Fallo Sobre Responsabilidad Civil 2
Fallo Sobre Responsabilidad Civil 2
Fallo Sobre Responsabilidad Civil 2
I.La sentencia
El pronunciamiento de fs. 2054 del registro digital
hizo lugar a la demanda interpuesta por M. R. E. (en un principio
representada por sus padres A. V. G. y M. A. E.) y condenó a C. S.A.,
propietaria del establecimiento Instituto Buenos Aires, junto con B. C.
Seguros S.A., al pago de $ 151.000, más intereses y costas. A la par,
#28726895#336553675#20220805082905183
desestimó la demanda dirigida contra las docentes O. M. V., Natalia V.
G. y L. I. S., con costas.
A tal fin, el juez de la causa tuvo por demostrado
que el 4 de octubre de 2011 la demandante había sido golpeada por un
compañero en el colegio de la sociedad demandada, sin que se hubiera
acreditado la responsabilidad en el hecho de las aludidas docentes.
II. Los recursos
El fallo fue apelado por la actora y por la empresa
demandada.
La primera en su memorial de fs. 2087/2089,
contestado a fs. 2083/2086, cuestiona la cuantificación en general y en
particular la de la incapacidad, el daño moral y los gastos; como así
también la imposición de costas por el rechazo de la demanda
respecto de las citadas docentes.
La segunda, en su escrito de fs. 2074/2077,
contestado a fs. 2083/2086, objeta la responsabilidad atribuida.
El recurso de los padres de la reclamante fue
declarado desierto a fs. 2092.
III.- La ley aplicable
Aclaro ante todo que en razón de la fecha en la que
tuvo lugar el hecho invocado como generador de la deuda que se
reclama, no corresponde la aplicación retroactiva de la normativa de
fondo del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (cf. art. 7 del
citado, similar al art. 3 del Código Civil).
IV. La responsabilidad
El art. 1117 del Código Civil, reformado por la ley
24.830 (ver art. 1733 del Código Civil y Comercial de la Nación),
establece que los propietarios de establecimientos educativos privados
o estatales serán responsables por los daños, causados o sufridos por
sus alumnos menores cuando se hallen bajo el control de la autoridad
educativa salvo que probaren el caso fortuito. Asimismo expresamente
#28726895#336553675#20220805082905183
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA G
1
C.N.Civ., esta sala, L. 607.143, del 3/7/13
2
Reyna en Bueres, Highton, Código Civil, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2005, t. 3-B, p.27
3
Kemelmajer de Carlucci, “La responsabilidad civil de los establecimientos educativos en
Argentina después de la reforma de 1997”, en La Ley, 1998-B, p. 1053
4
Sagarna, “Responsabilidad civil del establecimiento educativo para alumnos con capacidades
distintas. La eximente caso fortuito”, en La Ley 2010- E, p. 15
5
Reyna, en Bueres, Highton, Código Civil, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2000, t. 3-B, p. 25
#28726895#336553675#20220805082905183
Esta responsabilidad objetiva también puede
encontrar fundamento en la calificación del vínculo como una relación
de consumo (arts. 1, 5 y 40 de la ley 24.240).
El único supuesto de exoneración expresamente
previsto en el art. 1117 aludido es el caso fortuito, destacándose entre
sus características la necesidad de que sea extraño al deudor, ajeno a
la actividad de la persona sobre la cual pesa la presunción de
responsabilidad6 o al riego propio de la tarea7.
En el caso el magistrado de la causa ha tenido por
acreditado que la demandante recibió un golpe mientras se hallaba en
el colegio con la denuncia de siniestro acompañada por la compañía
de seguros a fs. 232.
La sociedad demandada se agravia con fundamento
en que la aludida denuncia fue adjuntada en fotocopia.
Ahora bien, la mencionada fotocopia fue agregada
al expediente por la aseguradora para cumplir con la intimación
formulada en la audiencia preliminar de fs. 214/215. Constituye
prueba ofrecida exclusivamente por la parte actora al promover la
demanda (fs. 61).
No se trata de una fotocopia de un documento
arrimado al proceso por quien pretende valerse de ella en sustento de
su pretensión (como ocurría en “MCBA c VJR” del 1/9/14, citado en
el memorial) sino que a través de esta presentación la misma
compañía de seguros estaba afirmando la existencia y contenido de la
denuncia de siniestro efectuada por la empresa demandada en contra
incluso de su postura inicial (fs. 93/102).
