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Asesinos

en
Serie
BY JORGE JIMÉNEZ

LA REALIDAD SIEMPRE

PLUS!
SUPERA A LA FICCIÓN

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA
BEHAVIOR & LAW
I ntroducción
Introducción
Hoy en día, numerosas series de televisión y películas dedican sus guiones
al fenómeno de los Asesinos en Serie. Es algo que nos da miedo, pero a su
vez nos atrae, lo que lo convierte en un ingrediente perfecto para este
tipo de productos de entretenimiento.

Pero en este ebook le voy a pedir al lector que se olvide por un momento
de la imagen que el mundo cinematográfico nos muestra del Asesino en
Serie como alguien atractivo, inteligente e interesante. Generalmente
los Asesinos en Serie de verdad no se parecen en nada a Hannibal Lecter
o a Dexter, no tienen ni el glamour ni la capacidad intelectual de los
personajes de ficción. Suelen ser personas desadaptadas, que sufren y
hacen sufrir a los demás, que su mundo y su forma de vida solo tiene
sentido cuando arrebatan la vida de un semejante. Estos son los auténticos
Asesinos en Serie, personas que necesitan matar una y otra vez y que nos
ponen cara a cara con el mal.

Nuestra aportación va a ser académica y científica, tratando de recoger


todo el conocimiento que diversos autores han realizado sobre este ámbito.
Después de décadas del estudio del comportamiento de estos criminales y de
estudiar sus carreras asesinas, podemos arrojar algo de luz para entender
y conocer a estas personas.

Enfrentarse a este objeto de estudio tiene un fuerte impacto para el


investigador. Es un fenómeno que socialmente presenta ciertas reticencias
para ser tratado de forma seria, primero porque, por suerte, no es tan
frecuente como para requerir esfuerzos de investigación acuciante y en
segundo lugar porque la sociedad no quiere enfrentarse a la existencia
de este tipo de individuos, ya que hacerlo supone encontrarse cara a cara
con el mal.

Como en casi todos los problemas del ser humano, las teorías y

2
I ntroducción
Generalmente los trabajos presentados en el ámbito científico se han
movido en tres niveles fundamentales: biológico,
Asesinos en Serie psicológico y sociológico.

de verdad no se Desde la biología, el fenómeno se ha tratado

parecen en nada a con la intención de encontrar un fallo en el


cerebro de estos individuos. Solo con un error
Hannibal Lecter o en el funcionamiento de sus cerebros que los haga
«anormales» podríamos concebir su maldad.
a Dexter, no tienen La psicología por su parte ha seguido con la
ni el glamour vía patológica, intentando en este caso identificar

ni la capacidad algún trastorno psicológico que diera explicación.


Desde esta perspectiva, el asesinato serial sería

intelectual de resuelto con un trastorno psicopatológico en el


que el aprendizaje, la educación, distorsiones
los personajes de cognitivas, conductas disruptivas o el desarrollo de
personalidades anómalas explicarían como una persona
ficción. puede llegar a convertirse en un asesino en serie.

3
I ntroducción
Por último, el enfoque sociológico ha tratado
de contextualizar el fenómeno desde dos vertientes:
la legal y la resocializadora. La primera se
ocupa de la imputabilidad legal del asesino en
serie intentando responder a la pregunta de si
está enfermo o simplemente es la personificación
del mal. Si está loco es un enfermo y como tal debe
tratarse con una intención curativa o paliativa
en su defecto, si no es así, la sociedad debe
defenderse de ellos apartándolos. En relación con
esto, la segunda vertiente plantea la posibilidad
de reeducación, la resocialización del asesino en
serie. ¿Podemos hacer qué deje de querer matar?
¿Puede la sociedad crear sistemas de reinserción
para este tipo de sujetos?

Como el lector podrá imaginar las respuestas


negativas a estas cuestiones pueden generar una
gran intranquilidad, de ahí el «miedo» investigador
que suele acompañar a este fenómeno.

Antes de comenzar a hablar de Asesinos


en Serie, es necesario diferenciarlos de otros
criminales que matan a más de una persona que
quedan clasificados bajo la tipología de Asesinos
Múltiples.

