Glide Con Inversones y Desarrollo Sur

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Glide Diversiones Limitada con Compañía de Inversiones y Desarrollo Sur S.A.

Fuente : N° Legal Publishing 39372

Tribunal: 1ª instancia: 24º Juzgado Civil de Santiago1; 2ª instancia: Corte de Apelaciones de


Santiago2; en casación Corte Suprema3.

07 de Marzo de 2003.

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA.

Vistos:

Glide Diversiones Limitada, (…) deduce demanda contra Compañía de Inversiones y Desarrollo
Sur S.A. (Cidsur), (…) pretendiendo en lo principal se declare terminado el contrato de
arrendamiento que une a las partes y en el primer otrosí se le indemnicen los perjuicios sufridos,
que avalúa en la suma de $ 366.600.000. Fundamenta su pretensión principal en que por
contrato de 1º de octubre de 2001, la demandada le dio en arrendamiento un predio urbano (…)
por un lapso de hasta el 15 de octubre de 2003, renovable por períodos de un año. De acuerdo a
la cláusula segunda del contrato, el predio se destinaría exclusivamente a la instalación, manejo
y desarrollo de un mini golf y las actividades relacionadas con el negocio. (…) luego de
iniciados los trabajos de habilitación del predio, se presentaron los antecedentes a la Dirección
de Obras de I. Municipalidad de Vitacura, (…) para su aprobación siendo rechazada por cuanto
el predio no estaba urbanizado, no contaba con un permiso de edificación, ni menos recepción
final, por lo que de acuerdo a tal rogativa se reunieron con el Director de Obras y representantes
de la arrendadora, reunión en la cual el referido Director les manifestó que como el terreno
mayor donde se encuentra el predio arrendado no había adoptado la línea oficial, el proyecto
nunca obtendría patente ni recepción final, instrumentos esenciales para operar el negocio,
imposibilidad que se mantendría mientras no se urbanizara y se adoptara la línea oficial.
Además, sostienen que el terreno mayor donde se encuentra el predio arrendado tiene una franja
sujeta a utilidad pública lo que implica que el propietario en algún momento deberá hacer cesión
de dicha franja para obtener los permisos para ejecutar en él alguna obra, razón por la cual a la
actora le es imposible obtener los permisos para la implementación de la actividad a desarrollar,
por cuanto la arrendadora le señaló que no estaba en condiciones de hacer la referida cesión de
terrenos. Sostienen que de esta manera al entregar el terreno sin urbanizar, la arrendadora ha
violado su obligación de entregar la cosa en estado de servir para el fin para el cual fue
arrendada, por lo que los artículos 1932 y 1933 del Código Civil le conceden el derecho de
desistirse del contrato y solicitar indemnización de perjuicios, lo cual hace en el primer otrosí
del escrito de demanda, avaluando sus perjuicios sufridos a raíz del incumplimiento de Cidsur
en $ 34.600.000 por concepto de daño emergente y $ 332.000.000 por lucro cesante, con costas.

(…) La demandada contesta, señalando que los obstáculos supuestos que Glide alega provienen
de su deficiente comprensión de la normativa que regula la materia o de su negligencia en la
tramitación de los permisos respectivos, sirviendo el inmueble para el fin que fue arrendado.
Opuso las siguientes excepciones a la demanda (…) a) De incumplimiento del contrato,
fundándola en que Cidsur cumplió con su obligación de entregar el inmueble sin que la actora
formulara reserva de ninguna especie y que el cumplimiento de los requisitos legales y
administrativos para la ejecución del proyecto nunca fue obligación de Cidsur que de acuerdo a
la cláusula segunda del contrato celebrado con la actora, eran de responsabilidad de la
arrendataria; b) De inculpabilidad, fundada en que no existe una acción culpable imputable a

1
Juez Titular don Nibaldo Cabezas López.
2
Séptima Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, integrada por los Ministros Juan Cristóbal
Mera Muñoz Juana Latham Fuenzalida y la Abogado Integrante Andrea Muñoz Sánchez
3
Primera Sala de la Excma. Corte Suprema, integrada por los Ministros Milton Juica, Sergio Muñoz,
Margarita Herreros y Abogados Integrantes Oscar Herrera y Hernán Álvarez.

