Bioetica

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Tema 9

Principios fundamentales de la bioética: Dilemas éticos. Normas legales de ámbito profesional. El


secreto profesional: Concepto y regulación jurídica.

Introducción

La ética asistencial es una de las claves de la calidad, ya que obliga a los profesionales a una reflexión
sobre los valores del ser humano, la dignidad y el respeto por las personas que tienen unos
problemas que van más allá del ámbito sanitario, es decir sobrepasa la dimensión psicosocial e
implica a todo el equipo en la labor de cohesión y coordinación para hacer posible el respeto, la
tolerancia, la solidaridad entre muchos de los mínimos exigibles a cualquier sujeto con
responsabilidad sobre terceros.

En los últimos años se han desarrollado metodologías y modelos bioéticos para generar una forma
adecuada y correcta de actuación, que orienta y dirige la atención de personas enfermas.

El profesor Diego Gracia Guillén y otros autores establecen la necesidad de generar un proceso
bioético:

 Principio universal y absoluto de consideración y respeto por la vida humana sea cual sea su
condición y naturaleza.
 Actuar con los principios fundamentales bioéticos que si bien han sido considerados
universales no son absolutos y admite diferentes perspectivas.
 Valorar cada caso de forma específica e individual para ajustar las actuaciones a las
necesidades y requerimientos legales sin que se vean perjudicados ni los profesionales ni los
residentes.

1. Principios de bioética

Etimológicamente la palabra ética procede del vocablo griego Ethos, que significa carácter o modo
de ser de una persona que difiere discretamente del concepto de moral, procedente del vocablo
latino mos – moris: costumbres y caracteres de las personas en una población, comunidad o grupo.

La ética como disciplina filosófica estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el
comportamiento humano, o las respuestas que se dan, ante hechos que calificamos de buenos o
malos de acuerdo con un sistema personal de valores y que no tienen relación con las normas y
leyes que amparan a la sociedad, sino con lo que cada uno percibe y siente.

Las Leyes (El contrato social), así como las normas de una sociedad permiten la convivencia dentro
de la diversidad, y las personas deben acatarlas, aunque no estén de acuerdo con ellas.

El sentimiento ético, no siempre está de acuerdo con lo legal.

La ética incorpora elementos como los valores, las costumbres, normas sociales, creencias, que
generan en una persona un criterio, una manera de pensar, opinar y decidir con relación a los otros;
la ética también establece otros elementos que compete a los seres humanos en el sentido de poder
percibir lo bueno o lo malo desde la perspectiva personal, familiar o social, lo cual le infiere un
carácter neutro y de reflexión en cualquiera de los casos como disciplina filosófica que estudia el
bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano. En general, la ética,
pretende ofrecer una perspectiva de lo humano dentro de lo social, como se entienden los
comportamientos o las respuestas ante situaciones que calificamos de buenas o malas de acuerdo
con un sistema personal de valores con relación a las normas y leyes que amparan a la sociedad y
permite la convivencia dentro de la diversidad.

Las ciencias de la salud, especialmente, son sensibles a momentos en los que pueden establecerse
conflictos éticos debido a la interacción de persona (profesional) y usuario (paciente) y la forma en la
que cada uno reconoce lo que está bien o está mal, lo aceptado de lo no aceptado.

La ética médica tradicional se ha basado en dos principios fundamentales:

“No dañar” y “Hacer el bien”.

Estos dos principios han sido exigidos, a lo largo de los años, a los médicos en ejercicio y, a partir de
finales del siglo XIX, se ha hecho extensivo su cumplimiento a todos los profesionales de las ciencias
de la salud.

1.1. Concepto de bioética

La bioética, hace referencia a:

“La reflexión y acción ética sobre la vida en sus diversas manifestaciones, por ello no sólo tiene por
objeto la vida humana, sino también la vida animal y vegetal y el discurso ecológico en su conjunto
que afecta a cualquier ser vivo”.

Actualmente la bioética plantea discusión y debate sobre diferentes aspectos en los que se
cuestiona la idoneidad moral de un acto como es la ingeniería genética, las técnicas de reproducción
asistida, la eugenesia, el aborto, el suicidio, la eutanasia, la huelga de hambre, el cuidado de las
enfermedades incurables, la experimentación con seres vivos, los trasplantes de órganos, la relación
personal sanitario – paciente, la confidencialidad de los pacientes con enfermedades transmisibles,
la pena de muerte, la guerra…

Se plantea la concepción de la persona entendida como entidad jurídica, física y psíquica, como
interlocutor válido y capaz de decidir sobre sí mismo, del que no puede desentenderse la ciencia
crítica, el derecho y la moral adaptada a la sociedad en la que nos encontramos.

Las ciencias de la salud, involucran a los profesionales sanitarios en actuaciones con exigencia
bioética en el ejercicio de su profesión, y pretenden obtener resultados directos como:

 La promoción de la salud (Educación para la salud con respeto y diversidad)


 La prevención de la enfermedad.
 La mayor capacidad de mejora del nivel de bienestar en los problemas de salud
 Respetar las decisiones de los pacientes.
 Calidad en los cuidados paliativos: Limitación del daño terapéutico (LET)
 Derecho a una muerte digna

El derecho a una calidad de vida en cualquiera de los casos del estado de salud y el derecho a una
muerte digna cuando esta no puede evitarse; en todos estos casos la actividad sanitaria, médica o de
enfermería, cobra su sentido y su legitimidad social.

