1051-Texto Del Artículo-5031-2-10-20080225

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REVISIONES Y RESEÑAS

CONSIDERACIONES DE ENFERMERÍA SOBRE LA


BALNOTERAPIA EN EL CUIDADO AL QUEMADO.
CONSIDERAÇÕES DE ENFERMAGEM SOBRE A BALNEOTERAPIA NO CUIDADO AO
QUEIMADO.

*Araújo Carreiro, Flávia de.


*Enfermeira do Centro de Tratamento de Queimados
Queimados do Hospital Geral do Andaraí - Rio de Janeiro. Brasil.

Palabras-clave: enfermería, balneoterapia, quemado


Palavras-chave: enfermagem, balneoterapia, queimado

RESUMEN
Recién ingresada en el equipo de Enfermería del Centro de Tratamiento de Quemados
(CTQ) del Hospital del Andaraí – Río de Janeiro, referencia para el tratamiento del quemado,
identifiqué una gran laguna en la literatura de Enfermería, al buscar referencia teórica para
mi práctica, además de haber visto durante el aprendizaje de las rutinas del sector, que la
balneoterapia, en la forma diferenciada como es hecha, es la base del tratamiento ofrecido al
quemado en el CTQ. El objeto del estudio es la Enfermería del CTQ y su relación con la
balneoterapia. Los objetivos fueron: apuntar consideraciones de Enfermería sobre la
balneoterapia en el cuidado al quemado, destacar la importancia del enfermero y su equipo,
en la asistencia al quemado, y disminuir el vacío sobre el tema en la literatura de Enfermería.
El camino metodológico fue la revisión bibliográfica sumada a la observación participante de
la autora en el aprendizaje de las rutinas. Las consideraciones finales se refieren la
excelencia del tratamiento ofrecido en el CTQ y la participación efectiva del equipo de
Enfermería en todas las etapas de la rutina de balneoterapia en los pacientes, exigiendo del
profesional, esfuerzo físico e implicación emocional. Fue observado que a pesar de la gran
implicación del enfermero con el paciente quemado, pocos registros son hechos por los
mismos, causando la impresión de ausencia de la figura del enfermero en la asistencia al
quemado.

RESUMO
Recém ingressa na equipe de Enfermagem do Centro de Tratamento de Queimados (CTQ)
do Hospital do Andaraí – Rio de Janeiro, referência para o tratamento do queimado,
identifiquei uma grande lacuna na literatura de Enfermagem, ao buscar embasamento
teórico para a minha prática, além de ter visualizado durante a aprendizagem das rotinas do
setor, que a balneoterapia, na forma diferenciada como ela é feita, é a base do tratamento

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oferecido ao queimado no CTQ. O objeto do estudo é a Enfermagem do CTQ e sua relação
com a balneoterapia. Os objetivos foram: apontar considerações de Enfermagem sobre a
balneoterapia no cuidado ao queimado, destacar a importância do enfermeiro e sua equipe
na assistência ao queimado, e diminuir a lacuna sobre o tema na literatura de Enfermagem.
O caminho metodológico foi a revisão bibliográfica somada a observação participante da
autora, na aprendizagem das rotinas. As considerações finais referem-se a excelência do
tratamento oferecido no CTQ e a participação efetiva da equipe de Enfermagem em todas as
etapas da rotina de balneoterapia nos pacientes, exigindo do profissional, esforço físico e
envolvimento emocional. Foi observado que apesar do grande envolvimento do enfermeiro
com o paciente queimado, poucos registros são feitos pelos mesmos, causando a impressão
de ausência da figura do enfermeiro na assistência ao queimado.

01. INTRODUCCIÓN

El Centro de Tratamiento de Quemados - CTQ del Hospital del Andaraí, situado en el


municipio de Río de Janeiro, es históricamente considerado referencia nacional e
internacional en la atención al quemado, por el diferencial de sus procedimientos técnicos.

Recién ingresada en el equipo de Enfermería del CTQ, por necesidad del servicio de
Enfermería del Hospital, identifiqué una gran laguna en la literatura de Enfermería sobre el
tema quemado/quemaduras, al buscar referencias teóricas para sostener mi práctica, pues
refrendada en Souza1 (1991), creo que es del conocimiento exacto de los principios
científicos y de la aplicación sensata de los mismos que depende, muchas veces, la propia
vida de los enfermos.

