Apelacion Ilegalidad Agente Revelador
Apelacion Ilegalidad Agente Revelador
Apelacion Ilegalidad Agente Revelador
S. J. DE GARANTÍA
Leonel Ibacache Veliz, Fiscal Adjunto de Copiapó, domiciliado en calle O’Higgins 831,
Copiapó, en causa RUC N° 1900149674-6, a S.S. respetuosamente digo:
Que estando dentro del plazo legal y atendido lo dispuesto en el artículos 132 bis, 366
y 370 letra b) del Código Procesal Penal, vengo en interponer recurso de apelación en contra
de la resolución dictada en audiencia de control de la detención, por el Tribunal de Garantía
de Copiapó, con fecha 08 de febrero de 2019, la cual decretó ilegal la detención de don Victor
Alfonso Varela Tirado, hecho que solo puede remediarse mediante la revocación de la
sentencia recurrida, para que en definitiva se conceda el recurso y se eleven los antecedentes
ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Copiapó con la finalidad que enmiende conforme a
derecho la resolución dictada por el Juzgado de Garantía, decretando que la detención del
imputado ha sido legalmente realizada.
LOS HECHOS.
ILEGALIDAD DE LA DETENCIÓN
Expuestos los hechos, el Tribunal dio la palabra a la Defensor Penal, quien argumento
respecto a los hechos que el agente revelador, que había obtenido la manifestación de la
droga, no está facultado para detener al imputado que había efectuado la venta de drogas, y la
otra infracción que advierte la defensa, es que los agentes policiales actúan infringiendo el art.
83 del CPP, al hacer ingreso al domicilio del imputado, sin contar con autorización del fiscal ni
orden judicial previa, que dicha norma se encuentra en la etapa de investigación y no como
una actuación previa de carácter autónoma.
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La fiscalía solicitó el rechazo de dicha alegación, explicando que en la causa concreta,
existía una orden de investigar previa, además está la constancia de la autorización de técnica
de agente revelador, que luego de la entrega de la droga y recibido el dinero, se procede a la
detención del imputado. Con respecto a lo que señala la defensa del ingreso, existe
constancia de la instrucción previa dada por el Fiscal respecto a la diligencia de entrada y
registro, constando la voluntad del imputado en el acta debida firmada y con un registro de
video, que se puso a disposición, donde manifiesta su voluntad.
Luego el tribunal consulta por la hora de prueba de campo, la Fiscal señala que existen
2 actas de prueba de campo, donde aparecen las fechas, pero no aparece la hora, para luego
señalar “suficiente” y resolver decretar la ilegalidad de la detención, “pues existiría dos
horarios, hora de venta y hora de detención, sin perjuicio para proceder a la detención, tiene
que estar justificado que lo que se haya entregado haya sido droga y esto se produce luego
de hacerse la prueba de campo narcotest, y ocurre que tenemos un registro que indica la
coloración positiva para marihuana, pero sin embargo no consta la hora y este dato resulta
esencial, pues según los deberes de registro del CPP, deben contar los registros no solo de
día, sino también de hora y minutos, y sabemos que la prueba de campo demora unos
minutos, por tanto parece bastante discutible, que en tan solo 2 minutos hayan realizado dicha
prueba de campo, por lo tanto existen antecedentes que vician de ilegalidad la detención,
concluyendo que no se han cumplido los estándares de legalidad que contempla el legislador”.
La detención efectuada al imputado, se ajusta a derecho, el Artículo 130 del Código procesal
penal señala que “Se entenderá que se encuentra en situación de flagrancia:
a) El que actualmente se encontrare cometiendo el delito;
b) El que acabare de cometerlo;”
Efectivamente, existe en el acta de prueba de campo, una designación del día y quien
efectúa la muestra, mas no el horario del mismo, y ello no porque no se haya llenado el vacío
signado en el acta para dicho item, sino precisamente por no existir en el acta, el ítem “hora”.
Entendemos que ello, en el caso particular, no reviste de las características de
gravedad e importancia que el Tribunal otorga, ello, pues en el caso particular existía un signo
evidente de comisión de un delito (entrega de drogas a un agente estatal a cambio de dinero),
sumado a las características de la sustancias, en cuanto a color, forma y olor, hicieron pensar
fundadamente a los funcionarios públicos, que la sustancia vendida por el imputado
efectivamente era marihuana, más aun cuando era la sustancia pactada, procediendo a su
detención en el lugar, para posteriormente y previa instrucción del Fiscal de drogas, solicitar
autorización para entrada y registro al inmueble de imputado, lugar desde donde se incautó
más marihuana y una balanza digital.
