Trabajo Monográfico-Contrato Administrativo
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AUTORES:
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DEDICATORIA
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ÍNDICE
DEDICATORIA ..................................................................................................................... 2
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 6
18
2.5.2. CARACTERÍSTICAS
ESENCIALES ...................................................................22
pág. 3
2.5.3. MODALIDADES DEL CONTRATO DE OBRA
PÚBLICA ...................................23
2.5.5. SUJETOS
INTERVENIENTES ............................................................................27
27
CAPITULO II
36
pág. 4
3.1.1.2. SOBRE LOS COMPONENTES DEL PRECIO .................................................41
CAPITULO III
49
CONCLUSIONES ................................................................................................................53
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................56
pág. 5
INTRODUCCIÓN
Entre los medios más usuales que utiliza la administración pública, se encuentra la
regulación normativa, la participación directa del Estado, en las actividades económicas
(subsidios o actividad empresarial), la administración directa de recursos y la
colaboración de terceros, encontrándose dentro de está última modalidad citada, la
contratación administrativa.
1 Expresión del tratadista francés RIVERO. Citada por SANZ RUBIALES, I., «Algunos problemas de la
regulación de los Contratos Públicos en Derecho Peruano», en Ponencias presentadas al Primer
Congreso Nacional de Derecho Administrativo, de Asociación Peruana de Derecho Administrativo,
Jurista Editores, Lima, 2004, p. 649.
2 MAIRAL, H. A., «De la peligrosidad o inutilidad de una teoria general del contrato administrativo», en
El Derecho, 179, 1998, p. 659.
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administrativo” en el marco constitucional, y su aplicación, en la Ley de Contrataciones
del Estado y su Reglamento.
Por otro lado, para lograr ejecutar lo que persigue exclusivamente el Estado a través de
la actividad de fomento, se requiere de mecanismos legales que permitan tal actuación,
y es ahí donde la Administración Pública despliega una actuación contractual. Al mismo
tiempo, es oportuno mencionar, que la celebración de convenios y contratos de la
Administración Pública, es una forma tradicional de vincularse, ello por importar un
acuerdo de voluntades orientado a la satisfacción de un determinado interés o
intereses, a luz siempre del interés público cuando se trata de la administración pública.
El presente trabajo tiene por objeto exponer todo referente al contrato administrativo de
Obra Pública, partiendo de un análisis doctrinario sobre dicha figura, para a posteriori,
contrastarla con la realidad de ésta en nuestro ordenamiento nacional en función de
algunas operaciones emblemáticas que se desarrollan en el país.
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compelidos a continuar ejecutando sus proyectos en circunstancias anormales o
extraordinarias que conllevan una excesiva onerosidad del cumplimiento de las
obligaciones.
Adicionalmente, es posible reconocer que, dadas las circunstancias anormales de
ejecución, los proyectos de construcción enfrentan actualmente y enfrentarán en el
futuro eventuales retrasos, situación que se podría traducir en la aplicación de multas
por parte del propietario, con lo que la utilidad o beneficio originalmente esperada por
contratista dejaría de existir.
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PRIMERA PARTE CAPITULO I
En el primer período que abarca hasta comienzos de la década de los 80´, rigió una
absoluta dispersión normativa en la materia. No existía un ordenamiento que regulase
con carácter general para todos los organismos del sector público el régimen de los
contratos de adquisiciones de bienes y servicios o de obra pública por parte de las
entidades estatales.
Las escasas reglas existentes sobre la materia, casi exclusivamente referidas a los
procedimientos administrativos de selección (licitaciones, concursos públicos), estaban
establecidas en normas dispersas, principalmente de carácter presupuestario y con
carácter asistemático, porque en la práctica la mayor parte de las entidades del sector
público tenían sus propios reglamentos de adquisiciones. El régimen legal de las
concesiones, especialmente las referidas a la explotación de algunos recursos
naturales, como es el caso de la minería, solo era regulado por algunas leyes
sectoriales, careciéndose de un mínimo denominador común sobre la materia.
3 Constitución para la República del Perú (1979). Título II Del Estado y la Nación, Capitulo III, de la Propiedad, Artículo 143;
“La contratación con fondos públicos de obras y suministros, así como la adquisición o enajenación de bienes se efectúan
obligatoriamente por licitación pública. Hay concurso público para la contratación de servicios y proyectos cuya importancia y monto
señala la ley de presupuesto. La ley establece el procedimiento, las excepciones y responsabilidades”.
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suministros, y de la Ley N.º 23554 para la contratación de actividades de consultoría y
su Reglamento general (REGAC).
Los dos primeros, es decir el RULCOP y el RUA como fueron aprobados por el Poder
Ejecutivo en calidad de reglamentos autónomos se les dotó de fuerza de ley en su
oportunidad. Los citados dispositivos no realizaron diferenciación alguna entre
contratos administrativos y contratos estatales sujetos al derecho privado, regularon
también casi exclusivamente los procedimientos administrativos de adjudicación o
selección de contratistas, y por primera vez crearon en este ámbito instancias
administrativas encargadas de resolver en último grado las controversias que se
generaban durante la fase precontractual, tal fue el caso de los consejos de
adquisiciones departamentales para los procedimientos administrativos regulados por
el RUA y del denominado Consejo Superior de Licitaciones y Contratos Obras Públicas
(CONSULCOP), este último configurado como un verdadero tribunal administrativo
estaba facultado para resolver en sede administrativa incluso las controversias que se
generasen durante la ejecución del contrato entre la entidad administrativa contratante
y el contratista privado, sin perjuicio de que cualquiera de las partes en caso de
disconformidad con la resolución de CONSULCOP podía cuestionarla ante el Poder
Judicial mediante el proceso contencioso administrativo.
4 Constitución de 1993: "Art. 76º.- Las obras y la adquisición de suministros con utilización de fondos o recursos públicos se
ejecutan obligatoriamente por contrata y licitación pública, así como también la adquisición o la enajenación de bienes. La
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que establezcan las leyes respectivas, con la finalidad de garantizar la correcta
utilización de los recursos públicos y permitir la libre concurrencia de postores.
Respecto de las controversias que se susciten durante la vida del contrato (fase de
ejecución), la LCAE dispone que deben ser resueltas obligatoriamente en la vía arbitral.
En resumen, la citada ley perfila un nuevo régimen· legal que regula los procesos de
contratación estatal exclusivamente destinados a la adquisición de bienes, servicios,
suministros y la contratación de obras, enfatizando el tratamiento de los aspectos
jurídico - administrativos de los procedimientos de selección y adjudicación, no
distinguiendo entre contratos administrativos ni entre contratos privados de la
administración, porque adopta el concepto de un único tipo de contrato que podernos
denominar contrato de estado o contrato estatal.
Durante esta tercera etapa se dictó un nuevo régimen legal para la promoción del
otorgamiento de concesiones, principalmente en materia de servicios públicos
(telecomunicaciones, electricidad, etc.) y de obras de infraestructura pública,
Contratación de servicios y proyectos cuya importancia y cuyo monto señala la Ley de Presupuesto se hace por concurso público.
La ley establece el procedimiento, las excepciones y las respectivas responsabilidades".
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¿especialmente las dedicadas al transporte (puertos, aeropuertos, carreteras, vías
ferroviarias, etc.)?. Se crearon organismos reguladores de la inversión privada para las
distintas actividades concesionadas (servicios públicos e infraestructura) encargados
de supervisar el cumplimiento de los respectivos contratos de concesión y de ejercer
potestades regulatorias fijando las tarifas en los mercados en que no exista
competencia o está sea insuficiente.
5 Constitución de 1993: "Art. 62°. - ( .... ) Mediante contratos -ley el Estado puede establecer garantías y otorgar seguridades.
No pueden ser modificados legislativamente ... ".
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Por ello, a través del Decreto Supremo N.º 056-2017-EF, se modificó el Decreto
Supremo Nº350-2015-EF, Reglamento de la Ley N.º 30225, Ley de Contrataciones del
Estado; y que en su Primera Disposición Complementaria Final señala que este
Decreto Supremo N.º 056-2017-EF entrará en vigencia a los quince 15 días contados a
partir de su publicación en el diario oficial El Peruano, es decir, contados a partir del 19
marzo del 2017. En ese sentido, realizando el cómputo de la vigencia de las
disposiciones contenidas en el Decreto Legislativo N.º 1341 y el Decreto Supremo N.º
056-2017-EF, estos se encuentran ya vigentes desde 3 abril del 2017 8.
