Resumen de Discurso Del Método de Descartes

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

Resumen de Discurso del método de Descartes

El Discurso del método consta de un breve prefacio y seis partes. La primera parte se


ocupa de la ciencia de su tiempo, en esta primera parte Descartes constata la decepción
que le causaron, en general, sus estudios en el colegio de los jesuitas, a excepción de las
enseñanzas matemáticas.

Para Descartes, ninguna de las materias que se estudiaban en su tiempo se interesaba en


la búsqueda de la verdad. O eran un pasatiempo placentero, como la literatura o la
retórica, o bien tenían un fin práctico, como las disciplinas técnicas. Y las diversas
filosofías, contradiciéndose unas a otras, mostraban no haber llegado a su objetivo. Sólo
las matemáticas, gracias al rigor de su método, presentaban absoluta certeza.

Las matemáticas, sin embargo, no se aplicaban a la investigación de lo real. Y esta


consideración es la que determina su proyecto filosófico, que no es otro que evitar las
especulaciones sin sentido y los razonamientos sin fundamento; en lugar de ello, es
preciso encauzar la razón por los deseados caminos del rigor y del buen hacer
metodológicos que caracterizan a las matemáticas, disciplina a la que el propio Descartes
realizó aportaciones decisivas. De este modo esta primera parte es a un tiempo una
autobiografía intelectual y una revisión, con conclusiones deprimentes, de la ciencia de su
tiempo.

La segunda parte quiere poner remedio a esta situación de las ciencias proporcionándoles
una metodología, un fundamento firme, unos cimientos indiscutibles para cualquier mente
racional. Su método será la duda, pero su objetivo será muy diferente del de la duda
escéptica. Si el escéptico duda para permanecer en la duda, Descartes dudará (o fingirá
dudar) para alcanzar justamente lo contrario: la certeza, la ausencia de posible error, el
fundamento seguro. Es esta duda metódica radical la que le llevará al establecimiento de
un nuevo método simple y claro.

La primera de las cuatro reglas de su método está en íntima relación con esa "duda
metódica": no admitir como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo es,
evitando la precipitación; es preciso partir de principios racionalmente evidentes, es decir,
claros y perfectamente inteligibles.

Las tres reglas siguientes formulan el cauteloso procedimiento que lleva al conocimiento
cierto: dividir los problemas en sus elementos primarios, los cuales se revelarán como
verdaderos o falsos (análisis); reunir y organizar ordenadamente los conocimientos
elementales así obtenidos para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el
conocimiento de los compuestos (síntesis); enumerar y revisar todas las verdades
conocidas para estar seguro de no omitir nada y comprobar si se relacionan las unas con
las otras (enumeración y prueba).
La tercera parte del Discurso del método contiene las denominadas máximas de la moral
provisional. Ello no contradice para Descartes la regla de la duda metódica; ocurre
simplemente que, mientras no se alcance la verdad, es necesario establecer normas
provisionales para dirigir nuestros actos. Estas normas incluyen obedecer siempre las leyes
y costumbres del país; permanecer fiel a las opiniones aceptadas como verdaderas,
mientras no se demuestren como falsas, evitando así las incertidumbres en la
investigación; aceptar las verdades halladas y los hechos inevitables, adaptándose a ellos
en lugar de pretender que se adapten a nosotros; y, por fin, aplicar nuestras vidas al
cultivo de nuestra razón y adelantar todo lo posible en el conocimiento de la verdad según
el método expuesto anteriormente.

En la cuarta parte hallamos lo más interesante y conocido del Discurso del método: el


encuentro con la certeza, con la primera afirmación indubitable. La proyección de la duda
sobre la forma en que percibimos el mundo, sobre la fiabilidad de los sentidos (vemos
doblarse una vara al introducirla en el agua), sobre la misma existencia de este mundo
exterior (imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño) e incluso sobre las mismas
verdades racionales (mediante la hipótesis de un genio maligno que deliberadamente nos
engaña) es la que llevará a la primera certeza, a la roca firme sobre la que levantar el
edificio del conocimiento humano.

En la quinta parte, Descartes expone algunas aplicaciones de su método científico a los


estudios físicos. La creación, el universo, está gobernada por leyes mecánicas que
permiten dar cuenta de todos los fenómenos materiales. Descartes concibe el cuerpo
humano como un mecanismo, y desarrolla aquí su explicación mecánica del movimiento
del corazón, así como su concepción de los otros seres vivientes como “animales-
máquina”.

La sexta y última parte nos narra las incidencias en la elaboración de la misma obra,
explicando las razones por las que retrasó tres años su publicación (temor a provocar
escándalo, como Galileo, y a ser turbado con eventuales polémicas) y las razones que le
inducen finalmente a publicarlo: mostrar honestamente el resultado de sus estudios y dar
a otros la posibilidad de continuarlos.

También podría gustarte