Danzantes de Alcora, S. XVIII (MAN)

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nal.

Era el único baile cantado, una especie de paso el majismo y, con él, el mencionado baile
contradanza a la española, bailada en grupos español. En las veladas cortesanas, pues, se
LA MÚSICA EN EL MUSEO
de ocho personas, donde era posible reconocer tocaron todos los palos. Las danzas francesas
los pasos del fandango. tenían lugar antes de la cena, y las españolas
después, que se extendían hasta altas horas. El

Danzantes
El majismo, la reacción frente a lo minué, decían los franceses, los españoles no
francés lo entendían bien, posiblemente por falta de
buenos maestros. El momento más esperado
de Alcora
La fascinación de las clases dirigentes por lo
extranjero provocó la reacción de los estra- era el del fandango, con todo su desenfreno,
tos populares. La sociedad se polarizó, divi- pero fue sustituido por el bolero. El bolero
dida, según la jerga, en majos y petimetres, cortesano acusó la influencia francesa, pero
dos maneras de entender el mundo; la prim- no el baile popular. Esta mistificación la mues-
tra el título de una pieza de Antonio Ximénez
era, desde parámetros castizos; la segunda,
con pretensiones cosmopolitas. Los autores Brufal, Graciosa contradanza nueva del minuet Danza y baile
afandangado con variaciones (Madrid, 1790).
satíricos patrios ridiculizaron frecuentemente
a currutacos, pirracas y madamitas (por ejem- Posiblemente, el paso que realizan las dos figu- en el siglo xviii
plo, Iza Zamácola, en 1795) por su esnobismo. ritas de Alcora pertenezca a un tipo de danza
Por otro lado, esa misma nobleza comenzó a “híbrida”, un reflejo más de la influencia fran-
imitar al pueblo llano, en danzas y atuendos. cesa en la cultura española durante el Siglo de
Entre minués, porcelanas de Sèvres y alam- las Luces.
bicados peinados pouf sobre peluca, se abrió

Bibliografía
BEJARANO PELLICER, C. (2009): «Sociabili- RICO OSÉS, C.. (2012): «De las ceremonias
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urbano en el siglo de la ilustración. Santiago taciones a través del baile español del siglo
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del siglo xviii», Cuadernos Dieciochistas, 16, Audición recomendada
pp. 39-68.
Andreas STAIER (piano) (2019): Variaciones
del fandango español. Teldec.

Instagram: 08/02/2021
Texto: Josemi Lorenzo Arribas (Instagram: 08/02/2021)
Adaptación del texto: Dori Fernández (Departamento de Difusión)

Museo Arqueológico Nacional


Departamento de Difusión
Serrano, 13
28001 MADRID
Tel. (+34) 915 777 912
Fax (+34) 914 316 840
www.man.es/man/actividades/pieza-del-mes.html