1.2. Principios de la bioética Los principios de la bioética consisten en reglas no jurídicas, que dan
argumentos y permiten resolver las diversas situaciones que crean un conflicto debido a las
diferencias en las creencias, valores, costumbres, moral de una persona frente a la de otra, siendo
una el profesional sanitario y otra el paciente/familia/sociedad.
El debate sobre los principios de la bioética se inicia en el año 1974, cuando el Congreso de los
Estados Unidos crea la Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de
Investigación Biomédica y del Comportamiento, para identificar los principios éticos básicos que
deben regir la investigación con seres humanos en la medicina y las ciencias de la conducta.

 En 1978/1979 los comisionados publican el «Informe Belmont», donde distinguen tres


principios éticos básicos, por este orden: respeto por las personas, beneficencia y justicia. El
«Informe Belmont» sólo se refiere a las cuestiones éticas surgidas en el ámbito de la
investigación clínica, y más concretamente en la experimentación con seres humanos.
 Tom L. Beauchamp, miembro de la Comisión Nacional, y James F. Childress, en su famoso
libro Principios de ética biomédica ―publicado por primera vez en 1979 y revisado en cuatro
ocasiones―, reformulan estos principios para ser aplicados a la ética asistencial, terminando
los 4 principios actuales: Justicia, No maleficencia, beneficencia, Autonomía.

Los “Los 4 principios de la Bioética de Beauchamp y Childress”, establecen la conexión entre la


bioética y la actividad sanitaria asistencial práctica.
1.2.1. Principio de autonomía

“la obligación de respetar los valores y opciones personales de cada individuo en aquellas decisiones
básicas que le atañen vitalmente”.

Supone el derecho incluso a equivocarse a la hora de hacer uno mismo su propia elección.

El principio de autonomía da origen a la norma moral, de no coartar la libertad de la persona y nos


remite a la obligación de aplicar el consentimiento informado y las voluntades anticipadas recogidas
como derechos en la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, ante la toma de decisiones en el campo de la
salud.

El consentimiento informado constituye un derecho del paciente y un deber del profesional


sanitario, pues las preferencias y los valores de las personas asistidas, son primordiales desde el
punto de vista ético.

El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma legislativa,
excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o presenten una
autonomía disminuida (personas en estado vegetativo, con daño cerebral, etc.), en cuyo caso será
necesario justificar por qué no existe autonomía o por qué ésta se encuentra disminuida, en el que
se deriva este derecho a los representantes legales.

• Capítulo IV Ley 41/2002 de Autonomía del paciente

“La conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifestada en el pleno uso de sus
facultades después de recibir la información adecuada, para que tenga lugar una actuación que
afecta a su salud”.

El consentimiento a la intervención sanitaria en general será verbal, excepto en aquellos actos o


terapias invasoras y actividades de alto riesgo, que puedan comprometer la vida o la forma de vivir
en el cual el consentimiento debe hacerse por escrito tras recibir la información adecuada en calidad
y cantidad por el profesional o profesionales responsables de la actuación que se está dirimiendo.

El consentimiento informado puede ser revocado por el usuario en cualquier momento, excepto en
situaciones en las que la persona tengo algún problema con su capacidad para decidir, la ley
establece tres supuestos:

 Riesgo para la salud pública.


 Riesgo muy grave para la integridad de la persona sin posibilidad de decidir (situaciones de
emergencia).
 Cuando la persona tiene abolidas sus facultades psíquicas y no hay familiares o personas
autorizadas para dar el consentimiento. Los profesionales de la medicina y solo éstos,
deciden las intervenciones para el bien de las personas o el bien de la población: Privilegio
terapéutico).

1.2.2. Principio de beneficencia

“La obligación de actuar siempre en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y
suprimiendo prejuicios”

El profesional se obliga a promover el mejor interés de las personas asistidas, al poseer una
formación y conocimientos de los que éstas carecen, por lo que se sabe (y, por tanto, se decide) lo
más conveniente en base a criterios científico - técnicos.

Se refiere a la obligación de prevenir o aliviar el daño, en función del mayor beneficio posible
procurando el bienestar y la mayor calidad de vida de la persona enferma.

Los elementos que se incluyen en este principio son todos los que implican una acción de beneficio
que haga o fomente el bien, prevenga o contrarreste el mal o daño; adicionalmente, todos los que
implican la omisión o la ausencia de actos que pudiesen ocasionar un daño o perjuicio.

El principio de beneficencia puede generar situaciones dilemáticas, en donde el acto de beneficencia


se contrapone a la no comisión de un mal, daño o perjuicio; en estas situaciones prima la máxima de
no causar daño, a menos que tal perjuicio esté intrínsecamente relacionado con el beneficio por
alcanzar y en donde paciente o su representante juntamente con los profesionales de la salud
considere al daño como inferior en relación con el beneficio por obtener y esté dispuesto a asumirlo.

