Blas de Lezo
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Batalla de Málaga
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Conquista de Orán
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Pasajes, Guipúzcoa,
Cartagena de Indias,
ReligiónCatólico
Índice
2 Guerra de Sucesión
3 El Caribe y el Pacífico
4 En el Mediterráneo
7 Su memoria en la actualidad
7.1 Novelas históricas
8 Véase también
9 Notas
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Blas de Lezo y Olavarrieta nació en el distrito de Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa) —por entonces
aún parte de San Sebastián— a principios de febrero de 1689 y fue bautizado en la iglesia de San
Pedro de la misma localidad el día seis siguiente.34 Hijo de Pedro de Lezo y Agustina Olavarrieta,5
pertenecía a una familia con ilustres marinos entre sus antepasados, en un pueblo dedicado,
prácticamente en exclusiva, a la mar.63 Era el tercer hijo del matrimonio, que tuvo ocho,nota 3 de
los que no todos sobrevivieron a la infancia.7 Sus padres pertenecían a la pequeña nobleza local,
acomodada, y Lezo contaba con algunos antepasados importantes: su tatarabuelo había sido
regidor de la villa a comienzos de siglo, otro había sido obispo de Perú el siglo anterior, y su abuelo
había sido capitán y dueño de un galeón.83 El mayorazgo le privaba prácticamente de heredar
bienes, así que optó por emprender la carrera militar, como marino.9
Se educó en el Colegio de Francia, una institución educativa para niños de la baja nobleza de la
zona donde recibió la instrucción básica.10nota 4 En aquel entonces la armada francesa era aliada
de España en la guerra de Sucesión, que acaba de empezar al morir Carlos II sin descendencia.12
Dado que Luis XIV deseaba el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y escuadras
de España y Francia, Lezo se embarcó, a sus doce años, en 1702,nota 5 en la escuadra francesa —
que, en la práctica, había absorbido a la española, en estado calamitoso—, enrolándose como
guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Luis Alejandro de Borbón, hijo de Luis XIV.131411
Guerra de Sucesión
La guerra enfrentaba a Felipe de Anjou, apoyado por Francia y nombrado heredero por el difunto
rey español, con el archiduque Carlos de Austria, apoyado por Inglaterra, ya que esta última temía
el poderío que alcanzarían los Borbones en el continente en caso de unirse las dos coronas,
española y francesa.15 Para recuperar Gibraltar —tomado por las fuerzas anglo-holandesas— y
desbloquear el acceso al Mediterráneo, franceses y españoles aprestaron una gran armada.1617
La escuadra francesa había salido de Tolón y en Málaga se habían unido a ella algunas galeras
españolas mandadas por el conde de Fuencalada.1617 Frente a Vélez-Málaga se produjo el 24 de
agosto de 1704 la batalla naval más importante del conflicto.1817 En dicho combate se
enfrentaron 96 naves de guerra franco-españolas (51 navíos de línea, seis fragatas, ocho brulotes y
doce galeras, que sumaban un total de 3577 cañones y 24 277 hombres) y la flota anglo-
neerlandesa, mandada por el almirante Rooke y compuesta por 53 navíos de línea, seis fragatas,
pataches y brulotes con un total de 3614 cañones y 22 543 hombres, dando como resultado al final
de la contienda 1500 y 2719 bajas,nota 6 respectivamente.19
Blas de Lezo participó en aquella batalla batiéndose de manera ejemplar, hasta que, poco después
de comenzar el combate, una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda,4 teniéndosela que
amputar, sin anestesia, por debajo de la rodilla.2017 Debido al valor demostrado tanto en aquel
trance como en el propio combate, fue ascendido en 1704 a alférez de bajel de alto bordo por Luis
XIV, al que el comandante francés había notificado la bizarría de Lezo.132122 Felipe V le otorgó
también una merced de hábito, que conllevaba una serie de privilegios similares a los de la baja
aristocracia.23
Se le ofreció ser asistente de cámara de la Corte de Felipe V. Rechazó este cargo y, una vez
recuperado de la pérdida de la pierna, siguió su servicio a bordo de diferentes buques, tomando
parte en las operaciones que tuvieron lugar para socorrer las plazas de Peñíscola y Palermo;22 en
el ataque al navío inglés Resolution de setenta cañones en la costa genovesa, que terminó con la
quema de este;24 así como en el apresamiento posterior de dos navíos enemigos en el
Mediterráneo occidental, que fueron conducidos a Pasajes y Bayona, todo ello en 1705.25 El
mando de las presas se otorgaba como premio a los oficiales que se habían distinguido en el
servicio, como debió de hacer Lezo en los combates de ese año.26
Pero enseguida es requerido por sus superiores y en 1706 se le ordenó abastecer a los sitiadores
de Barcelona al mando de una pequeña flotilla, parte de la armada que con este fin mandaba un
almirante francés.27 Realizó brillantemente su cometido, escapando una y otra vez de las naves
enemigas y facilitando el aprovisionamiento del ejército del mariscal de Tessé.28 Para ello deja
flotando y ardiendo paja húmeda con el fin de crear una densa nube de humo que ocultase los
navíos españoles, pero además carga «sus cañones con unos casquetes de armazón delgada con
material incendiario dentro, que, al ser disparados, prenden fuego a los buques británicos».29nota
