Ud1 Psicologia Social
Ud1 Psicologia Social
Ud1 Psicologia Social
Psicología Social
2. Resumen ................................................................................................................ 25
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UD 1. Fundamentos de psicología social
El ser humano es social por naturaleza. Ya desde el mismo nacimiento este se comunica con sus
personas cuidadoras mediante el llanto. La cuestión aquí es que, desde ese primer momento de
la vida, el neonato inicia comportamientos de interacción con otros humanos para ejercer una
influencia sobre ellos.
Recordemos unas palabras de Ortega y Gasset, famoso filósofo español del siglo pasado: «Yo soy
yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Si analizamos estas palabras desde
nuestra perspectiva, podríamos argüir que la circunstancia en la que vive un individuo y el
individuo mismo forman una unidad inextricable. Si no conocemos las circunstancias sociales de
un individuo no podremos conocer con claridad su comportamiento. La psicología social destaca
el hecho de que nuestros sentimientos, pensamientos y acciones no pueden entenderse sin la
referencia a las personas con las que interactuamos, a los grupos en los que participamos y a las
normas, valores e ideologías que nos sirven de referencia. Por ello la psicología social tiene como
objeto estudiar cómo interactúan esos diferentes aspectos, cuáles son sus consecuencias y cómo
afectan al bienestar individual y colectivo (Sabucedo y Morales, 2015).
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1. Desarrollo del contenido
La psicología social (PS), como ciencia, es una construcción social que, para su entendimiento,
se debe contextualizar en el momento histórico de su producción (perspectiva sociohistórica).
Por ello, para comprender los antecedentes y el nacimiento de nuestra disciplina, es importante
situarnos en el momento histórico cultural de su desarrollo.
Siglos después, Hegel inspiró otro antecedente, la psicología colectiva, con la idea del espíritu
de los pueblos que equivale al de los individuos. Ya en el contexto de mitad del siglo XIX (etapa
del colonialismo y la Revolución Industrial) empezó a adquirir interés etnológico el conocimiento
de otras culturas, y el saber sobre los movimientos sociales populares reivindicativos de libertad
y derechos sindicales y políticos, respectivamente. Este interés por el comportamiento colectivo
dio lugar a nuevas corrientes como la psicología de los pueblos y la psicología de las masas.
La primera se centró en el estudio de los pueblos y en sus productos culturales (mitos, usos y
costumbres, religión, normas sociales, etc.). La segunda se focalizó en el estudio de las crisis
institucionales y las masas revolucionarias. Le Bon (máximo exponente de esta corriente)
caracterizó a las masas de fanáticas, así como de irracionalidad comportamental. Su pretensión
fue criticar el peligroso ideal socialista de la época.
Así, la teoría de la mente colectiva y de sus mecanismos psicológicos, adquirió un cierto carácter
patológico al categorizar estos fenómenos como enfermedades sociales.
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Figura 1. Wundt alternó la psicología experimental con la psicología de los pueblos.
Por su parte, Durkheim, en Las reglas del método sociológico, estableció las diferencias entre las
representaciones individuales y colectivas, mientras que la psicología rusa destacó los papeles de
la imitación y su papel en el origen de la costumbre (Láurov), así como el del individuo en los
procesos históricos sociales (Mijailovski). Sin duda, la psicología colectiva rusa engarzaba con el
materialismo histórico de la época.
Casi simultáneamente a la psicología colectiva, fue creciendo una orientación psicosocial que se
centró en la influencia interpersonal. Tarde (1898) definió la psicología social como el estudio de
las relaciones interindividuales. Esta psicología de las relaciones interindividuales (tercer
antecedente de la psicología social) estudió las relaciones entre los individuos, que explicaba a
través de la imitación y sugestión como hecho social fundamental. Iniciado el siglo XX, Thomas
definió la psicología social como un campo nuevo que estudiaba la interrelación entre la conciencia
individual y la sociedad y sus efectos en ambas. En contraposición a lo colectivo, el enfoque
interindividual acentuaba el hecho de que los individuos al interactuar se relacionan entre sí
produciendo una serie de fenómenos psicológicos, al igual que sociales. A pesar de lo prometedor
del enfoque, pronto se vio abandonado en favor de la moda instintivista de la psicología, naciendo
así una psicología social de los instintos.
