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Creación Del Fútbol

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cREACIÓN DEL FÚTBOL

Su creación es atribuida a Inglaterra, país que reglamentó el juego en 1863 a través de


la Football Association (FA), la primera asociación del fútbol.

Pero mientras nadie duda que el fútbol moderno nació en tierras británicas, no hay
tantas certezas con respecto a qué civilización fue la primera en jugar al balompié.

Un documental paraguayo estrenado recientemente en el Festival Internacional


de Cine Independiente de Mar del Plata, en Argentina, propone una novedosa
teoría: que los primeros jugadores de fútbol fueron los guaraníes

El cortometraje, "Los guaraníes inventaron el fútbol", fue producido por la Secretaría


Nacional de Cultura de Paraguay, con la intención de difundir esta hipótesis que
sostiene que este pueblo de guerreros, que habitó en Sudamérica a partir del siglo XV,
fue el que primero comenzó a jugar a la pelota con los pies. Manga ñembosarái

La teoría se basa en los hallazgos del sacerdote español Bartomeu Meliá, quien
asegura que el registro más antiguo que existe sobre el balompié está en el primer
diccionario de la lengua guaraní, escrito en 1639 (es decir, más 200 años antes de que
los ingleses crearan la FA).

Allí se describe el manga ñembosarái, un juego que practicaban los indígenas en San
Ignacio Guazú, la primera misión jesuita fundada en Paraguay.

El juego consistía en dos equipos que se pasaban con los pies una pelota de goma,
hecha del caucho.
"El objetivo era que la pelota no dejara de saltar, que no parara", le dijo a BBC Mundo
la historiadora Margarita Miró, funcionaria de la Secretaría Nacional de Cultura quien
estuvo a cargo de la investigación histórica del documental.

"Lo jugaban los varones los domingos por la tarde después de la misa y había apuestas
a ver quién ganaba", describió Miró.

Sin arcos

A diferencia del fútbol actual, el manga ñembosarái se jugaba sin arcos. Era más
parecido a lo que hoy llamaríamos "hacer jueguito", y el equipo que perdía era el que
primero se cansaba.

A pesar de esa discrepancia, los habitantes de San Ignacio Guazú, en el departamento


de Misiones, en el sur de Paraguay, creen que su ciudad debería ser reconocida como
la cuna del fútbol.

"Creemos que los ingleses pudieron haber sacado la idea para crear el fútbol después
de ver a los guaraníes que fueron llevados a España por los jesuitas, y que pudieron
haber demostrado el juego ante la realeza, con la presencia de algún inglés que estaba
de visita", afirmó Máximo Génez, concejal municipal y miembro de la comunidad
guaraní de San Ignacio, quien ha investigado los orígenes de su pueblo.

Según las autoridades paraguayas, no es sólo en el diccionario "Tesoro de la Lengua


guaraní", escrito por el sacerdote Antonio Ruiz de Montoya en 1639, donde se hace
referencia al balompié.

También en el libro "Las Misiones del Paraguay", publicado en 1771 por el jesuita José
Cardiel, aparece una descripción del manga ñembosarái, juego al que además se
menciona en varias de las "cartas anuas" que los jesuitas enviaban a sus superiores.
Además, existen evidencias artísticas.

En el documental se muestra una pintura de una misión jesuita que ilustra cómo se
jugaba al balompié en la plaza.

Allí los guaraníes aparecen vistiendo pantalones oscuros y camisas blancas, según
Génez el atuendo tradicional que usaban en las misiones.

¿Quién le enseñó a quién?

Pero ¿cómo pueden los expertos saber que fueron los guaraníes los que
inventaron el juego y no los propios jesuitas?

Para Meliá, la prueba definitiva surgió tras el hallazgo de una tribu en Brasil que
nunca había estado en contacto con otras civilizaciones y que jugaba al balompié
de la misma forma descrita en los textos guaraníes.

Incluso la propia Iglesia católica reconoció la autoría de los indígenas en una


nota publicada en L'Osservatore Romano, el periódico oficial del Vaticano.

En el artículo titulado "Cuando los guaraníes inventaron el fútbol", publicado en


2010 durante el Mundial de Sudáfrica, la Santa Sede se refirió a "los antepasados
de los paraguayos y los orígenes del fútbol moderno".

"Tenemos un testimonio preciso e inequívoco que nos dice que (…) una actividad
singularmente parecida al fútbol moderno existía, no ya en tiempos remotos, sino
con toda probabilidad en el siglo XVII e incluso a mediados del siglo XVIII.
¿Dónde? Precisamente en Paraguay, el país cuya selección jugó contra Italia —
campeona del mundo— el partido inaugural del grupo F del Mundial
sudafricano", afirmó la nota.
Y concluyó: "En resumen, los guaraníes de hace tres siglos seguramente ya
jugaban al balón con maestría. En el fondo, son los descendientes de los
verdaderos inventores del fútbol".

Un aval que los paraguayos esperan sea reconocido pronto por el resto del
mundo.

HISTORIA DEL FULTBOL

La historia moderna del fútbol, como actualmente se lo concibe, abarca casi unos 150
años de existencia. Comenzó en el año 1863, cuando en Inglaterra se separaron los
caminos del "rugby-football" y del "association football" y se fundó la Asociación de
Fútbol más antigua del mundo: la "Football Association".

Ambos tipos de juego tienen la misma raíz y un árbol genealógico de muy vasta
ramificación. Esta prehistoria conoce al menos una media docena de diferentes juegos,
en algunos aspectos más o menos similares, que pueden ser la fuente originaria del
fútbol y de su desarrollo histórico. Dos cosas son claras: el balón se jugaba con el pie
desde hace ya miles de años y no existe ningún motivo para considerar el juego con el
pie como una forma secundaria degenerada del juego "natural" con la mano.

Todo lo contrario: aparte de la necesidad de tener que luchar con todo el cuerpo
(empleando también las piernas y los pies) por el balón en un gran tumulto,
generalmente sin reglas, parece que, ya muy al comienzo, se consideraba una cosa
extremamente difícil y, por lo tanto, muy hábil, dominar el balón con el pie.
La forma más antigua de fútbol se remonta a la China de los siglos II y III A.C. Existe un
libro de instrucción militar (de la época de la dinastía Han) en el cual figura, bajo el
apartado de “ejercicios físicos”, el Ts'uh Kúh, que significa “dar patadas”. Era este un
ejercicio en el cual una bola de cuero rellenada con plumas y pelos tenía que ser
lanzada con el pie a una valla hecha con largas varas de bambú, de unos 30 a 40 cms
apertura y con una pequeña red. Esto implicaba ya una muestra de habilidad que
requería mucha destreza y técnica.

Existe también otra versión, según la cual los jugadores estaban obstaculizados en el
camino a su meta, pudiendo jugar el primitivo balón con los pies, el pecho, la espalda y
los hombros - pero no con las manos -, teniendo que salvar los ataques de un contrario.

Del Lejano Oriente proviene otra forma diferente, el Kemari japonés, el cual es
mencionado por primera vez unos 500 a 600 años más tarde y que aun se juega hoy
en día. Es este un tipo de fútbol en círculo, mucho menos espectacular, pero mucho
más digno, solemne y cortés, más parecido a un ejercicio ceremonial, que bien exige
cierta habilidad y equilibrio psicofísico, pero que no tiene ningún carácter competitivo
como el juego chino y no representa ninguna lucha por el balón. En una superficie
relativamente pequeña, los actores, entre seis y ocho, vestidos de seda, se pasaban el
balón, llamado mari, que estaba hecho con una ubre de cierva, tenía unos 22
centímetros de diámetro y estaba relleno con desechos orgánicos, sin dejarlo caer al
suelo.

En China el juego se desvirtuó y adquirió un carácter lucrativo al aparecer las apuestas,


inclusive se llegaron a disputar partidos entre China y Japón, en lo que se conoce como
los primeros partidos de fútbol internacionales.

