NCPP 701 - 800
NCPP 701 - 800
NCPP 701 - 800
4. rAS PESqUTSAS
Las pesquisas son búsquedas o indagaciones que realiza la Policía cuan-
do existan motivos razonables para creer que con tal actuar se encon-
trarán rastros del delito o a personas prófugas, incluyendo al imputado
(artículo 208.1). Tienen por objeto comprobar el estado de las personas,
lugares, cosas, los rastros y otros efectos materiales que hubiere de uü-
lidad para la invesügación (208.2)11.
Estas pesquisas solo las realiza la Policía, a propia iniciativa o a solicitud
del Fiscal. En todo caso debe dar cuenta a éste. Levantará un acta en la
que se informe lo acontecido, si se encontraron o no los objetos o suje-
tos buscados (208.2). Si los rastros, o efectos materiales, o las personas
buscadas no estuviesen en el lugal se describirá su estado actual y se
procurará consignar su estado anteriot, el modo, tiempo y causa de tal
desaparición o ausencia, y los medíos de convicción de los que se obtu-
vo este conocimiento (208.3).
Cuando fuere posible, se recogerán elementos útiles (208.2), se levan-
tarán planos y utilizará todo procedimiento adecuado a los efectos de la
i nvestigación (208.4).
Las pesquisas que el Código procesal regula, bajo tal rótulo, son: las Re-
tenciones y el Registro de personas. Todo lo dicho en este punto es apli-
cable a ambas instituciones.
4.1. Retenciones
Hoy en día ya hay un casi unánime consenso en que no existen derechos
absolutos. En este sentido, la libertad puede ser restringida, y no solo
cuando se encuentre un individuo en flagrancia o bajo condena judicial,
sino también cuando resulte indispensable para el esclarecimiento de
un delito (aun no siendo el imputado del hecho).
Es asíque el Código le otorga facultades a la Policía, cuando necesite
F
practicar una pesquisa, para retener a las personas halladas en el lugar rn
o
o que comparezca cualquier otra (209.1). Pero, también el legislador ha
r<
colocado un límite a talfacultad, ya que tampoco el derecho de la socie- E'
a
dad frente a lo que representa el delito es absoluto. El agente siempre fr,
U
debe tener presente los criterios de razonabilidad y proporcionalidad en l)
6
zrn
U)
1! Las pesquisas se efectúan "luego de" realizado el delito. Es una de las diferencias con la
flagrancia. Otra es que en la flagrancia el espacio de üempo con el hecho delictivo debe
ser breve, mientras que en aquellas no necesariamente. ü
701
Ár.¡cst- FunNeruoo \)ctzZrcenna
i mandato judicial, mientras que el registro personal tiene una garantía extra, es controla-
do judicialmente. A la corriente contrar¡a, "ROX|N", ob. cit., pág. 319.
702
Btiseuroe or ftussAs y Rrstruccrór.¡ os DnnscHos
5. INTERVENC!óNCORPORAL
Sobre el examen corporal del imputado, Huertas Martín opina que,
si bien se uüliza al ser humano como sujeto pasivo del proceso en orden
a la investigación y comprobación de los delitos, el "principio general de
consideración del imputado como sujeto del proceso y no como un objeto
del mismo encuentra, si no determinadas quiebras, sí una serie de maüces
cuando nos encontramos en sede de invesügación (...) [el imputado], suje- r{
EI
to y acreedor de una serie de derechos y facultades que legítimamente le o
Fr
corresponden ve matizada o mejor, complementada -podría decirse que lrJ
(t)
negativamente- dicha posición, cuando se pretende que su propia reali- lfI
dad fisica, su misma entidad corporal, puede ser fuente de datos que facili- g
ten la invesügación penal e incluso pueden ser ten¡dos en cuenta a efectos a
o
zrl'
v)
13 ARIAS DUQUE, Juan y ALBARRACíN DURAN, !osé. El proceso penol acusotorio colom-
biano.l. ll. Ediciones jurídicas Andrés Morales, Bogotá, 20O5, pág. 98. i
703
ÁNcm FrnNeNoo lJ c ez Zrcenne
f¿¡
F]
HUERTAS lvtlRTíru, lsabel. Elsujeto posivo delproceso penalcomo objeto de la pruebo.
Edit. Bosch, Barcelona, 1999, págs. 370 y 37t.
$ 15 ROXIN, Claus. Ob. cit., pág.290.
704
Búseusoe os PnupnAS y RnsrmccróN oE DsnscHos
nes de sangre, piel o cabello que no provoquen ningún perjuicio para la sa- o
o
zrd
16 QUISPE fARfÁru, Fany Soledad. "El registro personal y las intervenciones corporales", en
Ch
El nuevo proceso penal: Estudios fundomentoles. Cubas Villanueva, Doig Díaz y Quispe
Fartán, coord i nadores, Pa lestra Ed itores, Lima, 2005, pá9. 432 - $
705
Arucm Fnn¡¡euoo Uctz ZEcenne
5. PRUEBA DE ATCOHOLEMIA
La prueba de alcoholemia está constituida por unos exámenes que se les
realiza a los sujetos, en el marco de la prevención e investigación del delito,
para determinar la cantidad de alcoho! presente en la sangre de los mismos
(213.1).Está principalmente pensado para el delito de conducción en estado
(r,
r¡¡ de ebriedad, y su derivación preterintencíonal en las formas de lesiones y
z
o homicidio culposo18.
Ia La prueba comienza con la comprobación de tasas de aire respirado, sai-
rr¡ vo que el estado de ebriedad sea evidente, realizada la Policía, en su misión
(r)
f¡l
F¡
t)
f¡¡ 17 sAlrl lvlARrí¡¡ cAsTRo, cesar. ob. cit., pág.257.
F¡
18 Hacemos notar nuestxa plena conciencia de que el Código Penal no lo trata así, manteníen-
706
Búseusoe os PRUEnAs y Rrsrnrccrór{ pn Drnncnos
7. EL ALLANAM¡ENTO
Cuando exístan moüvos fundados para considerar que en un domicilio, ts
F1
casa habitación, casa de negocio, en sus dependencias cerradas, o en recin- o
to habitado temporalmente, y en cualquier otro lugar cerrado, se ocultan el 14
f!,
imputado o un prófugo, o se hallan bienes delicüvos o cosas relevantes para v)
rrj
la invesügación- fuera de los casos de flagrancia o inminente peligro de la U
comisión de un delito-; el Fisca! debe solicitar ante el Juez su allanamiento o
(274.11, precisando la ubicación del lugar a registrarse, la finalidad de la di- 6
zfr,
ligencia y el tiempo de duración (2L4.2). EI auto judicial, además de lo pre- v)
cedente, indicará el nombre del Fiscal autorizadq las medidas de coerción
correspondientes y elapercibimiento en caso de resistencia. La vigencia de la i
707
ÁNcpr FrRNeNoo lJ c tz Zrcanna
orden caduca a las dos semanas de emitida, salvo concesión por plazo deter-
minado (215). Se debe entregar la copia de autorización al imputado, y todo
lo actuado debe constar en acta (216.1).