Por tanto, la Ley de Contrataciones del Estado, Ley N° 30225 modificada por las Leyes
30353, 30689, Decretos Legislativos Nº 1341 y Nº 1444 y ordenadas en el texto
aprobado por Decreto Supremo 082-2019-EF. Entendemos que las últimas
modificaciones, han sido motivadas principalmente por el descubrimiento de los casos
de corrupción a que nos referíamos antes.
pág. 13
8
6 Opinión N.º 184-2017/DTN
9
Exposición de motivos del Decreto Legislativo N.º 1444
privados, pero discrepa en cuanto a los criterios que debe usarse para distinguir ambos
mecanismos de contratación67.
Asimismo, ZEGARRA critica el criterio de las cláusulas exorbitantes 9, puesto que "la
cláusula exorbitante no es siempre la que caracteriza un contrato como administrativo,
ya que podrá hacer de un contrato privado un contrato administrativo en algunos casos
-porque suelen introducirse en contratos que nada tienen de administrativos-, pero su
no-inclusión, no podrá hacer nunca de un contrato administrativo uno de derecho
privado. Al final, un contrato administrativo existirá como tal, estén o no presentes en su
contenido las cláusulas exorbitantes"10.
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en juego12. No obstante, enfatiza que el régimen jurídico de los contratos que celebra la
Administración es predominantemente de Derecho Público.
De entre todos estos criterios el de mayor relevancia es el del objeto, según el cual el
que el objeto del contrato sea un servicio público o una materia de utilidad pública hace
del mismo un contrato administrativo 15. Como bien dice CASSAGNE16, "en definitiva,
todo dependerá de la finalidad administrativa del contrato y del régimen que sea
consecuencia de esa finalidad dentro de la competencia específica que tenga asignada
cada órgano o ente administrativo". En cuanto a las cláusulas exorbitantes este autor
indica que su inclusión no vuelve a un contrato en administrativo, pues "se suelen
introducir en contratos que nada tienen de administrativos" 22.
12 Cfr. nota 1 O. En este sentido menciona DROMI (Ibídem) que "la realidad muestra que en los acuerdos o vínculos
contractuales de la Administración, no es posible establecer terminantemente el límite donde deja de aplicarse el Derecho Público y
donde comienza a regir el Derecho Privado".
13 CASSAGNE, Juan Carlos. "El Contrato Administrativo". Buenos Aires, Abelardo-Perrot, 1999. p. 13.
14 Ibid., p. 15
15 "Los contratos resultan administrativos debido a su objeto o fin, cuando su contenido pertenezca a la función administrativa
materialmente considerada. (...) A su vez, el fin público relevante y asumido por el Derecho objetivo es el que determina la
pertenencia de un determinado objeto o bien a la función administrativa, aunque la contratación no persiga una finalidad pública
inmediata (v.gr.
contratos de uso del dominio público)" (lbid, pp. 22-23).
16 lbid., p. 17.
22
lbid., p. 19.
17 Esto debido a que el calificar cierto tipo de contrato, digamos aquel referido a la explotación de un recurso natural, como
público, no significa otra cosa que convertir dicho objeto en una materia administrativa, como veremos infra.
pág. 15
1.3. CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS
Por el año 1998, regían en el Perú tres normas sectoriales que gobernaban los
procedimientos de selección y ejecución de los contratos de la Administración Pública
para el aprovisionamiento y abastecimiento de sus necesidades; las cuales eran: a) el
Reglamento Único de Adquisiciones aprobado por Decreto Supremo 065-85-PCM, para
la compra o suministro de bienes y locación de servicios de toda índole; con excepción
de las consultorías; b) el Reglamento Único de Licitaciones y Contratos de Obras
Públicas, aprobado por Decreto Supremo 034-80-VC, para la contratación de ejecución
de obras públicas, y c) La Ley 23554- Ley de Consultoría y su Reglamento, aprobado
18 Cfr. LUNA MILLA, Oscar. Modernización y Reforma del sistema Peruano de Contratación Pública, Lima, GRIJLEY, 2006, p.
209.
19 LINARES JARA, Mario y MARTIN TIRADO, Richad. Contrataciones y adquisiciones del Estado, Lima, GRIJLEY, 2007, p. 09.
pág. 16
En las últimas décadas la regulación de los contratos que celebra la administración
pública ha tenido como ejes centrales dos hechos jurídicos que son: “i) la creación de
diferentes mecanismos formales para la selección de contratistas según la cuantía del
gasto involucrado; ii) el otorgamiento de amplias facultades a los funcionarios públicos
encargados de la conducción de los procesos de selección de compra o contratación
de servicios u obras”20. Así tenemos, de acuerdo con la legislación vigente, Decreto
Legislativo N° 1017 con su reglamento, los mecanismos de selección de contratistas
son: “1.- licitación pública, 2.- concurso público, 3.- adjudicación directa y 4.-
adquisición de menor cuantía”27.
Sobre la base de lo expuesto líneas arriba, la clasificación de los contratos que celebra
la administración pública se tiene que hacer teniendo en cuenta el contenido del
contrato. La razón por la cual nace del contenido, porque se encuentre ligado a la
oportuna satisfacción de las necesidades estatales de contar con bienes y servicios que
le permitan atender oportunamente los fines públicos que le son inherentes.
Por esa razón, es posible hacer una distinción que responde por un lado a Contratos de
Atribución, que son aquellos que tienen por objeto atribuir ciertas ventajas a los
administrados; y los Contratos de Colaboración en los que el contratista se obliga frente
al Estado a realizar una prestación que atañe directamente al interés público 23.
pág. 17
Así como también, la primera gran división de los contratos públicos es aquella que
distingue, entre los contratos de cooperación y los contratos de subordinación. Los
primeros se celebran entre entidades públicas en pie de igualdad, para ejercer de modo
conjunto sus potestades, respecto de un asunto para el que ambas tienen competencia.
Los segundos pueden darse entre dos administraciones públicas, o entre una de estas
y un particular, pero lo determinante es que la administración (o una de ellas) aparece
en una posición de superioridad jurídica respecto a la otra parte, pues actúa en ejercicio
de sus potestades propias.
Dentro de algunos de los contratos que celebra la Administración Pública, tales como el
contrato de obras, el contrato de concesión de obras públicas, el contrato de suministro,
el contrato de consultoría y asistencia, los contratos de servicios, entre otros contratos
modernos como los “contratos BOOT”. Pero en esta oportunidad pasaremos a
desarrollar Contrato Administrativo de Obra Pública - Realización de Obra
Infraestructural.
SEGUNDA PARTE
CAPITULO I
reglamento. Cfr. RETAMOZO LINARES, Alberto. Contrataciones y Adquisiciones del Estado y Normas
de Control, Tomo I, Jurista Editores, Perú, 2012, p. 939.
pág. 18
ello, en este breve artículo, nuestra intención es dar algunas precisiones de los
aspectos jurídicos básicos que rodea al contrato de obra pública, y que la ley de
contrataciones no menciona, o al menos, no de manera precisa como para nosotros,
debería ser.
Al analizar el concepto doctrinario de obra pública, nos encontramos con que las
aproximaciones a este pueden partir de diferentes aristas.
Se dice que también puede ser vista como un objeto parcial de concesión toda vez que
por un lado este instituto jurídico tiene como objeto o la traslación de dominio en cuanto
a la provisión de un servicio público y/o la traslación del dominio para ejecutar y
explotar una obra pública.
2.3. DEFINICIÓN
Desde el punto de vista objetivo quedan comprendidos dentro de la noción todos los
bienes muebles, inmuebles y objetos inmateriales, más aún cuando hay otra obra
pública por accesoriedad, vale decir que por “fuerza atractiva” se consideran obra
pública los actos y operaciones relacionados con dicha obra. Esto se explica por el
principio por el cual lo accesorio sigue la suerte de lo principal.
Desde el punto de vista subjetivo en cuanto al sujeto a quien pertenece la obra pública,
puede ser una persona pública estatal o no estatal. Subjetivamente no solo es el estado
el propietario, sino que también pueden serlo los entes públicos no estatales, siempre
que tengan delegadas atribuciones o competencias públicas por expreso mandato
estatal. La obra pública no requiere que sea de propiedad o pertenezca al estado de
manera exclusiva y excluyente (este concepto es receptado por ley para las que
constituyen obras públicas cuya realización sea encomendada por cualquiera de los
poderes del estado).
pág. 19
entidad pública estatal o no estatal, y que tiene por finalidad satisfacer un interés
colectivo general”.26
Para entender el contenido del presente, es necesario, antes que nada, definir aspectos
generales.