4
A sesinos
M ú ltiples
1
Asesinos Múltiples.

La clasificación que veremos a continuación, aunque difiere en matices


dependiendo del autor que las realice, utiliza los mismos criterios.
Hay dos criterios básicos para distinguir los distintos subtipos, el
lugar donde se cometen los asesinatos y el tiempo transcurrido entre los
distintos asesinatos.

El asesino en masa:

Un asesino que mata a cuatro o más víctimas en un mismo momento temporal y


lugar. No existe período de enfriamiento porque los asesinatos se producen
de forma sucesiva o con muy poco espacio de tiempo entre ellos. El lugar
no tiene que ser mismo espacio donde se concentren todas las víctimas,
sino que puede haber desplazamiento por la zona sin que implique viaje o
alejarse excesivamente del lugar donde comienza los asesinatos.

El asesino frenético o “spreed killer”:

Un asesino que mata a dos o más víctimas en un período de tiempo consecutivo


y en dos o más lugares. El tiempo que transcurre entre un asesinato y
otro no se debe a un período de enfriamiento, sino que es el tiempo que
transcurre en encontrar una nueva víctima. En este caso habría que hablar
más de viaje que de desplazamiento, se requiere movilidad geográfica
del asesino. Se podría decir que el asesino no deja de matar, no habría
individualización de cada víctima, es parte de una serie consecutiva.

5
D efinición
2

de
asesino
en
S erie
Definición de asesino en Serie.

Asesino que mata a tres o más víctimas,


de forma sucesiva y con períodos de
“enfriamiento” entre ellas (DOUGLAS,
BURGESS, BURGESS Y RESSLER, 1992).
La característica principal de
esta tipología es la existencia de
un período de enfriamiento y una
individualización de los crímenes
en cuanto a que cada víctima puede
verse como un crimen separado en
momento y lugar.

El período de enfriamiento
puede considerarse como un espacio
temporal en el que el asesino no
mata, aunque eso no quiere decir que
no esté planeando seguir haciéndolo.
Tras el crimen, el asesino consigue
cubrir las necesidades psicológicas
que buscaba y obtiene unas sensaciones
de poder, dominio, venganza... que lo John Douglas y Robert Ressler
sacian. En esta situación el asesino
no requiere matar otra vez, aunque a
veces siente la necesidad de recrear
y revivir el asesinato, por lo que
puede hacer uso de “souvenirs” o
“trofeos” robados de la escena del

6
D efinición
de
asesino
en
S erie
crimen. Pero esa saciedad es momentánea, llega un momento en el que las
recreaciones no son capaces de sustituir el paso al acto de su fantasía
y el asesino vuelve a matar.

Respecto al tiempo que debe durar el período de enfriamiento,


para distinguirlo del asesino frenético, hay varias posturas. Holmes
y Holmes (en PETHERICK, 2006) hablan de un período de 30 días entre
un asesinato y otro, mientras que otros autores hablan de 24 horas
atendiendo a un criterio más cualitativo y analizando si se ha producido
o no ese “enfriamiento” en sus ganas de matar.

Este periodo no es duradero, tarde o temprano su sed homicida vuelve


a aumentar, como si la tranquilidad que le ha propiciado su asesinato
se fuera desgastando y tuviera la necesidad de volver a conseguirla
con otra nueva muerte. Algunos asesinos en serie se dedican en estos
periodos de enfriamiento a tratar de revivir la experiencia de sus
asesinatos mediante el recuerdo por medio de lo que se denominan
trofeos. Estos trofeos suelen ser objetos que los asesinos roban a
sus víctimas y que guardan para utilizar como un estímulo que les
recuerdan y los llevan de nuevo a sentir lo que experimentaron durante
sus asesinatos

7
C lasificaciones
3

de
A sesinos
en
serie
Clasificaciones de Asesinos
en serie.

Existen distintas clasificaciones de asesinos en serie en función de los


diferentes criterios usados para establecer las tipologías, atendiendo
al MO, a la interacción que establece con la víctima, a la motivación, al
comportamiento geográfico... Presentamos las más representativas:

Holmes y DeBerger de acabar con determinado tipo de


personas (prostitutas, drogadictos,
Holmes y DeBerger clasifican a cada vagabundos...), se cree un salvador,
asesino en serie como (HOLMES y un redentor.
DEBERGER, 1988):
Hedonista: Mata por el puro placer
Visionario: Es un psicótico que que le produce acabar con la vida de
tiene alucinaciones auditivas que le otra persona.
incitan a matar.
Dominante: mata por la sensación
Misionario: Se diferencia del de poder que le produce tener en
visionario en que no tiene sus manos la vida y la muerte de
alucinaciones, elabora una idea una persona. Busca la sensación de
delirante en la que tiene la misión control y poder.