Fue Ross (1908) quien se focalizó en el estudio de los planos y corrientes psíquicas que se
producen entre los individuos como consecuencia de su asociación (citado en Munné, 1994). Trató
de comprender cómo fruto de la interacción entre los seres humanos surgen la uniformidad de
los sentimientos, las creencias y el comportamiento. McDougall se fijó en cómo se formaba la
compleja vida mental de las sociedades y cómo esta influía en las facultades cognoscitivas de los
individuos. También estudió la mente de grupo, pero este tema lo veréis con mayor detalle en
psicología de los grupos. Ambos autores daban mucha importancia al instinto de la imitación-
sugestión para explicar la conducta colectiva.
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El fin de la psicología social de los instintos vino dado por las críticas de Dunlap (1919) hacia
McDougall, argumentando que su teoría se apoyaba en la intencionalidad subjetiva y, por ende,
en un fenómeno inobservable (citado en Munné, 1994). También la producción etnológica de
antropólogos como Margaret Mead, entre otros, ayudaron al descrédito instintivista, por sus
trabajos sobre aspectos psicológicos en el estudio de las culturas. La caída del instintivismo en la
psicología social cercenó a la disciplina de una base teórica universalmente aceptada y supuso
«la primera y fructífera gran crisis de la psicología social contemporánea» (Munné, 1994), pues
de ella surgieron nuevos desarrollos.
Nota
El primer fruto de esta crisis fue la introducción en el campo psicosocial del método experimental
y del sociométrico. Floyd H. Allport, en oposición al movimiento instintivista, propuso el uso de
metodología empírica y objetiva en psicología social. En su manual de 1924 decía que «la
psicología social es la ciencia que estudia la conducta del individuo en la medida en que ésta es
un estímulo para otros individuos o en que es una reacción a su conducta, y que describe la
conciencia del individuo en la medida en que es una conciencia de objetos y reacciones sociales».
Para Allport, de acuerdo con el conductismo, el objeto de la psicología social debía ser la conducta
observable, para poder experimentar sobre ella, e interpretando dicha conducta según el modelo
estímulo-respuesta. La aportación principal de Allport no fue solo el fenómeno de la facilitación
social por el que se le conoce, sino el hecho de promover la experimentación en psicología social.
Este contexto experimental dio lugar al concepto de actitud como unidad de análisis básica para
un amplio sector de los psicólogos sociales (psicología social de las actitudes). Thomas y cols.
(1918, 2004) llegaron a definir la psicología social como ciencia de las actitudes, pues para ellos
estas eran para los individuos la contrapartida de los valores sociales. Hubo un prolífico desarrollo
de técnicas y escalas de medición de actitudes en esta etapa. La psicología social mostró su
vocación científica y por consiguiente amplias posibilidades. Sin embargo, la actitud no podía
cubrir el inmenso campo y objeto de la psicología social. Áreas como la influencia de la situación
de grupo sobre el comportamiento del individuo o la facilitación social excederían a aquella.
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Figura 2. Floyd H. Allport.
Otro investigador de suma importancia de la época fue Sherif, el cual acreditó experimentalmente
que el grupo influye en las percepciones de sus miembros. Puso de relieve la formación de normas
de grupo, lo cual manifestaba que la influencia del grupo no solo se limitaba a la facilitación social
de Allport, sino que tenía influencia en el ámbito perceptivo.
En una psicología social centrada en la influencia social tuvieron también reconocimiento los
trabajos de Newcomb, que estudió las actitudes de grupo, y el acuñe del concepto de grupo de
referencia. Bartlett (1932) evidenció el papel de la pertenencia al grupo en los procesos de
memorización (citado en Munné, 1994).
En conclusión, la psicología social de los años 30 del siglo pasado se había ganado su estatus
científico, no solo por sus grandes investigadores como Lewin y Sherif, y por la escuela que
generaron, sino también por sus aportaciones teóricas y metodológicas (técnicas de observación
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sistemática, el laboratorio experimental psicosocial, la investigación de campo y las experiencias
de grupo).
Tras la Segunda Guerra Mundial y hasta los años 70 del siglo anterior, la psicología social
tuvo un fuerte desarrollo, aunque heterogéneo. Podemos agrupar en cinco bloques esta
producción científica, a saber:
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Pero estos cinco bloques expuestos aquí no acaban con la heterogeneidad de la psicología social
de esta época. Destacó también el trabajo de McClelland sobre la motivación de logro, así como
los experimentos de la afiliación de Thibaut y Kelley, los estudios de la interdependencia de
Schachter y el análisis dramatúrgico de Goffman, que conectaba con los primeros planteamientos
del interaccionismo simbólico.