Los antecedentes del concepto de obra, podemos encontrar en el artículo 1771 del
Código Civil, donde menciona algunas precisiones sobre este aspecto; pero debemos
mencionar que el código civil hace referencia a un contrato de obra entre privados, más
no, cuando el Estado es una de las partes (elemento sustancial para hablar de contrato
de obra pública que veremos más adelante), el cual no significa que debamos descartar
como fuente de interpretación, ya que al final, los principios generales del contrato y la
finalidad pública, son la brújula en el mar de los contratos públicos; pero saliendo de los
dominios del Código Civil, vemos, que otro antecedente cercano al concepto de obra
(no precisamente de obra pública), es el que se encuentra en el anexo de definiciones
del reglamento de la ley de Contrataciones con el Estado: «Obra: Construcción,
reconstrucción, remodelación, mejoramiento, demolición, renovación, ampliación y
habilitación de bienes inmuebles, tales como edificaciones, estructuras, excavaciones,
perforaciones, carreteras, puentes, entre otros, que requieren dirección técnica,
expediente técnico, mano de obra, materiales y/o equipos». 28
En esta parte, podemos ver, que la definición de obra pública, que hace el reglamento,
es un concepto dirigido hacia la prestación terminada, la doctrina señala, que para
cumplir con el interés general, una obra pública puede ser de manera directa: cuando el
Estado se encarga bajo sus propios medios de hacer realidad la obra, por otra parte, se
denomina indirecta: cuando el estado se presta de terceros o mejor conocidos como
«contratistas» para ejecutar la obra, es pues, bajo esta figura, donde nace el contrato
de obra; por último la concesión de obra pública.
Si bien el anexo define lo que es una obra, este lo hace de manera muy técnica, da a
entender que una obra pública, es un bien inmueble, y solo estaría el bien mueble
como accesoria a la primera, así se ve, la definición de obra es muy corta y no hace
26 DROMI, Roberto (1999) “Licitación Pública” 2da Edición, Editorial Ciudad SA, Buenos Aires.Pp. 615-616
27 Prueba de ello puede ser la construcción de un edificio gubernamental de dominio privado conforme a los lineamientos del
DS Nº 007-2008-VIVIENDA que regula el sistema de Bienes estatales.
28 Estado, O. S. (30 de Enero de 2019). Ley de Contrataciones con el Estado (N.º 30225)
pág. 20
referencia en lo absoluto a lo que es una «obra pública». En doctrina, para que tenga la
naturaleza de obra pública, tiene que cumplir requisitos esenciales, así Marienhoff
(1994) citado por Retamozo (2016) menciona: «Así, lo que termina caracterizando a la
obra pública es su realización o construcción por el Estado. Esa es su nota esencial.
Por último, sobre el tema del interés general en la obra pública, consideramos que es
un elemento fundamental, propio de los contratos administrativos, ya que el interés
general o público, es la piedra angular de los contratos que celebra la administración,
así, el interés general debe ser un elemento diferenciador de los contratos de obra
privada, pero, si el lector cree que sobre el interés público la cosa esta zanjada, déjeme
decirle, que está equivocado, ya que existe opiniones encontradas sobre este punto,
esta se debe a la distinción que algunos expertos encuentran entre interés general y
utilidad pública en la obra pública, así se cree que la primera independientemente de la
clase de obra, siempre será de interés público, ya que viene de la voluntad de la
función
administrativa; por otra parte, la segunda, se dará solo si la obra está destinada
directamente para la satisfacción de las necesidades de la población.
2.5.1. DEFINICIÓN
A primera vista, pareciera que el concepto de obra con el de contrato de obra pública
serian sinónimos, pero esta idea no es acertada, ya que el contrato de obra pública
sería una de las categorías del contrato administrativo y la obra pública es el resultado
final de lo que busca obtener.
Bien, para poder entrar a analizar los aspectos doctrinales del contrato de obra pública,
primero, haremos una breve definición de esta, sin antes mencionar que el contrato de
obra, si bien esta desarrollado en el capítulo VI del reglamento de la ley de
29 Retamozo, A. (2016). Contrataciones y Adquisiciones del Estado y normal de control. (Vol. II). Lima: Gaceta Jurídica.
30 A., D. R. (2013). El contrato de obra pública. En J. C. Cassagne, Tratado General de los Contratos Publicos. (Vol. III, pág.
308). Buenos Aires: La Ley.
pág. 21
contrataciones, en ninguna de sus artículos, nos dan un concepto exacto o al menos
genérico de lo que significa esta.
En esta misma línea, el profesor Retamozo (2016) afirma: “El contrato de obra pública
es el instrumento jurídico a través del cual se realiza la obra pública, y en consecuencia
la Administración atiende el interés general, constituyendo una de las formas de realizar
esta”. 31
El Código Civil, en su artículo 1771º señala que; “por el contrato de obra el contratista
se obliga a hacer una obra determinada y el comitente a pagarle una retribución”. En un
contrato de obra pública el comitente es una entidad estatal (lo que le otorga
características especiales) y el contratista suele ser una empresa privada.
Es el medio que tiene la Administración para hacer obra pública, contexto en el cual
contrata con un tercero para la ejecución de una obra que le permitirá cumplir funciones
especiales o específicas suyas, realizando así el Estado, alguno de sus fines públicos
propios.32
pág. 22
sustancia del terreno o del subsuelo; la reforma, reparación o conservación o
demolición de algún bien.
En palabras del jurista francés LARROUMET 34: “(...) cada parte es acreedora y deudora
de la otra parte. El contrato sinalagmático es el contrato por el cual cada una de las
partes se compromete con la otra o las otras, si hay más de dos. En todos estos
contratos, cada uno de los contratantes es a la vez acreedor y deudor de la otra parte.
De ello se deduce que, en un contrato sinalagmático, se considera que las obligaciones
son recíprocas, es decir, que el acreedor es al mismo tiempo deudor y el deudor es al
mismo tiempo acreedor. Pero esas obligaciones son también interdependientes, es
decir que, si el acreedor es deudor, es porque el deudor es acreedor y ello en virtud del
mismo contrato. En otras palabras, desde la celebración del contrato, cada contratante
acepta comprometerse con el otro porque el otro se compromete con él.”
Sin duda, las obligaciones del contrato que implica su ejecución expresan su
reciprocidad, bajo el axioma: «Doy para que hagas», el contratante DA (paga)para que
el contratista HAGA (construya). Así es claro que el contrato pretende evitar que: i) el
contratista cobre algún monto sin haber hecho alguna obra (o parte de ella) que lo
justifique, y que; ii) la contratante reciba alguna obra (o parte de ella) sin pagar la
contraprestación que por ella corresponda.
Lo anterior podría resultar obvio, pero no podemos olvidar que en el contrato de obra
pública una de las partes, el Estado, forma su voluntad de una manera formal y
reglada. Entonces, muchas veces se presentan casos en los cuales la entidad estatal
no ha cumplido ciertas formalidades internas como resulta ser usual en los llamados
adicionales de obra, especialmente, en los casos en que por ley la Contraloría General
de la República35 ejerce sus facultades de control en forma previa. En dichos casos, los
34 LARROUMET, Christian. «Teoría General del Contrato» Volumen I. Traducido por Jorge Guerrero. Editorial Temis, Bogotá,
1999. p. 150.
35 «Limitación de Resolver mediante Arbitraje Obras Adicionales y Mayores Prestaciones en Contratos de Obra Pública
¿Prohibición de Arbitrar o Licencia para Incumplir? En: «Arbitraje On Line» Boletín del Centro de Conciliación y Arbitraje Nacional e
Internacional de la Cámara de Comercio de Lima. Número 4. Diciembre 2004, y «La arbitrabilidad del Enriquecimiento sin Causa. A
propósito de los Contratos Administrativos» En «Revista Peruana de Arbitraje», Grijley, N° 3/2006.
pág. 23
trabajos involucrados no autorizados parecieran caer en un limbo legal, sin embargo,
debemos tener presente que por el carácter sinalagmático del contrato, la entidad
estatal no se libera de su obligación contractual sino es pagando por las obras
adicionales ejecutadas, generando con el pago respectivo, dicho sea de paso, el
derecho a apropiarse la obra en cuestión.
Otro punto que consideramos importante y que la ley no nos dice, es que tanto la
administración, como el contratista, tienen que alinear sus actividades hacia la filosofía
de que este tipo de contratos, es un contrato de colaboración, donde tiene que
predominar la buena fe, eso quiere decir, que tanto la administración como el
contratista, tienen el deber de actuar con probidad al momento de ejecutar la obra,
logrando que el contrato se cumpla con la calidad y en plazo acordado; no
comportándose como rivales en un juego de ajedrez.
Cuando las entidades necesitan la ejecución de una obra o construcción pueden acudir
a cinco alternativas:
pág. 24
Estado como viables y con impacto regional y local, con cargo a que el costo final le
sea deducido —en el futuro— de las sumas que les corresponda pagar por concepto
de impuesto.