Observando y aprendiendo las rutinas del sector, vi que la balneoterapia, como parte
integrante del cuidado ofrecido al quemado en el CTQ, y traducida aquí como lo mismo que
la limpieza de la herida, es la base del tratamiento ofrecido por el Centro. Es totalmente
ejecutada por el equipo de Enfermería, aunque bajo supervisión médica.

De esta forma, elegí como objeto del estudio, la Enfermería del CTQ y su relación con la
balneoterapia, y para los objetivos: apuntar consideraciones de Enfermería sobre la
balneoterapia en el cuidado al quemado, destacar la importancia del enfermero y su equipo,
en la asistencia al quemado, y disminuir el vacío sobre el tema en la literatura de Enfermería.
El camino metodológico fue la revisión bibliográfica sumada a la observación participante de
la autora, en el aprendizaje de las rutinas.

02. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA QUEMADURA Y EL PACIENTE


QUEMADO

El paciente víctima de quemadura exige del enfermero algo más que el desarrollo de
técnicas y la vigilancia continua. Este presenta características que sobrepasan el campo de
la clínica, de la cirugía, y aún, del psicológico. “Tiene complejas alteraciones fisiopatológicas
inherentes la quemadura en sí” (CANTINHO, SANTOS Y SILVA2, 2004, p.230). Son
alcanzados por el dolor físico y por el dolor psicológico conforme hablan Gomes3 et al
(1995).

En mi visión, se trata de un paciente sano, que fue víctima de la propia imprudencia y/o de la
imprudencia ajena, ocasionando los accidentes que alterarán permanentemente la auto-
imagen de este paciente.

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“Quemaduras son lesiones de los tejidos orgánicos en el transcurso de trauma de origen
térmico resultante de la exposición a llamas, líquidos calientes, superficies calientes, frío,
substancias químicas, radiación, fricción o roce” (PICCOLO4 et al., 2002, p.3). Estas pueden
ser clasificadas en función del agente causante, de la profundidad y de la superficie corporal
quemada. El análisis conjunto de los dos últimos factores apunta el grado de complejidad y
determinan el perfil del paciente: pequeño, medio y grande quemado.

Según el Proyecto Directrices, que es una iniciativa conjunta de la Asociación Médica


Brasileña – AMB y del Consejo Federal de Medicina – CFM, con el objetivo de conciliar
informaciones del área médica para uniformar conductas que auxilien el raciocinio y toma de
decisión del médico, la internación del paciente quemado está indicada en los siguientes
casos: lesión de tercer grado alcanzando más del 2% de superficie corporal en el niño y más
del 5% de superficie corporal en el adulto; lesión de segundo grado alcanzando área
superior a 10% en el niño y superior a 15% en el adulto; quemaduras de cara, pie, mano o
cuello; quemaduras de región perineal o genital; quemadura circunferencial de
extremidades; quemaduras por electricidad; intoxicaciones por humo o lesiones de las vías
aéreas; y, quemaduras más pequeñas unidas a otros importantes traumas o a
enfermedades preexistentes que vengan a agravar el cuadro (PICCOLO4 et al., 2002).

En el CTQ, de acuerdo con el libro de estadísticas, en los primeros cuatro meses del
corriente año, fueron admitidos 49 pacientes, con media de edad en 26 años, y superficie
corporal quemada en torno a 26%. El principal agente causante de quemaduras relatado en
este libro es el alcohol, citado en 13 pacientes, seguido de la llama directa, 08 pacientes, y
del líquido caliente, 07 pacientes. Cinco óbitos fueron registrados en este periodo.

Cerca de 25% de las admisiones fueron a través de transferencias de otras instituciones


municipales, estatales e interestatales, confirmando el CTQ del Hospital del Andaraí como
centro de referencia en el tratamiento al quemado.

Las principales áreas del cuerpo alcanzadas fueron: pecho, miembros superiores y cara.

Regístrese que fueron encontrados pacientes que no tuvieron todos los datos rellenados en
este libro, y no es mi objetivo el rescate de estos datos en este momento.