Del texto normativo se infiere que el Fiscal no requiere autorización ju-
dicial en los casos de flagrancia o peligro inminente para la realización de un
delito (2L4.L1, pero siempre debe dar cuenta de su actuar en un acta. Sobre
la flagrancia, Ruiz Enrique Vadillo, describiendo la legislación española, dice:
"Si hay un mandamiento judicial y falta el secretario, se trata de un acto nulo
y del que no es posible obtener ninguna consecuencia desfavorable para el
reo"le; con lo que se nota la preocupación del legislador español por brindar
suficientes garantías para ejecutar estas medidas. Cabe señalar, finalmente
que elallanamiento se puede realizar sin mandato judicial cuando se trata de
flagrante delito, debiendo igualmente dejar constancia de todo lo actuado
en acta. Para considerar la flagrancia, se deben cumplir, según Paz Rubio,
los siguientes requisitos: "a) inmediatez temporal, es decir; que se esté co-
meüendo un delito o que se haya comeüdo instantes antes. b) lnmediatez
personal, consiste en que el delincuente se encuentre allío en ese momento
en situación tal con relación al objeto o a los instrumentos del delito que ello
ofrezca una prueba una prueba de su participación en el hecho. c) Necesidad
urgente de tal modo, que la Policía, por las circunstancias concurrentes en el
hecho concreto, se vea impelida a intervenir inmediatamente con el doble
fin de poner término a la situación existente, impidiendo en todo lo posible
la propagación del mal que la infracción penal acarrea, y de conseguir la de-
tención"20.
En este tema, el nuevo Código está influenciado por la legislación ita-
liana, aunque ellos no lo llamen como nosotros, sino "pesquisas de sitio"
(diferenciándolas de las pesquisas personales). Ello se aprecia cuando ambos
exigen motivos razonables, o fundados, para sospechar que en el lugar se en-
cuentra el imputado o un evadido (artículos 214.t del NCPP y 247.L del C. de
t) PP. ¡t.). También se nota la influencia en el modo de proceder: otorgamiento
r¡¡
z de copia al interesado (de no encontrarse é1, a un vecino o al portero, entre
o otros)y el comunicado al mismo que üene el derecho de hacerse representar
U
o
r¡¡
U)
t¡l 19 RUIZ VADILLO, Enrique. "La prueba en el proceso penal", en La prueba en el proceso
F¡
penal. Edit. Consejo General del Poder Judícial, Madrid, 1992, pá9. 7 4.
(, PAZ RUBIO, José María. "Lo pruebo en el proceso penof', en Lo pruebo en el proceso pe-
r¡l
F¡
nal. Ed. Consejo General del Poder Judicial; Madrid, 7992, pág. 145. El autor llega a esta
708
Búseurpe or Pnus¡as y RrsrruccróN ns DsnrcHos
709
ÁNcrr FrnrveNoo lJcez Zrcenne
IIz
CI 2L Ley recientemente modificada por la Ley N" 28950 del 15 de enero del 2007. Esta
r¡¡ modificación amplía el campo de aplicación del controljudicial de las comunicaciones
(n
f¡¡ personales. Ahora se perm¡te tal medida "solo" en los siguientes delitos (artículo 1 de
FJ
la Ley 27697): secuestro agravado, trata de personas, pornografía ínfantil, robo agra-
(, vado, extorsión agravada, tráfico de drogas, tráfico de migrantes, asociación para de-
f¡¡
>.¡
linquir, delitos contra la humanidad, atentados contra la seguridad nacional, traición a
710
Brlseuspe ou fhusrAs y RrsrruccróN or DsRECHos
una forma objeüvada de éste, por cualquier medio", quedando comprendida así la co-
rrespondencia electrónica. i
711
ÁNcEr FrnNeNpo lJcrzZBcenna
712
Búseuroe oE PnusrAs y R¡srrucclóN ps Drnrcnos
713
ÁNcm FsRNeNDo ÍJc¡rz Zrcenn¡
i VELASCO trlÚÑeZ, Eloy. Pruebo obtenida ilícitamente. Ed. Consejo General del Poder
Judicial; 1996, pág. 431.
71.4
Búseuroe os PRursas y RrstrucoóN pr Ds«rcHos
7L5
ÁNcm F¡nruaNoo l)cezZncenru
IIz
para la
invesüga-
ción.
a
r¡¡
A la perso- No se Conduc- Solo dura Para
na que se ausente ción a la cuatro extender la
c/) realiza la del lugar dependen- horas. retención
t¡¡
F] pesquisa. no más cia policial. mas de
Motivos de cuatro cuatro ho-
(J plausi- horas. ras se debe
r¡l bles para recabar
F]
encontrar la orden
rastros del judicial.
ü delito.
716
Búseunne DE PRUEBAs y RESTRrccróN os DrnrcHos
717
ÁNcsr FsRNeNDo lJ crz, ZgcARRA
i 224.
7\8
Búseuroe DE PRUEBAS y REsTRICcIót¡ ou DsnrcHos
t
719
CAPíTULO II
EL CONTROL DE IDENTIDAD Y LA VIDEOVIGILANCIA
SUBCAPíTULO I
ELCONTROL DE IDENTIDAD POLICIAL
720
NuEvo Cóorco Pnocpsel PrNer-
721
JuaN Canlos ]ruÉrurz HrRRrRA
COMENTARIO:
722
Cor.rrnor os lorttrtoep Por-rcml
bien es cierto la norma quizás no sea muy clara -la corrección siempre es
posible- la finalidad ha sido de aseguramiento de la idenüdad de personas
o de elementos vinculados con un delito dentro del marco de una inves-
tigación. No habría argumentos sólidos para pensar en un eventual abuso
de autoridad. Pero esta nueva institución tiene a su vez reglas y las pode-
mos resumir en las siguientes:
a) La solicitud de idenüficación de la persona se realiza in situ. Exhibída y
constatada la idenüdad, se le devolverá el documento y se alejará del
lugar. La disposición no exige levantamiento de acta, pero sería reco-
mendable tomar sus datos2.