{FN: 350865 v.1}


Cidsur; c) De falta de legitimidad activa por cuanto no se cumplen los requisitos que contempla
el artículo 1932 del Código Civil para que la actora solicite la terminación del arrendamiento
pues el inmueble sirve para el fin con que fue arrendado; d) De limitación de responsabilidad de
Cidsur por cuanto la cláusula tercera del contrato estableció que Glide sólo podría aspirar a una
indemnización por término anticipado de contrato de 900 U.F; e) De contrato no cumplido por
cuanto Glide no ha cumplido ni está llana a cumplir su obligación de pagar la renta convenida.

Contestando la demanda de indemnización (…) opuso las siguientes excepciones: a) Falta de


requisitos para que proceda la indemnización por cuanto el daño emergente alegado por la
actora y los desembolsos que lo constituirían provienen de su negligencia, pues no verificó el
estado jurídico del bien arrendado con anterioridad a la suscripción del contrato ni tampoco
diligenció antes de empezar las obras los permisos requeridos. Alega además la inexistencia del
lucro cesante por cuanto se trata de ganancias futuras sobre los cuales no hay ni puede existir
certeza, pues lo basa en un mero proyecto y no se encuentran justificadas las estimaciones que
el actor hace de los posibles resultados del proyecto; y b) De disminución de la indemnización
pues la negligencia con que actuó Glide fue la causa única y exclusiva de sus perjuicios.

(…) dedujo además demanda reconvencional de terminación anticipada del contrato con
indemnización de perjuicios contra la actora, fundada en que la actora está en mora de pagar la
renta proporcional entre los días 18 y 31 de marzo y las mensualidades de abril y mayo de 2002,
de 125 U.F. cada una, (…)

Considerando:

III. En cuanto al fondo de la demanda principal:

Cuarto: Que la existencia del contrato de arrendamiento que vincula a las partes, y sus términos,
se encuentra justificada mediante instrumento privado agregado a fs. 1, no objetado, el cual da
cuenta de un arrendamiento entre las partes, sobre el predio urbano formado por el polígono A
B C D, con una superficie aproximada de 3200 metros cuadrados, ubicado en un terreno de
mayor extensión con acceso por Avda. Las Condes Nº 1.956, de la comuna de Vitacura, según
croquis agregado a fs. 6 anexado al contrato vigente a partir del 1º de octubre de 2001, por una
renta pagadera por mensualidades anticipadas de 125 U.F.

Quinto: Que, (…) corresponde determinar si se entregó el predio en estado de servir para el fin
que se tuvo en vista a la época de celebrar el contrato de arrendamiento, dado que tal cuestión es
el fundamento de las pretensiones de la actora principal.

Sexto: Que de acuerdo a la cláusula segunda del contrato suscrito por las partes, el destino del
inmueble sería exclusivamente la instalación, manejo y desarrollo de un mini golf y sus
instalaciones complementarias y adicionales relacionadas con la operación del negocio con
sujeción estricta a los. permisos y autorizaciones municipales u otras pertinentes que regulan la
actividad de la arrendataria. Por tanto, esa es la finalidad que daría al predio, la cual tuvieron en
vista las partes al momento de contratar, y siendo tal fin conocido y aceptado por ambos
contratantes, se elevó a la categoría de elemento esencial del contrato celebrado por las partes.

Séptimo: Que, (…) de acuerdo con la prueba rendida en autos, documental, testimonial y
pericial, este Tribunal establece los siguientes hechos:

i) Que, el predio arrendado en principio podría ser destinado a la implementación del proyecto
cancha de mini golf pues de acuerdo al certificado de zonificación de uso de suelo (…) emitido
por la DOM, el uso de suelo solicitado (deporte) se encuentra permitido y la actividad es
concordante con dicho uso.

ii) Que, el predio arrendado se encuentra afecto por declaración de utilidad pública y con obras
de urbanización incompletas (…)

{FN: 350865 v.1}


Octavo: Que de conformidad con la cláusula segunda del contrato suscrito, sería de cargo de
Glide la obtención de todos los permisos y autorizaciones necesarias para el funcionamiento de
la actividad a desarrollar facultándola el arrendador para tal efecto, siendo esta obligación de
Glide un elemento esencial del contrato (…)

Noveno: Que, en relación a tales permisos corresponde analizar si éstos fueron solicitados en
forma oportuna por la arrendataria en cumplimiento de su obligación asumida en la cláusula
segunda del contrato suscrito con Cidsur.