Considero que el hombre es objeto de la Enfermería, de las acciones, de las técnicas y del
hacer, y objetivo es donde todos los esfuerzos de una persona o de un equipo convergen - el
cuidar en sí. La Enfermería que se explica y se justifica en la interacción de Enfermero y
paciente, se hace parcela significativa en la ejecución de la terapéutica necesaria al
quemado. Este, por necesitar de todas las posibilidades que una institución hospitalaria
puede ofrecer para tratamiento y recuperación de la salud, debe ser atendido en centros
especializados.

El paciente quemado fue víctima de trauma térmico sobre la piel, el cual produce una serie
de alteraciones locales que irán a resultar en la aparición de dolor, además de alteraciones
definitivas en la apariencia (ROSSI5 et al., 2000). Russo (1967) citado por Rossi5 (2000)
afirma que el dolor tendrá inicio cuando haya excitación directa de las terminaciones
nerviosas, debido a destrucción de las capas superficiales de la piel y, consecuentemente,
exposición de las terminaciones nerviosas sensitivas. La reacción a ese dolor puede ocurrir
de diferentes formas, y en diferentes momentos, aunque sea para llamar atención del equipo
de Enfermería para sí.

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Sin embargo, la balneoterapia, es a buen seguro, una acción que provocará la ampliación de
ese dolor.

03. LA BALNEOTERAPIA EN EL CUIDADO AL QUEMADO

Cantinho, Santos y Silva2 (2004, p.230) citan que “la limpieza regular de la herida es
esencial para la buena evolución del paciente quemado. Sin embargo, el dolor provocado en
tal procedimiento sobrepasa casi siempre el límite que es soportable con analgesia
superficial”. Consideran, aunque sea equivocación, menospreciar la manifestación del dolor
en el adulto, a pesar de ser comprensible la atención dada al niño.

Balneoterapia es la unión de la palabra latina balneu – baño, y de la palabra griega therapeía


- terapia, significando el tratamiento de las enfermedades por medio de baños (PRIBERAM6,
2006). En el cuidado al quemado del CTQ del Hospital del Andaraí, se reviste de significativa
importancia, sea en la forma como él es hecho, o dónde es hecho. Primordialmente, es un
procedimiento que debe seguir los principios microbiológicos de antisepsia, a fin de disminuir
la potenciabilidad de contaminación de la herida del quemado.

Es realizada en sala propia dentro del CTQ. El encaminamiento del paciente al baño se da
después de la verificación de rutina de los materiales que harán el control del molde
ventilatorio, así como el soporte y corrección de este si hay algún problema durante el baño.
Esta verificación es hecha por el médico anestesista que asistirá a los pacientes.

Desde octubre de 1999, los baños son hechos bajo sedante y anestesia, conforme solicitud
del propio equipo del CTQ (CANTINHO, SANTOS y SILVA2, 2004). Los anestesistas que
participan en este procedimiento son determinados por el mapa quirúrgico diario, recibido
por el CTQ en la víspera de su fecha.

Rossi5 (2000) puntúa que “el dolor, muchas veces, es considerada por los profesionales
como inherente al paciente portador de quemaduras (ROSSI5, 2000, p. 19)”, sin embargo, la
manifestación de este por el quemado, es factor estresante para el profesional de
Enfermería y desgastante para el paciente, además de limitar la buena ejecución de una
técnica.

Los gritos de dolor cuando se comienza la manipulación de los curativos de los pacientes
que están en la mesa de baño del CTQ, sin que estos estén totalmente sedados, son altos y
fuertes. En mi visión, son artificios de defensa utilizados por los pacientes, donde se mezcla
el dolor físico y el dolor psicológico (GOMES3 et al, 1995).

Los niños atendidos por el CTQ, al ser separados de sus familiares, principalmente sus
madres, en una actitud diaria del equipo de Enfermería, para que sean encaminadas al
baño, tienen sus manifestaciones de dolor precipitadas por el lloro. En mi opinión, tanto o
más fuerte que el grito de los adultos.

La balneoterapia, realizada bajo analgesia y sedante, demanda que los pacientes queden en
ayuno desde la noche anterior, pues los procedimientos son realizados en el periodo de la
mañana. Para los niños más pequeños, quedar sin alimentación es otro factor de estrés
emocional observado en el periodo.

