Demanda American Airline
Demanda American Airline
Demanda American Airline
LUCAS DEL VILLAR MONTT, abogado, Director Nacional del Servicio Nacional
del Consumidor, y en su representación, ambos domiciliados para estos efectos en calle
Agustinas Nº 853, piso 12, comuna y ciudad de Santiago, a S.S. respetuosamente digo:
Que, en representación legal del Servicio Nacional del Consumidor (en adelante el
“SERNAC” o el “Servicio”) –la que consta en el decreto de nombramiento que acompaño en
el primer otrosí–, y de acuerdo a lo señalado por el artículo 59 de la Ley Nº 19.496, sobre
Protección de los Derechos de los Consumidores (en adelante la “LPC”), por este acto, vengo
en deducir demanda para la defensa del interés colectivo y difuso de los consumidores,
1
mediante el procedimiento especial establecido en el Título IV de la LPC, en contra de
American Airlines Inc., Agencia en Chile (en adelante “American Airlines”, “American”
o “AA”, indistintamente), empresa de prestación de servicios de transporte aéreo de pasajeros,
rol único tributario número 59.029.940-5 representada legalmente por don Raúl Matías Rojas
Arce, chileno, cédula de identidad N° 14.335.030-k, ignoro profesión u oficio, ambos
domiciliados en Rosario Norte N° 615, oficina 1802, comuna de Las Condes; o bien,
representada de conformidad a lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 50 C en relación al
artículo 50 D, ambos de la LPC, esto es, presumiéndose que representa al proveedor, y que en
tal carácter lo obliga, la persona que ejerce habitualmente funciones de dirección o
administración por cuenta o en su representación; en atención a los antecedentes de hecho y
disposiciones legales que se exponen a continuación.
I. LOS HECHOS
1. Antecedentes previos
El Servicio Nacional del Consumidor, a través de sus unidades especializadas, realizó una
investigación respecto a si los proveedores de servicios de transporte aéreo de pasajeros que
operan en nuestro país, tanto a través de vuelos domésticos como internacionales, estaban dando
o no cumplimiento a las disposiciones legales y reglamentarias relacionadas con la protección de
los derechos de los consumidores en dicho mercado. En concreto, se recabaron antecedentes que
darían cuenta del incumplimiento por parte de ciertos proveedores de obligaciones legales que
conllevarían la afectación patrimonial actual o inminente de los consumidores, así como su
dignidad, específicamente al derecho a una información veraz y oportuna sobre el servicio
ofrecido; el cumplimiento de los términos, condiciones y modalidades conforme a las cuales se
hubiere ofrecido convenido la prestación del servicio; el deber de profesionalidad; y la
información básica comercial; todo ello en relación a lo dispuesto en el artículo 133 C del Código
Aeronáutico -el cual establece el derecho de los pasajeros a la restitución del pago del derecho de
embarque- y cómo dicho incumplimiento incide directamente en una infracción al deber de
información que deben cumplir los proveedores y al derecho a la indemnidad que establece la
Ley N° 19.496.
2
devolver las tasas de embarque por los vuelos no verificados o, en su caso, de los remanentes
que se generen por rebaja en las tasas
Con fecha 30 de mayo de 2015, entró en vigencia la Ley N° 20.831, que modifica el
Código Aeronáutico en materia de transporte de pasajeros y sus derechos, introduciendo una
serie de normas que vienen a reconocer expresamente el derecho que recae en los pasajeros
frente a un servicio de transporte aéreo que no se verificó y, por tanto, deben ser restituidos del
pago efectuado por concepto de tasas, cargos o derechos aeronáuticos.
Las tasas de embarque, según lo establece el artículo 60 del mismo cuerpo legal,
consisten en el valor que cobra la autoridad aeronáutica (la Dirección General de Aeronáutica
Civil, en adelante “DGAC”) a los pasajeros que se embarcan en los aeropuertos y aeródromos
del país, por el uso de las instalaciones, servicios y facilidades de los terminales aéreos, cuya
tarifa varía si se trata de vuelos nacionales o internacionales.
El pago de este impuesto es de cargo del pasajero, el cual debe ser cobrado por las
empresas aéreas, de acuerdo a las instrucciones que les imparta la DGAC, de conformidad lo
establece el artículo 60 letra C del Código ya señalado. Por tanto, la recaudación por concepto
de las tasas de embarque cobradas a los pasajeros queda a cargo de las operadoras de servicios
aéreos de pasajeros, debiendo éstas hacer entrega de esos dineros a la autoridad aeronáutica.
Ahora bien, para el caso en que no se realice el vuelo, ya sea por causas imputables al
transportador, al pasajero o por razones de seguridad o de fuerza mayor sobrevinientes, el
artículo 133 C del Código Aeronáutico establece el derecho a la restitución del pago del derecho
de embarque, en los siguientes términos:
1Lo anterior, se desprende de lo señalado en su propio sitio web y de las respuestas a los reclamos que se analizarán
más adelante en el cuerpo de la demanda.
3
artículo 60 del Decreto Supremo N° 172, de 1974, del Ministerio de Defensa Nacional, tenían
los siguientes valores2:
Tasa
Vuelo Aeropuerto/Distancia
Embarque3
Vuelo Nacional Aeropuertos 1ra Categoría $7.592
Vuelo Nacional Aeropuertos 2da Categoría $5.788
Vuelo Nacional Hasta 270 Kms (independiente de categoría del aeropuerto) $2.999
Vuelo
Distancia Mayor a 500 Kms. USD 30
Internacional
Vuelo
Hasta 500 Kms. $7.592
Internacional
2 Es importante destacar que, de acuerdo al inciso primero del artículo 4 del Decreto 172, “las tasas y derechos
aeronáuticos establecidos en moneda nacional, serán reajustados trimestralmente en su monto, en el mismo porcentaje
de variación que experimente el Índice oficial de Precios al Consumidor en el mismo trimestre”. En consecuencia, si
bien el artículo 60 del Decreto, antes de la reforma de octubre de 2018, establecía tasas de un valor inferior de las que
se indican en la tabla, este fue aumentando todos los años trimestralmente de acuerdo al IPC, lo que fue establecido por
la DGAC a través de sus resoluciones exentas.
Los montos bases de las tasas antes de la reforma del año 2018, fueron modificados por el Decreto 439 de 21 de
diciembre de 2001, los cuales eran los siguientes:
La suma de USD 26 por vuelos internacionales de distancia mayor a 500 Kms., fue aumentado a USD 30 por Decreto
15, de 2 de marzo de 2006.
3 La Res. Ex. N° 106/0531, de 6 de julio de 2018, dictada por la DGAC, estableció un reajuste trimestral de tasas y
derechos aeronáuticos en moneda nacional, para el período del 10 de julio al 09 de octubre del mismo año,
correspondiente a un 0,7%, lo que dio lugar a las cantidades que se señalan en la tabla.
4 https://www.gob.cl/noticias/gobierno-anuncia-rebaja-de-20-en-el-valor-de-las-tasas-de-embarque/. Véase también
https://www.t13.cl/noticia/nacional/cuanto-costara-viajar-rebaja-tasas-embarque.
4
El 2 de octubre de 2018, se publicó en el Diario Oficial el Decreto Supremo N° 424
que, conforme al anuncio descrito, modificó el Reglamento de Tasas y Derechos Aeronáuticos,
aprobado por Decreto Supremo N° 172, de 1974, del Ministerio de Defensa Nacional, el cual
consideró lo siguiente:
Así, los nuevos valores de los derechos y tasas de embarque aplicables desde el 2 de
octubre de 2018, fueron los siguientes:
Tasa
Vuelo Aeropuerto/Distancia
Embarque
Vuelo Nacional Aeropuertos 1ra Categoría $6.074
Vuelo Nacional Aeropuertos 2da Categoría $4.630
Vuelo Nacional Hasta 270 Kms (independiente de categoría del aeropuerto) $2.399
Vuelo
Distancia Mayor a 500 Kms. US 26
Internacional
Vuelo
Hasta 500 Kms. $6.074
Internacional
Tasa
Vuelo Aeropuerto/Distancia
Embarque
Vuelo Nacional Aeropuertos 1ra Categoría $5.516
Vuelo Nacional Aeropuertos 2da Categoría $4.205
5
Vuelo Nacional Hasta 270 Kms (independiente de categoría del aeropuerto) $2.178
Vuelo
Distancia Mayor a 500 Kms. USD 25
Internacional
Vuelo
Hasta 500 Kms. $5.516
Internacional
II. EL DERECHO
5 La misma norma dispone que durante el tiempo que media entre la notificación al proveedor de la resolución que da
inicio al procedimiento, y la notificación de la resolución de término, se suspende el plazo de prescripción de las
denuncias y acciones establecidas en la LPC.
6
La normativa sobre protección de los derechos de los consumidores se funda y justifica
por la posición de asimetría que existe en las relaciones de consumo entre proveedores y
consumidores, en cuanto al acceso a información, su poder de negociación y la posibilidad de
representación de sus intereses, entre otros. Estas asimetrías en la relación de consumo motivan
que el legislador haya dispuesto normas de orden público económico, con el objeto de restablecer
el equilibrio entre las partes. Por ello, los derechos que la LPC establece para los consumidores
no son disponibles por las partes, mediante lo cual, se les asegura que la relación se construya
sobre una base de equidad e igualdad. Muestra de ello, es que el artículo 4 de la LPC establece
que los derechos de los consumidores son irrenunciables.
En el marco de las reglas de la LPC, los proveedores tienen, entre otras obligaciones, la
de no limitar la elección de un determinado bien o servicio; informar veraz y oportunamente sobre
las condiciones y el precio de un producto o servicio; y cumplir íntegramente con las condiciones
ofrecidas, publicitadas, convenidas y/o contratadas. Además, en caso de causar daño y/o
menoscabo a los consumidores, cumplir con el deber de indemnizar adecuada y oportunamente.
7
proveedores y consumidores -quienes se encuentran en una evidente situación de desequilibrio-,
estableciendo las infracciones en perjuicio del consumidor y el procedimiento aplicable a la
sustanciación de las controversias que se susciten entre consumidores y proveedores, respecto de
aquellas materias (STC Rol 4795-2018, C. 8°, 9° y 10°).
Ambos fallos no vienen sino a confirmar el carácter protector que tienen las normas de la
LPC en favor del consumidor, respecto de las diversas relaciones de consumo que se producen en
los distintos mercados, extendiéndose incluso a aquel proveedor que actúe en calidad de
intermediario. Lo anterior implica un principio general de interpretación en favor del consumidor,
conocido como “Pro Consumidor”. Este mismo principio lo ha recogido ampliamente la doctrina
nacional, por citar algunos autores y autoras, se encuentran Jorge Baraona, Rodrigo Momberg,
María Elisa Morales, Erika Isler, Francisca Barrientos, entre otros.
“Las acciones que derivan de esta ley, se ejercerán frente a actos o conductas
que afecten el ejercicio de cualquiera de los derechos de los consumidores.
La misma disposición, al definir las distintas clases de acciones de tutela, establece que
el ejercicio de las acciones puede realizarse a título individual o en beneficio del interés colectivo
o difuso de los consumidores:
8
comunes a un conjunto determinado o determinable de consumidores, ligados con un
proveedor por un vínculo contractual.
Son de interés difuso las acciones que se promueven en defensa de un conjunto
indeterminado de consumidores afectados en sus derechos”.
El actual artículo 52 de la LPC, establece los requisitos que SS. ha de tener en cuenta para
pronunciarse sobre la admisibilidad de la acción intentada.
8Causa Rol C-12.105-2011, 1° Juzgado Civil de Santiago, resolución de fecha 23 de septiembre del año 2011, la que
declara admisible la acción.
9
Señala la citada norma que “Cuando se trate del Servicio Nacional del Consumidor o de
una Asociación de Consumidores, la parte demandante no requerirá acreditar la representación
de consumidores determinados del colectivo en cuyo interés actúa”.
1.4.2. Que la demanda cumpla con los requisitos establecidos en el artículo 254 del
Código de Procedimiento Civil, los que sólo se verificarán por el juez, sin que puedan
discutirse en esta etapa
Este literal fue modificado por la ley 21.081, la cual entró en vigencia el 14 de marzo de
2019.
