Jurisprudencia Niños Wuaraos JOHIRA TORO
Jurisprudencia Niños Wuaraos JOHIRA TORO
Jurisprudencia Niños Wuaraos JOHIRA TORO
ÍNDICE
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
CUARTO
QUINTO
SEXTO
CONTENIDO
SALA CONSTITUCIONAL
Exp. N° 09-1440
Armando J. Marín S. 1
un n.W., cuya identidad se omite de conformidad con lo establecido en el artículo
65 de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, contra la
decisión dictada, el 23 de noviembre de 2009, por la “Jurisdicción Especial
Indígena”, mediante la cual se condenó al quejoso a cumplir la pena de veinte (20)
años de prisión por la comisión del “delito de homicidio intencional”, y la dictada, el
2 de diciembre de 2009, por el Juzgado Segundo de Control de la Sección Penal de
Adolescentes del Circuito Judicial Penal del Estado D.A., que revisó, conforme al
contenido del artículo 134 de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas,
la decisión emanada de la referida jurisdicción especial.
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El 2 de julio de 2010, los representantes del Ministerio Público pidieron que se
admitiera la presente acción y se acordara la medida cautelar solicitada.
Armando J. Marín S. 3
Gladys María Gutiérrez Alvarado; ratificándose en su condición de ponente a la
Magistrada Doctora C.Z.d.M., quien con tal carácter suscribe la presente decisión.
El 30 de marzo de 2011, los abogados J.A.M., A.B., L.C.P., J.L.C. y L.Q.R., adscritos
a la Dirección General de Servicios Jurídicos de la Defensoría del Pueblo,
manifestaron “…su interés legítimo para intervenir y obrar procesalmente en la
Acción de A.C.”.
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El 28 de junio de 2011, la antropóloga L.M., quien es testigo experto en el caso bajo
estudio, consignó un informe socio antropológico de la Comunidad Indígena Warao,
en el cual se desarrollan “…aspectos relevantes de la cultura de este pueblo
indígena, con especial énfasis en los aspectos de su organización social, política y
jurídica”.
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de la presencia de los abogados L.C. y J.L., en representación de la Defensoría del
Pueblo; de la misma manera, se dejó constancia de la presencia de los ciudadanos
Antropóloga B.E., Antropóloga L.C.M., Antropólogo W.W., Abogado J.Á. y Abogado
S.L.O., quienes fueron designados por esta Sala Constitucional como testigos
expertos. Finalmente, se deja constancia de la presencia de los abogados
Tutankamen Hernández y N.C. en representación del Ministerio Público. Se les
concedió el derecho de palabra a los abogados Clarense D.R.P. y E.E.M.B., en
representación del accionante, quienes expusieron sus alegatos con relación a la
acción de amparo interpuesta. Acto seguido, se le concedió el derecho de palabra
a la abogada L.C., en representación de la Defensoría del Pueblo. Finalmente, se
le concedió el derecho de palabra al abogado N.C., en representación del Ministerio
Público. En este momento, la Sala solicitó al Secretario que llamara al estrado a los
ciudadanos Antropóloga B.E., Antropóloga L.C.M., Antropólogo W.W., Abogado J.Á.
y Abogado S.L.O., para ser juramentados e hicieran uso del derecho de palabra
para exponer lo atinente a sus conocimientos científicos, sobre el sistema social
punitivo y sistema político de la comunidad indígena Warao, así como sus
estructuras institucionales, costumbres y la forma de represión de los delitos y faltas
cometidos por sus miembros en su territorio. Las Magistradas Doctoras L.E.M.L. y
C.Z.d.M. realizaron preguntas a la respectiva representación de la parte accionante,
testigos expertos y a la Diputada del Parlamento Latinoamericano, indígena D.H.Y.,
quien también presenció el acto, las cuales fueron debidamente respondidas. En
ese misma oportunidad, se declaró con lugar la acción de a.c. interpuesta; se
anularon las dos decisiones adversadas con el amparo y se ordenó la inmediata
l.d.n.W. condenado, para lo cual se le informó al respectivo Juzgado de Ejecución
librara la boleta de excarcelación. En tal sentido, la Sala libró los oficios números
11-049 y 11-050, dirigidos al Presidente del Circuito Judicial Penal del Estado D.A.
y al Juez encargado del Juzgado de Ejecución, de la Sección de Responsabilidad
Penal del Adolescente, del mismo Circuito Judicial Penal, respectivamente, a fin de
que se cumpliera lo ordenado.
Efectuada la lectura del expediente, pasa la Sala a decidir previas las siguientes
consideraciones:
Fundamento de la acción
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ciudadanos Caciques: PRESENTE AVILA (sic), titular de la cédula de identidad N°
V-952834, su Secretario SANTIAGO MORALEDA, titular de la Cédula de Identidad
Nro. V-5234676 y el Cacique de la Comunidad de Bonoina, Municipio A.D., y S.T.M.,
titular de la cédula de Identidad N° V- 21675719, Cacique de la Comunidad S.R.d.A.,
Municipio A.D., y del Tribunal Segundo de Control Sección Penal de Adolescente
del Circuito Judicial Penal del Estado Delata Amacuro a cargo de la Juez (sic)
D.E.L.C., a quienes señalamos como agraviantes, siendo sus domicilios procesales,
las comunidades en las cuales se desempeñan como Caciques up supra señaladas,
pertenecientes al Municipio A.D.d.E.D.A., y la Avenida Guasima, Municipio
Tucupita, Estado D.A., Zona Postal 6401, Edificio del Circuito Judicial Penal del
Estado D.A., Primer piso (…), lugar donde pueden ser localizados.-
(…)
(…)
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que tiene todo ciudadano venezolano, el cual está estipulado en el Artículo 43 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y por consiguiente al ser
este un delito de orden público previsto y sancionado en el artículo 405 de nuestro
Código Penal Venezolano Vigente, lo más ajustado a derecho era que si los hechos
ocurrieron en fecha 19/09/2009 al conocer y observar el Tribunal Segundo de
Primera Instancia en Función de Control para el Sistema de Responsabilidad Penal
del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado D.A., que no se trataba de
una flagrancia, por lógica procedimental y jurídica tenía que instar a la Fiscal del
Ministerio Público, para que se realizara el acto de imputación fiscal, de modo que
de manera subsiguiente prosiguiera con sus investigaciones hasta presentar su acto
conclusivo, y continuar con el procedimiento ordinario; todo ello, como ya dijimos,
en virtud de que la Jurisdicción Especial Indígena no puede hacer justicia cuando
los hechos ocurridos sean incompatibles con los derechos fundamentales
establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los
tratados, pactos y convenciones internacionales suscritos y ratificados por la
República y de conformidad con la presente Ley Orgánica de Pueblos y
comunidades Indígena (sic), así como mucho menos les compete hacer justicia en
los delitos contemplados en el 133 Numeral 3° ejusdem, pues, asimismo lo ratifica
la Ley Orgánica de Pueblos y comunidades Indígena (sic), en su Titulo (sic) referido
a la administración de Justicia en sus Artículos 130, 132 segundo Aparte, y 141
Numeral 1°.
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contundente mala interpretación de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades
Indígenas, que le podría causar un gravamen irreparable a mi defendido de quedar
definitivamente firme la referida sentencia de los Caciques indígenas, y es por ello,
que imploramos justicia por ante la Sala Constitucional, a los fines de que se corrijan
los errores cometidos.
(…)
Otro aspecto que llama la atención es: ¿Porque (sic) conoció Un (sic) Tribunal de
control la inconstitucional Sentencia Definitiva emanada de la Jurisdicción Especial
Indígena, si la decisión constituía ya cosa juzgada?. Es decir, lo lógico sería que si
estaba definitivamente firme la inconstitucional sentencia de la Jurisdicción Especial
Indígena, el tribunal competente para revisar, sería un Tribunal de Ejecución o el
Tribunal Supremo de Justicia, en virtud de haberse vulnerado un derecho humano
fundamental, como lo es el `Derecho a la Vida´ consagrado en nuestro Artículo 43
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con lo
preceptuado en los Artículos 134 Numeral 1°, 2° y 3° y Artículo 135 de la Ley
Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (…).