1.2.3. Principio de no maleficencia (primum non nocere)

Este principio es uno de los más antiguos en la medicina hipocrática: Primum non nocere, y debe
realizarse antes de decidir cual es el tratamiento más beneficioso, porque en este acto se descarta
de antemano lo que no beneficia o interesa a la persona.

“No hacer nada cuyo resultado no sea beneficioso para el paciente bien porque los resultados no se
aseguran, o porque va en contra de los principios y valores de la persona a la que va dirigido” “Deber
de abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros”

Para poder hacer un buen juicio del resultado, los profesionales deben:

 Tener una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para


dedicarse al ejercicio profesional.
 Investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya
existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para las personas asistidas.
 Avanzar en el tratamiento del dolor ya que es uno de los problemas de salud más lesivos e
invalidantes.
 Evitar la medicina defensiva y, con ello, la multiplicación de procedimientos y/o tratamientos
innecesarios. (Aparece por primera vez en el Informe Belmont (1978)).

1.2.4. Principio de justicia

“Equilibrio en el intercambio entre dos o más miembros de la sociedad, es decir ser capaz de tratar
a dos personas como igual sin tener en cuenta las características diferenciales como la raza, el
género, la religión, etc.”

Este principio está relacionado con la norma moral de dar a cada uno lo que necesita, de la cual se
derivan diversas obligaciones, como:

 Realizar una adecuada distribución de los recursos entre los que los requieren.
 Proveer a cada paciente de un adecuado nivel de atención, y disponer de los recursos
indispensables para garantizar una apropiada atención de salud.
 Saber priorizar entre la necesidad, los requerimientos y las obligaciones y derechos.

El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes para la
distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad económica,
esfuerzo personal, etc.).

Supone dos elementos de juicio: la EQUIDAD, y por otra JUSTICIA SOCIAL

 La equidad representa lo justo desde el punto de vista social.

Hablamos de utilización racional de los recursos (beneficios, bienes, y servicios); es decir, distribuir
los recursos de acuerdo con las necesidades y disponibilidades en los términos de eficiencia y
eficacia, aspectos que se tendrán en cuenta cuando la actuación compromete actuar con uno antes
que en otro no por razones ideológicas, racistas, u homófobas, sino por supervivencia, beneficio
social y rentabilidad de recursos,

 Primar quien más lo necesite (triage en una catástrofe, criterios de inclusión para un
programa de trasplante, distribución de medicamentos escasos como las vacunas, priorizar
en una lista de espera o un traslado por criterios de supervivencia o gravedad…)
 La justicia social representa lo justo desde el punto de vista legal, de acuerdo a los criterios que
establece la ley en cuanto a prioridad o derecho a una prestación determinada. Tratar a cada
uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (ideológica,
social, cultural, económica, etc.).
 Asistencia urgente, derecho a una ayuda social, derecho a prestaciones farmacéuticas,
derecho de asistencia jurídica, etc.

1.2.5. Concepto de Ética de máximos y mínimos con relación a la Bioética

La aplicación del concepto de ética de mínimos y máximos con respecto a la bioética hace referencia
a las condiciones y comportamientos de los profesionales ante un acto terapéutico, en el que debe
tener en cuenta las características del paciente, su modo de vida, sus posibilidades terapéuticas
reales y su deseos con respecto a la calidad de vida que quiere tener, es un acto de reflexión,
valoración y toma de decisiones, en el que primero consideraremos aspectos mínimos como la
justicia y la no maleficencia (ética de mínimos) y posteriormente realizaremos la reflexión sobre la
beneficencia y la autonomía.
 La ética de mínimos que todo profesional debe realizar en un acto terapéutico, se realiza
teniendo en cuenta al paciente, pero sin la participación del mismo y corresponde a los
principios de Justicia y No maleficencia. ES EL PROFESIONAL EL QUE DEBE ACTUAR DE
ACUERDO A LA LEGALIDAD Y LOS CRITERIOS CIENTÍFICO – TÉCNICOS.
 La Ética de máximos, por su parte hace referencia al bien y máximo beneficio y la
autorrealización personal, y la capacidad para conseguir una propuesta personal de mejora
de vida, por ello se relaciona con los principios bioéticos de Beneficencia y Autonomía. EL
PROFESIONAL OFERTA LA TERAPÉUTICA QUE CONSIDERA MEJOR, PERO ES EL PACIENTE
QUIEN DECIDE SI LA ACEPTA O SE PACTA CONDICIONES AL RESPECTO.

1.3. Dilemas éticos

Todas las acciones y actividades que implican al ser humano plantean diversos puntos de vista y por
tanto discusiones que pueden afectar a la moral y la ética e incluso obliga a un posicionamiento
legislativo al respecto. Los llamados dilemas éticos, afectan especialmente a cuestiones que tiene
que ver con el derecho a la vida y/o la muerte, a la integridad, a la información, etc.; pero sobre todo
a la dignidad humana.

Los dilemas éticos se producen cuando se existe un conflicto de valores morales para lo que no hay
una respuesta correcta o incorrecta, sino perspectivas distintas. Es una situación para lo que existe
más de una solución válida y refleja posiciones y/o argumentos diferentes.

