Martin Alvarez Galan

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Soldado Sergio Cebrian Marin

Historia del CBO


1 Martín Álvarez
Galán
2 seccion, 1 CIA, Primer Batallón de Desembarco

sergio cebrian marin


26-9-2020
Orígenes familiares [

Nació Martín Álvarez en Montemolín (Badajoz) en 1766. Era hijo único del matrimonio
de Pedro Álvarez y Benita Galán. El señor Pedro Álvarez carretero por herencia iba de
ordinario de Montemolín a Olivenza y Badajoz. Su mujer, Benita Galán, era hija de un
antiguo soldado que en muchas batallas había derramado su sangre defendiendo la
causa de Felipe V

Carrera militar

Va a Sevilla donde muestra sus deseos de alistarse en un regimiento de


caballería, pero topa con los de la Armada. ¿Qué hacían alistadores de la
Armada en Sevilla?. Por aquel entonces los batallones de Infantería de Marina
tenían en Sevilla, Granada y otras capitales destacadas partidas de hombres
que eran bien pagados, tenían buena presencia y lucían sus lustrosos
uniformes para intentar captar voluntarios para la Armada; en Sevilla había un
pequeño destacamento de reclutación compuesto por un Capitán, un sargento,
dos cabos y doce granaderos escogidos, uno de los cuales era Lucas García,
granadero de marina, el cual vestía con arrogancia una buena casaca azul
turquí, con solapa encarnada vuelta hacia fuera, calzón azul, charreteras
encarnadas, gorra de pelo con manga grana terminada en borla amarilla, cuyo
uniforme lucía adoptando un aire marcial que impresionaba..

Así pasó a ser soldado de la Tercera Compañía del Noveno


Batallón de la Infantería de Marina, un 26 de abril de 1790,
dando su talla cinco pies y siete pulgadas.
De Sevilla marchó a Cádiz. Tras la instrucción y una
temporada de vigilancia en los Asenales, el 16 de septiembre
de 1792 embarca como soldado en el navío “Gallardo”, de 74
cañones, pasando de Cádiz a Cartagena.

El año 1793 España e Inglaterra estaban aliadas en guerra con


Francia donde Robespierre y sus secuaces artífices de la
Revolución Francesa habían dado muerte a Luis XVI, con quién
los soberanos de España e Inglaterra tenían tratados de amistad.
El Teniente General de la Marina D. Francisco de Borja fue
encargado de mandar la Escuadra que debía salir de Cartagena.
Desde allí se dirigió a Barcelona como centro de operaciones
para el bloqueo de las costas de Francia. En un mensaje del
Almirante inglés Hood que bloqueaba Marsella y Tolón pedía seis
buques españoles para que le auxiliasen y uno de los enviados
fue el "Gallardo" donde servía Martín Álvarez. Cuando llegó este
refuerzo ya los españoles e ingleses habían tomado Tolóny
puesto por gobernador de aquella plaza al heroico militar D.
Federico Gravina. Entusiasmó de tal modo esta victoria de los
españoles que D. Francisco de Borja decidió desalojar a los
franceses de las islas de San Pedro y San Antíoco al Sur de
Cerdeña tomadas por los franceses. Allí se encaminó el
“Gallardo” y conseguido esto se volvió de nuevo a Cartagena.

El año 1794 figura Martín Álvarez en la lista de la tropa nombrada


para transbordar al “San Carlos” en un viaje a las Antillas para
convoyar a los buques y transportes que conducían gentes y
pertrechos para la defensa de las Antillas.

En 1796 figura en la guarnición del navío “Santa Ana”, de 112


cañones. Pasa después a la guarnición del “Príncipe de
Asturias”, también de tres puentes y 112 cañones, y el 1 de
febrero de 1797 pasó al “San Nicolás de Bari”, de 74
cañones, al mando del Capitán de Navío D. Tomás
Geraldino, que se hizo a la mar con la Escuadra que desde
Cartagena hizo rumbo a Málaga y al Atlántico donde debía
recibir un gran convoy.

Actuación en la Batalla del Cabo de San Vicente

Cuenta el General Bermúdez de Castro en su publicación de


“Combate naval del Cabo de San Vicente y el granadero
Martín Álvarez” que encontrándose en Gibraltar a donde
había ido con motivo de la Exposición de la Marina del año
1885, vio entre los cañones tomados por los ingleses en
Aboukir, Trafalgar y San Vicente, uno que era una verdadera
joya, de bronce, con un precioso cascabel con dos delfines
en sus asas, y esculpido el escudo de España con el
“Carolus III”. Un oficial inglés que le acompañaba le dijo: “Del
San Nicolás, en la batalla del Cabo de San Vicente”.

Ante la expresión dubitativa del general Bermúdez de Castro,


entonces con el grado de Teniente de Marina, el oficial que le
acompañaba, prometió mandarle una crónica de la batalla con
quién tenía relación aquel cañón. El oficial se llamaba Sir John
Butler.

