Relaciones Toxicas
Relaciones Toxicas
Relaciones Toxicas
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
Introducción
Hoy en día, cada ves más, las parejas jóvenes experimentan conductas
disfuncionales en su relación, por lo que se están viendo incrementadas las
relaciones tóxicas, se ha comprobado la importancia otorgada en nuestro
entorno al modelo del amor romántico, la aceptación de los mitos al respecto
y, al mismo tiempo, esta teóricamente establecido el papel de dichos mitos
en el mantenimiento de las relaciones tóxicas de pareja.
HIPÓTESIS
OBJETIVO GENERAL:
Objetivos Específicos.
Preguntas de Investigación
Metodología
Decidimos elegir la ruta de investigación mixta ya que este tema es muy extenso,
y se puede abordar desde distintos enfoques. Desde el punto de vista cualitativo
queremos conocer el fenómeno de vivir en una relación “tóxica”, además de tomar
en cuenta las distintas realidades y el subjetivismo de cada individuo. Desde el
punto de vista cuantitativo queremos conocer cuántas personas han estado
inmersas en una relación denominada como relación tóxica.
Para esta investigación la técnica que usaremos será la entrevista, ya que permite
una conversación cara a cara, permite captar una dimensión de la realidad social,
permite que la plática sea flexible y que facilite la interacción y la comunicación y
así crear un ambiente de confianza para que la entrevistada o el entrevistado
puedan expresar sentimientos y vivencias, de una forma cómoda.
Población
Jóvenes de la Facultad de Medicina de la Buap de entre 18 y 24 años de edad.
Muestra
80 alumnos del Turno Vespertino de entre 18 y 24 años de la Facultad de
Medicina de la Buap.
Viabilidad.
Nuestra investigación sobre las relaciones tóxicas en parejas jóvenes de la
Facultad de Medicina de la Buap, es viable ya que se cuenta con suficiente
información de diversas fuentes que avalan la actualidad y la realidad de dicha
investigación, se cuenta con los recursos financieros necesarios para realizar
dicha investigación, se tiene al alcance la población seleccionada y la posibilidad
de realizar el estudio en ella.
Marco Teórico
Amor y sus componentes.
“El amor es una de las más intensas y deseables de las emociones humanas. Las
personas pueden mentir, engañar y aún matar en su nombre y desear la muerte
cuando lo pierden. El amor puede abrumar a cualquiera a cualquier edad”
(Sternberg, R. 1989).
Según Sternberg, R (1989) el amor podía ser entendido como un triángulo, cuyos
vértices representan los tres componentes del amor: intimidad, pasión, y decisión
y compromiso. Teniendo en cuenta la presencia o ausencia de cada componente,
se obtendrán distintos tipos de amor que se mencionan más adelante.
1. La intimidad: “es el sentimiento de cercanía, afecto y unión hacia el otro, sin
que exista la pasión o el deseo de compromiso a largo plazo. Está relacionada con
los sentimientos de proximidad, conexión y vinculación que promueven una
relación.” Este componente se desarrolla de forma gradual a medida que pasa el
tiempo tiene mayor presencia.
2. La pasión: “es en gran medida la expresión de deseos y necesidades, tales
como necesidades de autoestima, sumisión y satisfacción sexual” (Sternberg, R.
1989, pág. 42). La pasión suele tener mayor presencia en el comienzo de las
relaciones y posteriormente decrecer hasta que se estabiliza.
3. La decisión y el compromiso: “consiste en dos aspectos. El aspecto a corto
plazo es la decisión de amar a otra persona, mientras que el de largo plazo es el
compromiso por mantener ese amor” (Sternberg, R. 1989, pág. 42). Este
componente crece lentamente para luego estabilizarse, dependiendo de los costes
y beneficios que suponga para las personas continuar con la relación, puesto que
si la relación no es buena pueden llevarla a término, con lo cual no habría ningún
tipo de compromiso.
RELACIONES TÓXICAS.
En algunos casos, las relaciones tóxicas son consideradas el paso previo a una
relación con violencia de género, en otros una relación sana con problemas.
También hay veces que se considera que la violencia de género está dentro de las
relaciones tóxicas (Andrade, J. J., Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez, L. M.