7 Los británicos se ven impotentes ante esta táctica.
Fragata de Blas de Lezo remolcando el buque británico Stanhope. Se supone que la captura tuvo
lugar durante la época en la que estuvo destinado en Rochefort, pero no hay documentación que
confirme el apresamiento.
Tras una breve convalecencia fue destinado al puerto de Rochefort, en la costa atlántica francesa,
donde le ascendieron a teniente de Guardacostas en 1707.16 Tres años más tarde le ascendieron
nuevamente a capitán de fragata.34 Se afirma, aunque no hay documentación que respalde esta
aseveración, que durante su destino en Rochefort hostigaba el tráfico marítimo británico
capturando algunos barcos.353632 Por estas fechas se supone que tuvo lugar el combate con el
Stanhope mandado por John Combs.37nota 8 Se mantuvo un cañoneo mutuo hasta que las
maniobras de Lezo dejaron al barco enemigo a distancia de abordaje, momento en el que ordenó
lanzaran los garfios para llevarlo a cabo.
En 1712, separadas nuevamente las Armadas francesa y española, pasó a servir a las órdenes de
Andrés de Pes.3940 Aunque se desconoce en qué acciones participó, se sabe que lo hizo con
distinción por los informes favorables de Pes, que permitieron a Lezo ascender a capitán de navío
algunos meses después de abandonar el servicio de este.41
A continuación, el navío de Lezo formó parte de la flota enviada a conquistar Mallorca, aún leal al
pretendiente austriaco al trono, que se rindió sin resistencia al arribar a Alcudia la flota con
veinticinco mil soldados el 15 de junio de 1715.4546
El Caribe y el Pacífico
Terminada la guerra de Sucesión, se le confió el buque Peibo del Primer Lanfranco, barco en
calamitoso estado.47 Un año después, en 1716, partió hacia La Habana con la Flota de Galeones,
con la misión habitual de escoltar a los barcos mercantes que viajaban a América y la especial de
limpiar de naves corsarias las aguas de la región, que habían realizado algunas presas el año
anterior.47 Cumplida la misión, Lezo regresó a Cádiz, donde en 1720 obtuvo el mando de un nuevo
Lanfranco, de sesenta y dos cañones y también genovés, como su homónimo, conocido asimismo
como León Franco y Nuestra Señora del Pilar.47nota 9
Lima, capital del Virreinato del Perú, en el que Lezo sirvió de 1720 a 1730, cuando regresó a la
península ibérica. Entre 1723 y 1729, mandó la flota virreinal, que reforzó temporalmente y con la
que acabó con la piratería y el contrabando en la región.
