RODRÍGUEZ RUIZ, DANIELA DEL CARMEN. Evangelium Vitae

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República Bolivariana de Venezuela

Instituto Superior de Desarrollo, Educación y Cultura

“Mons. Alfredo Rodríguez”

Pontificia Universidad Católica Santa Rosa

Extensión Cumaná Edo Sucre

EVANGELIUM VITAE:
CAPÍTULO I

Facilitador (a): Estudiante:


Lcdo. Luis Guevara Rodríguez R, Daniela del C.
Cátedra: C. I: 30.018.494
Formación Humano Cristiana VIII Cuatrimestre X

Cumana, octubre de 2021


En el capítulo I del Evangelium Vitae, titulado “La sangre de tu hermano
clama a mí desde el suelo” comienza citando un proverbio del génesis relacionado
con Caín y Abel, aquellos hermanos que fueron muy unidos hasta que la envidia
de Caín lo supero y asesino a su sangre. Hablamos en esta parte que dios creó
al hombre a su obra y semejanza, a su naturaleza, pero por la corrupción del ángel
caído hubo una parte de él que se volvió mala, esa parte donde abunda la envidia,
el rencor, la violencia y hasta la misma muerte.

Han aparecido entre nosotros cada dia mas formas nuevas, crueles e
inhumanas de destrucción, dotadas de potencial mortífero enorme y creciente,
que configuran la cultura de la muerte vista desde la iglesia. Solo dios es el
encargado de la vida, desde su comienzo hasta su final, por lo tanto, nadie puede
atribuirse el derecho de matar de un modo directo a otro ser humano inocente. La
vida humana tiene un carácter sagrado e invaluable, en el que se refleja la obra
creada por el Señor. Matar a un ser humano en el que está presente la imagen de
Dios es un pecado particularmente grave.

El mandamiento “no mataras” tiene un valor absoluto cuando se refiere a una


persona inocente, por lo tanto, la eliminación directa y voluntaria de un ser humano
es siempre una falta grave de moralidad. La decisión deliberada de privar a un ser
humano de su vida es totalmente equivocada y nunca puede ser licita ni como un
fin, ni como un medio para un fin bueno, siendo así una desobediencia grave a
Dios mismo.

La intención de estas palabras escritas por Juan Pablo II, es el de ser una
confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter
invaluable, pero al mismo tiempo, es una llamada de esperanza, a defender,
respetar, amar y servir a la vida. Casi todo el libro está lleno de pasajes del génesis
que no hacen ver el interrogatorio que le hace dios a Caín luego de haber matado
a Abel, en este deja bien claro que no fue Dios quien hizo la muerte, ni se recrea
tampoco en la destrucción de los vivientes, sino todo lo contrario fue creado todo
para la vida, pero la muerte entra de un modo violento a través de la historia de
estos dos hermanos.
En un mundo tan descontrolado como en el que estamos viviendo hoy, el
cristiano fácilmente puede contagiarse de esta atmósfera que tan dañada ha
dejado a nuestra sociedad, y caer en el circulo vicioso en el que, perdiendo el
sentido de dios, se tiende a perder el sentido del hombre, de su dignidad y de su
vida. Solo delante de dios el hombre puede reconocer su pecado, y percibir toda
su gravedad.

La sexualidad se malinterpreta tomándola como un instrumento del propio


yo y de la satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos. Tocando los
temas que atentan contra la vida del ser humano hablando del aborto,
considerándolo un crimen nefasto, habla de que la aceptación del aborto en la
sociedad y las leyes es señal evidente de una crisis del sentido moral siendo estos
incapaces de distinguir el bien del mal. Consideran que tanto la madre, como el
padre son culpables al favorecer de manera directa una decisión como esa, a los
médicos y personal cuando ponen al servicio de la muerte la competencia
adquirida para promover la vida, así como también son responsables los
legisladores que han promovido y aprobado leyes que amparan el aborto.

Continúan recitando que el ser humano debe ser respetado y tratado como
persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese momento
se le deberían reconocer sus derechos como persona, también se dice que el uso
de fetos y embriones humanos como objeto de experimentación constituye un
delito en consideración a su dignidad de seres humanos. Se habla también de las
técnicas de diagnóstico prenatal, que son moralmente licitas cuando están
exentas de riesgos desproporcionados para el niño o la madre, y están orientadas
a posibilitar una terapia precoz o favorecer una aceptación del niño por nacer.

Otro tema de suma importancia que se toca en este capítulo del Evangelium
es el de la eutanasia, que se entiende como la acción de voluntariamente causar
la muerte. El hombre, rechazando u olvidando su relación fundamental con Dios,
cree ser crítico y norma de sí mismo y piensa tener el derecho de pedir incluso a
la sociedad que le garantice posibilidades y modos de decidir sobre la propia vida
en plena y total autonomía.
Aquí se explica que existe la obligación moral de curarse y hacerse curar,
pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir,
hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente
proporcionados a las perspectivas de mejoría. La eutanasia es una grave violación
a la ley de Dios, en cuanto a la eliminación deliberada y moralmente inaceptable
de una persona humana.

En este capítulo se resume más que todo en el eclipse actual del sentido de
Dios y del hombre, el libertinaje que este puede tener que atentan contra la vida
de todos en general por las causas ya dichas anteriormente. Es una defensa de
la vida humana en todos sus aspectos. Confirmando así que todo ser humano
tiene un valor inviolable es en la cual Jesucristo llama a todos a escoger la vida
por encima de la muerte.

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