T.I.F. de Aprendizaje en E. Virtuales
T.I.F. de Aprendizaje en E. Virtuales
T.I.F. de Aprendizaje en E. Virtuales
APRENDIZAJE EN
ENTORNOS VIRTUALES
PROFESORAS: COSTA, JULIETA
KLUG ANTONELLA
ROUSSEAU, ESTEFANIA
COHORTE VIII
13 de Diciembre del 2021
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INTRODUCCION
DESARROLLO
Psicopedagógica nos hace pensar en sus capacidades como mediadora en el espacio clínico, si
bien actuó conforme a sus posibilidades o conocimientos y fue innovador, consideramos que
hubo un poco uso o limitado de las tecnologías, lo que nos lleva a pensar en la posibilidad de
una mayor adaptación o capacitación por parte de la profesional en el uso de las mismas con el
fin de ir readaptando, a lo largo del tiempo, las aplicaciones de nuevos instrumentos de trabajo
dentro del consultorio y de esta manera potenciarlas y generar transformaciones.
Es importante pensar la incorporación de las Tics en este espacio de interacción en
relación a los nuevos intereses del adolescente a través de recursos audiovisuales, audiolibros
y hasta el uso de una Tablet. Juegos dinámicos (relacionados a los videojuegos) podrían ser un
hincapié para generar un espacio nuevo de aprendizaje e intercambio y sobre todo un interés por
parte del paciente, nos ayuda a “pensar a las tecnologías como un vehículo del pensamiento,
como potenciadoras de apropiación del conocimientos que permitan transcender su uso como
meras herramientas y comprender la existencia de una implicación mutua” (Lion C,2006) en el
cual nosotros podemos transformar sin generar una dependencia; cabe destacar la importancia
de determinar un uso moderado y no exagerado dentro de este proceso ya que pueden generar
una dependencia significativa dentro de la vida del adolescente y lo que se busca es crear
espacios de intercambio donde pueda surgir el deseo de conocer.
Este nuevo espacio de interacción por medio de las tecnologías hoy en la actualidad (año
2021) y luego de una pandemia mundial a partir del 2020 (Covid-19) fue muy visible y necesitó
de una gran incorporación de las Tics dentro de la educación y de nuestro contexto clínico
psicopedagógico, por lo que resulta interesante profundizar cuál es el uso de las tecnologías
dentro de este ámbito. Tanto los profesionales como los estudiantes se enfrentan a nuevas
formas de aprendizaje de los cuales muchos, por diferentes circunstancias y de las cuales no
entraremos en profundidad, no estuvieron plenamente preparados.
La educación tuvo un gran desafío bajo el plano de pandemia en el cual muchas
situaciones pasaron al plano digital. La adaptación a la educación hibrida requiere una nueva
forma de desarrollo de vínculos afectivos entre los pacientes-profesionales, entre maestros-
alumnos y a su vez con sus mismos compañeros lo que supone como analiza Coll C.(2008)
pensar desde nuestra practicas nuevos escenarios y actividades que permitan el intercambio, el
acceso a diversos recursos y la adquisición de conocimientos tanto dentro o fuera del ámbito
clínico, sin perder de vista el interés del paciente. Siguiendo esta misma línea Bacher S. (2009)
nos hace cuestionarnos: ¿para qué aprendemos y cuál es el desafío de la educación en el tiempo
líquido? teniendo en cuenta la escena elegida podemos resaltar que las tecnologías nos
interpelan no solo en la vida cotidiana en espacios de ocio sino que en los últimos tiempos son
parte productiva de nuestra vida y nos permiten cambiar y modificar las formas de trabajo, los
medios a través de las cuales las personas acceden al conocimiento, se comunican y aprenden.
Por esta razón sugerimos que la psicopedagoga pueda proponer a las/los docentes del paciente
actividades o dinámicas dentro del espacio curricular que permitan generar nuevos vínculos
desde el espacio virtual con sus compañeros entendiendo las nuevas modalidades que se están
presentando y a su vez ella desde su labor acompañar o profundizar estas nuevas modalidades.
