Operación Cóndor

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John Dinges

2015 Operación Cóndor_


el arma internacional del Estado
de Terror en el Cono Sur

Traducción del inglés al español/ Valentina Infante


A mediados de 1975, el General Augusto Pinochet y su servicio de seguridad, DINA, tuvieron a Chile bajo
control. Más de 2.000 personas habían sido ejecutadas por los militares. Los cuerpos ya no aparecían en las
calles y canales; los militares ahora operaban centros de tortura secretos en los cuales “desaparecieron”
cientos de víctimas más. Las decenas de miles de presos que estuvieron detenidos en campos tales como
Chacabuco e Isla Dawson fueron liberados y la mayoría de ellos expulsados del país.

Por lo menos 100.000 chilenos habían ido al exilio, ya sea voluntariamente, por expulsión o huyendo por temor a
perder sus vidas. Además de Chile, se establecieron gobiernos militares de derecha en Brasil, Uruguay, Bolivia,
Paraguay, y un golpe de Estado ocurriría pronto en Argentina también. Los líderes de estos países estaban
convencidos de que la amenaza de los marxistas y sus aliados democráticos era internacional. Se vieron a sí
mismos en el Cono Sur como “el último bastión de la civilización cristiana.” Hablaban de una “Tercera Guerra
Mundial” que exigía una total y coordinada respuesta a través de las fronteras, contra los enemigos en toda
América Latina e incluso contra los que habían buscado refugio en Europa y Estados Unidos 1 .

El control interno no fue suficiente. El enemigo internacional requería de una organización militar internacio-
nal. Así nació – a finales de noviembre de 1975 en una reunión en la Academia de Guerra en Santiago – lo
que los militares reunidos llamaron el Sistema Cóndor. El delegado uruguayo propuso el nombre Cóndor “en
homenaje al país sede”.

Los primeros signatarios fueron Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay. Brasil estuvo presente pero no
se convertiría en miembro oficial sino hasta seis meses después.

El General Pinochet abrió la primera sesión, y el Coronel Manuel Contreras, jefe de la Dirección de Inteligencia
Nacional DINA, explicó el propósito de la nueva organización. “[la] Subversión…no reconoce fronteras ni paí-
ses, y su infiltración está penetrando todos los niveles de la vida nacional. La subversión ha desarrollado una
estructura de liderazgo que es intercontinental, continental, regional y subregional” escribió. El blanco más
importante de la nueva organización era la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR), una alianza de grupos
guerrilleros con sede en Argentina. Contreras dijo que los grupos armados eran apoyados por “todo tipo de
comités de solidaridad, Congresos, Tribunales.” Ellos también serían atacados.

1
Las citas son de Harry Shlaudeman a Henry Kissinger, “La Tercera Guerra Mundial y América del Sur”, memorando secreto del Departamento de Estado,
3 de agosto de 1975 (desclasificados en 2001). La idea de la Tercera Guerra Mundial es explícita en este notable documento del Departamento de Estado
de Estados Unidos que analiza la Operación Cóndor. La mayoría de lo que se sabe sobre los métodos, objetivos y operaciones de la alianza Cóndor,
se encuentra en varias colecciones de documentos: entre ellos las colecciones de documentos estadounidenses desclasificados de Chile y Argentina;
la correspondencia de Enrique Arancibia Clavel con la DINA; el Archivo del Terror de Paraguay descubierto en 1992, y diversos documentos militares
descubiertos en archivos secretos en Chile, Argentina, y otros países miembros del Cóndor.

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Los “acuerdos bilaterales” informales que existían entre las fuerzas militares de los países en el pasado no eran
suficientes, explicó. La nueva organización traería “coordinación efectiva” de la lucha contra los subversivos.
La nueva organización Cóndor era en realidad un gigantesco salto hacia adelante en el Estado de terror, a
diferencia de cualquier cosa que había ocurrido antes en América Latina 2.

En declaraciones públicas y testimonios judiciales posteriores, Contreras ha afirmado que Cóndor consistía sólo
en la recogida y almacenamiento de información entre los países miembros. Lo describió inocuamente como
“Interpol para la subversión”, en referencia al sistema de policías internacionales de detención y extradición
de criminales que han huido a otros países.

