modo, asumiendo el razonamiento de la Sentencia Constitucional citada, enfatizó: «…en
relación a la supuesta contravención del art. 398 del CPP y a los límites de la misma disposición
legal, manifestó que: '…en virtud al art. 398 del CPP, los tribunales de alzada deben circunscribir sus
resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución, lo que implica, en el caso analizado, que los
Vocales recurridos sólo podían resolver los agravios expresados por el Fiscal, sin perjuicio de que,
como quedó expresado precedentemente, puedan pronunciarse sobre la existencia de los presupuestos
señalados en el art. 233 del CPP, en caso de imponer a los recurrentes la detención preventiva, que es
lo que aconteció en el caso de autos' (SC 0329/2010-R de 15 de junio)»”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sentencia condenatoria, no se encuentra directamente vinculado a la restricción o supresión
al derecho a la libertad personal o de locomoción, correspondiendo en los casos no
vinculados a la libertad como en el presente caso y en mérito a la amplia jurisprudencia
constitucional, utilizar la acción de amparo constitucional” .
En cuanto a la problemática específica referida a las resoluciones emanadas de una solicitud
de extinción de la acción penal, la SC 0012/2010-R de 6 de abril, estableció que, en los
casos en los que se cuestione el rechazo a la solicitud de la extinción de la acción penal, se
debe recurrir al amparo constitucional y no así a la acción de libertad, puesto que este
aspecto, atañe al debido proceso y no se encuentra directamente vinculado con el derecho a
la libertad al no demostrarse la existencia de indefensión absoluta; impide a la jurisdicción
constitucional ingresar a analizar el fondo de la problemática, de donde se infiere que, aún
cuando existe privación de libertad, el rechazo a la solicitud de extinción de la acción penal,
debe tramitarse mediante la acción de amparo constitucional, por ser inherente al debido
proceso y no a través de la acción de libertad, por no encontrarse directamente vinculado con
la supresión y/o restricción de la libertad física o de locomoción.
Así, lo han expresado las SSCC 0825/2011-R de 3 de junio y 0049/2011-R de 7 de febrero,
al señalar que:"Al respecto la SC 0462/2010-R de 5 de julio, señaló lo siguiente: '…en
problemáticas relacionadas con la solicitud de extinción de la acción penal, como es el caso,
el Tribunal Constitucional ha establecido que el hábeas corpus, ahora acción de libertad, no
es el medio idóneo para analizar tales situaciones. Así, la SC 0625/2005-R de 7 de junio,
señala: «…el recurrente, a través de esta acción tutelar, pretende se subsane la
supuesta omisión en que habrían incurrido las autoridades judiciales recurridas al no
pronunciarse expresamente sobre la extinción de la acción penal, lo que en su criterio
vulnera su derecho al debido proceso, situación que no puede ser considerada a
través de este recurso, por no constituirse en la causa directa de la privación de la
libertad física del referido recurrente; pues al estar vinculada, la denuncia planteada, a
la supuesta vulneración del derecho al debido proceso, la omisión denunciada debe
ser reparada por los jueces y tribunales ordinarios competentes para la sustanciación
de la causa a través de los medios y recursos reconocidos por la norma adjetiva
penal». En ese mismo sentido la SC 0402/2007-R de 5 de mayo, estableció: «… a partir de
la SC 1983/2004-R de 17 de diciembre, cuyo entendimiento ha sido reiterado en las SSCC
0625/2005-R, 1122/2005-R, 1475/2005-R, ha establecido que ante problemáticas en las
que se denuncia procesamiento y detención indebidos por no haberse declarado la
extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, su análisis no puede
efectuarse a través del hábeas corpus al constituir una problemática que no se
encuentra directamente vinculada con el derecho a la libertad de locomoción por no
operar como causa de su restricción, y que al ser un extremo que se encuentra
vinculada con la garantía del debido proceso, la parte afectada puede acudir ante la
jurisdicción constitucional con la interposición del recurso de amparo constitucional
una vez agotados los medios y recursos reconocidos en la jurisdicción ordinaria»'".
De donde se concluye que, sobre la base de la jurisprudencia citada, las problemáticas
vinculadas con la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, pueden ser
denunciadas ante la jurisdicción constitucional a través de la acción de amparo
constitucional, una vez agotados los medios y recursos reconocidos en la jurisdicción
ordinaria.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
innecesarios no previstos por ley; 2) Fije la audiencia en una fecha alejada de lo razonable o
prudencial; 3) Interrumpa la audiencia de consideración, por causas o motivos que no
justifican la suspensión, ni son causales de nulidad; y, 4) Interpuesto el recurso de apelación contra la
resolución que rechaza la solicitud de cesación de detención preventiva, no remita los antecedentes de
la apelación al juez a quem dentro del plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art. 251 del
CPP.
Posteriormente y ante la puesta en vigencia de la Ley 586 de Descongestionamiento y Efectivización
del Sistema Procesal Penal, este Tribunal, mediante la SCP 1210/2015 S1 de 16 de noviembre,
señaló:“… la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal –Ley 586 de
30 de octubre de 2014– , en su art. 8 que modifica el art. 239 del Código de Procedimiento Penal
(CPP), refiriéndose al plazo para el señalamiento de la audiencia de cesación a la detención
preventiva, señala que: “La detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que
se juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción,
seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e
infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia para
su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días”.
Consecuentemente, según la línea jurisprudencial y la norma citada precedentemente, toda autoridad
jurisdiccional en conocimiento de una petición de cesación a la detención preventiva, cuando esté
fundada en los numerales 1 y 4 del art. 239 del CPP, que fue modificado por el art. 8 de la Ley 586; es
decir, en nuevos elementos que demuestren que no concurre los motivos que la fundaron, o torne
conveniente que sea sustituida por otra medida y cuando la persona privada de libertad acredite que
se encuentra con enfermedad terminal, debe ser atendida con la mayor celeridad posible; debiendo
fijar la audiencia en el plazo de cinco días, y resuelta en la misma, por estar este derecho íntimamente
TUTELA AL PRINCIPIO DE CELERIDAD, EN SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIAS DE
CESACIÓN A LA DETENCIÓN PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1056/2017-S1
Sucre, 11 de septiembre de 2017
La SCP 0838/2014 de 30 de abril, refiriéndose al principio de celeridad en la tramitación de solicitudes
vinculadas al debido proceso cuando este se halla en directa relación con la libertad, estableció que:
“La acción de libertad ha sido instituida por el constituyente como un mecanismo extraordinario de
protección al derecho a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones, persecuciones,
apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores públicos o de personas
particulares, así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o amenazada por la restricción o
supresión de la libertad; estas particularidades conforman la esencia y naturaleza de esta acción
tutelar, misma que ha sido reconocida por innumerables instrumentos normativos de orden
internacional como en la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre, Declaración
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Universal de Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que forman
parte del bloque de constitucionalidad, de conformidad a lo dispuesto por el art. 410 de la CPE.
