¿Y Después Del COVID-19?: Una Reflexión Antropológica-Social Ante El Covid-19
¿Y Después Del COVID-19?: Una Reflexión Antropológica-Social Ante El Covid-19
¿Y Después Del COVID-19?: Una Reflexión Antropológica-Social Ante El Covid-19
COVID-19? Resumen:
Una reflexión antropológica- El presente artículo parte de
una descripción de la realidad,
afectada por la enfermedad del
social ante el Covid-19 Covid-19, tal como la vive el
Investigador; para luego poner
de relieve tres aspectos que a
su parecer son importantes: las
consecuencias de dicha
enfermedad a nivel
“Si las catástrofes hubieran ayudado a mejorar el sentido de la ciudadanía, hace a n t ro p o l ó g i c o (e n fo q u e
mucho tiempo que estaríamos en el reino de los fines de Kant. No debemos filosófico), la extrema
confiar en que la naturaleza nos ayude con sus continuas catástrofes y haga desigualdad económica con
por nosotros nuestro trabajo psíquico. No lo hará. Nada está más acreditado que la población mexicana se
que la capacidad de olvido del sufrimiento”. enfrenta a la pandemia
José Luis Villacañas (enfoque económico-social) y
finalmente los retos que la
UAEM debe asumir ante esta
nueva situación planetaria.
Mientras escribo estas líneas, busco por mi celular el
informe de “covidvisualizer.com” y veo el número de
personas que padecen la enfermedad COVID-19, causada
por el virus SRAS-CoV-2 : 2, 501,470 personas contagiadas
en todo el planeta por este veneno. Luego miro las cifras de
las personas que dolorosamente han fallecido hasta ahora
en algunos países: 4,633 en China; 31,368 en Italia; 27,425
en Francia; 27,321 en España; 29 en Guatemala; 344 en
Argentina; 86,244 en EEUU; y 4,447 en México. Además de
las cifras que voy revisando de tanto en tanto; durante estas
semanas he escuchado y visto los spots en radio y televisión
sobre “la sana distancia” y el “quédate en casa”, ya que
como bien sabemos es quedándonos en nuestro hogar y
reduciendo la movilidad al máximo como podemos evitar
que los contagios por el virus aumenten de manera
exponencial. Todas las tardes a las 19:00, el subsecretario de
Promoción y prevención de la Salud, el Dr. Hugo López-
Gatell, junto con su equipo de trabajo, informan sobre la
situación de la pandemia en México. Por su parte en los
noticieros, expertos y no tan expertos hablan de lo que se
debe hacer y no hacer; y hasta algunos conductores se dan
el lujo de desautorizar sin más la información
gubernamental. Así dependiendo de la afinidad con el
gobierno en turno, los medios de comunicación confirman o
rechazan la información dada por las autoridades federales.
En las redes sociales se amplía y prolonga este efecto de
acreditación o desacreditación de la información oficial.
Fotografía de Ricardo Hernández López, Profesor de la Facultad de Turismo y Gatronomía
Y así lo han expresado ellos, cuando haciendo el proceso de evaluación al final de la clase, una
alumna llegó a escribir: “El diálogo me pareció, a pesar de corto, enriquecedor, para dejarnos
pensando en las posibilidades y los alcances de la verdad”.
Finalmente los alumnos trabajan y asimilan los contenidos, que les permiten tener una visión más
rica y amplia de la realidad. En este punto es preciso decir, que algunos alumnos y alumnas, no
tienen computadora ni teléfono celular y que tienen que pedirlos prestados. Y algunos más, por el
lugar donde viven ni siquiera tienen señal de internet. Así, en esta época en donde se aspira a
formar parte de las universidades 3.0, nos encontramos con estas carencias tecnológicas en
nuestro alumnado que les impide acceder a los procesos de enseñanza-aprendizaje en igualdad
de condiciones.
