Trabajo Lectura Mokyr
Trabajo Lectura Mokyr
Trabajo Lectura Mokyr
1) ¿Cuál cree que es la principal pregunta que se hace Joel Mokyr en este capítulo?
La principal pregunta que se hace Mokyr en este capítulo es por qué Gran Bretaña durante un
siglo consiguió crear y divulgar técnicas de producción superiores de forma más acelerada
que el resto de Europa, hasta convertirse en el ejemplo a seguir de todas las naciones
europeas, y cómo y por qué acabó perdiendo esta supremacía tecnológica. También trata la
ventaja de este país sobre el resto del continente para poder llevar a cabo los cambios de la
revolución industrial.
2) ¿Enumere y explique brevemente los factores que en opinión del autor nos permiten
entender mejor el liderazgo tecnológico de Gran Bretaña?
El liderazgo tecnológico de Gran Bretaña según Joel Mokyr se debió a diferentes aspectos.
Entre otros, a su capacidad de generar ideas tecnológicamente revolucionarias, sin ninguna
duda los británicos destacaron en la originación de inventos de este siglo, su contribución es
inigualable. No obstante, no fue tanta la importancia de Gran Bretaña a la hora de dar fruto a
estas ideas sino de ponerlas en práctica. En muchos casos los autores de importantes inventos
procedían de países extranjeros cuyas ideas eran puestas en funcionamiento en Gran Bretaña.
En definitiva, Gran Bretaña no fue especialmente la más inventiva pero este hecho nos deja
como conclusión que cuando se trata de cambio tecnológico la invención no es suficiente, es
necesario saber llevarla a la práctica.
Por otro lado, la ventaja inicial de Gran Bretaña se basó en la dotación de mano de obra
especializada al comienzo de la Revolución Industrial. Además de numerosos artesanos y
técnicos sumamente especializados, los británicos tenían a su alcance una extensa reserva de
herramientas capaces de funcionar con mayor precisión que la mano humana. Los ingleses
contaban con un sistema educativo de aprendizaje y entrenamiento práctico previo a la
Revolución Industrial que dio lugar, en parte, a su supremacía en esta. Este sistema
desembocó en una mano de obra especializada que era capaz de llevar a cabo los
indispensables detalles de construcción de las recientes invenciones.
Asimismo el elevado número de mecánicos e ingenieros ocasionó su relación entre sí,
mediante conferencias, perfeccionamiento o incluso copias y espionaje. Disponían de
importantes centros de intercambio de ideas e información. Esta realidad dio lugar a una
auténtica sinergia entre ingenieros, científicos y hombres de negocios, ya que su valor
conjunto era mayor al individual.
Gran Bretaña contaba con un tipo de ciencia diferente, era experimental y mecánica. El
carácter práctico de esta unido a una comunidad de científicos vinculada con personas de
mentalidad comercial favorecieron a la supremacía del país respecto a otros donde los
filósofos y científicos trabajaban contra la clase dirigente o a su servicio.
A finales del siglo XVII la actitud favorable de economistas y filósofos hacia este tipo de
invenciones se volvió indiferente, con cierta preocupación por el desempleo y la
incertidumbre. Sin embargo, en 1776 esta corriente se revierte dando lugar a una élite culta
británica que apoya de forma creciente estas ideas, esta supuso una condición esencial para la
Revolución Industrial que en otros países no se dio hasta tiempo más tarde, explicando el
éxito de Gran Bretaña.
Otra de las razones que explican la ventaja tecnológica inicial de Gran Bretaña es que, en
dicho momento, su mercado estaba muy bien unificado, lo que facilitaba el tránsito de
mercancías y personas. Su transporte interno era muy superior al del resto de países europeos.
En adición, con la mejora de construcción de caminos y canales del siglo XVIII se convirtió
en un sistema de mercado integrado. Contaba con unidad y cohesión políticas. Y no cobraba
peajes en los ríos ni tampoco se establecieron aranceles en las fronteras.
Entre la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del siglo XIX, el sistema inglés a nivel
político tuvo como objetivo apoyar el progreso económico, aunque también le dio
importancia al libre comercio.
Como consecuencia negativa, surgieron numerosas protestas obreras, pues estos afirmaban
que la mecanización acabaría por sustituirlos y, por ende, también acabaría con sus empleos.
La respuesta de muchos trabajadores a esta circunstancia fueron los disturbios y la
destrucción de maquinaria con el objetivo de frenar este proceso de desarrollo tecnológico.
Se dio también una preocupación en las empresas de industrias que empezaban a mecanizarse
por temor a las pérdidas que sufrían. Dado que la Revolución Industrial obligó a todos a
adaptarse o a arruinarse debido a la presión de la competencia. La resistencia a la innovación
se daba más en las empresas establecidas que en la mano de obra (a excepción de los
tejedores manuales y los artesanos). Fue más fuerte en aquellas que contaban con empleo
intensivo de trabajadores especializados y que estaban establecidas por largo tiempo.
A pesar de que se establecieron leyes que prohibían la maquinaria estas resultaron ineficaces.
Sin embargo, existían otras razones, las clases que ostentaban el poder político en Gran
Bretaña eran propietarias, por lo que el valor de sus bienes no estaba en peligro, no tenían
interés alguno en oponerse a las fábricas y las máquinas.
Por lo que a partir del siglo XVIII, el poder adoptó una postura defensora de estos
propietarios y en especial contra estos trabajadores que se oponían a la innovación
tecnológica.
Según Cardwell, el problema inglés, a finales del siglo XIX, no fue económico, sino que fue
un fracaso científico y tecnológico, que coincide con lo que establece la propia Ley de
Cardwell. Ese proceso se desarrolló del siguiente modo:
No todos los mecanismos de oposición consiguieron sus objetivos, pero algunos fueron
especialmente eficaces como, por ejemplo, la oposición del sistema educativo británico a
incorporar en su programa de estudios las ciencias aplicadas. Esto provocó que otros países
avanzaran científicamente gracias a la creación de escuelas técnicas, con las que actualizaron
el conocimiento científico. Además, el avance tecnológico de otros países se produjo gracias
a los emprendedores británicos que, no pudiendo aplicar sus innovaciones en Inglaterra,
emigraron al continente europeo. Otro mecanismo importante de oposición a los avances
tecnológicos fueron las patentes que se utilizaron como barrera de entrada a nuevos avances
tecnológicos.