La obra por administración directa es ejecutada por la misma entidad solo cuando
cuenta con el íntegro de la disponibilidad presupuestal, posee por sí misma la
capacidad técnica, recursos materiales y logísticos para ejecutar obras, y la experticia
necesaria para realizar la adquisición de los recursos y suministros necesarios
(materiales y otros) de manera oportuna bajo la ley de contrataciones. De lo contrario
se corre el riesgo de descontrol de la obra, dispendio de recursos e impericia
profesional.
La forma más usual de ejecutar las obras públicas es a través de contratos de obra por
los cuales la entidad encarga al contratista realizar —con su propia actividad,
organización y medios— una o más prestaciones de ingeniería civil, sujeta a medidas
por el resultado sobre inmuebles y a un proyecto o expediente técnico previamente
aprobado. A cambio, la entidad se obliga a pagar al contratista una retribución
económica.
Las prestaciones que se pueden involucrar en este tipo de contratos son: construcción,
reconstrucción, remodelación, mejoramiento, demolición, renovación, ampliación y
habilitación de bienes inmuebles. También en lo que se conoce como la «fuerza
atractiva del contrato de obra» pueden comprender en su alcance otro tipo de
prestaciones, tales como: diseño del expediente técnico, suministro de bienes o
equipamiento, servicio de replanteo del proyecto o elaboración del expediente en caso
de modificaciones de obras.
pág. 25
2.5.4. CLASIFICACIONES DE LOS CONTRATOS DE OBRA PÚBLICA
36 Cuando los planos, memoria descriptiva, cantidades, magnitudes, calidades y presupuesto de obra
están definidos en las especificaciones técnicas. La oferta del postor considera los trabajos que resulten
necesarios para el cumplimiento de la prestación según los planos, especificaciones técnicas, memoria
descriptiva, presupuesto de obra que forman parte del expediente técnico de obra, en ese orden de
prelación; debiendo presentar su oferta el desagregado de partidas que la sustenta. El mismo orden de
prelación se aplica durante la ejecución de la obra. No puede emplearse el sistema de contratación a
suma alzada en obras de saneamiento y viales.
Opinión N° 023-2018/DTN: “(…) el empleo del sistema a suma alzada en el caso de obras presuponía
que las cantidades, magnitudes y calidades de los trabajos necesarios para su ejecución se encontraban
debidamente definidas en el expediente técnico, de tal manera que, el riesgo de variación de los
metrados consignados se veía reducido. En ese contexto, el postor se obligaba a realizar el íntegro de
los trabajos necesarios para la ejecución de la obra requerida por la Entidad, en el plazo y por el monto
ofertados en sus propuestas técnica y económica -respectivamente-, las cuales eran parte del contrato; a
su vez, la
Entidad se obligaba a pagar al contratista el monto o precio ofertado en su propuesta económica”
pág. 26
c) Llave en mano37; es la modalidad mediante la cual la entidad no solo busca la
construcción de una infraestructura, sino que su requerimiento se encontrará
satisfecho si esa infraestructura se encuentra equipada, para que así,
inmediatamente después de la recepción de la obra, la entidad pueda poner
en funcionamiento.
37 Opinión N 003-2017/DTN: “(…) la modalidad de llave en mano tenía como finalidad última la
ejecución de una obra hasta su puesta en servicio, para lo cual era necesario ejecutar prestaciones de
naturaleza distinta, entre ellas: (i) la construcción, equipamiento y montaje hasta la puesta en servicio de
una obra; y, de ser el caso, (ii) una consultoría de obra, al elaborar el expediente técnico. En ese sentido,
cuando un contrato de obra bajo la modalidad “llave en mano” incluyera la elaboración del expediente
técnico como parte de las prestaciones del contratista -además de ejecutarse bajo el sistema a suma
alzada -, dicho contrato debía ejecutarse de conformidad con las condiciones generales establecidas en
las Bases, así como aquellas condiciones establecidas por la normativa aplicable en función al objeto de
la convocatoria”.
pág. 27
alzada implica un precio global, total, previo e invariable para la realización de toda la
obra,
En un contrato de obra hay dos actores principales presentes durante toda la ejecución
y que fueron mencionados en los puntos precedentes.
Por otro lado, no son estos los únicos sujetos intervinientes durante la ejecución del
contrato, sino que además participan otros actores como el diseñador o proyectista y el
supervisor o ingeniero. Con respecto a ellos, es importante destacar que ambos
participan en el contrato por cuenta y responsabilidad de la entidad, que es quien los ha
contratado, y que en ningún caso constituyen un tercero imparcial y mucho menos un
árbitro con capacidad de definir diferencias entre las partes, salvo que estas le hayan
otorgado expresamente tal función.
pág. 28
detallado del proceso constructivo; organizar un procedimiento constructivo
(accesos, tránsito, medio ambiente) con el fin de ocasionar el menor impacto
posible a terceros o mitigar los efectos; designar al jefe de obra (ingeniero
residente) que asumirá la representación técnica del constructor; asignar a la
obra los recursos humanos, equipos, insumos y materiales comprometidos y
necesarios; advertir de los defectos de suelos, del expediente y condiciones
física imprevisibles que afecten el proceso constructivo; asumir
responsabilidad por la idoneidad, estabilidad y seguridad del proceso
constructivo, obras temporales y definitivas; advertir cualquier reclamación
que indirecta o directamente pueda tener algún efecto sobre el objeto del
contrato o sobre sus obligaciones y cualquier circunstancia jurídica, social,
económica, técnica, ambiental o de cualquier tipo, que pueda afectar la
ejecución del contrato; obtener las licencias —para manejo de explosivos,
importación de equipos, conformidad de obra, etcétera—; ejecutar la obra por
su riego y cuenta.
El contratista asume el riesgo hasta la entrega del resultado —la obra—, por
lo que debe tomar los seguros necesarios para cubrir los riesgos de su
actividad. A su vez son derechos del contratista recibir el expediente técnico
aprobado por la entidad; cobrar el precio contractual (actualizado según el
contrato) por medio de pagos a cuenta de valorizaciones periódicas, con
cargo a liquidación final. En obras a suma alzada, las valorizaciones se
formulan en función de los metrajes ejecutados contratados con los precios
unitarios del valor referencial; y en obras a precios unitarios se valorizará
hasta el total de los metrados realmente ejecutados. 38
pág. 29
obligaciones recíprocas de la Administración Pública en los contratos de obra
pública, los siguiente: i) la ejecución de la obra pública por el mismo
contratista es decir intuitu personae;
ii) a que se inicien los trabajos una vez firmado el contrato y dadas las
condiciones;
iii) a la garantía de ejecución contractual;
iv) a exigir se le presente el plan de trabajos y propuesta y hacer las
observaciones pertinentes;
v) exigir la ejecución de la obra conforme al proyecto;
vi) recibir provisionalmente la obra hasta que se subsanen o corrijan
deficiencias;
vii) aplicar sanciones pecuniarias,
viii) resolver el contrato en los casos en que proceda.
Elementos del contrato de obra pública: Podemos decir que los elementos más
importantes de este contrato se encuentran referido a la obra cierta, es decir:
pág. 30
• El contrato de obra, es un contrato que dura en el tiempo.
pág. 31
• La forma. En el caso del contrato, también la forma comprenderá no
solamente la exteriorización del acuerdo de voluntades, sino también todas
las formalidades requeridas para la formación de la voluntad administrativa y
su notificación, en términos generales, la validez de los contratos
administrativos no están sujetas a condiciones de formas particulares. Es por
lo que a este elemento se le atribuye su carácter “solemne”.
44 Foillard,
Philippe, Droit administratif. 2.e éd., Bruxelles: Édition Larcier S.A., 2013, p. 211.
45 Cassagne, Juan, El contrato administrativo, ob. cit., p. 26
46 María Diez, Derecho administrativo, ob. cit., p. 41
pág. 32
Las relaciones jurídicas exceden ese Crea relaciones jurídicas entre el Estado y
marco y se extienden a los administrados el constructor.
que utilizan la obra una vez concluida.
ejecutado a través de una asociación pública privada, y así poder elegir la mejor alternativa de
ejecución.
pág. 33
desarrolle bajo condiciones de igualdad de trato, objetividad e imparcialidad.
Este principio respeta las excepciones establecidas en el ordenamiento jurídico.
g) Vigencia Tecnológica. Los bienes, servicios y obras deben reunir las condiciones
de calidad y modernidad tecnológicas necesarias para cumplir con efectividad la
finalidad pública para los que son requeridos, por un determinado y previsible
tiempo de duración, con posibilidad de adecuarse, integrarse y repotenciarse si
fuera el caso, con los avances científicos y tecnológicos.
pág. 34
2.5.10. EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE OBRA
El contrato se termina por muerte del contratista con quien celebró. La muerte del
comitente no conlleva la extinción del contrato. En caso de terminarse el contrato por
muerte del contratista, el comitente está obligado a pagar a los herederos hasta el limite
que fueran útiles las obras realizadas, en proporción a la retribución pactada para la
obra entera, los gastos soportados y los materiales preparados.
