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Plan Nacional de Formación Profesional y Desarrollo de capacidades de
los RRHH en Salud 2018-2021.
En las últimas décadas se ha observado un incremento sostenido en el número de facultades y escuelas formadoras de profesionales de la salud. Para 1996 existían en el ámbito nacional 32 facultades y escuelas de enfermería, 23 facultades de medicina, 22 facultades de obstetricia y 11 facultades de odontología. Se ha observado también que ha existido un incremento de 26% en el volumen promedio de estudiantes en las profesiones en salud entre 1985 y 1993. Así, el número de alumnos de obstetricia se incrementó en 31%, el de odontología en 67%, el de enfermería en 20% y el de medicina en 13%. Es obvio que, con la creación de nuevas facultades y escuelas profesionales en salud, que en su gran mayoría son de naturaleza privada, el número de profesionales recientemente egresados seguirá en aumento. Entonces, existirán dificultades para incorporar al mercado laboral a todos los profesionales recientemente formados por razones presupuestales y por medidas de austeridad.
En un estudio muestral determinaron un 7,6% de médicos desempleados. Sin
embargo, las posibles brechas existentes en la actualidad, deben ser debidamente confirmadas determinando y comparando el número anual de los profesionales egresados, los titulados, los colegiados y los que laboran en el sector. En 1992 existían 16 433 médicos laborando en el Sector Salud (3), y 24 708 médicos en 1996, observándose un incremento de 50,3%. Sin embargo, hay que tener cuidado con estos totales puesto que ambos censos pudieron haber registrado a un profesional médico más de una vez, al poder contar algunos de ellos con más de un empleo (pluriempleo). En un estudio hecho en 1988, Brito, reportaron que el 58,8% de los médicos tenían entre dos y tres empleos. Los profesionales médicos ocuparon el 18% del total de puestos laborales en el ámbito sectorial en 1996 constituyendo la segunda fuerza laboral para ese año. Sin embargo, en ese mismo ámbito, se ha observado que persisten aún las desigualdades en sus tasas de distribución. Si en 1964 existían 14 médicos para diez mil habitantes y en Huancavelica había 3 médicos para cien mil habitantes, en 1996 Lima contaba con 18 médicos por diez mil habitantes y Huancavelica tenía 2 médicos por diez mil habitantes. En ese mismo año, 19 departamentos todavía tenían tasas de distribución de médicos inferiores al promedio nacional. Múltiples factores explican este fenómeno, como las dificultades que tienen los profesionales para laborar en departamentos con poblaciones rurales y dispersas, cuyos habitantes poseen diferentes patrones culturales e incluso distintos idiomas. Otro posible factor sería el tipo de formación que los mencionados profesionales han recibido. Si han tenido un enfoque hospitalario y meramente biologista, entonces será muy difícil laborar en medios donde el modelo de atención es distinto al nosocomial.
Capacitación del Personal de la Salud
La capacitación que recibe el personal de salud, se planifica de acuerdo a lo establecido por la Autoridad Nacional del Servicio Civil – Servir, a través de los Planes de Desarrollo de las Personas al Servicio del Estado PDP (Servir, 2016). Las instituciones de salud elaboran el PDP en base a un diagnóstico de necesidades de capacitación e incluyen a los trabajadores de acuerdo a la norma establecida por Servir. Se financia con recursos de la entidad. Finalmente, se puede indicar que el escenario de la formación profesional y desarrollo de capacidades de los Rhus presenta peculiaridades propias de formas tradicionales de formación e inducción de los trabajadores al trabajo en salud, desde antes que adquieran el vínculo laboral con las instituciones. El país cuenta con normatividad que establece pautas para capacitación, las mismas que constituyen un reto para los gestores de la capacitación del nivel nacional, regional y local. El desarrollo del campo de la formación profesional, tanto técnico como universitario es vasto y disperso, tan amplio los procesos productivos que se desarrollan en el campo de la salud. Problemas identificados Los problemas identificados han sido ordenados en dos ejes: (i) Formación Profesional y (ii) Desarrollo de Capacidades. En ambos se ha considerado los procesos de la gestión: Planificación, Organización, Conducción, Ejecución y Control. Para la identificación de problemas se ha utilizado la herramienta Árbol de Problemas y para la formulación de las líneas estratégicas, el Árbol de Objetivos. Eje de Formación PROFESIONAL Planificación a. Los Perfiles de Puesto del personal de la salud en los diferentes niveles de atención aún no se encuentran definidos por el ente rector del sector salud, lo que limita que las instituciones formadoras identifiquen aquellos perfiles de Rhus requeridos por el SNS. b. Los perfiles profesionales de las carreras de las ciencias de la SALUD establecidos por las instituciones formadoras no siempre responden a la situación de la salud en las regiones. c. Existe una baja cobertura de formación de profesionales de la salud de zonas alejadas, en las universidades