Neurociencia para Educadores
Neurociencia para Educadores
Neurociencia para Educadores
La obra tiene como tema principal explicar cómo los conocimientos de esta ciencia
pueden ayudar a los docentes en su práctica educativa, por qué algunas estrategias
pedagógicas funcionan y otras no y por qué pueden tener consecuencias negativas a
medio y largo plazo.
En los dos primeros capítulos de la obra, se explica brevemente cómo se forma y cómo
funciona el cerebro. En un primer momento los genes provenientes de los progenitores,
intervienen en la formación y funcionamiento del cerebro y después de nacer sigue
creciendo, desarrollándose y formándose gracias a los diferentes tipos de ambientes con
los que tiene contacto.
Las conexiones neurales motivan que el temperamento y las capacidades de los alumnos
sean ligeramente diferentes. Sin embargo, el autor menciona que solo el 45% de las
diferencias son atribuibles a factores genéticos y que el ambiente familiar, social y
educativo que se le haya generado, influirá en los procesos de aprendizaje, de ahí que el
reto de la práctica educativa que generemos es conseguir el máximo provecho
individual y colectivo de las habilidades y capacidades.
Según la neurociencia, se distinguen tres grandes «ventanas» o etapas que presentan
características diferenciadoras: de 0 a 3 años, de los 4 a los 11 años y la adolescencia,
las cuales son examinadas por el autor de manera separada.
Para el autor, las emociones son uno de los aspectos imprescindibles de la educación, en
el texto se definen como:
Atribuciones erróneas
El mito ha sido erróneamente atribuido a numerosas personas, entre ellas a Albert
Einstein:
Es probable que el mito del 10 % haya surgido de una mala comprensión o
interpretación de las investigaciones neurológicas llevadas a cabo a finales del siglo
XIX y principios del XX, en las cuales los investigadores:
Descubrieron que sólo el 10 % de las neuronas del cerebro están “encendidas” en un
momento determinado;
Anunciaron que sólo habían registrado en mapas las funciones del 10 % del cerebro en
ese momento (los informes difieren en este punto).
Otro posible origen del mito del 10 % es que las neuronas solo componen el 10 %
(aproximadamente) de las células del cerebro; el resto son células gliales que, a pesar de
estar implicadas en el aprendizaje, funcionan de manera distinta a las neuronas.
No hay una relación directa entre el rendimiento del cerebro y su nivel de activación;
esta variable ha confundido a los científicos, ya que muchos individuos superdotados
han demostrado tener una menor actividad cerebral que la media. Haier propone que los
individuos superdotados poseen unos circuitos cerebrales más eficientes.
Dr. James W. Kalat, autor de libros de texto sobre psicobiología, señala que los
neurocientíficos en la década de 1930 conocían la existencia de un gran número de
neuronas “locales” en el cerebro, pero solo conocían aquellas células que eran más
pequeñas. Una mala comprensión de la función de las neuronas locales quizá haya dado
lugar al mito del 10 % del cerebro.
El filósofo William James, argumentó en The Energies of Men que “estamos haciendo
uso de solo una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos”, y es
posible que esa fuera una de las fuentes en las que se basa el mito.
Refutación
El neurocientífico Barry Beyerstein establece siete tipos de pruebas que desmienten el
mito:
Estudios sobre el daño cerebral: Si el 90 % del cerebro no se utiliza, entonces cuando se
lesionan ciertas áreas no debe afectar al rendimiento. En cambio, no hay ningún área del
cerebro que pueda ser dañada sin que se pierda alguna habilidad. Incluso los daños en
las áreas más pequeñas pueden conllevar consecuencias graves.
Evolución: El cerebro necesita un enorme gasto energético en comparación con el resto
del cuerpo, consume una gran cantidad de oxígeno y nutrientes. Si el 90 % del mismo
no fuese necesario los humanos con el cerebro más pequeño tendrían grandes ventajas
para sobrevivir, ya que sus cerebros serían más eficientes. Así que el proceso
de selección natural debería haber eliminado los cerebros ineficientes.
Imágenes cerebrales: Tecnologías como la tomografía por emisión de positrones (PET)
y la imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) permiten monitorizar la
actividad cerebral de personas vivas. Estas técnicas han revelado que, incluso mientras
dormimos, todas las partes del cerebro presentan algún nivel de actividad. Sólo cuando
el cerebro sufre un daño grave, tiene “silenciadas” algunas áreas.
Localización de función: En lugar de trabajar como una sola masa, el cerebro
tiene regiones distintas para los diferentes tipos de procesamiento de la información.
Varias décadas de investigación han permitido mapear las funciones de las áreas del
cerebro, y no se han encontrado áreas que no tengan ninguna función.
Análisis microestructural: Mediante la técnica de grabación de unidades individuales
(single-unit recording), los investigadores han insertado un electrodo diminuto en el
cerebro para monitorizar la actividad de una sola célula. Si no se utilizan el 90 % de las
células, esta técnica lo debería haber demostrado.
Estudios metabólicos: Otra técnica científica implica estudiar la adopción de moléculas
de 2-desoxi-D-glucosa etiquetadas radiactivamente en el cerebro. Si el 90 % del cerebro
estuviera inactivo, entonces esas células inactivas deberían aparecer como áreas en
blanco en una radiografía del cerebro. Una vez más, no hay tal resultado.
Enfermedades neuronales: Las células del cerebro que no se utilizan deberían
degenerarse. Por lo tanto, si el 90 % del cerebro permaneciera inactivo, las autopsias de
cerebros adultos tendrían que revelar una degeneración a gran escala.
Perpetuación
El mito del 10 % ha sido trasmitido involuntariamente por individuos que simplemente
creían en él y deliberadamente por aquellos que podían obtener algún beneficio del
mismo.
Algunos partidarios de la nueva era y los fenómenos paranormales propagaron esta
creencia para justificar los poderes psíquicos y afirmar que, mediante un entrenamiento
apropiado, el 90 % del cerebro humano «inutilizado» serviría para llevar a cabo
la telequinesis y la percepción extrasensorial.17 Además de que los seres humanos
utilizan la totalidad de su cerebro, no hay pruebas científicas que apoyen la existencia
de poderes psíquicos.
https://es.wikipedia.org/wiki/Mito_del_10_%25_del_cerebro