CAPITULO II
3. MÉTODOS DE CONTRATACIÓN
Una Entidad puede contratar por medio de licitación pública, concurso público,
adjudicación simplificada, selección de consultores individuales, comparación de
precios, subasta inversa electrónica, contratación directa y los demás procedimientos
de selección de alcance general que contemple el reglamento, los que deben respetar
los principios que rigen las contrataciones y los tratados o compromisos internacionales
que incluyan disposiciones sobre contratación pública. Las disposiciones aplicables a
los procedimientos de selección son previstas en el reglamento.
pág. 35
3.1. LA LICITACIÓN PÚBLICA
Todos los miembros del Comité Especial son solidariamente responsables porque la
selección realizada se encuentre arreglada a ley y responden administrativa y/o
judicialmente, en su caso, de cualquier irregularidad cometida en la misma que les sea
imputable.
La licitación pública se desarrolla de acuerdo con las bases aprobadas por el titular de
la entidad. Las bases deben contener cuando menos lo siguiente: a) Mecanismos que
fomenten la mayor participación de postores en función al objeto del proceso y la
obtención de la propuesta técnica y económica más favorable. b) El detalle de las
características de los bienes, servicios u obras a adquirir o contratar; el lugar de
entrega, elaboración o construcción, según el caso. c) La garantía de acuerdo a las
normas sobre contrataciones y adquisiciones del Estado; d) Plazos y mecanismos de
publicidad que garanticen la efectiva posibilidad de participación de los postores; e) La
definición del sistema y/o modalidad a seguir, de acuerdo a las normas sobre
contrataciones y adquisiciones del Estado; f) El calendario del proceso de selección; g)
El método de evaluación y calificación de propuestas; h) La proforma de contrato, en la
que se señale las condiciones de la operación. En el caso de contratos de obras
pág. 36
figurará como anexo el Cronograma General de Ejecución de la obra, el Cronograma
de los Desembolsos previstos presupuestalmente y el expediente técnico; i) Fórmulas
de Reajustes de Precios, de ser el caso; j) Las normas que se aplicarán en caso de
financiamiento otorgado por Entidades Multilaterales o Agencias Gubernamentales; y k)
Mecanismos que aseguren la confidencialidad de las propuestas.
pág. 37
Corresponde al Comité Especial determinar los factores de evaluación técnicos y
económicos a ser utilizados, los que deberán ser objetivos y congruentes con el objeto
de la convocatoria, debiendo sujetarse a criterios de razonabilidad, racionalidad y
proporcionalidad.
pág. 38
3.3. SOBRE EL CONCEPTO DE LAS «CUATRO PATAS DE LA MESA»
Y
EL EQUILIBRIO ECONÓMICO FINANCIERO DEL CONTRATO
pág. 39
Lo anterior no quiere decir que en la contratación con el Estado, éste pierde el ius
variandi que lo caracteriza, es decir el poder de modificar el alcance del contrato. La
pregunta que surge entonces es cómo se interrelacionan estos dos principios, por un
lado el derecho del Estado a redefinir el alcance de la obra y por el otro, el derecho del
contratista a que se mantenga el Equilibrio Económico Financiero del contrato. La
doctrina ha señalado casi unánimemente que estos dos principios no son
contradictorios en absoluto. Es, precisamente, por este estado de «inferioridad» del
particular frente al poder estatal, que éste se ve protegido por el Equilibrio Económico
Financiero del contrato.
El pago del precio es la obligación principal a cargo del comitente. Este valor puede ser
fijado de distintas maneras. a) A suma alzada: Este sistema de fijación de precios
consiste en señalar un monto alzado y, por tanto, invariable para la totalidad de la
ejecución de las obras asumiendo el contratista el riesgo en la variación de metrados.
Cabe agregar que este tipo de retribución tiene carácter excepcional pues es solo
aplicable cuando la naturaleza de la obra lo permita.
Para pactar bajo este sistema, existen tres elementos a considerar: a) Invariabilidad del
precio b) Plano detallado y especificaciones detalladas c) Que el riesgo asumido es la
existencia de mayores metrados Con referencia al concepto de contrato de obra a
suma alzada, en la doctrina se manejan varias definiciones, siendo una de las más
apropiadas la siguiente definición propuesta por PODETTI: «En el sistema de ajuste
alzado o suma global o cerrada se define el precio como inmodificable. En
consecuencia, ambas partes han establecido sus obligaciones de modo definitivo, con
la aspiración de que ni el objeto ni el precio ni las condiciones externas en que ellos se
pactaron, cambien hasta el momento de la finalización de los trabajos, entrega de la
obra y liquidación final de cuentas».48
En efecto, se aprecia que un contrato de obra a suma alzada tiene como principal
característica que el precio ofertado es invariable y engloba toda la obra, a diferencia
del contrato de obra celebrado a precios unitarios, donde el precio ofertado es por
unidades de medida (ejemplo: por metrados, kilómetros, etc.), de modo que al
contratista se le retribuye en función a las cantidades realmente ejecutadas., siempre
de acuerdo al método de cálculo igualmente pactado.
48 PODETTI, Humberto. «Contrato de Construcción». Editorial Astrea, Buenos Aires, 2005. p. 251
pág. 40
Esto ha sido expuesto en la doctrina con total precisión por Rafael JURISTO
SÁNCHEZ49, quien señala que la modalidad de precio alzado o cerrado para toda la
obra y de manera invariable, solo es posible si aquella ha quedado perfectamente
definida, de tal forma que el Contratista pueda confiar en que su obligación no quedará
modificada como consecuencia de imprevisiones técnicas que obliguen a ejecutar
prestaciones diferentes y más onerosas.
De igual modo, MÁXIMO BEZZI59, precisa al respecto lo siguiente: «El ajuste alzado
consiste en la realización de una obra cuyo precio se fija en forma global. Sin duda, ello
exige que a esa invariabilidad del precio corresponda una invariabilidad de la obra. Esta
forma representa la condición inevitable de que el precio es pactado antes de la
realización de la obra y por un monto global, siendo repetimos invariable.
A su turno, ese precio debe relacionarse correctamente con los trabajos previstos en el
proyecto y en los planos, los cuales también deben ser invariables». Debe quedar claro
que en un contrato de obra a suma alzada solo se considerará modificación de los
alcances del contrato a aquellos supuestos que involucren para las partes ejecutar
prestaciones distintas a las inicialmente previstas, pues el simple aumento de metrados
no configuraría una modificación del alcance de un contrato de obra a suma alzada.
Por el contrario, de presentarse modificaciones a las prestaciones del contratista
distintas a aquellos supuestos de aumento de mayores cantidades de metrados,
provocando una prestación más costosa, ello escapa al alcance u objeto del contrato
de obra a suma alzada y de los riesgos y/o contingencias asumidos por el contratista.
En estos casos, debe proceder un adecuado reajuste del contrato.
Así, la doctrina distingue entre dos subespecies: 1. Suma alzada absoluta: Ni el
proyecto técnico ni el precio pueden ser objeto de variaciones. 2. Suma alzada relativa:
Las partes acuerdan que el precio fijado puede ser rectificado ante diferencias en la
obra ejecutada y la que se describió en el proyecto.
Así, entre los diversos autores que han escrito al respecto, podemos citar a DEL ARCO
TORRES y PONS GONZÁLEZ50, quienes nos dicen que: «En el primero (se refiere a la
suma alzada absoluta), las partes convienen en que, ni el proyecto técnico ni el precio
puedan ser objeto de variaciones; en el segundo (se refiere a la suma alzada relativa),
cuando los contratantes convienen en que el precio fijado pueda ser objeto de
rectificación en relación o, adecuadamente, a las diferencias que existan entre la obra
ejecutada efectivamente y la que se describió en el proyecto».
BEZZI MÁXIMO, Osvaldo. «El Contrato de Obra Pública» Editorial Abeledo–Perrot, Buenos Aires, 1982.
p.20.
50 DEL ARCO TORRES, Miguel Ángel y PONS GONZÁLEZ, «Derecho de la Construcción» Editorial
Comares, 6ta edición, Granada, 2003. p. 60.
51 SPOTA, Alberto «Instituciones de Derecho Civil, Contratos» Volumen V, Buenos Aires. pp. 357–361.
pág. 41
ejecución de obra por ajuste alzado significa que el precio resulta ser global o precio
único. Cuando existe invariabilidad de la obra y del precio, es absoluto. En cambio, si
cabe la innovación en el precio, el sistema de ajuste es relativo.