8
C lasificaciones
Fox y Levin

de
A sesinos
Fox y Levin, (en PETHERICK, 2006) se basan en la
anterior clasificación para elaborar una basada
principalmente en la motivación del asesino. Así
establecen distintos tipos de asesinos en serie:

en
serie
Emocionales: Estos asesinos se mueven por la
sensación de experimentar sensaciones fuertes.
Tiene dos subtipos, el sádico, que se excita con el
dolor de la víctima, y el dominante, que necesita
experimentar la sensación de dominación y control
sobre la víctima.

Misionarios: Estos asesinos creen que tienen una


misión que cumplir con sus asesinatos. Tiene dos
subtipos, el reformista, que no tiene alucinaciones,
y el visionario, que sí las tiene.

Por conveniencia: Asesinos que consiguen un beneficio


con sus víctimas. Tiene dos subtipos, el que saca
provecho —suelen ser sicarios, asesinos a sueldo— y
el protector, que asesina para eliminar testigos y
protegerse.

Kim Rossmo

Rossmo establece una clasificación en función del


comportamiento geográfico realizado para buscar
víctimas (ROSSMO, 1995):

Cazador: busca a sus víctimas en los alrededores de


donde vive.

Cazador furtivo: actúa en un área específica que es


distinta a donde vive.

Pescador: actúa en su zona de actividad rutinaria,


donde trabaja, donde se divierte... buscando la
víctima y la situación oportuna.

Trampero: usa artimañas y situaciones para llevar a


la víctima a su punto de anclaje, y es allí donde
comete el delito.

9
C lasificaciones
Canter y Salfati

Canter y Salfati elaboran una clasificación basada en la interacción entre agresor y


víctima, estableciendo las siguientes tipologías (CANTER y SALFATI, 1999):

Instrumental-cognitivo: Este tipo de asesino es racional, intencionado, planificador,


su asesinato tiene una intencionalidad, persigue la obtención de un objetivo. Suele

de
cometer asesinatos planeados y en los que no suele haber muchas evidencias forenses

A sesinos
debido a la experiencia delictiva del agresor.

Instrumental-oportunista: En este caso la intencionalidad del asesino también está


presente, obedece a la obtención de algún beneficio con su víctima, salvo que en

en
este caso la elección de la víctima se produce de forma oportunista, la víctima es

serie
seleccionada por estar en un momento y en un lugar propicios para el agresor. El arma
suele ser de oportunidad o las propias manos. Los crímenes suelen estar relacionados
con robos o agresiones sexuales.

Expresivo-impulsivo: Este tipo de asesino actúa como respuesta a un estado emocional


intenso, su crimen es el resultado de la ira o la venganza contra la víctima. El ataque
se suele producir de forma repentina, con un ataque fulgurante y explosivo que provoca
mucho daño y heridas en la víctima. Sus crímenes no son fríos ni planificados, son
arrebatos de furia contra un tipo concreto de víctima que tiene un significado para el
asesino.

10
T eor í as
sobre
4

A sesinos
en
S erie
Teorías sobre Asesinos en
Serie.
Modelo Control-Trauma de Hickey.

Hickey, en 2002, presenta un estudio de asesinos en serie que dio


lugar a su modelo de Control-Trauma. Para este autor, convertirse en
un asesino en serie implica una serie de predisposiciones biológicas,
psicológicas y sociológicas pero, sin embargo, esto solo no basta, son
necesarios algunos acontecimientos traumáticos durante el desarrollo
de la persona para desencadenar su carrera homicida (en PETHERICK,
2006).

Distintos traumas como abuso infantil, desestructuración


familiar, experiencias violentas y rechazo escolar pueden incidir
sobre los factores predisponentes. Estos traumas generan sentimientos
de desconfianza, rechazo y diversas reacciones emocionales negativas
en el sujeto, que lo conducen a estados de ansiedad y frustración.
El asesino mataría como forma de restablecer cierto equilibrio y
autoestima, tomando de los otros lo que siente que le han arrebatado,
eliminado, aunque de forma momentánea, la ansiedad y el estrés que
siente.

