Manual de Planeamiento Estratégico
Manual de Planeamiento Estratégico
Manual de Planeamiento Estratégico
PRESENTACION
Esta guía está dirigida a los niveles directivos de todos los servicios públicos como un apoyo
básico para el desarrollo de un plan estratégico, y tiene los siguientes propósitos:
• Familiarizar a los responsables con los procedimientos y los pasos metodológicos para la
implementación de un Plan Estratégico en sus respectivas entidades y homogeneizar
conceptos y criterios para aquellas entidades que ya cuenten con un Plan Estratégico.
Desde esta perspectiva la OIOE busca hacer una contribución real para mejorar la Gestión Pública,
de las instituciones y organizaciones estatales, incorporando en ellas más calidad, eficiencia y
eficacia, a la vez que un estilo de servicio público fuertemente comprometido con su quehacer
desde una perspectiva moderna y colaborando activamente en el desarrollo del país. Con este
propósito la OIOE tiene previsto establecer Convenios de Gestión con cada una de las entidades
para el Ejercicio de 1999.
En este contexto los desafíos que debemos abordar en el ámbito de la Gestión Pública, incluyen
entre otros:
La necesidad de desarrollar una visión clara de las tareas fundamentales que deben
desempeñar los distintas entidades y organismos del Estado, en función de los propósitos
para los que fueron creados.
Elevar la calidad de los servicios brindados y aumentar el nivel de satisfacción de los
usuarios,
Mejorar los niveles de información y la eficiencia en el uso de los recursos públicos,
Generar incentivos para mejorar la gestión técnica, administrativa y financiera de las
entidades,
Mejorar el clima laboral
Trabajar por resultados y evaluar el desempeño de las instituciones entre otros.
Estos desafíos facilitarán orientar nuestros esfuerzos hacia un fin común que nos permitirá
contribuir activamente a imprimir un nuevo estilo de gestión estatal.
¿ Que es la Planificación?
Planificar es prever y decidir hoy las acciones que nos pueden Ilevar desde el presente
hasta un futuro deseable. No se trata de hacer predicciones acerca del futuro sino de tomar
las decisiones pertinentes para que ese futuro ocurra.
La planificación estratégica debe ser entendida como un proceso participativo, que da
coherencia, unidad e integridad a las decisiones de las organizaciones e instituciones. No
puede resolver todas las incertidumbres, pero permite trazar una línea de propósitos para
actuar en entornos dinámicos y cambiantes, permitiendo tomar las medidas y correcciones
necesarias para alcanzar los objetivos que se ha trazado la institución. La convicción en
torno a que el futuro deseado es posible, permite Ia construcción de una comunidad de
intereses entre todos los involucrados en el proceso de cambio, lo que resulta ser un
requisito básico para alcanzar las metas propuestas.
Así por ejemplo, la definición de los objetivos y sus correspondientes estrategias permitirá
seleccionar las actividades prioritarias para el mejoramiento del servicio u organización y
aprovechar las ventajas que aparezcan relacionadas con su actividad.
• La misión de Ia organización:
¿Cuáles serán las demandas que nos planteará el entorno? ¿Qué tipo de
dificultades y obstáculos pueden entorpecer nuestra capacidad de respuesta?
Muchos estudios han demostrado consistentemente que establecer una visión, definir la
misión, planificar y determinar objetivos, influye positivamente en el desempeño de una
institución. La historia y los grandes líderes nos han enseñado que una visión atractiva
sobre el futuro puede tener un efecto muy estimulante en las personas. También se ha
recogido alguna evidencia en torno a que las organizaciones que han desarrollado un plan
estratégico, sean ellas grandes o pequeñas, tienen un mejor desempeño que las que no lo
han hecho.
Las instituciones públicas enfrentan una variedad de problemas que resultan difíciles de
resolver por separado. Entre otros, están generalmente sujetas a restricciones
presupuestarias, lo que implica tomar decisiones para privilegiar unas líneas de acción
sobre otras, buscar formas de financiamiento anexo, reducir gastos, reordenar procesos, y
otros.
