T 279 10
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T 279 10
Magistrado Ponente:
Dr. HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO
SENTENCIA
- Acumulación
Por existir unidad de materia y semejanza fáctica de los problemas jurídicos planteados en
las respectivas acciones de tutela los procesos T-2342562, T-2431198 Y T-2416964 fueron
acumulados mediante auto del nueve (09) de noviembre de dos mil nueve (2009), proferido
por éste Despacho, y los procesos T-2471210, T-2475220, T-2484493 y T-2484872 fueron
acumulados por auto de nueve (9) de diciembre de 2009 por la Sala de Selección numero
doce de 2009.
I. ANTECEDENTES.
T-2342562
Adalberto Pérez Hernández, Aisar Cubillos Hernández, Alejandro Cañas Badillo, Alfonso
Cediel Ferrer, Alfonso Guerra Camargo, Alvaro Cabrales Páez, Amaury Alviz Hernández,
Ángel María Lara, Antonio José Ulloa Polanco, Antonio Madera Ardila, Armando Silva
Arteaga, Augusto Duarte Uribe, Beatriz Elvinia Covaria, Carlos Alberto González Prada,
Carlos Arturo Torres España, Daniel Díaz Romero, Enrique Molina, Emiro Leonel Castillo
Garrido, Ernesto Acevedo Villarreal, Fabio Blanco Gaona, Feliciana Gutiérrez Potón,
German Tamara Berjan, Gilberto Gómez Rueda, Gladys Del Carmen Cantillo, Gladys Rey
Cala, Guillermo León Villamizar, Gustavo Rafael Rodríguez, Héctor Raúl García Nieves,
Henry López Cabrales, Hernando Ariza Moreno, Isidro Rivero Barrera, Jairo De Jesús
2
Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
Núñez Alvarino, Jairo Enrique Navarro Torres, Jairo González Jaimes, Jesús Antonio
Quintero Arias, Jorge Alirio Gómez Torres, Jorge Calderón López, Jorge Eliécer Luna
Nieto, José Benjamín Peñaloza Ruiz, José Gregorio Mier Jaraba, José Luis Robles Merlano,
José Manuel Celin Acosta, José Odilio Cañas Sierra, Juan Bautista Bueno Badillo, Juan
Brand Martínez, Julio Cesar Gómez Mercado, Justiniano Urieta Lagares, Lamberto
Caminos Garzón, Lorenzo Agamez Rodríguez, Luis Antonio Villa García, Luis Aurelio
Alean Ramos, Luis Conrado Giraldo Téllez, Luis Eduardo Beltrán Mejía, Luis Eduardo
Carreño Gil, Luis Ernesto Narváez Castro, Luis Fernelly Giraldo, Luis Humberto Rangel
Peinado, Luis Javier Quintero Osorio, Manuel Antonio Marconi, Mariano Uribe Duran,
Marcos Cuellar Muñoz, Maximino Robles Rodríguez, Miller Cortés Martínez, Nelson
Ortega Tamara, Olga Maria Mantilla Bonilla, Omar Cala Molina, Orlando Eliécer Sáenz
Arias, Orlando Mejía Amaya, Orlando Rincón, Oscar De Jesús Florez Moreno, Oscar
Mercado Torres, Oscar Rodríguez Fonseca, Parmenio Peñaranda Cañas, Paulino Lozano
Pacheco, Pedro Pico Ruiz, Rafael Custodio Rodríguez, Ramiro Núñez Santana, Raúl Rojas
Hernández, Reynaldo Becerra Padilla, Ricardo Molina, Rigoberto Martínez Lozano,
Roberto Castro Baena, Rodrigo Landinez Piñeres, Rodrigo Ricardo Rodríguez, Rodrigo
Torres Díaz, Rogelio Prada Vega, Roso Ferreira Quintanilla, Rubén Darío Castro Meléndez,
Rubén Darío Velandia González, Samuel Darío Pulgarin Leiva, Tiberio Oliveros Martínez,
Ulises Quiñones Jaraba, Víctor Manuel Rodríguez, Víctor Perdomo Montes, Eduardo
Herrera Atehortúa, José De Jesús Vargas Díaz, Héctor Jiménez Sarmiento, Diego Maria
Vásquez Rodríguez, Misael Arturo Meza Contreras, Pedro Reyes Quintero, William Correa
Castro, Mario Alvarez Sánchez, Ramón Pineda Rojas y Édgar Campo Rodríguez.
