Efectos Del Desistimiento (Sent. 29-03-07)

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SALA DE CASACIÓN SOCIAL

Ponencia del Magistrado OMAR ALFREDO MORA DÍAZ.

En el procedimiento que por cobro de prestaciones sociales y otros


conceptos laborales, sigue la ciudadana NORAIMA JOSEFINA JIMÉNEZ,
representada judicialmente por el abogado Elvis González, contra la empresa
mercantil EXPRESOS CARIBE, C.A., representada judicialmente por los
abogados Nelson Arturo Francia Chávez, Mahuampy Alcantara Ruiz, Adriana
Álvarez Inojosa, Berlice Berlu González Salas, Joana Piñero, Hug Ernesto,
José Guevara Malavé, Fabiola González Valladares, Gustavo Adolfo Blanco
Rodríguez, Carlos Moreno Malavé, Alfredo Sosa Bartolozzi, Zaddy Rivas
Salazar y Severo Riestra Sainz; el Juzgado Superior Cuarto del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar, mediante decisión de fecha 22 de
junio de 2006, declaró sin lugar el recurso de apelación incoado por ambas
partes, sin lugar la demanda y confirmó el fallo emitido por el Juzgado Primero
de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Estado Bolívar, que declaró parcialmente con lugar la demanda.

Contra la decisión emitida por la Alzada, la representación judicial de


la parte demandada anunció recurso de casación, el cual una vez admitido, fue
remitido el expediente a esta Sala de Casación Social.

Recibido el expediente, en fecha 8 de agosto de 2006 se dio cuenta


en Sala designándose ponente al Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz.
Por auto de Sala fechado 19 de diciembre de 2006, se fijó la
realización de la audiencia oral, pública y contradictoria para el día jueves
veintidós (22) de marzo de 2007 a las nueve y treinta minutos de la mañana
(9:30 a.m.), todo en sujeción a lo regulado por el artículo 173 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo.

Celebrada la audiencia oral y habiendo esta Sala pronunciado su


decisión de manera inmediata, pasa a reproducir la misma en la oportunidad
que ordena el artículo 174 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, bajo las
siguientes consideraciones:

DEL RECURSO DE CASACIÓN

-I-

Al amparo del artículo 168, ordinal 2° de la Ley Orgánica Procesal


del Trabajo, el recurrente denuncia el error en la interpretación del artículo 64
de la Ley Orgánica del Trabajo, al dar por interrumpida la prescripción con una
demanda distinta a la presente, y en la cual se dejó extinguir la instancia.

En este sentido, explica el formalizante, que extender los efectos


interruptivos de la prescripción a un juicio distinto al que originariamente la
interrumpe y que ha sido desistido, no es posible conforme al artículo 1.972 del
Código Civil.

A criterio del recurrente, los actos interruptivos de la prescripción,


como lo es la interposición de la demanda y notificación, solo se aprovechan en
el curso del proceso dentro del cual se verifican, siempre y cuando no se
desistiere o se dejare extinguir la instancia, lo cual conforme al artículo 1972
eiusdem no causa interrupción.

Señala que de no haber ocurrido la mal interpretación normativa, el


Juez habría concluido que operó la prescripción, y por tanto, declarado sin
lugar la demanda.
Para decidir, la Sala observa:

Alegada la prescripción por la parte accionada, la Alzada analizó que


la empresa sostuvo que el 11 de junio de 1998 la actora renunció, y a los fines
de demostrar que no existía una relación laboral sino un contrato comisionista
autónomo, consignó un instrumento notariado de fecha 29 de abril de 2002,
para hacer ver que lo que consta es un contrato con REPRESENTACIONES
JIMÉNEZ TORREALBA y no con la demandante.

Ambas partes estuvieron contestes en la fecha de culminación del


servicio, 29 de abril de 2003. El fundamento de la actora, fue que en esa fecha
la empresa decidió prescindir de sus servicios, pero el argumento de la
accionada, era que en ese data vencía la duración del contrato comisionista.

En el momento de pronunciarse con ocasión a la prescripción, el


Superior reprodujo el criterio del Juez a quo para declarar que no había
operado la prescripción.

