La Educación Inclusiva, Un Reto Por Lograr
La Educación Inclusiva, Un Reto Por Lograr
La Educación Inclusiva, Un Reto Por Lograr
Educar es Fortalecer
Las preguntas que guían este trabajo son: ¿Qué es la Educación Inclusiva? ¿Qué
implicaciones tiene generar espacios inclusivos? ¿Qué valores son los que
ayudarán a convertir a la escuela en un centro inclusivo? Y ¿Cuáles son las
características de la educación inclusiva?
La educación inclusiva implica que todas las niñas y niños aprendan en un mismo
entorno escolar, en donde la diversidad no sea vista como un obstáculo sino como
algo enriquecedor para generar mejores prácticas docentes. De acuerdo con el
informe realizado por la Declaración Mundial sobre Educación para Todos se
menciona sobre las siguientes realidades: ‘’ Más de 100 millones de niños y de
niñas, de los cuales 60 por lo menos son niñas, no tienen acceso a la enseñanza
primaria, más de 100 millones de niños no consiguen completar el ciclo de
educación básica; y hay millones que, aun completándolo, no logran adquirir
conocimientos y capacidades esenciales’’. (Lakin, 1990) La educación en México y
en general en todo el mundo enfrenta los mismos obstáculos, una de las
características de la escuela inclusiva es que debe tener espacio para TODOS los
alumnos, en donde no existan requisitos de acceso y permanencia, además de
educar tomando en cuenta las diferencias; sin embargo, en la actualidad sigue
siendo un gran reto generar prácticas inclusivas dentro del aula en donde los
profesores diseñen su planificación didáctica atendiendo a la diversidad. La Ley
Reglamentaria del Artículo 3ro de la Constitución en materia de Mejora Continua de
la Educación, en el artículo catorce hace referencia a ‘’la formación continua, la
actualización de conocimientos de las humanidades, las artes, la ciencia, la
tecnología e innovación y otras que contribuyan a la superación docente de las
maestras y los maestros en servicio’’, tomando esto como referencia es de suma
importancia que la formación docente sea continua y de máximo nivel,
contribuyendo a formar en el alumno un pensamiento crítico y creativo, además de
lograr que los alumnos aprendan a compartir y descubrir el mundo que los rodea.
El docente debe desarrollar la habilidad para saber intervenir dependiendo las
necesidades del alumno, tener la capacidad de investigar no solo para dar solución
a los problemas a los que se enfrenta día con día, sino para buscar las mejores
soluciones y estrategias con la finalidad de solucionarlos y de igual forma orientar a
las familias sobre los procesos de aprendizaje del alumno.
Para lograr una educación inclusiva, primero tenemos que construir una sociedad
incluyente, para lo cual es fundamental no discriminar ni excluir a ninguna persona,
en donde todos los ciudadanos puedan participar libremente y en condiciones de
igualdad en aspectos políticos, culturales y sociales. Hablando específicamente de
las personas con discapacidad la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio a
conocer el protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que
involucren derechos de personas con discapacidad, uno de los principios en los que
se fundamenta es precisamente ‘’la igualdad y no discriminación, además de la
participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad’’ (Rodríguez, 2014).
Hablar de educación inclusiva implica eliminar y deja de utilizar el concepto de
Necesidades Educativas Especiales para comenzar a utilizar el de Barreras para el
Aprendizaje y la Participación, porque los diferentes contextos son los que afectan
y crean los obstáculos a los que se enfrentan los alumnos, dichos obstáculos
pueden ser físicos, socioeconómicos, culturales, actitudinales e incluso el acceso a
materiales necesarios para adquirir de manera significativa los conocimientos.
Por lo tanto, el docente regular y especialista debe ver más allá, conocer y tomar en
cuenta las características de cada uno de sus alumnos, sus debilidades, fortalezas,
áreas de oportunidad y amenazas al momento de realizar la intervención
pedagógica, ser creativo para poder diseñar estrategias para tender no solo a los
alumnos con discapacidad sino también a los alumnos que asisten a escuelas
regulares, diseñar actividades diversificadas, tener el compromiso y la
responsabilidad ya que sobre las manos del docente queda el proceso de
aprendizaje. Es necesario entonces generar ambientes de aprendizaje que
favorezcan la adquisición de competencias por parte de los alumnos.
La Guía para la Educación Inclusiva nos menciona que ‘’ el cambio en los centros
escolares se transforma en una mejora inclusiva cuando está basado en valores
inclusivos´´ (Booth & Ainscow, 2015). Uno de estos valores es el respeto, el cual es
fundamental llevarlo a la práctica no solamente dentro de la escuela sino con la
sociedad, ya que nos va a permitir tanto a los estudiantes como a todos los
involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje reconocer, aceptar y apreciar
las cualidades que tienen las personas, así como nuestros derechos. La equidad y
la justicia también forman parte de la educación inclusiva, ya que tenemos que
brindar igualdad de oportunidades educativas a cada integrante de la institución.
Construir espacios inclusivos no es tarea fácil, se requiere de mucho compromiso,
pero sobre todo de un trabajo colaborativo, ya que, si logramos que cada una de las
personas responsables del proceso de enseñanza-aprendizaje contribuya
aportando y cumpliendo la función que le corresponde de manera responsable y
justa, será posible lograr esa Educación Inclusiva.
Conclusión