Cantar de Los Cantares
Cantar de Los Cantares
Cantar de Los Cantares
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zapatos espirituales, porque nos encontramos pisando un terreno santo. El Cantar de
los Cantares es como una flor fr ágil, que requiere que se la trate con sumo cuidado.
Se han encontrado cuatro diferentes e importantes significados en este libro:
En primer lugar, el Cantar de los Cantares expone la gloria del amor conyugal. Aquí se
declara el carácter sagrado de la relación matrimonial, y que el matrimonio es una
institución establecida por Dios. Este pequeño libro nos muestra como es el verdadero
amor. Los judíos enseñaron que esta obra revela el corazón de un marido satisfecho y
de una esposa fiel.
Hay muchos que opinan que es bueno que las personas ejerciten una libertad sexual
total. Un joven que por algún tiempo vivió practicando lo que suele llamarse el amor
libre, nos dijo, que finalmente se dio cuenta de que semejante clase de vida equivalía
a la vida de un animal. Llego a decir lo siguiente: "Por años he vivido como un animal.
Si ustedes quieren saber la verdad, no creo que el sexo signifique otra cosa para mi
grupo de amigos que lo que significa para un animal". Muchos jóvenes hoy orientan su
vida en esa dirección. Su estilo de vida se caracteriza por la libre expresión sexual.
Pero a veces tenemos la impresión de que ellos realmente saben muy poco del tema.
Todo lo que conocen sobre el sexo, es lo que conoce un animal. Hay algo que no
funciona en este asunto, y existe un tremendo vacío en sus vidas.
En segundo lugar, este breve libro expone el amor del Señor por Israel. Este no es un
nuevo pensamiento que se encuentra solo en este libro. Los profetas hablaron de
Israel como la esposa del Señor; el profeta Oseas desarrolló este tema, y comparó la
idolatría en Israel con una ruptura del amor conyugal y fue el mayor pecado del
mundo.
Los escribas y los maestros de Israel siempre han presentado estas dos
interpretaciones de este libro, y ellas han sido aceptadas por la iglesia. Sin embargo,
actualmente se aceptan también lo que a continuación exponemos.
En tercer lugar, el Cantar de los Cantares es visto como una figura de Cristo y la
iglesia. La iglesia es la novia de Cristo. Esta es la figura familiar que aparece en el
Nuevo Testamento (como vemos en Efesios 5 y Apocalipsis 21). Sin embargo, en este
libro Dios usa la figura del afecto humano para comunicar a nuestra mente torpe,
embotada, a nuestros corazones sin vida, a nuestros distorsionados afectos, y a
nuestras voluntades enfermas, Su gran amor. Él utiliza lo mejor del amor humano para
despertarnos y para que seamos conscientes del gran amor que Él siente por
nosotros. Este libro puede conducirle hacia una relación hermosa con el Señor Jesús
que probablemente no haya conocido antes. Estimado oyente, lo que necesitamos hoy
es un conocimiento de la Palabra de Dios y una relación personal con Jesucristo. Nos
tememos que muy pocos de nosotros están pasando hoy por esta experiencia.
En cuarto lugar, este libro describe la comunión de Cristo y el creyente individual.
Representa el amor de Cristo por el individuo y la comunión del alma con Cristo.
Muchos santos creyentes de Dios lo han experimentado a través de los años. El
apóstol Pablo pudo decir en Gálatas 2:20, hablando de Cristo, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí. También tenemos el ejemplo que nos dejó Samuel
Rutherford. Este hombre podía pasarse toda la noche arrodillado en oración, aunque
la noche fuese fría. Su esposa, al darse cuenta de que él no estaba durmiendo en su
cama durante la noche, se levantaba y lo encontraba orando, entonces tomaba un
gran abrigo y lo ponía sobre sus hombros para protegerlo del frío. Él ni siquiera se
daba cuenta. También muchos otros grandes hombres llegaron a experimentar una
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relación real y verdadera, una relación personal con Cristo. Y esta, más que una
experiencia espiritual más, es una relación personal con Jesucristo, que permite
comprobar lo maravilloso y glorioso que Él es. Necesitamos llegar a ese punto en el
cual verdaderamente se pueda decir de nosotros que "le amamos porque él nos amó
primero". (1 Juan 4:19) Así que, abrir este libro pequeño en extensión, es como
romper ese frasco de alabastro que María llevaba lleno de perfume, y confiamos en
que su fragancia llenará nuestras vidas y llegará a otras vidas que también la
necesitan.