En los años 60 (citados en Munné, 1994) resurgió el conductismo social con Bandura y Walters
(1969) con su teoría del aprendizaje social y con la teoría del intercambio social de Homans
(1961).
En conclusión, esta etapa de posguerra supuso un gran esplendor de la psicología social, no solo
por sus avances teóricos, sino también por su refinamiento en la investigación empírica y en las
innovaciones técnicas como el análisis de contenido de Lazarsfeld, el diferencial semántico de
Osgood o el análisis interaccional de Bale.
La psicología social recibió críticas por su supuesta irrelevancia social y por su escasa aplicación.
Tajfel acusó a la teoría psicosocial de individualista y de prescindir de un contexto social e
histórico. Munné (1994) afirmaba que la crisis en el fondo fue epistemológica. Siguiendo a Ovejero
(2007) la crisis en psicología social se podía circunscribir a lo siguiente:
a) Crisis metodológica
Se dudó de la validez de las conclusiones de los experimentos. Para Tomás Ibáñez (1985) el
problema era que la psicología social utilizaba metodologías de las ciencias naturales para un
objeto de ciencias sociales, lo que exigía un cambio.
b) Crisis ideológica
Sampson sostuvo que la psicología social, al tener su origen en la sociedad capitalista, estaba
constreñida a los valores sociales e ideológicos que representa.
c) Crisis de relevancia
El experimento de laboratorio conllevó que se tildara a la psicología social como una disciplina
con falta de relevancia en sus investigaciones, ya que este no mostraba su capacidad para
solucionar problemas sociales.
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d) Crisis teórica
e) Crítica ética
Esta crisis dio lugar a nuevas psicologías sociales caracterizadas, según Parker y Shotter (1990)
(citado en Ovejero, 2007), por lo siguiente:
La concepción positivista de la ciencia se había afianzado en el siglo XIX, lo que supuso que
muchos científicos sociales asumieran el método científico. Esto llevó al fuerte desarrollo de la
experimentación en psicología social psicológica.
La diferencia de posicionamiento de una y otra venían dadas por el uso del método experimental.
Dilthey afirmaba que este era inadecuado para la investigación de los fenómenos mentales
complejos. Esta idea dio lugar a grandes discusiones entre los positivistas, que la rechazaban, y
aquellos pragmatistas provenientes de la Escuela de Chicago. Thomas y Znaniecki (1918, 2004)
afirmaban que para entender la conciencia individual es necesario comprender el significado que
las personas otorgan a sus acciones y no aislar a estas del medio social en el que se producen,
como hacen los experimentalistas positivistas. Por ello, la metodología en la Escuela de Chicago
abogó por métodos como la etnografía y técnicas de investigación cualitativa.
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En cuanto a los intereses temáticos de sendas orientaciones, veamos los más significativos en el
cuadro siguiente:
Actitudes*. Identidad.
Tabla 1. Temáticas desarrolladas por cada orientación. *Temáticas abordadas en ambas orientaciones.
Esta polarización de la psicología social estuvo también fuertemente influenciada por las
corrientes psicológicas más sobresalientes. Veamos, pues, brevemente, cómo estas influenciaron
en la psicología social.
A modo de resumen, y siguiendo la propuesta que realiza Pastor (2008), se podrían enumerar las
principales influencias de teorías básicas en el siguiente esquema. En los próximos apartados
abordamos cada una de ellas:
1. Conductismo.
2. Cognitivismo.
3. Interaccionismo simbólico.
4. Teoría del rol o modelo dramatúrgico.
5. Teoría de la Gestalt.
6. Teoría del campo.
7. Socioconstruccionismo.
1.1.4. Conductismo
El propio Watson enfatizó la influencia que tiene el medio ambiente en la conducta de las
personas, considerando igualmente las tendencias y presiones grupales como factores que juegan
un papel en el comportamiento del individuo.
La aportación a la psicología social, tal y como indica Pastor (2008), pasa por el propio principio
del conductismo:
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Toda conducta se examina en función de acontecimientos estímulo (estímulos antecedentes
crearán conductas “respondientes”, mediante el sistema nervioso autónomo, y estímulos
que sigan en la misma crearán “operantes”, mediante el sistema nervioso central que
aumentan la probabilidad de que una conducta ocurra de nuevo si resulta positivamente
reforzada). La aprobación social sería precisamente un poderoso “reforzador” de conductas
operantes que, según esta teoría conductista, explicaría la mayor parte de respuestas
sociales dadas por el hombre, y la imitación, o sea, comportarse como los miembros del
propio grupo lo hacen sería otro importante reforzador de conducta social.