Otros cuentan una historia radicalmente diferente. Entrevisté a uno de los participantes de la reunión en San-
tiago, el Coronel uruguayo José Alberto Fons. Dijo que el propósito real de la organización estaba claro desde
el primer día: el asesinato internacional. Y usó un ejemplo revelador.

“A propuesta de Chile, se iba a eliminar a gente en cualquier parte del mundo, gente que estaba haciendo
daño al país, gente como Letelier”, dijo Fons.

Su ejemplo fue Orlando Letelier, el ex Canciller para el gobierno de izquierda del presidente Salvador Allende,
quien fue derrocado por Pinochet en Septiembre de 1973. Letelier fue prisionero de la Isla Dawson durante un
año antes de ser expulsado al exilio. Estando en Washington DC, se había convertido en una poderosa voz de
oposición contra Pinochet y las demás dictaduras. En septiembre de 1976, un equipo internacional enviado por
Chile asesinó a Letelier mediante la colocación de una bomba en su auto, la cual explotó mientras conducía
por una avenida principal, conocida como Embassy Row, en Washington DC.

“[Lo de Letelier] fue una operación bien hecha”, dijo Fons. “Chile tenía los medios y la decisión de operar.
Repito: los medios y la decisión de operar”.

El asesinato de Letelier fue una “operación” Cóndor – la palabra que oficiales de inteligencia utilizaban para
referirse a acciones militares secretas, y que servía como eufemismo de asesinato político.

La nueva organización era más que un plan, más que un “sistema” inocuo. Se trataba de operaciones, pro-
porcionando así el nombre con el que la “Operación Cóndor” se conoce más comúnmente.

2
Contreras se refería a lo que él llamaba “acuerdos de caballeros” por los cuales las fuerzas militares habían estado coordinando acciones en contra
de la izquierda. La CIA, al informar sobre la creación de la Operación Cóndor, trazó la cooperación informal a 1974, coincidiendo con la evaluación de
Contreras de que no había sido efectiva. Una entrada de Wikipedia sobre la Operación Cóndor cita el documento de la CIA de manera incompleta. He
aquí el texto completo del informe del 23 de junio de 1976 de la CIA: “A principios de 1974, los funcionarios de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay,
Paraguay y Bolivia se reunieron en Buenos Aires para preparar acciones coordinadas contra objetivos subversivos. [frase tachada] Desde entonces,
[palabras tachadas] los Argentinos han realizado operaciones antisubversivas conjuntas con los Chilenos y los Uruguayos. Hasta hace poco, sin embargo,
no había indicios de que esta cooperación fuera de gran envergadura o muy efectiva.” En todo caso, pocas o ninguna de las víctimas de la temprana
coordinación han salido a la luz, mientras las vÍctimas confirmadas del nuevo Sistema Cóndor llegan a por lo menos 350 personas.
El artículo de Wikipedia contiene numerosos errores – por ejemplo la afirmación infundada que Cóndor mató a 60.000 personas - y no debe conside-
rarse fiable o factual hasta que sea revisada. Muchas afirmaciones del artículo no distinguen entre las opiniones de algún autor citado y los hechos
apoyados por evidencia directa.

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Chile ya había realizado otros dos atentados internacionales – el asesinato del General Carlos Prats y su esposa
en Buenos Aires en septiembre de 1974 y el ataque que dejó inválido al destacado dirigente político Demócrata
Cristiano Bernardo Leighton en Roma en 1975.

Los otros países Cóndor también tenían sus propios adversarios políticos y militares que eran blancos para
eliminación, muchos de ellos exiliados en Argentina, donde la alianza subterránea de izquierda JCR tenía su
sede. Para Uruguay, fueron los Tupamaros, grupo miembro de la JCR, y otro grupo militante, el Partido para
la Victoria del Pueblo. Para Bolivia fue el ELN, también parte de la JCR, y el ex presidente, el General Juan
José Torres. El MIR de Chile estaba trabajando en estrecha colaboración con el grupo trotskista argentino, el
ERP, en la sede del JCR. Paraguay quería localizar al líder rebelde del Partido Colorado Agustín Goiburu, quien
había intentado, sin éxito, asesinar al dictador Alfredo Stroessner el año anterior. Argentina usaba Cóndor
para perseguir el ERP, y también para ir tras los máximos líderes de Montoneros Peronistas que habían huido
a Perú, Brasil, México y España 3.

