1a PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 50

Machine Translated by Google

Maria da Glória Gohn TEORÍA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES PARADIGMAS


CLÁSICOS Y CONTEMPORÁNEOS

Ediciones Loyola
São Paulo: 1997

Loyola Ediciones
Rua 1822, No. 347 - Ipiranga
04216-000 São Paulo, SP PO
Box 42.335 - 04299-970 São Paulo, SP Teléfono:
(011) 6914-1922 Fax: (011) 6163-4275.

Página de inicio: www.ecof.org.br/loyola

Correo electrónico: loyla@ibm.net

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este trabajo puede


ser reproducida o transmitida de ninguna forma y/o por ningún medio
(electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias y grabaciones) o almacenada en
ningún sistema o base de datos sin el permiso por escrito del editor.

ISBN: 85-15-01597-8.

RESUMEN

Presentación - 9

1ra parte
EL PARADIGMA NORTEAMERICANO

CAPÍTULO I - TEORÍAS CLÁSICAS SOBRE LAS ACCIONES DE CLASE - 23


1- La Escuela de Chicago y los interaccionistas: movimientos sociales con
reacciones psicológicas a las estructuras socioeconómicas de privación - 26
2- Segunda teoría sobre los movimientos sociales en el paradigma clásico:
sociedad de masas - Fromm, Hoffer, Kornhauser - 35
3- Tercera teoría sobre los movimientos sociales en el paradigma clásico:
enfoque sociopolítico - Lipset y Rudolf Heberle - 36
4- Cuarta teoría sobre los movimientos sociales en el paradigma clásico: el
comportamiento colectivo desde la perspectiva del funcionalismo - Parsons, Turner,
Killian y Smelser - 39
5- Quinta teoría sobre los movimientos sociales en el paradigma clásico: la
Machine Translated by Google

teorías organizacionales-conductuales - Selzinick, Gusfield,


Mensajero - 47

CAPÍTULO II - TEORÍAS NORTEAMERICANAS CONTEMPORÁNEAS DE


ACCIÓN DE CLASE Y
DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES - 49
1- Teoría de la movilización de recursos: Olson, Zald y McCarthy - 49
2- Principales críticas a la teoría de la movilización de recursos - 55
3- La preocupación por las causas de las movilizaciones: Anthony Oberschall - 61
4- El enfoque histórico en el paradigma norteamericano: Charles Tilly - Las secuencias
históricas y el análisis de los recursos comunales - 64

CAPÍTULO III- TEORÍAS SOBRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LA EDAD DE


GLOBALIZACIÓN:
MOVILIZACION POLITICA - MP - 69
1- Reformulación de la teoría de la Movilización de Recursos y la búsqueda de nuevos
caminos: el énfasis en el proceso político, el redescubrimiento de la cultura y la psicología
social - 69
2- El debate de la RM como paradigma europeo de los Nuevos Movimientos Sociales en la
construcción de la MP - 79
3- Encuadres de Acciones Colectivas: el Concepto recreado - 87
4- Ciclos de protesta y estructuras de oportunidades políticas -
Sidney Tarrow - 92
5- Debates, críticas y controversias en torno a la teoría PM - 107

2da parte
LOS PARADIGMAS EUROPEOS SOBRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

CAPÍTULO IV- EL PARADIGMA DE LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES - 121


1- Características generales - 121
2- Las matrices teóricas de los Nuevos Movimientos Sociales: Weber, Marx,
Habermas, Foucault, Guattari, Goffman - 132
3- La corriente francesa: Alain Touraine y el nacionalismo de los actores
colectivo - 142
4- La corriente italiana: Alberto Melucci y el énfasis en la identidad colectiva
- 153
5- La corriente alemana: Claus Offe y el enfoque neomarxista - 163

CAPÍTULO V - EL PARADIGMA MARXISTA EN EL ANÁLISIS DE LOS MOVIMIENTOS


SOCIALES - 171
1- Características generales: enfoques prácticos y neomarxistas - 171
2- Los fundamentos de los clásicos - 176
3- Análisis neomarxista contemporáneo de los movimientos sociales - 189
4- Enfoques históricos contemporáneos en el enfoque marxista - 201

3ra parte
EL PARADIGMA LATINOAMERICANO

CAPÍTULO VI- CARACTERÍSTICAS Y ESPECIFICACIONES DE


MOVIMIENTOS LATINOAMERICANOS - 211
Machine Translated by Google

1- Trayectoria de estudios previos: teorías de la modernización, la marginación y la


dependencia en América Latina - 212
2- Hipótesis del porqué del uso de paradigmas europeos en la investigación sobre movimientos
sociales - 214
3- Estudios sobre los movimientos sociales en América Latina después de 1970 -- 218

4- ¿Qué debe considerar un paradigma teórico latinoamericano sobre los movimientos


sociales en términos de categorías históricas? - 224

CAPÍTULO VII- UNA PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA PARA LA


ANÁLISIS DE LOS
MOVIMIENTOS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA - 241 1- Cómo
entenderlos teóricamente: el desempeño de un objetivo de estudio -- 242 2- Una propuesta
metodológica para el análisis de los movimientos sociales: elementos básicos y categorías. -
255 3- Principales categorías teóricas - 263 4- Fases de un movimiento social - 266 5- Formas
de expresión en los movimientos sociales: categorías y tipos - 267

CAPÍTULO VIII- MOVIMIENTOS SOCIALES EN BRASIL EN LA ERA


PARTICIPACIÓN:
1978 - 1989 - 273
1- Primeros acercamientos en las décadas de 1970 y 1980 en Brasil:
breve historiografía de los estudios sobre movimientos sociales - 273
2- Principales categorías teóricas utilizadas en la producción brasileña a partir de la
década de 1970 - 281
3- El escenario de las luchas y sus interpretaciones analíticas: los años 80 -- 285

CAPÍTULO IX- MOVIMIENTOS SOCIALES Y ONG EN BRASIL EN LA ERA DE


GLOBALIZACIÓN
-- 295
1- El modelo de desarrollo brasileño en los años 90 - 295
2- El escenario de las luchas y movimientos sociales en los años 90: nuevas prácticas
ciudadanas - 304
3- Principales cambios en los movimientos sociales brasileños desde la crisis de la
movilización - 320

CONSIDERACIONES GENERALES - 227


1 Concepto de movimiento social en la bibliografía general de las ciencias sociales
- 327
2- Globalización y reconstrucción de paradigmas - 338

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - 345


ANEXO MAPEO DE ESCENARIOS DE MOVIMIENTO SOCIAL EN LA
BRASIL - 1972 - 1997
- 379
1er Ciclo - Luchas por la redemocratización del país y el acceso a los servicios
públicos: 1972 - 1984 - 379
Machine Translated by Google

2° Ciclo - Institucionalización de los movimientos: 1985 - 1989 - 381 3° Ciclo -


Surgimiento de nuevos actores y desmovilización de los movimientos populares urbanos.
Crecimiento de los movimientos populares rurales: 1990 - 1997 - 382

Página 9

PRESENTACIÓN

Después de más de dos décadas de estudios e investigaciones sobre la


tema/problema de los movimientos sociales, creamos este libro con cuatro objetivos básicos.
Primero: sistematizar las principales teorías y sus correspondientes paradigmas sobre los
movimientos sociales en la producción de las ciencias sociales contemporáneas. Segundo:
realizar un estudio comparativo entre estas teorías, presentando sus diferencias, similitudes
y el debate que han desarrollado entre ellas. Tercero: caracterizar las líneas generales del
paradigma explicativo que se ha utilizado para estudiar los movimientos sociales en América
Latina, mostrando algunas insuficiencias en el uso de las teorías vigentes, a partir de la
caracterización de los escenarios sociopolíticos y económicos de las luchas sociales
latinoamericanas. Cuarto: esbozar algunas tendencias que se están construyendo en torno
al tema/problema de los movimientos sociales en Brasil a partir de las transformaciones
provocadas por la globalización de la economía, la política (y los estados-nación) y las
relaciones socioculturales en general.

Hubo varias motivaciones y razones para producir este libro.


Inicialmente, destacamos la ausencia casi total de textos en la literatura
brasileña que se hayan dedicado al estudio de las teorías sobre los movimientos
sociales. Con excepción de algunos artículos -que trataron ciertas cuestiones teóricas no
como objetivo u objeto principal, sino como referencia a la matriz paradigmática que
informaba su análisis-, la mayoría de los trabajos han tenido en cuenta la cuestión teórica.
Los trabajos publicados se han dedicado a estudios de casos, abordando movimientos a
nivel local, regional o nacional, unos pocos se han dedicado a estudios comparativos; otros
cartografiaron el universo de luchas, movimientos y organizaciones en un período
determinado de la historia; la mayoría, sin embargo, adoptó recortes delimitados como:
relación con la iglesia, con los partidos políticos, con el Estado, etc.

En resumen, la producción brasileña sobre movimientos sociales en las últimas


dos décadas se caracterizó por tres puntos. Primero, una gran vitalidad de estudios
de carácter más empírico-descriptivo, centrados en los discursos de los agentes.
Aunque poco analíticos, dieron a las ciencias sociales en Brasil un gran dinamismo
y renovación.
En segundo lugar, cierta división de los estudios en áreas académicas y la
ubicación de la mayoría de ellas en programas de posgrado en el país.
Así, la antropología estudió los movimientos sociales indígenas; la política, la
sociología urbana y el urbanismo investigaron los movimientos sociales populares; el
derecho y la arquitectura acompañaron temas relacionados con el suelo y la vivienda, etc.
Tercero - el uso teórico del paradigma europeo, en sus diversos aspectos, para el análisis
Machine Translated by Google

de datos de la realidad. El resultado, por un lado, fue el uso acrítico de


teorías desarrolladas en el extranjero para el análisis de los movimientos
sociales en Brasil y en América Latina, muchas veces incorporando categorías
opuestas en el debate teórico; por otro lado, el silencio casi total sobre el
paradigma norteamericano, así como su debate con los europeos, en los años
80. en el llamado “Tercer Mundo”.

A partir de la década de 1960, en diversas regiones académicas


del mundo occidental, el estudio de los movimientos sociales ganó espacio,
densidad y estatus como objeto científico de análisis y mereció diversas
teorías. Todo esto sucedió porque, en parte, los movimientos ganaron
visibilidad en la sociedad misma, como fenómenos históricos concretos. Por
otro lado, hubo el desarrollo de teorías sobre lo social, y las teorías sobre las
acciones colectivas ganaron nuevas alturas, en universos más amplios,
construyendo una nueva teoría sobre la sociedad civil. Al respecto Melucci
(1996) observa:

Página 11

“En los últimos 30 años el análisis de los movimientos sociales se ha


desarrollado dentro de un sector autónomo de formación en investigación
teórica dentro de las ciencias sociales, y se ha favorecido el aumento y la
calidad de los trabajos en el área. No es casualidad que paralelamente se
desarrolle la relativa autonomía del campo conceptual. con la creciente
autonomía de formas no institucionales de acción colectiva en sistemas
complejos. El ámbito de los movimientos sociales es ahora un sector o subsistema
de lo social” (1996:3).
Simultáneamente, el Estado, objeto central de investigación de un gran
número de científicos sociales, comenzó a ser deslegitimado, criticado en
términos de la realidad concreta, y con la globalización perdió importancia
como regulador de las fronteras nacionales, controles sociales, etc. Hubo un
cambio de interés hacia la sociedad civil, donde los movimientos sociales
fueron las acciones sociales por excelencia.
Sin embargo, a pesar del interés de los científicos sociales y la
ocurrencia de ciclos efectivos de diferentes movimientos
sociales, cinco grandes temas quedaron en la producción académica, como
lagunas o como problemas no resueltos, aunque han estado presentes en la
literatura y alimentado gran parte del debate sobre ellos. Ellos son: 1. el
concepto mismo de movimiento social: después de todo, ¿qué son estos
movimientos? 2. ¿Qué los califica como nuevos? 3. ¿Qué las distingue de otras
acciones colectivas o de algunas organizaciones sociales como las ONG? 4.
¿Qué sucede realmente cuando se institucionaliza una acción colectiva
expresada en un movimiento social? 5. ¿Cuál es el papel de los movimientos
sociales a finales de este siglo? Sabemos que para algunos analistas son
fenómenos clave para el próximo siglo. Para otros, serían parte del pasado, un
problema superado y resuelto a través de la institucionalización de las prácticas
sociales. Serían por tanto un tema del pasado y ya no del presente ni de la
agenda del futuro; otros argumentan que no habrían cumplido el papel que se
les encomendó.
Machine Translated by Google

atribuidos, transformadores de las relaciones sociales, agentes del


proceso de cambio social. Y, entre el futuro y el pasado, ¿cómo se sitúan
realmente en el presente?

Pagina 12

Varios analistas han afirmado que teorizar sobre los movimientos


social es la parte más difícil, donde se encuentran los grandes vacíos en
la producción académica. ¿Porque? Porque, coincidiendo con Melucci, son
“parte de la realidad social en la que las relaciones sociales aún no se cristalizan
en estructuras, donde la acción es la portadora inmediata del tejido relacional
de la sociedad y su sentido” (Melucci, 1994: 190). Es decir, los movimientos
transitan, fluyen y suceden en espacios no consolidados de estructuras y
organizaciones sociales. La mayoría de las veces están cuestionando estas
estructuras y proponiendo nuevas formas de organización a la sociedad política.
Por eso son innovadores -como ya señaló Habermas en los años 70- y son
indicadores de cambio social. Citando a Melucci, “son un lente a través del cual
se pueden abordar problemas más generales, y estudiarlos significa cuestionar
la teoría social y abordar cuestiones epistemológicas como: ¿qué es la acción
social? (Melucci, 1994:190) .

Este libro contiene tres partes. El primero aborda el paradigma


norteamericano sobre acciones y movimientos sociales y consta de tres
capítulos. El capítulo I trata de las teorías americanas clásicas sobre la
acción colectiva; el segundo es sobre la teoría de la movilización de
recursos (RM) y el tercero sobre las teorías contemporáneas de la
movilización política (PM). La segunda parte trata de la producción teórica
europea e incluye el capítulo IV, sobre la teoría de los Nuevos Movimientos
Sociales (NMS) y el capítulo V, sobre las teorías marxistas de análisis de
los movimientos. La tercera parte se centrará en el análisis del paradigma
latinoamericano. Está compuesto por cuatro capítulos, el sexto analiza la
realidad latinoamericana desde el punto de vista de la producción de
estudios sobre los movimientos y sus diferencias históricas; el séptimo
explica nuestro análisis teórico-metodológico de los movimientos sociales; y
el octavo trata específicamente de los movimientos sociales en Brasil en la
era de la participación (1978 - 1990). El Capítulo Ix aborda Brasil en la
década de 1990 y las tendencias actuales de los movimientos sociales en la
era de la globalización. Este último tema será retomado en las consideraciones
finales del libro.
Analizar los paradigmas en torno a los movimientos sociales implica
abordar preliminarmente dos cuestiones difíciles: el concepto mismo de
movimiento social y las teorías sobre el mismo.

Página 13

En cuanto a los primeros, pocos autores se dedican a definir o conceptualizar lo que entienden
por movimientos sociales. A esta brecha se suma la profusión de tipos y tipos de movimientos
sociales que han sido tratados de la misma manera,
Machine Translated by Google

además de la indiferenciación entre los propios movimientos, luchas, protestas,


revueltas, revoluciones, motines, insurrecciones y otras formas de acción
colectiva. Respecto a la segunda pregunta, existen varias teorías de los
movimientos sociales, y cada una ha tenido una comprensión de qué son y a
qué tipo de manifestación se refieren. Para unos, estos son fenómenos
empíricos, para otros, son objetos analíticos, teóricos. En este libro buscamos
explicar las teorías, destacando los conceptos y categorías utilizados. De
entrada, afirmamos que no existe un único concepto de movimiento social sino
varios, según el paradigma que se utilice.

Para nosotros, un paradigma es un conjunto explicativo en el que encontramos


teorías, conceptos y categorías, por lo que podemos decir que el paradigma
X construye una interpretación Y sobre un determinado fenómeno o proceso de la
realidad social. Esta explicación debe diferir de otros paradigmas. T. Kuhn (1962),
físico responsable de la difusión mundial del término, afirmó que en la ciencia surge
un paradigma siempre que es difícil involucrar nuevos datos en viejas teorías.

Seguramente, el lector ya se habrá preguntado sobre los criterios de


subdivisión de los paradigmas presentados anteriormente para la organización de
este libro. La utilización de un criterio geográfico-espacial fue un recurso
pedagógico utilizado no para definir el paradigma en sí mismo sino solo para
ubicarlo diferencialmente, como corriente teórico-metodológica compuesta por
teorías formuladas a partir de realidades específicas. América del Norte, Europa y
América Latina tienen contextos históricos específicos, y luchas y movimientos
sociales que les corresponden. Estos son los datos importantes que reunirán las
explicaciones. Los investigadores de cada uno de estos bloques adoptaron posturas
metodológicas para realizar análisis de sus realidades nacionales, locales o
regionales. En Europa y América del Norte estas posturas generaron sus propias
teorías.