Sin embargo, el conductismo no fue muy influyente en la psicología social, porque el esquema
estímulo-respuesta era absolutamente insuficiente para explicar la complejidad psicosocial. En
todo caso, sí tuvo repercusión en temas como el aprendizaje social, la persuasión, las teorías del
intercambio y sus aplicaciones, así como en su influencia metodológica con la experimentación
de laboratorio, sobre todo en la psicología social psicológica.
1.1.5. Cognitivismo
Entre las escuelas psicológicas de mayor peso en psicología social, el cognitivismo ha sido la que
mayor peso ha tenido en su desarrollo. Podría englobarse aquí a los gestaltistas como Asch,
Lewin, o Festinger y a los actuales investigadores de la atribución. La irrupción del paradigma
cognitivo desplazó al conductismo definitivamente. El hombre es un procesador de información,
percibe estímulos y responde en función de la interpretación de estos. Por ello, en ese
procesamiento de información se verá influenciado por factores sociales, como normas culturales,
roles, prejuicios, actitudes y/o grupos de pertenencia o referencia.
El interaccionismo simbólico, etiqueta atribuida a Blumer en 1937 (citado en Garrido, 2007), puso
el foco en la interacción social. Las personas se relacionan con las cosas de acuerdo con los
significados que estas tienen para ellos. Esos significados surgen del mismo proceso de interacción
social, y el uso, mantenimientos y cambio de esos significados se produce a través de su
interpretación.
George H. Mead puso el énfasis de su teoría sobre los símbolos significantes y el proceso social
que los crea, permitiendo la acción típicamente humana, es decir, la acción con sentido, símbolo
de la cultura creada por un grupo que explica la acción individual sobre la base de los significados
sociales del colectivo en que cada uno ha sido educado. Defiende una continuidad entre mente y
sociedad, ya que la conducta psíquica estaría guiada por el simbolismo social. El concepto de ser
humano para Mead es totalmente social, pues son los otros los que dan sentido al yo.
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Esta corriente interaccionista tuvo gran éxito en las Universidades de Chicago y de Iowa, donde
se desarrollaron métodos no reactivos, como la encuesta mediante entrevista y el cuestionario,
el estudio de caso y la observación participante (Denzin, 1970; citado en Garrido, 2007).
Muy relacionada con la teoría anterior, explica la conducta social del individuo partiendo de lo que
denomina expectativas de rol. Es decir, la persona que simbólicamente comparte con su grupo
una misma cultura percibe cuáles son los modelos de comportamiento que se esperan de ella de
acuerdo con el estatus que ocupa en dicho grupo, y esta percepción resulta uno de los mayores
determinantes de su comportamiento social.
Esta teoría enfatiza sobre el aspecto cognitivo o de interpretación simbólica que realiza el
individuo respecto del grupo al que pertenece o del grupo al que se refiere y con el que se
compara. La realidad social es un escenario donde ocurren las peripecias humanas. El rol de los
sujetos en la sociedad (psicólogo, estudiante, médico, padre etc.) suscita en los otros expectativas
de conducta. Según Goffman (1971), la vida social es una representación donde cada individuo
representa distintos papeles, y donde causa distintas impresiones en los demás (citado en
Ovejero, 2007).
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otros y también permite predecir sus acciones. Este intento de entender el comportamiento de
los demás se puede atribuir a factores internos (personalidad, aptitudes, etc.) o a factores
externos (la situación, el azar, etc.). En esta tradición de la formación de impresiones de Asch,
se destacan los estudios de obediencia a la autoridad de Milgram o las teorías de Festinger sobre
la comparación social y disonancia cognitiva.
Sabías que:
Kurt Lewin llegó a decir, para defender la utilidad de la investigación científica dentro de la
psicología social, que «no hay nada más práctico que una buena teoría».
La teoría del campo de Lewin proporciona un marco óptimo para el estudio de la acción grupal
sobre la conducta individual donde el grupo no consiste en una mera suma de individualidades ni
es tampoco algo exterior al individuo, sino que es una interdependencia.