b) La persona intervenida tiene derecho a conocer de la identidad del poli-
cía que le requiere de sus documentos. Lo que resulta natural e incluso
necesario, en atención a los derechos que le asisten a cualquier persona
(es necesario que la persona intervenida tome o apunte su código de
identidad policial).
c) De existir moüvo fundado de que la persona intervenida, resulte vincu-
lada con el delito que se invesüga se procederá a su registro personal,
equipaje o vehículo, levantándose acta en caso de que el resultado sea
posiüvo. Los elementos de juicio o indicios deben ser muy importantes
para proceder de esta manera. Aún en el caso de resultar negativa la
intervención puede dejarse constancia de lo ocurrido.
d) Dependiendo de la gravedad del hecho que se invesüga y cuando el
intervenido no pueda exhibir su documents de identificación, será
conducido a la dependencia policial más cercana con fines exclusivos
de identificación: toma de huellas digitales y verificación de requisi-
toria.
e) La persona conducida a la dependencia policial en caso anterior tendrá
derecho a comunicarse con su familiar u otra persona. No puede ser
ingresado a calabozo ni celda, tampoco estar en contacto con personas
detenidas. La persona conducida no es imputada y; por lo tanto, no pue- F
E'
de ser tratada como tal. o
F
frJ
(/)
frJ
Resolución de Fiscalía W 029-200S-MPFN: "El documento de identidad presentado por U
la persona intervenida, el cual puede ser: Documento Nacional de ldenüdad (DNl), o o
Carné de Extranjerfa o Pasaporte, s¡ se tratara de extranjeros, Licencia de Conducir, Li- o
breta Militar, Partida de Nacimiento o cualquier otro documento público que permita su z
lfI
idenüficación en el momento" (sic). Fuente: UGAZ ZEGARRA, Fernando. La pruebo en el a
Nuevo Códiqo Procesol Penol. El Ministerio Publico en lo reformo Procesol Penol en Amé-
rica Latino: lnsütuto de Ciencia Procesal Penal, Material de Lectura . p.32L, ü
723
|uaN Canlos ]rrr,rÉNrz Hrnnrne
q)
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a
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724
SUBCAP|TULO II
LA VIDEOVIGILANCIA
725
Nunvo Cóorco Pnocssnr PsNer-
CAPITULO //II
LAS PESQUISAS
726
Nurvo Cóorco PRocrser P¡Nel
(*) De conformidad con el Artícuto Único de la Ley N" 28366, pubticada et 2&
70-20M, se suspendió hasto el 7 de enero de 2005, la entrodo en vigencia
del presente artículo.
(**) De conformidod con el Artículo Único de la Ley N" 28460, publicodo el 77-
07-2005, se modificó el inciso 4 de la Primera Disposición Complementoria
y Final del presente Código, eliminándose todo referencia a la vigencia de
los artículos 205-270, y precísándose que el día 7 de febrero de 2006 en-
trarán en vigencio en todo el país los artículos 468477, y el Libro Sétimo
"Lo Coopemción ludicial lnternac¡onal" y las disposiciones modificotorias
contenidas en este Código.
727
Nurvo Cóotco Pnocnser PrNer
CAPíTULO IV
LA INTERVENCIÓN CORPORAL
728
Nusvo Cóorco PRocpsel PrNel
729
Nurvo Cóplco Pnocssal PsNer
CAPíTULO V
ELALLANAMIENTO
730
AneNarnmNro DE I-ocerrs or Uso Púsl-lco o ArrERro el Púrlrco
sN rr- NUEVo Cóorco FnocesAr PsNaL
COMENTARIO:
MARCO NORMATIVO:
. Declaración Universalde Derechos Humanos de 1948, Artículo 12.
. Convención Americana sobre Derechos Humanos, Artículo LL inciso 2.
o Pacto de Derechos C¡v¡les y Políücos, Artículo 17.
. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, Artículo 5.
F
. Consütución Políüca del Perú de 1993, Artículo 2 inciso 9.
rII
o
. Código Procesal Penal de 2004 Artículos 67-68y 2L4. F
ld
. Ley N" 27379.
(t)
lrj
. Ley N" 27934.
U
o
o
zlrJ
Este artículo se realizó con la colaboración del Bachiller en Derecho, Juan Carlos Espejo v)
Calderón.
Profesor de Derecho procesal penal de la Universidad Andina del Cusco, y Abogado. i
73L
Prncv VmÁsqurz Dst-cepo
732
AlleNaurpNTo DE Locarrs pn Uso Prjst-rco o AuERro eL Púeuco
EN sr. Nurvo Cóorco Pnocssal PrNar-
del Fiscal, pues, el artículo 67.1 del citado cuerpo normativo la habilita para
realizar diligencias de urgencia e imprescindibles, esto es, sin conocimiento
del Fiscal; es en ese contexto que surge la pregunta de si el allanamiento de
un local de uso público o abierto al público puede ser también una diligencia
urgente e imprescindible. Aunque el artículo en referencia no ha precisado
cuáles son esas diligencias, desde nuestra perspecüva, la respuesta debe
ser afirmaüva, ya que una interpretación sistemática de los artículos 67.ty
68.1 del citado código, lleva a concluir que todos los actos de investigación
previstos en el segundo artículo, también pueden realizarse en el marco del
primero, obviamente, en tanto en cuanto se consideren urgentes e impres-
cindibles.
Establecido, entonces, gu€ el allanamiento por parte de la policía de
locales de uso público o abiertos al público, puede realizarse cumpliendo una
disposición Fiscal, o de oficio cuando se requiere una actuación urgente e
imprescindible; queda por analizar la importancia que el tema üene para el
proceso penal. Pues, bien, en el proceso penal, las diligencias de invesüga-
ción üenen por finalidad recabar los elementos de convicción que luego sir-
van como pruebas en la fase de enjuiciamiento; pero, esta eficacia probatoria
solo será posible, si los actos de investigación se realizaron conforme estable-
ce la ley, y principalmente, respetando los derechos y garantías fundamenta-
les de la persona.