2013). Las relaciones tóxicas son relaciones con comportamientos disfuncionales,
entendidos como aquellos que no permiten, o cohíben el crecimiento individual,
inhiben la expresión psicoafectiva, afectando así a las emociones, conductas y
cogniciones de las personas que forman parte de la relación (Andrade, J. J.,
Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez, L. M. 2013), estos comportamientos
conllevan cierta toxicidad puesto que los seres humanos somos animales sociales
y necesitamos establecer vínculos con las personas que nos rodean.
Normalmente en estas relaciones las personas que la conforman experimentan
sentimientos de malestar la mayor parte del tiempo, pudiendo ser conscientes de
ellos, pero siendo incapaces de dejar de formar parte de la relación. También se
caracterizan por la incapacidad de las personas de promover un cambio real en la
relación hacia un modelo más sano, aun siendo conscientes de la disfuncionalidad
de ésta, debido a que existe dependencia emocional de una o de las dos personas
que la conforman. Estas relaciones se mantienen, por lo general, porque la pareja
tiene la idea de poder llegar a tener una relación ideal, basada en la estabilidad
emocional y comportamientos
Para conocer cómo se producen las relaciones tóxicas en los jóvenes y qué
factores y estrategias influyen en ellas, primeramente, se debe estudiar en
profundidad los elementos y factores que intervienen en una relación tóxica,
mismos que mencionaremos a continuación:
Es importante analizar los factores que provocan o que evitan este tipo de
relaciones, y los que hacen que la situación dure un mayor o menor rango de
tiempo.
Los factores de riesgo provienen de que cuando se forma una pareja “intervienen
distintos esquemas mentales de comportamiento y distorsiones cognitivas
adquiridas en el entorno familiar del sujeto y son reforzadas por el ambiente social”
(Andrade, J. J., Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez, L. M. 2013, pág. 3), es
decir, que la relación se basa en las vivencias previas de cada persona, dichas
vivencias pueden suponer un factor de riesgo o no, puesto que una vivencia o
comportamiento no conlleva intrínsecamente que el factor de riesgo cause una
relación tóxica.
A continuación, presentaremos su clasificación:
1) Factores de riesgo individuales.
- No tener respeto por la opinión de los demás. Este factor puede causar
dificultades en las relaciones, ya que el individuo entiende que solo su opinión es
válida y no tiene en cuenta las opiniones de la otra persona, es importante el
respeto hacia uno mismo, pero también hacia los demás. Esta falta de respeto por
la opinión del otro puede provocar dificultades a la hora de comprender al otro
(Andrade, J. J., Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez, L. M. 2013).
- Que el individuo tenga duelos no elaborados puede suponer un factor de riesgo
debido a que al no saber superar correctamente un duelo el miedo a terminar una
relación puede ser mayor (Andrade, J. J., Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez,
L. M. 2013).
- Tener en el ideario propio de cómo deben ser las relaciones de pareja los mitos
del amor romántico, este factor está influido por el entorno y que ya se ha
mencionado anteriormente, el problema de este tipo de relaciones es que van bajo
el estandarte del amor romántico en donde todo está permitido (Andrade, J. J.,
Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez, L. M. 2013).
- Tener predisposición para desarrollar dependencia al uso de drogas y alcohol
puede implicar un factor de riesgo de comportamientos de dependencia a niveles
relacionales (Andrade, J. J., Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez, L. M. 2013).
Por otro lado, tenemos los factores de riesgo de la pareja, puesto que no solo es
una persona la que forma parte de los comportamientos disfuncionales, sino dos,
aunque algunos de ellos se den de forma unidireccional y otros
bidireccionalmente, existe un emisor de los comportamientos y un receptor. Estos
factores de riesgo son haber sido emisor o receptor de comportamientos
disfuncionales en relaciones anteriores, que no perciba como negativo el
desequilibrio de poder en la pareja ya sea porque normalmente tiene una figura
dominante y está cómodo en ella o, por el contrario, tiene una figura sumisa y
estar habituado a la conflictividad como método para resolver los problemas, tanto
en relaciones anteriores como en la vida diaria (Andrade, J. J., Castro, D. P.,
Giraldo, L. A. y Martínez, L. M. 2013).
