Malformaciones Congénitas de La Laringe
Malformaciones Congénitas de La Laringe
Malformaciones Congénitas de La Laringe
Malformaciones congénitas
de la laringe
N. Crozat-Teissier, T. Van Den Abbeele
Otorrinolaringología 1
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pueden oscilar entre un simple ruido laríngeo inspi- veces se compara con el cacareo de las gallinas. Se debe
ratorio o un estridor aislado sin disnea y un tiraje a la vibración de las estructuras mucosas supraglóticas
supraesternal con disnea intensa o incluso a episodios durante la inspiración. De forma excepcional, aparece ya
de apnea. Las características acústicas del estridor en el momento del nacimiento, pero lo habitual es que
pueden orientar hacia una causa concreta, como lo haga tras un intervalo libre de 1-2 semanas. Aumenta
sucede con el estridor musical polifásico de la larin- con el esfuerzo, sobre todo durante la alimentación, y
gomalacia o el estridor continuo de la parálisis en general desaparece con el llanto o con los gritos que
laríngea bilateral o de la estenosis subglótica; ponen en tensión la musculatura faringolaríngea. En los
• anomalías de la fonación: una disfonía o una afonía en casos graves, el estridor va acompañado de dificultad
ausencia de antecedentes de traumatismo laríngeo respiratoria con tiraje supraesternal y, sobre todo,
deben hacer sospechar afectación anatómica o fun- retromandibular, como reflejo de la obstrucción supra-
cional de las cuerdas vocales. El tipo de alteración de glótica. Esta dificultad respiratoria puede ser responsable
la fonación puede sugerir una causa concreta, como de una alteración de la curva de crecimiento de la talla
el grito sofocado de una lesión supraglótica, el grito y del peso, aspecto clave que hay que buscar en todos
agudo o ausente de una membrana laríngea, o el grito los casos. El ELCE no es responsable por sí mismo de las
débil de una parálisis laríngea unilateral; aspiraciones o de otros trastornos, de las que sí puede
• trastornos de la deglución: los episodios de aspiración serlo el reflujo gastroesofágico, que a la larga causa
alimenticia con tos y los episodios de asfixia son muy esofagitis péptica y con frecuencia se asocia al ELCE.
sugestivos de ciertas malformaciones anatómicas, Pese a su carácter a menudo típico, el diagnóstico de
como el diastema laríngeo o la fístula traqueo- ELCE sólo puede hacerse mediante la realización de una
esofágica, o de una anomalía neurológica. endoscopia laríngea.
El estudio clínico de estos distintos síntomas debe ser
lo más preciso posible, y puede orientar hacia una causa
Estudios complementarios
concreta, pero para llegar al diagnóstico es indispensable
un estudio endoscópico de la laringe. La combinación La aparición de los endoscopios flexibles hizo que
de varias malformaciones no es excepcional, por lo que dejaran de practicarse de forma sistemática las radiografías
la exploración debe ser lo más completa posible, y no anteroposterior y lateral de la laringe. En los casos típicos,
debe detenerse porque se haya encontrado un primer estas radiografías demuestran una distensión de las
diagnóstico (por ejemplo, asociación de una laringo- estructuras supraglóticas, como reflejo de la hipotonía
malacia con una estenosis subglótica o una fístula laríngea. La laringe ocupa una posición más baja que en
traqueoesofágica, etc.) el recién nacido normal. Las radiografías siguen siendo
útiles en los niños con estridor atípico, ya que pueden
revelar una anomalía subglótica o traqueal (estenosis).