T-2416964
Agustín López Ustaris, Alberto Barraza Baños, Alirio Ramos Silva, Artemio Seuquea
López, Arturo Enrique De La Torre Silvera, Cesar Alfonso Rosado Rojas, Eduardo Enrique
Cruz Cano, Edwar García Marín, Ernesto García Guarguatí, Filadelfo Segundo Merlano
López, Finaldo Rafael Robles Jaraba, Gabriel Barroso Chacon, Gilberto Elles Puerta,
Gustavo Balaguera Ardila, Hermes Enrique Hernández López, Hernando Duran Mogollón,
Jaime Antonio Moreno Dager, Jairo Castillo Fuentes, José Antonio Ladino Beltrán, José
Armando Rojas Mercado, José Wadi Beltrán Duran, Juan Alberto Cabarcas Romero, Julio
Cesar Afanador Marenco, Julio Cesar Cabeza Tocora, Julio Cesar Campos León, Luis
Alfonso Almanza Beleño, Luis Emilio Vergara Zuleta, Manuel De Jesús Jiménez López,
Manuel De Jesús Pérez Ávila, Maria Luisa Niño De Prada, Mariela Plata Márquez, Mario
Sampayo Quintana, Nakor Eustorgio Rueda Rueda, Omar José Domínguez Cala, Pedro
Ellas Toloza, Pedro Emiro Barba Rincón, Rafael Cantillo Cardozo, Ramón Antonio
Quintero Vergara, Reinaldo Rey Coronel, Ricardo Camargo García, Robinson Cavadia
Velásquez, Rolando Celiz Guzmán, Tullo Al Varado Valencia, Víctor Hugo Martínez
Salazar, Víctor Julio Bayona Arévalo.
T-2431198
Abersio Antonio Medina Márquez, Alirio Becerra Padilla, Alvaro Torrado Correa, Carlos
Augusto Martínez Díaz, Daniel Francisco Hernández Díaz, Encarnación Ferreira Pacheco,
Gabriel Badillo, Guillermo Rubio Ortiz, Jairo Navarro Quintero, José Alirio Parada Castro,
Juan Francisco Montes Castro, Julio Vega Vargas, Justo Rafael Pájaro Gonzáles, Libardo
Antonio Bedoya Zuluaga, Luis Efrén Medina Delgado, Luis Jesús Beltrán Vera, Miguel
Darío Gonzáles Hernández, Milton Martínez Montes, Nelson Auly Moreno Villarreal,
Román De Jesús Jiménez Turizo, Teodulio Sierra Chavera y Wilman Tairo Vargas Celis
T-2484493
3
Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
Alvaro Monsalve Carrascal, Heriberto Vásquez Zorro, Eloy Martínez Rodríguez, William
Alexander Monroy, Martín Emilio Rendón Castillo, José Joel Gonzáles Navarrete, José
Hadder Sandoval, Ruth María García Salcedo, Luis Enrique López Paternina, Alfonso
Jaime Badillo, Luis Francisco Ardila Porras y Eusebio Robles Moreno.
T-2471210
T-2484872
Alfredo Ferrer Palomino, Augusto Valdelamar Bossa, Benito Rafael Macea, Byron Lennys
Santafe Quintero, Carlos Alberto Cantillo Tettay, Carlos Enrique Corrales Atencia, Carlos
Alberto Franco Patiño, Carlos Arturo Osorio Castañeda, Carlos Eduardo Naranjo Tolosa,
Danilo Moreno Castro, Danilo Pacheco Zúñiga, Eduard Fabián González Aguilera, Emiro
Espitaleta Castillo, Enrique Rodríguez Ortega, Fellait Segundo García Tapia, Fredy Bobb
Zamora, Héctor Julio Florez Bohórquez, Jaime Alexander Aldana Ardila, Jaime Antonio
Rodríguez Vizcaino, Jhon Harol Niño Gómez, Jorge Pinzón Piedrahita, José Guillermo
Martínez Estrada, José Manuel Medina Hernández, Juan Carlos Miranda Romero, Luis
Alberto Osorni Sulvaran, Luis Enrique Pineda Bonilla, Manuel José Tobon Santos, Mario
Solano Vesga, Mauricio Gómez Rueda, Oscar Ahumedo Osorio, Rafael Núñez Sierra,
Rigoberto De Jesús Santodomingo Romano, Roberto Antonio Chico Sambrano, Roberto
Rafael Romero Lara, Wilfredo Median Arias, Willlam Alzate Benítez y Yesid Noriega
Nieves.
T-24752202
Iván Jiménez Marrugo, Jaime Aguilar Mendoza, Hernán Osorio Cortina, Ariel Ferrer
Velásquez, Jaime Mario Sánchez Gómez y Carlos Arturo Plata
de diciembre de 2003 se profirió un laudo arbitral que puso fin al conflicto laboral en el
cual estableció en materia salarial lo siguiente:
-. Por otro lado a finales del año 2005 se iniciaron nuevamente las negociaciones del
incremento salarial y demás prerrogativas convencionales del periodo 2006-2007 y en
acuerdo celebrado entre el sindicato y ECOPETROL S.A., el día 9 de junio de 2006 entró
en vigencia la nueva convención colectiva por un periodo de 3 años. En esa convención se
estableció básicamente en materia salarial:
-Para el primer año el IPC causado en los doce (12) meses anteriores +1.0%
-Para el segundo año el IPC causado en los doce (12) meses anteriores +0.5%
-.Para el tercer año el IPC causado en los doce (12) meses anteriores + 0.5%
-. Una bonificación para compensar la falta de incremento del salario básico mensual por el
tiempo transcurrido entre el 9 de diciembre de 2005 y el 8 de junio de 2006, la empresa
reconocerá y pagará a los trabajadores un bono sin incidencia salarial de seiscientos mil
pesos ($600.000) proporcional al tiempo laborado durante este lapso.
