Despues Del Socialismo Libertad

Prefacio de Diego Arria • Prólogo de Vanessa Kaiser
Conclusión de Kyle Varner
DESPUÉS DEL SOCIALISMO,
L I B E R TA D
José A. León • Anderson Riverol
Andrés Guilarte • Jorge Galicia • Edmaly Maucó
Franklin Camargo • Oswaldo Silva
Dedicado a los luchadores por
la libertad, quienes trabajan
incansablemente para construir
sociedades donde se respete la vida,
la propiedad y la libertad de todos
los individuos.
Que la experiencia de Venezuela

sirva de ejemplo.
Después del socialismo, libertad.
Reflexiones de la generación libre.
Publicado por Students For Liberty

con el apoyo de Atlas Network.
Primera edición, marzo de 2021

Derechos reservados
© de la edición: Students For Liberty, 2021
© del texto: los autores, 2021
© de la portada: Oswaldo Silva y Gabriel Berríos, 2021
Diseño y diagramación: Oswaldo Silva
ISBN 978-980-7478-24-3
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L I B E R TA D
Reflexiones de la generación libre
Contiene ensayos de:
José Alberto León, Anderson Riverol

Andrés Guilarte, Jorge Galicia, Edmaly Maucó
Franklin Camargo, Oswaldo Silva
Prefacio de Diego Arria

Prólogo de Vanessa Kaiser
Conclusión de Kyle Varner
CON
TE
NIDO
Prefacio ► 12
Diego Arria
Prólogo ► 16
Vanessa Kaiser
1
Reflexiones sobre las filosofías
políticas y su implementación ► 22
José Alberto León
Relato de una servidumbre: el letal 29

vasallaje colectivista de nuestros días
Lumbre en días lóbregos: 39

Los últimos liberales
En las fauces de la justicia social: 42

el atávico fundamento socialista
¿Por qué la Libertad? La necesidad de 51

una Filosofía
2
Reflexiones sobre el poder en
Venezuela y Latinoamérica ► 58
Anderson Riverol
El petróleo venezolano: poder e 63

historia
El petróleo como instrumento 71

de propagación del
socialismo del siglo xxi
El poder en manos peligrosas 73
Oportunistas, igualitaristas y 77
liberticidas
La posible conquista del poder por la 84

libertad
3
Reflexiones sobre la institución
militar y los movimientos
sociales ► 88
Andrés Guilarte
Modernización e infiltración de las 92
fuerzas armadas
La evolución de los partidos y 98

movimientos sociales en Venezuela
La influencia de la izquierda radical 101

en la sociedad venezolana
El eje cívico-militar chavista y la 107

degeneración de la institución militar
Rompiendo el control socialista 116
Instituciones para el futuro 121
4
Reflexiones sobre el ordenamiento
jurídico y la supremacía
de la ley ► 126
Jorge Galicia
La moribunda Constitución 130
Una ley fundamental orientada al 133

socialismo
Intentos de profundización del 141

socialismo legal
La constituyente de Maduro 145
La lucha de un liberal en un país sin 148

ley
En defensa de la libertad, la 153

propiedad y la dignidad humana
5
Reflexiones sobre los modelos
económicos y el desarrollo ► 160
Edmaly Maucó
El siglo xxi: ¿un nuevo enfoque 171

o el reforzamiento del proyecto
socialista?
Venezuela en estado de agonía 180
Guerra económica vs. Economía de 185

guerra
Estatización, expropiación y 188

expoliación
Todo fue cambiando e 193

involucionando
Nuestro fin, el que no puede variar: la 196

libertad
6
Reflexiones sobre los sistemas
educativo y sanitario ► 200
Franklin Camargo
Una libertad resignada por la 204

perversión de los derechos
Socialización de la educación 207
Socialización de la educación en 209

Venezuela
Lo que la educación socializada me 214

quitó
Educación en libertad 217
Socialización de la salud 220
Socialización de la salud en 221

Venezuela
Mi calamitosa experiencia en la 226

medicina socializada
Salud en libertad 229
7
Reflexiones sobre las políticas
socialistas como mecanismos
de control ► 236
Oswaldo Silva
Edificación de un Estado impropio 239
Las bases materiales del proyecto 241

ideológico
El socialismo como vehículo 244
Las políticas públicas para la 248

sumisión
La política exterior del socialismo del 252

siglo xxi
Colapso económico y reforzamiento 257

de los mecanismos de control
La propaganda chavista 259
Ni siervos ni derrotados 261
Comenzar desde cero 265
Conclusión ► 270
Kyle Varner
Los autores ► 282

PRE
FA
CIO
► 13
PREFACIO
Libertad no es solamente una de las más bellas palabras existentes,

es la más importante. Por esto me siento honrado y agradecido de
que sus jóvenes autores me hayan solicitado redactar unas líneas
al inicio de sus valiosas, sólidas y oportunas reflexiones en torno
a la libertad.
Antes de lo que llaman aquí socialismo, tuvimos una generación

bastante libre. Esa es la mía y la de sus padres, que no tengo que
recordarles porque su pérdida la sufrimos todos. Hoy eso nos
obliga a no olvidar que vivir en libertad no nos hace inmunes a
perderla, y ya van 21 años.
Como parte de la generación que vivió en libertad, me es imposible

no destacar cuánto se habla ahora de querer la libertad cuando
se ha perdido, y lo poco que se hace para preservarla y hasta
merecerla cuando se tiene. Sobre esto último me gustaría decir
unas palabras, partiendo de la base de que para refundar la
república —sí, refundarla— y hasta reinventarla, se necesitará una
nueva escala de valores y principios, muchos de ellos recogidos en
esta obra.
Si vamos a discutir qué sociedad queremos, el día que rescatemos

la libertad estamos obligados a determinar, primero que todo,
cuáles son los valores que deberán guiarla. Sin duda, la libertad
es el primero, acompañada del sentimiento de venezolanidad, de
la solidaridad, y del esfuerzo para incorporar firmemente estos
valores a la conciencia y a la acción colectiva, porque solo así
podríamos echar las bases de un país sustancialmente diferente y
mejor, como el que ustedes apuntan en sus ensayos.
Cuando teníamos libertad, escribí en la introducción de mi libro

Primero la gente, que Venezuela tenía una oportunidad única, de
la cual no disponía ningún país en vías de desarrollo: había logrado
14 ◄ Después del Socialismo, Libertad
reunir la libertad política y los recursos materiales necesarios

para transformar su economía y su conformación social. Este
privilegio —señalé en la obra citada— es, sin embargo, condicional:
si sabemos emplearlo construiremos una democracia moderna,
desarrollaremos una estructura equilibrada y difundiremos el
bienestar social. Ese es el reto venezolano que nos desafía a probar
si somos o no acreedores a la grandeza y al bienestar, capaces de
hacer un país donde el poderío económico sea compatible con
la equidad social, un país internamente satisfecho de sí mismo,
con una calidad de vida que permita, a todos, vivir con dignidad.
Y cerraba mi reflexión con un enorme balde de agua fría: «Si no
estábamos a la altura de ese reto corríamos el serio riesgo de
perderlo todo. La oportunidad, los recursos, y también la Libertad».
Eso lo advertí en 1978, pero importantes sectores políticos,

empresariales y laborales encontraban que con mi advertencia
estaba angustiando innecesariamente a la gente. Que para eso
teníamos dos grandes partidos, uno blanco y otro verde, que
sabrían cómo evitar lo que para mí era indetenible por su visión y
valores. Recuerdo esto ahora pues veo que un idéntico propósito
los anima a ustedes al presentarnos reflexiones que igualmente
creo indispensables para construir un futuro que nos deslastre
de la pátina socialista que ha enmarcado los cuarenta años que
tuvimos de democracia, los únicos desde nuestra independencia.
Lo que temía desde 1978 desgraciadamente sucedió, como lo

demuestra la trágica realidad actual de Venezuela. Pero no ocurrió
accidentalmente. Fue el resultado de una acción colectiva de
dirigentes que abrieron las puertas al fin de la libertad. Sus valores
estaban más cerca de sus intereses particulares que del interés
nacional, condición ésta que más bien se viene acentuando, y veo
con profunda alarma cómo casi los mismos actores se preparan
para reeditar la experiencia que tanto sufrimiento, destrucción
y frustración nos ha traído. Dicha realidad hace mucho más
importantes las propuestas que encierra esta obra: Después del
socialismo, libertad.
Los tropiezos de nuestra libertad son tal vez la característica

dominante de nuestra historia política por lo menos desde hace
cien años y, en especial, durante los últimos veintiuno. Por eso son
Prefacio ► 15
tan importantes los llamados de atención que hacen los autores

sobre ese recorrido. El hecho de representar a una generación que
no ha emergido ni vivido en libertad, pero que lucha y se prepara
para tenerla, les ha permitido definir el objetivo, imprescindible
para poder medir el esfuerzo necesario para lograrlo, que es mucho
mayor de lo que en general se piensa. Por eso a menudo pregunto
a nuestros compatriotas: ¿cuál es el precio que están dispuestos a
pagar para vivir en libertad?
No puedo evitar la tentación de incluir algo más. Para mí, la libertad

tiene que estar asociada a elevar la calidad de la vida de nuestra
gente, como un objetivo mucho más ambicioso que el de aumentar
sus ingresos para conseguir una relativa mejora en la satisfacción
de sus necesidades vitales. Ello exigirá un reordenamiento de las
prioridades nacionales, que yo resumo así: poner a la gente de
primero. Ese fue y sigue mi siendo mi anclaje en tierra. Mucho más
que una frase, refleja el humanismo que, a mi juicio, necesitaría la
política para vivificarse.
Conozco a muchos que ambicionan la grandeza de la nación, pero

que olvidan que la nación no existe con independencia de quienes
la integran. También conozco a otros que están enamorados de la
idea de pueblo, pero no del pueblo en sí. Son los que anteponen
la ideología a la gente. Por eso al concluir lo repito: si queremos
provocar una transformación en nuestras mentes y darle a la
política el noble contenido que necesita y merece, es imprescindible
establecer que lo primero es la gente.
Eso sería vivir en libertad. Esa es la tarea que los espera.
Diego Arria
Ex Gobernador de Caracas
5 de Julio de 2020
PRÓ
lo
go
► 17
PRÓLOGO
Reflexionar desde distintas perspectivas sobre el éxito político

del socialismo en Venezuela constituye un desafío cuya magnitud
está dada tanto por su urgencia como por su complejidad. ¿Qué
se le depara a Venezuela en las próximas décadas? ¿Tendrán sus
habitantes un país donde vivir? ¿O es que esas tierras seguirán
por mucho tiempo siendo estériles para quien desee emprender la
búsqueda de su felicidad?
Los siete autores de los artículos que contiene el presente libro

comparten un mismo punto de partida: captar la hebra que une
pasado y presente, proyectando luego el futuro de una Venezuela
libre. Por tanto, nos aportan aquella dimensión más profunda que
permite tomar consciencia de la confabulación de circunstancias
que abrieron los caminos del poder a una ideología cuyas
consecuencias pueden resumirse en una sola palabra: miseria.
La importancia del ejercicio reflexivo realizado es indudable, pero

además, la selección de los temas para aportar a la comprensión
de lo sucedido es vital. De ahí el mérito de este libro en el que
sus lectores encontrarán las claves de comprensión en que se
sustentan ideas, se forjan las instituciones y se desarrollan los
acontecimientos que condujeron a la catástrofe venezolana.
Economía socialista reforzada, instituciones militares corrompidas,

emergencia de movimientos antiliberales, destrucción del
ordenamiento jurídico, del sistema sanitario y captura ideológica
de la educación son títulos en mayúscula bajo los cuales se analiza,
desde distintas voces, gran riqueza de temas. Una mirada más
acuciosa en los textos nos permite observar la importación de la
ideología cubana, tanto en la situación económica y militar previa
y posterior a la llegada de Maduro, como en la propaganda y las
políticas públicas de sumisión.
Las rutas de avance del socialismo se muestran con claridad:

ninguno de los brazos opresores de la ideología bolivariana nació
del tronco del socialismo que durante el siglo xx arrasó en Asia
y Europa las vidas de millones de personas. Más bien parecen
haber germinado en una cultura donde triunfan negociantes
inescrupulosos, el tráfico de influencias, los sobornos de
funcionarios públicos y la incesante actividad de defraudadores
del fisco. Planteado en otros términos, Hugo Chávez fue fruto de
la historia de un país rentista. A pesar de que sus élites políticas
avanzaron en la democracia, la educación y la salud de forma
significativa, nunca se hicieron cargo del mundo de las ideas.
Recordemos que, como sucedió en Chile, nadie esperaba el
Caracazo ni la posterior elección democrática de un exmilitar que
desmantelaría la república.
Es de esperar que la ruta de Chile y otros países de la región se

desvíe del camino que muchos venezolanos quisieran poder
desandar. Pero, como dijo Agatón, dramaturgo de la Antigua
Grecia: «Ni Dios tiene el poder para cambiar el pasado». ¿Cómo
explicar lo sucedido en Venezuela?
El derroche inflacionario provocado por las alzas del precio del

petróleo es parte del problema. No cabe duda de que la esporádica
riqueza estatal estuvo en la base de un populismo endémico que
devastó a Latinoamérica durante el siglo xx. Si esta fuese la matriz
del problema la solución sería sencilla: donde no hay nada para
repartir no existe populismo posible. Bastaría con la privatización
de PDVSA y todos podríamos celebrar que una Venezuela liberada
del socialismo no volvería a tropezar con la misma piedra. Pero,
sabemos que no es tan simple. ¿Por qué?
Una lectura detenida de este libro nos permite entender que el

factor de mayor peso en la crisis venezolana no es la maldición
de las materias primas. En estas páginas, que integran el análisis
objetivo y las experiencias personales narradas por las víctimas
del socialismo, se nos revela que las responsables de la miseria
venezolana son las ideas inculcadas a la ciudadanía tanto por la
educación estatal como a través de la propaganda. En suma, este
es el centro neurálgico que ordena la constelación de perspectivas
y temas contenidos en las páginas que el lector tiene en sus manos.
Prólogo ► 19
En ello radica su importancia, pues los autores reflexionan, pero no

de cualquier modo. Lo hacen con una consciencia activa respecto
a que el ser humano necesita justificar sus acciones. De ahí que
compartan como propósito de primer orden el trabajo incansable
en la lucha por los diversos espacios donde se transmiten las ideas.
Solo con una victoria cultural del liberalismo se hará imposible
que haya ciudadanos convencidos de que el asesinato de millones
de personas puede tener por fundamento el amor a la humanidad.
Parafraseando palabras ya dichas en estas páginas, el parásito

más resistente no es una bacteria o un virus, sino una idea. Son las
ideas, creencias y dogmas la base de las emociones que conducen
a la acción. Ya lo sabían los filósofos helenistas. De ahí que las tres
escuelas, estoicos, epicúreos y escépticos pensaran que la palabra
únicamente tiene valor en tanto ayude a curar la psiquis. Y es
que basta con creer que el sistema es injusto o que Dios odia a los
herejes, para sentir la injusticia y el odio bajo la propia piel. De ahí
que la llave de oro para la dominación sea la educación de mentes
cuyos mapas neuronales han sido diseñados por educadores que,
pacientemente y desde la primera infancia, los tejen con los hilos
del resentimiento y el paternalismo estatal. El problema es que,
como dice José Benegas, citado en este libro, «el paternalismo
provee de manera muy ineficaz, porque tiene que destruir para
distribuir. Ese es el efecto del uso de la autoridad en el proceso
productivo (que también es distributivo), en lugar de los acuerdos
de voluntades».
Esos dos hilos de la consciencia latinoamericana, el resentimiento

y el paternalismo, constituyen los puertos por los que desembarca
la exportación de las ideas cubanas que, para ser sembradas,
requieren de una población con agitados ánimos revolucionarios.
Se trata de ciudadanos dispuestos a servir en la lucha por una
liberación violenta e ignorantes respecto de que están combatiendo
para ser encadenados y para vivir bajo las reglas de la esclavitud
que dicte el próximo tirano. Como decía nuestro querido Armando
Ribas, los «latinoamericanos serán libres el día que se liberen de
sus liberadores». Y eso solo es posible a partir del conocimiento
consciente que constituye el sello de las reflexiones de estos
jóvenes pensadores. En estas páginas ellos aportan nuevas luces
a un mundo sumido en la injusticia, la carencia y el dolor. Muchos
venezolanos esperan en la angustia un recambio de los actuales

líderes totalitarios por ciudadanos reflexivos y comprometidos.
Margaret Mead ya nos lo dijo: basta un pequeño grupo de esas
características para cambiar los destinos de la humanidad.
Vanessa Kaiser, Ph.D.

Directora Ejecutiva del
Centro de Estudios Libertarios
24 de Julio de 2020
CA
PÍTU
LO
1
► 23
Reflexiones sobre las filosofías

políticas y su implementación
José Alberto León
Las ideas tienen un carácter cardinal dentro de todos los procesos

humanos. De ahí es que los esfuerzos instructivos respecto
a la transmisión de valores y principios compatibles con una
sociedad abierta, resultan indispensables para la consecución y
preservación de la libertad y el respeto recíproco. Las ideas definen
la idiosincrasia y la determinación del destino de las sociedades,
para su eventual progreso o su ineludible decadencia.
Por este motivo es importante exponer, dentro del contexto

venezolano, cómo se mitificó la concentración progresiva del
poder, la burocratización de la actividad social, el anquilosamiento
de las mentes razonadoras y una característica supeditada a todo
lo anterior: la despersonalización del hombre.
___________________________________________________________
Las ideas son el poder más grande

y crucial de la tierra.
AYN RAND
Las ideas son una representación mental que surge a partir de la

razón o de la imaginación de una persona; determinan las elecciones
que son tomadas para resolver una cuestión y, por consiguiente,
las acciones realizadas o por realizar1. Pensar es deliberar sobre
una acción futura y reflexionar luego sobre una acción pasada;
1
Véase el prólogo que Warren Orbaugh —catedrático de la Universidad Francisco
Marroquín— dedica en: Ricardo Rojas, Realidad, Razón y Egoísmo, Buenos Aires,
Grupo Unión, 2012, p. 5.
pensar y actuar son, por tanto, fenómenos inseparables2.
¿Cuál es el parásito más resistente? ¿Las bacterias? ¿Un virus? ¿Un

gusano intestinal? Una idea. Resistente, altamente contagiosa. Una
vez que una idea se apodera del cerebro, es casi imposible erradicarla.
Una idea que está completamente formada, completamente
entendida, que se adhiere; justo ahí en alguna parte3.
Tomando en cuenta lo anterior, se puede afirmar que las

ideas juegan un rol decisivo que no debe ser infravalorado;
su trascendencia deriva de que el cometido que cumplen en
la sociedad es determinante al componer la estructura moral
y valórica que conforma el ideario común de los ciudadanos.
Siempre acaban por definir su idiosincrasia y la determinación
de su destino, bien para su eventual progreso o para su ineludible
decadencia.
Para progresar, en principio, es necesaria una continua revisión

de las convicciones y concepciones presentes, tarea que se
precisa para experiencias ulteriores; pero también, además, para
reconocer, entre todas, aquellas ideas que propenden al mal,
para así descartarlas en el quehacer cotidiano y combatirlas en
la diseminación de las ideas que sí son garantía de desarrollo y
evolución4.
Subrayando la importancia decisiva de las ideas en los procesos

humanos, Rose y Milton Friedman presentaron su hipótesis al
respecto en 1988, un año antes de la caída del muro de Berlín, en
un modesto ensayo:
… un cambio importante en la política social y económica está

precedido por un giro en el clima de la opinión intelectual […]
2
Cfr. Ludwig von Mises, Human Action, A treatise on Economics, New Haven, Yale
University Press, 1949, p. 213.
3
Diálogo entre Leonardo DiCaprio —como Dom Cobb— y Ken Watanabe —como
el magnate japonés Saito—. Inception, escrita y dirigida por Christopher Nolan, 148
minutos, estr. en Londres, 2010.
4
O, como diría Friedrich Hayek en su introducción a The Constitution of Liberty,
1960, p. 20. «Para triunfar en la contienda ideológica de nuestra época, es preciso, sobre
todo, que nos percatemos exactamente de cuál es nuestro credo; poner en claro dentro
de nuestra propia mente lo que queremos preservar y lo que queremos evitar».
Capítulo 1 ► 25
Reflexiones sobre las filosofías políticas y su implementación
Después de un intervalo, a veces de décadas, una corriente

intelectual se extenderá al principio gradualmente, luego con más
rapidez al público en general y, a través de la presión pública sobre
el gobierno, afectará las medidas económicas, sociales y políticas5.
John Maynard Keynes —siendo este último, como señaló Hayek

en su libro The Constitution of Liberty, «quien constituye el
más eminente ejemplo de la mencionada influencia en nuestra
generación»6 —, argumenta con acierto que:
… las ideas de los economistas y los filósofos políticos, tanto

cuando son correctas como cuando están equivocadas, son más
poderosas de lo que comúnmente se cree. En realidad el mundo
está gobernado por poco más que esto. Los hombres prácticos, que
se creen exentos por completo de cualquier influencia intelectual,
son generalmente esclavos de algún economista difunto. Los
maniáticos de la autoridad, que oyen voces en el aire, destilan su
frenesí inspirados en algún mal escritor académico de algunos
años atrás. Estoy seguro de que el poder de los intereses creados
se exagera mucho comparado con la intrusión gradual de las ideas.
No, por cierto, en forma inmediata, sino después de un intervalo;
porque en el campo de la filosofía económica y política no hay
muchos que estén influidos por las nuevas teorías cuando pasan de
los veinticinco o treinta años de edad, de manera que las ideas que
los funcionarios públicos y políticos, y aun los agitadores, aplican
a los acontecimientos actuales, no serán probablemente las más
novedosas. Pero, tarde o temprano, son las ideas y no los intereses
creados las que presentan peligros, tanto para mal como para bien7.
Con respecto a esto, vale la pena recordar esta reflexión de

Albert Schweitzer: «Cada época vive en la conciencia de lo que
han provisto los pensadores bajo cuya influencia se opera»8. Las
5
Milton Friedman y Rose D. Friedman, “The Tide in the Affairs of Men”, Thinking
About America: The United States in the 1990s, Hoover Institution Press, 1988, p. 1.
6
Friedrich Hayek, The Constitution of Liberty, Londres, Routledge y University of
Chicago Press, Londres y Chicago, 1959, p. 153.
7
John Maynard Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, México,
Fondo de Cultura Económica, 1965, p. 337.
8
Citado por Alberto Benegas Lynch (h), «Un ensayo de Milton Friedman», El Cato, 6
de mayo de 2015. https://www.elcato.org/un-ensayo-de-milton-friedman
ideas —dependiendo de cuáles son y qué las impele— pudieran

situarse como la pilastra de grandes modelos de organización
social. Entre estos, hay dos que durante muchas décadas se han
encontrado en constante disputa, sin haber llegado a tener entre sí
posiciones tornasoles que pudieran moderar una tendencia u otra.
Ambos han sido objeto de análisis y observación desde diferentes
disciplinas y cada una de estas es escenario de la pugna.
La primera de tales ideas procura una organización en torno a

la tribu o la comunidad, enfatizando una noción de igualdad y
solidaridad donde la valía del individuo radica en cómo contribuye
al resto de la sociedad —colectivismo—. La segunda pretende
su constitución a partir del respeto irrestricto a los proyectos
vitales de cada uno de los miembros que integran la comunidad
— individualismo—9, siempre y cuando no vayan en detrimento
de la integridad de sus congéneres.
El primer tipo de orden, como sostenía Friedrich Hayek, mantiene

como designio la dirección y organización centralizada de todas las
actividades, de acuerdo con un modelo construido explícitamente,
necesario para practicar cualquier ideal distributivo determinado.
El segundo limita en general al portador del poder coercitivo
—  gobierno— a crear las condiciones bajo las cuales el conocimiento
y la iniciativa de los individuos encuentren el mejor campo para
que ellos puedan componer de manera más afortunada sus
planes. En este segundo tipo de orden la competencia efectiva
es la mejor guía para conducir los esfuerzos particulares, al ser el
único método que permite a sus actividades ajustarse a las de cada
uno de los demás sin intervención constrictiva o arbitraria de la
autoridad10.
Uno de ellos, como lo describe Jan Doxrud, historiador chileno:

«representa una tradición utópica que ha tenido como hilo
conductor la idea de que, ante la incertidumbre y la complejidad,
las sociedades deben y pueden ser diseñadas en su totalidad de
9
Antonio Canova, Luis Alfonso Herrera y Giuseppe Graterol, Individuos o masa: ¿en
qué tipo de sociedad quieres vivir?, Caracas, Editorial Galipán, 2013, p. 11.
10
Friedrich Hayek, The Road of Serfdom, editado por Bruce Caldwell como Vol. II
de The Collected Works of Friedrich August Hayek. Routledge y University of Chicago
Press, Londres y Chicago, 1944, pp. 124-125.
Capítulo 1 ► 27
acuerdo a un plan preestablecido»11. El otro sistema se basa en el

orden extenso, entendido como aquellas interacciones recíprocas
de carácter complejo, cuyo producto, aunque proviene de la acción
humana, no necesariamente es el resultado del propósito humano
o de su diseño. Afirma Hayek, en una de sus frases más célebres,
que: «es un mecanismo capaz de recoger y aprovechar un vasto
conjunto de diseminados conocimientos que ninguna agencia
planificadora central —y menos aún cualquier individuo— está en
situación de aprehender o controlar»12.
En palabras de Javier Martínez de Bedoya, político y escritor

español, son dos sistemas de vida, finalmente, los cuales se niegan
de manera rotunda y radical:
...el sistema que hace del individuo (de las decisiones, de la

responsabilidad y de la dignidad de cada uno) el eje de una libertad
promovida y sostenida (dentro de las necesidades de convivencia)
y el sistema que monta esta convivencia a base de un espíritu
colectivo que debe negar la libertad de los componentes para
afirmar el destino del conjunto, como destino despersonalizado y
superior13.
Para Martínez de Bedoya, pueden existir condiciones de penuria

infrahumana, donde el hombre decide dimitir de su propio
destino y aceptar una vida desindividualizada, entre barrotes, a
base de comederos fijos y el flagelo de un domador como norma
de conducta. Y esa condición inherente al ser humano la denuncia
como un estado de miseria que suscribe e incita la aparición de
quienes, aspirando al poder absoluto de los domadores, ofrecen
a las personas un mínimo seguro a cambio de que renuncien a
toda iniciativa privada, con la garantía de perpetuar la penuria en
una institucionalización de la pobreza y de pérdida de la libertad
para siempre14. De este modo, concluye magistralmente su noción
11
Jan Doxrud, “Reseña: La fatal arrogancia de Friedrich Hayek”, Libertyk, 18 de julio
de 2015. http://www.libertyk.com/blog-articulos/2015/7/18/resea-la-fatal-arrogancia-
de-friedrich-hayek-por-jan-doxrud
12
Friedrich Hayek, La fatal arrogancia, Madrid, Unión Editorial, 1997, p. 46.
13
Javier Martínez de Bedoya, El desafío de la libertad, Madrid, Unión Editorial, 1974,
pp. 10-11.
14
Ibid.
añadiendo sobre ambos sistemas políticos:
O el espíritu está en el hombre, en cada hombre, o el espíritu está

en la colectividad, en lo social, en esa modesta expresión de la
totalidad que llamamos Estado. Si el espíritu está en cada hombre,
hay que defender su autonomía, sus propios medios de acción; si el
espíritu está en lo colectivo, hay que anular al individuo, hay que
negar la libertad de vivir personalmente la vida15.
En esta disputa es común que el socialismo insista y subraye

su superior valor moral. Para el biólogo-social Edward Wilson,
el socialismo —que es el mejor ejemplo de los modelos de
orientación colectivista— es una «gran teoría, [aplicada a la]
especie equivocada»16, estimación que sería un auténtico ultraje
— en el sentido sarcástico en que se menciona— para aquellos que
adhieren sus convicciones a dichos ideales, pues ellos razonan de la
manera en que Jason Brennan, filósofo estadounidense y profesor
en la Universidad de Georgetown, describe correctamente:
[Para ellos] el capitalismo funciona mejor sólo porque se sirve de

nuestra codicia y miedo. Pero, el socialismo es el sistema del amor
y la comunidad. El socialismo entonces, no es malo para nosotros:
somos, nosotros, demasiado malvados para el socialismo17.
Por otra parte, Adam Smith ofrece una explicación muy conocida
al mencionar la auténtica virtud que conlleva buscar el interés
individual:
… No es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero,

que esperamos nuestra cena, sino de su consideración por sus
propios intereses. No nos dirigimos a su humanidad, sino a su amor
propio, y nunca les hablamos de nuestras propias necesidades sino
de sus ventajas18.
15
Ibid.
16
Steven Pinker, The Blank Slate: The Modern Denial of Human Nature. New
York, Penguin, 2003, p. 27. Citado en: Jason Brennan, Why Not Capitalism?, Londres,
Routledge, 2014, p. 24.
17
Jason Brennan, Why Not Capitalism?, op. cit., p. 26.
18
Adam Smith, An Inquiry into the Nature & Causes of the Wealth of Nations,
Indianapolis, LibertyClassics Edition, 1981, pp. 26-27.
Capítulo 1 ► 29
Ese motor virtuoso de las acciones del hombre en procura de su

propio bienestar debe ser defendido. El hombre debe poder elegir
sus planes y valores y guiarse por ellos de forma totalmente
voluntaria.
En síntesis, la manera más precisa para abordar estas últimas

nociones, sería considerando la siguiente frase de Frédéric
Bastiat: «La fraternidad es espontánea o no lo es. Decretarla es
aniquilarla»19.
Relato de una servidumbre: el letal vasallaje colectivista

de nuestros días
¿Y qué hacen los hombres de bien, los verdaderos amantes

de la felicidad pública, los mentores, los pilotos, los que
poseen la brújula de las pasiones de los otros para dirigir
a favor de ella la nave política al norte de su verdadera
dignidad? ¿Hasta quando han de ser su universo las
quatro paredes de su casa?
GACETA DE CARACAS, 11 DE MAYO DE 1810,

NRO. 97, TOMO I
La historia de la decadencia de Venezuela tiene parte de su

umbral en los lóbregos y aciagos días del año 2013. Durante
este lapso convulso y de gran crispación, que englobó varios
acontecimientos de trascendencia para el país, se puede destacar
el anuncio del deceso del presidente Hugo Chávez Frías en el mes
de marzo —aunque su muerte se presumía desde los últimos días
del año anterior—, junto a la controvertida victoria por la carrera
presidencial de Nicolás Maduro frente a su contendor, el líder de
la oposición por aquel entonces, Henrique Capriles Radonski, en
el mes de abril.
A pesar del funesto resultado, en aquel entonces la oportunidad

para propiciar un viraje en la realidad política nacional —además
de deseable— estaba al alcance. Como nunca antes, se estuvo muy
19
Frédéric Bastiat, «Justicia y fraternidad», en Journal des Économistes, París, 15 de
junio de 1848.
cerca de transformar la realidad. Había una convicción común

entre los ciudadanos de bien y una sensación de certidumbre con
respecto a la conquista de un futuro mejor y distinto. Ciertamente,
la oferta de un nuevo camino, era el anhelo compartido.
En ese momento ya podía afirmarse que los venezolanos vivían

en un país que cada día ponía a prueba su capacidad de asombro.
Examinar los titulares de prensa era, tal como lo es hoy, respirar
tizne y tribulación. Todos buscaban ansiosamente esas esquivas
palabras: seguridad, sosiego y progreso, y sabían que, para su
consecución, era menester la conquista inaplazable de su libertad.
De ahí que, al verse tan próximos a ella, el brío fue indescriptible.
Para los más jóvenes, estos sucesos tenían un significado más
preocupante: todos aspiraban vivir el país que disfrutaron sus
padres y, por esa razón, expresaban su disconformidad de manera
enérgica en las calles, brindando su respaldo a ese cambio en todas
y cada una de las dimensiones de la vida que, indiscutiblemente,
habían sido pervertidas por los rigores del socialismo.
Un reconocido novelista venezolano, Leonardo Padrón, concluía

con una interesante reflexión su intervención en un acto en apoyo
al candidato presidencial de oposición:
… La zanja que nos divide se hace cada vez mayor. Ya basta. Es

suficiente. Paremos. La crisis moral nos ha estallado en la cara. Nos
está quedando torcido el dibujo. Necesitamos resetear el país. […]
Sólo aspiramos pluralidad, bienestar, conciliación. Ese es el punto
crucial. Se busca un país que nos contenga a todos20. Que sea norte
y futuro, no fractura y violencia. Un país que tenga veintiocho
millones de abonados para el mismo juego. Una patria cuya mejor
ideología sea la mano extendida. Se busca un país. Múltiple y unido.
Un caleidoscopio de un solo nombre. El detalle es que sólo entre
todos podemos conseguirlo. La indolencia, señores, ha llegado a su
fecha de vencimiento21.
20
Sería también mi modesta misiva para la ciudadanía que comprende el país en el
que vivo al momento de escribir este capítulo, y que atraviesa una contingencia que
solo lo pudiera aproximar de una manera irreversible a su devastación; el país de mis
abuelos y de mi madre, Chile.
21
Extracto del discurso de Leonardo Padrón en acto de trabajadores de las artes,
cultura y espectáculo celebrado en el Centro Cultural Chacao en Caracas el día 5 de
abril de 2013.
Capítulo 1 ► 31
Sin embargo, justo en estas circunstancias llegó la auténtica

estocada desmoralizadora. En el año 2013, se disipó la primera de las
últimas oportunidades para que la sociedad venezolana sorteara
el proyecto colectivista. Desde antes las personas se cuestionaban
si tendrían futuro en el país; pero ya desde ese momento la
cuestión pasó a ser la de si se tendrá país en el futuro, puesto que
en esa instancia se reanudaba el camino de servidumbre que ya se
transitaba.
El anuncio oficial del fallecimiento de Hugo Chávez —ahora

denominado líder supremo— produjo un ambiente cargado de
zozobra y confusión22 para los más sensatos, mientras que para
sus más abnegados prosélitos produjo una avalancha de bullicios.
Fue clara la pretensión de establecer un vínculo de coincidencia
entre la fecha de muerte del presidente23, con la del dictador y
líder de la revolución bolchevique, Iósif Stalin; una emulación,
además, a otro hecho histórico en el que ocultaron la muerte de un
presidente fallecido en ejercicio de sus funciones en Venezuela24.
Nunca en su historia la sociedad venezolana había experimentado

tal sensación de sorpresa como ocurrió en esos días. Lo
extraordinario de la coyuntura residía en las muestras de
mesianismo, culto y devoción acrítica que estaban siendo
infundidos con firmeza en el ánimo, ideas y sentimientos de las
personas. Esta escena es solo comparable con la novela satírica
escrita por George Orwell en 1949, en la que el cerdo conocido
como El Viejo Mayor, tras instigar a los demás animales con sus
22
El último presidente en morir en el ejercicio de funciones había sido Carlos Delgado
Chalbaud el 13 de noviembre de 1950; no de forma natural, sino en un magnicidio. El
único que se ha registrado en la historia venezolana. Poco más de sesenta y dos años
después, Hugo Chávez Frías fue el quinto mandatario venezolano en fallecer durante
su periodo de Gobierno luego de ser sometido a una cuarta intervención quirúrgica,
en el Hospital Militar de Caracas, de la que no se pudo recuperar.
23
Tanto su estado de salud como el deceso, fue manejado con extrema prudencia,
hasta el punto de no conocerse, a ciencia cierta, si los días finales del dignatario
ocurrieron en Cuba, en donde se realizó el tratamiento oncológico, o en Venezuela.
Aún existe incertidumbre si el hecho se registró en diciembre de 2012 o en marzo de
2013.
24
El general Juan Vicente Gómez, cuando tenía 27 años gobernando a Venezuela
fue el otro caso en nuestra historia. Investigadores señalan que, probablemente, su
deceso se produjo uno o dos días antes; no obstante, sus partidarios retrasaron el
anuncio para hacerlo coincidir con la fecha de la muerte del Libertador Simón Bolívar.
ideas de una revolución, muere luego de entonar por tres noches

seguidas el himno Beasts of England para que las bestias lograsen
quebrantar sus cadenas y obtener una revuelta inédita en su
historia.
El acontecimiento avivaba pasiones en las masas arrebatadas y

frenéticas, atizaba sobre la nostalgia de un séquito multitudinario
de seguidores leales a su líder. Tal como el himno mencionado,
esto generaba conmociones similares a las de los animales de la
fábula mordaz de Orwell. Era sorprendente advertir el aparataje
comunicacional dedicado y la cobertura que se le ofrecía a la
marcha fúnebre que fue acompañada por venezolanos durante
siete horas y que recorrió trece kilómetros de distancia. Entre la
muchedumbre que acompañaba al féretro, decenas de personas
clamaban: «¡Junto con Simón, Chávez al panteón!», sugiriendo que
los restos del fallecido tirano debían reposar junto a los de ilustres
venezolanos.
Como era de esperarse, las exequias fueron igual de absurdas.

La gente se disponía a desplazarse desde todas las ubicaciones
geográficas del país. Reunieron cerca de dos millones de personas
que se desplegaron a lo largo de ocho kilómetros, bajo un sol
inclemente, solo para llegar hasta la capilla ardiente y así, de
manera ordenada, dirigir la mirada hacia adentro de su urna y
contemplar por última vez al mandatario que llegaron a considerar
el corazón de la patria25.
En los días posteriores, las cosas que se observaban no tenían

parangón ni lógica aplicable, tomando en cuenta que se avecinaba
una nueva elección presidencial. Nicolás Maduro, anunciado
como legatario del modelo político iniciado por Hugo Chávez,
fue juramentado ante la Asamblea Nacional como presidente
encargado de la República, con la esperada disconformidad de
toda la oposición.
De este modo se cumplió la última instrucción de Chávez, aquella
25
Para su campaña presidencial de 2012, en la cual venció al candidato opositor
Henrique Capriles Radonski, Hugo Chávez estableció como eslogan personal el ser
referido como el corazón de la patria. El candidato opositor respondía de la siguiente
manera: Una cosa es creerse el corazón de la Patria y otra es llevar la Patria en el
corazón.
Capítulo 1 ► 33
impartida en su última alocución, la noche del 8 de diciembre

de 2012, donde solicitó a la gente votar por uno de sus más leales
subordinados. Esta petición la hizo desde su corazón26, como
sinónimo de una voluntad genuina; y por esto la frase fue utilizada
como consigna proselitista en la campaña de Nicolás Maduro:
«Maduro, desde mi corazón».
Lo más disparatado de aquellos días y, seguramente, lo más

ampliamente recordado por todos, fue la estrafalaria anécdota del
pajarito. Un relato, como muchos tendrán presente en la memoria,
ofrecido por el entonces candidato presidencial Nicolás Maduro
en la casa natal de Hugo Chávez, y en el que, según su testimonio,
su predecesor se le presentó en forma de pájaro y entabló una
comunicación con él mediante silbidos en una capilla católica
ubicada en la zona occidental del país, en el Estado Barinas. «Voló,
voló y está volando […]; desde la vida eterna nos vigila», concluía,
tratando de conmover a su compañía en el patio de aquella casa.
Un año después, repetía esta ficción de la siguiente manera: «Les

voy a confesar que por ahí se me acercó un pajarito; otra vez se me
acercó y me dijo […] que el comandante [Chávez] estaba feliz y lleno
de amor de la lealtad de su pueblo […] debe de estar orgulloso».
El 14 de abril de 2013, la elección presidencial se efectuó tal y como

se había propuesto. Fue precedida por una campaña dedicada a
la añoranza del fallecido presidente y, como siempre, el chavismo
se valió de todas las artimañas a su disposición para mover la
balanza a su favor. Esa madrugada dominical, los acólitos del
chavismo anunciaron el proceso con el tradicional toque de diana
y se arrojaron a las calles a esperar la apertura de los centros de
votación.
26
Contemplando un desenlace fatal, Hugo Chávez en cadena nacional, desde
el despacho uno de la presidencia, y ante todo su gabinete, ungió como heredero y
sucesor a Nicolás Maduro Moros si el país se veía obligado a convocar unas nuevas
elecciones presidenciales, ante un virtual impedimento de su parte de seguir en el
poder: «Debo decir algo aunque suene duro, pero yo quiero y debo decirlo, si como dice
la Constitución se presentara alguna circunstancia sobrevenida que me inhabilite
para seguir al frente de la Presidencia, […] Nicolás Maduro no sólo en esa situación
debe concluir como manda la constitución el periodo sino que mi opinión firme, plena
como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a
convocar a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente
de la República Bolivariana de Venezuela; yo se los pido, desde mi corazón».
Por su parte, la oposición ejecutó una estrategia enfocada en los

jóvenes, quienes además debían asistir a los mayores de edad
para que pudieran participar sin mayor dificultad y, finalmente,
al término de la tarde, ir a votar masivamente, para tratar de
contrarrestar el acostumbrado fraude; a este método se le
denominó la operación avalancha y el remate.
Hubo irregularidades y un sinfín de incidencias, tal como se

esperaba. Cierre de fronteras, grupos de amedrentamiento que
tenían por cometido infundir miedo e inseguridad al electorado en
las filas, campaña oficialista en ubicaciones aledañas a los centros
de votación, disparos al aire para intimidar testigos de mesa,
etcétera. Aun así, los comentarios en la incertidumbre de la noche
apuntaban a una estrecha victoria disidente.
Todos en casa, con el dedo meñique teñido con la característica

tinta indeleble27, esperaban expectantes, entre el asedio de
rumores de toda naturaleza. Y fue entonces, cuando se emitió el
resultado. Se desató una ola de desengaño y desconcierto ante lo
que se anunciaba siendo casi medianoche: Maduro ganador con
una ventaja del 1,59 % sobre Capriles28.
El final de la jornada estuvo marcado por el desconocimiento

de los resultados29 por parte del candidato opositor, en forma
conjunta con su comando de campaña y la oposición en pleno. Se
27
La tinta electoral se usó en Venezuela desde 1964 hasta julio de 2017. Se dejó
de utilizar en las elecciones para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional
Constituyente del 30 de julio de 2017, porque la Universidad Central de Venezuela
—antes encargada de elaborar y distribuir este insumo de seguridad electoral—
cuestionó la naturaleza democrática del proceso. Fue, indudablemente, una manera
emblemática de dejar por sentado que todos los comicios ulteriores —incluyendo
este—, eran ilícitos y fraudulentos.
28
Cabe mencionar que en Venezuela no están contempladas las segundas vueltas
y que, además, el escrutinio no es algo que se desarrolle en directo, como si se hace
en muchos otros países mediante transmisión. A pesar, incluso, que el voto está
totalmente digitalizado, el recuento de los votos se caracteriza por su ralentización, y
la divulgación del primer boletín con los resultados suele hacerse público muy tarde,
en ocasiones incluso, en horas de la madrugada del día siguiente.
29
Curiosamente el Consejo Nacional Electoral, cinco días antes de las elecciones,
redactó un documento a ser firmado por los candidatos, conminándolos a admitir los
resultados electorales que anunciaran. Maduro firmó el documento, Capriles declinó
hacerlo. Por el contrario, el último promovió otro documento elaborado por él y su
comando de campaña, donde manifestó que reconocería la voluntad popular.
Capítulo 1 ► 35
demandó con vehemencia el conteo de cada voto, advirtiendo la

posible impugnación del proceso junto con la denuncia pertinente
ante órganos de justicia y de derechos humanos internacionales,
para así desvelar el fraude cometido.
La gente, como siempre, cumpliendo su deber y dispuesta

a reivindicar su derecho a saber la verdad, comenzó
espontáneamente un período de protestas que rápidamente
tuvieron que ser disueltas por las desafortunadas declaraciones
del candidato opositor, las cuales demostraron no solo el miedo
sino la incoherencia para confrontar la naturaleza dictatorial del
régimen. Tiempos muy oscuros se avecinaban para la vida del país.
Capriles restó apoyo a la ciudadanía que lo respaldó, rechazando
la realización de las manifestaciones planteadas en Caracas hacia
el Consejo Nacional Electoral. Instó a la gente a quedarse en sus
casas y pegarle a las cacerolas, mientras que el momento propicio
se fue difuminando entre la falta de carácter y la ausencia de
determinación y convicción en el liderazgo político.
Desde entonces, Venezuela se convirtió en la realidad que

ha continuado siendo durante los últimos años: un régimen
dictatorial dispuesto a todo por conservar el poder y una oposición
que no ha estado dispuesta a nada para conquistarlo.
En fin, como reza un refrán popular: obras son amores y no buenas

razones. La historia les sentencia junto con una ciudadanía
convencida de que el eventual cambio político no se va a producir
gracias a ellos, sino a pesar de ellos. La oposición socialista ha
quedado obsoleta y vencida en su propia incompetencia. Como los
describiría Rodrigo Blanco Calderón, escritor venezolano, son los
«filósofo[s] del quietismo. De la solución política que nunca llega
ni tiene[n] idea de cómo construirla. De las consignas vacías; [los]
apaciguador[es], [los] teólogo[s] del momento perfecto, que sólo
[ellos] sabe[n] cuándo es»30. También pudiesen ser denominados
30
Parafraseando a Rodrigo Blanco Calderón [@atajoslargos], Twiter, 12 de enero de
2019. https://twitter.com/atajoslargos/status/1084478125956841472
como los políticos del moonwalk31, debido a que quieren producir

el efecto óptico de deslizamiento hacia delante, mientras se
desplazan hacia atrás.
A pesar de esto, las excusas no se hicieron esperar. Henrique

Capriles manifestó que él no sería uno de los artífices del
derramamiento de sangre que se hubiera podido producir en la
contingencia descrita. Hoy en día, habría que cuestionarlo con
suma franqueza, tomando en cuenta lo que ha sucedido estos
últimos años: ¿cuántos no han muerto por los efectos prácticos
del socialismo? ¿Cuántas vidas no han terminado por los rigores
del modelo aplicado letalmente?
Por su parte, Nicolás Maduro aseguraba con cinismo que Chávez

aún vivía entre todos los venezolanos. Y aunque esta afirmación
pudiera ser subestimada y tildada de irracional, en realidad sí se
pudiese interpretar que, efectivamente, dicho líder se inmortalizó
en un legado de servilismo y miseria. Se eternizó para verse
reflejado y vivir en aquellas hileras de desasosiego en la ciudad: de
sueños desvelados y cuerpos famélicos, de corazones tronchados y
noticias infaustas, de ojos trasnochados y manos vacías.
Chávez vive en los hospitales que carecen de medicinas e insumos;

Chávez vive en cada uno de los jóvenes que se ven en la necesidad
de postergar sus sueños y salir del país; vive en los atiborrados
refrigeradores de las morgues; Chávez vive en las mentes ávidas
de libertad, y taciturnas en el transcurrir de días aciagos sin ella;
Chávez vive en las madres que tienen que dar sepultura a sus hijos
víctimas de la violencia. Chávez vive entre los abuelos, que sufren
su vejez en medio de carencias de todo tipo. Chávez vive en los
estudiantes hastiados, en los educadores y profesionales hartos
de ser doblegados y humillados; vive en cada crítico vilipendiado
y cada disidente secuestrado. Chávez vive en cada medio de
comunicación clausurado producto de la acérrima censura.
Chávez no murió, no. Chávez vive.
31
En español caminata lunar, es un paso de baile popularizado por el cantante,
compositor, bailarín, actor y filántropo estadounidense Michael Jackson durante la
presentación de su canción «Billie Jean» en Motown 25: Yesterday, Today, Forever, un
especial de televisión de 1983 producido por Suzanne de Passe para Motown Records,
en la conmemoración del vigésimo quinto aniversario del sello discográfico.
Capítulo 1 ► 37
Entre todo lo acontecido, se comenzó a experimentar una serie

de cambios que, al plantearse como hipotéticos en cualquier
conversación corriente del pasado, un venezolano cualquiera
habría respondido con el habitual y escueto: «No vale, yo no
creo. No creo que eso pueda suceder; no los creería capaces de
llegar a ese nivel tan extremo». Durante una sesión ordinaria en
la Asamblea Nacional, diputados de oposición fueron agredidos
físicamente por parte de otros diputados del partido de gobierno
en el hemiciclo. Casi dos horas después, Diosdado Cabello —quien
fungía por aquel entonces como presidente de la junta directiva
del órgano legislativo— anunció que negaría el derecho de palabra
a los diputados de la oposición, hasta que no reconocieran a
Nicolás Maduro como Presidente.
El régimen, además de concretar su salida de la Corte

Interamericana de Derechos Humanos, creó a los pocos días el
Viceministerio para la Suprema Felicidad Social, manifestando, una
vez más, los símiles existentes entre la novela distópica de George
Orwell —1984— y la barbarie que empezaba a tener un semblante
totalitario con el paso de los días. Ambos proyectos despóticos, en
una sucinta comparación, han tenido como orientación impulsar
un Estado que controle toda la actividad económica, cultural, social
y política; incluso de la historia, a la cual le suprimen o enmiendan
todo aquello que pudiera ser inconveniente a los intereses de su
proyecto32.
La consolidación del propósito antes mencionado se verificó con

la mirada de Hugo Chávez hecha símbolo; se plasmó en los lugares
más recónditos del país33, pareciendo observar a los venezolanos
desde muros, semáforos, paneles, buses, e incluso la ropa que
algunos utilizaban. Una efigie fácilmente replicable, y desplegada
por todos los rincones y esquinas, para así asegurarse de indicar
no solo a quién se le debe rendir culto, pleitesía y reverencia, sino
32
Antonio Canova, Luis Alfonso Herrera y Giuseppe Graterol, Individuos o Masa:
¿En qué tipo de sociedad quieres vivir?, Caracas, Editorial Galipán, 2013.
33
Leo Ramírez, fotógrafo de la Agence France-Presse, relata: «Aquella mirada de
Chávez está por todas partes en Venezuela: edificios, vehículos, camisetas, libretas,
grafitis, pancartas electorales, vallas publicitarias en medio de las carreteras o carteles
en estadios de béisbol». Nos ofrece una galería en el portal de la British Broadcasting
Corporation. https://www.bbc.com/mundo/video_fotos/2014/03/140305_galeria_
fotos_chavez_ojos_venezuela_vh
además un mensaje tácito de supervisión: «Estés donde estés, te

estamos observando y vigilando constantemente»34. Nada como el
hostigamiento silencioso de una mirada que persigue.
En aquellos días era trágico percatarse de que, incluso, el himno

nacional transmitido regularmente todos los días a la medianoche
y en las mañanas por radio y televisión, originalmente interpretado
por sinfónicas o reproducciones instrumentales, era sustituido
por una versión cantada en voz del mandatario fallecido. Era una
grabación hecha del evento con motivo del cierre de su campaña
en Caracas, el 4 de octubre de 2012. De igual forma, era infortunado
ver en el canal de televisión del gobierno, Venezolana de Televisión,
cómo, con motivo de un taller para el diseño del sistema de
formación socialista del Partido Socialista Unido de Venezuela,
reescribieron la oración católica Padre Nuestro, para referir la
declaración «Chávez nuestro que estás en el cielo»35.
Ya después, hasta el vídeo corto con el que anunciaban las cadenas

nacionales previas a su transmisión —las cuales saturan las
mentes de los venezolanos ayer y hoy—, tampoco estuvo exento
de novedades; sufrió modificaciones con fines propagandísticos:
ahora, contemplaban la melodía de la última música que Chávez
entonó. Su popularizada Patria querida, el himno del batallón
blindado Bravos de Apure que dedicó al país al despedirse para
continuar su tratamiento en Cuba.
De igual forma, con el paso de los días, ciudadanos comunes

hicieron públicas algunas imágenes de los grabados en piel de la
rúbrica de su líder supremo. Se tatuaron la firma de Chávez en
pantorrillas, nucas, espaldas y brazos, junto a otros estandartes del
régimen bolivariano, como la característica estrella, un corazón o
34
Sobre este punto, véase el trabajo de Oswaldo Silva, publicado también en este
libro.
35
Oración del delegado, versión chavista del Padre Nuestro católico, leída por la
delegada psuvista María Uribe: «Chávez nuestro que estás en el cielo, en la tierra, en
el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos
guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la
maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras
es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos, amén. Viva Chávez». La
plegaria secular. https://www.abc.es/internacional/20130402/abci-maduro-pajaro-
chavez-201304022006.html
Capítulo 1 ► 39
el apellido del militar. Los días siguientes no mejoraron lo vivido

hasta el momento: en cadena nacional de radio y televisión,
Maduro llegó a denunciar presuntas irregularidades en la
cadena de tiendas Daka, empresa líder en la comercialización de
productos electrodomésticos, electrónicos y del hogar, por lo que
ordenó su ocupación y decidió la rebaja inmediata de todos sus
precios, a la vez que incitó a la población a hacerse masivamente
con sus productos, provocando de esta manera uno de los saqueos
institucionalizados más ignominiosos que se recuerden.
Finalmente, tras la celebración de las elecciones municipales, se

produjo un claro afianzamiento de la marea roja a lo largo del
territorio nacional36, justo cuando se creía factible su extirpación
no solo de la política venezolana, sino de la vida cotidiana que
todos como ciudadanos llevaban.
Lumbre en días lóbregos: Los últimos liberales
Nunca dudes de que un pequeño grupo de

ciudadanos comprometidos y pensantes
pueden cambiar el mundo.
MARGARET MEAD
En una situación como la descrita, el autor del presente capítulo

ofrece un testimonio que refleja las vivencias en una Venezuela que,
aunque pueda presentarse en ocasiones triste y desesperanzadora,
termina por moldear mentes libres y gallardas.
Ubicado en el contexto que he descrito previamente,

inicié mis estudios de Derecho en la Universidad Central
de Venezuela. A mis dieciocho años de edad, no solo
me encontraba con un nuevo presidente que tenía un
36
Los resultados ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral indicaron una victoria
del Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados en la mayoría de los municipios
del país, ya que obtuvieron 256 de las 337 alcaldías con cargos a elegir, además de
obtener la mayoría de los concejos municipales y la mayoría de votos a nivel nacional.
Divulgación de resultados: http://www.cne.gob.ve/resultado_municipal_2013/r/1/
reg_000000.html
fárrago de datos inconexos en su cabeza, sino también

con una oposición consuetudinariamente atraída por las
tretas nefandas de un régimen colectivista, el cual nos ha
acostumbrado al atropello.
En aquel momento, la política era un asunto intrincado

y difícil de asimilar, en todos los sentidos. Más allá de mi
indiscutible inexperiencia, desconocimiento y constante
desatino, nada parecía ser corriente; incluso, los individuos
más peritos en la materia batallaban con la tarea. Aunado a
ello, cada rasgo de la vida cotidiana iba empeorando día tras
día. Como ocurría en el seno de cada familia venezolana,
luchamos constantemente para llevar un estilo de vida
más o menos sosegado y con normalidad; esto era algo que
aspirábamos aun con lo poco que disponíamos.
En mi familia, —como es de esperarse— tales rigores no

fueron una anomalía. La coyuntura nos afectó de manera
considerable y trascendente a todos por igual. En el primer
año de mi carrera, mi madre pudo ayudarme con la compra
de algunos libros, sin embargo, para el resto de los que
pude cursar, me vi en la necesidad de buscar un empleo37
y, básicamente, cubrir necesidades como: fotocopias de
guías de estudio y algunos capítulos de libros importantes,
material bibliográfico proporcionado por compañeros —de
otros y del mismo curso— y por la biblioteca con la que
contaba cada facultad de la universidad.
Tuve la suerte de concurrir en estos espacios de formación

académica con profesores destacados y amigos muy
brillantes e instruidos. Compartí con ellos esa vasta pasión
por el aprendizaje y estudio del acervo filosófico, político y
económico que durante decenios llevó al mundo hacia una
37
En aquella época participaba en un negocio local que tiene por objeto
comercializar tornillos, arandelas y herramientas de ferretería; a pesar de no
guardar especial relación con la carrera que estudié, durante un importante período
ellos depositaron su fe y confianza en mi compromiso, capacidad y talento. Me
proporcionaban —además de lo propio por mis prestaciones— incentivos por buenas
calificaciones en mis estudios e incluso, en una ocasión, me ayudaron en la compra de
algunos de los libros citados en este trabajo. A ellos, por su fidelidad y adhesión a mi
desarrollo integral como persona: muchas gracias.
Capítulo 1 ► 41
senda de virtud y progreso, teniendo como principal bastión

y cimiento la libertad38. Eso de lo que —lamentablemente—
nuestro país siempre se vio desprovisto, a pesar de los
esfuerzos de grandes intelectuales y pensadores que, poco a
poco, pude empezar a conocer y a los que, indudablemente,
por su extraordinaria visión, siempre será necesario
recordar y honrar.
Hubo, indudablemente, de parte de profesores y amigos,

una entrañable y bondadosa entereza en la pedagogía,
una vocación de enseñanza indulgente, una poderosa
templanza en la esperanza paciente de nuestro aprendizaje
y una valerosa postura a pesar de los riesgos explícitos
en la naturaleza opresiva del régimen despótico que aún,
en nuestros días, padecemos. Su tarea con nosotros ha
de ser retribuida siempre y, a través de los años, con el
reconocimiento y la gratitud manifiesta. A todos ellos,
conocidos y anónimos que contribuyeron eficazmente y
que han dedicado sus vidas a la concepción y formación
de estos jóvenes pensadores —grupo del cual he sido
integrante durante este tiempo—, les reservo una generosa
y exclusiva distinción: adalides de la libertad.
Así, con la poderosa influencia de estos últimos a mi

alrededor, mi pregunta —¿qué hago aquí?— cambió de
sentido y se respondió por sí misma, tal como una vez la
contestó en una declaración ante el congreso y todo el
país, Luis Castro Leiva, abogado, historiador y filósofo
venezolano:
Estoy aquí porque tengo que estar aquí. Porque a partir de
38
Alusión especial a Rocío Guijarro Saucedo, quien dirige el Centro de Divulgación
del Conocimiento Económico para la Libertad, A.C. CEDICE Libertad, persona a
quien estimo como una madre y que, desde siempre, ha creído y confiado en mí,
contribuyendo de manera cardinal en la diseminación de las ideas con ahínco,
cordialidad, disciplina y denuedo, incorporando a este mundo de aprendizajes
a jóvenes como nosotros, influyendo de forma sustantiva en proyectos como el
presente trabajo. También a Jorge Gómez Arismendi, Luis Alfonso Herrera, Sebastián
Espíndola y Andrés Barrientos, quienes me acogieron durante mis días en Chile y
me brindaron el crédito para trabajar junto a ellos en espacios como la Fundación
Para el Progreso y la Fundación Ciudadano Austral, ampliando mi visión sobre el
conocimiento y la vida.
la invitación que se me ha hecho es mi deber estar aquí y

porque quiero decir lo que pienso como ciudadano, porque
no quiero que me roben la expresión de mi voz ni la dignidad
que la democracia venezolana recuperó para ella a través
del ejercicio responsable y racional de mi libertad y de
la de todos. Y si estoy aquí no es para traicionarme sino
para actuar políticamente, como titular de un número de
identidad de una cédula diez años vencida, pero que nunca
ha dejado de votar para defender mi idea de ser quien soy […].
Tomé la decisión de ser una voz dispuesta en favor de

aquello que Alberto Benegas Lynch (h) denominó el respeto
irrestricto de los proyectos vitales ajenos, bajo la riqueza de
mi alma, la cual como lo mencionaba Ayn Rand, no son más
que: mis pensamientos, mi voluntad y mi libertad. Y el más
grande, sin duda alguna, es mi libertad.
En las fauces de la justicia social: el atávico fundamento

socialista
A los socialistas de todos los

partidos.
FRIEDRICH HAYEK
Venezuela no estuvo sometida siempre al yugo de austeridad y

miseria propios del socialismo voraz y rampante de la actualidad,
ese que se ha encargado, entre otras cosas, de despojar de la vida a
los individuos, así como de impedir vivirla en libertad. Previo a ello,
la sociedad venezolana estuvo asediada de manera permanente
por el deleznable ideal de justicia social, una noción que plantea las
reivindicaciones de grupos particulares con el objeto de obtener
mayor participación en las cosas buenas de la vida. Jason Brennan
advierte de manera sucinta sobre las pretensiones caritativas de
este fin último: «Los juicios acerca de lo que es intrínsecamente
bueno son independientes de los juicios sobre lo que es posible»39.
De igual manera, Milton Friedman, opina sobre ello como un
39
Jason Brennan, op. cit., p 30.
Capítulo 1 ► 43
equívoco: «Uno de los grandes errores es juzgar las políticas y

programas por sus intenciones más que por sus resultados»40.
Debe precisarse que lo bueno no es ni una propiedad de las

cosas en sí mismas ni de los estados emocionales del hombre,
sino una verificación de los hechos de la realidad elaborada por
la consciencia del hombre, de acuerdo con un estándar de valor
racional41; es decir, aquello que debiera tener tal connotación como
útil, conveniente y oportuno —con la debida carga emotiva en
función de la simpatía42—, necesariamente precisa una evaluación
práctica que permita su comprobación para ser considerado como
tal en el progreso humano de toda sociedad.
Esta noción sobre lo que es justo sugiere, invariablemente, su

revisión y análisis. Citando a Ulpiano, jurista romano de origen
fenicio, la justicia no es sino la constante y perenne voluntad de
darle a cada cual lo suyo, siendo lo suyo el derecho de cada cual.
La justicia es una virtud, un hábito operativo bueno por el cual se
le da a cada quien lo suyo o, dicho de otra manera, se respetan los
derechos de los demás. El quid es qué se entendería por justicia.
El profesor Arturo Damm Arnal, economista y periodista

mexicano, presenta un ejemplo didáctico y bastante jocoso para
su comprensión a través de un simple ejercicio que se reproducirá
a continuación, y así descifrar qué es lo único que con propiedad
puede ser calificado de justo o injusto.
Si se saca un bolígrafo, ¿se podría decir si el mismo es justo o

injusto por su condición simple de ser? Alguien podría decir sobre
el mismo que es cómodo, idóneo o elegante. Pero, ¿tendría sentido
40
Entrevista con Richard Heffner en The Open Mind, New York, 7 de diciembre de
1975.
41
Racional, en este contexto, significa: derivado de los hechos de la realidad y
validado por un proceso de razón.
42
Simpatía comprendida a través de la visión que guía la ética Smithiana. El libro
Teoría de los sentimientos morales se inicia con la siguiente frase: «Por más egoísta
que se pueda suponer al hombre, evidentemente existen en su naturaleza algunos
principios que le hacen interesarse por la fortuna de otros, y hacen que la felicidad
de los demás le resulte necesaria, aunque no derive nada de ella excepto el placer
de contemplarla». Cfr. Leonidas Montes, Esa esquiva simpatía. Nuevo Poder, 26 de
diciembre de 2019. http://www.nuevopoder.cl/esa-esquiva-simpatia-leonidas-montes/
hablar de la estimación justa o injusta del bolígrafo? Desde luego,

la respuesta es no. Dicho criterio es aplicado con manifiesta
certeza a la conducta humana. En otras palabras, si una persona le
avienta el bolígrafo a otra y le lastima o lesiona, se puede concluir
que efectivamente ello sería una conducta injusta. Lo injusto sería
entonces haberle lanzado el bolígrafo, no el bolígrafo per se. Y a
quien sancionarían por el acto cometido sería a quien lo arrojó, no
al contenido de lo que se arrojó.
Esta reflexión puede ser extrapolada al ámbito de la discusión

ineludible sobre los precios. ¿Se pudiera estimar que hay precios
justos, siendo el precio una razón de cambio —tanto de esto
por tanto de aquello— producto a su vez de la acción humana?
La respuesta, como en el ejercicio anterior, invariablemente es
no. El precio es el regateo y convenio que puede haber entre un
comprador y un vendedor para llevar a cabo una transacción. Lo
mismo se puede mencionar del bolígrafo en el sentido descrito: el
instrumento o utensilio es producto de la acción humana, mas no
es acción humana.
Apelando a Hayek, se llega a la afirmación de que la expresión

justicia social es usada generalmente hoy con una significación
equivalente de aquella noción aristotélica de lo que suele
denominarse justicia distributiva, reivindicando el entendimiento
correcto de esta aspiración desvelada:
… Esta última expresión [justicia distributiva], entrega quizás

una mejor idea de lo que puede entenderse por ella, y al mismo
tiempo muestra por qué no puede aplicarse a los resultados de una
economía de mercado: no puede haber justicia distributiva donde
nadie distribuye. La justicia tiene sentido sólo como una regla de
conducta humana y ninguna regla concebible para la conducta
de los individuos que se ofrecen entre sí, bienes y servicios en
una economía de mercado producirá una distribución que pueda
describirse con significado como justa o injusta. Los individuos
podrían conducirse en la forma más justa posible, pero como los
resultados para cada uno no serían ni propuestos ni previsibles
para otros, la situación que de ello resultara no podría ser calificada
Capítulo 1 ► 45
de justa ni injusta43.
Hayek considera que la idea de justicia social es un mal atávico de

las sociedades, el cual domina la discusión política debido a que
se han heredado algunos instintos y muchas de las tendencias
morales —inaplicables a la civilización actual— que aún gobiernan
la sociedad:
Es más que probable que la mayoría de los sentimientos morales

entonces adquiridos no sólo han sido transmitidos culturalmente a
través de la enseñanza o la imitación, sino que llegaron a ser innata
o genéticamente determinados44.
En definitiva, esta es una característica más común de lo que

podría suponerse. Y además se configura como la razón crucial
que explica la pretensión de querer intervenir en la dinámica
del mercado, entorpeciendo aquello que se ha referido, desde un
principio, como orden extenso.
En Venezuela, nada de esto ha sido una excepción, sino el rasgo

característico de su democracia y el sentido que se le ha dado
durante las últimas décadas como expresión directa de lo
popular. Manifiesta el mismo patrón político que promueve la
menesterosidad y conduce al servilismo, donde todos conservan
esa dependencia que transforma a los hombres libres en habitantes
sumisos45. Sobre ello escribió Luis Alfonso Herrera, refiriéndose a
43
Cfr. Friedrich Hayek, 1989. «El Atavismo de la Justicia Social». Estudios Públicos,
n.º36, Santiago de Chile, pp. 182-183. Este ensayo, originalmente, correspondió a «The
9th R.C. Mills Memorial Lecture» dictada en la Universidad de Sydney el 6 de octubre
de 1976. Una versión revisada de ella fue incluida en el libro de Hayek, New Studies
in Philosophy, Politics, Economics and the History of Ideas. Chicago, University of
Chicago Press, 1978.
44
Ibid., p. 184.
45
Sobre este punto, véase el trabajo expuesto por Edmaly Maucó, publicado
también en este libro, donde expone un análisis centrado en variables como: control
de cambios, control de precios y expropiaciones; así como también la industria
del petróleo como herramienta del modelo político-social (transferencias, bonos,
asistencialismo), la deuda y el gasto público, impresión de dinero inorgánico y
reconversión monetaria, tanto en el período del régimen dictatorial actual, como
durante el período democrático que le antecedió.
la historiografía46 que describe como liberales ciertas etapas de la

vida del país:
… lo debatible y refutable, es decir, falsable de la interpretación

historiográfica tradicional sobre la existencia de un Estado liberal
en Venezuela, al asumir como verdad histórica tal interpretación
(y unido esto a otras premisas que se pueden enunciar aquí
solo sucintamente: el predominio de la mentalidad caudillista,
el personalismo en política, el militarismo, el marxismo y
el comunismo como únicas alternativas a las dictaduras, la
consideración de la democracia como sistema de redistribución
de la riqueza e igualación social en lugar de forma de gobierno
representativo y alternativo, la conservación de taras del período
colonial como el conservadurismo y el resentimiento sociales, el
populismo, el centralismo, etc.) puede afirmarse que el siglo xx
venezolano se caracterizó desde el post-gomecismo, y sobre todo a
partir de la aprobación de la Constitución de 1947, por un manifiesto
repudio a las instituciones liberales en lo moral y económico (sólo
se aceptaron las políticas y civiles, como el sufragio universal, la
libertad de expresión y la existencia de partidos políticos) y un
hegemónico predominio en todas las esferas de la sociedad de la
ideología socialista y la visión intervencionista (no necesariamente
keynesiana, dada su pulsión dirigista) del Estado en la economía.
Sorprende constatar que este repudio, no obstante el fracaso del