Ahora bien, en atención a los derechos que mediante esta acción se tutelan, es imperante la
observancia, por parte de los administradores de justicia, de los principios y valores que se hallan
descritos en la Constitución, entre los cuales se encuentra el de celeridad (arts. 178 y 180) que
determina taxativamente la obligatoriedad de efectivizar y proteger los derechos y garantías
constitucionales de manera oportuna y sin dilaciones; es decir, que los procesos se sustancien dentro
de los plazos dispuestos por la norma legal o en su defecto dentro de un plazo razonable, siendo que
una actuación contraria, conlleva no sólo la vulneración de estos derechos y garantías, sino también
al incremento de la retardación de justicia y a la consiguiente lesión de los principios procesales de
eficacia, que supone el cumplimiento de las disposiciones legales y que los procedimientos logren su
finalidad; y de eficiencia, que persigue acortar el tiempo de duración de los procesos y obtener una
mayor certeza en las resoluciones, de manera que las personas obtengan un oportuno reconocimiento
de sus derechos.
En este contexto, el cumplimiento de los plazos procesales hace parte ineludible del núcleo esencial
del debido proceso en mérito a lo previsto por el art. 115.I de la CPE que determina que toda persona
será protegida en el ejercicio de sus derechos e intereses oportuna y efectivamente por jueces y
tribunales, estableciendo en el parágrafo segundo del mismo artículo, que el Estado garantiza el
debido proceso y el acceso a una justicia pronta y oportuna “sin dilaciones”, de donde se infiere la
conexitud entre el principio de celeridad y el debido proceso.
Concluyéndose que, de acuerdo a la naturaleza jurídica de esta acción tutelar, podrá reclamarse a
través de ella la protección al debido proceso, cuando el administrador de justicia haya omitido dar
cumplimiento a los plazos procesales establecidos en el ordenamiento jurídico y en su defecto, realizar
las actuaciones procesales en un plazo razonable, y dicha omisión o dilación, ocasione lesión directa e
inmediata al derecho a la libertad”.
Posteriormente y ante la puesta en vigencia de la Ley 586 de Descongestionamiento y Efectivización
del Sistema Procesal Penal, este Tribunal, mediante la SCP 1210/2015 S1 de 16 de noviembre,
señaló:“… la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal –Ley 586 de
30 de octubre de 2014– , en su art. 8 que modifica el art. 239 del Código de Procedimiento Penal
(CPP), refiriéndose al plazo para el señalamiento de la audiencia de cesación a la detención
preventiva, señala que: “La detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que
se juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción,
seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e
infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia para
su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días” (las negrillas son nuestras).
[679]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Consecuentemente, según la línea jurisprudencial y la norma citada precedentemente, toda autoridad
jurisdiccional en conocimiento de una petición de cesación a la detención preventiva, cuando esté
fundada en los numerales 1 y 4 del art. 239 del CPP, que fue modificado por el art. 8 de la Ley 586;
es decir, en nuevos elementos que demuestren que no concurre los motivos que la fundaron, o torne
conveniente que sea sustituida por otra medida y cuando la persona privada de libertad acredite que
se encuentra con enfermedad terminal, debe ser atendida con la mayor celeridad posible; debiendo
fijar la audiencia en el plazo de cinco días, y resuelta en la misma, por estar este derecho
íntimamente vinculado con el principio de celeridad, consagrado por el art. 178.I de la CPE”.
TUTELA JUDICIAL EFECTIVA
AUTO SUPREMO Nº 321/2017-RRC
Sucre, 03 de mayo de 2017
La tutela judicial efectiva o el derecho de acceso a la justicia, es reconocido e incorporado de
manera expresa en la Constitución Política del Estado de 2009, en su art. 115 dentro del
capítulo dedicado a las garantías jurisdiccionales, ambos contenidos en la Primera Parte del
texto constitucional, intitulado Bases Fundamentales del Estado Derechos, Deberes y
Garantías; de ahí, emerge su importancia dentro de la gama de derechos y garantías que
ciñen y sientan los fundamentos del Estado Plurinacional de Bolivia.
Tanto la doctrina como diversa jurisprudencia es coincidente al afirmar que la tutela judicial
efectiva, consiste de manera general en la protección oportuna y realización inmediata de los
derechos e intereses legítimos de las personas por parte de las autoridades que ejercen la
función jurisdiccional; en consecuencia, es el derecho otorgado al ciudadano de exigir al
Estado haga efectiva su función jurisdiccional.
Delimitado el ámbito de protección reconocido por este Derecho, es lógico suponer que la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tutela judicial efectiva no sólo comprende el acceso libre a la autoridad jurisdiccional
(entendido como el inicio formal de la pretensión procesal), sino que el mismo de forma
activa a lo largo de todo el proceso, debe impregnarse de la garantía del debido proceso.
De igual forma, es necesario estimar que este derecho, no puede comprenderse como
absoluto e ilimitado, pues acarrearía una desmesurada como innecesaria (por tanto
perniciosa) actividad procesal; en cuyo mérito, para ejercerlo debe ser armonizado con
ciertas exigencias que la propia legislación contiene, como por ejemplo las formas, plazos y
requisitos que la ley procesal prevea para cada supuesto en específico; un elemento
importante también dentro del ejercicio de este derecho, es el hecho de que la pretensión
deba tener origen en un perjuicio jurídico o agravio –ya sea de índole sustancial o formal–que
pueda ser considerado como efectivamente perjudicial, para quien recurre ante la
jurisdicción. Este agravio, por ejemplo, no puede constituirlo el que una decisión judicial sea
aparentemente contraria a los intereses de una de las partes, sino que debe circunscribirse al
resguardo de un interés legítimo en ellas, para ser reclamada a través de los medios
procesales idóneos y habilitados por la norma.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
las partes, sino que debe circunscribirse al resguardo de un interés legítimo en ellas, para ser
reclamada a través de los medios procesales idóneos y habilitados por la norma.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
retroactividad simplemente se aplica cuando beneficia al delincuente, en el presente
caso, las normas penales insertas en la Ley 004 no pueden ser consideradas de
aplicación retroactiva por disponer sanciones más gravosas al imputado, de hacerlo,
vulneraría los principios establecidos en los arts. 123 de la CPE y 11.1 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establecen el no perjuicio del
imputado con la aplicación de una norma hacia hechos acaecidos anteriormente a la
entrada en vigencia de la norma penal; criterios que el Tribunal de apelación omitió
cumplir. En esa línea de análisis, se tiene que la primera norma aplicada por el
Tribunal de sentencia, al ser más favorable para los acusados debe permanecer en el
tiempo de manera ultractiva y no como dispusieron los Vocales, aplicando de
manera retroactiva la norma más perjudicial (…)
Descriptor: Ultractividad de la ley penal más favorable
Restrictor: La Ley 004 no pueden ser consideradas de aplicación retroactiva por
disponer sanciones más gravosas
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hasta en una cuarta parte”, el Código Penal adopta el principio de absorción, por el que la
pena del delito más grave que ha ingresado al concurso, es la pena aplicable.