-. Manifiestan que el señor Jorge Enrique Gamboa como presidente de la Unión Sindical
Obrera U.S.O. el 25 de julio de 2007 elevó un derecho de petición en representación de los
trabajadores a Ecopetrol S.A. donde solicitó el incremento salarial de los últimos 4 años lo
que en su sentir este hecho significa que tal reclamación interrumpió los términos de
prescripción del incremento salarial.
-. Así los accionantes consideran que por los hechos relatados brevemente ECOPETROL
S.A., viola abiertamente los derechos a la igualdad, asociación sindical y a la movilidad del
salario en conexidad con el derecho a la vida y solicitan que por este medio se ordene a la
Empresa demandada realizar el incremento salarial sobre los salarios devengados en los
años 2003, 2004, 2005 y 2006 en el porcentaje establecido por el Índice de Precios al
Consumidor I.P.C. certificado por el DANE y en consecuencia se reconozca su incidencia
en todas las prestaciones legales y convencionales hasta la fecha.
Así las cosas, sostiene la entidad accionada que si el periodo durante el cual ECOPETROL
se abstuvo de ajustar los salarios en el I.P.C. cuyo reajuste reclaman los accionantes
empezó a correr en el año 2003, lo lógico sería que el actor hubiera presentado por esa
fecha la correspondiente reclamación por la supuesta vulneración de sus derechos
fundamentales.
Ahora bien, sostiene además que debe admitirse que la definición de la metodología de
incremento salarial fue establecida por un Tribunal de Arbitramento, cuyo laudo del 9 de
diciembre de 2003 fue impugnado en recurso de anulación ante la Corte Suprema de
Justicia, por lo que los demandantes no podían acudir a la acción de tutela para controvertir
dicha metodología, pues sabían que corría el procedimiento ordinario de impugnación del
laudo y la tutela habría sido improcedente por la existencia de mecanismos judiciales de
defensa, los cuales adicionalmente fueron empelados.
Así, entonces, indica que la Corte Suprema de Justicia se pronunció definitivamente sobre
la legalidad del laudo mediante providencia del 31 de marzo de 2004, fecha en la que avaló
6
Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
De conformidad con todo lo anterior, señala la entidad accionada que debe entenderse que
fue a partir de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que los demandantes debieron
adelantar las gestiones necesarias para denunciar el supuesto trato discriminatorio que se
habría configurado en su contra, y de los hechos relatados se encuentra que el presidente de
la Unión Sindical Obrera U.S.O., sólo elevó derecho de petición el 22 de agosto de 2007
para pedir el incremento salarial que ahora reclama y sólo hasta diciembre de 2007
presentó la demanda de tutela con el mismo fin, es decir, casi dos años y medio después de
que se definiera el sistema de incremento salarial que dice haberlos afectado en sus
derechos fundamentales.
De otro lado, afirma que respecto a la ausencia de incremento por unos meses del año 2003
y su reemplazo por una bonificación, así como el porcentaje de incremento salarial
establecido por Laudo Arbitral, ya fue considerada por la Sala Laboral de la Corte Suprema
de Justicia al decidir el recurso de anulación interpuso contra el laudo arbitral por el
sindicato y por ello hace tránsito a cosa juzgada por lo que considera que en este caso no
puede volver a discutirse o resolverse.
4.1. T-2342562
2003 y respecto del laudo arbitral del 9 de diciembre de esa anualidad, los mecanismos
ordinarios de defensa quedaron agotados en el año 2004, con la decisión que sobre el
mismo profirió la Corte Suprema Justicia el 31 de marzo de 2004, por lo tanto a partir de
tal fecha, los accionantes podían acudir en procura de la protección de tales derechos
fundamentales a través de la acción de tutela. No obstante, no evidencia el Despacho
prueba que permita demostrar la diligencia de los tutelantes en procura de obtener la
protección de sus derechos, pues si bien obra petición elevada solicitando el incremento
salarial presentada sólo hasta 26 de julio de 2007 y la acción que nos ocupa formulada el
17 de abril de 2009, establecidos términos, se colige que transcurrieron más de 3 y 5 años
respectivamente, desde la fecha en que la Corte Suprema de Justicia se pronunció sobre la
legalidad del laudo arbitral.”