Mucho más animado era el "Episkyros" griego, del cual se sabe relativamente poco,
salvo el hecho de que idearon una eficaz pelota sin relleno (rellena de aire) y que su
juego dio origen al balonmano, al rugby y también al hockey, pues llegaron a arrastrar
el balón con un pequeño palo curvo. Mientras tanto en Persia los juegos de “pelota”
similares al fútbol y el polo se jugaban con las cabezas de los criminales o los
prisioneros de guerra.

Por su parte los romanos tenían una versión similar del juego al que llamaban
Harpastum, se jugaba con un balón más chico y dos equipos (cuyo número de
integrantes era variable) se medían en un terreno rectangular, limitado con líneas de
marcación y dividido con una línea mediana, teniendo que ser la pelota lanzada detrás
de la línea de marcación del adversario. Se hacían pases, se eludía, los miembros de
un equipo se repartían una serie de tareas tácticas y el público los incitaba, con gritos,
en sus rendimientos y resultados. Este deporte fue muy popular entre los anos 700 y
800 y se utilizaba en la milicia como divertimento y ejercicio físico.

Este juego fue introducido más tarde en Bretaña, pero es muy dudoso que pueda ser
considerado como el precursor del fútbol, al igual que el Hurling, que era muy popular
entre la población celta y que se practica, todavía hoy, en Cornwell y en Irlanda. De
todas maneras, el desarrollo decisivo del juego que hoy conocemos bajo el nombre de
fútbol tuvo su origen en Inglaterra y Escocia.

El juego que floreció desde el siglo VIII hasta el siglo XIX en las Islas Británicas,
practicado en las formas más diversas según el lugar o la región, y que luego se
perfeccionó hasta el fútbol que conocemos hoy - y en otra dirección al rugby - se
diferenciaba notoriamente en su carácter de las formas conocidas hasta entonces. No
estaba regulado, era más violento y espontáneo y no tenia limitación en el número de
participantes. Muchas veces se jugaba ardientemente entre pueblos enteros y
pequeñas ciudades, a lo largo de las calles, a campo traviesa, a través de zarzales,
cercados y riachuelos.
El tamaño y el peso del balón fueron determinados recién nueve años después de la
primera fijación de las reglas de fútbol, en 1863. Hasta ese entonces la reglamentación
se decidía siempre cuando se acordaba una competición (como en un partido entre
Londres y Sheffield, en 1866, evento donde además se acordó, por primera vez, la
fijación de la duración del partido en una hora y media).

A la categoría del "fútbol masivo", sin limitación del número de participantes y sin reglas
demasiado estrictas (según un antiguo manual de Workington, Inglaterra, todo estaba
permitido para llevar el balón a la meta contraria, con excepción de asesinato y el
homicidio), pertenece, por ejemplo, el Shrovetide Football, que se practica todavía hoy
los martes de carnaval en algunos centros tradicionalistas, pero de manera mucho más
atemperada y sin las muertes que esta práctica provocaba en sus inicios. Según se
cree, este juego tiene origen anglosajón.

Sobre su primera aparición existen varias leyendas. En Kingston-on-Thames y en


Chester se cuenta que el primer “partido” se jugó con la cabeza decapitada de un
monarca invasor de origen danés. En Derby, el origen se remonta más atrás aún: se
dice que este juego surgió espontáneamente en una fiesta de regocijo después de una
victoria sobre los romanos en, el siglo III A.C.

A pesar de las leyendas de Kingston y Chester, contra el origen anglosajón de esta


práctica habla el hecho de que no se hace ninguna mención del juego en la patria de
los anglosajones por esa época y que no figura en la antigua literatura anglosajona sino
que aparece sólo antes de la conquista normanda, en una pequeña fuente celta que
hace mención del juego de la pelota.

Sin embargo, existe otra posibilidad de origen: mientras que en los primeros siglos se
jugaba este tipo de fútbol masivo en la Isla, en Francia, principalmente en Normandía y
Bretaña, se practicaba un juego que no tenía conexión con el harpastum romano y se
llamaba soule. Era practicado por todas las clases sociales y fue prohibido en 1319 por
el rey Felipe V y después en 1369 por Carlos V debido a la violencia que entrañaba.

Por más que los eruditos disputen sobre el origen del juego y sobre las influencias de
los cultos, una cosa está clara: el fútbol floreció hace más de mil años en sus diferentes
formas primarias en Inglaterra y Escocia, esa zona que consideramos hoy como la
patria de este deporte. Pero también lo hizo en Irlanda y Gales. Una serie de
prohibiciones y severas advertencias nos demuestran la gran popularidad que tenía el
deporte y lo poco que podían hacer las autoridades más altas contra este juego, a
pesar de las severas amenazas de castigo.

En el año 1314, el alcalde de Londres se vio obligado a prohibir el fútbol dentro de la


ciudad, bajo pena de cárcel, a causa del ruido que ocasionaba. Asimismo el rey
Eduardo III promulgó en 1331 un decreto enérgico con el cual quiso eliminar el fútbol
por provocar escándalo público. Generalmente estos violentos y peligrosos juegos
estaban asociados con el carnaval, por lo que fueron llamados fútbol de carnaval.

Durante la guerra de los cien años que mantuvieron Inglaterra y Francia entre 1338 y
1453, el fútbol no fue bien visto en la Corte, pero esta vez por otras razones: Eduardo
III, Ricardo II, Enrique IV y Enrique V impusieron una pena a todos los que practicaran
el fútbol, ya que este entretenimiento privaba a sus súbditos de practicar los mucho
más útiles ejercicios militares, principalmente el tiro con arco, ya que los arqueros eran
una pieza muy valiosa e importante en el ejercito inglés de aquella época.

Todos los reyes escoceses del siglo XV se sintieron obligados a emitir duras
advertencias y prohibiciones contra el fútbol. Muy famoso es el decreto publicado por el
parlamento convocado por Jaime I en Perth, en 1424: "That no man play at the Fute-
ball" (Que ningún hombre juegue al fútbol). Todo esto no sirvió de mucho. El amor
hacia la lucha por el balón no pudo ser extirpado.

La locura futbolística fue muy violenta durante la época isabelina en Inglaterra. Al


entusiasmo futbolístico local se puede quizás agregar la influencia de la Italia del
Renacimiento, ya que en los siglos XVI y XVII, principalmente en Florencia, pero
también en Venecia y otra ciudades, se conocía una forma de juego propio llamado
calcio (giuoco del calcio, "juego de la patada") .

Este juego se disputaba entre dos equipos de 27 jugadores con seis árbitros. Aquí se
permitía el uso tanto de las manos como de los pies, estaba mejor reglamentado y era
un espectáculo muy impresionante cuando en ciertos días festivos en Florencia, se
enfrentaban en la Piazza della Novere los equipos vestidos en galante manifestación
con libreas de colores.

Por esa época, en Inglaterra, el juego siguió siendo rudo y poco elegante, pero
encontró a un seguidor prominente, que lo alababa por otras razones diferentes a las
de los jugadores, con su simple placer en la lucha por el balón. Richard Mulcaster, el
famoso pedagogo, director de los renombrados colegios de Merchant Taylors' y de St.
Pauls, le adjudicó a la causa valores educativos positivos: señaló que el fútbol
fomentaba la salud y la fuerza, que había que eliminar las brusquedades y la gran
dureza, que sería ventajoso para el juego limitar el número de participantes y que se
necesitaba un árbitro.

Hasta entonces, la oposición al fútbol se debía a reflexiones prácticas, pues se decía


que era el causante de tumultos y daños materiales, como, por ejemplo, en 1608 en
Manchester, donde una nueva prohibición fue justificada con la explicación de que el
fútbol causaba muchas roturas de vidrios de ventanas.
En el correr del siglo XVI, se sumaron otros ataques: en los lugares donde comenzó a
expandirse el puritanismo, se hacia también la guerra a los entretenimientos "libertinos"
y, entre ellos, figuraba el deporte en general, con el fútbol a la cabeza. Se lo
consideraba, en primer lugar, como un perturbador del descanso dominical. Ataques
similares fueron dirigidos también contra el teatro, en el cual los puritanos
comprometidos veían una fuente de ocio y de vicio. Dan comienzo así unos aburridos
domingos privados de entretenimientos a causa de las prohibiciones establecidas por
los puritanos (pese a que se cuenta que justamente, Oliver Cromwell, fue un robusto
jugador de fútbol en su juventud).