Siendo reproducido el criterio del a quo por el Juez ad quem, se


precisa que aquél desestimó la prescripción sobre la base de que constaba en
autos las copias certificadas del expediente FP02-L-2004-113 -cobro de de
prestaciones sociales-, llevado por ante el Juzgado Segundo de Primera
Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar, con el cual la parte actora
demostraba la interrupción de la prescripción, pues, en fecha 26 de abril de
2004, se había presentado demanda con notificación de fecha 5 de mayo de
2004, es decir, en el lapso de dos meses siguientes establecidos en el literal a)
del artículo 64 de la Ley Orgánica del Trabajo, por lo que al momento de
presentar la parte accionante nueva demanda en fecha 15 de octubre de 2004,
ya la prescripción se encontraba interrumpida.

Ahora bien, se ha verificado que ciertamente con anterioridad a la


presente causa, en fecha 26 de abril de 2004 la parte actora interpuso
demanda también por cobro de prestaciones sociales, contra la empresa
actualmente demandada. Que en fecha 5 de mayo de 2004, se practicó
notificación de la empresa en aquél juicio y que el procedimiento
posteriormente fue declarado desistido por la incomparecencia de la parte
demandante en la prolongación de la audiencia preliminar.

Visto que varias de las denuncias van dirigidas a impugnar la


desestimación que hiciere la Alzada por no declarar la prescripción alegada,
sobre la base de que según la parte recurrente la notificación realizada en el
anterior juicio no podía interrumpir la prescripción, a continuación se reproduce
el criterio que maneja actualmente la Sala, y mediante el cual se deja claro que
las consecuencias de la perención y el desistimiento del procedimiento, no
pueden ser las mismas que en el procedimiento civil ordinario, en el cual por
aplicación de la norma contentiva en el artículo 1.972 del Código Civil, la
extinción de la instancia y desistimiento de la demanda, impide los efectos de la
citación del accionado para interrumpir la prescripción, y por tanto, si el
demandante quisiera reclamar su derecho en un proceso futuro, el tiempo
transcurrido bajo la pendencia del juicio extinguido debe computarse al tiempo
de prescripción.

Contrario al criterio que se maneja en el procedimiento civil ordinario,


la Sala de Casación Social se conduce por el siguiente:

De esto se sigue que en el sistema de procedimiento civil, la


extinción del proceso impide la eficacia de la demanda notificada al
accionado, para interrumpir la prescripción, lo cual es perfectamente
acorde con un proceso regido estrictamente por el principio
dispositivo, donde la diligencia del litigante en el desarrollo del juicio,
importa de manera irrestricta para defender sus intereses privados.
Sin embargo, el nuevo sistema consagrado en la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, desarrolla el principio fundamental consagrado
en el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, según el cual “el proceso constituye un instrumento
fundamental para la realización de la justicia”, es decir, enuncia el
carácter meramente instrumental de las normas que reglamentan el
proceso, y que por lo tanto, deben interpretarse y aplicarse de forma
que tiendan a la consecución del fin al que están subordinadas -por
lo que no es lícito sacrificar la justicia en aras de preservar las
formas no esenciales-.
En virtud de este apego de la ley procesal del trabajo al principio
fundamental expresado en la Constitución (artículo 257), y de la
especial naturaleza irrenunciable de los derechos que se tutelan en
el procedimiento laboral (artículo 89, numeral 2, constitucional y
artículo 3 de la ley sustantiva del trabajo), el sistema procesal
establecido en la nueva ley impone al juzgador orientar su actuación
en un principio de equidad (artículo 2 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo), y a no perder de vista la irrenunciabilidad de los
derechos y beneficios que la legislación social acuerda a los
trabajadores (artículo 5 eiusdem), por lo que consagra algunas
disposiciones que modifican el régimen ordinario que tienen ciertas
instituciones procesales. Específicamente, puede observarse que en
materia de perención, la regla consagrada en el Código Civil (artículo
1972), y en el Código de Procedimiento Civil (artículos 267 y
siguientes), traen como consecuencia que la extinción de la instancia
impide los efectos de la citación del accionado para interrumpir la
prescripción, y por tanto, si el demandante quisiera reclamar su
derecho en un proceso futuro, el tiempo transcurrido bajo la
pendencia del juicio extinguido, debe computarse al tiempo de
prescripción.