Cuando hay legislación con respecto a un dilema ético, éste sigue planteando dudas con respecto a
lo personal, pero profesionalmente el cumplimiento de la Ley está por encima de la valoración
moral, aunque algunas legislaciones permiten la “objeción de conciencia”, lo cual da margen al
profesional para no participar o realizar actos en contra de su moral.

En cualquiera de los casos, el elemento clave, para la solución de conflictos éticos, es el diálogo y el
consenso, para articular y en lo posible resolver los dilemas causados por la ciencia y la tecnología en
el ámbito de la medicina, de la biología y de las relaciones del hombre con los demás seres vivos.

Muchos de los dilemas éticos, están regulados por Ley, pero no están exentos de discusión y
diferentes posicionamientos sociales.

 Experimentación y aplicación con respecto a nuevas terapéuticas.


 Nuevos medicamentos
 Investigación farmacéutica/farmacológica
 Estudios de bioingeniería (genética - celular …)
 Trasplante de órganos y tejidos en general.
 Tratamientos de fertilidad.
 Acceso a los sistemas de salud (más o menos restrictivos en cuanto al derecho a utilizar los
servicios de salud)
 Aborto - eutanasia - eugenesia.
 Alimentos transgénicos
 Nuevas tecnologías aplicadas.
 Etc…

Conflictos éticos

 Con relación a la justicia:


 Discriminación socio – sanitaria en el anciano. Ageismo (Discriminación por edad)
 Distribución de los recursos sociosanitarios existentes.
 Restricciones de derechos en algunos tratamientos institucionales.
 Con relación a la No maleficencia:
 Abusos y malos tratos del anciano
 Encarnizamiento terapéutico (distanasia). Medidas desproporcionadas de tratamiento.
 Eutanasia y suicidio asistido.
 Cuidados paliativos: Alimentación artificial, sedación…
 En relación al principio de Beneficencia:
 Decisiones de sustitución y sus límites
 Tutela y Curatela
 En relación al principio de autonomía.
 Información, veracidad y consentimiento.
 Intimidad, privacidad y confidencialidad.
 Voluntades anticipadas, testamento Vital.
 Valoración de la competencia del anciano para la toma de decisiones
 Ingresos y tratamientos involuntarios.

1.4 La eutanasia.

La eutanasia es producir la muerte por causas tales como la piedad, la compasión hacia la persona
sometida a dolores y padecimientos.

La eutanasia, es una palabra que deriva de sus raíces griegas que significan “el bien morir”
(eu=bueno, Thanatos=muerte) y la cual se ha definido como “la conducta intencionalmente dirigida
a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por compasión
o por razones médicas”;

En general se debería entender la eutanasia, como un acto de muerte con el consentimiento de una
persona que ya no quiere vivir porque no soporta su forma de vida, y ella misma no puede
producirse la muerte (suicidio), por incapacidad

En España, la Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia (LORE), reconoce y


financia públicamente la prestación, dentro del sistema nacional de salud, a la eutanasia activa y el
suicidio asistido.

Los supuestos en los que un ciudadano puede acogerse a la eutanasia activa o al suicidio asistido
son:

 «sufrir una enfermedad grave incurable»


 «un sufrimiento grave, crónico e imposibilitante».

En ambos casos, hay que solicitar la prestación de ayuda a morir por escrito, que será verificado por
un médico colegiado y autorizado, que se cumplen los requisitos necesarios, realizando con el
paciente (persona con capacidad de decisión), «un proceso deliberativo sobre su diagnóstico,
posibilidades terapéuticas y resultados esperables, así como posibles cuidados paliativos».

Tras una segunda solicitud por escrito, habrá una segunda deliberación que, tras veinticuatro horas,
culminará con la decisión final del paciente.

En caso afirmativo, el médico principal deberá presentar el caso a otro colega, que también deberá
validar las condiciones.

Todavía, antes de recibir la eutanasia una «comisión de garantía y evaluación» recibirá el caso en un
máximo de tres días y tendrá una semana más para dar su resolución.

Tipos de eutanasia

 Voluntaria, cuando la solicita la propia persona que quiere morir.


 Involuntaria, cuando se provoca la muerte de una persona en una situación de sufrimiento y
sin posibilidades de cura, por compasión sin otra intencionalidad.
 Activa, en la que mediante la acción o comportamiento se causa la muerte. (Administración
de un tóxico o sustancias letal directamente).
 Pasiva, en la que la inactividad u omisión de una acción provoca la muerte. (interrupción de
un tratamiento o la desconexión de los soportes de ayuda para mantener la vida se incluyen
entre los supuestos de omisión y por lo tanto entre los de eutanasia pasiva).

Desde el punto de vista de la bioética, es interesante los debates que provoca situaciones o
comportamientos sanitarios terapéuticos como la ortotanasia o distanasia.

 Ortotanasia: Se considera una medida de buena praxis; es aceptada por la mayoría de la


sociedad, ya que se trata de decidir no actuar u omitir una actuación, porque considera que no
va a tener resultados positivos de vida para el paciente.

No se inicia una medida terapéutica porque no se considera que va a tener resultados. La muerte se
produce como consecuencia de la enfermedad en tiempo y forma fisiológica, sin adelantos ni
retrasos.