Estado social intervencionista y populista de la mayor parte del
período democrático (1958-1989), en la actualidad se mantiene tan
firme como en la década de los 70 u 80 del pasado siglo, y con la
misma patética pobreza de argumentos, en textos como el último
mensaje de Rafael Caldera, libros como el de Henry Ramos Allup y
artículos de opinión como los de Eduardo Mayobre y de Antonio
Ecarri Bolívar. Se resiste esta tendencia, quizá por su directa
responsabilidad, en aceptar que ese antiliberalismo tan visceral
fue lo que allanó el camino, con más ímpetu desde la estatización
del petróleo en 1975-1976, para la creación de un despótico Petro-
Estado de bienestar (ogro «filantrópico») apalancado en la falaz
46
Sobre esta temática y el autor, se sugiere la consulta de su artículo de opinión
publicado en el portal web del Instituto Cato. https://www.elcato.org/historiografia-
antiliberal
Capítulo 1 ► 47
idea de justicia social y redistribución de la riqueza47.
En este sentido, Hugo Chávez Frías es una adecuada expresión de

la idiosincrasia descrita. En el año 2011, en la marcha con motivo
del quincuagésimo tercer aniversario del derrocamiento de
Marcos Pérez Jiménez, manifestó parte de esa noción igualitarista,
de distribución equitativa de la miseria, que tergiversa el genuino
ideal democrático con el objeto mezquino de reasignación de
riquezas para, finalmente, aspirar a la implantación del socialismo:
La democracia es el mecanismo verdadero para construir el

socialismo; la democracia es eso. […] Ninguna dictadura construye
socialismo; ya está probado. […] La democracia es tan necesaria para
el socialismo, como el oxígeno para nosotros, los humanos48.
El régimen dictatorial, bajo la conducción primero de Hugo

Chávez, y después de Nicolás Maduro, no ha sido el único actor
político venezolano interesado en promover esta narrativa de
servidumbre, resentimiento y saqueo. Se pueden encontrar
muestras muy significativas de ello dentro del grupo que debería
hacerle firme oposición. En tal sentido, vale citar las declaraciones
del presidente interino de la nación Juan Guaidó —quien se
supone que tendría que representar y defender una concepción
contraria a la del régimen— que indudablemente delatan su
pensamiento: «Aquí no hubo socialismo porque no hay justicia
social en Venezuela»49. Una manifestación claramente contraria al
criterio del aliado de Venezuela, el presidente 45º de los Estados
Unidos, Donald J. Trump, quien meses después declaró que
«Venezuela nos recuerda que el socialismo no se trata de justicia»50.
En otras de sus intervenciones ha aseverado que el socialismo ha
47
Luis Alfonso Herrera, «Unidad y diversidad del liberalismo: ideas para su práctica
política y económica en Venezuela», en Se trata de la libertad, Caracas, Editorial
Galipán, 2015, pp. 59-60.
48
Las declaraciones comentadas pueden consultarse en el portal del canal de
televisión venezolano Telesur. https://videos.telesurtv.net/video/25231/socialismo-y-
democracia-son-inseparables-chavez/
49
Frase pronunciada por Juan Guaidó en rueda de prensa, referida por Orlando
Avendaño, «Presidente Guaidó, Venezuela sí es socialista», PanAm Post, 23 de abril
de 2019. https://panampost.com/orlando-avendano/2019/04/23/venezuela-socialista/
50
Extracto del discurso del presidente Donald J. Trump ante la 74ª. asamblea
general de las Naciones Unidas, en septiembre de 2019.
sido el motivo principal de la supresión y aniquilamiento de la

libertad y la democracia en Venezuela.
Sobre lo último, el dirigente opositor tuvo la disposición de

participar en una entrevista realizada por Jesús Piñero, historiador
y periodista venezolano, donde intentó esclarecer su postura al
respecto. Lamentablemente, eludió preguntas directas sobre si
efectivamente hay socialismo en Venezuela. Acerca de su posición
ideológica o la noción de justicia social expresa lo siguiente:
Soy un pragmático apasionado, soy de centro; uno tiene su

corazoncito, como diríamos coloquialmente […]; me pudiera llamar
de centro, aunque hay un poco más de centro hacia lo social […].
Como sabes yo soy ingeniero, entonces de lo que más hemos leído
ha sido sobre socialdemocracia, porque Venezuela es un país
socialdemócrata por la relación petróleo-Estado-sociedad. Para
nosotros es importante la equidad. La inequidad es básicamente
lo que tenemos con la crisis de hoy. Desde 1989 venimos pagando
las consecuencias, tenemos un 80 % de la población depauperada,
empobrecida. Justicia social es rescatar eso, lo elemental,
empezando con los servicios básicos para generar oportunidades51.
Alberto Benegas Lynch (h) afirma, sobre posturas como las del
presidente interino, que los tibios no sirven: «parafraseando a
Mario Vargas Llosa, son figuras de superficie sin mayor trastienda»,
y que, finalmente, hay que despejar la memez de que «la teoría es
irrelevante y lo importante es la práctica sin percatarse, por un lado,
que sin una adecuada teoría se anda a los tumbos y, por otro, que
todo lo que hacemos y consideramos práctico es porque adoptamos
una buena teoría forjada por otros en otros momentos»52.
A este respecto, Hayek advierte magistralmente sobre la

orientación que debe tomar la sociedad, una que dista de la
delineada por el dirigente opositor:
Entre los más grandes activos que puede utilizar una sociedad
51
Jesús Piñero, «Juan Guaidó, discurso e ideología a medias tintas», El Estímulo,
15 de noviembre de 2019. https://elestimulo.com/climax/juan-guaido-discurso-e-
ideologia-a-medias-tintas/
52
Vid. nota 8.
Capítulo 1 ► 49
para incrementar el pozo del cual se sacan las ganancias de los

individuos, se encuentran los diversos dones morales, intelectuales
y materiales que los padres pueden transmitir a sus hijos, y que
frecuentemente serán adquiridos, creados o conservados sólo para
poder transferírselos a ellos.
El resultado de este juego de catalaxia53, por lo tanto, implicará

necesariamente que muchos tendrán más de lo que sus congéneres
creen que éstos merecen, e incluso, muchos más tendrán
considerablemente menos de lo que éstos piensan que deberían
tener. No es sorprendente que tantas personas deseen corregir
esto a través de un acto autoritario de redistribución54.
Podemos asegurar que, si se pretende que en Venezuela se produzca

un cambio auténtico, es menester que primero se enmiende la
visión y, por consiguiente, cambien los pareceres actuales dentro
del ideario de nuestra dirigencia política —y de sus referentes
intelectuales55— que, además, se constituye de manera inherente
como uno de los soportes esenciales de esa cultura política del
fracaso que se ha heredado de épocas previas.
La motivación de este análisis es la de contribuir en la diseminación

de las ideas que promueven una sociedad libre y responsable.
Propagar este pensamiento es la mejor manera de coadyuvar en
la restauración del país para revertir todo el mal ocasionado. El
propósito no puede ser otro que edificar el Estado de derecho
53
Sobre esto Friedrich Hayek refiere: «Se ha sugerido frecuentemente que la teoría
que explica el funcionamiento del mercado sea denominada cataláctica, del griego
clásico, katalattein, tér-mino que significa, transar o intercambiar. Me he enamorado
de esta palabra desde que des-cubrí que en el griego antiguo ésta significaba, además
de intercambiar, admitir dentro de la comunidad y cambiar de enemigo en amigo. He
propuesto, por lo tanto, que llamemos al juego de mercado, a través del cual podemos
inducir al forastero a acogernos y servirnos, el juego de catalaxia».
54
Friedrich Hayek, «El Atavismo…», p. 189.
55
Sería conveniente referir la desafortunada conclusión que discurren el periodista
Moisés Naím y el analista político Francisco Toro, ambos venezolanos, en una columna
para Foreign Affairs: «La causa más profunda de la implosión de Venezuela no es la
adhesión doctrinaria de Maduro al socialismo sino, más bien, el deslizamiento del país
hacia la cleptocracia. […] Centrarse en que Venezuela es un fracaso del socialismo es
nublar el quid de la cuestión: el colapso del Estado venezolano y la apropiación de sus
recursos por una confederación de criminales despiadados que actúan dentro y fuera
del país […] A fin de cuentas, estos refugiados no huyen del “socialismo” —se escapan
de un gobierno infernal y fracasado». https://www.foreignaffairs.com/articles/
venezuela/2020-02-03/el-problema-de-venezuela-no-es-el-socialismo.
como pilar de un futuro que difiera del infausto presente que le ha

tocado a los venezolanos padecer en sus vidas.
Parte de tal faena será advertir y denunciar a aquellos que

aspiran obtener poder bajo la noción que ha condenado al país a
la insuficiencia y estrechez. Habrá entonces que reconocerlos y
exhibir las falencias de sus postulados, incluso y con mayor razón
si forman parte de la oposición al régimen dictatorial vigente, tal
como lo ha hecho el politólogo venezolano, Víctor Maldonado:
El problema que tenemos los venezolanos es que unos y otros

son igualmente socialistas. Desde el flanco del socialismo no se
puede juzgar como malo la implementación del socialismo. Por
eso les cuesta reconocer algo más que un resoluble déficit de
instrumentación de la actual experiencia, y de ninguna manera
van a llegar a la conclusión de que el modelo es malo. Y eso es parte
del problema que nosotros tenemos: que todos ellos creen que la
solución más eficaz pasa por el intento de perfeccionar la ejecución
del socialismo […].
… Porque unos y otros son deudores emocionales del socialismo.

Todos ellos se han paseado por la militancia en los partidos de
izquierda, y todos ellos han compartido el mismo proyecto de
asaltar el poder para imponer el modelo en el que ellos creen:
derechos relativizados a la sobrevivencia de la revolución, el
castigo inclemente a la propiedad, la persecución del éxito, el
fomento autoritario del estado interventor y la identificación de
dos enemigos irreductibles: la empresa privada y el sistema de
mercado. No son dos partes, es un solo punto de vista que está
dispuesto a la más obscena connivencia, en la que comparten los
mismos modelos mentales, tienen la misma jerga y creen que entre
ellos pueden imponer a todo el país sus términos […]56.
56
Víctor Maldonaldo, «Ruptura o colaboracionismo», Runrunes, 7 de octubre de
2019. https://runrun.es/opinion/390098/ruptura-o-colaboracionismo-por-victor-
maldonado-c/
Capítulo 1 ► 51
¿Por qué la libertad? La necesidad de una Filosofía
La democracia es dos lobos y una oveja

votando sobre qué se va a comer.
La Libertad es la oveja, armada,
impugnando el resultado.
BENJAMIN FRANKLIN
Como diría Friedrich Hayek, es preciso demostrar que la libertad

no es meramente un valor singular, sino la fuente y condición
necesaria de la mayoría de los valores morales57, premisa
principal por la que se debe sostener esta proposición en torno al
planteamiento filosófico postulado en apartados anteriores. La
libertad debe ser más que una visión septentrional sobre a dónde
se debe ir; debe ser el camino y el destino. Como sistema y ruta
hacia la salida de la servidumbre, debe concebirse en los confines
señalados por el autor austríaco:
La libertad para todos sólo puede realizarse si, como afirma la

famosa formulación de Kant, la libertad de cada uno no va más
allá de lo que es compatible con la igual libertad de los demás. La
concepción liberal es, pues, necesariamente la de una libertad en la
ley, una ley que limita la libertad de cada uno con el mismo fin de
garantizar la misma libertad para todos […] Esta libertad reconocida
a todos los que se consideran responsables de sus acciones, les
hace al mismo tiempo responsables de su destino: al tiempo que
la protección ofrecida por la ley consiste en permitir a cada uno
perseguir sus propios objetivos, esto no implica sin embargo, que el
gobierno deba garantizar al individuo particular un determinado
resultado de sus esfuerzos58.
Cabe enfatizar que esta no es una tarea sencilla, y su realización
57
Cfr. W.H. Auden en su introducción a The American Scene, de Henry James, 1946
p. 18: «La libertad no es un valor, sino el fundamento de todo valor». Véase también
en The Structure of Freedom, de Christian Bay, Stanford University Press, California,
1958, p. 19: «La libertad es el terreno requerido para el completo crecimiento de otros
valores».
58
Friedrich Hayek, Principios de un orden social liberal, Buenos Aires, Unión
Editorial, 2014, pp. 75-76.
puede implicar momentos —como los que se viven actualmente—

de graves fracturas en torno a criterios y pareceres. Es factible
inclusive que, pese a los esfuerzos y el denuedo de los defensores
de la libertad, no se logre atisbar inmediatamente la repercusión
de estas nociones dentro del imaginario colectivo. Partiendo de
una apreciación optimista, se puede decir que quizá en décadas se
consiga observar ciertos avances, muy seguramente aún con algún
resabio de este período lúgubre que encarna el socialismo del
siglo xxi. En tal sentido, Alexis de Tocqueville señalaba lo siguiente:
Nada es más fértil en prodigios que el arte de ser libre, pero nada
hay más arduo que el aprendizaje de la libertad […] La libertad,
generalmente, se establece con dificultades, en medio de tormentas,
viene precedida por discordias civiles y sus beneficios no pueden
conocerse hasta que se hacen viejos59.
Como se ha descrito en otra sección, el desafío principal es

entonces —para estos tiempos y los venideros— luchar contra
el atávico fundamento socialista, y para ello es obligatorio la
verificación y replanteamiento de los postulados en los que se
sostiene la mentalidad del país y, por tanto, su cultura política.
Es vital reivindicar los fundamentos de una sociedad libre y
responsable para un viraje en cuanto a su suerte.
Se debe nutrir la idea que una sociedad libre no opera basada

en el poder y la autoridad, sino sobre la base de la confianza y
la cooperación, mediante el intercambio voluntario de personas
corrientes que ajustan sus propios planes y acciones a los planes y
acciones de otras personas, decidiendo cuáles son sus intereses y
escogiendo el método más adecuado para satisfacerlos siempre y
cuando no perjudiquen a otros.
Se debe vigorizar la noción e importancia de contar con un Estado

de derecho que contenga normas jurídicas sobre la posesión,
control y transferencia de propiedad, para que las personas se
hallen libres de la amenaza de expoliación o explotación por parte
de terceros o de las autoridades. Al mismo tiempo, como mecanismo
59
Democracy, I, cap. XIV, p. 246; véase también II, p. 96: «Las ventajas que proporciona
la libertad aparecen solo con el transcurso del tiempo y siempre es fácil confundir la
causa que las origina». Cfr. Friedrich Hayek, The Constitution of Liberty, 1959, op. cit.,
p. 82.
Capítulo 1 ► 53
que garantice para todos: la libertad individual, la dignidad, la

igualdad política, la igualdad moral y la igualdad ante la ley; esto
es, preceptos que se apliquen en igualdad de condiciones a todos,
incluyendo a aquellos que gobiernan, haciendo improbable que se
adopte alguna norma opresiva. Con respecto a esto, Luis Alfonso
Herrera sugiere lo siguiente:
… Es urgente y esencial potenciar el pensamiento coherente, crítico

y liberal; descubrir, fortalecer y difundir las ideas en su sentido
original, así como cultivar la duda razonable ante el poder y la
discusión en la convivencia; recuperar y robustecer la capacidad
de argumentar; dejar atrás el odio y el desprecio entronizados
durante el siglo XX a la libertad individual, a la propiedad privada,
a la idea de Estado de derecho como límite al poder estatal, a la
subsidiariedad del gobierno en la economía, a los contratos, a la
ley general, abstracta e igual para todos; asumir que la pobreza
es superable solo con trabajo y responsabilidad, generando
riqueza y no a través del estatismo, la falsa justicia social (el modo
encubierto de aplicar la justicia distributiva) y el intervencionismo
económico, para lo cual se debe eliminar, vía Constitución, el poder
ilimitado del gobierno en la economía, así como el centralismo, el
presidencialismo y el militarismo60.
A manera de conclusión, podemos plantear la idea expuesta

dentro de la ética objetivista61 para ofrecerle al hombre una visión
integrada de la vida, una visión que sirva como base y referencia para
todas sus acciones, físicas o mentales, psicológicas o existenciales.
El ser humano debería postular y cultivar voluntariamente tres
cosas como los valores supremos y gobernantes de su vida: razón,
propósito y autoestima. Razón, como su única herramienta de
conocimiento; propósito, como su compromiso con la felicidad
que esa herramienta debe proceder a alcanzar; autoestima, como
la inviolable certeza de que su mente es competente para pensar y
su persona es digna de felicidad, o sea: digna de vivir62.
60
Luis Alfonso Herrera, op. cit., pp. 172-173.
61
Objetivismo es el nombre que Ayn Rand le dio a su filosofía, presentada
inicialmente a través de los héroes de sus famosas novelas The Fountainhead —1943,
traducida como El manantial— y Atlas Shrugged —1957, La rebelión de Atlas—, y más
adelante en varios libros y ensayos.
62
Ayn Rand, El nuevo intelectual, Buenos Aires, Editorial Grito Sagrado, 1961, p. 156.
Razón
El hombre cuenta con una facultad y un método, respectivamente:
en primer lugar cuenta con la razón —que identifica e integra el
material provisto por sus sentidos—, para lidiar con la realidad
y prepararse para tomar las mejores decisiones posibles en el
contexto de su propia falibilidad63. Pensar es una facultad volitiva,
es decir, el hombre debe ejercerla por elección; pensar no es una
función automática64. Y, en segundo lugar, cuenta con la lógica, el
arte de integración no contradictoria; es decir, el método de adquirir
conclusiones objetivamente derivándose sin contradicción de los
hechos de la realidad —una cosa no puede ser y no ser al mismo
tiempo, en el mismo contexto— o, en última instancia de la
evidencia provista por sus sentidos.65 Como destacaba Rand:
La razón es el único medio por el que el hombre puede asimilar la

realidad y adquirir conocimiento y, en consecuencia, el rechazo de
la razón significa que los hombres deberían actuar sin preocuparse
de, y/o en contradicción, con los hechos de la realidad66.
Propósito
El ser humano es impelido al uso de la razón en función de un
designio: la consecución de sus objetivos. Como se ha desarrollado
en otros apartados, toda acción presupone una representación
mental que surge a partir de la razón o de la imaginación de una
persona. Empero, también debe existir un propósito que impulse
la orientación humana hacia sus metas67.
Es menester que se determine un conjunto de fines a largo plazo

que posibiliten la configuración de la conducta en aras de su
adecuación a dicho estándar delimitando las acciones cotidianas.
Sin ello, el ser humano se condena a sí mismo a un tránsito
63
Ricardo Rojas, 2012, loc. cit.
64
Ayn Rand, La virtud del egoísmo: un nuevo concepto de egoísmo, Buenos Aires,
Editorial Grito Sagrado, 1961, p. 35.
65
Id. The Objectivist, vol. 10. Second Renaissance Books, 1971, p. 12. Véase también
Ricardo Rojas, op. cit., 109-110.
66
Ayn Rand, The New Left. The Anti-industrial Revolution, New York, Signet Books,
1971, p. 84.
67
Ricardo Rojas, op. cit., p. 168.
Capítulo 1 ► 55
ambulante, sin domicilio ni objetivo cierto. Sentencia su destino a

la nulidad. En síntesis, a una vida vacua y errática; vaga sin rumbo
prefijado esperando el fin de sus días.
Por añadidura, dicha premisa tiene por contenido un componente

de gran envergadura, y es el derecho inalienable de la búsqueda
de la felicidad, no estando sujeta a las resoluciones de terceros,
sino siendo finalmente un cúmulo de elecciones individuales y
personalizadas en virtud de la realización y satisfacción propia68.
Autoestima
A fin de estar capacitado para manejar los hechos de la realidad
—para procurar y lograr los valores que requiere su vida— el
hombre necesita la autoestima, necesita tener confianza en
su eficacia y su valor; de lo contrario, si cae en la ausencia de
consideración, aprecio o valoración de sí mismo, es decir, los
sentimientos de culpa y ansiedad, su mente estará condenada a
afrontarlos como los disociadores de su pensamiento, en su turno
como distorsionadores de sus valores y, por último, como factores
paralizantes de su acción69.
El hombre de verdadera confianza en sí mismo es el hombre que

confía en el juicio de su propia mente, adecuado para la vida, sus
exigencias y desafíos. Sentirse competente para vivir significa
tener confianza en el funcionamiento de la propia capacidad de
pensar por uno mismo. Sentirse merecedor de la vida quiere decir
tener una actitud afirmativa hacia el propio derecho de vivir y
ser feliz. La autoestima, atañe a la convicción interior de nuestra
eficacia y valor fundamentales.
Para concluir, me gustaría hacer una referencia a Think For

Yourself, canción de George Harrison que apareció en el disco
68
Ayn Rand, 1961. La virtud del egoísmo, cit., p. 110.
69
Ibid., pp. 42-43.
Rubber Soul, de The Beatles70, editado en 1965. Este título —piense

por usted mismo— sugiere, entre otras cosas, que no ceda a un
tercero la capacidad de razonar71. Las ideas son importantes y
tienen consecuencias; como diría —para tristeza de todos los
venezolanos— el estribillo de una canción: Venezuela es la escuela.
Por tal motivo, también se puede afirmar que nada es inevitable

en el curso de la historia, aunque así pueda parecer al mirar
hacia atrás; todo lo escrito en la época reciente del país al norte
del sur, indudablemente, es reversible. «El hombre siempre
será quien, con su inteligencia y libertad, trazará los surcos por
los que la humanidad seguirá su imprevisible andadura»72; la
responsabilidad recae en ser valedores de este fundamento para
así cimentar un mejor futuro que corresponda a un estadio de
virtudes como el orgullo, la productividad, la independencia, la
integridad, la honestidad y la justicia.
70
Un dato anecdótico reseñable de la banda de rock inglesa: en los años setenta
fueron prohibidos por la dictadura cubana de Fidel Castro —régimen análogo al
venezolano— que impuso por la dolorosa censura en los medios a la música en inglés,
el idioma del agresivo enemigo estadounidense. La cultura anglosajona quedó bajo
sospecha. Un cubano podía ser tachado de diversionismo ideológico y enfrentar la
censura social.
71
Tomás Arias Castillo, abogado venezolano, profesor de mi Alma Mater, la
Universidad Central de Venezuela y aficionado acérrimo de The Beatles, ofrece este
mensaje como reflexión concluyente de su ensayo «Ideas para Vente Venezuela», en
Se trata de la libertad, Editorial Galipán, 2015, p. 38.
72
Javier Martínez de Bedoya, El desafío de la libertad, cit., p. 149.
CA
PÍTU
LO
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REFLEXIONES SOBRE EL PODER EN

VENEZUELA Y LATINOAMÉRICA
Anderson Riverol
El poder siempre ha sido lo más ansiado por los enemigos de

la libertad, por aquellos que se han empeñado en hacerse de
él y preservarlo hasta las últimas consecuencias, tal como
efectivamente pasó en Venezuela, donde las élites saqueadoras de
todas las izquierdas compiten, mientras los ciudadanos comunes
sufren sus nocivos efectos.
Este asalto al poder, por parte de los colectivistas, ha sido posible

por diversas causas, pero uno de los elementos más notables a
considerar es la relación del Estado con el petróleo, una simbiosis
que debe estudiarse para que en el futuro se evite la repetición de
lo que ha ocurrido.
___________________________________________________________
El poder concentrado ha sido

siempre el enemigo de la libertad.
Ronald Reagan
En términos generales, puede afirmarse que la inestabilidad de

Latinoamérica en lo que respecta a la política, los fenómenos
sociales y la economía, es atribuible al afán por el poder, el
cual proviene, en la mayoría de los casos, de las pretensiones
colectivistas, las cuales son completamente enemigas de la
libertad. Los colectivistas de corte izquierdista o militar, uno
tras otro, se han hecho de un gran poder. En este proceso, han
coaccionado la libertad de los ciudadanos, quienes, sin capacidad
real para defenderse, solo han visto apacibles —y en algunos casos
hasta alegres— cómo pierden progresivamente la autonomía, sin
la cual es imposible llevar a cabo sus proyectos de vida, lograr la
prosperidad y, con ello, un mejor futuro.
Los enemigos de la libertad y, sobre todo, aquellos inspirados por

las ideas de segunda mano de la izquierda totalitaria, han tenido
la paciencia para planificar, por muchos años, cómo sería la toma
del poder, e incluso, cómo garantizar su mantenimiento. Y esa
estrategia ha rendido sus frutos. Hoy, millones de personas sufren
las consecuencias del socialismo del siglo xxi, ideología que, a
diferencia de lo que promete, se traduce en sufrimiento y muerte.
Pero esto es algo que estaba anunciado, ya que la toma del poder
por parte del colectivismo en Latinoamérica se inició en Cuba, con
el ascenso de los hermanos Castro por la vía de las armas. Ellos
tomaron como bandera la libertad y, como todo proyecto socialista,
fue lo primero que desconfiguraron, manipulando este valor para
que significase todo lo contrario, teniendo como instrumento la
neolengua1.
Y es que aunque parezca contradictorio, los colectivistas se sirven

de la libertad y de las instituciones que florecen a partir de esta para
hacerse más fuertes, hasta alcanzar el poder total. Se aprovechan
del sistema —en apariencia— democrático, explotando su
potencial colectivizador y anulando su potencial como sistema de
protección del individuo, algo que Bertrand de Jouvenel ya había
agudamente observado:
De ahí —notémoslo de pasada— la doble concepción de la

democracia, entendida en la filosofía social individualista como
régimen de los derechos del hombre y, en una filosofía política
divorciada del individualismo, como el absolutismo de un gobierno
1
Con respecto a la manipulación del lenguaje, Sir Roger Scruton menciona en su
libro Pensadores de la nueva izquierda que fue precisamente George Orwell quien
acuñó el término de neolengua para describir su Estado totalitario ficticio pero que
la apropiación del lenguaje por parte de la izquierda comenzó con la Revolución
Francesa. Además, afirma que «Se puede combinar el poder absoluto del partido
comunista con el libre consentimiento del pueblo, denominando al gobierno comunista
“centralismo democrático” y llamando a los países en los que se impone “democracias
populares”. La neolengua reconfigura el escenario político, establece distinciones
hasta entonces desconocidas y suscita la impresión de que, así como el anatomista
describe el cuerpo humano, la neolengua revela el entramado oculto que se encuentra
bajo la superficie. Es fácil, de ese modo, repudiar la realidad como mera ilusión». Roger
Scruton, Pensadores de la nueva izquierda, Ediciones Rialp, 2017, p. 15.
Capítulo 2 ► 61
Reflexiones sobre el poder en Venezuela y Latinoamérica
que se apoya en las masas2.
Con respecto a la democracia, es importante esclarecer sus

verdaderos alcances y posibilidades de desarrollo, para que no se
transforme en la tiranía de las mayorías o en el gobierno de las
masas, como destaca De Jouvenel. Y eso solo es posible junto al
sistema capitalista que, precisamente, se basa en el individualismo.
Ante esto, es imprescindible hacer referencia a Friedrich Hayek,
quien señalaba que:
El gobierno democrático funcionó con éxito en tanto, conforme

a un credo admitido por casi todos, las funciones del estado
se limitaron a campos en los que podía obtenerse el consenso
mayoritario. El precio que tenemos que pagar por un sistema
democrático es la restricción de la acción del Estado a esos campos
en lo que pueda obtenerse el acuerdo. Y un gran mérito de una
sociedad liberal es que reduce la necesidad de acuerdo a un mínimo
compatible a la diversidad de las opiniones individuales que se
darán en una sociedad libre. Con frecuencia se ha dicho que la
democracia no tolera el capitalismo, pero si «capitalismo» significa
una sociedad competitiva basada en la libre disposición de la
propiedad privada, el hecho mucho más importante es que solo el
capitalismo hace posible la democracia. Y si un pueblo democrático
cae bajo el dominio de un credo anti-capitalista, eso significa que la
democracia se autodestruirá inevitablemente3.
Por otra parte, existe un segundo medio a través del cual es posible
instaurar el socialismo. Fue usado en Venezuela —con todas sus
pretensiones totalitarias— y consistió en el proyecto exitoso de
vender y propagar como un virus las ideas y los liderazgos que
representaban al socialismo del siglo xxi.
Vale decir que el socialismo, en ninguna de sus versiones —y vaya

que existen muchas—, ha sido útil o bueno para algo que no sea el
empobrecimiento general de quienes lo padecen. Eso ha quedado
registrado en la historia, y su huella nefasta se observa por todos
los continentes, desde las experiencias de Pol Pot en Camboya,
2
Bertrand de Jouvenel, On Power, Boston, Beacon Press, 1962, p. 47.
3
Friedrich Hayek, Socialismo y guerra, Madrid, Unión Editorial, 1999, p. 221.
quien bajo la misión de lograr la tan ansiada igualdad, se dispuso a

asesinar a las personas que usaban anteojos para que no pudieran
obtener más conocimiento que otros; o en Venezuela, donde
ocurre la migración más grande en la historia del continente, con
un desplazamiento de —al menos— 5,4 millones de personas4
hasta la fecha.
Todos estos seres humanos huyen del socialismo, de la misma

forma que en Alemania Oriental intentaban huir de ese supuesto
paraíso, estando expuestos a ser ametrallados al cruzar el muro
de Berlín, el cual se extendía por 155 kilómetros y permaneció
durante veintiocho años, con la función, no de proteger, sino de
evitar que los alemanes cruzaran a occidente para alcanzar las
bondades propias del capitalismo. Tal y como comenta Fernando
Díaz Villanueva, periodista español:
Una República Alemana Democrática, tres mentiras; no era

república, no era democrática y no era alemana. Era una monarquía
hereditaria, no era democrática —era una tiranía espantosa—, y no
era alemana porque estaba manejada por los rusos5.
Casos como este demuestran la desmedida ambición de poder

que nace desde el colectivismo, una que elimina cualquier rastro o
capacidad de razonamiento, sumergiendo al sujeto en un egoísmo
irracional6. Ahora bien, más allá de que se pueda comprender que
el ser humano se pervierte por el deseo de poder, es necesario
mencionar que la perversión es propia del sistema socialista, el
cual siempre fracasará en las condiciones que sean, aunque su
narrativa sea la de generar bienestar.
Curiosamente, los socialistas que critican que el poder es

utilizado por los dueños de medios de producción para someter
4
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Situación en
Venezuela, (s.f.). https://www.acnur.org/situacion-en-venezuela.html
5
Fernando Díaz, [El club de los viernes], “Vender nuestras ideas”, video de YouTube,
16 de noviembre de 2016. https://youtu.be/SClWPzJXqqc
6
El egoísmo irracional es la búsqueda del bienestar propio en donde se afecta los
derechos individuales de terceros, ante esto se contrapone el egoísmo racional que es
la búsqueda del propio bienestar respetando la libertad de los demás, esto en palabras
de la filósofa Ayn Rand.
Capítulo 2 ► 63
a los obreros, son los que concentran más contradicciones, según

expone también Bertrand de Jouvenel:
El ejemplo más sorprendente lo ofrecen los socialistas. Su doctrina

predica:
El Estado no es otra cosa que una máquina de opresión de una clase

por otra, y ello es así en tanto una república democrática como en
una monarquía. A través de las innumerables revoluciones cuyo
teatro ha sido Europa desde la caída del feudalismo, este aparato
burocrático y militar se ha venido desarrollando, perfeccionando,
reforzando […] Todas las revoluciones anteriores no han hecho
más que perfeccionar la máquina gubernamental, en lugar de
derribarla y destruirla.
Sin embargo, los socialistas contemplan complacidos cómo

aumenta esa “máquina de opresión”, y en lo que piensan no es en
“destruirla” sino en apoderarse de ella7.
Y efectivamente, el socialismo del siglo xxi, luego de llegar por vías

democráticas al poder en Venezuela, se apoderó de la máquina de
opresión y expandió su proyecto colectivista a toda Latinoamérica,
con las honrosas excepciones de Guatemala y Colombia. Así, el
proyecto socialista venezolano lograría captar líderes de izquierda
de la región, para impulsar una agenda ideológica de muerte y
miseria, utilizando un instrumento poderoso como es el petróleo.
El petróleo venezolano: poder e historia
Venezuela, antes del hallazgo del petróleo, era una nación agrícola
cuyos habitantes no gozaban de los beneficios de la modernidad
y el desarrollo. No es sino hasta que se descubrió el primer pozo
petrolero de importancia, Zumaque I, el 15 de abril de 1914 en
Mene Grande, que se abre un caudal de oportunidades para el país,
las cuales fueron controladas por el general Juan Vicente Gómez
hasta el día de su muerte.
Teniendo en cuenta que, para la fecha, los venezolanos no contaban
7
Bertrand de Jouvenel, op. cit., p. 10.
con suficiente experiencia en la industria de los hidrocarburos,

se otorgaron concesiones a empresas especializadas de capital
internacional, mientras que una gran cantidad de jóvenes
venezolanos fueron enviados a universidades en los Estados
Unidos para formarse en un área que prometía mucho. Esta
dinámica se mantuvo mientras que el General Gómez y sus
herederos políticos condujeron las riendas de Venezuela. Luego de
su muerte en 1935, el General Eleazar López Contreras ascendió a
la primera magistratura del país.
En palabras del gran intelectual venezolano, Arturo Uslar Pietri, es

Gómez el padre de la democracia8, puesto que las características
de Eleazar López Contreras, quien era un militar profesional y de
ideas abiertas y liberales, no eran las adecuadas para mantener
el caudillismo, sino que, de manera intencionada, Juan Vicente
Gómez lo orienta a abrirle la puerta a la democracia en el futuro.
La evolución de este ideario se vio más evidente con el ascenso
del presidente Isaías Medina Angarita —también militar—, el
único del que puede afirmarse que no cerró ningún medio de
comunicación, no forzó el exilio de opositores, ni tuvo presos
políticos.
No obstante, dos grupos de presión no estaban de acuerdo con

el rumbo de Venezuela, por lo que decidieron llevar adelante un
golpe de Estado el 18 de octubre de 1945. El primer grupo estaba
constituido por dirigentes del partido Acción Democrática9
liderado por Rómulo Betancourt; el segundo grupo lo conformaban
militares profesionales inspirados en las dictaduras del cono sur,
liderado por Marcos Pérez Jiménez. Estos dos grupos derrocaron
8
Arturo Uslar Pietri, en: Marcel Granier, «Arturo Uslar Pietri, 30 de junio de 1997»,
RCTV Internacional, video de YouTube, 4 de noviembre de 2014. https://www.youtube.
com/watch?v=VKDm_r9F-zI
9
Es en el gobierno de Isaías Medina Angarita donde el partido político Acción
Democrática (AD) es legalizado. Rómulo Betancourt confiesa: «Debíamos demostrar,
para merecer que nos permitieran realizar actividades políticas lícitas, que éramos
defensores ardientes de la propiedad privada, concebida en términos de derecho
quiritario; y celosos cancerberos del concepto medieval de familia, y San Jorges de
adarga al brazo para enfrentarnos a las modernas normas del derecho social, viejas
con vejez de décadas en otros países, pero estimadas por la Venezuela oficial de 1941
como repudiables factores de subversión y anarquía». Rómulo Betancourt, Venezuela,
política y petróleo. Caracas, 1967, p. 162. Deja así en evidencia su recelo o desprecio por
el concepto de familia de la época y por la propiedad privada.
Capítulo 2 ► 65
a Medina y constituyeron —en una primera etapa— una junta de

gobierno, la cual decide inmediatamente tomar el sector petrolero
venezolano, designando al abogado caraqueño, vinculado con el
partido Acción Democrática, Juan Pablo Pérez Alfonzo10 como
Ministro de Fomento (1945 - 1948) y quien luego se convertiría en el
padre de la OPEP.
Sin duda alguna, el nuevo régimen traía consigo una visión más
estatista. A partir del 31 de diciembre de 1945 se estableció un
impuesto extraordinario que afectó a las petroleras y aumentó
el pago de tributos. En 1947 se aprobó un decreto-ley que subió la
tasa del impuesto sobre la renta de 9,5 % a 26 %, lo cual, sumando
las regalías, llevaba el tributo a casi el 50 %.
Para ese mismo año, Rómulo Gallegos es electo presidente de la

república, mediante una elección de primer grado —primera en la
historia del país— manteniendo en el gabinete a Juan Pablo Pérez
Alfonzo, quien fija cinco lineamientos cardinales, de los cuales
—para mostrar su contenido estatista— se puede tomar como
ejemplo el más famoso de ellos: no otorgar más concesiones, frase
que fue una bandera y estuvo muy inmersa en la narrativa política
dentro de los espacios de poder de la época.
Estos tres años de Junta Cívico-Militar y principios de un

periodo presidencial originado democráticamente, comúnmente
denominado trienio adeco, terminaron abruptamente con el
derrocamiento del presidente Gallegos, estableciéndose entonces
en el poder el General Carlos Delgado Chalbaud. Su régimen
duraría poco, puesto que sería asesinado en 1952, lo que le daría
paso a la celebración de unas elecciones manipuladas por el
Consejo Supremo Electoral, dando como resultado la victoria del
Frente Electoral Independiente que postulaba al General Marcos
Pérez Jiménez, mientras que el verdadero ganador, el Dr. Jóvito
Villalba, fue desterrado a Panamá, el 15 de diciembre del mismo
año.
A pesar de lo antes expuesto, resulta digno de mencionar que

la política petrolera más alejada del estatismo, una política
10
El Dr. Juan Pablo Pérez Alfonzo fue ministro de fomento lo que correspondió
al trienio adeco 1945-1948 y durante el quinquenio de Rómulo Betancourt 1959-1964.
radicalmente diferente de la visión del trienio adeco, fue la del

gobierno militar de Marcos Pérez Jiménez11. De la mano del
Dr. Edmundo Luongo Cabello12, persona fundamental para que
esto fuera posible, se dio paso a la entrega de concesiones, las
cuales fueron otorgadas, en su mayoría, a las petroleras Creole,
Shell y Mene Grande. Es importante tener en cuenta que el
otorgamiento de estas concesiones fue muy criticado por parte del
Dr. Pérez Alfonzo, y el historiador Rafael Arráiz Lucca, en su libro
sobre el petróleo en Venezuela, rescata esta importante cita:
Derrocada la dictadura, la junta de gobierno ordenó hacer un

examen exhaustivo del otorgamiento de concesiones para
verificar las irregularidades que se hubiera podido cometer. Hasta
se contrató a una firma de analistas consultores, la A.C.A. de
Venezuela, para “escrutar cuidadosamente los récords de todas las
concesiones otorgadas en 1956 y 1957, incluyendo las solicitudes para
los lotes en los cuales no se dieron las concesiones”. El informe fue
presentado el 20 de mayo de 1958 y, como hubiera podido esperarse,
todo se encontró en forma y cumplido los procedimientos
pautados. Podría hasta reconocerse que nunca antes se procedió
con tanta diligencia y método, y desde luego, como queda dicho
anteriormente, el rendimiento económico obtenido batió todos
los antecedentes porque recibió cien veces más por hectárea que
lo recibido en el ciclo anterior de 1943-1944. Se obtuvo lo más que
se pudo en un momento muy favorable del mercado para esa
inusitada mercancía: concesiones de petróleo en el país de mayor
exportación y mayores ganancias para la industria13.
11
Rafael Arráiz Lucca, El petróleo en Venezuela, Caracas, Editorial Alfa, 2016, p. 168.
12
El historiador Rafael Arráiz Lucca describe su trayectoria: Se había graduado de
la UCV de doctor en ciencias físicas y matemáticas (1928) y en 1930 entró a trabajar
en el ministerio de fomento. Estando allí el ministro Gumersindo Torres lo escogió
junto a dos funcionarios más para enviarlos a estudiar Ingeniería Petrolera en
Oklahoma. De allá regresó en 1933, egresado de la Universidad de Norman. Fue de
los primeros ingenieros petroleros que hubo en Venezuela y se desempeñó como
inspector de campo técnico de hidrocarburos entre 1933 y 1939. Luego fue ascendido a
director nacional de hidrocarburos entre 1939 y 1943. Medina Angarita lo incluyó en la
comisión redactora de la Ley de Hidrocarburos de 1943. Luego durante el trienio siguió
trabajando en el Ministerio de Fomento, pero en cargos menores y no propiamente
vinculado con el petróleo […] para el momento es que es designado ministro de Minas
e Hidrocarburos, a finales de 1952 tiene más de veinte años haciendo carrera técnica
interna.
13
Rafael Arráiz Lucca, op. cit., pp. 195-196.
Capítulo 2 ► 67
Con el fin del gobierno militar de Marcos Pérez Jiménez, llega la

democracia a Venezuela. En este periodo de cuarenta años (1958-
1998) es destacable una industria petrolera con personal altamente
calificado y, por más que su visión sobre la industria pueda ser
cuestionada —caso de la estatización—14, no cabe duda de que
se hizo lo posible para que el sector petrolero fuera de la mayor
utilidad para la república y que sirviera para el desarrollo de todos
los venezolanos.
Uno de los factores que sin duda influyó en el aumento del poder
económico del Estado fue la nacionalización del petróleo, más
precisamente su estatización, puesto que el Estado tomó el control,
a partir de 1976, de las actividades relacionadas con esta industria,
desde la extracción hasta el transporte y la comercialización. Cabe
señalar que el presidente que llevó la estatización, Carlos Andrés
Pérez, tuvo la precaución de establecer un controversial artículo
en la ley que regía la materia, uno que permitía la contratación
de empresas extranjeras en actividades propias de la industria.
Sin embargo, para demostrar el descuido ante el poder que esto
significaba, vale rescatar la intervención del para entonces senador
vitalicio, Rómulo Betancourt:
Voy a decir que respaldo a plenitud ese artículo 5º, el cual no establece
sino dos posibilidades: la posibilidad de contratos operacionales
de la casa matriz que va a administrar toda la industria; o de
contratos de asociación, que no podría hacerlos el ejecutivo federal
sin el apoyo del Congreso, reunido en sesión conjunta de las dos
Cámaras. Esta posibilidad de asociaciones, ya que en el artículo 5º
no se habla en ningún momento de empresas mixtas, tiene cierta
semejanza a esas válvulas de escape que se establecieron en la
Constitución del 61 y en la Ley de Hidrocarburos de 1967 para no
atar de brazos al Estado. Puede presentarse la coyuntura que sea
favorable y necesario para los intereses del país un convenio de
14
Sin embargo, cabe destacar que uno de los personajes que veremos adelante,
quien fue ministro de energía y minas, presidente de PDVSA y ministro de relaciones
exteriores de Venezuela, Humberto Calderón Berti, el jueves 30 de enero del 2020, en
un debate en el partido político Vente Venezuela, declara que la nacionalización fue un
éxito económico y técnico, pero el factor político se interpuso, en su ponencia «Estado
rico vs ciudadano rico», en el foro Vente rompe paradigmas; video de YouTube, 11 de
febrero de 2020. https://www.youtube.com/watch?v=OxY_6NhaLlg&feature=youtu.
be
asociación. Que ese convenio vaya a significar una nueva etapa de

entreguismo, no lo concibo, porque tengo fe en Venezuela y tengo
fe en los venezolanos; porque sé que aquí en Venezuela ya no habrá
más dictaduras y que solo los dictadores son capaces, por venalidad
o por otras causas, de irrespetar el interés nacional15.
Lamentablemente, Venezuela padeció un destino peor al augurado

por la falsa visión de que la nación estaría a salvo de los enemigos
de la libertad. Si bien no hubo otra dictadura tradicional, se terminó
de abrir la puerta a un mal mayor, en la forma de la revolución
bolivariana. En todo caso, antes de la llegada del chavismo, sí hubo
una generación de grandes hombres dentro de la industria de los
hidrocarburos. En su mayoría, trabajaron enfocados en el bienestar
de la república, como es el caso del Ministro Humberto Calderón
Berti. Calderón es geólogo egresado de la Universidad Central
de Venezuela y, para aquel entonces, presidente del Instituto de
Tecnología Venezolana para el Petróleo. El ministro Calderón
había completado su formación con una maestría en petróleo
en la Universidad de Tulsa (Oklahoma) y era considerablemente
joven al momento de su designación, con solo 38 años de edad16,
demostrando así que, dentro de un espacio de poder, los factores
más importantes son la formación, la capacidad de aprender y el
compromiso.
Con respecto a lo anterior, Arráiz Lucca expone las ganancias

que tuvo el país gracias a la política de precios defendida por el
ministro Calderón:
La política de precios venezolana en este periodo cuando el ministro

de energía y minas fue Calderón Berti no debe sorprendernos, ya
que fue muy activo en el seno de la OPEP, comprometiéndose
personalmente con la organización y haciendo de su actuación
internacional uno de los hitos de su administración. El propio
Herrera Campins, en prólogo al libro de su ministro, Venezuela y
su política petrolera 1979-1983, lo afirma con orgullo. “No exagero
al afirmar que en la historia de 23 años de la OPEP no ha habido
ningún funcionario venezolano ubicado en elevados niveles
15
Rafael Arráiz Lucca, op. cit., p. 242.
16
Ibid., p. 256.
Capítulo 2 ► 69
ejecutivos del gobierno o de la industria que haya alcanzado

mayor profundidad en el trato y en la cordial relación amistosa
con nuestros socios del Medio Oriente, de las Asiáticas lejanías
indonesias o de África, como Humberto Calderón Berti”17.
Es conveniente evaluar si el hecho histórico de la estatización

de la industria petrolera de Venezuela, por parte del presidente
Carlos Andrés Pérez, fue un acierto o la puerta de entrada del mal
comunista. La pregunta es pertinente dado que la llegada de Hugo
Chávez en 1998 supuso la culminación del periodo democrático
en el país, y el nuevo régimen tuvo la capacidad de apoderarse
de la industria petrolera, aprovechándose de un sistema que
le daba la posibilidad de administrarla a su conveniencia,
independientemente de sus inclinaciones políticas.
Cabe igualmente preguntar si la estatización pudo, al menos por

un tiempo, ser una política conveniente y exitosa. De cualquier
manera, fue determinante para hacer del Estado venezolano uno
profundamente patrimonialista18, y esa cualidad fue altamente
aprovechada por el socialismo del siglo xxi. Del mismo modo,
vale la pena evaluar si existe una incidencia del sistema de
administración de la industria petrolera en la configuración del
régimen político de un país. Para ello, es útil comparar los tipos de
gobiernos imperantes entre los socios de la OPEP:
Sistemas políticos con poderes ejecutivos dominantes, golpes de

Estado recientes e instituciones con poca autonomía
Producción Población
PIB
Países OPEP (millones de (millones de Tipo de gobierno
barriles) habitantes)
Arabia Saudita Monarquía
11.153 24.700 27,6
absoluta
Irán República
4.234 12.200 65,4
Islámica
17
Ibid., pp. 261-262.
18
El estado patrimonialista es un Estado de desmesurado crecimiento en su poder,
con la capacidad discrecional de favorecer a unos en desmedro de otros y que es tan
rico que los ciudadanos no tienen muchos incentivos para generar riqueza, producir
valor, o ser productivos. Para profundizar, se puede consultar a Isabel Pereira, La
quiebra moral de un país, Caracas, Artesano Editores, 2013, p. 62.
Sistemas políticos con poderes ejecutivos dominantes, golpes de

Estado recientes e instituciones con poca autonomía
Emiratos Árabes Emirato absoluto
3.088 48.580 8,2
Unidos y hereditario
Kuwait Monarquía
2.682 40.700 2,5
parlamentaria
Iraq República parla-
2.635 3.900 27,5
mentaria
Nigeria República
2.528 2.600 135
federal
Venezuela Democracia en
2.470 12.400 25
transición19
Escuador Democracia en
480 8.300 14,5
transición
Catar Emirato absoluto
810 98.390 1,85
y hereditario
Argelia República semi-
1.884 7.200 33,3
presidencial
Fuente: Isabel Pereira, La quiebra moral de un país, Caracas, Artesano Editores, 2013,
p. 26.
Visto de esta forma, no se puede afirmar del todo que hay una
determinación ineludible entre el control sobre el petróleo y la
forma de organización del gobierno, puesto que existe diversidad
entre los casos mencionados. Sin embargo, si es de notarse
que todos estos Estados disponen de ingentes recursos en sus
estructuras centralizadas, algo que para el caso venezolano
significó una ventaja en la implementación de la agenda política
chavista. En definitiva, como Isabel Pereira refiere: «La democracia
no surge en países petroleros con regímenes absolutistas o con
democracias débiles, donde el Estado es dueño de la industria»20.
19
En la actualidad, el régimen político venezolano se ha consolidado como Estado
criminal, cuyos agentes estatales y los grupos afines han cometido violaciones
flagrantes de los derechos humanos, acusaciones que han sido corroboradas por la
Misión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Bolivariana
de Venezuela, surgida a partir de la resolución 42/25 del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU.
20
Isabel Pereira, op. cit., p. 27.
Capítulo 2 ► 71
El petróleo como instrumento de propagación del

socialismo del siglo xxi
La mayoría de las sociedades occidentales bajaron la guardia

cuando se convencieron de que el socialismo había sido
derrotado con la caída del muro de Berlín. No advirtieron que en
Latinoamérica se gestaba un movimiento que habría de gobernar
bajo un sistema similar, afectando a casi todo el continente, con el
Foro de Sao Paulo como ente aglutinador. Así pues, se le dio pase
libre a esta red de movimientos políticos colectivistas, teniendo a
Venezuela a la vanguardia, ya que fue la nación más susceptible
luego de la década de 1990, encontrándose sin rumbo y afectada
por una democracia bipartidista que la gente rechazaba.
Este contexto le sirvió al entonces Teniente Coronel, Hugo Chávez,

quien luego de un intento de golpe de Estado muy sangriento, y
de un posterior sobreseimiento de su causa por parte del último
presidente de la democracia, Rafael Caldera, logró ser electo
presidente de la república y, desde esa posición, cambiar el país
desde sus cimientos e instaurar un régimen socialista.
Es importante precisar que, aunque hoy luzca evidente, estas

pretensiones no serían reveladas hasta el año 2005, cuando Chávez
gozaba de un pico en su popularidad, parado sobre la plataforma
que le brindaban los elevados precios del petróleo, los cuales le
permitían ejecutar un gigantesco gasto público que también era
malversado para apoyar proyectos y líderes socialistas en toda
la región. Es por ello que pudo expandir el proyecto socialista.
Consiguió socios en países como la Argentina de los Kirchner, en
Bolivia con Evo Morales, Paraguay con Fernando Lugo, Brasil con
Lula Da Silva, Ecuador con Rafael Correa, Honduras con Manuel
Zelaya, entre muchos otros. Lo más determinante fue el vasto
ingreso por concepto de comercialización de petróleo, que le
permitió cooptar estos gobiernos extranjeros.
A título ilustrativo, se puede hacer referencia a los primeros nueve

años del gobierno de Chávez, la producción diaria de petróleo en
Venezuela y la cotización internacional de este rubro.
Año Producción de barriles Año Precio de barril en $

1999 2.800.000 1999 16,04
2000 2.890.000 2000 25,91
2001 2.790.000 2001 20,25
2002 2.780.000 2002 21,99
2003 2.640.000 2003 23,29
2004 3.000.000 2004 32,22
2005 3.060.000 2005 45,32
2006 3.030.000 2006 55,21
2007 2.940.000 2007 64,74
Fuente: Rafael Arráiz Lucca, op. cit., p. 302.
Se puede apreciar cómo, en el primer gobierno de Chávez y en la

transición hacia su segundo, la industria petrolera venezolana fue
boyante y los precios del crudo tendían al alza. Todo esto, al final,
se tradujo en petrodólares que financiaban su poder en el ámbito
doméstico y su influencia internacional. No es coincidencia que
fuese en los mismos años de los ascensos al poder de los presidentes
mencionados. Y es precisamente con el gobierno de Chávez que se
vio lo destructivo que puede llegar a ser sobre las sociedades el
afán de poder. Cuando una persona carismática ejerce el liderazgo
con amplios recursos y, además, usa al resentimiento como motor
para movilizar su capital social, es capaz de crear un ejército de
personas que también niegan la razón y toman sus decisiones a
través de lo que sienten, y son esos sentimientos los que los hacen
susceptibles a la manipulación del líder.
Debe señalarse que este elemento caracterizado como el afán de

poder se presenta no solamente en Venezuela, sino que también se
vio en la Bolivia de Evo Morales. A diferencia del chavismo, Morales
no usó el resentimiento según el estatus económico, ya que su
discurso se enfocó en la etnia. Por tal motivo, acusó de racista
a todo lo que no le servía para sus pretensiones colectivistas de
dominación. Se puede mencionar también el caso de Chile, donde
el resentimiento ha tenido como principal adversario y motivo de
sus discursos de odio hacia el cristianismo, por lo que en el último
trimestre del 2019, la iglesia católica y sus símbolos han sido objeto
Capítulo 2 ► 73
de ataques.
Para definir el afán de poder, se puede recurrir a la magnífica

conceptualización hecha por el rector fundador de la Universidad
Simón Bolívar, Ernesto Mayz Vallenilla:
… El afán de poder surge como una respuesta, eminentemente

dialéctica, que brota de la existencia humana al enfrentarse ésta
con la precariedad y menesterosidad que la rodean por obra de su
propia finitud. Como una reacción ante semejante finitud, el afán
de poder traduce una actitud mediante la cual el hombre intenta
poseer y dominar aquello de lo que carece y necesita. La posesión
y la dominación son, de tal manera, expresiones existenciales
paralelas que provienen de una misma vertiente y a través de las
cuales se concreta el sentido o finalidad del afán de poder21.
Tomando en cuenta lo anterior, se puede reflexionar sobre el

intento de posesión y dominación que los representantes del
socialismo del siglo xxi han ejercido en su enfrentamiento contra
las instituciones republicanas en Latinoamérica, las cuales, por su
debilidad, no pueden resistir la movilización de este gran poder
colectivista. Así, en el caso de Venezuela, una vez consumada la
toma del poder, las instituciones cayeron una a una como un
castillo de naipes, sucumbiendo ante Hugo Chávez y sus acólitos.
A pesar de todo esto, hubo casos en los que la pretensión socialista
fue frustrada, como ocurrió con Zelaya en Honduras y Lugo en
Paraguay. También salen a relucir casos donde la toma del poder
por parte de la izquierda fue evitada desde el principio. Allá donde
hay instituciones y una cultura más inclinada a los valores de
la libertad y al trabajo, la dominación socialista no ha podido
penetrar, como es el caso de Colombia y Guatemala.
El poder en manos peligrosas
El proceso de toma del poder por parte de la izquierda, tal y

como se experimentó en Venezuela, estuvo repleto de señales
que advertían sobre las graves consecuencias de este hecho.
21
Ernesto Mayz Vallenilla, El dominio del poder, Caracas, Monte Ávila Editores, 1983,
p. 3.
Analizando su desarrollo, se puede concluir que cuando el poder

es tomado por aquellos que viven del resentimiento, solo se puede
esperar un desenlace calamitoso. Lamentablemente ninguna
advertencia fue tomada en cuenta y la socialización continuó al
son del carisma del líder rojo.
A continuación, se presentará un testimonio personal del autor

de este capítulo, el cual describe cómo fue el crecimiento de las
pretensiones colectivistas mientras más se afianzaban en el poder:
Cuando Chávez llegó al poder, en 1998, yo apenas tenía

siete años de edad y escuchaba los comentarios de la gente
común con respecto a él; decían que «un militar, como en
otras épocas, podía acabar con la corrupción desbordada
a la que los venezolanos habíamos sido expuestos por
cuarenta años», lo decían porque el bipartidismo no
solamente se había desgastado a sí mismo, sino que había
desgastado a la nación y con ello la paciencia de todos los
venezolanos que eran cada vez más pobres, mientras el
Estado era cada vez más grande.
Luego de eso, no pasó mucho tiempo hasta que el

carismático líder, con un discurso de odio y división,
logró polarizar a la población entre buenos y malos, y en
ese proceso fue destapando sus verdaderas intenciones
colectivistas.
En aquel momento, la sociedad no tuvo un liderazgo

representativo por el desprecio que los partidos políticos
tradicionales generaban —con toda razón—, y más aún si
se toma en cuenta que la figura de los intelectuales había
quedado muy menospreciada. Por décadas, esos que se
hacían llamar intelectuales se habían puesto al servicio
del poder y orientaban sus análisis para complacer a la
democracia rentista, obteniendo privilegios y mejorando
su modo de vida a costa del tráfico de las ideas.
En la escuela, la educación era estándar, no se hablaba

de política —salvo para referirse al liderazgo— y mucho
menos de las ideas o los valores que se profesaban. Esto
Capítulo 2 ► 75
fue así hasta que llegué al liceo, época que coincidió con
el momento donde comenzaron a verse claras las metas
socialistas del régimen.
Aun así, la mayoría de los profesores —afortunadamente—

promovía el libre pensamiento, algunos con tendencias
socialistas debatían e incentivaban el debate, con el fin de
hacer que los alumnos pensáramos de forma independiente.
Sin embargo, veía cómo, en la sociedad, el razonar era

una opción que no todos tomaban. Las personas que
se uniformaron con el color rojo —distintivo de la
revolución— repetían los chistes, palabras y modos del
líder, quien en todo momento hablaba del hombre nuevo
que la revolución bolivariana debía crear.
En esa época, siendo vocero de mi clase, tuve que dar el

discurso de agradecimiento al viceministro de educación
media, motivado por la remodelación de las instalaciones
del liceo por parte del gobierno de la revolución bolivariana.
De modo que fui encomendado para expresar la gratitud
a la revolución. Debido a mis destrezas en el verbo —con
quince años de edad—, evidenciadas en este acto, fui
referido para participar en actos del Parlatino, junto con
otra compañera que también tenía talento para la oratoria.
En esa instancia, la cual conducía eventos relacionados con

el tema ambiental, tuve que acudir a diversos programas de
televisión para destacar la importancia de la ecología. Toda
la experiencia culminó con el congreso sobre el ambiente
celebrado en la Asamblea Nacional.
Recuerdo que todo el enfoque era contra los empresarios, los

Estados Unidos de América y el hecho de que las personas
que tenían más de un carro generaban desigualdad.
Entonces, fue ahí que doy uno de mis primeros pasos
como defensor de la libertad, me levanté a intervenir en
el hemiciclo de sesiones para expresar que deberíamos
ver a las empresas como aliadas para la preservación
del ambiente, que China e India tienen un impacto más
perjudicial con sus industrias y que debíamos influir en las

personas para que fueran más responsables con el tema
ambiental. Cuando terminé mi exposición, todo el foro se
quedó en silencio y continuó como si nada.
En aquel momento, e incluso, durante mi labor social en la

institución, nadie dijo una palabra. Así que cumplí con ese
requisito para graduarme y me enfoqué en mi transición
hacia la educación universitaria.
En la universidad, como estudiante de comercio exterior, el

contraste de ideas era mucho más fuerte, había personas de
todas las tendencias, aunque ningún liberal. Sin embargo,
fue allí donde conocí dos libros que me llamaron la atención
y a dos personajes sumamente contrastantes. El primero es
la figura de Adolf Hitler —a quien presentaban como de
derecha— y la segunda era Ayn Rand, a quien estudiamos
en la materia Hombre, cultura y sociedad, a través de su
ensayo ¿Qué es el capitalismo?
Con el tiempo, y motivado por los modelos de naciones

unidas, comienzo a investigar al nazismo como fenómeno
social y como respuesta a la izquierda. Sin embargo, no es
sino después de graduarme que, gracias al Espacio Anna
Frank, logro razonar que el nazismo era solo otra expresión
del colectivismo que usó el resentimiento y el dolor para
acabar con inocentes.
En el 2012, ingreso a Vente —incluso antes de que tuviera

nombre—, una iniciativa de la entonces diputada, María
Corina Machado, la única que se opuso a las confiscaciones
del gobierno socialista de Chávez y que se recuerda por ser
la única persona que enfrentó sin miedo públicamente a
Hugo Chávez, con su frase «Expropiar es robar», en vista de
que con la figura de la expropiación a muchos creadores de
riqueza en Venezuela les arrebataron sus propiedades.
Estando ahí me sumerjo de lleno en las actividades

de formación, siendo el primer coordinador juvenil de
formación electo en Caracas y posteriormente responsable
Capítulo 2 ► 77
nacional de formación de Vente Joven, hasta ingresar

en el equipo nacional de formación de cuadros de Vente
Venezuela.
Oportunistas, igualitaristas y liberticidas
En la actualidad, el continente americano da muestras de uso de la

democracia como instrumento para la toma del poder por parte de
los enemigos de la libertad y desde cuyos mecanismos planifican su
permanencia en él. Esto es posible porque no se ve a la democracia
como un sistema de toma de decisiones descentralizado, donde la
gente puede elegir sin coacción o chantaje; muy al contrario, se la
concibe como un medio para promover una estafa, aprovechando
su capacidad de igualación para imponer la agenda de una mayoría
contra la minoría, siendo el individuo la minoría más afectada.
Para que la libertad no se vea sometida por el poder es necesario

rescatar un primer elemento, que es el reconocimiento de su
carácter eminente. Se puede decir que la libertad posee este
carácter ya que la mayor reflexión y resistencia hacia el poder
se da desde la excelencia de una mente libre, como resultado del
análisis ante la limitación de las oportunidades. Una persona con
grandes cualidades, talento e ilustración, puede percatarse con
mayor rapidez cómo el colectivismo en el poder es una amenaza
directa para su futuro y su libertad.
Aunado a lo anterior, es clave abordar la institucionalidad en el

Estado. Para que la libertad pueda existir de forma efectiva, se
debe dar una limitación del poder, partiendo desde la misma forma
de organización del Estado. Tal como lo expresa el catedrático de
la Universidad de Pisa, Raimondo Cubeddu, cuando en la misma
persona o en el mismo cuerpo de magistratura el poder legislativo
está unido al poder del ejecutivo, no hay libertad, porque se puede
temer que el mismo monarca o el mismo senado hagan las leyes
tiránicas para imponerlas tiránicamente22. La separación de
poderes y el imperio de la ley son elementos inseparables para la
existencia de la verdadera libertad.
22
Raimondo Cubeddu, Atlas del liberalismo, Madrid, Unión Editorial, 1999, p. 80.
Ahora bien, en Latinoamérica han abundado los encantadores de

serpientes, sujetos con un verbo persuasivo para avivar la pasión
igualitaria pero lleno de veneno contra la idea de la libertad.
Un ejemplo sobre la forma en que se aborda este fenómeno lo
constituye el siguiente texto del dirigente político, Leopoldo López,
quien en su libro enfocado en la industria energética venezolana
se expresa en estos términos:
Fue la aspiración de igualdad la que movió las revueltas y

revoluciones durante la Colonia. Pues esta motivación por la
igualdad en lo social, político y económico fue lo que movió los
movimientos precursores de la independencia y a los patriotas.
Fue la igualdad la que prometió Boves a los suyos y no el amor

a la monarquía la que logró la victoria de los realistas en 1814.
Fue la promesa de igualdad la que les permitió a Bolívar y a Páez
incorporar a las filas de los patriotas a los negros, indígenas,
mulatos, zambos y blancos en una misma empresa por la
independencia. Fue esta aspiración, y no el ideal abstracto hacia la
federación la que movilizó a miles de venezolanos a embarcarse en
la cruenta guerra federal que culminó en 1863.
Fue también la aspiración a un trato entre iguales la que dio

el masivo respaldo popular al primer ensayo verdaderamente
democrático de nuestra historia con la elección de Rómulo
Gallegos en 1946 y 1947, respectivamente. Y sin duda la promesa
de la igualdad, hoy abiertamente incumplida, fue la narrativa del
proceso político iniciado en 1998.
Afortunadamente somos un país, una sociedad, con un arraigo

histórico y cultural proclive a la igualdad23.
La primera consideración que se puede hacer con respecto a estas

palabras es la simplificación de la historia venezolana. López
describe una suerte de epopeya por la igualdad, en detrimento de
valores como la libertad, el desarrollo, la producción y la dignidad,
los cuales entrarían en segundo plano. Pero no solo eso, además
considera afortunado que así sea, justificando incluso el inicio de
la toma del socialismo del siglo xxi al poder en la elección de 1998
23
Leopoldo López y Gustavo Baquero, Venezuela Energética, Caracas, Editorial
Dahbar, 2017, p. 252.
Capítulo 2 ► 79
con la victoria electoral de Hugo Chávez.
Hoy día, con el socialismo del siglo xxi en el poder, es el discurso

sobre la igualdad lo que ha predominado. Pero no se busca la
única igualdad posible que es ante la ley, sino la igualdad social,
económica y política. Y es que, sin saberlo, la sociedad venezolana
ya vive el momento más igualitario de toda su historia, puesto que
la inmensa mayoría de los venezolanos son igualmente pobres,
han sido igualados hacia abajo, hacia la miseria.
Resulta claro que el tema de la igualdad termina siendo una

trampa del resentimiento. Cuando el Estado interviene no tiene
el conocimiento ni la capacidad de igualar materialmente a las
personas, dado que quienes crean la riqueza son los ciudadanos
en libertad. El intento de redistribución implica un saqueo a la
riqueza creada si esta no es dada voluntariamente, como ocurre
en casi la totalidad de los casos.
El socialismo del siglo xxi impulsa también un lenguaje engañoso.