En tal sentido, este sentenciador establece que la arrendataria, asumiendo su responsabilidad,


solicitó el permiso de edificación correspondiente (…) solicitud que fue rechazada por tal
organismo (…), por cuanto el terreno no acredita recepción definitiva y porque la actividad
propuesta no se compadece con las descritas en el inciso segundo del artículo 145 de la ley
General de Urbanismo y Construcciones, para efectos de su habilitación parcial, (…) tales
observaciones se refieren al terreno mayor donde se ubica el predio arrendado, por tanto
necesariamente ha de concluirse que es el predio mayor el que no cumple con los requisitos
necesarios para la implementación de algún proyecto (…)

Décimo: Que, para subsanar tales defectos, (…) Glide realizó las siguientes gestiones: a) Se
intentó regularizar el terreno mayor acogiéndolo a la llamada “ley del mono , para lo cual el (…)
plano respectivo, debía contar necesariamente con la firma del propietario para que la diligencia
tuviera éxito, plano que no fue firmado por Cidsur (…); y b) Se llevaron a cabo reuniones entre
la actora y la demandada a fin de solucionar el impase, sin lograrse resultados positivos.

Decimoprimero: Que, del análisis del informe pericial evacuado por el perito (…), en
concordancia con toda la demás prueba rendida en autos, este Tribunal llega a las siguientes
conclusiones (…):

a) Que el predio arrendado es parte de un todo y, desde el punto de vista técnico, lo arrendado
lleva consigo todas las obligaciones y gravámenes a los cuales pueda estar afecto el total del
terreno, desde el punto de vista de la legislación urbanística; b) Que el terreno mayor en el cual
se Inserta el predio arrendado tiene construcciones antiguas sin permiso de edificación y sin
recepción final, situación irregular que conforme a la normativa vigente debe ser regularizada
para la obtención de cualquier permiso de edificación de nueva construcción, situación
Municipal de la cual no se informó a la arrendataria a la época de celebración del contrato de
arrendamiento; c) Que al no estar urbanizado el terreno, para obtener el permiso de edificación,
este quedaría condicionado a la cesión de la franja de terreno afecto a utilidad pública y a la
ejecución de obras de urbanización, gestión que es imposible que pudiera ser realizada por la
arrendataria por cuanto las facultades que se le concedían en la cláusula segunda del contrato no
alcanzaba a la cesión de terrenos, que depende única y exclusivamente de la voluntad del
propietario, quien no estuvo es dispuesto a ceder la franja. referidas; d) Que tai información no
fue entregada por el demandado ni solicitada por la actora; e) Que la documentación presentada
por la actora para la aprobación del proyecto de una cancha de mini golf y la obtención de los
permisos respectivos es completa (…); f) Que el rechazo por parte, de la I. Municipalidad de
Vitacura a la solicitud de permiso hecha por la actora se encuentra ajustada a la atribuciones que
le confieren los artículos 118 y 145 de la ley General de Urbanismo y Construcción, (…); g)
Que, la actora agotó todas las instancias para revocar tal rechazo e hizo todas las gestiones a su
alcance para obtener los permisos respectivos (…)

Decimosegundo: Que de acuerdo a lo razonado y concluido en los considerando anteriores, este


sentenciador ha logrado la convicción que el predio arrendado no le fue entregado al
arrendatario en las condiciones aptas para servir al fin que se tuvo en vista al momento de
contratar pues, (…)

{FN: 350865 v.1}


i) El fin tenido en vista a la época de celebrar el contrato de arrendamiento era latamente
conocido por ambas partes, habiendo siendo tal finalidad elevada a elemento esencial del
contrato, debiendo destinarse el inmueble exclusivamente a cumplir tal finalidad.