En consecuencia, el criterio para determinar cuándo hay un solo hecho jurídicamente
considerado y cuándo una pluralidad no coincide con el número de resultados, sino con el
concepto de unidad de conducta (activa y omisiva). Ahora bien, corresponde entonces
interpretar el elemento normativo “unidad de acción”, previsto en el Código Penal. Sobre este
punto es preciso señalar que en la doctrina, la tesis de la unidad de acción ha sido un
concepto discutido, dado que la expresión no es muy precisa, considerando desde el punto
de vista fáctico que en el concurso ideal, los eventos lesivos, que siempre son elementos
fácticos, son plurales. La determinación de si en un caso concreto se trata de una sola acción
jurídicamente considerada o de varias, no sólo determina la consecuencias diversas de los
concursos en cuanto a la determinación de la pena, sino que tiene implicaciones
constitucionales, puesto que se hallan en juego, el principio de legalidad y la prohibición de
doble punición, en el ámbito procesal, el principio del ne bis in ídem.
Dado que el mismo art. 44 del CP prevé que de una misma conducta se presente una
tipicidad plural, es posible afirmar categóricamente que el número de resultados nada tiene
que ver con el número de conductas, pues una sola conducta puede tener pluralidad de
resultados, no es tampoco el número de tipos penales el que determinará el número de
conductas jurídicamente consideradas. Consiguientemente, para determinar si penalmente
estamos frente a una o varias conductas, para nada sirven el número de tipos penales que
concurran, el número de resultados producidos, ni el número de movimientos realizados por
el sujeto.
Siguiendo la doctrina mayoritaria, a juicio de este Tribunal, la unidad de acción se determina
atendiendo a dos factores: el final y el jurídico, es decir, que la unidad de acción requiere el
factor final como fundamental y primario dato óptico, es decir, la unidad de plan y la unidad
de resolución que son los requisitos para que haya unidad de conducta, que jurídicamente
son objeto de única desvaloración.
El concurso ideal no se identifica con la unidad de conducta, pues el primero es sólo uno de
los supuestos en que existe unidad de acción, dándose casos en que la unidad de conducta,
pese a la pluralidad de acontecimientos fácticos, existe un factor normativo que determina su
consideración como una conducta única.
Por otra parte, en la fórmula del concurso ideal contenida en el art. 44 del CP, en cuyo texto
dispone que: “…el que con una sola acción y omisión violare diversas disposiciones legales
que no se excluyan entre sí, será sancionado con la pena del delito más grave, pudiendo el
juez aumentar el máximo hasta en una cuarta parte”, cabe resaltar que éste excluye los
casos de unidad de ley o también denominados de concurso aparente, que de acuerdo a los
criterios aceptados por la mayoría de la doctrina, son los principios de especialidad,
consunción y subsidiariedad. Este último abarca el supuesto del llamado hecho anterior
impune, que comprende los casos en que las etapas posteriores de realización del delito (iter
criminis) desplazan a las anteriores, así quedan en posición subsidiaria los actos
preparatorios tipificados respecto a los ejecutivos, los actos ejecutivos quedan subsidiados
por el delito consumado. El criterio valorativo respecto de qué es lo subsidiado se extrae de
la cuantía penal, que es indicadora del grado de afectación, se entiende por grado de
afectación más intenso al que está conminado con la pena más grave y por consiguiente
desplaza a los menos graves.
En el concurso ideal hay una conducta con pluralidad de resultados, un delito jurídicamente
considerado, y por consiguiente, una única pena que absorbe las de las otras tipicidades
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
menos graves que concurren en la misma acción. Allí funcional el principio de absorción, que
requiere la determinación de la escala penal que absorbe a las otras penas, es decir la escala
penal de la pena mayor. El Código Penal adopta también el criterio de la aspersión conforme
al cual, la pena del delito más grave que absorbe a la de los demás es agravada, es decir, se
selecciona entre las escalas penales correspondientes a cada uno de los tipos penales, la que
tiene la penalidad mayor, y luego se asperja con las restantes, agravándola.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de los concursos en cuanto a la determinación de la pena, sino que tiene implicaciones
constitucionales; puesto que, se hallan en juego el principio de legalidad y la prohibición de
doble punición, en el ámbito procesal el principio del ne bis in ídem.
Dado que el mismo art. 44 del CP, prevé que de una misma conducta se presente una
tipicidad plural, es posible afirmar categóricamente que el número de resultados, nada tiene
que ver con el número de conductas, pues una sola conducta puede tener pluralidad de
resultados, no es tampoco el número de tipos penales el que determinará el número de
conductas jurídicamente consideradas. Consiguientemente, para determinar si penalmente
estamos frente a una o varias conductas, para nada sirven el número de tipos penales que
concurran, el número de resultados producidos, ni el número de movimientos realizados por
el sujeto.
Siguiendo la doctrina mayoritaria a juicio de este Tribunal, la unidad de acción se determina
atendiendo a dos factores: el final y el jurídico; es decir, que la unidad de acción requiere el
factor final como fundamental y primario dato óptico; es decir, la unidad de plan y la unidad
de resolución que son los requisitos para que haya unidad de conducta, que jurídicamente
son objeto de única desvaloración.
El concurso ideal no se identifica con la unidad de conducta, pues el primero es sólo uno de
los supuestos en que existe unidad de acción, dándose casos en que la unidad de conducta,
pese a la pluralidad de acontecimientos fácticos, existe un factor normativo que determina su
consideración como una conducta única.
Por otra parte, en la fórmula del concurso ideal contenida en el art. 44 del CP, en cuyo texto
dispone que: “…el que con una sola acción y omisión violare diversas disposiciones legales
que no se excluyan entre sí, será sancionado con la pena del delito más grave, pudiendo el
juez aumentar el máximo hasta en una cuarta parte”, cabe resaltar que éste excluye los
casos de unidad de ley o también denominados de concurso aparente, que de acuerdo a los
criterios aceptados por la mayoría de la doctrina, son los principios de especialidad,
consunción y subsidiariedad. Este último abarca el supuesto del llamado hecho anterior
impune, que comprende los casos en que las etapas posteriores de realización del delito ( iter
criminis) desplazan a las anteriores, así quedan en posición subsidiaria los actos
preparatorios tipificados respecto a los ejecutivos, los actos ejecutivos quedan subsidiados
por el delito consumado. El criterio valorativo respecto de qué es lo subsidiado se extrae de
la cuantía penal, que es indicadora del grado de afectación, se entiende por grado de
afectación más intenso al que está conminado con la pena más grave; y por consiguiente,
desplaza a los menos graves.