Una de sus premisas, que suena inofensiva, pero resulta muy
peligrosa, consiste en la igualdad de oportunidades, otro espacio
donde se intenta manipular en nombre de la igualdad. Se puede
determinar que, por ejemplo, si existen dos jóvenes provenientes
de contextos económicos distintos, la preocupación por lograr la
igualdad de oportunidades, si se enfoca en aumentar hasta igualar
las oportunidades de la persona más vulnerable, está condenada
al fracaso, ya que ello es imposible. Al insistir, lo más probable es
que se termine por limitar y quitar oportunidades bajo la coacción
a esos que en un principio tenían más. Por este motivo, muchos
sostenemos que el enfoque debe estar en la construcción de
oportunidades y no en la búsqueda de la igualdad.
Cabe destacar que no todos los enemigos de la libertad, en su afán

por el poder, usan un lenguaje tan camuflado, sino que emprenden
una construcción teórica falaz, como en el texto de Henry Ramos
Allup titulado Reflexiones sobre el liberalismo y que fácilmente
podría llamarse Reflexiones contra la libertad y el sentido común.
Ramos Allup emplea una argumentación que, desde el inicio hasta
el final, pretende recabar y exponer elementos históricos, pero
expone fallas y planteamientos con poco éxito en sus pretendidas
refutaciones. En el capítulo referido a Hayek y Rothbard,

encontramos un verdadero compendio de falacias ad hominem y
expresiones desconcertantes como la siguiente:
La entrevista hecha a Hayek nos mueve a pensar que

prácticamente toda su obra filosófica, política, económica y
pedagógica, así como toda la polémica desatada alrededor de sus
ideas, finalmente parecen carecer totalmente de sentido, que quizá
deberían quedar respetuosamente confinadas en los anales de la
venerable historia del liberalismo, dado el contenido atrevido de
las nuevas propuestas. En sus comentarios sobre el entrevistado,
Sorman describe al nonagenario como “más revolucionario” que
el economista-filósofo que a los 32 años emigró de Viena, mucho
antes de la ocupación nazi, para sentar reales en Gran Bretaña, de
la que se hizo ciudadano, para después emigrar a Estados Unidos
de América y recalar en la famosa Universidad de Chicago, donde
se convierte en el sumo sacerdote del resurgimiento liberal del
siglo xx. Contra lo que muchos críticos severos de la obra de Hayek
opinan sobre la referida entrevista, no creemos que se trate ahora
de desvaríos seniles sino de una, digamos, radicalización terminal,
en cierto modo brutal y desnuda de unos mismos planteamientos
que a lo largo de su vida Hayek expuso con lenguaje almibarado24.
De esta manera, se puede apreciar que el autor mencionado

— un dirigente político socialdemócrata— emprende de forma
temeraria, antes de cualquier argumento, una serie de ataques
hacia Friedrich Hayek, destacado pensador del liberalismo,
premio Nobel de Economía de 1974, pensador que influyó en
importantes personajes, como es el caso del Canciller Ludwig
Erhard de Alemania o, en un ámbito más cercano, en el gobierno
chileno que tuvo que revertir la destrucción masiva que ocasionó
Allende —desde el resentimiento y bajo la tutela cubana—. Así
pues, se puede decir que estas ideas criticadas por Ramos Allup
en realidad han producido mucho bien a millones de personas,
quienes descubrieron de forma práctica que el libre mercado, la
propiedad privada y la libertad individual sí funcionan.
Por otro lado, están los socialistas sin tapujos, planteando la
24
Henry Ramos Allup, Reflexiones sobre el liberalismo, Caracas, Editorial Alfa, 2019,
p. 666.
Capítulo 2 ► 81
creación del hombre nuevo, ese que es necesario para poder llevar
adelante las exigencias altruistas que el colectivismo exige, pero
que solo resulta en un hombre cruel, dependiente del Estado, sin
humanidad y con una conciencia indefensa, perteneciente a la
masa indiferenciada de hombres. En las siguientes líneas, Carlos
Rangel recuerda lo que para el Che Guevara eran las características
de este hombre nuevo:
El Guerrillero y la guerrilla serían matriz no solo de la revolución,

sino de una revolución por fin pura, por fin humana. El guerrillero
debe ser como un santo de la revolución, superior a los demás
hombres no sólo en valor personal, y conciencia revolucionaria,
sino también en bondad y simpatía hacia los oprimidos25.
Ahora bien, el resultado de ese hombre que estaba en las ideas

del Che fue muy diferente y se parece más a los que describe Ayn
Rand:
Habíamos empezado a construir un templo ¿Hemos acabado

teniendo una capilla? ¡No! Ni siquiera hemos acabado teniendo
una letrina. ¡Acabamos teniendo una cosa mohosa con fogones de
segunda mano! Encendimos un fuego bajo un caldero y cocinamos,
removimos y mezclamos sangre, fuego y acero. ¿Qué estamos
sacando ahora del caldero? ¿Una nueva humanidad? ¿Hombres de
granito? ¿O, al menos un buen monstruo terrorífico? ¡No! Solo unas
cositas esmirriadas que culebrean. Cositas que se pueden doblar
para atrás y para adelante, pequeños espíritus con articulaciones
dobles. Cositas que ni siquiera se inclinan humildemente para que
las azoten. ¡No! Ellas, obedientes cogen el látigo y se flagelan a sí
mismas26.
Con todas estas amenazas, más o menos directas a la libertad

de los individuos, es por lo que los liberales en el poder deben
procurar que la igualdad ante la ley esté protegida y que cada
persona, sea cual sea su procedencia, pueda desarrollar su talento
y capacidades en libertad, reconociendo así a la desigualdad como
25
Carlos Rangel, Del buen salvaje al buen revolucionario, Caracas, Editorial CEC,
2018, p. 168.
26
Ayn Rand, Los que vivimos, Barcelona, Ediciones Deusto, 2020, pp. 458-459.
algo natural y positivo en una nación que apunta a la prosperidad

general y que tiene como principal aspiración la de luchar contra
la pobreza y no contra la riqueza.
Para realizar su pretensión igualitaria, los socialistas, embriagados

por el poder, destruyen la libertad y sus instituciones, comenzando
por desprestigiar a quienes las promueven y defienden. En su
búsqueda del poder, los enemigos de la libertad se organizan para
asaltarlo recurriendo a cualquier método para convencer a las
personas de que ellos, en nombre de la justicia social y la igualdad,
son los más indicados para gobernar y que, como resultado de esto,
los propios ciudadanos sean los que les otorguen el mando. Ayn
Rand, en El Manantial, escribiría una de las demostraciones más
didácticas bajo la figura del personaje colectivista de Ellsworth
M. Toohey, cuando en uno de los diálogos este admite que quiere
el poder para poder gobernar y a la pregunta de sobre quién
gobernará, responde:
Sobre ti, sobre el mundo. Solo es cuestión de descubrir la palanca.

Si aprendes a mandar sobre el alma de un solo hombre, puedes
tener al resto de la humanidad. Es el alma […] el alma. Ni los látigos
ni las palabras ni las llamas ni los fusiles. Por eso los Césares, los
Atilas y los Napoleones fueron unos idiotas y no duraron. Nosotros
duraremos. Es el alma […] donde no se puede mandar. Hay que
romperla. Hay que introducir una cuña, conseguir meter los dedos
[…] y el hombre será tuyo. No te hará falta un látigo: te lo traerá él y
te pedirá que lo azotes. Ponlo al revés, y su propio mecanismo hará
el trabajo por ti27.
En sintonía con lo expuesto, Toohey especifica las formas en las

cuales se puede someter el alma de los individuos. De todas estas
formas, se pueden resaltar tres fácilmente identificables en las
prácticas de la izquierda venezolana y regional:
1. Hacer que el hombre se sienta pequeño. Esta forma se exacerbó

y quedó demostrada en el 2016, donde una importante parte
de los venezolanos bajaron un promedio de 10 kg, como
consecuencia de la escasez de alimentos producida por las
27
Ayn Rand, El Manantial, Barcelona, Ediciones Deusto, 2019, p. 785.
Capítulo 2 ► 83
medidas socialistas y que obligaron a muchos a buscar restos

de comida en la basura para poder llevar algo de comer a sus
hogares.
2. Matar el sentido que tenga el hombre de los valores. Esto ha

tratado de lograrlo haciendo imposible la superación personal,
a través de la inseguridad, falta de alimentos, migración
forzada, entre otras variables, que impiden emprender y
prosperar en los ámbitos académico y empresarial.
3. Matar por medio de la risa. Esto consiste en banalizar todos

los temas serios —económicos y sociales— así como las
propuestas que son útiles y probadamente brindan soluciones
como lo son las del libre mercado. Al final, ante toda solución,
la respuesta es una burla.
Todas las referencias hasta ahora descritas, las cuales tienen

la característica común de representar amenazas a la libertad,
pueden ser agrupadas dentro del espectro denominado de
izquierda, y siempre que no son advertidas, contribuyen en la
llegada al poder de sus exponentes. Una de esas advertencias más
lúcidas la ha hecho el filósofo británico Sir Roger Scruton, quien
destacó:
Desde mi punto de vista, es lo que ocurre cuando los movimientos

de izquierdas toman el poder. El resentimiento entonces deja
de ser la respuesta al éxito inmerecido del otro y se transforma
en una actitud existencial: la de quien siente que el mundo le ha
traicionado. Quien está dominado por esta emoción no desea llegar
a acuerdos dentro del marco de las estructuras existentes, sino
alcanzar el poder absoluto y destruir precisamente esas estructuras.
Se enfrentará a toda forma de mediación, compromiso y debate
y a las normas morales y legales que den voz a los disidentes, y
soberanía a la gente corriente. Se dedicará a destruir al enemigo,
pero lo entenderá en términos colectivos, como esa clase, grupo o
raza que hasta entonces dominaban el mundo y que debe ahora,
a su vez, ser dominado. Así, todas las instituciones que protegen a
esa clase o le dan voz en el proceso político, serán el objetivo de su
rabia destructiva28.
Las sociedades libres, o aquellas que planean obtener la libertad

para desarrollarse y que cada uno de sus miembros pueda
emprender su proyecto de vida sin coacción, deben estar atentas
al surgimiento de los oportunistas que disfrazan sus intenciones;
deben estar alertas de los igualitaristas que manipulan y de los
liberticidas que intenta romper el orden y la paz, todos estos con
el fin de alcanzar el poder para sus fatídicos fines. De no ser así, el
resultado ineludible será que esa sociedad entre en un proceso de
autodestrucción.
La posible conquista del poder por la libertad
La conquista de la libertad supone la limitación del poder, la

autonomía del individuo y la precisa determinación de las
funciones del gobierno y de sus diferencias con el Estado. Por esto,
la apuesta debe ser por un Estado fuerte en sus funciones, con
representantes integrales y a la altura de sus responsabilidades,
con capacidad de coerción contra quienes atenten contra la
libertad de los individuos, tal como lo expone Ayn Rand cuando se
refiere a las funciones del ejército:
El ejército de un país libre tiene una gran responsabilidad: el

derecho a usar la fuerza, pero no como un instrumento de
compulsión y conquista bruta, como lo han hecho antes los
ejércitos de otros países, sino solo como un instrumento de
autodefensa de una nación libre, lo cual significa la defensa de los
derechos individuales del hombre.
El principio de usar la fuerza solo en represalia contra aquellos que

inician su uso es el principio de subordinar la fuerza al derecho.
Esta tarea requiere la integridad y el sentido del honor más altos29.
Así pues, como acción esencial de los amigos de la libertad

desde el poder, está la responsabilidad de avanzar hacia un
28
Roger Scruton, Pensadores de la nueva izquierda, cit., p. 21.
29
Ayn Rand, Filosofía. ¿Quién la necesita?, Buenos Aires, Editorial Grito Sagrado,
2009, p. 33.
Capítulo 2 ► 85
sistema social capitalista30, donde no existan regulaciones ni la

interferencia del gobierno en los asuntos económicos, respetando
la propiedad privada que incentiva a los individuos a despertar
su más maravilloso poder creador. De esta forma, se convierten
en seres productivos que no necesitan mendigar favores al
gobierno. Cuando son dueños de su destino y pueden emprender
sus proyectos de vida, estos individuos se transforman en los
empresarios que muy bien describe Ludwig von Mises:
Los empresarios no son una clase o estamento cerrado. Cualquier

persona puede convertirse en empresario si tiene la capacidad de
prever la evolución futura del mercado mejor que sus conciudadanos,
si es merecedor de tal confianza de los capitalistas, y si sus intentos
de actuar por cuenta y riesgo y bajo su responsabilidad tienen
éxito. Uno se convierte en empresario, literalmente, si da un paso
al frente y se expone al escrutinio imparcial que el mercado realiza
con todo aquel que quiera convertirse en empresario o permanecer
como tal31.
Por esta razón, para que pueda triunfar la libertad, deben triunfar
los principios del liberalismo clásico en el continente americano.
Sus defensores no deben bajar la cabeza ante el colectivismo y
permitir que, sin ninguna resistencia, ideas o proyectos totalitarios
como el del socialismo del siglo xxi lleguen al poder. Como lo
expresa el profesor Raimondo Cubeddu:
El primer objetivo crítico del liberalismo es el poder. Entendido

como limitación de la libertad. Una crítica que se basa en la
concepción de la libertad individual como resultado de la natural
diversidad entre los hombres, y que se despliega en la lucha contra
los intentos de derivar el derecho a la distribución de los recursos
y los bienes de quienes tienen la soberanía. Una sociedad liberal,
por lo tanto, será una sociedad que tenga como objetivo primario
30
Según Mises: «En la economía capitalista los medios de producción son propiedad
de particulares o asociaciones de particulares, como las sociedades mercantiles.
Los propietarios usan los medios de producción directamente para producir, o bien
los prestan a cambio de una compensación a otros que quieran producir con esos
bienes. Los particulares o las asociaciones de particulares que producen con fondos
propios o prestados se denominan empresarios». Ver Ludwig von Mises, Crítica del
intervencionismo. El mito de la tercera vía, Madrid, Unión Editorial, p. 247.
31
Ludwig von Mises, op. cit., p. 249.
maximizar las condiciones de la libertad ante la ley y permitir que

los individuos intercambien informaciones, bienes y servicios que
consideran útiles para la mejor solución de sus propios problemas32.
Es responsabilidad de todos tener conciencia institucional para

velar siempre por la transparencia y solidez de este complejo
organismo al servicio de los individuos, para que así el poder pueda
limitar efectivamente al poder. Se debe tener la claridad suficiente
en los asuntos económicos para que las líneas básicas en esta
materia no las determinen los resentidos, los intervencionistas o
los planificadores centrales, y trabajar para que en una Venezuela
libre todo esté en manos de los privados, incluyendo la industria
petrolera.
Asimismo, es necesario defender los derechos individuales de

las personas para que puedan convertirse en seres creadores; ser
vigilantes de que la ley sea respetada y garantizar así la existencia
del derecho. Además de, como ya señalamos, resaltar la libertad
por su carácter eminente, cuestión que debe ser enseñada a todos
para que así se ocupen de preservarla y defenderla.
Por último, es menester velar por que el hombre común sea

respetado y tenga la posibilidad de emprender para lograr su
proyecto de vida. Si se logra esto, nunca un colectivismo como el
socialismo del siglo xxi volverá al poder.
32
Raimondo Cubeddu, Atlas del liberalismo, Madrid, Unión Editorial, 1999, p. 83.
CA
PÍTU
LO
3
► 89
REFLEXIONES SOBRE la instituciÓn

militar y los movimientos sociales
Andrés Guilarte
La caída de las instituciones del Estado venezolano es la

consecuencia de una serie de procesos muy complejos, dentro
de los cuales la institución militar —al servicio de movimientos
sociales y políticos— ha tenido un papel protagónico.
La institución de la Fuerza Armada Nacional ha sido asediada,

desde la década de 1960, por ideas colectivistas y el desprecio a la
democracia, promovidas por movimientos sociales inspirados por
la Revolución Cubana de los hermanos Castro. Progresivamente,
han alimentado el llamado al ejercicio del poder sin límites, para
lo cual la infiltración del poder militar era indispensable. Así, la
historia venezolana de los últimos sesenta años ha comprobado
cómo dichas ideas ocasionaron la erosión y posterior colapso del
Estado. De ahí que, a la luz de estos hechos, las ideas de la libertad,
el respeto al individuo y la defensa de la república se configuran
como valores necesarios para guiar a Venezuela hacia la salida de
las tinieblas del colectivismo castro-comunista.
___________________________________________________________
Para hacer una lectura adecuada de la historia de Venezuela, es

necesario entender su desenvolvimiento a partir de la llegada de los
españoles en 1498. Durante tres siglos, en la Capitanía General de
Venezuela se desarrolló una combinación de culturas provenientes
de Europa, África y nativos americanos que propiciaron el
denominado gentilicio criollo. Los criollos, en esa absorción de
diferentes culturas, se vieron involucrados en la forma de gobierno
española, donde se rendía vasallaje al Rey; y este, con fundamento
en el derecho divino, ejercía el poder a lo largo y ancho del reino,
incluyendo las provincias del nuevo mundo.
Luego del surgimiento de los movimientos independentistas a

finales del siglo xviii, se ansiaba la caída del sistema monárquico
y la llegada del sistema republicano, como lo llamaban los líderes
políticos de aquella revolución criolla, cuyos exponentes más
prominentes, al pasar de los años, fueron Francisco de Miranda,
Simón Bolívar, José Antonio Páez y Antonio José de Sucre.
A pesar de esto, las ideas de la ilustración escocesa no penetraron

más allá de esas primeras generaciones de hombres de Estado en
Venezuela. Nunca se sembró en el núcleo de la idiosincrasia criolla
aquel conjunto de ideas que conciben al individuo como el centro
de una nación, entendiendo que la preservación de la misma, al
transcurrir el tiempo, requiere de la preservación de los derechos a
través de un estricto sistema de separación de poderes configurado
en una república. Desafortunadamente, esto no estaba presente
en ese ideario venezolano que se empezaba a desarrollar.
A pesar de que se entendía que el principio de separación de

poderes era indispensable para generar las condiciones necesarias
que conducen a la prosperidad, la idea de que los destinos de la
nación debían ser llevados por un único gran líder continuaba al
acecho. No se había superado la noción de que un solo individuo
podía estar por encima de todos los demás, con la aparente
sabiduría y poder para determinar el rumbo que se debía seguir.
De este modo, las condiciones estaban dadas para que aquellos
guerreros de la independencia tomaran el poder, basándose en su
legitimidad ganada en el campo de batalla, en su imagen militar y
su capacidad de poder ejercer el control social. De esta forma, los
criollos adoptaron la idea del caudillo.
Precisemos el concepto, que Domingo Irwin aborda de forma

impecable, dibujando en toda su dimensión a este animal político:
Se entiende por caudillo a un jefe guerrero, personalista, político

que emplea el grupo armado que le acepta como su jefe a manera de
elemento fundamental de su poder. El caudillismo es la actividad
política dominante desplegada por los caudillos en un momento
histórico determinado1.
1
Domingo Irwin, «Pretorianismo e Historia en Venezuela», Revista Tiempo y
Espacio, nº. 50, diciembre de 2008, p. 12.
Capítulo 3 ► 91
Reflexiones sobre la institución militar y los movimientos sociales
En Venezuela, la idea del caudillo fue alimentada por la fuerza de

las circunstancias. Y aunque pudiese ser válido pensar que quienes
estuvieron al frente de la gesta independentista debían ser los
herederos del nuevo régimen, esto no produce consecuencias
positivas cuando se prolonga en el tiempo. Y aquí es pertinente
hacer referencia a la revolución americana de 1776. Este proceso
ya había demostrado que la construcción de un sistema de
protección de la libertad era posible, siempre que el movimiento
que lo impulsara trajese consigo una fundamentación en el valor
de la libertad y la propiedad, así como en el principio de limitación
del poder.
Desafortunadamente, así como el ideal independentista se

expandía a lo largo y ancho del nuevo mundo, también se
expandía la idea del caudillismo. Y esta idea forjó el carácter de
los gobernantes en la última mitad del siglo xix y la primera
del siglo xx. Un gran exponente del carácter caudillesco fue el
general José Antonio Páez, quien no solo gobernó tres períodos
presidenciales entre 1830 y 1863, sino que, durante esa época, si no
ocupaba la presidencia, manejaba al país tras bastidores. En los
breves periodos en los cuales no estaba investido como la máxima
autoridad política, continuó manteniendo una influencia directa
en las principales decisiones del Estado.
Luego de Páez, los gobernantes de Venezuela continuaron su

tradición. Antonio Guzmán Blanco trajo consigo ideas un poco
más refinadas para la administración del Estado, pero seguía
siendo el comandante del control social. Así, una sola guerra,
llámese primero de independencia y luego federal, parecía
demandar la mano firme de un caudillo. Como consecuencia,
en el inicio del siglo xx, el letargo de las ideas libertarias se
perpetuó en Venezuela. Con Juan Vicente Gómez, el caudillismo
siguió presente en todas las esferas de la sociedad venezolana.
Sin embargo, para muchos historiadores, Gómez tuvo aspectos
positivos, puesto que modernizó al país y, sobre todo, modernizó
la administración pública, aunque esto es algo que difícilmente
compensa las consecuencias de una dictadura que duró 27 años,
donde se persiguió a todo aquel que defendía algún ideal de
revolución contra el sistema gomecista.
Aun así, el largo azote de la dictadura abriría una pequeña rendija

para el cambio. Mientras la sociedad se preparaba para dejar
atrás la dependencia exclusiva de la agricultura y gozaba de las
mieles de una industria petrolera naciente, de instituciones más
profesionales y de ideas un poco más refinadas. En palabras
de Laureano Vallenilla Lanz: «Desde hace algunos años, puede
observarse en Venezuela el fenómeno de que ya no se busca en
las instituciones sino en los hombres el mejoramiento de nuestra
condición»2. Debe señalarse que con esto no se estaba superando
el culto al uniforme, la sumisión a la autoridad armada o el
orden impuesto con puño de hierro, sino más bien se hacían más
complejas y menos evidentes estas características en la esencia de
la sociedad. Por esa razón, el caudillismo burdo sirvió de antesala
al militarismo.
Modernización e infiltración de las fuerzas armadas
Una lucha tenaz puede ser creada

por una fuerza pequeña,
pero al final debe ser derrotada
por la fuerza más grande.
Sun Tzu
La dictadura de Gómez culminó el día de su propia muerte, el 17

de diciembre de 1935, y con esto Venezuela salió de un periodo
de institucionalización e industrialización, combinado con una
férrea restricción de derechos civiles. A partir de ahí, el país se
dirigió hacia un futuro incierto. El gobierno del general Eleazar
López Contreras, sucesor de Gómez —para terminar su mandato
constitucional—, generó una reacción favorable en el país, puesto
que, a pesar de haber sido partícipe del gomecismo, impuso su
autoridad con una notable preocupación por humanizar la gestión
gubernamental e imprimirle la mayor eficacia posible3. Con la
característica frase de «calma y cordura», dirigió los destinos
2
Laureano Vallenilla Lanz, Cesarismo Democrático y otros Textos, Caracas,
Fundación Biblioteca Ayacucho, 1991, p. 5.
3
José Luis Silva Luongo, De Cipriano Castro a Carlos Andrés Pérez, Monte Ávila
Editores, 2000, p. 22.
Capítulo 3 ► 93
del país en los siguientes años. López Contreras, una vez electo
democráticamente4, ejerció la presidencia hasta 1941, año en que el
general Isaías Medina Angarita asumió la presidencia y el país se
encaminó hacia una institucionalización de la industria petrolera,
así como a la apertura legal de los partidos políticos.
Durante la presidencia de Medina Angarita, la visión caudillista

fue mermando. La imagen del hombre de armas que ejercía el
poder a través de su influencia militar —de la potencialidad de
la coerción— se desdibuja ante la existencia de partidos políticos
que hacían férrea oposición a las políticas gubernamentales. Esto
llegaría a su punto culminante el 18 de octubre de 1945, cuando el
gobierno de Medina Angarita cesa, producto de un golpe de Estado
organizado por la Unión Militar Patriótica (UMP) —conformada
por diversas figuras del estamento militar— junto al principal
partido de oposición, Acción Democrática (AD), el cual estaba
liderado por Rómulo Betancourt. Dicho golpe fue motivado por las
ansias de poder de ambos grupos. Por un lado, la UMP esgrimía la
poca modernización y profesionalización de las fuerzas armadas,
aunado a un distanciamiento de los viejos oficiales gomecistas;
mientras que, por el otro, Betancourt y el pequeño grupo
dentro de AD con conocimiento del eventual golpe, se basaban
principalmente en la no inclusión del sufragio universal, directo y
secreto en la reforma constitucional de 1945.
Una vez más los militares buscaban la manera de llegar al poder

arrebatándoselo a otros militares. Sin embargo, en esta ocasión se
unieron con líderes civiles, lo que pudo legitimarlos, y por ello los
incluyeron como figuras en la Junta Revolucionaria de Gobierno,
llamada así por sus promotores. En palabras de Silva Luongo, el
mayor logro de la Junta fue la nueva Constitución redactada por
una Asamblea Constituyente y proclamada el 5 de julio de 1947:
La consagración del sufragio universal directo y secreto a todos

los venezolanos mayores de dieciocho años para la elección del
presidente de la república, diputados y senadores al congreso
nacional, miembros de los consejos municipales y asambleas
legislativas de los estados, representó un paso de gran avance
4
Elección de segundo grado por facultad del órgano legislativo nacional en 1936.
institucional5.
A partir de aquí, se sentaron las bases para la celebración de una

elección presidencial universal, directa y secreta, de la cual resultó
electo Rómulo Gallegos en febrero de 1948.
Sin embargo, este proceso se extinguiría rápido. A los pocos meses

—en noviembre de ese mismo año—, se consolidaron los planes
iniciales de los militares miembros de la Unión Militar Patriótica.
Ellos aspiraban a controlar el poder nacional, permitiendo
primero un gobierno de civiles, mientras se apropiaban de las
instituciones militares del Estado6. La Junta Militar, instaurada
tras el derrocamiento de Rómulo Gallegos, estaba presidida por
las dos cabezas militares de la Unión, Carlos Delgado Chalbaud
y Marcos Pérez Jiménez. El primero, sería asesinado en 1950 y
pasaría a cobrar mayor preponderancia la figura del segundo.
Tras desconocer los resultados desfavorables en 1952, el régimen

organiza una asamblea constituyente en 1953, y a partir de ahí,
Marcos Pérez Jiménez se encumbra como presidente de la
República para el periodo 1953-1958, y se consolida como la máxima
figura de poder dentro del Estado, una ruta que venía trazando
desde su involucramiento en los sucesos de 1945.
Vale señalar que Marcos Pérez Jiménez fue un militar como ningún
otro hasta el momento, puesto que aprovechó el boom económico
que impulsaba el sector petrolero venezolano para ejecutar un
ambicioso plan de construcción de infraestructuras a lo largo
del país, bajo el paradigma de su Nuevo Ideal Nacional, ideología
que promulgaba la visión de un nuevo hombre venezolano,
fundamentado en un férreo nacionalismo. El gobierno de Pérez
Jiménez profundiza además el proceso de profesionalización
de las fuerzas armadas, que ya se había iniciado con la Junta
Militar presidida por Delgado Chalbaud, y el cual suponía un
mejoramiento de los recursos tecnológicos y la creación de
institutos de educación superior como las Escuelas Superiores de
Guerra. El Vicealmirante Jesús Enrique Briceño García, comenta
5
José Luis Silva Luongo, op. cit., p. 173.
6
Ibid., p. 203.
Capítulo 3 ► 95
al respecto:
Se fortalece la doctrina y los ascensos en su mayoría se deben al

mérito. Muchos profesionales de las FFAA, se preparan en las
diferentes petroleras que están en el país y las relaciones entre
esas instituciones se refuerzan para mejorar las organizaciones
técnicas7.
Por ‘fortalecimiento de la doctrina’ se entiende la profundización

de la idea del militar de carrera, aquel que tiene formación
profesional, un arraigado sentido patriótico y obediencia al
mandato constitucional.
Más adelante, Pérez Jiménez procuró reelegirse a través de un

plebiscito amañado que se celebró en 1957, donde se le preguntaba
a la nación si debía continuar por un nuevo periodo hasta 1963.
Tras un proceso cuestionable, lo logra, pero el clima social, político
y militar incita a una parte importante de las fuerzas militares
para que intenten un golpe de Estado el 1 de enero de 1958, el cual
falla. Esta convulsión se prolonga y propicia una huelga general el
21 de enero de ese año, culminando con la huida del país de Marcos
Pérez Jiménez en la madrugada del 23 de enero. Entonces, las
fuerzas armadas deciden, tras la huida de Pérez Jiménez, nombrar
—por un criterio de antigüedad— al contralmirante Wolfgang
Larrazábal como jefe de la nueva Junta Militar de Gobierno. Sobre
la nueva Junta Militar y su carácter democrático, Silva Luongo
escribe:
La Junta de Gobierno, dentro del propósito de conducir al país a

un régimen plenamente democrático desde su misma instalación,
permite la más absoluta libertad de expresión, de reunión, de
asociación, y de libre acción de los partidos políticos. En virtud del
mencionado propósito, y del objetivo de lograr la conciliación entre
los venezolanos, abre el país a todos los exiliados, e indulta a los
militares que se sublevaron inmediatamente antes y después del 1
de enero de 1958 en contra del régimen de Pérez Jiménez8.
7
Jesús Enrique Briceño García, “Defensa”, en: José Curiel Ed., Del Pacto de Punto
Fijo al Pacto de la Habana, Caracas, La Hoja del Norte, 2014, p. 315.
8
José Luis Silva Luongo, op. cit., p. 288
Llegado el momento, el mando fue traspasado a los civiles después

de unas elecciones efectuadas el 7 de diciembre de 1958. Y estas no
solo serían las primeras elecciones después de la dictadura, sino
las primeras enmarcadas en el pacto político nacional firmado
casi dos meses antes —el 31 de octubre— por parte de los tres
principales partidos del país: AD, COPEI y Unión Republicana
Democrática (URD). Dicho acuerdo se llamó Pacto de Puntofijo,
llevando el nombre de la casa donde se llevó a cabo su firma,
propiedad del Dr. Rafael Caldera, máximo líder de COPEI.
En dicho pacto se establecieron las reglas básicas para el devenir del

proceso democrático que se iniciaba, destacando la necesidad de
que todo partido que se presentase a las elecciones debía cumplir
con un programa mínimo común de gobierno donde se colocaran
los intereses nacionales por encima de los partidistas, la defensa
de las instituciones democráticas del país ante cualquier intento
de golpes de Estado y el abandono de la violencia interpartidista9.
Un aspecto resaltante de dicho acuerdo fue que, en él, no estuvo
incluido el Partido Comunista de Venezuela, hecho que cobraría
mayor relevancia con el paso de los años.
A partir de la victoria de Rómulo Betancourt en los comicios, el

país inicia una profunda democratización, institucionalización
e industrialización de todo el territorio. Las fuerzas armadas
gozaban de un alto prestigio en la sociedad venezolana, tanto
por la forma como se desenvolvieron en el fin de la dictadura y
sus acciones contra esta, como por la imagen que dio Larrazábal
al frente de la Junta Militar y lo que representaba la entrega del
poder a los civiles. Además de ello, se debe acotar que los militares
no tenían derecho al sufragio y los ascensos de alto rango eran
gestionados por el Senado. Se les dio a los militares el control del
Ministerio de Defensa.
Mientras se iniciaba un periodo democrático, se fortaleció la

institucionalización del cuerpo militar, creándose el Instituto
Universitario Politécnico de las Fuerzas Armadas (IUPFAN). Las
bases materiales para la efectiva profesionalización de estas
se expanden con los convenios en materia de postgrado con la
9
Pacto de Puntofijo, 1958.
Capítulo 3 ► 97
Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar,

entre otras10. Sin embargo, a la par de estas mejoras a la calidad
profesional del militar de carrera, en la sociedad venezolana
empezaba a emerger una fuerza profunda que solo crecería con
el pasar de los años, una que veía este acercamiento a los militares
con recelo, manteniendo la visión de que el uniforme era sinónimo
de dictadura. La mayor parte de este sentimiento, era depositado
en los muchos jóvenes que se adhirieron a la izquierda política del
país. Briceño lo explica así:
Jóvenes de las tendencias de izquierda revolucionaria unidas al

partido comunista, llegando a la aberrante situación de propiciar
invasiones de guerrilleros cubanos en suelo venezolano y ellos
mismos iniciar los intentos de la toma del Estado por medios
armados, tanto desde sectores rurales como de la insurgencia
armada urbana. Se inicia así, la lucha contra la guerrilla castro
comunista a partir del año 196011.
La era democrática se iniciaba con una lucha contra guerrillas

que buscaban apropiarse del poder, inspirados en el ejemplo de
la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro y el Che Guevara.
La visita de Fidel Castro en 1959 movió a miles de caraqueños
a la Plaza Bolívar de Caracas. Especialmente, el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Partido Comunista de
Venezuela, quienes usaban la figura de Fidel y su revolución como
modelo a seguir, emulando a otras fuerzas políticas del continente.
Al significado de la revolución cubana y el simbolismo que

representa para los ideólogos de las luchas antiimperialistas se
refiere Carlos Rangel en los términos siguientes:
Esto explicaría por sí solo (y de hecho justificaría) la inmensa

resonancia de la Revolución Cubana. No estaba el mundo, con
los sucesos de Cuba entre 1959 y, digamos, 1962 (cuando ya nadie
puede dudar que la isla se ha convertido en un satélite soviético) en
presencia de un incidente local, de un pequeño cambio pendular
de gobierno, sucedido en un remoto país latinoamericano. Lo
10
Jesús Enrique Briceño García, op. cit., p. 314
11
Ibid., p. 316.
que había ocurrido era más bien comparable al viaje del Apolo 11.
Con este, el hombre puso por primera vez el pie en la luna. Con
la Revolución Cubana, la cosmovisión marxista-leninista logró
por primera vez afianzarse en forma de sistema de poder en el
hemisferio occidental, cosa tan impensable, algunos años antes,
como los viajes extraterrestres, y tal vez más trascendente12.
Entre las numerosas acciones llevadas a cabo por los guerrilleros,

la más sangrienta fue la que se ejecutó en los Teques, contra el
tren de El Encanto, donde murieron nueve miembros de la
Guardia Nacional. Este hecho llevó al presidente Betancourt a la
ilegalización de los partidos promotores de las guerrillas, el Partido
Comunista y el MIR.
En síntesis, estas Fuerzas Armadas que ya contaban con un

altísimo respeto, —al ser la punta de lanza contra las guerrillas—
adquirieron aún más legitimidad frente a la opinión pública. Y
llegado el momento de la victoria sobre estas en la pacificación
de 1973, bajo el gobierno de Rafael Caldera, no había duda de la
posición de altura moral que poseían. Pero dicha posición, a su
vez, fue uno de los alicientes para comenzar una infiltración de
aquellos guerrilleros, que con el paso de los años se haría más
visible.
La evolución de los partidos y movimientos sociales en

Venezuela
Al escudriñar en el origen y desarrollo de los movimientos sociales

en Venezuela, surge una serie de acontecimientos que destacan
por su influencia en lo que respecta a la vida política del país.
Más especialmente, aquellos que tienen como protagonistas a los
estudiantes universitarios.
Hagamos referencia en primer término al hecho histórico de las

protestas estudiantiles durante los carnavales del año 1928. Un
grupo de estudiantes universitarios, liderados por el joven Rómulo
Betancourt, organizaron algo sin precedentes en una Venezuela
12
Carlos Rangel, Del buen salvaje al buen revolucionario, Caracas, Editorial CEC,
2018, p. 166.
Capítulo 3 ► 99
signada por el caudillismo: una protesta civil que pedía un cambio

democrático13. Otro hito importante de estas luchas se da el 14 de
febrero de 1936, cuando un grupo de destacados miembros de la
Federación de Estudiantes de Venezuela, liderados por el joven
Jóvito Villalba, encabezó una manifestación acompañada por
el rector de la Universidad Central de Venezuela, con destino a
Miraflores14. En dicho encuentro, Eleazar López Contreras recibió
a los manifestantes, entablando una conversación y escuchó
detenidamente los puntos que Villalba —siendo tan solo un
estudiante— exponía como guías para una transformación
democrática.
Sin ánimo de sobrevalorar su efecto absoluto en la historia de

Venezuela, no cabe duda de que los movimientos estudiantiles
han sido una constante en cada hecho político traducido en
movilización social. En ese sentido, se debe destacar que el
movimiento de la generación del 28 tiene una vital importancia.
Esta fue la primera vez que un movimiento estudiantil pudo
masificar su mensaje en la sociedad civil y adquirir reconocimiento
por ello. Además, como algo sin precedentes, a los doce días de
haber sido apresados los 252 estudiantes involucrados, fueron
puestos en libertad.
Muchos de esos jóvenes estudiantes conformaron en los años

posteriores los principales partidos políticos de Venezuela. El
primero fue el Partido Comunista Venezolano, donde estuvieron
afiliados la gran mayoría de miembros de la generación del
28. Bajo la presidencia de López Contreras, se llevó a cabo la
prohibición del PCV: «Ya en 1935, como consecuencia de la política
gubernamental de prohibir las actividades comunistas en territorio
venezolano, el PCV es inhabilitado y es transformado en el Partido
Republicano Progresista (PRP)»15. Para el año 1937, nace el Partido
Democrático Nacional, de inclinación marxista, del cual se
deslindaron un grupo de políticos y activistas para fundar Acción
Democrática (AD) en 1941. A su vez, el partido Unión Republicana
13
Frank Rivas Torres y Braulio Y. Rojas G., «La conformación de los partidos políticos
en Venezuela (1928-1948): un espejo del presente», Revista Fermentum, n.º 51, Enero-
Abril 2008, p. 133.
14
15
Frank Rivas Torres y Braulio Y. Rojas G, op. cit., p. 134.
Democrática (URD) nace en 1945 y el partido socialcristiano

Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI)
en 1946.
Durante el mandato del general Medina Angarita se legalizaron los

partidos políticos y se inició una apertura del tan necesario debate
de ideas, inherente a cualquier proceso democrático. Después del
cese del denominado trienio adeco (1945-1948), todos los partidos
son inhabilitados de facto. Durante los diez años de la dictadura
militar encabezada por Marcos Pérez Jiménez se impuso esta
práctica sin sustento en algún decreto o ley que directamente
prohibiera sus actividades. El accionar represivo de la dictadura
los dejaba sin gozar de los mismos derechos que el partido de
gobierno, el Frente Electoral Independiente, el cual fungía como la
fachada democrática de la dictadura.
Como consecuencia de estas limitaciones, se empezaron a

gestionar diversos movimientos sociales de descontento general
contra el régimen, los cuales tuvieron un reforzamiento a partir
del 7 de diciembre de 1957, tras los sucesos del falso plebiscito
organizado por la dictadura. En esa ocasión, «la Seguridad
Nacional se va llenando de cientos de detenidos, en su mayoría
intelectuales, profesores de educación media y universitaria,
periodistas, profesionales y gente representativa de todas las capas
sociales del país»16.
Una vez derrocada la dictadura el 23 de enero de 1958, y establecido

el Pacto de Puntofijo, comenzó lo que se conoce como la era
democrática venezolana, donde la apertura de los partidos sería
primordial para el desarrollo de la misma. En esta nueva etapa
se inició un virtual bipartidismo, puesto que la alternancia en
el poder tenía como únicos protagonistas a los partidos AD
y COPEI. Aclaremos que esto no sería así desde el principio,
dado que la política nacional estaba regida por los principios y
guías establecidos en el pacto mencionado, el cual suponía la
conformación de un gobierno donde participaran todas las fuerzas
políticas del país.
16
Capítulo 3 ► 101
Pero la idea de una amplia participación se resquebrajó en poco

tiempo. En 1960, debido a las diferencias entre el liderazgo de URD
y Betancourt con respecto a la política exterior de Venezuela hacia
Cuba, el partido de Jóvito Villalba se retira del gobierno de coalición
y deja de formar parte del pacto. El MIR también se encontró fuera
del pacto. Este partido, legalizado en agosto de 1960, tenía como
objetivo «conducir a todo el pueblo venezolano hacia el socialismo
por el camino de la revolución nacional, haciendo realidad un
programa claramente antiimperialista y antifeudalista»17.
Las ideas revolucionarias se mantuvieron huérfanas al menos

durante tres décadas, ya que hasta la aparición de Hugo Chávez
y sus asociados, el revanchismo con la democracia no estuvo
presente en la palestra pública. Solo después del surgimiento de
Chávez es que se inicia el tránsito tenebroso de la confrontación y
el socavamiento de las instituciones públicas.
La influencia de la izquierda radical en la sociedad

venezolana

Por ende, solo es el gobernante inteligente y el general
sabio quienes usarán la mayor inteligencia del ejército
para propósitos de espionaje y, por consiguiente, lograr
grandes resultados. Los espías son el elemento más
importante de la guerra, porque de ellos depende la
capacidad de movimiento del ejército.
Sun Tzu
Para poder analizar la unión conspirativa entre los movimientos

de izquierda radical y los miembros de las fuerzas armadas que
apoyaban a Chávez, es imperativo volver en la historia, cuando la
llamada izquierda radical era solo un grupúsculo que, según Javier
Corrales, «fue integrado y protegido bajo las instituciones del Pacto
17
Ibid., p. 371.
de Punto Fijo»18.
Al comienzo, uno de los principales problemas presentados tras

el pacto, fue la total exclusión de los partidos con orientación
marxista, como fue el caso del Partido Comunista de Venezuela.
La lógica detrás de esta decisión reside en que la agenda del PCV
era incompatible con el ideal democrático del acuerdo, ya que este
partido promovía el paradigma soviético de la época, buscando
llegar al poder por la violencia, de ser necesario. Además, también
le pesaba otro aspecto relevante: como movimiento nacional no
representaba ni siquiera el 4 % del electorado.
En función de esto, la forma que encontraron para participar de

la agenda pública y perseguir el poder fue con la conformación
de movimientos guerrilleros castro-comunistas, teniendo a
las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) como su
máximo exponente. Las FALN fueron creadas desde el seno del
Partido Comunista como ejercicio de lucha contra el gobierno
de Betancourt —y los siguientes— con el propósito de repetir el
resultado que había obtenido Castro en Sierra Maestra.
Como la historia lo evidencia, la lucha armada tendió más hacia

una propuesta efímera que a una real alternativa de poder como
en Cuba. Tan solo una década después de la firma del pacto,
mostraba indicios de acabar, lo cual efectivamente ocurrió con
la pacificación durante el gobierno de Rafael Caldera (1969-1974).
Así, con el fin de la lucha contra la guerrilla comunista en el país,
la pacificación también provocó otro famoso cisma dentro del
sistema de partidos políticos. Dos exguerrilleros que ya no veían
en las armas el medio para alcanzar el poder, Pompeyo Márquez y
Teodoro Petkoff, se deslindaron del PCV y fundaron el Movimiento
Al Socialismo (MAS), una propuesta más moderada que llegaría al
poder décadas después como parte de una coalición, gracias a las
alianzas que se forjaron cuando el bipartidismo se agotó.
De esta forma, los partidos de oposición al sistema —de extrema
18
Javier Corrales, «Explaining Chavismo: The Unexpected Alliance of radical left
and the Military in Venezuela under Hugo Chávez», en Ricardo Hausmann y Francisco
Rodríguez (Ed.), Venezuela before Chavez: Anatomy of an Economic Collapse (pp. 371-
406), The Pennsylvania State University Press, 2014, p. 381.
Capítulo 3 ► 103
izquierda— comenzaron a crecer políticamente en un escenario

de bipartidismo entre AD y COPEI. Y es que, un elemento muy
importante de la sociedad venezolana, el sistema educativo, fue
susceptible de la influencia de la izquierda radical, especialmente
en las universidades.
La izquierda aprovechó esta grandeza institucional, apertura y

hospitalidad. Los activistas de izquierda, incluidos ex insurgentes,
gravitaron hacia el sistema universitario como estudiantes o
profesores. En la Universidad Central de Venezuela desde la década
de 1970, el grado de representación de la izquierda radical (PCV,
MIR, URD, Bandera Roja) era mayor que en el país en general19.
Mientras trabajaban en el condicionamiento del pensamiento

político en las instituciones educativas, también produjeron
una especie de avanzada en el seno de las fuerzas armadas. Esto
ocurriría en un contexto donde los gobiernos democráticos ejercían
cierta protección sobre la institución militar, modernizando y
profesionalizando, temerosos de intentos de golpes de Estado,
como los vividos en la primera mitad del siglo xx. Pero en la
realidad, el grado de protección —mayormente económica—
que propiciaron los gobiernos democráticos, no necesariamente
llegaba a los rangos medios y bajos de las FFAA, donde los oficiales
se quejaban de una distribución injusta del presupuesto, mientras
que los generales gozaban de mayores ingresos20. Aunado a
ello, y debido a que las promociones a altos rangos pasaban
necesariamente por el Senado, era evidente que los generales
tenían un grado de relación favorable con los partidos políticos, a
diferencia de los rangos bajos.
Para mayor crispación, el carácter apolítico de los rangos medianos

y bajos de las fuerzas armadas, propiciaba un mayor margen de
maniobra para que florecieran las conspiraciones. El monitoreo de
estas era responsabilidad del aparato de inteligencia del Estado y
muchas de ellas no pudieron ser neutralizadas, lo que posibilitó
su penetración hasta las bases. En esta falla influyó el hecho de
que el aparato de inteligencia estaba dividido en cuatro diferentes
19
Ibid., p. 385.
20
Ibid., p. 388.
instituciones:
• Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP)

• Dirección de Inteligencia Militar (DIM)
• Consejo Nacional de Seguridad y Defensa (CONSEDE)
• Centro de Inteligencia Policial
Estos cuatro componentes operaban y reportaban al ejecutivo

nacional de manera aislada, y era común que no compartieran
información entre sí y solo el presidente o la oficina de la secretaría
de la presidencia tuviese conocimiento completo. Los principales
jefes de los partidos más relevantes, AD y COPEI, podían solicitar
información de inteligencia a alguno de los jerarcas de dichas
instituciones21. En mayor o menor medida, dichos partidos tenían
un conocimiento de la inteligencia nacional, y ellos mismos
disponían de redes internas de inteligencia, heredadas de la
lucha contra Pérez Jiménez. En el otro extremo del espectro, los
movimientos radicales de izquierda decidieron cambiar de
estrategia:
Los hijos de los guerrilleros y líderes del Partido Comunista que

habían participado en las insurrecciones y golpes de Estado de
la década de los sesenta habían decidido que, al no poder tomar
el Gobierno por las armas estando en la guerrilla, lo harían
penetrando la Academia Militar de Venezuela sin que a nadie le
importara22.
Los planes de la izquierda radical —antes guerrillera y luego

inserta dentro de partidos políticos— de infiltrar en la sociedad
venezolana sus ideas comunistas, fueron detectados no solo por
los órganos de inteligencia nacional, sino por organizaciones
internacionales con operaciones en el país, como es el caso de la
Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en
inglés). Esto fue posible gracias a la dinámica propia del periodo
de la guerra fría, la cual —en términos ideológicos— era entendida
21
David J. Myers, «The institutions of intelligence in Venezuela: Lessons from 45
years of democracy», Nordic Journal of Latin American and Caribbean Studies, Vol.
XXXIII: 1, 2003, pp. 85-95.
22
Thays Peñalver, La conspiración de los 12 golpes, Caracas, La Hoja del Norte, 2018,
p. 62.
Capítulo 3 ► 105
como la lucha entre el bloque capitalista liderado por Estados

Unidos y el bloque comunista liderado por la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas. Venezuela no estaba fuera de la ecuación
y se veía como una región bajo la influencia americana, como lo
era toda Latinoamérica, con la excepción de la Cuba de los Castro
apoyada por los soviéticos.
Es por ello que, entre la década de 1960 y la de 1980, Estados Unidos

mantenía relaciones estrechas de inteligencia con todos los países
de América latina, y en especial con Venezuela y Colombia, por la
presencia de fuerzas guerrilleras inspiradas y apoyadas por los
cubanos. Es de notar que la DEA permaneció por muchos años en
Venezuela realizando labores antidrogas y servicios de inteligencia
en estrecha relación con las instituciones venezolanas.
Ya en el transcurso de la década de los ochenta, el subteniente

Hugo Chávez empezó a conspirar con la idea de unirse a la
guerrilla en contra del Estado venezolano. Es así como en 1982
funda el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-
200) con la intención de agrupar a militares rebeldes. Dada la
constante actividad de inteligencia en Venezuela, se logró detectar
la posibilidad de un golpe de Estado por parte de estas fuerzas
rebeldes, apoyadas por la izquierda radical. Toda la información
recopilada le fue presentada a Carlos Andrés Pérez, quien ejercía
los primeros años de su segundo gobierno (1989), pero este la
ignoró23. Diversas razones explican la decisión de Pérez de no
prestarle mayor atención a los informes de inteligencia, pero
una de las principales fue que sobreestimó su instinto, en el cual
confiaba desde su labor como Ministro de Interior durante los
años 1962 y 1963, bajo el gobierno de Betancourt, en el que luchó
arduamente contra las guerrillas comunistas.
Dadas sus consecuencias actuales, vale decir que la subestimación

de Hugo Chávez pesó mucho, y no solo para el gobierno de
Carlos Andrés Pérez, sino para toda la sociedad. El 27 de febrero
de 1989, a 25 días de instaurarse el gobierno de Pérez, ocurrió el
llamado Caracazo. Este fue un hecho social influido por líderes
de los movimientos radicales de izquierda, y en el que parte de la
23
David J. Myers, Id.
población de la Gran Caracas se manifestaba en rechazo al alza

de los precios del transporte público, cometiendo actos vandálicos
a lo largo de la ciudad. Todo ello motivado —supuestamente—
por el llamado paquete económico, conjunto de políticas que el
gobierno de Pérez estaba por aplicar bajo la asesoría del Fondo
Monetario Internacional, para así adquirir los recursos necesarios
que permitieran la liberalización de la economía, dada la crisis que
se vivía en el momento.
El Caracazo resultó en cientos de muertos debido a la acción del

gobierno al usar a los militares y la policía para controlar el caos
que se desencadenó. Esta convulsión debilitó al gobierno de Pérez,
al punto de que el poco apoyo que tenía de AD —su partido— llegó
al peor nivel que presidente alguno haya tenido. Estos resultados
desfavorables terminaron jugando a favor de la izquierda radical,
tal y como se lo habían propuesto con su influencia en las revueltas.
Llegado el año 1992, el 4 de febrero, los llamados de la inteligencia

nacional cobran vida en la forma del fallido golpe de Estado
liderado por Hugo Rafael Chávez Frías, nombre que hasta el
momento no era conocido en la política nacional, pero que luego
de ese día, marcaría la pauta del desenvolvimiento de la misma
en las décadas por venir. Con astucia, Chávez aprovechó la crisis
económica y los vastos problemas sociales del país para tener un
pretexto y llevar a cabo el golpe. Pero es bien conocido, por los
diversos reportes e investigaciones, que ya existía desde muchos
años antes una clara influencia comunista en su plan para tomar
el poder en Venezuela.
El golpe puso en la palestra nacional al Teniente Coronel Hugo

Chávez quien, en una intervención bastante mediática en la
mañana del golpe, ofreció un mensaje solicitando la rendición
a los demás golpistas, expresando que los objetivos no fueron
alcanzados, «por ahora». Esta última frase, resonó en un amplio
sector de la población venezolana, que vio en este fallido intento
no un acto que pretendía socavar la democracia venezolana, sino
uno que buscaba reivindicarla.
Tras la pérdida del apoyo de los partidos a Carlos Andrés Pérez,

este fue destituido en un juicio político en 1993, dando lugar a un
Capítulo 3 ► 107
interinato hasta que terminara el periodo en 1994. Ese año fue electo
Rafael Caldera, quien ejecutó una política de sobreseimientos para
todos los involucrados en los actos golpistas de 1992. Una vez que
Hugo Chávez salió de prisión, construyó un movimiento político
agrupando a la gran mayoría de fuerzas de izquierda que hasta
entonces habían sido relegadas del poder. El Teniente Coronel
encarnaría el rol de caudillo cívico-militar, algo inaudito desde
los tiempos de caudillos militares, cuyo último exponente fue el
General Marcos Pérez Jiménez24.
Finalmente, ya con Chávez en el poder, y empezando a dar

señales de su marcada ideología castro-comunista, se comenzó
a configurar el plan último de su revolución, aquel que inició en
1992, y que no era otro que la destrucción del sistema político
venezolano.
El eje cívico-militar chavista y la degeneración de la

institución militar
Aprovechando el descontento de la sociedad y explotando las

preocupaciones de los venezolanos, Chávez logró consolidar su
victoria en las elecciones de 1998. Por un amplio margen, ganó
frente a los partidos tradicionales sacando ventaja de su gran
carisma, algo que contrastaba con la imagen que se tenía de la
clase dirigente.
El disgusto con los partidos tenía su asidero, principalmente, en la

falta de soluciones ofrecidas por AD y COPEI cuando ejercieron el
poder en los años anteriores. Esto se manifestaba, por ejemplo, en el
aumento sostenido del costo de la vida, producto de un alto índice
inflacionario. Pero no solo el mal manejo de la economía afectó la
confianza de la población, sino también los casos de corrupción.
Si bien estos delitos pueden quedar minimizados cuando se
comparan con la corrupción del régimen de Hugo Chávez, en
aquella época fueron un auténtico escándalo e influyeron en la
visión que se tenía con respecto a los políticos tradicionales.
24
Jesús Enrique Briceño García, op. cit., p. 321.
Por otra parte, el efecto del Caracazo también jugó un papel

fundamental. Debido al mal manejo de la crisis, el gobierno de
AD fue puesto en entredicho. Con este suceso, los ánimos de la
sociedad se caldearon: consideraban que la respuesta de los
cuerpos de seguridad había sido desproporcionada. Por esa razón,
no vieron con malos ojos las acciones de los golpistas en años
posteriores. Cuando Chávez se responsabilizó por las acciones
golpistas de 1992, cimentó su imagen, y esto ayudó a tener un buen
desempeño en las elecciones de 1998. Fue visto como el personaje
que iba a tomar las riendas del país y cambiar su destino. La
alocución que dio ante las cámaras tras el golpe del 4 de febrero de
1992 fue suficiente para colocar su nombre en las conversaciones
de todos los venezolanos, pero también lo fue para generar una
especie de expectativa y misticismo alrededor de su figura, como
la manifestación de la salida de los malos tiempos que se habían
vivido en los últimos años.
Los antecedentes mencionados fueron un buen punto de partida

para Chávez, quien a pesar de iniciar su campaña con muy poco,
luego fue escalando posiciones hasta perfilarse como el favorito.
Tanto él como su más cercano contendor, Henrique Salas Römer,
tuvieron como plataformas electorales a organizaciones políticas
distintas de las tradicionales. Salas Römer se postuló por el partido
que fundó, Proyecto Venezuela, mientras que Chávez lo hizo con
su partido MVR y otros movimientos de izquierda ya conocidos,
como es el caso del MAS y el Partido Comunista, formando la
coalición denominada Polo Patriótico. Al final, Salas Römer no
logró derrotar al fenómeno chavista. Aunque inició la contienda
con ventaja, solo alcanzó el 39,97 % de los votos, perdiendo ante
el 56,20 % de Hugo Chávez25. A partir de ese momento llegó al
poder en Venezuela un militar, algo inédito desde la época de
Marcos Pérez Jiménez, con el rasgo particular de ser un militar
fervientemente apoyado por los principales partidos de izquierda.
Naturalmente, Chávez aprovechó esta popularidad y legitimidad

de origen para liderar una propuesta de cambio de Constitución,
cuyo referéndum ganó sin problemas con el 87,75 % de los votos.
Y, a partir de ahí, comenzaron las transformaciones. Cambió
25
De acuerdo con las cifras del Consejo Nacional Electoral.
Capítulo 3 ► 109
radicalmente la forma en que se llevaban a cabo los asuntos públicos

en Venezuela. Cabe destacar que uno de los aspectos esenciales de
esta transformación fue la profundización de la imagen de Simón
Bolívar. Chávez buscaba legitimar la gran mayoría de sus acciones
detrás de la llamada ideología bolivariana, tribuna desde la cual
también buscaba expandir un sentido patriótico en las fuerzas
armadas. Esto fue más que evidente con el cambio de nombre del
país, pasando de República de Venezuela a República Bolivariana
de Venezuela, así como también se pasó de tener Fuerzas Armadas
a una sola Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
La promoción de la ideología bolivariana también contribuyó

con la gestación de la idea de que los componentes de las fuerzas
armadas y la sociedad civil en general vivían una especie de
Independencia 2.0, donde se observaba cómo la identidad personal
tendía a transformarse en una identidad general, definida por
la integración de un colectivo bolivariano. En otras palabras,
menos individuo y ciudadanía, más bolivarianismo. Chávez y
sus constituyentes introdujeron, respecto de esta materia, otro
elemento relevante en la nueva constitución, el cual consistió en
permitir el sufragio de los militares activos:
Los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en situación

de actividad tienen derecho al sufragio de conformidad con la
ley, sin que les esté permitido optar a cargo de elección popular,
ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo
político26.
Subrayemos que dicho artículo no obtuvo mayor oposición por

parte de la sociedad, siendo un principio que muchos países de
primer mundo aplican. El principal problema radicó en que el
chavismo no aplicó el artículo a cabalidad, puesto que politizaron
totalmente la institución militar, a través de un clientelismo que
se basó en otorgarles privilegios y reconocimientos en puestos
de poder, a cambio de su lealtad. Se puede afirmar que el control
real del chavismo sobre las fuerzas armadas se ha basado en dos
niveles. En primer lugar, el de las élites, las cuales, desde los inicios
del gobierno, fueron privilegiadas con dádivas del gobierno, tales
26
Artículo 330 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
como el acceso a los medios de producción en manos del Estado

en forma de nombramientos en sus directivas, acceso al sistema de
cambio de divisas, control de la frontera, así como a las actividades
ilegales que allí se conformaban. En segundo lugar, en cuanto a las
bases del estamento militar, la influencia se manifestó a través del
ideal de servirle a la patria y en la profundización de la ideología
del bolivarianismo, lo cual ha calado especialmente en los bajos
rangos. El propio sistema representa un incentivo para los que
saben de los privilegios del alto mando, teniendo así el objetivo de
escalar para poder tener acceso a ellos.
Sin lugar a dudas, el control militar se acentuó con la creación del

Plan Bolívar 2000. Este plan fue el primero de su tipo y se trataba
de un esquema burocrático donde el gobierno usaba los recursos
del Estado para buscar mejorar las condiciones de sectores
vulnerables del país. Este programa, renovado como Plan Pro-
Patria en 2001, consistió en el despliegue de oficiales de las fuerzas
armadas en jornadas de vacunación, asistencia, reparación de
infraestructura, etc., en áreas necesitadas. En pocas palabras, los
miembros de la fuerza armada fueron enviados a lo largo y ancho
del territorio nacional para ejecutar políticas orientadas a luchar
contra la pobreza. Por otra parte, a través de este plan se empezó a
forjar la visión que tenía Chávez de la alianza cívico-militar, donde
los segundos no solo se encargaran de la protección y defensa del
territorio nacional, sino también de las políticas asistenciales para
sus ciudadanos.
De esta manera creció la penetración de Chávez y su pensamiento

en el sector militar. Y aún con más fuerza luego de los hechos
ocurridos en 2002, año de fuertes presiones económicas
— especialmente desde la petrolera estatal— y políticas que
motivaron la renuncia de Hugo Chávez y produjeron el vacío de
poder en el ejecutivo nacional.
Tomando en cuenta la versión más apegada a la realidad, existía

descontento de un grupo militar que buscaba revertir la evidente
tendencia dictatorial del chavismo. Ante eso, Hugo Chávez cede y
presenta una renuncia. La oposición venezolana, el 11 de abril de
2002, llena el vacío de poder, disolviendo la estructura del Estado.
Sin embargo, el impulso de esta situación duró apenas un par de
Capítulo 3 ► 111
días. El 13 de abril de 2002, un grupo de militares liderado por el

comandante de la Brigada de Paracaidistas del Ejército, Raúl Isaías
Baduel, restituyó a Hugo Chávez en el poder, llevándolo de vuelta
al Palacio de Miraflores. Esto incentivó la reforma de la institución
militar. El chavismo tuvo la excusa perfecta para depurar la fuerza
armada para evitar una nueva rebelión. Así, a partir del 2002, se
procedió a un número de cortes en los altos mandos militares, así
como retiros forzados.
En el año 2005, Hugo Chávez anunció la creación del Comando

Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas Bolivarianas
(CEOFANB), con el objetivo de agrupar la dirección y el control
de todas las operaciones militares de la nación. Así se pone en
práctica una doctrina que se había desarrollado desde la década
de 1960, donde un ente superior del Estado está encargado de las
operaciones militares. Pero Chávez no solo lo necesitaba para
ese fin, sino para profundizar la alianza cívico-militar, ya que el
CEOFANB también actuaba en favor del Plan Pro-Patria. Del
mismo modo, el comando estratégico tomó otra iniciativa crucial,
consistente en la militarización de las zonas de recursos de alta
prioridad para el Estado, tales como la Faja Petrolífera del Orinoco
y las minas en el Estado Bolívar.
La Faja Petrolífera del Orinoco es la zona con la mayor reserva

probada de petróleo extrapesado del mundo. Este ejemplo hace
que la estrategia del chavismo cobre mucho sentido, puesto
que el control de esta zona les permite gestionar negocios muy
lucrativos, otorgando concesiones a empresas extranjeras —en
diversas modalidades— para que extraigan el crudo. Aunado a
esto, los militares también se inmiscuyen en la explotación ilícita
de las minas en el Estado Bolívar, cuestión gravísima, puesto
que, al tratarse de activos de la República, deberían contar con
autorización de la Asamblea Nacional. Desde hace años, bajo el
visto bueno de la fuerza armada, esta actividad se ha traspasado a
grupos irregulares foráneos asociados a organizaciones criminales.
En todo caso, las acciones de los grupos militares con respecto a la

explotación de los recursos naturales de la nación no solo atañen al
CEOFANB. También existen grupos fuera de la estructura formal
del Estado asociados, principalmente, con el denominado Cartel
de los Soles27, los cuales controlan negocios subterráneos que

reportan importantes dividendos. De acuerdo con investigaciones
adelantadas por el sistema de justicia de los Estados Unidos,
este cartel se compone principalmente por el alto mando militar
venezolano, y no solo maneja zonas petrolíferas y de minería ilegal,
sino principalmente el negocio de las drogas, en conjunto con
organizaciones terroristas y guerrilleras extranjeras. En resumidas
cuentas, son parte de un entramado de carácter regional, donde
Venezuela sirve de canal de distribución para los estupefacientes
provenientes de Bolivia o del noreste de Colombia. Esta posición
ventajosa para la penetración del mercado norteamericano
también ha conducido al inicio de operaciones de producción en
el territorio nacional, de acuerdo con entendidos en la materia.
En vista de su magnitud, las acciones del Cártel de los Soles no
pasaron desapercibidas para los organismos internacionales.
Desde mediados de la primera década de 2000, la DEA inició una
investigación a los miembros de las fuerzas armadas involucrados
en actividades de narcotráfico.
Agreguemos que el accionar del CEOFANB no solo se ha limitado

al control de los recursos nacionales y actividades ilícitas, sino
también a la creación de un ejército político conformado por
milicias que buscan controlar a los ciudadanos. Es el caso de
las Milicias Bolivarianas, originalmente creadas en 2005 bajo el
nombre de Comando General de las Reservas y Movilización
Nacional, el cual cambió en 2009 a Comando General de la Milicia
Bolivariana. Este componente de la FANB, adscrito al Ministerio de
Defensa, ha sido uno de los principales elementos de control social
por parte del régimen chavista, puesto que utilizan a ciudadanos
como vigilantes en diversas zonas del país y principalmente para
aprovecharse de personas con una alta vulnerabilidad producto
de la crisis económica, al otorgarles recursos y beneficios por
formar parte de las milicias. Pero las milicias no son el único
cuerpo de ciudadanos armados. Los llamados colectivos actúan
como la vanguardia del régimen para mantener el control de
las ciudades. En esencia, son grupos armados que operan en
diversas localidades (urbanizaciones, barrios, pueblos, etc.) y están
conformados por vecinos de la zona que son adeptos al régimen
27
Vale decir que la expresión de los soles proviene de los distintivos que portan los
militares venezolanos a partir del rango de general de brigada.
Capítulo 3 ► 113
y gozan de impunidad fáctica, puesto que llevan a cabo acciones

de extorsión, robos, asesinatos, entre otras actividades ilícitas,
aprovechando la no intromisión de las fuerzas de seguridad del
Estado en sus acciones.
Todos estos grupos armados tienen como objetivo profundizar

y mantener el control político que llevó a cabo Hugo Chávez en
la fuerza armada a su llegada al poder. Dicho control tenía como
objetivo despojar a la ciudadanía de herramientas para hacerle
contrapeso al poder del chavismo. El surgimiento de estos cuerpos
es, incluso, una manifestación evidente del culto a la personalidad.
El chavismo ha atentado contra la identidad individual del
venezolano para convertirlo en un siervo capaz de arriesgar su
vida por la revolución. Todos ellos responden al lema «todos
somos Chávez», de modo que el desdoblamiento de la identidad
individual llega hasta el punto de adoptar la identidad impuesta
por el gobernante.
Además del control militar, Hugo Chávez profundizó la unión de

su movimiento político, creando en el 2007 el Partido Socialista
Unido de Venezuela (PSUV). De esta manera, buscaba agrupar las
diversas fuerzas izquierdistas del país bajo su figura. También bajo
la bandera del PSUV se arropan los miembros de los colectivos,
que usan el partido para expandir sus redes en el país.
Muchos han sido los intentos políticos de luchar contra la

maquinaria colectivista del régimen. Tras la victoria de Chávez
en 1999, varios partidos fueron creados con el pasar de los años,
siendo los principales: Un Nuevo Tiempo, surgido en 1999 tras el
rompimiento de un grupo de militantes de AD del estado Zulia;
Primero Justicia, creado a inicios del año 2000 como escisión de las
fuerzas de COPEI; Voluntad Popular, creado en el 2009 a partir de
líderes de otros partidos y jóvenes provenientes del movimiento
estudiantil del 2007; y, por último, Vente Venezuela, partido político
formado en 2012 con líderes de otros partidos y personalidades
provenientes de la asociación civil Súmate. Este último es el único
partido venezolano de corte ideológico liberal.
A pesar de todo el esfuerzo, los resultados no han sido

satisfactorios. Cada uno de los partidos ha sufrido incontables
acciones por parte del régimen con el objetivo de reducir su rango

de maniobra política, bien sea encarcelando líderes, propiciando
su exilio o, en el caso de Vente, impidiéndoles su formalización y
evitando que participen en elecciones. Pero más allá de esto, la
sociedad venezolana ha sido muy crítica con el liderazgo de los
partidos antagonistas del régimen, partiendo de su incapacidad
para luchar efectivamente contra este.
Esta incapacidad se debe, principalmente, a la falta de

reconocimiento de la verdadera naturaleza del régimen chavista.
Aun cuando ya se reconoce su carácter antidemocrático, las
fuerzas opositoras no siempre tienen la disposición de admitir
que esta es una muy estructurada organización criminal, que
emplea políticas socialistas para mantener un control férreo de la
economía y sociedad venezolana y que ha tomado en su totalidad
el poder militar, del que se sirve para ejecutar operacionalmente
sus acciones ilegales. En todo caso, la falta de reconocimiento de
esta realidad se ha visto evidenciada en las principales propuestas
de los partidos de oposición, que siempre han girado en torno al
principio de negociación, asumiendo así que el régimen se maneja
en términos políticos. El problema de fondo es que el régimen, al
ser una organización criminal socialista, carece de incentivos para
poder entablar una negociación. Dicho de otro modo, el chavismo
no reconoce a su contraparte y su intención no es la de construir
soluciones para los problemas de Venezuela. En consecuencia,
lo que hacen es emprender acciones que los conduzcan a su fin
último, que es permanecer en el poder a toda costa. Para ellos no
existe un entendimiento político posible.
Desde otro punto de vista, los hechos recientes han demostrado

que la historia se repite junto con los contextos. Así como los
movimientos sociales —ajenos a los partidos políticos— fueron
predominantes durante la dictadura de Gómez y la de Pérez
Jiménez, también lo han sido durante el totalitarismo chavista.
En ese sentido vale resaltar una particularidad de la historia
venezolana, expresada a lo largo de este capítulo: el surgimiento
de jóvenes provenientes de las universidades y colegios del país,
que asumen el liderazgo e impulsan manifestaciones sociales de
resistencia. En lo que al periodo chavista se refiere, es importante
hacer mención a las protestas estudiantiles del año 2007, detonadas
Capítulo 3 ► 115
por el cierre del canal Radio Caracas Televisión por decisión del
régimen. Este hecho se instrumentalizó con la negativa a renovar
la concesión a la televisora, lo que fue una represalia directa por su
actuación durante los sucesos del 2002. A partir de ahí, un grupo de
jóvenes salieron a las calles en defensa de la libertad de expresión
y fueron fuertemente reprimidos por las fuerzas de seguridad.
Este no fue el único movimiento estudiantil con alta repercusión

en la opinión pública. En el 2014, surgió una nueva ola de protestas
estudiantiles que trajeron consigo reacciones de los demás
sectores de la sociedad civil que se unieron a dicha movilización.
Quedó muy claro que el régimen no conocía límites en la represión
de las protestas que reclamaban la salida de Nicolás Maduro del
poder. Estos sucesos se extendieron desde febrero hasta mayo de
ese año, dejando un saldo de más de 50 ciudadanos asesinados.
Para el año 2017, el régimen chavista, a través del Tribunal Supremo

de Justicia, dicta una serie de sentencias con el fin de neutralizar a
la Asamblea Nacional tras la victoria de los partidos de oposición
en las elecciones parlamentarias. Para marzo de ese año, el
movimiento estudiantil retomó la iniciativa de iniciar protestas
en todo el país y, nuevamente, el régimen destinó todas sus
capacidades para reprimir, asesinando al menos a 150 individuos.
Se puede afirmar que la gran mayoría de las protestas de la última
década han nacido en el seno de los movimientos estudiantiles y,
desafortunadamente, han terminado con el apaciguamiento de las
mismas por parte de los partidos políticos. Sus líderes propician
el final del ciclo de protestas, buscando reducir el enfrentamiento
y llamando a un cese de las actividades con el fin último de
negociar con el régimen un entendimiento que los tenga a ellos
como protagonistas. Así, una y otra vez, todas y cada una de las
negociaciones con el chavismo han resultado en mayor control
por parte del régimen y menor rango de acción de la oposición.
En el inicio del año 2019, se gestó una nueva situación donde el

presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, declaraba
ilegítimo al régimen chavista y asumía las responsabilidades del
ejecutivo nacional, conformando un gobierno interino. Así, se
consolidaba el no reconocimiento del fraude electoral que llevó a
cabo Nicolás Maduro en las supuestas elecciones presidenciales
de mayo del 2018, lo cual reactivó las protestas a nivel nacional, en

apoyo a la nueva alternativa de poder.
Este nuevo escenario en la política venezolana ha presentado una

serie de retos, que van desde un juego político en el que el gobierno
interino busca tomar las fuentes de ingreso y recursos que tiene
el régimen chavista, hasta generar las capacidades necesarias para
acabar con el mandato del mismo. Uno de los principales factores
de la nueva coyuntura es el reconocimiento mundial de que el
régimen chavista maneja un narcoestado, al evidenciarse los lazos
directos que existen entre la institución militar venezolana, los
líderes políticos del PSUV y los grupos paramilitares y terroristas
que hacen vida en el territorio nacional.
Rompiendo el control socialista
El sistema político venezolano —y su control por parte de militares

y civiles— ha dejado una marca imborrable en el desarrollo de
todos los ciudadanos. El venezolano ve condicionada su vida por
aquellos que fueron electos para representar los intereses de la
sociedad. En ese sentido, el autor de este capítulo desarrolla un
testimonio de su vida:
Nací en una familia de clase media, en El Llanito, una

pequeña urbanización dentro de la parroquia Petare, lugar
que es conocido por ser una de las barriadas más grandes
de Latinoamérica.
En ese lugar crecí junto a mi hermana, teniendo a nuestra

madre como principal sostén, puesto que ninguno de
nosotros conoce a su padre biológico. Afortunadamente,
también contamos con el apoyo de mi bisabuela, la pieza
central de nuestra familia.
A pesar de la ausencia de mi padre, gocé de unos fuertes

lazos familiares; mi abuela y dos de mis tíos vivían muy
cerca y siempre estaban ahí cuando los necesitaba.
En mi familia, la política siempre estuvo presente. Nuestras

Capítulo 3 ► 117
conversaciones siempre llegaban a un punto donde salía a

relucir una especie de resentimiento hacia los gobiernos
de Acción Democrática y COPEI, por lo cual, gran parte de
mi familia se identificó con Hugo Chávez y le dieron sus
votos como una apuesta por algo diferente al tradicional
bipartidismo.
A pesar de esto, nunca tuve un interés real por la política.

Lo que sí me apasionaba era la historia universal, pero eso
nunca lo aterricé en las discusiones políticas, yo solo seguía
el ejemplo de lo que veía. De hecho, mi objetivo desde
niño fue formarme como neurocirujano, por lo cual, al
presentar la prueba de admisión en la Universidad Central
de Venezuela (UCV) elegí, como primera opción, la Escuela
de Medicina.
En esa oportunidad, no tuve suerte, por lo que,

posteriormente —en el año 2012—, opté por la Escuela de
Estudios Internacionales, opción que me pareció lógica
puesto que siempre tuve una afinidad por los idiomas y la
historia.
Una vez aceptado en la universidad, mi vida cambió. Mis

posiciones y opiniones fueron puestas a prueba; mi vaga
noción en política e ideologías se enfrentó con el increíble
choque de pensamientos diversos, naturales en un
ambiente como el de la universidad, y más en un campus
con una población estudiantil tan plural.
Fue ahí donde logré descubrir que el socialismo de Chávez

no era, de ninguna forma, la alternativa ideal que algunos
miembros de mi familia pretendían defender. Gracias a los
debates en clase y a las interacciones con grandes amigos
que me dio la universidad, me adentré en el mundo de las
ideas de la libertad y, además, logré profundizar en las ideas
del socialismo y sus males.
Esta apertura de pensamiento fue crucial, puesto que

reconocí la importancia de tener el conocimiento de lo
que se defiende. Cuestión que, en un principio, parece muy
obvia, pero en realidad se pasa por alto.
Leer sobre el socialismo y sobre el capitalismo fue una

apertura total respecto a mi visión del mundo. Entendí que
la defensa del individuo no se llevaba desde el Estado, sino
desde cada uno de nosotros; que ser pobre es una condición
que debe ser superada en vez de enaltecida, y que se supera
creando más riqueza, no quitándole a los ricos; y, por
último, que detrás del socialismo están el resentimiento y
la envidia.
Desde el momento que comprendí el concepto del

socialismo y la importancia real de la libertad del individuo,
comprendí que el desastre que estábamos viviendo no
correspondía exclusivamente a una falla del gobierno,
sino que partía de su génesis, de las ideas del control de
la sociedad que, incluso, se venían implementando desde
antes del chavismo, aunque de una forma menos violenta.
A partir de ese momento, pasé a la acción. Estando en la

universidad, aproveché las redes de Estudiantes por la
Libertad, que me ayudaron a expandir y profundizar mi
conocimiento académico, y, con especial énfasis, incursioné
en el activismo estudiantil.
Ser parte del movimiento estudiantil de la UCV a través

del equipo Unión EEI fue, sin duda, la mejor experiencia
de mi vida. Entender el esfuerzo y sacrificio que pasan
los estudiantes venezolanos en la lucha por tratar de ser
mejores cada día es algo formidable.
Gracias al esfuerzo del equipo del que formaba parte, logré

ser electo como presidente del centro de estudiantes de mi
escuela, pasando a asumir un rol mucho más activo y decisivo
en la comunidad estudiantil. Pero, lamentablemente, con
ello tuve que asumir que en Venezuela los estudiantes se
enfrentan a un gran miedo a diario.
Ser miembro de la comunidad estudiantil en Venezuela

supone, de entrada, un antagonismo con el régimen.
Capítulo 3 ► 119
El chavismo odia la disidencia, en especial aquella de

pensamiento, aquella que día tras día lucha por ser mejores
individuos y mejores ciudadanos.
Cabe destacar que no solo estudiando dábamos nuestra

lucha. Las protestas eran esa otra forma en que los
estudiantes nos hacíamos escuchar en medio de la crisis.
Así fue como surgieron protestas como las del 2017, donde
las calles se vieron manchadas de sangre inocente y que, en
un inicio, fueron lideradas por el movimiento estudiantil.
Fue en medio de esas protestas que, yo como estudiante, al

recibir el bombardeo inclemente de bombas lacrimógenas
y perdigones por parte de las fuerzas de seguridad y
defensa del Estado —por parte de militares y policías— me
preguntaba por qué quienes en su esencia debían defender
la república terminaban siendo el brazo ejecutor de la
represión del régimen.
Más de una vez tuve que presenciar cómo compañeros

de clases se desmayaban en los pasillos de la universidad
porque estaban malnutridos, o consolar a otros porque
sentían que sus sueños —inherentes de la juventud— eran
imposibles de cumplir en un país secuestrado por una
tiranía.
Y debo confesar que yo no escapaba de ese pesar, de sentir

que iba a la universidad con el objetivo de ser un profesional,
para luego no poder usar mis conocimientos para mejorar
mi calidad de vida. Me sentía minúsculo ante una crisis que
era perenne.
A pesar de todo, no desistimos de nuestro activismo

por la libertad. Miles de jóvenes, a lo largo del territorio
nacional, buscábamos la manera de realizar acciones que
nos permitieran sentir que contribuíamos con una causa
común mayor.
Eso me llevó a recordar que, de pequeño, la razón por la

que me encantaba la historia universal radicaba en el rol
de los líderes mundiales en las diferentes crisis que han

existido. El cómo, desde sus diferentes trincheras, hombres
y mujeres, con sus liderazgos, moldearon las diferentes
luchas de la humanidad contra la opresión.
En particular, me resultaba fascinante que ciudadanos

decidieran optar por el servicio armado, sacrificando
una vida ciudadana normal y sometiéndose a fuertes
entrenamientos, rigurosa disciplina y conocimientos
para poder desempeñarse en la loable labor de vivir para
defender un país, pero más importante y profundo, para
defender a sus ciudadanos.
Ese era mi objeto de atención en la historia del mundo, sus

naciones, sus ciudadanos, sus líderes y sus ejércitos. Algo
que cuando lo comparaba con lo que veía en mi entorno,
me provocaba un profundo desprecio por la institución
armada de mi país. En especial, porque mientras me
criaba, un familiar relativamente cercano era miembro de
la Armada, y eso siempre me generó un sentimiento de
admiración por el compromiso que ello representaba.
Pero esas ideas, resumidas en el sentimiento patrio, se

conjugaron con la deplorable imagen que teníamos que
soportar los venezolanos al ver nuestras actuales fuerzas
armadas. Al fin y al cabo, quienes nos reprimían en las
protestas no eran otros sino ellos.
Es con un particular despecho que debo aceptar que en

Venezuela no existe una institución militar real, sino un
grupo de hombres y mujeres manipulados totalmente
por el régimen criminal. Algunos de ellos son parte del
entramado criminal, pero muchos otros son solo víctimas
de un secuestro total de la institución.
En resumidas cuentas, como jóvenes venezolanos y

luchadores por la libertad, la importancia de rescatar la
figura del personal de servicio militar es sin duda alguna
uno de los mayores retos que tendremos por delante, pero
que será poco comparado con el deseo que tenemos de
Capítulo 3 ► 121
conquistar la libertad.
Instituciones para el futuro
Es imposible negar el gran daño infligido a la sociedad venezolana,

tanto por las ideas del socialismo democrático, como por las del
comunismo cubano. Gracias a esto, Venezuela pasó de ser uno
de los países con mejor proyección de crecimiento económico
a principios de la década de 1980, a estar de último en todos los
índices económicos.
Los gobiernos de la era democrática cometieron el error de

subestimar a los movimientos de izquierda radical y permitir
su expansión en la sociedad. Este error, entre otros aspectos, se
ve representado en la forma con la que se ejecutó la pacificación
llevada a cabo por Rafael Caldera en su primer mandato, la cual le
dio el perdón explícito a los miembros de la guerrilla comunista.
A pesar de que, en su momento, la pacificación fue celebrada por
gran parte de la sociedad, cabe destacar que se le permitió al lobo
disfrazarse de oveja. Aun cuando una parte de los guerrilleros sí
hicieron su vida civil y dejaron atrás la idea de hacer la revolución
a través de la fuerza, muchos otros optaron por aprovechar la
buena voluntad de los demócratas para penetrar las bases de
la democracia que intentaban construir los partidos en aquel
entonces.
Dicho error no puede repetirse en el futuro inmediato. Venezuela,

eventualmente, saldrá del control del régimen criminal de Nicolás
Maduro y pasará nuevamente a iniciar un proceso para sentar las
bases democráticas que deben perdurar en todo país con el paso
del tiempo. Para que estas bases sean sostenibles, el eventual
gobierno de transición y aquel que posteriormente sea electo, no
pueden pasar por alto el hecho de que el Partido Socialista Unido
de Venezuela ha cometido crímenes contra la humanidad y sus
dirigentes deben ser responsabilizados por ello. Una organización
como esta no puede formar parte del sistema de partidos.
Avanzar en una acción de esta naturaleza impedirá que en el futuro

nadie pueda asociarse al chavismo sin que recaiga sobre sí el peso
de una ideología criminal. De esta forma, se sentará un precedente

legal que a posteriori calará en la sociedad. Lamentablemente, en
la Venezuela de hoy, la gran mayoría de partidos políticos están
consolidados ideológicamente bajo los preceptos del socialismo.
Es probable que muchos de ellos optarán por buscar maneras de
vender la ideología de una forma que no sea asociada al socialismo
del siglo xxi que patentó el chavismo.
Por este motivo, la prioridad de los ciudadanos debe ser la

vigilancia y contraloría hacia un gobierno que realmente tenga
como propósito la consolidación de la república y garantice la
separación de poderes. Un profundo cambio en la forma como el
gobierno administra los recursos de la nación, influirá directamente
en aquellos que pretendan alcanzar el poder, puesto que limitará
el alcance que tienen estos sobre las riquezas del país. Pero esto
último pasa necesariamente por una reforma constitucional,
que garantice la autonomía de los individuos, lo cual obliga a su
vez a repensar la relación de la sociedad con las instituciones
públicas, dictando límites al poder tan explícitos que logren
distanciarse radicalmente del chavismo, así como el chavismo
buscó diferenciarse de los gobiernos de la era democrática.
Ahora bien, de nada servirá impulsar nuevas leyes y nuevas

formas de participar en la política si no se practican los
cambios profundos en la institución que albergó los principales
conspiradores que permitieron el desastre chavista: la fuerza
armada. No se puede subestimar el hecho de que toda democracia
—desde su fundación— está condenada a ser destruida si no es
defendida con el uso legítimo y legal de las armas. Y este es el rol
que las fuerzas armadas pueden llevar más efectivamente que los
particulares. Es necesaria una refundación total de la institución
militar. Es imperativo llevar a cabo investigaciones minuciosas
que determinen cuáles individuos formaron parte directamente
de actividades de corrupción, narcotráfico y violación de derechos
humanos. Todos los altos oficiales que hayan formado parte
directamente en actividades de corrupción durante el chavismo
deben ser puestos a la orden de la justicia, y aquellos que nunca
formaron parte de dichas acciones, necesariamente deberán pasar
a retiro.
Capítulo 3 ► 123
El grueso de las fuerzas armadas, los oficiales de menor rango,

deben participar de un proceso de reinstitucionalización a través
de las academias militares. Y aunque el proceso de la destrucción
de la institución llevada a cabo por el chavismo será difícil de
revertir, no es imposible. Muchos solo siguen órdenes porque
no tienen otra opción, ya que el alcance del régimen criminal no
tiene límite a la hora de castigar a sus desertores. Por otro lado, las
milicias deben ser anuladas en su totalidad. Esta institución no ha
cumplido con ningún fin útil a la sociedad, sino todo lo contrario,
ha servido para armar a civiles que luego pretenden controlar a
otros civiles.
Ahora bien, con relación a las estructuras de mando, a pesar de

que han sido utilizadas para mantener el control férreo de las
fuerzas armadas y permitir la expansión de sus actividades
ilegales; en democracia, órganos como el CEOFANB pueden ser
un instrumento sumamente útil para coordinar la refundación de
las fuerzas con un nivel más eficiente y profesional. De la misma
manera, se deben retomar las alianzas que se tenían en materia de
inteligencia con diversas agencias extranjeras, en especial, con la
DEA, para permitir un mayor y más eficiente flujo de información
a nivel nacional que permita mantener al día a los decisores y
estos disponer de dicha información de la mejor manera.
La lección que queda de este episodio nefasto en la historia de

Venezuela, es que la presencia del Estado en cada uno de los
aspectos de la vida de los individuos es intolerable. Ese deseo de
libertad, de querer buscar la felicidad con acciones autónomas
debe ser el motor que impulse la configuración de una nueva
realidad. El venezolano, en estos momentos, es como el solitario
viajero que por días ha sufrido una odisea en medio del desierto
y donde cada nuevo amanecer es un día más sin agua y con
desgaste. Se ha visto sometido por dos décadas a vivir con miedo,
incertidumbre y desconfianza, pero eso no le ha impedido seguir
adelante. Así como el viajero, que al encontrarse con un manantial
en medio del desierto retoma las fuerzas para continuar hasta su
objetivo, así será el venezolano al encontrarse finalmente con la
tan anhelada libertad.
Por esta razón, es un supremo deber moral de la generación joven

luchadora, el trabajar incansablemente para que ese manantial de

libertad sea alcanzado por todos y que motive la lucha por una
Venezuela fuerte, libre y próspera.
CA
PÍTU
LO
4
► 127
REFLEXIONES SOBRE EL ORDENAMIENTO

JURÍDICO Y LA SUPREMACÍA DE LA LEY
Jorge Galicia
Venezuela ha sido azotada por personajes despóticos con ideas

nefastas, quienes se han adjudicado la propiedad sobre el
territorio y la potestad de mandar por encima de la voluntad de los
individuos. Y aunque pudiera creerse que todo esto ha sucedido
al margen de la legalidad, en realidad, las conductas liberticidas y
los actos colectivizadores han estado ajustados a normas jurídicas.
En pocas palabras, son consecuencia de instituciones pervertidas
y principios malinterpretados. Por esa razón, es necesario
conocer bien las fallas estructurales de la república y, a partir de
ahí, formular los cambios necesarios para la instauración de un
sistema protector de la libertad individual con fundamento en
una ley justa y aplicable a todos por igual.
___________________________________________________________
Si se estudia con detenimiento la evolución de los grandes

problemas de Venezuela, es posible encontrar una raíz común para
todos ellos, la cual está enterrada en lo profundo de la historia del
país y no es otra que el mismo Estado, esta construcción robusta
que tomó décadas de sangre y disputas erigir, pero que, al final, ha
sido un despropósito rotundo.
Si se emprende un análisis del Estado moderno venezolano desde

su estreno en el siglo xx, vemos que las dictaduras militares de
Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez le dan forma, sujetando
con fuerza el poder y apelando al centralismo, en una época
donde los ejércitos de montoneras1 aún conservaban sus vestigios
en la provincia. Los regímenes posteriores abrieron paso a
1
Denominado así porque sus miembros no habían recibido una instrucción militar
formal.
nuevos mecanismos de entendimiento y dinámicas políticas más

cercanas al común de los ciudadanos. Eleazar López Contreras
e Isaías Medina Angarita, herederos de una casta militarista, no
representaron un obstáculo a esa apertura lenta, pero progresiva.
Sin embargo, eso no evitaría que los años que transcurrieron desde
1945 hasta 1958 marcaran un largo lapso de disrupciones.
En primer lugar, civiles y militares gobernarían en triunvirato

por tres años, desde 1945, hasta consolidar un nuevo régimen que
propiciaría la primera elección presidencial de primer grado, en la
que se proclamó al novelista Rómulo Gallegos como titular de la
máxima magistratura del país. Un suceso novedoso y efímero, casi
un experimento de nueve meses que no llegó a buen puerto.
En segundo lugar, la transición entre las dos mitades del siglo pasado
tendría como protagonista —nuevamente— al militarismo. En
una época donde comenzaba a ser común que la institución de las
fuerzas armadas tutelara la administración pública de diferentes
países latinoamericanos. Marcos Pérez Jiménez, principalmente,
vendría a establecer su orden con espada en mano y ofertas de
transformación en infraestructura.
Ahora bien, ese bagaje político produciría de nuevo una revolución.

Las luchas contra el militarismo y las dictaduras de principios de
siglo forjaron la mente de unos individuos que, luego de alcanzar
su madurez física, intelectual y política, estuvieron en la capacidad
de tomar las riendas del país luego de la caída —más bien, huida—
del dictador. Los grupos de presión, con la fuerza armada como
punta de lanza, volverían a propiciar un cambio, uno que instauró
un nuevo régimen que duraría, al menos, cuarenta años.
El Estado venezolano se reinventó como una verdadera democracia

y estampó sus bases en una constitución política moderna,
promulgada en 1961. La ley fundamental del Estado fue producto
del sentir de un sistema político que comenzaba a moldearse con
nuevas ideas. Un régimen presidencialista, un congreso bicameral
y una inspiración republicana de Estado democrático eran
consecuencia del aprendizaje de los años pasados y, aunque no fue
ajena a las convulsiones políticas, la ley se respetaba y el principio
de alternancia del poder estaba garantizado.
Capítulo 4 ► 129
Reflexiones sobre el ordenamiento jurídico y la supremacía de la ley
La expresión más llamativa de ese nuevo régimen fue el

denominado Pacto de Puntofijo, el cual suponía la preservación
del ordenamiento jurídico venezolano y el progreso de las
instituciones democráticas, con fundamento en la supremacía de
la ley, que se tuvo durante esos cuarenta años (1958-1998).
Este pacto suponía el reconocimiento de los resultados electorales,

los puntos mínimos para la gobernanza en Venezuela y el
mantenimiento de los principios democráticos. Esto último con
gran repercusión, ya que en el nuevo orden no era bienvenido el
Partido Comunista de Venezuela (PCV), aunque también hubiese
luchado contra la dictadura.
A partir de aquí, se daría paso a una nueva elección universal,

directa y secreta, que llevaría al partido Acción Democrática (AD)
nuevamente al poder, esta vez de la mano de Rómulo Betancourt.
Un congreso con la representación de todos los movimientos daría
pie, ahora sí, a la redacción de una nueva Constitución que duraría
cuatro décadas y comenzaría la evolución definitiva de Venezuela
como República. Los presidentes Betancourt, Leoni, Caldera,
Pérez, Herrera Campins y Lusinchi, condujeron al país cada uno a
su estilo, alternándose en un virtual sistema bipartidista entre la
tendencia socialdemócrata y la socialcristiana, hasta comenzar su
descenso en la década de 1990.
Si bien es cierto que todo este lapso ha sido enmarcado dentro del
mismo paradigma, la última década del siglo xx tuvo su propia
particularidad. Por primera vez, dos expresidentes alcanzaban
el poder para un segundo término no consecutivo —Pérez y
Caldera—; por primera vez un presidente era enjuiciado en
funciones; por primera vez —luego de derrocada la dictadura—
se requería de la designación de un presidente interino; y por
primera vez, un militar golpista alcanzaba el poder a raíz de unas
elecciones democráticas. Más allá de esa sucesión de hechos sin
precedentes, los años noventa significaron un progreso increíble
para la República y sus leyes. Producto de las recomendaciones y
presiones de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado
(COPRE), establecida por Jaime Lusinchi en 1984, se materializó
la descentralización de Venezuela, la cual fue impulsada por su
sucesor, Carlos Andrés Pérez.
En diciembre de 1989, en el umbral de la nueva década, se elegiría

por primera vez a los gobernadores de Estado y a los alcaldes
municipales, con lo que se aspiraba a contribuir al inicio de la
superación del sistema corporativista en Venezuela. Asimismo,
Pérez impulsó una apertura del mercado venezolano, que
eventualmente hubiese llevado a una reducción del tamaño del
Estado, aunque esto último no llegó a cuajar.
La revuelta conocida como el Caracazo del 27 de febrero de 1989

y los días siguientes, los intentos de golpe de Estado perpetrados
por Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992 y luego por sus aliados
el 27 de noviembre del mismo año, minarían el capital político
de Pérez, cuya administración terminaría, gracias a las presiones
políticas, en su separación del cargo en mayo de 1993 y su posterior
enjuiciamiento. A partir de aquí, el paso de Ramón J. Velásquez
como presidente interino, y la elección por segunda vez de Rafael
Caldera, no supondrían ningún cambio significativo en el sistema
político. Aunque los partidos y la sociedad habían sido muy
golpeados, la democracia resistía y la ley se hacía cumplir, salvo
por las endémicas distorsiones características del juego político
latinoamericano.
La moribunda constitución
A partir del 6 de diciembre de 1998, ocurrió un cambio de paradigma

en Venezuela. Las bases del país se sacudieron en todos los ámbitos
y de diferentes formas, pero nada sufriría más perversiones que
el ordenamiento jurídico, la supremacía de la ley y el sistema de
protección de la libertad de los individuos. Esa fecha es recordada
por ser el día de la elección de Hugo Rafael Chávez Frías como
presidente de Venezuela.
Era mucho lo que se decía en aquel entonces sobre las pretensiones

del golpista. Aunque su campaña se fundamentó en un discurso a
favor de reivindicaciones sociales y un supuesto sentir humanista,
sus visitas a la Habana y su cercanía con Fidel Castro daban
luces de sus intenciones. El 2 de febrero de 1999, en el hemiciclo
de sesiones del Congreso de la República, con la mano izquierda
sobre la ley fundamental del Estado, prestó el siguiente juramento:
Capítulo 4 ► 131
Juro delante de Dios, juro delante de la patria, juro delante de mi

pueblo que, sobre esta moribunda Constitución, haré cumplir e
impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que
la República nueva tenga una carta magna adecuada a los nuevos
tiempos, lo juro2.
Sus palabras fueron la advertencia sincera de lo que se avecinaba.

Con Luis Alfonzo Dávila, presidente del Senado, electo por el
partido chavista Movimiento Quinta República (MVR); Rafael
Caldera, presidente de la República —saliente—; Henrique Capriles
Radonski, presidente de la Cámara de Diputados; el congreso en
pleno y el país de espectadores, Chávez anunció la transformación
del sistema político y económico venezolano, comenzando por la
confección de un nuevo ordenamiento jurídico hecho a su medida.
Sin lugar a dudas, uno de los factores que encendieron las alarmas
sobre el proceso que Chávez estaba llevando a cabo fue la propia
convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente. En su
discurso, él hizo alusión a la moribunda Constitución —de 1961—
porque parte de su propuesta era redactar una nueva Constitución.
Para acometer este objetivo fundamental de su plan de gobierno,
debía recurrir a su legitimidad de origen y su creciente popularidad
para torcer la ley a su favor. El ordenamiento jurídico vigente en
esa época solo concebía dos mecanismos para modificar la ley
fundamental del Estado: la enmienda y la reforma, lo que significa
que solo estaba permitido hacer cambios parciales en artículos o
títulos específicos, mas no hacer una Constitución desde cero. Así
lo expresaba taxativamente la Constitución:
Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por

acto de fuerza o fuere derogada por cualquier otro medio distinto
del que ella misma dispone. En tal eventualidad, todo ciudadano,
investido o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el
restablecimiento de su efectiva vigencia3.
A pesar de esto, el gobierno siguió adelante con su plan. El
2
Extraído del discurso de Hugo Chávez en su juramentación como Presidente de
la República.
3
Artículo 250 de la Constitución de la República de Venezuela (1961), Gaceta Oficial
de la República de Venezuela # 36.860 del 23 de enero de 1961.
ejecutivo nacional redactó una propuesta que fue refrendada

por la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Supremo Electoral.
Valiéndose de la teoría de la soberanía nacional, la cual supone que
los ciudadanos son depositarios del poder originario, convocaron a
un referendo consultivo para el 25 de abril de 1999.
En este referendo, se les consultó a los ciudadanos si deseaban una

nueva Constitución y si aprobaban el estatuto de funcionamiento
del órgano que redactaría esa nueva Constitución. Ambas
preguntas fueron respondidas afirmativamente por más del
80 % de quienes participaron en esa consulta, pero vale aclarar
que estos no llegaban ni al 40 % de los electores habilitados para
votar. En fin, no solo se habían contravenido las disposiciones del
ordenamiento jurídico vigente, sino que un sector minoritario de
la sociedad estaba decidiendo la forma de vida de toda una nación,
movidos por el encanto de un líder populista.
Chávez y las personalidades a las cuales sirvió de portaaviones

político tomaron el control total del sistema venezolano. Tras la
autorización para proceder a redactar una nueva Constitución,
se convocó la elección de los constituyentes el 25 de julio de
1999. Partiendo del sistema de representación de las mayorías, la
coalición chavista alcanzó el 94 % de los escaños —121 de 128—
con apenas el 65,8 % de los votos en una elección donde participó
solo el 46 % del electorado. El propio estatuto de funcionamiento
de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) dejaba sin efecto
leyes que no concordaban con la visión mantenida por esta. Así,
terminó imponiéndose la subordinación de todos los órganos del
poder público a la ANC y, por si fuera poco, plantearon elaborar
una Constitución política en apenas 180 días.
Es claro que el movimiento chavista aprovechó el sistema

democrático, el desinterés general y el desconcierto ante la
situación para hacerse del control político del país. Eso les permitió
controlar un órgano devenido supraconstitucional y moldear a
Venezuela a su antojo.
Capítulo 4 ► 133
Una ley fundamental orientada al socialismo
Más allá de las consideraciones políticas que se puedan tener

sobre el proceso que llevó a la elaboración de la Constitución
de 1999, el texto constitucional denota una visión que dista del
ideal de una sociedad libre. No solo es un compendio exagerado
de regulaciones y propósitos políticos, diferente de la resumida y
práctica Constitución americana, sino que postula al Estado como
núcleo esencial del desarrollo de la sociedad, como una suerte de
macroestructura sobre la cual se deberá edificar el avance de la
nación.
En ese sentido, dentro del título de los principios fundamentales,

se puede destacar el artículo 2, el cual designa a Venezuela como
un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, lo cual
se fundamenta en los principios de la solidaridad social y el bien
común, es decir, el colectivo por encima del individuo.
Por otra parte, los constituyentes también sentaron las bases para
una política predatoria de la iniciativa privada. En el Título II de
la Constitución, específicamente en el capítulo de los derechos
económicos, se establece que el «Estado promoverá la iniciativa
privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza,
así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las
necesidades de la población»4. Esta disposición no solo presupone
que un ente centralizado se ocupará de la asignación justa de los
recursos, sino que además se plantea la actividad económica según
su función social, en vez de ser entendida como la consecuencia
del libre desenvolvimiento de los individuos, la búsqueda de su
felicidad y el producto de los intercambios voluntarios.
Más adelante también se establecen las restricciones a la propiedad

privada, la cual está sometida a la utilidad pública. Aunque dejan
esta disposición al arbitrio de los tribunales, la sola concepción
de estos principios sirvió de sustento para el desarrollo de leyes
y políticas públicas que consumaron la edificación del sistema
socialista en Venezuela.
4
Artículo 112 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).
A pesar de las múltiples evidencias que se tienen sobre el carácter

socialista de este sistema, hay quienes desafían la veracidad de
esta afirmación. A este respecto, el destacado escritor y columnista
venezolano —ministro de fomento en el segundo gobierno de
Carlos Andrés Pérez—, Moisés Naím, publicó un artículo en cual
afirma que el problema principal en Venezuela «es la criminalidad
del gobierno, la ocupación extranjera y el saqueo a gran escala»5.
Naím reconoce que las políticas aplicadas por Hugo Chávez y
por su sucesor, Nicolás Maduro, contribuyeron al colapso social
y económico que sufre la nación sudamericana, pero afirma que
estas políticas no son la causa principal del calamitoso presente.
Para él, la ruina de Venezuela tiene como principal causante otros
males como la élite cleptocrática que gobierna, así como el control
que ejercen las potencias ocupantes en esta.
¿Pero qué observaríamos si se desentraña el marco legislativo

vigente y el modelo económico que funciona en Venezuela?
Pues comprobaríamos la existencia de un sistema socialista
operante, uno cuyo ordenamiento jurídico y modelo económico
dista mucho de los de aquellos países en donde los derechos
individuales tienen primacía sobre los derechos colectivos. Hay
dos elementos que revelan perfectamente la tendencia ideológica
que guio a los miembros de la ANC. El primero de ellos —y quizás
el más determinante— es el régimen de propiedad al cual estaría
sometido el petróleo y la industria responsable de su explotación.
El segundo, trata sobre cómo se desarrolla el derecho a la propiedad
privada y el modelo económico.
Comenzando con el marco jurídico que rige a la industria petrolera,

se debe destacar lo siguiente:
Por razones de soberanía económica, política y de estrategia

nacional, el Estado conservará la totalidad de las acciones de
Petróleos de Venezuela, S.A., o del ente creado para el manejo de
la industria petrolera, exceptuando las de las filiales, asociaciones
estratégicas, empresas y cualquier otra que se haya constituido
o se constituya como consecuencia del desarrollo de negocios de
5
Moisés Naím y Francisco Toro, «El problema de Venezuela no es el socialismo»,
Foreign Affairs, 3 de febrero de 2020. https://www.foreignaffairs.com/articles/
venezuela/2020-02-03/el-problema-de-venezuela-no-es-el-socialismo
Capítulo 4 ► 135
Petróleos de Venezuela, S.A.6.
En este artículo, el Estado se reserva para sí mismo la totalidad

de las acciones de Petróleos de Venezuela, S. A (PDVSA), es decir,
la empresa que engloba a la totalidad de la industria petrolera
venezolana debe ser, constitucionalmente, propiedad del Estado.
Pero vale la pena destacar que la creación de PDVSA y su régimen
de propiedad estatal no son una innovación constitucional del
proyecto de 1999. La legislación que lo establecía fue promulgada
en el año 1975 y se materializó el primero de enero del año 1976.
La verdadera novedad con respecto a la Constitución del año 1961
es que en esta no existió ninguna disposición constitucional que
ordenara la estatización de la industria. Hasta el año 1999, PDVSA
pudo haberse abierto al capital privado por vía legislativa, ya que
la estatización de la industria de los hidrocarburos ocurrió gracias
a la promulgación de la Ley Orgánica que Reserva al Estado
la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos. Ahora, para
reformar el régimen de propiedad de la industria petrolera, haría
falta reformar el texto constitucional.
Podría afirmarse que la constitucionalización de la existencia

de PDVSA como empresa pública fue la expresión máxima del
proceso estatizador de la industria petrolera, un proceso que
comenzó en el año 1959, cuando se decretó la política de no más
concesiones, pasando por el año 1975, cuando se nacionalizó la
industria, hasta llegar al año 1999, cuando entró en vigencia la
nueva Constitución. Como se ve, la tendencia estatista viene
in crescendo desde décadas antes de la llegada de Hugo Chávez
al poder. Y en realidad, el chavismo, lejos de llevar a cabo una
revolución transformadora, lo que hizo con la industria petrolera
fue profundizar aún más la tendencia que venía siguiendo el país
desde, al menos, la década de 1960.
De acuerdo con lo anterior, se puede hacer un paralelismo con

lo dispuesto en las referencias bibliográficas de los movimientos
de izquierda en todo el mundo. Friedrich Engels, respondiendo
a la pregunta ¿Cómo debe ser el nuevo orden social? expuso lo
6
Artículo 303 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela # 5453 Extraordinario, del
24 de marzo de 2000.
siguiente:
Ante todo, la administración de la industria y de todas las ramas

de la producción en general dejará de pertenecer a unos u otros
individuos en competencia. En lugar de esto, las ramas de la
producción pasarán a manos de toda la sociedad, es decir, serán
administradas en beneficio de toda la sociedad, con arreglo a un
plan general y con la participación de todos los miembros de la
sociedad. Por tanto, el nuevo orden social suprimirá la competencia
y la sustituirá con la asociación7.
Ante esto, se pudiera llegar a objetar que, aunque en efecto, la

posesión estatal de los medios de producción es un claro rasgo
comunista, la constitución nacional se limita solamente a designar
a PDVSA como empresa del Estado, permitiendo a su vez que las
demás áreas de la economía sean llevadas a cabo por el sector
privado. Esta salvedad podría generar la tentación de creer que,
dado que se trata de una sola empresa, la constitución nacional
no exhibe esa influencia ideológica, sino que solo plantea una
excepción a la regla general. Sin embargo, esta percepción sería
altamente problemática, ya que se debe recordar el enorme valor
que ha tenido la industria de los hidrocarburos en Venezuela desde
el mismo momento que se descubrió el primer pozo de petróleo.
Vale decir que, entre 1928 y 1970, Venezuela fue el principal país
exportador de petróleo en todo el mundo8.
Por este motivo, debe señalarse que en Venezuela no ha existido

nunca una industria que sea capaz de generar más divisas que
el ramo petrolero. De hecho: «hoy en día 94 % de las divisas por
exportaciones son generadas por el petróleo, mientras que 67 %
del ingreso del gobierno, tomando en cuenta las transferencias
al FONDEN y el gasto social de PDVSA, provienen del petróleo»9.
Básicamente, el Estado se reservó para sí mismo de forma
7
Federico Engels, «Principios del Comunismo», en Carlos Marx y Federico Engels,
Manifiesto del Partido Comunista (pp. 103-128.), México, Centro de Estudios Socialistas,
2011, p. 114.
8
Pedro Luis Rodríguez Sosa y Luis Roberto Rodríguez Pardo, El petróleo como
instrumento de progreso; una nueva relación ciudadano-Estado-petróleo, 2ª. ed.,
Caracas, Ediciones IESA, 2013, p. 94.
9
Ibid., p. 120.
Capítulo 4 ► 137
constitucional la propiedad de la industria más importante y

la que ha apalancado, a través de su historia, el desarrollo de la
nación venezolana. En este orden de ideas, debe señalarse que,
aunque la Constitución no establece qué otras industrias deben
ser de propiedad estatal, sí abre las puertas para que el Estado
asuma —por vía legislativa— la totalidad de otras actividades
económicas por motivos de conveniencia nacional:
El Estado se reserva, mediante la ley orgánica respectiva, y por

razones de conveniencia nacional, la actividad petrolera y otras
industrias, explotaciones, servicios y bienes de interés público y de
carácter estratégico10.
De modo que se está en presencia de un claro concepto jurídico

indeterminado que le da la posibilidad a la Asamblea Nacional de
estatizar cualquier industria que, de acuerdo con su interpretación,
se ajuste a tal supuesto. Hay que añadir que un elemento curioso
de la Constitución es la evidente contradicción que existe entre,
por una parte, los artículos 302 y 303, y por otra, el artículo 113. En
este último, se prohíbe la existencia de monopolios, mientras que
en los anteriormente mencionados se establece el monopolio de
la producción petrolera en manos del Estado y también se ofrece
un salvoconducto para que monopolice —por vía legislativa—
aquellas actividades económicas que considere convenientes.
Al analizar el segundo aspecto mencionado de la Constitución,

esto es, el régimen de la propiedad privada, se pueden destacar
otros rasgos reveladores de una tendencia ideológica claramente
definida.
Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al

uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará
sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que
establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general.
Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante
sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser
declarada la expropiación de cualquier clase de bienes11.
10
11
En primera instancia, digamos que este artículo establece muy

bien el contenido del derecho de propiedad privada, el cual consta
de las facultades de uso, goce y disposición del objeto12, las cuales
corresponden a:
• Jus utendi, el derecho que permite el libre aprovechamiento

o uso del bien.
• Jus fruendi, el derecho de percibir las cosechas, frutos o rentas

del bien.
• Jus abutendi, el derecho de consumir, transformar, destruir o

disponer del bien.
A pesar de que, ciertamente, la propiedad privada pareciera

gozar de una aceptable protección constitucional, a lo largo del
texto la misma sufre desmejoras que terminan por comprometer
la existencia de la protección enunciada. Por ejemplo, en otra
disposición también se establece que «el ilícito económico, la
especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros
delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la
ley»13. Para comprender la violación de la garantía constitucional
de la propiedad que prevé esta norma, se puede recurrir en primer
término a las definiciones que ofrece la Real Academia Española
de la Lengua Castellana (RAE) a las palabras especulación,
acaparamiento y usura:
• Especulación: operación comercial que se practica con

mercancías, valores o efectos públicos, con ánimo de obtener
lucro.
• Acaparamiento: Adquirir y retener cosas propias del comercio

en cantidad suficiente para dar la ley al mercado.
• Usura: ganancia, fruto, utilidad o aumento que se saca de algo,

especialmente cuando es excesivo.
12
Para profundizar en estos conceptos, puede consultar a Eridani Gallegos
Alcántara, Curso de bienes y derechos reales, México, 2016.
13
Capítulo 4 ► 139
En cuanto al primer elemento, la especulación, la RAE define al

verbo especular como una operación comercial que se lleva a cabo
con ánimo de obtener lucro. Por lo tanto, de acuerdo con el artículo
114, la obtención de una ganancia económica o de un lucro por
parte de un individuo sería una conducta inconstitucional. Los
promotores de las ideas colectivistas, es decir, aquellas ideas que
sugieren que los medios de producción deben ser de propiedad
colectiva o comunal, han sido muy habilidosos en inculcarle
a buena parte de la humanidad la idea de que toda muestra de
egoísmo es reprochable y, por ende, debe castigarse a los que
prioricen su interés personal por encima del interés del colectivo.
Para los partidarios del colectivismo la búsqueda del lucro debe
estar penada. A este respecto, cabe citar a un líder icónico del
movimiento socialista y expresidente de Chile, Salvador Allende:
El pueblo de Chile ha conquistado el Gobierno tras una larga

trayectoria de generosos sacrificios, y se encuentra plenamente
entregado a la tarea de instaurar la democracia económica, para
que la actividad productiva responda a necesidades y expectativas
sociales y no a intereses de lucro personal14.
En refutación a lo anterior, se pueden retomar los postulados del

economista escocés —considerado por muchos como el padre
del capitalismo— Adam Smith: «No es por la benevolencia del
carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con
nuestra cena, sino por su propio interés»15. Al hacer un contraste
entre las dos frases citadas y compararlas a su vez con el artículo
114 constitucional, se cae en cuenta de la fuerte influencia socialista
que tuvo el constituyente al establecer la especulación como una
acción inconstitucional.
Pero vale preguntar si esta visión y disposición normativa en

contra de la especulación es coherente con el artículo 115. Como ya
fue expuesto, una de las facultades contenidas dentro del derecho
de propiedad privada es la facultad de goce, y si la posibilidad de
especular está excluida, pues también lo estará la mencionada
14
Extraído del discurso de Salvador Allende ante la Asamblea General de las
Naciones Unidas, 4 de diciembre de 1972.
15
Adam Smith, An Inquiry into the Nature & Causes of the Wealth of Nations,
Indianapolis, Liberty Classics Edition, 1981, pp. 26-27.
facultad, dejando así sin efecto una parte significativa del contenido
del derecho a la propiedad privada. Para sustentar lo señalado se
puede tomar como ejemplo al artículo 299 constitucional, el cual
establece un principio muy llamativo al momento de desarrollar
el régimen del sistema socioeconómico venezolano:
El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de

Venezuela se fundamenta en los principios de la justicia social,
democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente,
productividad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo
humano integral y una existencia digna y provechosa para la
colectividad. El Estado conjuntamente con la iniciativa privada,
promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional
con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado
nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la
soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica,
solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del
crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de
la riqueza mediante una planificación estratégica, democrática,
participativa y de consulta abierta16.
Partiendo del texto íntegro de este importante artículo, se pueden

destacar dos elementos singulares: el primero de ellos es la
fundamentación de la economía venezolana en el principio de
la justicia social; y el segundo es la preponderancia del Estado en
el mercado, no solo como garante del cumplimiento de la ley y el
eventual resarcimiento de daños, sino como eje fundamental para
la creación de valor. Todo el sistema económico está concebido
para satisfacer un impreciso provecho colectivo, a partir de una
planificación que es, a todas luces, centralizada.
A pesar de que los constituyentes de 1999, en la exposición

de motivos correspondiente a este título de la Constitución,
sugieren que los principios expuestos aquí no parten de un sesgo
ideológico, mantienen la regulación del mercado por parte del
Estado y la satisfacción del interés colectivo. Para estos «el Estado
no está ausente, tiene un papel fundamental como regulador de
16
Capítulo 4 ► 141
la economía para asegurar el desarrollo humano integral»17. En

pocas palabras, la burocracia está llamada a intervenir en los
intercambios humanos para asegurar que todos obtengan un
beneficio de aquello que fue producido:
… el objetivo de la “justicia social” no hace referencia, como en la

Ilustración, a la igualdad ante la ley o a la igualdad de derechos
civiles. El objetivo es la completa reorganización de la sociedad
para eliminar todo privilegio, toda jerarquía y toda distribución de
bienes que no sea equitativa. Ya no resulta aceptable, ciertamente,
el igualitarismo radical de los marxistas y anarquistas del siglo
xix, que pretendía la abolición de la propiedad privada. Pero el
reclamo de la “justicia social” encubre una mentalidad igualitaria
mucho más persistente, una mentalidad por la que la desigualdad
en cualquier ámbito —en el de la propiedad, el placer, el derecho,
la clase social, las oportunidades educativas o cualquier otro que
desearíamos para nosotros o para nuestros hijos— es en principio
injusta hasta que se demuestre lo contrario. En todo ámbito en el
que las posiciones de los individuos sean comparables, el postulado
por defecto es la igualdad18.
El ordenamiento jurídico impuesto por el chavismo trabaja en

función de ofrecerle a unos el fruto del esfuerzo de otros, y no
con la justa finalidad de proteger la propiedad ganada de manera
honrada por aquellos que han hecho sacrificios para satisfacer sus
necesidades y aspiraciones.
Intentos de profundización del socialismo legal
Como consecuencia del avance del proyecto político chavista,

el ordenamiento jurídico venezolano se resintió. Algunas
disposiciones que fueron establecidas en 1999 le pesaban a Hugo
Chávez, en un punto de su carrera donde promovía abiertamente
el socialismo e impulsaba transformaciones como la organización
comunal de la sociedad.
17
Exposición de motivos del Título VI de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela.
18
Roger Scruton, Pensadores de la nueva izquierda, Madrid, Ediciones Rialp, 2017,
p. 10.
A este respecto, se deben analizar dos hitos fundamentales:

primero, el intento de reforma constitucional de 2007, el cual fue
la primera gran victoria de la coalición opositora frente al avance
del chavismo y, segundo, la enmienda constitucional de 2009, la
cual terminó por brindarle a Chávez la oportunidad de aferrarse
al poder.
En primer lugar, es importante profundizar en algunos aspectos de

lo que pudo haber sido la primera modificación de la Constitución
política de 1999. Aunque no logró consolidarse, lo que contiene
su propuesta deja ver la dirección que el movimiento chavista
comenzó a tomar a partir de la reelección de Hugo Chávez (2006).
En esta, el propio presidente se había planteado reformar 46
artículos constitucionales, mientras que la Asamblea Nacional
—controlada por él— planteó, en el anteproyecto, reformar 23
artículos más, comprendiendo casi el 20 % de la constitución,
y justo los más trascendentales. El jurista Allan Brewer Carías
comenta al respecto:
Se trata, en todo caso, de una reforma constitucional que

transforma aspectos esenciales y fundamentales del Estado, por lo
que puede considerarse como una de las más sustanciales que se
haya producido en toda la historia constitucional de Venezuela19.
Desde el principio, la intención del gobierno nacional —declarado

abiertamente socialista en aquel entonces— fue la de refundar
el Estado, como lo habían logrado en 1999, pero profundizando
en las características estatistas y comunales que terminan
manifestándose como hecho político más adelante.
Para el chavismo, era necesario positivizar su proyecto político,

ya que con eso no solo se encontraría una justificación para su
proceder, sino que se sentarían las bases para su perpetuidad.
Ejemplo de ello es la propuesta de reforma del artículo 103
constitucional, el cual desarrolla los derechos en materia de
educación; para este artículo se planteó que la inversión del
Estado en materia educativa debía realizarse «de acuerdo con los
19
Allan Brewer Carias, La reforma constitucional de 2007, Caracas, Editorial Jurídica
Venezolana, 2007, p. 21.
Capítulo 4 ► 143
principios humanísticos del socialismo bolivariano»20.
Pero la orientación socialista de este proyecto de reforma

constitucional no se limitaría a los fundamentos de las políticas
públicas que ejecuta el gobierno en el marco de un Estado
democrático y social de derecho y de justicia, sino que se estaba
planteando —entre otras cosas— un nuevo sistema de división
político-territorial y el condicionamiento de la participación
política. En cuanto a lo primero, puede decirse que es de los
cambios más radicales y peligrosos planteados por Hugo Chávez.
Dentro del título segundo, correspondiente al espacio geográfico
y la división política, planteó modificar el artículo 16, el cual es
el fundamento de la descentralización político administrativa,
con una república dividida en estados y municipios, así como un
Distrito Capital, dependencias y territorios federales. Entonces,
pretendía dar paso a un Estado socialista donde la comuna sería
la piedra fundacional de la organización política. En palabras del
propio Chávez:
Las Comunas serán las células geo-humanas del territorio y

estarán conformadas por las Comunidades, cada una de las
cuales constituirá el núcleo espacial básico e indivisible del Estado
Socialista Venezolano, donde los ciudadanos y las ciudadanas
comunes tendrán el poder para construir su propia geografía y su
propia historia. A partir de la Comunidad y la Comuna, el Poder
Popular desarrollará formas de agregación comunitaria político-
territorial, las cuales serán reguladas en la Ley, y que constituyan
formas de Autogobierno y cualquier otra expresión de Democracia
Directa21.
Con esto, gran parte del poder de acción que se concede a

representantes electos, sujetos a la ley y controlados por los
ciudadanos, se le estaría otorgando a movimientos sociales que —
de partida— comulgaban con el chavismo. Y si bien esto no llegó a
obtener un rango constitucional, luego fue materializado a través
20
Ibid., p. 43.
21
Extracto del Anteproyecto de Reforma Constitucional presentado por el
presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías.
de la ley22, ejecutado con la fundación de los consejos comunales

que, entre otros asuntos, administran programas de transferencias
sociales.
Por otra parte, en cuanto a la participación política, la Constitución

vigente enuncia todos los medios convencionales que van desde
el sufragio activo y pasivo, hasta los referendos, asambleas
constituyentes y cabildos abiertos. Pero Hugo Chávez estaba
dispuesto a ampliarla hacia otras formas de organización dentro
del paraguas de los consejos del poder popular, y lo más alarmante
de todo era que la finalidad de esto era «desarrollar los valores de
la mutua cooperación y la solidaridad socialista»23, según dice su
propuesta de reforma del artículo 70 constitucional.
Afortunadamente, este intento por socializar los aspectos más

fundamentales de la organización del Estado y la administración
pública naufragó. Aun cuando la Asamblea Nacional presidida por
Cilia Flores —cónyuge de Nicolás Maduro— dio el visto bueno a
este proyecto y el Tribunal Supremo de Justicia avaló su aprobación
en referendo consultivo, el 2 de diciembre de 2007, poco más del
50,7 % de los electores que emitieron su voto negaron la propuesta
de reforma y, de este modo, se le puso un freno — temporal— a la
consolidación del Estado socialista.
No obstante, la historia cambiaría en el caso del segundo intento

de modificación de la Constitución por parte de Hugo Chávez. Para
el año 2009, durante el mismo periodo legislativo de la Asamblea
Nacional con mayoría chavista, el Partido Socialista Unido de
Venezuela y otras organizaciones afines impulsaron la primera
enmienda constitucional, en la que se plantearon modificar
aspectos específicos en la redacción de cinco disposiciones
constitucionales, particularmente los artículos 160, 162, 174, 192 y
230.
En todos ellos, el común denominador era el límite en los

periodos de los cargos de elección popular, es decir, de los
22
Consultar la Ley Orgánica de las Comunas, Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela # 6.011, del 21 de diciembre de 2010.
23
Allan Brewer Carias, op. cit., p. 45.
Capítulo 4 ► 145
alcaldes municipales y concejales, los gobernadores de estado

y legisladores, los diputados y el presidente de la república. La
propuesta consistía en eliminar el límite fijado a solo dos periodos
y que la reelección podría ser inmediata y consecutiva, es decir,
estos funcionarios públicos podrían ejercer su cargo por dos, tres,
cuatro o más periodos.
Sin lugar a dudas, esta enmienda representa un atentado al

principio de la alternabilidad. Más aún en un país como Venezuela,
donde los políticos que ejercen cargos públicos obtienen sin
mucha resistencia los medios para perpetuarse en el poder. Esta
aspiración de poder ilimitado y prolongado logró seducir tanto
a chavistas como opositores, puesto que no se tuvo el mismo
empeño para evitar que la propuesta se consolidase, y el 15 de
febrero de 2009 más del 54 % de los electores aprobó en referendo
consultivo las primeras enmiendas a la Constitución.
La constituyente de Maduro
Por si no fueran suficientes todas las perversiones que el chavismo

aplicó sobre las leyes venezolanas, en un periodo donde el apoyo
electoral, los aliados internacionales y los petrodólares escaseaban,
Nicolás Maduro —heredero político de Chávez— decidió impulsar
la redacción de una nueva Constitución. Pero también en este
caso las intenciones eran evidentes. Es doctrina chavista el
jugar la carta de la Asamblea Nacional Constituyente, no solo
para rehacer el ordenamiento jurídico, sino para hacerse de un
órgano supraconstitucional que pueda ejercer el control político
del país sin los contrapesos propios de la separación de poderes
republicana.
La principal motivación para promover un nuevo proceso

constituyente, por parte de Nicolás Maduro y su Gran Polo
Patriótico, se encontraba en la pérdida de la mayoría dentro
de la Asamblea Nacional (AN). Desde que el órgano legislativo
nacional se transformó de un congreso bicameral a una asamblea
unicameral, los afiliados al Movimiento Quinta República y —a
partir de 2007— al Partido Socialista Unido de Venezuela siempre
habían tenido el control suficiente para producir las leyes que
mejor se ajustaran a su proyecto político. Todo esto cambió el 6

de diciembre de 2015, cuando la coalición opositora conquistó 112
curules, haciéndose de la mayoría calificada de las dos terceras
partes de la AN, condición que le permitía ejercer un amplio control
sobre el ejecutivo nacional y demás órganos del poder público.
Sin embargo, las expectativas de cambio en Venezuela se

esfumaron rápidamente. Mientras que la AN se encontraba dentro
del periodo de receso legislativo, el presidente saliente de este
órgano, Diosdado Cabello, procedió a designar a los magistrados
del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que tenían su periodo
vencido y aquellos cuyo periodo se vencería próximamente,
incumpliendo con los lapsos legales. Y, por su parte, el Consejo
Nacional Electoral, apoyado en la Sala Electoral del TSJ, impidió la
proclamación de algunos diputados opositores, desvaneciendo la
mayoría calificada que le otorgaba mayor poder a quienes, a partir
de ese momento, controlaban el parlamento.
De este modo se planteó lo que sería una ardua lucha política y

legal durante todo 2016. Con una Asamblea Nacional vaciada
— por la fuerza de los hechos— de la mayoría de sus atribuciones,
y calificada en desacato por parte del TSJ, se allanaría el camino
para una nefasta e inconstitucional realidad política: la ausencia
de un órgano legislativo nacional. El chavismo avanzó en el
llamado a un nuevo proceso constituyente, con el cual pretendía
esencialmente dos cosas: la primera de ellas, establecer un nuevo
órgano supremo de administración del Estado, al cual todos los
órganos de la administración pública estarían subordinados; y,
en segundo lugar, concretar la transformación jurídica hacia un
Estado socialista, como lo pretendían con la fallida reforma de
2007.
El proceso comenzó con la iniciativa propuesta por Maduro en un

mitin público —a razón de la celebración del día del trabajador—
el 1 de mayo de 2017. A partir de aquí, todos los actos del Estado
venezolano estarían en entredicho.
La nueva constituyente no contó con fundamentos sólidos.

Antes que nada, está conformada según sectores sociales que no
corresponden con la división político-territorial de Venezuela ni
Capítulo 4 ► 147
con el principio de representación proporcional de las minorías.