De acuerdo al artículo 254 del CPC, la demanda debe contener: “1°. La designación del
tribunal ante quien se entabla; 2°. El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandante y de
las personas que lo representen, y la naturaleza de la representación; 3°. El nombre, domicilio y
profesión u oficio del demandado; 4°. La exposición clara de los hechos y fundamentos de
derecho en que se apoya; y 5°. La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión de
las peticiones que se sometan al fallo del tribunal”; todos los cuales han sido plenamente
cumplidos.
En dicho contexto, el legislador introdujo una serie de reglas que buscaban evitar tanto
los obstáculos procesales como los asociados al tiempo de tramitación inherentes a la litigación,
incorporando en esta clase de procedimiento, entre otros, la implementación automática por parte
de los proveedores de las sentencias definitivas favorables a los consumidores. Esto último se ve
reflejado en la facultad legal que le ha concedido el artículo 53 C inciso final de la LPC y que le
permite ordenar que las indemnizaciones, reparaciones o devoluciones se materialicen, en favor
de los consumidores beneficiarios, sin la necesidad de comparecer al juicio colectivo en cuestión,
cuando el demandado cuenta con la información necesaria para individualizarlos.
10
“En todo caso, el juez podrá ordenar que algunas o todas las indemnizaciones,
reparaciones o devoluciones que procedan respecto de un grupo o subgrupo, se efectúen
por el demandado sin necesidad de la comparecencia de los interesados establecida en
el artículo 54 C, cuando el juez determine que el proveedor cuenta con la información
necesaria para individualizarlos y proceder a ellas. En este último caso, la sentencia
deberá establecer un conjunto mínimo de acciones destinadas a informar a quienes
resulten alcanzados por el respectivo acuerdo las acreencias que tienen a su favor,
facilitar su cobro y, en definitiva, conseguir la entrega efectiva del monto
correspondiente a cada consumidor, pudiendo imponer al proveedor la carga de
mandatar a un tercero independiente para la ejecución de dichas acciones, a su costa y
con la aprobación del tribunal. El proveedor deberá transferir la totalidad de los fondos
al tercero encargado de su entrega a los consumidores. La sentencia deberá establecer,
además, un plazo durante el cual las diligencias referidas en este inciso deberán
ejecutarse. Transcurridos dos años desde que se cumpla dicho plazo, los remanentes que
no hayan sido transferidos ni reclamados por los consumidores caducarán y se
extinguirán a su respecto los derechos de los respectivos titulares, debiendo el proveedor,
o el tercero a cargo de la entrega, enterar las cantidades correspondientes al fondo
establecido en el artículo 11 bis”.
En este sentido, se han pronunciado nuestros tribunales de justicia, los que, por ejemplo,
han argumentado: “Que cabe señalar que, según el grado de determinación de los beneficiarios
de la sentencia, la ley 19.496 ha previsto dos reglas: Si es posible la determinación individual de
todos los afectados el tribunal y si esta determinación no es posible. Atendido lo anterior y en
ejercicio de la facultad que la ley otorga, se determinará la innecesaridad de que los usuarios
afectados comparezcan para los efectos de perseguir los pagos y restituciones a que tienen
derecho, en razón que se estima por este Tribunal que la demandada cuenta con la información
necesaria para individualizarlos y proceder a dichas reparaciones. Finalmente, para establecer
los procedimientos indispensables para determinar la forma en que se llevará a cabo los
descuentos o reembolsos, se consigna que esto tendrá lugar en la etapa de cumplimiento del
fallo”.9
Los hechos definidos anteriormente en este libelo dicen relación con sendos
incumplimientos a normas legales establecidas en el Código Aeronáutico y en la ley N° 19.496.
9Sentencia definitiva de 28 de febrero de 2019, dictada en autos Rol N° C-2433-2011, caratulados “Servicio Nacional
del Consumidor con Aguas Araucanía S.A.” seguidos ante el 2° Juzgado Civil de Temuco (C. 49°).
11
“Artículo 126.- Contrato de transporte aéreo es aquel en virtud del cual una
persona, denominada transportador, se obliga, por cierto precio, a conducir de un lugar
a otro, por vía aérea, pasajeros o cosas ajenas y a entregar éstas a quienes vayan
consignadas.”
La aplicación del artículo 2 bis ha sido aclarada por la Ilustrísima Corte de Apelaciones
de Santiago en un caso sobre contrato de seguro que, si bien no dice relación con la materia de
autos, deja en claro la integración y aplicación de la LPC en asuntos que tienen una regulación
especial, sobre todo en lo que concierne a los deberes de información. En efecto, en sentencia
causa rol N° 594-2016, la Corte señaló:
“Cuarto: Que si bien el artículo 2° bis de la Ley N° 19.496 prescribe que las
normas de esta ley no serán aplicables a las actividades de producción, fabricación,
importación, construcción, distribución y comercialización de bienes o de prestación de
servicios reguladas en leyes especiales, establece a continuación determinadas
excepciones a dicho principio de especialidad, entre ellas, cuando se trate de materias
no reguladas en esas normativas particulares.
12
(artículo 3° letra b), debiéndose otorgar un acceso claro, expedito y oportuno a la información
básica comercial, y adicionando requisitos de forma cuando se trate de un contrato de adhesión.
Es por ello que la denominada Ley del Consumidor instaura requerimientos distintos y más
exhaustivos a los previstos en el Código Aeronáutico, los que tienen como propósito específico
resguardar la debida relación que debe darse entre un consumidor y el proveedor de un servicio,
de modo que necesariamente dicha codificación debe complementarse, en esta materia, con lo
que dispone el anterior texto normativo. Por lo anterior, la ley N° 19.496 resulta plenamente
aplicable al contrato señalado en lo que el Código Aeronáutico no prevé ni regula.
Lo anterior, se ve reforzado por dos puntos clave. El primero de ellos, dice relación con
la realidad práctica que el contrato de transporte aéreo, conforme a la definición del artículo 1 N°
6 de la ley N° 19.496, es un contrato de adhesión, es decir, el consumidor pasajero sólo puede
aceptar sus cláusulas de forma completa, sin poder negociar o alterar el contenido contractual
predefinido por el proveedor American Airlines. En segundo lugar, el artículo 133 F del Código
Aeronáutico expresamente dispone que la Ley sobre Protección de los Derechos de los
Consumidores aplica en materia de acciones colectivas y la obtención prestaciones e
indemnizaciones que sean procedentes. Dicha norma señala:
Antes de entrar al análisis de la cuestión propiamente tal, cabe recordar que la LPC es un
cuerpo normativo de carácter binario, en el sentido de que es fuente de acciones de naturaleza
infraccional y civil, las cuales cumplen funciones disímiles y tienen una naturaleza también
diversa.
13
grado de asimetría de información existente entre el infractor y la víctima; el beneficio económico
obtenido con motivo de la infracción, en caso de que lo hubiere; la duración de la conducta y la
capacidad económica del infractor” (inciso séptimo).
Con todo, además de encontrarse reconocida de manera general (art. 50 inc. 2 LPC), está
presente también en la LPC a través de la tipificación de ilícitos contravencionales, a los cuales
expresamente el legislador ha asociado un efecto jurídico determinado, cual es una multa,
particularmente establecida (por ejemplo, arts. 23, 25, 28, etc.) o bien derivada de una regla de
clausura (art. 24 LPC).
Las acciones civiles, en tanto, son las que más interesan al consumidor, desde que van
encaminadas a satisfacer sus pretensiones de manera directa. En efecto, una eventual condena
contravencional, aunque contribuye a la disminución o prevención de infracciones en las cuales
un consumidor puede verse afectado, devendrá, en general, en la obligación del proveedor de
pagar una suma de dinero, pero que irá a las arcas del Estado, y no al patrimonio del afectado.
En efecto, es natural que habrá casos en materia de consumo que, por ejemplo, no se
relacionan con un contrato de adhesión, por lo que resulta absolutamente superfluo solicitar la
nulidad de cláusulas por abusividad respecto de un accidente en un supermercado derivado de la
falta de seguridad dispuesta por el proveedor.
Si bien, se discute la autonomía del derecho del consumo, lo cierto es que existe un
principio de integración de los ordenamientos jurídicos que no puede ser omitido. La cuestión no
es tanto si rige o no en materia de consumo el Código Civil, sino cómo y bajo qué criterios
metodológicos lo hace. Es más, algunos autores sostienen que la protección de los consumidores
hunde sus raíces, de manera clara, en el sistema constitucional chileno, y emerge de allí como un
deber, un desafío del Estado, y no como una mera decisión legislativa, de tipo prudencial, que
pudo o no pudo ser adoptada. Por lo tanto, el derecho del consumo entra en diálogo con otros
14
subsistemas, o sistemas más generales, y que se nutre de ellos para complementar su propia
normativa.12
Atendidas las características específicas del caso concreto objeto de este libelo y no
existiendo razón para excluir remedios que no estén contemplados expresamente en la LPC13, lo
que este Servicio considera que de mejor manera satisface el interés de los consumidores
afectados dice relación con la restitución de los dineros que los consumidores hayan pagado por
concepto de tasas, cargas o derechos aeronáuticos asociados a viajes aéreos que no se verificaron,
ya sea por causas imputables al transportador, a los pasajeros o por razones de seguridad o de
fuerza mayor sobrevinientes; los saldos que les corresponden por aplicación de las rebajas en los
valores de los derechos y tasas de embarque por política gubernamental; las indemnizaciones de
perjuicios que procedan; la nulidad de las cláusulas abusivas contenidas en el contrato de adhesión
“Información Legal” (www.americanairlines.cl); y la aplicación de las multas establecidas por la
ley como consecuencia de la vulneración a los derechos de los consumidores.14
En cuanto a la restitución, el Servicio considera que la acción in rem verso es la vía idónea
para que los consumidores puedan recobrar los dineros que desembolsaron por los rubros antes
indicados, pues no existe otra acción que emane del vínculo contractual que permita obtener ese
resultado.
12 Baraona González, Jorge (2019): “Concepto, autonomía y principio del derecho de consumo”, en Derecho del
consumo: Ley, doctrina y jurisprudencia, Ediciones DER, Santiago, pp.12-14.
13 Como ocurre, por ejemplo, con la nulidad y los efectos asociados a ella.
14 Hacemos presente que los remedios establecidos en la LPC son de carácter autónomo e independiente entre sí, de
manera que no están sujetos a la interposición o éxito de alguna acción específica para que sean aplicables. Así, por
ejemplo, el resarcimiento de los daños causados a los consumidores, a través del ejercicio de una acción indemnizatoria,
opera de manera autónoma, sin necesidad de interponer una querella o denuncia infraccional, ni otra acción civil que
dependa de ella. Esta idea, de autonomía de la acción indemnizatoria, ha sido plenamente recogida por la jurisprudencia
de la Corte Suprema para las acciones civiles que derivan del artículo 1489 del Código Civil. A mayor abundamiento,
como lo describe Patricia López: “En el último tiempo la Corte Suprema ha revertido la tendencia jurisprudencial que
durante décadas postuló el carácter complementario y dependiente de la indemnización por incumplimiento, acogiendo
la interposición de la pretensión indemnizatoria en forma autónoma, cualquiera sea el objeto de la prestación
incumplida, invocando argumentos tales como: la interpretación lógica del artículo 1489, la libre opción del acreedor,
el carácter principal de la indemnización y la reparación integral del daño” (López Díaz, Patricia (2014): “La
autonomía de la indemnización de daños en la jurisprudencia nacional reciente: ¿un cambio de paradigma?” RChDP,
n. 23 p. 197).
15 Peñailillo Arévalo, Daniel (1996): “El enriquecimiento sin causa. Principio de derecho y fuente de obligaciones”, en
15
La ley dota al empobrecido de una acción en contra de quien se ha enriquecido sin razón
a costa de él. En otras palabras, si un sujeto se enriquece sin justificación a costa de otro, nace
para el primero una obligación cuyo acreedor es aquél que se ha empobrecido, la cual se
manifiesta a través de una acción denominada actio in rem verso. De esta forma, el
enriquecimiento y empobrecimiento correlativo se produce, muchas veces, con independencia del
traspaso de un derecho. “La obligación de “compensar los patrimonios” se manifiesta en la actio
in rem verso y el deber de recomponer el patrimonio empobrecido surge después de haberse
producido el desequilibrio patrimonial”.17
Para que haya enriquecimiento de una persona, basta sólo un aumento, provecho,
beneficio o ventaja patrimonial de cualquier carácter, sea corporal o incorporal, aumento del valor
de un objeto que ya se tienen (por edificaciones, plantaciones, siembras, mejoras de variada
especie), y también la liberación de una obligación o carga a que se estaba sometido. Incluso, se
admite como suficiente un enriquecimiento físico o intelectual de la persona (como el del sujeto
al que se le salva la vida, o se le conserva o mejora su salud o sapiencia).