En el concurso ideal hay una conducta con pluralidad de resultados, un delito jurídicamente
considerado; y por consiguiente, una única pena que absorbe las de las otras tipicidades
menos graves que concurren en la misma acción. Allí funciona el principio de absorción, que
requiere la determinación de la escala penal que absorbe a las otras penas; es decir, la
escala penal de la pena mayor. El Código Penal adopta también el criterio de la aspersión
conforme al cual, la pena del delito más grave que absorbe a la de los demás es agravada;
es decir, se selecciona entre las escalas penales correspondientes a cada uno de los tipos
penales, la que tiene la penalidad mayor y luego se asperja con las restantes, agravándola.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
delitos para ser considerado como delito o un fallo en otra sede sobre la falsedad ya
sea ideológica o material de los documentos
AUTO SUPREMO Nº 533/2015-RRC
Sucre, 24 de agosto de 2015
Delitos: Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial:
Este conjunto de razones, permite constatar a este Tribunal Supremo de Justicia,
que la denuncia interpuesta por el recurrente, referida a que el Tribunal de Alzada
incurrió en falta de fundamentación y contradicción con la doctrina establecida en
el Auto Supremo 399/2014-RRC de 19 de agosto (emitida en el presente proceso),
por cuanto, en el planteamiento del recurrente no habría realizado la revisión del
juicio jurídico que condujo a la errónea aplicación de la ley sustantiva; no resulta
evidente, ya que el Tribunal de alzada a momento de emitir el Auto de Vista
impugnado, ejerció de manera correcta su deber de fundamentación al explicar de
manera detallada, previo análisis de la sentencia, que no existió ausencia de
tipicidad respecto al delito de Uso de Instrumento Falsificado previsto por el art.
203 del CP; además, señaló que la prescripción de los delitos de Falsedad Ideológica
y Falsedad Material, no surtirían efectos sobre el delito de Uso de Instrumento
Falsificado; por cuanto, no sería condición que el referido ilícito necesite de otros
delitos para ser considerado como delito o un fallo en otra sede sobre la falsedad ya
sea ideológica o material de los documentos, señalando finalmente, que en el
acápite destinado a la fundamentación probatoria, en los puntos 5, 6, 8 y 9 de la
sentencia se tendrían los documentos cuestionados, que habrían servido para la
emisión de la resolución condenatoria; argumentos, que evidencian que la
Resolución recurrida contiene la fundamentación suficiente, al haber respondido a
todos los fundamentos expuestos en el primer motivo planteado por el recurrente
en su recurso de apelación, sin que se advierta la concurrencia de incongruencia
omisiva. Además, se advierte que el Auto de Vista ahora recurrido, actuó en el
marco de sus atribuciones, en observancia y cumplimiento de la doctrina legal
aplicable establecida en el Auto Supremo 399/2014-RRC de 19 de agosto, emitido
dentro de la presente causa, pues de acuerdo a los antecedentes expuestos, la
Resolución recurrida, cumplió con el presupuesto de fundamentación inmerso
dentro del ámbito del derecho al debido proceso, que exige que toda resolución
judicial sea debidamente fundamentada, advirtiendo al presente, que la Resolución
recurrida resulta expresa puesto que señaló los fundamentos que sustentan su
decisión; clara, al resultar completamente comprensible; completa, toda vez, que
respondió a todos los puntos reclamados por el recurrente dentro del primer motivo
de su recurso, aspecto que le permitió llegar al conocimiento de los hechos para
emitir su decisión; legítima, porque evidenció que la sentencia se pronunció en base
a las pruebas debidamente introducidas y valoradas en juicio, no existiendo
ausencia de Tipicidad; y, lógica, pues cumplió con la secuencia de los referidos
requisitos; consecuentemente, este Tribunal observa que la Resolución recurrida
reúne los requisitos de validez necesarios, que fueron ampliamente expuestos en el
apartado III.2. de este Auto Supremo.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Uso de Instrumento Falsificado
Restrictor: La prescripción dispuesta sobre Falsedad Ideológica o Material no
surtirían efectos sobre el delito de Uso de Instrumento Falsificado / No es condición
que el referido ilícito necesite de otros delitos para ser considerado como delito o un
fallo en otra s
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
documento falso en cuestión y menos que el autor del mismo sea condenado
previamente o al mismo tiempo como autor de la falsedad.
[690]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: En consecuencia, la declaratoria de culpabilidad de los
delitos de Falsedad Ideológica y Material por parte del acusado, no es una condición
sine qua non, para declararle autor del delito de Uso de Instrumento Falsificado; por
todo lo referido se advierte que el Auto de Vista recurrido no carece de falta de
fundamentación como señala el recurrente; por cuanto en armonía con los
entendimientos jurisprudenciales y doctrinales existentes con relación al delito de
Uso de Instrumento Falsificado, tipificado en el art. 203 del CP, estableció de
manera clara y precisa las razones para desestimar la pretensión contenida en el
recurso de apelación restringida formulada por el imputado; en consecuencia, este
Tribunal concluye también que el argumento del recurrente carece de sustento,
siendo correcta la decisión del Tribunal de Sentencia que en la resolución de
apelación restringida fue confirmada en su integridad por la Sala Penal Tercera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; menos se observa que la resolución
recurrida de apelación sea carente de fundamentación, concluyéndose que no es
evidente la existencia de defectos absolutos por errónea aplicación de la ley, menos
la falta de fundamentación, deviniendo en consecuencia los motivos del recurso de
casación en infundados.
Descriptor: Uso de Instrumento Falsificado
Restrictor: La declaratoria de culpabilidad de los delitos de Falsedad Ideológica y
Material por parte del acusado, no es una condición sine qua non
[691]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sobre las notificaciones a las partes en proceso y su validez una vez cumplida su finalidad, la
jurisprudencia constitucional, ha establecido, entre otras en la SC 0636/2010-R de 19 de
julio, que: “Conforme lo ha desarrollado la jurisprudencia constitucional: '…los
emplazamientos, citaciones y notificaciones (notificaciones en sentido genérico), que son las
modalidades más usuales que se utilizan para hacer conocer a las partes o terceros
interesados las providencias y resoluciones de los órganos jurisdiccionales o administrativos,
para tener validez, deben ser realizados de tal forma que se asegure su recepción por parte
del destinatario; pues la notificación, no está dirigida a cumplir una formalidad procesal en si
misma, sino a asegurar que la determinación judicial objeto de la misma sea conocida
efectivamente por el destinatario (…) en coherencia con este entendimiento, toda notificación
por defectuosa que sea en su forma, que cumpla con su finalidad (hacer conocer la
comunicación en cuestión), es válida' (SC 1845/2004-R de 30 de noviembre).