La planificación estratégica genera fuerzas de cambio que evitan que, por el contrario, las
instituciones se dejen llevar por los cambios. Es indudable que existen presiones sobre los
servicios públicos, Io que provoca en muchos casos, que éstos actúen automáticamente
sin tener espacios de reflexión. La planificación estratégica ayuda a las organizaciones a
tomar el control sobre sí mismas y no sólo a reaccionar frente a reglas y estímulos
externos.
Enfocar la planificación en los factores críticos que determinan el éxito o fracaso de una
organización y diseñar un proceso realista, son los aspectos claves a considerar para
desarrollar la planificación estratégica.
Más allá de la selección del modelo a utilizar, una efectiva planificación estratégica debe
incluir algunos elementos claves, aunque el orden en que se los enumera no implica
necesariamente una sucesión temporal. De hecho la práctica enseña que lo óptimo es
trabajar "de ida y vuelta", en aproximaciones sucesivas. Así por ejemplo, una visión de las
debilidades puede afectar la definición de la misión y, a su vez, la definición de la misión
puede facilitar la percepción de nuevas debilidades o fortalezas.
Resulta clave que la visión sea compartida por todos los miembros de la
organización y para ello debe reunir las siguientes características:
Además, la visión conlleva un conjunto de valores, que reflejan los ideales que la
instancia de gestión pública sustenta con la finalidad de lograr eficiencia, eficacia y
calidad en su funcionamiento.
Por otra parte, la misión refleja el sentido de nuestro accionar, el mandato que
sustenta nuestra creación como instituciones públicas, por lo tanto, una vez
establecida no debe ser objeto de cambios sustanciales, pero si debe estar sujeta
a una evaluación constante.
La misión debe reflejar lo que somos ahora como instancias de la gestión pública,
nuestras principales capacidades y nuestras aspiraciones.
o la estructura de la organización,
o los criterios de asignación de recursos,
o las posibilidades de desarrollo de las personas,
o en el medio externo y en el conjunto de la sociedad.
Obviamente no existirá una respuesta única y correcta a cada pregunta, sino una
que será más eficaz dado el marco de referencia en el que se desenvuelve la
institución. Por lo tanto, aunque no es posible reformular la misión
permanentemente, tampoco ella deberá ser considerada absoluta y estática. Lo
que sí es determinante es que mientras mejor lograda sea la declaración de la
misión, mayores serán sus potencialidades, el trazado hacia el futuro será más
efectivo y las probabilidades de mejorar la gestión serán crecientes.
Las interrelaciones que necesariamente se deben dar entre la visión, los valores y
la misión se expresan de manera operativa en la definición de las metas de la
organización, las que fijan la dirección corporativa en el mediano y largo plazo.
Ejemplos de Misión:
(+)
Ambito Negativo DEBILIDADES AMENAZAS
(-)
El análisis externo: El entorno
Por supuesto es preciso entender que ni las unas ni las otras son estáticas ni definitivas.
Las oportunidades no son permanentes ni en el tiempo ni para cada servicio, y se podría
afirmar que las amenazas son tales sólo hasta que son identificadas, ya que desde ese
mismo momento, bien manejadas, pueden transformarse en excelentes oportunidades
para la acción.
Ejemplos de Amenazas:
Las demandas del sector privado por personal calificado técnica y profesionalmente,
formado en la administración pública y prestando actualmente sus servicios en ella,
pueden provocar un éxodo que afectará el cumplimiento de las metas.
Aumento explosivo de la demanda por servicios de calidad por parte del público usuario.
Ejemplos de Oportunidades:
El análisis interno
Es preciso ser cuidadoso en la realización de este escrutinio interno, ya que si sus propósitos no
son bien expuestos, puede ser vivido por los miembros de la organización como una forma de
control. Es válido reiterar que un ambiente participativo e informado facilita la introducción de
cambios que, entre otras cosas, deben propiciar una mayor realización personal y profesional de
todos los implicados y por lo tanto una mayor satisfacción en el trabajo.
