Soltar Día 1

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Taller Soltar

¡Bienvenido!

Quiero darte las gracias por permitirme acompañarte durante estos 3


días, estos PDF serán solo de ejercicios, recuerda que nos apoyaremos
en audios y una clase grabada que detallará todo este hermoso proceso
en el cuál vamos a “Dejar ir”… por ser nuestro primer día, vamos a
observarnos, vernos por dentro, y hacernos conscientes de nuestro
presente, y visualizar ¿Cómo es el futuro que deseamos?, mis acciones
me acercan a quién quiero SER?, puede que hayas elegido este taller
porque te gustaría poder dejar ir alguna persona, alguna ex relación,
alguna conducta, o un proceso de duelo que estés viviendo, sea lo que
sea, voy a entregarte herramientas para poder lograr ese proceso de
“Aceptación plena”, y no me refiero a la resignación, hablo de esa
aceptación que te trae paz, hoy quiero que observes tus emociones,
cómo te hablan el miedo y la culpa, que en el tema de “Soltar” son las
principales emociones que nos estancan y nos impiden avanzar.
Revisemos el día 1
Hagamos el ejercicio de estar por un momento en consciencia plena en el
presente. Toma una respiración profunda y lenta, observa tu entorno y ve
respondiendo:
¿Qué ves? Descríbelo detalladamente.
¿Cuál es la temperatura del lugar?
¿Qué tocan tus manos?, ¿cómo es la textura?
¿Dónde reposan tus pies?, ¿cómo se siente?
¿Qué sientes en tu rostro?
¿Hay algún aroma en el ambiente?
¿Qué escuchas?
¿Qué sientes?

Ahora…
-Observa: ubica con la mirada tres cosas que te sean agradables a la vista.
-Escucha: identifica tres sonidos distintos en el ambiente.
-Siente: tres texturas distintas a tu alcance.
-Pronuncia: di tres palabras que vengan a tu mente.
A medida que vayas poniendo en práctica este ejercicio puedes ir
modificándolo para que se ajuste a ti, no tienes que hacerlo por escrito,
basta con repasar las preguntas en tu mente mientras estés en el bus, la
cola del banco o atascad@ en el tráfico, se trata de tomar un tiempo para
reconocer que estás acá, y qué mejor momento para estar que este
segundo donde puedes compartir y conectar tu presencia con tu esencia.
Una de las trampas favoritas del ego es el tiempo, de allí nacen esas
excusas que nos repetimos hasta que se convierten en acciones con las
que evadimos el presente y la oportunidad de estar en él para
aprovecharlo. Es sólo cuando nos vemos “presionados” por otros factores
que abrimos los ojos y entonces corremos para aprovechar el tiempo
aparentemente perdido. Vivir así es muy similar a ser el hámster que corre
y corre en su ruedita sin llegar a ningún lado.
Antes de empezar vamos a ampliar el panorama y evaluar cuál de estas
áreas es la que requiere mi atención y no me está permitiendo llegar al
lugar que tanto deseo

Es una herramienta que sirve para tener una visión general de nuestra vida
Te enseño cómo hacerla: Agarra lápiz y papel y dibuja un círculo dividido
en 8-12 porciones, una para cada área, (elige las áreas a trabajar: Familia,
trabajo, pareja, salud, etc.) Piensen cuál sería su ideal en ese aspecto de
la vida y cuál es su realidad hoy
En función de eso elijan un puntaje del 1 al 10 y pinta el área.
La idea es usar este gráfico como diagnóstico, determinar metas para
equilibrar las áreas más bajas y sobretodo reconocer ¿Qué área necesita
mayor enfoque?
¿Recuerdas los quiebres que has tenido en los últimos años o en los
últimos meses? En el siguiente cuadro he especificado diferentes áreas de
la vida.
Indica la cantidad de quiebres que recuerdes haber tenido en cada una de
esas áreas, cuida que sean quiebres que te hayan impactado o afectado
de verdad y califica la manera en que los has manejado del 1 al 5 (siendo
5 el mejor puntaje). Por último, describe cómo te sientes actualmente en
cada área.
Nota: Si el área no aplica, coloca N/A y continúa con el trabajo

.
Este ejercicio te permite tener una perspectiva amplia de cómo te
encuentras en las distintas áreas de tu vida, y así comenzar a sentir el
cambio que quisieras vivir, reconociendo que áreas de tu vida no te
permiten avanzar y te están reteniendo.

¿Sabes exactamente qué es aquello que te retiene?


Ten en cuenta que observar vale mil veces más que cualquier acción que
pongas en práctica para sanar, es la base de todo, el colchón sobre el que
vas a trabajar.
Perfecto. Una vez que lo sepas, quiero que lo mires desde afuera, como
si estuvieras en el cine, en una película de lo que ocurre en tu vida.
¿Cómo te sientes tú en esa situación?

¿Sabes cómo has llegado a ella?

¿Por qué no puedes soltarla?

Solo observa, sin juzgar, recuerda que siempre, toda respuesta es la


correcta. porque aunque no sea la que esperas, es la verdad, y solo la
verdad te va a llevar a la desanudar el nudo.
Ahora quiero que introduzcas en este juego el factor miedo, que lo dejes
expresarse. Ten en cuenta que intenta protegerte, no hacerte daño, por lo
que se convierte en tu amigo no en tu enemigo. No quieras deshacerte de
él, solo escúchalo.

¿Qué papel juega en esa situación?

¿De qué quiere protegerte?

¿Qué pasaría si de repente un día, aquello que deseas dejar ir, soltar,
cambiar, modificar, desapareciera para siempre?

