MINUTA EJECUTIVA Guía Planificación Estratégica DIPRES
MINUTA EJECUTIVA Guía Planificación Estratégica DIPRES
MINUTA EJECUTIVA Guía Planificación Estratégica DIPRES
En la misión se identifican los propósitos, fines y límites del servicio, ¿Cuál es el sentido de la
existencia del servicio o institución?.
La formulación de la misión es determinante para el futuro del proceso de planificación
estratégica, ya que tendrá consecuencias en la estructura de la organización, en los criterios
de asignación de recursos, en las posibilidades de desarrollo de las personas, en el medio
externo y en el conjunto de la sociedad. Además, la misión de la organización va a
condicionar posteriormente el análisis de las fortalezas, oportunidades, debilidades y
amenazas, por lo que es relevante lograr su adecuada definición.
ANÁLISIS FODA
El análisis FODA comprende los puntos fuertes y débiles de la organización y las amenazas y
oportunidades que le ofrece el entorno. La función del análisis FODA es obtener
información, dividiéndola en interna y externa, para realizar un análisis de situación y
determinar si indica algo que ayude a lograr los objetivos de la organización o que sea un
obstáculo para conseguir dichos objetivos.
El análisis externo
El análisis interno
Los objetivos estratégicos son la expresión de los diferentes resultados que se espera que
los logros que la organización alcance en un plazo determinado. Estos deben guardar
coherencia con la misión y con el análisis interno y externo.
Si se ha logrado un buen listado de las debilidades y fortalezas de la institución, junto con las
oportunidades y amenazas que presenta el entorno, su análisis combinado puede entregar
un adecuado panorama dentro del cual determinar los objetivos estratégicos, utilizando la
llamada Matriz de Análisis FODA.
Contienen una declaración explícita del tipo de productos, de los niveles de actividad o
estándares de productividad y se refieren generalmente a las preguntas ¿qué? y ¿cuánto? A
diferencia de los objetivos, se proyectan a plazos más cortos, por lo general un año. No son
necesariamente cuantitativas.
Hacen referencia al "¿cómo?", esto es, a la calidad del proceso que da lugar a la obtención
de dicho producto. De lo anterior se desprende que una meta de gestión debe contener el
propósito de mejorar los procesos institucionales en alguna de sus dimensiones: calidad,
eficiencia, eficacia y economía. Debe ser un compromiso, cuyo cumplimiento dependa
básicamente de la acción interna de la organización y no de las decisiones de otros servicios
públicos o de factores exógenos, como el nivel de actividad económica; las decisiones que
tomen agentes privados, los cambios bruscos en la demanda por prestaciones, etc.
Los proyectos.
Son los mecanismos destinados a alcanzar las metas, son actividades a realizar en un
determinado plazo y expresan una combinación de tiempo y recursos físicos, humanos y
financieros, orientados a producir un cambio en la gestión, que permita alcanzar uno o más
de los objetivos formulados. La ejecución de un proyecto no sólo está determinada por la
comunión de recursos en pos de un objetivo sino que está condicionada principalmente por
la capacidad de ejecución de las personas involucradas en el proyecto.
El éxito de un proyecto radica tanto en el adecuado análisis previo de las variables críticas
como en la capacidad de ejecución del mismo. El logro de las metas, puede retroalimentar
el proceso permitiendo redefinir los objetivos, rediseñar los proyectos, acelerar o retardar
su ejecución, si fuese necesario, y recurrentemente medir su impacto.
Así, se puede afirmar que la implementación del plan estratégico se compone de cuatro
fases que pueden funcionar de un modo cíclico:
1. la identificación de los objetivos y estrategias institucionales,
2. la definición de las metas de producción y gestión,
3. el diseño de los proyectos necesarios para su logro, y
4. la constatación del logro de las metas propuestas.
Los indicadores de desempeño son una herramienta que entrega información cuantitativa
respecto al logro o resultado en la entrega de los bienes o servicios generados por cada
institución, pudiendo cubrir aspectos cuantitativos o cualitativos de este logro.
Los indicadores estratégicos tienen como objetivo medir el rendimiento de las metas para
alcanzar los objetivos que una organización se ha fijado a corto, medio y largo plazo.
También permite a la organización comparar sus prácticas y resultados con los de otras
Instituciones.
Interpretando los indicadores se puede evaluar la productividad de la organización y
controlar el ritmo de los esfuerzos que se le asignan. Una organización puede orientar las
mejoras a realizar que le permitirán medir el éxito de su plan estratégico.
El logro de las metas, puede retroalimentar el proceso permitiendo redefinir los objetivos,
rediseñar los proyectos, acelerar o retardar su ejecución, si fuese necesario, y
recurrentemente medir su impacto.
Para la medición del cumplimiento de metas es posible construir indicadores. Lo que ocurre
habitualmente es que si no se percibe la necesidad de constatar el logro de las metas de
producción y la calidad de la gestión, no se prestará suficiente atención a los sistemas de
información apropiados. La planificación estratégica, como base para la medición de
resultados, se justifica en tanto permite identificar cuáles son las áreas o actividades
centrales de un servicio y determinar dónde vale la pena hacer esfuerzos de transformación
y cambios que eventualmente puedan medirse o apreciarse cualitativamente a través de los
indicadores y el cumplimiento de metas.
Conclusiones