Se piensa que es legal aquella conducta que intenta acortar el dolor y sufrimiento del paciente sin
acortar la vida, lo que desde el punto de vista ético y jurídico es del todo acorde con la legislación, es
el concepto de ("no RCP").. También se piensa que es legal retirar aquel tratamiento que se ve es
innecesario.

 Distanasia, por el contrario, supone la prolongación innecesaria de la vida con medidas


terapéuticas que pueden suponer agresividad y dolor y alargar un sufrimiento innecesario; la
distanasia también se conoce como encarnizamiento terapéutico.

La Distanasia es legal porque son decisiones terapéuticas que en principio son consentidas por el
paciente o familia, pero se plantea la cuestión ética, en cuanto a la información y asesoramiento
sanitario al respecto.

La Ley 4/2017, de 9 de marzo, de Derechos y Garantías de las Personas en el Proceso de Morir, regula
el derecho a la información, a la dignidad, a la autonomía para decidir y derecho a reclamar una
sedación paliativa para aliviar el dolor y sufrimiento en el momento de la muerte, no es eutanasia, es
sedar a la persona para hacer mejor el momento de la muerte que va a ser natural

 Cacotanasia, que significa “mala muerte”. Es un tipo de eutanasia que se impone sin el
consentimiento y/o en contra de la voluntad del afectado, la cacotanasia es considerada
inmoral, ilegal y rompe con toda consideración ética, ya que atenta en contra de la vida y este es
un derecho fundamental que no debe ser violado por agentes externos.

Podemos hablar de cacotanasia cuando se pretende realizar una eutanasia sin consentimiento del
afectado y con medidas que pudieran suponer atentar contra la dignidad o con agresión inadecuada,
como dejar de dar de comer o beber, provocar lesiones por caídas, e incluso puede considerarse
cacotanasia, la muerte producida por fármacos, en ancianos, cuando se realiza con dolo, es decir
conociendo el resultado; y aunque esta medida pueda ser considerada aceptada por familiares y
algunos sanitarios, no entra dentro del derecho a la eutanasia propiamente dicho y está penada por
Ley.

1.5 Voluntades anticipadas

Capítulo XI de la Ley 41/2002 de Voluntades anticipadas.

Con relación a la autonomía de las personas a decidir sobre su vida, la Ley 41/2002, de 14 de
noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia
de información y documentación clínica (en adelante, Ley de autonomía del paciente) en su artículo
11 incorpora plenamente a nuestro ordenamiento jurídico las instrucciones previas, que es
denominado testamento vital o documento de voluntades anticipadas o de instrucciones previas.

Las voluntades anticipadas, se refiere al documento con registro público (realizado ante notario), en
el cual una persona mayor de edad y en plenas facultades mentales, manifiesta anticipadamente su
voluntad, con objeto de que ésta se cumpla en el momento que no sea capaz de expresarse
personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento,
sobre el destino de su cuerpo o de sus órganos

Es importante destacar que debe existir una situación de inconsciencia o disminución significativa y
verificada de sus facultades mentales, y por tanto autonomía, para la aplicación del testamento vital.

Para que sea siempre efectivo, este documento deberá incorporarse al Registro de instrucciones
previas correspondiente de cada Comunidad autónoma y siempre que exista patologías previas
susceptibles de producir una situación referida (enfermedad terminal, por ejemplo), incluir en la
historia clínica para facilitar el proceso, y efectuar su revocación o modificación, si la persona en
última instancia así lo desea.

En 1967 Lewis Kutner, abogado norteamericano y partidario de la eutanasia, fue el creador del
primer documento de testamento vital.

La primera aparición normativa a nivel nacional se produce gracias al Convenio relativo a los
derechos humanos y biomedicina celebrado en Oviedo el 4 de abril de 1997 y ratificado por España
mediante Instrumento de 23 de junio de 1999.

El testamento vital en España se regula en el art. 11 de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre y


adaptado en cada Comunidad autónoma para su registro y aplicación.
En él se dispone lo siguiente:

- Una persona mayor de edad, capaz y libre, manifiesta anticipadamente su voluntad, con objeto de
que ésta se cumpla en el momento en que llegue a situaciones en cuyas circunstancias no sea capaz
de expresarlos personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el
fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o de los órganos de este.

- El otorgante del documento puede designar, además, un representante para que, llegado el caso,
sirva como interlocutor suyo con el médico o el equipo sanitario para procurar el cumplimiento de
las instrucciones previas.

- Cada servicio de salud regulará el procedimiento adecuado para que, llegado el caso, se garantice
el cumplimiento de las instrucciones previas de cada persona, que deberán constar siempre por
escrito.

- No serán aplicadas las instrucciones previas contrarias al ordenamiento jurídico, a la «lex artis», ni
las que no se correspondan con el supuesto de hecho que el interesado haya previsto en el
momento de manifestarlas.

- En la historia clínica del paciente quedará constancia razonada de las anotaciones relacionadas con
estas previsiones.

- Las instrucciones previas podrán revocarse libremente en cualquier momento dejando constancia
por escrito.