Página 14

En América Latina, las posturas metodológicas fueron híbridas, generando


mucha información, pero el conocimiento producido estuvo guiado básicamente
por teorías creadas en otros contextos, diferentes a sus realidades nacionales,
como el caso a analizar de la teoría europea de los Nuevos Movimientos
Sociales. .
Con el tiempo, el intercambio entre investigadores de diferentes países
hizo que la producción de teorías cambiara.
Se internacionalizó como resultado de la globalización de la economía y las
tendencias generales de los procesos sociales en la década de 1990. Varios
analistas comenzaron a estudiar múltiples realidades nacionales y recurrieron al
análisis comparativo para comprender las diferencias y similitudes entre procesos.
Una de las tareas a las que se enfrentó fue separar cuáles son las tendencias
generales y cuáles las especificidades de las realidades nacionales, impregnadas
de hábitos culturales.
Estamos enfatizando las diferencias en los contextos históricos para
explicar los criterios adoptados aquí con respecto a la denominación de paradigmas.
Ciertamente, cada uno de los paradigmas tiene categorías de análisis
Machine Translated by Google

que construyen sus propios universos explicativos. Así, el paradigma


norteamericano, en sus distintas versiones, tiene explicaciones más
centradas en las estructuras organizativas de los llamados sistemas sociopolíticos
y económicos; las categorías básicas de sus análisis son: sistema, organización,
acción colectiva, comportamientos organizacionales, integración social, etc. A
partir de estas categorías desarrolló varios conceptos y nociones analíticas,
como privación cultural, elecciones racionales, movilización de recursos,
institucionalización de conflictos, ciclos de protestas, micromovilizaciones,
marcos, oportunidades políticas, etc.

En Europa, cuando hablamos de paradigmas, tenemos que usar el


plural porque hay dos enfoques teóricos muy diferentes: el marxista y los
nuevos movimientos sociales. Cada uno de ellos se subdivide en una serie de
corrientes teóricas explicativas. la marxista se centra en el estudio de los procesos
teóricos globales, las contradicciones existentes y las luchas entre las diferentes
clases sociales.

Página 15

Las categorías básicas construidas por sus analistas son: clases


sociales, contradicciones, luchas, experiencias, conciencia, conflictos,
intereses de clase, reproducción de la fuerza de trabajo, Estado, etc. Las
nociones y conceptos desarrollados son: experiencia colectiva, campo de
fuerzas, organización popular, proyecto político, cultura política,
contradicciones urbanas, movimientos sociales urbanos, medios colectivos
de consumo, etc. El paradigma de los Nuevos Movimientos Sociales parte
de explicaciones más circunstanciales, ubicadas en el ámbito político o en
los microprocesos de la vida cotidiana, haciendo cortes en la realidad para
observar la política de los nuevos actores sociales. Las categorías básicas
de este paradigma son: cultura, identidad, autonomía, subjetividad, actores
sociales, vida cotidiana, representaciones, interacción política, etc. Los
conceptos y nociones de análisis creados son: identidad colectiva,
representaciones colectivas, micropolíticas del poder, políticas de grupos
sociales, solidaridad, redes sociales, impactos de las interacciones políticas.
etc.
En la década de 1980, el paradigma norteamericano desarrolló un intenso
debate con una de las corrientes europeas -y la de los Nuevos Movimientos
Sociales-,
la lo que provocó
creación de unaalteraciones en ambos
nueva corriente enfoques.
teórica El resultado
que involucraba a fue
estadounidenses y europeos, que llegó a predominar en América y en la
que el gran énfasis está en el proceso político de las movilizaciones y en las
bases culturales que las sustentan (en lugar del énfasis en lo económico). bases,
propias del enfoque norteamericano entre los años 70 y parte de los 80). La
estructura de oportunidades políticas fue la categoría clave desarrollada.

El paradigma latinoamericano se ha concentrado, casi por completo, en


en estudios sobre movimientos sociales libertarios o emancipadores (indios,
negros, mujeres, minorías en general); en las luchas populares urbanas por
bienes y equipamientos colectivos, o espacio para la vivienda urbana (en las
juntas de vecinos y en las comunidades de base de
Machine Translated by Google

Iglesia), y en las luchas por la tierra en las zonas rurales. Las


teorías que orientaron la producción al respecto fueron las de los
paradigmas europeos, con predominio en la década del 70 del enfoque
marxista y en la década del 80 del enfoque de los Nuevos Movimientos Sociales.
Los estudios basados en teorías marxistas destacaron ciertas categorías:
hegemonía, contradicciones urbanas y luchas sociales. Se destacaron los estudios
que aplicaron el paradigma de los Nuevos Movimientos Sociales a las categorías
sociales de autonomía e identidad.

Página 16

Pero hubo una cierta desaceleración en esas teorías, lo que también


resultó en la creación de otras categorías de análisis como: nuevos
sujetos históricos, campo de fuerza popular, ciudadanía colectiva,
despojo urbano, exclusión social, descentralización, espontaneidad, red
solidaria, privada y pública. sector terciario etc
Las nuevas categorías esbozan, delimitan y al mismo tiempo pueden ser el
apoyo a la elaboración de un paradigma propio y específico para América
Latina, aún por construir en su plenitud, pero que está presente en el incipiente
debate que se observa entre líneas de trabajos y congresos académicos.
Este debate ha planteado varios dilemas. Uno de ellos se refiere al énfasis
en la estructura (dado por los marxistas en relación a las clases sociales)
versus el énfasis en el actor social (dado por los europeos de los Nuevos
Movimientos Sociales). Este debate ya tuvo lugar en la segunda mitad de la
década de 1980 entre estadounidenses y europeos, lo que resultó en otro dilema:
¿cuál es el propósito y el significado de los movimientos: construir estrategias
(estadounidenses) o identidades (europeas)? En la década de 1990, los
estadounidenses abandonaron el dilema y construyeron otro eje paradigmático:
la estructura de oportunidades políticas responsables del surgimiento de los
diversos ciclos de movimientos sociales, en diferentes contextos y lugares
históricos.
En América Latina, la controversia se dio en torno a la opción paradigmática,
colocando de un lado al estructuralista y del otro al interaccionista. El
primero postulaba que primero era necesario mapear las condiciones
estructurales, causas, consecuencias e influencias de los movimientos, a
partir de un análisis centrado en las desigualdades sociales, la
discriminación, la represión y la explotación, prestando atención también a las
ideologías, frustraciones, quejas, denuncias y demandas, así como las
posibilidades de sensibilización y organización de grupos y movimientos.
Este tipo de análisis enfatizó el potencial transformador de los
movimientos sociales. El segundo enfatizaba los conflictos políticos, las
estrategias de movilización, las relaciones de poder, el papel de los líderes,
las alianzas, la función de las acciones estratégicas, etc.
Se destacó la capacidad de los movimientos para construir identidades
políticas a través de procesos discursivos y se postuló la imposibilidad de
considerar las acciones políticas como deducciones directas de las estructuras
económicas.

Página 17
Machine Translated by Google

Otro dilema presente en el paradigma latinoamericano se refiere a la


controversia sobre el terreno en el que se mueven los movimientos sociales.
Algunos abogan por el énfasis en los factores sociopolíticos y otros
en los político-económicos. Los primeros están afiliados a la corriente de los
movimientos sociales y destacan el proceso de construcción de la identidad
política de los movimientos y su potencialidad de residencia (cultural). La
segunda enfatiza el tema del poder político según las concepciones del paradigma
marxista. En América del Norte, las teorías que surgieron de las discusiones con
los europeos en la década de 1980, y que llevaron a la reformulación de la teoría
de la Movilización de Recursos, también dieron máxima prioridad al proceso
político, en particular al juego de poder entre la sociedad civil y el gobierno.
estructuras, resultando de este juego las estructuras de oportunidades políticas,
que serán abordadas en el capítulo III.
Situar los problemas generados por la globalización de la economía
en la discusión del paradigma latinoamericano y de los movimientos sociales
en Brasil es necesario ante las consecuencias que ha acarreado en el
escenario de la organización de la población en general. El estímulo que las
políticas económicas neoliberales han dado al sector informal de la economía
ha llevado al surgimiento de extensas redes productivas comunitarias en los
países latinoamericanos, donde la mano de obra es abundante pero tiene un
costo social (cuando se utiliza en la economía formal). La economía informal
provoca una reducción de este costo debido a varios factores, con énfasis en
la eliminación casi total de los costos sociales. Opera con un grupo numeroso
de trabajadores a los que no se les respetan sus derechos sociales.
También opera con trabajadores no sindicalizados, por lo que está libre
de presiones sindicales. Pero este terciario, tan contradictorio, también ha
tenido una gran presencia de ONGs - Organizaciones No Gubernamentales.
Desarrollan proyectos con poblaciones demandantes de bienes y servicios,
organizándolas en movimientos sociales. Para entrar en operación, este tipo de
proyectos necesitan fondos, calificación, evaluaciones para aquellos que ganan
continuidad, etc.

Página 18

En otras palabras, la acción colectiva de presión y reivindicación,


anteriormente presente en la mayoría de los movimientos sociales
latinoamericanos, se convirtió en la década de 1990 en acciones orientadas a
la obtención de resultados, en proyectos asociativos que involucran a diferentes
sectores públicos y privados. Para complicar el escenario, la globalización y los
cambios en la situación política en Europa del Este llevaron a cambios en las
políticas de cooperación internacional. Las agendas de las instituciones
internacionales dejaron de priorizar el desarrollo de proyectos en América Latina
-al considerar que la transición a la democracia ya había concluido- y cambiaron
el sentido de sus programas. En lugar de ayuda, los subsidios económicos
comenzaron a brindar solo apoyo técnico a los movimientos nacionales y las
ONG. Estos deben exigir subsidios financieros a sus gobiernos y,
fundamentalmente, generar sus propios ingresos. En este contexto, el panorama
de las luchas sociales ha cambiado por completo, ha disminuido la movilización
diaria y los actos de protesta en las calles y ha disminuido la militancia.
Movimientos y ONG
Machine Translated by Google

que sobrevivieron calificados para la nueva situación en términos de infraestructura


y el uso de medios modernos de comunicación, como Internet. La tecnología llegó a
los movimientos sociales y la institucionalización de sectores y espacios de demandas
y luchas es una necesidad imperativa para su supervivencia. Toda esta discusión
será presentada en la tercera parte de este libro, donde señalamos que aún no se ha
construido una teoría para explicar los movimientos sociales latinoamericanos. Lo que
tenemos son croquis explicativos.

También destacamos en esta presentación la forma en que organizamos el


análisis de teorías. Se privilegió el aspecto histórico, tanto en el orden de
presentación del desarrollo de las distintas teorías como en el análisis de las
obras de algunos autores. Aunque hemos tratado de cubrir casi todos los autores
principales de un enfoque dado, algunos se han destacado y presentado con más
detalle porque tienen un papel emblemático dentro de una teoría dada. No es nuestro
objetivo hacer una sociología de los autores con un marco teórico que explique el
conjunto de sus proposiciones. Al contrario: el esquema lo dan las teorías y los autores
se insertan en ellas como ejemplos. Pero, en algunos casos, seguir la trayectoria de
producción de un determinado autor fue una forma de seguir cambios en el problema,
en la práctica y en el debate teórico.

Página 19

Así como los movimientos, que aparecen en ciclos y presentan


énfasis particulares en cada momento histórico, las categorías creadas para su
análisis y los conceptos producidos también son datados históricamente. Otro
aspecto que nos llevó a destacar algunos autores fue la propia búsqueda de
diferenciación en las explicaciones teóricas dentro de un mismo paradigma. Por lo
tanto, la literatura estadounidense a menudo se refiere al paradigma de los Nuevos
Movimientos Sociales como un todo. Sucede que entre Touraine, Melucci y Offe (por citar
sólo a los autores más conocidos de ese paradigma) existen grandes diferencias teórico-
metodológicas. Sólo el análisis individualizado permite destacarlos. Agregue a esto el
hecho de que gran parte de la literatura utilizada no ha sido traducida al portugués y es
de difícil acceso en Brasil debido a su costo, falta de difusión o dominio de idiomas
extranjeros por parte de los estudiantes. Este libro también está muy preocupado por ser
un vehículo didáctico para estudiantes universitarios e interesados en el tema de los
movimientos sociales en general. Por eso está lleno de referencias bibliográficas. Siempre
tratamos de explicar la posición de una teoría o autor destacando sus principales
argumentos, las críticas existentes, el debate generado y, finalmente, nuestra posición
sobre el tema. Creemos que debemos informar al lector para que tenga acceso a
argumentos y referencias bibliográficas que le permitan construir su propia opinión.

En la década de 1990, los movimientos sociales han sido diagnosticados por algunos
autores como en decadencia, en crisis, como pertenecientes al pasado, etc.
Pero si consultamos el mercado editorial académico, veremos que nunca ha habido
tantas publicaciones como ahora. ¿Lo que se pasa? Una
Machine Translated by Google

desplazamiento entre la teoría y la práctica? ¿El diagnóstico de convulsiones


fue incorrecto? ¿La producción actual es solo el recuerdo de ex militantes sobre
tiempos pasados? ¿Se están convirtiendo los movimientos en nuevos
fenómenos y los analistas siguen viéndolos como movimientos? Creemos que
estas preguntas contienen, en sí mismas, parte de las respuestas. Los movimientos
sociales son fenómenos históricos resultantes de las luchas sociales.

Página 20

Ponen a actores específicos en el centro de atención en momentos


específicos. Con los cambios estructurales y coyunturales de la sociedad civil y
política, se transforman. Como en una galaxia espacial, son estrellas que se
transforman y se iluminan mientras otras se van apagando, después de brillar
durante mucho tiempo. Son objetos de estudio permanente.
Mientras la humanidad no resuelva sus problemas básicos de
desigualdad social, opresión y exclusión, habrá luchas, habrá
movimientos. Y debe haber teorías que las expliquen: esta es nuestra
principal tarea y responsabilidad, como intelectuales y ciudadanos
comprometidos en la lucha y por las transformaciones sociales hacia una sociedad
más justa y libre.
Finalmente, el último punto de inflexión para que este libro se convierta en
la realidad. Fue un proyecto acariciado desde 1985, cuando
desarrollamos una investigación en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
de São Paulo y lo presentamos como tesis de Habilitación en 1987 en esa misma
universidad. En esa oportunidad incluso elaboramos algunos trabajos introductorios
al tema (algunos de los cuales fueron incorporados al Capítulo V del libro
Movimientos Sociales y Luchas por la Vivienda, Gohn, Loyola, 1991).
Pero fue recién en 1996, a partir de un programa de estudios e investigaciones
como Visiting Scholar en la New School for Social Research, en Nueva York, con
el apoyo del CNPq - por lo que quiero expresar mi agradecimiento - que pudimos
para acceder a material bibliográfico y tiempo físico para realizar todas las lecturas
y análisis necesarios. En este trabajo conté con la amable colaboración del profesor
Andrew Arato, del Departamento de Sociología de la Facultad de Posgrado en
Ciencias Políticas y Sociales, de la New School, a quien expreso mi agradecimiento.
También agradezco a la UNICAMP por concederme la licencia para estudiar en el
exterior; y Edições Loyola por el imprescindible apoyo editorial que me han brindado
desde 1992.

Página 21/22

PRIMERA PARTE

EL PARADIGMA NORTEAMERICANO

Página 23

CAPÍTULO I
TEORÍAS CLÁSICAS SOBRE LAS ACCIONES DE CLASE
Machine Translated by Google

El enfoque clásico de los movimientos sociales en las ciencias sociales


norteamericanas está asociado al desarrollo inicial de la sociología en ese
país. Si bien ha traspasado sus fronteras, y sus autores no son exclusivamente
estadounidenses, fue en Estados Unidos donde más se desarrolló, teniendo
hegemonía en este país durante varias décadas y desde allí extendiéndose a
otros países. La importancia de su estudio hoy en día tiene dos razones: como
memoria histórica de las primeras teorías de los movimientos sociales y acciones
colectivas; y como búsqueda de referentes y marcos teóricos para diversos
conceptos que estaban siendo retomados en la década de 1990 por el paradigma
norteamericano.

Existe cierto consenso en considerar el período del enfoque clásico


como la que prevaleció hasta los años 60 de este siglo. No fue homogéneo,
hubo diferentes énfasis, lo que nos lleva a considerar cinco líneas principales, y
sus características comunes son: el núcleo articulador de los análisis es la teoría
de la acción social, y la búsqueda de la comprensión de los comportamientos
colectivos es su objetivo principal. . Estos comportamientos, a su vez, fueron
analizados según un enfoque sociopsicológico. El énfasis en la acción institucional,
en contraposición a la acción no institucional, también fue una preocupación
prioritaria y un denominador que dividió los dos tipos básicos de acción:
comportamiento colectivo institucional y no institucional.

Página 24

La acción no institucional se definió como aquella que no se guía por las normas
sociales existentes sino que se forma a partir del encuentro con situaciones
indefinidas o no estructuradas, entendidas como rupturas del orden imperante.
Estos procesos se darían antes de que actuaran los órganos de control social, o de
adecuada integración normativa, restaurando el viejo orden o creando uno nuevo,
que absorbería las demandas contenidas en las agitaciones colectivas. Durante
todo el proceso se observaron tensiones, insatisfacciones, frustraciones y agresiones
de los individuos que participaban en acciones colectivas (v. Cohen/Arato, 1992:
495).
Los autores clásicos analizaban los movimientos en términos de ciclos
evolutivos en los que su surgimiento, crecimiento y propagación se daban a través de
un proceso de comunicación que incluía contactos, rumores, reacciones circulares,
difusión de ideas, etc. Las insatisfacciones que generaron los reclamos fueron vistas
como respuestas a los rápidos cambios sociales y la posterior desorganización social.
La adhesión a los movimientos serían respuestas ciegas e irracionales de individuos
desorientados por el proceso de cambio que generó la sociedad industrial. En estos
enfoques, por lo tanto, se le dio gran importancia a la reacción psicológica de los
individuos ante los cambios, reacción considerada como un comportamiento no racional
o irracional.

