Cómo Fomentar La Autoestima en Los Niños 1
Cómo Fomentar La Autoestima en Los Niños 1
Cómo Fomentar La Autoestima en Los Niños 1
fomentar la autoestima en los niños
Autor: Silvia Catalán
Un niño o niña con autoestima es un niño o niña con autoconfianza, capaz de tomar decisiones,
capaz de buscar su propia felicidad. Fomentar la autoestima en los más pequeños hará que sean
adultos más completos, más capaces de dirigir su vida hacia donde ellos realmente quieran.
Aprender a quererse
No es fácil. Nadie ha dicho que lo sea. Partiendo de la base de que, en la mayoría de las ocasiones,
la autoestima de padres y madres no es la más alta del mundo, es difícil no contagiar esa “auto‐
negatividad” a nuestros hijos.
Quererse no es fácil, no hay peor crítico que uno mismo consigo mismo. Solemos hacernos críticas
a nosotros mismos que ni se nos ocurriría hacer a nuestro peor enemigo. Nos insultamos, nos
menospreciamos, decidimos que nuestros esfuerzos nunca son suficientes, que siempre
podríamos hacer más. Todo esto hace que nuestra autoestima cada vez esté menos desarrollada.
Hay algunos trucos que padres y madres podemos ir incorporando a nuestro día a día que no solo
van a servir para fomentar la sana autoestima en nuestros hijos, sino también para aprender
juntos a crecer como personas.
Anímalo a arriesgarse
El hombre es un animal de costumbres y rutinas. Cuando algo nos está bien es difícil que nos
movamos a cambiarlo si no es que existe una motivación fuerte detrás. Y eso está bien, nuestra
vida puede ser perfectamente tranquila así.
Pero es importante que los niños se arriesguen a probar cosas para poder decidir, en base a sus
propias experiencias si aquello les gusta o no. Un niño es un científico experimental, necesita
probar y comprobar las cosas para que pueda aprenderlas por sí mismo. Así que anímalo a
arriesgarse.
Probar cosas nuevas enriquece la mente y le da al niño o niña una sensación de que es realmente
él o ella el que decide qué es lo que le gusta o no. Y sobre todo no lo “salves”. Es normal que al
principio de una nueva actividad el pequeño se frustre, no le salga bien y tenga la tentación de
dejarlo. No caigas en el error del “ya te lo hago yo”, no intervengas. Deja que se arriesgue, se caiga
y se levante. Que aprenda que él es el encargado.
Deja que cometa errores
Escena típica:
El niño o la niña está intentando montar una torre con piezas de construcción de juguete. Los
padres ven claro que lo está haciendo mal y que en breve la torre caerá porque no tiene
estabilidad. Entonces se acercan y le dicen: “eso así no es, mira, te enseño cómo hacerlo”.
Y esto, que nos sale de forma automática a los padres y madres del mundo, en realidad, no le hace
ningún favor al niño o niña. Deja que se equivoque, que se le caiga la torre. Deja que experimente
la sensación de rabia que produce haber hecho un trabajo y que se caiga. Anímalo a que vuelva a
intentarlo, que no se rinda. Cada vez lo hará mejor y aprenderá cuál es la manera más óptima de
crear lo que él o ella quiere.
Demuéstrale que tú también cometes errores. Reconoce tus errores delante de tu hijo o hija, que
entienda que no es sólo él o ella el que se equivoca, que todos cometemos errores y que eso es,
precisamente, lo que nos hace intentar con más ahínco seguir adelante.
Reconoce sus aciertos
No le señales sólo lo que está mal. Seguro que tu hijo hace mil cosas bien hechas a lo largo del día.
Es importante que les des importancia y que se las remarques. Un beso después de que recoja sus
juguetes, unas palabras de agradecimiento cuando haya puesto los cubiertos en la mesa o un “lo
has hecho muy bien” después de que haga sus deberes.
También es importante que vea que nos sentimos orgullosos de ellos delante de los demás,
cuando llegue nuestra pareja a casa podemos decir algo así como “¡hoy Marta ha recogido todos
sus juguetes sin oponerse!”, de manera que ella vea que hacer las cosas tiene su premio. Y este
premio, como hemos visto, no tiene que ser una cosa física. Una sonrisa, un beso o una caricia de
papá o mamá pueden ser tan o más valiosos que un juguete nuevo.
Presta atención a lo que te explica
En su pequeño mundo, que Pablito le haya quitado la pelota mientras jugaban, puede ser un
drama al nivel de las mejores telenovelas. Por supuesto, para los padres eso nos parece
completamente insustancial, pero debemos ponernos en el lugar del pequeño o pequeña y
entender su frustración.
Nuestro deber es animarlo y darle a las cosas que nos explica toda su atención, de esta manera le
estaremos enseñando que su vida es importante y que sus sentimientos deben ser tenidos en
cuenta.
No lo compares con los demás
Tu hijo no es el hijo de otros. No es otros niños de la clase. No es su hermana. Tu hijo es único, y le
debe quedar claro a él y a ti. No lo compares, no caigas en el error de frases como “fíjate, tu
hermana a tu edad sacaba todo 10 en el colegio” o “mira a Pablito, él no llora y también se ha
hecho daño”.
Tu hijo es especial, único. Trátalo como tal, de lo contrario estarás contribuyendo a que empiece a
ser él mismo el que se compare con los demás en cada pequeña cosa que haga. Y eso es terreno
abonado para una falta de autoestima.
Tener autoestima es importante, como ya hemos dicho antes. Y los padres y madres tenemos un
sexto sentido que nos hace entender mejor a nuestros hijos de lo que seremos capaces de
entendernos a nosotros mismos.