Elementos como las drogas, la pornografía y las fantasías


Eric Hickey actuarán en este caso como elementos facilitadores de la conducta
asesina.

Para Hickey no existirían clasificaciones rígidas de asesinos


en serie, ya que cada uno presentaría una serie de predisposiciones,
traumas y elementos facilitadores distintos.

Según este conjunto de elementos y la combinación que formen,


describirán al asesino en cuanto a su forma de matar, selección de
víctimas, motivación...

11
T eor í as
sobre
Modelo de motivación del F.B.I.1

A sesinos
Según este modelo, el asesino en serie convive en su infancia temprana
con un ambiente social ineficaz, con padres ausentes o desestructuración
familiar, lo cual le conduce a una serie de déficits relacionados con el
autocontrol, las emociones y las habilidades sociales. Desde este modelo,

en
el niño crece sin una disciplina o con una muy férrea y dura, lo cual

S erie
le genera inseguridad y desconcierto. Además, no aprende a identificar,
manejar y gestionar sus emociones, lo que le hace ser una persona fría,
insensible y con escasa empatía, lo que se reflejará en sus actos homicidas.
No dispone de habilidades de comunicación o de socialización que le
permitan solucionar sus problemas, solo cuenta a menudo con la violencia
como único medio para responder ante sus frustraciones.

En esta situación, el niño no posee estrategias de afrontamiento para


resolver los conflictos que se le presentan y empieza a esconderse tras
una serie de fantasías en la que suelen ir introduciendo el componente
violento como un elemento central. Los asesinos en serie suelen ser niños
que son aislados por sus compañeros de clase o que optan por autoaislarse
y vivir en un mundo aparte de los demás, lo cual genera rencor y miedo
sobre esa sociedad a la que consideran hostil. En ese momento de desarrollo
juvenil suelen aparecer comportamientos que muestran crueldad con animales,
pequeños robos caseros e incendios que van alimentando fantasías cada
vez más violentas. Cuando llegan a la adolescencia y surge el desarrollo
sexual, el sexo se introduce también en dichas fantasías, como cuando
Kemper imagina que asalta a sus vecinas, las asesina y posteriormente
mantiene con ellas relaciones sexuales. Estas fantasías van evolucionando
y poco a poco tratan de hacerse realidad. Muchos asesinos en serie
comienzan siguiendo a sus vecinos, espiando o merodeando en la noche a
personas que encuentran en la calle. Ensayan e imaginan cómo lo harían,
cómo atacaría a su víctima, qué harían con ella…y un día deciden pasar al
acto, llevar a la realidad sus fantasías. Desde este modelo teórico, el
asesino en serie no logra nunca realizar su fantasía tal y como quiere,
por lo tanto, necesita repetir una y otra vez sus actos, necesita matar
una y otra vez.

Este modelo está basado en el estudio de 36 asesinos sexuales del proyecto


PIPC2, que dio lugar a la clasificación organizado-desorganizado. Esta
clasificación posiblemente sea la más conocida dentro del ámbito de
estudio del Asesino en Serie y de la investigación policial en este tipo
de crímenes.

1
Federal Bureau Investigation: Oficina Federal de Investigación de los Estados Unidos.
2
Proyecto de Investigación de la Personalidad Criminal.

12
13
T eor í as sobre A sesinos en S erie
T eor í as
sobre
Las diferencias entre una escena del crimen organizada y una desorganizada
radican en las mismas diferencias encontradas en la personalidad de los

A sesinos
criminales organizados y desorganizados. Es decir, quien es organizado en
su vida normal será organizado cuando perpetre sus crímenes, y quien es
desorganizado en su día a día tenderá a ser desorganizado en los actos
de sus crímenes. Estos grados de organización y desorganización podrán

en
evidenciarse en la escena del crimen (HOLMES y HOLMES, 2009).

S erie

14
T eor í as
sobre
En líneas generales, las diferencias en las distintas escenas se basan
en que, una escena organizada, va a dar la sensación de haber sido más

A sesinos
planificada, los pasos y el modus operandi3 (MO) desplegados por el
criminal obedecen más a un cuidadoso plan que a un ataque de agresividad
y violencia repentina. El desorganizado actúa casi sin premeditación en
la escena, no controla nada de lo que hace; sin embargo, el organizado

en
ha pensado en lo que tiene que hacer, hay poca improvisación y todos sus

S erie
movimientos parecen haber sido ensayados anteriormente, controlando todo
lo que ocurre.