Con este nuevo navío se integró en una escuadra hispano-francesa al mando de Jean Nicolas
Martinet —francés al servicio de la Corona española— y Bartolomé de Urdizu —segundo de
Martinet y capitán del único buque real que se unió a los que aportaban los corsarios franceses—,
que partió en diciembre de 1716 a América con el cometido de limpiar de corsarios y piratas los
llamados mares del Sur, o lo que es lo mismo, las costas del Perú.4950 La escuadra estaba
compuesta por parte española por cuatro buques de guerra y una fragata y, por parte francesa, por
dos navíos de línea.49nota 10 Tras diversos retrasos, el grueso de la flota alcanzó El Callao el 27 de
septiembre de 1717.48 Urdizu y Lezo, sin embargo, tuvieron problemas para doblar el Cabo de
Hornos y se retrasaron; alcanzaron El Callao finalmente en enero de 1720, cuando ya las
autoridades del Perú habían devuelto a Europa a los franceses por las tensiones entre las dos
partes.51
Las primeras operaciones de los marinos españoles encargados de la reforma de la flota virreinal
fueron contra los dos barcos, el Success (70) y el Speed Well (70) del corsario inglés John
Clipperton, que logró evitar a la flota virreinal durante algún tiempo, pero tuvo finalmente que
abandonar la zona.5253 La flota pasó entonces a desempeñar labores de vigilancia y patrulla en la
región, que acabaron por minar la salud de Urbizu.54 La mayor parte de las labores de patrulla,
dada la mala salud de este, recayeron en Lezo.53
Agotado Urbizu, lo sustituyó el 16 de febrero de 1723, Lezo, con el título de general de la Armada
de Su Católica Majestad y jefe de la Escuadra del Mar del Sur, por entonces de escaso tamaño.5453
Además del Lanfranco de Lezo, la formaban los navíos Conquistador y Triunfador y la fragata
Peregrina.49
En mayo de 1725, se casó con una limeña de la alta sociedad, Josefa Pacheco de Bustos y Solís,
veinte años más joven; la boda la presidió el arzobispo de Lima, fray Diego Morcillo y Rubio de
Auñón, que hasta el año anterior había sido virrey del Perú y había establecido buenas relaciones
con Lezo.5556
Para reforzar la flota que mandaba, hizo reparar los navíos de línea con que contaba, desguazó y
vendió la Peregrina, de cara recuperación y mal adaptada a las aguas de la región e hizo construir
otros dos navíos.57 A principios de 1725 zarpó para combatir el corso y el contrabando de acuerdo
a los bandos promulgados el año anterior por el nuevo virrey.57 Tras algunas semanas de patrulla,
Lezo se topó con una escuadra neerlandesa de cinco barcos, que aventajaban a la suya en
artillería.57 Durante la batalla, tras una denodada lucha logró derribar el palo mayor de la capitana
y apresarla, y puso en fuga al resto de buques.58 Más tarde, atacó y se apoderó de una flota
inglesa de seis barcos de guerra, de los que se quedó tres para la escuadra virreinal.59
Estos éxitos y el crecimiento de la flota disuadieron a los enemigos y, paradójicamente, llevaron al
enfrentamiento entre el virrey,60 marqués de Castelfuerte, que deseaba reducir la flota para
ahorrar gastos una vez que la situación parecía controlada, y Lezo, que se oponía a ello.59 La
relación entre ellos también había empeorado por el nombramiento nepotista del sobrino del
virrey para el cargo de tesorero de los ingresos por comercio marítimo, que contravenía las
disposiciones y del que Lezo se quejó.61 Mal avenido con el virrey, que trató de desacreditarle
mediante una inspección —juicio de residencia— de su labor que no encontró falta en el
desempeño del marino, disgustado por el desmantelamiento de la flota —el virrey prefirió armar
corsarios que invertir en reforzar la flota—62 y con mala salud por la larga estancia en la región y
las insalubres travesías, en septiembre de 1727 escribió al secretario de Marina, José Patiño para
quejarse y solicitar su retiro.63 Patiño aceptó que dejase el mando de la escuadra del Perú y le
llamó a España, pero no permitió que abandonase la Armada, consciente de su valía.64 El 13 de
febrero de 1728, le relevó como jefe de la flota virreinal y le ordenó regresar a la península ibérica,
pero Lezo, enfermo, no pudo hacerlo hasta el año siguiente; el 18 de agosto de 1730 arribó con su
