2 Teorias Sobre La Eleccion de Pareja

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TEORIAS SOBRE LA ELECCIÓN DE PAREJA

Revista Iberoamericana (1995) Vol. 3 No. 4

Mencionaremos algunas teorías sobre la elección de pareja entendiendo teoría en un sentido amplio
que recoge generalizaciones sobre el tema en cuestión y que orienta las investigaciones generando el
diálogo científico (Bueno, 1985; Murstein, 1980; Nye, 1988; Surra, 1990). Algunas de las teorías son
más abarcativas y generales, otras son más específicas.

1. Teoría sobre el principio de semejanzas


Es de todos conocido que lo cercano nos da seguridad. Las personas se sienten semejantes a los que
les agradan y se sienten atraídas por los que tienen actitudes, valores y rasgos semejantes. Los
aspectos a los que se refiere esta corriente pueden ser más sociológicos: religión, raza, clase social,
idioma; o más psicológicos como comunicación, ideales, intereses (Burgess y Wallin, 1979; Fisher y
Fisher, 1985).
En algunos aspectos las personas son iguales ya antes de casarse; en otros se perciben iguales o se
van haciendo iguales durante la interacción. Las similitudes son la base en el inicio de la relación.
Una similitud en la que concuerdan la mayoría de las teorías clínicas es que las parejas tienen el
mismo nivel de madurez a pesar de las diferencias superficiales.
En diversos experimentos se concluye que las parejas buscan el mismo nivel de atractividad
(Berscheid, Dion, Walster y Walster, 1990)

2. Teoría de la complementariedad
Para formar una pareja se busca una persona que satisfaga las necesidades que se tienen percibidas
conscientemente o no. las personas que tienen necesidades complementarias se atraen, p. ej. La
persona activa y la pasiva (Winch, 1958).
Sin lugar a dudas, en la relación hay factores similares importantes, como los contextuales, pero
también hay otros que son relevantes en la vida de las parejas por su complementariedad, como los
personales. En la mayoría de las relaciones tanto las similitudes como las diferencias son importantes
en general y en diversos estadios de la relación, como ya mencionamos anteriormente.

3. Intercambio social
En toda relación se da y también se recibe, se da un intercambio de beneficios, recompensas y costos,
se intenta maximizar los primeros y minimizar los segundos; dependiendo de la estrategia de cada
uno será prioritario uno de los dos aspectos o los dos a la vez. Jackson (1977) lo denomina el quid pro
quo de la pareja.
Con este aspecto se relaciona otra teoría similar, la de la equidad, según la cual se tiende a repartir
equitativamente (y no según el principio de igualdad) las recompensas y los costos disponibles en
cuanto la contribución de cada uno, por lo que las otras personas tenderían a relacionarse con otras
con las que se pueda tener una relación equilibrada, pues una relación inequilibrada genera angustia
y desequilibrio. Se buscaría lo que se cree esperar y merecer según expectativas equilibradas en la
pareja. Se implican normas de reciprocidad, se refuerza (Burgess y Huston, 1979; Kelley y Thibaut,
1978; Sternberg, 1990, Surra, 1990; Walster, Walster y Berscheid, 1978). La teoría del intercambio
social puede abarcar a muchas otras, pues muchso conceptos pueden ser considerados como
variantes de costos y beneficios (Nye, 1980).
La percepción de recompensas y costos es en cierta medida subjetiva dependiendo de normas, nivel
de aspiraciones e ideales, nivel de comparación propio y de las alternativas reales o imaginarias.
En esta teoría es menester tomar en cuenta también la cantidad y calidad de recursos que uno tiene y
los que el compañero necesita.
Las teorías conductistas aplicadas a la pareja usan conceptos semejantes, pues una de sus principales
preocupaciones versa alrededor del balance entre los reforzadores y los castigos que se ofrece a la
pareja (Liberman, Wheeler, de Visser, Kuehnel y Kuehnel, 1987; Stuart, 1986).
La teoría de los juegos del análisis transaccional de Berne (1967) tiene muchos elementos comunes
con esta teoría del intercambio, pues los juegos de la pareja son unos guiones estereotipados de
conductas con sus resultados específicos para cada actor.

4. Los componentes del amor


Sternherg (1990) ha formulado una teoría basada en tres componentes básicos del amor aunque cada
uno de los componentes pueda estar presente en fases determinadas de forma diversa. Tales
componentes son intimidad, pasión y compromiso.
La intimidad se refiere al aspecto de cercanía, comunicación, unión; es un aspecto emocional. La
pasión se refiere a la sexualidad, intereses, atracción física; es un componente motivacional. El
compromiso se refiere a la decisión de continuar con la relación: es un componente cognitivo.
Según la distribución de esos componentes en una pareja, saca el autor una taxonomía que va desde
un conjunto en el que los tres componentes están presentes hasta otro donde ninguno está presente.
Existen múltiples concepciones sobre el amor, lo que indica que este concepto abarca una experiencia
humana profunda (Alberoni, 1984; Bloom, 1993; Branden, 1980; Buscaglia, 1992; Carso, 1970;
Fromm, 1956; Lee, 1977; Rage, 1987; Rubin, 1973; Scars, Peplau, Freedman, y Taylor 1988).
5. Teoría de los flitros
Según Kerckhoff y Davis (1962) el consenso valoral es muy importante al inicio de la relación,
posteriormente lo son otros aspectos como la complementariedad de necesidades. Así unos aspectos
sirven de filtros para las siguientes fases.

6. Teoría interacción-normal
La interacción selectiva está determinada por las diferentes normas culturales con sus
correspondientes grupos para determinar el grupo de los elegibles, dentro de éstos se van haciendo
diferencias según la intensidad de la interacción.

7. Teorías clínicas
Las teorías clínicas han estudiado a fondo los problemas de elección casi siempre desde el ángulo de
la problemática posterior conflictiva de la pareja. A guisa de ejemplo expondremos sólo dos de ellas.

a. Psicoanálisis. La teoría psicoanalítica aplicada a la pareja ha descrito algunos síndromes


relacionales de la pareja en función de su madurez evolutiva. Mencionaremos los cuatro que describe
Willi (1978); relación narcisista, oral, anal-sádica, y fálico-edípica. Las relaciones narcisistas se forman
en función que le realice a uno totalmente, se elige a uno que le adore e idealice. La relación oral se
caracteriza por el deseo de que el otro le cuide como en una interacción madre-niño. La relación anal-
sádica se caracteriza por la dualidad actividad-pasividad, sadismo-masoquismo, dominio-docilidad. La
lucha por el poder es un tema central. La relación fálico-edípica tiene por una parte el tema de la
rivalidad por el papel de la masculinidad, el hombre fuerte y la mujer débil, y por la otra, la
ambivalencia relacional con el padre del sexo opuesto y por lo tanto también con el esposo del mismo
sexo que ese padre ambivalente. Las personalidades de cada uno de estos síndromes con sus
respectivas características configuran el foco de la atracción para la pareja.

b. Teoría de los contratos. Sager (1980) establece una tipología psicológica según determinados
rasgos, de los que saca 7 perfiles básicos (igualdad, romanticismo, parentalismo, infantilismo,
racionalidad, compañerismo, y paralelismo) y una serie de combinaciones de esos rasgos en tipos de
parejas distintas, cada una con su motivación propia, con sus posibilidades ralcionales positivas y
negativas. Algunas combinaciones tienen características de igualdad en sus rasgos principales, como
dos románticos; otras tienen características complementarias, como una relación parental-infantil, en
la que un compañero tiene y actúa rasgos parentales y el otro rasgos complementarios de niño.

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