El criminal organizado usa un arma que generalmente ha llevado


consigo, es parte de su plan, el desorganizado por su parte usa un arma
de oportunidad de la misma escena y muy posiblemente la deje allí.

El organizado personaliza a su víctima, necesita una persona a la que


humillar, controlar, agredir. Este agresor interactúa con su víctima, se
comunica con ella, tiene un significado para él. Para el desorganizado,
por el contrario, la víctima está despersonalizada, es un objeto con el
que no quiere tener ninguna relación, no le vale para nada excepto para
ser el blanco de su ira y su agresividad. Eso se percibe en la escena, en
la manipulación y heridas de la víctima.

El agresor organizado planea su huida, borra o trata de no dejar


indicios que lo delaten, controla su fuga y eso se percibe en el “orden” y
“limpieza” en que deja la escena. El desorganizado, en su descontrol, no es
capaz de realizar actos de eliminación de indicios, huye apresuradamente,
deja numerosas huellas, rastros e indicios forenses.

Esta clasificación tiene una relación a nivel psicopatológico, ya que el


agresor desorganizado ha sido relacionado con estados psicóticos, mientras
el organizado se relacionaría con la psicopatía. Los investigadores del
F.B.I querían crear una clasificación que fuera útil para los policías sin
conocimientos de psicología, algo que les ayudara a la hora de analizar
una escena del crimen. Por esta razón se optó por utilizar los términos
organizado y desorganizado.

Brent Turvey no está de acuerdo con el uso de esta dicotomía organizado/


desorganizado porque entiende que dicha dicotomía es falsa, creada por
ideas incorrectas acerca del desarrollo natural de la conducta criminal y
de la reconstrucción de la escena del crimen. Algunas de las críticas de
dicho autor (TURVEY, 2008):

- La mayoría de las escenas del crimen muestran rasgos de los dos


tipos y no solo de uno u otro.

- Solo un minucioso análisis forense de la escena realizado por un


científico cualificado y experto en ciencias forenses puede descubrir qué
ocurrió exactamente en la escena del crimen y cómo.

3
Douglas et al. (1992) definen el Modus Operandi como las acciones llevadas a cabo por el ofensor durante
la comisión de un crimen. Para estos autores, el MO tiene gran significación cuando los investigadores tratan
de vincular varios casos. 15
T eor í as
sobre
- En la escena del crimen intervienen
muchas variables más allá de la conducta del
criminal.

A sesinos
- Una escena organizada no puede sugerir
automáticamente un agresor psicópata.

en
- El comportamiento del agresor puede

S erie
cambiar a lo largo del tiempo. Un agresor puede
convertirse en más competente u organizado a
lo largo del tiempo, realizando por ejemplo
actos de precaución que antes no realizaba.
Por otro lado, otros criminales pueden sufrir
algún deterioro mental o pueden usar drogas
que influyan en una paulatina desorganización
de sus escenas.

En la práctica real es difícil encontrar


agresores, y por tanto escenas totalmente
organizadas o totalmente desorganizadas,
más bien lo que se suele dar son escenas y
comportamientos mixtos. Quizá la escena
desorganizada de un crimen perpetrado por un
psicótico durante un brote sea más fácil de
encontrar y distinguir que una escena puramente
organizada, en la que posiblemente se puedan
encontrar muchos signos organizados mezclados
a veces con elementos desorganizados.

CANTER et al. (2004) estudiaron a través de un


análisis multidimensional 39 variables de las
escenas del crimen de 100 asesinatos cometidos
por 100 asesinos en serie de EE.UU. Estás
variables fueron divididas en organizadas
o desorganizadas, estudiando la presencia
o ausencia en cada crimen y la correlación
existente entre ellas. Los resultados mostraron
las debilidades empíricas de esta tipología,
sin que fuera posible establecer escenas
organizadas ni desorganizadas en base a las
variables que se dan en ellas y por tanto su
escasa utilidad para clasificar criminales en
base a esta clasificación.

En su “Crime Classification Manual”4, DOUGLAS


et. al (1992), para solventar esta situación,
introducen el concepto de asesino mixto, el
asesino que en su escena muestra rasgos de los
dos tipos.