familia a Cádiz.6562 Tras librarse de una epidemia de vómito negro que aquejaba a la ciudad
gracias a haberse inmunizado en América, acudió a Sevilla a visitar al rey,62 que ya mostraba
signos de desequilibrio mental; la audiencia real tuvo lugar a finales de septiembre o principios de
octubre.66
Matrimonio y descendencia
El 5 de mayo de 1725, había contraído matrimonio en Lima con la dama criolla Josefa Pacheco de
Bustos, natural de Locumba (actual Tacna), e hija de los también criollos José Carlos Pacheco y
Benavides, y María Nicolasa de Bustos y Palacios.55 El matrimonio tuvo siete hijos: Blas67
Fernando, nacido en Lima y primer marqués de Ovieco (1726); Josefa Atanasia, nacida también en
Lima (1728); Cayetano Tomás; Pedro Antonio; Agustina Antonia; Eduvigis Antonia, que profesó
como su hermana mayor como agustina recoleta; e Ignacia, que casó con el marqués de
Tabalosos.56 Los cinco hijos menores nacieron en la península ibérica y, de ellos, las dos hermanas
menores, en El Puerto de Santa María.5668
En el Mediterráneo
Estuvo inactivo en Cádiz un año, hasta que el 3 de noviembre de 1731 se lo nombró jefe de la
escuadra naval del Mediterráneo.6962 Esta contaba con tres navíos de línea, entre ellos el Real
Familia, de sesenta cañones y almiranta de Lezo.69 La escuadra tenía un papel fundamental en las
ambiciones políticas del rey, que deseaba recuperar los territorios perdidos en la península itálica
en los tratados de paz de la guerra de sucesión.69 En reconocimiento de sus servicios al rey, este le
concedió en 1731 como estandarte para su capitana la bandera morada con el escudo de armas de
Felipe V, la Orden del Espíritu Santo —máxima condecoración francesa— y la Orden del Toisón de
Oro —más alta condecoración española— alrededor y cuatro anclas en sus extremos.7069
Su primera misión fue participar en diciembre de ese año en la escolta del infante Carlos, que
pasaba a Italia a adueñarse de los ducados de Parma, Toscana y Plasencia.7172 Lezo mandaba una
escuadra de veinticinco navíos, parte de una flota mayor en la que participaban los ingleses.71nota
11
Al demorarse los genoveses en devolver los dos millones de pesos pertenecientes a la Hacienda
española que se hallaban depositados en el Banco de San Jorge, Patiño ordenó a Lezo partir a la
capital de la república para reclamarlos.73 Lezo ancló en aquel puerto con seis navíos y exigió un
inaudito homenaje a la bandera real de España y la devolución inmediata del dinero.7475 Sus seis
buques apuntaban los cañones al palacio Doria, como amenaza al Senado de la ciudad.76
Mostrando el reloj de las guardias a los comisionados de la ciudad, que buscaban el modo de
eludir la cuestión del pago, fijó un plazo, transcurrido el cual la escuadra rompería el fuego contra
la ciudad.74 De los dos millones de pesos recibidos, medio millón fue entregado al infante don
Carlos y el resto fue remitido a Alicante para sufragar los gastos de la expedición que se alistaba
para la conquista de Orán.7775
Expedición a Orán
En junio de 1732, volvió de Cádiz a Alicante para sumarse a esta expedición.78 El objetivo de esta
era recuperar la plaza, que había estado en manos españolas desde 1509 hasta 1709, cuando se
había perdido durante la guerra de sucesión.7875 Retomarla era una cuestión de prestigio para la
Corona y un modo de demostrar el renovado poderío militar y naval español con la nueva
dinastía.78 Lezo quedó como lugarteniente del capitán de la flota de la expedición, Francisco
Cornejo, mientras que José Carrillo de Albornoz, conde de Montemar, mandaba las tropas de
tierra.7975 Lezo participó en la operación a bordo del Santiago, parte de la flota de doce navíos de
guerra, dos fragatas, dos bombardas, siete galeras, dieciocho galeotas, doce barcos varios y más de
quinientos transportes que componían la escuadra de la expedición.79
Desembarco de las tropas españolas de la expedición a Orán de 1732. Lezo participó en la toma de
la ciudad como lugarteniente del almirante que dirigía las fuerzas navales y meses más tarde tuvo
que regresar para socorrerla del asedio de su antiguo señor, el Bey Hassan.
