Guía Complejo Edipo-Freud 2020
Guía Complejo Edipo-Freud 2020
Guía Complejo Edipo-Freud 2020
Comeplejo de Edipo
Par antitético masculino- femenino
Sueño Matilde
Fantasías originarias
Diego Moreira
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Para Lacan el complejo de Edipo es un mito, mientras que el complejo de
castración implica la estructura.
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Aquí, causa responde a la concepción de Aristóteles (1982), Tratado de lógica
(Órganon) a los que apela Freud y Lacan. Cuatro causas: la eficiente o motriz, la
material, la formal y la causa final.
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Ahora bien, el 31 de mayo de 1897 (carta 64), Freud develó las vicisitudes del
Edipo —incesto y parricidio— en un sueño, cuando sólo faltaban ocho días para el
aniversario de la muerte de Jacobo Freud, su padre.
“No hace mucho soñé con unos sentimientos hipertiernos hacia Mathilde, pero
ella se llamaba Hella, y luego volví a ver «Hella» impreso en negrita frente a mí.
Resolución: Hella se llama una sobrina norteamericana cuyo retrato hemos recibido.
Mathilde se podría llamar Hella, ya que no hace mucho lloró amargamente por la derrota
de los griegos. Se entusiasma por la mitología de la antigua Hélade y en todos los helenos
ve desde luego a unos héroes. El sueño muestra naturalmente mi deseo cumplido de pillar
a un padre como causante de la neurosis, y así pone término a mis dudas, que siguen
agitándose.”
Este sueño con sentimientos hipertiernos implica una inversión dialéctica del
Edipo de Sófocles, que Aristóteles (1974), en su "Poética", considera como la tragedia
ideal, que encierra una ironía también trágica, en la medida que incluye predicciones de
los diferentes personajes de sus propios destinos.
El 25 de octubre de 1897 (carta 71) el autor vienés afirmó, que sólo ha tenido un
pensamiento como premisa de validez universal: “También en mí he hallado el
enamoramiento de la madre y los celos hacia el padre, y ahora lo considero un suceso
universal de la niñez temprana, si bien no siempre ocurre a edad tan temprana como en
los niños hechos histéricos. Si esto es así, uno comprende el cautivador poder de Edipo
rey, que desafía todas las objeciones que el intelecto eleva contra la premisa del oráculo,
y comprende por qué el posterior drama de destino debía fracasar miserablemente”.
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trágico en un amor mortífero. Con su madre y esposa tuvo dos hijos y dos hijas: Antígona,
Polinices, Eteocles e Ismena.
Tiempo después afectada la ciudad de Tebas por una peste, que genera sequía y
muerte, sus habitantes consultaron al oráculo. Este afirma que la peste encontrará su
término cuando el asesino de Layo sea excluido del territorio nacional. La tragedia se
despliega en la retardada pero minuciosa investigación [comparable al de un análisis, nos
dice Freud] que descubre en Edipo al asesino de su padre y al amante de su madre.
Yocasta se suicida ahorcándose con una bufanda, muerte que anticipa tiempo después el
ahorcamiento de su hija Antígona con una bufanda de lino. Horrorizado, en un pasaje al
acto, Edipo se hiere los ojos con los broches de oro de su madre y parte al destierro. El
destino fatal expresado en las palabras del oráculo se ha llevado a cabo. El odio y la
violencia hacia el padre se encuentran aquí íntimamente enlazados al desprendimiento de
celos. Las vicisitudes de Edipo bien podrían haber sido las nuestras como portadores de
los mismos deseos. Indudablemente el psicoanálisis y la tragedia griega se interceptan en
diversos lugares.
Hacia 1905, Freud considera que en la prepubertad "se consuma uno de los logros
psíquicos más importantes, pero también más dolorosos: el desasimiento respecto de la
autoridad de los progenitores, el único que crea la oposición, tan importante para el
progreso de la cultura, entre la nueva generación y la antigua. Un número de individuos
se queda retrasado en cada una de las estaciones de esta vía de desarrollo que todos deben
recorrer."
En "Psicología de las masas y análisis del Yo" Freud (1921), en la sección referida
a la identificación, propone el denominado Edipo completo (positivo y negativo), que
implica una inversión de la posición investida. También, especifica la tramitación del
Edipo vía identificación que tiene como destino o desenlace la configuración del ideal del
yo.
Ahora digo: Freud (1912/13, 1921c), para ocuparse de de las diferentes funciones
del Edipo apeló a los mitos y a las zagas. Así, apela a la expresión «mito científico», en
el capítulo XII de Psicología de las masas y análisis del yo, con el deliberado fin de
aplicarla a las hipótesis propuestas en Tótem y tabú. 3
Luego de la muerte del padre, en función de la conciencia de culpa del hijo varón, se
establecieron los dos tabúes fundamentales del totemismo, que se enlazan a los dos deseos
reprimidos del Edipo. Se trata de los dos tabúes del totemismo, con los cuales comenzó
la eticidad de los hombres.
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elección de objeto singular, la madre, junto a una actitud de rivalidad y hostilidad hacia
el padre. El complejo de Edipo se encuentra en el fundamento de la conformación de la
vida amorosa de todo hombre. De manera, que las llamadas personas normales aprenden
a dominar el complejo de Edipo, mientras que los neuróticos permanecen sin resolverlo".