1.6 El aborto.

Se trata de establecer el derecho a la vida del no nato, frente el derecho de la mujer a decidir sobre
su cuerpo. No se incluyen en este delito aquellos intentos que en sí no deben producir el resultado,
como el aborto sobre el feto muerto o no viable.

Los tipos de abortos que son penados independientemente de los supuestos admitidos por la
legislación vigente son aquéllos realizados sin el consentimiento de la mujer, en el que se actúa bien
mediante coacciones, o en aquellos casos en el que el consentimiento se obtiene mediante
violencias, amenazas o engaño, por lo que el consentimiento ya no es válido.

La legislación con respecto al aborto en España se rige por la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y
reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, que entró en vigor el 5 de julio de 2010.
Esta ley sufrió una modificación con Ley orgánica 11/2015 de 21 de septiembre con respecto a las
menores de edad (18 años) y su decisión de abortar por la que se requiere la voluntad de la menor y
el consentimiento de sus padres o tutores legales.

La ley actual del aborto es una ley de tiempos, garantiza la interrupción voluntaria del embarazo
siempre y cuando se realice por un médico/a especialista, ya sea en un centro sanitario público o
uno privado acreditado hasta la 14 semana para todas las mujeres mayores de 18 años sea cual sea
la causa. No será autorizados abortos si no cumple las excepciones o supuestos recogidos en la ley

 El embarazo se podrá interrumpir hasta la semana 22 (Aborto terapéutico/eugenésico), si


existe riesgo para la vida o salud de la embarazada, que existan graves anomalías en el feto o
se detecten anomalías incompatibles con la vida. Debe ser acreditado por dictamen médico
distintos al que realiza o dirige el acto del aborto.
 El embarazo podrá ser interrumpido tras la 22 semana (Aborto eugenésico), solo si existen
enfermedades detectadas en el feto que son incompatibles con la vida o con
malformaciones que le hacen incompatibles. Debe ser valorado por un comité médico de la
Comunidad donde se realiza el aborto previo informe presentado por dos médicos distintos
de quien produce el aborto. El comité especial que valora la situación y propone el aborto,
pertenece a la Comunidad autónoma donde se produce el caso.

Los profesionales sanitarios directamente implicados en la interrupción voluntaria del embarazo


tienen el derecho a ejercer la objeción de conciencia. En este caso, el personal sanitario debe
notificarlo por escrito anticipadamente para garantizar a la mujer el ejercicio de la prestación por
otro profesional especialista.

Tipos de aborto:

− Aborto inducido. Provocado, en cualquiera de sus tipologías.

− Aborto terapéutico, es inducido por razones terapéuticas de la madre ya que de continuar con el
embarazo corre seriamente peligro su vida; debe entenderse que no hay viabilidad para el feto.
También se denominan del mismo modo aquellos abortos que se practican ante la presencia de
alteraciones o enfermedades graves del feto que imposibilitan su supervivencia o su desarrollo
normativo.

− Aborto eugenésico: Cuando se decide para evitar el nacimiento porque se han detectado
malformaciones cromosómicas, compatibles con la vida pero que van a generar unas deficiencias
físicas/psíquicas o ambas. Por ejemplo, cuando se detecta un síndrome de Down.

− Aborto legal. Cualquier tipo de embarazo que cumple la normativa legal vigente en tipología y
plazos.

− Aborto ilegal. Cuando va en contra de la ley independientemente de la tipología.

1.7 Sedación terminal

La sedación paliativa terminal es la disminución deliberada del nivel de conciencia del enfermo
mediante la administración de los fármacos apropiados con el objetivo de evitar un sufrimiento
intenso causado por uno o más síntomas refractarios ante una enfermedad incurable, avanzada e
irreversible, con un pronóstico de vida limitado a semanas o meses. Puede ser continua o
intermitente y su profundidad se gradúa buscando el nivel de sedación mínimo que logre el alivio
sintomático.

La sedación terminal implica la renuncia del paciente a experimentar conscientemente la propia


muerte. Debe estar siempre bien indicada y efectuada. Son elementos fundamentales el
consentimiento informado, la administración de fármacos a dosis adecuadas y la evaluación
continua del paciente.

Es imprescindible:

INDICACIONES DE SEDACIÓN TERMINAL NO INDICACIONES DE SEDACIÓN TERMINAL


 Situación extrema de delirium hiperactivo.  de la pena de los familiares o la carga
 Nauseas/vómitos, disnea, dolor, hemorragia laboral.
masiva, ansiedad, pánico que no haya  Angustia de las personas que atienden al
respondido a los tratamientos indicados y paciente.
aplicados durante un tiempo razonable.
 Sufrimiento intenso causado por síntomas
refractarios.
 Que el enfermo, o en defecto, su familia ha otorgado el consentimiento informado.
 Que el enfermo haya tenido la oportunidad de satisfacer sus necesidades familiares,
espirituales y sociales.
 Dejar constancia en la historia clínica, especificando la naturaleza e intensidad de los
síntomas y las medidas que fueron empleadas para aliviaros.
 Evaluar continuamente el nivel de sedación.

En la Comunidad de Madrid, la Ley 4/2017, de 9 de marzo, de Derechos y Garantías de las


Personas en el Proceso de Morir, regula las intervenciones de la sedación paliativa.

