EP Modulo 1
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Módulo 1
Introducción
El presente módulo tiene como objetivo que, las y los participantes comprendan
cómo la construcción de la feminidad y masculinidad genera desigualdad y
discriminación entre los sexos y la importancia del papel docente en la
transformación de estas creencias, conductas y actitudes.
Para tal fin se revisarán dos temas. En el primero, veremos cómo a partir de las
características biológicas con que nace un ser humano, la sociedad lo clasifica como
mujer u hombre y le asigna una serie de particularidades, cualidades, espacios y
tareas que los van diferenciando y que derivan en tratos desiguales, principalmente
hacia las mujeres y las niñas, lo cual repercute en su desarrollo integral, el acceso
y goce a sus derechos humanos.
Preguntas de reflexión
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Antes de iniciar le invitamos a que tome unos momentos para reflexionar sobre las
siguientes preguntas:
o ¿A qué se debe que las diferencias biológicas entre las mujeres y los
hombres generan desigualdad?
o ¿Qué condiciones son menos favorables para las niñas y cuáles para los
niños?
o ¿Cuál es el papel del personal docente en la construcción de relaciones de
género basadas en la igualdad entre mujeres y hombres?
Cuando un ser humano nace, tiene un potencial muy amplio de posibilidades para
desarrollarse. Sin embargo, en ese mismo instante comienza el proceso de
socialización en el que las personas asignan una serie de características,
cualidades y tareas al bebé dependiendo de si se le clasifica como mujer u hombre,
lo que invariablemente limita ese potencial inicial.
Aun cuando hay muchas evidencias que muestran que mujeres y hombres no
nacemos con las particularidades asociadas a lo femenino o masculino, existe una
tendencia a pensar que mujeres y hombres nos comportamos de cierta forma
porque es parte de nuestra naturaleza; “porque nacimos así”.
Piense en cuántas veces ha escuchado que los hombres son racionales y las
mujeres más emocionales o que los niños son más inquietos y las niñas más
tranquilas; que los hombres tienen más iniciativa y las mujeres son más pasivas o
que los niños son más agresivos y las niñas más pacíficas. Como si todas estas
características dependieran de su sexo y no fueran potencialidades humanas.
Entonces, ¿a qué se debe que no se reconoce que ser mujeres y hombres es más
un producto del aprendizaje social que el resultado determinado por las
características biológicas y se sigue tratando a las personas de manera diferente y
esperando cosas distintas de ellas en función de su sexo?
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1.1 Sexo, género y estereotipos de género
Debido al origen biológico del sexo, hasta hace pocos años se pensaba que estas
características no podían cambiar. Sin embargo, la ciencia ha confirmado que lo
único que no se puede modificar en un cuerpo humano es el sexo cromosómico.
También se creía que las características sexuales eran las que determinaban las
cualidades y conducta de mujeres y de hombres, sin embargo, los aportes de la
investigación psicológica, social, antropolígica, etc., muestran la influencia de la
educación y la cultura en la construcción de la identidad y el comportamiento de las
personas a partir de la designación social del sexo.
Para reflexionar:
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Por ejemplo, si es hombre, cree que no puede llorar para expresar su tristeza. Si
es mujer, no se atreve a acercarse a alguien que le atrae, o tomar la inciativa para
iniciar una relación con esa persona.
¿Qué cambios podría hacer en la forma en que trata a niñas y niños para
evitar la reproducción de estereotipos y roles de género?
En nuestra cultura aún se espera que las mujeres sean sensibles, dependientes,
serviciales y que se dediquen a tareas relacionadas con las labores domésticas y el
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cuidado de otros integrantes del grupo familiar o de la sociedad. En contraste, de
los hombres se espera que sean fuertes, propositivos, con capacidad de tomar
decisiones y que se dediquen a actividades económico productivas o también,
políticas.
Para reflexionar:
- ¿Es igual a lo que su abuela o abuelo creían? ¿En qué se parecen? ¿En
qué son diferentes?
- ¿Es igual a la que tienen sus hijas/os, sobrinas/os? ¿En qué se parecen?
¿En qué son diferentes?
- ¿Qué tanto su propia experiencia de vida se parece a esa idea de mujer u
hombre que le enseñaron? ¿En qué ha cambiado?