■ Etiología El estudio clave e indispensable es la laringoscopia. El
uso de endoscopios flexibles de pequeño calibre permite
Laringomalacia o estridor laríngeo realizar nasofibroendoscopias poco agresivas con anestesia
congénito esencial local y sin sedación, y facilitan el estudio preciso de la
dinámica laríngea y la exploración del cavum, del con-
La laringomalacia o estridor laríngeo congénito junto de la faringe, de la porción supraglótica y, en la
esencial (ELCE) es la anomalía más frecuente de la mayoría de los casos, de la región infraglótica y la tráquea
laringe del recién nacido y del lactante. Se manifiesta hasta la carina. La videoendoscopia con registro suele
por un conjunto de trastornos funcionales de la laringe resultar útil, pues permite revisar las imágenes y hacer
con una deformidad característica de las estructuras comparaciones evolutivas. La imagen endoscópica del
supraglóticas. Según la mayoría de los estudios, es la ELCE (Fig. 1) suele ser típica, aunque existen diversas
responsable del 50-75% de los casos de estridor del modalidades anatómicas. Las formas anteriores afectan
recién nacido [1]. a la epiglotis, que adopta un aspecto tubular, llamado
en «gorro de gendarme» o en «omega» o, a veces, un
Fisiopatología
aspecto aplanado con tendencia a bascular hacia la
El origen del ELCE sigue siendo objeto de debate. El pared faríngea posterior durante la inspiración. Las
término «laringomalacia», utilizado por Jackson et al en formas posteriores afectan sobre todo al borde de la
1942, implica una afectación del cartílago con alteración laringe, con pliegues ariepiglóticos pequeños, inclina-
de su consistencia que nunca se ha confirmado. La ción anterior de los aritenoides y, a veces, pequeñas
hipótesis más probable parece ser la de la inmadurez del lengüetas pediculadas de mucosa que cubren los cartíla-
control neuromuscular de las estructuras supralaríngeas. gos corniculados y obstruyen el vestíbulo laríngeo
La hipotonía asociada y casi constante de los músculos durante la inspiración. En las formas globales, la afecta-
subhioideos, que produce una posición baja de la ción anterior y la posterior se combinan, lo que provoca
laringe y un ascenso defectuoso durante la deglución, la a menudo una obstrucción grave. El estudio endoscó-
asociación frecuente de trastornos de la musculatura pico permite asimismo la búsqueda de signos indirectos
intrínseca del esófago con reflujo gastroesofágico (80% de reflujo gastroesofágico, como puede ser una mucosa
según la mayoría de los autores) [2-4], y la asociación retrocricoidea edematosa o eritematosa, asociada en
constatada en ocasiones de una inmadurez global de la último término a esofagitis. Además, en casi el 20% de
confluencia aerodigestiva con trastornos graves de la los casos permite descubrir otras anomalías asociadas,
deglución [4], contribuyen a respaldarla. Se han descrito sobre todo subglóticas, que no deben pasar
también algunos casos de laringomalacia adquirida inadvertidas [6].
típica en niños mayores o en adultos que tenían una El estudio de la movilidad laríngea puede ser difícil
alteración neurológica central coincidente [5]. Todos cuando no se visualiza el plano de la glotis y hay que
estos datos indican que debería utilizarse el término saber esperar varios minutos antes de objetivar los
«estridor laríngeo congénito esencial», en lugar de movimientos activos de abertura de la glotis.
«laringomalacia». Los restantes estudios complementarios no se efec-
túan de manera sistemática, pero permiten completar el
Cuadro clínico diagnóstico. Así pues, la determinación del pH de
El síntoma fundamental del ELCE es un estridor de 24 horas suele ayudar a confirmar la existencia de un
características habitualmente típicas. Es un ruido inspi- reflujo gastroesofágico sin expresión clínica o endoscó-
ratorio intermitente, grave, musical, polifásico, que a pica evidente. La gasometría sanguínea o la oximetría de
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Figura 1.
A. Laringe normal.
B. Laringomalacia típica antes de la resección de los repliegues ariepiglóticos.
C. Laringomalacia intervenida.
D. Quiste de la valécula.
E. Quiste supraglótico ventricular derecho.
F. Quiste de la confluencia de tres repliegues.
G. Edema subglótico por laringitis (depósitos fibrinosos subglóticos).
H. Angioma subglótico circular.
I. Quistes subglóticos bilaterales con aspecto «seudoangiomatoso».
pulsación son necesarias en las formas graves con resección, de los repliegues ariepiglóticos [11], mientras
afectación de la ventilación [7]. que otros optan por una intervención puramente unila-
teral [12]. Se han descrito diversas técnicas que utilizan el
Tratamiento microinstrumental de cirugía endoscópica laríngea o
láseres de CO 2 o Yag, con resultados prácticamente
Las formas menos graves de laringomalacia sin afecta-
iguales, espectaculares e inmediatos en más del 90% de
ción ventilatoria o de la curva de talla y peso no necesitan
los casos [3, 9-13].