En efecto, al no estar dirigido el alcance de la notificación a cumplir una formalidad procesal
en sí, sino que su objeto es el de hacer conocer a las partes procesales las actuaciones que
se suscitan dentro del proceso, debe entenderse que toda notificación, aún cuando tenga
defectos en la forma de practicarse la diligencia, es válida mientras cumpla la citada finalidad,
es decir, que las partes asuman conocimiento del acto procesal o determinación objeto de la
notificación. En ese sentido la notificación, no se limita a la diligencia en sí, sino también a su
contenido, hacer conocer la resolución de la autoridad judicial, pero además la circunstancia
que lo genera, así como sus efectos, situación que a posteriori no puede pretender
ignorarse”.
Como lo señala la jurisprudencia citada, la notificación es una modalidad a través de la cual
se hace conocer a las partes en proceso o, a terceros interesados, las determinaciones
judiciales, providencias y decretos emitidos por las autoridades jurisdiccionales, diligencia
que inviste importancia, pues una vez efectuada a las partes, marca el inicio del cómputo de
plazos y términos establecidos por ley, para acceder a los recursos o mecanismos legales
previstos en ejercicio de su derecho a la defensa; por lo cual, su omisión conlleva la lesión de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derechos fundamentales; empero, hay casos en que esta notificación no obstante de tener
defectos en la forma como se la práctica, es válida, cuando hubiere cumplido su finalidad de
hacer conocer a quien se la efectúa, la decisión adoptada por la autoridad jurisdicción.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imputado en este recurso, deviniendo en esa dirección el presente motivo en
infundado.
Descriptor: Valoración de la declaración testifical
Restrictor: La falta de incomunicación no invalidad la declaración del testigo pero
debe ser valorada por el juzgador
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
penal actual, la posibilidad que el Tribunal de alzada revalorice la prueba por lo que
debe circunscribirse a lo dispuesto por el artículo 413 del Código de Procedimiento
Penal, consecuentemente cuando no sea posible reparar directamente la
inobservancia de la ley o su errónea aplicación, anulará total o parcialmente la
sentencia y ordenará la reposición del juicio por otro juez o tribunal. Si la anulación es
parcial, deberá indicarse el objeto concreto del nuevo juicio, y finalmente cuando sea
evidente que para dictar una nueva sentencia no es necesaria la realización de un
nuevo juicio, el tribunal de alzada resolverá directamente, dictando una nueva.
Consecuentemente, no existiendo doble instancia en el actual sistema procesal penal,
el Tribunal de alzada se encuentra obligado a ajustar su actividad jurisdiccional ya
sea a anular total o parcialmente la sentencia y ordenar la reposición del juicio por
otro Juez o Tribunal o dictar nueva resolución.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 18 de agosto de 2014
De acuerdo a la naturaleza acusatoria del procedimiento penal vigente en Bolivia, en
el que priman los principios de oralidad, inmediación y contradicción, en mérito a
los cuáles el juez o tribunal de juicio tienen conocimiento directo de los hechos y
pruebas sobre los cuales el acusador pretende demostrar la comisión de un hecho
delictivo frente a la actividad defensiva del imputado; en virtud de ello, tienen
potestad privativa en la valoración de la prueba a efectos de emitir su decisión,
limitándose la facultad de los Tribunales de apelación, ante el planteamiento del
recurso de apelación restringida, a pronunciarse únicamente sobre impugnaciones
de derecho, mas no puede revalorizar prueba, al no estar reconocida la doble
instancia en materia penal. En ese entendido, en reiterada jurisprudencia, la extinta
Corte Suprema de Justicia, estableció, a través de Auto Supremo 057/2006 de 27
de enero, que: “No existe en la economía procesal penal actual, la posibilidad que el
Tribunal de alzada revalorice la prueba por lo que debe circunscribirse a lo dispuesto
por el artículo 413 del Código de Procedimiento Penal, consecuentemente cuando no
sea posible reparar directamente la inobservancia de la ley o su errónea aplicación,
anulará total o parcialmente la sentencia y ordenará la reposición del juicio por otro
juez o tribunal. Si la anulación es parcial, deberá indicarse el objeto concreto del
nuevo juicio, y finalmente cuando sea evidente que para dictar una nueva sentencia
no es necesaria la realización de un nuevo juicio, el tribunal de alzada resolverá
directamente, dictando una nueva. Consecuentemente, no existiendo doble instancia
en el actual sistema procesal penal, el Tribunal de alzada se encuentra obligado a
ajustar su actividad jurisdiccional ya sea a anular total o parcialmente la sentencia y
ordenar la reposición del juicio por otro Juez o Tribunal o dictar nueva resolución.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
proceso y de acceso a la justicia; debiendo reiterarse que si bien el art. 413 in fine del
CPP, establece que: "Cuando sea evidente que para dictar una nueva sentencia no es
necesaria la realización de un nuevo juicio, el tribunal de alzada resolverá
directamente", el alcance de la referida disposición legal, no otorga facultad al
Tribunal de apelación de hacerlo respecto a temas relativos a la relación de los hechos
o a la valoración de la prueba, que al estar sujetos a los principios citados de
inmediación y contradicción, propios del sistema procesal acusatorio vigente en el
Estado Boliviano, resultan intangibles”(Auto Supremo 011 de 6 de febrero de 2013).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
por parte del juzgador y que se formula de un modo general y abstracto, en el que se
omite realizar una exposición razonada de los motivos en los que se funda.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentó debidamente sus determinaciones, al efectuar un análisis motivado sobre las
cuestiones que incidieron en la detención preventiva del actor y los nuevos elementos
presentados para desvirtuarlas, decidiendo de manera clara y precisa que, por todos los
elementos consignados, persistía el riesgo contenido en el art. 234.10 del CPP, al no
constituir nuevos elementos las certificaciones de conducta y el cambio de domicilio, que no
denotaban por sí solas, la ausencia de amenazas ni del peligro que ejercía el actor sobre la
víctima. Debiendo hacer especial alusión a que, la determinación no vulneró de modo alguno
el principio de presunción de inocencia, siendo que se decidió, tomando especial
consideración de los intereses en juego -en el marco de un juicio de proporcionalidad-, como
ser la finalidad de la medida (eficacia de la persecución penal) y la libertad del imputado cuya
inocencia se presume; conllevando la imposición de la medida la búsqueda de la
averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso penal y el cumplimiento de la ley -bajo la
lógica que sin su adopción, la defensa social del Estado, garantizada mediante la
persecución penal, no sería eficaz-; destruyéndose únicamente la presunción de inocencia,
con la certeza sobre la comisión del hecho delictivo mediante el pronunciamiento de una
sentencia firme.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.4. “Por otra parte, la SC 0892/2010-R 10 de agosto, citando la SC 1147/2006-R de 16
de noviembre, estableció: '…la resolución que resuelva la solicitud de cesación de la
detención preventiva debe reunir las condiciones de validez, para ello la autoridad judicial
competente a tiempo de contrastar los nuevos elementos presentados por el imputado,
deberá fundamentar la decisión de conceder o rechazar la solicitud de cesación de la
detención expresando los motivos de hecho y de derecho en que funda su determinación, los
cuales deben obedecer a criterios objetivos, exponiendo el valor otorgado a los medios de
prueba presentados y sujetando su análisis a los presupuestos que fundaron la detención
preventiva del imputado, fundamentación que no puede ser reemplazada por la simple
relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes, sino las
razones jurídicas que justifican la decisión adoptada'”.