Así las cosas concluyo el juez de primera instancia que: “habrá de concluir este Despacho
que en el caso que nos ocupa, no es posible reconocer el amparo de los derechos
fundamentales solicitados, como quiera que no se satisface el requisito de inmediatez,
necesario para su procedencia. De otra parte, advierte el Despacho que la presente acción
no se interpuso como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable y de las
pruebas allegadas no se evidencia la configuración del mismo, como quiera que no se
encuentra probado que el no recibir la diferencia salarial reclamada conlleve para los
accionantes la imposibilidad de satisfacer sus necesidades básicas y por ende la
afectación de su mínimo vital.”.
Impugnación.
Por escrito visible a folios 228 a 232 del cuaderno principal el apoderado de la parte
accionante impugnó el fallo antes referido al considerar que se debe tener claro dos hechos
los cuales son los generadores de la violación de derechos fundamentales, así son el laudo
arbitral proferido por el Tribunal de Arbitramento el 9 de diciembre de 2003 y la
convención colectiva de trabajo firmada por Ecopetrol S.A. y la U.S.O.
Respecto del laudo el apoderado de los accionantes manifiesta que una vez resuelto el
recurso de anulación contra esa decisión no cabe recurso alguno razón valida para
considerar que los accionantes no cuentan con otro medio de defensa judicial.
“Debemos recordar que los conflictos laborales pueden ser de dos tipos: Jurídicos o de
8
Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
Por último, concluye la Sala de Decisión de ese Tribunal que en relación con lo alegado en
la sentencia del a quo sobre el principio de inmediatez de la acción de tutela, que el mismo
no tiene aplicación en el presente caso, por cuanto el derecho afectado es el de movilidad
salarial el cual va intrínsecamente unido a las variaciones y actualizaciones del índice de
precios al consumidor, además, por cuanto la Convención Colectiva 2006-2009, que
comenzó a regir a partir del 9 de junio de 2006, en la actualidad se encuentra vigente,
contempla la medida vulneradora y está afectando los derechos a la igualdad y a la
movilidad salarial de los trabajadores y pensionados sindicalizados.2
4.2. T-2416964
Impugnación
efectos que se desprenden de la negociación que realizan las personas que fungen como
representantes del sindicato, los cuales gozan de plenos poderes para celebrar y suscribir
los acuerdos y que en ejercicio de dicha facultad, pactaron en la convención colectiva de
trabajo 2006-2009. Además considera que resulta inconcebible que después de tres 3 años
de acordada y suscrita la Convención Colectiva de Trabajo, sólo ahora se duelan los
accionantes a encontrar vulnerados sus derechos a la movilidad salarial y a la igualdad.
Segunda Instancia
4.3. T-2431198
Impugnación
El apoderado de los accionantes en escrito visible a folio 392 a 401 del cuaderno principal
impugnó la sentencia proferida por ese Juzgado indicando que no posee otro mecanismo
ordinario para obtener la protección de los derechos fundamentales invocados, ya que el
laudo arbitral quedó en firme cuando Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de
Justicia resolvió el recurso de anulación contra el mismo.
salarial. Por último resalta que esta Corporación se ha ocupado de resolver temas similares
que en su criterio son precedente jurisprudencial que no pueden desconocerse así hace
referencia a las sentencias T-148 de 2008 y T-345 de 2007.
Segunda Instancia
La Sala de Decisión Uno del Tribunal Administrativo de Bolívar mediante providencia del
12 de agosto de 2009 resolvió revocar la sentencia del a quo y en su lugar protegió los
derechos fundamentales de los accionantes bajo los mismos argumentos esgrimidos en la
sentencia proferida en T-2342562.
4.4. T-2484493
Impugnación
Segunda Instancia
La Sala de Decisión Uno del Tribunal Administrativo de Bolívar mediante providencia del
30 de septiembre de 2009 resolvió revocar la sentencia del a quo y en su lugar protegió los
derechos fundamentales de los accionantes bajo los mismos argumentos esgrimidos en la
sentencia proferida en T-2342562 y además consideró que la vulneración de los derechos
alegados aún producen efectos dado que las actualizaciones dejadas de realizar tienen
incidencia en el salario de los trabajadores y/o en el momento sobre el cual se les ha
liquidado la pensión, dependiendo de si son trabajadores activos o pensionados
respectivamente, por consiguiente ordenó actualizar los salarios correspondientes a los
años 2003 a 2006 y el correspondiente al año 2007, con su respectivo pago del retroactivo
por las diferencias dejadas de percibir al omitir efectuar la correspondiente actualización.
4.5. T-2471210
porque han transcurrido más de cinco años desde la ocurrencia del laudo arbitral y aun, han
transcurrido casi tres años de haberse celebrado la Convención Colectiva de trabajo de
vigencia 2006-2009, lo que evidencia el no cumplimiento del principio de inmediatez. Así
los accionantes bien pudieron acudir a los estrados judiciales para reclamar sus derechos
por la vía ordinaria en incluso acudir en ambas oportunidades, esto es desde el año 2003 o
desde el año 2006 y no lo hicieron.
Impugnación
Segunda Instancia
incidencia en el salario de los trabajadores y/o en el monto sobre el cual se les ha liquidado
la pensión, dependiendo de si son trabajadores activos o pensionados respectivamente.