- ¿Qué le llevó a ese cambio y qué efectos ha tenido para su vida?
Ahora piense:
Sabía que:
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Datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares 2016 (ENDIREH 2016), con información de mujeres de 15 años o más
de edad que viven en el país, muestran cómo algunas creencias refuerzan el
orden de género:
- El 69.6% están de acuerdo en que las mujeres deben ser igual de
responsables que los hombres de traer dinero a casa y de cuidar a niñas,
niños y personas ancianas o enfermas; mientras que el 47.6% opina que
las mujeres que trabajan descuidan a sus hijas e hijos.
- El 47% considera que las mujeres no deben tener derecho a salir solas en
la noche a divertirse y el 32.2% opina que las mujeres deben vestir sin
escotes para no ser molestadas por los hombres.
- El 14.3% está de acuerdo en que los hombres deben ganar más salario
que las mujeres.
- El 12.7% no está de acuerdo en que los hombres deben encargarse –al
igual que las mujeres– de las tareas de la casa, así como de cuidar a niñas,
niños y personas enfermas o ancianas.
- El 10.4% considera que los hombres deben tener mejores puestos que las
mujeres en los trabajos.
- El 8% señaló que las mujeres casadas deben tener relaciones sexuales
con su esposo cuando él quiera.
Por su parte, la Consulta Infantil y Juvenil 2018 (INE, 2018), captó la percepción
de la realidad cotidiana de niñas, niños y adolescentes en torno a varios temas,
entre estos, los relacionados con la igualdad de género:
- El 70% de niñas y niños manifestaron que las tareas del hogar las pueden
desempeñar ambos sexos por igual. Sin embargo, existe un 12.3% de
niñas que opinan que es una actividad que sólo pueden realizar las mujeres
frente al 21.3% de los niños.
La socialización del género incluye diferentes mecanismos. Entre ellos destacan los
estereotipos y roles de género:
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desarrollo de alguna actividad por el hecho de ser mujer u hombre
(Inmujeres, 2020).
● Los roles de género, por su parte, son las responsabilidades asignadas
socialmente a las personas según su sexo, en las que a los hombres les son
asignadas las tareas que se encuentran en el espacio público; mientras que
las mujeres se encargan de aquellas que se realizan en el espacio doméstico
o privado (Inmujeres, s/f).
Se puede decir que estos mecanismos funcionan como los “guardianes del orden
de género” y, por tanto, limitan las aspiraciones, capacidades y anhelos que unas y
otros puedan desarrollar.
Ahora piense:
¿Qué cambios podría hacer para favorecer un autoconcepto positivo entre
las niñas y para motivarlas a seguir sus sueños?
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Entre los estereotipos y roles de género más comunes se observan en nuestra
cultura son los siguientes:
Mujer Hombre
Estereotipos Coqueta Conquistador
Subordinada Poderoso
Sensible Independiente
Delicada Valiente
Dependiente Brusco
Sumisa Práctico
Tierna Dominador
Obediente Rebelde
Torpe Inteligente
Pasiva sexualmente Activo sexualmente
Emocional Racional
Roles Administrar los recursos Generar los recursos
Acatar y obedecer Tomar decisiones y mandar
Ser madres, esposas, amas Ser proveedores, jefes de
de casa, profesoras, familia. políticos, líderes.
enfermeras, responsables de Realizar trabajos remunerados.
los trabajos domésticos.
Realizar trabajos no
remunerados, voluntarios o
complementarios.
Para reflexionar:
Comprender mejor cómo se incorporan los estereotipos en la vida de las personas
tiene mucho que ver con los mensajes que se reciben. Por ello le invitamos a ver
el siguiente video:
- ¿Qué significa hacer algo #Comoniña?
https://www.youtube.com/watch?v=wA3_ziP3n-U
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Ahora, procure responder a las siguientes preguntas:
- ¿Ha escuchado esta expresión? En su caso, ¿en dónde la escuchó por
primera vez?
- ¿Alguna vez la ha ocupado?
- ¿Algunas de las ideas sobre “lo que significa hacer algo como niña” que
presenta el video le resultan familiares?
- ¿En su contexto qué significa “hacer algo como niña”?
- ¿Por qué cree que “hacer algo como niña” se asocia con ideas negativas
o asociadas a la inferioridad?