Así, los comportamientos colectivos fueron considerados por el enfoque


Tradición norteamericana como resultado de las tensiones sociales. La idea de
anomia social estuvo muy presente, así como las explicaciones centradas en las
reacciones psicológicas ante las frustraciones y los miedos, y en los mecanismos de
Machine Translated by Google

ruptura del orden social imperante. Estos elementos, aliados a las ideologías
homogeneizadoras, fueron condiciones previas importantes para el surgimiento
de los movimientos sociales. El sistema político fue visto como una sociedad
abierta a todos, plural, permeable. Pero los movimientos sociales no tendrían la
capacidad de influir en ese sistema debido a sus características espontáneas y
explosivas. Solo los partidos políticos, los grupos de interés y algunos líderes
tendrían tal capacidad. Cohen y Arato señalan que el enfoque clásico trabajaba
con una concepción elitista y pluralista de la democracia en la que se observaban:
elecciones libres, competencia y participación activa de las minorías a través de
partidos y grupos de interés.

Página 25

Toda acción colectiva extrainstitucional, motivada por fuertes creencias


ideológicas, parecía antidemocrática y amenazante para el consenso que
debería existir en la sociedad civil.
Podemos dividir el enfoque clásico sobre la acción colectiva en cinco
grandes corrientes teóricas, y en tres de ellas se especifican los
movimientos sociales. Aunque avalado por varios estudios previos, somos
conscientes de las dificultades que entraña cualquier clasificación. Solo
buscamos sistematizar la producción anterior. Observamos que en las primeras
fases del período clásico norteamericano encontramos varios trabajos sobre
"acciones colectivas": Zald (1988), Tilly (1983), Tarrow (1994), entre otros. Pero
no se refieren a esas acciones en términos de "movimientos sociales". Así, las
cinco grandes corrientes que enumeraremos a continuación fueron agrupadas
por nosotros; a los tres los llamamos teoría del movimiento social; las otras dos,
acciones colectivas, porque sus formuladores las caracterizaron originalmente
como tales. Ellos son: 1- La Escuela de Chicago y algunos interaccionistas
simbólicos de principios de este siglo. Como uno de los productos de esta
corriente tenemos la primera teoría sobre los movimientos sociales, en la obra
de Herbert Blumer (1949).

2- La segunda corriente se desarrolló a lo largo de las décadas de 1940 y 1950,


con las teorías de la sociedad de masas de Eric Fromm (1941), Hoffer (1951)
-también activista del movimiento social- y K. Kornhauser (1959). Este último
ejerció una fuerte influencia en algunas producciones posteriores; caracterizó
los movimientos como formas irracionales de comportamiento y los consideró
antemodernos.
3- La tercera corriente predominó en la década de 1950 con un fuerte énfasis
en las variables políticas y está presente en los trabajos de S. Lipset (1950) y
Heberle (1951). Articuló las clases y las relaciones sociales de producción en
la búsqueda de una comprensión tanto de los movimientos revolucionarios como
de la movilización partidaria, el comportamiento frente al voto y el poder político
de los diferentes grupos y clases sociales.

Página 26

Generó la segunda gran teoría específica sobre los movimientos


sociales, expresada en los trabajos de Heberle.
Machine Translated by Google

4- La cuarta corriente fue una combinación de las teorías de la Escuela


de Chicago con la teoría de la acción social de Parsons y estuvo presente
en los trabajos de Goffman (1959), Turner y Killian (1957), N. Smelser (1962)
y David Aberle (1966). Analizaron desde formas elementales de comportamiento
colectivo hasta la construcción de acciones colectivas a gran escala, volviendo
al enfoque psicosocial y dejando de lado los vínculos entre estructuras y
política, tan caros a la corriente anterior. La tercera gran teoría sobre los
movimientos sociales en la aproximación a los clásicos parte de esta corriente,
en los trabajos de Smelser.

5- La quinta y última corriente del enfoque clásico, denominada


organizacional-institucional, está representada por los trabajos de
Gusfield (1955) y Selzinick (1952). Tuvo gran influencia en las teorías que
reemplazaron al paradigma clásico, pero no generó, en su momento,
ninguna teoría específica sobre los movimientos sociales. En la década de
1990, fue retomado por algunos investigadores de movimientos sociales,
incluido el propio Gusfield.
Se observa que el corte realizado entre las diferentes corrientes no
es temporal, ya que las teorías coexistieron en el tiempo, sino que fue
construido según los énfasis principales. A continuación, describimos
las diferentes teorías.

1- LA ESCUELA DE CHICAGO Y LOS INTERACCIONISTAS: MOVIMIENTOS


COMO SOCIAL
REACCIONES PSICOLÓGICAS A LAS ESTRUCTURAS DE PRIVACIÓN
SOCIOECONÓMICO

Rescatar la producción teórica existente sobre los movimientos sociales


implica necesariamente un momento fundamental en la constitución de la
sociología como disciplina de investigación científica: la Escuela Americana
de Chicago. Sabemos que la Escuela de Chicago durante cuarenta años (1910
- 1950) tuvo gran importancia en la valoración de la sociología como campo
autónomo de investigación.

Página 27

Fundada en 1892 por WI Thomas, la Escuela de Chicago generó una gran


producción en el campo de las relaciones sociales, dando origen a la llamada
Tradición del Interaccionalismo. Esta producción surgió en un contexto histórico
marcado por grandes transformaciones sociales, impulsadas por la idea de
progreso. La escuela tenía una orientación reformista: impulsar la reforma social
de una sociedad convulsa hacia lo que se entendía como su verdadero camino,
armónico y estable.
Inicialmente sus principales teóricos fueron: WI Thomas (1966), Robert
Park (1952) y George H. Mead (años 30 y 40). Otros representantes
importantes fueron Everett C. Hughes (1958) y Herbert Blumer (1939). Del
desarrollo de la psicología social surgieron varios otros teóricos, algunos
de los cuales continuaron siendo importantes después de 1950, como
Erving Goffman (1959), Kurt Lang (1961) y Ralph Turner (1969).
Machine Translated by Google

El nexo fundamental que nos lleva a interesarnos por la Escuela de


Chicago como una de las matrices de producción teórica explicativa sobre los
movimientos sociales está dado por la concepción del cambio social y por el
interés particular de sus maestros en los temas de "desarrollo comunitario" y los
procesos de participación y educación "para el pueblo". La participación de los
individuos en la comunidad tendría un sentido integracionista, es decir, a través de
esa participación, y utilizando algunos mecanismos educativos, se creía que era
posible organizar los procesos sociales. La sociología debe tratar de formular leyes
científicas para descubrir cómo se produce el cambio social. Se deben utilizar
estudios e investigaciones comparativas sobre las condiciones particulares que se
dieron donde se desarrollaron los procesos interaccionistas, destacando los
relacionados con la participación creativa de los individuos. El elemento de
creatividad, visto como inherente a los individuos, fue uno de los presupuestos
básicos de la Escuela. Esto implicó incorporarse a los estudios psicosociales
(resultantes de análisis de actitudes, comportamientos y reacciones humanas). La
interacción entre el individuo y la sociedad era el enfoque básico.

Página 28

El cambio social pasó así por la perspectiva de la reforma social. La


sociología como ciencia proporcionaría el conocimiento. Dado que la reforma era
necesaria para el progreso, se deducía que la sociología también era útil para
esa reforma. Los agentes básicos en este proceso de cambio fueron los líderes.
Esto ocurrió porque el binomio individuo-sociedad tendió a privilegiar, al final del
proceso, el primer término y, en consecuencia, la individualización. Para Park, la
sociedad era una cuestión de comunicación y esto contenía la posibilidad de una
mayor conciencia. por lo tanto, la necesidad era de líderes bien preparados que
estimularan el cambio a través de su propio ejemplo, la realización de sus propias
vidas y las relaciones que establecerían con los demás. La transformación provocada
por la cooperación voluntaria, vista como un resultado natural de la interacción grupal.

En resumen, los líderes serían ejemplos más demostrativos que


agentes de probables trastornos. En realidad, serían élites
reformistas, poseedoras de un conocimiento científico útil. Thomas incluso
propuso "el desarrollo de técnicos sociales para que el conocimiento se
tradujera en programas de acción práctica. Cuando se descubrieran las leyes,
que tanto se esperaban, estos técnicos podrían ayudar a guiar a la sociedad
hacia su ideal democrático". Los líderes tendrían que desempeñar el papel de
reformadores sociales hasta que ya no fueran necesarios. Esto se debe a que,
en su curso de acción, deben crear nuevas instituciones.

Las instituciones y la educación harían posible la autodirección y la


cooperación de las personas. Observamos que estos supuestos estaban
bastante vivos y presentes en las concepciones de cambio social propugnadas
por los movimientos sociales populares de la década de 1970 y parte de la de
1980, que seguirían la dirección de la Teología de la Liberación en la Iglesia
Católica de América Latina.
Machine Translated by Google

La participación activa y la interacción fueron elementos indispensables en el


trabajo diario de los líderes. No se aceptaba que los líderes no se comprometieran
o que no hablaran y vivieran las necesidades de los grupos sociales considerados
menos avanzados, dentro del marco referencial evolutivo que abarcaba la
concepción más amplia del grupo.

Página 29

No sólo los actos voluntarios tuvieron gran espacio. También las acciones
espontáneas. Las personas deberían descubrir por sí mismas el comportamiento correcto
en el contexto de la experiencia social. El conflicto también se consideraba natural e
inevitable, resultado del choque entre culturas y realidades diferentes. Pero se debe trabajar
en él. ¿Por quién?
Por los líderes, por supuesto. Luego vinieron los movimientos sociales.
Tales movimientos serían el resultado de conflictos generados entre multitudes.
Pero este resultado debe ser equiparado por los líderes, como focos
dinamizadores del cambio social. Los líderes no serían causas -desencadenantes-
de los movimientos, sino agentes apaciguadores.
Sus tareas serían desmovilizar el conflicto, disolver el movimiento. ¿Como?
Transformándolas en instituciones sociales atendiendo a las demandas en cuestión.

Los cambios sociales serían el clímax de este proceso: choque y reunión


de grupos que desembocan en un acomodo en las instituciones a través del control
obtenido por los líderes. Los líderes, para ser efectivos, deben comprender a sus
seguidores, estar lo suficientemente integrados en el movimiento para estar lo
suficientemente educados para hacerlo. Es decir, el líder era un instrumento básico de
cambio, acomodación, reforma. Surgieron problemas cuando los movimientos sociales no
podían ser controlados por sus líderes, dando lugar a una mala dirección en la dirección del
movimiento. La solución sería buscar cada vez más formar líderes responsables.

Resumiendo los puntos básicos de la teoría de la escuela de cambio social de


Chicago, diríamos que la educación y la creación de instituciones son sus ejes
básicos. Los movimientos fueron vistos como acciones resultantes de
comportamientos colectivos conflictivos. La educación, como un proceso más informal, que
se daría en la propia vida urbana - la ciudad moderna y su contexto de lucha por la
supervivencia sería la gran escuela de los conflictos y las crisis. Como en la fábula: para
aprender habría que quemarse las patas tratando de recoger castañas. La solución a
cualquier problema estaría en la creatividad.

Página 30

La creatividad y el individualismo eran coherentes con la


desarrollo del proceso, y parte del mismo. Estos supuestos tuvieron gran repercusión
en las políticas de desarrollo comunitario de la posguerra y fueron la base de
diversas propuestas de educación popular en América Latina en las décadas de 1970
y 1980. Fueron retomados en la década de 1990 por las políticas neoliberales de la
economía globalizada.
Desde un punto de vista metodológico, la Escuela de Chicago proporcionó
elementos para la investigación sobre movimientos sociales - a partir de datos
Machine Translated by Google

histórico y documental. Sin embargo, dentro de los objetos de nuestro


trabajo, Blumer fue el gran teórico en aplicar los análisis del
interaccionismo simbólico al estudio de los movimientos sociales. Algunos
autores lo consideran el pionero en el análisis de los movimientos sociales.
Algunos autores lo consideran el pionero en el análisis de los
movimientos sociales. Dada la importancia de su obra, su originalidad,
cuando surgió y se desarrolló (décadas de 1920 y 1930), por su importancia
y aporte en las décadas siguientes y por la reanudación de su obra en la
década de 1990, nos centraremos más en sus formulaciones sobre los
movimientos sociales.

1.1- BLUMER - El gran teórico de los movimientos sociales en el enfoque


clásico del paradigma norteamericano

Blumer definió los movimientos sociales como empresas colectivas para


establecer un nuevo orden de vida. Surgen de una situación de malestar social,
derivando sus acciones de los siguientes puntos: insatisfacción con la vida
actual, deseo y esperanza de nuevos sistemas y programas de vida. Esta
teoría, denominada carencias sociales, fue retomada en los años 80 y 90,
luego de un intenso debate entre los investigadores sobre el tema. Habermas
también retomó la tesis central de Blumer al retratar la importancia de los
movimientos sociales como posibles creadores de un nuevo orden social.

Para Blumer, "al comienzo de un movimiento social es amorfo, organizado


mal, e indefinido; el comportamiento colectivo es primitivo y los
mecanismos de interacción son elementales.

Página 31

Con el tiempo, los movimientos se desarrollan y adquieren las características de una


sociedad: organización, forma, cuerpo de costumbres y tradiciones, liderazgo, división
duradera del trabajo, valores y reglas sociales, en resumen, cultura, organización y una
nueva forma de vida" ( Blumer, 1951: 199) Se observa que el binomio comunidad-
sociedad está presente en esta formulación: los movimientos sociales serían una cierta
transición entre estas dos formas de organización social.

Los movimientos fueron divididos por Blumer en tres categorías:


genéricos, específicos y expresivos. El primero concluyó los
movimientos obreros, juveniles, de mujeres y de paz. Debemos recordar
que realizó estas formulaciones en los años 20 de este siglo.
Por lo tanto, en ese momento, tales movimientos ya tenían cierto
protagonismo. El trasfondo de la primera categoría de movimiento estaría
constituido por cambios graduales y persuasivos en los valores de las
personas, que podrían llamarse tendencias culturales. Esto se debe a que
cada corriente cultural tiene detrás un deseo de cambio que está en la
mente de las personas, en sus ideas, particularmente en relación a la
concepción que tienen de sí mismas, de sus derechos y privilegios, lo que
las puede llevar a desarrollar nuevas creencias. y puntos de vista o ampliar
los ya existentes, en un surgimiento de nuevas escalas de valores a ser
Machine Translated by Google

influir en la forma en que las personas llegan a verse a sí mismas.


Blumer menciona preocupaciones mayores como la salud, la educación, la
emancipación de la mujer, el aumento de los cuidados infantiles y el prestigio de la
ciencia como resultado del proceso descrito anteriormente.
En resumen, los movimientos sociales serían el resultado de cambios que
operarían a nivel individual ya nivel psicológico. Tales cambios provocarían las
motivaciones para el surgimiento de movimientos sociales genéricos, clasificados
en la primera categoría ya mencionada. El proceso de creación y desarrollo de las
motivaciones, a pesar de provenir del exterior, porque es de carácter cultural
se sienta
interior, individual. Las nuevas concepciones
ÿÿÿÿ de los en bases sobre sí mismos
individuos
chocarían con sus posiciones reales en la vida, generando insatisfacción,
disposición e interés en la búsqueda de nuevos rumbos.

Página 32

Una de las características más importantes de los movimientos genéricos es


el hecho de que son indicadores de dirección. Cuando surjan, estarán
desorganizados y tendrán objetivos vagos. La emancipación de la mujer, por
ejemplo, es citada como una de esas banderas vagas, restringidas a universos
delimitados: en la familia, en el matrimonio, en la educación, en la industria, en
la política. Es decir, el énfasis está en enmarcar los movimientos dentro de las
instituciones sociales existentes. Tendrían un carácter episódico y pocas
manifestaciones. Sus líderes jugarían un papel importante no tanto en el control
de los movimientos sociales, sino en el sentido de ser portadores de nuevas
voces, pioneros, muchas veces sin seguidores ni objetivos muy claros. Pero
tendrían el papel de servir de ejemplo y romper la resistencia.

La segunda categoría de movimientos sociales, los específicos,


constituirían formas desarrolladas de los anteriores, los genéricos.
Representan la cristalización de motivaciones de descontento, esperanzas y
deseos despertados por movimientos genéricos. Blumer cita como ejemplo el
movimiento antiesclavista, despertado por el movimiento humanitario del siglo XIX.
A diferencia de las genéricas, las específicas se caracterizarían por fines y objetivos
bien definidos, organización y estructura desarrolladas, constituyéndose como
sociedad. Tendrían líderes bien conocidos y reconocidos y sus miembros tendrían
una conciencia de "nosotros". Además, tendrían un cuerpo de tradiciones, valores,
filosofías y reglas.

Los movimientos reformistas y revolucionarios se enumeran como típicos


de esta categoría. Tienen una trayectoria evolutiva en la que el autor
identifica algunas etapas: inquietudes individuales, inquietudes populares,
formalización e institucionalización. En la primera etapa de "agitación", el
liderazgo que ha internalizado la necesidad de cambio, juega un papel
clave. En la segunda etapa toman forma los objetivos, en la tercera se organizan
las tácticas, reglas, políticas y disciplinas, la última etapa sería la cristalización de
la organización, establecida como personalidad y estructura definida para
desarrollar los fines del movimiento. El líder aquí se convierte en un administrador.

La principal preocupación de Blumer era comprender los mecanismos y


Machine Translated by Google

significados a través de los cuales los movimientos pueden crecer y organizarse.