(…)
Analizando los cuatros Numerales del presente Artículo [Artículo 133 de la Ley
Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas] ya queda suficientemente claro
que las Autoridades Legítimas de la Jurisdicción Especial Indígena solo (sic) van a
conocer dentro del ámbito de todas sus competencias sobre incidencias o conflictos,
controversias y solicitudes; circunstancias estas que en Diccionario de la Real
Academia Española, y en el Diccionario Enciclopédico Larousse, en sus sinónimos
jamás se asemejan a la terminología `Delito´ que es la esencia del caso que nos
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ocupa, como lo es el delito de HOMICIDIO INTENCIONAL, previsto y sancionado
en el artículo 405 del Código Penal Venezolano Vigente, quedando suficientemente
claro que lo han generado tanto las Autoridades Legítimas de la Jurisdicción
Especial Indígena, como el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Función de
Control para el Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente de la
Circunscripción Judicial del Estado D.A., es un verdadero adefesio jurídico, y más
aún cuando dentro de las actas que conforman el expediente no constan las
pruebas esenciales: (Acta Defunción, Protocolo de Autopsia, ectc (sic)…) que de
razones para presumir la comisión del hecho punible que se le quiere acreditar a mi
defendido.-
(…)
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PETITORIO:
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
-Que se aplicó una condena de veinte (20) años de prisión, sin observarse las reglas
del debido proceso, para mayor abundamiento, sin proceso, pues se dio inicio a una
‘Audiencia Especial para oír al Adolescente’, se aplicaron las Reglas de la Audiencia
preliminar, conforme al artículo 574 de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes y, se procedió a imponer una sanción superior a la prevista
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en el artículo 628 ejusdem, con lo cual se configuró los parámetros previstos en el
artículo 268 ibidem.
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latigazos, trabajos forzados o expulsión de la comunidad’; es decir, la aplicada no
es contesta con estos.
-Que, no se explica cómo (sic) un adolescente de doce (12) años puede causarle la
muerte a un adulto de la manera como se describe, considerando las condiciones
socio-antropológicas.
-Es importante resaltar que, la etnia warao, según sus usos y costumbres, cuentan
con una Autoridad Indígena, equivalente a un Fiscal del Ministerio Público que se
denomina, AIDAMO KOBENAJORO; y es el responsable de ejecutar los castigos.
SITUACIÓN ACTUAL
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Tribunal de Ejecución de la Sección Penal de Adolescente, cuya titular, a petición
de la Defensa Pública no ha impuesto la Sentencia, hasta tanto se produzca el fallo
de la Honorable Sala Constitucional; no obstante, la representante Defensorial
solicitó se acordara la practica (sic) del Informe Socio-Antropológico.
DE LA MEDIDA CAUTELAR
(…)
Armando J. Marín S. 14
Igualmente, como dato curioso, se adjuntan dos consultas de datos efectuadas a
través de la página web del C.N.E. en el que aparece una persona fallecida y, la
presunta víctima de la causa principal, allí se observan diferencias, por lo que se
desconoce si efectivamente, existe tal situación (fallecido) en la persona del
ciudadano L.R.…; toda vez que no existe en actas Certificado de Defunción, así
como tampoco otro instrumento que permita concluir en ello. Qué certeza se tiene
de la data de la muerte, y si este evento fuere cierto, como se afirma, pero hubiere
acaecido antes del ocho de agosto de dos mil nueve (08-08-2009), cuando el hoy
adolescente, no alcanzaba edad de imputabilidad. Frente a este escenario, cuál
sería la respuesta de la Jurisdicción Especial y, subsecuentemente, de la ordinaria.
(…)
II
ACTA
Siendo hoy lunes veintitres (sic) (23) de noviembre de dos mil nueve (2009). Hra
(sic) 10:24 a.m. Se constituyó una asamblea en la comunidad indígena de Bonaina
con la presencias de los caciques de diferentes comunidades que conforma, la
parroquia M.R.d.M.A.D. (sic), Estado D.A.. Habiendo hecho previa convocatoria de
manera formal a través de oficio a cada uno de los asistentes. Considerando el
punto que va a someter a consideración de dicha asamblea, era de suma
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importancia a la vez era un arma de doble filo para nuestra generación del (sic)
Relevo.
Dijo, si el infiltrado confesó la verdad de haber matado una persona tiene que recibir
castigo.
Así mismo habló el Cacique de Manacal de y.A.G. (sic) dijo que apoya y pide justicia.
También opinó el cacique de Volcán (sic) de Araguao Angel (sic) Nuñez si el sr (sic),
ultimó (sic) a otro, tiene que recibir la condena, de no ser así otro puede agarrar el
mal ejemplo.
El cacique C.B. dijo y apoya que tiene que entregar a las autoridades.
A.T.: Cacique de Araguabisi manifestó que esa persona que cometió crimen tiene
que recibir el castigo.
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L.P. (sic) dijo si mató uno tiene que recibir la condena.
También tomó la palabra cacique de Muabaina Araguao considera tiene que ser
castigado con todo el peso de la Ley.
E.G. dijo que apoya las demás (sic) opiniones que están (sic) expresando.
Ma (sic) P.G. cacique (sic) de Jominisebe para que las autoridades tomen cartas en
el asunto.
En ese preciso momento que estuvo declarando, todos los que estaban allí se
quedaron en silencio.
Para los presentes esta declaración fue un golpe duro, al final con todo el dolor que
estaba embargando en ambas partes tanto los familiares del difunto y los familiares
del criminal no quedó otra cosa que pronunciar la sentencia de 20 años de prisión.
Avalados (sic) los artículos de la Ley Orgánica (sic) de Pueblos (sic) Indígenas (art:
3 a los efectos legales correspondientes n° 8 y artículos 5 y 18).
Seguidamente, dicha asamblea levantó otra acta donde se plasmó todos los detalles
previos a la celebración de la audiencia así como la decisión tomada en ésta, y se
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anexó al documento que acaba de ser transcrito, con el fin de remitirla a uno de los
órganos jurisdiccionales que integran el Circuito Judicial Penal del Estado D.A.,
haciendo especial énfasis en su imposibilidad de traslado desde las comunidades
hasta la sede física de los Tribunales ordinarios, razón por la cual –señalan-
resolvieron ellos mismos la responsabilidad del presunto hecho punible cometido en
una de sus comunidades.
(…)
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si desea declarar: Manifestando él mismo, a viva voz que si desea declarar. La Juez
(sic) seguidamente pone de manifiesto al Adolescente unos instrumentos,
contentivos de sentencia efectuada por la Asamblea de Caciques de las
Comunidades Indígenas, así como actas respectivas, que lo condenan a cumplir la
pena de 20 años de prisión, por el delito HOMICIDIO en perjuicio de quien en vida
se llamara L.R., y le pregunta a través de su intérprete, si desea decir algo al
respecto, contestando el mismo, una vez traducidas las preguntas por la intérprete:
`Sí lo maté, porque me amenazó primero, porque como él (sic) era malo conmigo,
estábamos tomando le apreté las partes (señalando los genitales) del difunto y la
garganta, de verdad que lo maté, no me acuerdo en que fecha ocurrió eso, el señor
se llamaba L.R., eso fue en la casa de LUCIO, en la comunidad de ATOIBO, el sí
sabe que está sancionado a veinte (20) años de prisión. Es todo´. Acto seguido, la
Ciudadana Jueza pone de manifiesto ante los CACIQUES PRESENTE AVILA (sic)
y S.T., el Instrumento escrito contentivo de Sentencia emitida por las autoridades
indígenas, así como el acta suscrita por los referidos miembros indígenas y los
mismos manifestaron que los documentos eran originales, y el Cacique PRESENTE
AVILA (sic) manifestó que el documento de la Sentencia lo transcribió un hermano.
