Ontologia de La Musica La Idea de Duraci
Ontologia de La Musica La Idea de Duraci
Ontologia de La Musica La Idea de Duraci
1
Bergson Henri. “De lo concerniente a la naturaleza del Tiempo”, en “Henri Bergson. Key Writings”,
Introducción y selección John Mullarkey. Ed. Continuum. Londres. 2002.
2
Bergson Henri. Ibíd.
3
Yankélévitch, Vladimir. “Henri Bergson”. Trad. Francisco González Aramburu. Ed. Universidad Veracruzana.
México. 1962. p 17.
de una obra musical que sólo se hace posible si el escucha tiene la capacidad de
retener contenidos sonoros que al mismo tiempo que aparecen también van
desapareciendo y que sólo tienen un valor ontológico en la medida en que el
escucha “reconstruye” la obra en su interior como memoria de vida.
4
Bergson Henri. “Memoria y Vida. Textos escogidos por Gilles Deleuze”. Alianza Editorial. Madrid. 2004. p.
14.
infinitesimales de cambio y no existe conciencia capaz de desplegar tal cantidad
de energía de atención. Por ello es más cómodo no prestar atención a la
continuidad permanente del cambio y sólo dar importancia al cambio cuando
“crece lo suficiente para imprimir al cuerpo una nueva actitud, y a la atención una
dirección nueva”5
5
Bergson Henri. Ibíd. p 14.
6
Bergson Henri. Ibíd. p 13
7
Bergson Henri. Ibíd. p 13
En la música pasa exactamente lo mismo, pues sobre el fondo del pulso
musical se “dibujan” los eventos musicales, de la misma forma en que los
fenómenos del mundo aparecen dentro del tiempo como duración. Incluso la
referencia a los “timbales de la sinfonía” como una forma de representar los
fenómenos relevantes para la consciencia es muy elocuente respecto a la
posibilidad de que Bergson estuviera pensando en el modo en que la obra musical
se desenvuelve al interior del tiempo ontológicamente fundado en la duración, con
un pulso constante que se abre con el inicio de la obra musical y sólo se detiene
cuando la forma toca su fin.
Una obra musical es construida por la memoria del espectador que tiene
que asignar un sentido estético a la serie de eventos musicales que se suscitaron
en un cierto orden durante el transcurso de una obra. Si el espectador no tiene un
entrenamiento de audición musical desarrollado, entonces su memoria
posiblemente no pueda dar un sentido estético pleno a la obra, pero eso no
elimina el hecho de que el espectador tuvo que experimentar la duración de la
8
Christensen, Eric. The Musical Timespace. A theory of music listening. Aalborg University Press. Aalborg.
1996
obra musical de principio a fin, desde el primer compás o el primer segundo hasta
el último. Esto es análogo al ejemplo de la duración absoluta que Bergson señala
a través del ejemplo de la disolución del azúcar en el vaso de agua: el autor
plantea que cuando desea beber un vaso de agua con azúcar debe esperar a que
esta se disuelva antes de beberla. El tiempo que se debe esperar para beber un
vaso de agua no es tiempo matemático, del tipo del que la ciencia postula para
aislar los sistemas materiales, sino un tiempo que quien desea beber el agua debe
experimentar aún a pesar de su voluntad o impaciencia. Es un tiempo absoluto
que implica la duración de todos los fenómenos pues el aislamiento de los
sistemas que la ciencia plantea es un aislamiento meramente convencional: el
cuarto donde se sirve el agua se separa del resto del universo porque se
considera que las influencias exteriores son lo suficientemente débiles como para
omitirlas o posponer su consideración para otro momento, sin embargo
“…no es menos cierto que estas influencias son otros tantos hilos
que unen el sistema a otro más vasto, éste a un tercero que los engloba a ambos,
y así consecutivamente hasta que se llega al sistema más objetivamente aislado y
más independiente de todos, el sistema solar en su conjunto. Pero incluso aquí, el
aislamiento no es absoluto. Nuestro sol irradia calor y luz más allá del planeta más
lejano. Y, por otra parte, se mueve, arrastrando consigo los planetas y sus
satélites, en una dirección determinada. El hilo que le une al resto del universo es
sin duda muy tenue. Y, sin embargo, a lo largo de este hilo se transmite, hasta la
parcela más pequeña del mundo en que vivimos, la duración inmanente a todo el
universo”9.
9
Bergson Henri. Ibíd. p 19.
que plantea la física teórica. En este trabajo nos interesa describir cómo la
conciencia humana entendida como una especialización de los fenómenos de la
vida puede dar origen y sustento a una idea de temporalidad basada en el análisis
de los fenómenos del tiempo aprehendidos como cambio continuo. El tiempo para
Bergson es “la duración real”10, pero esta debe ser percibida analíticamente como
indivisible. Es cierto que Bergson admite que el tiempo implica sucesión pero no
como una “yuxtaposición” entre un antes y un después diferenciados como objetos
materiales que se diferencian en el espacio, más bien la sucesión temporal radica
en el hecho de que “la realidad es la movilidad misma”11, una movilidad universal
que nos indica el carácter ontológico mismo del universo y que en el nivel humano
experimentamos como duración. Hay cambio, pero no hay cosas que cambian –
dice Bergson12.
10
Bergson Henri. Ibíd. p 27.
11
Bergson Henri. Ibíd. p 27.
12
Bergson Henri. Ibíd. p 27.
ahí. Gracias a ella tienen lugar en un solo y mismo tiempo los cambios más o
menos largos a que asistimos en nosotros mismos y en el mundo exterior” 13.
Esta extensa cita nos sirve muy bien para precisar la idea que
pretendemos sostener en el presente trabajo: que el fenómeno del tiempo
musical es una expresión estética que nos ayuda a entender
analógicamente lo que es la duración en el pensamiento ontológico
bergsoniano. Una duración ininterrumpida y absoluta que comprende en sí
todos los fenómenos tanto en su realidad concreta como en su posibilidad.
Al igual que una sinfonía comprende todas las notas en sus apariciones y
desapariciones, la duración que plantea Bergson es cambio ininterrumpido y
así debe ser asumida como condición ontológica de toda experiencia
humana.
13
Bergson Henri. Ibíd. p 27.
14
Yankélévitch, Vladimir. Op Cit. p 19.
expresan simultáneamente y se armonizan entre sí permanenciendo a la
par distintas y aún opuestas? [...] Los temas se enfrentan, se mezclan, se
contaminan recíprocamente, y cada uno lleva el sello de todos los demás.
Así obra la vida interior en todo momento; asocia en contrapuntos
paradójicos experiencias que parecen carecer de vínculos, de manera que
cada una de ellas da testimonio de la persona por entero” 15.
Concluyendo:
BIBLIOGRAFÍA
15
Yankélévitch, Vladimir. Ibíd. p 21.