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EMPATIA

En nuestra forma de relacionarnos e interactuar hay un aspecto que va más allá de las


palabras; hablamos de la realidad emocional de cada uno, esa que se expresa con gestos,
con un tono de voz particular, con determinadas posturas, miradas, expresiones. Descifrar
todo ese lenguaje, ponernos en el lugar del otro y descubrir aquello por lo que está pasando
es la empatía; esa capacidad nos permite no solo obtener información sobre aquellos que
tenemos en frente, sino que, además, nos ayuda a establecer vínculos más fuertes, lazos
sociales y afectivos más profundos. Además, reconocer las emociones y los sentimientos de
los demás es el primer paso para comprender e identificarnos con las personas que los
expresan. Las personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y
competencias relacionadas con la inteligencia emocional.
¿Reconoces los sentimientos de las demás personas? ¿Comprendes por qué los demás se
sienten así? Esta es la habilidad de ‘sentir con los demás’, de experimentar las emociones
de los otros como si fuesen propias.
Cuando desarrollamos la empatía, la cuarta de las habilidades prácticas de la Inteligencia
Emocional las emociones de los demás las percibimos en nosotros. Sentimos cuáles son los
sentimientos del otro, como son de fuertes y qué cosas los provocan. Esto es difícil para
algunas personas, pero en cambio, para otras, es tan sencillo que pueden sentir los
sentimientos como si fuesen los suyos propios.
La empatía involucra nuestras propias emociones, y por eso entendemos los sentimientos
de los demás, porque los sentimos en nuestros corazones además de comprenderlos con
nuestras mentes. Pero, además, y fundamentalmente, la empatía incluye la comprensión de
las perspectivas, pensamientos, deseos y creencias ajenos.
Ser una persona altamente empática puede tener sus desventajas. Es muy consciente de
todo un complejo universo de información emocional, a veces dolorosa e intolerable, que otros
no perciben.
Las personas que tienen empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales
que indican lo que otros necesitan o quieren. Esto los hace mejores en profesiones en la
enseñanza, las ventas y la administración, así como grandes líderes y por ello es una
habilidad sumamente importante en los emprendedores.
Empatía en el emprendimiento
Un emprendedor se caracteriza por tener ideas grandiosas para generar ingresos y cambiar
el mundo con innovación, nuevas experiencias y productos. Hoy por hoy la tecnología
potencia estas posibilidades haciéndonos expandir nuestros negocios. Sin embargo, el factor
clave de todo esto se centra en diseñar soluciones o productos tomando en cuenta las
necesidades del cliente.
Clientes que, como tú, tienen problemas, sentimientos, carencias, obligaciones, tareas, familia,
ideas, objetivos y retos. Tu trabajo será caminar en sus zapatos para sentir lo mismo que
acabo de mencionar, ¿suena complicado? Pues, no lo es. Es más sencillo de lo que
piensas y por eso comparto contigo 3 consejos útiles para desarrollar tu capacidad de tener
empatía en el emprendimiento.
1. Tu manera de ver las cosas no necesariamente es la misma del cliente: comienza
mentalizándote que solo tú vives tu vida, y eso no quiere decir que el resto del mundo
tenga tus experiencias. Luego enfócate en algún problema que puedas resolver para
los demás, no para ti. Eventualmente conseguirás generar una cadena de valor y,
sobre todo, ingresos para tu empresa.
2. Vive su contexto (literalmente): una manera muy efectiva de caminar en los zapatos
del cliente es haciendo una inmersión completa en su rutina. Por ejemplo, si quieres
hacer algún tipo de alimento o bebida para el desayuno, pasa al menos una semana
compartiendo con familias diferentes y evalúa cómo se comportan, quién toma las
decisiones, su estilo alimenticio, horarios, actitudes de cada miembro y cualquier otro
indicador que necesites tomar en cuenta.
3. Siente lo que siente tu cliente: una buena práctica al momento de diseñar un
producto o emprendimiento es relacionar sentimientos o emociones a tus propuestas.
No ofertes un producto, ofrece una experiencia. Por ejemplo, en lugar de vender una
almohada, vende lo gratificante de dormir cómodo y descansar bien para el siguiente
día.
Entre tantos de los beneficios de desarrollar la empatía para el emprendimiento, el principal es
la capacidad de involucrarte con tu mercado y validar la deseabilidad de tus propias ideas,
encontrar distintos puntos de vista de su fuente primaria; es decir los potenciales clientes,
crecer personalmente, idear soluciones, crear vínculos emocionales o de confianza mucho
más rápido, ahorrar tiempo, invertir dinero con menos riesgo y convertirte en un crack del
emprendimiento en tu sector.

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