Página 33

Identifica cinco mecanismos en este proceso, a saber: la agitación, el desarrollo


de un espíritu de cuerpo, de una moralidad, la formación de una ideología y,
finalmente, el desarrollo de operaciones tácticas.
La agitación se considera de vital importancia, particularmente en las
primeras etapas del movimiento. Contribuye al desarrollo de nuevos impulsos y
nuevos deseos en las personas. Para que la agitación tenga éxito debe despertar
y captar la atención de las personas, seducirlas en sus sentimientos e impulsos,
orientarlas a través de ideas, sugerencias, críticas y promesas. Blumer también
considera los tipos de agitadores y sus comportamientos. Es importante resaltar
que no le atribuye una connotación negativa al agitador. Por el contrario, lo ve como
un motor de cambio. Este registro es necesario porque algunas teorías del
funcionalismo norteamericano utilizaron las formulaciones de Blumer pero atribuyeron
connotaciones negativas a los agitadores.

El desarrollo del espíritu de cuerpo es importante para crear un clima de


cooperación entre los individuos de un movimiento social y para reforzar las
nuevas concepciones de autolectura de sí mismos, concepciones generadas por
el proceso de aprendizaje adquirido a través de la participación en los movimientos.
Se trata del sentimiento de pertenencia, de identificación con el otro y con uno
mismo, creando una idea de lo colectivo. El resultado de este proceso genera lealtad
y solidaridad al grupo y vigor y entusiasmo por el movimiento. El espíritu de cuerpo
puede formarse de tres maneras: en relaciones de grupo a grupo de la misma
categoría, estudiantes, por ejemplo, en relaciones informales desarrolladas en
asociaciones, a través del intercambio de experiencias comunes; ya través de
ceremonias formales en las que se cristalizan determinadas conductas. Reuniones,
manifestaciones, actos conmemorativos, desfiles, etc. se citan como ejemplos. Blumer
destacó, ya en la década de 1930, la importancia para los movimientos de desarrollar
símbolos, como canciones, eslóganes, poemas, himnos, gestos, vestimenta, etc. Los
estudiosos contemporáneos han llamado a este proceso "la mística" de los
movimientos sociales.

Sobre el tema del desarrollo de una moral, Blumer vuelve a


la cuestión de los mitos, los símbolos, la creación de ídolos y héroes,
personajes carismáticos y el culto a ciertos textos considerados sagrados, como
El Capital, en el marxismo; Men Kampf, en el nazismo, etc.

Página 34

La ideología juega un papel esencial en la permanencia y desarrollo del movimiento.


Está compuesto por un cuerpo de doctrinas, creencias y mitos y es elaborado por los
intelectuales de los movimientos.
En cuanto a las tácticas, involucran tres líneas: adherencia, mantenimiento
(de los seguidores) y construcción de objetivos. y construcción de objetivos.
Machine Translated by Google

Dependerán de la naturaleza de la situación en la que esté operando el


movimiento.
Blumer concluye que los cinco mecanismos considerados anteriormente
son los responsables del éxito o fracaso de un movimiento.
Blumer divide los movimientos específicos en dos categorías:
reformistas y revolucionarios. Las principales diferencias entre ellos son:
el alcance y destino de sus objetivos, los procedimientos y tácticas. Como
puntos en común tenemos sus ciclos de vida y los cinco mecanismos que
impulsan su desarrollo, comentados anteriormente.

En cuanto a los objetivos, los reformistas buscan cambios en puntos


específicos mientras que los revolucionarios quieren reconstruir completamente
el orden social. De ahí que para los reformistas sea importante la preservación
de un determinado código ético-moral. Para los revolucionarios esto no importa,
porque están en busca de nuevos esquemas de valores morales.
Blumer se pierde en un intrincado universo explicativo sobre la
respetabilidad del movimiento reformista, que acepta las instituciones
existentes y trata de preservarlas, a diferencia de los revolucionarios, que
intentan destruirlas. Los reformistas siempre estarían tratando de persuadir a
la opinión pública y los revolucionarios estarían buscando la conversión de
esta opinión.
Los movimientos específicos pueden ser vistos como una sociedad en
miniatura y como tal representan la construcción y organización de
comportamientos colectivos previamente amorfos e indefinidos. En su
crecimiento desarrollan nuevos valores, se organizan nuevas
personalidades. Dejan tras de sí una estructura institucional y personal,
nuevos objetos y puntos de vista, y un nuevo conjunto de autoconceptos.

Página 35

Finalmente, como tercera y última categoría de movimientos sociales,


lo expresivo, Blumer incluye lo religioso y lo que él llama el movimiento de
la moda. Tienen objetivos cambiantes y difunden un tipo de conducta expresiva que,
con el tiempo, se cristaliza y llega a tener efectos profundos en la personalidad de
los individuos y en el carácter del orden social en general. Los movimientos de moda
actuarían en las áreas de la literatura, la filosofía, las artes, etc. No tienen las
características indicadas en los demás movimientos.

Podemos observar que Blumer, a pesar de sus ideas conservadoras, fue un astuto
analista de la realidad social de su tiempo, señalando la importancia de fenómenos
que solo se hicieron muy visibles muchas décadas después, como el caso de los
medios de comunicación -que él percibe en los movimientos de moda.

2- Segunda Teoría de los Movimientos Sociales en el Paradigma Clásico:


sociedades de masas - Fromm, Hoffer, Kornhauser

Eric Fromm (1941), Hoffer (1951) y Kornhauser (1959) fueron los


principales representantes de esta teoría, que veía los comportamientos
Machine Translated by Google

colectivo como resultado de acciones que surgen de participantes desconectados


de las relaciones en las acciones normales y tradicionales. Era una corriente
más preocupada por el comportamiento colectivo de las masas, viéndolo también
como resultado de la anomia y condiciones estructurales de escasez y privación.
Kornhauser (1959) estudió el comportamiento de las personas en términos de anomia
y alienación. Los autores de esta corriente combinaron algunas formulaciones
realizadas a finales del siglo pasado y principios del presente por Le Bonn (1895), en
Francia, sobre el comportamiento ciego e irracional de las masas, con imágenes de
masificación y los horrores del fascismo Le Bon había estudiado los disturbios
durante la Revolución Francesa, concluyendo que los individuos son capaces tanto
de actos de heroísmo como de barbarie, pues en los episodios donde predomina la
espontaneidad de las masas siempre hay violencia, lo que les lleva a perder el uso
de la razón crítica. (Le Bon será retomado en las teorías contemporáneas, en la obra
de Oberschall).

Página 36

A partir de la fusión de las dos influencias mencionadas -Le Bon y la escena


del fascismo-,lalos autores de
naturaleza deesta corriente desarrollaron
los movimientos sociales enunladiagnóstico de
época moderna.
Los movimientos fueron diseñados por el deseo de los marginados de escapar a la
libertad, dentro de nuevas identidades y utopías como señala Torrow (1994: 82).

La nueva corriente estaba más preocupada por el totalitarismo, por los


movimientos no democráticos, por la alienación de las masas, la pérdida de
control e influencia de las élites culturales, y por la impotencia de las masas
para encontrar tipos sustantivos de racionalidad para la elaboración política,
en una sociedad cada vez más dominada por tecnologías complejas. La
corriente de la sociedad de masas contribuye a la elaboración de la teoría de
Smelser -que se tratará más adelante- y a las formulaciones de Reich (1970),
cuando afirma que las masas "se habían vuelto apáticas, incapaces de
discriminar, biopáticas y esclavas, como resultado de la supresión de su
vitalidad" (Tarrow, 1994: 82). En la década de 1990, esta corriente fue retomada
por antiguos investigadores de los movimientos sociales, como Gusfield (1996).

Offe (1988) destacó que esta corriente, al igual que la que


discutiremos a continuación, formuló teorías sobre comportamientos políticos
"no convencionales", llamándolos masivos o desviados.
Se argumentó que “las movilizaciones políticas no institucionales fueron
consecuencia de las pérdidas infligidas por la modernización económica, política
y cultural a ciertos sectores de la población, que reaccionaron a este impacto
recurriendo a acciones políticas desviadas. Las pérdidas se referían al estatus
económico, acceso al poder político, integración en formas intermedias de
organización social y reconocimiento de los valores culturales tradicionales” (Offe,
1988: 200).

3- Tercera teoría sobre los movimientos sociales en el paradigma clásico:


enfoque sociopolítico - Lipset y Rudolf Heberle
Machine Translated by Google

En la década de 1950, la situación política internacional de la Guerra Fría


y el surgimiento de movimientos con fuertes connotaciones ideológicas
estructuraron un escenario en el que, en los países del Primer Mundo, la
discusión básica se reducía a la desarticulación de la sociedad, desorientada por
las innovaciones industriales o por la comportamiento colectivo de masas.

Página 37

Para algunos autores, el tema Reforma o Revolución era la agenda del


momento, y la comprensión de los movimientos sociales debía pasar por la
discusión política del tema.
S. Lipset y R. Heberle articularon la cuestión de las clases sociales
y las relaciones sociales de producción -dos hitos fundamentales del paradigma
de las luchas sociales en su versión marxista- para la comprensión de los
comportamientos colectivos de tipo político-partidista. Se estudió el
comportamiento electoral, la movilización partidaria y el poder político de
diferentes grupos y facciones para entender procesos de cambio social en
América Latina, en el caso de Lipset, y entender revoluciones y conflictos entre
naciones, como el nazi-fascismo, etc., en el caso de Heberle. Las orientaciones
de esta corriente fueron retomadas en la década de 1980 por Fantasia (1998 y
MacNall (1988) en su vinculación entre el análisis de clase y la teoría de los
movimientos sociales, y por Tarrow (1994), en cuanto a la preocupación por
comprender la política comportamiento de las redes sociales de los movimientos
sociales.
Rudolf Heberle escribió en 1951 uno de los primeros libros con un título
específico sobre los movimientos: _Movimientos_sociales:
_una_introducción_a_la_sociología_política. Su objetivo era ambicioso: desarrollar
una teoría comparativa y sistemática de los movimientos en el marco de una
sociología integral. Su filiación con las teorías alemanas lo llevó a buscar
fundamentos en Tönnies (1955), Stein (1964)_ y Sombart (1909). Según Wilkinson
(1971), Heberle rechaza la identificación exclusiva de Stein del concepto de
movimiento social, restringiéndolo al universo de la clase obrera, los movimientos
proletarios de la sociedad industrial. para él, el concepto tiene una aplicabilidad más
amplia. De Tönnies, Heberle asimila los conceptos de colectivo social y bipolaridad
comunidad-sociedad.

Para Heberle los movimientos sociales son un tipo especial de grupo


social con una estructura particular. Elkes contendría tanto grupos organizados
como no organizados.

Página 38

El autor se preocupa por distinguir los movimientos de los grupos de interés


corporativo, así como por tratar de distinguir los movimientos genuinos, con un
carácter de profundo significado histórico, de los movimientos efímeros más
pequeños y las simples protestas. Existirían unos criterios para que la acción de
un grupo sea un movimiento social: conciencia de grupo, sentimiento de
pertenencia al grupo, solidaridad e identidad. Además, los movimientos siempre
estarían integrados por modelos específicos de compromisos colectivos, ideas
constitutivas o ideologías. Ya en los años
Machine Translated by Google

50 señaló una tendencia dominante de los movimientos sociales en cuanto a su


internacionalización. Sostuvo que un movimiento no necesariamente se confirma
como un territorio nacional, con dimensiones multinacionales, internacionales y
supranacionales.
Heberle afirmó que los movimientos tendrían dos funciones fundamentales
en la sociedad: formación de la voluntad común o política de un grupo,
asistencia en el proceso de socialización, formación y reclutamiento de élites
políticas.
Los movimientos serían síntomas de insatisfacción de los individuos con el
orden social existente y sus principales objetivos serían el cambio de ese
orden. Bajo ciertas condiciones, podrían convertirse en un peligro para la
existencia misma de ese orden social. Por tanto, el autor no innova al tratar de
las causas que no dan origen a los movimientos sociales, porque también se
ubican en la capacidad de satisfacción/insatisfacción de los individuos frente a las
normas y valores imperantes. Por lo tanto, "el acuerdo sobre valores y normas es
la esencia de la solidaridad social o un sentido de comunidad. Un sentido de
comunidad es la base de un orden social. Incluso ciertas entidades sociales que
existen por puro utilitarismo, como la mayoría de las relaciones contractuales y
asociaciones- no puede mantenerse a menos que haya un mínimo de sentido de
comunidad entre sus miembros" (Heberle, 1951, y Lyman, 1995: 57).

La cuestión del sentido de comunidad es aplicada por Heberle para


analizar el comportamiento de líderes y lideresas nacionales, así como de
movimientos de carácter sociopolítico. Es aquí donde Heberle tiene cierta
originalidad, al tratar la dimensión política de los movimientos.

Página 39

Amplía la gama de acciones colectivas para ser consideradas movimientos


sociales, incluidas las luchas campesinas, negras, socialistas y nazifascistas.
Además, distingue los movimientos sociales y políticos, según sus objetivos.

Al señalar los peligros para la sociedad, Heberle relaciona el movimiento


a regímenes políticos autoritarios y totalitarios, que destruyeron el sentido
de comunidad existente a través de demandas basadas en el fanatismo
de grupos entusiastas, generando desintegración social.
Observamos entonces el eje funcional-sistémico que guía el análisis del autor,
basado en el binomio integración/desintegración social.
Heberle continuó produciendo estudios sobre movimientos sociales hasta
la década de 1970. Con J. Gusfield, escribe para la Enciclopedia Internacional
de Ciencias Sociales, publicada en Londres en 1972, la entrada "Movimiento Social".

4- Cuarta teoría sobre los movimientos sociales en el paradigma clásico: el


comportamiento colectivo desde la perspectiva del funcionalismo - Parsons, Turner,
Killian y Smelser

4.1- Supuestos teóricos básicos: la influencia de Parsons

Como sabemos, en 1951 Parsons concluyó su teoría del sistema social,


Machine Translated by Google

combinando conceptos tales como valores centrales, normas, roles, estructura,


función-equilibrio y diferenciación estructural. Para Parsons existen cuatro
dimensiones básicas de los sistemas de acción: adaptación, logro de metas,
latencia o mantenimiento de patrón e integración, cada una de las cuales cumple
una función estructural en la sociedad. Curiosamente, el desarrollo del sistema
de acción social parsoniano no conduce al desarrollo del actor o agente de
acción, sino al desarrollo del sistema social, a través del desarrollo de acciones
individuales, es decir, a través de los roles de estatus que esos individuos ven a
jugar. Quizás este fue el principal factor que llevó a Smelser a buscar apoyo
teórico en Parsons para comprender el comportamiento colectivo de los grupos
sociales expresado en movimientos.

Página 40

La teoría de la acción social de Parsons conduce, según I. Bottemore y Nisbet


(1980), a la concepción de Hobbes del hombre utilitario, con una orientación
normativa instrumental, que apunta racionalmente a metas, utilizando medios
económicos y culturales eficientes para satisfacer sus necesidades, garantizar
su supervivencia y maximizar su equilibrio. En definitiva, el hombre utilitario
disfrazado de hombre social.
La aplicación de la teoría parsoniana a los movimientos sociales dio lugar a la
enfoque funcionalista, en el que son vistos como comportamientos
colectivos que se originan en períodos de malestar social, incertidumbre,
impulsos reprimidos, acciones frustradas, malestar, incomodidad. Los
hábitos y costumbres que durante mucho tiempo sirvieron para solucionar los
problemas de la vida de las personas se irían aflojando. Esto significaría que las
formas anteriores de control social se estaban desintegrando (Pierson, 1965: 223).
Las categorías básicas utilizadas son de origen durkheimiano (anomia/disnomia)
y se basan en la teoría funcionalista de Merton (organización/desorganización).
Una crisis social se ve en términos de malestar social y como un indicador de
cambio social. El punto básico de referencia es el comportamiento y la conducta
de los individuos, portadores de tensiones que, al ser comunicadas a otras
personas, pueden formar "reacciones circulares". Se cree en la existencia de un
orden social estático, que necesita ser controlado. El no control o su desintegración
es lo que posibilita el surgimiento de los movimientos sociales. Por tanto, la
existencia de un movimiento social es un objeto extraño, externo a los sujetos
históricos. El propio término movimiento social fue utilizado entre comillas, y esto
da fe de la resistencia a otorgar algún tipo de dinamismo a los comportamientos,
considerados fijos y estáticos.

Por otro lado, estos movimientos sociales tendrían una historia


natural, ya que estarían respondiendo a impulsos y manifestaciones
interiores, inherentes a la naturaleza humana. El individuo (que era visto
como aislado) se oponía a la sociedad que lo oprimía, lo bloqueaba y lo
frustraba. Tan pronto como las tensiones se volvieron insoportables, los
individuos se unieron en torno a un objetivo común y crearon nuevas
instituciones. A esto lo llamaron cambio social.
Machine Translated by Google

Página 41

Los primeros científicos sociales, desde una perspectiva positivista,


vieron los movimientos sociales como esfuerzos para generar cambios. Los
científicos sociales neopositivistas vieron los movimientos sociales como
"refuerzos colectivos para promover o resistir el cambio" (Lee, 1969; Wilson,
1974). Para estos últimos, los movimientos sociales se diferencian de las
instituciones, asociaciones y grupos de presión, ya que se enfocan en “promover
o resistir cambios en los valores y normas sociales” (Horton y Hunt, 1980). Las
condiciones que propiciarían el surgimiento de movimientos sociales serían de
tres órdenes: culturales (cambio de valores), sociales (desorganización y
descontento) y políticas (injusticia social).