4.6. T-2484872
Impugnación
El apoderado de los accionantes mediante escrito visible a folios 135 a 144 impugnó el
fallo de primera instancia bajo el argumento que la entidad demandada les están vulnerando
sus derechos fundamentales al pretender hacer valer la existencia de un bono sin incidencia
salarial que presuntamente compensó la falta de incremento salarial entre los años 2003 a
2009, además expuso las mismas consideraciones contempladas en el expediente T-
2471210.
4.7. T-2475220
Impugnación
Entre las pruebas aportadas en el trámite de las acciones de tutela, la Sala destaca de
manera conjunta las siguientes:
-.Copia simple del derecho de petición elevado por el representante legal y presidente del
sindicato de Industria Unión Sindical Obrera USO suscrita el 12 de junio de 2007 y
radicada a ECOPETROL el 27 de julio de 2007 con el objeto de solicitar la actualización
salarial por corrección monetaria de acuerdo a los índices de precios al consumidor desde
el año 2003 y hasta la fecha de radicación. (Expediente T-2471210 folios 41 a 48 del
cuaderno principal)
1. Competencia.
Esta Sala de Revisión de la Corte Constitucional es competente para revisar las decisiones
proferidas dentro de las acciones de tutela de la referencia de conformidad con lo dispuesto
en los artículos 86 y 241 numeral 9° de la Constitución Política, en concordancia con los
artículos 31 a 36 del Decreto 2591 de 1991.
De conformidad con los hechos antes relatados, corresponde a esta Sala de Revisión
determinar si ECOPETROL S.A., vulneró los derechos fundamentales a la igualdad y a la
movilidad salarial de los accionantes que pertenecen al sindicato de esa entidad
denominado U.S.O., por la negativa a efectuar en los años 2003 a 2006 el respectivo
aumento salarial de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor certificado por el DANE,
ya que los accionantes consideran que este hecho generó un trato discriminatorio respecto
de los trabajadores no sindicalizados, por cuanto a los primeros se les entregó una
bonificación sin incidencia salarial de cuatrocientos mil pesos ($400.000) en los años 2003
a 2005 y de seiscientos mil pesos ($600.000) desde el 9 de junio de 2006, mientras que a
los trabajadores no sindicalizados se les efectuó su respectivo aumento salarial conforme al
I.P.C. certificado por el DANE.
Al respecto, esta Sala debe estimar si la presente acción de tutela cumple con los requisitos
de procedibilidad a efectos de estudiar de fondo el presente asunto, como ha sido reiterado
en múltiples ocasiones por esta Corporación, así la acción de tutela es un mecanismo de
origen constitucional de carácter residual, subsidiario y cautelar, encaminado a la
protección inmediata de los derechos fundamentales de las personas que están siendo
amenazados o conculcados. Ello en consonancia con el artículo 86 de la Constitución, y el
artículo 6º numeral 1, del Decreto 2591 de 1991, que establecen como causal de
improcedencia de la tutela: “cuando existan otros recursos o medios de defensa judiciales,
salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable. La existencia de dichos mecanismos será apreciada en concreto, en cuanto a
su eficacia, atendiendo las circunstancias en que se encuentre el solicitante.”.
15
Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
permite a las partes valerse de diversas acciones ordinarias que pueden ser ejercidas ante las
autoridades que integran la organización jurisdiccional, encaminadas todas a la defensa de
sus derechos.7
Es requisito de procedibilidad de la acción de tutela que su interposición sea oportuna,
esto es, se realice dentro de un plazo razonable8. Si con la acción de tutela se busca la
protección inmediata de los derechos constitucionales fundamentales, frente a su
vulneración o amenaza, la petición ha de ser presentada en marco temporal de ocurrencia
de la amenaza o violación de los derechos. Al no limitar en el tiempo la presentación de la
demanda de amparo constitucional, se burla el alcance jurídico dado por el Constituyente a
la acción de tutela, y se desvirtúa su fin de protección actual, inmediata y efectiva de tales
derechos. En relación con la regla de inmediatez, la Corte Constitucional 9 se ha
pronunciado en varias oportunidades reiterando que:
“La Corte ha señalado que dos de las características esenciales de esta figura en el
ordenamiento jurídico colombiano son la subsidiariedad y la inmediatez: (…) la segunda,
puesto que la acción de tutela ha sido instituida como remedio de aplicación urgente que se
hace preciso administrar en guarda de la efectividad concreta y actual del derecho objeto de
violación o amenaza. Luego no es propio de la acción de tutela el sentido de medio o
procedimiento llamado a remplazar los procesos ordinarios o especiales, ni el ordenamiento
sustitutivo en cuanto a la fijación de los diversos ámbitos de competencia de los jueces, ni
el de instancia adicional a las existentes, ya que el propósito específico de su consagración,
expresamente definido en el artículo 86 de la Carta, no es otro que el de brindar a la
persona protección efectiva, actual y supletoria en orden a la garantía de sus derechos
constitucionales fundamentales. (…) La acción de tutela ha sido instituida como remedio de
aplicación urgente que se hace preciso administrar en guarda de la efectividad concreta y
actual del derecho objeto de violación o amenaza.”10
La inactividad o la demora del accionante para ejercer las acciones ordinarias, cuando éstas
proveen una protección eficaz, impide que se conceda la acción de tutela. Del mismo modo,
si se trata de la interposición tardía de la tutela, igualmente es aplicable el principio de
inmediatez, según el cual la falta de ejercicio oportuno de los medios que la ley ofrece para
el reconocimiento de sus derechos no puede alegarse para el beneficio propio del sujeto de
la omisión o la tardanza.11
La regla jurisprudencial acerca del principio de la inmediatez, ordena al juez de tutela
constatar si existe un motivo válido, entendiéndolo como justa causa, para el no ejercicio de
la acción constitucional de manera oportuna. En la Sentencia SU-961 de 1999 se establecen
las circunstancias que el juez debe verificar cuando esta frente a un caso de inmediatez, así:
“1) si existe un motivo válido para la inactividad de los accionantes; 2) si esta inactividad
injustificada vulnera el núcleo esencial de los derechos de terceros afectados con la
decisión y 3) si existe un nexo causal entre el ejercicio inoportuno de la acción y la
vulneración de los derechos de los interesados.”