La balneoterapia consiste en la limpieza mecánica, con fricción manual de quién la está


ejecutando, sobre los locales alcanzados por la quemadura. Ya sedado, el curativo anterior
es totalmente abierto hasta el nivel de las compresas que recubren las heridas. Bajo

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irrigación directa, las compresas son retiradas y el paciente lavado. Se utiliza
polivinilpirrolidona – PVPI, como antiséptico degermante de elección.

Sobre esta opción, encontré referencia para esta elección, en un artículo de Carvalho Júnior7
et al (2001) cuya elección del PVPI como agente descontaminante en la contaminación
accidental de injertos osteotendinosos, se da por los resultados de los análisis in vivo de
cobazas, pues el PVPI se mostró bastante eficaz. Raciocinio paralelo podría ser establecido
en la potenciabilidad de contaminación de las heridas de los quemados.

Regístrese que el mismo es utilizado de la misma forma para adultos y niños. En un


momento posterior del tratamiento, puede usarse clorexidina en sustitución al PVPI. Sin
embargo según experiencia previa del equipo del CTQ, el poder residual del PVPI se traduce
en mayor eficacia en el tratamiento al quemado.

El enfermero del turno debe hacer la escala de los auxiliares y técnicos que harán los baños,
además de la división de los pacientes en las dos mesas existentes: la pequeña, siempre
ocupada por los niños que estén ingresados, y la grande, para los pacientes adultos. En
medio, son dos personas a ocuparse con cada paciente por el periodo de 01 hora, si no hay
ningún problema o sea, necesario hacer algún procedimiento médico (escarotomia, por
ejemplo).

Considerándose que el CTQ funciona con el total de 12 camas, divididos en 03 enfermerías:


niños, mujeres y hombres; que excepcionalmente no ocurren dos baños simultáneos, porque
son dos mesas y en cada una hay la presencia de un anestesista; y que para cada baño,
son como mínimo dos auxiliares de Enfermería para la ejecución, más un auxiliar que
funcionará como circulante; el equipo de Enfermería permanece ocupado y comprometido
con la balneoterapia por buena parte del periodo matutino.

Vista la superficie corporal quemada, cuanto mayor ella sea, mayor será el tiempo gastado
en la ejecución del baño, así como mayor tiempo se gasta en los adultos que en los niños.
De este periodo comprendido entre la colocación del paciente en la mesa, hasta su salida de
vuelta la cama, ya con los curativos rehechos, los momentos de participación del equipo
médico del CTQ, son la realización de escarotomia o desbridamiento cuando se hace
necesario, y retirada de puntos de auto-injertos. En media, 10 a 20% del tiempo total
gastado con el paciente.

Al final del baño, es hecho de rutina por el anestesista, remedio analgésico. Es el equipo de
Enfermería que lo retira de la mesa y lo recoloca en su lecho. Este lecho fue limpiado y
desinfectado por el profesional de la limpieza, siendo arreglado por el integrante del equipo
de Enfermería que esté en la sala de baños, sin embargo, permaneció circulando en el
periodo del baño. Entiéndase cómo “circulante”, aquella persona que suministra los
materiales solicitados por aquellos que están directamente ejecutando el baño, conforme el
desarrollo de sus etapas.

La mayoría de las veces, existe poca cooperación del paciente quemado, porque este aún
se encuentra débilmente sedado al salir de la mesa de baño y volver a su lecho, exigiendo
esfuerzo físico del equipo de Enfermería. Considerando el biotipo medio del brasileño adulto
del sexo masculino, como más favorable para la realización de movimientos que exijan
fuerza física, pocos forman parte del equipo de Enfermería del CTQ, recayendo sobre lo las
mujeres del EQUIPO, la tarea diaria de mover al paciente. Regístrese que los profesionales
del sexo masculino están distribuidos entre los turnos, siendo bastante difícil esta
redistribución por parte del enfermero responsable por el sector. Fue empíricamente

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observado que la incidencia de licencias médicas como consecuencia de estas acciones
hechas por el equipo de Enfermería, no es pequeña.