1.1.10. Socioconstruccionismo
El construccionismo social se propone, básicamente, aclarar los procesos a través de los cuales
las personas consiguen describir, explicar y, en definitiva, dar cuenta del mundo en el que viven.
Desde el construccionismo se considera que los términos en que se comprende el mundo son el
resultado de un proceso activo y cooperativo que se produce en las relaciones interpersonales.
Desde esta perspectiva, la investigación social deja de ubicarse en las interioridades de la mente
para pasar a situarse en la estructura y el proceso de intercambio humano. Las explicaciones ya
no se formulan aludiendo a un determinado estado o proceso psicológico, sino considerando las
relaciones entre personas (Gergen 1985). En efecto, el socioconstruccionismo cuestiona
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sistemáticamente las verdades heredadas, pues estas son históricas y culturales, sustentadas por
procesos sociales. Es antirrealista, en tanto en cuanto lo real es construido por un lenguaje
culturalmente determinado, como el de la ciencia. Por ello lo realmente interesante para esta
corriente es la interacción, el proceso y las prácticas sociales que surgen de la interacción.
Sin duda todas estas corrientes han influenciado en la construcción de la psicología social actual,
y todas y cada una de ellas han tenido una influencia importante en el conocimiento del
comportamiento social. Veamos ahora cómo la psicología social se ha desarrollado a través de la
metodología de investigación.
Al igual que ocurre en general en la psicología, la psicología social sigue los mismos principios
diferenciados del método inductivo y deductivo, por lo que no volveremos a explicar estas
categorías metodológicas.
Una de las características propias del método en psicología social es su pluralidad, ya que hay
que tener en cuenta que cada una de las influencias que se han visto en el apartado anterior
emplea un método diferenciado de las demás. Esta característica no es un perjuicio para esta
rama de la psicología, sino más bien un beneficio, ya que si se tiene en cuenta que en ciencia el
método es una especie de itinerario que sigue la mente del ser humano para poder alcanzar la
verdad, el que existan muchos métodos lo que va a conseguir es una visión de esta desde
múltiples focos, y por lo tanto más rica y completa.
Bien es verdad que gracias a la influencia y, sobre todo, al mayor desarrollo de esta área en los
Estados Unidos, el método más empleado ha sido sin duda el experimental, que pretende
convertir esta disciplina en una ciencia puramente empírica alejada de planteamientos más
sociológicos o filosóficos.
Las críticas que ha recibido por ello se resumen en dos fundamentalmente, que tienen que ver
con la irrepetibilidad de la conducta humana, lo cual menoscaba uno de los principios de las
ciencias positivas que basan su fiabilidad en la contrastación de los resultados experimentales, y
la libertad de la determinación de la conducta humana. A pesar de esto, se verá a lo largo de la
asignatura cómo sobre la conducta del ser humano se pueden describir factores, variables y leyes
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de conducta que permiten predecir probabilísticamente la respuesta que se obtendrá frente a
ciertas variables ambientales de carácter social.
Puestos a mencionar las críticas recibidas por la psicología social en cuanto a su metodología, hay
que admitir que el método experimental llevado a cabo a lo largo del siglo pasado llevó, en
muchas ocasiones, a poner en situaciones límite a los sujetos experimentales. Situaciones que
hoy en día serían impensables dentro de la psicología teniendo en cuenta la lógica aplicación de
un código deontológico en la práctica científica. Todo ello, a la par de que podamos ver cómo, por
ejemplo, en la actualidad, la inexistencia de dicha lógica en algunos mass media hace que no se
contemple ningún pudor en llevar al límite de lo indigno las prácticas de algunos programas de
televisión (o de cualquier otro medio en realidad), cuyo único interés son los índices de audiencia
por encima del respeto al ser humano.
El propio Pastor (2008) recuerda que… frustrando, enojando, castigando a los sujetos
(experimentales) se les puede obligar a cometer actos vergonzosos que seguramente no hubieran
realizado en una situación de perfecta lucidez. Por eso, toda persona investigadora está obligada
a poner las necesarias cautelas para que no resulten lesionadas las intimidades personales, para
asegurar el secreto profesional y garantizar el anonimato de quienes se presten a participar en
un experimento de psicología social.