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DE EDUCACIÓN, CULTURA
Y DEPORTE
En el último tercio del siglo xviii, los aris- Estas dos piezas de danzantes, meramente La aristocracia española, mirando siempre a El baile español
tocráticos salones españoles conocieron el tri- ornamentales, se pensaron como exponentes París, partía con desventaja a la hora de in-
unfo incontestable de la moda francesa, entre del refinado gusto de sus propietarios, para corporar unas danzas que no pertenecían a En la alta sociedad europea y española tri-
otras artes, en la danza. El maître à danser deslumbrar a sus invitados. Desde los años su tradición. El libro Discursos sobre el arte unfaron sobre todo minuetos y contradanzas
fue una figura solicitada por una nobleza un cuarenta del siglo xviii, la Real Fábrica per- del danzado, viejo tratado de Juan Esquivel (del inglés country dance), a las que se suma-
tanto esnob, y saber los pasos de minuetos y feccionó los modelos para esculturas, apenas Navarro (1642) estaba anticuado. Además, la ron el rigodón, el pasapié, el amable, y más
contradanzas se consideró signo de distinción trabajados antes en España. llegada de los Borbones a España a principios tarde el vals, la polca, el galop, o el baile in-
entre la alta sociedad. Los bailes castizos ( fan- del siglo xviii vino acompañada por usos ver- glés. Frente a la tradición extranjera, el baile
dangos, seguidillas y boleros) fueron los prefe- Este establecimiento, al igual que otras Re- sallescos que aligeraron la severa etiqueta español de ese tiempo incluía fandangos, se-
ridos del pueblo, y se resistieron a desaparecer ales Fábricas, fue promovido a semejanza de española de la dinastía de los Austrias. Al guidillas, boleros, folías, pavanas, gallardas,
también en el ámbito galante. Estas figuras Francia y, de hecho, se levantaron para pro- mismo tiempo, y como ocurría ya en la corte pasacalles, zarabandas… y un sinfín de tipos
de cerámica de Alcora, que representan a dos ducir objetos suntuarios que de otro modo del Rey Sol, la danza, con sus protocolos y cuyas descripciones conocemos por el asom-
danzantes con influencias del majismo en su tenían que importarse, precisamente, de este maneras, se convirtió en una demostración bro que producían en los viajeros, los mismos
indumentaria, también fueron imitación de país a petición de la monarquía y las clases del lugar que ocupaba cada cual dentro de la que se sorprendían de que en España hom-
producciones francesas. adineradas. En España, su producción con- jerarquía cortesana. bres y mujeres bailaran a cualquier edad y sin
tinuaba la secular tradición de manufacturas miedo a hacer el ridículo, lejos de la pruden-
Dos danzantes de La Real Fábrica de cerámicas de Manises y Paterna, tan aprecia- Por estos y otros diversos motivos, y a fin de cia de los salones franceses.
Alcora das en la Edad Media y Edad Moderna. El es- actualizar y responder a las demandas de un
Estas dos piezas de porcelana tierna, un con- tablecimiento llegó al máximo esplendor con público refinado, ávido de consumir costum- Dichos bailes autóctonos se desarrollaron
junto en pequeño formato de una dama y un su hijo, el X conde, y decayó en tiempos de la bres a la francesa, como se ha mencionado, sin influencias foráneas. Tenían lugar en el
caballero en postura de danza, fueron pen- guerra de los franceses, pues resultó muy af- Pablo Minguet y Yrol y Bartolomé Ferriol y teatro, protagonizando entremeses (luego,
sadas para adornar un salón. El conjunto, ectado. Sus piezas responden al gusto francés Boxeraus, a mediados del siglo xviii, tradu- sainetes) y tonadillas escénicas, los géneros
rematado con un vidriado transparente, fue del momento, el llamado estilo rococó, lo jeron y adaptaron el célebre tratado de dan- favoritos de las clases pudientes que no se
realizado en la Real Fábrica de loza fina y por- que incluía chinerías, escenas históricas, ale- zar de Pierre Rameau (ca. 1725), maestro de avergonzaban de la tradición local. Era danza
celana de Alcora (Castellón), que había sido gorías… pero también lances cotidianos y fes- danza de Isabel de Farnesio. Este tratado, al española, desenvuelta en presencia de majos,
creada en el año 1727 por el IX conde de Aran- tivos, como es el caso. incluir notación coreográfica, permitía repre- manolos y chisperos, flor y nata (y no crème
da. La pareja pertenece a la tercera época de sentar los pasos y aprenderlos. Consecuent- de la crème) del casticismo, y sin las mencio-
la misma, fase (1764) en que se documenta la La danza galante en la España emente, los maestros franceses de danza (o nadas influencias extranjeras. Este será el
producción de “diferentes figuritas de tres borbónica del siglo xviii formados en ese estilo) fueron asiduos visi- origen de la escuela bolera, una de las pocas
tercios de palmo (...) haviendo entre ellas bay- tantes de las casas nobles. En la corte espa- escuelas de danza nacionales, todavía hoy
larines y baylarinas”. La escena que conforman los danzantes in- ñola borbónica llegó a haber dos, uno para viva.
mortaliza un paso de una danza galante, los pajes del rey, y otro para la Reina y sus
El caballero está de pie, apoyado sobre rocalla, aunque “a la española”, según se aprecia damas. No extraña, pues, que Luis Misón Hay un baile “nacional” que cautivó a todos
en un lecho de motivos vegetales. Viste cha- por la presencia de elementos castizos en compusiese la tonadilla escénica titulada El los extranjeros: el fandango, composición
queta larga abotonada, sin cuello ni solapas, el atuendo. La sencillez de su postura hace maestro de baile (1761). Las danzas francesas, nerviosa, de ritmo ternario y tempo vivo. Es-
faja, calzón hasta la rodilla y medias. Porta imposible precisar con exactitud qué danza y en menor medida las inglesas, causaban fu- candalizaba, pero arrebataba, con su acompa-
pañuelo al cuello, pajarita y guantes. Realiza estaban interpretando. La danza galante era ror, y las primeras no decaerán hasta después ñamiento de guitarras, castañuelas, chasqui-
un paso de danza y se ha quitado el afrance- patrimonio aristocrático y tenía lugar en los de la guerra de la Independencia. dos de dedos y taconeos, recursos populares
sado sombrero de tres picos. La indumentaria grandes y lujosos salones de los palacios de la desconocidos en la danza francesa. Además,
se adorna con flores. La dama viste jubón monarquía y la nobleza. Coincide cronológi- Necesariamente asociada a la danza estuvo se destacó su carácter interclasista, que per-
rematado en pico y con gran lazo en la pech- camente con el rococó y primer clasicismo. la música que la impulsaba. Es la época del mitía la unión de aristócratas y pueblo llano.
era, cubierta con un chal, manga larga con apogeo de la sonata y del concierto y de la Tampoco escaparon a su embrujo los com-
frunces terminada en rodete, y basquiña con La danza y el baile fueron uno de los princi- presencia en España de compositores como positores más reputados, como los citados
volantes ajustada a la cintura, adornada con pales escenarios de socialización durante la italianos como Domenico Scarlatti (1685- Soler, Scarlatti o Boccherini. Trascenderá
motivos florales. Destaca su aparatoso tocado época ilustrada, e ingrediente fundamental 1757) y Pier Luigi Boccherini (1743-1805), y fronteras, y así Mozart incluyó uno ( junto
de influencia parisina, puesto de moda por la de saraos aristocráticos. Si la danza fue es- de los españoles José de Nebra (1702-1768) y a folías y seguidillas) en Las bodas de Fígaro
popularísima tonadillera y sainetera María tilizada, bien definida y aristocrática, el baile Antonio Soler (1729-1783). Además, las clases (1786), siempre bailados por el pueblo, y tam-
Antonia Vallejo Fernández, la Caramba (1751- fue patrimonio del pueblo llano y se definió altas urbanas de la segunda mitad del siglo bién Gluck, en su ballet Don Juan (1761).
1787). Se trata de un lazo abultado compuesto por su carácter alegre, libre y, a menudo, sen- XVIII mostraron preferencia por la ópera
por diversas cintas, mezclado con redecillas, sual, siendo exclusivo de teatros, plazas y italiana, siempre música nueva, sin reposi- Por otra parte, frente a la impostura y extrav-
madroñeras y cofias, como vemos en ciertos fiestas populares. Otro tipo de danza, la reli- ciones. agancia francesas, los tratadistas españoles
personajes pintados por Francisco de Goya. giosa, fue decayendo lentamente. harán de la seguidilla el baile honesto nacio-

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