La persona natural que pone a disposición de un empleador su fuerza laboral, al paso que
cumple con una función social, persigue como interés particular una retribución económica
por la prestación del servicio, que no solamente debe representar el equivalente al valor del
trabajo, sino que debe ser proporcional a la necesidad de asegurar su existencia material y
la de su familia, en condiciones dignas y justas, que serán las que le permitan subsistir
adecuada y decorosamente. Por esta razón, la remuneración debe asegurar un mínimo vital,
como lo ha entendido la jurisprudencia de esta Corte y, además, ser móvil, de modo que
siempre guarde equivalencia con el precio del trabajo.
Estima la Corte que el ajuste del salario, desde la perspectiva señalada, no corresponde
propiamente a su incremento, pues, para que exista un incremento en la remuneración,
verdadero y efectivo, se requiere que ésta se revise y modifique, aumentándola, luego del
ajuste por inflación, teniendo en cuenta los factores reales de carácter socioeconómico que
inciden en su determinación y, especialmente, la necesidad de asegurar el mínimo vital y la
equivalencia con lo que corresponde al valor del trabajo.13
“ (…) En cuanto al objetivo que se persigue con la medida limitativa del derecho a
mantener el poder adquisitivo real del salario -medida según la cual para la vigencia fiscal
de 2004 los salarios de los servidores públicos que devenguen hasta dos SLMM se
reajustan en un porcentaje equivalente a la inflación registrada para 2003, y los de los
No obstante, la Corte reitera con particular énfasis que no cualquier interés estatal justifica
la limitación del derecho de los servidores públicos a mantener el poder adquisitivo real del
salario. Tal derecho sólo puede ser limitado para promover el fin constitucionalmente
imperioso de preservar la estabilidad macroeconómica reduciendo el gasto en
circunstancias de déficit fiscal y elevado endeudamiento para no afectar el gasto público
social (artículo 350, CP), asegurando así la efectividad de la solidaridad como principio
fundante del Estado Social de Derecho (artículo 1, CP), dentro de un contexto económico
que justifique la necesidad de la limitación (artículo 2, CP). (…)”
Desde luego dicha política debe considerar las limitaciones que imponen las circunstancias
económicas y fiscales del país; pero sin dejar de considerar esos factores que condicionan el
gasto público, debe tenerse de presente que ni el Gobierno, ni el Congreso, gozan de una
facultad discrecional absoluta para definir ad libitum el incremento salarial anual de los
servidores públicos, porque median disposiciones constitucionales que limitan su actuación
y le imponen unos criterios que son de rigurosa observancia, como son, entre otros, el
reconocimiento del derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas, de una
remuneración mínima, vital y móvil y de su necesario ajuste por inflación y el tratamiento
equitativo, sin ningún tipo de discriminación.
No es argumento suficiente para desconocer el ajuste del salario a los servidores públicos la
situación fiscal del país, pues ésta requiere de un manejo ajustado a los ordenamientos
constitucionales y de éstos surge, con claridad meridiana, el deber constitucional para el
Gobierno de conservar el valor real del salario, haciendo como lo determine la ley, los
ajustes periódicos por inflación, así como los incrementos adicionales que se justifiquen,
atendiendo los diferentes factores de orden político, social y económico. 14
14Ibídem.