ii) Que de acuerdo a los artículos 1915 y 1924 del Código Civil la obligación principal del
arrendador es conceder el goce de la cosa, obligación que se descompone en la de entregar la
cosa, mantenerla en estado de servir al fin a que ha sido arrendada y librar al arrendador de toda
turbación o embarazo en el goce de la cosa (…)

IV. En cuanto a la demanda reconvencional:

Decimotercero: Que, de acuerdo a todo lo razonado precedentemente si el actor reconvencional


no entregó la cosa en las condiciones aptas para ser destinada al fin que se tuvo en vista a
contratar es el demandado reconvencional a quien la ley le concede el derecho a desistirse del
contrato y además, este sentenciador estima que en tales condiciones aún no le ha nacido su
obligación de pagar la renta, pues tratándose de un contrato bilateral la obligación de una parte
tiene como contrapartida la obligación recíproca de la otra, por lo que tal demanda será
desechada en todas sus partes. (…)

V. En cuanto a la indemnización de perjuicios:

Decimocuarto: Que establecido como está el incumplimiento por parte de Cidsur, a ésta le ha
nacido la obligación de indemnizar los perjuicios causados a la actora con su conducta (...)

Decimoquinto: Que en cuanto al daño emergente (…) el informe pericial evacuado por el perito
(…) concluye en su hoja 10 que tal inversión corresponde a la suma de $ 27.510.000 por lo que
tal suma se considerará como punto de partida para valorar el eventual daño emergente. (…) En
este sentido, el único daño emergente respecto del cual existe el referido nexo causal,
corresponde a las rentas pagadas al arrendador entre los meses de octubre de 2001 a enero de
2002 por lo que tal daño se fijará en la suma de 500 U.F., que es el resultado de multiplicar la
renta fijada en la cláusula cuarta del contrato de 125 U.F. por cuatro.

Tal indemnización se concederá por cuanto el artículo 1933 del Código Civil da derecho al
arrendador para que se indemnice el daño emergente si el vicio de la cosa ha tenido una causa
anterior al contrato como quedó establecido en las consideraciones relativas a la terminación del
contrato.

Decimosexto: Que analizando el lucro cesante demandado por el actor, éste lo fija en la suma de
$ 332.000.000 que correspondería a la rentabilidad esperada del proyecto, sin aportar ninguna
prueba al respecto salvo el peritaje agregado a fs. 256, de acuerdo al cual y conforme sus
conclusiones, este Juez estima que el proyecto de la cancha de mini golf era viable y que era
conveniente invertir en él, por cuanto su rentabilidad sería mayor que depositar los fondos en un
banco. (...)

Por tales consideraciones, y visto además, lo dispuesto en los artículos 1.551, 1.556, 1.557,
1.558, 1.698, 1.915, 1.924, 1.932 y 1.933 del Código Civil, ley 18.101 y en los artículos, 346 Nº
3, 358 Nº 6, 428 y 680 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se declara:
(…) En cuanto al fondo: III. Que ha lugar a la demanda de lo principal de fs. 23, declarándose
terminado el contrato de arrendamiento que vincula a Glide con Cidsur. IV. Que ha lugar a la
demanda del primer otrosí de fs. 23, sólo en cuanto se regula la indemnización de perjuicios que
la demandada Cidsur deberá pagar a la actora principal en las siguientes sumas: i) 500 U.F., por
concepto de daño emergente. ii) 1.073,5 U.F., por concepto de lucro cesante. V. Que no ha lugar
a la demanda reconvencional del segundo otrosí de fs. 49. VI. Que no se condena a la
demandada en costas por estimar concurrencia de motivos plausibles para litigar.

SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

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29 de Noviembre de 2007

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de su motivo decimosexto.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