Sin embargo, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en aras de


preservar la irrenunciabilidad de los derechos laborales, ha
consagrado un régimen distinto al de Derecho común, estableciendo
en su artículo 203 que la perención no impide que se vuelva a
proponer la demanda -al igual que ocurre en el proceso civil-, y que
además, los lapsos de prescripción no corren durante la pendencia
del proceso, excluyendo expresamente la consecuencia jurídica
establecida en el artículo 1.972 del Código Civil.

En el caso de autos, la declaratoria de inadmisibilidad de la


demanda incoada por el ciudadano accionante, en un juicio que se
ha demorado más de cuatro (4) años, como consecuencia de un
procedimiento anacrónico que desconocía la especial necesidad de
tutela de los derechos sociales del trabajador, y de una
administración de justicia cuya estructura no se ajustaba a las
necesidades reales de la sociedad en que pretendía funcionar,
conllevaría a que, de conformidad con el régimen establecido para el
proceso civil, una eventual proposición de la demanda estaría
condenada a fracasar por efecto de la prescripción consumada, lo
cual coloca a quien afirma tener derechos derivados de una relación
de trabajo, en la situación de renunciar de hecho a sus derechos
laborales cuando intente una acción cuyo ejercicio estaba
suspendido sólo por un lapso de noventa (90) días, en virtud de la
prohibición establecida en el artículo 266 del Código de
Procedimiento Civil.

Esta situación se presenta a la Sala como manifiestamente contraria


a los principios rectores del proceso en nuestro nuevo sistema
constitucional, en virtud del cual, éste se mantiene como instrumento
–y por tanto, subordinado- al logro del fin último al que tiende todo
orden jurídico, cual es la justicia material. En consecuencia, resulta
forzoso realizar una interpretación lógico sistemática de las normas
que regulan el procedimiento laboral, siguiendo como principio la
equidad en el proceso -tal como lo impone el artículo 2 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo-, y salvando cualquier contradicción
con el fundamento constitucional del mismo -como instrumento para
la realización de la justicia, ex artículo 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela-, y así establecer soluciones
que tutelen la irrenunciabilidad de los derechos del trabajador.

En este sentido, se observa que la inadmisibilidad de la demanda


extingue el proceso sin influir en la titularidad del derecho sustantivo
reclamado, al igual que en los casos en que sólo se extingue la
instancia -perención, desistimiento del procedimiento-, y dado que el
nuevo sistema impide que se desconozca la eficacia de la citación
judicial para interrumpir la prescripción, en los casos en que
simplemente se extingue el proceso, una interpretación extensiva del
artículo 203 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, permite aplicar
por analogía los efectos jurídicos que ella consagra al caso de autos,
y por lo tanto, el lapso de prescripción no podría correr durante la
pendencia del proceso, y habría quedado válidamente interrumpida
con la citación judicial verificada en el curso del mismo,
preservándose así la posibilidad de intentar nuevamente la demanda
y obtener la tutela judicial efectiva -garantizada en el artículo 26
constitucional- de los derechos irrenunciables que la legislación
social acuerda al trabajado…(Sentencia de la Sala de Casación
Social, N° 199, de fecha 7 de febrero de 2006).

Conforme al criterio de la Sala, en los casos en que se extingue el


proceso, por interpretación extensiva del artículo 203 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, el nuevo proceso laboral impide que se desconozca la
eficacia de la notificación judicial practicada en el procedimiento desistido, de
manera que es acertado el criterio de los Jueces al señalar que al momento de
presentar la parte accionante nueva demanda en fecha 15 de octubre de 2004,
ya la prescripción se encontraba interrumpida en virtud a que en el
procedimiento declarado desistido la demanda había sido presentada en fecha
26 de abril de 2004, y se había practicado la respectiva notificación el 5 de
mayo de 2004, aun en el lapso de los dos meses siguientes establecidos en el
literal a) del artículo 64 de la Ley Orgánica del Trabajo.

En consecuencia, la denuncia se declara improcedente y así se


resuelve.
- II -

De conformidad con el artículo 168, ordinal 2° de la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo, se denuncia la falta de aplicación del artículo 177 de la
Ley Orgánica del Trabajo, al no acoger la doctrina de la Sala para casos
análogos, específicamente la sentencia 489 de fecha 13 de agosto de 2002,
relativa a los parámetros e indicios que permiten determinar la existencia de
una relación laboral, la cual de haber sido aplicada el Juzgador hubiera
concluido que no existe tal relación de trabajo.