en general tratamiento específico alguno. Por el contrario,
a menudo debe instaurarse un tratamiento médico anti-
rreflujo o antisecretor. Hay que informar a los padres y al
médico de familia acerca de la necesidad de una vigilancia Quistes laríngeos y faringolaríngeos
rigurosa de las curvas de talla y peso, así como de la
evolución favorable del estridor, aunque a menudo Son lesiones quísticas que a menudo tienen un
requiere un período de tiempo prolongado [8]. contenido líquido de consistencia mucosa y espesa, y
Las formas graves de ELCE que no mejoran lo sufi- que están revestidas de mucosa normal. Su localización
ciente con el tratamiento médico del reflujo gastroeso- preferente es lateral, según el ventrículo laríngeo de
fágico se manifiestan sobre todo por alteración de la Morgani, o anterior, en la valécula preepiglótica [1, 14].
curva ponderal, dificultad respiratoria con tiraje y Su volumen es variable, aunque a veces superan los
episodios de desaturación. El mejor tratamiento es la 2 cm, con sufrimiento respiratorio y obstrucción en las
resección endoscópica del exceso de mucosa y cartílago localizaciones vestibulares, o un estridor que recuerda al
del borde laríngeo, en concreto de los repliegues ariepi- de la laringomalacia en las localizaciones anteriores. Los
glóticos, los bordes laterales de la epiglotis y, a veces, los síntomas suelen aparecer desde el nacimiento o durante
cartílagos corniculados y el borde libre de la epiglotis [9, los primeros días de vida, y se agravan de manera
10]. Algunos autores recomiendan la sección simple, sin progresiva.
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Figura 2.
A. Atresia laríngea.
B. Membrana glótica anterior con nódulos vocales asociados.
C. Membrana glótica anterior aislada.
D. Diastema laríngeo (laringe en fonación).
E. Diastema laríngeo (laringe abierta).
F. Palpación endoscópica de un diastema laringotraqueal (con el paciente intubado).
G. Epiglotis bífida.
H. Malformación completa de la laringe con epiglotis bífida (síndrome de Ellis-Van Creveld).
I. Puente o membrana faringolaríngea.
vida, ante un cuadro de sufrimiento respiratorio neona- El tratamiento de las membranas laríngeas de tipo I
tal. En la medida de lo posible, hay que evitar los es puramente endoscópico. El corte con instrumentos
traumatismos laríngeos con intentos de intubación, que fríos o con láser de la membrana producirá una mejoría
serán infructuosos y que agravarán la lesión laríngea. inmediata y definitiva de la voz si la membrana no se
Cuando parece que no existe luz alguna, si la colocación extiende hacia la subglotis. Es necesario buscar y tratar
de una sonda de intubación en la parte superior del el posible reflujo gastroesofágico, que puede favorecer la
esófago produce una rápida mejoría del niño, se sospe- formación de sinequias posteriores.
charán una atresia laríngea completa con fístula tra- Las membranas laríngeas de tipo II suelen ser dema-
queoesofágica o una desembocadura directa de la siado gruesas y no permiten su tratamiento eficaz por
tráquea o de los bronquios en el esófago. En estos casos, vía endoscópica, por lo que requieren una laringoplastia
todo intento de traqueotomía será inútil, pues, en con laringofisura e interposición anterior de un injerto
general, no existirá tráquea cervical y la viabilidad del cartilaginoso. Los resultados son, en general, satisfacto-
niño será imposible. En los demás casos, una interven- rios en cuanto a la permeabilidad laringotraqueal, pero
ción urgente a través de una vía de acceso cervical a menudo no lo son tanto en lo que se refiere a la
puede permitir el hallazgo de una tráquea en posición calidad de la voz, debido a la formación de sinequias
media palpable y la realización de una traqueotomía de anteriores en las cuerdas [30].
rescate [29].