(…)
3. Que, de acuerdo a las reglas de interpretación de los contratos, si se conoce claramente la
voluntad de las partes contratantes, debe estarse a ella más que a lo literal de las palabras. La
tarea del Juez, en consecuencia, debe orientarse a determinar la “voluntad común que tenían las
partes al contratar, lo que, ciertamente, deja fuera cualquier reserva mental o motivación
individual de una de ellas. En la especie, con el mérito de la prueba rendida, dichos de los
testigos y de las propias partes, no puede sino concluirse que la voluntad de éstas, en relación a
este punto, no fue otra que la que quedó expresada en el tenor de la cláusula analizada, que
establece, en forma expresa, que la tarea de obtener las autorizaciones y permisos que se
requieran “para el funcionamiento de la actividad a desarrollar será del arrendatario. Colabora
en la comprensión de esta afirmación, la lectura de toda la cláusula en análisis que, en su primer
párrafo, establece que el fin exclusivo al que destinará el predio la arrendataria es “la
instalación, manejo y desarrollo de un mini golf, con sujeción estricta a los permisos y
autorizaciones municipales pertinentes que regulan la actividad de la arrendataria , en tanto que,
el párrafo tercero, faculta al arrendatario, mediante el mismo contrato, para solicitar todos los
permisos y autorizaciones “que requiera para desarrollar su actividad.

4. Que lo anterior indica que la voluntad de las partes, o el entendimiento que éstas le dieron a la
referida cláusula, es el de que el arrendatario asumía el diligenciamiento de todas las
autorizaciones y permisos que su actividad requiriera, esto es, la instalación de la cancha de
mini golf, lo cual es coincidente con lo sostenido por el demandado al justificar la referida
cláusula, en el sentido que no le cabía a él ocuparse de aquello, por no conocer las
“particularidades de la actividad que la arrendataria pretendía explotar en el inmueble”.

5. Que, en consecuencia, resulta improcedente que la demandada pretenda extender el alcance


de lo acordado en la cláusula segunda, a todas aquellas autorizaciones o permisos municipales
que, por cualquier otro motivo, el inmueble pudiera requerir, más allá de lo que fuere necesario
para instalar la cancha de mini golf para la que el arrendatario utilizaría el predio. El riesgo del
negocio ha de entenderse circunscrito, por lógica, tanto al éxito o fracaso qua pudiera tener el
arrendatario en la obtención de los permisos necesarios para echar a andar su proyecto, como,
fundamentalmente, al desarrollo de la actividad misma del mini golf.

6. Que, lo antes razonado impide entender, por otra parte, que la mencionada cláusula haya
liberado a la demandada de su obligación de informar al demandante acerca del estado o
situación legal del inmueble, obligación a la que, desde luego, no pudo haber renunciado,
atendido el principio de buena fe que debe estar presente en todo contrato. En efecto, como lo
ha comprendido la doctrina y la jurisprudencia en nuestro medio jurídico, la buena fe
contractual que exige el artículo 1546 del Código Civil, ha de estar presente en todas las etapas
de desenvolvimiento del contrato, esto es, desde las negociaciones preliminares, pasando por la
celebración y ejecución del mismo, hasta las relaciones posteriores al término del contrato
inclusive. La buena fe exige, pues, que al momento de negociar el contrato, las partes hablen
claro (como dice el profesor López Santa María), lo que implica que se abstengan de hacer
afirmaciones inexactas o de guardar silencio sobre aspectos que puedan conducir a la otra parte
a una errada representación de los elementos del contrato. La expectativa es que, en esa etapa,
los contratantes se den toda la información necesaria para definir los términos del contrato y que
esté orientada a ilustrar de la mejor forma a la otra parte, en una actitud de corrección y lealtad.
En la especie, los propios testigos de la demandada reconocieron haber sostenido reuniones
previas con la demandante, a efectos de llevar a cabo las tratativas preliminares, lo que indica

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que existieron las instancias en que el demandado pudo y debió haber puesto sobre la mesa
todos los antecedentes disponibles sobre el estado del predio que iba a arrendar, más allá de que
su cocontratante no los hubiera pedido, o hubiera carecido de la asesoría técnica necesaria para
inquirir los aspectos determinantes relacionados con la materia. Dicho de otra manera, la
pasividad o “ingenuidad (como dice la demandada) del demandante, no libera al demandado de
las exigencias que la buena fe y lealtad en el actuar le imponen (…)