Para ello el recurrente argumenta lo siguiente:

← Que la cláusula primera del contrato de comisiones mercantiles


establece que el contrato ejercerá la representación de la empresa de
transporte terrestre debiendo utilizar la frase comisionista autónomo por
encargo de Expresos Caribe, lo que convino el actor, figura contemplada
en los artículos 376 y siguientes del Código de Comercio.

← El horario no se estipuló de manera personal sino que se estableció que


la oficina debería permanecer abierta, lo cual descartaría la posibilidad
de trabajo personal, por cuanto resulta imposible el trabajo en 24 horas,
todos los días del año.

← En cuanto al pago, se pactó una comisión del 5% de lo vendido, luego


de descontar los gastos de la oficina, por lo que estos gastos afectaban
definitivamente los ingresos del comisionista.

← No existía tiempo específico de trabajo y éste podía realizarse por la


comisionista o por interpuesta persona, debiendo ésta sumir los costos
que ello ocasionare.
← -La obligación del actor era el depósito oportuno de las cantidades
recibidas, pero tal y como se desprende de las pruebas, no la cumplía.
Para decidir, la Sala observa:

Resulta necesario para la Sala reiterar lo dicho en anteriores


oportunidades, en cuanto a que este Tribunal no constituye una tercera
instancia, y de figurar como tal quebrantaría la naturaleza jurídica y la razón
de un recurso de casación.

También es una constante de la Sala, señalar que es de la


soberana apreciación de los jueces, determinar de conformidad con la Ley, la
jurisprudencia y lo alegado y probado en autos, si se está en presencia o no
de una relación de naturaleza laboral o por el contrario, se trata de una
relación mercantil, civil o de otra índole.

Lo anterior tiene cabida, por cuanto la Sala observa que la Alzada


realizó un análisis pormenorizado de los elementos presentados en el juicio
acerca de la relación discutida, y con base a ello emitió sus conclusiones
respecto a la naturaleza de la relación, pero el recurrente no las ataca con
una debida técnica casacional, sino que se dedica a esbozar las suyas
indicando lo que él concluye de tal material probatorio, por tanto, conocer la
denuncia en tales términos conllevaría a la Sala a actuar como una instancia,
motivo por el cual la denuncia se desecha y así se decide.

- III -

Al amparo del artículo 168, ordinal 2° de la Ley Orgánica Procesal


del Trabajo, se denuncia la falta de aplicación del artículo 61 de la Ley
Orgánica del Trabajo, conjuntamente con el artículo 11 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo y consecuencialmente la violación del artículo 1.972 del
Código Civil.
Para ello explicó el recurrente, que está demostrado que el actor
interpuso una demanda idéntica a la actual en fecha 26 de abril de 2004,
citando a la empresa en el mes de mayo del mismo año. Sin embargo, el
demandante no promovió pruebas en su oportunidad y declaró ante el Juez de
Sustanciación las condiciones de la prestación de servicios que develaban la
inexistencia de la relación laboral, razón por al cual, prefirió desistir de la
demanda quedando extinguida la instancia, lo que por aplicación del artículo
1.972 del Código Civil, dejó sin resultado los efectos interruptivos de la
prescripción que devenían de la citación.

Luego, al mes de octubre de 2004, interpone la presente demanda


que cursó en los mismos tribunales, habiendo dejado transcurrir hasta la fecha
la notificación más de un año y siete meses, lo que definitivamente demuestra
que la acción está prescrita. En tal sentido, solicita que se declare que la
notificación judicial efectuada en el juicio anterior no tiene efectos interruptivos
de la prescripción por haber desistido de la acción y haber extinguido la
instancia.

Para decidir, la Sala observa:

Dada que la denuncia está íntimamente identificada con aquella que


fue resuelta en el primer capítulo del presente recurso de casación, y visto que
los motivos por los cuales la misma fue declarada improcedente tienen cabida
en la actual delación, la Sala reproduce las consideraciones esbozadas en la
primera delación para de igual manera declarar ésta improcedente, toda vez
que no solo da respuesta de manera directa al tema de la prescripción, la cual
como se concluyó fue acertadamente declarada interrumpida e improcedente la
defensa, sino que también aclara la inaplicabilidad de la consecuencia
contenida en el artículo 1.972 del Código Civil en el proceso laboral. Así se
resuelve.