Además, sus bases de funcionamiento no fueron sometidas a
referendo consultivo, lo que disuadió a la mayoría de la población
de participar en la elección de los 545 constituyentes que,
abiertamente, estaban identificados con el chavismo.
Cabe destacar que, desde el proceso de adjudicación de los

constituyentes, el 30 de julio de 2017, el proceso de creación de la
nueva Constitución no ha sido transparente. No se conocen los
avances con respecto al nuevo texto constitucional y solo se han
hecho públicas las decisiones de este órgano que —de acuerdo
con los hechos— está por encima de la Constitución vigente, lo
cual se evidencia con el ejercicio de funciones correspondientes a
la Asamblea Nacional y al Consejo Nacional Electoral. De hecho,
el propio presidente de la constituyente, Diosdado Cabello, dio
declaraciones que ponen más en duda cuál es la finalidad de este
órgano. En una entrevista con el ministro para la cultura, Ernesto
Villegas, se dio el siguiente intercambio:
Villegas: ¿Cumplió su cometido la Asamblea Nacional

Constituyente?
Cabello: Si claro, totalmente.
Villegas: ¿No tenía que hacer una nueva constitución?
Cabello: No, esa es una de las premisas que pudiera cumplir una
Asamblea Nacional Constituyente, otra es refundar el Estado y
generar un conjunto de leyes para esa refundación del Estado.
Bueno y nosotros hemos cumplido las labores que el mandato
constitucional da. No necesariamente tú tienes que cumplir todas
las que dice. […]
Villegas: ¿Puede eso querer decir entonces que no va a haber un

proyecto de constitución que se someta a referendo próximamente?
Cabello: Yo creo que no. Debo decirlo responsablemente24.
Tomando en cuenta el contexto del año 2020, donde se pretende
24
Ernesto Villegas Poljak [Aquí con Ernesto Villegas], «Diosdado Cabello Rondón en
plena recuperación del #Covid19», video de YouTube, 6 de septiembre de 2020. https://
youtu.be/I7xFRq6jDrE
elegir una nueva AN en un proceso poco transparente, bajo

nuevas condiciones y con la negativa del gobierno interino
encabezado por Juan Guaidó y otros actores internacionales
que lo respaldan, se pudiese inferir que lo relatado por Cabello
pudiese cumplirse. Aprovecharon la constituyente para usurpar
las atribuciones de la AN y promulgar leyes liberticidas, así como
para organizar procesos electorales que, como para el caso propio,
no han sido reconocidos por la oposición política en Venezuela
ni por la mayoría de los gobiernos democráticos del mundo. Pero
ahora teniendo la posibilidad de retomar los órganos tradicionales,
pudiesen no continuar con esta aventura.
En todo caso, se debe reafirmar que todo lo derivado del

proceso constituyente comandado por Nicolás Maduro es írrito,
inconstitucional y nulo de nulidad absoluta, pero no deja de ser un
hecho político que les ha permitido avanzar en la conculcación de
la libertad de los individuos en Venezuela25.
La lucha de un liberal en un país sin ley
Las experiencias obtenidas dentro de una sociedad que se ha ido

consumiendo a sí misma, donde el respeto a la vida, propiedad
y libertad no está garantizado y la aplicación de la ley no es
igualitaria y mucho menos constante, terminan por forjar un
carácter fuerte en las personas, ya que lejos de ser un incentivo
para hacer el mal, son la motivación para hacer el bien y luchar
por la libertad. En ese sentido, el autor de este capítulo narra en
primera persona su historia:
Un día cualquiera, cuando daban las cinco de la mañana

y el sol comenzaba a revelarse e iluminar las lúgubres
infraestructuras de la ciudad de Caracas, me levantaba
y, poco a poco, daba comienzo a una nueva jornada. La
25
Al momento de editar esta publicación, el régimen venezolano organizó un
proceso fraudulento —sin la participación de la coalición opositora— con el cual
pretendió renovar la Asamblea Nacional. En el mismo, se le adjudicó la mayoría
calificada de las dos terceras partes a los militantes del Gran Polo Patriótico, muchos
de los cuales habían sido adjudicados —en 2017— como miembros de la Asamblea
Nacional Constituyente (ANC). Y aunque esta, legalmente, nunca existió, este proceso
motivó la disolución de la ANC, el 18 de diciembre de 2020.
Capítulo 4 ► 149
realidad del país me abrumaba desde el principio, debía

bajar a la planta baja de mi casa, agarrar un gran balde
con agua que había recolectado el día anterior y lo llevaba
hacia la cocina, vertía parte de esa agua en una olla para
calentarla y conseguir una temperatura agradable para
poder asearme y así proceder a mis deberes.
Así era mi vida cuando estaba en Venezuela. En un país

donde los servicios básicos son tan deficientes, podíamos
pasar semanas e incluso meses sin agua. Las cosas que
solemos dar por sentadas como tomar una ducha, lavar los
platos o lavar la ropa, se tornaban completamente difíciles
y consumidoras de tiempo productivo.
Claramente, esto no era lo único que fallaba. El transporte

público, la conexión a internet, los servicios policiales y
bomberiles eran completamente ineficientes, el suministro
de alimentos era precario y costoso, en fin, un cúmulo de
problemas que solo crecía con el pasar de los años, sin dar
tregua a una sociedad abatida, cansada y desesperanzada.
Con el transcurso del tiempo todo empeoraba, la inflación

evaporaba el ínfimo salario que mi familia devengaba;
el hacinamiento en el transporte público hacía que mi
desplazamiento por la ciudad capital fuese completamente
miserable y agotador; los altos precios de los alimentos y la
escasez hicieron que mi alimentación cotidiana se redujera
en calidad y cantidad; y todo esto culminaba con el terror
que traía consigo la llegada de la noche debido al abandono
de los cuerpos policiales y al consecuente azote del hampa
caraqueña.
Sin embargo, estos problemas —entre muchos otros—

no se comparan con los que viven la mayoría de mis
connacionales. Mi familia y yo estábamos lejos de ser parte
del sector poblacional más golpeado por la realidad caótica
que padece Venezuela; de hecho, todos los días le daba
gracias a Dios por haberme permitido vivir en Caracas,
ya que, en el resto de los estados de mi país, esta situación
es aún más cruda y desalentadora. Un auténtico infierno
terrenal.
Cabe destacar que esta realidad no fue siempre así, en mi

niñez tuve una vida buena, rodeado de buenas amistades
y del amor de mi familia, una vida con la mayoría de las
necesidades materiales cubiertas. Antes del 2013, año en
que la ficción de bienestar se comenzó a derrumbar, nadie
se hubiese imaginado que extrañaría cosas tan sencillas
como tomar una ducha con agua caliente salida de una
tubería, comer una hamburguesa en algún establecimiento
de comida rápida, o hacer otras cosas que —sin saberlo—
alegraban nuestro día a día. En ese momento, asumimos
que nunca se irían, y fue una equivocación.
Esa realidad contrastada, esa marcada diferencia entre lo

que fue mi infancia y mi adolescencia, fue lo que me motivó
a cuestionarme ¿Qué pasó en Venezuela? ¿Por qué la
calidad de mi vida decayó de forma tan precipitada? ¿Qué
hacen otras sociedades en las que el nivel de la calidad de
vida no solamente se mantiene con el pasar de los años,
sino que aumenta gracias a innovaciones tecnológicas de
todo tipo?
A partir de ese momento, seguí mi pasión por la justicia,

iniciando mis estudios de Derecho en el año 2014 y, además,
tomando la decisión de volverme activista político opositor
al régimen chavista, cuyo principal vocero, Nicolás Maduro
Moros, había sido proclamado como presidente.
Mientras estudié en la Universidad Católica Andrés Bello,

no solo tuve la oportunidad de formarme como abogado,
sino que profundicé mis conocimientos en la filosofía de
la libertad, beneficiándome de los eventos organizados por
CEDICE y aquellos en donde mis profesores participaban.
Esas experiencias me motivaron a unirme a la causa
de la libertad, por lo que, siendo coordinador local de
Estudiantes por la Libertad, fundé el Club Laissez-Faire
como agrupación estudiantil dedicada a la divulgación de
los principios liberales.
Capítulo 4 ► 151
A la par de mis responsabilidades académicas, así como de

activismo pro libertad, también decidí ejercer el activismo
político con el partido Vente Venezuela. Como parte del
equipo juvenil de Caracas, participé en diversas actividades
e intercambios con comunidades que me dieron una
perspectiva más clara de lo que sucedía en mi país.
Luego de esa primera fase, en la que el amor por la libertad

personal comenzó a germinar en mi interior, la promoción
del liberalismo clásico se volvió parte de mi cotidianidad.
Sin embargo, era algo que hacía con cuidado; promover
un sistema de valores distinto al impuesto por la tiranía
es una actividad sumamente riesgosa, ya que la policía
política venezolana está atenta todos los días para impedir
cualquier tipo de manifestación pública que sea contraria a
los intereses de la camarilla gobernante.
En el año 2017, luego de tres años de incesante activismo, vi

mi libertad individual en peligro. En ese año, junto a uno
de mis mejores amigos, estuve involucrado en las protestas
masivas que se estaban desenvolviendo en contra del
régimen y, como consecuencia de ello, la policía detuvo
ilegalmente a mi amigo para someterlo a un período de
confinamiento atroz. Sin orden de captura ni orden de
allanamiento, los cuerpos policiales invadieron su hogar en
horas de la noche para llevárselo por la fuerza mientras él
y yo manteníamos una conversación a través de nuestros
teléfonos. Apenas supe lo que estaba pasando, tuve que
escapar de mi casa y refugiarme en otra localidad para
evitar sufrir el mismo destino que él.
Situaciones como esta me hicieron crecer aún más. Los

atropellos aumentaron mi convicción política favorable
a las ideas de la libertad y, por esa razón, mi activismo no
solo no se ha detenido, sino que se ha intensificado. Para
el año 2018, culminé satisfactoriamente mis estudios de
Derecho y, seguidamente, fui seleccionado para participar
en el Project Arizona, una oportunidad de formación
y prácticas profesionales orientadas a las ideas de la
libertad. Esto me llevó a comenzar una nueva vida en los
Estados Unidos de América.
Esa experiencia me abrió un mundo de oportunidades,

conociendo a gente maravillosa y viviendo más de cerca las
dinámicas de esta nación. A partir de ahí, me he dedicado
casi por completo a ser un divulgador de las desgracias
que ocurren en Venezuela, como parte de un proyecto
innovador impulsado por The Fund for American Studies.
En todo ese tiempo, un argumento constante que he
escuchado de jóvenes —y no tan jóvenes— partidarios
del ideario marxista es que en Venezuela no ha existido
nunca un verdadero sistema socialista, y que los evidentes
problemas que sufre el país son consecuencia de otro tipo
de causas.
Este razonamiento puede ser comprensible de un

ciudadano americano o de cualquier otra nacionalidad,
puesto que no han vivido nunca dentro del territorio
venezolano y tampoco le han prestado mayor atención a
la sucesión de eventos políticos que ha venido ocurriendo
desde, al menos, el año de 1999. Sin embargo, es bastante
sorprendente escuchar este mismo argumento entre
ciudadanos venezolanos. Aún más cuando proviene de
miembros de la élite intelectual de mi país, esos que apoyan
esta sugerencia y la defienden con evidente fervor. Y aunque
sí existen quienes reconocen la existencia de elementos
socialistas dentro de la estructura del Estado venezolano,
tienden a colocar dichos elementos en un segundo plano
cuando analizan las causas que llevaron a Venezuela a vivir
las más inmensas e inimaginables desventuras. A pesar
de todo esto, me mantengo firme en esta causa, una que
ha reunido a muchos líderes juveniles que, al igual que
yo, crecieron en socialismo y tienen la determinación de
generar un cambio positivo en su entorno, para más nunca
padecer las precariedades que todos hemos experimentado
y, a partir de ahí, comenzar a construir una sociedad libre.
Capítulo 4 ► 153
En defensa de la libertad, la propiedad y la dignidad

humana
El problema que ha arrastrado a Venezuela hacia la hecatombe

política y social en la que se encuentra hoy puede ser denominado
como estatismo, que ha sido un principio rector de las políticas
que han ejecutado los diferentes gobiernos —democráticos y
no democráticos— que han ejercido el poder a lo largo de la
historia moderna del país. Pero también hay que resaltar aquellas
prácticas que, aunque quizás no sean características propias del
modelo propuesto por Karl Marx y Friedrich Engels, también han
contribuido al crecimiento del poder del Estado y, por ende, a la
reducción del poder que tiene el ciudadano de ejercer su derecho
a la libertad personal.
Luego de haber analizado el marco normativo vigente en

Venezuela, se puede afirmar que no solo la Constitución falla
en controlar efectivamente al poder público, sino que también
lo hacen muchas de las leyes orgánicas y ordinarias que han
sido redactadas siguiendo principios propios del pensamiento
colectivista. Podemos llegar a la conclusión de que, a pesar de
que Venezuela cuenta con una Constitución escrita, la sociedad
no cuenta con un auténtico sistema constitucional, ya que el
principal objetivo de este es controlar el ejercicio del poder público
y salvaguardar al individuo de las arbitrariedades que pretenda
cometer el gobernante de turno. Entre los principales causantes
de que la Constitución sea incapaz de limitar al poder público
se encuentran la debilidad del derecho a la propiedad privada
y el control total por parte del Estado de la industria petrolera
nacional.
Venezuela pareciera aproximarse al cierre del ciclo político

inaugurado por el fallecido expresidente Hugo Chávez Frías.
La sociedad —tras sufrir incesantes abusos— ha comenzado a
dar muestras del hastío que siente hacia las consecuencias de la
implementación del socialismo radical, que ha sido el principio
rector de la actividad pública por más de veinte años. Asimismo,
las sociedades del hemisferio occidental también han tenido que
pagar las consecuencias de esta debacle, lo que ha obligado a las
naciones circundantes de Venezuela a buscar la forma de detener

el proceso de destrucción al cual los venezolanos están sometidos.
La sociedad civil que permanece en Venezuela, los más de cinco

millones de venezolanos desplazados y distribuidos alrededor del
mundo, y los gobiernos aliados preocupados por la restauración
del orden democrático y constitucional venezolano, al trabajar de
forma conjunta, están abriendo una nueva oportunidad para que
Venezuela se libere de las fuerzas tiránicas que la han subyugado
por décadas y, apenas eso suceda, se podrán encontrar con un
terreno fértil para la siembra de nuevos ideales que conduzcan el
rediseño de las instituciones republicanas.
En todo caso, esta restauración debe estar fundamentada en valores

y principios que les garanticen a los ciudadanos la protección
de sí mismos y sus posesiones, siendo un contexto mínimo para
procurar el desarrollo de sus proyectos de vida. Partiendo de ahí,
se deben destacar los valiosos aportes del filósofo británico y uno
de los principales pensadores del liberalismo clásico, John Locke,
quien dedicó estas palabras con respecto a la naturaleza de la ley:
… El propósito de la ley no es abolir o restringir, sino preservar y

ampliar la libertad. Porque en todos los estados de seres creados,
capaces de leyes, donde no hay ley, no hay libertad. Porque la
libertad es estar libre de restricciones y violencia de los demás, lo
cual es imposible donde no hay ley […]26.
Es también Locke quien afirma que «el fin del gobierno mismo […]
es el bien público y la preservación de la propiedad»27, por lo que
es importante reivindicar la relación estrecha que existe entre
la libertad individual y el derecho de propiedad privada. Para
profundizar en esta correlación, se puede tomar como referencia
lo expuesto por Andrea Rondón García, quien en el siguiente
planteamiento evidencia el valor inherente de la propiedad para
el individuo:
26
John Locke, Two Treatises of Government, New York, Hafner Publishing Company,
1947, p. 148.
27
Ibid., p. 244.
Capítulo 4 ► 155
Vemos que la propiedad está íntimamente vinculada con la

libertad, porque es el sustrato material de las actuaciones del
individuo, quien con la posibilidad cierta, real, prevista y protegida
por el Derecho positivo, de acceder a un conjunto de bienes, que
como hemos visto no se agotan en los indispensables, puede
tomar decisiones con la mayor autonomía posible, sin depender de
ningún poder28.
De cualquier manera, defender el derecho a la propiedad privada

es conducente a la protección de la dignidad humana, ya que al ser
este derecho el principal garante de la libertad individual, también
se convierte en la principal garantía de dignidad en la vida de las
personas. Un individuo que no es libre, que se encuentre sometido
a los designios de un amo esclavista, de una mayoría o de un
tirano, difícilmente pueda ser considerado un individuo digno.
A este respecto, se pueden citar las palabras del economista y
legislador francés, Frédéric Bastiat, quien reflexionando sobre el
camino hacia la dignidad y el progreso escribió:
La ley es justicia. Y es bajo la ley de la justicia, bajo el reinado de

derecho; bajo la influencia de la libertad, seguridad, estabilidad
y responsabilidad: que cada persona alcance su valor real y la
verdadera dignidad de su ser. Es solo bajo esta ley de justicia que
la humanidad logrará lentamente, sin duda, pero ciertamente, el
diseño para el progreso ordenado y pacífico de la humanidad29.
La defensa de la propiedad privada como derecho fundamental

no solo es una necesidad para garantizar la dignidad humana y
asegurar la no intromisión del Estado en la vida privada de los
ciudadanos, sino que también es una condición necesaria para que
la sociedad alcance niveles óptimos de desarrollo económico, lo
cual pavimentará el terreno para reducir de manera sostenida los
ingentes niveles de pobreza que existen actualmente en Venezuela.
En otras palabras, se puede afirmar que la prosperidad es una
consecuencia ineludible de la libertad. Y este es un argumento
28
Andrea Rondón García, “Propiedad privada y Estado de Derecho: garantías
fundamentales de la actividad económica del empresario” (Tesis Doctoral). Caracas,
Universidad Central de Venezuela, 2013.
29
Frédéric Bastiat, The Law, New York, Foundation for Economic Education, 2004,
p. 73.
bien sustentado en evidencia histórica y estadística, a lo cual la

destacada economista y profesora emérita de la Universidad de
Illinois, Deirdre Nansen McCloskey, se refiere:
Y la libertad económica, sorprendentemente, ha enriquecido

enormemente al mundo en bienes y servicios. ¿Cuánto? En 1800,
el ingreso por persona de un país como Suecia o Japón, expresado
en precios de 2018, era de alrededor de $ 3 por día. Ahora es más de
$ 100 al día, un aumento del 3200 por ciento. No al cien por ciento,
ni siquiera al doscientos por ciento, sino al tres mil doscientos por
ciento30.
Para profundizar en esta idea, hay indagar en la pregunta: ¿qué

se entiende por libertad económica? Veamos la respuesta del
embajador Terry Miller y Anthony B. Kim:
Una definición integral de la libertad económica debe abarcar todas

las libertades y derechos de producción, distribución o consumo
de bienes y servicios. La forma más alta de libertad económica
debe proporcionar un derecho absoluto de propiedad privada;
libertades plenas de movimiento para el trabajo, capital y bienes;
y una ausencia absoluta de coerción o restricción de la libertad
económica más allá de la necesaria para que los ciudadanos
protejan y mantengan la libertad en sí31.
La propiedad privada juega un rol fundamental en la capacidad

de cada individuo de ejercer su derecho a la libertad económica.
Y es por ello que la nueva institucionalidad venezolana debería
priorizar la defensa de la propiedad privada y demás derechos
individuales como eje rector de la actividad pública venidera,
rompiendo así con años de prácticas socialistas y estatistas que
han erosionado casi por completo la dignidad de cada venezolano,
convirtiendo a este en uno de los países más míseros de todo el
hemisferio occidental.
30
Deirdre N. McCloskey, The Core of Liberty Is Economic Liberty, FEE, 2017. https://
fee.org/articles/the-core-of-liberty-is-economic-liberty/
31
Terry Miller y Anthony B. Kim. «Capítulo 5: Defining Economic Freedom», en:
Terry Miller y Kim R. Holmes, Index of Economic Freedom (pp. 57-62), Washington,
The Heritage Foundation, 2010, p. 58.
Capítulo 4 ► 157
La defensa de la propiedad privada debe ser el pilar fundamental

sobre el que hay que cimentar la construcción del nuevo Estado.
Por este motivo, Venezuela requiere de una nueva Constitución
y un nuevo marco de leyes, un nuevo ordenamiento jurídico que
limite efectivamente al poder público y que resguarde al individuo
de la llegada de cualquier gobernante con voluntad autoritaria que
pretenda socavar los derechos civiles. Para que esto suceda, se debe
confeccionar un marco de leyes en donde la libertad contractual
sea la regla y no la excepción; donde los precios puedan ser
determinados libremente mediante la negociación del vendedor y
el potencial comprador; un código legislativo en el que se garantice
la seguridad monetaria del país para que los venezolanos puedan
ahorrar libremente otra vez, en el que el comercio libre entre las
naciones esté garantizado y el flujo de personas trabajadoras de
otras latitudes ocurra con la menor cantidad de restricciones
posible.
Sin embargo —al menos para Venezuela— ello no lo es todo.

La debilidad de los derechos de propiedad no es el único
elemento a vencer en la Venezuela que está por nacer; existe
otro monstruo institucional el cual debe ser enfrentado desde el
nuevo ordenamiento jurídico, y ese monstruo lleva por nombre
petroestado. El aumento incesante del tamaño del Estado
venezolano ha sido una de los principales causantes de la pérdida
de libertades individuales. Dicho crecimiento tiene como principal
causante la adopción del modelo del petroestado en la década de
1970 cuando se estatizó la industria petrolera.
¿Y qué es el petroestado? Es aquel modelo de Estado en el que

el mismo tiene un control total y una dependencia del recurso
petrolero, de la industria y, lo más importante de todo, de la
renta que genera dicha industria. La posesión estatal del recurso
petrolero, así como también de la industria encargada de su
explotación ha generado una relación no convencional entre el
Estado venezolano y los ciudadanos que lo componen.
En las democracias modernas, lo común es que la financiación

del Estado dependa de los contribuyentes por medio del pago
de impuestos. En el caso venezolano, como muy bien lo apuntan
Pedro Luis Rodríguez Sosa y Luis Roberto Rodríguez Pardo, la
relación entre el Estado y el ciudadano está completamente

distorsionada, ya que el Estado no depende directamente de su
ciudadanía, sino que depende de la renta petrolera, y a su vez el
Estado asume un rol redistribuidor de dicha renta. En resumidas
cuentas, «el bienestar individual se divorcia del esfuerzo propio y
pasa a ser un derecho que corresponde por ser ciudadano de un
país petrolero»32.
Este contrato social rentista ha generado toda clase de desajustes

institucionales y macroeconómicos. Gracias al control discrecional
que tiene el poder político sobre la renta derivada de la explotación
petrolera, los políticos tienden a gastar el dinero de forma
irresponsable y a manos llenas, distribuyendo el recurso entre
grupos clientelares para obtener favores electorales, bondadosos
programas sociales, una burocracia sobredimensionada y
alimentar esquemas de corrupción.
Esta situación crea los elementos perfectos para que la sociedad

se vuelva completamente dependiente del Estado, ya que se
sustituyen en gran medida los incentivos a la productividad y a
la creatividad por otros incentivos que llevan a la mayoría de la
población a buscar una porción mayor del dinero que reparten
los políticos. Prácticamente todos, en mayor o menor proporción,
se convierten en cazadores de renta, y el nivel de éxito en esta
dinámica autodestructiva no depende de qué tan productivo y
creativo alguien sea, sino de qué tan cerca esté de la clase política
gobernante del momento.
Para poner punto y final a este mal histórico, es necesario

reformar la Constitución nacional para que la industria petrolera
y, en general, todas las actividades productivas y comerciales sean
ejercidas por el sector privado. Cuando esto suceda, se crearán
condiciones favorables para que exista un equilibrio de poder
entre la ciudadanía y el Estado, ya que no es deseable que el poder
político controle también el poder económico, algo que se ve hoy
día con la principal industria de la nación venezolana.
32
Pedro Luis Rodríguez Sosa y Luis Roberto Rodríguez Pardo, El petróleo como
instrumento de progreso; una nueva relación ciudadano-Estado-petróleo, Caracas,
Ediciones IESA, 2ª. edición, 2013, p. 62.
Capítulo 4 ► 159
Claro que la privatización de la industria no es ni por asomo

suficiente para erradicar los males históricos ocasionados por el
petroestado, ya que el Estado venezolano, por medio del cobro
de impuestos y de regalías, podría continuar la autodestructiva
tendencia de controlar discrecionalmente el recurso dinerario
provisto por un renovado sector petrolero, manteniendo así casi
intactos los vicios que produjeron esta nación improductiva y
empobrecida que es hoy día. Es necesario diseñar mecanismos
institucionales que impidan que el Estado tenga un control
discrecional sobre la renta, y para ello hay numerosas propuestas
que van desde la creación de fondos de estabilización33 hasta la
creación del Fondo Patrimonial de los Venezolanos34.
Más allá de eso, Venezuela tiene la oportunidad de repensar su

ordenamiento jurídico e impulsar transformaciones con arreglo a
principios que respeten el valor de la vida, la propiedad y la libertad
de los individuos. Es imperativo que el ordenamiento jurídico haga
valer la supremacía de la ley y no la del gobernante de turno, que
todos sean tratados de la misma manera, sin privilegios y que la
vida pública y privada puedan ser conducidas con una guía en
reglas claras aplicables a todos. Ese es el desafío de una nueva
generación que, aunque creció subyugada, está determinada a
conquistar la libertad.
33
Medida que históricamente ha fracasado cuando se ha intentado implementar
en Venezuela debido a la fragilidad institucional.
34
Pedro Luis Rodríguez Sosa y Luis Roberto Rodríguez Pardo, op. cit., p. 126.
CA
PÍTU
LO
5
► 161
REFLEXIONES SOBRE LOS MODELOS

ECONÓMICOS Y EL DESARROLLO
Edmaly Maucó
Para construir nuevas alternativas de desarrollo en Venezuela, es

necesario estudiar el modelo económico que ha estado vigente en
los últimos sesenta años, estableciendo una línea histórica de los
elementos más importantes que han marcado tanto al período
democrático como al régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
El análisis de esta etapa arroja constantes como el control

de cambios, control de precios y expropiaciones, el uso de la
industria del petróleo como herramienta del modelo político-
social manifestado en diferentes formas de asistencialismo, el
incremento de la deuda y el gasto público, la impresión de dinero
inorgánico y la reconversión monetaria; en fin, todo lo que conduce
a un deterioro exacerbado del mercado y de la capacidad de los
individuos para crear riqueza.
___________________________________________________________
Tan pronto como abandonamos el principio que

el gobierno no debe interferir en ningún asunto
relacionado con el estilo de vida del individuo,
terminamos regulando y restringiendo a este último
hasta los más mínimos detalles.
Ludwig von Mises
La desafortunada situación que está atravesando Venezuela en la

actualidad no es producto del azar, sino más bien la consecuencia
de unos males que tienen su origen en el siglo xx y que pueden
identificarse como el Estado todopoderoso y la democracia
socialista.
El estudio de las causas de los males económicos recientes no

amerita retroceder demasiado en el tiempo. Ya en el periodo
comprendido entre 1958 y 1975 sucedió un fenómeno crucial,
el cual se relaciona con la forma en la que se administraba la
industria petrolera. Para esta época, la producción creció de
manera significativa, llegando hasta 3,7 millones de barriles diarios
en 1970, lo que significó un incremento de al menos 42 % —récord
histórico— con respecto a 1958. Así, la economía daba signos de
crecimiento, lo cual también se manifestaba en la duplicación del
Producto Interno Bruto (PIB).
Ahora bien, en rigor, el PIB no puede ser entendido como sinónimo

de crecimiento económico. Para explicar su conceptualización,
tomemos las palabras de Frank Shostak: «el PIB considera el
valor de bienes y servicios finales producidos durante un intervalo
de tiempo determinado, generalmente un trimestre o un año»1.
Shostak destaca que esta medida se forma atendiendo a la idea
de que el impulso económico no es la producción de riqueza sino
su consumo. También precisa que «el marco del PIB es hostil al
ahorro, dado que en este marco más ahorro debilita el consumo y
debilita el llamado multiplicador keynesiano»2, en resumen, el «PIB
no nos puede decir si los bienes y servicios finales que se produjeron
durante un tiempo determinado son un reflejo de la expansión de
la riqueza real o un reflejo del consumo de capital»3.
Toda esta idea genera la sensación de que existe algo parecido a

la producción nacional, pero desconociendo que en una economía
de mercado la riqueza es producto del trabajo de los individuos y
pertenece a cada uno de ellos. Parafraseando a Ludwig von Mises,
se puede afirmar que intentar determinar en dinero la riqueza de
la humanidad, es como si se pretendiese a través del misticismo
resolver los enigmas del universo. De cualquier modo, la variable
PIB será un indicador constante en la evidencia presentada en las
líneas siguientes, sin desmerecer la aclaración anterior.
1
Frank Shostak, El crecimiento del PIB no es lo mismo que el crecimiento económico,
Auburn, Mises Institute, 2020. https://mises.org/es/wire/el-crecimiento-del-pib-no-es-
lo-mismo-que-el-crecimiento-econ%C3%B3mico
2
Id.
3
Id.
Capítulo 5 ► 163
Reflexiones sobre los modelos económicos y el desarrollo
Históricamente, el petróleo ha sido manejado de manera

discrecional por los gobiernos de Venezuela, vendiéndole a la
población la idea de que pertenece única y exclusivamente al
Estado, por lo cual este posee la legitimidad para encargarse
de toda su cadena de valor, esto es, la exploración, producción,
refinación, transporte y comercialización. Pero veamos cómo fue
el proceso que consolidó el monopolio estatal del petróleo. En
palabras de Alejandro E. Cáceres:
El proceso de estatización de la industria petrolera es llevado

de forma negociada y pacífica, en comparación con los de otros
países y da lugar a la empresa petrolera estatal Petróleos de
Venezuela, S.A. (PETROVEN y luego PDVSA), holding que agrupa
a las empresas donde son migrados el personal y los activos de las
empresas estatizadas, organizándose como filiales que mantienen
la estructura de las grandes multinacionales, como Maraven (ex-
Shell) Lagoven (ex-Creole), y Meneven (ex-Mene Grande), y con cuyas
antiguas operadoras se establecen acuerdos de asistencia técnica y
comercial. Estos últimos son claves para apoyar a la nueva empresa
estatal en la operación de infraestructura de alta complejidad
tecnológica como las refinerías, y en la comercialización de crudos
en los mercados internacionales4.
Luego de la estatización, la empresa estatal mostró avances

significativos. Alejandro E. Cáceres también señala en su
publicación5 que para 1980 se observa un 30 % de crecimiento en el
acervo bruto de capital, se amplía el número de personal a más de 30
mil trabajadores y se mantiene un alza del 40 % con respecto a 1975.
Más allá de esto, destaquemos que Venezuela siempre se ha dejado
llevar por el esquema establecido desde el seno de la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), donde la producción
debió mantenerse en los mismos niveles desde mediados de la
década de 1970 hasta bien entrados los años ochenta, algo que
respondía a los shocks petroleros en Medio Oriente. En los años
ochenta se empezó a percibir la volatilidad de producción y de
precios, lo cual se manifestó con un crecimiento de apenas 14 % del
4
Alejandro E. Cáceres. «Sector petróleo: desarrollo de una industria en volatilidad».
En Fernando Spiritto y Tomás Straka (Coord.), La economía venezolana en el siglo XX:
perspectiva sectorial (pp. 49-65), Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 2018, p. 59.
5
Ibid., pp. 60-61.
PIB durante una década en la que la tasa poblacional creció 33 %.

En esos años, la inversión se mantuvo, y ya para 1990 alcanzó un
total de más de 13 mil millones de bolívares que, para este tiempo,
se tradujo en un porcentaje 88 % mayor a la de 1980. Justo en la
década previa al ascenso del chavismo al poder —de 1990 a 1998—,
se produjo una expansión apreciable de la producción, llegando a
los 3,3 millones de barriles diarios, lo cual se correspondía con una
nueva visión de la administración de la empresa:
Para 1998, la industria petrolera estatal ha pasado de una

estructura de filiales bajo la coordinación de PDVSA, a una
división en unidades de negocio, para facilitar las asociaciones
con inversionistas privados en petróleo convencional y pesado, así
como de gas, y cuenta con 76 mil empleados6.
En resumidas cuentas, con la estatización de la industria y

la conducción de este negocio anclada en los intereses de los
gobiernos de turno se configuraron eventos que trajeron las
consecuencias que se experimentan hoy. Así, esta secuencia de
booms y caídas, terminó siendo perjudicial para el desarrollo del
país.
Por otra parte, es importante destacar que el petróleo no es el

único ejemplo de la fuerte y mala influencia del Estado en la
economía venezolana. El sistema bancario también sería bastante
golpeado, justo después de que se creyera que iba a resurgir. En la
década de 1980, se produjo un crecimiento en la cartera de créditos,
fundamentalmente por la actividad comercial y la del sector
industrial y agropecuario.
Cartera de Créditos. Participación por actividad económica 1975 -1980

Minas
Años Agropec Const. Comer. Indust. Serv. Otros Total
e Hid.
1975 9,7 0,2 11,6 31,1 23,8 23,6 100
1980 17,5 0,7 11,1 25,0 17,9 9,5 18,4 100
1981 17,4 0,7 10,8 26,0 17,7 9,0 18,4 100
1982 17,9 0,7 11,0 24,9 17,2 8,8 19,6 100
6
Ibid., p. 62.
Capítulo 5 ► 165
Cartera de Créditos. Participación por actividad económica 1975 -1980

Minas
Años Agropec Const. Comer. Indust. Serv. Otros Total
e Hid.
1983 18,3 0,6 10,8 23,3 17,4 7,6 22,0 100
1984 20,9 0,8 11,1 23,4 16,7 7,0 20,1 100
1985 21,5 0,5 9,7 23,1 18,2 7,0 20,0 100
1986 21,2 1,2 8,9 23,9 21,2 7,7 15,9 100
1987 22,4 0,8 7,4 26,5 20,3 7,5 15,0 100
1988 20,3 1,1 6,8 27,2 22,7 6,7 15,1 100
1989 21,9 0,8 6,6 27,2 22,6 6,8 14,1 100
1990 18,1 0,9 7,4 25,5 24,4 8,7 14,9 100
1991 17,9 1,8 7,1 26,1 18,1 11,7 17,3 100
1992 15,4 0,8 6,4 25,7 14,0 11,6 26,0 100
1993 6,9 0,5 5,8 30,4 14,8 10,4 31,2 100
1994 15,1 0,8 8,2 30,4 18,0 8,4 37,8 100
Fuente: Luis Morales La Paz, «La banca venezolana: algunas tendencias y

comportamientos en su historia». En Fernando Spiritto y Tomás Straka (Coord.),
La economía venezolana en el siglo XX: perspectiva sectorial (pp. 67-90), Caracas,
Universidad Católica Andrés Bello, 2018, p. 82.
En los últimos momentos del segundo mandato de Carlos Andrés

Pérez se impulsó un programa de ajuste macroeconómico que
supuso la reforma de la Ley General de Bancos, la cual terminó
siendo promulgada por el presidente interino, Ramón J. Velásquez,
permitiéndole a los inversores externos tener presencia en el
sistema bancario nacional. Esta nueva política comenzaría pronto
a rendir frutos, puesto que, al año siguiente, se desataría una
crisis financiera, y la reforma habilitaba a la banca extranjera para
que se abriera paso en el sistema financiero venezolano. Esto se
tradujo en un desarrollo significativo del sector bancario interno
en el último lustro del siglo xx.
Sin embargo, ese sueño se acabó rápidamente con la llegada

de Chávez y la presencia férrea del Estado interviniendo y
apropiándose del sistema financiero. Al igual que en otros
sectores de la economía, el gobierno chavista impuso una fuerte
participación estatal en la banca, peor que en la época colonial,
deshaciendo los intentos de liberación que surgieron en la década

anterior.
Cabe destacar que la práctica intervencionista del Estado

venezolano sobre la banca vio su clímax en 2009, siendo
una reacción a la grave crisis financiera que había estado
experimentando en el mundo desde el año anterior.
En el año 2009 durante el primer semestre, el precio del petróleo

llegó a $ 40 (para cerrar en promedio anual de $ 57) luego de
haber subido un año antes hasta los $ 140, esto evidentemente
contrajo la economía de manera importante y tuvo consecuencias
macroeconómicas en el desempeño de todas las instituciones
financieras.
En comparación al año anterior, el sistema financiero sufrió una

caída en el nivel de intermediación. A lo largo del año, el sistema
tuvo un comportamiento irregular, mostrando una reacción
de la contracción general de la economía. Pero la característica
principal del mercado bancario durante el año 2009, fue la crisis
de liquidez que experimentaron algunas instituciones que
fueron intervenidas y algunas liquidadas o absorbidas por otras
instituciones gubernamentales7.
A este respecto, el analista financiero y anterior funcionario del

BCV, Orlando Zamora, destaca que «Sólo la minicrisis financiera
del período 2009-2010, promovida por aprendices de banqueros
del mundo empresarial de la boliburguesía y de tesoreros de
instituciones públicas colocadoras de fondos en las instituciones
intervenidas, dio al traste con 15 entes financieros»8.
En este sentido, vale la pena señalar cuales fueron las entidades

afectadas, entre 2009 y 2010, y el destino que tuvieron:
7
Cercio, A, & Applewhite, J. (2015). Indicadores de liquidez del sistema bancario
venezolano previo y durante las crisis de 1994 y 2009, comparación con la situación
actual y predicción de futuras crisis bancarias (Tesis de pregrado). Universidad
Católica Andrés Bello, Caracas.
8
Orlando Zamora, «Así es el cementerio de bancos que dejó el chavismo»,
Konzapata, 31 de mayo de 2019. https://konzapata.com/noticia/71767/katalejo/asi-es-
el-cementerio-de-bancos-que-dejo-el-chavismo.html
Capítulo 5 ► 167
Bancos intervenidos, sancionados, en situación especial, fusionados o

liquidados en Venezuela
NOMBRE DE LA SITUACIÓN FECHA DE LA
FUENTE
INSTITUCIÓN LEGAL INTERVENCIÓN
Gaceta Oficial
1 Banco Canarias Liquidado 20.11.2009
núm. 39.316
Fusionado en
Banco Bicentenario,
2 20.11.2009
Confederado Banco
Universal
Fusionado en
Bicentenario,
3 Bolívar Banco 20.11.2009
Banco
Universal
Banco
Gaceta Oficial
4 Provivienda Liquidado 20.11.2009
núm. 39.316
(BanPro)
Fusionado en
C.A. Central Bicentenario,
5 04.12.2009
Banco Universal Banco
Universal
Banco Real Gaceta
6 Banco de Liquidado 04.12.2009 Extraordinaria
Desarrollo núm. 5956
Gaceta
Baninvest Banca
7 Liquidado 04.12.2009 Extraordinaria
de Inversión
núm. 5956
Fusionado en
Banorte Banco Bicentenario,
8 11.12.2009
Comercial Banco
Universal
Gaceta Oficial
Fusionado en
Banfoandes núm. 39.329,
Bicentenario,
9 Banco Universal, 16.12.2009 Resolución
Banco
C.A. núm. 682.09 de
Universal
la SUDEBAN
Inverunión
10 Banco Comercial, Liquidado 18.01.2010
C.A.
Banco del Gaceta
11 Sol, Banco de Liquidado 18.01.2010 núm. 39.374-
Desarrollo, C.A. 26.02.2010

FUENTE
Banco Gaceta Oficial
Interamericano núm. 39.386, del
12 Liquidado 15.03.2010
de Ahorro y 15 de marzo de
Préstamo 2010
Intervenido por la
SUDEBAN a puertas
cerradas con cese Gaceta Oficial
de intermediación núm. 5.987
financiera. 01.12.2010 Extraordinario de
Liquidado por fecha 14.06.2010.
13 Banco Federal orden de la 14.06.2010 Liquidación según
Superintendencia Gaceta Oficial
de Bancos y Otras núm. 39.564 del
Instituciones 01.12.2010
Financieras -
SUDEBAN
Intervenido por la
Superintendencia
de Bancos y Otras
Resoluciones
Instituciones
núm. 309.10, 310.10
Financieras
y 311.10 de fecha 15
(SUDEBAN), con
de junio de 2010,
previa opinión
publicadas en la
favorable del
Gaceta Oficial
Federal Banco de Banco Central de
14 Venezuela y del 15.06.2010 Extraordinaria
Inversión C.A. núm. 5.979 de
Consejo Superior.
esa misma fecha.
01.12.2010 Liquidado
Liquidación según
por orden de la
Gaceta Oficial
Superintendencia
núm. 39.564 del
de Bancos y Otras
01.12.2010
Instituciones
Financieras -
SUDEBAN
Intervenido por la
Superintendencia
de Bancos y Otras
Instituciones
Resoluciones
Financieras
núm. 309.10, 310.10 y
Banco (SUDEBAN), con
311.10 de fecha 15 de
previa opinión
Hipotecario favorable del
junio de 2010, publi-
cadas en la Gaceta
de Inversión Banco Central de
15 Venezuela y del 15.06.2010 Oficial Extraordinaria
Turística de núm. 5.979 de esa
Consejo Superior.
Venezuela C.A. 01.12.2010 Liquidado
misma fecha. Liqui-
dación según Gaceta
(INVERBANCO) por orden de la
Oficial núm. 39.564
Superintendencia
del 01.12.2010
de Bancos y Otras
Instituciones
Financieras -
SUDEBAN
Capítulo 5 ► 169

FUENTE
Intervenido por la
Superintendencia
de Bancos y Otras
Instituciones
Financieras Gaceta Oficial
(SUDEBAN), núm. 39.491
según Resolución
mediante la cual se del 20.08.2010.
interviene a puertas Se ordena la
cerradas a este
Helm Bank de Liquidación
16 Banco Comercial de 20.08.2010
Venezuela capital extranjero publicada en
que operaba en el Gaceta Oficial
país desde 2003.
El 15.11.2010 la núm. 39.560
Superintendencia del Jueves
de Bancos y Otras
Instituciones
25.11.2010
Financieras
(SUDEBAN) ordena
su Liquidación.
Intervenido por la
Superintendencia
de Bancos y Otras
Instituciones
Financieras
(SUDEBAN), con Resolución
previa opinión
núm. 521.10
Bancoro, Banco favorable del
Banco Central de publicada en
17 Universal Venezuela y del 14.10.2010
Gaceta Oficial
Regional Consejo Superior.
01.12.2010 Liquidado núm. 39.530 del
por orden de la 14.10.2010
Superintendencia
de Bancos y Otras
Instituciones
Financieras -
SUDEBAN
Fuente: Grupo Eniac.9
Por otra parte, en una revisión exhaustiva del marco regulatorio

del sistema bancario, vale la pena detenerse en la Ley de
Instituciones del Sector Bancario de 2010, la cual establece que
este sistema se encontrará «bajo la vigilancia y coordinación del
Órgano Superior del Sistema Financiero Nacional»10. Con respecto
al servicio público establece que «las personas jurídicas de derecho
9
Cfr. https://studylib.es/doc/5574529/bancos-intervenidos--sancionados---en-
situaci%C3%B3n
10
Artículo 6 de la Ley de Instituciones del Sector Bancario, Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela # 6.015 Extraordinario, del 28 de diciembre de 2010.
privado y los bienes de cualquier naturaleza […] serán considerados

de utilidad pública» y con respecto a «la estabilidad del sistema
financiero y el sistema de pagos, el Presidente (a) de la República en
Consejo de Ministros, podrá acordar la intervención, liquidación o
cualquier otra medida que estime necesaria»11.
De lo anterior se puede inferir que la política económica ha tenido

una de sus bases en la fuerte represión financiera. Todo ello a
través de las instituciones gubernamentales y un marco jurídico al
servicio del Estado. Este marco favorable a la presencia del Estado
también fue la base para que en todas las áreas ejerciera el rol
de empresario, empleador, inversionista, productor, consumidor,
distribuidor, comprador, planificador, controlador y regulador. El
intervencionismo terminó llevando a los individuos a un campo
de trampas donde éstos ceden y son conducidos hasta el punto
en el que el silencio y la adaptación a las órdenes es el común
denominador. Esta idea retrógrada ha restringido la iniciativa
privada, despojándola de su naturaleza autónoma y competitiva.
Desde el Estado, se ha fortalecido el sector público en detrimento
del privado, satanizando opciones válidas como la privatización. Y
esto es así porque es el único esquema bajo el cual los jerarcas del
Estado tienen poder real y absoluto, inmiscuyéndose en asuntos
más allá de sus funciones esenciales:
Todavía parece que no hemos entendido que lo que el Estado da

con una mano ya lo ha quitado con la otra. El Estado no genera
riqueza y simplemente redistribuye, principalmente entre sus
propios miembros, la que ha tomado de otros.
[…] El Estado no es San Nicolás para prometer industrias, viviendas,

hospitales, escuelas, etc. […] No hay nada gratis y todo lo que el
Estado “regala” ya lo ha quitado antes, y con creces, en impuestos
e inflación12.
Cuando se entiende esta idea, nos resulta claro que la relación

debe estar invertida, para que el Estado se subordine al
ciudadano, ya que lo principal es la libertad individual, no el poder
11
Artículo 8 de la Ley de Instituciones del Sector Bancario, cit.
12
José Luis Cordeiro, La segunda muerte del Bolívar… y el renacer de Venezuela,
Caracas, Ediciones CEDICE, 2000, p. 64.
Capítulo 5 ► 171
gubernamental. De lo contrario, lo que prevalece es un modelo de

opresión y, en el caso de la economía, de ahogo, estancamiento y
estrangulación.
El siglo xxi: ¿un nuevo enfoque o el reforzamiento del

proyecto socialista?
El estreno del nuevo milenio trajo para Venezuela —

específicamente entre 1999 y 2003— una desaceleración de las
inversiones, producto de un complejo escenario de conflicto
político donde nuevamente el sector petrolero tuvo un papel
fundamental. La producción petrolera y de sus derivados llegaron
a un trágico nivel de paralización a finales del año 2002 y fue ahí
donde la industria empezó a tener un enfoque más engranado al
proyecto de dominación política del esquema chavista, trayendo
como consecuencia una caída de la producción mayor del 18 % con
respecto a las cifras de inicios del año 199913.
Tal declive no duraría mucho, porque en el año 2003 se aceleraron

las economías asiáticas y se inició un superciclo de precios de
materia prima que llevó al rubro a récords históricos. «Entre enero
de 2004 y agosto de 2008 las cotizaciones mensuales promedio
pasaron de 34 a 120 dólares por barril con un pico máximo de 145
dólares a mediados de julio de 2008 que rompió todos los récords
históricos del precio del crudo»14. Este impulso fortaleció a PDVSA
y al gobierno de Hugo Chávez, motivándolos a aprovechar la
industria petrolera para adentrarse en áreas como la vivienda y
alimentos, entre otras.
Ya para el año 2007, se comenzaron a hacer ajustes a los acuerdos

privados con los socios comerciales que permitieron la apertura
petrolera. Ahora, en el marco de un proyecto político radicalmente
distinto, el esquema se iba a basar en una empresa petrolera
en la que el Estado fuera el accionista mayoritario. El régimen
emprendió el estrechamiento de las relaciones bilaterales con
13
Alejandro E. Cáceres, en Fernando Spiritto y Tomás Straka (Coord.), op. cit., p. 63.
14
Eugenia Stratta, «El precio del crudo y su historia», Petrotecnia, Buenos Aires,
junio 2016, p. 84.
Rusia y China, las cuales contribuirían a potenciar el proyecto

de expansión de la influencia chavista en los países del Caribe y
buena parte de Latinoamérica; los convenios se centraban en el
ofrecimiento de tratos con condiciones preferenciales a través de
mecanismos de integración comercial y energética.
A pesar de esto, las circunstancias ideales para la expansión del

proyecto chavista con base en el petróleo no durarían mucho.
Aunque la demanda interna del rubro era alta, ya para el año 2012
el petróleo empezó a sufrir una caída estrepitosa, para llegar hasta
los $ 2015. Más adelante, entre el 2017 y 2019 los precios lograron
mantenerse en un promedio de entre $ 60 y $ 65, pero ya el gran
daño estaba hecho. En todo caso, la caída de los precios y el
deterioro de la industria de los hidrocarburos han incidido en el
desenvolvimiento de la crisis venezolana, ya que le han puesto
límites al margen de maniobra de un régimen que es el cimiento
de toda una economía malograda. Tal y como lo señalan los
profesores Ramón Key y Claudina Villarroel:
En la historia reciente de Venezuela ha habido varias recesiones:

1983 (viernes negro), 1989 (Gran Viraje), 1996 (crisis bancaria), 2002
(paro nacional) y 2008 (crisis financiera global). Lo que hace peculiar
la recesión que comenzó en 2013, con su profundidad y duración, es
que se debe a un colapso de la industria petrolera16.
De seguidas se presenta una tabla que refleja las variables de origen

petrolero —en los niveles rentístico y productivo— segmentadas
en tres períodos: apertura petrolera, soberanía petrolera I y
soberanía petrolera II.
15
Alejandro E. Cáceres, cit., p. 64.
16
Ramón Key y Claudina Villarroel, «El petróleo será insuficiente: el colapso de la
industria petrolera y la crisis venezolana», Debates IESA, Caracas, Abril-Junio de 2018.
http://www.debatesiesa.com/el-petroleo-sera-insuficiente-el-colapso-de-la-industria-
petrolera-y-la-crisis-venezolana/
Capítulo 5 ► 173
LAS VARIABLES PETROLERAS Y LA ECONOMÍA VENEZOLANA

(Variaciones e incidencias en porcentajes)
1989-1998 1999-2008 2009-2018
V I V I V I
Variación del PIB 1,5 100 3,4 100 -5,2 100
Incidencia petrolera total 1,1 73 2,1 63 -4,1 79
Incidencia petrolera productiva 1,6 108 -0,4 -11 -0,9 17
Inversión 0,6 42 -0,1 -4 -0,2 3
Exportación 1,1 66 -0,3 -10 -0,7 14
Incidencia petrolera rentística -0,5 -35 2,5 74 -3,3 62
Aporte fiscal -0,5 -35 1,5 43 -2,7 51
Aporte parafiscal 0 0 1.0 31 -0.6 12
Fuente: Ramón Key y Claudina Villarroel. (2018). «El petróleo será insuficiente: el
colapso de la industria petrolera y la crisis venezolana», Debates IESA, Volumen
XXIII, Número 2, abril-junio 2018, p. 28.
Como refieren los autores: «Cada período es de diez años, de forma

tal que se resumen treinta años de desempeño de la actividad
económica de Venezuela e incidencia de las variables petroleras
productivas (exportaciones e inversión) y rentísticas (aportes
fiscales y parafiscales)»17.
Es igualmente relevante mencionar que el Banco Central de

Venezuela (BCV), completamente controlado por el gobierno, ha
instaurado una cadena de errores continuos que han repercutido
de forma negativa en toda la población, y que tienen su origen
en prácticas muy anteriores a la llegada del chavismo. Ya desde
1983 se viene arrastrando el problema de la impresión de dinero
inorgánico, la cual ocasionó el conocido viernes negro. Asimismo,
se dio la bienvenida a la creación de la Oficina del Régimen de
Cambios Diferenciales (RECADI) con el gobierno de Luis Herrera
Campins (1979 1984), un botín de corrupción, regulación y de
control de capitales directamente relacionado con el BCV. Después
de la década de 1980, la inflación y devaluación del bolívar fue tal
que la ciudadanía empezó a preservar las monedas de níquel, ya
17
Ibid.
que existía más valor en el metal que en el propio valor nominal o

el dinero de papel. A respecto vale indicar la definición de inflación
postulada por Ludwig von Mises:
En la investigación teórica sólo puede atribuirse racionalmente un

significado a la expresión inflación: un aumento en la cantidad de
dinero (en el más amplio sentido de la palabra, de suerte que se
incluyan también los medios fiduciarios) que no esté compensado
por el correspondiente aumento en la necesidad de dinero (de
nuevo en el más amplio sentido de la palabra), de tal manera que se
produzca un descenso en el valor de cambio objetivo del dinero18.
También se puede coincidir con el propio Mises en que este

fenómeno no es estrictamente económico —en el sentido
praxeológico—, sino que atiende a un carácter político y social, es
decir, que puede ser empleado para el fraude. En un sentido general
y práctico, la inflación es un fenómeno que produce alteración del
poder adquisitivo de los individuos. Actualmente es otro gran
problema de la economía venezolana, puesto que la inflación —
considerada como la más alta del mundo hasta ahora— genera la
destrucción del cono monetario nacional:
Otro problema de la economía venezolana es la enorme inflación

que padece (la más alta del mundo) el valor de la divisa local es
cada vez menor y los agentes económicos se deshacen en cuanto
pueden de ella comprando bienes duraderos —huida hacia valores
reales— o cualquier otro activo monetario. Este fenómeno ya fue
estudiado por el economista de la Escuela Austríaca Ludwig von
Mises (1881-1973)19.
Además de entender los efectos de la inflación en la economía

venezolana, es preciso profundizar en las prácticas de control
de precios y de cambio, que han sido regularmente ejercidas por
los gobiernos orientados hacia la planificación centralizada de
18
Ludwig von Mises, La teoría del dinero y el crédito, Madrid, Unión Editorial, 1997,
p. 214.
19
Miguel Ángel Echarte Fernández, Mario Martínez Hernández y Oskary Zambrano,
«Un análisis de la crisis económica de Venezuela desde los postulados de la Escuela
Austríaca de Economía», Caldas, Revista Lasallista de Investigación, vol. 15, n.º 2, 2018,
p. 72.
Capítulo 5 ► 175
la economía. Revisemos primero brevemente los antecedentes

históricos de los controles de precios, una figura que aparece
sobre todo en el rubro de los alimentos y productos agrícolas. Por
ejemplo, en la China antigua, solía haber un jefe que agrupaba a
veinte comercios y era responsable de la fijación de los precios. En
la Grecia clásica existió la figura del inspector, personaje encargado
de la fijación de los precios, quien podía ser castigado con la muerte
si descuidaba su responsabilidad. En Roma, el gobierno llegó a
comprar grandes cantidades de trigo y los revendía al pueblo a un
precio fijo relativamente asequible.
La historia nos muestra que esta práctica antigua no produce

ningún resultado favorable, sino lo contrario: genera un
desincentivo para producir y comerciar. Es, en sí misma, un
elemento disuasivo para la generación de riqueza, por lo que queda
invalidado el argumento que apunta al acaparamiento como un
ejercicio de los avariciosos para subir los precios y obtener mayor
ganancia, ya que lo que en realidad ocurre en esos casos es una
escasez derivada de las propias restricciones impuestas por el
Estado, no por un factor exógeno que esté saboteando al mercado.
Cuando se empieza a implementar una política de control de

precios, no hay nada que detenga la distorsión y la aparición de los
mercados negros. El primer ministro británico y gran referencia
intelectual, Winston Churchill, afirmó sobre esto que quien abole
un mercado libre, crea un mercado negro. En ese sentido, la fachada
del precio justo es lo más injusto que hay. Los precios son el reflejo
de la balanza de la economía. Cuando se manipulan, el equilibrio
se pierde y el mercado se distorsiona, teniendo como resultado que
los productos sean de una calidad mínima o escasos. Los precios
resultan también de una valoración socio-económica de bienes
escasos y, junto a la ley de oferta y demanda, son categorías de la
conducta humana.
Ahora bien, precisando un concepto de lo que son los precios, se

puede hacer referencia al profesor César Martínez Meseguer:
Lo que cada una de las partes de un intercambio entrega a la otra

(acto de pagar), para que el mismo se lleve a cabo (puede estar
formado por bienes —dinero—, servicios, o una combinación de
estos)20.
Con el objeto de hacer una precisión sobre la influencia negativa

de los controles en una economía centralizada, vale la pena
parafrasear las reflexiones hechas por el empresario de origen
estadounidense, C. Grayson Jr.21. Los controles:
1. Provocan distorsión en el mercado, desestimulando la

expansión de la producción y fomentando mercados paralelos,
inversión nula y desabastecimiento.
2. Atacan el principio de rentabilidad.
3. Engendran la pasividad y matan la iniciativa —no se produce

competencia alguna—, generando así mayor índice de
corrupción.
4. Atacan los síntomas y no las causas de la inflación.
El problema de los controles en la economía venezolana tiene

sus antecedentes. Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi, en sus
períodos presidenciales, usaron controles de precio y de cambio
(1983-1988). Carlos Andrés Pérez, en su segundo período (1989-
1993), intentó realizar cambios importantes en el sistema político
y económico, pero no lo logró. Por su parte, Rafael Caldera, en su
segundo mandato (1994-1999), no se esforzó ni preocupó en cambiar
nada en esta materia. Suspendió las garantías constitucionales y
decretó un estado de emergencia, esto para intentar «resguardar
la integridad económica y social de toda la nación venezolana»22.
También anunció que impondría un control de precios a los
artículos de primera necesidad: «a través de la Superintendencia
20
César Martínez Meseguer, Aclaraciones, definiciones y críticas respecto de las
teorías de la utilidad, el valor y los precios, 2017. https://martinezmeseguerblog.
wordpress.com/2017/08/17/aclaraciones-definiciones-y-criticas-respecto-de-las-
teorias-de-la-utilidad-el-valor-y-los-precios/#_ftn1
21
C. Jackson Grayson (1979), «La confesión de un superintendente», en CEDICE
Libertad y Consecomercio, 40 siglos de control de precios (pp. 17-18), Ediciones
Consecomercio, 2011, p. 18.
22
Ludmila Vinogradoff, «Rafael Caldera suspende las garantías constitucionales
y decreta el control de cambio y precios en Venezuela», El País, 28 de junio de 1994.
https://elpais.com/diario/1994/06/29/internacional/772840806_850215.html
Capítulo 5 ► 177
de Protección al Consumidor para frenar la ola de especulación

que con el alza del dólar en relación con el bolívar no tenía ninguna
justificación»23.
Toda esta lucha contra la especulación creada por el mismo Estado

gigante y controlador, a través de sus políticas de restricciones
y una gruesa burocracia, resultaría un escenario favorable para
la llegada de Hugo Chávez al poder en 1998, quien asume con la
idea de profundizar aun más estos controles, basándose en una fe
ciega y dogmática en el valor de la planificación y las restricciones
legales en la vida económica.
Al ignorar que el mercado y el individuo tienen una relación

natural e intrínseca, los planificadores centrales son menos aptos
que las empresas privadas que arriesgan su propio capital. En
ese sentido, también se puede decir que este experimento fallido,
más allá de significar una contradicción con la lógica económica,
también arroja resultados contraproducentes en el ámbito
político. En palabras de Milton Friedman:
La concentración de poder político y económico en un solo lugar

deja a los focos de poder independientes sin recursos eficaces para
servir como freno al ejercicio irresponsable del poder político.
Naturalmente, esta es una razón fundamental de por qué una
economía controlada es la antítesis de la libertad política, pero
también significa que los poderes de la economía controlada no
pueden ejercerse durante mucho tiempo solo atenidos al interés
del público en general24.
Fueron los monumentales desequilibrios macroeconómicos, las

distorsiones de precios y el quiebre de instituciones ocurridos en
Venezuela, los que generaron un estado de caos que hizo de esta la
más catastrófica crisis económica de la historia latinoamericana y,
sin dudas, una de las peores del mundo.
Con respecto a los controles de cambio, es necesario decir que
23
Id.
24
Milton Friedman, ¿Puede funcionar una economía controlada?, Caracas, CEDICE
Libertad, 2019, p. 19.
su implementación puede identificarse en Venezuela desde la

década de 1980. Y, aunque su justificación siempre se encontró
en la salvaguarda de las reservas de la nación ante tiempos de
incertidumbre, previniendo la llamada fuga de capitales, en
realidad representaron un negocio fundado en la corrupción,
ocasionando el desabastecimiento de dólares. El mismo resultado,
vale decir que, con cualquier otro rubro, ya que se trata del
establecimiento de un precio artificial para la moneda extranjera.
Este grave problema resurgió en Venezuela para el año 2003,
ya que luego de un periodo de relativa flexibilidad, el sistema
cambiario volvió a ser rígido y controlado por el Estado, generando
el surgimiento de un mercado paralelo donde el tipo de cambio
siempre era mucho más elevado, lo cual creó la posibilidad de
concebir el fraude perfecto, donde individuos cercanos al régimen
tuvieron la posibilidad de comprar dólares a un precio muy bajo y
venderlo en el mercado informal a precios muy altos.
Desde una perspectiva más general, en Venezuela se ha

evidenciado la abundancia de los precios máximos. Esto se
observa especialmente con la Ley de Costos y Precios Justos
aprobada en el año 2015, la cual establece que una gran cantidad de
precios máximos iban a contener la espiral alcista de los precios.
También se iba proteger a los consumidores, castigando a los
empresarios. Sin embargo, ya se conocen los resultados. Es sabido
que los precios máximos generan escasez y matan los incentivos
de la empresarialidad y la producción nacional. El Estado no
protege, el libre mercado sí, y los individuos deben velar por su
funcionamiento abierto y sin interferencias.
Venezuela ha tenido en su historia varios controles de cambio

después de abandonar los tipos de cambio fijos y entre ellos
destacan el Régimen de Cambio Diferencial (RECADI) que estuvo
vigente desde 1983 a 1989 y la Junta de Administración Cambiaria
(JAC) que operó entre 1994 y 1996. En el periodo que estamos
analizando destacan los tres tipos de cambio (Sicad-1, Sicad-2 y
Simadi) […] y que fueron sustituidos por un sistema con dos tasas
de cambio en marzo de 2016. En enero de 2018 se unificó el sistema
cambiario eliminando la tasa Dipro y manteniendo el proceso de
subasta de la tasa Dicom —aunque referenciado al euro y no al
dólar—. […]
Capítulo 5 ► 179
El objetivo de los controles de cambio, que han sido muy frecuentes

también en Argentina —con el famoso “cepo cambiario”—, es frenar
la salida de capitales y contener la inflación, pero no han logrado
ninguno de esos objetivos. En el caso de Venezuela han provocado
un proceso muy burocrático de aprobación y liquidación de divisas
perjudicando al aparato productivo y estimulando el mercado negro
donde el tipo de cambio se ha elevado desproporcionadamente
con relación al tipo de cambio oficial25.
Como hemos visto, las prácticas socialistas vienen arrastrándose

desde la propia era democrática; no son nuevas, solo se reforzaron
bajo un sistema más voraz y carnívoro, que en la actualidad
también está acompañado de una dimensión criminal.
A lo largo de este diagnóstico, se ha hecho énfasis en lo que

ha representado la industria del petróleo para la economía
venezolana, pero hay que dejar totalmente claro que el recurso
tiene un comportamiento volátil y dicha dependencia no se ha
dado solo en las dos últimas décadas, sino desde mucho antes.
Para 2012, último año del segundo gobierno de Chávez, los efectos
perjudiciales de más de una década de políticas socialistas ya
eran evidentes. Por ejemplo: «las reservas operativas o líquidas
del Banco Central de Venezuela que promediaron cerca de 15.000
millones de dólares durante el período 2005-2011 bajaron para
alcanzar un promedio de sólo 3500 millones de dólares en 2012»26.
En todo caso, esto resulta sospechoso. Si se hace un análisis
retrospectivo, se puede encontrar que en el año 2005 Chávez
decide la creación de un fondo para las inversiones del sector
público (FONDEN), la cual vino acompañada de la reforma de la
ley que rige el funcionamiento del BCV, y desde aquel entonces
hasta el año 2014, tanto el BCV como PDVSA, lograron reunir más
25
Miguel Ángel Echarte Fernández, et. al., op. cit., p. 74.
26
Leonardo Vera, «¿Cómo explicar la catástrofe económica venezolana?», Nueva
Sociedad, n.º 274, Marzo-Abril 2018. https://nuso.org/articulo/como-explicar-la-
catastrofe-economica-venezolana/
de $ 140 mil millones27 en este fondo.
Con la bonanza petrolera aumentó el consumo e importaciones

por habitante —se triplicó entre 2004 y 2008— pero promovido por
una política cambiaria que ancló el tipo de cambio oficial, lo que
trajo como consecuencia una sobrevaluación del bolívar. Luego,
empieza un importante ciclo de recortes de las importaciones
y esto se refleja mucho más a finales del 2012. La producción
nacional empieza a colapsar tras todo este escenario, que es donde
se empieza a ver mucho más claro una nación desabastecida, sin
insumos, ni materias primas ni bienes de capital, con escasez de
alimentos y medicinas, por citar algunos ejemplos. Si se compara,
este escenario de recesión y caída del PIB de los años 2014-2017 es
bastante superior al de Nicaragua cuando pasó por una guerra en
la segunda mitad de la década de 1980. Lo que semejante estado de
cosas deja ver es la grandísima acumulación de gestiones fiscales
deficitarias, el peso excesivo del Estado, el reducido o inexistente
sector privado no petrolero, la sobrevaluación crónica de la
moneda y un sinfín de variables perjudiciales para el desarrollo de
cualquier sociedad.
Venezuela en estado de agonía
En su primer período presidencial (1999-2006), Hugo Chávez

estableció una relación con el sector privado bajo un discurso
desafiante, arbitrario y atemorizante. En 2001, con la herramienta
jurídica de la ley habilitante, logró imponer un nuevo marco
regulatorio para la industria de los hidrocarburos, la recaudación
de impuestos y la tenencia de tierras, a partir de los cuales podía
regular la vida de las instituciones financieras y los sectores
productivos.
En el 2006, ya los planes del chavismo eran ampliamente conocidos.