De ahí en adelante, el fútbol será una cosa tabú los días domingo y una serie de
edictos reales llegarán a suprimir estos juegos que tuvieron su auge durante los
períodos Tudor y Estuardo. Pero más adelante, con la etapa de la restauración y el
reinado de Carlos II, fueron rehabilitados y trescientos años después se los pudo
practicar de nuevo, primero en forma no oficial y luego oficialmente, aceptado por la
"Football Association", pero dentro de una medida sumamente modesta.

A mediados del año 1681 volvió a Londres el Conde Albermale, procedente de Italia
donde había ejercido larga misión diplomática en nombre de Inglaterra, su país, informó
entonces al Rey Carlos II sobre un juego de gran belleza, no exento de violencia que
era pasión en tierra italiana, sobre todo en Florencia; era el “calcio”. A diferencia de los
ingleses, que practicaban un deporte mucho más violento y agresivo, jugado por las
clases incultas del país, en Italia el calcio era practicado por nobles e intelectuales,
hasta el punto de que tres famosos jugadores de “calcio” : Julio de Médicis, Alessandro
Octaviano de Médicis y Maffeo Barberini, fueron después elevados a jerarcas máximos
de la iglesia católica con los nombres de Clemente VII, León XI y Urbano VIII.
trip02

No obstante todas estas influencias no pudieron extirpar el fútbol de la Isla, por más
duras que ellas fueran. En Derby, por ejemplo, las autoridades intentaron
continuamente, entre 1731 y 1847, poner fin al fútbol masivo en las calles, teniendo que
aplicar al final una ley contra la insurrección para alcanzar su meta.

Durante varios siglos no se registró casi ningún desarrollo perceptible en el fútbol. Este
deporte, prohibido durante 500 años, no pudo ser eliminado, pero tampoco salió de su
rudeza, violencia y falta de reglamentación. Recién a comienzos del siglo XIX se
vislumbra un cambio: el fútbol fue ganando cada vez más terreno en los colegios,
principalmente en los "public schools", y fue en este ambiente que se renovó y refinó.

Pese a todo, el fútbol continuaba siendo una práctica caótica y sin reglamentación, es
decir, no existía una forma determinada de juego. Cada colegio aplicaba sus propias
reglas, las cuales divergían, a veces, de manera considerable. Aparte de aferrarse a las
tradiciones, los terrenos de juego a disposición determinaron cierto tipo de manera de
jugar este deporte dado que en colegios como Charterhouse, Westminster, Eton,
Harrow, Winchester y Shrewsbury se jugaba en amurallados patios de suelos
empedrados que no permitían la práctica de partidos en masa, siendo más importante
la habilidad en el dribbling que la potencia del tumulto. Surgen así diferentes
modalidades futbolísticas como el Eton wall game, el Eton field game, o el Harrow y
Winchester football. Por otro lado, los colegios como Cheltenham y Rugby tendían más
hacia el juego rudo, donde el balón se podía jugar y hasta llevar con la mano.
Todas estas formas primarias experimentaron un auge cuando en los círculos
educacionales se dejó de considerar el fútbol como un simple medio de desahogo de la
juventud y se le comenzó a reconocer valores educacionales. Primero sirvió para
distraer a sus participantes de otros pasatiempos poco deseables, tales como la bebida
y los juegos de azar, pero luego se introdujo un modo de ver que llevó a una especie
de "culto del juego" en los public schools. En el fútbol, juego de equipo, se descubrió un
excelente medio de fomentar la lealtad, la facultad de sacrificio, la colaboración mutua y
la subordinación a la idea de equipo. El deporte comenzó a figurar en los horarios y la
participación en el fútbol se hizo obligatoria. Una contribución esencial al respecto
provino de parte del Dr. Thomas Arnold, director del colegio de Rugby.

En 1846 se hizo el primer intento formal para establecer un reglamento, promovido por
H. De Winton y J.C. Thring, en la Universidad de Cambridge; ellos prepararon un
encuentro entre representantes de las escuelas públicas más importantes, buscando
crear un juego de reglas estandarizado. Llegaron a un acuerdo y formularon diez,
conocidas como “las reglas de Cambridge”.

Sin embargo, el juego se mantuvo rudo: por ejemplo, estaba permitido patear la pierna
de adversario debajo de la rodilla, pero no estaba permitido sujetar al adversario y
patearlo al mismo tiempo. También estaba permitido jugar con la mano y, desde que en
1823, para sorpresa de su equipo y de los adversarios, William Webb Ellis corrió con el
balón debajo del brazo, se permitió llevar también el balón con la mano. Muchos otros
colegios adoptaron las reglas elaboradas en Cambridge, otros se opusieron a este tipo
de fútbol, por ejemplo, Eton, Harrow y Winchester, donde no se permitía llevar el balón
con la mano y donde figuraba en primer lugar el dominio de la pelota con el pie.
También Charterhouse y Westminster apoyaron el juego sin las manos, pero no se
aislaron como algunos colegios, sino que fueron los puntos de partida para la difusión
de su propia versión del juego.
En 1855 se fundó el club de fútbol más antiguo del mundo, el Sheffield Football Club,
mientras que en 1862 surgió el Notts County, que viene a ser el club de liga más
antiguo. Al año siguiente, en 1863, el desarrollo se fue acercando a una decisión.
Nuevamente en la Universidad de Cambridge se trató de hallar una base común y fijar
reglas aceptables para todos. La mayoría se pronunció contra los métodos rudos, tales
como hacer zancadillas, patear la canilla del contrario, etc., y también contra el juego
con la mano. La fracción de Rugby se retiró después de estos resultados. Ellos
hubieran prescindido de patear la pierna del adversario - cosa que se suprimió más
adelante de las reglas del rugby -, pero no querían prescindir del juego con la mano y
de llevar la pelota debajo del brazo.

La reunión de Cambridge fue un intento de introducir Orden en el entrevero de las


reglas. Pero el impulso decisivo lo dio una serie de encuentros que tuvieron lugar en los
últimos meses del mismo año 1863 en Londres. Once clubes y colegios londinenses,
interesados en darle una base correcta a sus partidos por intermedio de un reglamento
válido para todos, enviaron a sus representantes (el 26 de octubre de 1863) a la
"Freemasons Tavern".

trip03

Arriba podemos ver la Freemasons Tavern, a su derecha un partido de fútbol de fines


del siglo XIX y finalmente un balón de la misma época.

Los eternos puntos de discordia - patear la canilla, hacer la zancadilla, llevar el balón
con la mano - fueron discutidos en detalle en esta reunión y en otras similares.
Finalmente, en la última reunión del 8 de diciembre, los férreos defensores del rugby,
que estaban de todas maneras en la minoría, se retiraron definitivamente. No querían
participar en un juego donde no estaba permitido hacer la zancadilla, patear las canillas
de los adversarios o llevar el balón con la mano. En este punto divergían
definitivamente la opiniones. El 8 de diciembre de 1863 fue el día en que el fútbol se
separó del rugby. Esta separación fue más evidente seis años más tarde, cuando en
las reglas de fútbol se prohibió en general el juego con la mano (no sólo llevar el balón
con la mano).

Ocho años después de la fundación, en 1871, la Asociación Inglesa de Fútbol contaba


ya con 50 clubes. En octubre de ese año, y a petición del secretario de la FA, Charles
Alcock, se decide celebrar la primera competición organizada de fútbol del mundo: la
Copa Inglesa. Esta primera competición se disputó al año siguiente, en 1872, contó con
quince participantes y fue ganada por los Wanderers, que batieron en la final a los a los
Royal Engineers.

Hasta 1892 casi todas las finales se celebraron en Kennington Oval, Londres, que es
más conocido por el críquet. Hasta 1883 todos los ganadores fueron clubes de
aficionados. Los Wanderers ganaron seis veces; los Old Etonians obtuvieron la victoria
en dos ocasiones y fueron segundos en otras seis. Otro evento importante fue la
creación de la Liga de Fútbol en 1888, que se convirtió en un modelo para otros países
que posteriormente la imitaron.