- IV -

De conformidad con el artículo 168, ordinal 2° de la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo, denuncia el formalizante la violación por falta de
aplicación de los artículos 185 y 177 de la misma Ley, por cuanto se condena
en la dispositiva del fallo a la empresa demandada al pago de la indexación
desde la interposición de la demanda hasta el definitivo cumplimiento, aun
cuando la propia ley y la jurisprudencia señalan que la indexación procede en
los casos de ejecución forzosa y el criterio es aplicable para los juicios que han
sido tramitados conforme la vigente ley procesal, como lo es el caso.

Para decidir, la Sala observa:

Ha verificado la Sala, que la Alzada condena la corrección monetaria


desde la admisión de la demanda hasta la fecha de ejecución de la decisión,
adicionando además que en caso de ejecución forzosa el Juez de
Sustanciación, Mediación y Ejecución, debe ordenar la realización de una
nueva experticia complementaria del fallo para el cálculo de la indexación que
corresponde a partir de la fecha del decreto de ejecución hasta el pago
definitivo del pago efectivo.

Ahora, tomando en cuenta que el juicio se inició bajo la vigencia de


la nueva Ley Orgánica Procesal del Trabajo, ello conlleva a concluir que la
recurrida violentó el denunciado artículo 185 de la mencionada Ley, por cuanto
el dispositivo legal infringido claramente establece que la corrección monetaria
procede sobre las cantidades condenadas a pagar, “la cual debe ser calculada
desde el decreto de ejecución hasta su materialización, entendiéndose por esto
último la oportunidad de pago efectivo”.

A mayor abundamiento la jurisprudencia también ha sido clara con


respecto a la consagración legislativa, señalando el deber que tiene el Juez de
Sustanciación, Mediación y Ejecución de ordenar el ajuste por inflación en
aquellos casos en que una vez cuantificada la condena, el perdidoso no
cumpliera voluntariamente con la misma.

Ante las consideraciones antes expuestas, se declara procedente la


denuncia y así se decide.
-V-

De conformidad con el artículo 168, ordinal 3° de la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo denuncia el recurrente que la recurrida incurre en
contradicción en los motivos.

Explica el formalizante, que inicialmente la Alzada señaló que


reproducía la motivación efectuada por el Juez de Primera Instancia al referirse
a la improcedencia de la defensa de prescripción. Pero posteriormente, al
referirse al expediente FP02-L-2004-000113, el Superior le dio pleno valor
probatorio en virtud que quedó demostrado que con dicha documental y su
registro por ante la oficina de registro, se interrumpió la prescripción.

Entonces sostiene el formalizante, que no existe ninguna demanda


registrada, por lo que mal puede estimarse que ha sido interrumpida la
prescripción mediante esta fórmula.

Por lo que no existiendo demanda registrada y que además la


notificación judicial hecha en demanda precedente ha perdido sus efectos, en
virtud de la extinción del proceso y la instancia, debe ser declarada prescrita la
presente acción.

Para decidir, la Sala observa:

El nuevo argumento con el cual el formalizante sostiene la


prescripción de la acción, es que no existe ninguna demanda registrada que la
haya interrumpido. Ante el fundamento, una vez más la Sala reproduce las
consideraciones apuntadas en la primera de las denuncias resueltas en el
presente recurso de casación, donde previamente se aclaró que el nuevo
proceso laboral impide el desconocimiento de la eficacia de la notificación
judicial practicada en el juicio declarado desistido, y consideró acertado el
criterio de los Jueces quienes señalaron que al momento de presentar la parte
accionante nueva demanda en fecha 15 de octubre de 2004, ya la prescripción
se encontraba interrumpida en virtud a que en el procedimiento anterior la
demanda había sido presentada en fecha 26 de abril de 2004, y se había
practicado la respectiva notificación el 5 de mayo de 2004, es decir, aun en el
lapso de los dos meses siguientes establecidos en el literal a) del artículo 64 de
la Ley Orgánica del Trabajo.
En consecuencia, se desestima la actual delación y así se resuelve.