Siendo el Fiscal un profesional del Derecho, es razonable pensar que
tendrá cuidado en el cumplimiento de los procedimientos y requisitos legales
para la realización de actos de investigación o de acopio de pruebas, tanto
más si ellos comportan restricciones de derechos fundamentales; de ahíque
los actos pracücados por el mismo Fiscal gocen de una presunción de legali-
dad mayor que cuando se ordena a la policía su realización -exclusión hecha
de los actos de investigación técnicos y científicos, que siempre son delega-
dos a la policía-. Pero tal presunción se debilita sensiblemente, e incluso se
disipa hasta llegar a la situación inversa, esto es, a la presunción de ilegalidad,
t-
E'
cuando la policía realiza diligencias urgentes e imprescindibles, que por su
F
naturaleza no cuentan con la autorización del Fiscal. EJ
(h
trl
En cualquier caso es de reconocer que, desde la perspectiva de la defen- U
sa del imputado, todos los actos de investigación suelen presumirse ilegales o
-técnica forense nada cuestionable-, y es por esa razón que, antes y ahora, o
zE'
los abogados proceden a análisis rigurosos para determinar si corresponde v)
o no cuestionar la regularidad de la obtención de las fuentes de prueba, e
incluso su licitud o constitucionalidad. i
733
Pnncv VprÁsousz DErcroo
Para contrarrestar esta duda de legalidad que, cual manto oscuro, cubre
a las diligencias de investigación realizadas por la policía, algunos postulan
que todo acto de investigación policia! deba contar previamente con un 'ton-
trol de calidad jurídica" realizado por el Fiscal, que podría fácilmente lograrse
mediante una comunicación telefónica; sin embargo, es de recordar que las
actuaciones policiales urgentes e imprescindibles üenen tales caracterísücas
que, en su mayor parte -salvo casos excepcionales-, no permiten previa co-
municación delefectivo policial con el Fiscal.
Es en este escenario en el que reside el aspecto de mayor relevancia
del tema objeto de este comentario, pues, la interpretación que el efectivo
policia!, lego en Derecho, pueda atribuirle a lo establecido en el artículo 67.1,
literalj, del Código Procesal Penal, que permite a la policía "allanar locales de
uso público o abiertos al público", será siempre un asunto debaüdo y deba-
üble, con mayor ¡azón si se toma en cuenta su vinculación con los derechos
fundamentales a la inviolabilidad del domicilio y a la intimidad.
7U
AllaNaunNTo DE Locerns np Uso Púsuco o AsrEnro eL P[rsuco
rN er NuEvo Cóprco Pnocrser PnNer
r<
EI
Toda persona üene derecho: "ol honor y o lo bueno reputación, o lo inümidod personal y o
fomiliar osí como o lo voz y o la imagen propios'. r{
Irl
eOruálfZ-CUÉLUR SERRANO, Nicolás. "Entrada y registro en eldomicilio". En: Lo Res- a
rlt
tricción de los Derechos Fundamentoles de lo Persono en el Proceso Penol,Conselo Gene- U
raf del PoderJudicial, Madrid, 1993, p. 120; BARRIENTOS PACHO, Jesús María. "Entrada y o
registro en domicilio particular". En:- Lo prueba en el proceso penol. Manuales de Forma- o
ción Conünuada N" 12, Consejo General del Poder Judicial, Madrid,2OCfl., p.3O2. z
rl'
CABEZUDO BAJO, María José. "La entrada y registro domiciliario en el proceso penal". En: V)
lnvesügación y pruebo en el proceso penal. Nicolás González-Cuéllar Serrano (director),
Editorial Colex, Madrid, 2006, p. 123. i
735
PsncY VslÁseusz Dmceoo
736
ALTRNaN¿ENTo DE Locer-ns or Uso Púruco o AsrpRro er Púnuco
rN Er Nu¡vo Có»rco Fnocrser PrNel
(.) digo Procesal Penal, en su artículo 214, numeral 1., establece que fuera de los
fq
F] casos de flagrancia o grave peligro de su perpetración, "el Fiscol solicitorá el
738
AneNaL,rmNTo DE Locelrs o¡ Uso Púruco o Anrsnro er Púsuco
rN m Nuevo Cóorco PnocssAl PsNer
cuolquier otro lugor cerrodo, siempre que sea previsible que le será negodo el
ingreso en acto de función o un determinodo recinto".
Aclarado ese punto, queda por responder la pregunta en qué consiste la
diligencia de allanam¡ento; bueno, aquí la tendencia ha sido considerar que
allanamiento es el acto de ingresar, y no más, a un domicilio -en realidad a
diversos lugares y no solo a domicilios, conforme antes vimos-. Esta posición
de alguna manera encuentra su respaldo en las Leyes N" 27379 y 27934, an-
tes citadas, y también en el Diccionario de la Rea! Academia Española que
define el allanamiento como "entror en coso ojeno contro lo voluntad del
dueño"i sin embargo, parece inconcebible un ingreso que no implique un
reg¡stro, y de ahí precisamente que el Código Procesal Penal señale que el
Fiscal solicitará el allanamiento y registro, y no solo el allanamiento; además,
es la misma Constitución que, al reconocer el derecho a la inviolabilidad del
domicilio, hace alusión al ingreso y registro en el domicilio, prohibiendo di-
chas conductas en tanto en cuanto no haya autorización de la persona que lo
habita, mandato judicial o flagrante delito.
En la doctrina, este asunto no ha sido pasado por alto; así, para Sara
Aragonesesl3, todo registro de un lugar presupone su penetración, mientras
que la entrada no siempre implica la realización de operaciones de búsqueda
y reconocimiento propios de aquél; de manera que, puede entrarse a un do-
micilio si hay indicios de encontrase en tal lugar a la persona presuntamente
responsable del delito (para detenerla), o puede entrarse y registrarse si se
sospecha de efectos o instrumentos del delito, o libros, papeles u otros obje-
tos que puedan servir para su descubrimiento y comprobación; con lo cual,
entrada y registro no siempre van juntos; es más, para Morales Muño214, ño
toda entrada üene porque implicar un registro, ni tampoco la detención de
un sospechoso, ya que mediante otros medios tales como aparatos de filma-
ción o escucha se pueden captar y aprehender datos suficientes que demues-
tren la existencia deldelito perseguido, la localización delcuerpo deldelito o
la obtención de datos que permitan continuar con la invesügación del mismo. t-
rt'
o
r.
Ir,
13 ARAGONENES MARTÍNEZ, Sara, en DE l.A OLIVA SANTOS, Andrés, y otros, Derecho Pro- (¡)
EI
cesol Penol,Sta. Edición, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, Madrid, 2002, pág. U
362. En pie de página N" 09, se alude a que la penetración o entrada se realiza también o
por medio de aparatos mecánicos, electrónicos y otros análogos (STC22ll984, del 17 de o
febrero). zrr
MORALES MUÑOZ, Emilia. "Diligencia de invesügación: Registro domiciliario: cuesüones a
generales y consentimiento titular. Situaciones de flagrancia", enl. Boletín de lnformoción
del Ministerio de Justicio, Año 61, N" 2036, 2OO7, pág.18/;5. $
739
Prncv VrlÁseurz Drlcepo
En sentido contrario, Roxinls ha señalado que el registro tiene por fin la bús-
queda, ya de objetos ocultos que tengan vinculación al delito invesügado,
ya del mismo sospechoso; y esto nos permite concluir que, encontrándose
los bienes delictivos o el sospecho en un lugar determinado -sea domicilio o
no-, primero deberá ingresarse a ese lugar y luego proceder al registro.