La categoría básica de análisis sigue siendo el comportamiento y las


acciones de los individuos; el cambio social tiene lugar a través de la
modificación del comportamiento de los individuos en las instituciones. Los
movimientos operarían en un escenario de irracionalidad, o no racionalidad, en
oposición al orden racional imperante.
Este elemento les lleva a situar los movimientos sociales en los individuos
y a retomar la explicación en términos de viejas cuestiones como la
ÿÿÿÿ

El "aislamiento social", la falta de vínculos familiares, la "insatisfacción",


el "desajuste", etc., es decir, los de la dicotomía comunidad _versus sociedad
de Tönnies, pasan a primer plano, sumados a los análisis antropológicos de los
usos y costumbres de los pueblos. Sin detenernos en los presupuestos básicos
del "nuevo" enfoque de los movimientos sociales, podemos resumirlo en los
siguientes puntos, a partir del discurso elaborado por éste: 1- Los movimientos
sociales se dan porque hay personas que están desadaptadas en el orden actual.

2- Este pedido está sujeto a un proceso de cambio muy lento, durante el cual
algunas personas quedan insatisfechas.
3- En sociedades estables, bien integradas, con muy pocas tensiones
sociales o grupos alienados, hay pocos movimientos sociales.
4- Los movimientos sociales son, por lo tanto, características de sociedades
en proceso de cambio, por lo tanto desorganizadas.

Página 42

5- Las condiciones previas estructurales para el surgimiento de una acción


colectiva que generaría un movimiento social son: a) bloqueo estructural (barreras
en la estructura social que impiden que las personas eliminen sus fuentes de
descontento); contacto (interacción con los insatisfechos); efectividad (expectativa
de que la acción propuesta aliviará el descontento); e ideología (masa de
creencias que justifican y sustentan la acción propuesta).
6- Existe una estrecha relación entre movimiento social y marginalidad. "La
mayoría de los movimientos atraen a muchos de sus primeros miembros y
líderes entre las personas o grupos marginales de la sociedad"
(Stockdeale, 1970).
Notamos en ubicaciones anteriores que:
Machine Translated by Google

1- La "matriz" teórica del análisis es la teoría de la estratificación social


de la corriente funcionalista parsoniana, cuyos elementos básicos son:
individuo-sociedad opuesto a la comunidad, e individuo feliz, miembro
versus individuo inadaptado, marginal. Los factores constitutivos que
generan "acciones colectivas" son: aislamiento, percepción de injusticia,
cambio de estatus social, falta de vínculos primarios.

2- los movimientos sociales son vistos como mecanismos de desintegración de


la sociedad, acciones ajenas a su dinámica, controlables en tanto enfrenten sus
causas. La lógica que impregna el enfoque es la de causa y efecto, realizada de
forma lineal.

3- para que los movimientos sociales sean controlados (esta es una gran
preocupación de los analistas) sería necesario esperar su ciclo de evolución
(malestar, excitación, formalización e institucionalización).
Observamos que estos análisis homogeneizan diferentes movimientos
social debido al punto de partida adoptado, las acciones colectivas.
Pero al mismo tiempo, son vistos como una fuerza social para el cambio y como
ayudas para la sociedad democrática: "Si bien no son racionales y a veces
aburridos, los movimientos sociales ayudan a la sociedad democrática a hacer
frente a las brechas culturales y permanecer razonablemente integrados" (Horton
y Hunt, 1980: 420).

Página 43

4.2- El regreso de la psicología social para analizar el comportamiento


colectivo: Turner y Killian
Turner y Killian (1957), y poco después Smelser (1962),
consideraron que el enfoque sociopolítico ignoraba las formas elementales del
comportamiento político. Entonces rompieron los vínculos entre política y
estructura. Basándose en las teorías de Parsons, rescataron varios componentes
de carácter psicológico de la Escuela de Chicago o de la psicología social de
algunos interaccionistas simbólicos, principalmente de Blumer. Buscando
formular una teoría general sobre el comportamiento colectivo, afirmaron que los
movimientos sociales serían una de las formas de expresión de las acciones
colectivas.
En 1957, Turner y Killian publicaron _Collective_Behaior, una colección
de casi 600 páginas, 208 de las cuales dedicadas al estudio de los
movimientos sociales, que contó con la colaboración de expresivos
estudiosos del tema de los años 40 y 50 y la reutilización de varios textos
de la Escuela de Chicago. El libro se convirtió en un clásico de la sociología,
ganó varias ediciones y fue citado por la mayoría de los investigadores en
el campo. Aborda las características y procesos de un movimiento social,
los valores que lo guían, el surgimiento y construcción de nuevas normas
de relación social y nuevos sentidos de la vida social. Estos nuevos
significados emergen del proceso de interacción entre las personas, dando
como resultado nuevas concepciones de justicia/injusticia, moralidad,
realidad, etc.
Otros temas que trata esta corriente son: el control y el poder.
Machine Translated by Google

en las orientaciones de los movimientos; movimientos separatistas y


participación selectiva; los líderes y seguidores; y los productos de
los movimientos.
Turner y Killian definen un movimiento como la acción de un
colectividad con cierta continuidad para promover o resistir el cambio en la
sociedad o en el grupo del que forma parte (Turner y Killian, 1957: 308). La
cuestión de la continuidad es un elemento clave para distinguirla de otros tipos
de acción colectiva.

Página 44

Es lo que garantiza la formulación de objetivos, estrategias, división de


funciones -incluyendo el rol de líderes- y la formación de un sentido de
identidad grupal. Todo esto se basa en reglas basadas en tradiciones,
formando el _espíritu _de _cuerpo del movimiento.
Turner y Killian afirman que existen tres tipos de grupos que pueden
llamarse cuasi-movimiento, porque tienen algunas características de movimientos.
Son: movimientos de masas como la inmigración, en los que un cierto contacto
social influye en el fenómeno; grupos formados por servidores/admiradores de una
figura pública que promovió, por ejemplo, un programa de cambio social; y cultos,
básicamente religiosos, en los que sólo se exige la conducta de sus miembros.

También se ocuparon de la duración de los movimientos, observando


que "un movimiento social no puede continuar como tal indefinidamente.
A diferencia de las organizaciones institucionalizadas, marcadas
por la estabilidad, el movimiento social es, por definición, dinámico.
Cuando pierde esta característica, deja de ser un movimiento social,
desaparece o se convierte en una forma social diferente” (Turner y Killian, 1957: 480).
La determinación de este proceso depende de los efectos que el movimiento
social tenga sobre el medio ambiente y viceversa. Un movimiento se institucionaliza
cuando logra un alto grado de estabilidad interna, gana una posición reconocida
dentro de una sociedad más amplia, asume ciertos roles en ella y establece
algunas áreas de competencia. La institucionalización impone una estabilidad
adicional al movimiento, y uno de sus aspectos clave es determinar los
procedimientos de conducta del grupo.
Los autores concluyen que todos los movimientos pueden tener un carácter
institucionalizado.
El tema del ciclo de vida de un movimiento fue abordado por ellos
desde un punto de vista interno, en sus diferentes etapas, desde su origen
hasta su éxito u otra forma de desenlace. Llaman la atención sobre el valor de
este _enfoque al enfatizar el proceso- y este elemento será retomado en los
años 90 por el propio paradigma norteamericano, que lo considerará básico
para distinguir un movimiento de otras acciones colectivas. Hay un proceso
social en marcha.
El enfoque de Turner y Killian fue denominado por Gamson (1992) como
el de las “normas emergentes”, en el que el proceso por el cual se produce
la movilización colectiva se convierte en el problema central a investigar.

Página 45
Machine Translated by Google

Rechazan las afirmaciones de que las acciones del movimiento son más emocionales o
irracionales que otras formas institucionalizadas. La emoción y la razón no son
necesariamente irreconciliables, y dividir las acciones en racionales e irracionales significa
la complejidad del comportamiento humano (cf. Gamson, 1992: 54).

El enfoque de Turner y Killian fue criticado por Wilson (1973),


entre otros puntos, porque rechazaba la distinción clásica entre movimientos
reformistas y revolucionarios. Esta distinción fue retomada por Aberle (1966), estudioso
del tema, quien la desdobló en tres formas (movimientos transformador, reformador y
redentor), y utilizada posteriormente por Hobsbawm (1970). En 1989, Guddens incluyó
la clasificación de Aberle en sus estudios sobre movimientos sociales.

También debe señalarse que la teoría de Turner y Killian fue


recuperada en la década de 1990 por Gusfield (1996), como una vía fructífera para
entender los nuevos movimientos sociales.

4.3 - Smelser y la teoría estructural-funcionalista de los movimientos


social

El trabajo de Smelser es el segundo punto culminante de nuestra exposición de


las teorías conductistas desde la perspectiva de la psicología social. En 1963 publica
su obra _Comportamento _coletivo. Posteriormente, su enfoque fue considerado por
Bobbio, Pasquino y Matteucci, en la entrada "movimiento social" del conocido _Dicionário
_de_politica (1985) elaborado por ellos, como una de las corrientes significativas en el
estudio de los movimientos sociales.

La teoría de Smelser de los comportamientos colectivos no


convencionales trata de demostrar cómo se diferencian de los comportamientos rutinarios.
Tendrían componentes irracionales y excepcionales y serían respuestas cognitivas
inadecuadas a las tensiones estructurales emergentes de la modernización. Para Smelser,
la terminología "comportamiento colectivo" incluye fenómenos como las respuestas de
pánico, el ciclo de la moda, los desfiles de moda y las caravanas, el auge financiero, el
resurgimiento de las religiones, las explosiones hostiles y los movimientos orientados hacia
los valores, incluidas las revoluciones políticas y religiosas, la formación de sectas ,
movimientos nacionalistas etc. (Smelser, 1963: 2).

Página 46

Rechazando los conceptos de "comportamiento de masas", de Ortega y Gasset (1987) y


Brow (1954), de "dinámica colectiva", de Lang y Lang (1961), y el criterio físico/temporal y
las características particulares de la comunicación o de Blumer interacción - de quien extrae
muchos elementos para su análisis Smelser elige el término "comportamiento colectivo" y
las categorías "explosiones colectivas"
fenómeno
ÿÿÿÿ social yanalizado
"movimientos
comocolectivos" para expresar
comportamiento el Las
colectivo. tipo de
explosiones colectivas se refieren a pánicos, locuras, hostilidades y otras situaciones
abruptas. Los movimientos colectivos se refieren a los esfuerzos colectivos para cambiar
normas y valores, que
Machine Translated by Google

a menudo (pero no siempre) se desarrollan durante largos períodos.


Podemos observar que, para Smelser, el universo de comportamientos
colectivos se refiere a comportamientos no institucionalizados.
Smelser también trató de formular una explicación global de los movimientos sociales,
buscando en el comportamiento colectivo los parámetros para detectar procesos de cambio
social más generales. Las tensiones sociales serían uno de los indicadores básicos.
Durante los episodios de comportamiento colectivo, uno tiene la oportunidad de observar
ciertos elementos sociales como los mitos, las ideologías y el potencial de violencia en la
sociedad, ya que todos salen a la luz. Tales episodios serían una especie de laboratorio
para el estudio de conductas que suelen estar latentes (o que, al manifestarse, revelan
procesos latentes en la sociedad, para usar la terminología de Merton, también perteneciente
a la escuela funcional-sistemática americana). Sin embargo, la preocupación fundamental
de Smelser fue diagnosticar cómo se institucionalizan las acciones sociales desestructuradas
y en tensión. Es decir, la búsqueda de la integración social, del control social, es una meta
de esta corriente.

Habría cuatro componentes básicos de las acciones sociales en la


teoría de Smelser: 1 metas y valores generales - que proporcionan la guía
más amplia para el comportamiento social orientado; 2 las reglas - que
rigen el logro de los fines y se basan en normas; 3 la movilización de la energía
individual - para lograr los fines establecidos en el marco normativo; 4 las
facilidades de que disponen los agentes para comprender el entorno. La
dinámica de lo social está dada por el encuentro de estos cuatro componentes.

Página 47

Los comportamientos colectivos pueden expresarse con valores previamente


orientados o no. Los movimientos orientados a valores son acciones colectivas
movilizadas en nombre de creencias generalmente imaginadas para la
reconstitución de valores perdidos; los movimientos no orientados se movilizan
en nombre de la reconstitución de las normas (Smelser, 1963: 9).

Según un enfoque eminentemente funcionalista, Smelser ve en el


funcionamiento del sistema social la respuesta al surgimiento de nuevas
creencias y se pregunta cómo interfieren en el comportamiento colectivo.
Para concluir este tema, basta con registrar que los estudios de
Smelser no han sido citados en el rescate de teorías del pasado que
encontraremos en la década de los 90. Si bien el campo de la psicología
social gana centralidad en este último período, será Blumer y Turner/ Killian
autores más citados. El rechazo al conservadurismo del enfoque funcionalista
parece explicar el “olvido contemporáneo de Smelser”, aunque trabajando con
algunas de sus categorías, como la estructura de oportunidades políticas, que
ya estaba presente en Merton, un clásico del análisis sistémico-funcional. .
Volveremos sobre este tema en los próximos capítulos.
Machine Translated by Google

5- Quinta teoría sobre los movimientos sociales en el paradigma clásico: teorías


organizacionales-conductuales - Selzinick, Gusfield,
mensajero

Selzinick (1952), Gusfield (1955) y Messinger (1955) fueron los principales


investigadores de esta corriente teórica que buscó en la producción de Weber sobre la
burocracia y en la de Michells (1959) sobre la ley de hierro de las oligarquías las bases
colectivas agrupadas en organizaciones con funciones específicas. objetivos Gusfield
(1966), al analizar el movimiento de templanza estadounidense, dividió los movimientos de
clase que se organizan instrumentalmente, en torno a unos intereses de su público objetivo,
de su clientela.

Página 48

Los movimientos de estatus son movimientos autodirigidos para lograr o


mantener el prestigio del grupo. Los movimientos expresivos están marcados por un
comportamiento menos objetivo o por la búsqueda de metas relacionadas con la
insatisfacción (Gusfield, 1966: 23). A principios de la década de 1970, Gusfield llamó la atención
sobre la importancia de los recursos comunales, a pesar de la modernización, el desarrollo
económico, la racionalidad, etc. Tilly (1978) también se moverá en esta dirección.

Al igual que la corriente de la sociedad de masas, este enfoque no creó ninguna


teoría específica sobre los movimientos sociales, pero abrió el camino para la generación
de la teoría que se convertiría en un nuevo hito en el paradigma norteamericano, el de la
Movilización de Recursos. Zald, uno de los pioneros de la nueva corriente, publicó en 1966,
en coautoría con Roberta Ash, un estudio en el que buscaban ampliar el enfoque de los
institucionalistas, examinando los movimientos sociales en términos de resultados y
procesos.

Según Zald (1992), el enfoque organizativo-institucional sigue siendo viable


en la agenda del futuro, y podemos observar su reanudación en los trabajos de Zald y
McCarthy (1987) y Lofland (1985).

Página 49

CAPITULO DOS

TEORÍAS AMERICANAS CONTEMPORÁNEAS DE LA ACCIÓN COLECTIVA


Y DE LA
MOVIMIENTOS SOCIALES

1- Teoría de la movilización de recursos: Olson, Zald y McCarthy

Las transformaciones políticas ocurridas en la sociedad estadounidense en la década de


1960 propiciaron el surgimiento de una nueva corriente interpretativa sobre los movimientos
sociales, la denominada teoría de Movilización de Recursos (RM).
Comenzó por rechazar el énfasis que el paradigma tradicional ponía en los sentimientos
y resentimientos de los colectivos, así como el enfoque
Machine Translated by Google

eminentemente psicosocial de los clásicos, centrada en las condiciones de


privación material y cultural de los individuos. La psicología fue rechazada
como eje explicativo básico de las acciones colectivas, así como los momentos de
ruptura de las normas de esos grupos. El papel de las creencias compartidas y el
de la identidad personal, tratados por el paradigma clásico, fueron rechazados por
ser analizados bajo el prisma del comportamiento irracional de las masas (visto
como sinónimo de una alta dosis de patología social).

Página 50

La fragilidad del paradigma tradicional para explicar los movimientos


sociales de los años 60 (surgidos de los 50), los de derechos civiles, los contra
la Guerra de Vietnam, los del feminismo, etc., que contaron también con la
participación de militantes de la estratos medios de la población, condujo a la
formulación de la teoría RM. Teorías de tensiones estructurales, privaciones,
descontentos, etc. eran, para los creadores de MR, insuficientes para explicar los
nuevos movimientos. La nueva teoría enmarcaba las acciones colectivas en
explicaciones conductistas organizacionales, rechazando así el énfasis anterior
que el paradigma clásico daba a los sentimientos, descontentos e incumplimientos
de normas, todos de origen personal.

Margit Mayer (1991) elaboró una hipótesis muy sugerente sobre la


éxito del paradigma MR en los Estados Unidos. Sostiene que la teoría “surgió
en una determinada coyuntura histórica y representa la racionalización teórica
de las contradicciones históricamente determinadas y su correspondiente
praxis. sus condiciones de surgimiento, dinámica, desarrollo, estructura
organizacional., en contraste con los enfoques clásicos que buscaban explicar
los movimientos de masas de las décadas de 1920 y 1930, que eran totalmente
diferentes a los tipos de movimiento de la década de 1960” (M. Mayer, 1991 :
182).

Olson (1965) fue un autor que contribuyó en gran medida a los cambios en la
paradigma tradicional. Le siguieron los trabajos de Oberschall (1973),
McCarthy y Zald (1973), Gusfield (1970). Autores, como Tilly (1978), con
enfoques específicos de carácter más histórico -como presentaremos a
continuación- también contribuyeron al desarrollo de la RM.
ÿÿÿÿ

Durante dos décadas, RM dominó la teoría de los estudios de los


movimientos sociales en los Estados Unidos. Ha cambiado en este período,
incorporando temas y problemas que no habían sido contemplados, así como
críticas, pero ha mantenido su base explicativa principal: los movimientos
sociales son abordados como grupos de interés. Como tales, son vistos como
organizaciones y analizados desde la perspectiva de la burocracia de una
institución.