Una debilidad frecuente en las instituciones del Estado está en su relativa rigidez para adaptarse a
nuevos desafíos. Una de las áreas en que esta condición se hace presente es en la relación entre
los procesos administrativos y la informática. La incorporación de nueva tecnología computacional
por ejemplo, suele generar cambios frecuentemente mal asumidos, así como la subutilización de
los equipos, producto tal vez de no considerar las debilidades de la organización tales como la
estructura de relaciones y las dificultades que ella impone para absorber nuevas prácticas de
trabajo derivadas del cambio tecnológico.
Se trata de identificar dónde están realmente las ventajas relativas en un contexto de cambio
acelerado, en el que la tradición es un valor rescatable, en tanto se le dé espacio a la creatividad.
Ejemplos de Fortalezas:
Ejemplos de Debilidades:
Estrategia Desarrollo
Para construir la matriz FODA, una vez que se han elaborado los listados con las
fortalezas, oportunidades, amenazas y debilidades clave se procede a:
Oportunidades Amenazas
Potencialidades Riesgos
Fortalezas
(FO) (FA)
Desafíos Limitaciones
Debilidades
(DO) (DA)
Los objetivos tienen que ser relevantes con la misión del servicio, ya sea por su impacto al interior
de Ia organización -reestructuración, planificación, procesos productivos -, o hacia el exterior --
mayor cobertura, calidad u oportunidad del servicio-. Deben ser especificados en resultados,
productos o metas cuyo logro sea constatable; deben ser traducidos en tareas asignables a
personas o equipos y deben ser factibles de realizar en plazos determinados con los recursos
disponibles.
Muchas veces las organizaciones se fijan objetivos lejanos en el tiempo o que requieren de
mayores recursos que los que están o estarán efectivamente disponibles, por lo que
inevitablemente se dificulta su logro. La frustración asociada a la dificultad de lograr los objetivos
deseados en un plazo determinado, puede ser el peor enemigo en la implementación de un plan
estratégico. Por lo tanto, resulta imprescindible que las metas que se definan sean la expresión del
estado de avance previsto, para un determinado período de tiempo, de los logros esperados en
relación a los objetivos asociados a la planificación y al estado de la gestión de una institución.
En el diseño de objetivos estratégicos se pueden identificar algunos énfasis que van a condicionar
las definiciones que se alcanzan:
• Las actitudes hacia el cambio, considerando como parte del proceso el tipo de
reformas que impongan los cambios en el entorno o, por el contrario, el
afianzamiento de la situación presente. En este caso Influyen también las
experiencias previas de la organización en torno al cambio, o lo que podríamos
llamar su "condición cultural" con respecto al cambio.
Las metas de producción contienen una declaración explícita del tipo de productos,
de los niveles de actividad o estándares de productividad y se refieren
generalmente, a las preguntas ¿Qué? y ¿Cuándo?. A diferencia de los objetivos,
se proyectan a plazos más cortos, por lo general un año.
Albert Einstein escribió "Yo creo en la intuición y en la inspiración.... a veces siento que
estoy en lo correcto sin saber por qué. La imaginación es más importante que el
conocimiento. El conocimiento es limitado, en tanto la imaginación abarca el mundo entero,
estimulando el progreso, y dando nacimiento a la evolución".
Si los costos parecen mayores que los beneficios, sería recomendable postergar el
proceso o resolver los problemas que involucran costos al realizar una planificación.
Los críticos de la planificación estratégica han hecho notar que hay muchas organizaciones
que desarrollan planes deficientes, planes basados en supuestos falsos sobre lo que
ocurrirá en el futuro u organizaciones que no cuentan con funcionarios capacitados para
desarrollar la planificación. Si se estima que la planificación es o va a ser improductiva será
preferible reorientar los grupos de trabajo hacia otras actividades o pedir ayuda a
consultores especializados: buenas planificaciones requieren de un buen nivel de
implementación .
