Mega Tendencias - Teletrabajo

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TELETRABAJO

El teletrabajo es una tendencia laboral actual que está trasformando la idea de que el ser
humano debe salir de casa y trasladarse físicamente a un lugar para trabajar, hoy día el
trabajo puede realizarse en cualquier lugar en el que se cuente con computadora e
internet, este hecho requiere analizar los cambios en materia económica, administrativa y
jurídica.
El teletrabajo es la actividad laboral remunerada que un trabajador realiza en acuerdo con
la empresa para la que labora para realizar sus actividades fuera de la sede de la empresa,
comunicándose con apoyo de las tecnologías de la información. Generalmente el lugar
donde se realiza es el domicilio del trabajador.
La tecnología, y con ello la hiperconectividad, están cambiando las formas de entender el
mundo, también en el ámbito laboral. Mientras que hace unos años era prácticamente
impensable la existencia de un trabajador virtual, hoy en día el teletrabajo se ha
convertido en una práctica que muchas empresas ven ya como la habitual.

La ruptura del paradigma espacio/tiempo es, sin duda, uno de los factores que posibilitan
este tipo de empleos a distancia, puesto que la tecnología permite que una persona asista
a una reunión o esté al mando de una importante acción desde cualquier parte del
mundo, sin necesidad de estar presente físicamente en el espacio donde se produzca la
actividad.

En este contexto, entra el juego del crowdemployment o crowdsourcing, es decir, el uso


de plataformas tecnológicas por parte de las empresas a través de las cuales se encargan
proyectos que suelen gestionarse en su totalidad a través de la Red.

Para ponerlo en marcha, las organizaciones demandan perfiles tecnológicos y


trabajadores freelance, siguiendo el modelo estadounidense. Aunque por el
momento solo un 3% de los trabajadores viven únicamente de plataformas digitales, la
tendencia al alza es visible y la encuesta Fuerza Laboral 2020 afirma que el 83% de los
directivos planean incrementar el uso de consultores o empleados intermitentes en los
próximos tres años.

Las ventajas que ofrece el teletrabajo son inmensas. La empresa se ahorra numerosos
costes vinculados al alquiler de un espacio físico para trabajar y estos se rediseñan para
adaptarlos a la nueva plantilla. Además, hay mayor flexibilidad laboral lo que contribuye
al desarrollo de talentos y habilidades de los empleados y mejora la productividad.

De esta forma, se genera una cultura de trabajo online que implica el uso frecuente de


métodos de procesamiento electrónico de información y el uso permanente de algún
medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa.
En definitiva, el trabajador virtual se adapta a un nuevo entorno que es innovador y
digital, y que aporta numerosas ventajas para las organizaciones que lo aplican, para los
teletrabajadores, su entorno familiar y la sociedad en su conjunto.

El uso de ordenadores y tecnologías de la comunicación aumenta las oportunidades en


toda una amplia gama de actividades humanas. Los servicios y los productos pueden
comercializarse a distancia, proporcionando oportunidades más amplias a las empresas y
a los trabajadores para organizar los lugares de trabajo y horarios. El teletrabajo se
considera un paso importante en dirección a la sociedad de la información.

Entre las ventajas más importantes mencionadas por los propios teletrabajadores cabe
citar:
 Mejor control del horario laboral y de las pautas de trabajo.
 Una mayor flexibilidad respecto del rendimiento y la productividad.
 Mayor calidad de vida.
 Menos molestias y gastos de transporte.
 Creación de nuevas empresas.
 Desempeño de un trabajo remunerado en lugar del desempleo.
 Comprensión del teletrabajo.

Contenido y pautas de trabajo


 
En el teletrabajo, como en casi cualquier tipo de trabajo, el entorno psicológico, las
consecuencias para la salud y los niveles de estrés difieren, en función de si las tareas
realizadas requieren o no una gran cualificación. La segunda dimensión importante es la
autonomía y el control del contenido del trabajo y los ritmos de trabajo. En la mayoría de
casos, el estrés en el teletrabajo está más asociado al tipo de trabajo y a la organización
del trabajo que al espacio físico.
 
En principio, el teletrabajo supone independencia y autonomía, y ofrece posibilidades de
concentrar y organizar el trabajo y dosificar el tiempo según criterios personales. De
acuerdo con una serie de estudios de casos, por ejemplo de compañías de seguros, la
productividad aumenta significativamente.
 
Sin embargo, la libertad individual para regular el ritmo de trabajo puede dar lugar a una
sobrecarga y, en los casos más extremos, suponer que se está "disponible" las 24 horas
del día. Trabajar durante muchas horas puede afectar negativamente a la salud,
especialmente en un lugar de trabajo mal diseñado o si las tareas son repetitivas. Otro
factor de estrés relacionado con el horario puede suponer una dificultad para prever el
volumen de las tareas futuras y sus plazos. La adicción al trabajo puede ser un riesgo
adicional si no hay un control externo, o si el teletrabajador no puede controlar sus
propias formas de trabajar.
 
En el caso del teletrabajador empleado, la responsabilidad de evaluar los riesgos del lugar
de trabajo suele corresponder a la empresa. Los teletrabajadores autónomos son ellos
mismos responsables de esta evaluación. La probabilidad de un entorno de trabajo mal
diseñado y de una calidad ergonómica insuficiente de las unidades de visualización puede
ser mayor en los hogares de los teletrabajadores que en los típicos entornos de oficina.
 