En el Perú, la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado establece un sistema
de suma alzada relativa. El artículo 56º del reglamento de la Ley señala, textualmente,
lo siguiente: «En el sistema de suma alzada, el postor formula su propuesta por un
monto fijo integral y por un determinado plazo de ejecución. Tratándose de obras, el
postor formulará dicha propuesta considerando que resulten necesarios para el
cumplimiento del objeto de la prestación requerida según los planos, especificaciones
técnicas, memoria descriptiva y presupuesto de obra que forman parte del Expediente
Técnico, en ese orden de prelación; considerándose que el desagregado por partidas
que da origen a su propuesta y que deben presentar como parte de la misma, es
referencial.
Este sistema sólo será aplicable cuando las magnitudes y calidades de la prestación
estén totalmente definidas en las especificaciones técnicas respectivos; calificación que
corresponde realizar al área usuaria».
Tal y como se desprende del artículo citado, el postor formulará su propuesta
considerando los trabajos necesarios según los planos, especificaciones técnicas, etc,
con lo cual la propuesta desde su génesis queda indesligablemente unida al expediente
técnico, de tal forma que si éste es modificado, el precio del contrato debe modificarse
igualmente. b) A Precios Unitarios: Para contratar bajo el sistema de «Precios
Unitarios», todo comitente elabora previamente un «Presupuesto Base», que consiste
básicamente en una relación detallada de las «partidas» o actividades específicas que
será necesario realizar para la construcción de la obra; la cantidad o «metrado»
estimado que de cada una de estas partidas será necesario ejecutar en la obra; y,
como resultado de lo anterior un precio total referencial.
El contrato bajo la modalidad de Precios Unitarios se denomina también contrato por
«unidad de medida» y consiste en realizar un cómputo métrico de la obra,
estableciéndose un precio unitario por medida y por ítem. Los «precios unitarios» son
los precios que cada postor oferta para cada una de las actividades específicas o
partidas que la entidad ha considerado necesarias. En esta modalidad, el precio total se
determina en función de lo realmente ejecutado ya que se multiplica el «precio unitario»
referencial señalado para determinada partida por el metrado o cantidad establecido
para dicha partida.
En realidad, la finalidad de establecer partidas no es otra que facilitar la medición,
valuación y pago de la obra. Finalmente, se suman los montos de todas las partidas y
se obtiene el precio de la obra. El Reglamento de la Ley de Contrataciones señala,
textualmente, en su artículo 56º: «En el sistema de precios unitarios, tarifas o
porcentajes, el postor formula su propuesta ofertando precios, tarifas o porcentajes en
función de las partidas o cantidades referenciales contenidas en las Bases, y que se
valorizan en relación a su ejecución real, así como por un determinado plazo de
pág. 42
ejecución; y, en el caso de obras ofertará considerando los precios unitarios de las
partidas contenidas en las Bases, las condiciones previstas en los planos y
especificaciones técnicas, así como las cantidades referenciales».
Como bien señala PODETTI 52, sobre el contrato a precios unitarios: « (…) en este
sistema, las partes establecen una suma alzada o fija por cada unidad de una
determinada medida de la obra o de los trabajos que debe ejecutar el constructor.
Se trata de un sistema flexible en el precio y en la obra, por cuanto ambos sólo van a
quedar definitivamente determinados al momento de la conclusión de las obras,
circunstancia en la que recién podrán conocerse con exactitud la cantidad de unidades
ejecutadas por el constructor y, del mismo modo, el precio definitivo a ser pagado por el
comitente».
De igual modo, DEL ARCO TORRES Y PONS GONZÁLEZ 53señalan que «en este
caso, el precio total se supedita al montante de lo hecho, a razón de un tanto por cada
una, señalado de antemano. Es decir, las partes convienen en fijar un precio a cada
unidad de obra quedando el precio inalterable, aunque puede variar el número de
unidades.»
Del mismo modo, JURISTO SÁNCHEZ64 nos habla de que cada precio unitario es en
realidad un precio global o alzado con respecto al servicio que contiene. Textualmente,
nos dice que: «En este supuesto, el precio se fija definitivamente para cada unidad de
medida de la obra, lo que supone un estudio analítico previo de los componentes de la
unidad para llegar a su determinación alzada. Realmente se trata de aplicar el mismo
sistema que el precio global alzado, si bien referido a cada unidad o elemento de la
obra». (El subrayado es nuestro). c) Precios por Administración:
En los contratos por administración, el costo de los trabajos es asumido directamente
por el propietario. DEL ARCO TORRES Y PONS GONZÁLEZ, definen esta modalidad
como aquel sistema caracterizado donde el comitente abona el costo real de la mano
de obra, de los materiales empleados y demás gastos ocasionados.
El contratista percibe por su actividad un porcentaje sobre el costo efectivo de la obra o
una suma fija (forma de retribución), por lo tanto, el costo final de la obra como el valor
de la retribución del contratista sólo serán conocidos al finalizar la obra.
Por otro lado, para entender con precisión el elemento «precio» del contrato de obra,
debe de conocerse cómo es que el mismo es formado. Así, debemos decir que el
precio de la obra está conformado por tres elementos, el costo directo, el costo
indirecto y la utilidad.
52 PODETTI,
Humberto. Op. cit. pp. 254-255
53 DELARCO TORRES, Miguel Ángel y PONS GONZALEZ, Manuel. Op. cit. p. 140 64
pág. 43
A) Costo Directo Como bien se señaló en el numeral anterior, en la etapa de
Licitación los diferentes postores utilizan el «Presupuesto Base» brindado por el
comitente para presentar sus ofertas, proponiendo sus propios «precios
unitarios», que son los precios que cada postor oferta para cada una de las
actividades específicas o partidas que el comitente ha considerado necesarias.
Así, el monto total parcial por cada «partida» se obtiene multiplicando el «precio
unitario» propuesto para dicha partida, por la cantidad o «metrado» señalado,
referencialmente, por el comitente para dicha partida. Luego, se suman todos los
totales parciales por cada «partida» conformante del presupuesto y se obtiene
así un monto total que constituye el llamado «costo directo» total de la «costo
directo» obra.
En otras palabras, los «Costos Directos» son todos aquellos costos (de mano de
obra, materiales y equipos) que se pueden asignar y relacionar con una
actividad específica (por ejemplo, excavación, concreto, encofrado, muro de
ladrillo, etc.) y que forman de alguna manera parte de la obra física que se
entrega al propietario. JURISTO SÁNCHEZ señala como ejemplos de costos
directos los siguientes: « (…) a) la mano de obra , con sus pluses y cargas y
seguros sociales, que intervienen directamente en la ejecución de la unidad de
obra; b) los materiales, a los precios resultantes a pie de obra, que quedan
integrados en la unidad de que se trate o que sean necesarios para su
ejecución. c) los gastos de personal, combustible, energía, etc., que tengan lugar
en el accionamiento o funcionamiento de la maquinaria e instalaciones utilizadas
en la ejecución de la unidad de obra; d) lo gastos de amortización y
conservación de la maquinaria e instalaciones anteriormente citadas».
Son todos los demás gastos en que se incurre para ejecutar una obra, pero que
no se pueden asignar a una actividad específica por lo que se asigna a la obra
en su conjunto (sueldos de los profesionales, viáticos, alimentación, alojamiento,
transporte, gastos de oficina, gastos de seguros, gastos de viaje, etc.).
pág. 44
La magnitud de la obra, determina el tamaño de la organización e infraestructura
que se pondrá al servicio de la obra, mientras que el tiempo de la ejecución, por
su parte, determinará el período que se debe de cubrir con esa organización e
infraestructura. La relevancia de cada variable depende de cada caso. Cuando
se trata de Gastos Generales no relacionados con el tiempo de ejecución, como
por ejemplo gastos de licitación y contratación que sólo se incurren por una vez,
éstos no se afectan a pesar que se extienda el plazo de ejecución. Por esta
razón, a este tipo de Gastos Generales se les llama «Fijos».
Debe señalarse que la mayoría de Gastos Generales son variables, por ejemplo:
a) Gastos de administración de Obra * Sueldos, bonificaciones y beneficios
sociales del personal técnico y administrativo. * Gastos por traslado del personal.
* Seguro de accidentes del personal técnico y administrativo. * Seguro de
accidentes individuales. b) Gastos de administración en oficina. * Sueldos,
bonificaciones y beneficios sociales del personal directivo. * Sueldos,
bonificaciones y beneficios sociales del personal administrativo. * Alquiler de
locales. * Comunicaciones. * Alumbrado, agua, teléfono y gabelas. c) Gastos
financieros relativos a la obra. * Gastos de emisión y renovación de las diversas
garantías requeridas por el contrato. * Intereses. * Gastos en otros compromisos
financieros.
pág. 45
asumidos. Por lo tanto, el esfuerzo del contratista por hacer respetar las
premisas del contrato que hacen posible su utilidad no puede ser visto como un
mero afán de lucro sino, más bien, como el respeto de la retribución pactada en
el contrato.