En pleno apogeo del socialismo del siglo xxi, se hizo común la
práctica de la intervención o la expropiación de bienes inmuebles,
27
Ronald Balza Guanipa, «El FONDEN, “Fondos Chinos” y sector externo en
Venezuela: 2005 a 2014» (pp. 53-89), en Ronald Balza Guanipa y Humberto García
Larralde (Coord.), Fragmentos de Venezuela. 20 Escritos sobre economía, Caracas,
Universidad Católica Andrés Bello, 2017, p. 54.
Capítulo 5 ► 181
terrenos y fábricas, las cuales eran asignadas a diversos ministerios

—según sus áreas— en cumplimiento con lo establecido en el
plan de gobierno de Hugo Chávez: Plan de Desarrollo Económico
y Social de la Nación (2007-2013), el cual era conocido como el
Proyecto Nacional Simón Bolívar28.
El proyecto político que hizo su estreno en 1999 trajo consigo la

épica de las conocidas nacionalizaciones, solo que sus resultados
daban cuenta del evidente despropósito de esta política. La
forma tan abrupta en que se hizo no daba cabida a eufemismos,
se trataba en realidad de una estatización, es decir, la práctica
bajo la cual el Estado se apropiaba de los sectores de la economía
nacional considerados estratégicos. Por ejemplo, se avanzó en la
estatización del sistema hidroeléctrico, gran parte del sector de
telecomunicaciones, así como las empresas de las industrias del
hierro, cemento y el acero. Además, se atentó contra las empresas
extranjeras que operaban en la Faja Petrolífera del Orinoco, como
es el caso de Exxon Mobil.
Entre los años 2007 y 2009, se destinaron más de $ 23 mil millones29
para financiar las expropiaciones. Para ese momento, ya había más
de mil expropiaciones y al menos una cuarta parte de esta cifra
representaba al sector alimenticio, bajo el lema de la soberanía
alimentaria o de la seguridad agroalimentaria. En la actualidad,
según cifras trabajadas por el Observatorio de Gasto Público de
CEDICE Libertad, expuestas en actividades abiertas al público, la
cifra se aproxima a las 5500 expropiaciones.
Todo esto trajo como consecuencia directa una baja rentabilidad

de esas empresas y deficiencia en su producción, lo que se tradujo
en escasez de insumos. La intención de forzar el surgimiento de
empresas públicas para garantizar la regulación de precios no
trae buenos resultados; por el contrario, refuerza la pérdida de
inversiones, la incertidumbre, la inseguridad jurídica y, en fin, el
irrespeto total por la propiedad privada.
28
Antecedente inmediato del ahora conocido como Plan de la Patria.
29
Juan Paullier, «Lo que se sabe de las expropiaciones de Chávez», BBC Mundo,
2 de enero de 2012. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/01/111207_venezuela_
economia_expropiaciones_chavez_jp
Bajo la misma línea de promulgación e implementación de

leyes, en el 2014 entró en vigencia la Ley Orgánica de Precios
Justos, implementada por la Superintendencia Nacional para la
Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDDE), esto causó,
como ya señalamos, un estado de contrabando y la muerte de
la empresarialidad. De este modo se profundizó la escasez, la
ampliación de los mercados negros y la distorsión en la estructura
de costos.
En concordancia con lo anterior, Chávez convirtió a PDVSA en

una agencia parafiscal. Con ello, se dio continuidad a la política
de gasto clientelar, soportado por estructuras como el FONDEN,
que fue la fuente de programas de inversión pública o social.
No iba a pasar mucho tiempo hasta que Venezuela se aislara
financieramente de los mercados internacionales, con una política
monetaria a merced de necesidades de recursos del sector público
y todo manejado discrecionalmente por un sistema de mafias cada
vez más evidente.
En ese sentido, las políticas de Chávez aumentaron

descomunalmente la deuda externa; nada más entre los años 2005
y 2006 se pasó de $ 25.000 millones a más de $ 120.000 millones30.
En este punto, ya no quedaban vestigios de la llamada Venezuela
Saudita. Cuando muere, deja un sistema dañado y que reclamaba
más divisas de las que podía generar, aun cuando el barril de
petróleo se cotizaba cerca de los $ 100. Después de esto, Venezuela
entra en recesión. El boom petrolero finaliza en el año 2014, con el
precio del barril desplomándose desde el orden de los $ 115 hasta
llegar a los $ 35 en 2016. Para ese entonces, la inflación supera la
alarmante cifra de 300 %, tal y como se evidencia a continuación:
30
Henkel García, «El colapso económico de Venezuela tiene una clara explicación»,
The Conversation, 13 de junio de 2018. https://theconversation.com/el-colapso-
economico-de-venezuela-tiene-una-clara-explicacion-98225
Capítulo 5 ► 183
Tasa de Inflación acumulada en Venezuela
Fuente: Miguel Ángel Echarte Fernández, Mario Martínez Hernández, Oskary

Zambrano. (2018). «Un análisis de la crisis económica de Venezuela desde
los postulados de la Escuela Austríaca de Economía», Revista Lasallista de
Investigación–Vol. 15 No 2–2018, p. 77.
De este modo, no es difícil entender la relación directamente

proporcional entre la evolución de la tasa de inflación en Venezuela
y el descontento de la sociedad. Y es que los indicadores negativos
de la economía generaron un profundo malestar, lo que dio inicio a
nuevas manifestaciones públicas en contra del régimen socialista
en 2017. Esto chocaba con la lógica de los intervencionistas y
socialistas.
La implementación de las ideas del socialismo del siglo xxi

se tradujo en una férrea política de programas asistenciales
focalizados, apalancados en fuertes restricciones económicas. Tal
y como se experimentó en el 2003, con el aumento acelerado de la
renta de origen petrolero, los ingresos de la república permitieron
desarrollar nuevos programas o misiones, configurando así un
Estado patrimonialista, petrolero y clientelar. El chavismo empleó
la fiscalidad expoliadora como arma principal del intervencionismo,
es decir, se confisca a través de la fiscalidad disfrazada y se
expropia a los empresarios y capitalistas más capaces. En palabras

de Mises que es oportuno citar: «No es difícil profetizar que un día
no demasiado alejado cualquier ingreso que rebase el sueldo del
individuo medio será absorbido por el impuesto»31.
En otras palabras, se puede sostener que la verdadera finalidad

de la imposición fiscal es dejar menos dinero en manos del
contribuyente que está obligado a cooperar con los proyectos
socializadores de quien gobierna. Así, la presión tributaria le impide
acumular capital y desarrollar convenientemente sus negocios,
imposibilitando sacar provecho a todo su potencial. El gasto social
del gobierno central fue abismal, resultando del endeudamiento
interno, la creación de impuestos distorsionantes y la extracción
de utilidades cambiarias del BCV. En vez de ir en avance, Venezuela
ha retrocedido al menos sesenta años con respecto a los vecinos
del hemisferio. De hecho, se afirma que desde el año 1977 hay un
gran estancamiento; debido a los niveles de recesión, el colapso
macroeconómico es indetenible.
La sociedad venezolana ha pasado ya por varios controles de

cambio y mecanismos que al final terminan dando los mismos
resultados: Oficina del Régimen de Cambios Diferenciales
(RECADI), Comisión Nacional de Administración de Divisas
(CADIVI), Centro Nacional de Comercio Exterior (CENCOEX),
Sistema de Divisas de Tipo Cambiario Complementario Flotante
de Mercado (DICOM), Sistema Marginal de Divisas (SIMADI). Todo
esto controlado por el BCV. A tener en cuenta que también existe
una tasa referencial de dólares preferenciales a discreción del
régimen.
Y todo esto puede visualizarse mejor a través de una tabla

que presenta el desarrollo histórico de controles de cambio en
Venezuela a partir del año 2003 hasta el 2018:
31
Ludwig von Mises, Acerca de impuestos, Caracas, CEDICE Libertad, 2019, p. 12.
Capítulo 5 ► 185
Histórico de los controles de cambio en Venezuela

Organismo Reg- Tipo de Cam-
Fecha Observaciones
ulador bio Bs F / $
2003 CADIVI 1,60 Para todos los productos
El primero para alimentos y
08/01/2010 SITME 2,60 y 4,30 el segundo para el resto de
productos
Tipo de cam-
08/06/2010 SITME bio permuta
(5,30)
Unificación de todos los
30/12/2010 CADIVI 4,30
productos
Se sustituye CADIVI por
05/02/2013 CENCOEX 6,30
CENCOEX
Tipo de cam-
CENCOEX-
08/02/2013 bio permuta
SICAD
(12)
CENCOEX-
2014 51.86 Se elimina SICAD I
SICAD II
CENCOEX-
2015 198,99
SIMADI
DIPRO a 10 para productos pri-
CENCOEX- 10 y mecanis-
2016 oritarios y DICOM por subasta
DIPRO-DICOM mo de subasta
para el resto
DICOM
2018 Se elimina DIPRO
reformado
Fuente: Miguel Ángel Echarte Fernández, Mario Martínez Hernández y Oskary

Zambrano, «Un análisis de la crisis económica de Venezuela desde los postulados de
la Escuela Austríaca de Economía», Revista Lasallista de Investigación, vol. 15, n.º 2,
2018, p. 75.
Guerra económica vs. Economía de guerra
El régimen venezolano ha sido tremendamente ágil para la

dominación, sobre todo para endosarle la culpa de toda la debacle
a un enemigo externo y a la supuesta guerra económica, aunque
lo que en realidad se vive en Venezuela es una economía de guerra.
Esta grave situación muchas veces es pasada por alto, sobre

todo si los interesados solo analizan los indicadores nominales.
Por ejemplo, el incremento increíble del costo de la vida y la
depreciación del bolívar frente al dólar es más evidente si se toman
en cuenta las reconversiones monetarias que implementaron
Chávez en 2008 y Maduro en 2018, con las cuales se eliminó un
total de ocho ceros a la moneda. Cuando se dice que para el 31 de
diciembre de 2019 se necesitaban poco más de 45 mil bolívares para
adquirir un dólar32, en realidad se debe decir que se necesitaban 4
billones 500 mil millones de bolívares en moneda de 200733, cifra
como las que se veían en el Zimbabue de Robert Mugabe.
Por otra parte, hay que llamar la atención sobre las iniciativas
emprendidas por el chavismo para hacerle frente a la extinción
del bolívar como moneda. Para 2018, Nicolás Maduro anunció
la creación del Petro, una supuesta criptomoneda que lejos de
responder a la lógica aplicada detrás de protocolos como el bitcoin,
en realidad es respaldada por reservas de petróleo venezolano y de
minerales preciosos, y se le asigna el mismo valor que la cotización
de un barril de petróleo. Con esta herramienta, el régimen
chavista ha pretendido anclar el nuevo cono monetario —bolívar
soberano— y el salario mínimo al Petro, con la intención de hacer
ver el valor de la moneda venezolana aumentada y, junto a esto, el
poder adquisitivo de los individuos. En fin, una gran mentira.
En relación con este tema, es útil traer a colación la reflexión del

economista de la Escuela Austríaca de Economía, Carl Menger,
quien establece que el concepto de valor es subjetivo, y que se
encuentra en la mente de la gente, traducido como escala de
preferencias individuales. Asimismo, el autor postula que los
servicios satisfacen una necesidad, sí, pero lo que le da el sentido
del valor ni siquiera es el trabajo o el esfuerzo en sí mismo, sino la
utilidad que le represente a la persona. Los mercados funcionan
para satisfacer necesidades existentes. El valor de las cosas
expresado en marcadores como los precios, no puede ser fijado
32
Tasa de cambio consultada en: https://es.exchange-rates.org/Rate/USD/VES/31-12-
2019.
33
Cabe acotar que la cotización del dólar cerró, en el año 2020, en 1 879 751 bolívares,
lo que en moneda de 2007 superaría los 187 billones de bolívares. En tan solo un año,
la cotización del dólar aumentó en más del 4000 %.
Capítulo 5 ► 187
artificialmente hacia arriba, con la intención de agregar mayor

valía, ni hacia abajo, como cuando se pretende establecer un precio
justo. Y esto último significa una distorsión que interfiere con la
idea básica de un orden espontáneo.
Para hablar de orden espontáneo, destaquemos el concepto de

Friedrich Hayek:
Denominamos orden a un estado de cosas en el que una

multiplicidad de elementos de diversa especie se relacionan entre
sí de tal modo que el conocimiento de una porción especial o
temporal del conjunto nos permite formular acerca del resto unas
expectativas adecuadas o que por lo menos gocen de una elevada
probabilidad de ser ciertas34.
El mercado y todos sus componentes son expresiones de la

actividad de intercambio que se da naturalmente y sin presiones
externas por individuos que no están sujetos a una imposición
estatal. Es justo este proceso el que ha estado en la mira del
régimen socialista inaugurado por Chávez y continuado por
Maduro. Sus políticas impusieron un pésimo desempeño a la
economía venezolana, el cual es evidente con la caída abismal del
40 % del PIB que se registró en 2018. Además, el BCV se ha quedado
sin reservas internacionales operativas y Nicolás Maduro se ha
encargado de recortar importaciones de bienes y servicios en casi
un 76 %35.
De esta manera, resulta inocultable la aniquilación del orden

espontáneo frente a la planificación del Estado. El populismo,
en su punto más elevado, con políticas fiscales rígidas, controles
de cambios y de precios, es el gran responsable de la depresión
económica.
34
Friedrich A. Hayek, Derecho, Legislación y Libertad, vol. I., p. 64.
35
Leonardo Vera, «¿Cómo explicar la catástrofe económica venezolana?», Nueva
Sociedad n.º 274 / Marzo - Abril 2018. https://nuso.org/articulo/como-explicar-la-
catastrofe-economica-venezolana/
Estatización, expropiación y expoliación
Al cabo de pocos años, la implementación del socialismo del

siglo xxi trajo consigo escasez, hambre y miseria, pintando un
escenario desalentador, pero totalmente previsible para cualquier
individuo, aunque no fuese un experto en materia económica.
Las expropiaciones de tierras arrancaron más de 3,6 millones

de hectáreas36 a familias y empresas. El desprecio, el odio y
el resentimiento por parte del régimen contra los sectores
productivos y pujantes ha sido de tal magnitud que no hacen sino
aniquilarlos y sacarlos del juego. En la Venezuela actual, se puede
ver cómo la mayoría de las compañías —pequeñas, medianas
y grandes— deben ceder ante las presiones gubernamentales,
dejarse robar por oficiales del régimen y extorsionadores,
reinventar completamente su modelo de negocios o, en el mejor
de los casos, aceptar su venta para que los dueños recuperen una
pequeña fracción de lo que en algún momento valieron. De lo
contrario, el destino ineludible es el cierre.
Los amplísimos poderes centralizados y concentrados en el

ejecutivo nacional permitieron el cumplimiento de una agenda
perversa, sin ningún tipo de freno institucional o de liderazgo
genuino que le hiciera frente. Por ejemplo, las expropiaciones en
el sector alimentario-agrícola se hacen sin apelar a una orden
judicial, tal y como si una noche un sujeto investido de una
autoridad cuestionable entrase armado a una casa y desaloje a
sus propietarios, arguyendo que la vivienda ya no es suya y que
ahora le pertenece al Estado. Como consecuencia, el sector privado
vive entre la espada y la pared. No encuentra la seguridad ni la
confianza para poder seguir ofreciendo sus productos, bienes
y servicios, ya que se enfrenta a una amenaza inminente, que
no solo afecta el espacio de trabajo, sino la propia integridad de
trabajadores y patronos. De este modo, se cumple cabalmente el
modus operandi de los regímenes de corte autoritario, totalitario,
socialista y comunista.
36
Diego Sánchez de la Cruz, «Las expropiaciones chavistas llevaron el hambre a
Venezuela», Libre Mercado, 15 de agosto de 2015. https://www.libremercado.com/2015-
08-15/las-expropiaciones-chavistas-llevaron-el-hambre-a-venezuela-1276554736/
Capítulo 5 ► 189
Esa es, básicamente, la historia de grandes cadenas de

supermercados como CADA y Éxito, las cuales pasaron de ser
las principales referencias para los venezolanos a un conjunto
de depauperados establecimientos sin calidad ni variedad. El
brillo que en su momento tuvieron, solo queda en la memoria de
algunos, mientras que los más jóvenes solamente reconocen las
reediciones mal gestionadas por el régimen, en el caso de que
todavía no hayan cerrado sus puertas.
Una imagen del sector de alimentos estaría incompleta si no

hiciéramos referencia a la situación de los estados llaneros37 del
país, los cuales se caracterizaban por la ganadería y la producción
de rubros afines como los lácteos, granos y cereales. Lo que en el
pasado fue una fuente de alimentos para toda Venezuela, hoy es
una muestra fehaciente de quiebra total, mal funcionamiento,
agentes de contaminación propagandística, caída de cultivos,
carencia de materia prima y, junto a ello, la pérdida de estándares
de calidad, eficiencia, servicio y transparencia; sin contar el
colapso de la productividad y las ocupaciones forzosas. Las cuotas
de producción de cualquier rubro como la leche o la carne de
ganado vacuno se han desplomado y, con el pasar del tiempo, ese
desplome ha recrudecido. Todo este escenario obliga a aumentar
las importaciones en muchas áreas y sectores. De hecho, se dice
que solo entre el período 2000-2010 se incrementó en más del 100 %,
según un investigador invitado por CEDICE Libertad, Ramón
Escovar, en una actividad relativa al aumento de la cesta básica y
las medidas que pueden tomarse con respecto a Venezuela en el
contexto mundial.
Venezuela terminó siendo el gran laboratorio de las

políticas socialistas para toda la región, con unos índices de
desabastecimiento, hiperinflación y recesión jamás vistos, ni
siquiera en países que han estado involucrados en guerras
convencionales y conflictos bélicos sostenidos. Frente a esto, en vez
de buscar soluciones a los problemas medulares, se ha pretendido
paliar la situación yendo al mercado exterior y aumentando la
deuda externa, produciendo consecuencias peores a mediano y
largo plazo.
37
Tal es el caso de los estados Apure, Barinas, Guárico y Portuguesa.
Por su parte, las sanciones internacionales impuestas a los bancos

del Estado son otro escenario que deja ver el turbio manejo de las
finanzas del país. También se han impuesto sanciones a personajes
del régimen y asociados a ellos, quienes son investigados por
el manejo de cifras astronómicas de dólares, bajo sospecha de
legitimación de capitales de diversa índole. Y, más allá de eso, el
BCV también se encuentra bajo la lupa internacional, afectando
así el flujo de divisas.
El panorama descrito de la economía venezolana da, más que

indicios, certeza absoluta del destrozo que puede ocasionar
la implementación de políticas fundadas en el socialismo,
políticas que no se aplicaron por error ni por casualidad, sino
que obedecieron a un plan bien orquestado, del cual los jerarcas
estatales se han beneficiado muchísimo.
De hecho, ahora se habla de una especie de liberación cambiaria

que no es más que otro engaño. Esta política —en apariencia
sensata, pero a todas luces tramposa— es otro instrumento de
distorsión, ya que no podrá existir una liberación real sin pasar por
un cambio de paradigma en el sistema económico, para lo cual, es
necesario depurar el poder de estos agentes del mal, proporcionar
seguridad jurídica, tener una moneda realmente fuerte, entre
otras condiciones. Mientras nada de eso pase, el proceso seguirá
siendo ilusorio, más dramático y de oscuridad para la sociedad
venezolana. Venezuela se ha ubicado, en tiempos recientes, entre
las posiciones más bajas del índice de libertad económica, según
el informe anual presentado por Heritage Foundation.38 Cabe
destacar que esta es una tendencia impuesta en Venezuela desde
hace más de una década, tal y como se evidencia en la siguiente
tabla:
VENEZUELA EN LOS AÑOS

Año Posición Países
2019 179 180
2018 179 180
38
Consultar el Index of Economic Freedom, Washington, The Heritage Foundation.
https://www.heritage.org/index/ranking
Capítulo 5 ► 191
VENEZUELA EN LOS AÑOS

Año Posición Países
2017 179 180
2016 176 178
2015 176 178
2014 174 177
2013 174 177
2012 174 179
2011 175 179
2010 174 179
2009 174 179
Fuente: CEDICE Libertad (a su vez extraído de The Heritage Foundation).
Dado que la libertad económica está relacionada con la libertad

política, existe una relación proporcional entre la disminución
de la calidad de las instituciones de Venezuela y el cierre de las
oportunidades que presenta su mercado para el sector privado,
una tendencia contraria a los avances del mundo en desarrollo. Y
peor aún, la situación es alarmante porque se evidencia el pésimo
desempeño que Venezuela tuvo en crecimiento económico,
ingresos per cápita, tamaño del gobierno, sistema legal y de
derecho de propiedad, existencia de una moneda sana, libertad
de comercio internacional, regulaciones crediticias laborales y
de negocios, carga de impuestos, gasto público, así como libertad
empresarial y financiera:
Fuente: Yasmín Zaror, «Libertad económica y política: el caso Venezuela», Análisis

crítico n.º1, Fundación para el Progreso, p. 2. https://fppchile.org/wp-content/
uploads/2017/06/Libertad-economia-y-politica-el-caso-de-Venezuela-1.pdf
La tendencia ilustrada en este cuadro lleva a reflexionar sobre

la improbabilidad del resurgimiento de la actividad económica
en el país, en caso de que no se produzca un cambio estructural.
Y aunque muchos pretendan rescatar al bolívar como moneda,
quizás sería más sano adoptar una moneda como el dólar
estadounidense, de modo que se restablezca progresivamente la
economía. También estaría sobre la mesa la vuelta del patrón oro.
Pero más allá de esa discusión, se debe reconocer que el bolívar ya
no es fuerte, como este régimen lo apellidó. Esto es claro porque
las personas no tienen confianza en esta moneda como medio de
cambio o de ahorro y, hoy en día, la gran mayoría de los comercios
utiliza al dólar como marcador de referencia.
En conclusión, los graves problemas de Venezuela tienen su origen

en la aniquilación de quienes producen y en la destrucción de la
moneda. La impresión de dinero inorgánico, en algún punto,
generó una sensación de abundancia, pero hoy no es más que
asfixia. Todo ese papel sin valor que se encuentra en circulación
dispara los precios y trae más escasez, pero la gente continúa
buscándolo, haciendo largas filas desde antes del amanecer frente
a una entidad bancaria para lograr hacerse con el ínfimo monto
que tiene permitido obtener.
Capítulo 5 ► 193
Todo fue cambiando e involucionando
La crisis del país ha sido indetenible, llegó a cada uno de los hogares
en mayor o menor medida, muchas familias fueron destrozadas
y separadas, lo que terminó siendo una situación que la gran
mayoría subestimó, pues no creían que sucedería en Venezuela.
De ahí parte el testimonio de la autora de este capítulo:
Aún recuerdo la alegría y motivación que me acompañaba

de pequeña cuando mis padres me decían que tocaba día
de compras en el supermercado. Esto me encantaba porque
podía elegir junto a ellos y, si tenía suerte, como casi siempre
lo era, me complacían con algún antojo.
También recuerdo mis cumpleaños felices, de múltiples

planes, los disfrutaba plenamente. Y ni hablar de la llegada
del mes de diciembre en mi hogar, una época donde sabía
que habría regalos por montones y recompensas del año;
eran de esos días donde te tocaba estrenar ropa, calzado,
hasta pijamas, algo tradicional en mi familia.
Aunque los ingresos de mi hogar eran medios, nos daba

para vivir bien y honradamente. Todos los años viajaba
con mi madre, bien sea a algún destino de Venezuela
o incluso al exterior, como lo hicimos juntas en cuatro
oportunidades. Siempre le decía que cuando terminara la
carrera universitaria y empezara mi vida laboral formal, yo
la llevaría a recorrer el mundo y la llenaría de los detalles
que merecía por tanto esfuerzo, para así disfrutar de nuevo
el compartir esas experiencias.
De aquella época, también recuerdo otra tradición que tenía

junto a mi grupo de amigas del colegio, la cual consistía en
jugar al amigo secreto, para sorprender con regalos a la
amiga que por sorteo me tocaba. Esto era un acto que no
podía faltar jamás y que nos unía a las siete. Hoy en día, de
nosotras, solo dos continúan viviendo en Venezuela.
Más adelante, cuando estaba por iniciar mi vida

universitaria, recuerdo que visité la Universidad Católica
Andrés Bello (UCAB); era la primera vez que pisaba un

campus universitario. Y recuerdo el temor que sentía, uno
que mi madre me cuestionaba y debo confesar que me
abrumaba estar en un mundo nuevo, con tantas personas
interactuando en un espacio tan grande. De verdad no
sabía cómo iba a ser mi proceso de adaptación.
Lo anecdótico de esto fue que finalmente no estudié

ahí, sino en la Universidad Central de Venezuela. Una
universidad mucho más grande que la UCAB, mucho más
abierta, más dinámica, más diversa, muy distinta a la que
hasta hace poco me atemorizaba. Allí comencé todo mi
proceso formativo, con altos y bajos, como todo en la vida.
En ese momento, cuando mi formación como politóloga

iniciaba, ya presentía la convulsión política y económica
de mi país. A medida que avanzaba en mi carrera me daba
cuenta de lo que sucedía en mi entorno, y más cuando lo
contrastaba con los cuentos de las abuelas y los padres que
pintaban a una Venezuela pujante y totalmente distinta a
la que ya empezábamos a heredar nosotros.
Aun así, tuve la oportunidad de participar activamente en

política estudiantil, así como en el Modelo de la Organización
de Estados Americanos (MOEA), con el que fui por primera
vez a los Estados Unidos, específicamente a Washington D.
C., para representar a mi país en una actividad académica
de altura, después de más de un año de esfuerzo y arduo
estudio. Sin embargo, no pude repetir esa experiencia, al
año siguiente cuando quise ser delegada del MOEA y viajar
a Perú, nos encontramos con la barrera de que no teníamos
los recursos para viajar como delegación venezolana.
En el 2014 comenzaron los tiempos difíciles. Si bien pude

celebrar mi graduación con un viaje a Alemania junto a mis
padres, después no se pudo más. Entonces, me enfoqué en
el trabajo. Al salir de la universidad tenía en mente hacer
dinero, desempeñándome en mi área, y seguir estudiando.
Debo decir que algunas cosas pasaron, otras no.
Capítulo 5 ► 195
En ese momento, lo que ganaba no me alcanzaba para nada,

el salario era un chiste. El desgaste físico y moral, junto al
deterioro de la calidad de vida se acentuaba cada vez más.
Era verdaderamente denigrante que lo que devengaba no
me sirviera para llevar una compra de comida y productos
básicos dignamente. Cada vez era menos lo que podía
comprar, de menos calidad, y tenía suerte si podía llegar a
final de mes con algo en mi cuenta bancaria.
Como todos los venezolanos, veía como empezaban a

imponerse y normalizarse la cultura del bachaqueo, del
trueque, de las largas colas para buscar el efectivo, de las
colas donde tenías que amanecer frente al supermercado
el día que te correspondía por tu número de cédula.
Mecanismos de opresión, como muchos otros.
Llegó un punto donde los ahorros en casa se acabaron, y

con ello se desvaneció el gran esfuerzo que hacía mi mamá
todos los años para tener una suerte de respaldo. A partir
de ahí, la meta era tener la nevera medianamente llena, solo
eso, lo demás era un lujo.
De hecho, todo fue mermando, en todos los aspectos de

la vida. Los servicios de agua y energía eléctrica eran
deficientes. Pasamos de comprar 1 kg de cebollas, a comprar
una sola cebolla. Lo mismo en el caso de la proteína, se
podía una sola bandeja de carne, pollo o cerdo, las tres
no, una sola. Y si se tenía que comer lo mismo tres días
seguidos, se hacía.
Y aunque afortunadamente yo pude superar mi situación al

emigrar y encontrar un poco más de estabilidad, así siguen
siendo los días de las familias en Venezuela, básicamente de
sobrevivencia extrema. Nos obligaron a callar, a adaptarnos
a la anormalidad, a vivir sin expectativas porque no hay
incentivos reales, a ver nuestros sueños cada vez más
lejanos por la misma situación y la falta de voluntad política
real para salir de este sistema. Una pesadilla que no acaba.
Nuestro fin, el que no puede variar: la libertad
Cuando se reflexiona sobre el cambio y la recuperación

económica de Venezuela, se tiende a confiar en que se producirá
efectivamente. Los expertos, articulistas, profesores y opinadores
en general lo repiten todo el tiempo. Y puede resultar cierto, ya
que, afortunadamente, tal convicción tiene sustento y teorías que
la respaldan, además de mecanismos que permiten una apertura
y la real refundación de la nación. Sin embargo, lo neurálgico
y trascendental va en el cambio de chip del pensamiento del
ciudadano, el haber aprendido la lección, el no volver a repetir más
nunca el mismo error, el agradecer cuando se habla con la verdad,
en tener individuos y no masas, en capacitarse y no renunciar a
la política porque se cree que es sucia. En ese sentido, la sociedad
venezolana se está jugando generaciones, puesto que, si no se
cambia el curso de esta historia, seguirá siendo pisoteada hasta
su fin.
Los socialistas han sido tan hipócritas que han pretendido vender
el desprecio hacia el sistema capitalista, manifestando que odian
el dinero y que su lucha es por el bienestar colectivo o —usando
el término favorito de ellos— alcanzar la justicia social. Pero en
realidad, es a partir de ese discurso que consiguen posiciones de
poder para llenarse los bolsillos con el dinero robado, penetrando
todas las instituciones públicas para que el ciudadano se haga
parte también de un sistema retorcido y al final tenga que pedir
dádivas o sucumbir ante la perversión.
De igual forma, el colectivismo audazmente se apropió del

concepto de revolución. Los que hoy escuchan este término les
causa resquemor o tirria, les produce pensamientos negativos y eso
es algo que también se debe cambiar, ya que un cambio profundo
es requerido, desde las entrañas, es decir, una revolución a favor de
las verdaderas ideas de la libertad y la supremacía del individuo.
Es menester dejar atrás el caudillismo, el patrimonialismo, el
militarismo, el autoritarismo, el Estado paternalista, el clientelismo,
los controles, los subsidios y la planificación centralizada. Ya se ha
experimentado lo suficiente con esos males, el diagnóstico es claro,
al igual que las tareas a realizar.
Capítulo 5 ► 197
Lamentablemente, a esta generación no solo le correspondió

estudiarlo, sino vivirlo en carne propia. Ha sido protagonista de
este padecimiento, así que luego de sufrir la tragedia lo mínimo
que se puede hacer es cambiar de fondo y rechazar cualquier
práctica que pueda traer el ascenso de una nueva forma de
implementación socialista, comunista, anárquica, autoritaria o
tiránica. Rechazar esto tiene que ser parte del legado histórico, el
repudio no solo se debe quedar en sentimiento, también debe ser
plasmado y explicado, sin titubeos.
Después de la debacle, el ciudadano deberá hacerse consciente

de que el discurso del socialismo según el cual va a eliminar la
pobreza y las desigualdades, es la falsedad más usada y recurrente
en la historia de la humanidad para el sometimiento del individuo
y para empobrecer a toda una nación. Resulta siempre en una
igualación hacia abajo, hace del individuo un ser marginal y lo
lleva a la pobreza extrema, no solo a nivel económico como ya se
ha detallado, sino incluso en el plano moral. Hay que aprovechar
los avances que serán aún mayores en los próximos años. Las
relaciones comerciales van a cambiar y abrirán un proceso más
profundo de globalización e interconexión indetenible. Por esta
razón, lejos de repensar el acercamiento a las energías fósiles,
Venezuela necesariamente deberá abrirse a un esquema de
nuevas energías, de potenciar el recurso gasífero, pero también
implementar y dar apertura a nuevos sectores para diversificar su
economía.
Es prioritario emprender una adaptación a los nuevos paradigmas.

Los venezolanos deben dar lo mejor de sí mismos, sin tener
que perecer. Se debe adoptar y adaptar experiencias de éxito;
la verdadera integración es donde existe más competencia y
consolidación, no solo regional sino mundial. La era capitalista
no se detiene, la responsabilidad individual debe ser medular
también para la comprensión de la idea de propiedad.
Por lo tanto, la superación pasa por una convicción personal, y el

liderazgo político, empresarial y civil debe motivar a ello, teniendo
como faro el sentido de competencia, responsabilidad y mérito.
En definitiva, es necesario dedicarse al estudio de los modelos
económicos implementados en Venezuela, para así superar esta
crisis y poder transitar hacia el desarrollo, como un país modelo.

Pero eso no se hace solo, ni por un simple deseo, esto solo se
puede lograr con todos los individuos cooperando, impulsando un
proyecto sostenible en el tiempo, uno fundamentado en el libre
mercado y la libre competencia, en esencia, con capitalismo.
Esta nueva etapa que se avecina, ya no será el camino hacia la

servidumbre, sino un tiempo donde Atlas realmente se rebela y
todos tienen presente que la verdadera riqueza de la nación está
en valorar el poder de la acción humana. Los individuos son los
llamados a oponerse a las intromisiones de quienes secuestran el
poder y a defender fervientemente la libertad como garante de la
prosperidad y la superación.
CA
PÍTU
LO
6
► 201
REFLEXIONES SOBRE LOS SISTEMAS

EDUCATIVO Y SANITARIO
Franklin Camargo
La socialización de la educación y la salud ha sido fundamental

para la instauración del sistema totalitario que gobierna
Venezuela. La intención de construir un paternalismo de Estado
obedece perfectamente a las atroces pretensiones y deseos de
los colectivistas en cuanto a formar un gobierno hegemónico,
asegurándose de que sin las supuestas ayudas del Estado sea
imposible vivir. Por esta razón es necesario profundizar en el
análisis del peligro inherente de gobernantes que pervierten los
derechos individuales para ganar poder político, y destacar la
importancia de la independencia personal de los individuos para
ser libres de la coacción del Estado.
___________________________________________________________
En el año 221 a. C., se estableció en China el primer imperio bajo

la dinastía Qin. Su emperador siguió numerosos consejos de su
maestro, Shang Yang, quien antes de ofrecerle una fórmula para
gobernar le preguntó: «¿Tienes el deseo de ser un rey honorable y
glorioso, pero débil, o, un rey hegemónico y poderoso?» El señor de
los Qin escogió la segunda opción. Inmediatamente, el maestro
Shang Yang le aconsejó explícitamente: «Asegúrate de que fuera
del Estado sea imposible vivir».
Partiendo de esta anécdota se puede reflexionar sobre un valor

que muchos creen comprender, pero que realmente ignoran, esa
facultad de vida soñada e incomprendida, ese derecho que suele
ser arrebatado sin resistencia, eso que se denomina libertad. Para
su ejercicio efectivo se requiere la comprensión de lo que es su
principio esencial: la voluntariedad. Esto significa la idea de actuar
en consonancia con los derechos individuales e inalienables,
de modo que un individuo no es ni será libre, si está sujeto a la
coacción del Estado o a los caprichos de una sociedad que le utiliza

como a un animal sacrificable.
En Venezuela se ha tergiversado el fundamento básico de la

libertad cuando se le relaciona con los niveles de poder adquisitivo,
con los programas sociales o con la igualdad material. Esta era la
vinculación usualmente referida por el tirano ya fallecido, Hugo
Chávez, quien alguna vez pronunció las siguientes palabras:
«igualdad, igualdad, igualdad. La libertad y la igualdad, ambas
hermanas inseparables. La libertad y la igualdad, por el camino
de Venezuela de la construcción del socialismo, democracia
socialista»1. Al tratar de digerir esta referencia, comprendiendo
que corresponde a un socialista como Hugo Chávez, se puede
afirmar que a la izquierda poco le interesa la libertad. Su afán
igualitarista es conducido por el axioma crucial y peligroso de
aumentar el tamaño del Estado mientras resta el poder de cada
individuo. Como refería el senador Rand Paul: «Mao, Stalin o Hitler
no llegaron al poder promoviendo una tiranía. Ellos llegaron al
poder prometiendo igualdad»2.
La libertad y la igualdad material son, de hecho, incompatibles.

No existe un modo o un procedimiento para aplicar un plan
igualitarista sin afectar los derechos individuales e intervenir
sobre el proyecto de vida de los ciudadanos. Esto es algo sencillo
de entender, dado que cada individuo es distinto —desde sus
capacidades hasta sus aspiraciones— y toma decisiones diferentes,
de acuerdo con gustos o atracciones que divergen. El simple hecho
de vivir y obrar en libertad tendrá como consecuencia que los
individuos produzcan resultados diversos.
La declaración citada de Hugo Chávez no fue aislada ni accidental

sino congruente con el ideal igualitarista que procuró establecer en
Venezuela. Él preguntaba constantemente a sus fieles seguidores:
¿De qué sirve la libertad sin igualdad?, refiriéndose siempre a
la igualdad material como una meta que hay que conquistar.
La izquierda y los colectivistas se adjudican ser creyentes de
1
Extraído del discurso pronunciado por Hugo Chávez el 19 de abril de 2010, durante
un desfile cívico-militar.
2
Rand Paul, The Case Against Socialism, New York, Broadside Books, 2019, p. 169.
Capítulo 6 ► 203
Reflexiones sobre los sistemas educativo y sanitario
la libertad, pero no de la independencia individual, y eso no lo

esconden. Sus convicciones persiguen el interés de someter a
los hombres, justificándose con un supuesto fin ulterior; no les
importa cuántos derechos deban ser pisoteados ni la ausencia
de voluntariedad en los procesos; su ideal es el de la dominación
absoluta de los individuos por medio de la dependencia respecto
al Estado.
Aquellos que buscan el dominio tienden a considerar que la

libertad es una facultad relacionada con el dinero: aquel que
posee menos, automáticamente deja de ser libre. De esta manera,
utilizan la fuerza del Estado con el propósito de corregir supuestas
injusticias a través de la redistribución de la riqueza o, en otros
términos, el saqueo. Una sociedad va camino a la perdición cuando
la libertad e independencia de cada individuo pasan a un segundo
plano, para dar espacio al sueño colectivista, en el que el hombre es
sacrificado por un supuesto beneficio general. No importa si el fin
es crear algún bien público, conceder pensiones o reducir la brecha
que existe entre los que producen y los que no; la ambición de
otorgar privilegios mediante el trabajo ajeno es en sí un proceder
totalitario. En palabras de Ayn Rand: «Para que algunos hombres
tengan derechos sobre lo que produce el trabajo de otros es preciso
que a estos últimos se les quite sus derechos y se los condene a
trabajar como esclavos»3.
La intención de Hugo Chávez nunca fue construir una sociedad

de individuos libres. Por el contrario, con su discurso populista
conducido por fuertes y retorcidos ideales, buscó expandir el
tamaño y poder del Estado mientras ponía fin a la libertad
individual. Al igual que cualquier colectivista, se enalteció por
la numerosa creación de programas y beneficios sociales, pero
sin responder el cuestionamiento que se les hace a todos los
gobernantes de su clase: ¿a costa de quién? La respuesta es simple:
a costa del derecho de propiedad y la libertad. En pocas palabras, a
costa del individuo. Y es que no puede haber ni una gota de buena
intención en sacrificar derechos individuales para construir
bienes y programas sociales. Es simplemente una forma de ejercer
el poder, una que se mantiene por la dádiva. Por este motivo, la
3
Ayn Rand, La virtud del egoísmo, Buenos Aires, Grito Sagrado, 2009, p. 140.
mayor amenaza de la centralización de poder es la independencia

personal. Un individuo autónomo y con propósitos racionales
no requiere de la asistencia del Estado ni del sacrificio de sus
semejantes para lograr sus fines.
La forma más efectiva que tiene el Estado de controlar a los

individuos es transformándose en la única fuente de satisfacción
de las necesidades individuales y, así, aumentar su tamaño,
otorgar mayor poder a los políticos y condenar a los ciudadanos
a una vida de sumisión. La forma más efectiva de dominación
que han hallado los colectivistas ha sido con la socialización de
la salud y educación, la cual inició con la noción de que ambos
bienes económicos deben ser de manera irrestricta garantizados y
suministrados por el Estado.
Una libertad resignada por la perversión de los derechos
Cada uno de nosotros tiene un derecho natural —de

Dios— para defender su persona, su libertad y su
propiedad.
Frédéric Bastiat
El derecho de cada individuo a su propia vida sobrepasa las

creencias religiosas o conceptos científicos que pudieran tenerse
acerca del origen del hombre. Tanto si se toma el postulado del
cristianismo, el cual establece que todos los individuos son
dotados por un creador; como si se fundamenta que este derecho
es producto de la naturaleza y su constante evolución. Más allá de
las formas que originan la creación y existencia de cada persona,
es indiscutible que cada hombre es amo y dueño de su vida, por lo
que tiene el derecho natural de defenderla, así como a su libertad
y a su propiedad.
Lo anterior implica que los derechos individuales son derechos

a actuar, no a recibir. Fueron creados para limitar el poder del
Estado contra los ciudadanos, no para conceder privilegios. De
modo que la única responsabilidad del Estado es proteger los
derechos individuales de todos ante las acciones de aquellos que
Capítulo 6 ► 205
intentan irrespetarlos. Lamentablemente, hoy en día el concepto

de derechos individuales ha sido gravemente tergiversado y no
representa el derecho a la acción sino el anhelo de adquirir bienes
económicos creados por alguien más.
Una nación libre es aquella donde se respeta el derecho a la vida,

a la libertad y a la propiedad. Quizá el mejor y más claro ejemplo
de la consagración expresa de estos derechos es la Constitución
estadounidense. Los padres fundadores de los Estados Unidos
de América, en 1776, proyectaron una república filosóficamente
individualista donde el gobierno no sería amo, sino siervo de los
ciudadanos, justamente lo contrario de lo propuesto por el estratega
Shang Yang. Mientras Shan Yang aconsejaba a Qin consolidar un
reinado hegemónico y poderoso por medio de la dominación, los
padres fundadores creían en la libertad y la autonomía de cada
individuo. De esta forma, y bajo esos principios, limitaron al
Estado y otorgaron poder e independencia a cada ciudadano. Así
lo postulaba Jefferson: «Cuando los gobiernos temen a la gente,
hay libertad. Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía»4.
Es correcto afirmar que los padres fundadores concibieron dentro

de la naciente república la concepción no solo política, sino también
moral de los derechos individuales: un derecho representa una
acción legítima y nunca la violación de los derechos de otros. Los
derechos a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad son los
únicos verdaderos derechos individuales, los cuales implican tanto
el derecho a actuar como la obligación a terceros de no impedirlo.
No es posible dudar de que existe el derecho a la vida, porque
ningún individuo puede iniciar el uso de la fuerza contra otro.
Es incuestionable que existe el derecho a ser libre, para que cada
quien pueda desarrollar su proyecto de vida sin la interferencia
de otros. Y existe el derecho a la propiedad privada, porque lo que
cada uno produce ha de pertenecerle. Existe también el derecho
a buscar la felicidad por sus propios medios, pero no el derecho a
que el Estado satisfaga los deseos caprichosos de nadie.
Los padres fundadores no decretaron los alimentos y el agua como

derechos individuales; tampoco los productos de higiene personal
4
Frase atribuida a Thomas Jefferson, padre fundador y tercer presidente de los
Estados Unidos de América.
o la vivienda. Ellos comprendieron que las necesidades son

consecuencia de la naturaleza de los seres humanos, pero estas
necesidades no crean derechos. Por ejemplo, la necesidad de comer
o beber agua para sobrevivir no otorga un derecho a disponer de
estos recursos que antes deben ser producidos por el hombre.
Un derecho jamás puede legitimarse a expensas de los derechos
individuales de otros. Es sencillo comprender esto si se reflexiona
lo siguiente: si un individuo, por el simple hecho de existir, tiene
derecho a una vivienda, ¿cómo puede concretarse este derecho?
Una casa, por pequeña o sencilla que pueda ser, requiere de
avanzados recursos originados en el trabajo de muchos hombres.
La única forma de entregar una vivienda, sin ningún costo, a un
individuo, es antes robando esa misma vivienda a uno o más
individuos que la produjeron.
Lo mismo sucede en los campos de la salud y la educación. Decretar

derechos inexistentes no cura enfermedades, y tampoco gradúa
ingenieros de primer nivel. ¿Las personas están conscientes del
esfuerzo individual que requiere cada avance científico? Solo la
disciplina, talento, constancia, trabajo, esfuerzo creativo y físico
durante largo tiempo de muchas personas pueden traer a la
realidad las condiciones necesarias —que no existían antes— para
lograr salvar vidas o hacer nuevos descubrimientos en cualquier
rama de estudio. ¿Una persona, por el simple hecho de existir,
tiene derecho sobre el productor de un respirador artificial o tiene
derecho a recibir lecciones de aquel que lo produjo? ¿Un individuo
tiene derecho sobre el bolsillo ajeno para así satisfacer necesidades
personales? Por supuesto que no, esos supuestos derechos no
serían más que el derecho a esclavizar. Si un país desea calidad
sanitaria y educativa, necesita libertad y, sobre todo, un orden en
el que ningún hombre tenga derechos que violen los derechos de
otros, esto es, necesita del único sistema social que reconoce el
derecho a la propiedad privada, el capitalismo, el cual representa
la única vía exitosa para el desarrollo.
Este sistema, utilizando la base de los derechos redactados por

los padres fundadores, convirtió a Estados Unidos en el primer
país verdaderamente libre en todo el mundo y, posteriormente, en
el más rico y poderoso, aunque luego se haya ido tergiversando
la visión de los derechos individuales. Pero partiendo de allí, las
Capítulo 6 ► 207
alternativas siempre han sido claras, incluso hoy, más de 2200 años
después del emperador Qin. Cada individuo debe escoger entre
independencia o dependencia, libertad o esclavitud, autonomía o
servidumbre. En definitiva, entre las ideas de Shan Yang o las de
los padres fundadores de los Estados Unidos.
Cuando se sitúa el análisis en Venezuela, se puede afirmar que

nuestro país trazó la ruta, a lo largo de muchos años, hacia la
práctica de un sistema político nefasto que tiene como fin la
concentración de poder para dominar a la sociedad por medio del
paternalismo de Estado, obedeciendo perfectamente las atroces
pretensiones y deseos de cualquier colectivista: un gobierno
hegemónico y poderoso, que se asegura de que fuera del Estado
sea imposible vivir.
Socialización de la educación
Cuando el gobierno controla la educación de todos

nuestros niños, ellos tienen el monopolio peligroso
e ilegítimo para controlar e influir en el proceso de
pensamiento de nuestros ciudadanos.
Michael Badnarik
Todo líder político que busca el dominio hegemónico, toda tiranía

y movimiento colectivista que tiene como objetivo someter a
los ciudadanos por un fin mayor, todo ideal totalitario con la
aspiración de hacer de los individuos animales sacrificables,
necesita controlar las mentes de sus ciudadanos. Esta es la forma
más efectiva de esclavizar.
Para tal fin no son necesarias muchas cárceles, armas o látigos;

basta con la intervención de los políticos en el pensamiento de
cada individuo, quitándole la capacidad de razonar. Un hombre
sin razón, al considerarse incapaz e indigno de ser libre, es presa
fácil y herramienta de cualquier demagogo. Pero, ¿cómo se llega
al punto en donde los hombres abandonan la razón? ¿Cuál es el
medio a través del cual un grupo de hombres puede permitirse
dominar la conciencia de millones? ¿Dónde está la clave para el
quiebre del ego y la autoestima de una población? La respuesta

está en la aniquilación de sus ideales, acabando con su integridad,
destruyendo aspiraciones y capacidades para surgir. Luego de eso,
el individuo no podrá pensar o juzgar. Obedecerá sin barreras. ¿Y
cuál es la palanca para ello? Socializar la educación.
Una educación socializada es la herramienta adecuada para

cumplir los propósitos totalitarios. Con este instrumento los
tiranos materializan el principio colectivista que les permite la
injusticia, la persecución y el odio hacia las mentes individuales e
independientes; ello con la intención de concretar un sistema en el
que todos deban vivir bajo el silencio y el miedo.
Para comprender los peligros de una educación socializada, es

decir, una educación dictada y controlada por los políticos, es
importante reconocer, primeramente, la educación como concepto
y sus objetivos racionales.
El único propósito de la educación es enseñar a un estudiante a

vivir su vida desarrollando su mente y equipándolo para lidiar
con la realidad. El entrenamiento que necesita es teórico, es
decir, conceptual. Hay que enseñarle a pensar, a comprender, a
integrar, a probar. Tiene que aprender lo esencial del conocimiento
descubierto en el pasado, y tiene que estar equipado para adquirir
más conocimientos por su propio esfuerzo5.
La educación es el proceso mediante el cual se le enseña a los

jóvenes a usar y desarrollar su inteligencia. En sí, se trata de
preparar a los individuos para adquirir conocimientos que,
además, deben obtener mediante un esfuerzo personal. De esta
forma, es sencillo detectar que las intenciones de los políticos en
proporcionar educación a sus ciudadanos están conducidas por el
perverso fin de adoctrinar mentes. Y es que cuando la educación
es controlada por el Estado, será un proceso colectivizador del
conocimiento.
Aunque tiende a pensarse ingenuamente que el Estado solo se

encarga del aspecto económico, es decir, de disponer de los recursos
5
Ayn Rand, The New Left: The Anti-Industrial Revolution, New York, Signet Books,
1975, pp. 231-232.
Capítulo 6 ► 209
que establecen las condiciones necesarias para la educación, como

sería construir edificios y salones equipados con sillas, pagar
profesores, personal de limpieza, libros y, en algunas ocasiones,
incluso los alimentos; a menudo se omite lo más peligroso: el
Estado provee el contenido que se enseñará. En resumidas cuentas,
los profesores impartirán lo que los políticos de turno decidan y de
la forma que prefieran, por lo tanto, los estudiantes aprenderán
aquello que los gobernantes de turno, a partir de sus intereses y
parámetros ideológicos, quieran introducir en las mentes de los
jóvenes.
Esto no solo contradice el propósito esencial de la educación,

sino que refleja la forma más rápida y sólida para implementar
un sistema totalitario. Después de décadas de una socialización
sistemática de bienes y servicios económicos, no solo las industrias
fueron tomadas o reguladas por el Estado, sino que la educación
también ha sido una de las principales víctimas de un proyecto
totalitario que pretende fabricar una masa de siervos, mientras
persigue a cualquier individuo con pensamiento crítico.
Socialización de la educación en Venezuela
La socialización de la educación en Venezuela fue un proceso

gradual y progresivo que dio sus primeros pasos en el siglo xix. El
27 de junio de 1870, el presidente, Antonio Guzmán Blanco, decretó
la educación en Venezuela como un servicio gratuito garantizado
por el Estado, desde el preescolar hasta los estudios universitarios,
y de carácter obligatorio para todos los ciudadanos venezolanos
entre 6 y 15 años. Desde entonces, la educación controlada por el
Estado es una política casi indiscutible en nuestro país, se acepta
como una máxima, mientras que cada error que se comete dentro
de ese sistema se le adjudica a la ineficiencia de los gobernantes
de turno.6
Ha quedado muy claro, sin embargo, que decretar derechos a

expensas de la libertad individual no conduce automáticamente al
6
Jesus Piñero, «Educación pública gratuita: legado del siglo xix», Prodavinci, 1 de
octubre de 2019. https://prodavinci.com/educacion-publica-gratuita-legado-del-siglo-
xix/
rescate de una población hundida en la ignorancia. En 1936, sesenta

y seis años después del decreto de Antonio Guzmán Blanco, los
resultados estaban a la vista:
Es necesario decir la verdad: En Venezuela no hay una sola

escuela rural, tan sólo existen en nombre y en la mente de quienes
las anhelamos para salvar de la ignorancia a nuestros pobres
campesinos7.
La Memoria y Cuenta del ministro de instrucción pública para

1936, Dr. Alberto Smith, recogía las críticas que en la época se
profesaban contra las gestiones anteriores, pero lejos de ser
promotor de una educación libre y autónoma, enfatizó en que la
solución estaba en profundizar la gestión gubernamental. Vale
decir que, en aquel entonces, la población analfabeta rondaba
la cifra de 1 508 238 personas, aproximadamente el 62,4 % de la
población venezolana8. En consonancia con sus ideas, el Dr. Smith,
como rector de la Universidad Central de Venezuela y ministro de
instrucción pública, desarrolló iniciativas nacionales para definir
el deber ser de la educación, imponiendo planes y programas
educativos diseñados por partidos políticos.
En una educación socializada, es común que buena parte de

su fracaso se deba al uso del sistema educativo en un marco de
clientelismo político. Como siempre, una educación socializada se
centra en la generación de créditos políticos y en el adoctrinamiento
sistemático de los estudiantes. Bajo esos principios, en 1948 se
impulsó el proceso de alfabetización de adultos, sustentado en
la Ley Orgánica de Educación Nacional. También es importante
mencionar que, durante la década de 1950, el panorama económico
venezolano era bastante favorable debido al desarrollo de la
industria petrolera y a inversiones provenientes de Europa y
Estados Unidos, lo que se tradujo en un crecimiento significativo de
7
Extracto del discurso de memoria y cuenta del Ministro de Instrucción Pública
(1936), Dr. Alberto Smith, recogido en Ramón Alexander Uzcátegui, «Memoria
Educativa Venezolana. Una línea de investigación para el análisis y seguimiento de la
institucionalidad educativa en Venezuela», Caracas, Revista de Pedagogía, vol. XXVII,
n.º 78, enero-abril, 2006, p. 156.
8
Dionisio Carruyo, Adalberto Arrias y Leticia de Zabala (Coord.), La población de
Venezuela, C.I.C.R.E.D. Series, 1974, p. 52. http://www.cicred.org/Eng/Publications/
pdf/c-c54.pdf
Capítulo 6 ► 211
la economía. Venezuela se situaba cuarta en el ranking mundial de

ingresos per cápita con una cifra de 7424 dólares estadounidenses,
siendo el doble de rico que Chile, cuatro veces más rico que Japón
y doce veces más rico que China9. La existencia de recursos hizo
que el sistema educativo fuese creciendo lentamente de la mano
de un Estado omnipresente y todopoderoso.
Es indiscutible que la educación básica y universitaria en Venezuela

se destacaron en ciertas épocas entre las mejores de Latinoamérica.
Esto gracias a un Estado paternalista que sobrevivía a expensas de
los altos precios del petróleo y, claramente, estaba condenado a no
durar demasiado.
El paternalismo provee de manera muy ineficaz, porque tiene que

destruir para distribuir. Ese es el efecto del uso de la autoridad en
el proceso productivo (que también es distributivo), en lugar de los
acuerdos de voluntades10.
Es importante recalcar que antes de la llegada de Hugo Chávez

al poder, ya se percibía con claridad el deterioro del sistema
educativo venezolano. Una causa esencial de este declive fueron
las crisis económicas que sufrió el país desde comienzos de los años
ochenta. El bipartidismo de izquierda entre Acción Democrática
y COPEI acostumbraba a gastar sin producir, manteniendo un
sistema paternalista que prometía todo a sus ciudadanos, gracias
a que la industria petrolera estaba en manos de los políticos y no
del sector privado. El colapso de este sistema era inevitable y así
fue advertido por intelectuales de la época:
Mientras los precios del petróleo aumentaban en galopante

sucesión 17 veces, la capacidad de gastar se abría sobre perspectivas
aparentemente ilimitadas. Se gastó todo lo que el petróleo
proporcionaba como dinero y aún más, pues se acumuló una
deuda pública muy alta y totalmente injustificada11.
9
Jeff Desjardins, «De rica a pobre. La tragedia económica de Venezuela se
visualiza», World Economic Forum, 12 de septiembre de 2017. https://es.weforum.org/
agenda/2017/09/de-rica-a-pobre-la-tragedia-economica-de-venezuela-se-visualiza
10
José Benegas, Hágase tu voluntad, Madrid, Unión Editorial, p. 101.
11
Arturo Uslar Pietri, «Venezuela hoy», El Nacional, marzo 1983, p. A-4.
Con la asunción de Hugo Chávez como presidente, los grandes

males se profundizaron. Chávez —como el Emperador Qin—
deseaba un poder hegemónico y total, y por ello mantuvo líneas
de acción sincronizadas con el planteamiento de Shang Yang:
«Asegúrate de que fuera del Estado sea imposible vivir». Con políticas
socialistas anticomerciales y conduciendo poco a poco a miles de
venezolanos a un estado virtual de indigencia, otorgaba pequeñas
satisfacciones para imponer la dependencia de los individuos
hacia el Estado. Chávez y posteriormente Maduro comprendieron
que quien simula proteger, efectivamente dominaba. De hecho,
con la promulgación de una nueva e ilegítima Constitución en
1999, el tirano consagra jurídicamente estas políticas a través de
las disposiciones sobre educación. Para evidenciar esto, se puede
tomar como ejemplo el siguiente precepto constitucional: «La
educación es un derecho humano y un deber social fundamental,
es democrática, gratuita y obligatoria […]»12.
En los inicios del proceso chavista, este enunciado sonaba ideal

para muchas personas, pero en realidad era un claro rasgo de
totalitarismo, ya que la gratuidad provista desde el Estado servirá
siempre como mecanismo de dominación. El que el Estado provea
educación restringiendo las inversiones privadas, crea un grave
problema. Y aunque la socialización de la educación en Venezuela
venía desde mucho tiempo atrás, Chávez la radicaliza.
Más adelante, en el año 2001, se implementó el decreto 1011, que

creaba la figura de los supervisores itinerantes, a quienes se
les otorgó el poder de sancionar e incluso destituir a maestros
o directores de escuelas si éstos no seguían las instrucciones
ministeriales. Es decir, el ministerio de educación, formando parte
del poder ejecutivo de Hugo Chávez, se concedía a sí mismo la
potestad de perseguir y despedir a docentes que no siguieran los
lineamientos políticos establecidos por el chavismo. Por lo tanto, el
Estado se hizo con la capacidad de controlar e influir en el proceso
de pensamiento de los ciudadanos.
Otra de las acciones relevantes del régimen en su afán por controlar

la educación y adquirir beneficio político, fueron las famosas
12
Capítulo 6 ► 213
misiones. Cuando el Estado criminal que buscó sostener su apoyo

popular, instauró un gigante sistema propagandístico en torno a
la Misión Robinson, que era aquella dedicada específicamente a la
educación, con el supuesto interés de alfabetizar los sectores de
la población sin estudios, en realidad lo que creó fue un núcleo
de chantaje, propagación de ideas retorcidas y certificación de
ciudadanos sin la preparación académica necesaria.
Desafortunadamente, cuando se señalan los peligros de la

educación en manos del Estado, y cómo esta se convierte
automáticamente en una fuente de adoctrinamiento político de
acuerdo con los intereses del gobierno de turno, es común ser
acusado de radical o conspiranoico. Los hechos han revelado sin
embargo a lo largo de los años que la izquierda, en su búsqueda
de centralizar el poder, pretenderá siempre controlar el proceso
de enseñanza de los ciudadanos y, en algunos casos, sin esconder
sus intenciones. Con respecto a la profundización de la política
educativa estatal, debe hacerse mención del Plan de la Patria
propuesto por Nicolás Maduro, el cual establece como uno de los
objetivos gubernamentales: «Gestar el proceso de descolonización
ético, moral y espiritual de la sociedad a partir de la construcción
de los valores liberadores del socialismo» y, por lo tanto, propone
«adecuar los planes de estudio en todos los niveles para la inclusión
de estrategias de formación de valores socialistas y patrióticos», así
como también «preservar los valores bolivarianos libertadores,
igualitarios, solidarios del pueblo venezolano y fomentar el
desarrollo de una nueva ética socialista»13.
No se puede negar que el régimen mostró siempre su propósito de

ideologizar la educación, por lo que creer que no iba a profundizar
la socialización de la educación es prestarse al engaño. Tanto
Chávez como Maduro, bajo el falso atractivo de la gratuidad y
con la premisa de que fuera del Estado es imposible educarse,
lograron exactamente lo que deseaban: crear numerosos acólitos
a su proyecto político. Por tal motivo, las estadísticas no pueden
hacer otra cosa que reflejar esta triste realidad. La manipulación y
13
El Plan de la Patria 2025 reúne las propuestas de gobierno de Nicolás Maduro para
el segundo periodo presidencial espurio que es producto de la elección presidencial
del 20 de mayo de 2018, la cual es desconocida nacional e internacionalmente por
haber sido convocada por la Asamblea Nacional Constituyente.
deterioro progresivo del sistema educativo, así como la destrucción

de la economía, ha producido datos tan contundentes como el de
los 683 283 niños y jóvenes que dejaron la escuela en Venezuela
en el lapso entre 2012 y el 2017. Además, han desaparecido 1275
planteles educativos, de los cuales 848 eran escuelas públicas y 427
eran privadas. Asimismo, en pleno año 2020, de cada 100 personas
en edad escolar solo 32 reciben formación14.
En definitiva, la socialización de la educación no solo conlleva a la

destrucción de la formación académica de un país, sino también
al desencadenamiento de un sistema totalitario tal y como ha
sucedido en Venezuela. Actualmente, la tiranía de Nicolás Maduro
tiene el poder de gobernar las mentes de los venezolanos y, sobre
todo, las de los más jóvenes, lo cual representa un peligro, por
tratarse de un régimen criminal. Desde el inicio de la socialización
de la educación en Venezuela hasta tiempos recientes, la mayoría
de los venezolanos han crecido con la percepción falsa de que sin
la asistencia del Estado y la ayuda de los políticos no es posible
sobrevivir.
Lo que la educación socializada me quitó
La forma en la que se ha conducido el sistema educativo

venezolano ha moldeado mentes para mal, pero también ha
motivado el surgimiento de individuos inconformes que buscan
formarse por sus propios medios y destacar para ser exitosos en
la vida. En ese sentido se plantea el testimonio del autor de este
capítulo.
Nacer bajo un régimen socialista me permitió, desde muy

niño, sentir grata admiración por las naciones libres,
capitalistas y prósperas. Crecí en un hogar liderado por
un padre economista y una madre profesora que me
enseñaron el valor crucial de la autosuficiencia.
14
Carmen Victoria Inojosa, «Los números de la crisis educativa en Venezuela: casi
700.000 estudiantes dejaron la escuela y cerraron 1275 colegios», Infobae, 20 de febrero
de 2020. https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/02/20/los-numeros-de-
la-crisis-educativa-en-venezuela-casi-700000-estudiantes-dejaron-la-escuela-y-
cerraron-1275-colegios
Capítulo 6 ► 215
En mi niñez, tuve la increíble oportunidad de vacacionar en

los Estados Unidos —en repetidas ocasiones— y atestiguar
el resultado de una sociedad productiva. De verdad, no
existen suficientes palabras para describir tal contraste.
Desde el primer momento en que salí del avión y caminaba
en lo interno del aeropuerto, observaba que estaba repleto
de avances tecnológicos, el estacionamiento colmado de un
parque automotor actualizado y otros aspectos que sentía
como si me hubiese trasladado al futuro, sobre todo cuando
lo comparaba con Venezuela. Tanto es así, que incluso el
rostro, la vestimenta y el comportamiento de las personas
era distinto, no transmitían sumisión y pobreza, sino
independencia y bienaventuranza. Eso me marcó. Desde
ese momento supe que quería hacer de mí país, Venezuela,
un país próspero.
Ya con más edad, el interés en la política surgió, y con la

orientación de mi padre y el estudio personal, comprendí
desde muy joven que la diferencia más grande que pueda
existir entre un país rico y uno pobre es la presencia o
ausencia de capitalismo. Por ende, si deseaba una Venezuela
generadora de riqueza, era el libre mercado a lo que debía
aspirar.
A los dieciocho años empecé formalmente mi activismo

político, primeramente, en contra de la tiranía socialista de
Nicolás Maduro, pero, por sobre todo, en favor de las ideas
de la libertad. De igual forma, en ese momento inicié la
carrera de Medicina en la Universidad Experimental de Los
Llanos Centrales Rómulo Gallegos (UNERG). En este punto,
empezaba a materializar mis dos grandes sueños: trabajar
para hacer de Venezuela una nación libre y capitalista e
iniciar mis estudios de Medicina, carrera en la que siempre
encontré una hermosa labor, el perfecto intercambio de
valores, recibir dinero a cambio de sanar y salvar vidas.
Sin embargo, pensar de esta manera siempre me causó
problemas.
En una sociedad devastada en desgracia, fundida en el

desprecio al ser y ahogada en la ola del bien común, donde
muchos individuos reprueban el actuar para complacer

los propios intereses y penan la felicidad individual por
ser un acto supuestamente vanidoso, no es permitido
que un individuo confiese abiertamente sus aspiraciones
profesionales y económicas. No obstante, nunca he tenido
inconvenientes con defender mi integridad.
Ya en la universidad, rodeado de profesores, amigos y

familiares, fui veraz con mis intenciones: recibir ingresos,
aceptando la naturaleza a sobrevivir por mí mismo con
auto respeto y autovalor, sin sacrificios. Ese era mi principal
propósito. Sin embargo, fui víctima de la educación
socializada, desde el primer día.
No exagero cuando digo que bajo un sistema socialista el

conocimiento de cada individuo pertenece al Estado, y es
que los políticos con ansias de poder lo utilizan como un
mecanismo de adoctrinamiento y control. Profundizar
y promover mis ideas dentro de la universidad siempre
fue un riesgo que estuve dispuesto a correr. Durante años
recibí discriminación, amenazas y malos tratos, pero la
peor consecuencia la pagué el 25 de enero de 2019.
El último día de clases de mi tercer año de Medicina,

me encontraba en una supuesta clase magistral de
Fisiopatología, la cual terminó siendo una profundización
de ideales comunistas por parte del profesor. Ante esa
desviación del propósito de la clase alcé mi voz, ejerciendo
la libertad de pensamiento y expresión que cada individuo
tiene como derecho natural, sin embargo, solo recibí
señalamientos infundados por el profesor Dr. José Ángel
Meza, quien posteriormente me trasladó a la oficina del
Decano Lucio Díaz Ortiz para que me comunicara que
«esta es una Universidad Chavista y Revolucionaria, estás
expulsado. Si no te gusta, vete a Harvard».
Por supuesto, ese día no fue la primera vez que buscaban

colectivizar mentes. Anteriormente, el Decano ya había
sostenido que los Médicos Cirujanos deberían cambiar el
Juramento Hipocrático por un Juramento Socialista. Así
Capítulo 6 ► 217
que aquel 25 de enero, medité: ¿qué clase de ataque contra

mi integridad estoy dispuesto a soportar? Y le puse fin.
No permití que siguieran condicionando mis principios y
convicciones, aun con los costos que esto pudiese conllevar.
Ser amenazado físicamente, ser acusado de terrorista
públicamente y poner fin a mi carrera universitaria en ese
espacio fue el precio que pagué. Para ellos, mi crimen fue
pensar, lo cual, bajo la educación socializada, es intolerable.
En aquel entonces, viví los días más difíciles de mi vida.