Como sostiene Céspedes, nuestros tribunales de justicia han señalado, por ejemplo, que
hay enriquecimiento de los acreedores posteriores y empobrecimiento correlativo del adquirente
de una finca hipotecada (acreedores preferente, primero en la prelación), si no se le otorga a éste
la prelación del acreedor hipotecario pagado por dicho adquirente (opera una subrogación
personal según el art. 1610 N° 2 del Código Civil); también la atribución de fuero por parte de un
trabajador de un sindicato que no ha tenido existencia legal implica un lucro indebido, porque le
genera una ventaja injusta; o que debe declararse nula la inscripción de una marca, en razón de su
parecido fonético con la inscrita por la recurrente, pues ello induciría a error a los usuarios y
Digesto ("Iure naturae aequum est, neminem cum alterius detrimento et iniuria fieri locupletiorem": "Es justo, por
Derecho natural, que nadie se haga más rico con daño y perjuicio de otro") (Pomponio, Digesto, de regulis iuris, 50,
17.)
17 Céspedes Proto, Rodrigo (2004): “El enriquecimiento sin causa en la jurisprudencia chilena”, en Revista Chilena de
16
permitiría un enriquecimiento ilícito al apropiarse de un prestigio ajeno.19
Desconocemos cuál fue el uso que finalmente AA le haya dado a eso dineros, sin
embargo, independientemente de ello, ese desembolso importó un incremento patrimonial
indudable para la demandada que, hasta la fecha, ha ido en su beneficio.
Este empobrecimiento puede presentar distintas fisonomías, por ejemplo, por la pérdida
de una cosa, un derecho o una ventaja cualquiera, y aun por la pérdida de una ganancia segura a
la cual, para concretarla, sólo falta el transcurso del tiempo. Esto implica que el empobrecimiento
normalmente puede consistir en la merma del patrimonio, pero también puede haber un
empobrecimiento inmaterial.
Si bien, el artículo 133 C del Código Aeronáutico establece que la restitución se deberá
realizar a solo requerimiento del pasajero cuyo viaje no se verificó, es importante señalar que,
en la práctica, esto no se aplica, dado que las empresas y, en especial American Airlines, no
entregan información clara, adecuada y oportuna sobre este derecho, lo que impide a los
consumidores saber de ello y así poder exigirlo. El desconocimiento de este derecho se confirma
en la cantidad de reclamos que ha recibido el SERNAC que, entre enero y marzo de este año, sólo
ascendieron a un total de 30 casos aproximadamente, donde los consumidores hacen
referencia precisamente a problemas de devolución de las tasas.20
17
Empero, como señala Peñailillo, si bien es normal que se produzca esta relación entre el
enriquecimiento y el empobrecimiento -correlatividad exigida por la doctrina tradicional del
enriquecimiento sin causa-, hay casos en que si se considerara como un elemento esencial,
quedarían fuera del supuesto de aplicación aquellos casos de creación de riquezas21. Céspedes
ahonda en este análisis, concluyendo que no se trata de una relación de causalidad al estilo de la
teoría del delito o de la responsabilidad extracontractual, sino más bien la suficiencia de la
conexión entre el enriquecimiento y el empobrecimiento.22
En este caso, desde hace 5 años a la fecha, los pasajeros han celebrado contratos de
servicio de transporte aéreos internacionales con el proveedor, pagando los montos
correspondientes, entre los cuales se incluyen las tasas, cargas o derechos aeronáuticos que
establece la legislación, especialmente el Decreto 172 del año 1971 que aprueba el Reglamento
sobre tasas y derechos aeronáuticos. Evidentemente, la justificación de retener esos montos se
explica por la obligación legal de cada proveedor de servicios de transportes aéreos de cobrar y
enterar los impuestos respectivos en arcas fiscales (agente retenedor) por el servicio que se está
prestando, de manera que al no realizarse los viajes, ya sea por causas imputables al proveedor,
al pasajero o por razones de seguridad o de fuerza mayor sobrevinientes, la retención de esos
dineros ya no es jurídicamente aceptable ni justificable, pues no se genera el hecho gravado.
Los dineros entregados por los consumidores en esta línea tenían por objeto cumplir con
18
la obligación de pago de los impuestos asociados al transporte aéreo de pasajeros y no por la venta
del pasaje que no fue realizado por el proveedor.
Al no concretarse los viajes, es evidente que los consumidores tienen el derecho de exigir
la devolución de todos los montos que se pagaron por tasas, cargas o derechos aeronáuticos, pues
la causa, motivo o razón que fundó ese desembolso no existe o, al menos, no es justificado.
Lo mismo ocurre con todas aquellas diferencias que se han generado por la rebaja en los
valores de las tasas de embarque y que tampoco fueron restituidas, pese a que no existe causa que
fundamente su aprovechamiento.
4.1.5. Que no exista otra acción que pueda ser ejercida o que ella sea subsidiaria
4.2. Plazo para ejercer la acción de restitución. Análisis del artículo 133 C del Código
Aeronáutico
El artículo 133 C del Código Aeronáutico no establece un plazo dentro del cual se deba
reclamar la devolución de lo pagado, pero sí establece una condición, a partir de la cual -
cumplida- nace el derecho de restitución: El acontecimiento futuro e incierto que consiste en que
el viaje no se verifique.
19
motivo, la línea aérea, salvo que reclame el pasajero, no devuelve lo pagado por este
concepto, lo cual supone un caso de enriquecimiento ilícito del transportador. Los
colegas de la Comisión acogieron esta indicación, por lo que se modificó el número 3
del artículo 1° del proyecto, que modifica el artículo 133 bis del Código Aeronáutico”
(destacado nuestro).
En la página 216 del documento que consigna la Historia de la Ley 20.831, consta lo
siguiente:
“Artículo 133 C.- En caso de no verificarse el viaje, ya sea por causas imputables
al transportador, al pasajero o por razones de seguridad o de fuerza mayor
sobrevinientes, las tasas, cargas o derechos aeronáuticos que hubiere pagado el pasajero
deberán restituirse a su solo requerimiento en cualquier oficina del transportador o a
través del sitio web del transportador aéreo.
a) El artículo 133 C del Código Aeronáutico vino a explicitar un derecho que los
pasajeros ya tenían en virtud de las reglas generales de nuestro ordenamiento
jurídico, pero que el legislador estimó necesario consagrar de forma expresa por
la desinformación existente en este mercado y el engorroso procedimiento que
implicaba la restitución.
20
establecido un plazo para exigir la devolución.
Conforme a la ley N° 19.496, el proveedor que presta el servicio de transporte aéreo debe
poner en conocimiento del consumidor varios datos que constituyen información básica comercial
en un momento previo a la celebración del contrato. La norma busca evitar que el consumidor
desconozca o ignore las características relevantes del servicio de que se trate, así como que se
corrija la asimetría en el conocimiento de los derechos del consumidor frente a incumplimientos
contractuales o legales en que incurra el proveedor.
21
Lo señalado debe naturalmente ser integrado con las normas del Código Aeronáutico, las
cuales establecen, a su vez, que cierta información relevante debe ser comunicada a los
consumidores. En efecto, el artículo 127 de dicho Código señala:
De forma adicional, el artículo 3 inciso primero letra b) contiene uno de los derechos
básicos de los consumidores, como lo es el derecho a recibir información veraz y oportuna relativa
a los bienes y servicios. La consagración de este derecho genera para el proveedor la obligación
legal de proporcionar a los consumidores toda información y antecedentes necesarios para que
estos puedan tomar una adecuada decisión de consumo, sobre la base de un total conocimiento y
una cabal comprensión de todos los aspectos que envuelven y/o envolverá la relación de consumo.
Si bien, todos los artículos 126 a 141 del Código Aeronáutico establecen varios deberes
de información25, nos centraremos en aquel que resulta de mayor relevancia para el caso sublite,
a saber, el artículo 133 C, que señala:
“Artículo 133 C.- En caso de no verificarse el viaje, ya sea por causas imputables
25 Especialmente importante es el artículo 131 inciso final, el cual prescribe: “Con todo, el transportador estará
obligado a tener a disposición de los pasajeros folletos informativos con especificación de sus derechos, en un lugar
visible de sus oficinas de venta de pasajes y en los mostradores de los aeropuertos” (destacado nuestro).
22
al transportador, al pasajero o por razones de seguridad o de fuerza mayor
sobrevinientes, las tasas, cargas o derechos aeronáuticos que hubiere pagado el pasajero
deberán restituirse a su solo requerimiento en cualquier oficina del transportador aéreo
o a través de su sitio web.”
Este artículo forma parte del Capítulo V (“Del Contrato de Transporte Aéreo”),
correspondiente al Título VIII (“De los Contratos Aeronáuticos”), por tanto, a su respecto, existe
la obligación que el proveedor de transporte aéreo cumpla con lo dispuesto en el artículo 127
inciso final del mismo Código, en términos que debe informar al consumidor-pasajero el derecho
a solicitar la restitución de la tasa de embarque en caso de que el viaje no se verifique por cualquier
causa.26
Es decir, el legislador ha ponderado cuáles son los datos que el proveedor debe
obligatoriamente suministrar al consumidor, dentro de los cuales se encuentra el derecho
consagrado en el artículo 133 C del Código Aeronáutico. Por tanto, en caso de que el proveedor
no informe al consumidor que, en caso de un vuelo no verificado, tiene derecho a la
restitución de las tasas, cargas o derechos aeronáuticos que hubiere pagado en cualquier
oficina del transportador aéreo o a través de su sitio web, se infringe la normativa,
acarreando la responsabilidad infraccional y civil por dicho incumplimiento.
Por eso, y atendido a que se trata de una materia no prevista por la ley especial, aplicando
las reglas de integración, se debe proceder a consultar la regulación establecida en la Ley sobre
Protección de los Derechos de los Consumidores, que expresamente se reconocen en el artículo 2
bis letra a) de la ley N° 19.496.
El derecho del artículo 133 C del Código Aeronáutico debe ser informado adecuadamente
al consumidor (artículo 127 del Código Aeronáutico); y la existencia de ese derecho constituye
información básica comercial, debiendo informarse al consumidor de forma transparente (veraz,
oportuna, comprensible, legible, en idioma español, otorgado al público un acceso claro, expedito
y sencillo a dicha información), por aplicación de los artículos 1 N° 3, 3 inciso primero letra b) y
32 de la ley N° 19.496.27
26 Más adelante nos referiremos sobre aquellos casos en que se haya pagado una tasa mayor de la que finalmente se
debió aplicar, en virtud de la política de rebaja de tasas de embarque impulsada por el gobierno.
27 El derecho a información veraz y oportuna, se encuentra regulado en el artículo 3 inciso primero letra b) de la ley N°
19.496, que establece que el consumidor tiene derecho a conocer la “información veraz y oportuna sobre los bienes y
servicios ofrecidos, su precio, condiciones de contratación y otras características relevantes de los mismos …”. Por su
parte, el artículo 32 precitado dispone: “La información básica comercial de los servicios y de los productos de
fabricación nacional o de procedencia extranjera, así como su identificación, instructivos de uso y garantías, y la
difusión que de ellos se haga, deberán efectuarse en idioma castellano, en términos comprensibles y legibles en moneda
de curso legal, y conforme al sistema general de pesos y medidas aplicables en el país, sin perjuicio de que el proveedor
o anunciante pueda incluir, adicionalmente, esos mismos datos en otro idioma, unidad monetaria o de medida”.
23
a) Debe ser veraz, es decir, corresponder con la realidad.
b) Debe ser oportuna, por tanto, debe ser entregada y explicada adecuadamente de
forma previa a la celebración del contrato de transporte aéreo.
c) Debe ser suministrada al público por medios que aseguren un acceso claro,
expedito y oportuno.
d) Debe efectuarse en idioma castellano.
e) Debe usar términos comprensibles y legibles.
f) Deben expresarse los valores y precios en moneda de curso legal, y
g) Deben expresarse los pesos y medidas conforme al sistema general de pesos y
medidas aplicables en Chile.
“Si revisamos ahora las reglas de la Ley 19.496, podemos advertir que el
paradigma de la autonomía privada no encaja con la misma profundidad en los actos de
consumo.