- ¿Cómo cree que estas ideas y mensajes afectan a las niñas al
escucharlas reiteradamente a lo largo de su vida?
Ahora piense:
¿Qué cambios podría haría para que el “hacer algo como niña” sea
sinónimo de bien hecho y no de descalificación?
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formación y la experiencia, sino como atributos femeninos. Asimismo, se genera
una doble forma de valorar a las mujeres y a los hombres ante una misma situación
en los espacios escolares. Por ejemplo, en el caso de los hombres, el éxito suele
atribuirse a sus habilidades y competencias, mientras que en el caso de las mujeres
son el esfuerzo y la abnegación o compromiso.
Sabía que:
A pesar de que muchos de los estereotipos de género persisten entre niñas, niños
y adolescentes mexicanos, existen avances hacia la igualdad como lo revelan los
resultados de la Consulta Infantil y Juvenil 2018 (INE, 2018):
- Los datos muestran que seis de cada diez niños y niñas de México opinan que
las mujeres son las que pueden jugar con muñecas, aunque el resto consideran
que es una actividad que pueden realizar ambos.
- Al preguntarles a niñas y niños sobre habilidades como ser fuerte o inteligente,
arriba del del 80% de las niñas y los niños considera que ser más inteligente es
igual para ambos sexos. No obstante, los niños encuentran que ellos son más
fuertes en 31% y sólo el 3% de ellas piensa que las niñas lo son.
Por ello, el papel de la educación es fundamental para combatir la discriminación
y estigmatización relacionados con los estereotipos de género, lo que permitirá
seguir dando pasos en la construcción de una sociedad que favorezca la igualdad
entre mujeres y hombres.
Fuente: Inmujeres (2020). . Los estereotipos de género en la infancia. En Boletín Desigualdad en
cifras (6). Extraído el 9 de enero desde https://bit.ly/3oFcH3s
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1.2 La división sexual del trabajo: lo público y lo privado
A los hombres se les asigna el trabajo productivo que comprende las actividades
realizadas para generar bienes o servicios destinados a terceras personas y por las
que se recibe un pago. Mientras que a las mujeres se les establece el trabajo
reproductivo que se refiere a las actividades destinadas a atender las necesidades
físicas y/o de bienestar de quienes integran el hogar y que no implican una
remuneración (Inegi, 2019).
Para reflexionar:
Ahora, pregúntese:
● ¿Cómo se sintió al ver el video?
● ¿Ha vivido u observado situaciones similares?
● ¿Qué ideas sobre las mujeres, los hombres y las tareas que realizan se
utilizan para justificar la desigualdad en las remuneraciones?
● ¿Cómo afecta a las niñas y los niños este trato diferenciado?
Ahora piense:
¿Qué cambios puede hacer para evitar el trato injusto entre niñas y
niños?
Como se puede observar, esta división sexual del trabajo implica un reconocimiento
y valoración desigual del trabajo debido a que las tareas que históricamente han
sido realizadas por las mujeres no cuentan con remuneración económica, ya que
se considera que les corresponden debido a su naturaleza; si ellas se embarazan
son ellas quienes deben cuidar de las hijas y los hijos. Por otra parte, a las labores
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que realizan regularmente los hombres y que implican la transformación de los
recursos socialmente disponibles en productos, bienes y servicios se les otorga un
valor y, por lo tanto, merece una remuneración porque, además de esfuerzo,
implican conocimientos y habilidades que deben desarrollarse.
Esta división de tareas se reproduce en todos los ámbitos en que se desarrollan las
personas mediante el reparto diferenciado de labores y de espacios. Comienza
desde la infancia cuando, por ejemplo, a las niñas se les encargan las tareas de
limpieza del hogar y el cuidado de sus hermanas o hermanos más pequeños;
mientras que a los niños se les pide regularmente, salir a los comercios cercanos a
comprar lo necesario.
Un claro ejemplo de ello lo podemos ver en el reparto de tareas al interior del hogar.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT,
2019), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las
mujeres de 12 años y más dedican un promedio de 39.7 horas a la semana a realizar
trabajos no remunerados en el hogar (TNRH), en contraste con los hombres que
dedican 15. 5 horas a este tipo de labores.