Se deja constancia que el documento fue suscrito por los caciques de las
comunidades de Bonoina, Siawani, Caboina, Araguabisi, Nakujana, Monacal de
Yarita, Orinanoco, Kayanojo, Jominisebe, Muabaina de Araguao, Muabaina de
Bonoina, Nabasanuka, Barakaro, Volcán de Araguao, así como por los Dibatus
(Agentes Rurales que asistieron a la Asamblea realizada en la Comunidad Indígena
de Bonoina), agente de Siawani, Orinanoko, Borojo Sanuka, Nabasanuka, Suana
kasi, Winikina, Tucupita, Corokoina, Orinanoko I, Orinanoko II Agente Rural
Teolindo, representante; y demás Agentes Rurales, dejándose constancia que no
firmó el Cacique de la comunidad de Atoibo, y que también participó la comunidad
de Muboina. Acto seguido, se le concede el derecho de palabra a la Fiscal Quinta
del Ministerio Público, quien manifestó: “Con el respeto que me merece la sentencia
que consta en autos, habida cuenta que al parecer, se trata de un acto dictado por
las autoridades legítimas, en ejercicio de la Jurisdicción Indígena, reconocida por el
artículo 9 de la Ley Aprobatoria del Convenio 169, de Pueblos Indígenas y Tribales,
el Artículo 260 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y 130
y 132 de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas que consagran el
reconocimiento del Estado sobre la potestad que tienen los pueblos y comunidades
indígenas, a través de sus autoridades legítimas, para tomar decisiones de acuerdo
con su derecho propio y conforme con los procedimientos tradicionales, para
solucionar de forma autónoma y definitiva de las controversias que se susciten entre
sus integrantes, dentro de su hábitat y tierras. Tomando en consideración que de
conformidad con lo dispuesto en el numeral 1 del artículo 134 de la Ley de Pueblos
y Comunidades Indígenas (sic), se trata de una decisión con fuerza de “cosa
juzgada”, por lo que el Estado y los terceros estamos obligados a respetarla y
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acatarla, siempre que no sea incompatible con los derechos fundamentales
establecidos en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
leyes, los tratados, pactos y convenciones internacionales suscritos y ratificados por
la República. Y siendo, que la decisión tomada por este Tribunal Especial Indígena
en fecha 23 de Noviembre de 2009, donde condenó al Adolescente a cumplir
VEINTE (20) AÑOS de PRISION (sic), de tal decisión, me permito hacer la siguiente
consideración: UNICO (sic): Es evidente que la pena impuesta al adolescente
IDENTIDAD OMITIDA, quien solo cuenta con la edad de 12 ó 13 años de edad, es
excesiva y por ello incompatible con lo establecido en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, y en la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, y en los artículos de la Constitución, específicamente,
en los artículos: 19: Que establece el principio de progresividad donde “El Estado
garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin
discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e
interdependiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios
para los órganos del Poder Público de conformidad con esta Constitución, con los
tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la República y con las
leyes que los desarrollen”. El artículo 24 de la misma constitución establece: el
Principio in dubio pro reo “…Cuando haya dudas se aplicará la norma que beneficie
al reo o a la rea”. Y establece el artículo 44: que la libertad personal es inviolable,
en consecuencia: se establece en su numeral 3° la pena no puede trascender de la
persona condenada. Y en relación al artículo de la LOPNNA es incompatible con lo
establecido en el artículo 628 de la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, por cuanto el referido artículo establece en el “Artículo 628 Parágrafo
Primero: La privación de libertad es una medida sujeta a los principios de
excepcionalidad y de respeto a la condición peculiar de persona en desarrollo. En
caso de adolescente que tengan catorce años o más, su duración no podrá ser
menor de un (1) año ni mayor de cinco (5) años. En caso de adolescentes de menos
de catorce años, su duración no podrá ser menor de seis (6) meses ni mayor de dos
(2) años. En ningún caso podrá imponerse al adolescente un lapso de privación de
libertad mayor al límite mínimo de pena establecido en la Ley penal para el hecho
punible correspondiente…”. Por consiguiente, considero que lo pertinente sería
revisar la referida decisión mediante el recurso (sic) de amparo ante la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, a que se refiere el artículo 135 de
la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, el cual me reservo el
derecho de ejercer y fundamentar oportunamente. En relación con el artículo (sic)
1, 2 y 9 de la Ley Orgánica sobre Derechos y Garantías Constitucionales. No
obstante, en el entendido que de acuerdo con lo previsto en el numeral 2 del artículo
134 de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, debe la Jurisdicción
Ordinaria prestar apoyo y colaboración a la Jurisdicción Indígena en lo relativo a la
investigación, juzgamiento y ejecución de sus decisiones, considero pertinente que
Armando J. Marín S. 20
mientras esa decisión no sea revisada por la instancia jurisdiccional competente, se
remitan las actuaciones al Tribunal de Ejecución, sección Adolescentes de este
Circuito Judicial Penal, para que inicie la ejecución de la sanción y se recluya al
adolescente al Centro de Internamiento de adolescentes `Casa de Formación
Integral Varones, hasta tanto se tenga una Sentencia Definitiva por parte del
Tribunal Supremo de Justicia. Asimismo solicito copia certificada del Expediente. Es
todo´.
Armando J. Marín S. 21
por otra parte, esta Defensa, en cuanto a la Sanción que pudiera devenir, esta si
pudiera ejecutarse, considerando lo estipulado en la Ley Especial Orgánica de
Pueblos y Comunidades Indígenas en su artículo 141 que establece sobre el
Juzgamiento Penal de los Indígenas, el cual establece que en los procesos penales
que juzguen a indígenas, se respetarán las siguientes reglas, específicamente en
cuanto al numeral 2°, los Jueces al momento de dictar sentencia definitiva o
cualquier medida preventiva deberán considerar las condiciones socio económicas
o culturales de los indígenas, se debe regir por los principios de justicia y equidad,
deberá establecerse penas distintas al encarcelamiento, que permitan la reinserción
de los indígenas a su medio socio –cultural, esto es lo que establece la ley con
respecto a lo que atañe a mi defendido, por lo tanto esta sentencia discrepa
conforme al artículo 260 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, existe una contradicción de la Ley, se contraviene la Ley Orgánica de
pueblos y comunidades indígenas (sic), se contraviene la Constitución. En cuanto a
la vía de consulta solicitada por la Fiscal del Ministerio Público, como lo es la vía del
amparo, solicito que antes que irse a la vía extraordinaria de la consulta,
dependiendo de la decisión que acate este Tribunal, se observe la decisión emitida
por este Tribunal. Se observe la sanción impuesta al adolescente y se informe a los
caciques a los fines de que tengan conocimiento debido a sus conocimientos
ancestrales. Es todo´.
(…)
Es por ello que se estima prudente destacar que ha sido presentada una Sentencia
emanada de la Etnia Warao, dictada y suscrita por sus autoridades los Caciques de
las Comunidades de COROKOINA, MUABAINA, BONOINA, VOLCAN DE
ARAGUAO, BARAKARO ARAGUABISI, COBOINA, MANACAL DE YARITA
ATOIBO, ORINANOKO I, ORINANOKO II, KAYANAJO, MUABANA DE ARAGUAO,
NABASANUKA, JOMINISEBE, SIAWANI I, SIAWANI II, COCAL, BOROJO
SANUKA, J.K. y MOBOINA por la comisión del delito de Homicidio Intencional, en
perjuicio del indígena L.R., Cédula de Identidad Número 7.884.887, de edad (sic),
consagrado tanto en la Legislación Penal Venezolana, en su artículo 405 del Código
Penal como en los usos y costumbres ancestrales de dicha comunidad y así ha sido
invocado en su sentencia.
(…)
Armando J. Marín S. 22
Esta competencia material para conocer los asuntos ancestralmente juzgados les
ha sido asignada a dicha comunidad, en franco impulso constitucional de los modos,
fórmulas y racionalización del derecho indígena; siendo que en el caso de marras
no se encuentra incluido dentro de las materias excluidas en forma expresa, a saber:
delitos contra la seguridad e integridad de la Nación, delitos de corrupción o contra
el patrimonio público, ilícitos aduaneros, tráfico ilícito de sustancias psicotrópicas y
estupefacientes, y tráfico ilícito de armas de fuego, delitos cometidos con el
concierto o concurrencia de manera organizada de varias personas y los crímenes
internacionales: el genocidio, lesa humanidad, crímenes de guerra y crímenes de
agresión”; por haber sido reservadas por el Legislador Nacional como competencias
exclusivas de los órganos jurisdiccionales ordinarios y especiales según sus casos
tal como lo determina el artículo 11, del Código Orgánico Procesal Penal, siendo
excepción legal sobre la titularidad de la acción y el derecho de administración de
justicia que corresponde a los ciudadanos y ciudadanas y por tanto los ciudadanos
de las etnias indígenas. Habiendo sido investigado y juzgado el hecho punible, por
la jurisdicción indígena en ejercicio de su acción como sociedad protagónica, de
conjugación del derecho de acuerdo a los principios democráticos, contenidos en la
exposición de motivos y en el preámbulo de la Constitución, que los derechos
humanos fundamentales han sido preservados por las autoridades investidas para
la actividad jurisdiccional, en la persona de los Caciques de las diversas
comunidades actuantes, y que esta es una acción ejemplar de enfrentar los
conflictos y de administrar justicia, sin precedente alguno en Venezuela puesto que
ahora si existe un cuerpo de leyes que le da las herramientas necesarias tanto a los
representantes de la justicia formal penal, como a los indígenas, en consecuencia
en modo alguno este tribunal podrá soslayar dicha sentencia, reconociendo que la
misma fue dictada por autoridades legítimas, según la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y La Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas,
conforme a los usos y costumbres ancestralmente aceptados por los dichos pueblos
y/o minorías.