28Baraona González, Jorge (2014): “La regulación contenida en la ley 19.496 sobre protección de los derechos de los
consumidores y las reglas del Código Civil y Comercial sobre contratos: Un marco comparativo”, en Revista Chilena
24
Por su parte, referido precisamente a la transparencia en materia de información al
consumidor de transporte aéreo, la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Antofagasta señaló en
causa rol N° 109-2017, lo siguiente:
Por otra parte, con el objeto de reforzar la argumentación sostenida hasta ahora, los
deberes precontractuales de información establecidos en la ley N° 19.496 son irrenunciables (por
ende, constituyen normas de orden público), en virtud del artículo 4 de la ley.29
consumidores”.
25
puede hacerse mientras el boleto se encuentre vigente lo que es dentro de un año desde
su emisión.
Si corresponde, todo tramite de devolución debe iniciarse a través del emisor del
boleto, es decir con la misma agencia de viajes o sistema en línea a través del cual
adquirió originalmente su boleto.
El boleto del Sr. Ferrando fue adquirido a través de Despegar.com y debió hacer
la solicitud de devolución a través de dicha agencia antes del vencimiento de su boleto,
pero, el boleto del pasajero venció el 16 de mayo de 2019.
26
de la tasa de embarque (menos que también les corresponde la devolución de los saldos por
concepto de tasas de embarque), incumpliendo la normativa legal vigente, ello ha imposibilitado
que los consumidores puedan ejercer su derecho y actuar en consecuencia, requiriendo al
transportador aéreo el pago de la tasa de embarque del vuelo no realizado.
Tome en consideración US. que dicho dinero queda en poder del proveedor, el cual puede
disponer libremente de él, mientras el consumidor lo ignora, porque la empresa, al menos,
negligentemente (dolosamente, como en el caso del reclamo señalado precedentemente) no le ha
informado su derecho irrenunciable a exigirlo de regreso, propiciando de esa forma un
enriquecimiento ilícito o injusto cuyo único beneficiado es American Airlines.
En este sentido, como ocurrió en el caso del reclamo expuesto, el consumidor en lugar
de obtener el reembolso del dinero por parte de American Airlines, obtuvo un rechazo total
a una solicitud legítima conforme al artículo 133 C citado.
El daño patrimonial, en este caso, dice relación precisamente con el monto de dinero a
devolver a cada consumidor por viajes no verificados o por los saldos respectivos. Asimismo,
conforme al artículo 27 de la ley N° 19.496, la devolución debe ser reajustada. Adicionalmente,
conforme al artículo 1559 del Código Civil, se deben intereses corrientes desde la época en que
el derecho a cobrar se hizo exigible.
27
6. De la responsabilidad infraccional o contravencional del proveedor
De tal manera, la empresa al no entregar esa información no sólo atenta contra los
principios de información, sino que además lo hace con el objetivo de aumentar sus ganancias a
costa de las restituciones no entregadas a los consumidores. Desde ya se debe descartar cualquier
argumento de la contraria que vaya en la línea de que esos montos no están actualmente dentro
28
de su patrimonio, pues por mandato legal es el transportador aéreo quien debe retener esos dineros
para enterarlos en arcas fiscales, en caso de que el viaje se verifique, o de restituirlos a los
consumidores, a su solo requerimiento, en el evento en que el vuelo no se realice.
Los antecedentes así expuestos llevan a esta parte a la convicción que se afectó con
gravedad la dignidad de los consumidores toda vez que el abuso realizado por la demandada era
imposible de detectar para un consumidor promedio. En efecto, como se mencionó en la primera
parte de esta demanda, este Servicio tuvo conocimiento de esta práctica mediante la realización
de un profundo estudio.
Según lo dispuesto en el inciso séptimo del artículo 24, los criterios que S.S. debe
considerar prudencialmente, son los siguientes: “la gravedad de la conducta, los parámetros
objetivos que definan el deber de profesionalidad del proveedor, el grado de asimetría de
información existente entre el infractor y la víctima; el beneficio económico obtenido con motivo
de la infracción, en caso de que lo hubiere; la duración de la conducta y la capacidad económica
del infractor”.
Teniendo en consideración lo anteriormente señalado, esta parte entiende que todos los
criterios expuestos son concurrentes:
29
acápite número 5 precedente.
En virtud de las normas legales citadas, es que esta parte viene en solicitar a SS. se
condene a la demandada, por cada una de las infracciones cometidas y aplicando respecto de cada
una de aquellas.
Ahora bien, habiendo reconocido que la LPC es fuente de responsabilidad, tanto civil
como infraccional, se debe tener presente que la prescripción extintiva opera de manera diversa
en uno y otro caso: mientras en la primera puede hacer tornar una acción civil en natural (art.
30
1470 CC), en el segundo producirá la pérdida del poder punitivo estatal.
El artículo 26 inciso segundo de la LPC establece actualmente que: “Las acciones que
persigan la responsabilidad contravencional que se sanciona por la presente ley prescribirán en
el plazo de dos años, contado desde que haya cesado en la infracción respectiva. Con todo, las
acciones civiles prescribirán conforme a las normas establecidas en el Código Civil o leyes
especiales”.
A este respecto, sin perjuicio que, en este caso, el SERNAC estima que el plazo de
prescripción extintiva aplicado a la acción contravencional es de 2 años, es importante dejar claro
que aun cuando se llegase a la conclusión contraria (6 meses en virtud de la norma anterior al 14
de marzo de 2019), la acción infraccional se encuentra plenamente vigente, por las siguientes
razones:
a) El plazo de prescripción -al igual que cualquier término extintivo- se compone de dos
elementos igualmente relevantes: el plazo propiamente tal y su día de inicio. El primero,
corresponde a un tiempo que ha sido inicialmente predeterminado por el legislador. El segundo
(dies a quo), en tanto, se refiere al momento a partir del cual se entenderá que dicho término
principiará.31
Esto nos lleva a la discusión acerca de los mecanismos para fijar el diez a quo, esto es, la
utilización de un criterio objetivo o subjetivo.32
Conforme al primero, los 6 meses principiarán con la comisión del hecho ilícito con
independencia de si el legitimado activo (SERNAC en este caso) ha tomado conocimiento de él,
de la infracción o bien, de la posibilidad de accionar. Este mecanismo propicia la certeza jurídica,
31Isler Soto, Erika (2017): “Prescripción extintiva en el Derecho del Consumo” (Santiago, Rubicón), pp. 169-170.
32Este análisis surgió a propósito de la prescripción extintiva en materia de responsabilidad civil extracontractual. Al
respecto, inicialmente la doctrina tendió a decantarse por la primera opción, esto es, considerar que el plazo
contemplado en el art. 2332, principiaba simplemente con la ejecución del hecho ilícito, con independencia de si la
víctima había tenido conciencia de la producción de los daños y la posibilidad de accionar (Alessandri Rodríguez,
Arturo; Escalona Riveros, Francisco; Ferrada Walker, Luis Valentín; Loewenwarter, Victor; Rioseco Enríquez, Emilio;
Somarriva Undurraga, Manuel; Tapia Suárez, Orlando; Vergara Bezanilla, José Pablo; etc.). La ventaja, en este caso,
radica en que se privilegia la certeza jurídica, puesto que permite consolidar las relaciones jurídicas más
tempranamente. No obstante, dicha interpretación es errónea, tal como hoy en día lo entiende la literatura
especializada (Barcia Lehmann, Rodrigo; Barros Bourie, Enrique; Corral Talciani, Hernán; Domínguez Águila,
Ramón; Elorriaga De Bonis, Fabián; Isler Soto, Erika) y la jurisprudencia (Elgueta Aristía, Manuel Eugenio con
Pizarreño S.A. (2013): C. Ap. Santiago, Rol 3248-2011, 19.11.2013, Microjuris MJJ36398). En efecto, la adopción de
un mecanismo objetivo atenta contra el carácter sancionatorio de la prescripción, desde que implicaría negar la tutela
jurídica a quien no ha accionado, pero no por desidia, sino que simplemente porque no tenía conocimiento de que podía
hacerlo. Ello se entronca también con la necesidad de que el tiempo dado para el ejercicio de un derecho debe ser útil,
no teniendo tal carácter si el plazo principia con el mero hecho. Por otra parte, en ausencia de daños, no procedería la
responsabilidad civil, por lo que mal podría haberse reclamado su indemnización con anterioridad a su aparición.
Refuerza lo anterior, la consideración de que el art. 2332, se refiere a “las acciones que concede este título por daño o
dolo […]”, de lo que se desprende que ellas nacen con el perjuicio y no con el mero hecho.
31
aunque presenta el grave inconveniente de que puede incentivar a proveedores inescrupulosos a
esconder ciertos actos hasta que haya transcurrido el término legal.
Así las cosas, el criterio correcto es el subjetivo, de tal manera que sólo principiará el
plazo del art. 26 LPC cuando el legitimado activo ha conocido la ocurrencia de la infracción 33.
Ello es del todo lógico, puesto que con anterioridad a este acaecimiento no ha tenido la posibilidad
de poder accionar, siendo procedentes las mismas consideraciones ya realizadas a propósito de la
responsabilidad extracontractual respecto del carácter sancionatorio y excepcional del instituto en
estudio34. Como explica Barcia Lehmann, la expresión “la infracción respectiva” del art. 26 LPC,
exigiría la concurrencia de todos los elementos de la responsabilidad infraccional, incluyendo la
determinación tanto del sujeto pasivo como activo.35
Así también lo ha estimado Momberg Uribe: “la infracción es un hecho complejo que no
solo se compone de la transgresión abstracta de una norma legal, sino que incluye el menoscabo
o daño que se produce al consumidor con dicha transgresión. Es desde que el daño se manifiesta
y puede ser conocido por el consumidor que el plazo de prescripción comienza a correr. Ello
acontecerá en el caso de bienes o servicios defectuosos cuando se evidencia el defecto, o en el
caso de cláusulas contractuales, cuando ellas produzcan efectos respecto del consumidor, es
decir, cuando el consumidor se vea privado de ejercer un derecho o se le imponga alguna
obligación con base a dichas cláusulas. En otras palabras, no necesariamente es la celebración
del contrato abusivo la circunstancia que configura la infracción, sino la ejecución del mismo”.36
Esta respuesta, además, es coherente con la teoría general de los plazos, la cual suele
asociar a los términos breves a un dies a quo subjetivo, en tanto que los más extensos a uno de
carácter objetivo.37
Asimismo, se debe recordar que la LPC sanciona la interposición de una acción temeraria
con una multa calificada, eventuales medidas disciplinarias para el abogado38, la inhabilidad para
integrar el consejo directivo de una asociación de consumidores (art. 10 LPC), o incluso en ciertos
casos con la disolución de una asociación de consumidores (art. 7 LPC). Lo anterior, sin perjuicio
de la eventual responsabilidad civil y penal que pudiere surgir. Desde este punto de vista, exigir
“En aquellos casos en los que, en virtud de esta ley, se interponga ante tribunales una denuncia o demanda
que carezca de fundamento plausible, el juez, en la sentencia y a petición de parte, podrá declararla como temeraria.
Realizada tal declaración, los responsables serán sancionados en la forma que señala el artículo 24 de esta ley, salvo
que se trate de acciones iniciadas de conformidad a lo señalado en el Nº 1 del artículo 51. En este último caso, la multa
podrá ascender hasta 200 unidades tributarias mensuales, pudiendo el juez, además, sancionar al abogado, conforme
a las facultades disciplinarias contenidas en los artículos 530 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales.
Lo dispuesto en el inciso anterior se entenderá sin perjuicio de las responsabilidades penal y civil solidaria
de los autores por los daños que hubieren producido”.
32
al legitimado activo que interponga una acción con anterioridad a que le conste la efectividad de
la infracción, lo estaría conminando a poner en funcionamiento de manera irresponsable el aparato
jurisdiccional39, arriesgándose asimismo a ser sancionado, si no tiene éxito.