Esta adopción se desarrolló con rapidez en Europa y muchas otras partes del mundo a
finales del siglo XIX. Los soldados británicos, así como los marineros, funcionarios de
las colonias, hombres de negocios, ingenieros y maestros exportaron el juego a través
del mundo, como hicieron con el críquet y otros deportes. La pauta fue la misma:
mostraban una pelota, comenzaban a jugar y luego invitaban a los locales a unírseles.

Mientras que en el continente europeo y en otras partes del mundo casi no se hablaba
de fútbol organizado, en Gran Bretaña se organizaban ya partidos internacionales,
siendo disputado el primero el 30 de noviembre de 1872 en Glasgow entre Inglaterra y
Escocia. Considerando estrictamente el asunto, los ingleses no tenían ninguna
asociación análoga con la que pudieran haber competido. Escocia e Inglaterra se
enfrentaron, cuando todavía no existía una Asociación Escocesa, la cual se fundó
recién tres años más tarde. Contra Inglaterra jugó el equipo de club escocés más
antiguo, el Queen's Park FC. Como dato anecdótico cabe agregar que en 1878 se
realizó el primer partido con luz eléctrica.

Con el incremento del fútbol organizado y el ya sorprendente alto número de


espectadores, se presentaron los inevitables problemas con los cuales tuvieron que
enfrentarse los otros países mucho más tarde: por ejemplo, el asunto del
profesionalismo.

La primera referencia al respecto data del año 1879, cuando un pequeño club de
Lancashire, Darwen, alcanzó dos veces un empate sensacional contra el imbatible Old
Etonians, antes de que los famosos aficionados londinenses pudieran asegurarse la
victoria. Dos jugadores del equipo de Darwen, los escoceses John Love y Fergus
Suter, parecen haber sido los primeros en haber recibido dinero por su arte futbolístico.
Estos casos se multiplicaron y ya en 1885, la F.A. estuvo obligada a legalizar
oficialmente el profesionalismo. Esto fue cuatro años antes de que se fundaran las
primeras asociaciones nacionales fuera del sector británico, la de Holanda y la de
Dinamarca.

Después de la Asociación Inglesa de Fútbol se fundaron la Asociación Escocesa de


Fútbol (1873), la Asociación del País de Gales (1875) y la Asociación Irlandesa, en
Belfast (1880).
Fuera de Inglaterra, el fútbol fue expandiéndose, principalmente a causa de la
influencia británica, primero lentamente y luego con una mayor rapidez. En Viena había
una gran colonia británica que fue la responsable de la creación del primer club de
fútbol de Viena y del Club de Futbol y Críquet de Viena, del que derivó el FK de Austria.
El austriaco Hugo Meisl, un miembro del Club de Críquet de Viena y secretario de la FA
de Austria (fundada en 1904), tuvo una gran influencia en el desarrollo del fútbol en
Europa, siendo el principal impulsor de la Copa Mitropa (el prototipo de los eventos
europeos de club modernos) y de las competencias de la Copa de Naciones.

Dinamarca fue otro de los países europeos que comenzó pronto a practicar el juego.
En 1879 había un club inglés de fútbol en Copenhague, en tanto que la FA danesa se
fundó en 1889. En 1891 se fundo la Asociación Futbolística en Nueva Zelanda.

Un hombre de negocios italiano, Edoardo Bisio, es considerado el introductor del fútbol


estructurado en la península, más específicamente en Turín, en 1887. Inicialmente
existieron ligas separadas para italianos y extranjeros que se fusionaron en 1897.
Pronto este deporte contagiaría a Génova y Milán siendo el primer club italiano el
Football Club Internazionale (no confundir con el Inter de Milán), fundado en Turín en
1890, creándose la federación ocho años después, compuesta esta por cuatro equipos,
el Génova, el F. B. C. Torinese, el Internazionale di Torino y el Gymnastic Society of
Torino.

En Hungría el juego comenzó en la década de 1890 (la F.A. se fundó en 1901), y en el


primer equipo húngaro había dos jugadores ingleses. En Alemania y Holanda el juego
arraigó hacia 1900 (cuando se fundó la FA alemana). Hacia 1908 había 96 clubes
holandeses. La F.A. holandesa se fundó en 1889.
trip04

En 1887 dos propietarios ingleses de hilanderías, los hermanos Charnock, introdujeron


el fútbol en Rusia, cerca de Moscú. A finales de la década de 1890 la Liga de Moscú
estaba ya funcionando. A principios del siglo XX el juego ya se había extendido por
toda Europa, y la mayoría de los países habían formado su asociación de fútbol:
Bélgica en 1885, Suiza en 1895, Alemania en 1900, Checoslovaquia en 1901, Noruega
en 1902, Suecia en 1904, Finlandia en 1907, Luxemburgo y Rumania en 1908 y
España en 1913.

En Sudamérica los marineros británicos jugaron al fútbol en Brasil en la década de


1870, pero su principal impulsor fue Charles Miller, hijo de unos emigrantes ingleses,
quien animó a los trabajadores ingleses residentes a formar clubes (algunos ya existían
para el críquet). El primer club importante brasileño fue el Associação Atlética
Mackenzie en São Paulo.

En Argentina el juego fue introducido por los residentes ingleses en Buenos Aires, y la
A.F.A. se fundó en 1891. Sin embargo, arraigó con cierta lentitud y al final fueron los
emigrantes italianos los que hicieron popular el juego.

Chile formó su federación en 1895, Uruguay en 1900 y Paraguay en 1906. La influencia


británica en Sudamérica es evidente en los nombres de algunos clubes: Corinthians en
Brasil, Everton y Rangers en Chile, Liverpool y Wanderers en Uruguay, River Plate y
Newell's Old Boys en Argentina.
Hasta hace poco y con motivo de la celebración de la Copa del Mundo de 1994, los
Estados Unidos no han sido asociados a menudo con el fútbol, pero se ha jugado allí
desde casi los comienzos. El club Oneida de Boston se fundó en 1862, y la selección
nacional alcanzó las semifinales en la Copa del Mundo de 1930.

En África el movimiento colonial británico jugó un gran papel en la introducción del


fútbol, pero se desarrolló más despacio que en el continente, mientras que en Canadá
y Australia sólo en los últimos años se ha hecho popular.

dip01

Cuando en mayo de 1904 se fundó la F.I.F.A., siete países hicieron de padrinos:


Francia, Bélgica, Dinamarca, Holanda, España (representada por el Madrid FC), Suecia
y Suiza. La Asociación Alemana declaró, el mismo día, por telegrama su afiliación.

A pesar de todo la comunidad internacional de fútbol fue creciendo continuamente, a


veces con reveses y obstáculos. En 1912, la Fédération Internationale de Football
Association contaba ya con 21 asociaciones; en 1925 con 36; en 1930, año del primer
Campeonato Mundial celebrado en Uruguay, con 41; en 1938 con 51; en 1950, cuando
a causa de la interrupción ocasionada por la guerra se volvió a competir por tercera vez
por un titulo mundial, la FIFA contaba con 73 asociaciones.

En 1992 eran 179 las asociaciones nacionales adheridas y en el año 2000 su número
llegó a 204, practicando este deporte de manera más o menos reglamentada unos
doscientos cincuenta millones de personas en el planeta.
Según Desmond Morris, “Hay tribus futbolísticas en todos lados, en cualquier remoto
lugar del planeta, convirtiendo el juego del fútbol asociado en el más grande y exitoso
deporte de todos los tiempos. Cada vez más culturas lo adoptan, más gente lo juega y
mucho más gente lo ve.”

2- Momentos claves en la historia y evolución del fútbol moderno

Desde prohibir a los jugadores tocar el balón con la mano, hasta animar a los
guardametas a usar los pies, el guardián de las Reglas de Juego del fútbol, el
International Football Association Board (I.F.A.B.), ha desempeñado un papel
clave en el desarrollo de este bello deporte. De entre sus 118 años de historia,
hemos destacado diez fechas principales en la evolución del deporte más
popular en todo el mundo.
1863: Fundación de la Football Association en Londres (Inglaterra)

En el pasado había reglas. Demasiadas y con frecuencia contradictorias: ése era el


problema. Con sus orígenes en el mob football (“fútbol multitudinario”), un deporte a
menudo violento que se jugaba los días de fiesta en las ciudades y pueblos ingleses, y
en el que se adoptó una filosofía del ‘todo vale’ a la hora de conducir el balón hacia el
objetivo fijado, pronto surgieron las diferencias en torno a la cantidad de artimañas,
patadas y todo tipo de juego sucio que ello suponía.

