Trabajo Gponedoras Avicultura G7
Trabajo Gponedoras Avicultura G7
Trabajo Gponedoras Avicultura G7
1veterinaria digital
La formación del huevo es un proceso de gran complejidad y que está
estrechamente relacionado con la fisiología de los órganos reproductores de la gallina.
La reproducción de las aves y de los mamíferos es muy distinta, tanto si hablamos de su
aparato reproductivo como de su mecanismo regulador neuro-endocrino.
Anatómicamente, observamos que la gallina o las aves en general, se caracterizan por la
ausencia o atrofia del ovario y oviducto derecho y por presentar un oviducto izquierdo
muy alargado. Así pues, a diferencia de los mamíferos, la gallina no forma cuerpo lúteo,
es decir que no existe alternancia o variación de las fases folicular y lútea. Por lo tanto,
la gallina presenta un proceso reproductivo que consta de ovulación, ovoposición e
incubación, mientras que en los mamíferos se produce ovulación, gestación, parto y
lactación.
1 Desarrollo del aparato reproductor de la gallina
2.1 Infundíbulo
Primer segmento del oviducto con una forma
parecida a un embudo invertido y con paredes
finas. Lugar donde la yema o vitelo es
capturada tras la ovulación.
2.2 Magnum
Segmento de mayor longitud y con grandes pliegues. En él se encuentran gran cantidad
de células y glándulas secretoras que formaran la clara o albumen.
2.3 Istmo
Segmento de pequeño diámetro y pliegues menos acentuados. Aquí se formará la
membrana proteica que protege la clara, la membrana testácea interna.
2.4 Útero (shell gland)
Tiene gran diámetro y sus paredes musculares son muy espesas, también posee gran
cantidad de pliegues que van en varias direcciones. En esta zona hay glándulas que
formaran el agregado de calcio, dando lugar a la cáscara.
2.5 Vagina
Une el útero con la cloaca. Tiene una pared interna con pliegues longitudinales y no
presenta glándulas secretoras. En este lugar del oviducto se forma la cutícula, que evita
el paso de microorganismos (Zoot & Aves_, 2015).
Las gallinas empiezan a ovular el primer óvulo de una serie de puesta durante la
fotofase, es decir que la ovulación estará sincronizada con la duración de las horas de
luz. No obstante, el pico preovulatorio de la hormona luteinizante ocurre cada 24 horas
en la ectofase o fase de oscuridad. Este pequeño pico, inducirá un feedback positivo con
la LHRH y la progesterona. Así pues, se producirá ovulación cuando exista un óvulo
maduro y con gran producción de progesterona que estimula la secreción de más LH.
El período entre dos ovoposiciones sucesivas es aproximadamente de 25 horas,
pero la puesta de cada huevo se hace un poco más tarde que la del día anterior hasta el
final de la serie de puesta. Esto es debido, al desfase que existe entre la secreción de LH
producida en el eje hipotalámico-pituitario durante la extinción de la luz y ritmo
endógeno de maduración del oocito. Es decir, si la ovulación no se produce un día no se
producirá una puesta de huevo al día siguiente lo que implicará el final de una serie de
puesta (Mattiello et al., 2017).
Después de esta pausa, en el ovario volverá a existir un folículo capaz de
responder al estímulo del pico de LH que se producirá en la siguiente ectofase, con lo
que se iniciará de nuevo una serie de puesta. La ovulación también se puede sincronizar
con otros ritmos circadianos cuando se pierde la alternancia luz-oscuridad como son: el
ciclo de la temperatura, el ritmo de alimentación o la concentración plasmática de calcio
iónico. Es decir, por ejemplo, se necesita un nivel mínimo de calcio iónico en sangre
para que la progesterona produzca un feedback positivo con la LHRH y aumente la LH
preovulatoria (Gonzales, 2015).
El efecto de la luz no sólo depende de la duración o fotoperiodo, sino que
también está determinado por su intensidad y color. La intensidad de luz puede oscilar
en 5 y 10 lux, intensidad baja pero suficiente para que una gallina la capte. Si la
intensidad de luz fuera más alta, posiblemente causaría un aumento en el picaje de las
gallinas. En cuanto al color de la luz, las gallinas son más sensibles a coloraciones en
longitudes de onda entre el rojo y el amarillo, mientras que son menos sensibles a la
longitud de onda azul (Barh, 1992).
La ovulación suele producir entre 15 y 75 minutos después de la anterior puesta
de huevo, pero conforme avanza la edad de las gallinas se reduce el número de
ovulaciones, por una disminución de hormonas esteroides y gonadotropinas de la
gallina. Este hecho produce, una reducción en la producción de huevos pero un aumento
en su tamaño y el porcentaje de roturas de cáscara también aumenta (Khokhlov, 2008b).