Por todos los razonamientos expuestos y los alegatos explanados en esta audiencia
especial este Tribunal Segundo de Primera Instancia en funciones de Control de la
Sección de Responsabilidad Penal de Adolescentes en nombre de la República
Bolivariana y por autoridad de la Ley acuerda: Primero: Vista la Sentencia dictada
por las autoridades indígenas de conformidad con el artículo 260 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, en la cual condena al adolescente
IDENTIDAD OMITIDA, a cumplir la sanción de 20 años de privación de libertad, por
el delito HOMICIDIO en perjuicio de quien en vida se llamara L.R., que la misma ha
quedado firme de acuerdo a las leyes usos y costumbres de las comunidades
waraos asentadas en un instrumento Sentencia presentado ante este Tribunal se
respeta y reconoce esta sentencia. Segundo: Oído el adolescente y garantizado el
Armando J. Marín S. 23
derecho a ser oído mediante solicitud efectuada ante la Fiscalía Quinta del
Ministerio Público, por las autoridades indígenas, del cual hizo uso, en los términos
de la audiencia, y de acuerdo a la convención de los derechos del niño y
adolescentes (sic) y las disposiciones sobre protección integral e interés superior
del adolescente es menester dar cumplimiento a la sentencia, con las garantías
integrales de dignidad según el sistema de responsabilidad penal del adolescente,
y a que de acuerdo al requerimiento de ejecución de la sentencia por parte de la
etnia warao de conformidad con el artículo 134 numeral 2 de la Ley Orgánica de
Pueblos y Comunidades Indígenas se ordena el ingreso del adolescente
IDENTIDAD OMITIDA, a permanecer en la Casa Taller para Varones de ésta
Ciudad, donde permanecerá recluido a la orden del Tribunal de Ejecución
competente de este Circuito Judicial Penal donde deberá permanecer de
conformidad con el artículo 141 numeral 3 de la Ley de Pueblos y Comunidades
Indígenas (sic) en forma separada o espacio especial de reclusión para el mismo.
Tercero: Remítase el detenido junto con la causa aperturada y las actuaciones a los
fines de que se inicie el cumplimiento de la misma conforme a los principios y
garantías consagradas en la Ley Orgánica para la Protección de Niño, Niña y
Adolescente, al Tribunal de Ejecución de la Sección de Responsabilidad Penal de
Adolescentes de esta Jurisdicción. Cuarto: Se ordena la remisión del Expediente
YP01-D-2009-000100 al Tribunal de Ejecución, vencido que sea el lapso para el
ejercicio del recurso de apelación. Las Partes están notificadas de la presente
decisión. Publíquese, regístrese, déjese copia certificada. Cúmplase.
III
La Defensoría del Pueblo, representada por los abogados J.A.M., A.B., L.C.P.,
J.L.C. y L.Q.R., alegó en la audiencia constitucional celebrada ante este Alto
Tribunal, así como en un escrito que consignó en dicha audiencia, lo siguiente:
Que “…se evidencia el compromiso establecido en nuestra carta magna (sic), para
respetar y materializar el desarrollo libre y digno de todos y cada uno de los
individuos (sic) de la sociedad, creando las condiciones necesarias de bienestar y
bien común para vivir con justicia, en paz y armonía. Todos estos elementos, sin
lugar a duda, califican al Estado venezolano como Democrático y Social de Derecho
y de Justicia”.
Que “…el Comité de los Derechos del niño en su 44° período de sesiones llevado a
cabo en Ginebra en el mes de enero de 2007… [señaló que] los Estados partes
deben contemplar un conjunto de alternativas eficaces para dar cumplimiento a la
obligación que les incumbe en virtud de esa disposición de utilizar la privación de
Armando J. Marín S. 24
libertad tan sólo como medida de último recurso. La adopción de las mencionadas
alternativas deberá estructurarse cuidadosamente para reducir también el recurso
a la prisión preventiva. Y no ‘ampliar la red’ de menores condenados”.
Que “…el Comité de los Derechos del Niño, en el 50° período de sesiones llevado
a cabo en el año 2009, específicamente en su observación general N° 11, al tratar
el tema de los niños indígenas y sus derechos en virtud de la Convención, se
pronunció entre otros puntos sobre la justicia juvenil, observando con preocupación
que el índice de encarcelamiento de niños indígenas suele ser
desproporcionadamente alto y que en algunos casos puede atribuirse a
discriminación sistemática en el sistema judicial o en la sociedad…los Estados
deberán tomar medidas con respecto a los niños de quienes se alegue que han
infringido esas leyes, sin recurrir a procedimientos judiciales, siempre que sea
apropiado, ya que el encarcelamiento o la prisión de un niño no debería utilizarse
más (sic) que como último recurso”.
Que “…la sentencia dictada por (sic) el 23 de noviembre de 2009, por la Jurisdicción
Especial Indígena del Estado D.A. a cargo de los Caciques de la Parroquia M.R. y
en contra de la decisión de fecha 02 de diciembre de 2009 dictada por el Tribunal
Segundo de Control de la Sección Penal de Adolescentes del Circuito Judicial Penal
del Estado D.A.; colide con diversas normas constitucionales que consagran
derechos humanos a favor de los niños, niñas y adolescentes”.
IV
Que “[b]asta analizar el contenido del artículo 119 de nuestra Constitución Patria,
para entender lo esbozado: el Estado Venezolano con esta disposición, pone fin a
la mora que existía entre las autoridades y los distintos pueblos indígenas con
presencia en el territorio nacional, al reconocer su existencia, y todo modo de
organización social, política y económica que propenda a su estabilidad como
comunidad fundadora y originaria”.
Que “…el Estado reconoce la conformación de todo aparataje ideológico que han
venido desarrollando y manteniendo en el tiempo nuestros ancestros indígenas,
dándole tinte de integridad jurídica a sus formas de conformación social, a sus bases
políticas preexistentes, a sus creencias y culturas, a las formas económicas de
subsistencia y al régimen legal que regula sus formas de comportamiento dentro y
fuera de su hábitat”.
Armando J. Marín S. 26
siempre que, ese juzgamiento y en los distintos Tratados, Convenios y Pactos
Internacionales debidamente ratificados por la República”.
Que “[a]l hacer un análisis del procedimiento investigativo desplegado por las
autoridades legítimas de la Jurisdicción Especial Indígena con ocasión del
fallecimiento de L.R., se observa prima facie, que durante su desarrollo se
respetaron y acataron las directrices que abonan lo que el legislador ha denominado
como el derecho propio (Artículo 130 de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades
Indígenas) y que comprende la potestad que tienen los pueblos indígenas, de
aplicar dentro de su hábitat y tierras, las disposiciones de justicia que con
fundamento en la conciliación, el dialogo (sic), la compensación y la reparación del
daño, vengan a resolver efectivamente y en apego fiel e irrestricto a sus culturas y
necesidades sociales, las controversias planteadas”.
Que “…se hace un juzgamiento apresurado, en cuyo andar se trastocan las bases
del derecho (sic) a la defensa y del debido proceso. Sin mayor énfasis sirvió de un
Armando J. Marín S. 27
todo la declaración que rindiese el adolescente…, sin el cumplimiento y resguardo
efectivo de las mínimas garantías procesales, para que las autoridades legitimadas
impusieran la sanción que a su libre arbitrio era la prudente, con el pretexto de evitar
que tal actuación se convirtiera en un mal precedente y presagio nefasto que
pudiese ser adoptado por los demás niños y adolescentes”.
Que “…al someter al adolescente…a cumplir una sanción de veinte (20) años, se
trastoca flagrantemente el contenido del artículo 628 de la Ley Orgánica Para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. A esta decisión se arriba en franca
aplicación del Interés Superior del Niño, como Principio de Interpretación exclusivo
de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes”.
Armando J. Marín S. 28
en consideración que se trata de indígena menor que fue condenado a 20 años de
prisión por comunidad indígena”.