Desde principios del siglo XIX, los partidos se disputaban inicialmente en las canchas,
patios de recreo y claustros de las escuelas privadas de Inglaterra, pero el modo de
jugar en Eton difería del de Harrow; estos a su vez del de Winchester, del de
Charterhouse y así sucesivamente hasta el caso más extremo de Rugby.

1872: Primer encuentro internacional

Escocia 0 – Inglaterra 0 (Patrick, Escocia, 4,000 espectadores).


El 30 de noviembre (día de San Andrés), en una cancha de críquet empapada por la
lluvia, Escocia recibió a Inglaterra en el primer partido de fútbol entre dos países. En el
año anterior a la fundación de la Asociación Escocesa de Fútbol, el Queen’s Park
representó a Escocia y vistió camiseta azul, Knickerbockers (pantalón corto) blancos, y
medias a rayas blanquiazules, mientras que Inglaterra vistió con camiseta, pantalón
corto y medias blancas, según los colores de su escuela pública.

Ambas selecciones emplearon lo que hoy podría considerarse más bien como
formaciones ofensivas (Escocia un 2-2-6 e Inglaterra un 1-1-8); pero por entonces el
juego aún conservaba muchas de las características de ‘patadón y a correr’ del mob
football, y, al menos en lo táctico, quizás recordaba más al rugby de nuestros días que
al fútbol.

Aunque el nuevo deporte tenía un mayor desarrollo en Inglaterra (donde el año anterior
se había celebrado la primera competición futbolística, la F.A. Challenge Cup -Copa de
Inglaterra-, entre un número creciente de equipos), fue la revolucionaria táctica de
pases de Escocia la que se reveló más eficaz. No se marcó ningún gol aquel día, pero
el número de espectadores que pagaron por ver el choque implicó su continuidad, y los
del norte llegarían a conquistar 8 victorias en los 12 primeros Inglaterra-Escocia.

1872: Primera reunión de la International Football Association Board (I.F.A.B.)


A pesar de la unificación del reglamento y de la creación de la Football Association
(F.A.) en 1863, las disputas, en su mayoría a cargo de los clubes de Sheffield que
habían anunciado su propio paquete de ideas en 1857, persistieron durante el final de
la década de 1870. Sin embargo, la creación del International Football Association
Board en 1882 vino a poner fin a todas las discusiones. El sábado como día libre, la
prohibición de los deportes sangrientos, la floreciente red de ferrocarriles y la creciente
clase trabajadora (adinerada y apasionada del fútbol) contribuyeron en su conjunto al
auge en la popularidad de este deporte. Ello implicó que se había hecho necesario un
organismo que protegiera y preservara las reglas. Constituido por dos representantes
de cada una de las cuatro asociaciones del Reino Unido (las asociaciones de fútbol de
Gales e Irlanda se habían fundado en 1876 y 1880, respectivamente), el I.F.A.B.
celebró su primera reunión el 2 de junio de 1886 para velar por las Reglas de Juego.
Entonces, al igual que hoy, se requería una mayoría del 75 por ciento de los votos para
la aprobación de una propuesta.

1891: Árbitros, penales y redes

El penal como tal no existió hasta 1891. Se daba por hecho que un caballero educado
en los colegios públicos de la Inglaterra victoriana jamás cometería una falta
deliberadamente. Aunque la llegada del profesionalismo en 1885 había servido para
incrementar la presencia de futbolistas de la clase obrera, la inclusión del penal (o,
como fue llamado originalmente, el “golpe mortal”), fue más probablemente una
consecuencia del aumento de la competitividad y un compromiso con la justicia. Se
trataba de uno de los varios cambios espectaculares que experimentaron las Reglas de
Juego en 1891.

Los penales, naturalmente, tenían que indicarlos alguien. Así, tras una propuesta de la
Asociación Irlandesa, se autorizó la figura del árbitro en un terreno de juego. En un
principio, fielmente a sus orígenes de deporte entre caballeros, las disputas se
arreglaban entre los dos capitanes de equipo; pero conforme iba aumentando lo que
estaba en juego, también lo hacía el número de quejas. En la época en la que se
celebraron la primera Copa de Inglaterra (F.A. Cup) y el primer encuentro internacional,
se empleaban dos árbitros, uno por equipo y al que cada conjunto podía reclamar. Pero
no era la solución ideal, ya que las decisiones, algunas más favorables que otras, sólo
se producían tras varias reclamaciones y prolongados retrasos.

Al principio, el árbitro ‘principal’ estaba de pie en la banda pendiente del tiempo, y se le


consultaba cuando los árbitros no se ponían de acuerdo, pero todo eso cambió en
1891. A partir de esa fecha se hizo fija la figura del árbitro principal con plenos poderes
para expulsar a los jugadores, así como para conceder penales y faltas sin tener que
atender a reclamaciones. Los dos árbitros, por su parte, se transformaron en linieres o
“árbitros asistentes”, como se les conoce hoy.

Durante esa misma reunión en Escocia, se aceptó la inclusión de las redes en el


marco, completando así la composición de la portería tras la introducción del larguero
en sustitución de la cinta 16 años antes.
1902: Se pintan líneas en la cancha

Muchas de las líneas que hoy vemos en los terrenos de juego de todo el mundo son
una consecuencia directa de estas y otras reglas, según el fútbol iba rápidamente
perfilándose a sí mismo. Desde los campos de los pueblos hasta los parques y las
canchas de críquet, el tamaño de la zona de juego se había ido reduciendo
paulatinamente con el paso de los años.

Al principio, naturalmente, no había ningún tipo de delimitación, pero con la


introducción de las reglas y de los estadios de fútbol específicos llegaron las líneas
blancas. El saque inicial exigía un punto central; el mantener a los jugadores a 10
metros del saque de centro trajo consigo el círculo central; un campo con dos mitades
implicaba una línea medular; los saques de banda (con las dos manos desde 1882) se
llevaron por detrás de la línea de banda; los saques de fondo (1869) y los saques de
esquina (1873) sacaron a escena la línea de fondo y el ángulo de córner. Cuando se
creó el penal en 1891, y hasta 1902, no se lanzaba desde un punto, sino desde
cualquier lugar a lo largo de una línea que distaba unos 11 metros.

La decisión de 1902 de conceder un penal por una falta cometida dentro de un área de
18.9 metros desde la línea de gol por 40.2 metros de ancho, hizo surgir tanto el área de
castigo como el punto penal. Otro ‘área de gol’, comúnmente conocida como “área
pequeña”, de 5.5 metros de largo por 18.3 metros de ancho, sustituyó al semicírculo en
la boca de gol.

Sin embargo, no sería hasta dentro de otros 35 años cuando se crearía la última pieza
del rompecabezas: la media luna en la frontal del área, para permitir al lanzador del
penal tomar carrerilla sin ser estorbado.

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A la izquierda antiguo balón y botines de fútbol, a la derecha los equipo de Uruguay y


Argentina saliendo al campo de juego para disputar la primera final en la historia de las
Copas del Mundo (1930).

1904: Se funda la FIFA

Al entrar en el siglo XX, el nuevo deporte estaba causando tanta sensación en


otras partes del mundo como en el Reino Unido. Las noticias sobre el fútbol
cruzaban los mares y se extendían rápidamente por tierras europeas, mientras
los marineros británicos se encontraban con abundantes y dispuestos
compañeros de juego en sus viajes por todos los rincones del planeta. En todo el
mundo nacían las asociaciones y federaciones de fútbol, y, en mayo de 1904, la
FIFA fue fundada en París con siete miembros en su origen: Francia, Bélgica,
Dinamarca, Holanda, España (representada por el Madrid FC –hoy Real Madrid-),
Suecia y Suiza.
Hubo un recelo inicial en el Reino Unido hacia la idea de un organismo mundial al
frente del deporte cuyas reglas habían creado ellos, pero esta incertidumbre quedó
borrada de un plumazo dos años después, y el ex directivo de la F.A. Daniel Burley
Woolfall sustituyó al francés Robert Guérin como Presidente de la F.I.F.A. en 1906 (el
mismo año en que la F.A. se afilió). Hasta 1918, año del final de la I Guerra Mundial, el
mandatario inglés luchó por promover un reglamento futbolístico unificado por todo el
planeta.