4
Manual de Clasificación de crímenes.
16
T eor í as
sobre
A sesinos
en
S erie
Fases Psicológicas de Norris.

El psicólogo Joel NORRIS (1990), tras las entrevistas realizadas a


asesinos en serie, identifica una serie de fases por las que éstos pasarían
en su ciclo de violencia:

Fase de aura: En esta fase hay un alejamiento de la realidad por parte del
asesino, volviéndose antisocial y centrándose en sus fantasías. Esta fase
puede durar desde días hasta meses, sin que familiares o allegados puedan
percibir este cambio de personalidad.

Fase de merodeo: El asesino, acuciado por su fantasía homicida, empieza


a buscar a su víctima. Esta búsqueda se iniciará por lugares conocidos y
cómodos para él, merodeando en busca de su “presa”.

Fase de cortejo: El asesino trata de ganarse la confianza de la víctima y


hacerla caer en su trampa. El engaño y la manipulación son las herramientas
que puede utilizar.

Fase de captura: Una vez que el asesino tiene a su víctima donde quiere se
muestra tal y como es, la ataca y la controla para que no pueda escapar.

Fase de asesinato: Norris describe esta fase como la recreación de los


traumas infantiles del asesino en la figura de la víctima, realizando un
intercambio de papeles. A veces el asesino mata rápidamente, otras veces se
recrea en la muerte por medio de la tortura, pudiendo mantener viva a la
víctima durante horas o días.

Fase tótem: Fase con un gran contenido emocional, en la que el asesino trata
de mantener la euforia y el placer obtenido en la fase de asesinato. Para
ello es posible que robe algún objeto de la víctima o mutile alguna parte
del cadáver para poder revivir el asesinato y sus emociones.

Fase depresiva: El asesino no es capaz de mantener la euforia de la fase de


asesinato durante mucho tiempo y cae en una depresión que puede durar días,
semanas o meses. Sus fantasías vuelven a aparecer y comienza de nuevo el
ciclo.

17
T eor í as
Cromosoma XYY.

sobre
Dentro de los estudios de orientación biologicista surgieron teorías de tipo genetista
que trataron de abordar el tema de la agresividad humana como una enfermedad genética
provocada por una alteración cromosómica. Esta corriente parte de los hallazgos de Jacobs

A sesinos
y sus colaboradores en 1965 quienes, evaluando 197 pacientes con conductas violentas,
encontraron que 7 de ellos padecían una alteración cromosómica, tenían 47 cromosomas en
lugar de 46, concretamente presentaban un cromosoma sexual XYY. A partir de aquí, numerosos
autores comienzan a visitar cárceles y centros psiquiátricos tratando de identificar la

en
relación entre este cromosoma y la tendencia a la violencia.

S erie
Aunque con déficit en la significación estadística y escasa validez metodológica,
algunos resultados llevaron a hablar del descubrimiento del cromosoma del crimen. La
existencia del cromosoma XYY estaba relacionada además con elevada estatura, acné,
retraso mental, impulsividad, dificultad de aprendizaje y desviaciones sexuales, entre
otras conductas.

Esta corriente se fue abandonando posteriormente ya que, entre otras cosas, los
criminales con esta alteración contaban además con factores psicosociales que habrían
podido influir en la causalidad última de su actividad criminal. Esto, junto con el
hecho de la existencia de asesinos en serie sin esta alteración cromosómica, hizo que
la intención de encontrar el cromosoma del mal se fuera descartando con el tiempo y se
hablara más de predisposición biológica.

Disfunción Prefrontal.

El psicólogo Adrian Raine encabeza actualmente los estudios


que abordan el fenómeno de la violencia desde una perspectiva
neuropsicológica. Sus estudios han mostrado relaciones entre
determinadas alteraciones en la región frontal y temporal
del cerebro y la agresividad. En su estudio de 41 asesinos
encontró una baja actividad prefrontal, lo que está relacionado
con pérdida de inhibición, comportamientos arriesgados,
irresponsabilidad, transgresión de las normas, impulsividad y
pérdida del autocontrol (RAINE Y SANMARTÍN, 2002).

Otros hallazgos de sus estudios son los que diferencian


a los asesinos depredadores de los asesinos afectivos. Los
primeros serían asesinos controlados, organizados según la
tipología del F.B.I, mientras que los afectivos serían los
que actúan movidos por una emoción muy intensa; serían los
desorganizados en la tipología anteriormente mencionada.