Por tal razón, en aquellos casos en los cuales, se requiere del pronunciamiento de alguna
institución técnica o administrativa, el plazo no principiará, sino una vez que ella ha otorgado al
legitimado activo los antecedentes que sustentan la denuncia. Así se ha fallado, por ejemplo, a
propósito de la intoxicación por el consumo de chocolates con Salmonella Enteritidis40, o bien,
en la conocida sentencia “Sernac con Braun Medical S.A.”.41
Asimismo, este sistema y no el objetivo es el que es más coherente con la tutela del
consumidor, por lo que en aplicación del ya aludido principio Pro Consumidor o “favor debilis”,
se debe estar a aquella interpretación normativa que más lo favorezca.42
En sintonía con lo anterior se encuentra el art. 58 bis LPC inciso segundo que exige a los
órganos fiscalizadores que tengan facultades sancionatorias, que remitan al SERNAC copia de
las resoluciones condenatorias43. Lo anterior, por cuanto, consta en la historia de la disposición,
que la finalidad de tal deber radicaba en posibilitar al SERNAC la interposición de acciones en
sede de protección de los derechos de los consumidores, una vez que otro órgano administrativo
ya había advertido una conducta ilícita. Como se comprenderá, de adoptarse el erróneo criterio
objetivo, una vez que el Servicio recibiese los antecedentes, naturalmente la acción infraccional
derivada de la LPC, mayoritariamente se encontraría ya prescrita.
inicio del cómputo de la prescripción extintiva en el Derecho Común, con mayor razón esta posición cobra relevancia
en el Derecho del Consumo, atendido el carácter tutelar de la parte más débil que inspira dicho ordenamiento.
43 Art. 58 bis inc. 2 LPC: “Asimismo, los organismos fiscalizadores que tengan facultades sancionatorias respecto de
sectores regulados por leyes especiales, según lo dispuesto en el artículo 2° bis de esta ley, deberán remitir al Servicio
Nacional del Consumidor copia de las resoluciones que impongan sanciones”.
44 Cerda Flores con Automotriz Cordillera Ltda (2017): C. Ap. Chillán, Ing. 66-2016, 15.02.2017, que revoca y
confirma 2° JPL Chillán, Rol 4391-2014, 01.07.2016; Sturia Zerené con Servicios y Administración de Créditos
Comerciales Líder S.A. y Operadora de Tarjetas Líder Servicios Financieros S.A. (2016): JPL Providencia, Rol 47.598-
F, 11.01.2016; Molina Echeverría con Car S.A. (Ripley) (2015): 3 JPL Temuco, Rol 106.811-L, 10.03.2015,
confirmada por la C. Ap. Temuco, Ing. 74-2015, 17.12.2015; Calbucoy Beltrán con Serviassist Seguro Falabella
Corredores (2014): 1 JPL Temuco, rol 223224, 07.11.2014; Sernac con Buses Expreso Norte (2010): C. Ap. Santiago,
Ing. 2093-2010, 07.10.2010, que confirma sentencia de 1° JPL Estación Central, Rol 2296-2009, 27.01.2010, se rechaza
recurso de queja en este punto, CS, Ing. 7678-2010, 26.01.2011. Sernac con Falabella SACI (2008): 2° JPL Las Condes,
Rol 29.517-10-2007, 04.09.2008; Silva Arévalo con Corporación Educacional Universidad del Mar (2009): 2° JPL
Maipú, Rol 3.809-2008, 27.04.2009, confirmada por la C. Ap. Santiago, Ing. 8.424-2009, 14.08.2009, se declara
inadmisible recurso de queja, CS, Ing. 5.858-2009, 01.09.2009; Sernac con Inversiones Irribarra Propiedades (2008):
C. Ap. Santiago, Ing. 587-2008, 7 de mayo de 2008 que revoca Rol 3.998-CM-2006, 1° JPL Ñuñoa, 27.06.2007; Sernac
con Braun Medical S.A. (2010): JPL San Bernardo, Rol 3422-4-2008, 18.01.2010, confirmada por la C. Ap. San Miguel,
Ing. 187-2010, 17.05.2010.
45 Sernac con Inmobiliaria Las Encinas de Peñalolén S.A. (2015): CS, Ing. 23.092-2014, 09.11.2015.
33
subsecuente están indisolublemente ligados. Esta última circunstancia solo pudo ser conocida
cuando el consumidor afectado habita la vivienda, lo que acontece con posterioridad a la
suscripción de la compra y a la fecha de entrega, y permanece en tanto no cesen los efectos de la
infracción, en la especie la modificación del material constructivo, desconocido para el
consumidor, y todas las cláusulas vinculadas a esa circunstancia”.
Finalmente, se debe mencionar que esta argumentación cobra más fuerza en aquellos
casos en que el propio legislador ha incorporado el daño como un presupuesto de la infracción
(art. 23, art. 3 letra e LPC), puesto que antes de que ello ocurra no se entenderá consumada y, por
lo tanto, no principiará la prescripción (infracción de resultado).49
46 Henríquez Velas y otros con Universidad Arturo Prat (2013): 1° JPL Iquique, Rol 2.226-E-2011, 16.08.2012,
confirmada por la C. Ap. Iquique, 26.02.2013. Sernac con Corporación Santo Tomás para el Desarrollo de la
Educación y la Cultura (2008): 2° JPL Temuco, Rol 86.736-M-2007, 17.05.2008, revocada -aunque no en este punto-
por la C. Ap. Temuco, Ing. 934-2008, 04.12.2008, se rechaza recurso de queja, CS, Ing. 7.855-2008, 08.09.2009. Sernac
con Instituto Profesional AIEP S.A. (2007): 1° JPL Providencia, Rol 24.967-9-2007, 13.10.2008, confirmada por la C.
Ap. Santiago, Ing. 509-2009, 25.03.2009. Silva Arévalo con Corporación Educacional Universidad del Mar (2009):
°2 JPL Maipú, Rol 3.809-2008, 27.04.2009, confirmada por la C. Ap. Santiago, Ing. 8.424-2009, 14.08.2009, se declara
inadmisible recurso de queja, CS, Ing. 5.858-2009, 01.09.2009.
47 Molina Echeverría con Car S.A. (Ripley) (2015): 3° JPL Temuco, Rol 106.811-L, 10.03.2015, confirmada por la C.
puede ser breve o prolongada en el tiempo, pero cuya consumación se produce en un único instante, y junto con ello
esa ejecución se termina”, Garrido Montt, Mario (1997): “Derecho Penal. Parte General”. Tomo 2 (Santiago, Editorial
Jurídica de Chile), p. 259.
51 Mir Puig, Santiago (2011): “Derecho Penal. Parte General.” 9ª Edición (Barcelona, Editorial Reppertor), p. 234.
52 Así se ha sostenido en materia penal: Antón Oneca, José (1986): “Derecho Penal”. 2ª Edición (Madrid, Editorial
Akal), p. 614; Balmaceda Hoyos, Gustavo (2011): “La prescripción y el Derecho Penal chileno”, en Prescripción
extintiva: Estudios sobre su procedencia y funcionamiento en Derecho Público y Privado. Cuadernos de Extensión
Jurídica N° 21 (Santiago, Universidad de los Andes), pp. 183-184; Novoa Monreal, Eduardo (2009): “Curso de
Derecho Penal Chileno. Parte General”. Tomo 1 (Santiago, Editorial Jurídica de Chile), p. 250; entre otros.
34
como lo han reconocido nuestros tribunales, en sede de protección de los derechos de los
consumidores.53
Por su parte, el ilícito continuado es aquel que se encuentra “integrado por un conjunto
o serie de actos con la característica de que cada uno de ellos aisladamente considerado puede
constituir un delito”54. Tal sería el caso del cobro mensual de deudas o ítemes no debidos o
improcedentes (intereses, comisiones, etc.). Al igual que en el supuesto anterior, esta vez el plazo
de prescripción sólo correrá desde el último de los hechos lesivos. Así se ha resuelto, por ejemplo,
respecto del cobro irregular mensual de interés en compras a crédito55, o bien, de dividendos no
coherentes con lo informado precontractualmente56. Destaca, asimismo, la ya aludida Sernac con
Cencosud Administradora de Tarjetas S.A., la cual adoptó este mismo criterio a propósito del
aumento unilateral del costo de mantención mensual de la tarjeta crediticia57. Lo propio ocurre
respecto de la manifestación reiterada de defectos en un producto58, bien de la información de
deudas en bancos de datos.59
53 Así, por ejemplo, a propósito del incumplimiento de las condiciones de un contrato educacional, el 1° JPL de Iquique,
confirmado por el Tribunal de Alzada estimó que “la prescripción se ha de contar desde que el engaño termina o desde
que el alumno se titula o se desafilia de la Universidad, pues sólo entonces deja de influir en él la información falsa y
por ende, deja de cometerse la infracción. Que, además cuando la ley dice que la publicidad motiva a contratar un
servicio, no señala con ello que el efecto publicitario y engañoso, necesariamente termine con la celebración del acto
jurídico bilateral, sino también ha de considerarse la mantención de la vigencia de ese acuerdo por todo el tiempo que
el servicio dure” (Henríquez Velas y otros con Universidad Arturo Prat (2013): 1° JPL Iquique, Rol 2.226-E-2011,
16.08.2012, confirmada por la C. Ap. Iquique, 26.02.2013). Lo propio se ha fallado a propósito de la manifestación en
el tiempo de defectos en el producto (Sernac con Davis Autos S.A. (2006): 4° JPL de Santiago, Rol 79-5-2006,
14.07.2006).
54 Garrido Montt, Mario, op. cit., p. 391.
55 Sernac con Hites (2005): C. Ap. Santiago, Ing. 2778-2005, 09.11.2005, en relación a Rol 17.708-DIO-2004, 3 JPL
Santiago, 16.03.2005.
56 Perla Sánchez y otros con Inmobiliaria Socovesa Temuco S.A.: 3° JPL Temuco, 23.05. 2008.
57 Sernac con Cencosud Administradora de Tarjetas S.A. (2013): Corte Suprema, Ing. 12.355-2011, 24.04.2013.
58 Ramírez Barrera con Multitiendas Corona S.A. (2012): 1° JPL San Bernardo, Rol 4381-1-2012, 26.12.2012
(refrigerador); Sernac con Farmacias Ahumada S.A. (2006): C. Ap. Santiago, Ing. 1.830-2005, 06.01.2006, que revoca
Rol 15.825-3-2004, 4° JPL Santiago, 17.02.2005 (bolsa de agua, “guatero”).
59 Sernac con Claro Chile S.A. (2010): C. Ap. Santiago, Ing. 2.880-2010, 13.12.2010, que confirma Rol 91.576-3-2010,
35
“Artículo 3: Son derechos y deberes básicos del consumidor: e) El derecho a la
reparación e indemnización adecuada y oportuna de todos los daños materiales y
morales en caso de incumplimiento de cualquiera de las obligaciones contraídas por el
proveedor, y el deber de accionar de acuerdo a los medios que la ley le franquea …”.
Ahora bien, en relación a los perjuicios que se solicita indemnizar en el petitorio de esta
presentación, recordamos que, según lo establece el artículo 51 N° 2 de la LPC, al SERNAC le
basta señalar el daño sufrido y solicitar la indemnización que el juez determine conforme al mérito
del proceso, indemnización que debe ser la misma para todos los consumidores que se encuentren
en igual situación.
a) Todos aquellos consumidores que adquirieron pasajes aéreos con American Airlines
desde el año 2014 en adelante, cuyos viajes no se verificaron por las causales
expresadas en el artículo 133 C del Código Aeronáutico; y
b) Todos aquellos consumidores que adquirieron pasajes aéreos con American Airlines,
cuyos viajes sí se realizaron, pero que pagaron una tasa mayor de la que correspondía
al momento de concretarse el vuelo, por aplicación de los DS 424/18 (02 de octubre
de 2018) y DS 257/19 (01 de septiembre de 2019, fecha de su entrada en vigencia).
Dicha reparación e indemnización, de acuerdo al claro tenor del artículo 3 inciso primero
letra e) de la ley N° 19.496, debe ser adecuada y oportuna, es decir, debe propender a la reparación
íntegra de los daños y los perjuicios causados, no sólo la prestación debida, sino también todos
aquellos perjuicios que tienen como causa las infracciones e incumplimientos por los que debe
ser sancionado el proveedor.
Para que haya responsabilidad es necesario que exista una conducta positiva u omisiva.
36
Se habla de la exigencia de voluntad humana para generar responsabilidad, lo que llevó
durante mucho tiempo a discutir sobre la posibilidad de que las personas jurídicas pudiesen
responder civilmente.