1913: La FIFA entra en el IFAB

Mientras los reyes y los políticos desplegaban un sistema defensivo de alianzas que
acabaría conduciendo a la guerra mundial, el fútbol contribuía a hacer amigos. Hubo
muchas más asociaciones del Viejo Continente que se afiliaron a la FIFA antes de que
Sudáfrica (1909/1910), Argentina y Chile (1912), y Estados Unidos (1913) se
convirtieran en los primeros miembros no europeos.

Puede que Lenin viera el fútbol como una forma de diversión para apagar la conciencia
política del proletariado, pero el deporte iba despegando en países en los que el nuevo
concepto de ocio iba dotando a la población de tiempo libre. Se celebraron los primeros
encuentros internacionales en Norteamérica, donde Canadá derrotó a Estados Unidos
por 1-0 en Nueva Jersey, en 1885; en Sudamérica, donde Argentina y Uruguay
empataron 0-0 en Buenos Aires, en 1905; y en Asia, donde Filipinas se impuso a China
en Manila en 1913.

Como consecuencia de la evolución del fútbol y del crecimiento del número de


asociaciones (20 al final de la I Guerra Mundial), la F.I.F.A. fue recibida en el seno del
I.F.A.B. y se le concedió el mismo poder de votación que a las cuatro asociaciones del
Reino Unido juntas. Seguía habiendo ocho votos, y se requería la misma mayoría del
75 por ciento para aprobar una propuesta; pero en lugar de dos votos cada una,
Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda ahora sólo tenían uno, mientras la F.I.F.A. pasaba a
contar con cuatro. Con este equilibrio, el máximo organismo del fútbol mundial
necesitaba el apoyo de la mitad de las asociaciones primigenias para poder aprobar un
cambio. Mientras tanto, se creyó que el I.F.A.B., mediante esta capacidad de vetar por
sí solo una propuesta, conservaría su necesario conservadurismo al tiempo que
mantendría una actitud progresista hacia el fútbol.

En gran medida fue gracias a esta filosofía por lo que, pese a la turbulencia de las tres
décadas siguientes, que condujeron a dos guerras mundiales y a una enorme
convulsión social, el fútbol no sólo sobrevivió sino que prosperó, con el sueño de una
competición internacional finalmente hecho realidad en 1930, en Uruguay.

1925: De 3 a 2 hombres; el fuera de juego alcanza la mayoría de edad


Al igual que expresiones como ataque, defensa, vanguardia o disparo, el término ‘fuera
de juego’ tiene un origen militar. “Fuera de tu radio de acción”, o “Fuera de juego”
significa que un jugador de ataque por delante del balón está en una posición ilegal. La
regla del fuera de juego, similar a la que se emplea hoy en el rugby, formaba parte de
la primera reglamentación en 1863.

En los primeros sistemas tácticos, los equipos sacaban al campo hasta ocho
delanteros, ya que la única manera de avanzar con el balón era driblando o mediante
melé. Sin embargo, hubo una fuerte oposición a esta propuesta desde Sheffield, cuyas
reglas no incluían el fuera de juego. Las diferencias se acabaron resolviendo a finales
de la década de 1860, cuando la F.A. tomó la trascendental decisión de adoptar la
regla de los tres jugadores, según la cual a un atacante se le declaraba en fuera de
juego si estaba situado por delante del tercer último defensor.

A partir de ese momento, los pases se hicieron parte integrante del fútbol y, para
muchos, nació gran parte de la grandeza de este deporte. El número de goles
aumentó, ayudado por la regla de 1912 que impedía a los guardametas tocar el balón
con la mano fuera del área, y por otra de 1920 que prohibía los fueras de juego
procedentes de un saque de banda. En 1925, la regla del fuera de juego con tres
jugadores cambió a la de dos jugadores, lo que representó otro cambio radical que
propulsó aún más lejos el auge del fútbol.

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1938 y 1997: Quitando las telarañas

En 1937 se pensó que, si se unía el más de medio siglo de cambios y enmiendas a que
las Reglas originales estaban redactadas en el lenguaje de la Inglaterra victoriana, las
Reglas del Juego, 17 en total, necesitaban un importante lavado de cara. Stanley Rous,
miembro del I.F.A.B. y el primer oficial que empleó el sistema diagonal de arbitraje, fue
elegido como el hombre ideal para esta labor colosal. El directivo inglés, que sería
nombrado Presidente de la F.I.F.A. en 1961, empezó por quitar las telarañas y redactó
las Reglas dentro de un orden racional. Tan concienzudo fue el trabajo de sir Stanley, y
tan escasos los cambios en el reglamento durante un período en el que se produjo el
auténtico despegue del fútbol, que sólo en 1997, casi 60 años después, volvió a
sentirse la necesidad de simplificar más el texto (en un 30 por ciento) y de modernizar
el lenguaje.

Década de 1990: “Por el bien del fútbol”

Al entrar en la década de 1990, el fútbol se había transformado en un fenómeno


mundial sin parangón con ninguna otra actividad deportiva. Se habían creado ligas
nacionales junto a las competiciones continentales y a las Copas Mundiales de la FIFA
para satisfacer las demandas de los aficionados que se identificaban tanto con su club
como con su país.
La televisión intensificó el deseo aparentemente insaciable de los espectadores y, al
tiempo que convertía en estrellas mundiales a muchos jugadores y transformaba las
líneas de los terrenos de juego en uno de los diseños más fácilmente reconocibles en
todo el planeta, atrajo a millones de personas más hacia este deporte y hacia una
comprensión inmediata de esas reglas que fueran establecidas al fondo de una
pequeña taberna londinense hace muchísimos años. Desde sus inicios embrionarios en
la segunda mitad del siglo XIX hasta su adolescencia a comienzos del siglo XX, las
Reglas del Juego experimentaron un crecimiento notable y adecuado. Su lógica clara y
sencilla las hacía asimilables por todos, y su énfasis en la deportividad resultó ser un
ingrediente igualmente sabroso.

En la década de 1980, sin embargo, quizás por primera vez en la larga historia del
fútbol, había indicios de que las audiencias empezaban a descender. La rivalidad entre
tribus y el fervor nacionalista habían sido un subproducto del impacto social y
emocional del deporte, y en ocasiones la pasión se desbordaba en forma de violencia.
La popularidad y el dinero condujeron a una mayor profesionalización del fútbol y, en el
ámbito del juego, con todo basándose cada vez más en los resultados, las tácticas
defensivas eran las que dominaban, con lo que el espectáculo se resentía. A finales de
los años 80, todos estaban de acuerdo en que las Reglas del Juego necesitaban una
puesta a punto a la vista de estos acontecimientos.

Estas importantes enmiendas, a las que frecuentemente se alude con el lema “Por el
bien del fútbol”, fueron diseñadas para promover el fútbol de ataque. Comenzaron por
la regla del fuera de juego de 1990, con la que ahora se daba ventaja al equipo
atacante. Si el atacante estaba en línea con el penúltimo defensor, su posición era
correcta, en lugar de fuera de juego. Y ese mismo año, la ‘falta del profesional’ (la que
privaba a un oponente de una ocasión manifiesta de gol) pasó a ser una infracción
motivo de expulsión. A pesar de estos cambios, las tácticas empleadas durante la Copa
Mundial de la F.I.F.A. Italia 1990 sugirieron la necesidad de hacer algo más. Y dos
años más tarde, el I.F.A.B. realizó una de las jugadas más espectaculares de su
historia al prohibir a los guardametas atrapar los pases atrás intencionados.