1.8. Con relación a otros dilemas éticos:

 La manipulación genética. En el ámbito de la genética supone realizar intervenciones sobre los


genes humanos, con el fin de modificar la herencia genética. Hay que advertir que se puede
actuar tanto sobre los genes, como recodificar su mensaje, variarlos transmitirlos a otro
organismo (en sentido amplio) como sobre los gametos y embriones. La legislación establece
diferentes niveles de manipulación, según los fines que persiga.

En este sentido, la eugenesia conceptúa el hecho de aplicar intervenciones genéticas con el fin de
manipular las leyes biológicas de la herencia para perfeccionar o modificar la especie humana. La
eugenesia supone una intervención en los rasgos hereditarios para ayudar al nacimiento de
personas más sanas y con mayor inteligencia o evitar enfermedades hereditarias, en cualquiera de
los casos supone un dilema ético, con un importante debate a nivel científico, moral y legal.

 La denegación de asistencia sanitaria y el abandono de los servicios sanitarios. Se trata de un


delito de omisión del deber de socorro que ataca la solidaridad humana que se concreta en el
deber de asistencia respecto a una persona cuya vida o integridad corre un peligro grave. Será
un agravante si la denegación la realiza personal sanitario.
 Los delitos contra la libertad de conciencia y de culto. Viene recogido en el código penal
(España), la violencia, intimidación, fuerza o cualquier otro apremio ilegítimo impidan a un
miembro de una confesión religiosa practicar los actos propios de las creencias que profesen o
asistir a los mismos…. O los que por iguales medios fuercen a otro…a no profesar una religión,
como, por ejemplo, no querer un tratamiento específico como la transfusión de sangre, o no
permitir a una persona a un rezo determinado o a no consumir productos prohibidos por su
religión. Se protege así el Derecho constitucional de libertad de conciencia y de culto, así como
la libertad de religión que debe ser protegida frente al ataque de cualquier persona. Por lo tanto,
toda persona con independencia de su condición puede ser sujeto activo de este delito, lo
mismo que toda persona puede ser sujeto pasivo de este delito. Las acciones constitutivas de
este delito pueden encontrar como un supuesto de exención de la responsabilidad el caso de un
estado de necesidad, cuando un profesional deba intervenir, aún a costa de sacrificar este
derecho fundamental, para salvar la vida de un paciente, siempre y cuando no exista otra
alternativa terapéutica que permita solucionar el conflicto, y que previamente no haya un
documento expreso que manifieste la voluntad de no recibir dicha terapéutica, como puede ser
el caso de las transfusiones de sangre
 Experimentación con humanos. - La investigación científica en el ámbito de las Ciencias de la
salud tiene como objeto proteger a las personas que se presten a un experimento, existe una
amplia legislación al respecto, que configura las alternativas para el desarrollo y la práctica de
investigación y la protección de las personas en cualquiera de las situaciones. También se
pretende proteger aquellas personas que, teniendo derecho a la objeción en actuaciones contra
su voluntad, se vean involucrados en la práctica experimental.
Otros dilemas se encontrarían, en la donación de órganos, la producción de embriones con fines
terapéuticos e incluso la generación de un ser humano con un objetivo terapéutico (niños
medicamentos, por ejemplo), y cualquier tipo de intervención sanitaria en la que confluyen
opiniones y voluntades diferentes y encontradas debido a diversidad cultural, moral o religiosa.

Comités de bioética.

Los comités de bioética son organismos consultores y asesores, multidisciplinar, que se convocan
para realizar un abordaje sistémico y de forma continuada de la dimensión ética de las ciencias de la
salud en general, las políticas sanitarias, la innovación tecnocientífica y las ciencias biológicas en
general. No tiene poder ejecutivo, solo es consultivo y de asesoramiento.

El Comité de Bioética de España fue creado por la Ley 14/2007, de 3 de julio, de Investigación
Biomédica (BOE 4 de julio) como un "órgano colegiado, independiente y de carácter consultivo, que
desarrollará sus funciones, con plena transparencia, sobre materias relacionadas con las
implicaciones éticas y sociales de la Biomedicina y Ciencias de la Salud". El Comité quedó constituido
el 22 de octubre de 2008 y está adscrito al Ministerio de Sanidad.

Tiene la misión de emitir informes, propuestas y recomendaciones para los poderes públicos de
ámbito estatal y autonómico sobre materias relacionadas con las implicaciones éticas y sociales de la
Biomedicina y Ciencias de la Salud. Asimismo, se le asignan las funciones de establecer los principios
generales para la elaboración de códigos de buenas prácticas de investigación científica y la de
representar a España en los foros y organismos supranacionales e internacionales implicados en la
bioética.

Se recomienda la creación de comités de bioética sociosanitarios multidisciplinares, que permitan un


abordaje sistémico de problemas de práctica profesional habitual, y que ayude a los profesionales en
las decisiones terapéuticas, especialmente con las personas en situación de dependencia.

El secreto profesional: concepto y regulación jurídica

Nace como una obligación de los profesionales con el fin de proteger el derecho a la intimidad
personal y familiar de la persona, recogido en la Constitución y en la Ley General de Sanidad LGS
(art. 10.3).