Relaciones sociales e intimidad
 
Los horarios habituales del teletrabajo van de la sobrecarga ocasional al teletrabajo a
jornada completa, en cuyo caso el aislamiento físico y social puede ser uno de los
principales problemas. Existe la preocupación de que el aislamiento físico de los
teletrabajadores pueda suponer un riesgo de marginación del lugar de trabajo y de los
compañeros, en un momento en que se hace hincapié en la importancia del trabajo en
equipo. Por otro lado, las modernas tecnologías de la información y comunicación ofrecen
posibilidades totalmente nuevas de apoyo, formación y orientación en situaciones
problemáticas.
 
La flexibilidad del teletrabajo brinda a los teletrabajadores la oportunidad de adaptar el
trabajo a su vida y su familia y a las etapas de su carrera profesional. Ofrece una buena
oportunidad de trabajo para personas que no pueden trabajar por motivos de
discapacidad u obligaciones familiares. No obstante, pueden surgir problemas en cuanto a
la distinción entre el trabajo y la vida social y familiar. A este respecto, la dimensión del
género es importante. Las mujeres siguen encargándose del mantenimiento de la casa y
del cuidado de los niños y de otros miembros de la familia, como los padres.
 
Cultura organizativa
 
Las formas de organizar el teletrabajo dependen de la gestión y de la cultura de liderazgo,
de la política de personal de la empresa y de los motivos del teletrabajo. Estos factores
afectan, a su vez, al modo de planificar la preparación y la formación para el teletrabajo, y
al modo de organizar los mecanismos y contratos de teletrabajo en el ámbito de la
empresa. En los casos más favorables, el teletrabajo se establece sobre una base
voluntaria, con la opción de regresar el lugar de trabajo tradicional si es preciso. De nuevo,
la situación de los teletrabajadores altamente cualificados es mejor que la de los
teletrabajadores menos cualificados o sin cualificar.
 
Las organizaciones que aplican métodos de gestión jerárquicos pueden tener problemas
por el consabido hecho de que "ojos que no ven, corazón que no siente", en particular si
las tareas y los objetivos del teletrabajo no están claramente definidos. Es posible que a
causa de estos problemas, lo directivos intermedios se resistan al cambio. Además, los
propios teletrabajadores pueden sentirse "infradirigidos" y temer un efecto negativo para
sus expectativas profesionales.
En 2010 en México, se realizó un estudio a 75 teletrabajadores (Martínez, 2010); entre
otros aspectos la investigación buscaba identificar su nivel de motivación ya que
trabajaban en casa con apoyo de las tecnologías de la información y tenían poco contacto
con compañeros. Generalmente cuando se les pregunta a las personas si les gustaría
laborar desde su hogar y dejar de trasportarse a la oficina responden con un sí rotundo.
Sin embargo, aquellos que teletrabajan, al paso del tiempo, comienzan a desmotivarse si
no cubren la necesidad de relacionarse con sus compañeros, ya que se sienten aislados e
incluso se pierde el sentido de pertenencia a la organización. Para evitar el aislamiento en
el teletrabajo se propone formar equipos de apoyo, células de trabajo a distancia, equipos
que permitan mantener el contacto, realizar reuniones frecuentes. Las empresas que
contraten teletrabajadores deberán ser cuidadosas con este aspecto y evitar que los
líderes formen un círculo interno y otro externo, en el cuál los teletrabajadores puedan
sentirse aislados y creer que no son tomados en cuenta. En el teletrabajo no hay
exhibición de señales de autoridad, no se enfatiza la jerarquía en forma visual. No es
necesario utilizar uniformes, ni se cuenta con oficinas amplias, estacionamiento especial o
comedor de ejecutivos, que en el esquema tradicional del trabajo podrían ser factores de
motivación y reconocimiento. Las organizaciones deben trabajar otras formas de
incentivar la motivación y crear nuevos factores que proporcionen exhibición de jerarquía
en forma virtual. La cultura organizacional, que tanto se ha estudiado, se trasforma al
clima y cultura del hogar del trabajador, lo cual repercute en su productividad, este es
otro factor relevante del teletrabajo.

El perfil del teletrabajador y sus áreas de aplicación Un estudio realizado por la


Universidad de Pennsylvania titulado “The Economics of telecommutings: Theory and
evidence” (Gao y Hitt, 2003) concluyó que el perfil de trabajador al que es conveniente
ofrecerle la modalidad de trabajo depende en gran medida de que los trabajadores sean
responsables y no esquiven fácilmente sus deberes laborales. Así señalan que los
trabajadores que son más comprometidos con la organización son los mejores para
teletrabajar. El teletrabajo es una actividad se requiere un perfil de trabajador que sea
responsable, autónomo, que sea capaz de auto motivarse, con una madurez laboral alta,
habilidades de comunicación y manejo tecnológico, lo cual implica que no sea una
actividad abierta al público en general.

Las conclusiones de un estudio de ámbito comunitario sobre las implicaciones sociales del
teletrabajo revelan la necesidad de investigar más en áreas como el estrés, los trastornos
musculo esqueléticos, las nuevas pautas del horario laboral, las interconexiones entre
trabajo y familia y los efectos del aislamiento. Es preciso plantear perspectivas individuales
y sociales. Si se quiere extender con éxito el teletrabajo, en particular en situaciones
transfronterizas, es preciso abordar una serie de cuestiones de derecho laboral y relativo a
la seguridad social.

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