Recibí numerosas amenazas y tuve que abandonar mi país.
Recuerdo perfectamente, y con un profundo sentimiento
de nostalgia, como pocos días después de ser expulsado,
en medio de tanta tribulación, mi madre me preguntó
si me arrepentía, y yo le respondí —en medio de una
agria incertidumbre, cuando cualquier desgracia podía
sucedernos— que no, no me arrepiento, ni pienso hacerlo.
En todo caso, me rebelé ante un sistema que ejercía la

falsa facultad de esclavizarme, sofocando mi conciencia,
deseando disponer de mi vida para hacer cumplir sus
retorcidos fines e intentando dictaminar mis principios
y convicciones. Yo cuestioné la educación socializada y
no me arrepentiré jamás, aunque me costara mi carrera
universitaria.
Educación en libertad
Antes que nada, cuando se reflexiona sobre cómo cambiar un

sistema educativo, lo primero que se debe reforzar es que la
educación no es un derecho, es un bien económico. Los profesores,
la infraestructura y su mantenimiento, los salones y útiles
necesarios para la educación representan un gasto. Son bienes
de mercado que deben ser producidos. Por lo tanto, se derrumba
el argumento de la socialización de la educación, ya que esta
posee como ancla atractiva hacia los individuos el elemento de
la gratuidad, para aquellos que no han entendido lo que gratis
significa.
Vale la pena preguntar si por casualidad los edificios y salones se

forman espontáneamente. Y la respuesta es no, estos se forman
con capital y trabajo. ¿Los empleados trabajan sin recibir nada
a cambio? No, tienen sueldos. Así que lo que se vende como
educación gratuita, es en realidad una educación pagada a través
de los impuestos e inflación —cuando el Estado gasta más de
lo que produjo— y, en algunos contextos como el venezolano, a
través de la renta petrolera y su impredecible sostenibilidad. Por
lo tanto, no existe nada gratis en la educación. Pero aquí surge una
nueva incógnita: ¿realmente beneficia la educación gratuita a los
pobres? Y la respuesta no está clara, ya que en muchas ocasiones
los pobres terminarán trabajando y pagando impuestos para
financiar los estudios a otros, aun cuando no se estén beneficiando
directamente.
Cabe reconocer que, aun cuando sostenemos que la educación

no es un derecho, sí existen argumentos utilitarios y pragmáticos
para desarrollar políticas públicas orientadas a facilitar el acceso a
la educación. Esto es distinto a afirmar que existe una obligación
moral de un individuo a financiar la educación de otros. Conociendo
los peligros latentes del control político en la educación, es claro
que quienes deseen libertad deben inclinarse hacia la idea de la
comercialización de la educación, es decir, apostar por una oferta
amplia, competitiva y remunerativa del sector privado.
Cuando eso se logre, un mercado competitivo de educación

privada al servicio de padres que tienen la libertad de escoger
la que consideran es la mejor escuela para cada uno de sus hijos
demostrará cómo se revolucionará la educación15.
Es útil aquí mencionar que el escritor estadounidense y Premio

Nobel de Economía, Milton Friedman, propuso a inicios de 1970
un sistema de váuchers educativos (se pueden entender como
cupones) a través del cual ayudar a las familias más necesitadas
mediante el subsidio directo a los padres para matricular a sus
hijos en cualquier escuela. A título ilustrativo, se puede mencionar
la experiencia de Chile, donde se implementó un sistema universal
de váuchers educativos para estudiantes de primaria y secundaria.
15
Milton Friedman, “Free to Choose”, The Wall Street Journal, 9 de junio de 2005.
https://www.wsj.com/articles/SB111827769927654908
Capítulo 6 ► 219
Este subsidio directo y único para la educación incentivó la

inversión privada en la educación, trayendo resultados muy
positivos. Nada más en un periodo de tres años, entre 1982 y 1985,
el número de escuelas privadas aumentó un 30 %, contando con
más de mil escuelas nuevas16.
Por otra parte, Suecia también introdujo en 1992 el sistema de

cupones escolares, con la diferencia de que, en lugar de financiar
instituciones educativas con un presupuesto preestablecido,
se paga un váucher educativo a la institución que acompaña al
alumno, es decir, de acuerdo con la cantidad de alumnos inscritos,
lo cual permite que las mayores ventajas y mejores bondades del
mercado ingresen a la educación. Los padres tienen el ejercicio
de elegir la educación de sus hijos y el Estado, por el contrario, no
posee el dominio de esta. Tras la reforma de libre elección, Suecia
logró descentralizar el sistema educativo, fortalecer la autonomía
de cada institución y estimular tanto la formación de escuelas
privadas como la competencia entre estas.
La educación no debe estar en manos del Estado. Las experiencias

mencionadas dan fe de ello. Entendiendo a la educación como un
bien económico, se debe comercializar, incentivar la competitividad
y procurar que las instituciones educativas generen sus propios
recursos para que sean efectivas y sostenibles en el tiempo.
En definitiva, la educación debe ser administrada sin intereses
políticos de por medio, ya que de lo contrario se corrompe su
objetivo.
16
Chang-Tai Hsieh y Miguel Urquiola, “The effects of generalized school choice on
achievement and stratification: Evidence from Chile’s voucher program”, Journal of
Public Economics, n.º 90, septiembre de 2006, p. 1481.
Socialización de la salud
Si yo soy un médico en tu comunidad, y dices, que tienes

derecho a la atención de la salud, ¿tienes derecho a
derribar la puerta de mi casa escoltado por la policía y
obligarme a tratarte? Eso es lo que en última instancia
será el derecho a la atención médica gratuita.
Senador Rand Paul
Los derechos individuales son una facultad para actuar, no una

garantía de recibir. No implican el poder para tomar elementos
concretos que hayan sido creados por otros individuos; únicamente
garantizan la libertad para crearlos o llegar a acuerdos libres que
permitan los intercambios.
La salud no representa una excepción. Aunque existe una

inmensa carga emocional que impide el análisis racional de este
postulado, si se conduce una discusión seria sobre la salud como
bien económico, se pueden encontrar grandiosos resultados en los
sistemas sanitarios que se basan en los principios del libre mercado,
en contraste con los que se encuentran dentro de los sistemas de
salud socializados. En estos, el Estado aumenta su tamaño y poder,
politiza la salud, dispone e interviene la propiedad privada de
sus ciudadanos y transforma al personal de salud en empleados
públicos, dejándolos a la gracia e interés de los políticos de turno.
Tal como sucede con la educación, la socialización de la salud es

una prioridad de los movimientos de izquierda, y su principal
axioma es de carácter totalitario. Uno de los principales peligros
de una salud socializada es claro: si los políticos han de encargarse
de la salud de cada individuo, estos encontrarán en la justificación
del bienestar general la excusa para desarrollar cualquier acción,
desde subir impuestos y regular e intervenir farmacias y clínicas,
hasta la prohibición de la práctica privada de la medicina. Es un
enorme riesgo que la única alternativa de supervivencia a la que
un individuo puede aspirar sea otorgada por el Estado; eso sería la
renuncia a la independencia personal. Por otra parte, la gratuidad
universal de la salud, así como de cualquier otro bien económico,
implica el saqueo y la redistribución violenta de la riqueza de los
Capítulo 6 ► 221
ciudadanos productores por parte de los políticos.
Sencillamente, lo gratis no existe. Todo elemento concreto debió ser

producido por uno o más seres humanos gracias al conocimiento
y al trabajo físico, desde una inyectadora hasta un respirador
artificial. No obstante, los políticos insisten en una gratuidad
que en la realidad implica un sistema de salud financiado por un
grupo de individuos productores, y recibido por otros que son,
en este caso, privilegiados, y no necesariamente aquellos que
lo necesitan. Aunado a esto, hay que mencionar los agresivos
y forzados mecanismos fiscales de recaudación que destruyen
cualquier incentivo de generación de riqueza y, si sumamos la
ausencia de entes privados y mercado, la conclusión es que los
individuos tienen que confiar su dinero y salud a los políticos de
turno que, con intereses ocultos, acostumbran a la ineficiencia
y la corrupción. Detrás de todos los problemas sanitarios que
han existido y existen en la actualidad están los políticos y la
socialización de la salud. Y Venezuela no es la excepción.
Socialización de la salud en Venezuela
Actualmente, lo que sucede en nuestro país es una advertencia para

Latinoamérica y el resto del mundo. La grave crisis humanitaria
es una muestra de lo que el socialismo con sus políticas es capaz
de ocasionar. Venezuela se puede comparar con la China del
régimen comunista de Mao Tse Tung, que llegó a tener a más del
80 % de su población en pobreza17 o, incluso, con la Cuba de los
Castro, con su miseria y carencia crónica de libertades. Pero sin
importar cuántas veces el socialismo se implemente y fracase, hay
dos sólidas certezas: primero, una nación es destruida, y segundo,
determinados individuos intentarán aplicar estas mismas ideas
nuevamente.
Es significativo que, durante gran parte del siglo xx, los

venezolanos aplaudieron y consintieron la noción desacertada
de tener al Estado como padre y a los políticos como mesías. De
17
De acuerdo con los estimados del Banco Mundial, a partir de la apertura
económica de China en 1978, aproximadamente 850 millones de ciudadanos chinos
han salido de la pobreza.
este modo se arraigó la creencia de que los políticos existen para

garantizar todo lo que se necesita y Venezuela —como un país
inmensamente rico, con abundantes recursos naturales— podía
complacer cualquier deseo, capricho o fantasía. La gran bonanza
económica, la estabilidad política y un relativo respeto a las
instituciones e inversiones privadas, permitió cierto desarrollo
en el país, incluyendo la materia sanitaria. Vale poner como
ejemplo que, en el año 1939, el gobierno presidido por Eleazar
López Contreras solicitó al gobierno estadounidense el envío
a territorio venezolano de una comisión social compuesta por
veinte miembros y presidida por el reverendo James M. Drought,
con el objetivo de evaluar y jerarquizar los problemas del país.
Luego de tres meses de arduo trabajo de investigación, se presentó
un interesante informe donde se puede encontrar la siguiente
conclusión en la categoría de salubridad e higiene:
Las autoridades venezolanas son merecedoras del más alto encomio

por la atención y esmero que han prestado a los problemas de
salubridad y sus soluciones. Venezuela ha alcanzado, en los últimos
dos o tres años, avances que probablemente no han sido superados
ni igualados por ningún otro país del mundo. La comisión expresa
sinceramente su admiración18.
En otras palabras, se reconocía que a mediados del siglo xx

Venezuela era líder en Latinoamérica en casi cualquier aspecto
a juzgar, entre los que destaca el sistema sanitario, con una
respetable infraestructura y un efectivo combate contra
enfermedades virales. Ya para el año 1964, Venezuela tenía 33 camas
por cada 10.000 habitantes. Entre 1940 y 1967 la tasa de mortalidad
infantil disminuyó un 66 %, y la tasa de mortalidad general entre
1970 y 1980 disminuyó un 22 %19. Sobresalen también los aportes
de médicos venezolanos como Jacinto Convit, quien desarrolló la
vacuna contra la lepra, o Humberto Fernández Morán quien creó
el bisturí de punta de diamante. Sin embargo, este crecimiento
se paralizó con el pasar de los años y descendió en caída libre, tal
como acertadamente lo pronosticó Arturo Uslar Pietri:
18
North American Commission on Social Action to Venezuela, Economía social:
Venezuela, Caracas, MSAS, 1939.
19
José Félix Oletta, «Salud», En J. Curiel (Ed.), Del pacto de punto fijo al pacto de la
Habana (pp. 200-250), La Hoja del Norte, 2014, pp. 204-215.
Capítulo 6 ► 223
Si en este momento los precios del petróleo bajaran de una manera

importante en el mercado mundial, Venezuela sería un caso para
la Cruz Roja Internacional; aquí vendrían a repartir sopas en las
esquinas20.
Por eso hay que insistir sin descanso en que la estatización es

siempre una política contraproducente y devastadora, ya que
limita el accionar de los individuos y sus posibilidades de generar
riqueza para progresar. Y resulta aún más trágica y mortal
cuando se aplica a los sistemas de salud. Así, Venezuela se fue
convirtiendo de a poco en un ejemplo emblemático de todo lo que
no se debe hacer en este campo, evidenciando los efectos nocivos
del socialismo real. Entre nosotros, la socialización de la salud fue
una pieza esencial para la construcción de un sistema totalitario.
No hubo accidentes ni imprecisiones. Los políticos destruyeron
el sistema sanitario para hacer imposible la supervivencia de los
individuos por sí mismos. De esta forma, se requiere acudir al
Estado y ellos lo aprovechan para aumentar su poder y el control.
Ahora bien, entrando el análisis en épocas más recientes, se puede

apreciar que la Constitución chavista de 1999, elaborada según
los deseos y fines de Hugo Chávez, no podía sino enfatizar la
importancia del Estado para la garantía de la atención sanitaria a
todos los ciudadanos:
… El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar

la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios.
Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud […]21.
Digamos primero que resulta curioso que, en una realidad

marcada con toda clase de políticas nefastas y causantes de
miseria, acciones despóticas y brutales, se encuentre el bienestar
colectivo como eslogan. Recalquemos, puntualmente, que en el
campo de la salud, el bienestar colectivo no existe. Un individuo no
comparte su organismo, características fisiológicas y anatómicas
20
Cita de Arturo Uslar Pietri (1997), «Un periodista predijo hace 25 años la actual
crisis humanitaria de Venezuela», ABC de España, 25 de octubre de 2016. https://www.
abc.es/internacional/abci-periodista-predijo-hace-25-anos-actual-crisis-humanitaria-
venezuela-201610252125_noticia.html
21
con el resto, por lo tanto, un ser orgánico puede ejercer todas sus
funciones correctamente, al mismo tiempo que otro no lo hace. Con
seriedad y precisión, solo se puede hablar de bienestar individual.
Sin embargo, los políticos encontraron una forma muy efectiva
de justificar su dominio y represión con dicha etiqueta. Llámese
bienestar colectivo o bien común, la esencia de la idea es la misma:
someter a los hombres. De esta manera, el chavismo lo que hizo
fue desarrollar, en nombre del bienestar colectivo, políticas que le
permitieran incrementar su poder brutalmente.
Una parte esencial de dichas políticas la constituye la denominada

Misión Barrio Adentro. Con ayuda del régimen castrista de Cuba
y con médicos de ambos países, se destinó una cifra superior a los
38 mil millones de dólares22 —entre 2003 y 2014— con la intención
de ofrecer atención sanitaria a las personas residentes en zonas
de difícil acceso. Como todo proyecto público, gran parte de esos
recursos fueron dilapidados por corrupción. La Misión Barrio
Adentro tiene hoy más del 80 % de los módulos inhabilitados23,
aunque esto no desmerece su función como herramienta de
control social.
Por otro lado, cuando se revisan los testimonios de quienes han

ejercido la medicina dentro de este sistema, muchas dudas se
aclaran. Yasnier Arias, médico cubano enviado a Venezuela para
trabajar como parte de los convenios entre ambos países, y quien
hoy reside y ejerce la medicina en Chile, confirma que ciertos
medicamentos debían usarse como arma política, es decir, no para
las emergencias diarias, sino para repartirse durante las campañas
electorales, como parte de una estrategia nacional para obligar a
los pacientes a votar por el régimen24.
Así también, en 2016 fue impulsado lo que se denominó carnet de
22
Observatorio Venezolano de la Salud, Barrio adentro no puede considerarse
un sistema de salud, CENDES UCV, septiembre de 2016. https://www.ovsalud.org/
noticias/2016/barrio-adentro-no-puede-considerarse-un-sistema-de-salud/
23
Mabel Sarmiento, «Misión Barrio Adentro: De mal en peor», Crónica Uno, 12 de
agosto de 2018. https://cronica.uno/mision-barrio-adentro-de-mal-en-peor/
24
Nicholas Casey, « ‘It Is Unspeakable’: How Maduro Used Cuban Doctors to Coerce
Venezuela Voters», The New York Times, 17 de marzo de 2019. https://www.nytimes.
com/2019/03/17/world/americas/venezuela-cuban-doctors.html
Capítulo 6 ► 225
la patria, que se puede entender como un carnet de la sumisión.

Este es un documento de control político con un código QR que
identifica a los venezolanos que reciben ayudas sociales. Solo
quienes tienen este documento pueden solicitar medicamentos
o ser atendidos en algunos hospitales. Es una forma bastante
cruel de restringir la atención médica a los chavistas o a aquellos
que se rindan ante la autoridad del régimen. Por ejemplo, en
Venezuela, el cáncer es la segunda causa de muerte más frecuente,
representando en 2016 el 16 % de los fallecimientos25, por lo que un
paciente oncológico pobre, si quiere salvar su vida, debe obtener el
carnet de la patria, votar por el régimen, asistir a manifestaciones
y apoyarlo. Aun así, solo terminaría accediendo a una larga lista
donde, en la mayoría de los casos, no obtendrá lo que requiere
para sobrevivir, ya que desde hace algunos años existe al menos
un 78 % de escasez en medicamentos hospitalarios26.
Dado que el gobierno no es una organización productiva, su única

fuente de riqueza es la confiscación de dinero a sus ciudadanos
—impuestos, financiación del déficit, inflación, entre otros— para
ponerlo en manos de políticos. Por esta razón es preciso examinar
muy bien cuando desarrolla políticas como las que el régimen
de Nicolás Maduro afirma haber ejecutado destinando 90 mil
millones de euros entre 2006 y 2019 a la materia de salud pública.
Actualmente, en Venezuela existen graves epidemias de difteria,
malaria y tuberculosis, más de 82 000 pacientes con VIH sin
acceso a tratamientos, 72 % de salas de operación inactivas en los
hospitales y 82 % de escasez en los medicamentos para pacientes
con hipertensión arterial. En el año 2010 el número de camas por
cada 10 000 habitantes era de 10,85, menos de un tercio de las cifras
de 1964. A partir de 2007 y hasta 2010 la tasa de mortalidad infantil
aumentó por primera vez en setenta años: 2,3 puntos y la tasa de
mortalidad general desde 1999 hasta 2010 ascendió de 4,4 a 4,827.
El 100 % de los hospitales públicos presenta desabastecimiento de
insumos y, nada más que en diciembre de 2019, el 43,59 % de los
25
Organización Mundial de la Salud. “Noncommunicable diseases country profiles
2018”, https://www.who.int/nmh/countries/en/
26
Asamblea Nacional y Transparencia Venezuela. Informe conjunto del estado de la
salud nacional en Venezuela. 2018. https://transparencia.org.ve/
27
José Félix Oletta, op. cit.
hospitales presentaron fallas eléctricas28.
En síntesis, las consecuencias de la medicina socializada en

Venezuela son evidentes en cada paciente con cáncer sin
posibilidad de quimioterapia, en cada paciente hipertenso que no
puede costear ni conseguir losartán y captopril, en cada paciente
que necesita algún trasplante, en los neonatos que han muerto
por no haber suficientes incubadoras en los hospitales y en los
brotes epidémicos de enfermedades casi erradicadas. En fin, todo
es consecuencia de la medicina socializada.
Mi calamitosa experiencia en la medicina socializada
El sistema de salud venezolano ha sido fuertemente atacado por el

régimen socialista, y no solo por las condiciones inherentemente
miserables de este, sino que además es víctima directa de políticas
para la exacerbación de la miseria, algo de lo cual el autor de este
capítulo puede dar testimonio.
Las aspiraciones, deseos e intereses de los médicos jamás

han sido objeto de consideración o discusión por aquellos
que incentivan la socialización de la salud. Ellos justifican
sus acciones por un fin superior que, según ellos, nos
beneficia a todos, mientras extinguen la conveniencia y
ganancia de los profesionales de la salud.
De este modo, se suscita el indecoroso dogma de visualizar a

un médico con la única obligación de servir y sin legitimidad
de ejercer derecho alguno, desapareciendo cualquier tipo
de aspiración individual. Créanme, las consecuencias de
difundir una moral de desprecio personal, donde cualquier
anhelo es aniquilado y solo reina la mediocridad, nunca
tarda en relucir. No puedes ayudar a los enfermos mientras
extingues la vida de aquellos que son los únicos con la
capacidad de sanarlos.
28
Médicos por la salud & Grupo de Investigación de Enfermedades Tropicales e
Infecciosas. Encuesta Nacional de Hospitales, 2019, parte 1. https://2479be6a-2e67-48df-
9858-103ea763ef46.filesusr.com/ugd/0f3ae5_bb11695325ef4dde8026e9cd5409298d.pdf
Capítulo 6 ► 227
Durante todo el año 2018 y primeras semanas del mes de

enero de 2019, mientras cursaba mi tercer año de medicina
en Venezuela, acudía constantemente al Hospital Israel
Ranuárez Balza, ubicado en San Juan de Los Morros, estado
Guárico, Venezuela. Ahí desarrollaba prácticas médicas
acordes a las asignaturas de Medicina General y Semiología,
así que, aun cuando se me hizo imposible culminar mis
estudios, tuve la oportunidad de vivir en carne propia la
cotidianidad de un empleado de la salud en Venezuela.
Cualquier persona alrededor del mundo que haya visto

noticias internacionales en los últimos años, habrá
escuchado en algún momento acerca de la terrible crisis
sanitaria que padece Venezuela. Aun así, puedo decir con
absoluta firmeza que nadie podría imaginarse con precisión
el terrorífico estado de los hospitales y los escalofriantes
eventos a los que cualquier individuo puede ser sometido
mientras circula en estos diariamente.
Tan pronto como entras a un hospital público en

Venezuela percibes la sensación de no estar a salvo y, más
bien, incrementar cualquier riesgo letal. Te encuentras
con enfermos acostados en el piso esperando atención
médica, camas rotas, olores nauseabundos derivados de
la ineficaz o inexistente limpieza de las instalaciones, lo
que es congruente con la ausencia de agua y productos de
limpieza en estas instalaciones. Al caminar por los pasillos,
se pueden escuchar fuertes gritos de dolor de pacientes que
esperan durante horas recibir algún tipo de analgésico que
el hospital no tiene. Una pesadilla en el sentido estricto de
la palabra, no solo para el paciente que ve su vida colgando
de un hilo sin encontrar ni un gramo de confianza en las
instalaciones que le rodean, sino también para un médico
que arriesga su integridad física para sanar individuos sin
contar con los medios necesarios para hacerlo y, además,
adversando un sistema malhechor que suprime cualquier
intento de rebelión.
Para desarrollar mis prácticas médicas requería

suplementos médicos indispensables que el hospital
no podía otorgar; no tenían como proveer un guante, ni

siquiera un tapabocas. Esto era indignante. Por ejemplo,
en una de mis primeras evaluaciones de praxis médica
debíamos colocar una sonda urinaria, la cual es utilizada
para drenar y recolectar orina de la vejiga de un paciente
que padece incontinencia urinaria, retención urinaria, o
algún tipo de afección. Estas sondas, requieren de una
bolsa de drenaje esterilizada donde se acumula la orina, sin
embargo, durante esta práctica —y como en la mayoría de
los casos— no había disponibilidad de la bolsa de drenaje y
tuvimos que utilizar una botella de jugo vacía. Así podemos
ver como una simple bolsa de drenaje representa un lujo
en medio de la salud socializada. Y aunque sea simple, la
ausencia de este insumo incrementa los riesgos de infección
de forma desproporcionada. Mi impacto y conmoción con
este hecho, era solo el primer escalón de una larga grada
por caminar.
Frecuentemente, observaba e interactuaba con pacientes

que padecían desnutrición y llegaban en un estado terrible
por pasar varios días, incluso semanas, sin consumir
alimentos. Una de las pacientes que recuerdo tan solo
tenía 25 años, pesaba 34 kg y confesaba haber perdido casi
20 kg en los últimos meses. Sin trabajo, dinero, ni comida,
se entregaba a morir, ya que era complicado atenderla,
ni siquiera las enfermeras podían suministrarle alguna
infusión intravenosa o nutrición parenteral, debido a la
insuficiencia de dichos insumos.
Una noche, después de realizar una guardia de doce horas

en traumatología, me encaminaba a salir del hospital, pero
antes debía pasar frente a la sala de ginecoobstetricia,
donde esa noche se encontraba una mujer gritando y
llorando desesperadamente, lo cual no era extraño en
ese lugar. No obstante, logré enterarme que era la madre
de una señora embarazada que falleció junto a su hijo,
después de esperar más de catorce horas en el hospital sin
recibir atención médica, por la ausencia de personal médico
e indisponibilidad de salas operativas.
Capítulo 6 ► 229
Cuando evalúo y analizo las trágicas vivencias que pude

experimentar en tan poco tiempo, tan solo siendo un
estudiante de tercer año de Medicina en un pequeño
hospital de una ciudad con apenas 125 000 habitantes, no
logro imaginar la misma o peor realidad que se vive a diario
en el resto de las instalaciones hospitalarias públicas del
país.
Lo peor de todo, es que el personal de salud no solo asume

riesgos al estar expuesto al ambiente de los hospitales en
esas condiciones, sino que encima de todo eso son víctimas
y prisioneros de un régimen totalitario que, al socializar la
medicina, impide cualquier tipo de insurrección interna.
Tal como fue el caso de mi amigo el Dr. Álvaro Aular
López, quien fue despedido junto a otros siete médicos del
Hospital Dr. Egor Nucette por denunciar la grave escasez
de medicamentos. Posterior a su despido, fue brutalmente
amenazado, perseguido y forzado a exiliarse en España
para salvar su vida.
Finalmente, debo decir que nada es fortuito. Fabricar una

masa de siervos mientras se persigue y ejecuta a cualquier
individuo con pensamiento crítico es indispensable
para cualquier proyecto totalitario, es por ello que en los
hospitales venezolanos escasea todo excepto la propaganda
política. No hay buenas intenciones en socializar la salud, y
cuando lo experimentas, lo entiendes.
Salud en libertad
La visión de un político en torno al sistema sanitario representa

uno de los factores más determinantes a la hora de una elección
y es uno de los campos que mayor incertidumbre genera en la
población. Esto es así, ya que el deseo de todos los ciudadanos
—exceptuando aquellos urgidos por socializar los servicios y
dominar mediante control político— es el de poder disponer del
mejor sistema sanitario posible. Así, especificar las características
que constituyen un ejemplar sistema sanitario es esencial para la
discusión.
Sobre este tema, es oportuno citar la reflexión del médico

especialista en medicina interna, libertario y gran amigo de la
causa por la libertad de Venezuela, Dr. Kyle Varner:
Lo que queremos de un sistema de salud es que sea de alta calidad,

tenga suficiente capacidad y bajo el menor costo posible. Estos tres
factores; calidad, disponibilidad y precio son los correctamente
utilizados para juzgar cualquier sistema de salud29.
En principio, se aspira tener un sistema sobresaliente y de

grandísima calidad, uno donde los médicos, enfermeras y demás
empleados sanitarios tengan la mejor preparación profesional
posible. De igual forma, es fundamental que el hospital o clínica
se encuentre en condiciones óptimas de acuerdo con la higiene e
infraestructura. En segundo lugar, se debe aspirar a un sistema con
disponibilidad y capacidad ideal tanto de quirófanos, habitaciones
y camas, como también de personal médico, para que así los
pacientes reciban atención sin inconvenientes ni largas esperas. Y
en tercero, un bajo costo, para que cualquier persona pueda pagar
sus procedimientos médicos sin mayores inconvenientes.
Ahora bien, no son los imprácticos e inmorales derechos

inventados por políticos los que proveen de calidad sanitaria,
como tampoco lo es otorgarle el control de la vida de todos al
Estado. Son la libertad y el mercado los que logran constituir las
características necesarias para un sistema de calidad. Cuando se
habla de capitalismo o de mercados libres en el sistema de salud,
muchas personas inmediatamente piensan en los Estados Unidos
de América como máximo y principal ejemplo. No obstante, pese
a que el país norteamericano sea un clásico y hermoso ejemplo de
capitalismo, su sistema sanitario contrasta vivamente con lo que
sería uno que reflejase la poca intervención del Estado en dicho
sector.
El sistema sanitario estadounidense goza de dos de los tres

factores necesarios mencionados anteriormente. Nadie podría
negar la alta preparación de su personal, representado por los
29
Vente Venezuela (@ventevenezuela), [Plan #FórmateEnCasa Ep. n.º 16], “Kyle Varner
@doctorvarner): Reflexiones sobre el servicio de salud”, video de Instagram, 21 de
mayo de 2020. https://www.instagram.com/tv/CAd8J3RH_7e/?igshid=taasnwkoevak
Capítulo 6 ► 231
mejores médicos y enfermeras del mundo, acompañados a su vez

con un despliegue tecnológico impresionante e instalaciones de
primer nivel que se caracterizan por su avance, innovación y, muy
importante, disponibilidad. Pero a pesar de todo esto, el peso del
problema recae en el costo, que a diferencia de lo que denuncia la
izquierda, no es por ausencia de control o intromisión estatal, sino
por exceso de regulaciones.
Los Estados Unidos es el país que más recursos económicos

invierte en su sistema sanitario. En 2018, 16,9 % del PIB total fue
destinado exclusivamente a este ámbito. Esta cifra se incrementa
cada año. El 50 % de ese gasto proviene de recursos públicos, los
cuales financian, principalmente, programas como medicare y
medicaid30. El medicaid es una cobertura sanitaria para ciudadanos
discapacitados y aquellos individuos con ingresos inferiores a
$ 15 417 anuales o familias de tres personas con ingresos inferiores a
$ 26 34731, mientras que medicare es también un programa de seguro
para pacientes con discapacidad o enfermedades crónicas y todo
adulto mayor de 65 años. Asimismo, hay muchos otros programas
de subsidio directo a los ciudadanos. Es así completamente falsa
la visión del sistema sanitario estadounidense como uno en el que
no hay acción ni presencia del Estado.
Pero uno de sus principales problemas es la ausencia de

competencia, la cual es indispensable en cualquier sector
económico. Por ejemplo, las aseguradoras médicas requieren
muchísimas trabas burocráticas de inversión, licencia e intensas
regulaciones de operatividad. De esta forma, es un campo
imposible para la entrada de nuevos competidores, lo que conlleva
al incremento del precio.
No sería incorrecto afirmar que el estadounidense no es libre para

elegir en cuanto a salud se refiere, ya que está sujeto a intensas
estatizaciones presentes en cada procedimiento relacionado con
30
Organization for Economic Cooperation and Developmen, “OECD health
statistics 2019”, OECD iLibrary. https://www.oecd-ilibrary.org/
31
Sarah Baron, “10 Frequently Asked Questions About Medicaid Expansion”, Center
for American Progress, 2 de abril de 2013. https://www.americanprogress.org/issues/
healthcare/news/2013/04/02/58922/10-frequently-asked-questions-about-medicaid-
expansion/
su salud. El gobierno estadounidense regula, controla e interviene

en acuerdos voluntarios entre consumidor y vendedor, por lo
que no hay forma de que estos garanticen precios bajos. Estados
Unidos no es ejemplo de sanidad libre ni capitalista.
Por otra parte, cuando se reflexiona acerca de lo que un sistema

sanitario ideal debe ser y como es llevado a la práctica, tampoco
se puede tomar de referencia al sistema sanitario español y su
mito de la mejor sanidad del mundo. Por ejemplo, a pesar de estar
pagando una sanidad pública a través de impuestos altos, el 30 %
del gasto es privado y el 21,97 % de los españoles —en Madrid la
cifra sube al 34,34 %— paga un seguro médico privado32. Es decir,
pagan la sanidad dos veces.
Se podría pensar que estos individuos huyen de la sanidad pública

por la insatisfacción que tienen sobre su eficacia, y ciertamente,
la politización y colapso del servicio es una razón a considerar. En
España, los individuos que requieren procedimientos quirúrgicos
deben aguardar un promedio de hasta 170 días en lista de espera,
para finalmente ser atendidos33. Un tiempo que evidentemente se
mide en vidas. El colapso del sistema sanitario español es producto
de la incapacidad del Estado de adaptar la oferta a las necesidades
de su población. Por supuesto, el interés de sus políticos es el de
seguir vendiendo a la sanidad española por su bajo costo, aun
cuando sea un desastre en disponibilidad y se deteriore su calidad.
Dar mayor poder y dinero a los políticos no generará un mejor

sistema sanitario. En cambio, el capitalismo sí puede producir
buenos resultados. Con incentivos y libertad para trabajar, el
mercado se configura como la solución para la necesidad de la
atención médica. Si se aspira a obtener un sistema de calidad, con
capacidad y a bajo costo, hay que liberar el mercado de la salud
para que la oferta y la demanda no estén sujetas a las fantasías
32
Marco González, «El negocio de la sanidad privada sigue creciendo en España y
toca un récord de asegurados», El Boletín, 2 de octubre de 2019. https://www.elboletin.
com/noticia/176552/sanidad/el-negocio-de-la-sanidad-privada-sigue-creciendo-en-
espana-y-toca-un-record-de-asegurados.html
33
Agencia de Datos de Europa Press, Listas de espera en la Sanidad pública, últimos
datos oficiales. https://www.epdata.es/datos/listas-espera-sanidad-publica/24/
espana/106
Capítulo 6 ► 233
de los políticos de turno. De esta forma los individuos podrían

mantener más dinero en sus bolsillos por la disminución de
impuestos y aumentaría la competencia entre centros sanitarios,
impulsando variedad, innovación y bajos costos. Todo ello sin
descartar políticas públicas enfocadas en subsidiar la demanda y
no la oferta, respetando los entes privados.
Una tendencia amplia y en crecimiento en países con sistemas de

salud nacionales es alejarse del control centralizado del gobierno
—que promueve filas, aumento de costos, acceso limitado y
racionamiento— e introducir prestaciones más orientadas al
mercado, que incluyan una mayor competencia, opciones para el
cliente y financiación no tributaria34.
Un gran ejemplo de los exitosos resultados que genera la

competencia en la atención sanitaria es Singapur. Este pequeño
país ubicado en el continente asiático ocupa el segundo puesto
en la clasificación de libertades económicas que la Heritage
Foundation elaboró en 2019, aunque ya en 2020 podría estar
encaminado a consolidarse en el primer lugar. Ahí, la esperanza de
vida casi alcanza los 83 años y el costo por servicios médicos es un
tercio del estadounidense. Este efecto es causado por el mercado.
El principio rector del sistema sanitario singapurense es que los

servicios médicos no son gratuitos, por ende, el gobierno solo
subsidia un tercio del costo del mismo, dejando aproximadamente
el 60 % de la carga al paciente.35 El mercado fluye sin que existan
rígidas y asfixiantes políticas interventoras que impidan la
comercialización de la salud. Por el contrario, al ser un país tan
libre económicamente, la sanidad es un atractivo más para los
inversores. Por otra parte, en esta materia, el gasto público del
Estado en Singapur está orientado principalmente al costo de
hospitalización básico. Los gastos son costeados por los usuarios,
de acuerdo con sus capacidades y preferencias, y de la misma
34
Michael Tanner, «El Estado de bienestar como esquema piramidal», en Tom G.
Palmer (Ed.), Después del Estado de Bienestar (pp. 143-150), Students For Liberty, Cato
Institute, Atlas Network, p. 149.
35
Racheal Ngu, “Limitations of Singapore healthcare system: Are emergency
patients protected?”, MIMS Today, 18 de octubre de 2017. https://today.mims.com/
limitations-of-sg-healthcare-system-are-emergency-patients-protected
forma, las ayudas del Estado van acordes a estas.
Sucede pues que las enormes cotizaciones dedicadas a sanidad

que en gobiernos como el español van al bolsillo de los políticos
y a un gasto ineficiente de los recursos, en Singapur están bajo
el control del contribuyente. El gobierno de Singapur dedica un
sistema de cotización producto de la generación de riqueza de
cada individuo, denominado medisave, que únicamente puede ser
empleado para pagar procedimientos médicos y medicamentos.
Los ciudadanos son libres para elegir, pueden gestionar su dinero
de la forma que prefieran y hasta decidir sobre su centro clínico.
No hay desperdicio de dinero. El gasto público de Singapur en
sanidad también va dirigido a la subvención de hospitales y el
financiamiento de un fondo público denominado medifund, para
ayudar a las familias más pobres. De esta forma, Singapur ha
logrado el sistema sanitario más eficiente del mundo, cumpliendo
con los tres factores fundamentales: calidad, disponibilidad y
bajo precio, siendo el resultado de aplicar medidas de libertad
económica en la salud.
En Singapur, las personas son libres de obtener una asistencia

médica y gestionarla directamente con entes privados, sin
intromisión del Estado. Más que un derecho, es una garantía el
recibir atención médica, no producto de la intervención pública
sino del desarrollo gracias al libre mercado. ¿Cómo obtienen
salud los habitantes de Singapur y alcanzan estándares de vida
tan altos? Pues a través del trabajo, la educación y la formación de
médicos y científicos, creando equipos, pero sobre todas las cosas,
dejándolos en paz.
Se respeta a todos los individuos en cada proceso en el que

participan, garantizándoles el derecho de propiedad para que,
de esta forma, puedan obtener beneficios mientras salvan vidas.
En Singapur, la acción del Estado no es con la intención de
perjudicar a los privados ni interferir en sus acciones, sino en
ayudar directamente a algunos individuos vulnerables. Singapur
no podría tener el mejor sistema sanitario del mundo y realizar
políticas que ayudan a los más pobres de forma eficiente, sin
ser, en primer lugar, un país muy rico. Y su riqueza se la debe al
capitalismo. No hay posibilidad alguna de que un país pueda
Capítulo 6 ► 235
ofrecer óptima atención sanitaria sin capitalismo.
En síntesis, la evidencia es irrefutable y los hechos demuestran

cómo la libertad de mercado se traduce en un amplio acceso por
parte de los individuos a la atención médica. Un bien económico ha
de ser creado por alguien en el uso de su libertad. Así, una nación en
donde sus individuos no posean el dinero suficiente para costearse
sanidad privada no tendrá tampoco el dinero suficiente para
costear sanidad pública con todo el aparato burocrático repleto de
corrupción que representa. A mayor libertad, mejor salud.
CA
PÍTU
LO
7
► 237
REFLEXIONES SOBRE LAS

POLÍTICAS SOCIALISTAS COMO
MECANISMOS DE CONTROL
Oswaldo Silva
El proyecto político chavista pudo calar en la sociedad venezolana

gracias a que la narrativa que sostuvieron sus líderes estaba
ajustada a los más profundos anhelos de sectores vulnerables que
ansiaban la reivindicación de sus carencias y resentimientos. Esta
misma narrativa le permitió socavar los cimientos de la libertad
individual de toda una nación, mientras imponía un sistema de
dominación que, lejos de haber ido mutando en el tiempo, fue
develado con cautela, como un veneno dosificado a cuenta gotas.
___________________________________________________________
Los representantes del socialismo del siglo xxi se propusieron

aprovechar los vicios del Estado para configurar una versión
más cruenta y liberticida de este, una que estuviese mejor
adaptada a sus fines. Su proyecto se planteó, como primera tarea,
pavimentar la vía que propició la implementación de políticas que
— ineludiblemente— los convertiría en el núcleo de la vida pública
y privada de Venezuela, condición que les hizo acumular tanto
poder como riqueza, dos factores indispensables para ejercer el
control de la dinámica doméstica y tener proyección internacional.
Es justo decir que heredaron un sistema político y económico

debilitado, cuyos protagonistas presentaron poca resistencia ante
la avalancha que se avecinaba. Y es que la historia de Venezuela,
como la de buena parte de Latinoamérica, ha dado muestras de
una afiliación por viejos paradigmas y esquemas errados que se
arrastran desde la colonia. Así que el uso del Estado para fines
particulares no era nada nuevo, como tampoco lo es la aspiración
inescrupulosa del poder.
En cualquier explicación del avance del movimiento chavista y de

la consolidación de su sistema de dominación se debe destacar la
idiosincrasia venezolana como un factor determinante. Hay un
conjunto de rasgos comunes que han determinado conductas
nocivas, ya que están fundamentados en valores contrarios a los
que hacen prosperar a una nación. Alberto Rial, estudioso del rol
de la idiosincrasia en el desarrollo de Venezuela, expone así la
cultura y prioridades de los venezolanos:
La cultura de los venezolanos, vista en retrospectiva, si ha sido

exitosa, solo que su éxito debe ser medido con las unidades
adecuadas. Estas unidades no son el producto interno bruto
ni las exportaciones no tradicionales ni el nivel de alfabetismo,
sino magnitudes menos cuantificables como la necesidad de
pertenencia, la motivación por el poder o la compensación externa
de las carencias de autoestima.
[…] Si en Venezuela el poder es importante para la gente, la obtención

de poder será objetivo prioritario y los ciudadanos dedicarán sus
mayores esfuerzos a buscar esa medida de satisfacción individual,
independientemente de que, en el proceso, se cree o se destruya
riqueza1.
La propia naturaleza de la sociedad venezolana, moldeada durante

décadas con el cincel de caudillos, dictadores y líderes populistas,
ya había generado las condiciones para la edificación de un
proyecto político colectivista, con el socialismo como vehículo y
el totalitarismo como fin último. Más que una situación nueva, tal
proyecto sería la exacerbación de prácticas que ya habían hecho
su estreno en los siglos anteriores.
Muestra de lo anterior son los supuestos grandes logros de los

cuarenta años del periodo de democracia que precedió a Chávez
(1958-1998), el cual resultó en un espejismo de prosperidad entre
grandes desaciertos políticos y económicos. El bienestar relativo
de esos años es añorado sólo por la redistribución de la renta
petrolera y la comparación penosa que se hace con los tiempos
actuales. Cabe destacar que, antes de Chávez, ya se había tomado
1
Alberto Rial, La variable independiente. El rol de la idiosincrasia en el desarrollo de
Venezuela, Caracas, Editorial Alfa, 2013, pp. 15-16.
Capítulo 7 ► 239
Reflexiones sobre las políticas socialistas como mecanismos de control
la senda de la estatización como estrategia para el financiamiento

de programas asistencialistas y clientelares. La industria petrolera
fue un objetivo estratégico para el Estado desde mucho antes de
1976, cuando, durante el gobierno del presidente socialdemócrata,
Carlos Andrés Pérez, se nacionalizó la industria. Las prácticas
intervencionistas, enemigas de las libertades, están muy arraigadas
en Venezuela, y ya Carlos Rangel las había identificado en 1974
como un gran mal latinoamericano:
Todavía hoy perduran en Latinoamérica y lastran su desarrollo

económico actitudes y situaciones que obstruyen la actividad
económica privada conducida de buena fe, y a la vez estimulan
y premian a los negociantes inescrupulosos, a los traficantes
de influencias, a los sobornadores de funcionarios públicos y
defraudadores del fisco2.
La semilla para acabar con la libertad lleva mucho tiempo sembrada

y, a pesar de que han surgido voces que señalan el camino correcto,
los malos hábitos parecen mantenerse como conducta asumida.
En todo caso, esta trágica historia desembocó en la década de 1990,
que transcurrió para Venezuela con segundos gobiernos de Carlos
Andrés Pérez y Rafael Caldera, así como un interinato — entre los
períodos de ambos— de Ramón J. Velázquez. En primera instancia,
Pérez intentó enderezar el rumbo del Estado, aliviando sus
responsabilidades, pero el Caracazo de 1989, los intentos de golpe
de Estado de Hugo Chávez en 1992 y las tramas de corrupción,
impedirían enderezar las cosas. Por su parte, el segundo gobierno
de Caldera pasaría sin mucha pena ni gloria, con un Chávez en
libertad y su partido político, Movimiento Quinta República
(MVR), preparado para subyugar a los venezolanos.
Edificación de un Estado impropio
Para identificar la naturaleza del movimiento político chavista

y lograr proyectar cuáles serán sus movimientos en el futuro es
necesario —con el fin de desplazarlo del poder— escudriñar en
los cimientos de sus propuestas y destacar los hitos del camino
2
Carlos Rangel, Del buen salvaje al buen revolucionario, Caracas, Editorial CEC, 2018,
p. 260.
que condujo a Venezuela a un estado de calamidad, pobreza y

desasosiego.
En esta obra ya se han puesto en evidencia las transformaciones

impulsadas en el campo jurídico y económico, así como los nuevos
paradigmas impuestos en las relaciones con el sector militar y
el sistema de partidos. Todo ello deja muy en claro la intención
de pervertir el orden de subordinación natural del Estado por
debajo de la sociedad, promoviendo entonces una sumisión de la
sociedad ante el Estado. Por esta razón, es válido afirmar que el
chavismo consolida el carácter impropio del Estado venezolano.
Si bien las dimensiones de la burocracia y las materias en las
que se inmiscuye habían tomado vuelo a partir de la primera
presidencia de Carlos Andrés Pérez —cuyos predecesores ya
habían estabilizado la democracia—, con Chávez se sobrepasó la
ocupación del aparato gubernamental en asuntos que van más
allá de sus funciones básicas y que, debido a la naturaleza de este,
terminan por entorpecer el libre desarrollo de la sociedad.
En Venezuela, esta situación fue posible ya que, en primer lugar,

el Estado es dueño de los recursos del subsuelo, lo que lo lleva a
convertirse en empresario dentro de la industria de hidrocarburos;
y en segundo lugar, porque el Estado chavista se ha empeñado en
destruir las alternativas privadas en esta y otras industrias, lo
cual da lugar a la reflexión que ofrece José Luis Cordeiro sobre los
Estados impropios y, específicamente, sobre los petroestados:
El Petro-Estado venezolano ha vivido principalmente del “capital y

las tierras” petroleras adueñadas o expropiadas a sus ciudadanos,
en vez de los impuestos directos de los venezolanos. Esta situación
ha hecho que el Estado sea independiente de la población,
independiente de los problemas de la sociedad3.
Frente a esta realidad, aún hay quienes dudan de la actuación

deliberada del chavismo para propiciar un Estado impropio,
arguyendo que el avance de políticas de centralización del poder
y estatización de diversas industrias ha sido una reacción a
presiones internas y externas, o, en el mejor de los casos, son
3
José Luis Cordeiro, El gran tabú venezolano. La desestatización y democratización
del petróleo, Caracas, Ediciones CEDICE, 1997, p. 104.
Capítulo 7 ► 241
consecuencia de una visión desafortunada e incapacidad en el

manejo de la administración pública. En realidad, la pretensión
de establecer un sistema de control social como garantía para
la permanencia en el poder, y el usufructo de esta posición, se
hace evidente al analizar la forma de instrumentalización de los
recursos del Estado venezolano y la imposición del socialismo.
Las bases materiales del proyecto ideológico
El régimen chavista que hoy tiene a Venezuela padeciendo

una cruenta crisis humanitaria no se configuró de una manera
abrupta. Por el contrario, se fue dando a partir de conquistas
clave, lo cual se facilitó por el nuevo orden jurídico propiciado por
la Constitución política de 1999.
Para garantizar un control social amplio y —en apariencia—

eficiente, el chavismo debía procurarse, principalmente, tres
condiciones: la primera es el control absoluto del aparato militar;
la segunda es la destrucción del mercado y las alternativas
privadas; la tercera es la apropiación de la principal fuente de
financiamiento del país, la empresa Petróleos de Venezuela
Sociedad Anónima (PDVSA). Con esto, tendrían a su disposición
el monopolio de la violencia, una sociedad depauperada e ingentes
cantidades de dinero para comprar voluntades e imponer su
cosmovisión. Con esos objetivos en mente, Hugo Chávez impulsó
un conjunto de decretos-leyes que inspiraron el surgimiento de
las manifestaciones públicas entre los años 2001 y 2002, pero las
tensiones entre el recién inaugurado gobierno y los grupos de
presión que convocaban las protestas afectaron directamente a
PDVSA.
Esto fue evidente cuando el presidente de la estatal petrolera,

Guaicaipuro Lameda, acompañó las iniciativas que desde
FEDECÁMARAS4 y la Confederación de Trabajadores de
Venezuela5 (CTV) se impulsaron para desplazar a Chávez del
4
Organización de gremios empresariales fundada en 1944 y presidida, en esa época,
por Pedro Carmona Estanga.
5
Organización de centrales sindicales fundada en 1936 y presidida, en esa época,
por Carlos Ortega.
poder. El chavismo entendió que no bastaba con ejercer un control

administrativo sobre su principal fuente de recursos, sino que era
necesario manejar a PDVSA como un apéndice de su movimiento
político.
Si bien el chavismo logró sortear la convulsión social que

depuso a Chávez del poder en abril de 2002, luego tuvo que
enfrentar mayores muestras de repudio que tuvieron un nuevo
clímax en el paro petrolero de 2003. Ante esto, su respuesta fue
despedir a 23 mil trabajadores petroleros —quienes reunían las
mejores capacidades para conducir la empresa— e intensificar
la reestructuración de esta industria con un antiguo guerrillero
del grupo Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, Alí Rodríguez
Araque, al frente de PDVSA. Pero Rodríguez Araque no fue el único
artífice de este peligroso movimiento, el tutelaje de la industria
petrolera tuvo como protagonista a Rafael Ramírez, ministro de
energía y petróleo, quien luego ocuparía ambos cargos: presidente
de PDVSA y ministro entre los años 2004 y 2014. Con Rodríguez
y Ramírez, el chavismo inició sus políticas de cooperación
energética, financiando la expansión del control sobre Venezuela
y su influencia en Latinoamérica. La visión socialista del uso de los
ingresos petroleros como fuente de financiamiento de las políticas
públicas de control tuvo su auge durante la gestión de Ramírez.
Con él al frente, PDVSA se convirtió en roja rojita6, al servicio de la
agenda chavista, tal y como él mismo afirmaba:
… decidimos que nuestra política petrolera en esta etapa es una

política de plena soberanía petrolera, una política nacional, porque
restablece nuestra soberanía y control sobre los recursos; una
política popular, porque debe descansar en los hombros de nuestro
pueblo; y una política revolucionaria, porque aquí lo revolucionario
y lo que nos puede diferenciar del accionar de otros países
productores de petróleo es cómo se dispone la renta petrolera, a
favor de quien se distribuye la renta petrolera, y nosotros decimos,
el Presidente de la República lo ha dicho, debe ser a favor del
pueblo7.
6
Frase utilizada en alusión al color rojo como símbolo del chavismo.
7
Cita del discurso de Rafael Ramírez, publicado por PDVSA La Estancia en el
documento Petróleo en dos tiempos (2010), p. 35.
Capítulo 7 ► 243
No hay duda de que estas palabras pudieran interpretarse como

la proclamación del más puro sentir altruista, y así engañar a los
incautos. Sin embargo, la clave de su sentido está en entender el
uso del sujeto pueblo. En primer lugar, ¿quién es el pueblo para el
chavismo? Y ¿cuáles son los mecanismos con los que se hace esa
distribución?
Por otra parte, Chávez también le daría un nuevo impulso a los

acuerdos bilaterales y multilaterales en materia energética, ya
que no solo tenía una concepción del petróleo como motor de las
políticas domésticas, sino también como instrumento de política
exterior, una práctica adoptada por la Unión Soviética durante la
guerra fría y, del mismo modo, por China a través de su ventajosa
posición financiera en la actualidad. A partir de ese momento
se inicia el fuerte apoyo que el Estado venezolano le ofreció a la
comunidad de países caribeños y, sobre todo, el trato preferencial
hacia una Cuba diezmada tras más de cuatro décadas de dominio
castrista:
Cuba se convierte no sólo en uno de los aliados políticos más

relevantes y referenciales de la Venezuela bolivariana, sino también
en un socio comercial importante en el marco del ALBA-TCP, en
tanto recibe una sustancial asistencia petrolera (estimada entre
98.000 y 130.000 barriles diarios, parte de los cuales Cuba revende en
el mercado internacional) a cambio de la prestación de servicios de
profesionales cubanos en Venezuela, que incluyen tanto a médicos
y deportistas como a militares y especialistas en seguridad8.
Así, Hugo Chávez aprovechó los recursos provenientes de la

extracción y comercialización del petróleo como base para
su populismo internacional. El hecho de ofrecer cómodos
financiamientos para la compra de hidrocarburos o, incluso,
prestar dinero contante y sonante, en vez cultivar relaciones
comerciales prósperas en los mercados del Caribe, le permitió
generar una red de adeptos a su proyecto y a su figura, que luego
le sería de mucha utilidad.
8
Andrés Serbin y Andrei Serbin Pont, «Quince años de política exterior bolivariana:
¿entre el soft-balancing y la militarización?», Pensamiento Propio, n.º 39, Enero-Junio
de 2014, p. 299.
Y conviene precisar que estos recursos no eran pocos. En la primera

década del nuevo milenio se experimentó un alza sostenida de
la cotización del crudo venezolano, lo cual reportaría más de 67
mil millones de dólares a la nación entre 1999 y 20049 justo en la
antesala del referendo revocatorio del mandato de Hugo Chávez
(15 de agosto de 2004), momento en el cual este inicia su política de
misiones sociales.
El socialismo como vehículo
Para entender cómo el chavismo logró acumular tanto poder y,

a medida que lo hacía, limitar la libertad de los venezolanos, es
necesario detenerse a analizar cómo se ganó la voluntad de los
sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Este movimiento tiene muchas capas, y las primigenias están muy

bien descritas en la obra Un dragón en el trópico:
La médula del chavismo podría conceptualizarse como sigue:

un proyecto político que busca socavar el equilibrio de poderes
al construir una mayoría electoral, con base en un discurso de
inclusión social radical, mediante la redistribución de la propiedad
más un vasto programa de dádivas sociales extraídas de la industria
petrolera. El chavismo es un proyecto político “antiliberal”,
por cuanto utiliza a las mayorías electorales para debilitar las
estructuras horizontales y verticales de rendimiento de cuentas, tal
como ocurrió con anteriores movimientos populistas en América
Latina10.
Esta aproximación puede explicar los primeros años del chavismo,

pero se queda corta con respecto a todo lo que ha sucedido después
del año 2012. Es cierto que Hugo Chávez recurrió al populismo para
vender su proyecto político y llevar a cabo las transformaciones
con la menor resistencia posible, pero esa no es toda la verdad.
Más allá de ser un movimiento populista, el chavismo es un
9
Estimaciones propias con base en la cotización del crudo venezolano en ese
periodo.
10
Javier Corrales y Michael Penfold, Un dragón en el trópico, Caracas, La Hoja del
Norte, 2012, p. 20.
Capítulo 7 ► 245
movimiento socialista que tiende al totalitarismo y, como todo

totalitarismo, hace una simulación de la democracia como
herramienta de propaganda. Por esta razón, luego de descartar
los medios violentos a partir de los intentos de golpe de Estado de
1992, el chavismo se vio en la necesidad de recurrir a la dinámica
política ordinaria, para así asegurar el poder y el control social,
vale decir: el uso de la democracia y las instituciones públicas para
configurar su sistema de control.
Ahora bien, existe un doble propósito en el uso del socialismo

por parte del chavismo para asegurar el poder y el control social.
Primero, el ideal socialista produce el establecimiento de una
conexión emocional —cuasi religiosa— con su base militante,
ya que promete reivindicaciones sociales añoradas por los
sectores más empobrecidos. Segundo, la lógica constructivista
del socialismo sirve de guía para crear los mecanismos necesarios
para forzar la dependencia de la sociedad hacia el Estado y
acrecentar el poder que sus jerarcas tienen sobre los individuos.
Con esto en mente, el sistema socialista fue edificado tanto en su
versión leninista, es decir, conceptualizando al socialismo como
el estado donde «todos los medios de producción [o la mayoría] se
encuentran a disposición exclusiva de la comunidad organizada»11,
como también en su versión germánica:
[donde se] mantiene la propiedad privada de los medios de

producción, así como un aparente mercado con supuestos
precios, salarios y tipos de interés. El empresario, sin embargo,
ha sido suprimido, subsistiendo tan sólo jefes de empresa (los
Belriebsfiihrer de la Alemania nazi). Tales personajes, a primera
vista, dirigen y ordenan las empresas a ellos encomendadas;
compran y venden, contratan y despiden personal, conciertan
operaciones financieras, pagan intereses y amortizan créditos.
En dichas actuaciones, sin embargo, se ven constreñidos a seguir
rigurosamente las directrices que el gobierno en cada caso les
marca12.
En otras palabras, el socialismo busca desmontar instituciones
11
Ludwig von Mises, El Socialismo, Madrid, Unión Editorial, 2007, p. 241.
12
Ludwig von Mises, La Acción Humana, Madrid, Unión Editorial, 1986, p. 1041.
como la propiedad privada para dar paso a la propiedad social.

