Los discípulos Cleofás y otro discípulo se encuentran con Jesús mientras caminan tristemente hacia Emaús después de su crucifixión. Jesús les explica las Escrituras y cómo predecían que el Mesías debía sufrir. Al sentarse a comer juntos, Jesús toma el pan, lo bendice y parte, y en ese momento los discípulos lo reconocen. Jesús luego desaparece y los discípulos regresan apresuradamente a Jerusalén para contar a los otros discípulos sobre su encuentro.
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Los discípulos Cleofás y otro discípulo se encuentran con Jesús mientras caminan tristemente hacia Emaús después de su crucifixión. Jesús les explica las Escrituras y cómo predecían que el Mesías debía sufrir. Al sentarse a comer juntos, Jesús toma el pan, lo bendice y parte, y en ese momento los discípulos lo reconocen. Jesús luego desaparece y los discípulos regresan apresuradamente a Jerusalén para contar a los otros discípulos sobre su encuentro.
Los discípulos Cleofás y otro discípulo se encuentran con Jesús mientras caminan tristemente hacia Emaús después de su crucifixión. Jesús les explica las Escrituras y cómo predecían que el Mesías debía sufrir. Al sentarse a comer juntos, Jesús toma el pan, lo bendice y parte, y en ese momento los discípulos lo reconocen. Jesús luego desaparece y los discípulos regresan apresuradamente a Jerusalén para contar a los otros discípulos sobre su encuentro.
Los discípulos Cleofás y otro discípulo se encuentran con Jesús mientras caminan tristemente hacia Emaús después de su crucifixión. Jesús les explica las Escrituras y cómo predecían que el Mesías debía sufrir. Al sentarse a comer juntos, Jesús toma el pan, lo bendice y parte, y en ese momento los discípulos lo reconocen. Jesús luego desaparece y los discípulos regresan apresuradamente a Jerusalén para contar a los otros discípulos sobre su encuentro.
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Novena a la Virgen del Carmen 2022 Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas
24 13 Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño
Caminamos juntos con María hacia la paz… pero qué paz? pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. Quinto día: 14 En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. 15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó ¿CAMINO PERSONAL O COMUNITARIO? y siguió caminando con ellos. PARADOJA DE CAMINANTES 16 Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. 17 Él les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste, Primera Lectura de la carta a los Efesios 18 y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos 4 1 Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse días!». de una manera digna de la vocación que han recibido. 19 «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo 2 Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en mutuamente por amor. obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, 3 Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo 20 y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo de la paz. entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. 4 Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una 21 Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. acuerdo con la vocación recibida. 22 Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos 5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro 6 Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo 23 y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se penetra todo y está en todos. les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está 7 Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, vivo. en la medida que Cristo los ha distribuido. 24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron». 25 Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! 26 ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?» 27 Y comenzando por Moisés y continuando con todos los Profetas les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él. 28 Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. 29 Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». El entró y se quedó con ellos. 30 Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. 31 Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. 32 Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». 33 En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, 34 y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». 35 Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.