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Arriba se muestran dos capturas de imágenes de los actuales videojuegos de fútbol, su


realismo es asombroso.

El I.F.A.B. demostraba que podía ser progresista cuando la ocasión lo requería al


tiempo que conservador. Y aunque la nueva regla fue recibida con escepticismo por
algunos al principio, con el paso del tiempo acabaría siendo enormemente valorada.
Los árbitros ya habían estado combatiendo las simulaciones o los intentos de engañar
mostrando la tarjeta amarilla a los ‘tramposos’ y, en 1998, la entrada fuerte por detrás
pasó a ser sancionada con tarjeta roja. Con todas estas enmiendas, junto con la
promoción de la deportividad y el retorno a sus raíces de deporte de caballeros, el
compromiso de pensamiento en pro del fútbol en estos años 90 era completo.

Y así, mientras el fútbol sigue traspasando nuevos límites, el I.F.A.B., un organismo


rara vez reconocido por el gran público, se reunió el 28 de febrero, y al igual que ha
hecho todos los años desde 1886, reflexionó sobre el fútbol para asegurar que en el
siglo XXI seguirá teniendo el mismo éxito que tuvo en las dos anteriores centurias.

Reglas del fútbol 1: El terreno de juego

El campo de juego será un rectángulo de una longitud mínima de 90 metros y


máxima de 120 m y una anchura de 45 a 90 metros. En todos los casos el terreno
de juego deberá ser rectangular, divido en dos mitades y estará marcado con
líneas. Dichas líneas pertenecerán a las zonas que demarcan.

Marcación del campo de fútbol

Por un lado, tendremos dos líneas de marcación más largas que se denominan
líneas de banda. Las dos más cortas se llamarán líneas de meta. Por otro lado, el
terreno de juego estará dividido en dos mitades por una línea media que unirá los
puntos medios de las dos líneas de banda.

Meta de la cancha de fútbol

Además, se deberá trazar un área de meta, con dos líneas perpendiculares a la


línea de meta, a 16.5 m de la parte interior de cada poste y, las líneas se
adentrarán 16.5 m en el terreno de juego. Al centro del rectángulo se marcará un
punto a los 11 m, que se ocupará para colocar el balón cuando haya que tirar un
penal.

La esquina según las reglas del fútbol

Hay que añadir que se podrá hacer una marcación fuera del terreno de juego para
señalar la distancia que se deberá observar en la ejecución de un saque de
esquina. Esta se situará a 9.15 m del cuadrante de esquina y perpendicular a la
línea de meta.

Reglas de juego 2: El balón

Los balones deben tener unas características y medidas específicas que constan
en las reglas del fútbol:

Será esférico.
Será de cuero o cualquier otro material adecuado.

Tendrá una circunferencia no superior a 70 cm y no inferior a 68 cm.

Su peso no será superior a 450 g y no inferior a 410 g al comienzo del partido.

Tendrá una presión equivalente a 0,6–1,1 atmósferas al nivel del mar.

Como nueva norma del reglamento del fútbol 2021, encontramos que en caso de
que haya un balón defectuoso, el juego se detendrá y se reanudará con un balón
a tierra. El cambio viene en que no será necesario hacerlo justo en el lugar donde
se detuvo el partido, como si era obligatorio hacer hasta este año.

Reglamento del fútbol 3: El número de jugadores

Las reglas del fútbol establecen que los dos equipos que disputan un partido
deben tener, como máximo, once jugadores titulares. Uno de ellos será el
portero. El partido no comenzará si uno de los equipos tiene menos de siete
jugadores.

El número de suplentes y de cambios varia en función de la federación y la


categoría. Sin embargo, mayoritariamente se sigue el reglamento profesional que
permite a los equipos tener ocho suplentes y un límite de tres cambios. Los
cambios se harán cuando lo indique el árbitro pero debe ser previamente
avisado. Un jugador ya sustituido no puede volver a ingresar en el terreno de
juego.

Reglas del fútbol 4: La equipación

Los equipamientos de los jugadores y árbitro también están contemplados en las


reglas del fútbol.
El equipo usual de un jugador estará compuesto por una camiseta, un pantalón
corto, medias, zapatillas. En la confección de estos elementos no se pueden
utilizar elementos que constituyan peligro para los demás jugadores. Los dos
equipos vestirán colores que los diferencien entre sí y también del árbitro y los
árbitros asistentes. Los porteros también están obligados a utilizar un color
diferente.

Reglas de juego 5: El árbitro

El árbitro es el encargado de dirigir el partido y, según las reglas del fútbol, debe
cumplir las siguientes normas:

Cuidará de la aplicación de las reglas de juego y resolverá todos los casos


dudosos. Sus poderes empezarán en el momento de silbar el saque de comienzo
y tiene la facultad de imponer sanciones.

Tomará nota de las incidencias, ejercerá las funciones de cronometrar y cuidar


de que el partido tenga la duración reglamentaria o convenida añadiendo el
tiempo perdido por incidencias o por cualquier otras causas.

Tiene poder absoluto cuando se cometan infracciones a las reglas, puede parar,
suspender o interrumpir definitivamente un partido cuando lo estime necesario
independientemente de las causas.

Desde el momento en que entre en el campo de juego, tendrá la facultad


discrecional de amonestar a todo jugador que proceda con conducta
inconveniente a esta pudiendo impedirle tomar parte en el partido en caso de
reincidencia.

No permitirá personas extrañas dentro del campo de juego durante el encuentro.

Tendrá poder total para expulsar definitivamente del campo sin advertencia previa a
todo jugador culpable de conducta violenta.

Dará la señal para reanudar el juego después de toda parada


Reglamento del fútbol 6: Los árbitros asistentes

Las reglas del fútbol estipulan que se podrá designar a dos árbitros asistentes que
tendrán, bajo reserva de lo que decida el árbitro, la tarea de indicar: si el balón salió del
terreno de juego, tiros de esquina, fuera de juego, avisar de los cambios, infracciones
que no vea el árbitro, duración del partido, gol marcado y saques de meta.

Reglas del fútbol 7: Duración del partido

Las reglas del fútbol profesional indican que el partido durará dos tiempos iguales de 45
minutos cada uno, salvo que por mutuo acuerdo entre el árbitro y los dos equipos
participantes se convenga otra cosa. Pero esto puede variar en función de la categoría
y la federación.

Reglas de juego 8: Saque de inicio

Las reglas del fútbol estipulan que al iniciarse el partido, la elección de campos y el
saque de comienzo se sorteará mediante una moneda. El bando favorecido por la
suerte tendrá el derecho de escoger, bien sea su campo o el saque inicial. En el
segundo tiempo, los equipos se intercambiarán los lados del campo y sacará de medio
el equipo que no lo haya hecho en la primera parte.

El saque desde el medio del campo deberá producirse al comienzo del partido, tras
haber marcado un gol o al comienzo del segundo tiempo del partido. También debe
hacerse al comienzo de cada tiempo suplementario, dado el caso.

Reglamento del fútbol 9: El balón en juego (o no)

La novena de las reglas del fútbol parece muy lógica, el balón está en juego mientras
no se marque falta y esté dentro de la cancha. No se interrumpe el partido si rebota en
un poste o banderín de esquina o si rebota en el árbitro.
Estará fuera de juego su cruza por completo una línea de banda o de meta, y si el
partido es interrumpido por el árbitro.

Reglas del fútbol 10: Tanto (o gol) anotado

Las reglas del fútbol dicen que se habrá marcado un gol cuando el balón, estando en
juego, haya atravesado completamente la línea de meta entre los postes y por debajo
del travesaño, siempre que el equipo anotador no haya cometido previamente una
infracción a las Reglas de Juego.

El equipo que marque mayor número de goles será el ganador, si anotan los mismos o
no anotan, el juego termina empatado. En caso de que sea necesario un vencedor sólo
se permiten tres procedimientos: regla de goles marcados como visitante, tiempo
suplementario o tiros de penal.

Reglas de juego 11: El fuera de juego

El fuera de juego puede que sea la que más confusión crea de las reglas del fútbol.