En la actualidad, no se discute que este tipo de personas puedan ser responsables por los
ilícitos civiles que cometan. En efecto, como sostiene la doctrina y jurisprudencia nacional, las
personas jurídicas pueden delinquir civilmente por aplicación de la teoría del órgano como
contrapropuesta a la de la representación. Nuestra legislación ha respaldado lo anterior, así, por
ejemplo, ha consagrado la responsabilidad extracontractual de las personas jurídicas (art. 58
CPP); la responsabilidad solidaria de los directores, gerentes y liquidadores con la sociedad que
administren, de todas las indemnizaciones y demás sanciones civiles o pecuniarias derivadas de
la aplicación del artículo 133 de la ley 18.046 sobre Sociedades Anónimas; o con la ley 20.393
sobre responsabilidad penal de las personas jurídicas, en virtud de la cual, si pueden cometer
delitos penales, con mayor razón debe afirmarse su responsabilidad civil.60
En síntesis, no hay duda acerca de la responsabilidad de las personas jurídicas que tengan
el carácter de proveedor a la luz de la LPC por las infracciones e incumplimientos en que incurran,
ya sea en el ámbito del interés colectivo o difuso.
9.2. Imputabilidad
En materia civil, el hecho no sólo debe ser ilícito (esto es, contrario al ordenamiento
jurídico), sino también reprochable a título de culpa o dolo (sistema subjetivo de responsabilidad),
salvo casos excepcionales.
Pues bien, se ha sostenido que las normas de protección de los derechos de los
consumidores son de responsabilidad objetiva61, es decir, no requieren de dolo ni de culpa en la
conducta del demandado. Sólo basta el hecho constitutivo de ella para que se configure y se
condene al proveedor. La naturaleza objetiva de la responsabilidad “es consecuencia de la
naturaleza profesional de la actividad del proveedor, la que, como justa contrapartida a las
ganancias que de ella obtiene, lo obliga a responder de las consecuencias dañosas para terceros
que su ejercicio pueda traer consigo (principio de la responsabilidad profesional o por el riesgo
creado, opuesto al tradicional de la responsabilidad subjetiva o por culpa)”62 (negrita nuestra).
Con todo, en el improbable caso que S.S. estime lo contrario, es preciso referirse al
régimen de responsabilidad del proveedor.
Economía y Gestión, Faculta de Ingeniería y Ciencias Universidad de Chile, Vol. 1 N° 2, Santiago, p. 119.
37
naturales o jurídicas, de carácter público o privado, que habitualmente desarrollen actividades
de producción, fabricación, importación, construcción, distribución o comercialización de bienes
o de prestación de servicios a consumidores, por las que se cobre precio o tarifa”.
Lo relevante de esta definición, es que del texto de la norma aparece que existe un deber
de profesionalidad del proveedor derivado de la habitualidad de su giro comercial, así como de la
experiencia en el manejo de su negocio. La LPC se construye sobre la base de este pilar, ya que
toda empresa -independiente de su tamaño- que decide ofrecer y comercializar productos o
servicios y participar en un mercado, debe hacerlo en un marco de profesionalidad, es decir, que
debe tomar los resguardos necesarios para evitar errores, fallas o deficiencias de cualquier
naturaleza, de manera tal que se encuentre en condiciones de cumplir de cara a los consumidores
con los términos de sus ofrecimientos.
Así las cosas, las referidas normas nos interesan por dos aspectos. Primero, la calidad de
proveedor de la demandada; y, en segundo lugar, su actuación negligente, que se relaciona con el
deber de profesionalidad antes señalado, y que tiene por efecto, provocar un menoscabo en los
consumidores por no cumplir con el deber de informar.
En primer lugar, se debe señalar que, en el caso, la demandada cumple con el primer
requisito señalado por la ley, pues se trata de un proveedor que presta servicios de transporte aéreo
de pasajeros.
La posición profesional del proveedor implica necesariamente que éste conoce las
características y consecuencias de los actos que en su ámbito ejecuta y que llama a ejecutar a los
consumidores.
En este sentido, se ha señalado respecto de los proveedores que “su rasgo característico
esencial es que han de dedicarse profesionalmente (…) a las actividades de producción,
importación, distribución o comercialización de bienes o de prestación de servicios a
consumidores”63, lo cual ha sido reconocido por el texto actual del artículo 24 de la LPC, que
incluye dentro de los criterios de determinación del quantum infraccional precisamente “los
parámetros objetivos que definan el deber de profesionalidad del proveedor” (artículo 24, inciso
séptimo de la LPC).
Por eso, es que se trata, en realidad, de un estándar muy alto de diligencia exigible al
63Fernández, Francisco (1998): “Nueva Ley del Consumidor: innovaciones y limitaciones”. Revista Perspectivas en
Política, Economía y Gestión. Facultad de Ingeniería y Ciencias Universidad de Chile, Vol. 1 N° 2, Santiago, p. 111.
38
proveedor.
El consumidor, por su parte, actúa en una posición asimétrica sin posibilidad de negociar
las condiciones del contrato, por lo que no puede más que atenerse a lo que le ofrecen y confiar
en la legalidad, seriedad profesional y buena fe del proveedor. A propósito de lo anterior, es que
la jurisprudencia en reiteradas ocasiones ha reconocido a la LPC como una regulación cuyo
objetivo es proteger a los consumidores64. El consumidor, por tanto, contrata con el proveedor en
el entendido que la información que éste le proporciona respecto de sus derechos, las condiciones
contractuales, incluida la publicidad, es veraz y completa, y que se mantendrá inalterada durante
la vigencia del contrato.
En el caso que nos ocupa, se desprende claramente que American Airlines incurrió en
abierta contravención a la disposición legal citada, lo que termina ocasionando un menoscabo
evidente a los consumidores afectados, consistente en la imposibilidad de ejercer el derecho de
poder obtener la devolución de las tasas de embarque o las diferencias que se fueron generando a
su favor por aplicación de la política gubernamental de rebaja de dichos impuestos, ya sea porque
no se le otorgó información al respecto o porque aquella que les fue transmitida no se condecía
con lo que la ley sectorial dispone, pues no se les señalaba los casos en que procedía (por causas
imputables al transportador, al pasajero o por razones de seguridad o de fuerza mayor
sobrevinientes), se les indicaba un plazo inexistente para hacerlo (la norma no lo establece), hacía
caso a los requerimientos (“deberán restituirse a su solo requerimiento”) o les indicaban que
debían concurrir ante otros proveedores (pese a que la devolución se debe hacer en cualquier
oficina del transportador aéreo o a través de su sitio web).
9.3. El daño
64 Véase, por ejemplo: Corte de Apelaciones de San Miguel Rol N° 122-2014, considerando 4º; Corte de Apelaciones
de Santiago Rol N° 108-2015, considerando 3º; Corte de Apelaciones de Iquique Rol N° 48-2015, considerando 3º;
Corte de Apelaciones de Santiago Rol N° 287-2016, considerando 3º.
65 Véase nota al pie n° 51.
39
señalar que: “las indemnizaciones que se determinen en este procedimiento, no podrán
extenderse al daño moral sufrido por el actor”. Esta modificación había sido sugerida por algunos
autores, especialmente a partir del artículo 3 letra e) de la misma LPDC, que consagra el derecho
a la reparación e indemnización adecuada y oportuna de todos los daños materiales y morales en
caso de incumplimiento de cualquiera de las obligaciones contraídas por el proveedor.
Cabe recordar que, en realidad, lo que impedía la ley con su redacción anterior no era la
indemnización de daños extrapatrimoniales, sino solamente la posibilidad de encauzarlos
mediante una acción colectiva (es decir, los aspectos procesales del resarcimiento), no obstante,
se podía demandar individualmente el daño moral sufrido. Esto quiere decir que la ley siempre
amparó la protección del daño moral de los consumidores, pero no estableció un mecanismo
procesal colectivo para ello, cuestión que cambia con la dictación de la Ley Nº 21.081.
Para la determinación del daño moral, la ley en su nueva redacción, faculta al juez para
establecer un “monto mínimo común” de daño moral sufrido por un grupo de consumidores. Para
ello, el juez podrá, a costos del infractor, solicitar la realización de peritajes con el objetivo de
determinar dicho monto común, pudiendo también recurrir a otros medios de prueba para tal
efecto.
9.3.1. Del daño moral por infracción al deber de información por parte del
proveedor demandado
40
proveedor a diversos reclamos presentados por los consumidores, relacionados con una negativa
injustificada a devolver las tasas de embarque. Por ejemplo, en el reclamo R2019M3152018,
ingresado ante el SERNAC, con fecha 01 de agosto de 2019, se expone: “consumidor indica que
en vuelo 912 codigo de reserva xuzfav consumidor no pudo abordar el vuelo compra 2 pasajes
de santiago a Miami compra con tarjeta de credito banco bice” (sic), siendo su solicitud la
“devolucion de tasas” (sic).
Si corresponde, todo tramite de devolución debe iniciarse a través del emisor del
boleto, es decir con la misma agencia de viajes o sistema en línea a través del cual
adquirió originalmente su boleto.” (sic).
La entrega de información inductora a error respecto del derecho del artículo 133 C del
Código Aeronáutico es patente. En efecto, American Airlines desinforma al consumidor,
señalando que existe un plazo para solicitar la devolución de la tasa de embarque, introduciendo
una restricción no prevista en el Código Aeronáutico. Además, desinforma respondiendo
incoherentemente, al referirse a un cambio o devolución del boleto, en circunstancias que el
consumidor solicitó la devolución de la tasa de embarque, y no un cambio o devolución.
Adicionalmente, el proveedor se desentiende gravemente de su responsabilidad en la restitución
del dinero, la cual por disposición legal expresa recae en el transportador aéreo y no en las
agencias de viajes.66
66En efecto, como hemos señalado en reiteradas ocasiones a lo largo de esta demanda, el artículo 133 C del Código
Aeronáutico dispone: “En caso de no verificarse el viaje, ya sea por causas imputables al transportador, al pasajero
o por razones de seguridad o de fuerza mayor sobrevinientes, las tasas, cargas o derechos aeronáuticos que hubiere
pagado el pasajero deberán restituirse a su solo requerimiento en cualquier oficina del transportador aéreo o a través
de su sitio web.” (negrita nuestra).
41
pasado” (sic).
“La Sra. Miranda hizo la compra a través de Despegar.com por lo que deberá
comunicarse con la agencia para recibir una respuesta a su inquietud.
También puede comunicarse con el Call Center al 22679 0000 para consultar sobre el
pasaje adquirido con el código de reservas entregado por la agencia para que puedan
revisar sus opciones.
La respuesta del proveedor a este segundo caso reitera las infracciones en que ha incurrido
el proveedor, desconociendo su responsabilidad como transportador aéreo de pasajeros en la
restitución de la tasa de embarque y, asimismo, remitiendo al consumidor a un departamento de
reclamos virtual, desentendiéndose de la normativa chilena vigente, tanto de protección al
consumidor como aeronáutica.
Si bien el desarrollo de esta materia goza de desarrollo doctrinal y judicial en otras áreas,
como la médica, pueden extraerse algunas ideas comunes para todos los regímenes de
responsabilidad.
42
En primer lugar, para así asegurar una correcta indemnización es necesaria la distinción
de los bienes jurídicos presentes. De tal manera que el deber de información del artículo 133 C
del Código Aeronáutico protege el patrimonio, al otorgar un derecho de restitución de lo dado y
pagado, pero también, como se señaló, asegura el derecho a la autonomía decisional.
En definitiva, la omisión por parte del proveedor tiene como consecuencia directa un
enriquecimiento ilícito y sin causa (a lo cual ya nos hemos referido), lo que vulnera no sólo las
normas de información contenidas en la ley N° 19.496 y el deber de profesionalidad, sino que
también los estándares de comportamiento exigidos por la buena fe, principio que rige todo
nuestro ordenamiento jurídico.
Ahora bien, en lo que dice relación con el nexo o relación de causalidad, hay que señalar
que la única causa jurídicamente relevante que liga el actuar de la empresa demandada con los
perjuicios ocasionados a los miles de consumidores afectados es la filtración de datos de carácter
personal y financiero proporcionados para la prestación del servicio de casilla por parte del
proveedor demandado.