En esta época de fines del siglo XVIII, año 1797, España tenía
concertada una alianza ofensiva y defensiva con el Directorio
francés por el tratado de San Ildefonso.

 ../..Pero en el barco español “San Nicolás de Bari”


queda algo por conquistar. Sobre la toldilla arbola
la bandera española que flota al viento cual si todavía
el barco no se hubiese rendido. Un oficial inglés que lo
observa va a ella para arriar la bandera. Antes de llegar
un soldado español, de centinela en aquel lugar, sin
apartarse de su puesto, le da el alto, el oficial no le hace
caso y se acerca, el sable del centinela lo atraviesa con
tal fuerza que lo queda clavado en la madera de un
mamparo. Un nuevo oficial y soldados se acercan y el
centinela no logrando desasir su sable de donde se
hallaba pinchado, coge el fusil a modo de maza y con él
da muerte a otro oficial y hiere a dos soldados. Da
después un salto desde la toldilla para caer sobre el
alcázar de popa donde lo acribillan a tiros los ingleses.
Nelson que ha presenciado la escena se aproxima al
cadáver silencioso.

Urge desembarazar los barcos de muertos y ruina y se


comienza a dar sepultura a los muertos. Todos tienen el
mismo trato. Una bala atada a los pies. Un responso del
capellán y por una tabla deslizante hundiéndose en el
mar. Al llegar al turno al centinela español, Nelson
ordena que se le envuelva en la bandera que había
defendido con tanto ardor.

A Nelson se debe que el nombre de este granadero Martín


Álvarez no quedase en el anonimato y figure en la casamata que
se encuentra en Gibraltar, un cañón de su barco.

Los ingleses comprueban que el centinela Martín Álvarez no


estaba muerto, sino mal herido. Lo curan, lo llevan a Lagos, en el
Algarve al sur de Portugal y le dan pasaporte para volver a
España, aunque desde otras fuentes se indica que escapó de
dicho internamiento.

 ../..Pero en el barco español “San Nicolás de Bari”


queda algo por conquistar. Sobre la toldilla arbola
la bandera española que flota al viento cual si todavía
el barco no se hubiese rendido. Un oficial inglés que lo
observa va a ella para arriar la bandera. Antes de llegar
un soldado español, de centinela en aquel lugar, sin
apartarse de su puesto, le da el alto, el oficial no le hace
caso y se acerca, el sable del centinela lo atraviesa con
tal fuerza que lo queda clavado en la madera de un
mamparo. Un nuevo oficial y soldados se acercan y el
centinela no logrando desasir su sable de donde se
hallaba pinchado, coge el fusil a modo de maza y con él
da muerte a otro oficial y hiere a dos soldados. Da
después un salto desde la toldilla para caer sobre el
alcázar de popa donde lo acribillan a tiros los ingleses.
Nelson que ha presenciado la escena se aproxima al
cadáver silencioso.

Urge desembarazar los barcos de muertos y ruina y se


comienza a dar sepultura a los muertos. Todos tienen el
mismo trato. Una bala atada a los pies. Un responso del
capellán y por una tabla deslizante hundiéndose en el
mar. Al llegar al turno al centinela español, Nelson
ordena que se le envuelva en la bandera que había
defendido con tanto ardor.

A Nelson se debe que el nombre de este granadero Martín


Álvarez no quedase en el anonimato y figure en la casamata que
se encuentra en Gibraltar, un cañón de su barco.

Los ingleses comprueban que el centinela Martín Álvarez no


estaba muerto, sino mal herido. Lo curan, lo llevan a Lagos, en el
Algarve al sur de Portugal y le dan pasaporte para volver a
España, aunque desde otras fuentes se indica que escapó de
dicho internamiento.

FALLECIMIENTO

Estando la escuadra del General Mazarredo en Brest (Francia) en


cumplimiento de los planes de Napoleón, una mañana en que
Martín Álvarez estaba de guardia en el navío “Concepción”, sufrió
una accidental caída, dándose un fuerte golpe en el pecho por lo
que hubieron de desembarcarlo e ingresarlo en el Hospital de
Brest, donde falleció el 23 de febrero de 1801.

Como recuerdo a este héroe, la Armada, en una Real Orden de


12 de diciembre de 1848, dispuso que permanentemente un
buque llevase el nombre de este glorioso marino.
En 1936 se inauguró un paseo en Montemolín, su pueblo natal,
con una estatua del heroico marino a cuyo acto asistieron el
Gobernador Civil, el Obispo de la Diócesis, el Almirante
Bastarrechey una compañía de Guardias Marinas de San
Fernando, con banda, que desfiló por la población.

Yo creo, que no habiendo ningún español cuando se arrió su


bandera, mal pudieron haber capitulado.

CBO 1 Martin Álvarez Galán

Lo que hiciera cualquier hombre honrado a quien intentan


quitarle lo único que tiene, defenderme y si es preciso hasta
perder la vida

CBO 1 Martin Álvarez Galán

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