6
C.N.Civ., sala B, L.555.142 del 10/11/10; ídem “Cammarota Marcela c/ GCBA” del 10/12/06, en
RCyS, 2007-II,110
7
C.N.Civ., sala C, L.469.817, del 4/9/07¸ C.N.Civ. sala A, “G.R.J. c/ Babar Bilingual School”, del
3/7/09; Sagarna, “Responsabilidad civil del establecimiento educativo para alumnos con
capacidades distintas. La eximente caso fortuito”, en La Ley 2010- E, p. 15; Reyna en Bueres,
Highton, Código Civil, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2005, t. 3-B, p. 33; Goldenberg, La
Relación de Causalidad en la Responsabilidad Civil, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2000, p. 150;
Loizaga Responsabilidad Civil de los establecimientos educativos, Ed. Abeledo Perrot, Bs. As.,
2000, p. 134; cf. esta sala, L. 615.768, “Pintos, Maria De Los Angeles c/ Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires”, del 03/09/13
#28726895#336553675#20220805082905183
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA G
8
Fenochietto-Arazi, Código Procesal, Tomo 2, pág. 375).
9
Palacio, Lino, Derecho procesal civil, Tomo IV, p. 428.
10
Caramelo Díaz, en Highton-Areán, Código Procesal, Tomo 7, ps. 647 y ss.
#28726895#336553675#20220805082905183
teniendo en cuenta sus sellos, formularios e indicaciones de servicio,
podrían considerarse auténticas.
En definitiva, el intento de la apelante de
abroquelarse en la cuestión de la fotocopia no se condice con la buena
fe que debe prevalecer en todo proceso.
Asimismo, corrobora la existencia del hecho el que
quien era a la sazón directora del colegio, testigo aportada por la
propia demandada, manifestó a fs. 238 que había sido informada que
un alumno involuntariamente había golpeado a la alumna en el oído.
Frente a la acabada acreditación de la existencia
del golpe en el oído de la demandante mientras se hallaba en el
establecimiento y a la absoluta falta de prueba de un factor con aptitud
para cortar el nexo causal con el daño, en función de lo señalado
precedente sobre la responsabilidad objetiva, no puedo sino proponer
la desestimación de los agravios vertidos al respecto.
V.- Los daños
En la determinación de los daños, como es criterio
de esta sala, tampoco he de aplicar el Código Civil y Comercial de la
Nación por no encontrarse vigente al tiempo de configurarse el
perjuicio constitutivo de la responsabilidad (cf. art. 7 del citado
cuerpo legal y 3 del Código Civil)11.
Al respecto, tengo presente que el derecho a una
reparación se encuentra contemplado en los arts. 17 (derecho de
propiedad) y 19 (no dañar a otro) de la Constitución Nacional y en tal
carácter ha sido reconocido por la Corte Suprema 12; como así también
en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 75, inc.
22 de la Constitución Nacional), entre otros, en sus arts. 5 (derecho a
que se respete su integridad física, psíquica y moral), 21
11
C.N.Civ., esta sala, CIV/11380/2012/CA1, del 18/8/15 y numerosos precedentes a partir de
entonces; ver doctrina del fallo plenario “Rey, José J. c/ Viñedos y Bodegas Arizu S.A.”, del
21/12/71, en La Ley 146, p. 273; y en similar sentido C.N.Civ., sala E, Expte. 101.221/07, del
15/7/16; ídem sala F, Expte. 13.793/12; íd., sala I, Expte. 25.837/10, del 11/12/15.
12
Fallos: 308:1118 y 1160; 320:1996; 325:11.
#28726895#336553675#20220805082905183
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA G
13
Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Sentencia
de reparaciones y costas del 21 de julio de1989. Serie C No. 7; caso de los Hermanos Gómez
Paquiyauri Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie C No.
110, n. 189; caso 19 Comerciantes Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5
de julio de 2004. Serie C No. 109, n. 222; entre otras.
#28726895#336553675#20220805082905183
social, cultural y deportivo con la consiguiente frustración del
desarrollo pleno de la vida14.
El perito médico designado de oficio señaló en su
dictamen de fs. 347/350 que la reclamante presentaba una
disminución auditiva derecha de tipo Perceptiva Parcial y acufenos,
clasificada como hipoacusia de Grado II, atribuible al relato del
accidente acontecido como secuela-lesión; todo lo cual le generaba un
6,4 % de incapacidad.