Así, bajo las reglas de la teoría de la equivalencia de las condiciones, si suprimimos las
filtraciones de datos mediante el empleo de una “supresión mental hipotética”, llegamos a la
conclusión que no habría daños en este caso particular. Pero, como se sabe, la aplicación de la
condictio sine qua non nos puede llevar a resultados insólitos, pues habría un regresus ad
infitum.67
Por otra parte, si se emplea la teoría de la causa adecuada, la razón (o causa adecuada)
que justificaría la presencia de los daños patrimoniales y morales indemnizables sólo podría ser
la filtración de los datos personales. De esta forma, los distintos episodios constituyen la causa
idónea que por sí misma generó el resultado dañoso.68
43
sus datos de carácter personal, hayan incurrido en costos de transacción por las operaciones de
reemplazo de sus tarjetas, o incluso en pérdidas económicas efectivas.
“En aquellos casos en que concurran las circunstancias a que se refiere el inciso
quinto del artículo 24, el tribunal podrá aumentar en el 25% el monto de la
indemnización correspondiente.”
Por tanto, atendida la actitud de desprecio por los derechos de los consumidores y la
normativa sectorial correspondiente, constitutiva de una grave desconsideración a la dignidad de
los consumidores, corresponderá que el monto global de la indemnización resultante sea
aumentado conforme a la norma citada.
10. De la nulidad por cláusulas abusivas. Análisis de las cláusulas del contrato de
adhesión “Información Legal” de American Airlines
El Servicio Nacional del Consumidor, ha revisado el sitio web del proveedor American
Airlines en Chile, cuya extensión corresponde a www.americanairlines.cl. Específicamente, el
apartado “Políticas e Información Legal”69, para efectos de constatar que sus cláusulas se
encuentren ajustadas a la normativa de consumo.
Asimismo, los Tribunales de Justicia han determinado que las cláusulas bajo la
69 Disponible en www.americanairlines.cl/i18n/customer-service/support/legal-information.jsp
70 Sernac con Ticket fácil, 07 de marzo de 2018, Rol Nº79123-2016, considerando 9º.
44
determinación de “Términos y Condiciones” o “Condiciones de Uso”, proporcionadas en sitios
web, deben tenerse como incorporadas a los contratos y por ende analizarse su carácter de
abusivas.71
A continuación, se exponen las cláusulas observadas como abusivas del referido contrato:
45
contraviniendo lo establecido en el artículo 16 letra e):
Esta cláusula vulnera la LPC, debido a que establece la posibilidad de negar por parte del
proveedor el acceso al sitio al consumidor, a su exclusivo y absoluto criterio. En los términos en
que está redactada la cláusula, el proveedor se arroga la facultad de suspender arbitraria y
unilateralmente la ejecución del contrato, de acuerdo a lo establecido en el artículo 16 letra a), ya
que dicha negación podría afectar tanto la etapa de celebración como de ejecución del contrato.
46
ampliados hasta el punto necesario para permitir a tales terceros operar dentro de los términos
de un acuerdo escrito que ellos hayan celebrado con nosotros [sic].
La problemática radica en que se permite incluir en los términos nuevas obligaciones para
con los consumidores, generadas respecto a la relación entre proveedor y terceros. Dado lo
anterior, se produce una evidente vulneración a la normativa del consumo, puesto que el
proveedor queda facultado para modificar o dejar sin efecto a su sólo arbitrio el contrato,
agregando que dichas modificaciones constituirán nuevas obligaciones contractuales,
contraviniendo lo establecido en el artículo 16 letra a) de la ley Nº 19.496.
Por último, existe una infracción al artículo 17 de la LPC, puesto que el contrato no es
claramente legible, no se entiende bien qué es lo que quiso decir el proveedor al redactarlo,
afectando directamente al consumidor por las confusiones que trae aparejada la redacción de la
cláusula. Con ello, se vulnera además el artículo 32 de la ley N° 19.496, debido a que la
información no es entregada de manera inequívoca y con fácil acceso a esta.
Además, se produce una renuncia anticipada del derecho irrenunciable a ejercer los
recursos que la ley franquea para solicitar una reparación o indemnización de perjuicios, ya que,
pretende que no pueda producirse ningún tipo de acción o proceso legal, vulnerando el artículo 3
inciso primero letra e) de la ley N° 19.496, en relación con el artículo 4 de la misma ley.
47
Finalmente, nos encontramos en una vulneración a lo dispuesto en el art 16 letra g), puesto
que se produce un desequilibrio en las prestaciones al otorgar condiciones más favorables al
proveedor en desmedro del consumidor. Específicamente, el proveedor deja sin poder de
reclamación al consumidor, y señala una serie de supuestos en que el consumidor no podrá ejercer
sus derechos, teniendo que aceptar el no poder alegar incumplimiento, tanto por medio de
demandas personales, como a través de demandas colectivas. Lo anterior, contraviene lo dispuesto
en el artículo 50 incisos segundo y tercero de la LPC, que dispone:
“El incumplimiento de las normas contenidas en la presente ley dará lugar a las
acciones destinadas a sancionar al proveedor que incurra en infracción, anular las
cláusulas abusivas incorporadas en los contratos de adhesión, obtener la prestación de
la obligación incumplida, hacer cesar el acto que afecte el ejercicio de los derechos de
los consumidores, a obtener la debida indemnización de perjuicios o la reparación que
corresponda.
Como señala Iñigo de la Maza, “en la redacción de las cláusulas se ha sugerido que el
proveedor debe considerar los intereses del consumidor, absteniéndose de defraudar sus
expectativas razonables. Se trata, en definitiva, de prescindir de aquellas cláusulas que
contratantes normales, debidamente informados y en condiciones de paridad negocial, no
hubiesen pactado, toda vez que impiden que el contrato realice la finalidad que un consumidor
normal busca en la celebración de ese tipo de contrato según la apariencia creada por el
proveedor. A esto se suma todavía que el contenido del contrato debe ser presentado de una
forma que un consumidor promedio sea capaz de entenderlo. En el caso de la etapa que antecede
a la celebración del contrato, si bien es cierto que los contratos por adhesión se caracterizan por
no existir negociación sobre el contenido prescriptivo del contrato, lo cierto es que en el proceso
de formación del consentimiento la buena fe puede demandar ciertas conductas o abstenciones
por parte del proveedor”.73
10.5. “No hay garantías por parte de American Airlines: El Contenido podría presentar
imprecisiones y/o errores tipográficos. American Airlines puede alterar, cambiar o mejorar el
Contenido en cualquier momento y sin previo aviso. American Airlines no declara ni garantiza
73 De la Maza Gazmuri, Iñigo: “El control de las cláusulas abusivas y la letra g”, pp. 20-21. Disponible en
https://www.academia.edu/36589090/10._EL_CONTROL_DE_LAS_CL%C3%81USULAS_ABUSIVAS_Y_LA_L
ETRA_G_.
48
que el Contenido esté completo o sea exacto, y no se compromete a mantener el Contenido
actualizado. American Airlines no garantiza que el Contenido sea adecuado para algún fin en
particular”.
Por otra parte, existe una vulneración a lo establecido en el artículo 16 letra f) de la LPC,
en el sentido de que mediante la cláusula en comento se da pie a la existencia de la prerrogativa
de incluir o agregar nuevas cláusulas. En ese sentido, se entendería que existen espacios en blanco
que puede ser llenados con nuevas cláusulas, lo que resulta del todo abusivo, puesto que el
consumidor se verá obligado a normativas que no conocen ni aun se han escrito en el contrato.
10.6. “Usted utiliza el sitio bajo su propio riesgo. el contenido es suministrado "tal
como está" y sin garantía de ningún tipo, expresa o implícita, incluyendo, sin limitarse a,
cualquier garantía implícita de expectativa de privacidad, de adecuación para algún fin en
particular, de capacidad comercial, de no-transgresión o de algún derecho sobre el contenido.
en ningún caso, American Airlines o sus afiliadas serán responsables por cualquier daño (ya
sea consecuente, directo, incidental, indirecto, punitivo, especial o de cualquier otro tipo) que
surja de, o que esté relacionado de alguna forma con, el uso o la incapacidad de poder usar el
sitio, o por cualquier contenido obtenido a través de, o relacionado con, el sitio, en cada caso,
independientemente de si dichos daños estén basados en algún contrato, responsabilidad
absoluta, responsabilidad extracontractual u otras teorías de responsabilidad, e
independientemente de si se notificó o no a American Airlines, en forma presunta o real, de
que tales daños eran posibles”.
En los términos en que está redactada, la cláusula representa vulneraciones a la Ley sobre
Protección de los Derechos de los Consumidores. Se establece una renuncia anticipada al derecho
a la seguridad en el consumo, establecido en el artículo 3 inciso primero letra d) de la ley N°
19.496 y al derecho de reparación integral, adecuada y oportuna de todos los daños, consagrado
en la letra e) del mismo precepto. El consumidor queda desprotegido de cualquier daño que se
produzca en la utilización del servicio web de la aerolínea, lo que podría ser ampliable a
vulneraciones de derechos en la ejecución del contrato, por ejemplo, errores web en las compras
de pasajes que quedaran sin la debida reparación.
49
está dada precisamente para intentar eximirse de responsabilidad respecto de situaciones que, de
acontecer, implicarían asumir, al menos, responsabilidad infraccional y civil por disposición de
la ley del ramo, por cuanto mediante la incorporación de esta naturaleza de cláusulas se está
pretendiendo restringir el ámbito de los sujetos pasivos respecto de los cuales el consumidor
podría hacer efectiva las responsabilidades por incumplimiento a la LPC. Así han fallado los
tribunales de justicia, quienes han señalado que “constituye un abuso por parte de los proveedores
puesto que los clientes contratan con ellos con la expectativa de que el servicio contratado
funcione correctamente. Por ello, si mediante esta cláusula se pone de cargo del consumidor
todas las consecuencias de cualquier defecto, se está defraudando las expectativas que los
clientes razonablemente tienen respecto de los servicios ofrecidos”.74
En definitiva, el que tanto American Airlines como cualquiera de sus filiales pretendan
no ser responsables por cualquier daño que puedan experimentar los consumidores, infringe los
artículos 16 letra e) y 3 inciso primero letra d) de la ley N° 19.496.
Finalmente, como ocurre en los casos anterior, también existe una infracción al artículo
17 de la LPC, puesto que el contrato en los términos en que es redactado no es legible. En una
simple lectura se aprecia una deficiente explicación de lo que quiso decir el proveedor al
redactarlo, lo que genera confusión en el consumidor. Con esto, se vulnera, además, el artículo
32 de la ley N°19.496, debido a que la información no es entregada de manera inequívoca y con
fácil acceso.
10.7. “American Airlines no garantiza ni declara que el uso que usted haga de la
información y materiales en el Sitio no infringirá los derechos de propiedad intelectual de
terceros. American Airlines no será responsable por ningún virus u otro daño causado a su
computadora u otra propiedad debido a su acceso, exploración o utilización del Sitio, o debido
a la descarga que usted haga de cualquier audio, dato, imagen, material, foto, texto o video del
Sitio. Dado que American Airlines ofrece productos y servicios en muchas partes del mundo,
el Sitio puede hacer referencia a determinados productos, bienes y/o servicios que no estén
disponibles en su área. La referencia a bienes, productos y/o servicios, sin establecer el límite
de alcance geográfico, no implica que American Airlines ofrece o intenta ofrecer dichos bienes,
productos y/o servicios en todos los lugares”.
74 Sernac con Ticket Master Chile S.A., Rol C-35370-2011, sentencia dictada por el 6° Juzgado Civil de Santiago.
50
exonera al proveedor completamente de responsabilidad por infracciones o incumplimientos a la
seguridad de la información o al establecimiento de medidas de seguridad cibernética. Se sostiene
la irresponsabilidad por la ocurrencia de verse afectados por virus cibernéticos en uso de la
plataforma que el proveedor disponga. En razón de lo anterior, se produce una infracción a los
artículos 16 letra e) y el artículo 3 inciso primero letra d) de la LPC.
Junto con lo anterior, al exponer que “...el Sitio puede hacer referencia a determinados
productos, bienes y/o servicios que no estén disponibles en su área...”, el proveedor busca
exonerarse de responsabilidad por el incumplimiento al derecho de los consumidores de recibir
una información veraz y oportuna sobre los bienes y servicios ofrecidos, pues pretende anticiparse
a los casos en que ofrezcan por error un producto no disponible para Chile. Esto trae consigo que,
mediante los términos y condiciones, se confunda al consumidor y no se respete la entrega de un
bien por no disponibilidad geográfica. En razón de lo anterior, se vulnera lo establecido en el
artículo 16 letra e) en relación al artículo 3 inciso primero letra b) de la ley Nº 19.496.