En tal sentido, esta Sala observa la imposibilidad material de atender la solicitud del
Defensor Público efectuada un día antes de la celebración de la audiencia oral, de
que se traslade el niño de autos a la sede de este Alto Tribunal para que esté
presente en la misma, por cuanto el quejoso de autos se encontraba recluido en la
Casa de Formación Integral de Varones de Tucupita, ubicada en el Estado D.A., a
la orden del Juzgado de Ejecución de la Sección de Responsabilidad Penal del
Adolescente del Circuito Judicial Penal de ese mismo Estado, lo que implicaba
necesariamente una tramitación organizada y coordinada, con la custodia inherente
al caso y el apoyo de los organismos competentes, para efectuar el traslado.
Además, la Sala precisa que, si bien es cierto que de conformidad con los artículos
12 de la Ley Aprobatoria de la Convención de los Derechos del Niño, 8 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, y 23 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, debe oírse la opinión del niño en aquellos
casos que afecten sus derechos e intereses, puesto que es un derecho fundamental
de los niños, niñas y adolescentes que sean escuchados en todos los juicios que
los afecten directa o indirectamente (vid. sentencia N°900/2008, caso: J.A.C.); en el
caso sub iudice, consta en el expediente que el niño fue debidamente oído durante
su juzgamiento por haber personalmente declarado ante el Tribunal Indígena
constituido en la comunidad indígena Bonoina de la Parroquia M.R.M.A.D.d.E.D.A.
(folio 32 del expediente) y en el Juzgado Segundo de Control de la Sección de
Responsabilidad Penal del Adolescente del Circuito Judicial Penal del mismo
Estado, asistido de un Defensor Público y con la presencia de un intérprete del
idioma warao (folios 46 al 57 del expediente); por lo que la Sala niega por
innecesaria la solicitud del Defensor Público sobre el traslado del quejoso de autos.
Así se declara.
Armando J. Marín S. 29
Circuito Judicial Penal, por cuanto estaba integrado nada más con la Trabajadora
Social.
Dilucidado lo anterior, la Sala observa que la acción de a.c. fue interpuesta contra
la decisión dictada, el 23 de noviembre de 2009, por la “Jurisdicción Especial
Indígena”, mediante la cual se condenó al niño indígena Warao a cumplir la pena
de veinte (20) años de prisión por la comisión del delito de homicidio intencional, y
la decisión dictada el 2 de diciembre de 2009, por el Tribunal Segundo de Control
de la Sección Penal de Adolescentes del Circuito Judicial Penal del Estado D.A.,
que revisó, conforme al contenido del artículo 134 de la Ley Orgánica de Pueblos y
Comunidades Indígenas, la decisión emanada de la referida “Jurisdicción Especial
Indígena”.
Armando J. Marín S. 30
que se desconoce el tiempo que estuvo el niño privado de libertad durante su
juzgamiento y a cargo de quién; además de que la comunidad indígena Warao
cuenta con una autoridad que se denomina “AIDAMO KOBENAJORO”, responsable
de ejecutar los castigos.
Con tales argumentos solicitó la Defensa Pública que, a través del amparo, se
decretara la nulidad de las dos decisiones judiciales dictadas, tanto en la
“Jurisdicción Especial Indígena” como en el Juzgado Segundo de Control de la
Sección Penal del Adolescente del Circuito Judicial Penal del Estado D.A..
Armando J. Marín S. 31
En el año 2007, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprueba la
Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas reconociendo los
derechos humanos colectivos de los pueblos indígenas. Mucho antes, en el año
1957, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) había reconocido los
derechos colectivos de los pueblos originarios en el Convenio No 169 sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en Países independientes; así como también, otros
instrumentos normativos como el Convenio Constitutivo del Fondo para el
Desarrollo de los Pueblos Indígenas de A.L. y el Caribe; y la Declaración Universal
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Cabe señalar que en el año 1999, la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, rompiendo los viejos
paradigmas, reconoció los derechos indígenas como derechos humanos colectivos
y a los pueblos y comunidades indígenas como sus titulares. Posteriormente, las
Constituciones de las Repúblicas de Ecuador (2008) y de la República de Bolivia
(2009) recogieron dicha normativa.
Armando J. Marín S. 32
Sucre y Bolívar (3 % entre ambos) y los demás estados (2 %). Fuera del Delta, los
Warao viven, mitad en comunidades tradicionales y mitad en áreas urbanas.
Considerando que la evolución del derecho internacional desde 1957 y los cambios
sobrevenidos en la situación de los pueblos indígenas y tribales en todas las
regiones del mundo hace aconsejable adoptar nuevas normas internacionales en la
materia, a fin de eliminar la orientación hacia la asimilación de la normas anteriores;
Observando que en muchas partes del mundo esos pueblos no pueden gozar de
los derechos humanos fundamentales en el mismo grado que el resto de la
población de los Estados en que viven y que sus leyes, valores, costumbres y
perspectivas han sufrido una erosión;
Armando J. Marín S. 33
Que promuevan la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y
culturales de esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus
costumbres y tradiciones, y sus instituciones;
Así pues, con el referido Convenio No. 169 de la OIT, el Derecho Internacional
acoge la normativa originaria y autónoma de los pueblos indígenas,
reconociéndoles derechos humanos colectivos a sus comunidades autónomas,
sirviendo ello de precedente normativo para muchos países, sobre todo los
latinoamericanos.
Armando J. Marín S. 34
A modo de ejemplo, no se puede desconocer, a los efectos de emitir el
pronunciamiento en la presente acción de amparo, la apreciación de la realidad que
tienen los indígenas Warao, a partir de su cultura, religión y cosmovisión. En este
sentido, se aprecia del Informe socio antropológico, elaborado por la Antropóloga
L.M., y cursante en autos, que:
Para los Warao el mundo está en un eterno y delicado equilibrio entre el hombre,
la naturaleza y los seres sobrenaturales (Heinen, 1988: 664). Razones por las que
se hace imperioso el actuar constante para restablecer este equilibrio. Así a cada
acción de interferencia del hombre sobre la naturaleza corresponde una
compensación. Y los seres sobrenaturales requieren que se les aplaque con
ofrendas y cualquier disturbio de orden social requiere su kuanobe, o su
recompensa.
(…)
Dentro de esta mirada Warao, (…), se piensa que el mundo está constituido por
diferentes seres (arao) que representan las diferentes especies de la flora y la fauna
etc. Y en él residen, los seres sobrenaturales que en sí mismos constituyen sus
“propios mundos” pero que también forman parte de este de una forma muy real.
(…)
Los Warao tradicionalmente son seres no violentos y las normas que estas
“madres” inculcan a sus respectivas familias en macro, aparte de ser claras y
sencillas, son reglas dirigidas a evitar la violencia, entendiendo esta como todo
aquello que conlleve la eliminación de un ser. Sin embargo, para muchos seres es
Armando J. Marín S. 35
preciso cazar para sobrevivir, por ello, las normas permiten la cacería, siempre y
cuando que esta no se de entre miembros de la misma familia, algo que está
prohibido y no es aceptado. Cada familia es consciente de esta ley, y a pesar de
que la aceptan, cada “madre” instruirá a su “prole” para que eviten ser víctimas de
un depredador de otra familia.
El warao educa a sus hijos para que sea trabajador, para que respete a los
ancianos, a los suegros, para que tenga conuco, que sepa buscar comida. Un warao
trabajador no se muere de hambre. Un papá warao educa al hijo, lo corrige, a veces
con palos de mamure. Un warao de ocho o nueve años, antes de ir a la escuela ya
ha sido educado por su papá.
Se educa para ser un buen warao, respetuoso, adaptado para vivir en su tierra.
Decían los abuelos que hay que portarse bien con todos los warao, con las
plantas, con los animales, de esto depende la salud, se aprende a no destruir la
naturaleza, son enseñanzas de conservación, de salud, de buenas relaciones.
Cuando el wisiratu toca la maraca, especifica el espíritu del árbol al que no se le
pidió permiso para pasar.
Solidaridad,
Aprecio al conocimiento,
Amor al trabajo,
Valentía y Hospitalidad.
Armando J. Marín S. 37
El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su
organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas
y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que
ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y
garantizar sus formas de vida…
Es decir, la propia Constitución hace énfasis en las reglas que se han de seguir
para la armonización de los dos sistemas jurídicos: 1) el derecho originario indígena
se aplica: a) dentro del hábitat, b) con base en sus tradiciones ancestrales, y c) a
los integrantes de su comunidad; y 2) el alcance de derecho originario indígena se
limita en el caso de contrariar la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, la ley y el orden público. Con una aclaratoria adicional y es el derecho
a la participación política de los pueblos indígenas consagrados en el artículo 125
constitucional; y en razón de la cual el Estado garantiza la participación indígena en
la Asamblea Nacional y en los cuerpos deliberantes en la entidades federales y
locales con población indígena.