Dicho deber, queda reflejado como hemos dicho en los Códigos Deontológicos, y en los cuales
vienen establecidas las cláusulas generales del secreto y las causas que permiten romper dicho
secreto, pero es importante conocer a quién afecta e implica directamente e indirectamente (qué es
considerado como secreto profesional y qué flujos de comunicación pueden cursar dicha
Información).

3.1. Regulación jurídica.

Específicamente en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del


paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, se regula
la confidencialidad como elemento fundamental de respeto a la autonomía del paciente y al
contenido de la historia clínica.

 Capítulo III. Artículo 7: EL Derecho a la intimidad,


 Capítulo V. La historia clínica. Artículo 18. Derechos de acceso a la historia clínica. Y Artículo
19. Derechos relacionados con la custodia de la historia clínica.
Cuando se incumple el secreto profesional, el paciente tiene derecho a exigir responsabilidades (Ley
Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de Protección Civil de derecho al honor, a la intimidad personal y
familiar y a la propia imagen), especialmente si se hace con ánimo de lucro.

El Código Penal establece como delito, el “Descubrimiento y revelación de secretos”, concretamente


el que afecta al personal que, con motivo de su trabajo en centros sanitarios, tiene conocimiento y
acceso a información confidencial (artículo 199, en su punto 1 y 2).

 El Art. 199.1, Código Penal regula el caso en que de quien revelare secretos ajenos de los
que tiene conocimiento por razón de su oficio, será castigado con la pena de prisión de uno
a tres años y multa de seis a doce meses. (Hace referencia a pinches, mantenimiento,
personal de limpieza…)
 El Art. 199.2, Código Penal establece que el profesional (Personal sanitario, administrativo,
etc..) que, con incumplimiento de su obligación de sigilo o reserva, divulgue los secretos de
otra persona, será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, multa de doce a
veinticuatro meses e inhabilitación especial para dicha profesión por tiempo de dos a seis
años.

Existe de hecho delito relacionado con la documentación sanitaria para profesionales


específicamente a funcionarios o particulares, cuando esta revelación pretende sacar un beneficio a
terceros.

 Arts. 413 al 418 del Código Penal: “Infidelidad a la custodia de documentos y de la violación
de secretos” (dirigido a funcionarios).
 Art. 442 del Código Penal: cuando la revelación de información o secretos se hace con ánimo
de lucro, que le diferencia de la situación anterior.

El Convenio de Oviedo, al regular los derechos de los pacientes, recoge el derecho a la intimidad, a
la existencia de un documento clínico que recoja los datos clínicos y por lo tanto la confidencialidad
de estos.

El secreto profesional tiene una condición moral y otra jurídica, la moral consiste en guardar el
hecho conocido cuando éste pueda producir daños o resultados injustos sobre la persona si se viola
el secreto. La jurídica consiste en la obligación del profesional a guardar secreto porque existe
norma jurídica al respecto en la legislación vigente.

Están sometidas a secreto profesional todas aquellas personas que por su profesión prestan unos
recursos o son confidentes necesarios. El secreto profesional es el compromiso que adopta el
personal sanitario de no desvelar las confidencias y datos clínicos referidos a los pacientes.

Hay que partir que el secreto profesional surge como una obligación del profesional implicado en la
atención sanitaria a personas, ya que, es lógico, existe un derecho correlativo de la persona a su
intimidad; derecho, hay que recordar, está recogido en nuestra Constitución en su artículo 18,
consiste en la obligación de no revelar aquellos datos conocidos en relación a un determinado
proceso asistencial, tanto durante su fase de diagnóstico como en su fase de tratamiento.

La legislación establece que, como regla general, queden separados los datos asistenciales de los
datos que describen la identidad del paciente y que el acceso a los datos y documentos quede
limitado estrictamente a los fines específicos del caso.
3.3 Los tipos de secreto profesional

Podemos hablar de tres niveles de secreto profesional de acuerdo a la legislación vigente:

 Absoluto, en el que se produce una negación de cualquier tipo de revelación.


 Relativo, en el que se permite la revelación de datos a ciertas personas y entidades.
 Compartido, en el que aparte de compartir la información con personas y entidades, amplía
el espectro de personas destinatarias de la información a otro profesional sanitario si es que
ello causa un beneficio para el paciente.

3.4 La extinción del secreto profesional

Se plantea hasta cuándo está vigente dicho secreto. La legislación no ha establecido plazo ninguno
que permita decir cuándo se extingue, es más, se regula en la legislación española que aún en el caso
de que el paciente haya fallecido, los centros sanitarios sólo facilitarán la historia clínica a las
personas vinculadas a él, por razones familiares o de hecho, salvo que el fallecido así lo hubiera
prohibido expresamente.

Ahonda la ley al afirmar que no se dará información que afecte a la intimidad del fallecido y aún en
el caso de que un tercero quiera acceder a la historia clínica motivado por un riesgo para su salud se
limitará a los datos estrictamente pertinentes

Hay que deducir que, incluso una vez fallecido el paciente, se mantiene este deber de secreto y no
se extingue en ningún caso en el tiempo.

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