El ámbito amical es muy importante pues es del grupo de iguales del que el
adolescente recibe más influencia, puesto es en el cual comparte sus dificultades
y experiencias, aprende los roles sexuales y lo que es normal y lo que no, por
tanto, si en su grupo de iguales las demás personas forman parte de relaciones
tóxicas es mucho más probable que él adolescente normalice este tipo de
relaciones. (Andrade, J. J., Castro, D. P., Giraldo, L. A. y Martínez, L. M. 2013).
Factores de durabilidad.
Hay elementos de los factores de riesgo que si siguen presentes a lo largo de las
relaciones tóxicas hacen que duren más tiempo, a éstos se les denominan
factores de durabilidad, los cuales son los siguientes:
Dependencia de las personas que forman parte de la relación, “pienso que
duramos porque yo era incapaz de dejarle, creo que él me necesitaba a mí porque
le daba estabilidad y tranquilidad, pienso que él no sabía estar solo” es lo que
mencionan algunos jóvenes otro caso “pero tampoco tenía la fuerza de dejar a la
única persona (González, Z. 2018).
El conflicto personal que sufren las víctimas ante las relaciones tóxicas se ven
potenciadas por las actitudes que sus parejas infunden sobre ellas. Las más
destacadas son: la dependencia emocional, el control, los celos y la manipulación.
La dependencia emocional, según González, Z. (2018), establece una relación
interpersonal entre dos personas dentro de una relación afectiva caracterizada por
la necesidad excesiva de afecto, de aprobación, sumisión o subordinación. Se
caracteriza por mantener relaciones asimétricas y en la que se hace lo imposible
por evitar el fin de la relación.
Por su parte, el control supone la eliminación de cualquier forma de independencia
y autonomía por parte de uno de los miembros de la pareja sobre el otro. Conlleva
el control de uno sobre la sumisión del otro, caracterizado por conductas como:
saber dónde está la pareja en todo momento, qué hace, con quién está, se critica
la indumentaria y/o apariencia, etc. Este comportamiento termina por aislar a la
pareja de su círculo social más cercano como son sus amigos, familiares,
compañeros de clase o trabajo. Implica una actitud de acoso controlando cada
movimiento de la pareja en todo momento y buscando explicaciones sobre cada
una de sus acciones.
En lo que respecta a los celos están caracterizados por la sensación que presenta
una persona cuando siente amenazada su relación. Generalmente, están
enfocados en agentes externos, lo que provoca reacciones emocionales intensas
de envidia. Suelen verse producidos por la intrusión de terceras personas en la
relación, pero, además, pueden aparecer ante determinados agentes del ámbito
familiar, social o laboral. Esta amenaza sería uno los principales motivos por los
que se produce la violencia en la pareja (González, Z. 2018).
Por último, la manipulación (Cuetos, G., De la Villa, M., García, A. y Sirvent, C.
2017). podría ser una consecuencia directa de los tres factores que se han
mencionado (dependencia emocional, celos y control). De esta manera, se
entiende la manipulación como la modificación de los sentimientos reales de un
miembro de la pareja, derivados de la falta de autoestima, frente al excesivo
control por parte del otro miembro. La dependencia emocional que la caracteriza
crearía una adicción explicada en términos psicológicos con la intención de
disminuir el sufrimiento ante los abusos.
Principales razones por las que los jóvenes no pueden terminar con una
relación tóxica.
Siguiendo con todo lo mencionado anteriormente y pese a la posible disparidad de
motivos por la particularidad de cada relación, existen puntos de explicación
comunes: la baja autoestima, creer que la persona es la solución a nuestros
problemas , considerarse una víctima en la relación, la dependencia emocional, el
miedo a quedarse solo o el miedo a lo que está por venir, la urgencia de muestras
de cariño, no contar con el apoyo de la familia, estar acompañado a cualquier
precio, la necesidad imperiosa de cumplir algún rol social (Molina, C.2014).
Veamos las más importantes de estas razones:
Baja autoestima
La baja autoestima es una de las razones que explica la vivencia de una relación
tóxica al nivel que sea, dado que “se tiene la idea de que no podemos estar sin
esa persona porque ella es la que ha estado ahí para ayudarnos en todo” (Molina,
C. 2014). En otras palabras, la incapacidad de hacer frente a situaciones
mundanas o problemas de más gravedad, o más exactamente, la percepción de
incapacidad de sobrellevar estas situaciones puede desembocar en el
aferramiento a una pareja que las resuelva. Aronne relaciona la baja autoestima y
el apego a una relación considerando que “si nuestras creencias están basadas en
sentir que no somos merecedores de la atención, el respeto o el amor de otra
persona, quien aparezca será considerado nuestra tabla de salvación, a la que
nos aferraremos con uñas y dientes, porque sin esta persona ¿quién nos querrá?