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Fuente: Inegi (2020). Encuesta Nacional del Uso del Tiempo 2019. Resultados. Extraído el 6 de
enero desde https://bit.ly/38E5MBT
Esta idea tan arraigada de que el espacio público no es para las mujeres las
convierte en un blanco de la violencia, lo que inhibe gravemente su capacidad para
disfrutar de los derechos y las libertades en un plano de igualdad con los hombres.
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muestran que las mujeres se sienten más inseguras que los hombres en cualquier
espacio público, principalmente en lugares como el cajero automático (86.9%), el
banco (78.2%), el transporte público (75%) y la calle (74.6%).
Para reflexionar:
Sobre la forma como la división sexual del trabajo es evidente, le invitamos a
pensar en las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son las razones por las que, en educación preescolar el personal
docente está integrando mayormente por mujeres?
- ¿A qué se debe que se hagan filas de niñas y niños?
- ¿A las niñas se les involucra más en tareas de limpieza y se les observa
con mayor rigurosidad que a los niños?
- ¿Qué roles de cuidado observa que se reproducen en las interacciones
en el aula?
- ¿Por qué si una niña o niño no va limpia o limpio a la escuela se tiende a
pensar que la mamá no hace bien su tarea de cuidado y no se juzga al
papá de la misma forma?
- ¿A qué se debe que no se incentiva de la misma forma la participación de
los padres en las reuniones escolares que de las madres de familia?
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ámbito privado. Esto representa sobrecarga y desigualdad principalmente para
las mujeres porque, si se analiza detenidamente, el que los hombres no se
involucren en el ámbito privado limita sus capacidades, por ejemplo, para cuidarse
y cuidar a sus seres queridos. De ahí la importancia de identificar estos sesgos
de género y transformarlos de manera que mujeres y hombres tengan la
oportunidad de desarrollarse integralmente.
Ahora piense:
¿Qué puede hacer para favorecer que las niñas y los niños se apropien del
espacio privado y público de manera igualitaria?
Para reflexionar:
Antes de revisar este contenido, le invitamos a elaborar una lista de todos aquellos
mensajes que ha recibido sobre lo que significa ser mujer o ser hombre, según
sea su caso, durante la infancia, la adolescencia, la juventud y la adultez. Incluya
tanto las características o las conductas o tareas que le tocaba hacer.
Posteriormente, identifique quién le dio ese mandato: alguien de su familia, su
grupo de amigas o amigos, algún profesor o profesora, un sacerdote, los medios
de comunicación a través de anuncios, imágenes, canciones, películas, etc.
Cuando tenga la lista, compare si hay diferencias entre los mensajes que recibió
en cada etapa o por parte de quién se los dio.
Reflexione qué tanto su identidad como mujer u hombre concuerda o difiere de
los mandatos recibidos y en su caso, qué le llevó a modificarlos.
Como podrá observar, las ideas sobre el significado de ser mujer u hombre no
son estáticas en su propio desarrollo, pero incluso compárelo con las que
crecieron sus abuelas, abuelos, padre o madre o con las que viven niñas y niños
de su escuela y notará diferencias importantes.
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Ahora piense:
¿Qué idea de mujer y de hombre promovería entre las niñas y los niños
para favorecer su desarrollo integral?
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que muestran. De acuerdo con la investigación de Espinar (2007), en los medios
persiste una oferta infantil caracterizada por rasgos estereotipados de género. Por
ejemplo, en los programas de televisión hay mayor presencia de hombres en los
protagonistas y cuando las mujeres aparecen es mayor la probabilidad de que
representen edades tempranas, lo que se considera como la infantilización y que se
les caracterice como poseedoras de poderes mágicos o sobrenaturales; mientras
que los protagonistas hombres tienen mayor probabilidad de ser presentados como
inteligentes, con más habilidades físicas que verbales, y con una expresión limitada
de sentimientos. En cuanto a la publicidad se observó que a las niñas se les
presentan juguetes y accesorios asociados con el cuidado de otras personas y la
belleza, mientras que a los niños se les presentan juguetes electrónicos,
videojuegos o juegos de manipulación. Asimismo, la publicidad enfocada en los
niños se caracteriza por un ritmo rápido y dinámico e, incluso, por una mayor
presencia de comportamientos violentos. Todo ello contribuye a reforzar una
imagen estereotipada de las niñas-princesas y los niños-héroes.