Un jugador estará en posición de fuera de juego si se encuentra más cerca de la línea


de meta contraria que el balón y el penúltimo adversario, pero no estará si se encuentra
en su mitad del campo. En ese caso, el árbitro deberá otorgar al equipo rival un tiro
libre indirecto desde el lugar en el que se haya producido el fuera de juego.

Además, desde esta temporada, no se sanciona como fuera de juego cuando un


jugador en posición antirreglamentaria recibe el balón de un adversario de forma
voluntaria. En este caso también se incluye la mano voluntaria. Hasta ahora la jugada
quedaba invalidada, sin embargo ahora solo se señalará fuera de juego si procede de
una parada del portero.

Reglamento del fútbol 12: Faltas e incorrecciones

Tiros libres directos:

Se concederá un tiro libre directo al equipo adversario si un jugador comete una de las
siguientes infracciones de una manera que el árbitro considere imprudente, temeraria o
con el uso de una fuerza excesiva:

Dar o intentar dar una patada a un adversario.

Poner una zancadilla a un contrario.

Saltar sobre un adversario.

Cargar violentamente o peligrosamente a un adversario

Golpear o intentar golpear a un adversario

Empujar a un adversario

Hacer una entrada a un adversario para ganar la posesión del balón tocándole antes
que al balón

Tocar el balón deliberadamente con las manos (salvo el portero en su área de penalti)

Sujetar a un contrario

Escupir a un adversario

Se cobrará un lanzamiento de penalti, si un jugador comete una de las diez


infracciones antes mencionadas, dentro de su propia área de penalti,
independientemente de la posición del balón y siempre que esté en juego.

Tiros libres indirectos:


Se concederá un tiro libre indirecto al equipo adversario, si un portero comete una de
las siguientes infracciones antes mencionadas, dentro de su propia área de penalti:

Tarda más de seis segundos en poner el balón en juego, después de haberlo


controlado con sus manos.

Vuelve a tocar el balón con las manos después de haberlo puesto en juego y sin que
cualquier otro jugador lo haya tocado.

Toca el balón con las manos después de que el jugador de su equipo se lo haya cedido
con el pie.

Toca el balón con las manos después de haberlo recibido directamente de un saque de
banda lanzado por un compañero.

Se dará un tiro libre indirecto al equipo adversario, si un jugador en opinión del árbitro:

Juega de forma peligrosa.

Obstaculiza el avance de un adversario.

Impide que el guardameta pueda sacar el balón con las manos.

Comete cualquier otra infracción que no haya sido anteriormente mencionada en las
Reglas, por la cual el juego sea interrumpido para amonestarle o expulsarle.

El tiro libre directo o indirecto, se lanzará desde el lugar donde se cometió la infracción,
o en cualquier caso, atendiendo a las normas y reglas de juego al respecto.

Reglas del fútbol 13: Sanciones disciplinarias

La tarjeta amarilla se utiliza para comunicar al jugador, al sustituto o al jugador


sustituido que ha sido amonestado. Por otro lado, la tarjeta roja se utiliza para
comunicar al jugador, al sustituto o al jugador sustituido que ha sido expulsado.
Desde esta temporada 2020-21, no solo se podrán mostrar tarjetas amarillas o rojas a
los jugadores, a los sustitutos o a los jugadores sustituidos, sino que también a los
entrenadores, asistentes y cuerpo técnico que se encuentre presente en el banquillo.

El árbitro posee la autoridad para tomar medidas disciplinarias desde el momento en


que ingresa en el terreno de juego hasta que lo abandona después del pitido final.

Si un jugador comete una infracción sancionable con una amonestación o una


expulsión, ya sea dentro o fuera del terreno de juego, contra un adversario, un
compañero, el árbitro, un árbitro asistente o contra cualquier otra persona, será
castigado conforme a la naturaleza de la infracción cometida.

Infracciones sancionables con una amonestación

Un jugador será amonestado y se le mostrará la tarjeta amarilla si comete una de las


siguientes siete infracciones:

Ser culpable de conducta antideportiva

Desaprobar con palabras o acciones

Infringir persistentemente las Reglas de Juego

Retardar la reanudación del juego

No respetar la distancia reglamentaria en un saque de esquina, tiro libre o saque de


banda

Entrar o volver a entrar en el terreno de juego sin el permiso del árbitro

Abandonar deliberadamente el terreno de juego sin el permiso del árbitro


Un sustituto o un jugador sustituido será amonestado si comete una de las siguientes
tres infracciones:

Ser culpable de conducta antideportiva

Desaprobar con palabras o acciones

Retardar la reanudación del juego

Infracciones sancionables con una expulsión

Un jugador, un sustituto o un jugador sustituido será expulsado si comete una de las


siguientes siete infracciones:

Ser culpable de juego brusco grave

Ser culpable de conducta violenta

Escupir a un adversario o a cualquier otra persona

Impedir con mano intencionada un gol o malograr una oportunidad manifiesta de gol
(esto no vale para el guardameta dentro de su propia área penal)

Malograr la oportunidad manifiesta de gol de un adversario que se dirige hacia la meta


del jugador mediante una infracción sancionable con un tiro libre o penal

Emplear lenguaje ofensivo, grosero u obsceno y/o gestos de la misma naturaleza

Recibir una segunda amonestación en el mismo partido

Un sustituto o un jugador sustituido expulsado deberá abandonar los alrededores del


terreno de juego y el área técnica.

Reglas del fútbol 14: Tiros libres


Según las reglas del fútbol, los tiros libres se dividen en directos, que con un solo
contacto se puede meter gol o en caso de que sea en propia meta se marcará tiro de
esquina; y tiro libre indirecto, en el que el árbitro debe mantener una mano levantada y
consiste en dos toques antes de que el balón cruce la meta, si sólo hay un toque se
concederá saque de meta.

El equipo rival tiene derecho a colocar una barrera de jugadores, para resguardar al
portero y complicar el panorama para el cobrador, pero dicha barrera deberá estar a
una distancia indicada por el árbitro del partido.

Reglas de juego 15: Penalti

El penal se origina al cometerse una falta y en la que el infractor sea un jugador del
equipo contrario en su área. El penal se tirara desde el punto de penal y antes que se
ejecute todos los jugadores a excepción del que va a ejecutar el castigo deben estar en
el campo de juego.

Si el ejecutor falla, podrá contra-rematar si el portero detiene el disparo, pero no podrá


tocar el balón si el rebote proviene de uno de los postes de la meta.

Reglamento del fútbol 16: Saque de banda

Las reglas del fútbol dicen que el saque de banda es una forma de reanudar el juego y
se concede a los adversarios del último jugador que tocó el balón antes de atravesar la
línea de banda por tierra o por aire. No se podrá anotar un gol directamente de un
saque de banda.

El saque de banda se sirve con las manos, el balón se lanza desde atrás por encima de
la cabeza, con ambos pies bien colocados sobre la línea desde el sitio donde salió del
terreno de juego.
Reglas del fútbol 17: Saque de meta

El saque de meta es una forma de reanudar el juego, cuando el balón haya atravesado
completamente la línea de meta, ya sea por tierra o por aire, después de haber tocado
por último a un jugador del equipo atacante, y no se haya marcado un gol conforme a la
Regla 10.

Se podrá anotar un gol directamente de un saque de meta, pero solamente contra el


equipo adversario.

Reglas de juego 18: Saque de esquina

Cuando el balón pasa en su totalidad la línea de meta por aire o por tierra excluyendo
la zona entre los dos postes por el dueño de cancha se realiza un corner. Para este
saque la línea se divide en dos partes la derecha y la izquierda por la cual se elige por
cual de las dos respectivas esquinas se realizara el tiro de esquina.

El tiro de esquina se realiza poniendo la pelota en la parte del circulo marcado en la


esquina delante del banderín. Luego se debe patear la pelota.

Estas son las 17 reglas del fútbol realizadas por la FIFA. Son las normas que se utilizan
como general en todos los países del mundo siempre con alguna variación pero por
general son todas estas. Si conoces alguna regla que no este en el artículo no dudes
en ponerla en los comentarios, todas las recomendaciones posibles serán leídas.
También coméntanos como de útil y que os aparece el artículo sobre las 17 reglas del
fútbol de la FIFA.

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