El asedio de Orán comenzó el 29 de junio, con el desembarco de los veintiséis mil hombres de
Montemar.7975 Tras varios choques, se apoderaron de la plaza el 1 de julio.80 Sofocadas las
últimas resistencias, que habían costado más bajas que la conquista de la ciudad, la expedición
regresó a España el 1 de agosto, dejando una guarnición.81 El 2 de septiembre, Lezo estaba de
vuelta en Cádiz.81
Cuando la expedición marchó creyendo cumplida su meta, Bey Hassan, señor de Orán hasta la
reconquista española, logró reunir tropas, aliarse con el bey de Argel y sitiarla.82 Bombardeó el
castillo de Mazalquivir y aplastó una salida de los defensores, en la que perecieron más de mil
quinientos soldados y además murió el gobernador español, Álvaro Navia Osorio y Vigil. Este
aristócrata fue el autor de Reflexiones militares, libro de cabecera de Federico el Grande. 83 Ante
la desesperada situación de la plaza, el 13 de noviembre se ordenó a Lezo socorrerla.83 Este partió
de inmediato con los barcos que estaban listos para realizar la travesía: dos navíos de línea, cinco
menores y veinticinco transportes, que llevaban cinco mil soldados de refuerzo a la guarnición.83
75 Tras dos días de navegación alcanzó Orán, desbarató el acoso de las nueve galeras argelinas,
que se retiraron al llegar la escuadra española y abasteció a la guarnición.83
Decidido a acabar con la amenaza que suponía la flota argelina, decidió perseguirla.83 En febrero
de 1733 logró finalmente localizar la capitana de sesenta cañones, que se refugió en la bahía de
Mostagán, defendida por dos castillos fortificados.84 Ello no arredró a Lezo, que entró en la bahía
tras la nave argelina despreciando el fuego de los fuertes, logró poner en fuga una galeaza que
surgió inesperadamente para auxiliar a la galera, abordarla, incendiarla y, a continuación, destruir
los castillos.85 Retornó entonces primero a Orán y luego Barcelona, donde recogió cuatro
regimientos de infantería que trasladó a África.8586 Luego reanudó la patrulla de la zona, entre
Tetuán y Túnez durante dos meses, hasta que una epidemia que se desató en la escuadra lo forzó a
regresar a la ciudad de Cádiz.8786
Hasta 1737, mantuvo un continuo litigio con el virrey de Perú por el sueldo que se le adeudaba,
que este se negó hasta entonces a pagarle, aduciendo falta de fondos.88 Lezo, empero, no pasó
apuros económicos, tanto por la fortuna de su mujer como por los ingresos que obtuvo de diversos
negocios, entre ellos el comercio en plata, oro y esclavos, que había realizado mediante un
representante durante su estancia en el Perú.88 Parte de las ganancias las invertía en rentables
pagarés y deuda; a pesar de sus continuos combates con los ingleses, mantuvo una cuenta en un
banco londinense.89
Plano de Cartagena de las Indias realizado en 1735 y publicado en la obra Relación histórica del
viaje a la América meridional, de Jorge Juan y Antonio de Ulloa
Regresó a América con los navíos Fuerte y Conquistador en 1737 como comandante general de
Cartagena de Indias, plaza que tuvo que defender de un sitio (1741) al que la había sometido el
ataque del almirante inglés Edward Vernon.95 En los primeros años en Cartagena, Lezo se encargó
de labores de guardacostas, que debían desbaratar el creciente contrabando, que acabó
precipitando la nueva guerra con el Reino Unido.96 Con este mismo objetivo, creó junto con el
gobernador de Cartagena una compañía de armadores de corso.96 El contrabando británico había
crecido aprovechando las concesiones comerciales que el Reino Unido había obtenido en el
Tratado de Utrecht: al comercio legal —quinientas toneladas ampliadas a mil en 1716—, se
unieron pronto los contrabandistas, que amenazaban el comercio español y trataban de no pagar
los derechos (impuestos) a la Corona.96 A pesar de la renuencia del Gobierno británico a
enfrentarse a España y favorecer así su acercamiento a Francia, las quejas de los comerciantes
afectados por las actividades de los guardacostas y el debilitamiento del gabinete de Robert
Walpole acabaron por aumentar la tensión entre los dos países y condujeron finalmente a la
guerra.97
La justificación de los británicos para iniciar un conflicto con España —la llamada guerra del
Asiento— fue, entre otros muchos incidentes, el apresamiento de un barco mercante mandado
por Robert Jenkins cerca de la costa de Florida en 1731.9899 Juan de León Fandiño apresó el barco
y supuestamente cortó la oreja de su capitán al tiempo que le decía: «Aquí está tu oreja: tómala y
llévasela al rey de Inglaterra, para que sepa que aquí no se contrabandea».98 A la sazón, el tráfico
de ultramar con la América española sufría los efectos del intenso contrabando a manos de
holandeses y, fundamentalmente, británicos.
Señor: Esta se entrega a V. E. por Don Francisco de Abarca y en alguna manera V. E. puede
extrañar que su fecha es de Portovelo. En justicia al portador, es preciso asegurar a V. E. que la
defensa que se hizo aquí era por el Comandante y por los de debajo de su mando, no pareciendo
en los demás ánimo para hacer cualquiera defensa. Espero que de la manera que he tratado a
todos, V. E. quedará convencido de que la generosidad a los enemigos es una virtud nativa de un
Ingles, la cual parece más evidente en esta ocasión, por haberlo practicado con los españoles, con
quienes la nación inglesa tiene una inclinación natural, vivir bien que discurro es el interés mutuo
de ambas Naciones. Habiendo yo mostrado en esta ocasión tantos favores, y urbanidades, además
de lo capitulado, tengo entera confianza del amable carácter de V. E. (aunque depende de otro) los
Factores de la Compañía de la Mar del Sur en Cartagena, estarán remitidos inmediatamente a la
Jamaica, a lo cual V. E. bien sabe tienen derecho indubitable por tratados, aún seis meses después
de la declaración de la guerra.