Aunque eventualmente la entrada no tenga como fin el registro, caso
improbable, pero no imposible, su tratamíento legal conjunto está jusüficado
por su íntima conexión operativa y conceptual, tanto más si la Consütución
hace alusión a ambas actividades; por ello, nuestra posición es que debe con-
siderarse la diligencia de allanamiento como aquella que consiste en ingresar
y reg¡strar en un determinado lugar, e inclusive, la denominación debe cam-
biarse a diligencia de ingreso y registro, sea de un domicilio, un lugar cerra-
do, o de un lugar abierto al público. Pese a lo dicho, podrá objetarse que la
expresión ingreso y registro no coincide con la denominación de la diligencia
dispersamente reconocida en nuestro ordenamiento jurídico procesal vigen-
te; con todo, este divorcio resulta más aparente que real, pues, del contenido
de ambas leyes (en especial la primera), asícomo de la regulación del Nuevo
Código, vemos que la expresión utilizada por nosotros, no es sino, el desarro-
llo del mismo allanamiento.
740
ArleuemuNTo DE Locelss os Uso Púnuco o A¡mnro ar Púruco
rN er-Nusvo Cóorco Pnocrsal PrNal
cuenta el texto del Código Procesal Penal vigente, podemos afirmar que la corrección se
ha mantenido. ü
741
PsncY VEt {sauEz Drlceoo
742
AneNerrarrro or Loceres or Uso Púsuco o A¡nnro el- Púruco
rN¡ ¡r Nr-lsvo Cóorc,o kocrsar- flNer
caso concreto, todo ello al amparo de los artículos 67, numer al L,y 68 numeral
1, del Código Procesal Penal, concordantes con otros artículos que también
regulan la invesügación o la búsqueda de pruebas en el proceso penal; así,
por ejemplo, podrá pracücar el registro de las personas que se encuentren en
dichos locales públicos, obviamente si considera que puedan estar ocultando
en sus cuerpos bienes relacionados al delito, y proceder a la incautación de
bienes relacionados aldelito cuando considere que existe peligro por la demo-
ra, conforme establecen los artículos 210.1 y 3L6.t, del citado Código.
Esto no significa que en tal escenario pueda, por ejemplo, detener a
cualquier persona que también esté en dicho local, pero, si dentro del local
abierto al público constata un delito flagrante, es obvio que podrá detener a
su auto6 y no porque la atribución de allanar locales abiertos al público se lo
permita, sino, por el mismo hecho de la flagrancia; estos son aspectos que
conviene disünguir adecuadamente.
7M
cepírutovt
u exuntcñN FoRzosA Y LA tNcAurecñu
suecepíruto t
tA ExHtBtctó¡t e ntcau¡acÉ¡'t DE BIENES
745
Nusvo Cóorco PnocssAr PsI.IeI-
746
Nusvo Có»rco Pnocsser Psr{er
SUBCAPíTULO I'
LA EXHIBICIÓU E WCEUTACIÓN DE ACTUACIONES Y DOCIIMENTOS
NO PRIUADOS
748
Nusvo Cóorco PRocssel PsNer-
CAPíTULO VII
EL CONTROL DE COMUNICACIONES Y DOCUMENTOS PRIUADOS
SUBCAPíTULO I
LA INTERCEPTACION E INCAUTACIÓU POSTAT
749
Nurvo Cóorco Pnocrsel FsNer
750
IxceurecróN v ExrusrcróN
COMENTARIO:
INCAUTACIÓru V EXH¡BICIÓN
JUAN HUMBERTO SANCHEZ CÓRDOVA*
!. INTRODUCCIÓN
En el proceso existe una diversidad de actos procesales que tienen di-
versa finalidad y diverso trámite, asícomo diferentes efectos, unos désüna-
dos a recurrir, otros a postular, y algunos a ingresar medios de prueba.
En elproceso penal, a diferencia de civil, existe una investigac¡ón llevada
a cabo por elfiscal, en este contexto para cumplir su finalidad, que es la des-
cubrir la realidad de los hechos, üene diversas opciones, entre estas, real¡zar
actos procesales de búsqueda de prueba y restricción de derechos, medios r{
r|'
de investigación y medidas de coerción. C)
752
INceurecróN v E>cusrcróN
1. Jurisdiccionalidad
En un Estado Derecho, las funciones de los sujetos procesales se en-
cuentran claramente delimitadas, pues para que un proceso sea justo y
equitativo debe de basarse en las reglas que un proceso penal de cuño
constitucional estipula.
Así, el proceso penal debe de ser producto de una lucha entre partes,
para ello se requiere de un funcionario que impute un hecho a alguien,
este viene a ser el fiscal, quien perseguirá el delito. Para defenderse de
la acusación, el imputado debe de tener a su costado a un profesional
del derecho que le pueda brindar la asesoría correcta, por ello, se esta-
blece la defensa como contra parte de la imputación.
Al medio de estas dos partes debe de encontrarse eljuez, quien debe de
ser ajeno a estos intereses en conflicto, para poder cumplir su labor: la
de juzgar y tomar la decisión correcta para el caso en concreto, de ahí la
gran importancia de ser imparcial e independiente. En senüdo contra-
rio, el papel delfiscaltiene relación con su calidad de órgano de carácter
constitucional persecutor del delito. En ese sentido, al Ministerio Públi-
co le corresponde ejercitar la acción penal pública, de oficio o a petición
de parte, así como emiür dictámenes con anterioridad a la expedición
de las resoluciones judiciales en los casos que la ley contempla, debe de
recordarse que estos actos per se no restringen Derechos Fundamenta-
les, pues son solo actos postularios.
En cambio, el órgano jurisdiccional por el principio de exclusividad juris-
diccional es el encargado de restringir ciertos derechosl, pues al tener
la responsabilidad de proteger los derechos de los imputados es el más
idóneo para establecer la correcta restricción en el caso en concreto,
aplicando la proporcionalidad y la debida moüvación. Como señala Mi-
randa Estrampes2, como regla general, toda medida restrictiva de dere-
chos fundamentales adoptada durante una investigación penal requiere
</) de una previa autorización judicial, sin embargo, esto üene excepciones,
t¡¡ pues la policía y el Ministerio Público también pueden restringir dere-
z
o chos, pero esto limitado a que esté previsto en la ley y que concurran
U
razones de urgencia o peligro en la demora, pero en todo caso se tra-
o
fr¡
v)
rr¡
Í
F¡
Ooruáuz-CuELIAR SERRANO, Nicolás. Proporcionalidad y Derechos Fundamentoles en
fq elproceso penol. Colex, Madrid, 199Q p. 109.