Pretende reformar las dinámicas de producción para acabar con
el lucro y, más bien, orientarlas a la satisfacción de las necesidades
de todos. Persigue, a fin de cuentas, reforzar al colectivo en
detrimento del individuo. Como consecuencia de esto, el Estado
se hizo poderoso para poder tutelar el mercado y todo tipo de
intercambios humanos, lo cual propició las excesivas regulaciones
y en general el proceso de estatización que, insistamos, no eran
entre nosotros nada nuevo. Ya en el pasado, luego de superadas
las dictaduras militares de la primera mitad del siglo xx, se había
experimentado con el modelo de desarrollo por sustitución de
importaciones, es decir, un proteccionismo arancelario reforzado
con la compra, por parte del Estado, de negocios que antes eran
propiedad de empresas trasnacionales.
Ciertamente, el chavismo pretendió y consiguió la consolidación

del Estado impropio, y esto se hizo expandiendo de manera
exacerbada las responsabilidades del mismo y acabando con las
alternativas surgidas desde el sector privado. Al mismo tiempo,
esta ampliación del Estado ha implicado necesariamente la
disminución de la libertad. De acuerdo con el reporte anual
de libertad económica (2019), elaborado por el Fraser Institute,
Venezuela se encuentra en esta materia entre los diez países con
peor desempeño, acompañada por Irak, República del Congo,
Egipto, Siria, República Democrática del Congo, Angola, Argelia,
Sudán y Libia. Tomando en cuenta diferentes variables que dan
luces sobre la calidad de la libertad en todo el mundo, el Fraser
Institute le otorga a Venezuela una calificación de 2,58, siendo
diez (10) mayor libertad y cero (0) menor libertad. En esta última
medición, Venezuela se ubica en el puesto 162 —último— de todos
los países estudiados.
Capítulo 7 ► 247
Desarrollo del índice de libertad de Venezuela (2000-2017)
Gráfico de elaboración propia – Fuente: Fraser Institute. Entre paréntesis se señala

el rango de Venezuela en la lista de 162 países.
Este gráfico ayuda a apreciar la disminución progresiva de la

libertad en Venezuela durante los años que el chavismo ha estado
en el poder. Evidencia cómo la profundización de las políticas
socialistas de incremento del tamaño del gobierno, los atentados a
la propiedad privada y las regulaciones para la creación de riqueza
son directamente proporcionales al cercenamiento de la libertad
de los individuos.
A su vez, el deterioro progresivo de las condiciones económicas,

políticas y sociales en el país, cobra aún más significado si se
rescatan los discursos de los jerarcas del régimen, sobre todo
aquellos pronunciados durante sus primeros años de gobierno.
Como muestra, vale la pena exponer una conversación que el
ministro de planificación entre 1999 y 2014, Jorge Giordani, tuvo
con Guaicaipuro Lameda en el Palacio de Miraflores en 2001.
Giordani, a lo largo de los dos periodos de Hugo Chávez, fue un
personaje decisivo en la conceptualización e implementación del
modelo económico denominado socialismo del siglo xxi:
Mire, General, ¡usted todavía no ha comprendido la revolución! Se

lo explico: esta revolución se propone hacer un cambio cultural en
el país, cambiarle a la gente la forma de pensar y de vivir, y esos
cambios sólo se pueden hacer desde el poder. Así que lo primero es
mantenerse en el poder para hacer el cambio. El piso político nos lo

da la gente pobre: ellos son los que votan por nosotros, por eso el
discurso de la defensa de los pobres. Así que los pobres tendrán que
seguir siendo pobres, los necesitamos así, hasta que logremos hacer
la transformación cultural. Luego podemos hablar de economía de
generación y de distribución de la riqueza. Entretanto, hay que
mantenerlos pobres y con esperanza13.
Dentro de este marco, y a pesar de los interminables debates

sobre la naturaleza del régimen venezolano, es evidente que la
pretensión chavista por el control total de la población es real. No
hemos hecho mención del totalitarismo —como consecuencia del
socialismo— a la ligera. El proyecto político de Chávez ha buscado
controlar «todos los aspectos de la existencia individual y social,
dejando prácticamente sin autonomía y capacidad de participar en
la toma de decisiones a los que no pertenecen al grupo dominante»14.
Las políticas públicas para la sumisión
El chavismo ha sido, desde el principio, la manifestación de un

proyecto de dominación sobre Venezuela. Y para implementarlo,
ya no era posible la insurrección armada en forma de guerrilla o de
golpes militares, sino que se debía instalar con la efervescencia de
un movimiento político de masas. Para lograr esto, era necesario
instaurar un mecanismo de provisión continua a la sociedad,
uno que diera respuesta a viejos reclamos. Por eso, en su primera
etapa, estas políticas sociales tuvieron una esencia clientelar, muy
necesaria para el momento político que se vivía:
… la implementación acelerada y masiva de un conjunto de

políticas públicas de impacto social en materias diversas, tales
como en educación (misiones Robinson I y II, Ribas, Sucre), salud
(misiones Barrio adentro en sus diversas fases) y alimentación,
fundamentalmente, fueron severamente influenciadas por la
cercanía de un evento electoral de enormes implicaciones políticas
13
José Curiel, «El pago de la deuda social», en J. Curiel (Ed.), Del pacto de punto fijo al
pacto de la Habana (pp. 335-342), La Hoja del Norte, 2014, p. 337.
14
Definición de «Totalitarismo» en María Teresa Romero y Aníbal Romero,
Diccionario de política, Caracas, Editorial Panapo, 1994, p. 199.
Capítulo 7 ► 249
para la continuidad en el poder del presidente Chávez.
El elemento ideológico y de exclusión política comenzó a percibirse

de inmediato, por una población que venía siendo fuertemente
afectada por una polarización a favor o en contra de esa gestión
pública15.
Así comenzó el chavismo la construcción de su red de misiones

bolivarianas, cuyo concepto es definido por ley:
Política pública destinada a materializar de forma masiva,

acelerada y progresiva las condiciones para el efectivo ejercicio
y disfrute universal de uno o más derechos sociales de personas
o grupo de personas, que conjuga la agilización de los procesos
estatales con la participación directa del pueblo en su gestión, en
favor de la erradicación de la pobreza y la conquista popular de los
derechos sociales consagrados en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela16.
En este esquema de Misiones, se concibe al Estado como plataforma

de desarrollo de los derechos de los ciudadanos, mas no ofrece un
marco de incentivos a través de los cuales los individuos puedan,
en libertad y con autonomía, ejercer sus derechos y procurar
su propio bienestar. La inversión de recursos y propaganda que
se ha hecho en las misiones las ha convertido en el eje principal
de materialización del socialismo del siglo xxi. Son su principal
producto de exhibición y, además, canales para consolidar su
proyecto político.
Con relación a lo anterior, vale la pena rescatar un discurso que

ofreció Rafael Ramírez en 2010, durante la conferencia 50 años
de la OPEP: Retrospectiva de la participación de Venezuela en la
OPEP:
Entre 2005 y 2010 se han dispuesto 63 mil millones de dólares para
15
Caracciolo Viloria, Política Social, Desarrollo y Pobreza en Venezuela, Caracas,
Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, 2011, p. 8.
16
Artículo 4 de la Ley Orgánica de Misiones, Grandes Misiones y Micro-Misiones.
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela n.° 6.154 Extraordinaria del 19
de noviembre de 2014.
el desarrollo social directo de la industria petrolera y la orientación

del Estado venezolano hacia el desarrollo social; es decir, la
renta es un instrumento para alcanzar niveles de inclusión y de
justicia social sin precedentes en el país, a través de las Misiones,
educación, alimentación, salud. No ha habido como hasta ahora
una distribución más directa de la renta petrolera, toda vez que
el beneficio para el pueblo es el objetivo fundamental de nuestra
política. El otro objetivo es disponer la renta para construir la
base material que debe sustentar las relaciones en el seno del
socialismo17.
Quien se limita a leer esto podría pensar que Venezuela es una

nación virtualmente libre de pobreza, con todos los problemas
estructurales superados y con las condiciones mínimas para
alcanzar, finalmente, el desarrollo. Pero no es el caso. Aún sin
desmentir las palabras de Rafael Ramírez, suponiendo que sí se ha
hecho una inversión de miles de millones dólares en las misiones
sociales, el esquema que sustenta a las misiones no ha traducido
esa inversión en resultados positivos. Por ello puede decirse que la
política de misiones le ha fallado a la sociedad venezolana porque
fue concebida como una estructura alternativa a los sistemas
existentes, es decir, hubo un incremento de la burocracia, con
pocos controles y fundamentados en criterios partidistas, en vez
de mejorar los hospitales, las escuelas y otras instituciones ya
existentes. En el manejo de los cuantiosos recursos no ha habido
transparencia ni un seguimiento de los resultados, lo cual se suma
a una alta partidización e ideologización de dichas estructuras, lo
cual limita su extensión y efectividad. Todo esto lleva a concluir
que las cifras que se puedan presentar para medir el éxito de estas
políticas públicas son cuestionables.
Ahora bien, cuando se analizan las misiones, no en su efectividad

como políticas públicas, sino como instrumentos clientelares y
como mecanismos de control social, se puede decir que han sido
un éxito.
Entre 2003 y 2004, el chavismo dio prioridad a cuatro ejes de acción

para la atención de demandas sociales: en educación, se impulsó
17
Cita del discurso de Rafael Ramírez, publicado por PDVSA La Estancia en el
documento Petróleo en dos tiempos (2010), p. 11.
Capítulo 7 ► 251
la Misión Robinson como un programa masivo de alfabetización;

en salud, se impulsó la Misión Barrio Adentro a través de centros
de atención primaria y clínicas populares; en vivienda, se impulsó
la Misión Hábitat destinada a construir soluciones habitacionales
para sectores de escasos recursos; y en alimentación, se impulsó
la Misión Mercal, para comercializar alimentos y productos de
primera necesidad.
Todo esto le permitió a Chávez conservar el poder mediante la

generación de aceptación social, cubriendo así las falencias y
graves faltas a la ley que cometió durante sus quince años en el
gobierno. Esa aceptación le permitió salir ileso de los procesos
electorales de los años subsiguientes, aunque bajo la sombra del
ventajismo y los fraudes.
Y es que estas misiones traían consigo una contracara de utilidad

política. Las misiones orientadas a satisfacer las necesidades de
vivienda terminaron por ofrecer una oportunidad de lucro para
empleados públicos y oficiales militares, quienes tuvieron el
control de la asignación de los contratos de construcción. Además,
las soluciones habitacionales eran y son concedidas bajo criterios
de afinidad político-partidista, sin ninguna contraprestación
al Estado y desde luego sin el otorgamiento de la propiedad, es
decir, el chavismo ofreció casas y apartamentos a las personas
con la condición de apoyar la revolución al momento de votar, y
también con la amenaza de que en cualquier momento podían ser
desalojados.
Por otra parte, las misiones desarrolladas en el ámbito productivo

y de alimentación, sirvieron para controlar a la población a través
del hambre. Las personas podían obtener insumos y productos de
primera necesidad a precios módicos, siempre que se expresaran
a favor del chavismo en los procesos electorales. Esto, además,
trajo grandes amenazas para los productores privados, quienes
eran obligados a que la distribución de sus productos favoreciera
a las cadenas de comercialización propiedad del Estado, a precios
y lapsos de pago perjudiciales para ellos. A su vez, las misiones de
alimentación abrieron paso a nuevos ciclos de expropiaciones, con
los cuales el chavismo, usando su fachada institucional, se hizo de
grandes cadenas de supermercados, dando una nueva estocada a
la propiedad privada y la productividad nacional.
Como cabía esperar, en todo este proceso abundaron los casos de

corrupción, como en 2010 el de la empresa pública Productora y
Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL). Este fue uno de
los más grandes escándalos del régimen en su momento, aunque
su trascendencia ha quedado minimizada por la grave crisis
humanitaria actual. Son pocas las personas que recuerdan que, en
años recientes, se descubrió que el régimen chavista ocultó más
de cien mil toneladas de comida en estado de descomposición,
los cuales debían formar parte de los insumos para surtir las
misiones.18 Casos como este son una muestra de la ineficiencia de
las empresas públicas, de las irregularidades en la administración
de los puertos, de las deficiencias en la logística de transporte
de empresas subsidiarias de PDVSA y, en fin, de la avaricia de
funcionarios públicos corruptos, motivados por las cuantiosas
comisiones que se originan con las compras multimillonarias que
sobrepasan su capacidad de manejo. Y esto, más allá de evidenciar
la incapacidad y el desinterés del régimen socialista por resolver
los problemas de Venezuela, también sirve para dar cuenta de los
intereses subyacentes en lo que respecta al control de actividades
productivas y asuntos comerciales por parte del Estado.
La política exterior del socialismo del siglo xxi
La viabilidad del chavismo como proyecto de control social

requería algo más que la apropiación de los recursos del Estado
venezolano y la configuración de mecanismos para la sumisión
de los individuos. También era importante anular cualquier
tipo de presión disruptiva externa, puesto que este régimen se
desenvuelve dentro de un contexto de Estados democráticos
que exigen estándares mínimos de transparencia y de respeto
a convenciones internacionales. Así surgió la necesidad de
confeccionar una narrativa que le permitiera vender su proyecto
político como la panacea.
18
Para profundizar en este caso, se puede revisar la cobertura mediática de la época,
como en el caso de Maye Primera, «Algo huele a podrido en Venezuela», El País, 22
de junio de 2010. https://elpais.com/diario/2010/06/22/internacional/1277157604_850215.
html
Capítulo 7 ► 253
Por esa razón, Hugo Chávez y su ministro de relaciones exteriores

(2006-2013), Nicolás Maduro, forjaron una amplia red de aliados.
Necesitaban líderes de otras naciones para manipular la agenda
de las organizaciones intergubernamentales y requerían la
consolidación de regímenes similares al suyo en otros países,
para expandir sus negocios subterráneos. Esto era una fórmula
ya implementada por potencias de corte totalitario y Venezuela la
adoptaría para un contexto un poco más limitado.
Si se parte de la concepción de la política exterior como un conjunto

de «decisiones y acciones político-diplomáticas, económicas,
militares, culturales hacia el exterior»19, se puede indagar en los
lineamientos que impuso Chávez como Jefe de Estado para el
rol de Venezuela en el ámbito internacional. Vale decir que tales
lineamientos denotaban un gran sesgo ideológico, acentuando los
intereses político-partidistas en detrimento del interés nacional.
Esto último representó un viraje en la política exterior venezolana,
puesto que el proyecto de Chávez, lejos de tener un gran interés
por reivindicar la posición del país como líder latinoamericano —y,
en esencia, del tercer mundo—, en realidad estaba aprovechando
para confeccionar un tejido diplomático que favoreciera su agenda
política personalísima, enfrentándose a posiciones como la de
los Estados Unidos de América. Para esto fue necesario impulsar
nuevos esquemas de integración:
La nueva concepción de la integración regional se corresponde

con un cambio en la visión de las relaciones económicas y de la
geopolítica mundial. Se trata de una propuesta de integración
profundamente latinoamericana, esencialmente política, y más
defensiva que cooperativa en cuanto se orienta tanto a alterar
las relaciones tradicionales de Venezuela, como a contribuir a
modificar los equilibrios geopolíticos regionales y mundiales20.
A la luz de lo anterior, se pudiese decir que la política exterior

chavista fue una degeneración de la política exterior de Carlos
19
María Teresa Romero, Política Exterior Venezolana, Caracas, Libros El Nacional,
2004, p. 17.
20
María Teresa Romero y Elsa Cardozo, «Aproximación a la propuesta internacional
de Hugo Chávez», Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, Año/Vol. VIII, Enero-
Junio 2002, p. 161.
Andrés Pérez en su primer gobierno (1974-1979), en el sentido que esta

sería altamente presidencialista, en búsqueda de protagonismo
y carente de principios rectores como guía para una política de
Estado. Sin embargo, las dos se diferenciarían enormemente en
los objetivos, ya que Chávez, más allá de pretender consolidar la
preeminencia de Venezuela en la región, tenía la tarea de exportar
su proyecto ideológico.
Si algo caracterizó la política exterior de Chávez fue su alto grado de

presidencialismo, siendo él —y no el servicio exterior venezolano—
la principal figura en la toma de decisiones y la ejecución política,
algo tan evidente como su hiperactivismo en la participación en
foros internacionales. Por otra parte, su política exterior también
estuvo cargada de antiamericanismo. Su abierta animadversión
hacia los Estados Unidos de América y hacia el capitalismo
representado en este, son foco de atención recurrente dentro de
la narrativa socialista, una muy cercana al tercermundismo que
conceptualiza Carlos Rangel:
Son “Tercer Mundo” aquellos países cuya falta de estima por sí

mismos y de fe en sí mismos, la consiguiente carencia de confianza
en sus posibilidades de desenvolvimiento dentro del sistema
mundial capitalista, los inclinan a aceptar difusa o tajantemente,
como explicación de sus problemas, las tesis hobsoniano-leninistas
sobre el Imperialismo y la dependencia21.
El hecho de basarse en una cosmovisión que plantea que los

principales problemas de la sociedad venezolana y latinoamericana
son causados por el proceder de las potencias supuestamente
imperialistas a través del libre comercio y la explotación, termina
de configurar un régimen que, a lo interno, limita la autonomía del
individuo y, a lo externo, se posiciona en la acera contraria a los
líderes de Occidente y busca aliados antioccidentales o divorciados
de los principios libertarios de esta civilización, como Cuba, Rusia,
China e Irán.
Con los ingentes recursos petroleros, Chávez se propuso —y

así lo consiguió— convertir su proyecto político nacional en
21
Carlos Rangel, El tercermundismo, Caracas, Monte Ávila Editores, 1982, p. 79.
Capítulo 7 ► 255
un proyecto geopolítico. Para este fin, se trazaron tres líneas

de acción fundamentales, consistentes en: 1) la estructuración,
financiamiento y apoyo logístico a grupos probolivarianos; 2) la
creación de una nueva institucionalidad latinoamericana; y 3)
una fuerte campaña mediática de propaganda e ideologización22.
En cumplimiento de estos objetivos empleó sus acuerdos de
cooperación y favoreció a movimientos afines, quienes luego
llegaron al poder en sus respectivos países. Posteriormente,
estos gobiernos aliados del socialismo del siglo xxi se sumaron
a la edificación de iniciativas como la Alternativa Bolivariana
para las Américas (ALBA), PetroCaribe y la Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR), entre otras. Por último, influyeron en
la opinión pública y difundieron su mensaje a través de la red
desarrollada a partir de la empresa La Nueva Televisión del Sur
(TeleSUR).
Estas líneas de acción definieron el fin y los medios de su política

exterior. La meta era consolidar una alternativa socialista
global, con Latinoamérica como principal vitrina de exhibición,
enfrentándose así a los Estados Unidos y sus valores fundacionales
de libertad, justicia y separación de poderes, los mismos que son la
fuente del desarrollo de la civilización occidental.
Cabe destacar que los movimientos que emprendería el chavismo

con bastante fortaleza —por lo menos entre 2005 y 2012— se
circunscriben a los conceptos de 1) balanceo suave, que son
las acciones que no desafían directamente al hegemón, pero si
retrasan, frustran y socavan el ensanchamiento de su influencia23;
y 2) la diplomacia del poder social, es decir, «los esfuerzos del
Estado de gastar o invertir en el extranjero, ostensiblemente
para el desarrollo social»24. Estas dos herramientas, aplicadas
principalmente por Chávez, sirvieron en su momento para
desvincular progresivamente a los Estados tercermundistas —
sobre todo latinoamericanos— de su afiliación a Estados Unidos
22
Leopoldo Colmenares, «La exportación de la ‘Revolución Bolivariana’ hacia
América Latina», Military Review, Enero-Febrero de 2011, pp. 13 - 15.
23
Robert A. Pape, “Soft Balancing against the United States”, International Security,
Vol. 30, n.º1, 2005, pp. 7-15.
24
Javier Corrales y Michael Penfold, Un dragón en el trópico, Caracas, La Hoja del
Norte, 2012, p. 146.
y Europa y, además, como fachada para impulsar una agenda

socialista en la dinámica política de cada uno de esos países,
ofreciendo además el terreno propicio para el surgimiento de los
Kirchner, Lula Da Silva, Evo Morales y José Mujica, entre otros.
Como reacción hacia el Área de Libre Comercio de las Américas

(ALCA) impulsada por los Estados Unidos en 1994, se creó la ALBA,
y se debe decir que esta instancia no planteaba la integración de
los mercados latinoamericanos, sino más bien la unificación de las
políticas económicas y sociales de los gobiernos, teniendo a estos
y no al mercado como los principales agentes dinamizadores. Con
PetroCaribe, otra de sus iniciativas, el chavismo también ganó
lealtades en los países caribeños, ya que les permitió la compra de
petróleo bajo términos preferenciales. Esta situación se tradujo,
entre otras cosas, en apoyos automáticos para resoluciones
convenientes dentro del seno de la Organización de Estados
Americanos y en el sistema de las Naciones Unidas.
En definitiva, la política exterior del régimen avanzó sin

mayores contratiempos. El pico de su afianzamiento lo
alcanzó, coincidentemente, durante el mismo periodo que la
administración Obama en los Estados Unidos, la cual, justo es
decirlo, no logró comprender a tiempo y en su justa dimensión
al chavismo como una amenaza real; por el contrario, siempre
lo consideró una expresión política que debía ser encausada
hacia un entendimiento pacífico. Esto último cambió en parte a
inicios de 2015, cuando Obama declara a Venezuela una amenaza
inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior
americanas, imponiendo sanciones a funcionarios públicos
responsables de violaciones de derechos humanos.
No hay duda de que el chavismo logró internacionalizar su

proyecto político. Así como en el orden doméstico usaron a PDVSA
para financiar sus misiones, en el ámbito internacional pudieron
consolidar regímenes amigables y cooptar foros de diplomacia.
Algo que se vendría a menos luego del colapso político, económico
y social que coincidiría con la muerte de Chávez y el arribo de
Maduro.
Capítulo 7 ► 257
Colapso económico y reforzamiento de los mecanismos de

control
Existe una afirmación muy cruda y determinante que, aunque no

logra ser internalizada por todos, ha sido corroborada por la fuerza
de los hechos, y es que el incremento de la miseria generalizada en
la sociedad venezolana es directamente proporcional al avance del
socialismo.
Como ya se ha dicho, una sociedad miserable es terreno fértil

para la imposición del totalitarismo y el surgimiento de nuevos
esquemas de enriquecimiento protagonizados por apéndices del
movimiento político que detenta el poder:
Desde que Chávez implementó los controles de precios y la

multiplicidad de regímenes cambiarios, sectores dentro del gobierno
y la sociedad civil vieron en estas distorsiones una oportunidad
para generar ganancias y llenar sus bolsillos. En ese sentido, se
generaron incentivos perversos que favorecieron la corrupción y la
cleptocracia desde el ejecutivo. […] la institucionalidad precedente
de la era Chávez, el estatismo económico, el control electoral y
judicial, los controles al mercado, entre otros, le entregaban a
Maduro ya una garantía y flexibilidad política importante que le
ha permitido el desmonte de los remanentes democráticos25.
De igual manera, estas dos últimas décadas han sido suficientes

para imponer un nuevo orden social. Todos los recursos obtenidos,
sea que provengan de la renta petrolera, de la explotación minera
o los acuerdos comerciales con potencias extranjeras, se han
empleado para alimentar un intrincado sistema de corrupción,
mientras que solo una pequeña parte es transferida a la sociedad
hambreada, anhelante de dádivas.
La concentración de poder económico del chavismo, no es como en

el Estado Patrimonial democrático de 1958, que buscaba un modelo
de desarrollo que diera modernidad económica, social y política
a Venezuela, acá se trata de consolidar poder económico porque
25
Mauricio Reina, Carlos Mesa y Tomás Ramírez, Elementos para una política
pública frente a la crisis de Venezuela, Bogotá, FEDESARROLLO, 2008, p. 35.
concentrar poder económico es concentrar poder político. Por eso

las nociones más básicas de utilidad, rentabilidad y productividad
de las esferas de la economía de la cual el socialismo estatiza están
fuera de lugar. No importa la falta de beneficios económicos de
una estatización o de bienestar social en una regulación estatal
a la economía, lo que importa es la ganancia en materia de poder
político y de dominación sobre la sociedad26.
La lógica que le aplica el chavismo a sus políticas de transferencias

sociales puede describirse a partir de lo anterior. En un primer
momento, su inspiración fue clientelar, ya que pretendía la
obtención de votos favorables en los múltiples procesos electorales
que se organizaban. Pero desde 2016, cuando los mecanismos
democráticos se empezaron a deslegitimar, el régimen mostró sus
verdaderas pretensiones de control, impuestas, principalmente, a
través de los siguientes instrumentos:
• Comités Logísticos de Alimentación y Producción

Conocidos por sus siglas CLAP, surgen a raíz de la
declaratoria de emergencia económica en 2016 y suponen
la importación, distribución y comercialización de
productos de primera necesidad a precios preferenciales.
Con los CLAP, el régimen de Nicolás Maduro ha pretendido
vender a precios subsidiados algunos productos que son
adquiridos —en su mayoría— en el exterior a empresas
de dudosa procedencia. Es común que sus beneficiarios
se quejen de la mala calidad de los mismos.
Más allá de la baja calidad de los productos, el fenómeno
de los CLAP es realmente perverso por dos grandes
motivos: en primer lugar, han sido impuestos como
solución a la crisis económica, es decir, se ha restringido
a los individuos a consumir la poca variedad que estos
comités pueden ofrecer, algo similar a lo ocurrido con
la tarjeta de racionamiento cubana; y en segundo lugar,
al ser administrados por los Consejos Comunales, han
servido de chantaje contra quienes no comulgan con el
partido de gobierno.
26
Isabel Pereira y Rafael Quiñones, Por un país de propietarios. El petróleo no tiene
la culpa, Caracas, Editorial CEC, 2016, p. 107.
Capítulo 7 ► 259
• Subsidios directos
Este mecanismo ha sido reforzado a partir de 2017, tras el
inicio de la espiral hiperinflacionaria. Se instrumentaliza
a través de un sistema paralelo de identificación conocido
como Carnet de la Patria, el cual es de registro voluntario,
pero altamente influenciable, puesto que condiciona el
recibimiento de bonos en moneda digital, otorgados según
diversos criterios, dentro de los que se puede destacar: el
criterio de necesidad, como es el caso de las embarazadas,
madres solteras y adultos mayores; de ocupación, en el
caso de los empleados públicos; y de contexto, como las
efemérides, periodos vacacionales y fiestas tradicionales.
Asimismo, se utiliza para incentivar la participación en
procesos electorales o manifestaciones de apoyo.
Más allá de eso, el régimen socialista ha experimentado
con el uso de este sistema para tener acceso a servicios
prestados por el Estado, lo cual es grave, ya que obliga a
registrarse a más personas de las que se registrarían si
numerosas áreas de la vida económica no estuviesen
monopolizadas por el sector público.
En conclusión, se puede apreciar que, aun enfrentando una crisis

humanitaria sin precedentes, los promotores del socialismo del
siglo xxi han logrado reinventarse exacerbando las distorsiones de
su modelo y acumulando más poder para limitar las capacidades
de los individuos, por lo que la debacle económica ha servido para
fortalecer su posición en el Estado, en vez de propiciar su caída.
La propaganda chavista
El éxito del chavismo como proyecto de control social y

acumulación de poder, radica en la efectividad de su narrativa y en
el avance progresivo de sus políticas. La mayor parte del tiempo,
por tal razón, ha descartado confrontaciones abrumadoras, como
aquellas practicadas por las dictaduras militares latinoamericanas
del siglo xx.
A fin de asegurar el desarrollo imperturbable del socialismo del

siglo xxi, el chavismo encontró refugio dentro de los procesos de

la administración pública. Por eso es que, antes que una toma
atropellada del control total sobre la sociedad, optó por un proceso
de desmantelamiento institucional progresivo, dando paso,
paulatinamente, a la instauración de nuevas estructuras. Cuando
aplica las leyes hechas a su medida y ejecuta políticas públicas
de inspiración supuestamente benefactora, logra imponerse en
todos los aspectos de la vida de los venezolanos. Así, el sustento
legal termina siendo una justificación hecha propaganda, es decir,
un respaldo a la narrativa que se ofrece para poder justificar una
acción sin que despierte sospechas de ser algo perjudicial. La
práctica de este tipo de propaganda es orientada hacia el exterior
de la esfera de influencia inmediata, tal como Hannah Arendt lo
identificaba en el nazismo y el comunismo soviético:
Como los movimientos totalitarios existen en un mundo que

en sí mismo no es totalitario, se ven forzados a recurrir a lo que
comúnmente consideramos como propaganda. Pero semejante
propaganda siempre se dirige a una esfera exterior. […] La relación
entre la propaganda y el adoctrinamiento depende normalmente,
por una parte, de las dimensiones de los movimientos y, por otra,
de la presión exterior. Cuanto más pequeño sea un movimiento,
más energía gastará en la propaganda; cuanto mayor sea sobre
los regímenes totalitarios la presión del mundo exterior —una
presión que no puede ser enteramente ignorada, incluso tras los
telones de acero—, más activamente se lanzarán a la propaganda
los dictadores totalitarios27.
De este modo, los movimientos totalitarios recurren a argumentos

legales para sustentar su proceder, refinando su discurso según
el momento histórico que estén atravesando. Y ya que para la
mayoría de la población estos actos no tienen asidero, optan por
hacer señalamientos a determinados agentes económicos que
supuestamente buscan socavar el proyecto político revolucionario,
teniendo así la excusa para continuar intensificando sus políticas
y apresar a la disidencia.
Con ello, impulsan una estrategia dual, y a la vez contradictoria,
27
Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo, Madrid, Taurus, 1998, pp. 280 - 281.
Capítulo 7 ► 261
de imposición del sistema socialista y de resistencia ante los

embates del capitalismo. En otros términos: mientras se ejecutan
las políticas que generan distorsiones en el mercado y hacen
disminuir la producción de bienes, aumentar los precios y
deteriorar al aparato productivo, el chavismo afirma que está
siendo víctima de las consecuencias negativas del capitalismo y
que este es el responsable de todos los problemas, lo que a su vez
le brinda la plataforma para ejecutar medidas extraordinarias.
De este modo consigue imponer estados de excepción, bajo la
condición de emergencia económica, lo cual le da el aval para
seguir interviniendo en el mercado y causando más distorsiones.
En fin, un círculo vicioso que tiene un solo propósito: consolidar el
estado de servidumbre de los venezolanos.
Podría decirse que el régimen ha logrado balancear sus discursos

y sus acciones. A lo interno de sus filas logra sortear las nefastas
consecuencias de sus políticas con un asistencialismo exacerbado,
vendiendo sus misiones sociales e iniciativas estatales como
grandes soluciones a la crisis del capitalismo, sin admitir que el
pobre desempeño del país es causado por ellos mismos. En todo
caso, el bucle perverso generado por las políticas socialistas
perderá su efecto cuando la sociedad comprenda que sus miserias
son originadas, en realidad, por sus supuestos salvadores. Y esto es
algo que, en apariencia, ha comenzado a gestarse. La propaganda
chavista no está teniendo efecto ni en Venezuela ni en el exterior,
su fracaso es evidente. Ahora bien, aún falta por internalizar que
ese mal tiene un origen cierto en el socialismo y que perdurará
si los controles sobre el mercado y el asistencialismo continúan,
independientemente del movimiento político que los lleve a cabo.
Ni siervos ni derrotados
Todas las situaciones descritas hasta ahora, más allá de representar

un episodio nefasto para la historia de Venezuela, también han
sido determinantes para el surgimiento de una generación
de luchadores por la libertad, jóvenes dispuestos a enarbolar
esta bandera en un ambiente hostil y a promover los cambios
necesarios para la construcción de una sociedad realmente libre.
En ese sentido, el autor de este capítulo narra su testimonio:
Me resulta difícil explicar lo que se siente crecer en un

país diseñado para hacerte fracasar, ya que, muchas
veces, las historias que son expuestas en las grandes
cadenas de televisión o en medios impresos son tildadas
de sensacionalistas. Pero debo decir que, aun con lo
impresionante que pueda parecer, la mayoría de lo que lees
y escuchas sobre el desastre de Venezuela es cierto, y el
socialismo tiene la culpa.
Yo me crie en el seno de una familia de clase media, en una

ciudad relativamente cercana a la capital, con todos los
problemas que se le achacan a la Latinoamérica del siglo xx.
Y, a pesar de no estar en una posición privilegiada, puedo
asegurar que nunca me faltó nada.
Mi niñez fue feliz, como la de muchos en mi entorno. Los

cumpleaños, las vacaciones y las navidades estaban llenas
de celebración, de regalos y de viajes. Tuve la fortuna de
disfrutar lo que hoy solo los hijos de los jerarcas del régimen
chavista pueden obtener.
Sin embargo, esa magia no me duró para toda la vida. Cada

año que los sujetos vestidos de rojo permanecían en el
poder, presentes en nuestros televisores, día y noche, las
limitaciones crecían y los sueños se frustraban.
Debo confesar que mi familia siempre fue renuente

con respecto a la política. La prioridad era trabajar para
conseguir lo que uno necesitaba y deseaba. A pesar de esto,
llegamos a un punto en el que sí fue necesario prestarle
atención a la política. Lo que hacía el gobierno estaba
repercutiendo negativamente en nuestros bolsillos y las
condiciones de vida ya no eran las de antes.
Gracias a la ambición del chavismo, en el 2009 —a mis

quince años de edad— conocí lo que era una protesta por
primera vez. En esa ocasión, nos tocó gritar la consigna
«con mi arepa no te metas», en defensa de una de las
empresas más emblemáticas del país, aquella donde se
fabrica la Harina PAN. Ahí trabajaba —y lo continúa
Capítulo 7 ► 263
haciendo— mi papá.
En ese momento, el gobierno socialista de Chávez y el

sindicato chavista de la empresa estaban empeñados
en expropiar esta gran fuente de empleo para, como
decían ellos, hacerla del pueblo. Así fue como aprendí dos
lecciones determinantes para mi vida: la primera, que uno
debe procurarse su propio bienestar y, la segunda, que
defender la libertad económica no se limita a estar del lado
de los grandes empresarios, sino que hay que defender
la oportunidad que tiene cada uno para garantizar su
sustento.
Aquellos eran tiempos convulsos, el deterioro de la

economía nos hacía pensar en nuevas formas para obtener
ingresos en nuestro núcleo familiar. Por esa razón, mis
padres decidieron invertir sus ahorros e iniciar un negocio
en la industria del transporte de mercancías. Sin embargo,
esa oportunidad se nos arrebató, ya que el primer camión
que tuvimos, que se suponía iba a ofrecer los ingresos
para hacer crecer la empresa, tuvo un accidente y debió
ser llevado a reparación, con la mala suerte de que en ese
momento la empresa aseguradora fue intervenida por
el gobierno nacional y nunca honró los gastos, dejando a
la mayoría de sus beneficiarios sin los recursos que se les
adeudaba.
Más allá de ese episodio, los años siguientes incidieron en mí

para desarrollar un interés por la política. Yo quería, sobre
todo, lograr comprender cómo se movía el mundo. Eso me
llevó a estudiar en la Escuela de Estudios Internacionales
de la Universidad Central de Venezuela.
En mis años de estudio no solo me formé académicamente,

sino que además desarrollé habilidades que me han
abierto puertas hasta el día de hoy. Como fundador de
un movimiento estudiantil, pude alcanzar posiciones
relevantes de representación, tanto en el Consejo de la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, como en la
Comisión Electoral de la universidad. Sin embargo, lo que
más rescato son los momentos de lucha por la libertad en

las calles de Venezuela.
El 2014 me marcó profundamente. A partir de ese momento

conocimos la peor cara del chavismo. La represión
brutal, las detenciones extrajudiciales y los asesinatos de
manifestantes me disuadieron de pensar que existía una
salida electoral a esta barbarie; entendí que el camino era
otro y que, para propiciarlo, la sociedad debía comprender
lo malo del socialismo y las bondades de la filosofía de la
libertad.
Así, equilibré los estudios, la representación estudiantil

y mis responsabilidades como preparador de derecho
constitucional con mi vocación de promover el liberalismo.
Para esto último encontré, en Estudiantes por la Libertad,
la plataforma ideal.
Desde ahí pude contribuir con la promoción de las ideas de

Hayek, Mises, Ayn Rand y Carlos Rangel, pero, sobre todo,
me encontré con cientos de jóvenes como yo, dispuesto a
impulsar cambios reales en nuestra sociedad.
Primero como voluntario, y ahora como parte del staff de

esta organización pro libertad, la meta ha sido una sola:
demostrar que nuestros problemas sí tienen solución y
que esta supone permitirles a los individuos ejercer su
autonomía, crear riqueza, cooperar voluntariamente e
intercambiar bienes y servicios.
Los últimos años han sido difíciles para todos nosotros,

con una hiperinflación que condiciona nuestra calidad de
vida y nos obliga a pensar en términos de supervivencia; los
cortes de energía constantes, pésima prestación de servicios
públicos y privados, y el riesgo en seguridad y salud al que
estamos expuestos nos inducen a tener pocas expectativas
de cambio inmediato. Sin embargo, no existe un momento
en el que se me pase por la mente que Venezuela no será
libre; todo lo contrario, tengo la certeza de que junto con mi
generación haremos de este país un ejemplo de libertad y
Capítulo 7 ► 265
progreso para el continente.
Comenzar desde cero
El paso del chavismo por Venezuela ha dejado heridas muy

profundas en su sociedad, y aunque los efectos nocivos de la
polarización política ya se han ido disipando, las carencias
producidas por el colapso económico apenas están tomando
impulso, y pudiesen llegar a niveles que hasta ahora no se han
experimentado. Sin embargo, de la calamidad se puede aprender.
A partir de la destrucción de las instituciones públicas, la
pulverización del aparato productivo y la inexistencia de políticas
sociales efectivas, se puede construir algo totalmente diferente.
El ciudadano, ya carente de todo, anhelando libertad para
poder trabajar y moldear su futuro, podría estar preparado para
comenzar desde cero.
Las circunstancias son adecuadas para esbozar una proposición

sobre la orientación que debe tener cualquier iniciativa política que
pretenda emprender el difícil camino para hacer de Venezuela una
sociedad libre. Una sociedad donde, en primer lugar, los individuos
no sean despojados de las herramientas para procurarse su propio
bienestar y, por consiguiente, no dependan de las dádivas de
quienes detenten el poder.
Esta sociedad libre, como la describe Eamonn Butler, no

estaría diseñada por una élite, sino que se desarrollaría por las
interacciones humanas, donde los individuos, utilizando sus
talentos y habilidades, serán capaces de beneficiarse a ellos
mismos y a todos a la vez. Comportándose en cumplimiento de
leyes justas y aplicadas a todos por igual, esta sociedad se servirá
de un gobierno reducido y limitado, con la única función de
garantizar el goce de la libertad en un mercado libre y conectado
con el mundo28.
La Venezuela de hoy tiene la oportunidad de aprehender los

principios del liberalismo. Aunque la sociedad esté saturada de
28
Eamonn Butler, Fundamentos de la sociedad libre, Santiago de Chile, Fundación
Para el Progreso, 2013, pp. 22-26.
discursos ideológicos y de promesas incumplidas, los defensores

de la libertad se deben dar a la tarea de promover este ideal
ante la opinión pública y evidenciar que no se trata de una
propuesta constructivista, pretenciosa y arrogante, que busca
moldear mentes y manipular acciones, sino lo contrario, esto es,
la promoción de una nueva idiosincrasia, fundamentada en el
respeto de la vida, la propiedad y la libertad de cada uno, tal como
lo describe Carlos Sabino:
El auténtico liberalismo no propone rehacer la sociedad sobre la

base de algún plan general concebido por intelectuales o políticos,
ni promueve revoluciones de ninguna naturaleza. Es en cambio una
prédica y una lucha política que se orienta a proteger y desarrollar
la autonomía individual29.
Una sociedad que funcione con fundamento en el respeto de la

libertad y la autonomía individual, comenzará a florecer de manera
espontánea, encontrará soluciones a problemas comunes en la
interacción de sus miembros y no deberá someterse a intereses
oscuros para proporcionarse medios de subsistencia. Aunado a
esto, la nueva Venezuela internalizará que, así como se tiene la
libertad para hacer, se es responsable de las consecuencias de esos
actos. Hayek lo deja muy claro en su análisis de la libertad y la
responsabilidad como conceptos que van de la mano:
La libertad no sólo significa que el individuo tiene la oportunidad

y responsabilidad de la elección, sino también que debe soportar
las consecuencias de sus acciones y recibir alabanzas o censuras
por ellas. La libertad y la responsabilidad son inseparables. Una
sociedad libre no funcionará ni perdurará a menos que sus
miembros consideren como derecho que cada individuo ocupe la
posición que se deduzca de sus acciones y la acepte como resultado
de sus propios merecimientos30.
En añadidura, si esta sociedad emprende un verdadero sistema

de protección de la libertad, debe también entender que eso
29
Carlos Sabino, Liberalismo y utopía, Caracas, CEDICE, 1999, p. 23.
30
Friedrich Hayek, Los fundamentos de la libertad, Madrid, Unión Editorial, 2014,
p. 159.
Capítulo 7 ► 267
supone una apertura con el mundo. Así como los agentes privados
se librarán de las obstrucciones del Estado en la innovación
y el comercio, también se evitarán políticas erradas como el
proteccionismo. De igual manera, así como los individuos deben
desligarse del asistencialismo gubernamental, los empresarios
tienen que superar la dependencia hacia los controles y
beneficios gubernamentales, para prosperar por su cuenta: «bajo
el paternalismo estatal, el alcance de beneficios económicos solo
es posible a través del proceso político, donde la única manera de
surgir es a expensas de otros»31. En las siguientes líneas, Carlos
Rangel nos ofrece una reflexión que suele ser pasada por alto y
que permite entender —cambiando el orden de los factores— el
gran problema de Venezuela:
Es bajo la lógica del capitalismo que los gobiernos dejan de ser

arbitrarios y despóticos para someterse gradualmente a las
estructuras jurídicas institucionales según las cuales la protección
de los derechos de los ciudadanos y la limitación del poder del
Estado son, por principio, la razón de ser de la política32.
Individuos prósperos y conscientes de las instituciones sociales

que garantizan su bienestar no sucumbirán ante las pretensiones
de movimientos políticos u organizaciones criminales que deseen
oprimirlos. El control de una sociedad sólo es posible cuando esta
carece de los medios para defenderse. Por ello es necesario hacerle
frente en todo momento a la narrativa vociferada por los enemigos
de la libertad. Se ha vendido durante mucho tiempo la falacia de
la incapacidad del venezolano para ser dueño de su destino. Esto
se ha justificado en las condiciones precarias de preparación y
las dificultades para acometer empresas exitosas. Sin embargo,
siempre se ha obviado que este hecho depende precisamente de
la falta de libertad.
Del mismo modo, tanto el desmantelamiento como la

transformación de políticas asistencialistas se han evitado porque,
supuestamente, eso conduciría a un incremento de la pobreza y al
empeoramiento de las condiciones de los sectores más vulnerables
31
Carlos A. Ball, Regulación versus Libertad, Caracas, CEDICE, 1987, p. 8.
32
Carlos Rangel, El tercermundismo, Caracas, Monte Avila Editores, 1982, p. 173.
de la sociedad. Lo que aquí pretendemos en realidad es atacar las

causas primigenias de esa miseria y no de alentar a los individuos
para que sigan dependiendo del Estado.
Pero estos cambios no ocurren de la noche a la mañana. Si bien se

pueden apoyar políticas de choque, enmarcadas en una retirada
del tutelaje del Estado sobre el mercado, aún podrían requerirse
transferencias sociales en la figura de subsidios directos, como
la política de váuchers educativos ya desarrollada en el capítulo
anterior. En la transición hacia la sociedad libre, los venezolanos
requerirán de la participación de los actores públicos y privados,
partiendo de un acuerdo que tenga como piedra fundacional
la decisión de evitar esquemas de dependencia que puedan ser
utilizados en el futuro para controlar a la sociedad, sino más bien
generar las condiciones propicias para el progreso.
La viabilidad de una sociedad libre en la Venezuela posterior al

chavismo dependerá del convencimiento de las personas que
participen en su construcción y la disposición que cada uno de
los venezolanos tenga de dejar de ser siervos para convertirse en
luchadores por la libertad, ya que:
La libertad no es una batalla que requiere la conversión de otros

para ganar. La libertad se gana cuando aceptas la idea de que eres
el único dueño de tu vida; cuando tu vida no está subordinada a
ninguna, y ninguna otra vida está subordinada a la tuya. Cuando
aceptas esa idea, estás liberado33.
Cada individuo que ha padecido de la experiencia venezolana, así

como de otras donde la libertad ha estado ausente, debe sentir
la motivación de pararse sobre sus propios pies y emprender
su proyecto de vida, siendo escéptico con respecto al poder y
desafiando las arbitrariedades de esos que pretenden subyugar a
quienes producen. Serán el vivo ejemplo que ha de disuadir a otros
para no recorrer este camino escabroso y contribuirán, por sobre
todas las cosas, con la generación de un cambio inspirado en el
valor cardinal de la libertad.
33
Louis E. Carabini, Inclined to liberty. The futile attempt to suppress the human
spirit, Alabama, Ludwig von Mises Institute, 2008, p. 106.
CON
CLU
SIÓN
► 271
CONCLUSIÓN
En julio de 2019 realicé mi primera visita a la frontera venezolana.

Volé a Cúcuta, Colombia, y trabajé como médico voluntario
tratando a refugiados en una clínica de atención primaria. Fue
una experiencia difícil pero muy gratificante. Antes de llegar
a la frontera venezolana, nunca había practicado la medicina
en condiciones tan austeras. Esto me presentó nuevos desafíos
clínicos, pero lo más desafiante de todo fueron los pacientes a
los que no pude ayudar debido a la falta de recursos, incluidos
medicamentos, especialistas e intervenciones quirúrgicas.
Lo que más me impactó fueron las condiciones médicas

relativamente simples y reparables, pero que son fatales sin una
intervención quirúrgica. Me encontré con demasiados de estos
casos. Como no podía despedir a mis pacientes sin hacer todo lo
que estaba a mi alcance para ayudar, terminé intercambiando
información de contacto de WhatsApp con muchos para tratar
de organizar la atención definitiva que necesitaban. Una vez que
regresé a los Estados Unidos, me puse a trabajar para recaudar
fondos y organizar cirugías.
Una tarde de agosto de 2019 recibí una serie de mensajes de

WhatsApp que recordaré por el resto de mi vida. Eran de los padres
de uno de mis pacientes. Su nombre era Flor y tenía una condición
llamada estenosis traqueal. Es una afección en la que la tráquea
forma tejido cicatricial y se cierra lentamente, lo que provoca una
asfixia gradual. Es tratable y, en el caso de Flor, pensé que había
un procedimiento quirúrgico relativamente simple — llamado
traqueotomía— que podría salvarle la vida.
Lamentablemente, ese sencillo procedimiento no fue tan sencillo

para Flor. En la ciudad de Cúcuta, abrumada por un millón de
refugiados, todos huyendo de un desastre humanitario de una
escala difícil de imaginar, los recursos son escasos. Había estado
trabajando para juntar el dinero y también para encontrar un
cirujano para Flor, pero aún no había tenido éxito. Su madre y su
padre me enviaron mensajes diciéndome que estaba teniendo una
crisis respiratoria. Me informaron frenéticamente que se estaba
poniendo azul, que estaba muy angustiada y que temían por su
vida. Les dije que fueran a una sala de emergencias y lo hicieron,
manteniéndome informado mientras su condición empeoraba
durante varias horas.
Terminaron poniéndola en un ventilador mecánico y luego recibí

la angustiada llamada de su madre, informándome que Flor había
fallecido. Este fue, emocionalmente, el momento más difícil de
toda mi carrera médica. Estoy acostumbrado a la muerte porque
la veo con frecuencia. Pero nunca había perdido a un paciente por
algo tan reparable. Tan fácilmente tratable. Esta muerte se sintió
como ver un asesinato, intentar detenerlo y fallar. La sensación
de injusticia y desesperación fue abrumadora. Entré a mi sala de
llamadas en el hospital, me senté en el suelo y lloré, porque sentía
que le había fallado.
¿Flor murió de estenosis traqueal? Sin duda, esa es la causa

inmediata de la muerte. Pero muy dentro de mí podía sentir que
esta no era una muerte natural ordinaria. Flor no era solo una
paciente mía, era una víctima. ¿Pero de qué?
¿De la pobreza? La pobreza es sin duda lo que le impidió recibir

el tratamiento que necesitaba para sobrevivir, pero su pobreza
no surgió de forma espontánea. ¿Fue víctima del chavismo? El
chavismo ocasionó la pobreza que produjo las condiciones que la
llevaron a la muerte. Pero, ¿qué produjo la ideología enfermiza y
destructiva conocida como chavismo? ¿Qué tomó al país más rico
del continente sudamericano y lo convirtió en la situación más
pobre y desesperada de los últimos tiempos?
Durante casi cien años, Venezuela existió como un petroestado.

La riqueza y la economía del país se basaban en el petróleo y eso
Conclusión ► 273
tiene consecuencias inquietantes. ¿Qué sucede cuando varias

generaciones crecen en un lugar donde la riqueza se extrae del
suelo y no se produce mediante inversiones, innovación y esfuerzo
humano? ¿Qué sucede cuando el Estado se convierte en el medio
de facto para distribuir la riqueza? La cultura se envenena y, a lo
largo de su turbulenta historia, la cultura de Venezuela se enfermó
y se volvió vulnerable a la enfermedad del oportunismo.
Cuando la mayor parte de la riqueza surge de la tierra, y cuando

la riqueza no petrolera está en manos de unas pocas familias
políticamente conectadas, que, en vez de ser productores, son
rentistas que viven del botín de la influencia política, ¿cómo
la cultura comienza a ver la riqueza? ¿Cómo empieza la cultura
a ver a los ricos? En estas condiciones, es obvio, incluso para el
observador más casual, que lo que los ricos tienen se lo roban a los
demás. La riqueza se convierte en evidencia del saqueo y los ricos
se convierten en objeto de odio.
Al crecer en una democracia liberal con un mercado libre

funcional, aprendí sobre Bill Gates y cómo cambió el mundo al
inventar y comercializar el sistema operativo Windows. Aprendí
sobre el Sabio de Omaha, Warren Buffet, quien construyó un
imperio empresarial basado en ahorros e inversiones. Aprendí
sobre Koch Industries, un conglomerado multimillonario que
introdujo innovaciones en productos mundanos que llevaron
a la caída de precios y crearon cientos de miles de empleos en el
proceso. Donde crecí, los capitalistas eran héroes y los frutos de
su riqueza eran fáciles de ver a medida que mejoraban las vidas de
todos en la sociedad.
Un entorno así produce una sociedad llena de personas con

respeto por la propiedad privada, el espíritu empresarial y el libre
mercado. También produce una sociedad de personas con una
profunda desconfianza por los esquemas redistribucionistas y los
políticos fuertes.
Pero en un mundo donde la riqueza proviene de la tierra, tiende

a confiarse en los esquemas de distribución del gobierno. Los
políticos fuertes pueden obtener fácilmente el estatus de héroe
porque son vistos como el conducto hacia una vida mejor. Cuando
la riqueza proviene del suelo y es concentrada por quienes tienen

influencia política, el suelo ideológico se vuelve fértil para que
crezcan malas y peligrosas hierbas.
En 1958, el dictador Marcos Pérez Jiménez perdió el poder y los

principales partidos políticos de Venezuela llegaron a un acuerdo
conocido como Pacto de Puntofijo. Este pacto era, en esencia, un
acuerdo de reparto del poder: sin importar qué partido ganara
una elección determinada, los dos partidos dominantes seguirían
compartiendo el poder de una forma u otra y, fundamentalmente,
seguirían teniendo acceso a los ingresos del petróleo.
¿El resultado? Ambos partidos principales, Acción Democrática

y COPEI, construyeron grandes redes de clientelismo político en
todo el país. Venezuela ya era un petroestado, pero el puntofijismo
era un tipo especial de pacto con el diablo: aparentemente para
preservar la democracia, se construiría una vasta red de sobornos,
corrupción y clientelismo en todo el país, creando así una extraña
realidad donde el gobierno es la fuente de riqueza, bienestar y
estabilidad para toda la sociedad.
Durante estos años, otra fuerza siniestra descendió sobre la

cultura de Venezuela: una campaña de propaganda financiada por
los soviéticos fluyó a través del aparato de la dictadura de Castro
hacia las escuelas, las universidades y los medios de comunicación
venezolanos. Magnificó la enfermedad cultural producida por
el puntofijismo, avivó las llamas del resentimiento sobre las
estructuras sociales que habían persistido desde el colonialismo
español y poco a poco infectó las mentes de una gran parte de la
población venezolana.
Lo que se había construido era un sistema nominalmente

democrático lleno de corrupción, un sistema nominalmente
capitalista lleno de robos, y —gracias a los altos precios del petróleo
provocados por el embargo petrolero árabe de la década de 1970—
un nivel de vida relativamente alto al cual los venezolanos se
acostumbraron.
Sin embargo, la década de 1980 trajo consigo una gran agitación.

Con el fin del embargo petrolero árabe, los precios del petróleo
Conclusión ► 275
se desplomaron y, con ellos, toda la economía venezolana. Con el

telón de fondo de una campaña de propaganda cubano-soviética
de varias décadas, el escenario estaba listo. A fines de la década
de 1980 y principios de la de 1990, el gobierno se vio obligado a
promulgar medidas de austeridad porque el dinero necesario para
continuar operando su vasta red de clientelismo simplemente ya
no estaba allí. ¿El resultado?: agitación civil, disturbios y, en 1992,
dos intentos de golpe.
En ese entonces, el teniente coronel del ejército, Hugo Chávez,

encabezó un intento de golpe militar contra un gobierno que
era profundamente impopular porque estaba recortando el
clientelismo al que los venezolanos se acostumbraron durante
generaciones. Cuando el golpe fracasó y Chávez fue encarcelado,
la maquinaria de propaganda cubana finalmente tuvo al héroe
que necesitaba.
En 1998, cuatro años después de que los casos contra los golpistas
fueron sobreseídos —gracias a una importante campaña de
presión a su favor—, la carrera política de Chávez tomó un impulso
y este ganó la presidencia de Venezuela —con más que un poco
de ayuda de los cubanos—. No podría haber elegido un mejor
momento si lo hubiera intentado: asumió el cargo al comienzo de
un auge mundial de las materias primas y un precio récord del
petróleo le dio a su carrera política un gran impulso. De repente, se
encontró con el dinero necesario para lograr todos sus objetivos,
mientras que, al mismo tiempo, vendía la mentira de que su agenda
socialista estaba produciendo riqueza. Comenzó una campaña de
generoso gasto social y con ello comenzó también a construir un
culto a la personalidad. En 1999, Chávez y sus aliados reescribieron
la Constitución y se embarcaron en una campaña de destrucción
de las ya débiles instituciones del país.
Como has aprendido en este libro, Chávez prestó gran atención a la

salud y la educación —una táctica que asimiló de sus patrocinadores
cubanos—. Pero al igual que en una trampa para ratones, el queso
nunca es gratis. Chávez casó la educación con el adoctrinamiento,
infectando escuelas y universidades por igual, con propaganda y
adoctrinamiento diseñados para robar a las personas su capacidad
de pensar críticamente y producir ciudadanos obedientes con una
visión falsa del mundo que los rodea. Dio la vuelta al sistema de
salud, usándolo como una herramienta política para apuntalar el
apoyo a su incipiente dictadura. Siempre que Chávez ‘invirtió’ en
Venezuela, el objetivo principal era construir su propio culto a la
personalidad, no edificar un país mejor.
Durante su reinado de terror, Chávez expropió miles de negocios

y cientos de miles de propiedades privadas, reduciendo la
productividad y aplastando la producción económica no petrolera
de la nación1. Implementó controles monetarios que crearon un
impuesto efectivo del 70 % del bruto sobre todas las exportaciones
no petroleras2, sofocando efectivamente toda la economía no
exportadora de petróleo. Cualquier actividad económica que no
estuviera bajo el control directo de Hugo Chávez fue sofocada,
expulsada del negocio y destruida. Los negocios a los que se les
permitió sobrevivir fueron, únicamente, los que estaban en manos
de sus clientes políticos.
Inició una campaña para poner al poder judicial bajo su

control, encarcelando y exiliando a jueces independientes
y reemplazándolos por compinches3. Hizo lo mismo con los
militares4. Al momento de su muerte, se había asegurado de
que el ejército se convirtiera en una empresa completamente
criminal, con lealtad al régimen y no al país. Cuando el poder fue
entregado al actual dictador, Nicolás Maduro, el trabajo estaba
casi terminado. El poder judicial estaba subordinado. Los militares
estaban subordinados.
Casi ninguna actividad económica fuera del control del régimen

fue posible. Pero Nicolás Maduro tenía un problema: los precios
1
Michael Albertus, «This land was your land», Foreing Policy, 13 de noviembre de
2015. https://foreignpolicy.com/2015/11/13/this-land-was-your-land-venezuela-land-
reform-chavez-maduro/
2
Francisco Toro, «The exporter», Caracas Chronicles, 23 de junio de 2009. https://
caracaschronicles.blogspot.com/2009/06/exporter_23.html
3
UN News, «Venezuelan leader violates independence of judiciary» - UN rights
experts, 2019. https://news.un.org/en/story/2009/12/324512-venezuelan-leader-violates-
independence-judiciary-un-rights-experts
4
Brian Ellsworth And Mayela Armas, «The Maduro mystery: Why the armed forces
still stand by Venezuela’s beleaguered president», Reuters, 28 de julio de 2019. https://
www.reuters.com/investigates/special-report/venezuela-military/
Conclusión ► 277
del petróleo se habían derrumbado y Chávez había estado tan

ocupado invirtiendo los ingresos petroleros en su aparato de control
político, que la producción de petróleo disminuyó enormemente,
según algunas estimaciones, en más del 90 %5. Sin embargo,
resulta que estas inversiones políticas no fueron tan malas, si se
miran desde el punto de vista del régimen. La hija de Hugo Chávez,
María Gabriela Chávez, terminó con un patrimonio neto de $ 4,2
miles de millones6; Nicolás Maduro voló alrededor del mundo
en jets privados; Diosdado Cabello acumuló cientos de millones7;
incluso la enfermera que atendió a Hugo Chávez y terminó siendo
multimillonaria, fue sorprendida contrabandeando sus ganancias
mal habidas en forma de lingotes de oro8.
Lo que hicieron Hugo Chávez y luego Nicolás Maduro puede

haber sido malo para Venezuela. Puede que haya sido malo para
el pueblo de Venezuela. Sin embargo, no fue malo para la familia
Chávez, ni para la familia Maduro, ni para la familia Cabello.
Mientras seis millones de personas huían por sus vidas en busca
de trabajo, alimentos y medicinas, la clase política de Venezuela
acumuló más riqueza que nunca. Resulta que lo que era cierto
sobre la riqueza en el petroestado de Puntofijo sigue siendo cierto
en la Venezuela socialista. No se produce riqueza; el petróleo es
extraído del subsuelo y distribuido por el Estado.
Los seis millones de refugiados, como mi paciente Flor, tienen

historias de lucha, dolor y sufrimiento, y tienen cicatrices que los
perseguirán de por vida —para muchos de ellos, una vida muy
corta—. Pero de este infierno, ha surgido algo sorprendente: una
5
Frank Verrastro, «How Low Can Venezuelan Oil Production Go?», Washington,
CSIS, 18 de junio de 2018. https://www.csis.org/analysis/how-low-can-venezuelan-oil-
production-go
6
Andre Puglie, «Maria Gabriela Chávez Net Worth: Hugo Chávez’s Daughter Richest
Woman in Venezuela, Worth $ 4.2 Billion», Latin Post, 12 de agosto de 2015. https://
www.latinpost.com/articles/71424/20150812/maria-gabriela-ch%C3%A1vez-net-worth-
hugo-ch%C3%A1vezs-daughter-richest-woman-in-venezuela-worth-4-2-billion.htm
7
Sabrina Martín, «US Confiscates $ 800 Million From Diosdado Cabello, and
Deports his Daughter», PanAm Post, 14 de junio de 2018. https://panampost.com/
sabrina-martin/2018/06/14/us-confiscates-800-million-from-diosdado-cabello-and-
deports-his-daughter/
8
Joshua Goodman, «Court: Hugo Chávez’s former nurse hid gold in secret vault»,
AP, 3 de agosto de 2020. https://apnews.com/article/st-vincent-and-the-grenadines-
miami-venezuela-latin-america-caribbean-61b1bb085578fbb9031f153a30d64817
nueva generación de venezolanos que crecieron bajo el yugo de la

tiranía y lo vieron exactamente como era, a pesar de la propaganda
y el adoctrinamiento. Crecieron en un mundo donde no se produce
riqueza. Sin embargo, sin la fachada de capitalismo que estuvo
presente en la era previa a Chávez, pudieron ver claramente que
los frutos del socialismo son la desesperación, el hambre, el dolor y
la muerte. Una cosa es creer en la propaganda comunista cuando
se vive en una sociedad en problemas que parece capitalista. Otra
cosa es creer en la propaganda socialista cuando se sufre a diario
bajo el yugo del socialismo.
Estos jóvenes que han soportado tanto y han visto de primera

mano las consecuencias mortales del socialismo, no se han
quedado de brazos cruzados mientras el mundo a su alrededor
ardía. En cambio, se han desarrollado en organizaciones como
Vente Venezuela, un partido político dedicado al libre mercado y
los derechos individuales, CEDICE, un centro de pensamiento del
libre mercado que lucha contra la imposición de políticas al estilo
cubano, y en los grupos de Estudiantes por la Libertad en todo el
país.
Cuando caiga el régimen, estas personas increíbles estarán

preparadas para ayudar a reconstruir su país desde las cenizas
y —debido a su trabajo con organizaciones internacionales como
Atlas Network y Students For Liberty— tienen la base intelectual
y las estrategias políticas para lograr un gran impacto.
En enero de 2019, Nicolás Maduro casi pierde el poder e invitó

al periodista Jorge Ramos al Palacio de Miraflores para una
entrevista. La entrevista no resultó bien para Maduro; las cámaras
fueron confiscadas y Ramos fue detenido y obligado a salir del
país. Afortunadamente, el video se filtró y una de las primeras
cosas que dijo Nicolás Maduro fue: «estamos en un Estado de
derecho». Esto fue, por supuesto, una completa mentira. No hay
nada que se parezca ni remotamente al Estado de derecho bajo la
dictadura actual.
Cuando vi el video, caí en cuenta de que Maduro estaba

respondiendo al movimiento venezolano por la libertad. No
estaba respondiendo al presidente constitucional Juan Guaidó,
Conclusión ► 279
quien hasta donde yo sé nunca ha pronunciado públicamente

estas palabras y dudo que entienda completamente su significado.
Pero estas palabras, «Estado de derecho», son parte del mantra
repetido por activistas de Vente, académicos de CEDICE y grupos
de Estudiantes por la Libertad en todo el país. El Estado de
derecho es la base de la libertad. Significa que el gobierno mismo
está sujeto a las leyes, que las leyes se aplican por igual a todos y
que los derechos de todos están igualmente protegidos. Significa
tribunales imparciales, un consejo electoral independiente, y
una asamblea nacional que cumple las funciones de legislar y de
controlar al gobierno. Requiere un ejército apolítico, un fuerte
respeto por la propiedad privada y los mercados libres. Ninguna
de estas cosas existe hoy en Venezuela, pero todas son una parte
central de la agenda del movimiento venezolano por la libertad.
Todo esto requiere un cambio cultural que lleve, de ver a los

políticos como benefactores que pueden hacer del mundo un
lugar mejor, a ver a los políticos con un sano escepticismo debido
a su propensión a cometer robos y crímenes contra la humanidad.
Requiere un cambio cultural que, de entender la riqueza como algo
que distribuyen los políticos, nos haga entenderla como algo que se
produce mediante el trabajo, la inversión y la innovación. Requiere
un cambio cultural que, del culto a la personalidad, nos lleve al
reconocimiento del valor de individuos fuertes e independientes
capaces de lograr grandes cosas.
En este momento, la fachada de todo el aparato petroestatal, desde

el puntofijismo pasando por el chavismo hasta la narcodictadura
en la que evolucionó, se ha retirado, y el suelo, que antes era terreno
fértil para los demagogos socialistas, ha cambiado de carácter.
Gracias al trabajo de grupos como Vente, CEDICE y SFL, Venezuela
está lista para renacer como una sociedad genuinamente liberal.
No sé cuándo va a pasar, pero debido a los tremendos jóvenes

activistas que conozco, como Franklin Camargo, Jorge Galicia,
Oswaldo Silva, Andrés Guilarte, Anderson Riverol, Edmaly Maucó
y José Alberto León, estoy convencido más que nunca de que el
futuro de Venezuela es libertario y que el puntofijismo y la era
Chávez-Maduro que produjo será una lección perdurable en la
historia venezolana. El abandono del Estado de derecho, del libre
mercado y de los derechos individuales —los principios básicos del

liberalismo— es una receta para el desastre y el sufrimiento.
El mundo entero tiene algo que aprender de la crisis venezolana.

Debe aprender que cuando se construye una sociedad basada en el
colectivismo, cuando se destruye la producción económica, cuando
se rompen las instituciones vitales que defienden la libertad, se
está embarcando en un camino que conduce al sufrimiento y a
la miseria. Ahora mismo, Venezuela es una lección de lo que no se
debe hacer.
El mundo pronto tendrá algo más que aprender, porque se acerca

un milagro venezolano y Venezuela resurgirá de las cenizas para
realizar su potencial como país productivo, pacífico, próspero y
hermoso. Cuando lo haga, el mundo aprenderá una vez más la
lección más importante sobre ideologías y política: la importancia
primordial de la libertad individual, la propiedad privada y el
Estado de derecho.
La gente de todo el mundo debe entender que cuando el

liberalismo está siendo atacado, eso representa un ataque no solo
a un conjunto de ideas, sino que amenaza el bienestar de millones
de seres humanos. Aquellos que trabajan para desmantelar los
sistemas liberales condenan a millones al sufrimiento, la muerte,
el dolor y las dificultades.
Tengo grandes esperanzas para el futuro de Venezuela, y se basan

en el tremendo e inspirador trabajo y activismo de los jóvenes del
movimiento por la libertad. Representan el futuro de Venezuela y
de muchas maneras también el del mundo entero.
Mientras escribo esto, Venezuela está sufriendo más que nunca.

Los que nos hemos involucrado en la lucha por su libertad
hemos sido agredidos, exiliados, encarcelados y en algunos casos
asesinados. Sin embargo, la convicción básica de que se puede
lograr un mundo mejor mantiene viva la chispa en los corazones y
las mentes de los jóvenes que trabajan día tras día dentro y fuera
del país para derrocar la dictadura y construir una sociedad libre.
A menudo se dice que «la hora más oscura es justo antes del
amanecer». Las cosas parecen muy sombrías hoy, pero no me
Conclusión ► 281
desanimo. La dictadura caerá, Venezuela será libre y el mundo será

testigo de un milagro.
Kyle Varner, MD
Vicepresidente para los Programas de América Latina
en Liberty International
4 de Octubre de 2020
LOS
AU
TO
RES
► 283
► JOSÉ ALBERTO LEÓN
Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela.

Fue Coordinador de Formación de la Juventud del partido
político Vente Venezuela y Coordinador del núcleo juvenil
del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico
para la Libertad, CEDICE Libertad. Además, fue asistente
de investigación y contenidos en la Fundación para el
Progreso.
Actualmente, es investigador de la Fundación Ciudadano
Austral, Senior Fellow de CEDICE Libertad, investigador
del Instituto Ideas Republicanas, Coordinador Local de
Estudiantes por la Libertad en Chile y Coautor del libro
Nueva Derecha: una alternativa en curso.
► ANDERSON RIVEROL
Es Técnico Superior en Comercio Exterior egresado

de la Universidad Simón Bolívar (2013). Fue Secretario
General del Centro de Estudiantes de la Sede Litoral de su
universidad y, además, Coordinador Local de Estudiantes
por la Libertad en Venezuela.
Actualmente, es miembro del equipo nacional de
formación de cuadros del partido político Vente
Venezuela, investigador de la fundación Ciudadano
Austral y es coautor de los libros: Cinco reflexiones sobre
el libre comercio y Nueva Derecha: una alternativa en
curso.
► ANDRÉS GUILARTE
Es Licenciado en Estudios Internacionales egresado de la
Universidad Central de Venezuela (2018). Fue presidente
del Centro de Estudiantes de su escuela y también
Coordinador Local de Estudiantes por la Libertad.
Además, fue pasante del Center for Global Liberty and
Prosperity del Instituto Cato (2019).
Actualmente, es Outreach Fellow y orador del Venezuela
Project en The Fund for American Studies.
► JORGE GALICIA
Es Abogado egresado de la Universidad Católica Andrés
Bello (2018). Es fundador del Club Laissez-Faire, y se
desempeñó como Coordinador Local de Estudiantes por
la Libertad en Venezuela. Participó en la tercera edición
del Project Arizona.
Actualmente, es Outreach Fellow y orador del Venezuela
Project en The Fund for American Studies.
► EDMALY MAUCÓ
Es Licenciada en Ciencias Políticas y Administrativas
de la Universidad Central de Venezuela (2014), donde
también se certificó como locutora. Tuvo un programa
radial sobre emprendimiento en los Altos Mirandinos.
Actualmente, es Coordinadora de la red de activistas del
partido político Vente Venezuela en España.
Los Autores ► 285
► FRANKLIN CAMARGO
Fue estudiante de medicina en la Universidad Nacional
Experimental Rómulo Gallegos, expulsado por
motivaciones políticas en 2019. Se desempeñó como
coordinador de la organización juvenil de Vente Venezuela
en el Estado Aragua y como voluntario de Estudiantes
por la Libertad.
Actualmente, es asilado político en los Estados Unidos
de América y se desempeña como contribuyente para
Bienvenido US.
► OSWALDO SILVA
Es Licenciado en Estudios Internacionales de la
Universidad Central de Venezuela (2016). Fue preparador
de la Cátedra de Derecho Constitucional, así como
representante estudiantil en la Comisión Electoral
(2015-2016) y en el Consejo de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales (2016) de su universidad. Además,
fue Director Regional de Estudiantes por la Libertad en
Venezuela.
Actualmente, se desempeña como asociado de los
programas de liderazgo de Students For Liberty en
Latinoamérica.
L I B E R TA D
Durante las últimas décadas, Venezuela ha padecido la
exacerbación de un conjunto de políticas que han precipitado
el colapso de su economía y la degeneración calamitosa de su
sistema político, e incluso, de la propia sociedad. Sin embargo,
estos embates producidos por un movimiento social, político
y criminal que enarbola las banderas del socialismo, no han
hecho desfallecer a esta nación.
Aun en ese ambiente hostil, ha surgido una generación de

jóvenes dispuestos a luchar por la libertad, promoviendo
los ideales de una sociedad con igualdad ante la ley, donde
se garantice el respeto a la propiedad y a los proyectos de
vida ajenos, y donde cada individuo sea capaz de expresar
su pensamiento, emprendiendo iniciativas que no sean
coartadas por autoridad alguna.
Esta generación libre se dispone a analizar el caso de

Venezuela, indagando en la raíz de su miseria y exponiendo
el desarrollo de un proyecto totalitario que no puede repetirse
en este, ni en ningún otro país. A partir de esta realidad,
comparten sus testimonios de activismo y postulan una serie
de reflexiones para impulsar la construcción de un futuro más
libre.

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Despues Del Socialismo Libertad

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Prefacio de Diego Arria • Prólogo de Vanessa Kaiser

Conclusión de Kyle Varner

DESPUÉS DEL SOCIALISMO,

Que la experiencia de Venezuela

Publicado por Students For Liberty

Primera edición, marzo de 2021

Diseño y diagramación: Oswaldo Silva

Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial,

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva

Contiene ensayos de:

José Alberto León, Anderson Riverol

Prefacio de Diego Arria

José Alberto León

Relato de una servidumbre: el letal 29

Lumbre en días lóbregos: 39

En las fauces de la justicia social: 42

¿Por qué la Libertad? La necesidad de 51

El petróleo venezolano: poder e 63

El petróleo como instrumento 71

La posible conquista del poder por la 84

La evolución de los partidos y 98

La influencia de la izquierda radical 101

El eje cívico-militar chavista y la 107

Rompiendo el control socialista 116

Instituciones para el futuro 121

Una ley fundamental orientada al 133

Intentos de profundización del 141

La constituyente de Maduro 145

La lucha de un liberal en un país sin 148

En defensa de la libertad, la 153

El siglo xxi: ¿un nuevo enfoque 171

Venezuela en estado de agonía 180

Guerra económica vs. Economía de 185

Estatización, expropiación y 188

Todo fue cambiando e 193

Nuestro fin, el que no puede variar: la 196

Una libertad resignada por la 204

Socialización de la educación 207

Socialización de la educación en 209

Lo que la educación socializada me 214

Educación en libertad 217

Socialización de la salud 220

Socialización de la salud en 221

Mi calamitosa experiencia en la 226

Salud en libertad 229

Edificación de un Estado impropio 239

Las bases materiales del proyecto 241

Las políticas públicas para la 248

La política exterior del socialismo del 252

Colapso económico y reforzamiento 257

La propaganda chavista 259

Ni siervos ni derrotados 261

Comenzar desde cero 265

Los autores ► 282

Libertad no es solamente una de las más bellas palabras existentes,

Antes de lo que llaman aquí socialismo, tuvimos una generación

Como parte de la generación que vivió en libertad, me es imposible

Si vamos a discutir qué sociedad queremos, el día que rescatemos

Cuando teníamos libertad, escribí en la introducción de mi libro

reunir la libertad política y los recursos materiales necesarios