Por lo anterior, para conocer y transformar las ideas de lo que significa ser mujer y
ser hombre entre las niñas y los niños, es importante observar sus interacciones
lúdicas y hacer propuestas que ayuden a cambiar los roles y estereotipos que
refuercen ideas o conductas discriminatorias.
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2. Expresiones de la desigualdad y cómo transformarlas
Por lo anterior, ha sido necesario reconocer que existe una discriminación específica
contra las mujeres y niñas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) (1979)
a través de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) la define como:
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de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural
y civil o en cualquiera otra esfera.
La discriminación que viven las mujeres y niñas por razones de género se puede
observar en todos los ámbitos de su vida. Para muestra los siguientes datos:
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• 24.4% deseaba embarazarse
• 11.0% otra razón
• 11.0% confiaba en no quedar embarazada
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Un aporte fundamental en este sentido es la perspectiva de género, la cual nos
ayuda a comprender cómo hombres y mujeres se construyen y relacionan entre sí
a partir de los mandatos sociales y culturales, así como a aceptar que esto puede
modificarse en la medida que no se encuentran determinadas biológicamente, lo
que permitirá identificar caminos para lograr el libre desarrollo de todas las personas
y relaciones de género más igualitarias y equitativas.
Una perspectiva o enfoque refiere a un punto de vista a partir del cual se analizan e
interpretan los hechos. Por ejemplo, una persona que necesita anteojos se percata
que sin ellos observa su entorno de forma diferente, incluso borrosa, pues no
alcanza a observar las particularidades de los objetos, o simplemente no puede
verlos; mientras que, al usarlos, distingue claramente rasgos, características y
detalles que antes no lograba identificar con claridad.
Por ello es importante que, como docente, pueda incorporar esta forma de
aproximación al mundo con la finalidad de cuestionar todas aquellas creencias,
valores y prácticas que limitan el desarrollo integral y el pleno ejercicio de los
derechos de las y los estudiantes en razón de su sexo.
Cabe señalar que este cambio de mirada es un proceso gradual que debe ser
constante, pues implica cambiar muchas de las cosas que se han aprendido a lo
largo de la vida, por lo que puede resultar confrontativo. Por consiguiente, el primer
paso es hacer una reflexión honesta y profunda sobre la concepción de mujer y
hombre que se tiene para identificar todos aquellos mandatos de género que se han
internalizado a lo largo de la vida para evitar dejarse llevar por ellos o reproducirlos
en el trato con las y los estudiantes.
Nadie elige nacer siendo hombre o mujer. Las personas nacemos con
características sexuales biológicamente diferentes, pero ello no tendría que
traducirse en un trato desigual. Sin embargo, como hemos revisado a lo largo del
módulo, la construcción social del género organiza de manera diferenciada el
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mundo para mujeres y hombres y otorga una jerarquía superior a todo lo masculino
en menoscabo de lo clasificado como femenino, lo que origina el sexismo y la
discriminación contra las mujeres, disminuyendo sus posibilidades de desarrollarse
de manera integral y ejercer sus derechos plenamente.
Si bien se reconoce la influencia de este primer contacto con los valores en las niñas
y los niños, no siempre son positivas las expresiones de valores que manifiestan.
De ahí que la escuela tenga un papel importante en la formación de valores, dado
que es intencionada y sistemática.
Para reflexionar:
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5. ¿Utiliza elementos decorativos como colores que refuerzan la separación
de géneros (rosa-niñas, azul-niños, flores y muñecas para niñas, motivos
de acción para niños)?
6. ¿Permite que los niños tengan más participaciones que las niñas?
Ahora piense:
¿Qué haría diferente para generar condiciones más igualitarias entre
niñas y niños?
La educación escolar debe formar y permitir a las niñas y los niños desenvolverse
como personas dentro de la sociedad, tomando en cuenta los valores que se
fomentan desde el hogar. De ahí la importancia de eliminar tanto de la planeación
de las actividades como de la disposición del aula y en el trato con las y los niños
algunos sesgos de género que persisten y generan un trato desigual en la
trayectoria escolar y formativa, sobre todo hacia las mujeres y que se expresa, entre
otros aspectos en (Martínez, 2012):
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- Tolerancia a la violencia. el personal docente puede mostrar valores, ideas
o prácticas de violencia hacia las y los estudiantes, o bien se puede observar
entre los propios grupos de estudiantes con origen en creencias asociadas
al género. Por ejemplo, es común observar manifestaciones de violencia
psicológica hacia las niñas y mujeres por medio de descalificaciones o acoso,
entre otras.