de cada región; lo que no contribuye a contar, en los servicios de salud, con recursos humanos con motivación por afinidad cultural y conocimiento del territorio. Organización a. Existe desarticulación docente-asistencial para la definición de planes curriculares, metodologías, escenarios de formación, y otros aspectos de la implementación de los programas de formación del pregrado y postgrado, que se realizan en el campo del trabajo en SALUD. b. Se aprecia saturación y sobrevaloración del campo Clínico Hospitalario (niveles II y III) y limitado desarrollo de criterios para la distribución de la demanda formativa en las sedes docentes de los diferentes niveles de atención del Sistema Nacional de SALUD. c. Un escaso y desactualizado marco normativo para regular el acceso y distribución de las instituciones formadoras a los establecimientos de SALUD (distribución geo-socio-sanitaria, convenios, Internado, acreditación de sedes docentes, entre otros). Conducción a. Limitadas rectoría y regulación para conducir el proceso de articulación docente asistencial, a través de propuestas consensuadas de contenidos, metodologías, escenarios de formación, y otros aspectos de la implementación de los programas de formación del pregrado y postgrado a nivel nacional y regional. b. Una débil conducción de la formación especializada en Ciencias de la Salud para responder a los objetivos sanitarios, asociada a un deficiente y desactualizado marco normativo para la regulación de los espacios de articulación docente asistencial y criterios de calificación de sedes docentes. Ejecución a. El desarrollo de la formación de especialistas en salud no incorpora criterios de necesidades de salud regional y local, formando Especialistas que no responden a las demandas del campo laboral. b. Las actividades formativas son ejecutadas utilizando una pedagogía centrada en el docente, privilegiando únicamente la trasmisión, utilizando metodología y técnicas didácticas que no favorecen la reflexión crítica ni incorporan medios tecnológicos para la atención de SALUD. c. Los programas formativos en salud se realizan en campos clínicos Hospitalarios más no en campos de gestión, y sociosanitarios del Primer Nivel de Atención, lo que produce deficiencias en el desempeño laboral en éstos ámbitos. Control a. Escasos instrumentos de monitoreo y supervisión de los procesos de formación de pregrado y posgrado de los Rhus. b. Insuficiente información y bases de datos sobre los procesos de articulación educación-salud del pregrado y posgrado. Eje de Desarrollo de Capacidades Planificación a. Los Perfiles de Puesto de los trabajadores de salud, no se encuentran definidos ni oficializados, lo que impide que los gestores de la capacitación identifiquen las brechas de capacidades y planifiquen las acciones educativas en función a ello. b. La planificación del desarrollo de capacidades de los Rhus no está articulada a los objetivos estratégicos del sector y no son concordadas con los actores sociales e instituciones involucradas. Esta situación impide contar con una visión consensuada de las capacidades a desarrollar en el personal de la salud. c. El diseño de los programas educativos no se realiza a partir de la identificación de necesidades de capacitación ni incorpora a todos los actores sociales vinculados al tema. Por tanto, no se garantizan resultados de la inversión en capacitación. Organización a. Un insuficiente número de instituciones y tutores formados y certificados a nivel nacional, regional y local, que permitan la implementación de actividades de desarrollo de capacidades. b. Escasas Ipress constituidas como Centros de Desarrollo de Capacidades, calificados que no favorece que las acciones de desarrollo de capacidades a nivel regional y local se realicen en ambientes adecuados para ello. c. Limitaciones logísticas y presupuestales para el desarrollo de actividades de desarrollo de capacidades de los profesionales de las ciencias de la SALUD. Conducción a. Débil liderazgo y empoderamiento para la conducción de las actividades de desarrollo de capacidades a nivel regional y local. b. Insuficiente marco normativo e instrumental para implementar los procesos de desarrollo de capacidades de los Rhus. c. Escasa Integración de las actividades de desarrollo de capacidades de los Rhus, a planes de carrera con enfoque meritocrático. Ejecución a. Actividades de desarrollo de capacidades ejecutadas con pedagogía centrada en el docente, privilegiando solo la trasmisión, utilizando técnicas didácticas centradas en el docente que no facilita el análisis crítico de los participantes. b. Actividades de desarrollo de capacidades ejecutadas de forma fragmentada, compitiendo en algunos casos por la logística correspondiente. Esta situación genera gasto de recursos sin el logro de los resultados conjuntos en el Sistema Nacional de SALUD. Control a. Escasas acciones de monitoreo, evaluación y supervisión de las actividades de desarrollo de capacidades unido a una escasa disponibilidad de instrumentos y herramientas. b. Escasa información sobre los procesos de desarrollo de capacidades de los rhus de manera integrada que ayude a la toma de decisiones.