El Capitán Pelanco debe dar gracias a Dios de haber caído por Capitulación en nuestras manos,
porque sino, su trato vil, e indigno, de los ingleses, había tenido de otro un castigo
correspondiente.[...]
La manera con que dice V. E. ha tratado a sus Enemigos, es muy propia de la generosidad de V. E.
pero rara vez experimentada en lo general de la nación, y sin duda la que V. E. ahora ha practicado,
sería imitando la que yo he ejecutado con los vasallos de S. M. B. en el tiempo que me hallo en
estas costas (y antes de ahora,) y porque V. E. es sabido de ellas, no las refiero, porque en todos
tiempos es sabido practicar las mismas generosidades, y humanidades con todos los desvalidos; y
si V. E. lo dudare podrá preguntárselo al gobernador de esa isla quien enterará a V. E. (le todo lo
que llevo expresado, y conocerá V. E. que lo que yo he ejecutado en beneficio de la nación inglesa
excede a lo que V. E. por precisión y en virtud de Capitulaciones debía observar.[...]
A continuación y de acuerdo al plan trazado, que los españoles conocían por los informes de un
espía que trabajaba en Jamaica, Vernon se dirigió en marzo de 1741 contra Cartagena.101 Antes
había realizado dos ataques exploratorios, con escasas fuerzas, en marzo y mayo de 1740, que Lezo
rechazó.102
La flota británica sumaba dos mil cañones dispuestos en casi ciento ochenta barcos, entre navíos
de tres puentes (ocho), navíos de línea (veintiocho), fragatas (doce), bombardas (dos) y buques de
transporte (ciento treinta), y en torno a treinta mil combatientes entre marinos (quince mil),
soldados (nueve mil regulares y cuatro mil de las milicias norteamericanas) y esclavos negros
macheteros de Jamaica (cuatro mil).103 Las defensas de Cartagena incluían tres mil hombres entre
tropa regular (unos mil setecientos ochenta), milicianos (quinientos), seiscientos indios flecheros
traídos del interior, más la cuantiosa marinería y tropa de desembarco de los seis navíos de guerra
de los que disponía la ciudad (ciento cincuenta hombres): el Galicia, que era la nave capitana, el
San Felipe, el San Carlos, el África, el Dragón y el Conquistador.104 Tras tomar algunas de las
defensas de la ciudad, el asalto británico al castillo San Felipe de Barajas, el último baluarte
importante que la defendía, fracasó el 20 de abril; con gran parte de la tropa enferma, grandes
bajas sufridas en los combates y la llegada de la época de lluvias, los británicos optaron por
destruir las defensas a su alcance y abandonar el asedio.105
Las pérdidas británicas fueron graves: unos cuatro mil quinientos muertos, seis barcos perdidos y
entre diecisiete y veinte muy dañados.106 Estas últimas obligaron al Gobierno británico a
concentrar sus fuerzas en las defensa de la metrópoli, el Atlántico septentrional y el Mediterráneo,
y a desechar nuevas campañas en las colonias españolas en América.106 La derrota en Cartagena
desbarató los planes británicos para la campaña y permitió que continuase el dominio español en
la región durante varias décadas más.107 Los ingleses, que contaban con la victoria, se habían
precipitado a acuñar monedas y medallas para celebrarla.108 Dichas medallas decían en su
anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español
humillado por Vernon».109108
Lezo, cada vez más enfermo, apenas abandonó su residencia a partir del 20 de mayo y mantuvo
una guerra epistolar con el virrey, tratando de defender su actuación durante el asedio, por la que
el virrey llegó a solicitar y obtener el castigo del rey para el marino.116 Lezo intentó que se
reconociese su carrera mediante la obtención de un título nobiliario, petición para la que recabó el
apoyo de José Patiño y de parte de sus compañeros de armas de la Armada, pero que el rey, que
había recibido los informes desfavorables del virrey y de otros adversarios de Lezo, rechazó.117
Blas de Lezo falleció en Cartagena de Indias de «unas calenturas, que en breves días se le declaró
tabardillo» a las ocho de la mañana del 7 de septiembre.118119 Fue el único de los principales
protagonistas del asedio de Cartagena que no obtuvo recompensa alguna por sus acciones.118 Su
destitución como jefe del apostadero y la orden de que regresase a la península ibérica para ser
reprendido se aprobó el 21 de octubre.120110 El rey Carlos III recompensó al hijo de Lezo por las
acciones de su padre, nombrándolo marqués de Ovieco en 1760.121 Fue enterrado, según una
misiva escrita por su hijo, en el convento de Santo Domingo de Cartagena de Indias.122
La estancia de los Lezo en El Puerto de Santa María tuvo varias fechas. El almirante ya había estado
en 1719-20 y en 1730 en Cádiz. De allí partió, ya viviendo en El Puerto de Santa María, el 3 de
febrero de 1737 hacia Cartagena dirigiendo la que sería la última carrera de Indias y donde
encontraría, como ya se ha reflejado, su fatal destino.