Armando J. Marín S. 38
Los pueblos indígenas, como culturas de raíces ancestrales, forman parte de la
Nación, del Estado y del pueblo venezolano, como único, soberano e indivisible. De
conformidad con esta Constitución tiene el deber de salvaguardar la integridad y
soberanía nacional.
Tales premisas constitucionales deben ser tomadas en cuenta por esta Sala
Constitucional, y con carácter vinculante para todos los Tribunales de la República,
a los fines de adoptar sus decisiones en resguardo de las costumbres ancestrales
de los pueblos indígenas ubicados en el territorio nacional.
De este modo, la ejecución del derecho propio de los pueblos indígenas no puede
ser incompatible con los derechos fundamentales definidos en el ordenamiento
jurídico constitucional, por lo que ha resultado necesaria una coordinación jurídica
entre los dos sistemas normativos, todo ello en razón de que la vigilancia por el
Armando J. Marín S. 39
respeto de los derechos humanos le compete al Estado a través de sus distintos
Poderes Públicos. Ejemplo de ello, es que el reconocimiento de los pueblos
indígenas, así como la existencia de su derecho, también es de la competencia del
Poder Nacional como lo estableció la Sala en la sentencia N° 597, del 26 de abril
de 2011, caso: C.B.M. y otros, en los siguientes términos:
(…)
Armando J. Marín S. 40
territorios ocupados por ellos (…)”; o el artículo 166 que dispone que “En cada
Estado se creará un C.d.P. y Coordinación de Políticas Públicas, presidido por el
Gobernador o Gobernadora e integrado por los Alcaldes o Alcaldesas, los directores
o directoras estadales de los ministerios; y una representación de los legisladores
elegidos o legisladoras elegidas por el Estado a la Asamblea Nacional, del C.L., de
los concejales o concejalas y de las comunidades organizadas, incluyendo las
indígenas donde las hubiere. El mismo funcionará y se organizará de acuerdo con
lo que determine la ley”, entre otros artículos como el 169 y 181, respecto a la
organización del régimen de gobierno y administración local que corresponde a los
municipios con población indígena y la exclusión de las tierras correspondientes a
las comunidades y pueblos indígenas de la calidad de ejidos.
Además, la Sala destaca que la coordinación que debe existir entre la Jurisdicción
Especial Indígena y el derecho estatal, debe atender al principio de legalidad, como
lo señala literalmente el artículo 260 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, por lo que la coordinación de los distintos sistemas jurídicos es de
reserva legal, ya que la ley es el único instrumento jurídico que desarrolla esa
coordinación (Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, entre otras), sin menoscabo de
que la Sala Constitucional, como máxima y última intérprete de la Constitución,
complemente los vacíos legales o legislativos, en el ejercicio de la jurisdicción
Armando J. Marín S. 41
normativa que tiene atribuida la Sala Constitucional (véase la sentencia de esta Sala
N° 1325 del 4 de agosto de 2011).
(…)
Armando J. Marín S. 42
administrativa, funcionarios del gobierno incompetentes, la utilización de la mano de
obra Warao, la introducción de salarios y monetarización de la economía y de
principios criollos que causan una suerte de desintegración cultural.
Pero es a partir del siglo XX y desde hace un poco más de noventa años, que el
p.W. se enfrenta a incesantes y profundas fuentes de cambios culturales y sociales,
representadas por las misiones religiosas en un primer momento, y luego por la
sociedad criolla local y nacional. Y como consecuencia de todo, la desintegración
de una cultura indígena.
Aunque desde hace muchos años la sociedad Warao ha tenido relación directa
con la sociedad Criolla o Nacional, sobre todo al integrarse, en algunas tareas, a la
vida económica nacional, los Warao han logrado mantener y difundir los valores
fundamentales de su cultura y preservar su autonomía como grupo indígena. Si bien
es cierto que en la actualidad los jóvenes Warao, parecieran preferir el trabajo
asalariado en los aserraderos o desarrollar actividades agrícolas no tradicionales,
en participar en la explotación industrial del palmito y en asumir cargos públicos en
calidad de maestros y enfermeros, creando una dependencia con los sectores
criollos.
Armando J. Marín S. 43
negativamente tanto en la transmisión del saber cultural propio de cada grupo, como
en la construcción de las identidades principalmente en contextos urbanos y
peri/urbanos.
En el caso sub iudice, la defensa pública penal del legitimado activo intentó la
presente acción de a.c. contra dos decisiones, a saber: la dictada, el 23 de
noviembre de 2009, por la “Jurisdicción Especial Indígena”, mediante la cual
condenó al niño indígena Warao a cumplir la pena de veinte (20) años de prisión
por la comisión del delito de homicidio intencional, y la dictada, el 2 de diciembre de
2009, por el Tribunal Segundo de Control de la Sección Penal de Adolescentes del
Circuito Judicial Penal del Estado D.A., que revisó, conforme al contenido del
artículo 134 de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, la decisión
emanada de la referida jurisdicción especial, ordenando su ejecución.
Armando J. Marín S. 44
personal, por tratarse el sujeto activo –así como el pasivo- de un integrante de la
Comunidad Indígena Warao; y con el criterio de competencia material, que se refiere
a que “[l]as autoridades legítimas tendrán competencia para conocer y decidir sobre
cualquier conflicto o solicitud, independientemente de la materia [de] que se trate.
Se exceptúa de esta competencia material, los delitos contra la seguridad e
integridad de la Nación, delitos de corrupción o contra el patrimonio público, ilícitos
aduaneros, tráfico ilícito de sustancias psicotrópicas y estupefacientes y tráfico de
armas de fuego, delitos cometidos con el concierto o concurrencia de manera
organizada de varias personas y los crímenes internacionales: el genocidio, lesa
humanidad, crímenes de guerra y crímenes de agresión”.
Preliminarmente, visto que el amparo de autos fue interpuesto por el defensor del
ciudadano C.E.R.V., quien es indígena, perteneciente a la “Comunidad Indígena
Chaima”, y fue imputado por la presunta comisión de los delitos de violencia física
y amenaza en perjuicio de la ciudadana Emereida del Valle Faría Sabolla (no
indígena), esta Sala estima pertinente efectuar las siguientes consideraciones:
(…)
Ello así, la Sala considera que [las] disposiciones legales vigentes en Venezuela
deben ser aplicadas por las autoridades del Estado venezolano, pues constituyen
inequívocamente el reconocimiento y existencia de la Jurisdicción Especial
Indígena, regida por sus tradiciones ancestrales y propias respecto de los miembros
de sus comunidades, debiendo entenderse actualmente esta jurisdicción no desde
el punto de vista formal, tal y como está estructurado el ordenamiento jurídico y
jurisdiccional ordinario, sino como un conjunto de tradiciones y pautas étnico-
Armando J. Marín S. 45
culturales que lo rigen y que no han sido creadas por las leyes venezolanas ni
internacionales, sino que por el contrario, han sido reconocidas por éstas. Son de
esta manera, normas consuetudinarias que coexisten con el ordenamiento jurídico
formal, y que tienen regulaciones para su aplicación, amén de dicha convivencia
jurídico legal, no significando ello que tales sujetos de derechos están excluidos de
los deberes, derechos y garantías constitucionales presentes en los procedimientos
ordinarios en materia de resolución de conflictos.
Con atención a ello, si bien es cierto que la Jurisdicción Especial Indígena existe
y es reconocida por el ordenamiento jurídico patrio, siendo de aplicación preferente
en ciertos casos, no es menos cierto que tal aplicación está delimitada igualmente,
tanto por los Convenios Internacionales como por la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y las leyes especiales.
A este tenor, el artículo 8, numeral 2 del señalado Convenio OIT N° 169 Sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes dispone:
En este sentido, el ya citado artículo 9 numeral 1º del Convenio OIT N° 169 Sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes y el artículo 260 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ya citados supra,
establecen que se podrá aplicar la usanza, práctica o costumbre indígena tradicional
para la resolución de conflictos o delitos, siempre que esta no transgreda o en modo
alguno colide con el ordenamiento jurídico nacional u orden público.
Armando J. Marín S. 46
resguardo y protección por el Estado Venezolano, con independencia de las
características de los sujetos involucrados en el delito, siendo por tanto, que el
monopolio de la jurisdicción para el juzgamiento de estos delitos lo tienen los
tribunales de violencia contra la mujer y a la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia.