Cuando el niño presenta signos de disnea pero su
gasometría es adecuada y la fibroendoscopia revela un Estenosis subglóticas congénitas
estrechamiento posterior, la medida de urgencia más
razonable es la traqueotomía con ventilación por mas- Las estenosis subglóticas congénitas son raras, y
carilla bajo anestesia con respiración espontánea. Esta constituyen menos del 10% de las causas de estridor en
intervención podrá ser el primer tiempo de una plastia el lactante y el recién nacido [31]. Son menos frecuentes
de ensanchamiento laríngeo si las condiciones locales y que las estenosis adquiridas, casi siempre secundarias a
la disponibilidad técnica lo permiten. una intubación nasotraqueal. Pueden formar parte del
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cuadro de una membrana glótica con extensión subgló- permiten la realización de intervenciones sin traqueoto-
tica, o de una atresia laríngea, pero casi siempre son mía, que se sustituye por una intubación nasotraqueal
malformaciones aisladas y limitadas a la región subgló- de 8-10 días de duración, lo que permite una cicatriza-
tica. La anomalía afecta sobre todo al plano cricoideo, ción suficiente de la mucosa [37]. Estas intervenciones
y puede adoptar el aspecto de un cricoides de pequeño pueden llevarse a cabo incluso en el recién nacido, y las
tamaño, pero de morfología normal, de un cricoides de estenosis subglóticas congénitas constituyen, sin duda,
diámetro transversal reducido con un engaste estrecho la mejor indicación para estas laringoplastias sin tra-
que produce un aspecto de cricoides elíptico [32], o de queotomía, con un porcentaje de buenos resultados
un diafragma mucoso fibroso de grosor variable. Estas cercano al 90% [38]. La intervención de ensanchamiento
malformaciones pueden ser únicas o formar parte de en el plano del cricoides depende del tipo de malforma-
síndromes polimalfomativos (trisomía 21, síndrome ción. En los estrechamientos puramente anteriores, es
VACTREL, síndrome de Pallister-Hall) [33, 34]. probable que baste con la colocación de un injerto
anterior, mientras que si existe un cricoides elíptico, se
Diagnóstico necesitará ensanchamiento anterior y posterior con una
El síntoma más común consiste exclusivamente en una mayor duración previsible de la dilatación (15 días). La
disnea aislada o de predominio inspiratorio, sin trastornos técnica de extirpación cricotraqueal descrita en fechas
de la deglución ni disfonía. La existencia de episodios de recientes [39] consiste en extirpar el anillo cricoideo
«laringitis subglótica» o de crup persistente o de repetición malformado, y desde luego constituye una técnica
debe hacer sospechar el diagnóstico. La exploración prometedora, aunque en sus resultados las estenosis
fundamental es, claro está, la laringoscopia, porque un subglóticas congénitas puras no se han valorado aún.
estudio nasofibroendoscópico que no incluya la subglotis Como en todas las enfermedades laringotraqueales
puede dejar sin diagnosticar una estenosis de esta zona. pediátricas, es indispensable un control pre y postope-
Aunque la fibroendoscopia permite hacer el diagnóstico ratorio del reflujo gastroesofágico para evitar las compli-
de estenosis subglótica, la magnitud de ésta sólo puede caciones inflamatorias postoperatorias [40].
establecerse mediante laringoscopia directa bajo anestesia
general. Myer et al propusieron en 1994 una clasificación Hendiduras laringotraqueales
basada en el tamaño de la sonda de intubación nasotra- posteriores o diastemas
queal de mayor calibre capaz de franquear la estenosis con
un roce moderado [35]. Una tabla ayuda a clasificar la
laringotraqueales
estenosis en distintos grados: grado I, estenosis menor del Los diastemas laringotraqueales apenas representan el 1%
50%; grado II, estenosis del 50-70%; grado III, estenosis de las malformaciones de esta región, y consisten en una
del 71-99%, y grado IV, ausencia de luz detectable. Así, en hendidura posterior de la laringe de amplitud variable. Lo
un niño a término sano debe ser posible la intubación más frecuente es que se trate de lesiones aisladas, pero
con una sonda del n.° 3,5, lo que corresponde a un también pueden formar parte de un conjunto polimalfor-
diámetro interno de 3,5 mm, o con un tubo de broncos- mativo, en especial de la línea media, dentro del cuadro del
copio rígido del n.° 3. «síndrome G» de Opitz, alteración autosómica dominante
Las radiografías anteroposteriores y laterales de la que consta de anomalías de la línea media, como hiperte-
laringe son muy útiles para demostrar la existencia de lorismo, hipospadias o hernia umbilical con diastasis de los
un estrechamiento subglótico, y su posición en relación músculos rectos mayores o de un síndrome de Pallister-
con el cricoides. La resonancia magnética es una buena Hall con epiglotis bífida, ano imperforado y anomalías
contribución cuando se sospecha un posible cricoides hipofisarias [34]. También pueden coexistir con una esteno-
elíptico, pues muestra muy bien la estructura cartilagi- sis subglótica, una atresia de esófago o una fístula tra-
nosa del mismo [36]. queoesofágica. Las principales manifestaciones clínicas son
la aspiración, la tos, la dificultad para la alimentación y las
Tratamiento infecciones pulmonares de repetición. Pueden asociarse
Al contrario que en las estenosis subglóticas adquiri- trastornos del grito y disnea obstructiva. La gravedad de los
das, las congénitas son en teoría susceptibles de mejorar síntomas y la precocidad de su aparición son proporciona-
con el crecimiento laríngeo. En realidad, esta idea les a la magnitud de la hendidura. La asociación con reflujo
clásica suele resultar errónea, y la evolución depende gastroesofágico, que probablemente se debe a anomalías de
sobre todo del grado de estenosis. la musculatura esofágica, es casi sistemática.