La eficacia probatoria del dictamen ha de estimarse
de conformidad con las reglas de la sana crítica (art. 386 del Código
Procesal), teniendo en cuenta la competencia del perito, los principios
científicos o técnicos en que se funda, las observaciones formuladas y
los demás elementos de convicción que la causa ofrezca (art. 477 del
citado cuerpo legal).
A pesar de que en nuestro sistema el peritaje no
reviste el carácter de prueba legal, si el experto es una persona
especialmente calificada por su saber específico y se desempeña
como auxiliar judicial distinto de las partes, la prudencia aconseja
aceptar los resultados a los que haya llegado, en tanto no adolezca de
errores manifiestos, o no resulte contrariado por otra probanza de
igual o parejo tenor15.
Aun cuando las conclusiones del dictamen pericial
no obligan a los jueces en la ponderación de la prueba, para prescindir
de ellas se requiere, cuanto menos, que se les opongan otros
elementos no menos convincentes16. Si no se observan razones que
desmerezcan sus asertos, corresponde asignarle suficiente valor
probatorio17, que es lo que ocurre en el caso pues los dictámenes no
son cuestionado en esta instancia.
14
Fallos: 308:1109; 312:752, 2412; 315: 2834; 316: 2774; 318:1715; 320: 1361; 321:1124;
322:1792, 2002 y 2658; 325:1156; 326:874.
15
Fallos: 331:2109.
16
Fallos: 321:2118.
17
Fallos: 329:5157.
#28726895#336553675#20220805082905183
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA G
#28726895#336553675#20220805082905183
inseguridades, únicamente desde el plano espiritual, cobrando especial
importancia la índole de las lesiones y el grado de menoscabo que
dejaren, para mostrar en qué medida ha quedado afectada la
personalidad y el sentimiento de autovaloración.
El detrimento de índole espiritual debe tenerse por
configurado por la sola producción del episodio dañoso, ya que se
presume -por la índole de los daños padecidos- la inevitable lesión de
los sentimientos de quien demanda y, aun cuando el dolor no puede
medirse o tasarse, ello no impide justipreciar la satisfacción que
procede para resarcir -dentro de lo humanamente posible- las
angustias, inquietudes, miedos, padecimientos y tristeza propios de la
situación vivida, teniendo en cuenta la índole del hecho generador de
la responsabilidad y la entidad del sufrimiento causado, que no tiene
necesariamente que guardar relación con el daño material, pues no se
trata de un daño accesorio a éste21.
En consecuencia, valorando lo reclamado, lo
usualmente establecido por esta sala en casos similares, las
mencionadas condiciones personales y sociales de la reclamante, la
existencia de un padecimiento espiritual provocado por el hecho y las
secuelas ya descriptas, la forma de reparar con tasa activa desde el
hecho, estimo que no corresponde incrementar los $ 50.000
establecidos, que coinciden con la suma reclamada. Máxime, teniendo
en cuenta el principio de congruencia, derivado del derecho de
defensa (cf. arts. 34, inc. 4 y 163, inc. 6 del Código Procesal)
especialmente aplicable a esta partida22.
c. Gastos
Se ha dicho reiteradamente que los gastos médicos
y farmacéuticos deben ser admitidos, aun cuando no estén acreditadas
las erogaciones que se afirma haber realizado, si las lesiones sufridas
presuponen necesariamente la existencia de tales desembolsos, pues
21
Fallos: 334:1821; 332:2159; 330:563, entre otros.
22
Fallos: 311:2019; 317:1333; 327:3560.
#28726895#336553675#20220805082905183
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA G
23
C.N.Civ., esta sala,L. 497.770 y 497.771, del 4/12/08; L. 530.337, del 14/8/09, y L. 558.746, del
26/11/10, entre muchos otros.
24
C.N.Civ., esta Sala, L. 504.149, del 25/8/08; L. 526.164, del 15/5/09; L. 550.300, del 8/7/10,
entre otros.
25
C.N.Civ., esta sala, L. 476.356, del 31/8/07.