La descripción más completa de esta nueva alianza militar contra la izquierda fue proporcionada por la Oficina
Federal de Investigaciones de EEUU (FBI). El agente del FBI Robert Scherrer, desde Buenos Aires, informó de
la existencia de la Operación Cóndor como parte de su investigación sobre el asesinato de Orlando Letelier. El
sistema de intercambio de inteligencia era sólo la “Fase I” del Cóndor, informó en un cable a sus superiores 4.
La Fase II fue “operaciones conjuntas” donde se les permitió a fuerzas de seguridad operar dentro de los demás
países para localizar a sus objetivos.

Muchas operaciones de Fase II ya habían tenido lugar en Argentina cuando Scherrer escribió su informe, el 28
de septiembre 1976- una semana después del asesinato de Letelier- el 21 del mismo mes. Las operaciones
Cóndor habían prácticamente eliminado el JCR, y sus miembros supervivientes huían del país. Más de 100
militantes uruguayos del PVP fueron capturados en Buenos Aires, junto con un botín de $2.000.000 que el PVP
había obtenido como rescate en un secuestro. Figuras políticas prominentes habían sido asesinadas, entre ellos
el ex presidente de Bolivia, Juan José Torres, y los líderes políticos uruguayos Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar
Michelini. Unidades de inteligencia de Chile y Uruguay y otros países Cóndor estaban trabajando en Argentina,
capturando, torturando y asesinando a sus objetivos. En algunos casos las víctimas fueron transportadas a
otros países Cóndor o enviados a sus propios países. En casi todos los casos los objetivos fueron asesinados
y “desaparecidos”.

3
Las fuentes de estas citas y todas las demás referencias fácticas se explican en detalle en mi libro, The Condor Years (The New Press, 2004, 2013),
publicada en español como Operación Cóndor (Ediciones B, 2004). Los nombres completos de los grupos armados son Movimiento de Izquierda Revolu-
cionaria (MIR); Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP, también conocido como Partido Revolucionario de los Trabajadores PRT); Ejército de Liberación
Nacional (ELN); Partido para la Victoria del Pueblo (PVP-que no era un miembro de la JCR), y el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros.
4
Cable del FBI, 28 de septiembre de 1976, secreto, cuyo texto fue publicado por primera vez en John Dinges y Saul Landau, Assassination on Embassy
Row (Pantheon, 1980; Open Road 2014) ( publicado en español como Operación Cóndor, Lasser 1981, Planeta 1990 ), http://www.openroadmedia.com/
ebook/assassination-on-embassy-row/. La investigación de Scherrer llevó a la primera presentación de informes públicos sobre la existencia de Cóndor.
Sin embargo, la CIA y el Departamento de Estado sabían meses antes sobre Cóndor y su propósito de llevar a cabo asesinatos internacionales. En mi
libro The Condor Years (The New Press 2004, 2013) en español Operación Cóndor (EdicionesB 2004), sostengo que si el Secretario de Estado Henry
Kissinger hubiese actuado sobre la información que poseía, el asesinato de Letelier en Washington DC se podría haber evitado.

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Había más sobre Cóndor, descubrió Scherrer. “Una tercera y más secreta Fase de la ‘Operación Cóndor’ impli-
caba la formación de equipos especiales de los países miembros que viajaban a cualquier parte del mundo…
para llevar a cabo…asesinatos contra los terroristas o simpatizantes de organizaciones terroristas de los
países miembros de la Operación Cóndor”, informó Scherrer. El asesinato de Letelier era, probablemente, una
operación de la Fase III liderado por Chile en Washington, según las declaraciones de su fuente, un oficial de
inteligencia del ejército argentino. Otra operación de la Fase III se encontraba en la etapa de planificación,
para asesinar a blancos en Francia y Portugal 5.