Las estenosis de grado I (estenosis igual o inferior al
50%) suelen ser poco sintomáticas, y siempre que se Diagnóstico
haga un tratamiento médico de los factores que pueden La exploración esencial para confirmar el diagnóstico
agravarla, como sucede con el reflujo gastroesofágico, es la endoscopia. La fibroendoscopia laríngea revela a
rara vez necesitan tratamiento quirúrgico. Hay que menudo un aspecto muy redundante de la mucosa
vigilar los signos de obstrucción laringotraqueal y las interaritenoidea; a veces, la hendidura se ve directa-
curvas de talla y peso. mente durante los movimientos de abducción de las
Las estenosis de grado II y III suelen requerir un cuerdas vocales. Sin embargo, existe un riesgo conside-
tratamiento quirúrgico. La actitud clásica, que consistía rable de que el diastema pase inadvertido en una
en la realización de una traqueotomía prolongada de fibroendoscopia simple, por lo que, si el contexto
espera, acarrea pesadas consecuencias para la familia y clínico así lo indica, debe realizarse una palpación
riesgos vitales para el niño, por lo que debe abando- instrumental de la comisura laríngea posterior y un
narse y reemplazarse por técnicas curativas más preco- examen laringotraqueal con un instrumento óptico
ces. Algunas estenosis congénitas se presentan en forma rígido. En las hendiduras laríngeas posteriores, resulta
de un diafragma delgado y fibroso que quizá justifique indispensable precisar el límite inferior de la anomalía.
un intento de dilatación endoscópica prudente, preferi- Se han propuesto varias clasificaciones, de las que la
blemente con balones inflables, vaporización con láser más utilizada es la de Evans [41], que divide las hendi-
o ambos. Estos casos son bastante raros, y conviene duras en cuatro grupos, de 0 a III. El tipo 0 es una
saber que las maniobras endoscópicas conllevan el hendidura interaritenoidea posterior profunda, pero que
riesgo de agravar la estenosis. Por tanto, en la mayoría no supera el plano de las cuerdas vocales. El tipo I
de los casos debe considerarse el ensanchamiento de la desciende hasta el extremo inferior del engarce cricoi-
hendidura laringotraqueal mediante laringoplastia con deo. El tipo II se extiende a la parte superior de la
ayuda de injertos cartilaginosos. Los progresos de la tráquea. El tipo III consiste en una hendidura laringo-
reanimación pediátrica y de las técnicas quirúrgicas traqueal que puede alcanzar la carina.
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N. Crozat-Teissier.
T. Van Den Abbeele, Professeur* (thierry.van-den-abbeele@rdb.ap-hop-paris.fr).
Service d’oto-rhino-laryngologie et chirurgie cervicofaciale, Hôpital Robert Debré, Université Paris VII, centre hospitalier universitaire
Bichat, 48, boulevard Sérurier, 75019 Paris, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Crozat-Teissier N., Van Den Abbeele T. Malformaciones
congénitas de la laringe. EMC (Elsevier SAS, Paris), Otorrinolaringología, 20-631-A-10, 2005.
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