Diversidad Musical Del Perú

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

DIVERSIDAD MUSICAL DEL PERÚ

La música ha sido una de las primeras expresiones culturales que el ser


humano ha practicado desde tiempos ancestrales, estando siempre
relacionada con las diversas manifestaciones de ánimo del hombre. Como
expresión de alegría, dolor y religiosidad, la música ha sido y es, una de
las manifestaciones más completas y hermosas del espíritu creativo
humano.

          Durante centurias la música tradicional del Perú se ha mantenido


sin alteraciones. Los músicos nativos siguen utilizando los mismos
instrumentos que sus ancestros, a los cuales han ido incorporando otros,
de acuerdo a las circunstancias históricas que le ha tocado vivir al Perú.
Está música, con todas sus diferencias regionales, sigue viva y es conocida
como música andina. Refleja la herencia cultural peruana y es la fuente
principal para la creación de diferentes variaciones musicales conocidas
como Chuscada, Muliza, Yaraví, Pasacalle, Huaylas, Huayno, etc.

          El Huayno, principal expresión musical y bailable en todo el Perú,


es la preferida, gracias a su aceptación y capacidad de venta, de las
principales casas de grabación comercial, las cuales hacen excelentes
negocios con éste genero musical. Algunos de sus mejores intérpretes
gozan del status de estrellas indiscutibles del cantar peruano. Tal fue el
caso de Pastorita Huarasina, Flor Pucarina, Picaflor de los Andes, los tres
fallecidos,  por citar a los antiguos, y de Dina Paúcar, Sonia Morales, los
Hermanos Gaitán Castro, entre los ídolos actuales.

Cuando los españoles conquistaron el Perú trajeron dos elementos que


tuvieron decisiva influencia en la música peruana, ellos fueron los
instrumentos de cuerda y los esclavos negros. Los instrumentos de cuerda
fueron rápidamente aceptados e incorporados a su arte por los músicos
andinos, quienes los adaptaron a sus necesidades musicales y, en algunos
casos, crearon nuevos instrumentos a partir de ellos. Tal es el caso del
charango, una pequeña guitarra capaz de ser llevada bajo el brazo y que
produce sonidos agudos o el huacrapucro, especie de corneta de forma
circular, construida con cuernos de ganado vacuno, El arpa y el violín
han pasado a ser instrumentos indispensables en la ejecución de la música
andina.
El esclavo negro introdujo nuevos ritmos, y simples pero prácticos
instrumentos de percusión, como la quijada de burro, calabazas y
zapallos secos, antecesores del, ahora conocidísimo cajón criolla,
mostrando de esta forma su ingenio para adaptarse a la dura realidad
que  le tocó vivir. La influencia negra fue fundamental en la creación de
nuevas expresiones musicales como la Mozamala, Agua de Nieve y
Resbalado que luego serán las fuentes de origen de la Marinera.

         . El hombre andino se vio forzado a mantener su música y danzas


dentro de sus comunidades, es decir, de forma soslayada se le fue
prohibido, en su propia tierra,  el derecho de expresar y mantener
libremente, sus manifestaciones culturales. Por otro lado, la población de
la costa, formada mayoritariamente, por negros y criollos, crearon
música y danzas diferentes, con influencia española, africana y andina.

          Párrafo especial merece la música de la selva, la región geográfica


más grande peruana pero a la vez, la más olvidada. Sin embargo ha
logrado crear ciertos géneros típicos como la Pandilla, la Cajada y la
Guaracha Típica. La influencia colombiana se deja sentir bastante en el
arte musical de esta zona del territorio peruano. Los instrumentos típicos
más usados son el tambor, pito y violín. El término de “chunchos” con el
que despectivamente se les conoce hace más difícil un acercamiento
cultural con el llamado "mundo civilizado”.