Página 51

Las herramientas básicas utilizadas en el enfoque provienen de categorías


Machine Translated by Google

económico. Eckstein (1989) afirma que RM es quizás la escuela de


pensamiento no marxista mejor estructurada, explicando los movimientos sociales
no a nivel individual sino organizacional.
La variable RM más importante, como su nombre lo indica, es la de
recursos humanos, financieros y de infraestructura variada. Surgirían
movimientos cuando los recursos fueran viables.
Esta aseveración fue luego modificada: los movimientos surgen cuando se
estructuran los espacios políticos para la acción colectiva, así como cuando se
cuenta con facilidades y líderes. Los movimientos también estructuran su vida
cotidiana de acuerdo con el stock de recursos que tienen, siendo los principales
los económicos, humanos y de comunicación.

En el MR, los movimientos no son vistos como distintos de los partidos,


lobbies y grupos de interés, como en el paradigma clásico. Por el
contrario, juegan y compiten por su público consumidor, aficionados o financieros,
en el mismo campo. También compiten entre sí por las mismas fuentes de
recursos y oportunidades. En 1975 Gamson afirmó que "en lugar de la vieja dualidad
entre política extrema y política pluralista, solo hay política". La rebelión es una política
más, con otro significado. Es decir, la protesta política pasó a ser vista como un recurso
como cualquier otro, que puede ser intercambiado en un mercado por bienes políticos.
Los demandantes y sus oponentes intercambian bienes en un mercado de negociación,
en un proceso en el que todos los actores actúan racionalmente, según cálculos de
costos y beneficios. Todo el énfasis está puesto en una visión exclusivamente
economicista, basada en la lógica racional de la interacción entre individuos, que buscan
lograr metas y objetivos, y en estrategias que evalúan los costos y beneficios de las
acciones. La base del modelo es la teoría del utilitarismo.

Olson (1965) comienza y termina su teoría con los individuos. El


problema de la acción colectiva era agregativo: cómo involucrar a un grupo en
posibles intereses en determinados bienes colectivos.

Página 52

En su libro sobre la lógica de la acción colectiva, Olson estudia no los


movimientos sociales sino los grupos de interés, señalando que en grupos
compuestos por muchos miembros es más fácil organizar intereses colectivos que
en pequeños, destacando el papel de los líderes organizando esos intereses.

McCarthy y Zald (1973 y 1977) fueron los autores más importantes de la


primera fase de la RM en cuanto a la explicación de los movimientos sociales.
Utilizando conceptos vigentes en el análisis de las corporaciones
económicas, en el mundo de las organizaciones empresariales, desarrollado
particularmente por Olson, evaluaron a los integrantes de un movimiento como un
conjunto de intereses, que, como tales, eran consumidores de un mercado de bienes.
También se aplicó el modelo de compra-venta y competencia por productos. Se
consideraba a los líderes de un movimiento como gestores o administradores de un
grupo de interés. Así, los distintos grupos sociales competirían entre sí por obtener
recursos para sus acciones, así como la adhesión de su clientela y la atención de las
agencias.
Machine Translated by Google

gubernamental. También competirían en la lucha por la manipulación mediática


de las imágenes, así como por su atención. McCarthy y Zald utilizaron
metáforas avanzadas del capitalismo burocratizado para describir las
relaciones entre movimientos y grupos de interés, así como sus relaciones
con otras partes de la sociedad. Trabajaron con categorías como "organizar
movimientos sociales". Esto se debe a que los movimientos serían estimulados
no sólo por los intereses de sus miembros, sino también por los de los agentes
gubernamentales, entidades privadas y muchas otras organizaciones
interesadas en promover el producto-objeto de demanda del movimiento o
que ganarían algo con él.
Los movimientos que triunfarían serían aquellos que poseyeran atributos
de una organización jerárquica formal. Sus líderes fueron sus organizadores:
profesionales con plena dedicación a su trabajo y con capacidad para movilizar
eficazmente el apoyo externo. Podemos ver que los pioneros de RM
concibieron los movimientos sociales en términos de un sector de mercado,
libre, en competencia con otros grupos, en un mercado abierto de grupos e
ideas. los movimientos competirían con otras organizaciones, no movimientos,
por seguidores, recursos y en el cálculo y ejecución de sus tareas.

Página 53

También se analiza la movilización de las bases del movimiento según la


óptica económica. Existiría una modalidad de administración empresarial de
los recursos y las bases de demanda serían una de ellas. Se planificarían
cuidadosamente estrategias para movilizar recursos financieros desde la
base - demandantes o simpatizantes de las causas en acción. Correo, correo
directo, eventos, el uso de una red de infraestructura de apoyo: escuelas,
iglesias, sindicatos, asociaciones, etc. - Serían instrumentos básicos para
viabilizar la movilización. En resumen, los movimientos no deben analizarse
como se analiza una organización empresarial. Serían, en sí mismas, industrias
económicas.

Zald y McCarthy subdividieron los movimientos en dos amplias


categorías: consenso y conflicto. Las primeras no producirían las mismas
movilizaciones que las segundas, pero incluso podrían tener más éxito,
dada su mayor posibilidad de aceptación por parte de la sociedad y, en
consecuencia, de movilización y apoyo para la obtención de recursos
económicos. Esta clasificación guió el trabajo de varios investigadores en los
Estados Unidos a lo largo de las décadas de 1970 y 1980, y aún era
ampliamente utilizada en la década de 1990. En 1988, McCarthy, en colaboración
con Woolfson, profundizó esa tipología al insertar el tema del cambio social. Los
movimientos en la esfera del conflicto apuntarían a cambios sociales -como los
del movimiento feminista, de los trabajadores, de los pobres, por los derechos
civiles, etc. Los movimientos en el área del consenso -que no desafían el orden
actual y el statu quo- solo buscarían expandir algunos límites dentro de sus
objetivos.
Pero estas consideraciones se hicieron en la década de 1980 y ya se refieren
a otra etapa del paradigma norteamericano. Es importante registrar los tipos
de movimientos que se han analizado y
Machine Translated by Google

sirvió de base para los primeros estudios de RM. McCarthy y Zald, por ejemplo,
investigaron movimientos de derechos civiles (la Asociación Nacional para el Avance de los
Negros, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, etc.); movimientos de mujeres (NOW
- Organización Nacional de Mujeres, y otros).

Página 54

Todos fueron movimientos liderados por estratos medios de la población, en los


que se destacó, por un lado, la diversidad de temas y problemas y el tratamiento
de algunas organizaciones como movimientos sociales. Por otro lado, esos
movimientos en realidad promovieron campañas nacionales y utilizaron las
técnicas más avanzadas disponibles - en términos de equipamiento tecnológico,
contactos con los medios y con la propia población, obtención de recursos
financieros. Se profesionalizaron estrategias aisladas de movilización de
recursos. Estos elementos no se encontrarán en los movimientos sociales
populares latinoamericanos de las décadas de 1970 y 1980, pero aparecerán en
la década de 1990 en movimientos internacionales, con demandas globalizadas,
como se analiza en la tercera parte de este libro.

También se observa que los primeros estudios de RM, por ejemplo en el


análisis del movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos,
enfatizaron la red endógena y los recursos internos frente al papel de los
recursos externos. Se realizaron recortes y se seleccionaron datos que
favorecieron la confirmación de sus hipótesis y supuestos. En RM se
desestimaron las ideologías, pues se argumentó que las movilizaciones por
descontento eran constantes y no específicas de determinados períodos o
condiciones estructurales. Según Mayer (1992), las ideologías y motivaciones
ideológicas no habrían jugado un papel importante en las movilizaciones de
los años 60, ya que la mayoría de las acciones tenían un discurso que no
hacía más que reivindicar la extensión de los valores liberales de aquellos
que dominó el discurso público estadounidense durante más de un siglo. Es decir,
no habrían sido ideologías de origen ajeno las que alimentaron o fomentaron las
movilizaciones. Estamos de acuerdo con las observaciones de Mayer y pensamos
que la falta de énfasis en las ideologías ha dado paso al hecho de que no ha habido
grandes conjuntos de nuevas creencias o valores para formar un nuevo cuerpo
ideológico, un cuerpo desarrollado por las capas medias de la sociedad. población
norteamericana, deseosa de integrarse a la sociedad de consumo existente; pero la
falta de énfasis también es parte del propio marco teórico de la RM, que excluyó las
ideologías como un factor explicativo importante porque no consideró la dimensión
de la lucha social. Tilly (1978) y McAdam (1982) contribuyeron a la incorporación de
las ideologías como un elemento importante de los movimientos en el paradigma
norteamericano, como en el estudio de McAdam sobre el movimiento por los
derechos civiles y el papel de la Iglesia Bautista en él.

Página 55

Si bien MR prioriza el análisis económico en sus primeros estudios,


se observa que el análisis político está presente entre líneas.
Machine Translated by Google

Esto porque el campo de surgimiento de nuevos movimientos sociales, la


sociedad civil con sus asociaciones autónomas, comenzó a valorizarse como un
espacio pluralista, un canal de expresión. Ya no existe una visión de la sociedad
civil como una pesadilla, el espacio de la sociedad de las masas irracionales que
describía el enfoque tradicional.
Los nuevos grupos y movimientos, por estar dotados de racionalidad
instrumental, eran compatibles con el juego democrático y lo reforzaban.
No representarían un peligro para la democracia, al contrario, era una muestra
de su vitalidad. Pero MR no utiliza la categoría "sociedad civil".
Se ciñe al campo de las categorías funcionalistas: organizaciones,
estructuras, instituciones, etc., sin liberarse del funcionalismo que
inicialmente negaba.

2- Principales críticas a la teoría de la Movilización de Recursos

Probablemente la principal crítica a MR no se hizo contra él mismo,


sino a la teoría que dio origen al sustento: la de las elecciones racionales.
Esto se debe a que este último se basa en el modelo de las
ciencias naturales, tratando a los individuos como seres abstractos,
universalizando la experiencia de un tipo particular de ser humano: la raza
blanca, las capas medias de la población, en un país de capitalismo desarrollado
en el oeste. Con esto introdujo lo que convencionalmente se llama un sesgo
político, un sesgo. Los grupos sociales subordinados, sus luchas, sus principios,
cultura, valores, normas, objetivos, proyectos, etc. simplemente se ignoran, como
si no existieran.
Myra Marx Ferree (1985, 1992) es una de las autoras que critica
fuertemente a RM, argumentando que su visión de los movimientos sociales es
burocrática.
Sin embargo, fue Jean Cohen (1985) quien elaboró la crítica más completa
y la mayoría citados por los propios teóricos de RM, cuando le hicieron
cambios a fines de los años ochenta y noventa.

Página 56

Destacó que la RM excluyó valores, normas, ideologías, proyectos, cultura


e identidad de los grupos sociales estudiados. A pesar de las diferencias
entre las diversas versiones de la teoría, analizó las acciones colectivas
según una lógica de interacción costo-beneficio, insistiendo en la racionalidad
instrumental y estrategia de la acción colectiva. Cohen argumentó además
que Olson se equivocó al caracterizar a quienes se movilizan en la acción
colectiva como individuos desorganizados, porque se organizan en grupos
solidarios.
Según Cohen y Arato (1992), los teóricos de la RM comparten los siguientes
supuestos: los movimientos sociales deben entenderse en términos de una teoría
del conflicto de la acción colectiva; no existe una diferencia fundamental entre
acción colectiva institucional y no institucional; involucrar conflictos de interés
construidos dentro de las relaciones de poder institucionalizadas; las acciones
de clase implican la
Machine Translated by Google

búsqueda racional de intereses por grupos; las demandas y los reclamos son
productos permanentes de las relaciones de poder y no pueden explicar la
formación de movimientos; los movimientos se forman debido a cambios en los
recursos, la organización y las oportunidades para la acción colectiva; el éxito
de un movimiento implica el reconocimiento del grupo como actor político o el
aumento de beneficios materiales; y, finalmente, la movilización implica
organizaciones formales a gran escala, burocráticas y con fines especiales. Los
autores concluyen que la organización y la racionalidad son palabras clave en
este enfoque (Cohen/Arato, 1992:498).
Piven y Cloward (1992) argumentaron que MR comete un error cuando
señalar la similitud entre el comportamiento convencional y el de
protesta, sin entender sus diferencias. RM tendió a normalizar la protesta
colectiva, olvidando las diferencias entre los modos de actuación legales
-permitidos- y los prohibidos por el orden establecido, es decir, por la ley.
Como resultado, el impacto de las acciones colectivas también es normalizado
por la RM, así como otras formas convencionales de organización, reduciendo
las protestas políticas populares a estallidos irracionales y apolíticos.

Página 57

Tilly es uno de los objetivos de las críticas de Piven y Cloward. Afirman que
Tilly confunde lo no normativo con lo normativo, ignorando el poderoso papel
de las normas en la regulación de la vida social, especialmente en el ámbito
de la dominación y la subordinación. Los autores señalan que las protestas
son contra la política formal; la gente busca romper las reglas definidas, los
modos permisibles de acción política.
Piven y Cloward también criticaron a Zald, McCarthy y Gamson por
incluir diferentes formas de acción colectiva con los movimientos sociales.
También intentaron demostrar que la refutación de los planteamientos
americanos clásicos, premisa básica en la primera fase de MR, también
estaba equivocada. Es decir, las teorías sobre la insatisfacción y la privación
tendrían muchos elementos para explicar los vacíos en la RM, como la razón
de los cambios en el comportamiento de las personas al incorporarse a
acciones colectivas y adoptar posturas no normativas, caracterizadas como
desorden o rebeldía por el enfoque tradicional. Además, señalaron los errores
de la teoría desde el punto de vista político: el de considerar los movimientos
de los subordinados en general como apolíticos e irracionales.
Pero la crítica metodológica más fuerte de MR fue hecha por
Margit Mayer (1992). Se refiere al individualismo metodológico implícito
en el enfoque. La sociedad no es vista como una organización compuesta
por clases sociales y sus relaciones, sino como un arreglo estático de
élites y no élites, relativamente homogéneo, en el que hay grupos incluidos
y excluidos. Se supone una sociedad abierta, en la que triunfarán diferentes
grupos según el grado de su organización.
Gamson (1975) y Jenkins (1985) sugirieron reformas sociales sui generis,
en las que el Estado sería el agente de institucionalización de los movimientos
sociales al reconocer su legitimidad.
Mayer señala que RM guarda silencio sobre el papel de las normas,
creencias y emociones en el comportamiento colectivo o en la sociedad de
Machine Translated by Google

misa, según la tradición anterior. El enfoque creado por ella era apropiado
en los años 60 y 70, en la sociedad norteamericana, porque el sistema de
creencias de los movimientos estudiados era una extensión de conceptos
básicos del liberalismo, en la filosofía estadounidense.

Página 58

Ese enfoque tenía una fuerza motivacional e ideológica que coincidía con
valores ya consagrados en la sociedad local, y no necesitaba ser explicado.
Las categorías desarrolladas por MR para la interpretación de los métodos de
organización y movilización de los movimientos, si se aplican a otros períodos
históricos, resultan inadecuadas, según Mayer, porque los movimientos ya no
presentan esas características de los años 60 y 70 y no no parecen estar
impulsados por razones estratégicas. Así, varios movimientos actuales en la
sociedad norteamericana, y en otras partes del mundo, no encuentran lugar en el
esquema interpretativo de la RM, entre ellos el movimiento por la paz, los
ecologistas, los movimientos de mujeres, los de grupos locales que defienden
intereses de mejoras etnias etc. Todos ellos están descentralizados, formados
por grupos de afinidad y ocupan lugares que ellos mismos construyen. Sus
participantes están constantemente en riesgo (de ser arrestados, golpeados,
deportados, procesados, etc.). Tienen un sistema de creencias e ideologías que
juegan un papel importante en el proceso de movilización. Ninguna de estas
características se ajusta a la imagen construida y proyectada por MR. Por el contrario,
los movimientos deberían demostrar y probar, según Gamson, por ejemplo, una
clara división interna del trabajo, líderes que serían planificadores de decisiones
inteligentes, gestionando los recursos de forma centralizada. Las actividades de bajo
riesgo serían uno de los indicadores de éxito (Mayer, 1992: 179.).

Mayer también ve dos grandes falencias en la RM: la negligencia en el proceso


de interpretación de las necesidades y la insatisfacción, en la que el énfasis en
una racionalidad instrumental-proposicional no deja espacio para el abordaje de
ese proceso; y una brecha en relación con el sistema político. Concluye que la
teoría de la Movilización de Recursos excluye novedades, y fueron precisamente
estas novedades -en los movimientos ecológicos, por la paz, por las mujeres,
etc. - que creó una nueva agenda y un nuevo paradigma en Europa, expresado
en la teoría de los Nuevos Movimientos Sociales (NMS), que también creó una
nueva arena de relaciones entre el estado civil. La RM trata esta última cuestión
de manera superficial y sesgada, como una respuesta de las élites, como por
ejemplo en Tarrowu.
Pocos estudios prestaron atención a la institucionalización de las demandas
de los movimientos ya los efectos de este proceso sobre ellos mismos y sobre
el sistema político en su conjunto.

Página 59

Finalmente, Mayer también señala que la construcción de nuevos canales y


nuevos escenarios del actual sistema político, estabilizar, como
conquista o desestabilizar, como política de desmantelamiento, tampoco se
contempla en la RM, como tampoco se analiza el papel de los partidos
Machine Translated by Google

y conflictos ideológicos. Cabe señalar que coincidimos con el análisis de Mayer


y añadimos: el MR tiene marcados todos los huecos y no la frontera, o lo hace
mal, innumerables interrogantes porque excluye del análisis político el problema
de las relaciones entre clases sociales, la nominación sistema y formas de
reproducción del capital y de la fuerza de trabajo. Como resultado, el análisis
de las relaciones sociales se vuelve parcial y superficial. MR no pretende
realizar este tipo de abordajes, ni cuenta con instrumentos conceptuales o
metodológicos para hacerlo.