En casa mis hermanos y yo cuidamos a Mamá, ella a estas alturas de la vida es como una flor de su
jardín: bella y frágil a la vez. Precisamente aquí en casa hace algunos días escuchaba el informe
del regreso a la “nueva normalidad”, basada en las evidencias de la evolución de la pandemia y en
los datos científicos que nos dan la “certeza” de que las acciones están siendo tomadas de forma
adecuada por parte del Gobierno Federal. Y mientras escuchaba como la ciencia y la técnica
permiten tomar las políticas adecuadas para proteger la vida, la salud y el bien común de nuestra
sociedad (esto al menos en el discurso), no pude evitar que se me viniera a la memoria el
comentario de una persona que hace algunas semanas preguntaba lo siguiente: “¿Y este virus no
será un invento como lo del chupacabras?” Finalmente hace dos días por la mañana un abuelito
tocaba a la puerta de casa vendiendo queso fresco y mientras me explicaba que él debía salir a
vender sus productos porque “va al día”, me dijo una frase contundente: “Y si se olvidan del
campo ¿Qué va a pasar?, ¿acaso la gente que tiene sus cuentas en Suiza, va comerse su dinero?”
Ante esta descripción de hechos e información variopinta, la cuestión que me surge es: ¿Qué
revela a nuestra existencia personal y colectiva este acontecimiento que está siendo un parte
aguas a nivel planetario? Pues bien, animado por las palabras del profesor José Luis Villacañas,
que he puesto como epígrafe al inicio de este escrito, me dispongo a asumir la responsabilidad de
hacer mi propio trabajo reflexivo, sabiendo que en las catástrofes, no es el acontecimiento ni el
paso del tiempo en sí mismo el que cura, sino el trabajo de elaboración personal y colectiva el que
permite superar la experiencia de duelo que estamos viviendo ¿y por qué de duelo?, porque de
manera general millones de personas en todo el planeta hemos perdido algo de nuestro estilo de
vida y en el peor de los casos a alguien.
La universidad en el futuro
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Adaya Leythe, Ángel Federico . “¿Y DESPUÉS DEL COVID-19? Una reflexión antropológica-
social”. Identidad Universitaria, México, UAEM, año 1, número 9, abril-junio 2020, pp. 9-12,
e-ISSN 2448-7651
Por ello valdría la pena formular la siguiente cuestión: ¿Qué hemos perdido en esta
contingencia que implique asumir el trabajo de elaboración de duelo? Algunos
contestarán que están experimentando precisamente la pérdida de un ser querido.
¿Y los que no hemos perdido a algún familiar o persona cercana? Tal vez, y a manera
de hipótesis lo que hemos perdido son “nuestras certezas”. ¿A qué me refiero con
“nuestras certezas”? Me refiero a aquellas ideas que dirigían nuestras vidas, y que
eran posibles gracias a la costumbre, al hábito; en fin a la uniformidad en la que se
desarrollaba nuestras vidas. Un ejemplo de esto podrían ser nuestros planes de
vida: organizar tal evento académico, planear el viaje familiar de vacaciones de
julio-agosto, llevar a cabo tal negocio, organizar mi boda. De pronto todo esto se ha
puesto en suspenso y entonces la disponibilidad del tiempo futuro con el que
siempre contábamos se ralentiza o en casos extremos desaparece. Esta falta de
disponibilidad del tiempo futuro y la paralización del proyecto, nos produce una
viva sensación de incertidumbre. Con la pandemia la experiencia del “tiempo
vivido” se ha alterado.
Además de esta modificación de la experiencia del tiempo vivido, lo que nos revela la
pandemia es la fragilidad de nuestra propia existencia ante un microscópico
organismo que ha existido millones de años antes que la especie humana. Esta
fragilidad de la propia existencia se traduce en este contexto, en la experiencia de la
angustia. Angustia no solo por el miedo a perder la propia vida, sino por perder la
vida de los más próximos, y en especial de aquellos que te dieron la vida, y que
aunque hagas todo lo posible por cuidarlos, vives en la incertidumbre de lo que les
pueda pasar. Nos encontramos ante una situación límite, por utilizar una expresión
de Karl Jaspers, que revela de manera contundente no solo nuestra finitud, sino
además nuestra fragilidad. Ahora bien, de esta experiencia colectiva de finitud y
fragilidad puede surgir el sentimiento y la actitud de solidaridad y cuidado no sólo
con nuestros próximos, sino además con las personas anónimas con las que me
cruzo por la calle.
