HT Asdasd
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“Hijo de tigre”
“El lado rancio de la fuerza”
por Matías Belano
2016
Contacto autor:
hijodetigreblog@gmail.com
Hijo de tigre 3
4 El lado rancio de la fuerza
Hijo de tigre 5
PRÓLOGO
“Lo que tenemos que hacer es invertir plata, güeón. Ahí está
la papa”. Como es natural, no le creí al Mati en un principio;
pensé que era otro de sus planes estúpidos para perder dinero en
vez de ganarlo, pero después que me habló que su papá había
conocido a un inversionista súper bueno, supe que no había
vuelta que darle. El libro no iba a salir.
Sería un chancho
- No… no es eso… ¡Es que no sabía que iba a venir tanta gente
po, hueveta! ¡No me alcanza la comida pa’ todos ni cagando!
¿Cómo no me avisaste antes?
- Pero mi reina…
- ¡Nada de peros, pelotuo! ¿Qué les voy a decir? No los puedo
echar, ¡Míralos, están sentados, esperando! ¿Cuántos son?
- Son diecinueve no más, mi guacha… Bueno, veinte conmigo…
y si te sumamos a ti, veintiuno…
- ¿Y el Mati?
- ¿Qué pasa con el Mati?
- ¿Acaso tu hijo no come?
- ¡Ah! Veintidós… serían veintidós.
- ¡Cagaste! Yo cociné para servir, máximo, cuatro platos, y más
que eso no hay, así que se van a tener que ir no más.
- Pero mi vida, ¿Cuál es el drama? A ver, ¿Qué te sobró para
cocinar? ¿Cebolla? ¿Carne? ¿Zapallo?
- Nada, con raja me queda sal.
- ¡Perfecto! – Reaccionó mi viejo, con un optimismo sobreactuado
– Vacía toda la cazuela en esa olla grandota que está ahí, después
le tirai` unos cinco litros de agua, y unos buenos puñados de sal
pa` que agarre sabor.
- Pero hueón, igual no van a alcanzar las presas… y las papas no
son tantas tampoco.
- ¡No hay drama, mujer, no hay drama! Parte las papas en cuatro,
y le echas un cuadrito a cada plato, y con un tenedor raspa el
zapallo, y lo tirai` no más, un raspadito para cada uno, lo mismo
con el pollo, sácale trocitos y los repartes, ¡A algunos platos les
podí` meter el puro hueso incluso! O unos pedazos de ají verde,
qué tanto.
- ¿Y el Mati? ¿Qué va a comer este pobre cabro? ¡Tan flacuchento
que está!
- ¡Mándalo a comerse un completo al local de la esquina no más!
No veí que a él le gustan esas cuestiones sin gracia.
- ¿Y si me piden otro plato? ¿Si uno de tus invitados me pide que
le sirva más?
- Tranquila guachita, eso no va a pasar… lo único que tienes que
hacer es preguntarme a mí primero si quiero repetirme, ¿Bueno?
Pregúntame a mí no más, y todo estará bien…
14 El lado rancio de la fuerza
El disfraz
La Pichanga
– ¿A curar?
– Lo invitaré a tomar la noche antes de la pichanga, me rajaré
con un asado haciéndole creer que es una tregua para que
tengamos un juego limpio, y le meteré tanta comida y trago en
el cuerpo que el hueón despertará el domingo con la peor caña de
su vida y, si le ponemos empeño, con una cagadera que lo va a
dejar sin poder ni siquiera estornudar durante días.
– ¿Y nosotros? Me imagino que vamos a tomar y a comer igual
que él po, ¿Cuál es la ventaja?
– Es que no… de eso quería hablarte… – me dijo con la voz
quebradiza, y tomando asiento trágicamente – Mati… por muy
difícil que esto suene, vamos a tener que aguantarnos…
– Puta, no…
– Haremos como que tomamos, y le daremos mordiditas
pequeñas a la carne, nada más que eso. Nuestra principal misión
es dejar raja al Petardito y, si para eso debemos limitarnos… no
queda otra, que así sea.
– ¿Por qué me haces esto papá? ¿Por qué?
– Lo siento Mati hueón, sé que un sábado sin chupar es el peor
castigo que te puedo dar como padre, pero hay que hacerlo por
el equipo, hay que hacerlo para humillar al Petardito y ganar la
apuesta, que es lo que más importa ahora. Después tendremos
copete y motivos para celebrar de por vida, pero este es un
pequeño sacrificio que hay que hacer, ¿Me cachái? Ése es el
pequeño precio que debemos pagar…
Afortunada
- ¡Joven! Menos mal que sigue acá, pensamos que ya se había ido
– me dijo el auxiliar, apenas abrió la puerta.
- ¿La Fran detuvo el bus, cierto? ¿Por eso se devolvieron? ¿Por
eso están acá? ¡Fran! ¡Aquí estoy, perdóname!
Hijo de tigre 31
La cita a ciegas
ojos? ¿Y que te caiga agua en todo el cuerpo? ¡Lo peor! Ja, ja,
pero bueno, ¿Salgamos?
– Ja… ja… sí, dale, dale… salgamos.
El color de la pasión
El pedo
El test
– ¿Sabes, o no sabes?
– ¡Sí! O sea, déjame analizarlo un poquito… parece que esto…
esto es como un termómetro ah…
– ¡Ay Mati, no tení idea, pasa pa’ acá!
– ¡Sí sé, te digo! Mira, si esto es fácil… funciona como los
termómetros, como te estaba diciendo antes de que me
interrumpieras…
– ¿Y entonces?
– Y entonces… tení que metértelo en el poto po.
– ¿Qué? ¿Estái seguro Matías?
– ¡Sí po, obvio! ¿Cómo más va a ser?
– Puta, no sé… ¿Y cómo vamos a saber si da positivo o negativo?
– Fácil… si la guagua lo menea por dentro, es que es positivo…
y si no lo menea nadie, negativo po, ¡Lógico!
– Ya, dale… mételo con cuidado eso sí…
– Quédate tranquila, le echaré escupito, mi papá me enseñó que
así entra más suave, así que aquí voy… A la una, a las dos, y a
las…
esto… tomo mi carnet, separo una línea del montón para ti, otra
para mí, ¡Y listo! ¡Aspira!
- ¿Con cuál hoyo de la nariz?
- ¡Con cualquiera mierda! ¡Aspira fuerte no más!
- ¿Así tío? ¿Así?
- ¡No! ¡Aspira la línea hueón! ¡La línea! ¡No el cerro de falopa, la
línea que está al lado, saco e’ huea!
Índice
Hijo de tigre 67
“Hijo de tigre”
“El lado rancio de la fuerza”
escrito por Matías Belano
es un trabajo que recopila relatos
del blog “Hijo de Tigre”
www.hijodetigre.cl
isidoracartonera@riseup.net