Ambos tipos de asesinos muestran alteraciones prefrontales,


pero mientras la actividad en esta zona es bastante baja en
los afectivos, lo que los lleva a arranques impulsivos y
descontrolados de violencia, en los depredadores esta actividad
Adrian Raine es casi normal, lo que les permite tener un mayor control sobre
sus impulsos, son capaces de regular, planificar y manipular
a los demás para conseguir sus objetivos. Es aquí donde se
establecer la relación entre psicopatía y asesinato en serie.

18
E studios
con
5

A sesinos
en
S erie
Estudios con Asesinos en
Serie.

Uno de los problemas a los que se enfrentan los estudiosos de


este tema es la escasez de muestras a las que se puede acceder
(afortunadamente, por otra parte). Los investigadores tienen que
utilizar sujetos pertenecientes a distintos tiempos, lugares y
características si quieren obtener una muestra estadísticamente
significativa de los resultados. En algunas ocasiones no se trabaja
con la información de primera mano, sino que se recurre a bases
de datos especializadas (VICLAS5,VICAP6,HITS7)y a la información
proporcionada por personal e informes policiales. En otros casos
se entrevista personalmente a asesinos en serie encarcelados, lo
que hace que no podamos acceder a datos de asesinos en serie no
detenidos, por no hablar de cuestiones de veracidad relacionadas
con la información que puedan proporcionar los entrevistados.

A continuación, presentamos algunos estudios representativos


sobre el fenómeno del asesinato serial.

5
Violent Crime Linkage Analisys System.
6
Violent Criminal Apprehension Program.
7
Homicide Investigation Tracking System Units.
19
E studios
con
A sesinos
en
S erie
Park Dietz

Estudios de Hazelwood, Dietz y Warren.

Uno de los trabajos más conocidos sobre asesinos en serie es el de Dietz,


Hazelwood y Warren en 1990 (en PETHERICK, 2006). Estos autores estudiaron
casos de asesinato serial ocurridos entre 1984 y 1989. En los resultados
identificaron una clara temática sádica y un fuerte componente sexual en
todos los casos analizados. Algunos de sus resultados fueron:

* Gran parte de los asesinos declararon haber sido víctimas de abusos


sexuales en la infancia.

* Un 57% de ellos no tenía historia de arrestos previos. Más o menos en la


misma proporción presentaban abusos de drogas y medicamentos, elemento que
indica para los autores una pérdida de inhibición para cometer estos actos.

* El 93% de los asesinos mostró una planificación cuidadosa de sus crímenes,


utilizando la sorpresa o el engaño para aproximarse a sus víctimas.

* Respecto a la actividad sexual, la penetración oral y anal fueron más


realizadas que la vaginal, lo que en opinión de estos autores provee al
agresor de un mayor poder sobre la víctima.

* La estrangulación por ligaduras o manual fue la forma de muerte más usada,


seguida de uso de armas de fuego o el apuñalamiento.

20
E studios
con
A sesinos
en
S erie
Maurice Godwin

Estudio estadístico-descriptivo de Godwin.

GODWIN (2000) presenta un estudio en el que analiza 107 asesinos en serie


de EE.UU. responsables de 728 asesinatos. Tras la evaluación de los casos,
identifica una serie de variables sobre las que realiza un análisis estadístico
con metodología multivariante, siguiendo los trabajos y la teoría de facetas
del Dr. David Canter. En este apartado solo vamos a describir los datos más
interesantes obtenidos a partir de un simple análisis de frecuencias:

• El 53% de los asesinos tenían entre 26-42 años.

• El 95% de ellos eran hombres.

• Suelen matar mayoritariamente a víctimas desconocidas.

• Un 67% de los asesinos tenía empleo, bien por cuenta ajena o bien por cuenta
propia en el momento de los asesinatos, lo que contradice la idea asumida de
que estos depredadores están continuamente buscando víctimas, día y noche.

• El 59% no tenía pareja en el momento del arresto.

• El 80% de los asesinos se identificaban con una orientación heterosexual y


el 64% consumía material pornográfico, corroborando otros estudios en el que
estos materiales suelen aparecer como elementos facilitadores.

• El 56% no había completado el instituto, lo que desmonta la idea asumida de


que los asesinos en serie suelen ser muy inteligentes.