Hoy las personas están siendo engañadas en el sentido en que piensan que vivir la
vida cristiana consiste en seguir las instrucciones. Así como cuando uno quiere armar
uno de esos juguetes baratos que vienen acompañados con las instrucciones para
montarlos. Usted toma la parte que se indica con una letra o un número y la tiene que
encajar con otras debidamente identificadas. Pues bien, hay muchas personas que
piensan que la vida cristiana es así; que si usted puede lograr una pequeña mezcla de
psicología, un poco de sentido común, un poco del arte de vender y todo ello mezclado
con unos cuantos versículos de la Biblia que cubran como una capa de azúcar toda
esta mezcla, entonces usted tiene una fórmula exitosa para vivir la vida Cristiana.
Este breve libro es una obra personal para el creyente persona que tiene una relación
intima con el Señor Jesucristo. Teniendo en cuenta que el Cantar de los Cantares es
una serie de escenas en un drama que no fue relatado siguiendo una secuencia
cronológica, no intentaremos bosquejar el libro.
Encontraremos en esta obra el uso de la antífona; es decir, que un personaje habla y
el otro responde. Y tenemos varios personajes, la joven novia, (que es la Sulamita), las
hijas de Jerusalén, el novio y la familia de la Sulamita. En la familia hay un padre (que
está muerto), la madre, las dos hijas, y dos o más hijos.
El escenario del drama está en el palacio de Jerusalén y algunas de las escenas son
retrospectivas de un tiempo anterior. Esta obra nos recuerda los dramas griegos en los
cuales el coro se dirige a los protagonistas. Las hijas de Jerusalén marcan el tiempo
de la historia. Estos diálogos fueron evidentemente escritos para ser cantados. Varias
escenas de amor fueron introducidas en Jerusalén, que encuentran su equivalente en
la iglesia.
La joven Sulamita dijo en 1:6: No reparéis en mí que soy morena, pues el sol me miró.
Los hijos de mi madre se enojaron contra mí; me pusieron a cuidar las viñas, más mi
viña, que era mía, no guardé. La hija mayor de esta familia Sulamita pobre, fue una
especie de Cenicienta que fue obligada a cuidar la viña. Su piel estaba bronceada por
el sol de trabajar fuera, en la viña. Aparentemente, esta familia vivía en la región
montañosa de Efraín, y eran agricultores arrendatarios. Deducimos esa figura de un
versículo en el último capítulo, 8:11, que dice: Salomón tuvo una viña en Baal-Amón, y
la encomendó a unos guardas, y cada uno le llevaba por su fruto mil monedas de
plata.
Este fue el escenario donde tuvo lugar la primera escena. La joven era morena y se
sentía deshonrada. En aquellos días la tez morena significaba que una joven trabajaba
duramente. Las mujeres de la corte querían mantener su piel tan blanca como
pudieran. Hoy ocurre todo lo contrario, Hoy tanto hombres como mujeres tratan de
mantener su piel bronceada porque se considera que hace a una persona más
atractiva.
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Y no solo tenía aquella joven la tez bronceada de trabajar en la viña, sino que también
dijo que era incapaz de mantener su propia viña. Aparentemente era una joven de una
belleza natural, pero que no había podido realzar su belleza o acicalarse.
Era una joven que trabajaba a la intemperie. Parece que sus hermanos también la
hacían vigilar a las ovejas. Dice 1:8, Si no lo sabes, hermosa entre las mujeres, sigue
las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.
Así que trabajaba en las viñas, y también tenía que reunir y conducir el rebaño.
El lugar en que ella trabajaba estaba situado a lo largo de una ruta de caravanas que
pasaba por esa zona montañosa. Quizás algunos de nuestros oyentes han viajado por
esa región y saben cuan accidentada y escarbada es. En la actualidad un autocar
turístico recorre esa zona permitiendo a los turistas recorrer esa parte del país, y
suelen verse a jóvenes árabes trabajando en los campos. Esta es la situación
aproximada en que podemos imaginarnos a la joven Sulamita.
Cuando en medio de su trabajo elevaba su mirada, vería las caravanas que pasaban
en su recorrido entre Jerusalén y Damasco. En 3:6 podemos ver la reacción de la
joven cuando dijo; ¿Qué es eso que sube del desierto cual columna de humo,
perfumado de mirra e incienso, y de todo polvo aromático? Seguramente podía ver las
caravanas de los comerciantes y también a aquellas que transportaban a las
hermosas mujeres de la corte. Ellas eran las que no tenían la piel bronceada. Iban
protegidas por un toldo o dosel, siempre que viajaban en camellos o elefantes. La
joven Sunamita vería también las maravillosas joyas y sus vestidos de seda. Ella
nunca había tenido nada semejante y podemos imaginar fácilmente que soñaría con
tenerlo algún día.
Seguramente, a medida que las caravanas iban pasando, la joven Sunamita también
podía percibir el aroma agradable del incienso y la mirra. En este punto podemos ver
que está comparación constituye una hermosa figura del Señor Jesucristo, tanto en su
nacimiento como en su muerte. A Él le trajeron mirra como un regalo, cuando nació, y
cuando murió, le trajeron mirra para colocarla sobre su cuerpo.