Precedente:0227/2004-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
elaboración de los juicios (conclusiones) y dan base cierta para determinar si son verdaderos
o falsos. Las leyes del pensamiento son leyes que se presentan en el raciocinio como
necesarias, evidentes e indiscutibles a momento de analizar esas conclusiones. Leyes que,
como es conocido en la doctrina están regidas por los principios lógicos de identidad,
contradicción, tercero excluido y razón suficiente.
Siendo así que, ante la impugnación de errónea valoración de la prueba; es decir, incorrecta
aplicación de los anteriores criterios en la fundamentación de la Sentencia por el Juez, es el
Tribunal de alzada el encargado de verificar si los argumentos y conclusiones de la Sentencia
reúnen los requisitos para ser considerados lógicos; esto es, que no contengan afirmaciones
falsas, incoherentes o absurdas, lo que se podrá verificar, haciendo un análisis respecto de la
valoración de la prueba, contrastando justamente con las señaladas leyes del pensamiento
humano. Luego, si el Tribunal de alzada encuentra que se ha quebrantado estas
leyes; es decir, existe errónea aplicación de la ley adjetiva, por inadecuada
valoración de la prueba por parte del Juez o Tribunal de sentencia, corresponde la
nulidad de la Sentencia y ordenar la reposición del juicio por otro Juez o
Tribunal,conforme dispone el art. 413 del CPP, al estarle prohibido corregir
directamente el defecto, como consecuencia del impedimento de revalorización de la prueba,
en resguardo de los principios de inmediación, oralidad, concentración, contradicción, que
son rectores del proceso penal y a los que está sometida la valoración de la prueba.
[700]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
emitido por el Juez o Tribunal de Sentencia; más aún cuan la prueba presentada
por el acusador particular y de la integralidad de las pruebas judicializadas no se
genere convicción en el juzgador de la responsabilidad del imputado, porque dicho
accionar no constituyó delito. En consecuencia para disponer la anulación de la
sentencia, no basta con la constatación de que se valoró una prueba que no fue
judicializada de acuerdo a las formas previstas por la ley, sino también debe
determinarse si eliminando hipotéticamente ese elemento de juicio, la resolución
recurrida de apelación restringida, está fundada en otros elementos de convicción
que le brinden el necesario respaldo jurídico; de modo que si este extremo resulta
concurrente no corresponde la anulación de la sentencia y consecuente reenvío,
porque lo contrario implicaría nuevamente poner en funcionamiento todo el sistema
judicial, para llegar al mismo resultado, en directo detrimento de los sujetos
procesales a quienes se le privaría de acceder a una justicia pronta oportuna y sin
dilaciones”.
Descriptor: Verdad material en nulidades
Restrictor: Ponderación si la prueba observada o cuestionada como espuria tiene o
no la característica de esencial o decisiva.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Conforme a dicho entendimiento, quienes se encuentren bajo control jurisdiccional y se crean
afectados en sus derechos a la libertad física y/o libertad de locomoción, podrán acudir ante el Juez
cautelar a cargo de la etapa preparatoria, activando su reclamo directamente en la misma audiencia
de consideración de medidas cautelares, o si prefiere, con anterioridad a ella, a objeto de obtener
una resolución, previo a la determinación de su situación jurídica, exclusivamente con relación a la
aprehensión supuestamente ilegal, autoridad que en ejercicio de la atribución conferida por los
citados arts. 54 inc. 1) y 279 del CPP, deberá atender previamente a dicho reclamo mediante una
resolución debidamente motivada; y, si pese a ello, los afectados consideran que no fueron reparados
en sus derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, entonces corresponderá activar
directamente la presente acción, como medio idóneo expedito para determinar la legalidad formal y
material de la aprehensión.
Lo explicado precedentemente, se reitera, no implica que ni la autoridad jurisdiccional a tiempo de
resolver el reclamo ni este Tribunal estén obligados a disponer la libertad de los imputados, en caso
de detectar ilegalidades en la aprehensión, cuando los mismos modificaron su situación jurídica como
consecuencia de la determinación asumida por el juez de instrucción en la audiencia de consideración
de medidas cautelares, en la que pudieron imponer detención preventiva y otras medidas sustitutivas,
ello en razón a que su privación de libertad ya no es consecuencia de la aprehensión, sino responde a
otros motivos, como son, el establecimiento de las medidas cautelares pertinentes; lo que no excluye la
posibilidad de establecer responsabilidades específicas para las autoridades que se apartaron de las
normas jurídicas a tiempo de desempeñar sus funciones.
Sin embargo de lo manifestado, existe otra vía para reclamar una aprehensión considerada ilegal; y,
es la activación del incidente de actividad procesal defectuosa ante el Juez de la causa, desarrollado
por la jurisprudencia constitucional, específicamente en la SC 0522/2005-R de 12 de mayo, en la que
se determinó que: ‘…la corrección de la actividad procesal defectuosa dentro de los procesos penales
puede hacérsela por la vía incidental ante el juez cautelar en la etapa preparatoria o ante el Juez o
Tribunal de Sentencia en el juicio oral, y, en su caso, a través del recurso de apelación restringida,
recursos que deberán ser interpuestos con carácter previo, puesto que sólo ante el agotamiento de los
mismos la jurisdicción constitucional, a través del amparo, quedará abierta para el análisis y
consideración de los actos u omisiones que impliquen lesión de los derechos y garantías
constitucionales’.