¿Quién nos cuidará?” (Aronne, E. 2009). Es decir, si una persona no se quiere a sí
misma, proyectará ese sentimiento y pensará que nadie podrá quererla.
En el caso específico de una relación tóxica, las consecuencias de la baja
autoestima podrían explicar el apego enfermizo que se traduce en no acabar con
la relación, aunque este aporte mucho más mal que bien. Como explica Aronne,
ante cualquier señal de afecto se suelen justificar conductas que son todo lo
contrario al amor sano.
Si________. No_______.
Si_________. No________.
Si___________. No________.
A continuación, se presentan varias frases que reflejan diferentes actitudes sobre las relaciones de
pareja. Para cada frase, señale hasta qué punto está de acuerdo o en desacuerdo con ella.
Siempre que sea posible, RESPONDA A ESTAS PREGUNTAS PENSANDO EN SU PAREJA. Si
actualmente no tiene pareja, piense en la más reciente; y si nunca ha tenido pareja, responda
pensando como cree que seria si la tuviera.
Mi felicidad
depende de la
felicidad de
mi pareja.
El amor es
ciego.
Estoy
generalmente
dispuesto/a a
sacrificar mis
deseos para
que mi pareja
pueda realizar
los suyos.
Le tengo que
pedir permiso
a mi pareja
para salir sin
el o ella.
Mi pareja
tiene derecho
a escoger mi
circulo social y
con quien me
relaciono.
Una persona
es celosa
porque se
preocupa por
ti y te quiere.
Debo de dejar
de realizar
actividades
que le
molesten a mi
pareja.
Debo decirle a
mi pareja
cuánto dinero
percibo.
Los gritos e
insultos de mi
pareja se
pueden
perdonar
siempre que
haya amor
verdadero.
Considero que
mi pareja es
mi
complemento.
El amor
verdadero lo
puede todo.
.
Conclusiones
Como hemos plasmado a lo largo del trabajo creer en mitos como, por ejemplo, el
de la necesidad de una media naranja para sentirse completos, o de que hay que
compartirlo absolutamente todo con la pareja y si estás enamorado no puedes
sentir atracción por otras personas, puede llevar a comportamientos disfuncionales
de dependencia emocional, control y celos. Dado que, aunque los seres humanos
seamos seres sociales, no necesitamos una pareja perfecta para sentirnos
completos, no va de la mano sentir amor por una persona y querer compartirlo
todo, y formar parte de una pareja no excluye sentir atracción por otras personas.
En consecuencia, consideramos que los posibles factores de riesgo, durabilidad y
protección, tanto del individuo como del contexto como, por ejemplo, haber sido
testigo de cómo personas del entorno cercano tenían relaciones tóxicas, supone a
su vez, un factor de riesgo, pues es el tipo de relaciones que el adolescente
aprende. Un factor de durabilidad, pues normaliza los comportamientos
disfuncionales al pensar que es algo que le sucede a todo el mundo. Y un factor
de protección, dado que los adolescentes que veían cómo ese tipo de
comportamientos eran nocivos para alguien de su grupo de iguales, aprendían lo
que querían y lo que no para si mismos en una relación de pareja. Además, he
determinado que las relaciones tóxicas son un tipo a parte de las relaciones sanas
y relaciones de violencia de género. Puesto que cuando en una relación sana
comienza a haber comportamientos disfuncionales de manera continua ésta
evoluciona a relación tóxica o directamente a relación con violencia de género.
Para finalizar, recalcar la importancia de un proceso de socialización en el que se
promuevan los factores de protección, todo comienza desde la infancia, si los
niños tienen vínculos de apegos seguros, aprenden a relacionarse de forma
adecuada y a respetar a los demás tendrán claro que hay cuestiones que deben
negociarse en las relaciones, no imponiéndose sobre la pareja, y que hay otras
que no son negociables.
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