Fl MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. "La búsqueda de pruebas y restricción de derechos. Ar-
i tículos 2A2 al 2O4 del Código Procesal Penal". En AA. \Al. Comentarios al nuevo Código
Procesal Penal. Ara, Lima, 2009, pp.2L2 V 213.
754
INceureqóu v ExmucróN
2. Legalidad
El principio de legalidad en un Estado Democrático de Derecho expresa
el principio de supremacÍa de las leyes (la primera de las cuales es la
propia Consütución), del cual se deriva la vinculación positiva a la ley
del Poder Ejecuüvo y deljudicialy la reserva de ley para la regulacién de
ciertas materias, entre los que se encuentran la limitación de los dere-
chos y libertades de los ciudadanoss.
Un segmento del principio general de legalidad es el principio de lega-
lidad procesal penal6, que reclama tanto la regulación por normas con
rr
3 lbídem, p.215. F1
4 Cfr. Exp. N" 7060-2006-PAfiC, f. j. 31.
5 coNález-CUELLAR SERRANO, Nicolás. Ob. cit., p. 70. También vrUe MIRANDA ESTRAM- F
rf,
PES, Manuel. Ob. cit., p.197. V,
H
Mir Puig ya había establecido un principio de legalidad no solo sustantivo, s¡no también U
procesal, en ese sentido señala: "Se disünguen los siguientes aspectos del principio de a)
legalidad: una garantÍa criminal, una garantía penal, una garantfa jurisdiccional o judicial, o
y una garantía de ejecución (...) la garanfa jurisdiccional exige que la existencia del delito zr4
y la imposición de la pena se determinen por medio de una sentencia judicial y según v)
un procedim¡ento legalmente establecido". MIR PUIG, Sanüago. Derecho Penal. Parte
general. Quinta edición. Reppertor, Barcelona, 1998, p.77. ü
755
]uaN Hurr,rnsnro SANcurz Cónoovr
(,
rq
F¡
7 GONáLEZ-CUELLAR SERRANO, Nicolás. Ob. cit., pp.7L-78.
8 Vide MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. Ob. cit., pp. 196 y 197.
$ 9 lbídem, pp. 198 y 199.
756
INcerrracróN y ExHrarcrór.J
757
JuaN Huvmrnro SÁ¡¡csEz Cónoova
758
INceurectóN v ExHrsrcróNi
4. Rogatorio
El principio rogatorio es uno que se deriva del principio dispositivo y de
la separación de funciones. Así por este principio solo se realizará algu-
na actuación que limite derechos fundamentales a pedido de parte.
Por ello, solo se podrá restringir derechos cuando el fiscal lo solicite, el
juez evaluará y de ahírecién se podrá restringir derechos.
Como hemos visto, elfiscal no decide, sino que más bien pide, es un órga-
no gue solicita la restricción de los derechos fundamentales, no los limita
él mismo (pero sí debe respetarlos, pues se encuentra vinculada al prin-
cipio de interdicción de la arbitrariedad y al debido proceso). Así, en base
a lo establecido en la Constitución, tenemos que la intervención debe de
ser realizada mediando una autorización motivada emiüda por eljuez16.
5. Proporcionalidad
Cuando se hace necesario afectar un derecho fundamental, también
se hace necesario hacer un test de proporcionalidad, pues el principio
de proporcionalidad establece criterios claros y definidos para afectar
759
JunN Huvrnnnro SÁNcHpz Cónoove
760
INc¿urrcróN y ExruucróN
761.
JuaN Hullmnro SÁNcHBz Cénpove
<n
r¡l 2l EXP. N" 0030-2004-AlñC. En ese sentido, debe examinarse si la medida legislativa es
z objeüvamente adecuada, en tanto que, si no lo es, la consecuencia seÉ la declaracién
o de inconstitucionalidad de la misma. El legislador, al momento de ejercer su función de
(J
ñ
f¡¡
creación de normas, puede elegir entre varias posibilidades para alcanzar sus objeüvos,
(n
por lo que corresponde al Tribunal Constitucional analizar si los medios elegidos per-
r¡] miten lograr la obtención de dichos objeüvos y, en esa medida, si son adecuados de tal
F]
manera que faculten una restricción de un derecho fundamental.
u
t¡l 22 GONáLEZ-CUELLAR SERRANO, Nicolás. Ob. cit., p. 154.
F]
23 GONZALEZ-CUELLAR SERRANO, Nicolás. Ob. cit., p. 160 y ss.
i 24
25
EXP.N" 67t2-2OO5. HC/rC.
MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. Ob. cit., p. 215.
762
I¡¡ceurasóN y ErcusrcróNr
764
IuceurncróN y ExumrcróN
765
JuaN Huuarnro SÁNcunz Cónoova
i 42 MEDINA GUERRERO, Manuel. Lo vinculación negotiva del legislodor a los Derechos Fun-
domentales. McGraw-Hill, Madrid, 1996, p. 167.
766
INcaurecrór.¡ y ExHmrqó¡,¡
767
JueN Hulmrnro SANcrmz Cónoov¿,
r¡¡
F¡
45 MEDINA GUERRERO, Manuel. Ob. cit., p. 169.
46 MONTERO AROCA, Juan. Derecho turisdiccional: Porte generol. T. l. Tirant lo Blanch, Va-
ü lencia, 2000, p. 294 y ss.
768
INceuracrón y E>crmrclóN
769
|uaN Hurursnro SÁNCHEz Cónoove
na
Iruceurecrór.¡ v Exmnrqóru
772
INc.rurecróN y ExmsrcróN
2.2.1. Embargo
El embargo es !a ocupación, aprehensión o retención de bienes hecha
con mandamientos de juez competente por razón del delito. Esta medi-
da recae sobre bienes propios del obligadoaT.