Noveno: Que, por otra parte, no hay que perder de vista que la propia redacción de la
disposición en comento –artículo 206 del Código Procesal Penal– señala que los signos
evidentes de la comisión de un delito en el interior de un recinto cerrado han de ser de la
gravedad o entidad equivalente a las “llamadas de auxilio de personas que se encontraren en
su interior”, construcción que demanda un trabajo interpretativo de tales prescripciones y el
ajuste de ellas a las particularidades de cada caso. Así a las “llamadas de auxilio” que formula
el legislador en la norma que se revisa, debe ser asimilada a otras situaciones de entidad
similar que pueden presentarse bajo las modalidades particulares que demanda la forma de
comisión de alguno de los otros delitos que el ordenamiento penal proscribe.
Por ello, resulta apropiada la reconducción de la referida fórmula –propia de un delito que
afecta a la vida, seguridad, integridad u otros aspectos personalísimos susceptibles de
protección penal– a un caso como el que se revisa en que los funcionarios policiales
apreciaron a través de sus sentidos un conjunto de hechos constitutivos de indicios de un
delito contra la salud pública, tales como a) transferencia desde el interior de un inmueble, por
entremedio de la reja, hacia el exterior; b) dos sujetos que aparecen como receptores de las
especies transferidas, situados en la vereda, en frente del referido inmueble; c) control a
estas personas, encontrándose en poder de cada uno de ellos una bolsa con sustancia
blanca cristalina, que por su textura y color se determinó que era una sustancia
prohibida. La verificación de aquellas evidencias los lleva a la entrada y registro del domicilio
donde el ilícito flagrante se habría realizado, todo ello dentro del contexto temporal que admite
el artículo 130 del Código Procesal Penal”. En este caso particular, la prueba de campo se
efectuó en la unidad policial, y aun así se declaró ajustada a dicho la entrada y registro
efectuada por funcionarios policiales, sin orden judicial previa, por lo cual en el caso concreto
de marras, donde solo se procedió a la detención del imputado, luego de efectuar una venta
de drogas, previamente pactada, se ajusta claramente a derecho.
Estima el Ministerio Público, que SS yerra de dotar a la prueba de campo, como un requisito
insustituible para proceder a la detención en situación de flagrancia, sin el cual, no podría
proceder a la detención. Dicho argumento tendría, como consecuencia que en hipótesis de
registro de equipajes o vestimentas de imputados, previo indicio, por Carabineros de
población, quienes habitualmente no portan consigo los equipos para efectuar pruebas de
campo, no podrían proceder a la detención, cuando tengan a la vista paquetes enguinchados
tipo ladrillos, contenedora de una sustancia verdosa, con olor y forma de Cannabis, y debiesen
dejar en libertad a dichas personas a la espera de que llegue un equipo especializado y
corrobore mediante la prueba de campo de que efectivamente lo portado era droga,
conclusión que aparece a nuestra opinión errónea a la luz de lo expuesto en el art. 130 del
CPP, pues al estándar de detención en flagrancia, debiese bastar con la sindicación del policía
en cuanto olor, color, características de la droga señalada para proceder a la detención; para
medidas cautelares, bastara la con la prueba de campo para acreditar la existencia de la
droga, y como estándar para juicio oral, de por si el más estricto en cuanto a medios de
prueba, los anteriormente señalados no serán suficientes y se necesitara de un protocolo
pericial en los términos del art. 43 de la ley 20.000
POR TANTO
Y en virtud a todos lo antecedentes expuestos es que solicito a US se sirva tener por
interpuesto recurso de apelación en contra de la resolución de fecha 08 de febrero de 2019,
dictada por el Tribunal de Garantía de Copiapó, que determinó que la detención del imputado
Victor Alfonso Varela Tirado habría sido ilegal, elevando los antecedentes con la finalidad de
que la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Copiapó enmiende dicha resolución con arreglo a
derecho y determine que la detención fue legal.