Consideramos que desde nuestra área la Psicopedagogía debe impulsar a que el sujeto
aprenda construyendo y reconstruyendo saberes o pre-saberes de forma crítica y autónoma,
para luego así poder llevarlo a cualquier ámbito de su vida personal. Reconocemos que es
importante para el caso seleccionado que la profesional pueda replantear las estrategias que
utiliza y la concepción de cómo aprende Leonel para que pueda ser él el protagonista de su
proceso de aprendizaje.
El desafío será desarrollar un interés dentro del proceso formativo, potenciar la
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necesario favorecer los procesos de construcción de aprendizaje permitiendo así crear propias
contribuciones y no limitarse a solo recibir información, más bien permitir espacios donde se
pongan en juego las habilidades metacognitivas. Dentro de la escena podemos destacar (y
nosotras estamos de acuerdo) como la psicopedagoga motiva al paciente aprovechando las
video llamadas como un nuevo recurso, compartiendo una lectura y luego forjando la
comprensión y producción.
Podemos destacar como la psicopedagoga atraviesa “fronteras” que en esos momentos
eran inimaginables dándole un nuevo significado a las sesiones con diferentes estrategias
accediendo a las redes en un entorno virtual para así poder comunicarse con su paciente con el
fin de acercarse a los intereses de él dando lugar a la labor desde otra mirada. Ambos, paciente
y profesional en la escena, deberán, como anuncia Perkins, D. (2010) en sus textos, “jugar de
visitantes” para que desde este rol puedan adaptarse a las nuevas modalidades que se están
presentando y así, como advierte Cobo C. (2016), poder trabajar desde las diferencias teniendo
en cuenta que en nuestra actualidad la psicopedagogía se enfrenta a nuevos cambios y desafíos.
Ahora que los medios de comunicación e información se multiplican es necesario estimular
diferentes aspectos para que los sujetos-pacientes aprendan conocimientos, reconozcan
situaciones, aprendan técnicas de estudio y modos de operaciones a través de las tecnologías
no solo por exigencias curriculares sino también para la vida.
La psicopedagogía debe ser facilitadora de nuevas estrategias metodológicas que
permitan un intercambio en el proceso de aprendizaje a través de las Tics. Para favorecer las
condiciones del proceso enseñanza-aprendizaje debemos pensar, como anuncia Cobo, C.
(2016) en sus textos, que las tecnologías pueden enriquecer una buena enseñanza, aunque sin
embargo por si sola una tecnología no puede compensar una enseñanza deficiente. Entonces el
desafío de la escena que nos convoca la psicopedagoga de Leonel deberá ir más allá de sus
propios conocimientos, repensar nuevas formas de intercambio, favorecer nuevas técnicas para
el paciente teniendo en cuenta su estructura deseante particular sin perder de vista sus
posibilidades. En este proceso deberá cuestionarse sobre ¿Con qué recursos cuenta Leonel para
aprender? ¿Cuáles son sus nuevos intereses? ¿Cómo aprende y cómo no aprende hoy Leonel
en estas circunstancias digitales? ¿Qué actividades pueden favorecer la participación del
adolescente en el espacio clínico a través de esta nueva modalidad que él trae? Indagar si en
otros espacios de su vida cotidiana las Tics aparecen y de qué forma para así poder realizar un
trabajo integrativo.
Teniendo en cuenta la complejidad del sujeto, tanto del sujeto deseante como del sujeto
del aprendizaje, podemos decir que las nuevas tecnologías aplicadas benefician al proceso de
aprendizaje y enseñanza; es necesario también considerar a las nuevas tecnologías como una
herramienta, más que como un obstáculo, para el proceso terapéutico y el proceso de
aprendizaje. Siguiendo los principios que desarrolla Perkins, D. (2010), como profesionales,
nuestro rol implica mantener el compromiso, la motivación y el esfuerzo con la riqueza del juego
para poder desarrollar resultados deseados integrando poco a poco nuevas estrategias que
faciliten el aprendizaje.
A su vez, retomando la categoría de tecnoconocimiento que nos aporta Lion, C(2006), y
los Apuntes de la Catedra (2021), damos cuenta de una relación profunda entre la tecnología y
el conocimiento que no se trata simplemente de un soporte en relación a un contenido sino de la
apertura a canales para la apropiación, relación y reconstrucción del conocimiento a través de la
imagen y de los procesos perceptivos donde la interacción se convierte en una posibilidad para
descubrir y transitar desde la acción que nos convoca como profesionales.