En el curso de las primeras diligencias y durante la invesügación prepa-
ratoria, e! fiscal, de oficio o a solicitud de parte, indagará sobre los bie-
nes libres o derechos embargables al imputado y al tercero civil, a fin de F
asegurar la efecüvidad de las responsabilidades pecuniarias derivadas ln
o
del delito o el pago de las costas. rr
E'
ldenüficado el bien o derecho embargable, elfiscal o el actor civil, según cn
rI'
el caso, solicitarán al juez de la invéstigación preparatoria la adopción
de la medida de embargo. A estos efectos moüvará su solicitud con la o
o
correspondiente jusüficación de la concurrencia de los presupuestos zrn
C,)
47 SAN MARTíN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal.Yol.ll. Grijley, Lima, 2005, p. 1182. ü
773
|ueN Hurrrnrnro SAI¡crmz Cónoove
IIz
Señala e! NCPP en su artículo 312 que eljuez, excepcionalmente, a pedi-
do de parte legitimada, puede adoptar medidas anücipadas destinadas
o a evitar la permanencia del delito o la prolongación de sus efectos lesi-
' f¡¡
(n vos, así como la ejecución anticipada y provisional de las consecuencias
f¡¡
F] pecuniarias del delito. Estamos ante medidas variadas, las cuales impli-
(, can un alto contenido de verosimilitud del pedido.
f¡¡
F]
i 48 lbídem, p. 1205.
774
IxceurasóN y E>cilsrcróNr
49 Enesta etapa más que fuentes de prueba son fuentes de investigación que deben pasar el exa-
0 men de admisibilidad para que una vez en el proceso sean considerados fuentes de prueba.
776
INceuracróN v E>auucróN
tv. tA INCAUTACIÓN
1. Concepto
San Martín Castro, citando el anterior código, señalaba que es la medi-
da coercitiva de mayor trascendencia para la adquisición de la prueba
material en el proceso, que permite el aseguramiento oficial de objetos
a través de la fuerza estatal, el mismo que puede efecüvarse a través de
una entrega voluntaria, de un hallazgo y consiguiente ocupación por la
autoridad, y de forzamiento de la entrega, al no ser los bienes presenta-
dos o entregados por el obligado a hacerloso.
La incautación es una medida de coerción compleja. Pues, es tanto una
medida de coerción procesal de carácter real, como una medida de bús-
queda de pruebas y restricción de derechos.
De ahí que genere confusiones al momento de abordarlo, creemos que
esta doble naturaleza motivó que la regulación en el NCPP sea dual. Sin
embargo, se trata de lo mismo, pero con diferentes finalidades.
Hay legislaciones, a nivel internacional, que consideran que es una me-
dida para la búsqueda de fuentes de prueba; otras consideran que es
una medida de coerción personal.
Por ello, Jauchensl considera: "El secuestro de cosas u objetos es otra
medida de coerción real que como tal conlleva necesariamente una
restricción a la libertad de disposición patrimonial del imputado o de r{
FI
un tercero, gu€ limita el derecho constitucional a la inviolabilidad del o
patrimonio (...) Su finalidad es la obtención y conservación de cosas re- r{
LTJ
(h
lacionadas con el delito o que puedan servir como prueba del mismo, Ft
(,
mientras dura el proceso". l')
,z
rrl
50 SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob, cit., p.594. cn
777
JueN Hut'rnunro SÁNcrmz Cónpove
Elartículo 5 de la Ley N" 23.984 que mod¡fica el artículo 231 del Código
Procesal Penal de la Nación argenüna regula el secuestro señalando:
'Eljuez podrá disponer el secuestro de los cosos relacionadas con
el delitq los sujetas o decomiso o oquellas que puedon servir como
medios de pruebo. Sin emborgo, esto medido seró dispuesto y cum-
plida por los funcionorios de lo policío o de los fuerzos de seguridad,
cuando el hollazgo de esas cosos fuera resultodo de un ollonomiento
o de uno requisa personol o inspección en los términos del anículo
230 bis, dejondo, constancia de ello en el octa respectiva y dando
cuento inmediato del procedimiento reolizodo oljuez o olfiscol in-
tervinientes",
Como se puede veq esta regulación reconoce la doble finalidad del se-
cuestro o incautación, pero lo regula dentro del título lll "medios de
prueba", libro ll "instrucción", es decir, si bien üene una doble finalidad,
cons¡deró el legislador argenüno que su función era probator¡a.
Señala Gimeno Sendras2 que las "medidas de recogida y conservación
de bienes y cosas poseen doble naturaleza: de un lado, constituyen
medidas de aseguram¡ento de la prueba en eljuicio oral, por cuanto
üenen por objeto la conservación de dichos bienes y cosas en su es-
tado inicial para que puedan ser utilizados por las partes y apreciadas
por el Tribunal como medios de prueba de la fase deljuicio oral y, de
otro, se erigen en auténücas medidas cautelares reales, tendentes a
asegurar e! comiso que se imponga en la sentenc¡a como consecuen-
cia accesoria del delito, siempre que los bienes pertenezcan al autor
del delito y fueren de lícito comercio, y su resütución a sus legítimos
propietarios no responsables del delito, sifuere posible, una vez hayan
cumplido su finalidad de servir como piezas de convicción en el acto
deljuicio".
La Ley de Enjuiciamiento Criminal española en su artículo 334 señala
(n que "elJuez instructor ordenará recoger en los primeros momentos las
f¡¡
z armas, instrumentos o efectos de cualquiera clase que puedan tener
o
U relación con el delito y se hallen en el lugar en que éste se cometió,
ñ
r¡l
o en sus inmediaciones, o en poder del reo, o en otra parte conocida.
(n El Secretario judicial extenderá diligencia expresiva del lugar, tiempo y
14
F] ocasión en que se encontraren, describiéndolos minuciosamente para
(, que se pueda formar idea cabal de los mismos y de las circunstancias
r¡l
F]
i 52 GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesol Penal.2 ed. Colex, Madrid,2007, p. 585.
778
INceureoóN y ExnrucróN
n9
]ueN Hurvrnrnro SÁNcnrz Cónpove
(J
H
F¡
CHINCHAY CASTILLO, Alcides. "La incautación en el Acuerdo Plenario N'5-2010/CJ-116".
i En: Goceto Penal y Procesal Penol.f .18, Gaceta Jurídica, Lima, diciembre de 2OlO, p.
SAN MARTíN CASTRO, César. ob. cit., p. 595.
t4.
780
IxcauracróN y ExrusrcróN
782
INceurecróu v ExnmrcróN
4.1. Presupuestos
Señala San Martín CastrosT que elsecuestro instrumentalse circunscribe
a las cosas que tengan relación con la prueba del delito, ya sea que se
trate de cosas sobre las que ha recaído la infracción penal o cosas que,
sin haber sufrido sus consecuencias, contengan sus huellas o las del au-
tor o suministren referencias sobre la filíación, hábitos o antecedentes
del autor. También es posible secuestrar escrituras de comparación para
los análisis periciales correspondientes, aunque no cabe hacerlo respec-
to a cosas materiales vinculadas a la institución del secreto: oficial y
profesional.
