La Metafísica en Aristóteles
La Metafísica en Aristóteles
La Metafísica en Aristóteles
Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber". Con estas
palabras se inicia el libro primero de la Metafísica de Aristóteles.
Ese deseo de saber termina en la adquisición de la sabiduría que consiste,
para Aristóteles, en el conocimiento de las causas y los principios del ser.
En cambio platón afirmaba que las causas metafísicas del mundo sensible.
Éstas últimas se hallan más allá de lo humano, subsisten en otro plano, en otra
esfera, si se quiere, en el mundo de las ideas. Y es imitando o copiando los
modelos inmateriales (o ideas), pues, como el mundo físico ha sido constituido
por parte del Demiurgo. De este modo, la realidad suprasensible formada por
las ideas es la causa última de todo lo que existe y percibimos. Desde las
estrellas a los átomos, cualquier objeto físico o proceso mental tiene su
procedencia en el mundo de las ideas.
2
JAEGER, Werner, Aristóteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, Ed Fondo
Cultura Económica,
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MARTINO, Eutimio, Aristóteles. El alma y la comparación, Ed,Gredos,
4
ARISTOTELES, Metafísica, Ed. Iberia,
experiencia, el género humano tiene, para conducirse, el arte y el
razonamiento.
Todo esto, sin embargo, no nos explica aún el origen y fundamento de este
existir independiente. El ser en sí no equivale a un ser por sí. La distinción
entre el accidente y la sustancia no responde a la consideración del
fundamento último del ser, sino a la consideración de la forma de existir del
mismo ser.
Lo que pretende con la metafísica es llegar a saber "de los principios y de las
causas primeras". Aborda los temas de la metafísica en lo que él llama
"filosofía primera", ciencia que considera el ser en cuanto ser. Por ocuparse de
las primeras y verdaderas causas, puede ser considerada igualmente ciencia
de lo divino.
Aristóteles rechaza la teoría platónica de las Ideas separadas de los entes de
este mundo. Lo verdaderamente existente no son los "reflejos" de las Ideas,
sino los entes individuales, captados por la inteligencia y en los que reside el
aspecto universal. En todo ser se da la sustancia y el accidente (cualidad que
no existe en sí misma sino en la sustancia). Las sustancias sensibles se hallan
constituidas por dos principios: materia, que dice de qué está hecha una cosa,
y forma, disposición o estructura de la misma.
Las ideas, supuso Platón en una de sus muchas revisiones de esta teoría,
están jerarquizadas entre sí. Forman una especie de pirámide en cuya cima se
halla la idea del Bien, la idea Suprema.
No obstante, las ideas platónicas son mucho más 'reales' que aquello a lo que
nosotros denominamos como tal, porque aquellas son la causa y la posibilidad
del mundo físico. Aquellas existen por sí mismas, independientes, pero este no
tendría lugar sin ellas, es dependiente directo de su existencia
La teoría de las Ideas de Platón supone, por una parte, una superación
completa del escepticismo de los sofistas, porque se propone la existencia de
un conocimiento verdadero, al que podemos acceder inteligiblemente. Y, por
otra, una abolición del relativismo ético de Protágoras, pues también existen
nociones morales universales. Asimismo, esta teoría sugiere la posibilidad de
construir un estado perfecto, de modo que la política pueda participar de la
excelencia del mundo suprasensible.
Aristóteles asegura que es imposible que las esencias de las cosas estén
separadas de las cosas mismas5.
Por ello, las esencias (que otorgan la necesidad y permanencia que lo sensible
no posee) deben ser inmanentes a las cosas mismas si queremos reconocerlas
como tales y que cumplan su función: determinar a las cosas a ser esto o lo
otro. Si las ideas se encontraran separadas no podrían determinar a las cosas
de ninguna manera, por ser trascendentes a ellas. Además, los conceptos
platónicos de imitación y participación tampoco explican realmente nada y
añaden mayor confusión al asunto.
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MARTINO, Eutimio, Aristóteles. El alma y la comparación, Ed,Gredos
Sócrates desde lo general, desde la especie. Esto universal y específico
constituye su ser esencial: es la sustancia segunda
Detrás de todos los fenómenos está siempre, como alma del acontecer, la
forma. Con ello reincidimos de nuevo en el "eidos" platónico. De hecho, en
efecto, es éste el papel que desempeña la forma aristotélica, pues la forma
determina la esencia, tanto en el orden lógico como en el ontológico. Es el ser
auténticamente tal. Y también para Aristóteles son eternas les formas. Solo
que, para él, la forma es inmanente al ser corporal, no separado del mundo
visible. De esta forma, la realidad del mundo no esta ya en la idea; es la idea le
que está ya en el mundo.
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resistencia a la contradicción. Así es como entendido, por lo tanto el ente sería
el objeto formal de la Metafísica.
Bibliografía