¿Cómo sería tu vida, las cosas, y cómo te sentirías?


La próxima vez que sientas ansiedad, mal humor o que estés nerviosa,
pregúntate:
¿Qué estoy REALMENTE sintiendo?

¿Qué está pasando en mi vida en estos momentos que puede estar


afectando este sentimiento?

Luego, reconoce el sentimiento y obsérvalo en tu cuerpo. Imagínate que


esa emoción tiene una forma física adentro de tu cuerpo.

¿Cómo es?

¿Qué color tiene?

¿Cómo se siente?

¿Dónde está ubicada esa emoción en mi cuerpo físico?

Luego, siéntate con esa emoción por un rato. Si te dan ganas de llorar,
permítete soltar las lágrimas. Si te dan ganas de gritar o de saltar, hazlo
también.
Nuestro Miedo Más Profundo

Nuestro miedo más profundo no es no ser capaces.


Nuestro miedo más profundo es que somos enormemente
poderosas.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos, ¿Quién soy yo para ser brillante, atractiva,
talentosa, fabulosa?
De hecho, ¿Quién NO eres para no serlo? Eres un hijo de Dios.
El disminuirse no le sirve al mundo.
No hay nada de sabiduría en encogerse para que otros no se
sientan inseguros cerca tuyo.
Estamos predestinados a brillar, como los niños lo hacen.
Nacimos para manifestar la gloria de Dios que está dentro de
nosotros.
No está solo en algunos de nosotras, está en cada una.
Y cuando dejamos que nuestra luz brille, inconscientemente
permitimos que otros hagan lo mismo.
Al liberarnos de nuestros propios miedos, nuestra presencia
automáticamente libera a otros.
- Marianne Williamson
Estás dejando jugar al miedo, él también quiere participar, y si no lo
dejas, intentará colarse como pueda. Así que continuamos con un
ejercicio.

1) Para relajarte cierra los ojos, toma tres respiraciones profundas


“mirándote por dentro”, llevando toda tu atención a tu cuerpo, luego si
quieres puedes abrir los ojos, com te sea más fácil.
2) Decide sentarte cara a cara con el miedo, mira como lo tienes frente
tuyo e inicia una conversación amigable con él.

¿Qué aspecto tiene?

¿Cómo es?

¿Qué te dice?

¿De qué quiere protegerte?

Simplemente quiero que lo escuches. Déjalo expresarse, no lo juzgues, no


lo calles.

3) Dale las gracias por estar ahí y por mantenerte viva.

¿Qué te responde?

Ahora dile que su ayuda es vital, muy útil, y que puede quedarse si así lo
considera necesario, pero que tu vas a intentar algo nuevo para cambiar
esa situación que deseas cambiar.
4) Entonces cuéntale lo que vas a hacer. Cuál va a ser tu primer paso para
hacer ese pequeño cambio que con el tiempo te llevará a uno más grande.
Qué cosa nueva a a introducir en tu vida, o qué modificación llevarás a
cabo, qué dejaras de hacer o qué harás de nuevo. Debe ser un cambio
pequeño con respecto a la situación general, pero lo suficientemente
grande para hacerlo aún con miedo, que el miedo siga contigo, y con el
tiempo lo hará como compañero y no como una barrera.

¿Cómo te sientes haciendo ese cambio hoy?

Al final del día, ¿qué te dice el miedo de ese pasito que has dado?

¿Sigue hablándote?

¿Tiene el mismo aspecto que antes? ¿la misma voz?

Te dejo con esta tarea para que el día de hoy la trabajes. Es simple pero
lo suficientemente profunda como para tomar conciencia de dónde
estás, de cómo te puedes llegar a sentir y de qué manera eres capaz
de vivir si empiezas a observar y abrazar tus emociones, sin rechazarlas,
con conciencia plena.
La culpa es una emoción que nos paraliza. Es una voz que te juzga y te
critica. Normalmente aparece cuando realizamos alguna conducta que no
nos gustó o tomamos alguna decisión cuyos resultados no nos hacen
sentir del todo orgulloso. Suele estar relacionada a acciones que tienen
algún impacto en los demás pero también es común que aparezca en
conductas que nos impactan a nosotros mismos.
El problema con la culpa es que la mayoría de veces la orientamos a
nosotros como personas más que a la conducta en sí y además el foco
suele ser el pasado, darnos con palo por algo que ya está hecho mas no
ver como no repetirlo en el futuro.
Muchas veces cuando cometemos un error, la situación en sí ya nos hace
sentir mal pero agregarle culpa termina haciendo todo mucho peor, el
malestar se puede volver mucho más intenso.
El resultado de la culpa es sentir mucho malestar emocional y no
necesariamente crear estrategias de cambio ya que la verdad es difícil
poder plantear estrategias o sentirnos motivados con esta emoción sobre
todo cuando llega de manera intensa.
¿Qué podemos hacer para no generarnos más malestar emocional pero
poder corregir aquellos errores que cometemos?

Recurrir al arrepentimiento. El arrepentimiento te permite identificar tus


errores y convertirlos en aprendizajes. Se enfoca en las conductas y no en
tí como persona. Reconoce que somos seres humanos y como tales
somos imperfectos, que nos equivocamos pero eso no nos quita valor.

Centrémonos en corregir conductas o decisiones que tomamos, pero no


perdamos de vista que somos mucho más que nuestras conductas y que
nuestro valor no se condiciona a eso. Acordémonos también que el pasado
es un terreno que ya no se puede transitar, nuestra energía enfoquémosla
en el presente y en cómo podemos ser cada vez una mejor versión de
nosotros mismos.

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