10.8. “El Sitio puede ofrecer hiperenlaces o referencias a otros sitios web. Si bien
American Airlines hace lo posible por proporcionar enlaces únicamente a sitios que sean
seguros y acreditados, no asumimos ninguna responsabilidad por la información, productos o
servicios obtenidos en esos otros sitios, ni tampoco seremos responsables por cualquier daño
que surja como resultado de su acceso a tales sitios. American Airlines proporciona dichos
enlaces a otros sitios Web únicamente para su conveniencia, pero nuestra inclusión de dichos
enlaces y dominios incrustados en el Sitio no implica la aprobación de dichos dominios
enlazados o incrustados, de su contenido, o de las personas o entidades que operan dichos
dominios. Por lo tanto, usted asumirá total responsabilidad por usar los enlaces o indicadores
a sitios Web externos”.
Asimismo, de acuerdo a lo fallado por los Tribunales de Justicia, que señalaron “Teniendo
además presente, que la Ley 19.496 sanciona los defectos en la venta y prestación de servicios de
las actividades de todos los proveedores (artículo 23 de la LPC), y se reconocen parámetros
legales de calidad tanto en la venta de bienes como en la prestación de servicios (regímenes de
garantía legal en ambos casos), debe reconocerse que los proveedores deben asegurar estándares
de calidad para que los bienes y servicios ofrecidos, y puestos a disposición de los consumidores
cumplan las finalidades propias”
51
prestación de un servicio, actuando con negligencia, causa menoscabo al consumidor debido a
fallas o deficiencias en la calidad, cantidad, identidad, sustancia, procedencia, seguridad, peso o
medida del respectivo bien o servicio”, se desprende que la norma exige un deber de
profesionalidad del proveedor derivado de la habitualidad de su giro comercial, así como de la
experiencia en el manejo de su negocio. Por ende, toda empresa, grande, mediana o pequeña, que
decide ofrecer y comercializar productos o servicios y participar en un mercado, debe hacerlo en
un marco de profesionalidad, es decir, que todo proveedor debe tomar los resguardos necesarios
para evitar errores, fallas o deficiencias de cualquier naturaleza, de manera tal que se encuentre
en condiciones de cumplir de cara a los consumidores con los términos de sus ofrecimientos.
75 Mediante la ley N° 21.081, se modificó el artículo 50 A, quedando el inciso primero de la siguiente forma: “Las
denuncias presentadas en defensa del interés individual podrán interponerse, a elección del consumidor, ante el
juzgado de policía local correspondiente a su domicilio o al domicilio del proveedor. Se prohíbe la prórroga de
competencia por vía contractual”. A este respecto, se debe estar al artículo primero transitorio de la ley señalada, el
cual dispone su entrada en vigencia diferida dependiendo de la región de que se trate. En el caso de la Región
Metropolitana, entrará en vigencia el 14 de septiembre de 2020.
52
por lo que desconoce completamente la aplicación de la ley chilena y, por consiguiente, la ley N°
19.496.
A S.S. PIDO: Se sirva tener por interpuesta demanda colectiva para protección del interés
colectivo de los consumidores en contra del proveedor American Airlines Inc., Agencia en
Chile, representada legalmente por don Raúl Matías Rojas Arce, ya individualizado, o bien,
representada en conformidad a lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 50 C en relación al
artículo 50 D, ambos de la Ley N° 19.496, sobre Protección de los Derechos de los Consumidores,
admitirla a tramitación y, en definitiva:
1. Declarar admisible la demanda colectiva, por cumplir con los requisitos establecidos en
el artículo 52 de la ley N°19.496 y, en consecuencia, conferirle traslado a la demandada
por el plazo de diez días fatales para contestar la demanda, conforme a lo dispuesto en el
inciso segundo del citado artículo.
2. Que, teniendo en consideración el reajuste trimestral de tasas y derecho aeronáuticos en
moneda nacional establecido en el artículo 4 del Reglamente de Tasas y Derechos
Aeronáuticos, aprobado mediante DS N° 172, de 1974, y fijado mediante resoluciones
exentas por la Dirección General de Aeronáutica Civil, se ordene que American Airlines
restituya el monto total o los saldos respectivos, según corresponda, de las tasas, cargas
o derechos aeronáuticos en favor de los siguientes consumidores:
a) Todos aquellos que adquirieron pasajes aéreos nacionales e internacionales con
American Airlines desde noviembre del año 2014 hasta la fecha en que la sentencia
definitiva que lo declare quede firme o ejecutoriada, cuyos viajes no se verificaron
por las causales expresadas en el artículo 133 C del Código Aeronáutico;
b) Todos aquellos que adquirieron pasajes aéreos nacionales e internacionales con
American Airlines con anterioridad al 2 de octubre de 2018, y cuyos viajes se
realizaron con posterioridad a esa fecha, producto de lo cual pagaron una tasa de
embarque mayor de la que correspondía cobrar al momento en que se concretó el
vuelo, todo ello por aplicación del DS 424/18, que modificó el Reglamento de Tasas
y Derechos Aeronáuticos, aprobado mediante DS N° 172, de 1974; y
c) Todos aquellos que adquirieron pasajes aéreos nacionales e internacionales con
American Airlines con anterioridad al 1 de septiembre de 2019, y cuyos viajes se
realizaron con posterioridad a esa fecha, producto de lo cual pagaron una tasa de
embarque mayor de la que correspondía cobrar al momento en que se concretó el
vuelo, todo ello por aplicación del DS 257/19, que modificó el Reglamento de Tasas
53
y Derechos Aeronáuticos, aprobado mediante DS N° 172, de 1974.
3. Declarar la responsabilidad infraccional de American Airlines Inc. por la vulneración a
los artículos 3 inciso primero letra b) de la LPC, en relación a los artículos 1 N° 3 y 32
de la ley N° 19.496 y los artículos 126 a 141 del Código Aeronáutico; 3 inciso primero
letra e) de la LPC; y 23 inciso primero de la LPC.
4. Que, para determinar el monto de las multas, en virtud del artículo 24 de la ley 19.496,
US. aplique a American Airlines la circunstancia agravante consistente en haber dañado
la integridad psíquica de los consumidores o, en forma grave, su dignidad, establecida en
el inciso quinto letra c) del primer artículo mencionado.
5. Que, en conformidad a los artículos 24, 24 A y 53 C de la LPC, una vez efectuada la
ponderación de las circunstancias atenuantes y agravantes y considerar prudencialmente
los criterios establecidos en la ley, US. proceda a aplicar a American Airlines el máximo
de las multas que la ley prescribe o las que US. determine por cada una de las infracciones
que da cuenta la presente demanda y por cada uno de los consumidores afectados.
6. Declarar abusiva y, en consecuencia, dejar sin efecto todas aquellas cláusulas contenidas
en el contrato de adhesión “Información Legal” de American Airlines, a las cuales se ha
hecho referencia en el cuerpo de este escrito y cuyo texto se encuentra disponible en el
sitio web www.americanairlines.cl.
7. Condenar a la demandada a pagar a título de indemnización de perjuicio, todos los daños
morales causados a los consumidores a su integridad psíquica y su dignidad, como
consecuencia de la infracción al deber de información a los consumidores establecido en
la LPC, en relación al Código Aeronáutico.
8. Que, de acuerdo al artículo 53 C letra c) de la ley N° 19.496, se aumente en un 25% el
monto de la indemnización de perjuicios que se determine, por concurrir una de las
circunstancias agravantes a que se refiere el inciso quinto del artículo 24 de la LPC.
9. Condenar al proveedor demandado, al pago de cualquier otra reparación o indemnización
que resulte procedente, con ocasión de los perjuicios que causaron a los consumidores
por las conductas e incumplimientos en los que ha incurrido el proveedor demandado
según lo expuesto en el cuerpo de esta presentación.
10. Ordenar que las restituciones e indemnizaciones a las que dé lugar, sean enteradas con la
aplicación de los respectivos reajustes e intereses corrientes, según lo dispone el artículo
27 de la LPC y las disposiciones generales. Que, en lo referente a las restituciones, los
reajustes e intereses deberán aplicarse de la siguiente manera:
a) Desde el mes de noviembre del año 2014 hasta el mes precedente a aquél en que la
restitución se haga efectiva respecto de todos aquellos consumidores que adquirieron
pasajes aéreos con American Airlines, cuyos viajes no se verificaron por las causales
expresadas en el artículo 133 C del Código Aeronáutico;
b) Desde el 2 de septiembre de 2018 hasta el mes precedente a aquél en que la restitución
se haga efectiva respecto de todos aquellos consumidores que adquirieron pasajes
aéreos con American Airlines, cuyos viajes sí se realizaron, pero que pagaron una
tasa mayor de la que correspondía al momento de concretarse el vuelo, por aplicación
del DS 424/18 del Ministerio de Defensa (cuya entrada en vigencia fue el 2 de octubre
de 2018); y
c) Desde el 1 de agosto de 2019 hasta el mes el precedente a aquél en que la restitución
se haga efectiva respecto de todos aquellos consumidores que adquirieron pasajes
aéreos con American Airlines, cuyos viajes sí se realizaron, pero que pagaron una
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tasa mayor de la que correspondía al momento de concretarse el vuelo, por aplicación
del DS 257/19 del Ministerio de Defensa (cuya entrada en vigencia fue el 1 de
septiembre de 2019).
11. Determinar en la sentencia definitiva, y para los efectos señalados en los números
anteriores, los grupos y subgrupos de consumidores que fueron afectados por la
demandada, conforme a los artículos 51 N° 2, 53 A y 53 C, letra c), todos de la ley 19.496.
12. Ordenar que las restituciones, prestaciones, indemnizaciones y/o reparaciones se efectúen
sin requerir la comparecencia de los consumidores afectados, según lo autoriza el
penúltimo inciso del artículo 53 C en los casos en que la demandada cuenta con la
información necesaria para individualizarlos.
13. Ordenar las publicaciones indicadas en la letra e) del artículo 53 C de la Ley 19.496.
14. Condenar a la demandada al pago de las costas de la causa.
PRIMER OTROSÍ: Sírvase S.S. tener por acompañados, los siguientes documentos, con
citación:
1. Copia de Resolución Exenta N° 513, de fecha 26 de julio de 2019, dictada por el Servicio
Nacional del Consumidor, en la que dispone el inicio de un procedimiento voluntario
colectivo entre American Airlines Inc. y el Servicio Nacional del Consumidor.
2. Copia de carta N° 007654, de fecha 23 de agosto de 2019, emitida por American Airlines
Inc., Agencia en Chile, en el que manifiesta su decisión de participar en el procedimiento
voluntario colectivo iniciado por el SERNAC.
3. Copia de Resolución Ex. N° 841, de 29 de octubre de 2019, dictada por el Servicio
Nacional del Consumidor, en la que decide disponer el término del procedimiento
voluntario colectivo con American Airlines, Inc. Agencia en Chile, en carácter de fallido.
4. Copia de correo electrónico de notificación de la resolución de cierre del procedimiento
voluntario colectivo, de fecha 4 de noviembre de 2019.
TERCER OTROSÍ: Se solicita a US. tener presente que, en virtud del artículo 51 inciso final de
la LPC, el proveedor demandado está obligado a entregar al tribunal todos los instrumentos que
ordene, de oficio o a petición de parte, siempre que tales instrumentos obren o deban obrar en su
poder y que tengan relación directa con la cuestión debatida. En caso de que el proveedor se
negare a entregar tales instrumentos y el tribunal estimare infundada la negativa por haberse
aportado pruebas acerca de su existencia o por ser injustificadas las razones dadas, el juez podrá
tener por probado lo alegado por la parte contraria respecto del contenido de tales instrumentos.
CUARTO OTROSÍ: Sírvase S.S. tener presente que mi facultad para representar legalmente al
Servicio Nacional del Consumidor, en mi calidad de Director Nacional, consta en el Decreto N°
90 del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, del 23 de abril de 2018, cuya copia
acompaño, con citación.
QUINTO OTROSÍ: Sírvase S.S. tener presente que, en mi calidad de abogado habilitado para
el ejercicio de la profesión, asumiré personalmente el patrocinio y poder de la presente causa. Sin
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perjuicio de ello, confiero poder al abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, don
Alfredo Calvo Carvajal, con quien podré actuar, indistintamente, en forma conjunta o separada,
domiciliándonos ambos en calle Agustinas N° 853, piso 12, comuna y ciudad de Santiago, quienes
firmamos al pie del presente escrito en señal de aceptación.
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