Es por eso que cuando miramos a la psicopedagogía desde su quehacer podemos
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relacionarlo con la didáctica del que enseña, aunque no es un profesor o una profesora sí
interviene desde los procesos de enseñanza y aprendizaje para los cuales hay estrategias de
intervención propias del área; así que debemos ir más allá y abordarlas como mediadoras de
aprendizaje con el conocimiento de las etapas del desarrollo de cualquier individuo, pero nunca
perder de vista que cumple el rol de intermediaria entre el conocimiento y el paciente, siendo un
puente construido con significancia del aprendizaje.
Ante estos nuevos cambios que se están dando en el encuadre de las sesiones, el pasaje
de lo presencial a lo virtual (no precisamente por un contexto pandémico o una necesidad),
quisiéramos profundizar sobre los nuevos cambios atencionales que se observan en este último
tiempo teniendo como referencias el recorte de la escena seleccionada. Fernández, A (2011)
propone el análisis de las “modalidades atencionales” que paralelamente a las “modalidades de
aprendizaje” se van construyendo a lo largo de la vida de cada individuo. Así como las
modalidades de aprendizaje se constituyen en relación con las modalidades de enseñanza
imperantes en el medio familiar y social, las modalidades atencionales singulares se conforman
en correspondencia a los modos de ser atendidos y con los modos atencionales propuestos o
impuestos por la sociedad. Es decir, que la modalidad atencional se construye solidariamente
con los contextos sociales propios de cada época.
Es muy interesante como se resignifican los modos de atender en un contexto donde las
tecnologías ocupan un lugar de importancia para la sociedad en el cual a través de diferentes
dispositivos se van construyendo conocimientos y saberes donde se pone en juego la atención.
Los recursos actuales imponen transformaciones que modifican los modos de representación de
la realidad y la propia percepción. La percepción juega un papel importante en la actividad
atencional, no es un hecho meramente biológico: es una construcción anclada en la historia y en
el particular contexto social. La psicopedagogía precisa intervenir con su mirada en el análisis de
estas “nuevas escrituras” que van transformando la representación de tiempo y espacio y
conformando a las modalidades atencionales.
Estos cambios del individuo en la atencionalidad, atravesados por las configuraciones en
las representaciones de tiempo y espacio que las nuevas tecnologías promueven, pueden
aportar condiciones benéficas para el desarrollo de la capacidad atencional si se les ofrece un
ambiente facilitador. Por el contrario, se convierten en obstáculos o impedimentos si se
encuentran en un ambiente donde los consideran inútiles o patológicos.
En la actualidad se busca implementar nuevas formas de construir aprendizajes, cambiar
o eliminar escenarios en los cuales los estudiantes-pacientes se los ve como simples receptores
de conocimientos. Hoy se apunta a buscar que los sujetos aprendientes puedan involucrarse en
el proceso de aprendizaje que transcurren como generadores de opiniones, ideas y reflexiones
entre otras cosas. Reiteramos que desde nuestra formación la Psicopedagoga debe explorar
nuevos espacios para que el sujeto pueda incrementar el deseo de aprender a través de sus
intereses, facilitando así encuentros de construcción del pensamiento propio. Fernández, A
(2009) nos invita a posibilitar espacios de autoría de pensamiento que posibiliten hacer pensables
ciertos contenidos. En el caso que estamos analizando podríamos suponer que el dispositivo
telefónico comienza a incorporarse en la vida de Leonel a modo de distracción. Sin embargo,
dentro del espacio clínico se puede utilizar de diversas formas como instrumento de trabajo en
relación a sus aprendizajes, facilitando el intercambio y por qué no el juego, y de este modo
reconocerlo protagonista de sus pensamientos mientras experimenta la alegría de la autoría y
pueda erigir el deseo de querer conocer.