Sobre las observaciones y registros acerca de las etapas que envuelven la balneoterapia al
quemado, se puede percibir una gran implicación física y emocional del equipo de
Enfermería en esta actividad. La Enfermería que cuida del paciente víctima de quemadura,
ingresado en institución hospitalaria, requiere múltiples habilidades para tratar este paciente
que calificaría de “especial”, vistas las diferentes facetas que se suceden desde su llegada la
a institución hospitalaria hasta el momento del alta, y seguramente se prolongan en el
tratamiento ambulatorial.

04. CONSIDERACIONES FINALES

El paciente víctima de quemadura, que es ingresado en el Centro de Tratamiento de


Quemados del Hospital del Andaraí, es sometido a tratamiento de referencia, a pesar del
sentido común de considerar la red pública de salud como factor restrictivo en la calidad y
cantidad de recursos materiales y humanos.

Las mazuelas por las cuales pasa la salud pública en el país, no pueden ser olvidadas como
factor desmotivante de cualquier profesional que esté inserto en el servicio público. Sin
embargo, no justifican que el enfermero se olvide de hacerse presente como profesional que
ayudó a atender las necesidades del paciente quemado durante su ingreso al hospital, a
través de los registros de sus actividades, incluyendo la balneoterapia, y cuantos
procedimientos se hagan necesarios.

Un momento de dolor “real” para el quemado se traduce en desgaste físico y emocional para
el profesional de la Enfermería, pues la balneoterapia es diaria, y pocas las personas que
manifiestan identificación para trabajar con ese paciente tan peculiar, pero que en ningún
momento, fue descrito como un cuidado “especializado”, como es la imagen formada por los
demás profesionales de Enfermería del Hospital, inclusive la que yo tenía. Registro que se
debe entender aquí como cuidado “especializado”, un cuidado basado en tecnologías
pesadas, como es la imagen que se formó en el Hospital, y motivo para investigación
científica en otros estudios.

Se hace necesario concienciar de la importancia de los registros en prontuario del paciente,


como forma de valorar la presencia del enfermero y equipo en este campo de inter-acciones
que es la atención al quemado. Observé que a pesar de la gran implicación del enfermero
con el paciente quemado, pocos registros son hechos por los mismos, causando la
impresión de ausencia de la figura del enfermero en la asistencia al quemado.

En mi visión, el equipo de Enfermería del CTQ participa concretamente del cuidado prestado
al quemado, sin embargo no es posible identificar y reconocer su valiosa presencia como
integrante del equipo del CTQ, al limitarse al registro mínimo, o aún, no registrar sus
percepciones, conductas y evaluaciones de profesional que está 24 horas al lado de este
paciente tan diferente y tan igual a los otros.

Diferente porque sus necesidades pasan por los diferentes haberes del cuerpo y del alma.
Igual porque es ser humano como todos los otros pacientes, y debe ser asistido de forma
integral.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

• SOUZA, E. Novo Manual de Enfermagem. 6. ed. Rio de Janeiro: Cultura Médica,


1991.
• CANTINHO, F.A.F.; SANTOS, F.G.; SILVA, A.C.P. Conduta anestésica em
Balneoterapia de Pacientes Queimados: Avaliação Prospectiva de 2852
Procedimentos. In: Revista Brasileira de Anestesiologia, Rio de Janeiro, v.54, n.2,
mar./abr. 2004, p.229-238.
• GOMES, D.R.; SERRA, M.C.; PELLON, M. Queimaduras. Rio de Janeiro: Revinter,
1995.
• PICCOLO, N.S. et al. Projeto Diretrizes: Queimaduras. Sociedade Brasileira de
Cirurgia Plástica. Brasília, DF, 2002.
• ROSSI, L. et al. A dor da queimadura: terrível para quem sente, estressante para
quem cuida. In: Revista Latino-Americana de Enfermagem, Ribeirão Preto, v.8, n.3,
jul.2000, p.18-26.
• PRIBERAM INFORMÁTICA. Língua portuguesa on line. Lisboa, 2006. Disponível
em: <http://www.priberam.pt/dlpo/dlpo.aspx>. Acesso em: 23 mai. 2006.
• CARVALHO JÚNIOR, L.H. et al. Ação da solução do polivinilpirrolidona-iodo
como agente descontaminante de enxertos osteotendinosos: análise “in vivo”
em cobaias. In: Revista Brasileira de Ortopedia, Rio de Janeiro, v.36, n.7, jul.2001,
p.268-272.

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