Quizá el mejor ejemplo de esto sea la Marinera, danza y música peruana


muy similar a la Cueca chilena o boliviana e incluso de Sin embargo la
sapiencia popular, sabia por excelencia, adoptó su ritmo suave y le
incorporó lo se llama “salero criollo”, convirtiéndolo en lo se conoce como
vals criollo, género costeño que, lamentablemente, va desapareciendo
junto a las quintas limeñas, alma de las clases populares de la capital
peruana de comienzos del siglo pasado.

          La población negra se estableció casi exclusivamente en la capital y


la costa peruana. Lima y los valles costeños necesitaban de sus brazos
fuertes y trabajadores. Sin embargo, pese a que su influencia musical fue
decisiva en la formación de la música criolla, la propia y genuina música
afro peruana no recibió el reconocimiento que merece por sí misma hasta
hacen pocos años atrás. Hoy los peruanos gozan escuchando y bailando
música de Landó, Festejo y Alcatraz, a las que ven como parte genuina de
su cultura. Con ello demuestran que valoran y aceptan la música negra
de la misma forma que veneran a San Martín de Porras, el único negro
incorporado al largo santoral católico, hacen cuarenta y cinco años. Para
los que lo hayan olvidado el santo moreno peruano fue casi
contemporáneo de Santa Rosa de Lima ¿Alguien dijo racismo?

          A partir de los años sesenta y, a consecuencia de problemas sociales,


políticos y económicos, miles de habitantes de los Andes peruanos se han
desplazado a Lima, con la esperanza de encontrar trabajo y mejorar sus
condiciones de vida. Como todo inmigrante de primera generación este
grupo mantiene sus costumbres y tradiciones culturales además del
orgullo de ser “serrano” (nacido en la sierra o los Andes). Los hijos
nacidos o criados en Lima ya no quieren ser “serranos”. Todo lo
relacionado a la sierra es sinónimo de atraso -cuanto más limeño o, al
menos costeño, es mejor- por lo tanto quieren diferenciarse lo más posible
de sus raíces culturales y ponerse más a tono con su nuevo hábitat, nace
la Chicha, que viene a ser una fusión de la Cumbia colombiana y el
humilde Huayno. Como el nombre de Chicha tiene connotaciones andinas
y se le vincula con los sectores más pobres a quienes se mira por sobre el
hombro, se le cambia el nombre. Ahora se llama técnocumbia, suena más
moderno y alejado de lo “serrano”. Sin embargo, con éste milenio está
apareciendo una corriente musical diferente, más conciliadora y más de
acorde con la realidad cultural peruana, que no reniega de sus orígenes
andinos y que, por el contrario, las revalora y exalta. Se le conoce como
Novo Andino y tiene, entre sus propulsores,  a figuras de la talla de
William Luna, Max Castro, Damaris y Yolanda Pinares, por citar
algunos, los cuales apuestan por la continuidad de sus raíces culturales y
se sienten orgullosos de ellas.

          La instrumentación de la música peruana es variada y se identifica


plenamente con el género musical en el cual se utiliza. Muestra además y,
con claridad, la diversidad musical de la tierra de los Incas. La
clasificación está basada en el origen de los instrumentos:

·        Nativos:      Quena, flauta hecha de madera, carrizo o hueso.


Zampoña o Siku, grupo de cañas unidas, muy                                      
similar  a  la flauta de Pan.

·        Europeos:   Guitarra, arpa, violín y mandolina. Además tenemos el


charango, guitarra pequeña adaptada a las                               necesidades
musicales andinas. 
         Africanos:   Quijada de burro, cajón criollo.                         

           De lo expuesto se puede apreciar que la expresión musical peruana


es diversa y va cambiando de acuerdo al desarrollo histórico peruano,
mostrando dos características fundamentales, primero, la de estar
profundamente relacionada al desarrollo social y cultural del Perú y
segundo, tener relación directa con sus ancestros culturales, dando razón,
de esa forma, al ilustre tradicionalista Ricardo Palma, quien no mintió
cuando expresó que en el Perú, quien no tiene de inga tiene de mandinga. 

También podría gustarte