Por otra parte la misma autora nos empuja a pensar un espacio donde el “flotar
atencional” se oriente hacia el pensar significante a través de una atención fluctuante, debemos
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romper con la idea de que la única forma de construir conocimiento es si el sujeto presta atención
estando en silencio, quieto, escuchando y mirando a quien le brinda información. Hoy no sucede
de esta manera debido a los cambios que van surgiendo. Podemos observar como las personas
a través de diferentes estímulos logramos dirigir nuestra atención a varias situaciones o bien
amplificarla en otras circunstancias que pueden o no estar relacionadas directamente con lo que
estamos realizando. Podríamos cuestionarnos ¿Cómo estudian actualmente los adolescentes
que aprenden? La respuesta se puede leer entre líneas dentro de los acontecimientos que fue
realizando Leonel en el horario sus sesiones, él realizaba simultáneamente diferentes tareas:
leer, escribir-responder, escuchaba los llamados de la psicopedagoga, reía y jugaba. Estas
formas de atender a diversos estímulos no son nada parecido al modelo de atención
unidireccional que se solía esperar en un adolescente.
Haciendo hincapié sobre esto quisiéramos compartir algo que nos sucedía mientras
leíamos los textos de la cátedra. Sin darnos cuenta, a medida que íbamos leyendo,
relacionábamos los contenidos con vivencias previas y esto nos hacía irnos y volver a la lectura
bastante seguido. Quienes se encontraban cercanos a nosotras (nuestros familiares) pensaban
que simplemente nos estábamos distrayendo o que no nos concentrábamos lo suficiente
perjudicando nuestro objetivo principal que era analizar la lectura, y para ellos terminar el trabajo
con ligereza.
Ante esta situación no pudimos evitar reflexionar como nuestra atención libre-fluctuante
nos hacía comprender mejor estas nuevas ideas que íbamos incorporando, deliberábamos sobre
nuestra forma de asimilar los contenidos, lo que nos llevó a entender la importancia de generar
espacios facilitadores a través de nuestra profesión, sobre todo con nuestros pacientes ya que
experimentamos que nuestras analogías nos permitían entender, profundizar y reflexionar sobre
lo que íbamos analizando. En el caso de Leonel podríamos sugerir a la profesional tomar estas
nuevas incorporaciones y posibilitar a que el niño pueda ir construyendo aprendizajes desde la
experiencia, dando lugar a la creatividad y al pensamiento crítico ya que entendemos que hoy en
la actualidad los niños, y sobre todos los adolescentes, van desarrollando aprendizajes
simultáneos y van atendiendo estímulos diversos al mismo tiempo. Sugerimos cuestionarnos
sobre: ¿Cómo lograr espacios que favorezcan la construcción de una atención libre? ¿Cómo
lograr construir aprendizajes significativos? ¿Qué actividades activan en el paciente el deseo de
conocer? Proponemos indagar si desde otros espacios se da lugar a la creatividad, si se tiene
en cuenta las ideas, sugerencias o propuestas que ofrece el sujeto o simplemente son criticadas.
Creemos significativas estas interrogaciones ya que gran parte de los jóvenes reciben el rotulo
de “déficit atencional” cuando en realidad tienen un exceso de focalización y rigidez atencional.
La exigencia de dirigir la atención y la repetición mecánica del objeto enseñado, que suele darse,
no pone en juego la actividad atencional y, por lo tanto, no permite aprender.
Como cierre quisiéramos destacar dentro de la escena la atención que tiene Leonel al
juego que está realizando en relación a las invitaciones que ejecuta la psicopedagoga para que
participe de las sesiones, el joven deja en evidencia su interés por seguir jugando al juego que
le brinda el teléfono móvil; son estas situaciones las que no deben impedir nuestras
intervenciones ya que como mencionamos a lo largo de este escrito no debemos ver estos
nuevos hábitos como una dificultad sino como una posibilidad para aprender que pueden ser
puentes de construcción. Por último, aludimos a la profesional a intentar involucrarse y entender
que cosas distinguen al juego, por qué prefiere jugar ese juego y no otro, por qué antepone hacer
una video llamada y no entrar al consultorio. Estas preguntas y muchas más pueden hacer
hincapié a nuevos interrogantes que como profesionales debemos plantearnos.
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REFERENCIAS
Coll, C. (2008). Aprender y enseñar con las TIC: expectativas, realidad y potencialidades. Boletín
de la institución libre de enseñanza, 72(1),7-40.
Lion, Carina (2006). El tecnoconocimiento. La crujía. Imaginar con tecnologías Relaciones entre
tecnología y conocimiento (pp.85-93). Stella.
Odetti, V., & Caldeiro, G. Identidades digitales en construcción. Educar en la era digital. Docencia,
tecnología y aprendizaje. (pp. 81- 94) Pandora.