Se recomienda no sobrevaluar el rol del asesor externo, quien puede, sin duda, resolver
una serie de dificultades; pero si su rol se limita a un trabajo de gabinete, sin verdadera
interacción con el conjunto de la institución, se corre el riesgo de obtener un bonito
documento que no aporte mucho al desarrollo de la organización.
En la mayor parte de los casos los que saben mejor lo que se debe hacer son los propios
miembros de la organización, siempre que se dé un ambiente propicio para analizar los
problemas. En este sentido, un consultor puede desempeñar adecuadamente el rol de un
animador o facilitador del proceso, pero no el de quien está a cargo del desarrollo del plan.
6. ¿COMO EMPEZAR?
Si bien los pasos de una planificación estratégica son en principio secuenciales, admiten
siempre un tratamiento reiterativo, puesto que cada nuevo avance puede demandar
ajustes a lo ya hecho. Junto con esto, el Plan debe ser discutido y revisado por los distintos
estamentos de la organización, en una serie de ciclos desde el nivel directivo hacia los
niveles operativos, en un movimiento de ida y vuelta.
Una forma simple de superar estas naturales limitaciones está por ejemplo, en la
propuesta de poner sobre la mesa una pregunta o un tema y pedir en primer lugar
a cada uno de los participantes escribir una propuesta o respuesta relativa al tema.
De este modo se compromete un aporte específico de opiniones o ideas que, en
un segundo momento, pueden ser expuestas en común dentro del grupo,
discutidas y analizadas una por una, hasta llegar a alguna conclusión o propuesta
acordada por el conjunto.
Aun más, si el equipo de trabajo está compuesto por más de ocho, diez o doce
personas, puede ser conveniente considerar una etapa intermedia que consistiría
en que subgrupos de dos, tres, o cuatro personas, estudien las propuestas o ideas
individuales y lleguen a una propuesta grupal, la que finalmente se confronta con
las propuestas de los otros subgrupos para terminar acordando una de conjunto...
Estas y otras técnicas pueden y deben ser utilizadas, no sólo al interior del equipo
de planificación, sino también en sus contactos con otros miembros de la
organización, cuando corresponda por ejemplo, desarrollar entrevistas colectivas o
talleres en que se analicen y discutan las diferentes partes del plan con el conjunto
de los funcionarios del servicio.
Cercana a esta postura estaría la tecnocrático - autoritario, que implica afirmar que
toda gestión de recursos humanos, entre ellas la planificación, constituye un
problema técnico que sólo los expertos pueden manejar, con lo que se descalifican
de una plumada todas las opiniones no avaladas por un título profesional o por una
experiencia específica. Siendo ésta una parte de la verdad, ya que efectivamente
planificar requiere de capacidades, experiencias y habilidades determinadas, no es
posible, humanamente hablando, generar un equipo productivo o llevar adelante
una empresa ni mucho menos una institución u organización, sin contar con la
adhesión y el compromiso de un grupo de personas convencidas de la validez de
los objetivos colectivos; capaces de interactuar y cooperar, poniendo cada uno de
sus miembros lo mejor de sí para el logro de las metas que se hayan establecido.
Un equipo de planificación que se aísla del conjunto y decide desde las alturas
estará condenado a ir acumulando resistencias a lo largo del camino, pero, por
otra parte, un equipo excesivamente adherido al formulismo participativo resultará
inoperante en el mediano plazo e igualmente frustrante para los miembros de la
organización.
Dado que una de las primeras tareas -tal vez la más intensa y que marcará desde
un comienzo la calidad de todo el proceso- será el análisis de las condiciones
externas e internas de la institución, el equipo de planificación podrá desde ya
establecer algunos criterios para su desarrollo.