Tras las investigaciones realizadas en los padrones de la época de la iglesia Mayor Prioral
portuense, se ha constatado que Blas de Lezo, su mujer, sus hijos y un criado afroamericano
llamado Antonio Lezo, vivieron desde 1736 en una casa de la calle Larga, para ser más exactos en
Larga, 70, hoy reconvertida en apartamentos de alquiler. Tras su muerte, su viuda —conocida en la
localidad como «La Gobernadora»— y sus hijos permanecieron en ella hasta la muerte de ésta el
31 de marzo de 1743.
Josefa Pacheco fue enterrada en el convento de Santo Domingo, sito en la calle del mismo nombre.
A partir de esta fecha, los descendientes de Blas de Lezo desaparecen de los padrones portuenses.
Durante su residencia en la ciudad, el Cabildo Municipal, siendo conocedor del prestigio del
almirante, hizo a su familia diferentes concesiones, entre las que destacó una toma de agua para la
casa.
Hasta hace pocos años, la ciudadanía portuense siguió llamando a la mansión casa de «La
Gobernadora».
Su memoria en la actualidad
Estatua en honor del teniente general de la Armada Blas de Lezo en la plaza de Colón en Madrid
realizada por Salvador Amaya
La Real Armada Española honra la memoria de Blas de Lezo con el mayor honor que puede
rendirse a un marino español: tiene por costumbre inveterada que uno de sus buques lleve su
nombre. El último así bautizado es una fragata de la clase Álvaro de Bazán: la Blas de Lezo (F-103).
Anteriormente portaron dicho nombre un cañonero de la clase Elcano, llamado General Lezo, que
en 1898 se encontraba en Filipinas, aunque no llegó a participar en los combates al tener las
calderas desmontadas, el crucero Blas de Lezo, que se perdió en 1932 al tocar un bajío frente a las
costas de Finisterre y un destructor procedente de la ayuda estadounidense, el Blas de Lezo (D-
65). La Armada Colombiana también tuvo un buque con el nombre del almirante, el ARC Blas de
Lezo (BT-62), un petrolero de clase Mettawee, adquirido a la Armada de los Estados Unidos el 26
de noviembre de 1947 y dado de baja en enero de 1965.123
El 15 de noviembre de 2014 el rey Juan Carlos inauguró en los jardines del Descubrimiento de la
plaza de Colón de Madrid una escultura en bronce de 3,5 metros —7 metros en total contando con
el pedestal— con la efigie del almirante, muy próxima a la de otros dos marinos ilustres de la
Armada Española como fueron Cristóbal Colón y Jorge Juan y Santacilia.128 El monumento fue
sufragado íntegramente por suscripción popular con las aportaciones que un millar de ciudadanos
de todos los rincones de España hicieron a la Asociación Monumento a Blas de Lezo.129 Cuatro
días después el Ayuntamiento de Barcelona aprobó una moción con los votos de CiU, ICV, ERC y
DCst, y con la abstención del PSC, en la que se pedía al Ayuntamiento de Madrid que retirara la
estatua por haber participado Blas de Lezo en el bombardeo de Barcelona durante la Guerra de
Sucesión Española. La petición fue rechazada en rueda de prensa por el ayuntamiento de la
capital.130
Existe una placa en su honor en el Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando (Cádiz), donde
reposan otros héroes de la Armada Española.131 También existe una maqueta de la batalla de
Cartagena de Indias en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid).132
Análogamente, en el Museo Naval de Cartagena de Indias se exhibe un conjunto de maquetas con
detalle de las fortificaciones de aquella bahía y que describen el sitio de la ciudad por el almirante
Vernon, la defensa organizada por Don Blas de Lezo, y su victoria sobre el inglés.