Ello se reafirma del parágrafo único del artículo 71 de la Ley Orgánica sobre el
Derecho de las Mujeres a una V.L.d.V., cuando establece: “Los pueblos indígenas
constituirán órganos receptores de denuncia, integrado por las autoridades
legítimas de acuerdo con sus costumbres y tradiciones, sin perjuicio que la mujer
agredida pueda acudir a otros órganos indicados en el presente artículo.”
Así entonces, el propósito del legislador con esta disposición es que las
autoridades legítimas de los pueblos indígenas sean solo órganos receptores de
denuncia, siempre y cuando la mujer indígena víctima así lo estime, pero la Ley
Especial no le da facultad jurisdiccional, por lo que lo que en materia de delitos de
violencia de género la jurisdicción especial indígena está limitada por las
disposiciones previstas en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una
V.L.d.V., lo que está en consonancia con el artículo 9, numeral primero del Convenio
OIT N° 169 Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes y 260 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, supra citados, según los
cuales se podrá aplicar la usanza indígena tradicional para la resolución de
conflictos o delitos, siempre que esta no transgreda o en modo alguno colide con el
ordenamiento jurídico nacional u orden público.
Armando J. Marín S. 47
Además, la Sala precisa que la aplicación del artículo 549 de la Ley Orgánica
Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, referido al deber del Juez o
Jueza especializado en materia de responsabilidad penal del adolescente de
observar, en el proceso penal del adolescente del derecho formal, los usos
costumbres pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas en el proceso, sólo
es posible cuando no se encuentren cumplidos los criterios de competencia
establecidos en el artículo 133 de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades
Indígenas, esto es, cuando un adolescente indígena haya cometido un hecho
punible en un lugar distinto de su hábitat o los delitos sean aquellos que dicha
disposición normativa establecen deben ser juzgados por el derecho formal u
ordinario. Así se declara.
En efecto, la violación del principio del juez natural en el presente caso tiene como
fundamento, las siguientes consideraciones:
En ese sentido, se señala que “La autoridad indígena estará representada por la
persona (hombre o mujer), grupo o asamblea que designe el pueblo o comunidad
indígena conforme a sus usos y costumbres: el Cacique para los Yukpas y Barí, el
Capitán para los Kariñas y el p.P. (sic), el Pütchipü´ü o “palabrero guajiro” para los
Wayuu y los Aidamos para el p.W., a modo de ejemplo”.
Armando J. Marín S. 48
Asimismo, se destaca en el referido Informe que “Para ejercer la facultad de
aplicar justicia a los miembros de su comunidad, las autoridades indígenas aplican
principios generales o normas de control social de acuerdo a su contexto cultural,
que suponen pruebas y argumentos, y cuyo fin es dar una respuesta satisfactoria –
razonable y definida internamente– a las partes en conflicto o administrados”.
Así pues, la Sala destaca que la Comunidad Indígena Warao tiene definida cuál
es la autoridad legítima y competente para resolver los conflictos en su derecho
originario o propio; y además, los mecanismos de solución del conflicto. La autoridad
legítima y competente en la etnia Warao para dilucidar todos los conflictos según el
derecho consuetudinario indígena es el Aidamo, quien ejerce su función
jurisdiccional a través de una Monikata.
Armando J. Marín S. 49
Tales afirmaciones fueron ratificadas por los distintos testigos expertos
juramentados por la Sala, cuyas testimoniales fueron evacuadas en la celebración
de la audiencia constitucional celebrada el 26 de julio de 2011, a saber:
…de acuerdo a la literatura antropológica y escrita hasta ahorita son los Aidamos
los representantes y autoridades tradicionales en las comunidades indígenas…son
ellos los que resuelven los conflictos…esta figura del Aidamo, que es el anciano de
la comunidad, viene dado en ello el liderazgo no por el poder que puedan tener sino
por el respeto y la autoridad que se han ganado ante la comunidad y ante cada uno
de sus miembros, lo cual es importante que sepamos que no son nombrados o
elegidos, la autoridad es dada…los miembros saben que es él el jefe…de acuerdo
a toda la literatura antropológica e histórica y que se ha recopilado, los Waraos no
tienen la pena de la cárcel por lo cual nos parece realmente que no está dentro de
las tradiciones indígenas la cárcel ni mucho menos veinte años de prisión…ellos
tienen su sistema punitivo que viene dado a través de la Monikata…esta Monikata
y esta actuar durante dos días tres días consecutivos es para lograr recuperar la
armonía que la Comunidad tenía…el aidamo es la figura que preside la asamblea,
esta Monikata, donde se llega hasta que todos estén conformes con la decisión que
Armando J. Marín S. 50
se tome…son tanto el agredido como el agresor y la familia de cada uno de ello, al
final, el último objetivo de esta Monikata es llegar realmente a un consenso y es
través del diálogo y no a través del castigo, y sin al final hay que someter a un
castigo ellos tienen un sistema punitivo…que nunca es la cárcel.
Armando J. Marín S. 51
exilio…es una sociedad y una cultura que controla su sociedad a través de una
moral donde casos como el presente son tan escasos que Warao matando a Warao
creo que pueden contar con una sola mano en treinta años…el Warao si ha tenido
un impacto de nuestra cultura…el impacto no es solo la cultura material sino el
dinero, hay muy poco empleo y hemos convencido que el Warao ahora tiene que
andar vestido…ahora cuando antes había que hacer una casa los primos se
juntaron los yernos se juntaron y construyen la casa, ahora se cobran unos a otros,
si uno no tiene, no trabaja…entonces la reciprocidad balanceada que tenía la
Comunidad está empezando a desmoronarse por el dinero…con respecto a la
violencia…las películas que ven los muchachos…la violencia desmesurada es
absolutamente insólita y si tienes un muchacho que escucha un mito y lo toma como
verdad, al ver la pantalla se pregunta si es verdad o un cuento…pero lo que se ve
es que el muchacho la violencia como una alternativa viable…el ambiente moderno
trae al muchacho Warao como una alternativa para resolver un problema que antes
no se veía”.
Nome Anaka…en ese proceso jurisdiccional que es tradicional entre los Waraos
no existe esos elementos…desde el punto de vista sustantivo tenemos que
pretendidamente el Tribunal Especial Indígena hizo uso de normas del derecho
Armando J. Marín S. 52
sustantivo ordinario, eso a mi juicio es tan inadmisible como que un tribunal ordinario
de la República Bolivariana de Venezuela pretendiera hacer uso de norma del
derecho sustantivo indígena para juzgar a un indígena…la sentencia es a todas
luces inválida…el derecho que tiene que ser aplicado es el derecho tradicional de
los pueblos indígenas…la naturaleza de los procesos jurisdiccionales en la tradición
Warao han sido históricamente la línea de buscar la conciliación, en la línea de
buscar la restitución de los daños causados…en esta caso no observamos nada de
eso…y eso es un mandato del artículo 234 de la Ley Orgánica de Pueblos y
Comunidades Indígenas…de lo que estamos hablando en este caso, en mi
opinión…, estamos hablando de una especia de conflicto de jurisdicción…en
cuanto…un presunto Tribunal Indígena pretende aplicar derecho indígena y erró
aplicando derecho ordinario.
Armando J. Marín S. 53
Posteriormente, a la pregunta formulada por los Magistrados de esta Sala,
respecto de que si ¿los Caciques de este juzgamiento coinciden con los Aidamos?,
la antropóloga B.E. respondió en la forma siguiente:
A lo que respondió:
Armando J. Marín S. 54
encargará el Aidamo y el sabio indígena qué sanción…si la sanción es grave los
espíritu se lo va a llevar, no hay agresión, no hay sentencia de cincuenta años, dos
tres días verá, el sabio se encargará de esa sanción si el caso es grave, esa es una
realidad, porque nosotros vivimos con los espíritus…por otro lado…, el niño que
vive dentro de la Comunidad, el niño que pasa ahorita a ser sentencia a veinte años
de sanción…no tomaron en cuenta la autoridad de la otra cultura que el niño no
sabía hablar castellano…sancionado allí sin un traductor debidamente…por otro
lado…los estudios carecen de información…no hubo un buen traductor para poder
sancionar de esta manera…hay variante de diversidad…variante dialéctico en los
Estado…bajo Delta, medio y alto Delta…no utilizaron la ley de que el Aidamo no
tomó decisión… además de la manifestación dela cultura, la sanción del niño…un
niño de doce años…si el niño viviera en un barrio…si el niño indígena viviera en un
barrio sería diferente del niño que vive dentro de la comunidad.