Zald y McCarthy también reformularon las concepciones iniciales y


continuaron produciendo estudios sobre movimientos sociales a lo largo de las
décadas de 1980 y 1990. En 1988 crearon el concepto de micromovilización, en
un intento de insertar el nivel micro en sus análisis macroestructurales.
Esta categoría es retomada por Klandermans cuando trata de describir la red
de grupos y asociaciones informales que apoyan un movimiento.
McCarthy, junto con Woolfson (1992), destacó la importancia de la red de
relaciones existente en términos de soportes materiales como teléfono, fax,
microcomputadoras. etc,. como potenciadores de las acciones de un grupo. Es
interesante que preguntas interesantes como esta, la red de informes anteriores,
sean solo tangenciales. Se ignora absolutamente un mundo de problemas
surgidos del universo de relaciones sociopolíticas y culturales de los actores,
amalgamado por una determinada cultura política. Primero, porque el marco
teórico utilizado no permite la visión de esos fenómenos. Segundo, porque,
deliberadamente, se niega a analizar el proceso político más general. La teoría
se limita a hallazgos empíricos: ¡recursos materiales!

Clarence YH Lo (1992), seguidor de RM, buscó mejorar la teoría basándose


en el conocido concepto de comunidad. Lo volvió a los estudios de Janowitz
(1951) para explicar que a través de este concepto es posible comprender la
importancia de las comunidades étnicas en la política local.

Página 60

Ella argumenta que se han logrado varios cambios políticos en la historia


patrocinados por grupos con fuertes lazos con ciertas comunidades
geográficas. De modo que algunos movimientos antinucleares en California,
los principales activistas se agruparon en la Universidad de Berkeley y en
algunos colegios de la región. En torno a unas Iglesias se estructuraron
organizaciones, movimientos étnicos y raciales. De esta manera, no solo se
destaca la demanda, sino las estructuras de apoyo de los movimientos.

Lo también argumentó que, en lugar de analizar los movimientos sociales


solo con categorías del capitalismo avanzado, se deberían utilizar conceptos
derivados de tiempos pasados, similares a los de la fase de fabricación
artesanal, es decir, categorías del precapitalismo. Esto porque considera que
el esquema de Zald y McCarthy no cubre los movimientos de los excluidos de
la política, aquellos que no obtienen recursos de las transacciones del
mercado, pero cuyas acciones están incrustadas en las relaciones sociales de
la comunidad. Se observa que el autor, al categorizar
Machine Translated by Google

los movimientos hacia capitalistas y precapitalistas, comete varios


errores, ya bastante criticados en las viejas teorías funcionalistas de la
modernización y otras. Se retoma la bipolaridad comunidad versus sociedad. Esto
resultó en una tipología de movimientos sociales que gira en torno a la movilización
de recursos para el mercado empresarial o para el mercado comunal. Los
movimientos que actúan según _lobbies serían del primer grupo -incluidos los
ecologistas-. En la segunda categoría tendríamos las comunitarias, como los movimientos
de reivindicación urbanística, de los vecinos, tanto de protesta como de adquisición de
mejoras. La exclusión social -fenómeno típicamente capitalista propio de la era de la
globalización- no es tratada como un factor generador del movimiento de los "excluidos
de la política", porque su accionar sería visto como precapitalista.

En nuestra opinión, las principales deficiencias de RM se encuentran en la


ausencia de un análisis del contexto social y político; falta de conocimiento sobre
las políticas públicas y el rol del Estado en la sociedad en general, y con los
movimientos sociales en particular; en el hecho de desconocer el carácter de las
luchas de los actores, así como las experiencias de luchas sociales anteriores
vividas por ellos; en la omisión del papel de la cultura en las acciones colectivas
en general, y en los movimientos en particular.

página 61

Esta última carencia ha sido el punto principal de los críticos y revisores de


MR, basados principalmente en el papel que tiene MR en el paradigma europeo de los
Nuevos Movimientos Sociales y en el enfoque clásico americano. Los otros vacíos los
encontraremos también en el paradigma de los Nuevos Movimientos Sociales, parcialmente
superados, tras el advenimiento de la RM, por Tarrow -cuando rescata en su análisis el
proceso político- y por Tilly -cuando retoma la acción de el Estado junto a las luchas
sociales.
A continuación, presentaremos el trabajo de dos investigadores
estadounidenses que se destacaron durante la primera fase de RM y que
contribuyeron significativamente a la siguiente fase, a fines de la década de 1980.
Aunque no se apegaron exclusivamente a las premisas de RM, representan una
especie de transición entre esta teoría y de Movilización Política (PM), que se
discutirá en el próximo capítulo.

3. Preocupación por las causas de las movilizaciones: Anthony Oberschall

Oberschall participa en el debate y la producción sobre MR desde el


Década de 1970. En 1973 publica
_Conflicto_social_y_movimientos_sociales:_ideologías,_intereses_e_identidades,
en el que reflexiona sobre los cambios operados en la teoría y la práctica de los
movimientos sociales. Afirma que este campo de estudio ha crecido a pasos
agigantados, enriquecido por la investigación empírica y utilizando una amplia
variedad de métodos de investigación. Admitiendo cambios en el área en la que ayudó
a construir, la teoría RM revisa su producción en 1993. Desdeeminentemente
ÿÿÿÿun enfoque
sociológico, analiza la organización social de la sociedad como resultado de las
adaptaciones a las innovaciones tecnológicas, las fuerzas económicas y los cambios.
Machine Translated by Google

población; también estudia los esfuerzos colectivos propositivos para


formar o cambiar las instituciones existentes de acuerdo con las necesidades
y aspiraciones humanas, concluyendo que las reformas se llevan a cabo
debido a las presiones de los movimientos sociales. Incluso cuando un movimiento
social no tiene un éxito inmediato, sus ideales y objetivos se adoptan más tarde.

página 62

Afirman que "el comportamiento colectivo y los movimientos sociales han dado
forma a las instituciones contemporáneas y es probable que continúen
haciéndolo en el futuro" (Oberschall, 1993: 2). Deben estudiarse en conjunto
y son formas de acciones colectivas que se derivan de problemas públicos que
necesitan acciones conjuntas.
El comportamiento colectivo se refiere al espectro de comportamiento del
multitud desde piquetes huelguistas, manifestaciones y mítines públicos,
manifestaciones colectivas de ciudadanos que ejercen pacíficamente sus
derechos constitucionales de reunión, peticiones al gobierno, hasta acciones
potencialmente destructivas, de levantamientos populares. El autor afirma que
las conductas colectivas son episodios, no ocurren con frecuencia y son
infrecuentes. Atraen la curiosidad, provocan comentarios, condenas, apoyos, etc.
Los movimientos sociales son, a gran escala, esfuerzos colectivos para buscar el
cambio o resistirlo. Cambian la vida de las personas.

Oberschall vuelve a los estudios de Le Bon, el teórico francés que produjo


a finales del siglo pasado teorías bastante conservadoras sobre el
comportamiento de las masas. A pesar de estar de acuerdo con las críticas
dirigidas a ese autor, Oberschall dice que algunos de los argumentos de Le Bon
son útiles para explicar, por ejemplo, el comportamiento de seguidores fanáticos
de movimientos religiosos, como la secta del Templo del Pueblo del Reverendo
Jones en California. También se basa en argumentos de George Rudé, un
marxista.
Las variables básicas de Oberschall son las mismas que utiliza MR, tanto
para entender los comportamientos como los movimientos sociales: la elección
racial de los individuos basada en la lógica de costo/beneficio. Los
comportamientos colectivos serían adaptativos y normativos. Las elecciones
ocurrieron no sólo como resultado de criterios individuales, sino que están
influenciadas por las decisiones de otros y de ahí resulta el carácter colectivo
de la acción. Esto significa que los costos y beneficios que otros están
sopesando influyen en mi decisión.
Para Oberschall, debido al carácter adaptativo y normativo del
comportamiento colectivo, una reunión, una manifestación política, una
celebración colectiva, incluso un motín destructivo, puede entenderse con
conceptos e hipótesis habituales de las ciencias sociales.

Página 63

La diferencia es que en un motín la elección de costos y beneficios es


diferente a la que se hace en otras situaciones. Después de un largo análisis
del comportamiento colectivo, Oberschall se pregunta: ¿qué provoca los
movimientos sociales? A medida que algunos de sus asuntos se hacen públicos y
Machine Translated by Google

otros ignorados? Afirma que muchos movimientos comienzan como una reacción a
cambios o nuevas políticas que afectan negativamente los intereses o la forma de
vida de muchas personas. Debido a que las autoridades son directa o indirectamente
responsables del cambio, los activistas organizan la oposición, atraen simpatizantes
y buscan la aceptación pública de sus metas y objetivos. El movimiento antimilitarista
en los Estados Unidos en la década de 1960 se cita como una reacción a la
intervención militar de ese país en Indochina. Por tanto, los movimientos no surgen
como resultado de un hecho abrupto o dramático, sino por el aumento de experiencias
percibidas como injustas y desiguales; y pueden ser estimulados por individuos que
aumentan su capacidad de actuar colectivamente.

se observa que, para Oberschall, además de comprender el comportamiento


colectivo, también necesitamos comprender las teorías del cambio social para obtener
explicaciones sobre los movimientos sociales. Insatisfacción o solidaridad son dos
opuestos que actúan como factores primordiales en el análisis de las condiciones
sociales que provocan el estallido de movimientos sociales.

Para tener un movimiento social, una causa justa y un mensaje atractivo


no son suficientes, dice Oberschall. Él dice que es necesario que haya puntos
de referencia significativos y atractivos. Los mensajes tienen que ser
comunicativos, se deben crear los temas de interés público, ideas, símbolos y
palabras clave. Se necesita un cuerpo de activistas, fondos suficientes, cartas y
boletines, listas de nombres y direcciones de miembros y posibles simpatizantes;
es necesario elaborar cuadros, presupuestos, obtener información sobre políticas
y prioridades públicas, etc. En resumen, organizar un movimiento requiere trabajo,
al igual que requiere trabajo organizar sus reuniones y administrar sus agendas. Por
tanto, para Oberschall, movimiento social significa, ante todo, organización.

Oberschall sigue a Gamson y otros al abordar los movimientos utilizando la


terminología Organización de Movimientos Sociales - OMS. Ekle concluye que un
cierto grado de estructura formal está asociado con el éxito y que existe una jerarquía
interna con diferentes cargos y funciones.

Página 64

Hay normas internas en términos de reglamentos y una centralización del poder a lo


largo de una línea de autoridad. Pero estos requisitos se construyen con el tiempo.
Al principio, las relaciones son predominantemente cara a cara.

Las bases teóricas del pensamiento de Oberschall, en cuanto a la tendencia a


la institucionalización de organizaciones y movimientos, están en Weber -en sus
estudios sobre los movimientos religiosos- y en Michels -en las referidas leyes de
hierro de las oligarquías. Aunque discrepa en parte, Oberschall utiliza el enfoque
del individualismo metodológico para analizar las acciones de los movimientos
sociales, ubicados, en términos de su comportamiento adaptativo y normativo.
Identidad, cohesión, redes de trabajo, estructura organizacional se analizan como
factores micro en relación a los considerados macrosociales: valores, ideologías,
institucionalización. La transición de lo micro a lo macro social esboza el
Machine Translated by Google

teorías del estado, conflicto, cambio social y cultura. Los movimientos


sociales se ven en cuatro dimensiones: reclamos de descontento;
valores e ideologías; capacidad de organización y movilización; oportunidades
para el éxito, cada una con su propio nivel de abstracción y análisis.

Como conclusión, destacamos que Oberschall es uno de los teóricos


más citados y utilizados en la producción norteamericana sobre movimientos
sociales en las últimas dos décadas. Su aporte al paradigma norteamericano
fue fundamental en la teoría de RM y su reformulación en los años 80 y 90.

4. El enfoque histórico en el paradigma norteamericano: Charles Tilly - las


secuencias históricas y el análisis de los recursos comunes

Aunque muchos autores incluyen el trabajo de Charles Tilly en la teoría


de la Movilización de Recursos (y tienen sus razones para hacerlo),
pensamos que debe haber una distinción, ya que tiene sus propias
características, un estilo de enfoque que hace que la escuela un enfoque
esencialmente histórico.

Página 65

Otros autores relacionan el trabajo de Tilly con el paradigma de los Nuevos


Movimientos Sociales, como Foweraker (1995). No estamos de acuerdo con
esta posición porque el propio Tilly destaca el carácter estructural de sus
análisis y critica el enfoque centrado únicamente en cuestiones de identidad y
la perspectiva microsocial. Lo que comparte con el paradigma NMS es la
cuestión de la solidaridad, particularmente la solidaridad comunitaria.
En 1978, Tilly publicó su _From_Mobilization_to_Revolution,
estudio que se convirtió en un clásico contemporáneo debido a las
innovaciones introducidas en el abordaje del comportamiento colectivo. Comienza
con una retrospectiva de las teorías sobre la acción colectiva según la división de
las ciencias sociales en tres grandes corrientes, que prevalecieron en las
academias de varias partes del mundo en la década de 1970: Durkheim, Weber y
Marx. Pero no se quedó solo en los tres clásicos, rescatando autores
contemporáneos que estudiaron los movimientos, las revoluciones y las acciones
colectivas en general según esos enfoques. Tras este trabajo pionero, sitúa e
inicia su propio planteamiento. Partiendo de un problema señalado por Marx, que
consideraba no resuelto, acerca de cómo los grandes cambios estructurales
afectan a los modelos de acción colectiva prevalecientes, también recurrió a
Weber y a los historiadores marxistas ingleses, particularmente a Hobsbawm, al
caracterizar el papel relevante de la ideología y las creencias en el formación de
acciones colectivas. En la Escola dos Annales, buscó la categoría de larga
duración, utilizada para demostrar cómo la solidaridad comunitaria interfiere con
las asociaciones voluntarias.
El concepto de intereses de oportunidad -que será decisivo a fines de
los años 80 y 90, en relación con el paradigma norteamericano según el
enfoque de Tarrow y otros- fue aplicado por Tilly para comprender tanto las
violentas luchas históricas como los procesos de negociación
institucionalizados. , en un enfoque caracterizado por algunos
Machine Translated by Google

autores como una nueva versión de la teoría de la modernización, porque


reafirma que los cambios colectivos a gran escala afectan las acciones
colectivas. Muestra cómo el repertorio de acciones colectivas desarrolladas
por los actores se relaciona con sus formas de asociación y las nuevas formas que
emergen. Tilly también aplica la RM para clasificar los tipos de movilización, en
defensiva y ofensiva, además de desarrollar mucha reflexión sobre la relación con
las élites de los grupos organizados en acciones colectivas y los resultados de este
proceso en términos políticos.

Página 66

Todavía preocupado por los problemas abordados por las teorías norteamericanas
de acción social, Tilly publicó en 1981, junto con Louise Tilly y Robert Tilly,
_Class_Conflict_and_Collective_Action, una colección de textos en los que se
retoma su trabajo anterior en la línea que lo consagrará como uno de los grandes
investigadores norteamericanos sobre acciones colectivas: su estudio histórico
en los siglos XVIII y XIX. A partir del impacto de los cambios locales en las
estructuras de poder nacional, Tilly llamó la atención sobre los recursos
comunitarios en las primeras etapas del capitalismo, en particular las protestas
comunales. Destacará la importancia de tales recursos también para el siglo XX
en movimientos, en Estados Unidos, como el de los derechos civiles y el de los
estudiantes, retomando las tesis de Gusfield.

La serie de artículos publicados en 1981 por los Tilly buscaba responder a una
pregunta de Moore (1978): con qué frecuencia y bajo qué condiciones el conflicto
de clases proporciona las bases para la acción popular colectiva, es decir, indagaban
sobre las bases sociales de la rebeldía y obediencia. Optó por el término acción
colectiva, y no protesta, rebelión, desorden o cualquier otro, porque entendió que en
estos últimos términos hay un prejuicio, desde el punto de vista de las autoridades,
que dificulta la comprensión de la fenómenos. Además, Tilly argumentó que acción
colectiva es un término más amplio, no restringido a protestas y rebeliones, y
también engloba peticiones, marchas, manifestaciones colectivas, etc., en un
conjunto de acciones que incluso cuentan con el estímulo y/o apoyo de la
autoridades. Por tanto, concluye, las acciones colectivas no se limitan a las
manifestaciones contrarias al orden vigente y pueden definirse así: “Toda ocasión
en que un grupo de personas confía y aplica recursos, incluido su propio esfuerzo,
para fines comunes”.

(Tilly, 1981: 17).


El trabajo histórico sobre las acciones colectivas consiste en descubrir
qué conjuntos de personas, recursos, fines comunes y formas de
compromiso están involucrados en diferentes lugares y tiempos.

Página 67

Tilly busca establecer comparaciones entre diferentes períodos


históricos, destacando el repertorio de acciones colectivas. Así, en el
siglo XVIII, la gente aprendió a hacer huelga, a invadir campos y lugares de
trabajo, a realizar protestas a través de representaciones teatrales en las calles,
a quemar públicamente imágenes ficticias de sus
Machine Translated by Google

oponentes etc Estas acciones se expresaron en rebeliones de elementos,


invasiones en el campo contra los recaudadores de impuestos, etc. Menos
visibles fueron las demandas populares en fiestas y asambleas de grupos
corporativos (comunidades, gremios, congregaciones religiosas, etc.), que
produjeron peticiones, procesos judiciales, condenas e incluso deliberaron sobre
actos de rebelión. El siglo XIX presentó un repertorio de acciones colectivas
totalmente diferentes en Europa. Las formas más visibles fueron manifestaciones
en grandes eventos de protesta, paros, competencia electoral, en acciones más
urbanas que rurales. Los participantes se articularon en asociaciones de interés,
dirigieron sus mensajes a públicos específicos y utilizaron mucho el mensaje escrito,
a través de panfletos, peticiones, abanderados, emblemas e insignias. Es decir, las
formas del siglo XIX estaban más organizadas que las del siglo XVIII.