12. Que en relación al lucro cesante, estimado tradicionalmente como la privación de la


ganancia que el acreedor habría obtenido si la obligación se hubiera cumplido, ha existido, por
regla general, la tendencia a contraponerlo al daño emergente, en cuanto a la certidumbre de su
ocurrencia, dando a entender que el lucro cesante es un daño incierto, que se construye sobre
suposiciones y es de orden especulativo. Dicho criterio, sin embargo, es equivocado, en la
medida que el lucro cesante, para ser indemnizado debe ser necesariamente cierto; lo que ocurre
es que no se puede aspirar a una certeza absoluta, por la configuración y naturaleza del daño,
sino a una de carácter relativo, pero siempre debe estar fundada en antecedentes reales,
objetivos y probados. Desde esta perspectiva, el lucro cesante se asemeja más bien a un juicio
de probabilidad, cuyo resultado, si bien no puede ser exacto, ni matemático, sí le es exigible que
esté basado en consideraciones fundadas y razonables, dentro de un contexto de normalidad y
atendidas las circunstancias del caso.

(…)

14. Que examinado el informe antes aludido es posible concluir que, si bien el perito hace el
esfuerzo de fundar, razonablemente, las alternativas de ganancia del proyecto de inversión, la
verdad es que éstas son realmente inciertas, en la medida que no están basadas en datos
objetivos ni probados, ya que por el desconocimiento de la actividad proyectada en el país, es
imposible saber el impacto que habría tenido en el público, lo que obliga a hacer suposiciones
que pueden calzar con otros mercados, pero no necesariamente con el nuestro. Es una
suposición, por cierto, que por ubicarse el predio en un sector acomodado (Vitacura, Las
Condes y Lo Barnechea, básicamente) existiría un público objetivo al que le resultaría atractivo
y que estaría en condiciones de gastar en ese tipo de actividad, porque mientras no exista un
estudio de mercado concreto, que revele un real interés de la población de ese sector en la
actividad del mini golf, o bien una experiencia similar en marcha, bien podría suponerse, por el
contrario, que la mayor solvencia económica de ese grupo de personas les permite,
precisamente, acceder a los clubes privados donde se practica el “deporte madre , como dice el
informe, u optar, derechamente, por otras entretenciones deportivas. Desde luego, no resulta
suficiente la apreciación subjetiva y, no fundada, del perito acerca del interés que despierta este
tipo de juegos en espacios reducidos, luego de visitar diversos campos, al parecer similares,
ubicados en el sector de La Pirámide y Ciudad Empresarial. Por otra parte, el hecho de tratarse
de una actividad estacional y al aire libre, plantea una serie de incógnitas acerca del
comportamiento del público durante los meses de invierno, especialmente, por la extendida
preferencia de ese sector de la población en los llamados deportes de invierno, estacionalidad
que si bien es percibida por el perito, es un factor que amerita ser apreciado con mayor cautela.
Se echa de menos, en fin, la ponderación real de algunos gastos necesarios e ineludibles en la
implementación de la actividad del mini golf, como por ejemplo, el del agua y la mantención de
la cañería, lo que, además, supone ciertos riesgos o entorpecimientos ocasionales, no analizados.

(…)

Por lo razonado, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia de siete de marzo de dos mil tres, escrita
a fojas 286, sólo en cuanto hace lugar a la indemnización de perjuicios por concepto de lucro
cesante y, en su lugar, se declara que se rechaza la demanda en esta parte. En lo demás, se
confirma la sentencia apelada.

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SENTENCIA CORTE SUPREMA

19 de Mayo de 2008

Vistos y teniendo presente:

(…) En cuanto al recurso de casación en el fondo de la demandante:

2º) Que la actora, en pos de lograr la nulidad de fondo del fallo impugnado, sostiene que en éste
ha infringido lo dispuesto en el artículo 425 del Código de Procedimiento Civil, al no ponderar
conforme a las reglas de la sana crítica el informe de peritos rendido en la causa, toda vez que el
mismo consideró todos los factores que hacen procedente la indemnización demandada por
lucro cesante, mismo error que se repite con relación a los informes adicionales presentados por
su parte en segunda instancia. (…)

3º) Que en la sentencia cuestionada, el Tribunal de Alzada consideró que los fundamentos de las
alternativas de ganancia presentadas por el perito no se basan en hechos objetivos ni probados,
lo que las hace inciertas, habida cuenta, entre otros factores, del desconocimiento en el país de
la actividad proyectada una cancha de mini golf lo que torna imposible conocer el impacto que
la misma habría tenido entre el público, no estimando aplicables las suposiciones relativas al
comportamiento de otros mercados, por no ser análogos.