El presupuesto básico para iniciar con esta diligencia es la que se
ubica en el artículo 218 del NCPP y señala que "cuando el propieta-
rio, poseedo[ administrador, tenedor u otro requerido por el fiscal
para que entregue o exhiba un bien que constituye cuerpo del delito
y de las cosas que se relacionen con él o que sean necesarias para
el esclarecimiento de los hechos investigados, se negare a hacerlo
o cuando la ley así lo prescribiera, el fiscal, solicitará al juez de la
investigación preparatoria ordene su incautación o exhibición forzo-
sa. La petición será fundamentada y contendrá las especificaciones
necesarias".
Como se puede ver, esta medida incide sobre cosas materiales, las mis-
mas que en atenc¡ón al principio de jurisdiccionalidad solo será otorga-
da por eljuez, sin embargo, hay casos en los cuales no se puede hacer
esto, casos de urgencia, donde no sería viable, en atención a la posible
pérdida de los bienes materia de incautación solicitar orden jurisdiccio-
nal, por lo que el artículo 2L8.2 señala:
"La Policío no necesitará outorización del fiscol ni orden judiciol
U)
f¡¡ cuondo se trata de una intervención en flagronte delito o peligro
z
o inminente de su perpetroción, de cuyo ejecución dorá cuento inme-
diato al fiscal. Cuondo existe peligro por lo demoro, la exhibición
o
t¡¡
o la incautoción debe disponerlo el fiscol. En todos estos cosos, el
tt) fiscol uno vez que tomó conocimiento de lo medido o dispuso su
t¡¡
F]
ejecución, requerirá al juez de lo investigoción preporotorio la co-
rrespondiente resolución confirmotorio".
r¡¡
F]
ü 57 lbídem, p.595.
7U
IuceuracróN y ExnrsrcróN
de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o por otra persona que haya
lr
U
presenciado el hecho, o por medio audiovísual, disposítivos o equípos con cuya tecnología o
se haya registrado su imagen, y es encontrado dentro de las veinücuatro (24) horas de o
producido el hecho punible, y;4.E| agente es encontrado dentro de las veinücuatro (24) zE'
cD
horas después de la perpetración del delito con efectos o instrumentos procedentes de
aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales en sí mismo o en su
vestido que indiquen su probable autoría o participación en el hecho delictuoso. $
785
jueu HuurEnro SÁNcnez Córu>ova
786
IucnurecróN y ExHrurcróN
787
]ueN Hurranrnro SÁNcHsz Cónpova
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INcetnesóN v ExmercróN
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]ueN Hurransnro SÁNcFrEz Cónoove
7q)
INceurecróN v Exsmrc¡óN
791,
JueN Huur¡nro SANcmz Cónoove
792
INc¡uracróN v ExrunrcróN
793
JuaN Huua¡nro SÁNcHez Cónoove
794
I¡,icau¡eclóN y Ercilslc¡óN
796
INcaureclóN y ExnmlcróN
V. tA EXHIBICIÓN
La diligencia de exhíbición de bienes se encuentra regulada en el ar-
tículo 2L8 del NCPP71. Siendo aplicable a bienes u objetos que se requie- ri
rr
ra su constatación, a diferencia de la incautación que busca asegurar los o
ri
rr
(r)
77 rt'
Artículo 218. Solicitud del Fiscal. U
1. Cuando el propietario, poseedor, administrador, tenedor u otro requerido por el Fis- o
cal para que entregue o exhiba un bien que consütuye cuerpo del delito y de las o
cosas que se relacionen con él o que sean necesarias para el esclarecimiento de los zrt'
(,/)
hechos invesügados, se negare a hacerlo o cuando la Ley así lo prescribiera, el Fiscal,
solicitará al Juez de la lnvestigación Preparatoria ordene su incautación o exhibición
forzosa. La peüción será fundamentada y contendrá las especificaciones necesarias. 0
797
fuaN Hurraarnro SÁNcrtz Cónoove
U)
rI] 72 CAFFERATA NORES, José. Lo pruebo en el proceso penal. De palma, Buenos Aires, 1998,
z
I() 73
p.206.
Cfr. STC Exp. N" 0O655-2010-PHC/[C, f. j. 19.
o 74 Artículo 2.
f¡l Toda persona üene derecho:
(n
f¡l
F¡
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cual-
quier entídad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se excep-
o
f¡¡ túan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se
F¡
excluyan por ley o por razones de seguridad nacional.
i 75
76
Cfr. STC Exp. N" 00815-2007-PHC/[ TC, f. j. 11.
Cfr. STC Exp. N" 0030-2004-AllTC,f. j.3.
798
INceurecrórr¡ y ErcilBrcróN
vr. coNcLUsroNEs
La incautación, si bien es una medida compleja, pues implica una medi-
da que busca asegurar fuentes de prueba, así como busca guardar los bienes
a efectos de asegurar el futuro decomiso.
De ahí que et NCPP lo haya regutado dos veces, sin embargo, esto no era
necesario, toda vez que ambas finalidades están ínümamente ligadas, por lo
que, para evitar confusiones, debió regularse en un solo capítulo.
Asimismo, es posible que haya una audiencia para efectuarse la con-
firmación de la medida, teniendo en cuenta el caso concreto, debiéndose
preferir la instauración de la audiencia para mejorar las buenas prácticas en
!a reforma procesal penal.
También, debe sancionarse la falta de inmediatez entre la realización
de !a diligencia de incautación llevada a cabo por el fiscal o policía, sin
mediar autorización; y la confirmatoria de la medida, pues no tener san-
ciones ayuda a la proliferación de malas prácücas y que los operadores
encargados de hacer esto no lo hagan, volviendo a la confirmación en algo
sin sentido.
VII. BIBLIOGRAFIA
BENAVENTE CHORRES, Hesbert. "La incautación de bienes en el proceso
penal: medida de búsqueda de pruebas y restricción de derechos y medida
cautelar". En: Goceto Penoly Procesol Penol. T. 18, Gaceta Jurídica, Lima, di-
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Penal". En: Goceta Penaly Procesol Penol.T. 18, Gaceta Jurídica, Lima, diciem-
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U
Lima, diciembre de 2010. o
CLARÍA OLMEDO, Jorge. Derecho Procesol Penol. T. ll. Rubinzal-Culzoni o
editores, Buenos Aires.
zrI'
U)
COLOMER HERNÁNDEI lgnacio. Lo motivoción de las sentencias: sus
exigencios constitucionoles y legoles. Tirant lo Blanch, Valencia, 2003. ü
7»
JueN Hurvrnsnro SÁNcFrrz CóRoove
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