Respecto a los tipos de investigación que podemos encontrar en psicología social, decimos que,
fundamentalmente, son tres tipos, a saber:
Investigación descriptiva
Investigación correlacional
Investigación experimental
Está diseñada para encontrar relaciones causales entre variables, sin embargo, por la poca
validez ecológica de la experimentación en psicología social, que abstrae al sujeto o participante
del entorno social real para el control de las variables, es controvertida actualmente.
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En cuanto a las técnicas de investigación que podemos encontrar dentro de la psicología social se
encuentran la investigación documental, las escalas de actitud, la observación sistemática, la
simulación informática y la experimentación. A continuación, profundizamos en cada una de ellas.
McClelland defendía este método, que trata del uso de técnicas que permiten la adquisición de
datos a partir de materiales previamente existentes. No se trata solamente del recurso a los
documentos de archivo, sino de un uso de cualquier fuente cualificada de datos (personas, grupos,
entidades) no necesariamente psicológicos, sino que pueden servir también informaciones de
naturaleza literaria, económica, antropológica, histórica, etc., y a través de cualquier medio como
revistas, libros, biografías, memorias, diarios, correspondencia y, cómo no, Internet.
Este recurso, que no es un copia y pega, tiene la ventaja de que no introduce cambios previos
en los sujetos a los que se refiere, sino que los datos ya están a disposición del investigador sin
que haya manipulación previa por su parte. Además, no trata de reducir a respuestas de sí/no,
verdadero/ falso o multiopción la riqueza de la respuesta en el ser humano. Sin embargo, muchos
autores no defienden su uso, argumentando que su desventaja principal es su subjetividad y la
falta de sistematicidad en su interpretación de los resultados obtenidos por estos medios. Todo
ello, a pesar de que se siguen proponiendo métodos de análisis de contenido (propuestos en su
día por O. P. Holsti y hoy día más desarrollados), que pretenden sistematizar objetivamente los
datos que se obtienen por este medio dotándolos de mayor fiabilidad y validez.
No obstante, es una técnica muy utilizada y defendida para su uso en investigaciones de corte
cualitativo.
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Figura 8. McClelland.
Sabías que:
Rensis Likert, en 1932, fue el pionero en describir las características de uso y análisis
psicométrico de la conocida como escala tipo Likert.
El método de encuesta es de común aplicación tanto a la psicología como a la sociología. Usa las
preguntas dirigidas a los protagonistas de un acontecimiento como procedimiento para
profundizar en él. Dentro de este amplio apartado de técnicas de encuesta se clasifican en
cuestionarios de respuesta escrita con lápiz y papel, y en entrevistas.
Una de las técnicas más empleada en psicología social es la escala de actitud, que sirve para
obtener el grado, la cantidad y la dirección de las interpretaciones cognitivas de un individuo, de
sus afectos o sentimientos y de sus predisposiciones a la hora de actuar de una forma
determinada.
Estas escalas suelen presentar una serie de ítems a los que el sujeto responde indicando su grado
de acuerdo-desacuerdo, agrado-desagrado (respuestas tipo Likert o método de evaluaciones
sumarias que provienen de las escalas de Thurstone que Likert logró simplificar).
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La sociometría dispone de distintas técnicas para la evaluación y una de las más empleadas es el
test sociométrico (una técnica muy precisa, fácil de aplicar y que ofrece resultados
interesantes). Su complejidad puede variar dependiendo del número de sujetos que conformen
el grupo y de las relaciones que se establezcan en él.
El test sociométrico consta de varias preguntas formuladas por la persona que evalúa para
conocer las relaciones socioafectivas entre los miembros del grupo. Por ejemplo, en un aula de
Educación Primaria se pregunta al alumnado lo siguiente: ¿A quién elegirías para realizar un
trabajo y a quién no? ¿A quién elegirías para jugar y a quién no? (entre otras).
A, B, C…
El test sociométrico es usado, sobre todo, para la visualización de las relaciones y las
interacciones de las personas que forman un grupo.
Play
En este vídeo (I y II) podréis visualizar el proceso de construcción de una matriz sociométrica
a partir de los resultados del test. Os animo a que lo veáis, ya que es muy didáctico.
https://www.youtube.com/watch?v=Te1VNYYW_Zw
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1.2.4. Observación sistemática
Esta técnica de observación directa y sistemática del comportamiento humano tiene la ventaja
del realismo, por lo que goza de prestigio frente a las críticas de la artificialidad del laboratorio y
del posible impresionismo de las técnicas subjetivas y también de la direccionalidad en las
respuestas que puede afectar a los sujetos que responden a cuestionarios o entrevistas. Sin
embargo, es incierta la capacidad de generalización o aplicabilidad que tienen sus resultados a
otros grupos o fenómenos semejantes. Por ello, la observación directa de los comportamientos
se emplea principalmente como procedimiento inicial en las etapas metodológicas previas a la
verificación.