4º) Que el error de derecho denunciado en el recurso mira, de modo esencial, a la apreciación de
la prueba pericial aportada al proceso, actividad que los sentenciadores ejercieron dentro de las
facultades que les son privativas, no susceptibles de ser fiscalizadas mediante el presente
recurso de nulidad sustantiva, a consecuencia de lo cual, el recurso de casación en el fondo en
análisis no podrá prosperar por adolecer de manifiesta falta de fundamento.

En cuanto al recurso de casación en la forma de la demandada:

(…) 6º) Que, en cuanto a la primera de las causales señaladas, esto es, haber sido dictada la
sentencia ultra petita, expresa la recurrente que han incurrido en ella los sentenciadores al
sostener que su parte tenía el deber de informar a la contraria acerca del estado o situación legal
del inmueble sub lite (…)

7º) Que, con relación al defecto formal reseñado en el acápite que precede, el recurso deducido
no podrá ser admitido a tramitación, toda vez que aparece de los autos y de lo resuelto por los
sentenciadores, que el fallo se limita a resolver lo pedido, acogiendo la demanda impetrada en
los términos que puntualiza, constituyendo el argumento indicado por la recurrente una de las
consideraciones del Tribunal de Alzada que le llevaron a decidir sobre lo pedido, sin que por
ello pueda asignársele el cariz de una excepción o defensa formulada extemporáneamente, razón
por la cual los hechos en que se funda el vicio denunciado no constituyen la causal que se
invoca.

En cuanto al recurso de casación en el fondo de la demandada:

9º) Que la demandada, fundamentando su solicitud de nulidad sustantiva, expresa que en el fallo
cuestionado se infringen las normas contenidas en los artículos 8, 44, 1545, 1560 y 1934 del
Código Civil y 384 Nº 2 del Código de Procedimiento Civil; vulneraciones que refiere al
alcance otorgado por el Tribunal de segundo grado a la segunda cláusula del contrato celebrado
entre las partes, asignándole una limitación que no fue pactada por los contratantes, como
también por haber ignorado la responsabilidad de la actora por su falta de conocimiento de las
normas urbanísticas aplicables en la especie, no obstante reconocer los sentenciadores que la
demandante pudo haber desplegado mayor actividad para conocer el real estado del bien
arrendado, con lo que debieron concluir que esta litigante no tiene derecho a ser indemnizada en
los perjuicios pretendidos.

{FN: 350865 v.1}


10º) Que del tenor del libelo por el que se interpone el recurso de casación en estudio, se puede
comprobar que la demandada omite extender la infracción legal a las normas que rigen el
contrato de arrendamiento celebrado con la contraria y tienen el carácter de decisorias de la litis
contenidas en la ley Nº 18.101, en cuya, virtud fue resuelto el pleito, condición que no presentan
las citas legales invocadas por la recurrente.

11º) Que esta situación implica que quien recurre acepta la decisión en cuanto al fondo de la
cuestión debatida y es, por esta circunstancia, que el recurso de nulidad intentado no podrá
prosperar pues, aun en el evento que esta Corte Suprema concordara con la recurrente en el
sentido de haberse producido los yerros que denuncia, tendría no obstante que declarar que éstos
no influyen sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, desde que lo resuelto sobre la
demanda dé terminación de contrato de arrendamiento e indemnización de perjuicios a la que se
hizo lugar, no ha sido considerado como error de derecho (…)

Por estas consideraciones y en uso de las facultades que confieren los artículos 768, 781 y 782
del Código de Procedimiento Civil, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma y
se rechaza el recurso de casación en el fondo deducidos en lo principal y otrosí de fojas 398, por
don Juan Ignacio Correa Amunátegui, en representación de la demandada Compañía de
Inversiones y Desarrollo Sur S.A., y se rechaza el recurso de casación en el fondo interpuesto en
lo principal de fojas 406, por don Miguel Brunaud Ramos, en representación de la demandante
Sociedad Glide Diversiones Limitada, todos ellos contra la sentencia de veintinueve de
noviembre de dos mil siete, escrita a fojas 389.

{FN: 350865 v.1}

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