Cabe precisar que, en caso de activarse este tipo de incidente, impugnando una aprehensión
supuestamente ilegal, dicho trámite
debe ser concluido en todas sus instancias, y cuando se hubiere obtenido una resolución final, si
aún se constatan vulneraciones al derecho a la libertad o de locomoción no reparadas, entonces
corresponderá recién acudir a la jurisdicción constitucional mediante el presente mecanismo de
defensa”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: De lo citado precedentemente es evidente que el
Tribunal de alzada al incumplir con los parámetros establecidos por el Tribunal
casacional no dio cumplimiento a la previsión del art. 420 del CPP, norma que
determina que la doctrina legal establecida será obligatoria para los tribunales y
jueces inferiores, y en caso de inobservancia como en el presente caso, se evidencia
la vulneración de los principios de celeridad y economía procesal que han sido
plasmados en los arts. 115.11 de la CPE y 3. 7 de la Ley de Organización Judicial
(LOJ), que establecen que el Estado debe garantizar una justicia sin dilaciones,
estos criterios fueron asumidos ampliamente por este Tribunal en los Autos
Supremos: 252/2012-RRC de 12 de octubre, 065/2012-RRC de 19 de abril y
326/2013 de 6 de diciembre; esta desobediencia es notoria, ya que los Vocales
simplemente reiteraron in extenso su primer Auto de Vista que fue dejado sin efecto,
al que añadieron aspectos como: que en observancia del principio de inocencia al no
conocerse el contenido de los cinco sobres por la falta de análisis de toxicología, dan
a entender que la responsabilidad de la imputada no estaba clara, inclusive podía
por la menor cantidad de sustancia controlada adecuarse su conducta a otro tipo
penal que no sea de Tráfico de Sustancias Controladas; decisión que implica
incumplimiento de la resolución de casación al no haberse asumido los parámetros
establecidos en ella para procurar determinar la nulidad de la sentencia, más aun
cuando dicho precedente judicial sostuvo que la mayor o menor cantidad de droga
no significaba la ausencia de delito; en consecuencia, este Tribunal advierte un
evidente incumplimiento por parte de las autoridades que pronunciaron el Auto de
Vista ahora recurrido, actuación no admisible en un Estado de Derecho que exige la
fiel observancia de las resoluciones emitidas por este Tribunal Supremo; en tal
sentido, corresponde dejar sin efecto la resolución recurrida, a fin de que el Tribunal
de apelación dicte nueva resolución, considerando los fundamentos del presente
Auto que se constituyen en doctrina legal aplicable; deviniendo el presente motivo en
fundado.
Descriptor: Vinculatoriedad de la Doctrina Legal Aplicable establecida en el mismo
caso
Restrictor: Vulneración de los principios de celeridad y economía procesal
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El ordenamiento jurídico boliviano en materia penal, establece claramente que los
fallos del Tribunal Supremo de Justicia son de cumplimiento obligatorio por los
jueces inferiores; en ese sentido, de acuerdo al art. 420 segundo párrafo del CPP, el
cumplimiento de los fallos de este Tribunal, no está sujeto o reatado a la
circunstancialidad o a la voluntad de las autoridades jurisdiccionales; sino, que es el
resultado de una estructura procesal recursiva, como de la vigencia de los principios
de igualdad, tutela judicial efectiva y seguridad jurídica, que son base de la
jurisdicción ordinaria; más aún en el ámbito penal, donde se debate la
responsabilidad penal del procesado, que puede generar en su caso, la restricción de
su derecho a la libertad o la imposición de una sanción penal.
Por otra parte, debe considerarse que del art. 419 segundo párrafo del CPP, se
desprende un entendimiento básico, sin lugar a interpretaciones, que se trata de la
insoslayable obligación de parte de Jueces o Tribunales inferiores, de cumplir con
los razonamientos jurídicos y la doctrina establecida en un Auto Supremo, ello en la
circunstancia que se identifiquen hechos fácticos análogos o similares, así como tal
obligación se ve visiblemente amplificada cuando un Auto Supremo deje sin
efecto un Auto de Vista recurrido de casación y ordene el pronunciamiento de
un nuevo, bajo los entendimiento de la doctrina legal emergente de un Auto
Supremo; una omisión de naturaleza contraria a la expuesta, importa
incumplimiento directo de la ley, trascendiendo en vulneración también de los
principios de tutela judicial efectiva, igualdad, celeridad y economía procesal.
En este ámbito, esta Sala emitió el Auto Supremo 037/2013-RRC, de 14 de febrero,
que estableció la siguiente doctrina: “El art. 180. I de la Constitución Política del
Estado, entre los principios rectores en los que se fundamenta la jurisdicción
ordinaria, establece el de la "celeridad", principio que garantiza a todo sujeto procesal,
tener acceso a un pronunciamiento oportuno sin dilaciones innecesarias.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
infracción basada en la inadecuada aplicación de las reglas de la sana crítica, atacar
en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la sentencia y no referirse a
actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de mérito.