Así que solo el 21.9 % de la población podría, con relativa La enfermedad del COVID-19 pone frente a nuestra sociedad y
tranquilidad “quedarse en casa”. En este punto de mi ante la UAEM, retos muy grandes. Estos retos afectan a toda la
reflexión la pregunta que me surge es la siguiente: ¿Cuál es comunidad universitaria en su conjunto y por ello deseo
el perfil socioeconómico predominante de las personas que plantear una serie de sugerencias que podrían llevarse a cabo:
están falleciendo a causa del COVID-19? Aunque por ahora
no tenemos la respuesta a esta pregunta, lo que si podemos * Realizar una capacitación no improvisada, sino bien
afirmar con certeza es que las políticas económicas, organizada de la planta docente y del alumnado en la
sociales y culturales que se han aplicado a lo largo de utilización de las diversas plataformas digitales.
muchos sexenios (modelo neoliberal), no han distribuido de Integrar de forma equilibrada las clases presenciales y
forma justa la riqueza que produce el país, y por tanto la clases en línea para el próximo curso escolar. Dicho
mayoría de la población mexicana no puede enfrentar en equilibrio estaría en función del perfil de cada licenciatura.
situación de igualdad un estado de excepción como el que * Potenciar el apoyo económico al alumnado que carece de
estamos viviendo. los recursos necesarios para llevar acabo su formación.
Esto que experimentamos a nivel nacional se ve reflejado en * Fomentar el trabajo interdisciplinar y transdisciplinar de
la vida de nuestra Universidad. Lo que al principio contaba los cuerpos académicos, para que a través de los diversos
sobre las situaciones de algunas alumnas o alumnos, es una proyectos de investigación respondan de forma más
muestra de ello. De los 88,935 alumnos que están integral a los problemas de nuestra sociedad.
matriculados actualmente en la UAEM ¿cuántos de ellos se
encuentran viviendo situaciones de vulnerabilidad que les Las sugerencias aquí presentadas tienen la finalidad de orientar
impide seguir las clases en línea? En cuanto al aspecto la mirada de la comunidad universitaria hacia el futuro y de esta
docente ¿cómo puede el profesorado de asignatura forma empezar a responder la pregunta que titula la presente
desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje reflexión: y después del COVID-19 ¿qué necesitamos hacer para
significativos ante las avalanchas de actividades e informes responder a los retos que plantea la “nueva normalidad”?
que genera el trabajo en línea?
Referencias:
Cf. Organización Mundial de la Salud (OMS), “Los nombres de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y del virus que la
causa”, https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/technical-guidance/naming-the-
coronavirus-disease-(covid-2019)-and-the-virus-that-causes-it, [consulta: 14/05/2020].
Cf. Real Academia Española, “Diccionario de la lengua española”, virus, de lat. veneno. https://dle.rae.es/virus, [consulta:
14/05/2020].
Cf. Navid Mamoon y Gabriel Rasskin, Carnegie Mellon University, https://www.covidvisualizer.com/, [consulta: 14/05/2020].
Cf. Iván Gutiérrez, 23/04/2020, “Covid-19 y la nueva etapa de la guerra sucia en México”,
https://plexmx.info/2020/04/23/covid-19-y-la-nueva-etapa-de-la-guerra-sucia-en-mexico/, [consulta: 14/05/2020].
Real Academia Española, “Diccionario de la lengua española”, angustia, de lat. angostura. https://dle.rae.es/angustia. [consulta:
15/05/2020]. https://dle.rae.es/angustia?m=form, fecha de consulta: 15/05/2020.
La universidad en el futuro
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