En el “Yo y el ello” Freud (1923) nos dice: “El caso del niño varón, simplificado,
se plasma de la siguiente manera. En época tempranísima desarrolla una investidura de
objeto hacia la madre, que tiene su punto de arranque en el pecho materno y muestra el
ejemplo arquetípico de una elección de objeto según el tipo del apuntalamiento
[anaclítico]; del padre, el varoncito se apodera por identificación. Ambos vínculos
marchan un tiempo uno junto al otro, hasta que por el refuerzo de los deseos sexuales
hacia la madre, y por la percepción de que el padre es un obstáculo para estos deseos,
nace el complejo de Edipo. La identificación-padre cobra ahora una tonalidad hostil, se
trueca en el deseo de eliminar al padre para sustituirlo junto a la madre. A partir de ahí,
la relación con el padre es ambivalente; parece como si hubiera devenido manifiesta la
ambivalencia contenida en la identificación desde el comienzo mismo. La actitud
{postura} ambivalente hacia el padre, y la aspiración de objeto exclusivamente tierna
hacia la madre, caracterizan, para el varoncito, el contenido del complejo de Edipo simple,
positivo.”
Sin embargo, tal como era evidente para la investigación se requería del complejo
de Edipo completo, que opera como un complejo doble, positivo y negativo, que incluye
una conjunción dialéctica: la bisexualidad originaria del sujeto infantil.
“Quiere esto decir que el niño no presenta tan sólo una actitud ambivalente con
respecto al padre y una elección tierna de objeto con respecto a la madre, sino que se
conduce al mismo tiempo como una niña, presentando la actitud cariñosa femenina para
con su padre y la actitud correlativa, hostil y celosa para con su madre.”
En “El sepultamiento del Complejo de Edipo” Freud (1924) nos dice: “El
complejo de Edipo revela cada vez más su significación como fenómeno central del
período sexual de la primera infancia. Después cae sepultado, sucumbe a la represión -
como decimos-, y es seguido por el período de latencia. Pero todavía no se ha aclarado a
raíz de qué se va a pique {al fundamento}; los análisis parecen enseñarlo: a raíz de las
dolorosas desilusiones acontecidas. La niñita, que quiere considerarse la amada predilecta
del padre, forzosamente tendrá que vivenciar alguna seria reprimenda de parte de él, y se
verá arrojada de los cielos. El varoncito, que considera a la madre como su propiedad,
hace la experiencia de que ella le quita amor y cuidados para entregárselos a un recién
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nacido. Y la reflexión acrisola el valor de estos influjos, destacando el carácter inevitable
de tales experiencias penosas, antagónicas al contenido del complejo. Aun donde no
ocurren acontecimientos particulares, como los mencionados a manera de ejemplos, la
falta de la satisfacción esperada, la continua denegación del hijo deseado, por fuerza
determinarán que los pequeños enamorados se extrañen de su inclinación sin esperanzas.
Así, el complejo de Edipo se iría al fundamento a raíz de su fracaso, como resultado de
su imposibilidad interna.
Otra concepción dirá que el complejo de Edipo tiene que caer porque ha llegado
el tiempo de su disolución, así como los dientes de leche se caen cuando salen los
definitivos. Es verdad que el complejo de Edipo es vivenciado de manera enteramente
individual por la mayoría de los humanos, pero es también un fenómeno determinado por
la herencia, dispuesto por ella, que tiene que desvanecerse de acuerdo con el programa
cuando se inicia la fase evolutiva siguiente, predeterminada. Entonces, es bastante
indiferente conocer las ocasiones a raíz de las cuales ello acontece, y aun que se las pueda
averiguar.”
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colocan (universalmente) las impresiones sensoriales (y las vivencias) por un lado y por
otro implican una suerte de saber previo, una "preparación para entender", mediante una
serie de contenidos, de huellas mnémicas, que se ofrecen para ser investidas por la
pulsión. Sólo se diferencian de los recuerdos vivenciados por los animales (por sus
antepasados) en su alcance y contenido (Freud, 1939a).
Es necesario añadir, que Freud enlaza también el concepto de instinto a otros procesos
anímicos, tales como: los desprendimientos de afecto, (Freud, 1916, 17), la añoranza del
pecho materno (Freud, 1940a), la telepatía (Freud, 1933a), el formato del pensamiento
(Freud, 1918b), y desde luego, el Edipo (Freud, 1918b). Cabe recordar, que existen otros
elementos de origen filogenético, que carecen de un valor instintivo, tales como los
mecanismos de desplazamiento y condensación.
En conclusión, este concepto tiende a reducir dos abismos diferentes, por un lado,
entre psicología del individuo y de la masa; por otro, entre psicología del hombre y del
animal. Las fantasías primordiales, responden de alguna manera a las preguntas por los
grandes enigmas de la existencia (Laplanche y Pontalis, 1964), a las preguntas por las
causas, por el origen de una historia como los mitos colectivos, e implican en sí mismas
la representación y solución de dichas problemáticas. En consecuencia, nos encontramos
que las fantasías originarias, pueden corresponderse con la historia personal del sujeto, la
cual entonces, va a ser organizada formalmente. Pero allí donde los acontecimientos
individuales han sido demasiado rudimentarios o no se ajustan al esquema, sufren una
trasformación en el fantasma.
Bibliografía
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