A) EL PLAZO.
pág. 46
plazo pactado por las siguientes causales, siempre que modifiquen el calendario de
avance de obra (CAO) vigente: « (…) 1) Atrasos y/o paralizaciones por causas no
atribuibles al contratista; 2) Atrasos en el cumplimiento de sus prestaciones por causas
atribuibles a la Entidad; 3) Caso fortuito o fuerza mayor debidamente comprobados».
Debemos resaltar que no en todos los casos es procedente la ampliación de plazo,
pues, para que proceda es imprescindible que la ruta crítica se vea afectada por la
causal que sustenta el reclamo. Para una mejor comprensión del tema, es necesario
saber qué debemos entender por ruta crítica. Así, consiste en un método de
planeación, organización, dirección y control de todas las actividades componentes de
un proyecto que debe desarrollarse durante un tiempo crítico y a un costo óptimo.
Asimismo, sirve también para determinar cuando existe una modificación del CAO, lo
cual, tiene relevancia particular debido a que como dijimos, para solicitar ampliación de
plazo es necesario además de invocar la causal específica, la alteración del CAO y ello
se produce justamente al afectarse la ruta crítica.
Ello significa que no será posible cumplir dentro del plazo con las actividades
programadas en el CAO pues la causal imposibilitó avanzar con la ejecución de las
obras previstas en el cronograma. A modo de ejemplo, para construir una casa, es
imprescindible hacer las columnas, para lo cual se necesita emplear fierro, cemento,
etc. Si se pacta que el propietario de la obra proveerá materiales y éste, por algún
motivo, no entrega a tiempo al contratista los fierros necesarios para las columnas,
sencillamente, el Contratista no podrá continuar con la ejecución de la obra, si no alza
las columnas resultará imposible terminar de edificar las paredes, techar y realizar las
demás actividades.
Todo ello, obligaría al Contratista a paralizar las actividades o a disminuir el ritmo de
trabajo, con lo cual, el calendario original se vería afectado y por tanto, no podría
culminarse la obra dentro de plazo. Como se comprenderá fácilmente, la denegatoria
injustificada de una ampliación de plazos generará la necesidad de acelerar los trabajos
para cumplir con el plazo originalmente previsto, lo cual, producirá un injusto
desequilibrio en el contrato de obra en perjuicio del contratista.
Otra de las premisas de la propuesta del contratista es que podrá desarrollar la obra en
la forma más eficiente posible, lo cual se ve reflejado en un planeamiento de las
actividades o trabajos que no es otra cosa que la secuencia constructiva ideal.
Así, la secuencia constructiva está referida al avance regular y planeado de la obra, que
permite la mejor la eficiencia y productividad de los equipos y personal del contratista.
Las distorsiones en esta eficiencia, por ejemplo por la necesidad de rediseñar un
pág. 47
proyecto inexacto o por la falta de definición oportuna del comitente de las instrucción
necesarias para continuar los trabajos, no solo puede generar aumentos en el costo de
una obra, sino terminar impidiendo un trabajo planificado convirtiendo la obra en una
pesadilla.
Tales deficiencias pueden derivar en una pérdida de productividad ocasionada por la
interrupción o distorsión del avance regular y planeado de la obra, lo cual genera una
pérdida en la eficiencia del proceso constructivo, que se refleja finalmente en pérdidas
patrimoniales para el constructor.
En palabras del tratadista español Rafael JURISTO SÁNCHEZ: «Porque esto es así, es
por lo que tanto la Administración como el contratista tiene el recíproco derecho de
exigirse que el programa de trabajos se cumpla. Para la Administración, el
cumplimiento del programa es garantía de que la obra se ha de ejecutar en unos plazos
parciales que garantiza el total del contrato; (…) Pero también el contratista tiene
derecho a que se le permita cumplir el programa de trabajos, pues solo así se le
garantiza de que los precios señalados para cada una de las unidades de la obra no
queden por debajo de los costes que están en función de un concreto planteamiento de
la obra …».
En el derecho anglosajón, esta figura es conocida como «disruption» que puede ser
definido como el mayor costo o daño producido por la ruptura de la secuencia
constructiva regular prevista por el Contratista al realizar su propuesta. También puede
ser definido como «la pérdida de productividad, la reducción de la producción de los
recursos constructivos, siendo estos, principalmente, mano de obra y maquinaria», o
como «alteración, obstaculización o interrupción de los métodos constructivos normales
del Contratista».
Entonces, la característica fundamental del Disruption es la pérdida de eficiencia en la
ejecución de la obra. Evidentemente, esta situación genera mayores gastos a los
previstos. Sin embargo, los gastos ocasionados son diferentes de aquellos derivados
del solo hecho de la prolongación del plazo al estar la pérdida de productividad basada
únicamente en la eficiencia de la ejecución de los trabajos, pudiendo ser incluso
independiente de la prolongación del plazo contractual o ampliación de plazo.
pág. 48
confirmar que el expediente entregado cumpla con sus necesidades, razón por la cual
de todas maneras el expediente técnico debe ser aprobado por el propietario.
Por otro lado, la persona que elabora el expediente técnico es finalmente responsable
del mismo y de las variaciones que sean necesarias para adecuarlo a la realidad, solo
así será posible determinar las obligaciones y responsabilidades que emanan para las
partes. Si el proyecto es entregado por el propietario al ejecutor, es el primero el
responsable por las deficiencias del mismo.
En el caso opuesto, es el ejecutor el responsable por las variaciones encontradas en la
etapa de ejecución. En la práctica, suele ser precisamente el expediente técnico, antes
que el contrato y las bases, lo que más dudas e indefiniciones genera en la ejecución
de la obra. Sería muy extenso enumerar uno a uno los problemas que pueden
presentarse en la lectura e interpretación del expediente técnico, análisis que escapa al
presente trabajo.
CAPITULO III
En efecto, tal como ya fue señalado previamente, algunos países han determinado que,
aun cuando existan medidas de confinamiento, la construcción de obras públicas es
una actividad esencial del Estado y, por lo tanto, la ejecución de estos contratos no
puede detenerse, cuestión que hace imposible la invocación de la fuerza mayor por
parte de los contratistas. De esta manera, aquellos privados que habían celebrado
contratos de obra pública con el Estado antes del reconocimiento del COVID-19 como
pandemia mundial, han debido continuar ejecutando los proyectos de construcción en
circunstancias anormales o extraordinarias, lo que ha conllevado que el cumplimiento
de sus obligaciones se vuelva excesivamente oneroso.
pág. 49
ha producido una natural afectación como consecuencia del retraso en la recepción de
los suministros necesarios para la ejecución de los trabajos, así como en el
desplazamiento normal de maquinaria de construcción hacia las obras.
Todas las medidas extraordinarias que han debido adoptar los contratistas para
continuar con la ejecución de obras públicas no solo conllevan una pérdida de
productividad evidente, sino también se traducirán en la práctica en una mayor
permanencia de personal y recursos en la obra por un periodo superior al originalmente
contratado.
Tal como fue señalado al comienzo de este artículo, los contratos de obra pública
corresponden a una categoría de los contratos administrativos y, al igual que en
cualquier relación contractual, las partes esperan beneficiarse de los términos
comprometidos, los cuales han sido acordados teniendo en consideración la existencia
de una interdependencia entre las prestaciones que se deben entre ellas. De esta
manera, se ha entendido que el principio de equilibrio económico del contrato busca
que la correspondencia entre las prestaciones se mantenga hasta el término de la
relación contractual.
pág. 50
Por lo tanto, se ha entendido que el contratista es un colaborador del Estado en la
mantención del servicio público, con lo que “tiene derecho a una compensación por la
utilización de los poderes exorbitantes por parte de la administración”.
La alteración debe responder a hechos que no sean imputables a la parte que reclama
el restablecimiento. − La alteración debe darse por hechos ocurridos después de la
celebración del contrato. − La alteración debe ser extraordinaria o superar un riesgo
normalmente adquirido por los contratantes en la ejecución del contrato. − La alteración
de las condiciones contractuales debe afectar gravemente la economía del contrato, lo
que debe ser probado por el contratista. Sin perjuicio de las condiciones antes
señaladas, la doctrina concuerda en que existen al menos tres causas extraordinarias
que pueden llegar a alterar el equilibrio económico de los contratos administrativos en
general y; por lo tanto, a los contratos de obra pública, en particular.