18
Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
A su turno, en sentencia T-684 de 2003 esta Corte estableció algunas reglas para la
determinación de la procedibilidad de la acción de tutela respecto al principio de
inmediatez:
“La Corte Constitucional en otras oportunidades ha fijado la regla según la
cual la tutela debe interponerse dentro de un plazo razonable. La razonabilidad
del término no se ha establecido a priori, sino que serán las circunstancias del
caso concreto las que la determinen. Sin embargo, se ha indicado que deben
tenerse en cuenta algunos factores para analizar la razonabilidad del término:
1) si existe un motivo válido para la inactividad de los accionantes; 2) si esta
inactividad injustificada vulnera el núcleo esencial de los derechos de terceros
afectados con la decisión y 3) si existe un nexo causal entre el ejercicio
inoportuno de la acción y la vulneración de los derechos de los interesados”
En este orden de ideas, la razonabilidad del término de presentación de la acción de tutela
dependerá de las circunstancias del caso concreto, sin que resulte posible establecerlo a
19
Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
priori. En tal sentido, en sentencia T- 1140 de 2005 consideró que, el juez en cada caso debe
sopesar la razonabilidad del tiempo transcurrido entre el hecho que dio origen a la acción y
la presentación de la misma y establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que
ocurrieron los hechos. Así mismo, debe existir una proporcionalidad entre el medio y el fin
perseguido. En otras palabras, que la acción de tutela (medio) pueda ser utilizada en
cualquier tiempo no significa que la misma no requiera de un término razonable para
hacerlo, en cuanto el fin perseguido es la protección integral y eficaz de los derechos
vulnerados. De tal manera no le es dable al accionante esperar en forma prolongada el
transcurso del tiempo para ejercer la acción cuando desde el mismo momento de la acción u
omisión de la autoridad o particular contra quien dirige su tutela sentía desconocidos sus
derechos, pues si lo pretendido es que la protección sea eficaz, lo lógico sería que se
presentara lo antes posible.
La Sala de Revisión considera que existe un precedente jurisprudencial fijado por ésta
Corporación que resolvió un caso cuyos hechos objeto de análisis eran semejantes al caso
que aquí se debate, las consecuencias jurídicas aplicadas a los supuestos del caso pasado,
constituye la pretensión del caso presente y la regla jurisprudencial no ha sido cambiada o
ha evolucionado en una distinta o más específica que modifique algún supuesto de hecho
para su aplicación. Así las cosas, en ese caso el demandante pretendía que por tutela se
ordenara a ECOPETROL pagarle los incrementos salariales que debieron hacerse entre los
años 2003 y 2006, en el equivalente al índice de precios al consumidor de cada año. El
demandante sostuvo que como trabajador sindicalizado tenía derecho a ese incremento
anual, porque así lo tuvieron y recibieron los trabajadores no sindicalizados, por lo que
dicha situación consideraba vulneratoria de su derecho a la igualdad, de su derecho a la
libre asociación sindical y de sus derechos laborales adquiridos.
En efecto, la sentencia T-607 de 2008 se dispuso que la acción de tutela debe presentarse en
un tiempo razonable desde la violación del derecho fundamental, ya que esta acción parte
de la base de que debe operar o tener una reacción inmediata a la presunta vulneración del
derecho fundamental y no como sucede en éste caso ya que si los accionantes consideraban
vulnerados sus derechos a la igualdad y a la movilidad salarial debieron acudir a esta acción
desde el momento en que quedó en firme la resolución del recurso de anulación del laudo
arbitral efectuada por la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, esto es desde el 31
de marzo de 2004, y respecto de la convención colectiva pactada para los años 2006 a 2009
ellos debieron acudir desde el momento en que empezó a regir, esto es desde el 9 de junio
de 2006.
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Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
Ciertamente, la Corte ha dicho que todas las características procesales de la acción de tutela
ilustran la intención del constituyente de dotar al sistema jurídico de una herramienta rápida
y eficiente contra agresiones a garantías de rango fundamental, de manera que sus titulares
no se vean obligados a recurrir a los regularmente extensos procesos ordinarios.15
Así, la Sala Sexta de Revisión en ese entonces resolvió no acceder a las pretensiones del
accionante al considerar que la decisión de incrementar los salarios en los porcentajes que
rigieron entre 2003 y 2006 fue establecida en 2003 por un tribunal de arbitramento y,
posteriormente, en marzo de 2004, avalada de manera definitiva por una sentencia de la
Corte Suprema de Justicia por lo que el accionante debió acudir ante el mecanismo
constitucional tan pronto quedó en firme dicho fallo y no casi dos años y medio después de
que se definiera el sistema de incremento salarial que dice haberlo afectado en sus derechos
fundamentales.
Los hechos motivo de la presente acción acaecieron desde el año 2002, teniendo en cuenta
que para esa fecha se denunció una convención colectiva por la Unión Sindical Obrera
U.S.O., suscrita para el periodo comprendido entre el 2001-2002, y luego presentó su
pliego de condiciones a ECOPETROL, y se inició las negociaciones para el incremento
salarial y demás prerrogativas convencionales del periodo 2003-2004.
