HMR Esnayo 2. Bórquez, A.
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Antonia Bórquez
1 José Millalén, et al.: Escucha Winka: cuatro ensayos de historia nacional mapuche y epílogo sobre el futuro
(Santiago: LOM. 2006),169.
2 Fernando Pairican, Toqui: guerra y tradición en el Siglo XIX. (Chile: Pehuén, CIIR, 2020), 207-271.
3 Pairican, Toqui…, 207.
4 Enrique Antileo Baeza: Aquí estamos todavía. Anticolonialismo y emancipación en ellos pensamientos
políticos mapuche y aymara (chile 1990-2006). (Pehuén, 2020), 197.
Taller de historiografía
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inscriben los y las Mapuche en nuestros días” 5. Como resultado del multiculturalismo
neoliberal, lo económico se instala sobre lo ético y moral, es por ello, que se vislumbra cómo
el colonialismo continúa arrasando con estas comunidades, al ser una de las bases en las que
se construye el Estado. Esta violencia colonial persiste hasta la contemporaneidad y “Este
proceso colonizador ha permitido incluso la internalización de complejos de inferioridad en
distintas generaciones Mapuche”6
5 Héctor Nahuelpán, “Formación colonial del Estado y desposesión en Ngulumapu”, en Historia, Colonialismo
y Resistencias desde el País Mapuche. (Ediciones Comunidad de Historia Mapuche: Temuco, 2012), 121
6 Nahuelpán, en Historia, Colonialismo y Resistencias desde el País Mapuche, 122.
7 Nahuelpán, en Historia, Colonialismo y Resistencias desde el País Mapuche, 119.
8 Claudio Alvarado, Mapurbekistán: ciudad, cuerpo. Racismo. Diáspora mapuche en Santiago. Siglo XX,
(Chile: Pehuén, 2021), 32.
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Antonia Bórquez
mujer mapuche, debido que siempre será ligada con sus costumbres y tradiciones, siendo
percibida y sexualizada desde lo diferente, como se aprecia en la siguiente cita: “aquellas
vidas marcadas por la dominación solo son posibles de comprender en la experiencia misma
de interiorización, y en aquella experiencia se vuelcan también las tensiones y conflictos
propios de cualquier régimen de poder9. Lo exótico de su corporalidad será una de sus
características primordiales por lo que no puede escapar de los conceptos que el colonialismo
establece para ellas.
El ser mapuche pasa a ser una identidad concebida -por otros- desde las tradiciones y
las costumbres, por ende, la corporalidad de la mujer indígena se inscribe en un segundo
plano. Si bien experimenta violencia de género, esta se diferencia por su etnia -y clase-. Se
produce una idea que entrelaza lo mapuche con los sectores bajos, por tanto, la experiencia
que se construya se verá condicionada por estas predeterminaciones sociopolíticas,
económicas y territoriales. Esta doble percepción de las tradiciones señalada por Antonieta
Vera se centra en el discurso efectuado por el Estado en donde se rearticulan nociones
propias del indígena bajo percepciones coloniales. Se genera un reconocimiento cultural
forzoso, que trae consigo el desarrollo de políticas públicas que intenten superar y sobrellevar
estas diferencias culturales dando paso a una plena integración10.
Bibliografía