• El 61% de los asesinos tenían antecedentes por robo y asalto, y el 24% había
sido encarcelado por crímenes violentos con anterioridad.

21
E studios
con
A sesinos
en
S erie
• El 54% de ellos suele atacar de forma súbita,
usando las ligaduras y mordaza como forma de
control más habitual.

• La forma de muerte más usada es el apuñalamiento


con cuchillo y la estrangulación, tanto
mecánica como manual.

• La agresión sexual más frecuente suele ser


la penetración vaginal y anal.

• El 48% de las víctimas fueron torturadas


antes de ser asesinadas, y un 24% de los
asesinos suele llevarse algún objeto como
trofeo de la escena del crimen.

• La mayoría de los asesinos enterraron y/o


transportaron a sus víctimas para evitar
que fueran descubiertas.

• El 86% de los asesinos planifica sus


asesinatos, como se desprende del análisis
de varios elementos de su MO.

22
E studios
Estudio de Candice Skrapec.

con
Un trabajo parecido al P.I.C.P, pero basado principalmente en el estudio de la
motivación, fue el realizado por Candice Skrapec. Este estudio se centra en las

A sesinos
experiencias individuales, en cómo las narraciones de un criminal nos revelan
los significados que organizan su vida y nos ayudan a entender qué siente y qué
significa para él matar. El análisis de estas narraciones reveló una serie de
motivaciones repetitivas en los asesinos en serie (en SANMARTÍN Y RAINE, 2002):

en
S erie
Venganza-justificación:

En la mayoría de los relatos analizados por Skrapec existía la justificación


de sus actos como tema predominante, acompañado de una relación distorsionada
con el resto del mundo. Todos los asesinos en serie estudiados se consideraban
sorprendentemente como víctimas, su violencia era consecuencia de un maltrato
injustificado que habían sufrido en sus vidas y que, como consecuencia, había
generado una fuente de ira y odio que era descargada en sus crímenes y contra sus
víctimas. Con este pensamiento, todas sus acciones, por aberrantes que fueran, eran
racionalizadas y auto-exculpadas de forma automática, aunque según este autor eran
plenamente conscientes del daño que ocasionaban.

Otro resultado sorprendente era la capacidad que tenían para empatizar


cognitivamente con sus víctimas, pero no emocionalmente. Comprendían el daño que
hacían a sus víctimas, pero no podían sentir nada por ellas, eran sentimental
y emocionalmente impermeables al sufrimiento, lo que les impedía llevar a cabo
conductas de inhibición. Toda la emoción se circunscribía a ellos, el resto solo
son objetos.

Control y poder:

Otro motivo que apareció en los relatos de los asesinos en serie, que les motivaba
para hacer lo que hacían, era la sensación de control y poder que experimentaban
cuando acababa con la vida de una persona. Esta necesidad de control y poder era
fruto de sus fantasías, unas fantasías en las que se veían a ellos mismos como más
importantes de lo que realmente eran. Unas fantasías en las que ellos tenían todo
el control y poder. El paso de la fantasía a la realidad por medio de un asesinato
les otorgaba, aunque fuera momentáneamente, esa sensación de poder y control de la
que ellos carecían en su vida no criminal.

Sentirse vivos:

Relacionada con la motivación anterior, los asesinos declararon que matar les
hacía sentirse vivos. Sentían un éxtasis eufórico, una ira violenta que cuando era
descargada por medio del asesinato les provocaba una sensación de placer, seguida
de una sensación de calma para culminar por último con una sensación de alivio. Más
tarde, relataban los asesinos, les sobrevenía un estado de intranquilidad y miedo
que iba creciendo a lo largo del tiempo. Para tratar de eliminarlo, los asesinos
solían recurrir a las drogas o a sus fantasías. Es posible que el robo de objetos
relacionados con la víctima que suele producirse en algunos casos, los llamados
“souvenirs” o “trofeos”, sean usados para tratar de rememorar el asesinato y con
él, recuperar en parte las sensaciones placenteras que sintieron en esos momentos.
En cualquier caso, vencer el miedo y la intranquilidad y volver a sentir el placer
solo era posible finalmente con un nuevo asesinato.

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R eferencias
5
Referencias.
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PORQUE
LA
REALIDAD
SIEMPRE
SUPERA
A
LA
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