Así las cosas, los accionantes no pueden pretender que por esta acción se
pretenda resolver acuerdos que previamente habían convenido voluntariamente entre el
sindicato U.S.O. y Ecopetrol S.A., por laudo arbitral y por convención colectiva, por lo que
resulta disconforme el interés de los accionantes cuando pretenden la protección de los
derechos fundamentales a la igualdad y a la movilidad salarial después de acordar y recibir
una bonificación por no haber incrementado el salario conforme al Índice de Precios al
Consumidor y de manera posterior incoar la acción de tutela al considerar que ya no
estaban conformes con lo pactado previamente, en efecto el paso de los días sí es criterio
para determinar la procedencia de la acción, cuando se ha verificado que el transcurso de un
largo periodo ha disuelto la gravedad de la agresión y, por tanto, hay disipado la urgencia
de la protección requerida.
Por lo que se ha visto, la Sala considera que conforme a lo dispuesto en la sentencia T-607
de 2008 el silencio de los actores durante estos años demuestra que no se sintieron
vulnerados en sus garantías fundamentales y que -debe suponerse- consideraron que los
demás beneficios convencionales compensaban esas diferencias salariales que ahora
pretenden hacer aparecer como injustas razón suficiente para concluir que no se les están
vulnerando los derechos a la movilidad salarial y a la igualdad, ya que respecto al no
incremento salarial pactado en el 2003 por laudo arbitral quedó homologada su legalidad
por la Corte Suprema de Justicia en providencia que como ya se ha dicho en varias
oportunidades quedó ejecutoriada en marzo de 2004, y respecto a la convención colectiva
ésta empezó a regir a partir de junio de 2006 sin que los aquí accionantes manifestarán su
disconformidad con lo pactado de forma voluntaria.
La permanencia del sindicato, pese a las diferencias de incremento salarial, indica que las
medidas diferenciales no buscaban un efecto violatorio del derecho de asociación sindical
ya que el sindicato no se disolvió y, por el contrario, se suscribió con la empresa una nueva
convención colectiva que empezó a regir el 9 de junio de 2006, respecto de cuyo sistema de
incrementos salariales fue superior al I.P.C., así consta en el hecho 9 de las demandas de los
expedientes T- 2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484872.
Así las cosas, la Sala de Revisión no encuentra prueba alguna que permita indicar la
diligencia de los accionantes a efectos de obtener la protección de sus derechos, pues sólo
hasta el 2009 se decidieron a interponer la acción constitucional después de transcurrir más
de 3 y 5 años respectivamente, desde la fecha en que la Corte Suprema de Justicia se
pronunció sobre la legalidad del laudo arbitral y desde que se celebro la convención
colectiva antes referida.
Es por todo esto que, esta Sala considera que la tutela no fue incoada dentro de un tiempo
pertinente y prudencial, para que el objeto mismo de la acción de tutela no se
desnaturalizara y dado que los accionantes incurrieron en un retraso bastante amplio para
acudir a este mecanismo judicial extraordinario de defensa, su procedencia resulta inviable.
Por último y en lo que respecta a la posibilidad de dar aplicación a lo dispuesto por ésta
Corporación en sentencias T-345 de 2007 y T-012 de 2007 como precedente de éste caso, la
Sala considera que el caso en estudio presenta una particularidad respecto de las
providencias aquí señaladas y es que los accionantes recibieron una bonificación en
compensación por el no incremento a su salario conforme al Índice de Precios al
Consumidor certificado por el DANE, y además presentaron la acción constitucional en un
tiempo que no es razonable circunstancias que determinan la diferencia entre los casos
antes señalados, por lo que no se le debe dar aplicación a las providencias antes referidas.
En consecuencia, la Sala revocará las decisiones proferidas por la Sala Quinta y la Sala de
Decisión Uno del Tribunal Administrativo de Bolívar, declarará improcedente el amparo de
tutela y, por tanto, negará la protección solicitada.
III. DECISIÓN.
RESUELVE
Primero. - REVOCAR los fallos proferido por la Sala de Decisión Uno y la Sala Quinta
del Tribunal Administrativo de Bolívar de fechas 12 de junio de 2009, 23 de julio de 2009,
del 12 de agosto de 2009, del 30 de septiembre de 2009, del 28 de agosto de 2009, del 11 de
septiembre de 2009 y el 12 de agosto de 2009 que resolvieron la acción de tutela promovida
por Adalberto Pérez Hernández y otros; Agustín López Ustaris y otros; Albersio Antonio
Medina Márquez y otros; Alvaro Monsalve Carrascal y otros; Manuel Camargo Morales;
Alfredo Ferrer Palomino y otros; Iván Jiménez Marrugo y otros contra Ecopetrol S.A., y en
su lugar, NEGARÁ por improcedente la protección invocada para el amparo de sus
derechos a la igualdad y a la movilidad salarial de los accionantes.
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Expedientes T-2342562, T-2416964, T-2431198, T-2484493, T-2471210, T-2484872, T-2475220.
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