De modo que, esta Sala precisa que los anteriores testigos expertos y la Diputada
D.H.Y. coincidieron, al relatar sus conocimientos sobre la cultura y sistema punitivo
de la etnia Warao, en los siguientes aspectos:
1.- Que el p.W. tiene bien definido, por sus costumbres y tradiciones ancestrales,
que la persona que debe resolver todos los conflictos que se presentan en una
comunidad determinada es la autoridad llamada Aidamo, quien, en la mayoría de
los casos, es el miembro de la comunidad que tiene más edad. Para el p.W. no
existe el Cacique, quien es una autoridad reconocida en la población indígena
Yukpa.
4.- Que no es común que exista agresión o violencia entre los Waraos; y en el
derecho consuetudinario indígena no existe, como sanción, la pena privativa de
libertad o cárcel; toda vez que cada uno de los integrantes de la comunidad Warao
son indispensables para su supervivencia colectiva. Cada indígena Warao ejerce
un rol importante en la comunidad. Que por el contrario, algunas de las sanciones
Armando J. Marín S. 55
que suelen emplear son la humillación y el exilio de la comunidad, pero que
históricamente el objetivo de la comunidad es lograr una conciliación pacífica.
- Que la cultura Warao ha sido permeada por la cultura occidental, y ello ha traído
nuevos problemas y situaciones inusitadas que los mismos Waraos no están
acostumbrados a confrontar.
Por lo tanto, la Sala colige, con basamento en las anteriores conclusiones, que el
niño indígena Warao, cuya identidad se omite conforme al contenido del artículo 65
de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, no fue
juzgado por la autoridad legítima y competente reconocida por el p.W. según sus
costumbres ancestrales y mucho menos, el n.W. fue sancionado a través de una
Monikata, conforme al sistema punitivo propio de la etnia indígena Warao, todo lo
cual constituye, a juicio de la Sala, una infracción al principio del juez natural en el
propio derecho indígena.
Por lo tanto, la Sala hace notar que el principio fundamental del juez natural, al
no estar conforme con el sistema jurídico Warao, se encuentra infringido en el
presente caso, toda vez que el niño indígena, presunto infractor, no fue juzgado por
las autoridades legítimas reconocidas ancestralmente por el p.W.; requisito que,
además de tener como origen el derecho consuetudinario de esa etnia, se encuentra
jurídicamente establecido en el artículo 260 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en los siguientes términos:
Armando J. Marín S. 56
La jurisdicción especial indígena consiste en la potestad que tienen los pueblos y
comunidades indígenas, a través de sus autoridades legítimas, de tomar decisiones
de acuerdo con su derecho propio y conforme con los procedimientos tradicionales,
para solucionar de forma autónoma y definitiva las controversias que se susciten
entre sus integrantes, dentro de su hábitat y tierras…(destacado de la Sala).
Como el ser juzgado por el juez natural es una garantía judicial, y un elemento
para que pueda existir el debido proceso, la abrogada Constitución de 1961 en su
artículo 69, así como la vigente en su artículo 49, consagran el derecho de las
personas naturales o jurídicas de ser juzgadas por dicho juez, quien además debe
existir como órgano jurisdiccional con anterioridad a los hechos litigiosos sin que
pueda crearse un órgano jurisdiccional para conocer únicamente dichos hechos
después de ocurridos. El citado artículo 49 de la vigente Constitución es claro al
respecto: En su numeral 4, reza:
…Omissis…
Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las
jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías establecidas en esta
Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin conocer la
identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o
por comisiones creadas para tal efecto”.
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La comentada garantía judicial, es reconocida como un derecho humano por el
artículo 8 de la Ley Aprobatoria de la Convención Americana de Derechos
Humanos, Pacto San J.d.C.R. y por el artículo 14 de la Ley Aprobatoria del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Esta garantía judicial es una de las claves de la convivencia social y por ello
confluyen en ella la condición de derecho humano de jerarquía constitucional y de
disposición de orden público, entendido el orden público como un valor destinado a
mantener la armonía necesaria y básica para el desarrollo e integración de la
sociedad. Dada su importancia, no es concebible que sobre ella existan pactos
válidos de las partes, ni que los Tribunales al resolver conflictos atribuyan a jueces
diversos al natural, el conocimiento de una causa. El convenio expreso o tácito de
las partes en ese sentido, al igual que la decisión judicial que trastoque al juez
natural, constituyen infracciones constitucionales de orden público.
La anterior declaratoria trae como consecuencia ineludible, por ser un acto judicial
que no es aislado de la decisión dictada por la “Jurisdicción Penal Indígena”, la
anulación de la sentencia dictada, el 2 de diciembre de 2009, por el Juzgado
Segundo de Control de la Sección Penal de Adolescentes del Circuito Judicial Penal
del Estado D.A., que revisó y avaló, conforme al contenido del artículo 134 de la Ley
Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, la decisión emanada de la referida
jurisdicción especial.
Armando J. Marín S. 58
tomadas por las autoridades indígenas legítimas, cuando las mismas sean
incompatibles con los derechos fundamentales establecidos en la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, los tratados, pactos y convenciones
internacionales suscritos y ratificados por la República.
Armando J. Marín S. 59
integrales de dignidad según el sistema de responsabilidad penal del adolescente,
y a que de acuerdo al requerimiento de ejecución de la sentencia por parte de la
etnia warao de conformidad con el artículo 134 numeral 2 de la Ley Orgánica de
Pueblos y Comunidades Indígenas se ordena el ingreso del adolescente
IDENTIDAD OMITIDA, a permanecer en la Casa Taller para Varones de ésta
Ciudad, donde permanecerá recluido a la orden del Tribunal de Ejecución
competente de este Circuito Judicial Penal donde deberá permanecer de
conformidad con el artículo 141 numeral 3 de la Ley de Pueblos y Comunidades
Indígenas (sic) en forma separada o espacio especial de reclusión para el mismo.
Tercero: Remítase el detenido junto con la causa aperturada y las actuaciones a los
fines de que se inicie el cumplimiento de la misma conforme a los principios y
garantías consagradas en la Ley Orgánica para la Protección de Niño, Niña y
Adolescente, al Tribunal de Ejecución de la Sección de Responsabilidad Penal de
Adolescentes de esta Jurisdicción. Cuarto: Se ordena la remisión del Expediente
YP01-D-2009-000100 al Tribunal de Ejecución, vencido que sea el lapso para el
ejercicio del recurso de apelación. Las Partes están notificadas de la presente
decisión. Publíquese, regístrese, déjese copia certificada. Cúmplase.
Armando J. Marín S. 60
el contenido del derecho consuetudinario de los Waraos a través de distintos medios
probatorios, cuando era ineludible en derecho verificar el contenido del derecho
originario consuetudinario a través de otros medios probatorios, que le hubiera
permitido esclarecer al juzgador si se encontraba comprometido el principio del juez
natural, principio este que ha sido calificado reiteradamente por la jurisprudencia de
esta Sala Constitucional como de orden público constitucional.
Por último, visto que esta Sala ordenó la inmediata l.d.n. indígena Warao de autos
y dada las probabilidades ciertas de su reinserción social, que incluye la Comunidad
Indígena de Siaguani, ubicada en el Municipio A.D.d.E.D.A., la Sala exhorta a la
Defensoría del Pueblo y la Defensa Pública Penal para que, de conformidad con lo
señalado en el numeral 8 del artículo 281 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, el numeral 7 del artículo 15 de la Ley Orgánica de la
Armando J. Marín S. 61
Defensoría del Pueblo, y el numeral 5 artículo 78 de la Ley Orgánica de la Defensa
Pública, respectivamente, velen por la efectiva incorporación del referido indígena
Warao a su comunidad y se garanticen sus derechos fundamentales acorde a la
cultura Warao.
VI
DECISIÓN
PRIMERO
SEGUNDO
Armando J. Marín S. 62
TERCERO
CUARTO
QUINTO
SEXTO
La Presidenta,
L.E.M.L.
Vicepresidente,
Armando J. Marín S. 63
F.A.C.L.
Los Magistrados,
M.T.D.P.
C.Z.D.M.
Ponente
A.D.J.D.R.
J.J.M.J.
G.M.G.A.
El Secretario,
J.L.R.C.
Exp.- 09-1440
CZdM/jarm
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