Los equipos de asesinato para las únicas operaciones de la Fase III que conocemos estaban compuestos por
oficiales militares de Chile, Uruguay y Argentina. Además del personal militar, extremistas de grupos anticas-
tristas cubanos también participaron en las “Operaciones Cóndor” en América Latina, Estados Unidos y Europa.
También hubo participación de un grupo fascista italiano. La CIA en 1976 detectó un plan (nunca realizado)
de Uruguay para utilizar agentes chilenos para matar a un congresista estadounidense, Edward Koch. Perú se
unió a Cóndor en 1980 y permitió ahí al menos una operación argentina contra Montoneros, lo que resultó en
tres asesinatos. El cuerpo de una víctima capturada en Lima se encontró en Madrid, España, más de un mes
después. Ecuador también se unió a Cóndor en los últimos años, pero no se ha identificado ninguna operación
concreta que se haya realizado.

La Operación Cóndor fue altamente selectiva, actuando sólo contra objetivos internacionales. Las operaciones
de Cóndor – esto es, secuestros y asesinatos de personas fuera de su propio país – son difíciles de cuantificar,
pero representan aproximadamente 350 muertes. El mayor grupo de víctimas fueron 135 uruguayos secues-
trados en Argentina, todos menos 20 de los cuales desaparecieron. Cabe distinguir con precisión los crímenes
de la Operación Cóndor de la represión masiva en los propios países que dieron lugar a un número de muertos
verificado de al menos 17.000 personas asesinadas durante el período en los países del Cono Sur.

Por desgracia, la Operación Cóndor también ha generado algunas afirmaciones exageradas o de franca desin-
formación. El jefe de la DINA, Manuel Contreras, con clara intención de encubrir su propia actuación, contribuyó
a la desinformación al afirmar que la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos – no la DINA – era
responsable del asesinato de Orlando Letelier. Y esa acusación errónea – reforzada por el hecho confirmado
de que el gobierno de Estados Unidos consintió la represión masiva y proporcionó capacitación y equipo a
las diferentes agencias de seguridad, incluyendo la DINA – se ha difundido ampliamente en América Latina.
Cóndor fue exitoso en su primer año al eliminar prácticamente la JCR en América Latina y obligar a sus líderes
supervivientes al exilio en Europa. Los asesinatos de líderes políticos mas prominentes, como Letelier, Michelini,
Gutiérrez, Torres y otros, probablemente desaceleraron el retorno a la democracia, al noquear algunas de las
alternativas democráticas más fuertes y legítimas a las dictaduras.

5
Scherrer tenía inteligencia directa y al día. Menciona en su cable que el director de Inteligencia del Ejército Argentino había estado en Santiago la
semana anterior - incluido el día en que Letelier fue asesinado en Washington - para consultar acerca de las operaciones Cóndor con Contreras, jefe
de la DINA, en Chile. El oficial con ese título fue el general Carlos Alberto Martínez.

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Pero al final hay que decir que la Operación Cóndor fue gravemente contraproducente para sus creadores.
Las operaciones internacionales crearon senderos de pruebas que no pudieron ser borrados fácilmente, expo-
niendo a las fuerzas de seguridad a investigaciones internacionales que no podían controlar. Primero el FBI
de los Estados Unidos, a continuación tribunales de Italia, España y finalmente en Chile y Argentina iniciaron
investigaciones y juicios con respecto a crímenes contra los derechos humanos.

La evidencia desarrollada sobre la Operación Cóndor fue la responsable de la detención del General Augusto
Pinochet en Londres en 1998. El General Contreras, el arquitecto del plan Cóndor, fue declarado culpable
de los delitos relacionados con el asesinato de Letelier y la Operación Cóndor, entre otros crímenes, y murió
pagando condena.

La Tercera Guerra Mundial que los dictadores y sus partidarios vislumbraron, resultó ser una paranoica pero
homicida fantasía que no impidió a América Latina el retorno a la democracia.

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