Habiéndose encontrado procedente una de las violaciones que se le


imputan a la sentencia recurrida, la Sala declara con lugar el recurso de
casación interpuesto por la representación judicial de la parte demandada, y de
conformidad con el artículo 175 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo pasa a
resolver el asunto bajo las siguientes consideraciones:

DECISIÓN DE MÉRITO

Alegó la parte demandante que comenzó a laborar en fecha 11 de


mayo de 1999, desempeñándose en el cargo de administradora de la oficina de
ventas, control y despacho ubicada en el Terminal de Pasajeros de Ciudad de
Bolívar, devengando un salario promedio de Bs. 28.692.720 en los últimos
doce (12) meses, es decir, setenta y nueve mil setecientos dos bolívares (Bs.
79.702,00) diarios.

Informa que sus funciones en la empresa eran vender boletos,


recibir y enviar encomiendas, control de llegada y salida de las unidades de
transporte, así como también cumplir una jornada de trabajo que comenzaba
desde las 5:00 a.m. hasta la 10:30 a.m.

Indicó que laboraba de lunes a domingos, sin días de descanso. Que


fue obligada por dicha empresa a firmar un contrato en fecha 29 de abril de
2002, para lo cual debía registrar una firma personal, por lo que se le hizo
suscribir también un contrato de comisión con todo lo cual pretendían simular
una relación mercantil.

Que a pesar que le hicieron firmar el contrato mercantil, la


remuneración producto de su prestación de servicios continuó siendo realizada
a su nombre, tal como se demuestra de los recibos de pago consignados.
Explica que en fecha 29 de abril de 2003 la empresa demandada
decidió prescindir de sus servicios.
Demanda el pago de setenta y siete millones trescientos noventa mil
seiscientos cuarenta y dos bolívares (Bs. 77.390.642,00) en la que se incluyen
los conceptos de preaviso y antigüedad de conformidad con el artículo 125 de
la Ley Orgánica del Trabajo, antigüedad y antigüedad adicional, vacaciones,
utilidades, días de descanso y feriados.

Por su parte, la accionada alegó la inexistencia de la relación laboral,


ya que la empresa demandada y la actora habían celebrado un contrato
comisionista autónomo con una firma personal registrada por la parte actora.
En tal sentido, sostuvo la existencia de una relación pero mercantil.
Subsidiariamente alegó la prescripción de la acción.

Ahora bien, respecto a la defensa de prescripción, la Sala extrae que


ambas partes estuvieron contestes en afirmar que el 29 de abril de 2003
culminó la relación. El fundamento de la actora, se redujo a que en esa fecha la
empresa decidió prescindir de sus servicios, pero el argumento de la accionada
fue que en esa data vencía la duración del contrato comisionista.

Estudiado extendidamente el asunto de la prescripción en el


conocimiento que abordare la Sala acerca de las denuncias que rodearon el
tópico, en esta nueva oportunidad se reitera la “no procedencia” de la defensa
sobre la base de que el nuevo proceso laboral impide el desconocimiento de la
eficacia de la notificación judicial practicada en el juicio declarado desistido, y
que siendo que al momento de presentar la parte accionante nueva demanda
en fecha 15 de octubre de 2004, ya la prescripción se encontraba interrumpida
en virtud a que en el procedimiento anterior la demanda había sido presentada
en fecha 26 de abril de 2004, y se había practicado la respectiva notificación el
5 de mayo de 2004, es decir, aun en el lapso de los dos meses siguientes
establecidos en el literal a) del artículo 64 de la Ley Orgánica del Trabajo. Así
se resuelve.
Resumidos los argumentos centrales de la controversia y decidida la
defensa de prescripción, esta Sala para decidir observa:

De un análisis exhaustivo de la sentencia recurrida, extrae la Sala,


que la misma -a excepción de la violación constatada en el conocimiento del
recurso que tuvo lugar por una de las denuncias, y que repercute muy
limitadamente sobre una posible corrección monetaria-, resolvió la controversia
ajustada a derecho, acorde a la equidad y la justicia, distribuyendo
correctamente la carga probatoria.

De manera que considera suficiente esta Sala a los fines de


pronunciarse sobre el fondo del presente juicio, acoger la motivación acreditada
en dicha sentencia, especialmente, en lo relativo al análisis probatorio que lo
encaminó a declarar la existencia de una relación laboral, y por cuanto fue
admitido el cargo que ostentaba la misma trabajadora, también declarar la
improcedencia de las indemnizaciones del artículo 125 de la Ley Orgánica del
Trabajo.