AUTO SUPREMO Nº 205/2015-RRC-L
Sucre, 10 de abril de 2015
Delitos: Estafa
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: En consecuencia, ante la invocación de la violación de
las reglas de la sana crítica, el tribunal de alzada es el principal llamado a ejercer un
control sobre la logicidad que debe imperar en los razonamientos plasmados en la
Sentencia; sin embargo, no es menos evidente que los recurrentes además de
expresar las reglas de la lógica que hubieren sido inobservadas, están obligados a
vincular su crítica con el razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los jueces se
encuentran constreñidos a motivar debidamente sus resoluciones; también es deber
de quienes motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas de la sana critica,
señalar las partes del decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos,
proporcionando la solución que pretenden en base a un análisis lógico explícito; es
decir, alegar la infracción basada en la inadecuada aplicación de las reglas de la
sana crítica, atacar en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la
sentencia y no referirse a actuaciones procesales sin incidencia directa en la
resolución de mérito. En conclusión, el recurso basado en errónea apreciación de la
prueba tiene por finalidad examinar la Sentencia impugnada para establecer si al
valorar las probanzas, se aplicó adecuadamente el sistema de la sana crítica o si se
transgredieron las reglas del correcto entendimiento humano; por lo que, resulta
insuficiente el planteamiento del reclamo, cuando el recurso discurren torno a las
propias apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las partes
de la Sentencia donde se hubieren infringido los principios alegados, requisitos
indispensable cuando se reclama sobre la presunta falta de coherencia. Pues como
se desarrolló, a efectos de demostrar la violación a las reglas de la sana crítica, es
preciso que la motivación de la Sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que
invoque afirmaciones imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que
se refiera a un hecho que sea contrario a la experiencia común, que analice
arbitrariamente un elemento de juicio o que el razonamiento se haga sobre pruebas
que demuestren cosa diferente a la que se tiene como cierta con base en ella, una
prueba, de acuerdo a la sana crítica, tiene que referirse a hechos que en un
momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no se opone a ellos
ninguna ley científica natural. Los principios lógicos nos previenen contra el posible
error de juicio; pero, no nos indican ni nos enseñan cuál es la verdad o cuáles son
los pensamientos verdaderos; simplemente nos suministran un criterio de error, o
un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento del Juez. Entonces, el
análisis de las resoluciones a partir de la formulación de una crítica al sistema de
valoración de la prueba, requiere un alto nivel de tecnicidad y fundamentalmente un
adecuado manejo de las leyes del pensamiento; así, los profesionales que asisten en
los procesos donde se pretende criticar la actividad valorativa del titular del órgano
jurisdiccional, requiere un especial manejo de principios tales como el de razón
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
suficiente, de identidad, contradicción, del tercer excluido, etc.; de igual manera, las
máximas de experiencia que son las obtenidas de la observación de la realidad, y
que comprueban que ciertos hechos o sucesos se comportan reiteradamente de
determinada manera, son parámetros básicos que nos permiten explicar la
ocurrencia de ciertos fenómenos cuya extensión, notoriedad, regularidad e
identidad, han permitido convertirlos en estándares generales para la comprensión
de acontecimientos suscitados a lo largo del tiempo. En el caso de análisis, ante la
denuncia de errónea valoración probatoria, corresponde al Tribunal de alzada
realizar la labor de control de logicidad; sin embargo, los insumos otorgados por la
parte apelante resultan insuficientes para que las autoridades jurisdiccionales
puedan emitir un criterio integral sobre dicha tarea; pues de un lado, como se glosó
precedentemente, en el recurso de casación expresamente denuncia "En su tercer
punto del Auto de Vista el Tribunal de alzada, se limita a reiterar el Art. 173 de la
norma procesal, sin exponer nuevamente razones o fundamentos jurídico penal"; y
de otro lado, en el recurso de apelación restringida realiza una serie de
apreciaciones con relación a la valoración probatoria del Juez de Sentencia; empero,
en ningún momento expresa qué reglas de la lógica y la sana crítica fueron
inobservadas por el Juzgador a tiempo de cumplir con su labor de valoración
probatoria, como tampoco proporciona la solución que pretende en base a un
análisis lógico explícito; simplemente sustenta su argumentación con la glosa de dos
Sentencias Constitucionales y una doctrina sobre la motivación de las resoluciones
jurisdiccionales. En síntesis, esta parte de la impugnación solamente se basa en las
apreciaciones subjetivas del recurrente, denotando falta de técnica recursiva.
Descriptor: Violación de las reglas de la sana crítica
Restrictor: El recurrente debe señalar las partes del decisorio donde constan los
errores lógico-jurídicos, proporcionando la solución que pretenden en base a un
análisis lógico explícito; es decir, alegar la infracción basada en la inadecuada
aplicación de las regla
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en la "duda razonable", ya que " ... no se habría demostrado con prueba idónea y
suficiente la participación y por ende que los autores del ilícito sean los acusados
E.M.A., G.G.T.R. y J.T.A." (sic). Que este Tribunal de Casación, a través del Auto
Supremo 48 de 27 de enero de 2007, emitido por la Sala Penal Segunda, precisó
línea doctrinal, al concluir que " ... la disidencia, por su propia naturaleza, no puede
tener toda la estructura de una resolución, lo que equivaldría a otra resolución u
otra Sentencia, aspecto inadmisible en nuestra economía procesal” En el presente
caso, lo denunciado por los recurrentes, no se puede considerar como un defecto
absoluto, que implique la existencia de violación o errónea aplicación de leyes, como
las previstas por los arts. 123, 124, 167, 359 y 360 del CPP que hubieren incurrido
en algunos de los supuestos descritos en el art. 169 del CPP como defectos
absolutos. Asimismo, se establece que los precedentes contradictorios invocados no
refieren a hechos similares cual es la temática del presente motivo, es decir la
omisión de fundamentación escrita de la disidencia; precedentes que no demuestran
contradicción que comparar, ni jurisprudencia nacional que uniformar al respecto;
por consiguiente, el recurso deviene en infundado.
Descriptor: Voto disidente
Restrictor: No constituye defecto absoluto la omisión de fundamentación escrita de
la disidencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derecho; argumentación plenamente válida por ir de acuerdo a la doctrina legal
establecida en el Auto Supremo 46 de 7 de marzo de 2006, que estableció que: “..
para evitar las impugnaciones en Casación sobre hechos pasados y derechos
precluidos; las partes en las etapas preparatorias, intermedia del juicio oral o de los
recursos y en ejecución de Sentencia deben ejercer las acciones que en cada acto
procesal que se encuentran previstos y los recursos que en cada etapa procesal se
prevén, la omisión de uno de ellos tiene el efecto jurídico de no retroceder al acto
consumado por la preclusión del derecho de la parte que no ha ejercido las acciones
o recursos legales oportunamente. Que en la etapa preparatoria las partes
directamente controlan las actividades de la investigación, cuando consideran que
se ha vulnerado un precepto legal o norma constitucional tienen previsto interponer
las excepciones o incidentes y los recursos ante el Fiscal y ante el Juez de
Instrucción que tiene la facultad de controlar la legalidad y constitucionalidad de las
funciones del Fiscal e investigador durante la investigación. En el juicio oral, como
en el caso de autos, las partes pueden interponer las excepciones, incidentes, o
recursos, o hacer reserva de recurrir contra las resoluciones dictadas durante el
juicio oral. En la etapa de los recursos: el de apelación restringida sirve para el
control de puro derecho sobre los actos procesales y la actividad jurisdiccional,
excepto en el recurso incidental donde se puede acompañar pruebas para que el
Tribunal de Alzada pueda valorar las mismas y dictar la resolución respectiva;
mientras que el recurso de casación se encuentra diseñado para uniformar la
jurisprudencia penal y evitar la interpretación y aplicación contradictoria de normas
adjetivas y sustantivas”. Consecuentemente, la conclusión arribada por el Tribunal
de alzada respecto de este motivo es correcta, no siendo evidente la falta de
fundamentación alegada, pues es clara y precisa en cuanto a la razón que llevó a
determinar la improcedencia del recurso, ya que no correspondía efectuar mayor
consideración a la problemática planteada en cuanto a la presunta vulneración de
derechos o garantías constitucionales cuando existió negligencia en la defensa para
hacer valer sus derechos presuntamente vulnerados (…)
Descriptor: Vulneración de derechos y garantías en exclusión probatoria
Restrictor: Deben ser reclamados oportunamente en la etapa preparatoria en la
audiencia conclusiva que tiene justamente esa finalidad
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