Tilly atribuye los cambios de comportamiento al proceso político,


al Estado, la estructura de poder y la organización política. La
concentración del capital y el surgimiento del Estado nacional completan el análisis
del por qué del declive del repertorio del siglo XVIII y el surgimiento de un nuevo
repertorio en el siglo XIX, Tilly planteó que las acciones estatales, al llegar a las
comunidades a nivel local , generó resistencias, legitimando o deslegitimando el
repertorio de disputas.
Por lo tanto, no hay énfasis en el proceso de aprendizaje de las masas movilizadas
o en la acumulación de sus fuerzas políticas. El factor básico generador de cambio
está en el sistema político institucionalizado.
Según Cohen y Arato (1992), el trabajo de Tilly muestra que la acción
colectiva moderna presupone el desarrollo de la autonomía de los espacios sociales y
políticos dentro de la sociedad civil y política, espacios que están garantizados y
fundamentados por una cultura política democrática y formas políticas representativas. .

Página 68

Pero, aún según Cohen y Arato, Tilly no ve en las acciones colectivas debido
al enfoque adoptado, que excluye la identidad política de los actores
colectivos, la creación de nuevos significados, nuevas organizaciones, nuevas
identidades y nuevos espacios sociales. Estos aspectos fueron destacados por
Cohen ya en 1985 cuando afirmó: “Él no se enfoca en la relación entre el
surgimiento de principios universalistas de nuevos espacios públicos y la nueva
identidad colectiva, basada en nuevas formas de vida asociativa, de actores
colectivos. dimensión de aquellos procesos que son relevantes para la movilización
de grupos organizados que compiten por el poder” (Cohen, 1985: 683).

En 1995 Tilly publicó un nuevo estudio sobre los movimientos sociales. En


1996, junto con Tarrow y McAdan, organizó un amplio programa de investigación
relacionado con el mapeo de disputas colectivas (_contenciones_políticas). Este término
vino a designar el estudio de los movimientos sociales, ciclos de protestas, revoluciones
y acciones colectivas en general. El mapeo de litigios debe cubrir las historias políticas
locales, regionales y nacionales; cambios en las categorías sociales; políticas estatales
dirigidas a movimientos sociales, redes
Machine Translated by Google

grupos sociales, grupos de interés, partidos políticos y otros ámbitos de la


vida pública colectiva como la ciudadanía, el nacionalismo, etc.; y conflictos y
violencia aislados, como bandolerismo, delincuencia, etc. Regresaremos a
este tema y al trabajo de Tilly en el próximo capítulo, cuando tratemos la teoría
de la Movilización Política.

Página 69

CAPÍTULO III

TEORÍAS SOBRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN: LA


MOVILIZACIÓN POLÍTICA - MP

1. Reformulación de la teoría de la movilización de recursos y la búsqueda


de nuevos caminos: el énfasis en el proceso político, el redescubrimiento de
la cultura y la psicología social

En la década de 1970, a partir de las críticas dirigidas al utilitarismo


metodológico y al individualismo de la RM, se perfila una nueva etapa en el
paradigma norteamericano, en la que se plantea la búsqueda de elementos
conceptuales que llenen los vacíos existentes por el enfoque exclusivamente
económico de la RM. MR, ampliando así su campo explicativo.
En consecuencia, mientras el RM destacaba los aspectos organizativos, ligados
principalmente a la lógica económica que presidía el accionar de los movimientos
-tratados como una organización formal-, la segunda etapa destacabadel proceso
el desarrollo
político,
el campo de la cultura estaba se reactivó y se enfocó con proceso la interpretación
de las acciones colectivas. Se inició el énfasis en la estructura de oportunidades
políticas, el grado de organización de los grupos demandantes y la aplicación del
análisis cultural en la interpretación de los discursos de los actores del movimiento.

Página 70

Es decir, el lenguaje, las ideas, los símbolos, las ideologías, las


prácticas de existencia cultural, todo pasó a ser visto como un
componente de los conflictos expresados en los discursos, en un análisis menos
preocupado por la deconstrucción de los textos y más interesado en los símbolos
de las ideas en esos discursos, como vehículos de significados sociales que dan
forma a las acciones colectivas.
Otro aspecto a destacar se refiere a los tipos de movimiento analizados
en la nueva fase. Si MR se detenía a analizar el movimiento por los derechos civiles,
el movimiento de mujeres, contra la guerra y las armas, etc., ahora se observa que
muchos de estos movimientos han tenido relecturas, como el de los derechos civiles.
Los cambios en el tratamiento metodológico acompañaron cambios en la vida real,
donde empezó a prevalecer la política de "corrección política", como en los conflictos
raciales: los negros ya no se llaman _negros y ahora se llaman _afroamericanos.
Otros movimientos surgieron y comenzaron a ser estudiados: minorías ecologistas,
nacionalistas, medicina alternativa, derechos de los animales, New Age, nuevos
movimientos religiosos, etc. El movimiento
Machine Translated by Google

ecologista creció, se diversificó y ganó alcance internacional, en forma de


organizaciones como Greenpeace, Rainforeft, etc. El movimiento de gays y
lesbianas creó instituciones basadas en la era de la corrección política, y el
movimiento de mujeres en general ha cambiado sustancialmente. Conferencias
internacionales, sectores del feminismo radical y grupos institucionalizados
comenzaron a componer, entre otros temas, la nueva agenda de ese movimiento.
El movimiento por la paz dejó de ser mera oposición a la guerra o se centró en
banderas de paz y amor, la creación de un nuevo orden mundial holístico se convirtió
en uno de los grandes énfasis.

En la nueva fase, los trabajos teóricos de Klandermas (1988, 1990, 1992,


1994, 1995), Friedman (1992), Tarrow (1988, 1992, 1994, 1996), Johnston
(1994, 1995, 1996), Fantasia (1991 , 1995), Taylor y Whitter (1995), Muller
(1992, 1994), Morris (1992), Kriesi (1988, 1996), Laraña (1994), Inglehart (1990),
Amenta (1995), Meyer (1990, 1993 y 1996), Goodwin (1996), Smith (1996),
Traugott (1995), entre otros.
Tarrow, cuyo trabajo no comenzó en Estados Unidos sino en Italia, realiza
el trabajo más completo, uniendo los enfoques estadounidense y europeo.

Página 71

Se estudiará con más detalle al final de este capítulo.1995, 1996), McAdams (1996),
Snow y Benford (1988 y 1992), Jenkins (1985), Gusfield (1996), Oberschall (1993),
Della Porta (1993) y el propio McCarthy (1996).

Los planteamientos de los autores no son uniformes, hay énfasis que remiten a la
creación de nuevos conceptos. Partiendo de una crítica al análisis inicial de
Olson, Zald y McCarthy, se llamó la atención sobre los recursos sociales de la
comunidad, el contexto político y la red de relaciones sociales.
Se ha demostrado que el movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos, por
ejemplo, no puede explicarse únicamente por variables económicas. Con base en
investigaciones empíricas, se argumentó que otros factores macroestructurales
facilitaron la generación de protestas sociales, tales como: el nivel de organización
del grupo en estado de necesidad y la realidad política de confrontación que plantearon
los líderes desafiantes, en una red de relaciones entre grupos colectivos.

En definitiva, las protestas, el descontento, el resentimiento y demás


las formas de necesidad existentes en la comunidad, tan queridas por los
teóricos clásicos de las teorías de la acción social y diseñadas inicialmente por
RM, también fueron reconocidas como fuentes de recursos. En otras palabras: hubo
una recuperación de los clásicos para explicar omisiones de las que MR no se había
ocupado. Se mantuvo el énfasis en la movilización de recursos, como principal eje
articulador de la teoría, pero la nueva etapa no considera sólo los recursos
económicos, y la lógica instrumental-racionalista ya no es el eje central que conduce
los análisis. Las tácticas no convencionales - tratadas como actos anómalos por los
clásicos - llegaron a ser vistas como que contenían
Machine Translated by Google

un lado positivo para entender el cambio social. Esto se debe a que las protestas, por
ejemplo, se construyen socialmente y como tales generan nuevas energías. Existe la
necesidad de un compromiso intenso (personal y colectivo) de un objeto para lograr
metas.
El retorno del análisis cultural en la producción teórica sobre la acción
colectiva, especialmente en Estados Unidos, se dio de una manera un tanto
peculiar.

Página 72

Es el uso de una determinada interpretación de la cultura.


Símbolos, valores, significados, íconos, creencias, códigos culturales en general,
comenzaron a destacarse según un enfoque que se asemeja más a Durkheim que a
Weber o Parsons, en sus teorías de la acción social y la cultura. Esto se debe a que se
rechazó el enfoque que trataba a la cultura como un sistema, pasando a verla como un
proceso. La cultura de la solidaridad, analizada por Fantasía, por ejemplo (1995), fue
destacada según su construcción en un proceso y no como algo heredado y prefabricado,
o creado a partir de la inclusión en un determinado sistema de relaciones. Fue visto como
creado y recreado a partir de un conjunto de representaciones en el curso de acciones
colectivas, lo que lleva a la formación de una conciencia colectiva. En este punto
encontramos la fuerza del pensamiento de Durkheim, cuando afirma que la cultura está
constituida por representaciones y no por ideas, como quería Weber. Las representaciones,
por lo tanto, no son las ideas de individuos o grupos que persiguen sus intereses, sino los
vehículos de procesos fundamentales en los que los símbolos públicamente compartidos
constituyen grupos sociales (Durkheim, 1995, citado en Swidler, 1995: 26). Es decir,
mientras la perspectiva weberiana toma al individuo como unidad de análisis, la perspectiva
durkheimiana toma al grupo y el proceso que construye. La conciencia colectiva del grupo
es algo muy similar a la identidad colectiva del enfoque PM, ya que es un depositario de
normas y valores que definen el comportamiento de los individuos. (Destacaremos otras
limitaciones al uso del concepto de cultura, cuando analicemos el trabajo de Tarrow, y al
final de este capítulo, cuando resumamos nuestras críticas a MP).

Weber y Parsons fueron parcialmente rescatados a través del enfoque.


de Gertz, quien redefine el objeto de análisis cultural a partir del estudio de las
prácticas culturales. El análisis de las acciones colectivas buscará las
representaciones de los individuos sobre el objeto en cuestión, a partir de códigos
y significados existentes. Se mueve desde el interior de los individuos, desde sus
representaciones mentales, hacia el exterior, hacia sus prácticas sociales. Y para
entender el afuera, uno entra en el análisis de contextos. Los autores que
avanzaron más en la creación de nuevos marcos explicativos destacaron la primacía
del contexto político (Tarrow, 1994).

Página 73

Pierre Bordieu y M. Foucault son otras dos fuentes referenciales


sobre las prácticas culturales, entre los autores contemporáneos que
fundamentan la nueva teoría y el paradigma político que
Machine Translated by Google

ella engendró. Esto se debe a que los marcos de acción colectiva -concepto que se
discutirá más adelante- incorporaron el plan simbólico, proveniente de símbolos y creencias
preexistentes, así como de nuevos valores creados en oposición al statu quo actual, que
emergen en el curso de las luchas de los movimientos. Estos valores constituyen lo que
Bordieu llamó el capital cultural del grupo, traduciéndose en hábitos (Bordieu, 1984, 1990). v.

Taylor y N. Whitter (1995) señalan que se revisan factores como la educación, el género, la
raza, la entidad de clase y los antecedentes, generalmente vistos como factores estructurales
en las teorías producidas hasta el momento. Los grupos como conjuntos distintos de creencias
y habilidades, y recursos culturales, comienzan a incorporar nuevos enfoques. Alexander
(1990) ve en este proceso la formación de resistencia grupal.

La teoría de la Movilización Política reintrodujo la psicología social como


instrumento para comprender el comportamiento colectivo de los grupos sociales. Se
trabajaron tres elementos: la reconceptualización de la figura del actor; microrelaciones
sociales cara a cara; y la búsqueda de especificación de los elementos generados dentro de
una cultura sociopolítica, con significados determinados. Se rescataron las insatisfacciones,
valores e ideologías a través de una mirada que busca comprender la identidad colectiva de
los grupos y la interacción con su cultura. En otras palabras, MP se acercó a las teorías
europeas denominadas “Nuevos Movimientos Sociales”. Coehn y Arato (1992) ya habían
afirmado que los dos enfoques -MP y NMS- no eran necesariamente incompatibles, porque,
en parte, ambos se basan en características clave de la sociedad civil.Foweraker (1995) también
hace declaraciones en la misma dirección.

Después de décadas del apogeo de la Escuela de Chicago, uno de sus supuestos


principios básicos, el interaccionismo, ha resurgido con mucha fuerza, en forma de
interaccionismo simbólico, a través de la recuperación de la obra de Irving Goffman.
Utilizando uno de sus argumentos -las condiciones estructurales son necesarias pero no
suficientes para explicar la acción humana-, MP recurrió a los estudios psicosociales,
enfatizando las reglas de interacción.

Página 74

Es importante señalar que Goffman fue el teórico empírico más importante del
movimiento interaccionista simbólico. Desarrolló una sociología de la vida cotidiana en la
que buscaba mostrar la naturaleza tenue de la vida social. Es una sociología para entender
un mundo donde la vida es un drama, donde hombres y mujeres luchan por crear o proyectar
una imagen convincente de su "yo" a los demás. Se centró en los conflictos y tensiones
experimentados por los individuos, en diferentes contextos sociales, y sus esfuerzos por tratar
de preservar una imagen para otros individuos. Los interaccionistas, en el momento en que
produjeron sus teorías, fueron objeto de duras críticas por parte de sus oponentes, críticas quizás
más fuertes que las de algunos científicos sociales anteriores, que tenían perspectivas elitistas,
conservadoras o escépticas. Las críticas básicas de los interaccionistas se referían al tratamiento
que daban a temas como la objetividad, la racionalidad, etc.

Sin embargo, la mayoría de sus posiciones fueron retomadas en la década de 1990, no


Machine Translated by Google

más como problemas pero como soluciones, y muchos puntos de crítica que habían sido
vistos como negativos, como una pista para comprender las elecciones y opciones de
los grupos sociales, dentro de una red de relaciones sociales y contextos de
oportunidades políticas.
Aunque Snow and Benford (1992) y Gamson (1995) reelaboraron
varios postulados del interaccionismo -tratando de adaptarlos al análisis estructural-
político de MP-, la fuerza de los argumentos
nueva psicosocialesincluso
teoría. Inicialmente, es bastante fuerteenen la
pensamos
llamarlo MPC - Movilización Político-Cultural. Pero luego observamos que la concepción
de la cultura oscila entre dos extremos: o es restringida -muy cercana a una de las
versiones del enfoque antropológico de la cultura, que la trata como tradición, valor,
depositario del pasado; o es muy amplio e indeterminado - visto como un proceso de
representaciones. No se trabaja la dimensión de la praxis, de la cultura como fuerza
social transformadora, constitutiva de nuevas identidades sociales, pues pocos autores
de MP vinculan los propios movimientos a los procesos de cambio y transformación
social, prefiriendo abordarlos en los marcos teóricos dados por acción de los grupos de
interés en un campo de disputa por el poder (Kriesi, 1996).

página 75

Cuando se destaca el proceso de cambio social, se hace referencia a


cambios institucionales. Lo que existe es una gran preocupación por saber cómo los
cambios estructurales se transforman en acciones colectivas (Tarrow y Klandermans,
1988). Algunos autores enfatizan los cambios culturales cuando se refieren al proceso de
construcción de la identidad. Pero estos están más cerca de la teoría NMS que de MP
(Taylor y Whrittier, 1995).
Por lo tanto, cambiamos nuestra nominación inicial, reduciéndola a MP - Movilización
Política.
Pero no sólo la psicología social fue desencadenada por el MP, a través de la
recuperación de otras teorías del paradigma nacionalista clásico.
Progresivamente se fueron incorporando teorías de otros paradigmas, en un esfuerzo
por articular explicaciones generales, a nivel macro -con énfasis en los procesos
políticos y no en el campo de los intereses económicos de la RM- y explicaciones del
micro universo específico -como un énfasis en la cultura y la política de los grupos y
movimientos. La política es vista como asociada a la cultura de grupos organizados
que crean sus propios espacios, a través de prácticas culturales, incorporando sus
ideologías y creencias (Fantasia y Hirsch, 1995). Algunos autores han ampliado el
abanico de aportaciones desde otros paradigmas, introduciendo, por ejemplo, una
perspectiva histórica, recuperada principalmente en la línea de trabajo de los
historiadores ingleses: E. Hobsbawm, G. Rudé y EP Thompson.

La nueva historia reaparece especialmente en las obras de Charles Tilly.


Morris (1984) volvió al tema del proceso de formación de la conciencia política utilizando
algunas de las observaciones de Gramsci. Analizó cuestiones de género y raza en
Estados Unidos, buscando comprender la conciencia de oposición. Buscó insertar
acciones colectivas en sus determinaciones estructurales para obtener una imagen de
cómo interactúan, generando estímulos o inhibiendo la acción colectiva. Su énfasis en
la problemática de la conciencia política se aplica para comprender la

También podría gustarte