Existen calles con su nombre en las ciudades de Córdoba, Valencia, Málaga, Alicante, Cartagena de
Indias, Las Palmas de Gran Canaria, San Sebastián, Cádiz, Huelva, Fuengirola, Rentería, Irún,
Pasajes —su localidad natal—, y finalmente, tras una recogida de firmas,133 el 28 de abril de 2010
se aprobó dedicarle una avenida en la capital de España, Madrid.134
Monumento a Blas de Lezo frente al castillo San Felipe de Barajas, Cartagena de Indias, Colombia
Blas de Lezo es, al contrario, un reconocido héroe en Cartagena de Indias, que le rinde homenaje
de varias maneras: barrios, avenidas y plazas le conmemoran en sus nombres; y su estatua frente
al castillo San Felipe de Barajas mantiene vivo entre los cartageneros el recuerdo del defensor de
su ciudad. El 5 de noviembre de 2009, en Cartagena de Indias, se dio cumplimiento a un deseo de
Blas de Lezo, que en su testamento pedía que un grupo de españoles pusiese una placa que
conmemorase aquella victoria. En la inscripción se puede leer:
Homenaje al almirante D. Blas de Lezo y Olabarrieta. Esta placa se colocó para homenajear al
invicto almirante que con su ingenio, valor y tenacidad dirigió la defensa de Cartegena de Indias.
Derrotó aquí, frente a estas mismas murallas, a una armada británica de 186 barcos y 23 600
hombres, más 4000 reclutas de Virginia. Armada aún más grande que la Invencible española que
los británicos habían enviado al mando del almirante Vernon para conquistar la ciudad llave y así
imponer el idioma inglés en toda la América entonces española. Cumplimos hoy juntos, españoles
y colombianos, con la última voluntad del Almirante, que quiso que se colocara una placa en las
murallas de Cartagena de Indias que dijera: Aquí España derrotó a Inglaterra y sus colonias.
Cartagena de Indias, marzo de 1741.136
Asimismo, el 21 de noviembre de 2009 se descubrió para su memoria una placa en la calle Larga
n.º 70 del Puerto de Santa María, ciudad donde residió Blas de Lezo antes de librar la batalla de
Cartagena y donde nacieron algunos de sus hijos. En dicho acto se estrenó la marcha militar
Almirante Blas de Lezo, compuesta para la Real Armada por Joaquín Drake García, e interpretada
por la Banda de Música del Tercio Sur (Infantería de Marina). Presidieron el acto el almirante de la
Flota, el alcalde de la ciudad y la presidenta del Club de Mar Puerto Sherry. La lápida reza: «En
1736 vivió en este lugar junto a su familia el teniente general de la Armada D. Blas de Lezo y
Olabarrieta, insigne e invencible marino, héroe de la batalla de Cartagena de Indias en la que la
flota inglesa sufrió una humillante derrota en el año 1741. La ciudad del Puerto de Santa María en
homenaje a su memoria. 21 de noviembre de 2009».137
El día 21 de septiembre de 2018 se inauguró en la localidad de Torre del Mar (Málaga) una
escultura realizada por Francisco Martín, en homenaje a su figura. 138
Novelas históricas
La vida de Blas de Lezo y su defensa de Cartagena de Indias ha sido llevada a la novela histórica con
diversos grados de fantasía por los siguientes escritores en los últimos años:
Vázquez, Alber (2010), Mediohombre. La batalla que Inglaterra ocultó al mundo, Inédita
Editores.
Blasco Patiño, Felipe (2010), El hombre sin rey. ¿Pudo un solo hombre cambiar el destino de
América? El desastre de la Armada Invencible inglesa, Bohodón Ediciones, Madrid.
Iglesias de Paúl, Santiago (2011), El marino que cazaba lagartos... y que luchó junto a Blas de
Lezo, JM Ediciones.
Name Bayona, Orlando (2012), Blas de Lezo. El almirante patapalo. ¡Anka Motz!, Oveja negra.
Pérez-Foncea, Juan Antonio (2012), El héroe del Caribe. La última batalla de Blas de Lezo,
Libroslibres.
Pascual, José Vicente (2013), Almirante en tierra firme. La aventura de Blas de Lezo, el español
que derrotó a Inglaterra, Áltera, Madrid.
San Juan, Víctor (2014), Morirás por Cartagena, Punto de Vista Editores.
Vidal, Rafael & José Pablo García (2014), Blas de Lezo. El marino invicto.
Victoria, Pablo (2014), Los amores prohibidos de Cecilita Caxiao. La extraña historia de cómo se
salvó el diario de guerra de Blas de Lezo, Amazon Media.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Blas_de_Lezo