El hecho del príncipe o factum principis corresponde a aquella causa extraordinaria que
“resulta del ejercicio lícito de prerrogativas públicas generales, de un órgano de la
Administración del Estado distinta de aquella que ha contratado o del poder legislativo,
que conlleva un cambio en las condiciones originales del contrato, haciéndolo más
gravoso para el contratante privado”. Así, es posible identificar que los hechos del
príncipe corresponden a aquellos actos legislativos o administrativos emanados por el
mismo órgano o uno distinto, que, sin referirse directamente al contrato, produce
efectos sobre el mismo, determinando una mayor onerosidad en su ejecución.
pág. 51
Un elemento fundamental al momento de analizar el hecho del príncipe es que la
alteración sufrida por el contrato surge producto de un hecho o acto, que, si bien
proviene de algún órgano del Estado, no es dictado por este último en su calidad de co-
contratante y, por lo tanto, su origen no tiene como objetivo directo modificar el
contrato. De esta manera, si, tras el análisis de un factum principis es posible advertir
que éste tiene consecuencias en ecuación financiera del contrato administrativo,
entonces resulta justificado que el contratista sea compensado por la carga pública
desigual que cede en beneficio de la comunidad en general como consecuencia del
actuar del Estado.
Sin perjuicio de lo anterior, es menester tener presente que incluso en aquellos casos
en que no se ha decretado confinamiento y que, por lo tanto, los proyectos de
construcción tanto públicos como privados continúan en operación, la Administración
del Estado ha decretado también medidas de higiene y seguridad que han afectado las
condiciones originales en que fueron suscritos los respectivos contratos de
construcción.
TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN
Una segunda causa extraordinaria que puede alterar la ecuación financiera del contrato
ocurre con ocasión de hechos externos ajenos a la voluntad de ambas partes, situación
que es conocida como la teoría de la imprevisión o de la excesiva onerosidad
sobreviniente de las prestaciones.
pág. 52
En particular, la doctrina ha caracterizado esta teoría de la siguiente manera: “Cuando
circunstancias imprevistas al momento de la celebración del contrato generan un
trastorno grave en su economía y la gravedad de la alteración así provocada, sin hacer
imposible la ejecución del contrato, la hace difícil y onerosa, más allá de lo que las
partes habían podido prever razonablemente, y cuando el déficit de las operaciones
sobrepasa los límites del área normal a la carga de todo contratista, adoptando un
carácter anormal y excepcional, el contratante de la administración tiene el derecho a
pedir a ésta que venga en su ayuda, que comparta con él, el área extraordinario y que
reconozca una indemnización calculada en función del déficit soportado y de todas las
circunstancias del caso”.
Ahora bien, es importante señalar que, aun cuando la doctrina tiene a aceptar su
aplicación, la procedencia de la teoría de la imprevisión ha sido una materia
controvertida en diversos ordenamientos jurídicos, no sólo por la aplicación del principio
de pacta sunt servanda, sino también porque se ha entendido que “un contrato es
necesariamente un acto de previsión del futuro, mediante el cual las partes arbitran
entre ellas los riesgos que conlleva su relación duradera en el tiempo”.
Esto último, puesto que, prácticamente todos los países de Sudamérica no sólo han
dispuesto medidas de confinamiento en algunas localidades específicas, sino que
también han establecido protocolos de seguridad e higiene que las empresas de
construcción deben cumplir en los casos en los que resulta materialmente posible
continuar con la ejecución de sus trabajos.
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1.3. INSTRUMENTOS JURÍDICOS PARA HACER EFECTIVO EL
RESTABLECIMIENTO DEL EQUILIBRIO ECONÓMICO DEL
CONTRATO
Habiendo revisado las causas extraordinarias que permitirían justificar la aplicación del
principio del equilibrio económico del contrato, cabe mencionar brevemente cuáles
serían los instrumentos jurídicos con los que cuenta el contratista para hacerlo efectivo.
i) instrumentos contractuales;
ii) instrumentos de reclamación directa a la Administración
iii) instrumentos judiciales.
i) Instrumentos contractuales.
Por regla general, los contratos administrativos suelen celebrarse previa propuesta o
licitación pública, y, sólo en casos excepcionales, mediante licitación privada o trato
directo. Cuando los acuerdos son celebrados previa licitación pública, los términos del
contrato suelen estar previamente definidos y, en consecuencia, dejan un margen
mínimo a la negociación entre el privado y la Administración, en caso de que exista
alguno.
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Paulo), e incorporándose en Chile y Brasil (para el Estado Federado). A nuestro juicio,
los Dispute Boards pueden cumplir una labor relevante en el establecimiento de líneas
de comunicación entre las partes, permitiendo adoptar de consuno medidas preventivas
para la mitigación de los impactos como, asimismo, emitiendo recomendaciones o
decisiones, según sea el caso, en lo referente a la pérdida o afectación de derechos
patrimoniales.
Este es uno de los instrumentos más utilizados por los contratistas en los distintos
contratos de construcción, y, por supuesto, también en los de obra pública. Mediante la
presentación de una reclamación directa, el contratista busca que la Administración
reconozca la existencia de una determinada alteración de las condiciones originalmente
acordadas, y que en consecuencia los mayores costos en el cumplimiento de la
obligación le sean compensados.
El regular uso que los contratistas dan a este instrumento no es baladí. Lo anterior, por
cuanto la presentación de reclamos tiene por objeto que las partes puedan resolver
directamente cualquier controversia que surja con ocasión de la ejecución del proyecto,
y así obtener una solución al problema de la manera más rápida e inmediata posible.
Sin embargo, para que este instrumento resulte efectivo, es fundamental que el
contratista no sólo lleve un registro detallado de todos los hechos que han influido en la
pérdida del equilibrio económico, sino que además lleve un estricto control en la obra
que permita evidenciar la pérdida de productividad y afectación de los plazos de
ejecución del proyecto.
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En efecto, si bien esta institución surgió como un órgano cuyo objetivo era fiscalizar las
finanzas o contabilidad de la Administración del Estado, en algunos países ha
aumentado su espectro de fiscalización para resolver también cuestiones de índole
jurídica (principalmente controles de legalidad) e incluso de orden técnico. iii)
Instrumentos judiciales Un tercer instrumento al que el contratista puede recurrir para
restablecer el equilibrio económico del contrato es acudir a la justicia ordinaria o
arbitral, cuestión que depende directamente de la regulación interna de cada
ordenamiento jurídico.
Este instrumento suele ser utilizado por el contratista en aquellos casos en que no fue
posible conseguir un acuerdo directo con la Administración del Estado, y, por
consiguiente, resulta necesario contar con la participación de un tercero imparcial que
tome las medidas correspondientes para lograr el restablecimiento de los perjuicios
sufridos con ocasión de la ruptura de la ecuación financiera.
Según ha sido analizado en este artículo, dadas las características de la pandemia del
COVID-19, los países se han visto en la necesidad de decretar distintas medidas
sanitarias con el propósito de disminuir el contagio de la población, entre las que
destacan aquellas de confinamiento y seguridad e higiene Sin embargo, aún en el caso
de que existan medidas de confinamiento, algunos estados han determinado que la
construcción de obras públicas es una actividad esencial que no puede detenerse, y,
por consiguiente, los contratistas se han visto obligados a ejecutar los contratos en
circunstancias extraordinarias no consideradas al momento de su celebración.
CONCLUSIONES
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La obra publica es una actividad de trabajo, por lo cual no existen obras publicas que
salga de la naturaleza.
La ley de contrataciones debería tener una definición más amplia y precisa sobre lo que
es el contrato de obra pública, para una mejor decisión de gestión por parte de los
operadores.
Dentro de los acuerdos celebrados por el Estado, es posible identificar los contratos de
obra pública, cuyo objetivo es construir, reparar o conservar la infraestructura pública. −
Debido a la importancia que revisten las obras públicas para el funcionamiento del país,
varios gobiernos de Sudamérica han decidido que, aun cuando existan medidas de
confinamiento, su ejecución debe continuar por tratarse de una actividad esencial del
Estado.
Las medidas adoptadas por la Administración del Estado han generado múltiples
impactos en aquellos contratos de obra pública que continúan siendo ejecutados. En
particular, los contratistas han debido adoptar todos los resguardos necesarios para
proteger la seguridad y salud de sus trabajadores, viéndose además afectados por las
medidas limitativas adoptadas por la autoridad, lo que se han traducido en mayores
costos, pérdida de productividad y extensión de plazos.
Dichos impactos han ocurrido por causas ajenas a la responsabilidad del Contratista, y
han provocado que el cumplimiento de las obligaciones contractuales sea
excesivamente más oneroso, o bien que la finalidad económica con la cual los
contratistas celebraron el contrato no pueda alcanzarse.
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es posible identificar que se trata de un principio cuyo objeto es mantener en su
condición original los fines acordados por las partes al momento de celebrar el contrato.
Dados los efectos del COVID-19 en la ejecución de los contratos de obra pública, dicho
equilibrio se puede ver afectado por: a) hechos del príncipe, o; b) teoría de la
imprevisión.
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