#28726895#336553675#20220805082905183
repotenciación de deudas para aquellas obligaciones de dar sumas de
dinero. Asimismo, cabe recordar que la Corte Suprema en Fallos:
328:2567 y en G.196 XLVI “Gargano, Diego c/ Banco de la Nación
Argentina s/ ejecución de honorarios”, de fecha 26/04/2011, ha
ratificado la competencia del Congreso para dictar la ley 23.928 y
aclarado que, a partir de tal acto legislativo, no sólo habían quedado
derogadas las disposiciones legales sino que, además, debían ser
revisadas las soluciones de origen pretoriano que admitían el ajuste
por depreciación, en cuanto, precisamente, se fundaron en la falta de
decisiones legislativas destinadas a enfrentar el fenómeno de la
inflación26.
Y ha añadido que la prohibición al reajuste de los
valores como de cualquier otra forma de repotenciar las deudas,
ordenada por los preceptos cuestionados, es un acto reservado al
Congreso nacional por disposiciones constitucionales expresas y
claras, pues es quien tiene a su cargo la fijación de valor la moneda y
no cabe pronunciamiento judicial ni decisión de autoridad alguna ni
convención de particulares tendientes a su determinación27.
Y en casos similares al presente ha considerado
que no se encontraba acreditada una afectación al derecho de
propiedad del actor de tal magnitud que sustentase la declaración de
inconstitucionalidad de las normas cuestionadas, más aún cuando el a
quo ha aplicado a las sumas adeudadas un interés equivalente al
promedio mensual de la tasa activa aplicada por el Banco de la Nación
Argentina para operaciones corrientes de descuento de documentos
comerciales28.
Consecuentemente, estimo que han de desestimarse
los agravios vertidos al respecto.
VII. Costas
26
Fallos: 315:158,993
27
Fallos: 225:135; 226:261 y sus citas; ver asimismo Fallos: 333;447
28
Fallos: 339:1583
#28726895#336553675#20220805082905183
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA G
29
C.N.Civ., esta sala, R. 36.311, del 11/8/88 y sus citas; R. 404.285, del 29/6/04; R. 437.991 y
437.992, del 12/9/05, y R. 441.149, del 17/10/05, entre otros.
30
Gozaíni, O., Costas Procesales, pág. 78 y C.N.Civ., esta Sala, R. 478.934, del 30/3/07 y 497.773,
del 12/12/07.
#28726895#336553675#20220805082905183
Buenos Aires, 5 de agosto de 2022.-
Y VISTOS:
Por lo que resulta de la votación de que
instruye el acuerdo que antecede, SE RESUEVE: I.- Confirmar el
pronunciamiento apelado, con costas de esta instancia a la
demandada. II.- Al referirse a los trabajos profesionales el supremo
tribunal federal ha decidido con fundamento constitucional, que el
derecho se constituye en la oportunidad en que se los realiza más allá
de la época en que se practique la regulación (criterio mantenido en
los autos “Establecimiento Las Marías SACIFA c/ Misiones, Pcia. de
s/ acción declarativa”, del 4/9/2018 y “All, Jorge Emilio y otro s/
sucesión ab-intestato”, del 26/4/2022). En atención a la calidad,
mérito y eficacia de la labor pericial desarrollada en autos; a lo
normado por los arts. 10 y conc. de la ley 24.432 y a la adecuada
proporción que deben guardar los honorarios de los expertos con los
de los letrados intervinientes (Fallos: 314:1873; 320:2349; 325:2119,
entre otros), por haber sido apelados sólo por bajos, se confirman los
honorarios de los peritos psicóloga, Lic. P. S. G., médico H. B. N. y
consutlor técnico H. P. P.
Por los trabajos de segunda instancia se regulan los
honorarios del Dr. R. M. G. en 6,6 UMA -que equivalen a la suma de
pesos Cincuenta y Nueve Mil Cuatrocientos Seis ($ 59.406) al
presente- y Dr. A. H. O. en 6,3 UMA -que equivalen a la suma de
pesos Cincuenta y Seis Mil Setecientos Seis ($ 56.706)-,conforme
arts. 30, 51 y ctes. de la ley 27.423 en virtud de la fecha en que se
realizaron las labores. III.- Devueltas que sean las actuaciones se
proveerá lo pertinente a fin de lograr el ingreso de la tasa judicial
(arts. 13 y conc. de la ley 23.898). IV.- Se deja constancia que la
#28726895#336553675#20220805082905183
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA G
#28726895#336553675#20220805082905183