Otra de las ventajas de este método es que tampoco existe la típica preocupación presente en
las técnicas de muestreo para asegurarse la representatividad, ya que lo que interesa es la
estructura y la dinámica de un grupo concreto o de un fenómeno muy singular y aislado que se
convierte en el objeto de estudio.
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1.2.6. Experimentación
Una vez que se ha influido sobre el grupo experimental, si la variable independiente (VI) difiere
significativamente del grupo de control, se podría concluir que dicha VI es la causa del cambio
operado en la variable dependiente (VD) dentro del grupo experimental, siempre que hayan sido
controladas las demás variables que pudieran también ejercer su influjo sobre dicho cambio.
Existen una gran variedad de modelos experimentales adaptables a las posibles circunstancias
del objeto que investigar, aunque por lo general responden al núcleo fundamental de la
metodología experimental. Así, normalmente son procedimientos programados directamente para
la verificación de hipótesis de causalidad. El esquema más simple es el conocido como modelo
antes/después que consiste en que, tanto el grupo experimental como el grupo de control, son
medidos en la variable que se pretende estudiar antes de la introducción de la VI y después se
observa si han existido cambios en el grupo experimental, de manera que al comparar el grupo
experimental de después se observan diferencias significativas con el grupo de control de antes,
que se supone es igual al grupo experimental anterior, por lo que entonces, si existe un control
del resto de variables, el cambio lo produce la VI.
Otros modelos solo tienen en cuenta la medición después, como por ejemplo el modelo factorial,
que además trabaja con varias VI continuas (cuya alta, media, baja influencia se puede medir)
que son introducidas al mismo tiempo y sobre las que se observa el grado de influencia sobre la
VD.
Dentro de la experimentación existen varios tipos de experimentos con los que se trabaja en la
psicología social como, por ejemplo, los que describe Gerardo Pastor:
1. Experimento natural.
2. Experimento de campo.
3. Experimento en laboratorio.
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Experimento natural
Se caracteriza por que el investigador no interviene en la manipulación de la variable
independiente (VI), sino que solo interviene en la recogida de medidas de las variables
dependientes (VD) antes de que el fenómeno se produzca y una vez ocurrido. Se realiza en las
escasas ocasiones en las que se presenta un fenómeno espontáneo de cambio, o sea, en las
situaciones en las que se introduce de forma natural, no provocada, alguna variable independiente
(VI) durante el curso de un fenómeno, y que puede ser aprovechado por el experimentador para
probar una hipótesis de causalidad.
En este caso no existen los inconvenientes éticos o morales que pueden darse en otros
experimentos programados, y sobre todo en los que hay que engañar a los sujetos participantes
acerca del verdadero objeto de investigación, y la ventaja principal viene dada por la naturalidad,
es decir, por la no artificialidad en la introducción del cambio.
El problema es que, al carecer de control sobre el cambio, no se sabe cuándo este se va a producir,
y si se produce, el investigador nunca podría estar seguro de que en el evento natural haya
intervenido solo sobre una variable.
Experimento de campo
En este tipo de experimentos el investigador diseña de antemano las condiciones experimentales
y las manipula, pero dentro de un escenario real de la vida normal; por ejemplo, dentro de un
campus universitario, una fábrica etc. Las dificultades de este tipo de experimento consisten
fundamentalmente en poder conseguir en cada caso el escenario natural requerido, además de
poder tener bajo control el resto de las variables que intervienen, lo que sigue siendo una de las
dificultades comunes a todo tipo de experimentación. Sin embargo, la ventaja del experimento
de campo, igual que en el caso anterior, es el poder realizarlo en ambientes de vida ordinaria y
no dentro de contextos artificiales como es el caso de la experimentación en laboratorio.
Experimento de laboratorio
Surge ante la necesidad de tener que controlar todos los factores que intervienen en la producción
de un efecto (VD). Dicho control solo es posible dentro de los escenarios reales o naturales en
rarísimas ocasiones. En el laboratorio ese control se facilita mucho y el experimentador puede
estar casi seguro de que lo que le ocurre al grupo experimental se debe a las condiciones a las
que él le ha sometido y no a otras variables.