Por otra parte, no habiendo indicado ni demostrado la actora (a quien


correspondía la carga de probar) los domingos y días feriados trabajados,
ciertamente estos resultaban improcedentes, tal como así lo declaró el
Superior.

Visto que en el caso, la parte demandada negó enfáticamente la


relación de trabajo con fundamento a que existió un vínculo mercantil, y que la
presunción de laboralidad no fue desvirtuada por la demandada, es correcto el
criterio del Juez al declararla confesa en todos los demás puntos de hecho y de
derecho alegados por el actor, de manera que también se acoge la motivación
dada por la Juzgadora de Instancia con respecto a la condena por antigüedad,
antigüedad adicional, preaviso, utilidades y vacaciones, por considerarlas
ajustadas a derecho.

Asimismo, se reproduce la experticia complementaria del fallo


ordenada por el Juez ad quem, para determinar el salario con el cual deberán
ser cancelados los conceptos a pagar, tomando como salario base para el
cálculo el promedio de lo devengado durante el año inmediatamente anterior,
con el apoyo de las comisiones que aparecen en los recibos de pagos
promovidos por la demandada y no impugnados por la contraria. El experto
también deberá calcular los intereses moratorios, sobre el monto que resulte a
pagar por concepto de prestaciones sociales, los cuales deberán ser
cuantificados con base a la tasa fijada por el Banco Central de Venezuela
conforme a lo previsto en el literal “c” del artículo 108 de la Ley Orgánica del
Trabajo vigente, dejándose constancia que no operará para dicho cálculo, el
sistema de capitalización de los propios intereses y que estos tampoco serán
objeto de indexación.

Con respecto a la corrección monetaria, punto discutido en el


recurso de casación decidido y que diere lugar a la procedencia del mismo, se
precisa que deberá ser calculada desde el decreto de ejecución, sólo en el
caso de que el demandado no cumpliere voluntariamente con la sentencia
hasta su materialización, entendiéndose por esto último la oportunidad del pago
efectivo, todo ello a tenor de lo dispuesto en el artículo 185 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, caso en el cual, de darse tal circunstancia, el cálculo será
realizado por un único perito designado por el Tribunal si las partes no lo
pudieren acordar, para lo cual el tribunal de la causa deberá en la oportunidad
de la ejecución de la sentencia definitivamente firme o lo que es lo mismo de la
materialización del pago efectivo, solicitar al Banco Central de Venezuela un
informe sobre el índice inflacionario acaecido en el país entre dicho lapso, a fin
de que este índice se aplique sobre el monto que en definitiva corresponda
pagar al trabajador. Así se decide.

DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia,


en Sala de Casación Social, administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la Ley, declara: 1) CON LUGAR el recurso de casación
interpuesto por la representación judicial de la parte demandada, contra el fallo
emitido por el Juzgado Superior Cuarto del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Estado Bolívar en fecha 22 de junio de 2006; 2) ANULA el fallo
recurrido en los términos expuestos; 3) PARCIALMENTE CON LUGAR la
demanda, condenándose a la empresa a cancelar a la actora los conceptos
señalados conforme los lineamientos que han sido indicados en párrafos
anteriores.

No hay condenatoria de las costas del proceso, dado que la causa


resultó parcialmente con lugar.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente a la Unidad de


Recepción y Distribución de Documentos de la Circunscripción Judicial del
Estado Bolívar, a los fines consiguientes. Particípese de esta remisión al
Juzgado Superior de origen antes mencionado, todo en conformidad con el
artículo 176 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de


Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los
veintinueve (29) días del mes de marzo de dos mil siete. Años 196° de la
Independencia y 148° de la Federación.

El Presidente de la Sala y Ponente,

_____________________________
OMAR ALFREDO MORA DÍAZ

El Vicepresidente, Magistrado,

_______________________________ ______________________________
JUAN RAFAEL PERDOMO ALFONSO VALBUENA CORDERO

Magistrado, Magistrada,

_______________________________
__________________________________
LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA

El Secretario,

_____________________________
JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA
R.C. N° AA60-S-2006-001318

Nota: Publicada en su fecha a

El Secretario,

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