Por lo anterior, es necesario romper los límites del conocimiento delimitados por los
roles y estereotipos de género con el objetivo de:
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Este cambio debe verse reflejado también en el lenguaje porque a través de él se
interactúa con el mundo, y el habla lo recrea de manera constante. Son las palabras
las que dan vida o presencia, ocultan o invisibilizan, otorgan valor o demeritan a las
personas, los colectivos, las situaciones o las cosas y la forma en que se les conoce.
Por consiguiente, es importante que cuide los mensajes que manda al grupo, tanto
verbales como no verbales, para:
- Evitar reforzar los mandatos de género.
- No descalificar a las niñas o los niños que se comporten de formas no
apegadas a los estereotipos de mujer u hombre impuestos socialmente.
- Otorgar valor a las características, tareas y valores asociadas a lo femenino
y masculino por igual.
- Incluir a las mujeres, es decir, evitar dirigirse al grupo sólo en masculino.
Para reflexionar:
Por ejemplo:
¿Qué nos quiere decir la imagen?
¿Cómo se sentirá la señora de la cerda?
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¿Se dan cuenta cómo todo cambió cuando toda la familia se involucró en
las tareas de la casa?
Conclusiones
● La distinción entre sexo y género es necesaria para reconocer que, si bien
existen diferencias anatómicas y fisiológicas entre mujeres y hombres, son
las cualidades, atributos y tareas asignadas socialmente a lo femenino y
masculino los que determina la forma de ser mujer y hombre en una cultura
determinada.
● Los roles y estereotipos de género son el conjunto de ideas, creencias y
expectativas sobre las características, conductas y responsabilidades de
mujeres y hombres que se construyen sobre la base de un modelo en el que
ellas son ubicadas en el espacio privado (la casa) y ellos en el espacio
público.
● Esta división se refleja en la división sexual del trabajo, que es el eje principal
en el que se articula la desigualdad al condicionar las oportunidades, los
derechos y el poder de unos sobre otras.
● Estas diferencias asignadas a las mujeres y los hombres generan
desigualdad que afecta todos los ámbitos de la vida de las personas,
principalmente de las mujeres. Existe una serie de datos que dan cuenta de
que ellas viven desventajas importantes para desarrollarse plenamente,
acceder y disfrutar sus derechos.
● La perspectiva de género es una herramienta que ayuda a aproximarse para
comprender mejor la vida de mujeres y hombres y las relaciones que
establecen entre ambos en un contexto determinado, así como para
identificar aquellos aspectos que afectan negativamente tanto a las mujeres
como a los hombres aceptar que pueden modificarse y propiciar su
transformación.
● El papel de las comunidades educativas en general y del personal docente
en particular, es fundamental para transformar la desigualdad entre mujeres
y hombres mediante el cambio de los estímulos sociales y ambientales a fin
de que niñas y niños reconozcan que no existe una sola forma de ser mujer
u hombre y que, además, ninguna es más valiosa que otra. Esto puede
parecer sencillo, pero implica cambiar la forma de ver el mundo, cuestionar
la forma como nos comportamos y adoptar la mirada de género, lo que
permitirá planificar las actividades y el espacio escolar de manera que el
género no sea un tema que se aborda por separado, sino que constituya una
26
mirada transversal de todos los contenidos e interacciones que se lleven a
cabo diariamente.
Para profundizar
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- ¿Qué son los roles de género?
https://www.youtube.com/watch?v=0d4y8pfSNiA
- Caro, N. (2003), La leyenda de las ballenas, South Pacific Pictures
- Daldry, S., (2000), Billy Elliot, Universal Pictures.
- Bradbeer, H., (2020), Enola Holmes, Legendary Pictures, PCMA
Productions, Warner Bros. Pictures. Disponible en Netflix.
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de febrero desde:
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44408/4/S1801209_es.
pdf
29