Las mayores limitaciones del experimento en laboratorio provienen de que los sujetos sometidos
a las manipulaciones del investigador en un aula experimental no reaccionan con la naturalidad
y espontaneidad con las que lo harían fuera del laboratorio. Otra dificultad añadida de la
experimentación en laboratorio consiste en la, a veces, dudosa capacidad de generalización o
transposición de los resultados obtenidos en situación artificial a situaciones reales de vida,
precisamente por haberse aislado tan asépticamente determinadas variables independientes que
en la escena normal de lo psicosocial se encuentran mezcladas con otras muchas. Sin embargo,
cuando el experimentador es capaz de inventar un diseño experimental que permite manipular
algunas variables y controlar las demás, se pueden concluir con mucho rigor una serie de
descubrimientos que, efectivamente, hacen progresar a la ciencia.
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A pesar de dicho avance, no se deben olvidar los problemas comunes que tiene la experimentación
y que se resumen en cuatro aspectos importantes que se deben tener en cuenta:
Artificialidad
Es la crítica más constante. Pone en tela de juicio que los resultados de una situación artificial,
como es la del laboratorio, se puedan extrapolar a la vida real del individuo dentro de la
sociedad.
Características de la demanda
Está comprobado que si los sujetos del grupo experimental descubren o incluso solo sospechan
cuál es la hipótesis que el investigador trata de verificar, tienden espontáneamente, por no
decir incluso inconscientemente, a ayudarle; es decir, sin querer pueden alterar sus reacciones
normales para acomodarlas a lo que consideran que se está esperando de ellos. Esta reacción
ante las características de la demanda es tan fuerte que, si no se disimulan perfectamente los
verdaderos objetivos del experimento a los ojos de los individuos del grupo experimental, este
influirá significativamente en los resultados obtenidos.
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Play
Quienes ya habéis cursado asignaturas como Psicología de Grupos seguro que lo conocéis,
pero no viene mal recordar.
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2. Resumen
Entender el desarrollo de la psicología social precisa que, desde una mirada sociohistórica,
repasemos los antecedentes de nuestra disciplina en su contexto.
En esta unidad hemos visto que desde la filosofía de la antigua Grecia hasta este comienzo del
siglo XXI la preocupación por el binomio individuo/sociedad se ha mantenido como un tema
central en psicología social y que cada etapa en el desarrollo de la disciplina se ha centrado en
diversos aspectos del comportamiento social.
La psicología social de los instintos intentó explicar la vida mental de las sociedades y cómo estas
influían sobre aquellos. Como los instintos eran inobservables quedaron fuera del objeto de
investigación y surgió la psicología social de las actitudes, como una psicología científica que
permitía prever a través de las actitudes el comportamiento humano.
La psicología social de grupos arrojó un gran conocimiento sobre el funcionamiento de los grupos
tanto en organizaciones como en intervención psicosocial comunitaria.
La bifurcación que todavía persiste entre psicología social psicológica y sociológica polarizó la
disciplina. Podemos decir que ni una ni otra puede abarcar por completo el objeto de la psicología
social, pues, aunque epistemológicamente distantes, ambas se complementan en arrojar luz
sobre el conocimiento del comportamiento social.
Sin duda, el psicólogo, máxime desde su formación de grado, deberá entresacar de cada una de
ellas la aportación al conocimiento, así como sus debilidades. Solo así se irá conformando el
necesario espíritu crítico que le conducirá a la mejor praxis profesional y al mismo desarrollo de
la disciplina.
Hemos visto hasta aquí una breve descripción histórica de la asignatura que nos ha servido para
tomar conciencia del objeto de la disciplina, y por consiguiente de los tópicos y temas clave en
psicología social. En las siguientes unidades didácticas iremos centrándonos en los temas
fundamentales que constituyen el verdadero centro de la psicología social.
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3. Mapa conceptual
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4. Recursos bibliográficos
Bibliografía básica
Bibliografía complementaria
Gergen, K. (1998). La psicología social como historia. Anthropos: Huellas del conocimiento,
177, 39-49.
Ovejero, A. (2007). Las relaciones humanas. Psicología social teórica y aplicada. Biblioteca
Nueva.
Otros recursos
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Imagen procedente de: https://aeon.co/essays/is-it-time-to-stop-doing-any-more-milgram-
experiments [Figura: Stanley Milgram en su laboratorio].
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